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CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENT1FICAS

INSTITUTO MIGUEL ASíN

UNA DESCRIPCIÓN
ANÓNIMA DE AL-ANDALUS
EDIT ADA Y TRADUCIDA,
CON INTRODUCCION, NOTAS E lNDICES, POR

LUIS MOLINA

Tomo 11: Traducción y estudio

MADRID 1983
,
UNA DESCRIPCION
,
ANONIMA
DE AL-ANDALUS
EDITADA Y TRADUCIDA,
CON INTRODUCCION, NOTAS E lNDICES, POR

LUIS MOLINA

Tomo II
Traducción y estudio

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTíFICAS


INSTITUTO «MIGUEL AS1N"
MADRID. 1983

© C. S.1. C.

ISBN. 84·00·05433-4. Obra completa


ISBN. 84·00·05585·3. Tomo II

DEPÓSITO LEGAL. M. 4.262.-1984

INPRESO EN ESPAÑA
PRINTED IN SPAIN

RAYCAR, S. A., IMPRESORES. Matilde Hernández, 27. Madrid (19)


Los dos volúmenes de este trabajo han sido publicados gra-
cias a la financiación de la Comisión Asesora Científica y Técnica
del Ministerio de Educación y Ciencia .

drid (19)
&
PRESENTACIóN

Presento en este segundo volumen de Una descripción anóni-


ma de al-Andalus la traducción anotada del texto y un estudio
sobre los aspectos historiográficos de la obra, con especial aten-
ción a las fuentes que utilizó el compilador del J)ikr.
La traducción ha sido realizada intentando ajustarse en la me-
dida de lo posible al contenido del original, rehuyendo veleidades
«literarias» que, siendo muy recomendables en otro tipo de tex-
tos, en este caso no hubieran hecho más que traicionar la esen-
cia de esta compilación histórica, redactada sin ninguna preten-
sión estética. En la traducción se han suprimido las invocaciones
que suelen seguir a la mención de algunos personajes, principal-
mente del Profeta, pero no las que acompañan a los nombres de
ciudades que, como ya apunté en la «Introducción» al volumen I,
pueden ser útiles para fechar la obra.
Las notas a pie de página pretenden ser breves y concisas y
se refieren únicamente a los aspectos históricos del texto. Siendo
el J)ikr una obra escasamente original y que no aporta muchos
datos nuevos, he creído oportuno limitarme a remitir, cuando la
noticia anotada es suficientemente conocida, a trabajos moder-
nos que traten la cuestión, en la mayoría de los casos la Historia
de la España musulmana de Lévi-Provencal, obra ciertamente su-
perable, pero no superada.

-7
Las notas a pie de página son breves también porque no se
ha incluido en ellas ni la identificación de personajes y lugares
(realizada en los respectivos Índices), ni la mención de fuentes
paralelas (en el apartado que he titulado «Notas historiográñcas»,
inmediatamente después de la traducción. Los números entre cor-
chetes al inicio de cada párrafo en el texto remiten a esas «No-
tas»).

-8-
porque no se
najes y lugares
ción de fuentes
- toriográficas»,
eras entre cor-
- en a esas «No-

TRADUCCIóN

= ] / En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Bendiga
y salve a nuestro amo y señor Mahoma, a su familia y a sus
compañeros.

DESCRIPCIÓN DEL PAÍS DE AL-A DALUS y DE SU EXCELENCIA

Descripción de sus comarcas, ciudades, montañas, ríos y pro-


digios, de las excelencias y bendiciones que lo caracterizan y de
las piedras preciosas, minerales, árboles y plantas que lo distin-
guen.
Naciones y reyes que lo poblaron desde el Diluvio hasta que
lo conquistó el Islam.
Emires árabes que lo gobernaron después de la conquista.
Califas omeyas y hammüdíes 'alawíes que en él reinaron; la
dinastía 'amirí que llevó los asuntos de Hisám al-Mu'ayyad.
Los rebeldes que se apoderaron de él a continuación.
Los soberanos almorávides, almohades, benimerines, Banü Híid,
nazaríes y Banil AsqIlUla.
¡Gloria a Dios, de quien solicito Su ayuda! ¡No hay más se-
ñor que Él!

-11-

1
[DESCRIPCIÓN DE LA PENíNSULA DE AL-ANDALUS]



PRIMERA PARTE

~ENCIÓN DE AL-ANDALUS y SUS HABITANTES

[5] [1] ... 1/ de al-Andalus que el país de al-Andalus tiene una


longitud de un mes y cuatro días de camino y una anchura de
dieciocho días y que es, en todo el Clima (iqlim} 2 sirio, la región
más fértil por la abundancia de árboles, frutos yagua, así como
por otros productos y minerales que son característicos de ella.
[2] Lo circundan completamente los mares y se extiende en
longitud desde la ciudad de Ocsónoba, en el Mar Occidental, has-
ta el recodo que forma el Mar Meridional Océano junto a Port
Vendres (yabal al-Zahra), más allá de las ciudades de Tarragona
y Barcelona. En ese lugar se halla la Puerta de al-Andalus (Biib
al-Andalus) .

1 Aunque no es posible asegurarlo con certeza, todos los indicios hacen


pensar que falta un folio entre la primera página y ésta; v. supra, vol. I,
p. XXIV.
2 El término iqñm, derivado del griego klirna, designaba en un primer mo-
mento cada una de las siete partes en las que los geógrafos árabes, siguiendo
la tradición griega, dividían el mundo habitado. Posteriormente también se
aplicó a otros tipos de división territorial, tanto desde el punto de vista geo-
gráfico como desde el administrativo (v. El', III, 1103-5y MIQUEL, Géogra-
phie, II, 56·60). En al-Andalus este término se empleaba para designar una
subdivisión de la cara o provincia, aunque en ciertos casos, como es éste,
se puede utilizar también en su antigua acepción (v. MONÉs,«La división»,
116-123,cuyas conclusiones sobre iqñm y yuz' no pueden ser aceptadas sin
reservas, como ya indicó GUICIIARD, Al-Andalus, 331). En lo sucesivo habre-
mos de traducir siempre iqñm. por «Clima» cuando sea empleado en el sen-
tido de una de las siete divisiones y por «distrito» en el otro caso.

-15-
[3J Dice Ibn Jurdádbih en su Kitab al-Masalik wa-l-mamiilik
que al-Andalus es como Siria y que es un país de suelo generoso,
tierra magnífica y fértiles jardines; por todas partes brotan ríos
y manantiales de agua dulce; los animales dañinos y ponzoñosos
escasean y goza de un clima, un aire y una brisa templados; las
cuatro estaciones dan unas temperaturas equilibradas, gracias a
lo cual los frutos crecen en toda época: en las costas son tem-
pranos y en las montañas y zonas frías, tardíos; posee caracte-
rísticas que la asemejan a la India y plantas aromáticas; cuenta
con grandes ciudades, fortalezas inexpugnables, castillos fortifi-
cados, construcciones insignes y edificios excelsos; reúne el mar
y la tierra, la llanura y la montaña.
[4 J [4 J Entre sus ciudades capitales... / Huesca, Segura, Fraga,
Tortosa, Mequinenza, Pechina, Ondara, Almería, Granada, J aén,
Ecija, Niebla, Algeciras, Málaga, Cartagena, Barcelona, Bayona,
oastüa, f"ill'iqiya, Salarnanca, Tavira
3 y Tudela. La ciudad de Tu-

del a es el extremo de al-Andalus por su parte oriental, en los lími-


tes del país de al-Ifrany. La ciudad de Tarragona es la más re-
mota de las conquistadas por el Islam en al-Andalus y consti-
tuía el límite del dominio musulmán 4. Las ciudades de tipo me-
dio como Jerez, Carrnona, Baza, Tejada, Ubeda, Baeza, Beja, Isla
Mayor, Arjona, Quesada y Tarifa son innumerables.
[5J Dice Ibn Sída: Al-Andalus es un país que abarca en lati-
tud parte de los Climas quinto y sexto, desde el Mar Mediterrá-
neo al sur hasta el Océano al norte.

