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La resistencia del Carare

El conflicto armado en Colombia ha dejado una profunda marca de


sufrimiento en la población rural, particularmente entre los campesinos, quienes han
sido víctimas de desplazamientos forzados, asesinatos y desapariciones en un
escenario marcado por múltiples dimensiones y expresiones de violencia. Uno de
los casos más impactantes que ejemplifica esta situación es el de la Asociación de
Trabajadores Campesinos del Carare, que revela cómo estas formas extremas de
violencia por parte de la presencia de grupos armados y la lucha por el poder entre
ellos, se entrelazan con complejas dinámicas (Díaz Samper, 2006).

“El desplazamiento forzado, el despojo de tierras, la pérdida de derechos


políticos, el exilio, el asesinato y las amenazas, los campos minados, tomas y
ataques a municipios de tradición campesina, son algunas de las principales
afectaciones que hicieron del campo un escenario de guerra”(Howard, 2022). El
desplazamiento forzado, una de las expresiones más crudas del conflicto, ha
afectado profundamente a los campesinos colombianos. Las partes involucradas,
que incluyen grupos guerrilleros, paramilitares y fuerzas estatales, han competido
por el control de regiones ricas en recursos naturales y tierras fértiles. ” Al menos
2.3 millones de hectáreas de tierras han sido despojadas aunque hay datos que
afirman que son más de 6.5 millones de hectáreas. De estas, 8 años después de
firmada la ley de víctimas, se han restituido 322 mil hectáreas ".(Howard, 2022). Los
campesinos, atrapados en medio de esta disputa, a menudo se convierten en
víctimas colaterales de las confrontaciones pues según un informe extraído de la
comisión de la verdad “Según el Registro Único de Víctimas de los 8.6 millones de
desplazados forzados, el 87% son personas de zonas rurales y el 86% de estas,
unas 6 millones de personas, aproximadamente, son de origen campesino.”
(Howard, 2022).

La Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare se encontró


enfrentando esta cruel realidad, ya que los grupos armados buscaban desplazar a la
comunidad de sus tierras ancestrales. La población de la zona del Carare estaba
amenazada por la presencia de grupos armados ilegales, como el ELN y las FARC-
EP, así como por el surgimiento del grupo paramilitar. Las actitudes y
comportamientos de los actores involucrados reflejan la brutalidad del conflicto. Los
asesinatos y desapariciones son armas utilizadas para infundir temor y mantener el
control.

Los campesinos que lucharon por proteger sus tierras y sus derechos se
convirtieron en objetivos. La Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare
sufrió la pérdida de muchos de sus miembros, quienes fueron asesinados o
desaparecieron en el intento de resistir las presiones de los grupos
armados.“Mauricio Hernández, actual vicepresidente de Violencia y no-violencia: la
experiencia de paz de la Asociación de la ATCC estima que “se calcula que
alrededor de 600 personas fueron asesinadas y lanzadas al río, sin embargo,
algunas se atreven a manifestar que fueron más” (Fundación Carare: 2008)”(Amaya
Panche, 2012).

El contexto socioeconómico y político de Colombia también influyó en la


escalada de la violencia, infringiendo una violencia estructural en los habitantes del
campo, lugar donde el estado parece inexistente. La desigualdad, la falta de acceso
a tierras y oportunidades, y la presencia histórica de grupos armados crearon un
caldo de cultivo para el conflicto. Los campesinos, en su mayoría marginados y
empobrecidos, se convirtieron en blancos fáciles en esta lucha por el poder y los
recursos.

Las múltiples formas de expresión de la violencia incluyen no sólo la


amenaza física, sino también el impacto psicológico y emocional en las
comunidades. El miedo constante, la pérdida de seres queridos, la incertidumbre
sobre el futuro y el sentimiento de abandono por parte del estado y por aquellos que
solo se han aprovechado de poder infligiendo miedo y una falsa confianza han
dejado cicatrices duraderas en la población colombiana. Pues inicialmente para el
pueblo carañense, la guerrilla se percibía como el ejército del pueblo y defensora de
los derechos de los campesinos, tal como se les llamaba. Sin embargo, con el
tiempo, surgieron notables discrepancias entre las afirmaciones y la realidad vivida.
Hubo incidentes desagradables, como la lamentable pérdida de personas de la
comunidad. Estos acontecimientos llevaron a replantear la percepción de la guerrilla
y a considerar nuevas formas de acción. La conclusión fue que debían unirse los
menos favorecidos, aquellos desprovistos de poder, y luchar por sí mismos, ya que
no había nadie más dispuesto a hacerlo por ellos (página 485)(Atcc,2011).
Las promesas de protección a los campesinos por parte de la guerrilla no se
cumplieron. En su lugar, se desató una absurda oleada de asesinatos perpetrados
por los mismos guerrilleros. Numerosos agricultores perdieron la vida sin entender
por qué eran condenados injustamente. El informe de la ATCC observa una especie
de competencia macabra entre los guerrilleros y los militares, en la que intentaban
superarse mutuamente en la cifra de campesinos asesinados. Tanto la guerrilla
como el Ejército dirigían su furia contra aquellos que carecían de medios para
defenderse (página 479)(Atcc,2011).

La Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare es un ejemplo de


cómo la violencia puede fragmentar y desestabilizar comunidades enteras, pero si la
comunidad se une puede hacer cosas increíbles. En 1987, en medio de una
situación difícil, los paramilitares junto al ejército dieron un ultimátum a los
campesinos de la región. Les dijeron que tenían cuatro opciones: unirse al Ejército,
unirse a la guerrilla, abandonar la zona o enfrentar la muerte. Los campesinos
solicitaron una semana para responder y, durante ese tiempo, sus líderes
principales se reunieron y decidieron formar un grupo para defender la vida, la paz y
el trabajo. Este grupo, inicialmente compuesto por 20 y luego 50 campesinos,
decidió no aceptar las opciones dadas por los grupos armados y optaron por
permanecer en la región, trabajando pacíficamente como campesinos. Crearon una
estructura llamada la junta campesina para apoyarse mutuamente y fortalecerse.

La Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC) se formó


como resultado de esta iniciativa. “[…] antes de crear la organización, sin ni siquiera
saber el nombre que le iban a colocar a la organización, unos líderes que se
estaban preocupando por la violencia que se estaba generando, entonces los unos
a los otros se decían: No, hermano, a esto hay que ponerle pare, que esto hay que
bregar a mejorarlo, que no sé qué, y el otro decía: sí, mano, pero cómo lo hacemos,
y así se quedaba en dos, tres personas, pero resulta que al otro día se encontraban
con otras personas que también tenían la misma preocupación, y entonces inclusive
se hacen los diálogos a escondidas, porque la gente no se podía reunir, entonces
de esos diálogos empezaron a generarse unos principios. Vamos a organizarnos,
pero de qué manera. Yo creo que aquí todos saben que también se pensó aspirar a
las armas, es decir, conformar un cuarto grupo armado, pero a través de esos
diálogos dicen no, mano, no podemos armarnos, tenemos que buscar otra
estrategia” (primer encuentro de Grupo de Memoria Histórica con la Atcc, febrero
2010, p. 368)”(Atcc,2011).

La ATCC buscaba defender los derechos de los campesinos en la región y


establecer un diálogo con la guerrilla para establecer condiciones de
convivencia.Testimonios sacados del texto basta ya exponen que “En esa reunión la
guerrilla nos recibió planteando: “Aquí los que mandamos somos nosotros y los que
obedecen son ustedes”. Pero Josué se levantó y planteó: “No. Nosotros no venimos
a que nos pongan condiciones. Venimos a poner las nuestras. Hasta aquí llegaron
ustedes. Nosotros no aceptamos condiciones de nadie. Preferimos morir antes que
aceptar las condiciones de nadie. Si lo que ustedes quieren es matarnos, mátennos
aquí de una vez […]”(GMH, 2013). La guerrilla aceptó dialogar, pero solicitó que
otros grupos armados también hicieran lo mismo.

Con el tiempo, la ATCC creció y se fortaleció, y aunque el conflicto continuó


en el sector del Santander, las zonas bajo el control de la asociación disfrutaban de
lo que todas las víctimas de este conflicto anhelan, vivir en dignidad. A pesar de la
presión del gobierno local, la organización se constituyó legalmente como la
Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare. La elección del nombre
enfatiza que no todos los campesinos son trabajadores, ya que algunos pueden ser
perezosos o tener afiliaciones con grupos armados.

En resumen, el conflicto armado en Colombia ha tenido devastadores efectos


en la población campesina, manifestándose a través de desplazamientos,
asesinatos y desapariciones. El caso de la Asociación de Trabajadores Campesinos
del Carare ejemplifica cómo estas formas de violencia están entrelazadas con las
dinámicas políticas, económicas y sociales del país. La brutalidad del conflicto, las
actitudes y comportamientos de los involucrados, y las múltiples dimensiones de la
violencia han dejado profundas cicatrices en la sociedad colombiana,
recordándonos la importancia de buscar la paz y la justicia para sanar estas heridas.
Referencias

Díaz Samper, C. (2006). Una resistencia civil en medio del fuego cruzado : la
experiencia de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare
(ATCC) en el corregimiento de La India en el Magdalena Medio
Santandereano. Universidad de los Andes.eferencias

Howard, B. (2022, October 2). Impactos a las poblaciones campesinas en el marco


del conflicto armado: afectaciones y resistencias. La comisión de la verdad.
Retrieved August 30, 2023, from

http://comisiondelaverdad.co/impactos-las-poblaciones-campesinas-en-el-marco-
del-conflicto-armado-afectaciones-y-resistencias

Amaya Panche, J. (2012). Violencia y no-violencia: la experiencia de paz de la


Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare-ATCC. Criterios, 5(1),
185–220. https://doi.org/10.21500/20115733.1976

Grupo de Memoria Histórica (GMH), ¡Basta ya! Colombia: Memorias de Guerra y


Dignidad, Imprenta Nacional, Bogotá, 2013

Galtung, Johan. “Violencia, guerra y su impacto: sobre los efectos visibles e


invisibles de la violencia”. Polylog: foro para filosofía intercultural 5, 2004.
Enlace: https://red.pucp.edu.pe/wpcontent/uploads/biblioteca/081020.pdf

Documental No hubo tiempo para la tristeza. CNMH. Enlace:


https://www.youtube.com/watch?v=das2Pipwp2

El orden desarmado. La resistencia de la Asociación de Trabajadores Campesinos


del Carare (Atcc). Informe del Grupo de Memoria Histórica. Cnrr, 2011.

Avella, E. (n.d.). Un proceso de paz ignorado por la "gran prensa". Cerosetenta.


Retrieved August 30, 2023, from
https://cerosetenta.uniandes.edu.co/especiales/un-proceso-de-paz-ignorado-
por-la-gran-prensa/

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