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TALLER DE ÉTICA Y VALORES

Indicaciones:

Antes de empezar a leer te invito a que resaltes o subrayes, aquellas frases o palabras que te
llaman la atención o con las cuales te identificas.

A PARTIR DE LO QUE SOMOS

En estos momentos me he dado cuenta que necesito enfrentar mi realidad, cuando he intentado
empezar a ser sincero, siento que necesito radicalmente reconstruir lo que soy.

He empezado a constatar que dentro de mi hay muchas realidades que duelen, que hacen daño,
que me hacen sentir vacío; y he comenzado a ver mi vida, tan sin sentido, tan entregada, tan
apegada a cosas que no llenan el corazón. Por eso es necesario volver a empezar, volver a vivir,
volver a nacer.

Pero para vivir, para reconstruir la vida, se necesita de un cimiento firme en el cual sea posible
apoyarse.

¿A partir de que construiré mi vida? A partir de lo que soy, a partir de mi vida, a partir de lo que
hago de mí mismo.

No se trata de partir de lo que creo ser. Muchas veces vivo de imágenes que tengo de mí. Me creo
cariñoso, me creo sincero, me creo capaz de amar, me creo responsable; pero ¿lo soy? No se trata
tampoco de partir de lo que quiero ser. Estamos acostumbrados en nuestro ambiente a vivir de
proyectos futuros. Soñamos con mil cosas y cometemos el error de creer que somos tan
generosos, tan maduros, tan grandes como nuestros sueños. Tampoco se trata de partir de lo que
dicen de mí.
Muchas veces vivo de lo que piensan y dicen los demás de mí; pero ¿soy en realidad como dicen
los demás que soy?

No se trata de partir de las imágenes que tengo o tienen de mí. Se trata de partir de mi verdad, de
mi desnuda verdad, de la verdad de mi familia, de mi sexualidad, de mi amistad, de mi noviazgo,
de mi pasado. Partir de lo que soy, de lo que soy realmente… es el cimiento firme.

Para partir de lo que soy se necesita una actitud básica: estar dispuesto a desnudarme. Cierto, la
desnudez de nuestro cuerpo da vergüenza… también la desnudez del corazón, la desnudez de los
complejos ocultados durante tanto tiempo, la desnudez del propio pasado que se ha procurado
olvidar, la desnudez del problema que se calla.

Sin embargo, para conocer mi verdad, necesito desnudar mi realidad, mirar lo que soy, sin
añadidos ni ornamentos, sin ropajes ni apariencias. Tal vez no sea fácil desnudarme, pero es
necesario.

Mirar lo que soy, conocerme, llegar hasta el fondo de mi realidad y sobre todo, aceptarme; esa es
la actitud fundamental. Solo sacando la luz de mi realidad, solo aceptando lo que soy, pueden
nacer en mí cosas nuevas.

“Vamos, decime, contadme, todo lo que a vos te está pasando ahora, porque si no cuando tu alma
está a solas lloras. Hay que sacarlo todo afuera como la primavera, nadie quiere que adentro algo
se muera. Hablar mirándose a los ojos, saca lo que se pueda afuera, para que adentro nazcan
cosas nuevas, nuevas, nuevas” (Piero)

Es hora de recordar algunas verdades muy serias, verdades que callo, verdades que difícilmente he
reflexionado alguna vez.

TENGO UNA DOBLE CARA: la de mostrar a los demás, la superficial y la mía verdadera, la
profunda. La primera ni siquiera es una cara. Es más bien una máscara, un maquillaje, un atuendo
de payaso.

Esa mascara es la que llevo cotidianamente a la universidad, la que me pongo en la casa, la que le
muestro a mis amigos.

Esa mascara es toda la apariencia que hay en mí. Todas mis falsedades y mis engaños: Mi alegría
excesiva en la universidad o con los amigos para ocultar los problemas, los relatos de mis hazañas
conquistadoras para esconder mi timidez, esa sonrisa con la que quiero demostrar que no me pasa
nada. Esas modas con las que quiero asemejarme a los demás, esa aparente madurez y ese
aparente amor y esa aparente seriedad.

Llevo puesta una máscara que oculta lo que soy yo, que me permite confundirme con la masa, que
me da la capacidad de representar diferentes papeles de acuerdo a las situaciones y las personas.

Llevo puesta una máscara y esta tan adherida a mi piel que muchas veces olvido como soy en
realidad. Cuando digo que nadie me conoce, estoy diciendo la verdad. Nadie me conoce porque yo
no me he mostrado tal y como soy.

Pero también tengo otra cara… esta si es la verdadera, la mía. Aunque esta golpeada por el tiempo
y por el sufrir, aunque algunos (incluso yo) la han despreciado, esconde una belleza única así soy
yo.
Bien, ¿Cuál es mi mascara? ¿Qué escondo detrás de ella?

La verdad es que LE HE CAMBIADO EL NOMBRE A LAS COSAS; por eso confundo las palabras.