3 Lógicamente debe referirse a Talavera en lugar de a la pequeña ciudad


del Algarve portugués, cuya inclusión en esta lista de «ciudades capitales»
resulta extraña. Abona esta opinión el hecho de que, en ocasiones en que
no hay duda de que se trata de Talavera, corno ocurre en la descripción del
curso del Tajo, unas líneas más abajo, encontramos en el texto árabe la
grafía T'abira. Sin embargo hemos preferido no corregir este aparente error,
puesto que si nuestro autor cita en esta relación de localidades importantes
las de Ondara, Mequinenza e incluso Bayona (P), no hay razón para que no
pudiera incluir también Tavira.
• La confusa redacción de este párrafo parece indicar que el texto está
corrupto; en cualquier caso, la afirmación de que Tarragona es la ciudad
más remota de las conquistadas por el Islam es inexacta, ya que durante
algunos años el límite septentrional de al-Andalus estuvo situado en Nar-
bona y la ciudad de Barcelona permaneció en poder de los musulmanes
hasta la época de al-Hakam 1 (v. infra, p. 140).

- 16-
[6] Al-Andalus tiene ochenta y siete montañas, de las que las
mayores son cuatro:
La primera es la Montaña de Córdoba, conocida por í'abal al-
'ArüS, que comienza en la orilla del Mar Mediterráneo Meridio-
nal, en la costa de Valencia, y termina en el Océano Occidental,
frente a las ciudades de Beja y Ocsónoba.
La segunda es la que separa al-Andalus de lfranya y í'ill'iqiya.
Comienza en el Bahr al-Zuqáq 5 y acaba en el Océano, al oeste de
Yill'iqiya... los Puertos ...
[6] ... / y acaba al final del Mar Meridional junto a Algeciras 6.

[7] En al-Andalus hay cuarenta ríos; de ellos, los más impor-


tantes y principales son seis:
El primero es el de Córdoba, llamado Betis, que nace en las
montañas de la ciudad de Segura, por la parte que da a Valen-
cia. En ese mismo lugar nace también el río de Murcia, que corre
hacia el este, pasa por Murcia y Orihuela y desemboca en el mar
a la altura de Banú l-Mudawwar. El río de Córdoba, por su parte,
corre hacia el oeste, pasa por Sevilla y desemboca en el Océano
Occidental, más allá de las Islas Mayor y Menor. Su longitud es
de 310 millas y tiene veintidós afluentes, uno de los cuales es el
Genil.
El segundo es el Guadiana -Ana es una aldea de Calatrava-,
que pasa por Calatrava, Medellín y Badajoz y desemboca en el
mar junto a la ciudad de Mértola, de la cora de Ocsónoba, en el
Algarve. Su longitud es de 320 millas. Desaparece bajo tierra en-
tre Mérida y Badajoz, de esa forma recorre varias millas y luego
vuelve a surgir a la superficie.
El tercero es el Tajo, que nace en una gran fuente frente al
castillo de Huélamo, en la montaña de al-Farrira, del oriente de
al-Andalus, en la jurisdicción de Tudela. Pasa por una zona de la

5 Generalmente el Bahr al-Zuqñq (Mar del Estrecho) designa el Estrecho


de Gibraltar, pero en algún caso se denomina así al paso entre la Penínsu-
la y las Islas Baleares (NT, 1, 127-128,en una cita de al-Idrísí recogida a
través de Ibn Sa'íd).
6 Según Ahmad al-Rází, fuente remota de este párrafo, la tercera monta-
ña sería el Sistema Central, que se extiende desde Tortosa hasta Lisboa, y
la cuarta, el Sistema Penibético (CR, 110-112;FA, 307; v. también LÉVI-PRo-
VEN<;AL, «La Description», 100).

-17 -

2
región de Zaragoza y por Toledo, Talavera, Alija, Majatj,at al-Balat
y Santarem, desembocando en el Océano Occidental junto a la
ciudad de Lisboa. Su longitud es de 620 millas 7.
El cuarto es el río Miño, que nace ... y desemboca en el mar
en f'ill'iqiya. Su longitud ...
[7] El quinto es el Ebro. Nace / en el país de f'iltiqiya, pasa por
Zaragoza y Tortosa y desde allí recorre unas dieciocho millas has-
ta desembocar en el mar. Su longitud es de 204 millas.
El sexto es el Duero, que brota de la montaña de al-Farrira,
en f'iltiqiya, pasa por Santaver y Alcira, desembocando en el Océa-
no Occidental entre Coimbra y Oporto. Mide 580 millas 8.

7 La descripción del río Tajo es, en líneas generales, correcta, con la sal-
vedad de la mención de Tudela, que habría que cambiar por Toledo. Sin
embargo, si se compara con otras descripciones de los ríos de al-Andalus,
comprobamos que parece reinar cierta confusión entre las distintas fuentes:
al-Rází, según el testimonio de CR, 115-116,corroborado por al-Bakrí (apud
LÉvI-PROVEN~AL, «La Description», 102-103),hace nacer el Guadiana entre la
montaña de al-Buwayra y la villa de Raqúbul (Recópolis), mientras que al-
'UQ,ñ (apud AB, 505-506)coincide, con ligeras variantes, con el J)ikr. Esta
montaña de al-Buwayra tiene una grafía muy semejante a la al-Farrira don-
de el J)ikr sitúa el nacimiento del Tajo y, más adelante, el del Júcar (v. in-
ira, n. 8). ¿Es casual esta similitud en las grafías o se trata realmente de
la misma montaña? En este último caso nos hallaríamos ante un error por
parte de una de las dos versiones divergentes, la de al-Rází, seguida por al-
Bakrí, y la del J)ikr, copiada al parecer de al-'Ugri. La ubicación del naci-
miento del Tajo cerca de Huélamo y la indicación de que el Júcar nace en
esa misma Sierra, datos que hallamos en el J)ikr, nos muestran que ésta
parece ser la versión más correcta, ya que ambas informaciones son ciertas.
Podría ocurrir también que la montaña de al-Buwayra, donde según al-Rází
nace el Guadiana, fuese distinta de al-Farrira, pero creemos que en esta
ocasión al-Rázi yerra y que ha confundido el nacimiento del Guadiana con
el del Tajo, ya que la mención de la ciudad de Recópolis parece más apro-
piada al hablar del Tajo que del Guadiana, pues, aunque realmente tampoco
se halla cerca de la fuente del Tajo, sí es cierto que se alza en sus orillas
(Recópolis se localiza en el Cerro de la Oliva, cerca de Zorita de los Canes;
v. TORRES BALBÁs, Ciudades yermas, 3442, cuyas conclusiones se han visto
confirmadas por excavaciones recientes).
• No hay duda de que nuestro autor ha mezclado la descripción de dos
ríos: el Duero y el Júcar; del primero toma su nacimiento en "9illíqiya y su
desembocadura entre Coimbra y Oporto (aunque realmente desemboca en
esta última ciudad) y del Júcar coge su paso por Santaver (entiéndase «por
la región de Santaver» y Alcira y, probablemente, la mención de la mon-
taña de al-Farrira, lugar donde, según hemos visto en la nota anterior, nace
el Tajo.

-18 -
ÁRBOLES, PLANTAS, MINERALES Y ROCAS QUE CARACTERIZAN
A AL-ANDALUS

[8] Dice al-Muzaní en su Tiirij: Al-Andalus es una isla rodea-


da de mares. De sus grietas brotan fuentes y ríos y en ella se
dan cita las cualidades de todas las demás regiones. Si te tras-
ladas de una ciudad a otra caminas casi todo el tiempo por luga-
res habitados: aldeas, castillos, puntos de agua, campos de cul-
tivo, huertos, etc. No existen desiertos, pues se halla situada en
el corazón de los mares y reúne los beneficios de un aire y un
agua magníficos y de la civilización.
[9] Así lo describe Abü 'Umára al-Basrí ":

A Dios pertenece al-Andalus y lo que en él se ha reunido


de todo lo que allí acumularon las pasiones.
Esas mansiones parecen estrellas
y aquellas regiones, el firmamento.
En cada comarca hay un arrollo en un jardín
ante el que se detienen las sombras y el rocío.

