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El lenguaje desde el pulpito

Esteban: Tierra Firme es un programa que intenta articular la relación entre cultura y fe para poder dar
un mensaje pertinente y responder a los desafíos que la cultura moderna de este siglo XXI
nos impone, con Ezequiel uno de los temas que consideramos interesante para aquellos que
están desde el lado de la fe, mirando la cultura, donde nos paramos fue plantearnos el tema
del lenguaje en nuestra vida y lo que se hace en el ámbito eclesial, específicamente en
cierto grupo de iglesias que utilizan muy fuerte este sistema de comunicación; el púlpito
como un lugar desde donde tradicionalmente la fe cristiana evangélica y protestante se ha
parado muy fuerte para transmitir un mensaje al pueblo. ¿Cómo usamos el lenguaje en ese
contexto? y ¿Cómo nos entienden también desde afuera?, es una de las cuestiones que uno
debe plantearse también cuando quiere ser buen comunicador de un mensaje para una
cultura que muchas veces no nos entiende, nos mira como bichos raros y dice esta gente,
¿qué está queriendo hacer con este tipo de comunicación?.

Ezequiel: Hay dos temas bien importantes con respecto al lenguaje y la utilización del este, que se hace
desde el púlpito y hacemos los evangélicos, en primer lugar, tengo una gran preocupación
por determinadas cosas que he tenido la posibilidad de ver por internet, debo confesar que
no salgo mucho de mi iglesia, tengo mi trabajo secular, soy profesor, entonces tengo que
estar permanentemente en mi zona y no conozco mucho la realidad exterior de otras
iglesias, pero a veces uno se mete en Internet a buscar algunas predicaciones para ver que
se está hablando en otros lados; en sitios de videos para poder ver online, algunos
“predicadores” utilizando un lenguaje para trasmitir la verdad más sagrada que tenemos
entre nosotros, un lenguaje francamente detestable, me he quedado muy impresionado
por el uso que a veces se hace del humor, el mismo no me afecta para nada es más, creo
que soy una persona con bastante sentido del humor, pero a veces se usa un tipo de humor
que tiende a satirizar o ridiculizar a personajes de la Biblia como una forma de ganarse el
favor del público o auditorio, otras veces se utiliza y lo he visto en predicadores muy
afamados, utilizar chistes o humoradas con claro sentido sexual muy desagradables, que
uno ni los espera para programas de televisión, vengo de Argentina quien tiene una de las
televisiones más bajas, en cuanto a vocabulario creo del continente y sin embargo he
escuchado predicadores que están al mismo nivel, que pueden empardar tranquilamente
muchas de las cosas desagradables que uno ve en la televisión argentina con mucha
tranquilidad, un manejo absolutamente soez del lenguaje, eso también he visto incluso a
pastores usar insultos fuertes, contra personas que no estaban de acuerdo con determinada
doctrina o predica que habían hecho, esto lo puede ver cualquier persona en internet, no
hablo de tener una llegada a material que otras personas no, usted entra a Internet, se pone
a ver un poco y encuentra muchas personas que desde el púlpito dicen cosas que no
deberían decir, porque intentan de alguna manera agiornar la forma en que se da el
mensaje, creo que a veces cometemos el error de pensar que la forma no es lo importante,
lo importante es el fondo, encuentro una forma novedosa o que llama la atención por más
que sea agresiva o soez, baja o ramplona puedo utilizarla igual porque lo importante es el
mensaje que transmito. Es de un reduccionismo absoluto, porque definitivamente la forma
en que transmito tiene mucho que ver con el mensaje que doy, no voy a referirme a un
presidente y decirle “che como estás”, voy a tratarlo de “usted”, con el debido respeto,
porque de alguna manera, por más que mi mensaje sea importante debo revestirlo también
con un lenguaje que realce lo que trato de trasmitir, ahora cuando desde el púlpito uno
escucha a pastores o predicadores que utilizan este tipo de vocabulario, uno dice esto no
está a la altura de la verdad revelada que tratamos de trasmitir; no estoy hablando de que a
un pastor se le escape una palabra porque puede pasar, en la emoción de la predicación,
estoy hablando de gente que conscientemente utiliza este vocabulario como forma de
llamar la atención o consustanciarse con la audiencia, la verdad pienso que es rebajar el
mensaje, por supuesto que debemos agiornar la forma, de alguna manera hay que
adaptarse y actualizarse a los tiempos modernos, pero no implica vender todo lo demás,