Llamo “felicidad” al placer rastrero que produce la utilización sexual de una persona; llamo
“amor” a la dependencia afectiva que tengo con alguien; llamo “noviazgo” a la relación superficial;
llamo “amistad” a esa extraña camaradería en la que difícilmente hay cariño y respeto; llamo
“juventud” a la vida sin sentido y sin responsabilidad; llamo “familia” al hotel en el que vivo y a
esas personas que están a mi lado, pero no suelo tomar en cuenta; llamo “grupo de amigos” a ese
círculo de compañeros con los que vivo de burlas, recelos, desconfianzas, hipocresías y
superficialidades.

Y con esto tantas cosas a las que les he cambiado el nombre, pues el ambiente social, mis amigos,
mi familia, mi educación me han enseñado a cambiarle el nombre a las cosas.

Así la vida se vuelve una mentira, una inmensa mentira disfrazada de realidad.

También es verdad que SIGO SIENDO MUY INFANTIL. Todo ser humano pasa por diferentes etapas
del crecimiento: la niñez, la adolescencia y la adultez.

Yo soy un joven; pero es difícil serlo, ya que en la juventud nos enfrentamos a muchos
sufrimientos. Mi mundo ya no es tan estable como el del niño, tampoco tengo todavía el
equilibrio del adulto, las cosas me afectan mucho, cambio rápidamente de estado de ánimo,
muchas veces me siento mal, a veces no se ni porque vivo y sobre todo en el fondo soy muy
inseguro.

Y porque es difícil ser joven, suelo refugiarme en actitudes infantiles.

Me regreso a mi infancia, busco seguridad en aquello en lo que buscaba seguridad cuando era niño
, me evado soñando, imaginando mil cosas imposibles y vuelvo a tomarlo todo a juego…, el amor,
la sexualidad y la familia

La verdad es que NO SE QUIEN SOY. El ser humano es un misterio no porque sea algo que no se
pueda entender, sino porque es fascinante, admirable.

Soy un ser humano, llevo en mí el maravilloso misterio de la humanidad, pero no me admiro, no


me conozco, no sé quién soy.

Sí, es verdad, es más fácil admirar lo que está fuera de mí, admirar lo que, en los otros, hablar de
lo que veo en ellos de sus valores, de sus defectos. Pero, ¡qué difícil es hablar de mí! Me defino
con tres o cuatro frases superficiales y me quedo pronto en silencio pues no me conozco. Hay
tantas personas que viven así, sin conocerse.

Estudian porque toca estudiar, inician un noviazgo porque desde cierta edad eso hay que hacerlo,
compran la última moda porque todo el mundo lo hace, trabajan porque toca trabajar…; viven
absortos en la rutina, viviendo sin saber quiénes son, sin tomar conciencia de lo grande y
fundamental que es ser UNO MISMO.

Así son muchos… y así soy yo. Se muchas cosas, hablo de muchos trucos, pero no sé quién soy. En
fin, puedo concluir con San Agustín que “es larga la distancia que me separa de mí mismo”.

Y por eso, porque no me conozco es por lo que es cierto que YO ME DEJO MANEJAR DE LOS
DEMAS.
Vivo al viento, al viento del mundo y del ambiente, la cara al viento, el alma al viento, al viento de
la noche. Me golpea el ambiente, como golpea el viento a los árboles en las noches de invierno.
Todos me asaltan, todos se introducen en mi vida, todos me dicen que tengo que hacer, que me
tengo que poner, como debo opinar, que música me debe gustar.

Soy tantas veces el juguete de mis amigos, de mi familia, de mi novia o novio.

Y yo les creo, me dejo manipular, hago lo que me dicen no por convicción si no por miedo de ser
distinto, por miedo a ser lo que soy.

Ha llegado la hora de la verdad: es tiempo ya de reconocer lo que soy, sin miedo, sin vergüenza,
con sinceridad. Es hora de ser. Si comienzo a decirme mis primeras verdades, empezare a
conocerme, empezare a ser yo mismo, empezare a entrar en el mismo misterio de ser hombre.

Es tiempo ya de verdad. Voy a comenzar el camino hacia mi propia realidad. Sé que será difícil.
Porque la verdad cuesta; pero también sé que, conociendo la verdad, se encuentra la libertad.

ACTIVIDAD A DESARROLLAR

Te invito a leer este documento y que te permitas reflexionar un poco sobre cómo estás
viviendo tu vida. Después de haber leído el documento “A partir de lo que somos” y visto el
vídeo “eres lo que transmites.” Debes responder las siguientes preguntas y enviar las
respuestas en un documento word.

1. ¿Escoge 3 frases que te llamaron la atención o con las cuales te identificas y cópialas
nuevamente y explica el por qué fueron significativas para ti?
2. ¿A partir de la lectura que hiciste del documento qué pudiste descubrir o darme
cuenta de tu vida?
3. Que puedes inferir a partir de la siguiente frase: “A usted no hay nadie que lo aprecie
por sus muchos conocimientos o por sus experiencias. A usted lo aprecian por su
manera de ser”. (Debes enfocarte en el ámbito laboral)
4. Te invito a que pienses en un objeto, animal o cosa con el cual te identificas. ¿Y pega
un dibujo del mismo y luego explica por qué lo escogiste?
5. ¿Qué aporte o mensaje te dejo para tu vida el vídeo “Eres lo que transmites” –
Palabras de Steve Jobs?

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