[8] [10] I En al-Andalus se encuentran fármaco s valiosos y pie-


dras preciosas que sobrepasan en calidad y utilidad a los produc-
tos de la India; por ejemplo, el áloe oloroso ('üd alanyüy) 10, que
se halla en la región del castillo de Dalías, en la cora de Tudmir,
y que no es superado en fragancia, aroma y delicadez de perfu-
me por el áloe indio.
Cerca de la ciudad de Ocsónoba se alza una montaña conoci-
da por 'fab.aZ al-Yanna, de la que emana un intenso olor a fra-
gante áloe.
En las costas del Océano Occidental se recoge un ámbar gris
('anbar) de tan alta calidad que no tiene igual en el mundo ha-
bitado.
En una de las montañas de al-Andalus, la conocida por Mon-
teleón, crece un cerezo mahaleb (mahlab ) 11 inigualable. Dice

• Metro: kamil; rima: a'ü.


10 Cfr. Lisñn al=arab, III, 183 e Ibn al-Baytár, núms. 1603 y 2318. Dalias
no pertenecía a la cara de Tudmir sino a la de Elvira.
11 Cfr. Ibn al-Baytár, n," 2090.

-19 -
Ahmad b. Müsa al-Razj: Es la planta aromática preferida y el más
estimado tipo de planta alcalina.
El nardo indio (sunbul tayyib) sólo crece en la India y en al-
Andalus, únicamente en Sierra Nevada de Elvira.
El costo (qust] de sabor amargo se da en al-Andalus en la mon-
taña de Ubeda y también en el monte que lleva su nombre, el
Jabalcuz (yabal al-qust), situado entre los castillos de Castro y
Martos.
La genciana (yintiyiina) se exporta desde al-Andalus a la ma-
yoría de los países. Es un fármaco simple muy apreciado que sólo
se halla en Niebla.
En la zona de Monteleón crece un magnífico agracejo (bar-
barts),
En la isla de Saltes hay un valioso turbid. 12 con los bordes
pegados.
En las montañas de Calatayud se encuentra una mirra (murr)
de calidad.
El mejor ámbar amarillo (kahrabii) del mundo es el de la cora
de Sidonia. Un dírhem de ese ámbar equivale a varios del impor-
tado.
El más valioso carmesí (qirmiz) es el de al-Andalus; abunda
en las comarcas de Sevilla, Niebla, Sidonia y Valencia.
[9] En al-Andalus ... buena, que es una piedra blanca, brillante, /
plúmbea y pesada que colorea de amarillo el cobre rojo 13.
En Lorca, de la cora de Tudmir, hay un lapislázuli (lüzaward¡
excelente. También existe en Almería, Baza y Granada.
En la montaña que rodea Lisboa se encuentran turquesas (J;¡.a-
yar biyiid¡) que relumbran en la noche como lámparas encen-
didas.
En Montemayor, de la cora de Málaga, se halla el rubí (yiiqüt
ahmar}, aunque es de pequeño volumen.
Una piedra similar a ésta se puede encontrar en un foso al

12 Ignoramos a qué producto se refiere. En RM, 111, ~ar<id, que Lévi-Pro-


vencal traduce (p. 136) «crepes»: en MM, 127, zubd (ecrema» o «mantequi-
lla»).
13 Extrañamente, ninguna de las fuentes que reproducen en su integridad
este largo pasaje nos habla de este producto, de cuyo nombre nos ha pri-
vado una rotura en el manuscrito.

- 20-
occidente de la aldea de Níjar, en la región de Almería de Pe-
china, con formas variadas, como si estuviese teñido, de hermoso
color y resistente al fuego.
En al-Andalus, en un lugar conocido por Cehegín, en la cora
de Murcia, hay calamita (rnagnüis) imantada.
En las montañas de Córdoba abundan la hematita (J:¡,ayar al-
siidina) y la piedra judaica (J:¡,ayar yahüdi), que se utiliza contra
los cálculos.
La marcasita (marqañtñ) aurífera, sin parangón en el mundo,
se halla en la montaña de úbeda.
Las costas de Barcelona producen perlas (yawhar).
Del río de Granada se extrae oro (g,ahab).
Las plantas preciadas como el arrayán (rayhnn), la alhucema
(juZiimii), la mejorana (mardaqúi) y el anís (riiziyany) tienen en
al-Andalus una calidad sobresaliente.
[11] ¡Qué bien dijo Abü Isháq al-JaffaY¡ cuando escribió, es-
tando en la otra orilla del Estrecho y anhelando volver a al-Anda-
lus! 14:

El Paraíso en al-Andalus es como una desposada


que, al descubrirse, ofrece un hermoso rostro y un
[perfumado aliento.
Su boca de blancos dientes hace' resplandecer sus ama-
[neceres
y sus labios rojos prestan a las noches su oscuridad.
Cada vez que el viento sopla del este
grito: ¡ay, cómo anhelo al-Andalus!

[10] [12] / Al-Andalus produce numerosos minerales: cristal de roca


(billawr) en Montoro (Córdoba) y Cabra, mercurio (zi'baq) de
gran valor en la montaña de al-Bariinis (Córdoba), galena (kuhl)
en Córdoba, aceche (zay) que se obtiene de una fuente en Niebla,
arcilla (tatl) en Toledo, hierro (hadsd) en Almería, etc. En total
son más de ochenta minerales de diversos tipos: plomo (rasas),
cobre (nuhás), casiterita (qazdir), plata (fi{J4a), etc.15•

",Metro: ramal; rima: fasto Cfr. Diwiin Ibn Jaffiiya, 136; trad. PÉRES, La
poésie, 116·117,versión que no seguimos literalmente.
IS Sobre todos estos productos, V. VALLVÉ, "La industria», 209-241.

-21-
MÉRITOS DE AL-ANDALUS.
J:lADI"!,ES QUE SE HAN TRANSMITIDO
ACERCA DE SU EXCELENCIA Y SUPREMACíA

[13] Entre los hadues del Profeta extrajo Ibn Baskuwál, imán
de los tradicionistas de al-Andalus, éste: «El que viva en al-Anda-
lus vivirá feliz y el que allí muera será mártir».
[14] Del sus» FCl{ll al-Andalus extrajo Muslim en su $ab.'ih-
este h-adi! con la siguiente cadena de transmisión: Hisám b. Ba-
sir al-Wlisip, Dá'üd b. Abi Hind, Abü 'Utrnán al-Nahdi y Sa'Id b.
Ab¡ Waqqli~: Dijo el Profeta: «Los habitantes del Magrib no de-
jarán de dar testimonio de Verdad hasta que llegue la Hora».
[15] Añade Muhammad b. Ab¡ NaF al-Humaydí: Esta frase,
si se puede aplicar en general a toda la zona a la que se refiere,
en buena medida corresponde especialmente a al-Andalus, pues
es la última región habitada, sus costas occidentales son bañadas
por el Océano y no existe camino más allá.
[11] [16] / 'Abd al-Malik b. l;Iab¡b, basándose en una cadena de
transmisión que se remonta hasta el Profeta, refiere que éste dijo:
«A mi muerte se conquistará una isla situada en el Magrib llama-
da al-Andalus; el que viva allí vivirá feliz y el que muera morirá
mártir. Sus habitantes mantendrán con el enemigo continuas ba-
tallas y escaramuzas; habitarán el país con la oposición de los
enemigos, sin que les afecte su escaso número ni su aislamiento:
ante ellos, un mar proceloso y a sus espaldas, un enemigo ace-
chante, numeroso y bien comunicado con sus aliados. De esta
forma en al-Andalus sólo se podrá ver gente que pase las noches
en vela por amor a Dios, que combata por Él o que tenga al
enemigo cerca y se someta a la voluntad divina» 16.
[17] Según otra transmisión que se remonta también hasta
el Profeta, éste dijo: «Me ha informado Gabriel que en la parte

16 Los hadites que aparecen en este pasaje son, en su inmensa mayoría,


falsos, pero éste en concreto refleja perfectamente los métodos seguidos por
el compilador del l)ikr: al-Zuhrí (KY, 80-81)recoge un J:¡.adit, atribuido a
Ibn Habíb, que coincide con el que reproduce el l)ikr hasta la frase «mo-
rirá mártir». A partir de ahí lo que nuestro autor presenta como parte in-
tegrante del .1:uulit no es otra cosa que el comentario que de él hace al-Zuhrí,
En nuestro estudio dedicaremos una atención especial a esta extensa
recopilación de hadites por la importancia que tiene para un mejor cono-
cimiento de la obra.