uno puede actualizarse a lo que está sucediendo y ser un mejor comunicador, pero no tiene
que recurrir a este tipo de cosas, cuando alguien hace una sátira sobre un personaje de la
Biblia me siento ofendido como cristiano, porque para mí es sagrada, no me importa lo que
ese personaje de la Biblia haya hecho, cuando una persona satiriza e incluso hace chistes
con determinados personajes de la Biblia, pasan el límite del buen gusto, entendamos que
son figuras sagradas, cuando los musulmanes tocan alguna de las figuras a las que ellos
consideran sagradas tienen reacciones absolutamente drásticas, incluso llegando al límite
de la violencia, por supuesto estamos en contra de ese tipo de reacciones que no tienen
límite, pero tampoco podemos utilizar en un chiste a Jesús, empezar a parodiar a
personajes de la Biblia porque no es eso lo que Dios nos está pidiendo. Sí, que seamos fieles
a un mensaje y trasmisores de ese mensaje, cualquiera de nuestros oyentes puede leer los
discursos de Jesús, ver que los sermones son absolutamente comprensibles y no recurre a
ninguno de estos elementos, a veces con tal de agradar a la platea, (y que problema para los
predicadores cuando tratan de predicar para agradar a la audiencia, terminamos haciendo
cualquier cosa y utilizando el lenguaje de cualquier manera). Por no caer en un uso arcaico
del lenguaje o aburrir, terminamos haciendo un circo de lo que tiene que ser una exposición
de la verdad revelada y de ahí a otras derivaciones mucho mayores hay solamente un paso,
a veces los cristianos nos reímos de este tipo de cosas y no nos damos cuenta que estamos
rebajando el mensaje y debemos exigirle a nuestro predicador que tenga determinado nivel
para hablar, no estoy diciendo que utilice muchas palabras, sino que no recurran a este
tipo de cosas para tratar de captar la atención del público, por otro lado estoy
personalmente bastante en desacuerdo con algunas posturas que dicen hay que intentar
siempre ser novedoso en la exposición del mensaje porque es una forma de atraer, por
supuesto que poner un elemento que atraiga en un sermón está perfecto que el pastor lo
haga, está dentro de lo lícito, lo que está bien y forma parte de su preocupación, pero
tenemos que reconocer que el mensaje va más allá de la persona que lo está dando,
debemos reconocer que la persona no va a escuchar por el elemento novedoso que
expongo, es Dios transmutándose en esa predicación, esa explicación de la palabra y eso en
última instancia va a llegar, no quiere decir que podemos dejar de trabajar en nuestros
sermones digo, hay que trabajar y con seriedad, es lo que pido a los pastores, seriedad al
momento de predicar, que no intenten cautivar una audiencia, sino predicar el evangelio,
cada vez hay menos pastores que predican el evangelio y tristemente muchos que reúnen
mega multitudes hacen todo menos predicar el evangelio, crean un show, no digo hay que
ser aburrido, pero el evangelio es lo que es y no se puede cambiar, ni alterar, a veces lo
alteramos en función del show, ponemos cantantes, espectáculo, prendemos fuegos
artificiales, gritos o canciones pero cuando tenemos que poner la verdad revelada donde
tenemos que poner la esencia del cristianismo, ahí estamos vacios.

PAUSA...
Esteban: Estamos hablando del lenguaje, la manera en que comunicamos, de qué forma la fe debe ser
trasmitida, ¿con qué tipo de palabras, nivel, altura, vivencia?, para que no se degrade algo
que tiene ese ámbito de palabra de Dios como se le dice y tal cual está revelado en el
mensaje de la Biblia Ezequiel.

Ezequiel: Seguro, cabe recalcar Esteban que no estamos hablando de un nivel de lenguaje excelso, a
veces hay personas que predican con mucha simpleza y son notablemente efectivos, hay
gente que tampoco necesita levantar la voz para predicar, sin embargo trasmite la emoción
del mensaje con claridad lo que Dios quiere, a veces estandarizamos el tipo de predicador
que buscamos, como se dice en Argentina un predicador que sea canchero, a la orden del
día en todo, vestido a la moda, por supuesto uno espera que el predicador este prolijo, pero
no necesariamente a la moda, que siempre tenga un guiño gracioso para con su público, la
pregunta es, ¿por qué en vez de buscar ese tipo de predicadores no empezamos a buscar
los que realmente hablan la palabra y con sencillez puedan explicarnos lo que esa palabra
está diciendo, capacidad para ilustrar, ser claros, trasmitir por medio de un ejemplo, pero no
necesariamente un “showman” que es lo que estamos proponiendo los evangélicos en este
momento.

