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Contexto: Santiago, como buen pastor, se identifica rápidamente con su rebaño; ellos están
esparcidos, perseguidos, pasando por diversas pruebas.
La palabra clave, que se destaca por su frecuente repetición, es la palabra griega PEIRASMOS;
que tiene varios significados, y pareciera que Santiago quiere darle todos los significados
posibles en estos primeros versículos. En español se traduce “prueba” o “tentación”. Sí, cada
vez que en español leemos “prueba” o “tentación” Santiago está utilizando esta misma palabra
que tiene estos dos significados.
¿Cuándo utilizar “prueba” y cuándo “tentación”? Este es un delicado trabajo que realizan los
traductores (a quienes debemos estar agradecidos por su trabajo). Por lo general, nosotros
hacemos diferencia entre estas dos palabras (prueba es el aspecto positivo y decimos que
viene de Dios mientras que la tentación es el aspecto negativo y decimos que viene de
Satanás), pero vamos a comprender mejor lo que nos enseña Santiago si mantenemos el
sentido inclusivo de esta palabra. Ambos términos están incluidos en la palabra peirasmos:
PRUEBA-TENTACIÓN.
Un buen ejercicio sería volver a leer el pasaje y cada vez que leamos las palabras prueba o
tentación les demos este sentido más amplio traduciéndolas como “prueba-tentación”.
Es cierto que ellas no producen gozo en el momento de sufrirlas (1 Pedro 1:6, Hebreos 12:11).
Gozo no es deleite, felicidad, placer ni risa. Gozo es el profundo sentimiento de la aprobación
de Dios por nuestro actuar y experimentar la seguridad de sabernos en su camino y su
voluntad, más allá de todo dolor humano en medio de diversas pruebas-tentaciones.
No se refiere tanto al “proceso” en la cual la fe es probada, sino al resultado. Así como el oro
se prueba con el fuego, las impurezas se queman y va quedando el oro purificado, así también
la fe que queda como resultado de la prueba-tentación es la que produce paciencia, firmeza,
constancia, fortaleza para soportar el sufrimiento.
Cuando la paciencia tiene su “obra completa”, el cristiano llega a ser completo, entero, cabal,
maduro. Todo creyente comprometido en vivir una fe genuina anhela la perfección cristiana.
¿Qué pasa con el pastel cuando se abre la puerta del horno antes de tiempo? Sí, se desinfla.
Se daña el pastel por no tener la paciencia de saber esperar el tiempo que el pastel necesita
estar dentro del horno. Es muy común en el ser humano no completar la obra; en medio de
la prueba queremos que esta ya se termine, y no le damos el tiempo necesario para tener el
producto terminado.
Este es el tema principal de la carta (aunque lo trataremos más adelante cuando veamos
el capítulo 3:13-18 donde identifica dos tipos de sabiduría: la terrenal y la celestial), aquí se
enfoca en aclarar quién es la fuente de esa verdadera sabiduría: Dios.
Algunos ejemplos:
• (1 Reyes 3:4-15) Salomón pidió sabiduría, y Dios le dio junto con la sabiduría otras
cosas que no había pedido: riqueza y gloria.
• (Proverbios 10:22) La bendición del Señor trae riquezas, sin que con ellas traiga
tristeza.
• (Mateo 7:7) Jesús dijo: Pidan y se les concederá lo que pidan.
2.b. ¿CÓMO DEBEMOS PEDIRLA? “No dudando” (compare con Hebreos 11:6)
Todos los seres humanos dudamos, pero mientras miramos a Jesús podemos sostenernos
sobre las aguas de la duda. La fe es el ancla ante la duda. El carácter cristiano debe afirmarse
en la fe para que la duda no lo haga trastabillar.
El hombre que duda, que no sabe en quién afirmarse, que se deja dominar por la incertidumbre
de no saber si Dios le dará lo mejor, ese hombre es de “DOBLE ÁNIMO” (“hipócrita” lo llamaba
Jesús). Quien sea así, no piense que va a recibir cosa alguna del Señor.
El cristiano es llamado a combatir el “doble ánimo”, la doble cara, la doble vida… el cristiano
debe ser íntegro.
No podemos ni debemos culpar a Dios, como tampoco al diablo, por nuestras pruebas o
tentaciones. Dios nos hizo personas únicas y responsables. LA VERDADERA FUENTE DE
LAS PREBAS-TENTACION no está en Dios sino EN NOSOTROS MISMOS, en nuestra PASIÓN
(epizumia que significa “calentura superficial”).
El regalo más grande que Dios nos ha dado: criaturas de Él…nos hizo nacer…“primicias de sus
criaturas”.
Conclusión:
CUIDADO CON EL DOBLE ÁNIMO; cuidado con el fariseísmo de quien se deja vencer por
las pruebas-tentaciones. Debemos aprender a enfrentarlas con la sabiduría que viene de
Dios… con gozo y paciencia, dejando que Dios complete la obra en nosotros para llegar a ser
espiritualmente maduros. Íntegros, sin que nos falte nada.