-22 -
más remota del Magrib hay una isla llamada al-Andalus que será
conquistada por mi gente (Umma) a mi muerte y que en ella ha-
bitarán unos hombres que, cuando mueran, morirán mártires, pero
que, mientras vivan, vivirán en un continuo y feliz ribat; a éstos
los reunirán las nubes para conducirlos a la Asamblea (mahsar)
el Día de la Resurrección (yawm al-qiyñma}»,
[18] Según otro b-ad'it., el Profeta salió un día de Medina e hizo
un gesto con la mano hacia el Magrib saludando. Le preguntaron
entonces: «Enviado de Dios, ¿a quién saludas?». Respondió: "A
unos hombres de mi gente que estarán en este Magrib, más allá
de este mar, en una isla llamada al-Andalus, que será lo último
hasta donde se propague esta religión y alcance el Islam y lo pri-
mero de donde desaparezca. Sus habitantes harán el ribiü en sus
propias casas y serán mártires en sus lechos; un solo día de ri-
b(it en sus fronteras será mejor que setenta años de culto; serán
mártires y santos. Sólo podrá darles la muerte el Señor de los
Mundos y Dios los congregará el Día de la Resurrección desde
[12] los vientres de los peces, los abismos de los mares I y los buches
de los pájaros».
[19] Entre sus méritos se cuenta lo que transmite el b-afi~
Abü 'Umar b. 'Abd al-Barr remontándose hasta el Profeta, que
dijo: «Se conquistará a mi muerte una isla llamada al-Andalus
cuyos habitantes, tanto los grandes como los humildes, se pre-
sentarán el Día de la Resurrección como mártires y Dios los hará
llover sobre la tierra de Jerusalén como las nubes dejan caer su
agua».
[20] En las lsra''iliyyat se dice: Estando un día Salomón sen-
tado en su trono pasó junto a él una nube que 10 saludó; enton-
ces él le preguntó: «¿De dónde vienes?». Contestó: «De una de
las puertas del Paraíso que se llama al-Andalus, en el Magrib ex-
tremo». Dijo Salomón: «¿A dónde quieres ... ?». « ... a Abadán, otra
de las puertas del Paraíso». Replicó Salomón: «¿Y en qué aven-
taja el lugar al que te diriges al lugar del que vienes?», Respon-
dió: «Al contrario, Profeta de Dios, el lugar del que vengo es
superior a cualquier otro en la misma medida que el Cielo es
superior a la Tierra».
[21] Dice sahr b. Hawsab: La excelencia de al-Andalus es tan
inmensa y su recompensa tan cuantiosa que no se las puede igua-

- 23-
lar. Dios congregará el Día de la Resurrección a sus habitantes
con un distintivo: una luz divina por la que se les reconocerá el
Día del Juicio (yawm al-hisñb}, Ellos son los más preeminentes
entre todos los combatientes en la Guerra Santa.
[22] Dijo el Profeta: «El ribiü se interrumpirá en todas par-
tes menos en la isla de al-Andalus, en el Magrib extremo, donde
será el más meritorio de toda la faz de la Tierra». Narra esto Ibn
al-Talla'.
[23] Dice Ibn 'Abbás: El Profeta se levantó un día de su mu-
sallá en la mezquita de Medina y saludó tres veces con la mano
hacia el Magrib. Le preguntaron: «¿A quién saludas, Profeta?».
[13] Respondió: / «A unos hombres de mi gente que estarán en el
Magrib extremo, en una isla llamada al-Andalus, que será lo últi-
mo hasta donde se propague esta religión; un solo día de riba;
allí será más meritorio que dos años en cualquier otro lugar fron-
terizo. El que viva allí vivirá en continuo ribat y el que muera
morirá mártir. Las nubes los reunirán en el Lugar del Juicio
(mawqif) el Día de la Resurrección desde más allá del mar te-
nebroso igual que cuando llueve».
[24] Según otra transmisión, que tiene su origen en Abü Ayyüb
al-An~añ, éste relata: El Profeta se detuvo en las afueras de Me-
dina, miró hacia el Magrib, saludó y señaló hacia allí con la ma-
no; entonces le pregunté: ,,¿A quién saludas, Profeta?», Me res-
pondió: «A unos hombres de mi gente que estarán en ese Magrib
en una isla llamada al-Andalus, que será lo último hasta donde
se progague el Islam y lo primero de donde desaparezca; consti-
tuirá el límite occidental del Islam y será una de las puertas del
Paraíso. Sus habitantes harán el ribtu. en sus propias casas y se-
rán mártires en sus lechos. Los mártires de otros lugares mira-
rán a los de allí del mismo modo que los seres de la Tierra mi-
ran las estrellas del Firmamento. Un solo día de ribat en sus fron-
teras será acreedor de mayor recompensa que un año en cualquier
otro lugar fronterizo».
[25] Uno de los hadues que Ibn Habíb, remontándose a Ibn
'Abbas, transmite es el siguiente: Dijo el Profeta: "Parece como
si observara las banderas de mi gente en una isla llamada al-Anda-
lus; su dominio sobre ella se conservará y su ribiü será siempre
aceptado como válido; el que perezca en combate de sus habi-

-24-
tantes será considerado señor de todos los mártires y al que mue-
ra en su lecho se le asignará la misma recompensa que al que
muera en ribiit»,
[26] Según transmite Ibn Waddáh, que se basa en Yahya b.
todas par- Yahya, Málik dijo: Dijo el Profeta: «Dios plegó ante mí / la Tie-
er,-;;>1_ rno, donde
rra y pude contemplar lo que mi gente poseería; vi que la Isla
_- ::Ta esto !bn de al-Andalus sería lo último que dominarían y pregunté a Ga-
briel: «¿Qué es esa isla?». Me contestó: «Mahoma, esa es la
isla de al-Andalus que conquistará tu gente a tu muerte; el que
viva allí vivirá en continuo y feliz ribiit y el que muera morirá
mártir» 17.
[27] También según la transmisión de Muhammad b. Waddáh,
refiere Baqí b. Majlad que un gran sabio le dijo: «El imán Ahmad
b. Hanbal anunció que Dios repartió por la Tierra catorce santos
(abdñl): de ellos, siete los instaló en al-Andalus y los otros siete
los repartió por el resto del Mundo».
[28] Dice Ibn Matrül).: El Príncipe de los creyentes, 'Umar b.
al-Janab, dijo un día que estaba predicando: «¡Gentes!, oí al Pro-
feta decir: "Los más meritorios riba; sobre la faz de la Tierra son
. el de Sirtaws y el de la isla llamada al-Andalus, pues ambos son
puertas del Paraíso; el que haga ribiit: allí tendrá el mismo honor
que los que ayudaron ( nasara) a Mahoma con buenos propósitos
y bienes lícitos"».
[29] Abü Muhammad 'Abd Allah b. Muslim b. Outayba, en su
Kitñb al-Irniima wa-l-siyiisa, refiere, basándose en al-sa'bt, que el
Profeta dijo: «Le pedí a mi Señor que me concediera tres cosas,
me otorgó dos y me negó una: le pedí que mi gente no pereciera
se-
por hambre y me lo concedió; le pedí que no se combatieran en-
tre sí y me lo negó; le pedí que no los dominase ningún enemigo
y me lo concedió, si bien puso la excepción de unos hombres de
mi gente que estarían más allá de este Mar Negro». Esto era muy
[15] conocido entre los $aJ:¡.iiba. Cuando llegó al califato 'Umar b. / al-
Jattáb, 'Amr b. al-'A~i conquistó Egipto; al enterarse dijo el Prin-
•. ':>-:-.>rP como cipe de los creyentes 'Umar: «Éste es el país del que nos habló

17 El comienzo de este J:¡adil guarda cierto parecido con uno auténtico


(WENSINK, Concordance, II, 369) Y recogido por numerosos autores del Occi-
dente islámico (SS, 162; ZM, 1, 51; NT, 1, 229).