Esteban: Es el estereotipo que a veces la gente que no está dentro del ambiente de la fe ve y satiriza
cuando se refiere a ellos.

Ezequiel: Y tristemente con razón Esteban, porque los evangélicos compramos ese modelo, nos
interesa el modelo del que canta baila y predica, a veces hace todo junto y no termina
haciendo ni una cosa ni la otra, es tristemente real a pesar de que seguramente a muchos
cristianos evangélicos no les gusta esto que decimos pero es cierto, también hay un
segundo uso del lenguaje muy propio de los evangélicos, ese lenguaje cifrado que también
tiende a ser satirizado y que en algunas oportunidades es un lenguaje pertinente y en otras
pasamos al exceso, los cristianos a veces nos convertimos en un gueto tan notable que
hasta nuestro propio lenguaje tenemos, nuestra propia forma de comunicarnos entre
nosotros distinta a la que usan otras personas, uno a veces oye oraciones y son todas
iguales, remiten a las mismas palabras y empezamos a perder fluidez en la oración que es
un dialogo donde hablo y expongo desde mi corazón, uno dice es muy fácil manejar la jerga
cristiana, después que uno pasa un tiempo la jerga de cualquier grupo, pero no significa ser
cristiano, es muy fácil hacer una oración para poner en un cuadrito y colgar después en
casa, que responda determinada formula, pero debemos entender que hay que bajar de
alguna manera a la realidad de que la oración es un diálogo y este se hace del corazón, con
simpleza, significa que me comunico con Dios todos los días, no repito fórmulas, una tal vez
de las oraciones más tradicionales y a la que más recurrimos fórmulas, es la oración por los
alimentos, antes de comer los evangélicos solemos orar por la comida dándole gracias a
Dios por habernos provisto de alimento, es una oración prácticamente tradicional, la
mayoría de los evangélicos lo hacemos sin pensar y perdimos naturalidad, es un trámite
más, incluso solemos elegir al que ora más corto para que no se enfríe la comida, perdimos
la naturalidad, no digo que sea una oración larga, pero sí una oración que salga del corazón
y forme parte de ese diálogo permanente que tenemos con Dios, cuando recurrimos a la
fórmula vamos perdiendo la naturalidad de nuestra relación con Dios y eso nos acerca
peligrosamente al ritualismo, no porque una persona repita fórmulas se va a convertir en
ritualista, pero es un paso más que nos acerca a repetir cosas sin internalizar el sentido
profundo de lo que estamos haciendo, esa jerga cristiana que tenemos, cada vez se ve más
cuando vemos en facebook o distintas redes sociales ponen mensajes, uno dice este es un
mensaje evangélico por la forma en la que está expresado, hasta muchas veces por el tipo
de imagen que acompaña, no digo tampoco que esté mal que nos asocien con
determinados términos, por ejemplo el termino hermano es un término que entiendo muy
cercano a nuestra identidad, no tenemos que sacarlo porque sea satirizado por el mundo,
pero repetir y manejar un determinado uso dialectal que tenemos del lenguaje, no implica
estar conociendo en profundidad la fe, así como saberse los libros de la Biblia de memoria
no implica saber la Biblia, a veces remplazamos una cosa por otra, es una de las malas
utilizaciones del lenguaje que hacemos, ritualista, nos quejamos mucho de otros credos que
tienen una tendencia a la reiteración y no nos damos cuenta que también tenemos una
tendencia a la reiteración y utilización de formas que son siempre iguales, la pérdida de
naturalidad implica que dejamos de reconocer a Dios como una persona y la empezamos a
registrar como una obligación y cuando eso sucede, entramos en el plano de lo meramente
ritual, tengo que hacer determinadas cosas porque son mi obligación y un cristiano no tiene
que hacer nada por obligación, sino porque siente que eso permite que su relación con Dios
fluya, ser cristiano es tener una relación con Dios, no puedo tenerla si estoy manteniendo
esa relación siempre dentro de determinados códigos, que le restan naturalidad o fluidez,
es otra de las equivocaciones que tenemos con respecto al uso del lenguaje, tenemos
además algunas cosas buenas con respecto a nuestro vocabulario, una es que tenemos
nuestras traducciones de la Biblia que son hermosas en su mayoría, la traducción Reina
Valera 60 es hermosa en un castellano que en gran parte ya está en desuso, incluye al
vosotros y a todo lo demás que la mayoría ya no utilizamos pero riquísima en cuanto a
vocabulario.

Esteban: Y además suena tan lindo leerla así.

Ezequiel: Exactamente, pero si no nos gusta esa versión tenemos la famosa versión popular Dios habla
hoy, maravillosa para leer en voz alta, con una gramática impecable, tiene mejor gramática
que la Reina Valera 60 e incluso traducción en lenguaje actual, solamente para mencionar
las que están relacionadas con Sociedades Bíblicas, hay otras traducciones, la Biblia es un
libro riquísimo y una de las particularidades que tiene el evangélico es que lee, está
permanentemente leyendo porque lee la Biblia o un devocional, eso implica ir asimilando el
vocabulario y tenerlo muy fresco, por otro lado los evangélicos estamos acostumbrados a
escuchar discursos o sermones, la palabra hablada todavía tiene un valor muy grande para
el evangélico que se está perdiendo en otros ámbitos de la vida cotidiana, cuando vamos a
iglesias que utiliza bien el vocabulario nuestros jóvenes también se enriquecen, no es el
objetivo de la iglesia, pero termina sucediendo, cuando es bien utilizado y esas son cosas
tenemos que defender porque forman parte de nuestro patrimonio, además cantamos y
muchas de las letras son hermosas, tienen una poética simple pero muy profunda, nos
sentimos emocionados con eso que estamos cantando, de manera que tenemos una
vinculación tan bella con la palabra como evangélicos y cristianos tan profunda, somos los
descendientes del pueblo del Libro, honrosos portadores del Nuevo Testamento y de alguna
manera toda esa riqueza no es solamente espiritual, también riqueza lingüística, pero
además de eso tenemos un vínculo especial con la palabra porque Jesús es la encarnación
de la misma.
Esteban: Es como dice allí el evangelio de Juan.

Ezequiel: Claro, es el verbo o la palabra hecha carne, de manera que atraviesa todo lo que somos como
cristianos y evangélicos, mi deseo sería Esteban que aprendamos a valorar mejor esa
herramienta tan hermosa que Dios eligió para trasmitir, Él podría haber hecho una película
en vez de escribir la Biblia, haber dirigido una obra de teatro, sin embargo eligió la palabra,
se dice que pensamos a través de la palabra, que si no la tuviésemos no podríamos pensar,
no está 100 % demostrado pero es un concepto hermoso si lo tomamos desde el punto de
vista poético, porque construimos nuestro conocimiento a partir de la posibilidad que
tenemos de estructurar la palabra, también se dice aunque como cristianos sabemos que
no es así, que la única diferencia entre el hombre y los animales es que el hombre puede
hablar, tiene un lenguaje complejo puede llegar a la abstracción, todo eso es don de Dios,
debemos aprender a valorarlo, cuidarlo y utilizarlo correctamente, creo que como hijos de
un libro, decimos la palabra viva es la Biblia, de alguna manera esa palabra tiene que ser
nuestro legado, ¿qué es lo que pasa de una generación a otra de cristianos?, es la Biblia, lo
otro que pasa en los evangélicos son las canciones, cantamos canciones que cantaban
nuestros bisabuelos, abuelos, padres y nuestros hijos cantan esas mismas canciones, la
palabra es el legado, ¿cuál es el legado que como evangélicos le estamos dejando a las
generaciones que siguen?, ¿el legado de la sordidez de la utilización del lenguaje que
tienen algunos predicadores? ¿el lenguaje hermético que a veces hacemos o construimos
los cristianos? ¿o le estamos dejando la palabra viva que cambia a las personas y nos
acompaña en cada momento de nuestra vida? Elijo que nuestro legado sea ese, de la
palabra viva, que acompaña a lo largo de toda la vida.

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