- 25-
el Profeta». Habiendo tenido noticias de esto Ka'b al-Ahbár, se
presentó ante él y le dijo: «Príncipe de los creyentes, ése no es
el país del que habló el Profeta ni tampoco se refería a ese mar».
Le preguntó 'Umar: «Entonces, ¿qué país y qué mar son?». Res- citó a
pondió: «Príncipe de los creyentes, es una isla llamada al-Anda- al-Anca Ins;
lus, más allá del Mar Negro tenebroso, que será conquistada por por los ~¡;:_
el enemigo al final de los tiempos». Dijo 'Umar: «¿Cuándo con- dalnss.
quistaremos esa isla?». Contestó Ka'b: «Se conquistará al final
de los tiempos, mejor dicho, en el año 92 de la hégira 18, en la
época del constructor de mezquitas, el más docto de los Omeyas.
Tanto él como quien le suceda, que será su hermano y será aún
mejor que él, realizarán importantes conquistas. Vendrá después
un califa que será merecedor del Paraíso, donde habrá de gozar en la
del rango inmediatamente inferior al de los profetas. A la muer- tal».
te de este califa la gente empezará a calumniar a los Orneyas
hasta que los expulsen del gobierno del Oriente, por 10 que no les
quedará más reino que la isla de al-Andalus» 19. .réis e7~...c~
[30] Uno de los méritos de al-Andalus es que nunca se men-
ciona en sus almimbares a uno de los califas ortodoxosos si no
es para alabarlo. Es una de las fronteras de los musulmanes por
su proximidad a los cristianos (Rüm) y porque sus países son con-
tiguos. Se llama isla de al-Andalus porque el mar la rodea por
todos sus lados excepto por la zona donde se hallan los cristia-
nos, al norte, por lo que sus habitantes están entre los cristia-
nos y el mar. El Profeta dio la buena nueva de que el Islam apa-
recería allí y se mantendría hasta que llegase la Hora, a pesar
del aumento del número de los enemigos y de que el país de al-,
[16] éstos / duplica varias veces el de los musulmanes.
[31] Es cierto 10 que se dice, remontándose hasta el Profeta,
de que es una frontera que recibe ayuda divina, pues al-Andalus
nunca ha estado en peligro sin que Dios le diese consuelo o esca- FUE:"2. .:.=
l. Probablemente la frase «al final de los tiempos» sea un error del co-
pista, que repitió en este lugar esas palabras, que aparecen en la línea su-
perior.
¿
19 Hace alusión a los califas al-Walíd b. 'Abd al-Malik, constructor de las
mezquitas de Damasco, La Meca y Medina, Sulaymán, hermano del ante-
rior, y 'Umar b. 'Abd al-'Aziz, el piadoso califa que es el único omeya no
considerado impío por la historiografía 'abbásí (El, IV, 1044-46;V, 1052-58
Y 1170-71). '"
-26 -
.bar, se patoria, ni se ha hallado en apuro o aprieto sin que :Él lo librara
no es de ello con Su gracia.
[32] Menciona Sayf que 'Utmán b. 'Affiin predicó un día e in-
citó a la gente a hacer una expedición militar contra el Magrib y
al-Andalus; les dijo: «Además, Constantinopla será conquistada
por los mejores de esta comunidad y lo será por la parte de al-
Andalus».
[33] El mismo tradicíonista, basándose en al-Hasan b. Muham-
mad, afirma que el Profeta dijo: «No desaparecerá la invocación
del Islam en al-Andalus hasta que llegue la Hora».
[34] Al-Bujári, tomándolo de 'Amr b. al-Hamiq al-Juzá'I, dice
en su gran Tar'ij: Dijo el Profeta: «Habrá una revuelta (fitna)
en la que los mejores hombres será los del ejército (yund) occi-
dental».
[35] En el Ttm¡ 'Ulamü I'[riqiya de Abü l-'Arab al-Tamírní se
refiere 10 que relató Anas b. Málik de que el Profeta dijo: «Ten-
dréis ejércitos dispersos por todas las regiones de la Tierra y el
e men- mejor de ellos será el occidental».
[36] En esta misma obra se refiere, también basándose en
l==s!::aLaIl,es por Anas b. Málik, el siguiente1:z.adi! del Profeta: «Una parte de mi
on con- gente continuará en el Magrib combatiendo por la Verdad hasta
rodea por que combatan al Anticristo (Dayyal); no les molestarán los que
o cristia- se les opongan hasta el Día de la Resurrección».
cristia- [37] Dijo el Profeta: «Lo mejor de la Tierra son sus partes
slam apa- occidentales».
, a pesar [38] Abü l-Hasan b. Safar al-ISbili compuso en alabanza de
~ el país de al-Andalus los siguientes versos 20:

En la tierra de al-Andalus se goza de todos los placeres,


allí la dicha nunca abandona los corazones.
-x;:¡snelo o esca- Fuera de ella la vida no aprovecha
y ni siquiera el vino puede suplir la alegría.
17] / ¿Dónde hallar una tierra semejante a ésta, en la que
esposas e hijos incitan a morir defendiendo la Fe?
¿Dónde hallar una tierra semejante a ésta, en la que
==~or de las
b=;:¡:;¡¡;:::;o del ante- lugares umbríos y frondosos invitan al vino?

20 Metro: basu; rima: ii'ü.

-27 -
¿Cómo dejará la mirada de regocijarse
en su contem-
[plación
si cada comarca es como un brocado de colores?
Sus ríos son plata, almizcle su suelo,
sus huertos, tafilete y perlas sus guijarros.
Su atmósfera posee una delicadeza que vuelve
afable al huraño y lo hace amable.
Por eso la flor allí sonríe de gozo, el pájaro canta
-Y las ramas se inclinan para escucharlo.
~l hablar sobre al-Andalus abandoné todo recato: no tíe-
[ne igual,
pues es un vergel y el resto de la Tierra, un desierto.

[39] Otro autor dijo 21:

¡Qué excelente es al-Andalus, un país


que no deja de procurarme alegrías:
pájaros que cantan, extensas sombras,
aguas corrientes y palacios!

[40] Finalmente, otro poeta escribió 22:


¡Qué hermoso es al-Andalus con todas las regiones


y comarcas que en él se han reunido para nosotros!
No puedo olvidar la belleza de esa, isla por más
que el tiempo pase y las estaciones se sucedan.
La primavera teje con su vegetación un brocado
bordado con los más maravillosos colores.
El céfiro de la mañana es agradable y vaga por sus co-
[marcas
loco de amor por ellas. Los dos mares allí confluyen.
¡Qué hermoso es! El rocío siembra perlas
entre la rosa y el arrayán.
Los ríos afluentes corren
hacia sus compañeros cargados de amapolas.

21 Metro: ramal; rima: ur; v. PÉRES,La poésie, 116.


22 Metro: kiimil; rima: an=¡:.

- 28-
sn contem- Los trinos de los pajaros se confunden
plación y las ramas de los árboles se entrelazan.
_es? Nunca lo visité sin que las pupilas de las golondrinas
y las yemas de las azucenas me dieran la vida.
El frescor se despliega por sus rosas
y tú caminas entre la perla y el coral.
Después de él ningún otro país me agradó
a pesar de que fueron muchos los que visité.

-- : no tie-
= e igual, ] / PRODIGIOS DE AL-ANDALUS
_ desierto.
[41] Dice el autor:
Entre los prodigios de al-Andalus está la aldea de Bal"iy, en la
zona septentrional, cerca de la ciudad de Lérida. Junto a esta
aldea corre un riachuelo cuyo agua se solidifica, por lo que, al
dejada en un recipiente, se convierte en una masa pétrea de co-
lor amarillento; también se petrifica en los dientes de los habi-
tantes del lugar y en cualquier sitio en que se vierta. Por todo
esto casi ningún morador de dicha aldea está libre de enferme-
dades causadas por los cálculos.
[42] Otra maravilla es la nave central de la aljama de la ciu-
dad de Uclés, en la que se encuentran unas vigas aserradas, de
=-- 7 '"'::e5
sección cuadrada, con los extremos igualados y la superficie la-
tros!
brada, cada una de las cuales mide ciento once palmos de largo 22.
[43] Cerca de Calatrava brota un manantial de agua tan amar-
ga como el más ácido vinagre e imposible de beber; sin embargo,
si se llena con ella un odre y se agita, pierde la acidez y se hace
potable.
=- .: -~ sus co-
[44] En la montaña de Segura abunda el árbol del tejo. Cuan-
.znarcas
do muere una acémila en esa región se majan unas hojas de di-
·;::o::;fhIJ-en.
cho árbol y se les extrae el jugo; hecho esto, se atraviesa el ani-
mal muerto con una pica y se vierte el líquido antes obtenido en
los orificios de las heridas; a partir de ese momento, toda fiera,
alimaña o ave que coma de esa bestia muere instantáneamente
y sin remisión.

13 El palmo (sibr) medía la mitad del codo común y tenía doce dedos, es
decir, unos 21 cm. (v, VALLVÉ, «El codo»).

- 29-
[45] También en la zona de Segura hay un pozo que brota en
roca viva por una hendidura en la que cabe perfectamente la
cabeza de una acémila. Gran número de animales de carga y bes-
tias frecuentan el lugar para beber en el manantial, que les pro-
porciona agua suficiente para todos sin que disminuya su nivel
porque tantos animales abreven allí ni aumente porque dejen de
hacerla; sin embargo, en cuanto se intenta recoger agua en un
recipiente, no hay bastante ni para llenar un pozal.
[46] En una montaña que se alza en la zona de Baza se en-
[19] cuentra una gruta en la hendidura de un foso I con el cadáver
de un hombre en su interior, en el que el paso del tiempo no ha
hecho mella 24. No se tiene noticia ni se sabe nada sobre su ori-
gen, así lo encontraron en la antigüedad y así se ha transmitido
de padres a hijos. Cuentan que unos bandoleros se refugiaron en
esta cueva un día de lluvia y que uno de ellos tomó un fragmento
de la mortaja del cadáver; en ese instante cayó sobre ellos un
rayo y fulminó al profanador, pereciendo también gran parte de
los secuaces que le habían ayudado. En la misma cueva hay un
goterón que cae desde el techo a un hoyo de reducido tamaño,
que no rebosa a pesar de que no se interrumpe nunca el goteo
ni se vacía aunque beban en él muchas personas.
[47] En las proximidades de Laja hay una aldea en la que
crecen altos álamos; en ellos anidan, no se sabe desde hace cuán-
to tiempo, unas águilas que no dejan gallina o pato con vida en
las aldeas cercanas y que, sin embargo, no molestan a los habi-
tantes de la alquería junto a la que están instaladas. Cuando la
nieve las rodea y les impide moverse libremente para buscar ali-
mento, comienzan a chillar de una manera terrible por el hambre,
pero, aun así, no se atreven a perjudicar a sus vecinos atacando
sus aves de corral, que pululan ante ellas libremente, hasta que
los mismos habitantes del lugar les dan algo de comer.
[48] Hay en la región de Baza una montaña conocida por Ja-
balcón ("fabal al-kuhl =
Monte de la galena). El primer día de
cada mes lunar brota de dicha montaña galena, que se va hacien-
do más abundante conforme crece la luna a lo largo del mes has-
ta alcanzar el plenilunio; a partir de ese momento la galena co-

24 Sobre la localización de esta gruta, v. VAIJ..VÉ, «Tudmír», 154.

-30-
":,.::e brota en mienza a retroceder al mismo tiempo que decrece la luna, hasta
zamente la que llega el novilunio. Todo esto es conocido por los lugareños
- - carga y bes- desde tiempos remotos 25.
__e les pro- [49] En la montaña de Segura crecen rosas magníficas, de
su nivel calidad extrema, delicado perfume y hermoso aspecto. También
_Ge dejen de se encuentra allí un excelente nardo.
zua en un [20] [50] Una de las / curiosidades de esta montaña es que todo
aquél que penetra en ella siente deseos sexuales e incluso puede
3 Baza se en- llegar a eyacular sin tener sueños ni recuerdos eróticos y sin que-
el cadáver rerlo. Se dice que es debido al agua de un manantial que brota
iempo no ha por allí.
re su ori- [51] En las proximidades de Loja hay una cueva cuya entra-
......-:.
zransmitido da se halla a cuatro codos de altura y tiene delante un árbol. Una
giaron en vez que se ha subido hasta allí es necesario descender más de
fragmento dos brazas hasta encontrar una amplia gruta en la que hay cuatro
- - - re ellos un cadáveres de los que nadie sabe cuánto tiempo llevan allí, pues
s::an parte de así los encontraron ya en la antigüedad, cuando se conquistó al-
hay un Andalus e incluso antes. Nadie puede dar la menor noticia sobre
-,.,¡"'-c.,-;rlo
tamaño, su origen, lo único que se sabe es que los príncipes y reyes los
el goteo cuidaban y enviaban mortajas nuevas cada año, mortajas que
eran rasgadas y colocadas encima de los cadáveres. Alguien que
=----=.:a en la que entró a verlos cuenta que, al descubrir el rostro del que estaba
~- .:~ .hace cuán- en medio, observó que tenía colocados los brazos sobre la frente.
c-r COn vida en Tras descubrir también el pecho y el vientre, golpeó en éste con
...-:.::.a los habi- el dedo y sonó como cuero seco; cada uno de ellos medía doce
--="-. Cuando la palmos. En la cueva reinaba una profunda oscuridad y una sole-
uscar ali- dad impresionante; el lugar donde yacían era una roca sólida y
el hambre, lisa y bajo sus cabezas había una pequeña elevación de la misma
T':'::±~ atacando roca. Sigue contando que vio en esa cueva tres calaveras y hue-
--:.e, basta que sos cariados de esqueletos 26.
zaer, [52] Cerca de la aldea de Priego hay un manantial cuyo agua,
·da por Ja- al ser bebida por un enfermo que padezca de cálculos, provoca
:-=i:ner día de su curación, ya que los disuelve. Priego es una ciudad pequeña 27.
= se ya hacien-
25 V. FERNÁNDEZ-CAPEL, "Un fragmento», 118-120 y 123-124 Y VAllVÉ, "La in-
1 mes has- dustria», 212 .
.a galena co- 26 V. FERNÁl'-TJ)EZ-CAPEL,
"Un fragmento», 111-114 y SÁNCHEZMARTÍNEZ,,,!lb¡-
ra», 65-66; sobre la leyenda de los durmientes, v, VÁZQUEZ,"Una versión».
27 V. SÁNCHEZMARTÍNEZ,«Ilbíra», 67. La anotación que Sánchez Martínez
154. hace a este párrafo demuestra un error de comprensión de los textos adu-

-31-
[53] Entre el alfoz de Tiikurunna y el de Sidonia se alza una
montaña llamada al-Wasit que posee antiguas ruinas. En el inte-
rior de una cueva excavada en roca viva se halla un hacha de
[21] hierro suspendida / de una fisura en la roca, a la vista y al alcance
de la mano. Si se intenta sacarla, se comprueba que es imposi-
ble, pero si se la empuja con la mano desaparece dentro de la
grieta de la roca y, en cuanto se la suelta, cae y recupera su po-
sición habitual. Se cuenta que los notables de Sidonia encendie-
ron fuego en ese lugar y rociaron la roca con vinagre para que
se partiera y pudiera sacarse el hacha, pero ni el fuego ni el vi-
nagre surtieron ningún efecto y fueron incapaces de extraer el
hacha a pesar de todas sus tretas.
[54] En una montaña cercana a Cabra se encuentra una ca-
verna de la que sale continuamente un viento huracanado. Dice
que es una de las puertas de los vientos. Cabra es una ciudad pe-
queña, con huertos, manantiales y campos de cultivo.
[55] En la región de Elvira había una imagen de un caballo
hecha en piedra. Los niños solían montarse en ella hasta que se
rompió. Se dice que el mismo año que se quebró la estatua esta-
llaron revueltas (fitna) en Elvira y fue invadida por los berébe-
res. Eso fue el principio de su ruina y la causa de su desapari-
ción 28.

cidos, concretamente de al-Rilzi e Ibn Gálib, pues estos dos autores hablan
de que el agua de Priego se solidifica en las márgenes de los arroyos, lo cual
no tiene nada que ver con las cualidades curativas del agua de este manan-
tial.
28 V. SÁNCHEZ MARTÍNEz, «Ilbíra», 51.

- 32-

3
se alza una
En el inte-
hacha de
:- al alcance

11

[EL PAíS DE AL-ANDALUS. MENCIóN DETALLADA


DE SUS CIUDADES: CÓRDOBA]

3
EL PAís DE AL-ANnALUS. MENCIÓN DETALLADA DE SUS CIUDADES
Y DE LAS CUALIDADES Y BELLEZAS QUE CARACTERIZAN
A CADA UNA DE ELLAS

[1] Dice el autor -Dios lo haya perdonado-: Mencionan Al}.-


mad b. Abí l-Fayyád, al-Dawlábí, Ibn al-Oütiyya, Ibn Hayyán, al-
Rází, Ibn Muzayn, al-Rama si, Ibn al-Raqíq y otros que se intere-
saron por la historia de al-Andalus que el orbe habitado está di-
[22] vidido en siete Climas y que / el país de al-Andalus se halla al
final del Clima cuarto, abarcando también en latitud el quinto
y el sexto de esos siete Climas l.
[2] Al-Andalus, según el Díwan al-'ayam 2, es una fértil penín-
sula caracterizada por sus tierras extensas y su amplio mar, así

1 Nuestro autor mezcla aquí dos versiones divergentes sobre los Climas
que abarca al-Andalus, la de Ahmad al-Rází (eal final del cuarto») y la del
autor de la Nuzhat al-nufús (sen el quinto y el sexto»). A estas dos opinio-
nes puede añadirse la de Sá'id de Toledo (ela mayor parte de al-Andalus
se halla en el Clima quinto y una zona, en la que se hallan Sevilla, Mála-
ga, Córdoba, Granada, Almería y Murcia, en el cuarto»). Las tres versiones
son recogidas por Ibn al-Sabbát (SS, 127 y 129; trad., 18 y 22·23).
2 No creemos que este Drwiin al-'ayam haya de ser interpretado como el
título de una obra concreta, sino como una alusión a los escritos cristianos
en general. El párrafo en cuestión tiene ciertas concomitancias con la cono-
cida introducción de al-Rází a su Historia (compárese con CR, 11-12y NT,
1, 129-130y 140).Aunque es de sobra conocida la influencia de las obras la-
tinas en la Geografia de al-Rází (v. VAU.VÉ, «Fuentes»), resulta curioso que
en este pasaje en concreto al-Rází no aluda en ningún caso a sus posibles
fuentes latinas, limitándose a remontar sus informaciones de una manera
vaga a «los sabios» (NT, 1, 129).

- 35
como por sus variados frutos y riquezas; posee una gran pobla-
ción, una naturaleza generosa, abundancia de caza de pelo y de
pluma y provechosa pesca; su tierra y su suelo son productivos
y sus aguas, potables; en ella escasean las serpientes, los alacra-
nes y las alimañas dañinas, mientras que los leones son algo ex-
cepcional. Añádase a esto el hecho de que apenas existen zonas
desérticas, pues abundan las fortalezas y los castillos; cuenta con
gran número de minas, produciendo incluso cristal de roca (maha),
mercurio, azufre (kibrü), plomo y casiterita.
[3] Los habitantes de al-Andalus son los de más fuerte brazo,
pero los más difíciles de gobernar. Se dice que al gran César que
reinaba en la época de Jesucristo se habían sometido la mayor
parte de las gentes del mundo y nunca había encontrado entre
todas las naciones con las que había topado una más difícil, más
valerosa ni más esforzad a en el combate que ésta
La capital de al-Andalus y su metrópoli en la antigüedad y en
los tiempos modernos, en la Yahiliyya y en el Islam es Córdoba
-Dios la restituya-o

LA CIUDAD DE CÓRDOBA y SUS BELLEZAS


-DIOS ALTíSIMO LA DEVUELVA Y REINTEGRE AL ISLAM
CON SU GRACIA- 3

[4] Córdoba es la sede de al-Andalus, su polo y su región más


importante, su metrópoli y morada, residencia de los califas y
capital real tanto con los cristianos como con los musulmanes,
ciudad de la ciencia y asilo de la sunna y de la comunidad islá-
mica. Según se ha transmitido, se establecieron en ella uno de los
$ah.iiba y un grupo / de Tiibi'iin. y de los discípulos de éstos 4.

1 Todo el pasaje relativo a Córdoba fue editado por MU'NIS, «Wasf» Y


traducido por CASTELLÓ, «Descripción». Los numerosos errores de la edición
de Mu'nis se vieron irremediablemente reflejados en la traducción de Cas-
telló, la cual, a pesar de ello, sigue siendo aprovechable por su profusa
anotación.
• M. MAR.fN,«<Sal.taba») ha puesto de manifiesto en un documentado tra-
bajo el aspecto más legendario que histórico de la presencia en al-Andalus
de estos $aJ:¡.aba y Tiibi'ün.

- 36-
~ gran pobla- [5] Se alza a orillas del Guadalquivir y se encuentra en el cen-
~ e pelo y de tro del país, entre el Levante y el Poniente.
productivos [6] Es una ciudad grande, fundada en tiempos remotos por
-:-'"~-~., los alacra- los antiguos, de buen agua y agradable clima; la rodean por to-
son algo ex- dos lados huertos, olivares, aldeas, castillos, aguas y fuentes. En
existen zonas su jurisdicción se halla un gran campo de labor, sin comparación
=---,"",,-; cuenta con en todo al-Andalus por su fertilidad.
roca (mahn),
;>
[7] Posee una mina de plata y muchas más de otros minera-
les. Una de sus maravillas es el rejalgar (rahy al-gñr) 5, que crece
~:=:a..: erte brazo, en la comarca de la aldea de Bastana; según dice Ibn al-vazzar
~ z, ~ César que en su Kitiib 'Aya'ib al-dunya, es muy beneficioso para los cerdos
"",-,,"-"-U'J do la mayor si se pulveriza y se esparce sobre ellos.
rrado entre [8J Al hablar de Córdoba dice al-Rází: Es la metrópoli y el
- - dificil, más ombligo de al-Andalus, la sede real en la antigüedad y en la actua-
lidad, en la -<Jahiliyya y con el Islam. Su río, que es el mayor de
- ;,:: igüedad y en al-Andalus, nace en las montañas de Segura y es cruzado por un
- es Córdoba puente enorme de prodigiosa factura que fue reconstruido por
al-Sarnh, cumpliendo órdenes del Príncipe de los creyentes 'Urnar
b. 'Abd al·'Aziz; por su fábrica y su perfección constituye una de
las maravillas del mundo 6. También destaca Córdoba por su mez-
quita aljama, la mayor del mundo musulmán.
[9J Dice al-Dawlábí en su obra: Córdoba es la meta y el lugar
donde se planta la bandera, metrópoli y sede de hombres virtuo-
sos y piadosos, corazón de los distritos y fuente de donde manan
_ __ región más las ciencias, cúpula del Islam y residencia del imán
[la] Dice Ibn ~ayyan; Córdoba es la sede real de los OIneyas
califas y
_-= .:::msulmanes, y antes lo fue de Rodrigo el cristiano (riirni); es ciudad agrícola
y ganadera, productora de innumerables especies frutales; el in-
=" 'dad islá-
terior de la ciudad es agradable, su entorno, maravilloso y vasto,
uno de los
su aspecto, hermoso y radiante y su forma, extraordinaria y admi-
= 'e ' tos 4.
[24] rable; su agua es dulce y su clima, / templado; por todos lados
la cercan arboledas frondosas y jardines abigarrados; es morada
s, cWa~f» y de Tabi'ün y de tradicionistas y sus habitantes son ortodoxos y
la edición
íón de Cas- fieles a la comunidad islámica; es sede del califato, eje del reino
su profusa y orgullo de la Tierra. En ella se establecieron dos de los Sa{üiba,
o tres, según dicen otros.

, En el original, J:¡.ayar al-gar.


• V. OCAÑA, «Basílica», 362-363.

- 37-
[11] En tiempos de los omeyas las edificaciones de la ciudad
se extendían por una superficie de ocho parasangas de largo por =25]
dos de ancho, cantidades que, expresadas en millas, corresponden
a veinticuatro de largo por seis de ancho 7, todas ellas pobladas
por casas, alcázares, huertos, mezquitas, alcaicerías, albergues, zo-
cos y baños que se alzaban a lo largo de la orilla del río llamado
Guadalquivir, el único que lleva nombre árabe en todo al-An-
dalus.
[12] Córdoba creció continuamente desde que fue conquista-
da por el Islam en el año 92 de la hégira (71) hasta el 400 (1009-
1010). A partir de ese momento comenzó a decaer y despoblarse
paulatinamente hasta que se adueñó de ella el enemigo cristiano
el 23 de sawwal del año 633 (29 junio 1236)8.
[13] Las dimensiones de la ciudad de Córdoba, sin incluir los
arrabales, es decir, lo rodeado por las murallas, eran de 1.700 co-
dos de norte a sur y de 1.400 de este a oeste 9.
[14] Tiene siete puertas 10:
La del Puente (Biib al-Oantara), situada al sur, en cuyo exte-
rior hay infinidad de jardines, norias, molinos y huertos sin so-
lución de continuidad.
La Puerta de Hierro (Bñb al-Hadui}, al oeste.
La Puerta del Judío (Bab al-Yahüdi), al norte.
La Puerta de 'Xmir (Biih 'Lf.mir), al oeste, llamada así porque
cerca de ella se había establecido 'Xmir b. 'Umar b. Wahb b. Ab¡
Zara b. 'Umar b. Hisám b. 'Abd Manáf 11.
La Puerta de los Perfumeros (Biib al-'Attartn), también al oeste.

7 Cantidades a todas luces exageradas, puesto que la milla equivalía a


1.857,57 metros (VAllVÉ, «El codo», 346-347), con lo que Córdoba habría te-
nido una extensión de unos 45 Km. de largo por 10 de ancho.
s BM-Almohades, 322-323; AIuONA,El reino, 67.
9 El codo raSsiiSí medía 55,72 cm. (VAllVÉ, «El codo», 352), con lo que el
recinto amurallado de Córdoba tendría unos 950 metros de N a S y unos
780 de E a O. Estas dimensiones de la medina coinciden con las que ofrece
LÉVI-PROVEN<;:AL (HEM, V, 236), si bien se ajustan más aún a las conclusiones
del arabista francés los datos de al-'Ugri, que da la cifra de 1.900 codos
(unos 1.050 metros) para la distancia N-S.
ro V. OeAÑA, «Las puertas»; HEM, V, 236-238; GARCÍA GóMEZ,«Topografía»,
342-346y CASTEU.6,«Descripción», 128-13l.
11 El nombre de este personaje era 'Amir b. 'Amr b. Wahb b. Mus'ab b.
Abi 'Uzayz Zirára b. 'Umayr b. Hásim b. 'Abd Manaf (TA, 122).

- 38-
de la ciudad La Puerta de 'Abd al-Yabbár (Biib 'Abd. al-fabbiir), llamada así
-- - de largo por [25] por 'Abd al-Yabbár b. Jattáb, I mawlá de Mu'áwiya b. Marwán,
::- corresponden que se había establecido cerca de ella.
--:- ellas pobladas La Puerta del Nogal (Bab al-Yawza).
-~ -. albergues, zo- [15] El perímetro amurallado de Córdoba a lo largo de sus
río llamado arrabales es de 33.000 codos, siendo el del alcázar real de 1.100
todo al-An- codos 12.
[16] El alcázar cuenta con seis puertas 13:
~ fue conquista- La Puerta de la Azuda (Biib al-Sudda),
el 400 (1009- La Puerta de los Jardines (Biib al-Yinan).
=-- Y despoblarse La Puerta de la Justicia (Biib al-í Adl),
ígo cristiano La Puerta de la Fábrica (Bab al-Sináa}.
La Puerta Real (Biib al-Mulk o al-Malik).
incluir los La Puerta del Siibiit (Biib al-Siibiit}, por la que salía el imán
de 1.700 co- omeya hacia la mezquita aljama.
[17] Los arrabales que la rodean son veintiuno, cada uno de
los cuales sobrepasa en longitud y anchura la milla. Todos ellos
en cuyo exte- cuentan con mezquitas, zocos y baños suficientes para proveer
ertos sin so- las necesidades de sus habitantes sin que tengan que salir de
ellos 14.
[18] Estos arrabales son: Secunda, Almunia, al-Ray1;tiini, los
Pergamineros [al-Raq qñqin ), Mezquita de la Cueva (Masyid al-
~~~ ~ porque Kahj) , Palacio de Mugít (Baliit Mugi!), al-Abüri, Mezquita de sifa'
"ahb b. Ab:i (Masyid sitii'), Mezquita de Masrür (Masyid Masrúr), al-Rawda, la
Cárcel Vieja (al-Siyn al-qadim}, Puerta del Judío (Biib al-Yahiidi),
ién al oeste. Ruzafa, sabuur, Furn nou. la Torre (al-Burv), Almunia de 'Abd

equivalía a 12 Es decir, unos 18.400 y 613 metros. CASTELLó ("Descripción», 131, n. 15)
Cém>ba habría te- considera la primera cifra exagerada, pero es preciso tener en cuenta que
en este párrafo se habla del perímetro de la ciudad con sus arrabales, cir-
cunstancia que parece no haber advertido Castelló, que rechaza la cifra al
con lo que el compararla con las dimensiones que se han dado anteriormente (n. 9), di-
_- a S y unos mensiones que se referían únicamente a la medina. Sobre la extensión de
que ofrece Córdoba, v. HEM, V, 233-234. Aunque en época califal los arrabales no es-
z ::zs conclusiones tuvieron amurallados, parece que durante la [itna se alzó una cerca rodeando
de 1.900 codos toda la aglomeración cordobesa (GARCÍAG6MEZ,"Topografía», 355-356).
13 V. TORRESBALBÁS,«Báb al-Sudda», 166-167; GARCÍAG6MEZ,«Topografía»,
cTopografía», 325-326 y CASTELL6, «Descripción», 131, n. 17.
l. V. GARCÍAGóMEZ,«Topografía», 351-356. En el texto aparecen varios arra-
b. Mus'ab b. bales con nombres incompletos o alterados; para su rectificación, v. CAS-
). TELL6,«Descripción», 133, n. 8.

- 39-
Alláh (Munyat 'Abd Alliih), al-Mugirá, al-Zahra, la Medina y la Ri- [26=
bera tal/Ldwa). La alcazaba real se alza en medio de todos ellos. ralladas
[19] En tiempos del I:ziiyib al-Mansür Muhammad b. Ab¡ '.i\mir de e
se llevó a cabo un censo de las viviendas que había en Córdoba podía eId-
y en sus arrabales y se contabilizaron 213.077 casas de súbditos ello
[26] solamente, pues las de los magnates, visires, / nobles, generales,
secretarios, militares y privados del soberano sumaban 60.300. En
estas cifras no iban incluidas las almacerías de alquiler, los baños
y los albergues.
[20] Las mezquitas eran más de 13.870, de las que había 800
en el arrabal de Secunda.
[21] Los baños eran 3.911, las alhóndigas y albergues para que
residieran los comerciantes, viajeros, hombres solteros, foraste-
ros, etc., 1.600 y las tiendas, 80.45215•
[22] Las estancias del gran alcázar en el que habitaban los
califas y reyes llegaron a ser más de 430, todas ellas destinadas
al soberano, sus mujeres y los eunucos.
[23] El número de esclavos que servían en el alcázar, lo VIgI-
laban y guardaban las puertas alcanzó los 6.786. En la época del
omeya al-Násír li-dín Alláh las mujeres, esclavas rawasid 16, ser-
vidoras y cocineras eran 6.814. Para todos ellos había asignada
una ración diaria de carne de 13.000 arreldes, sin contar aves,
caza ni pescado.
[24] En al-Zahrii' había 3.950 esclavos que todos los días con-
sumían ellos solos, sin contar el resto de los habitantes del pa-
lacio, 6.800 arreldes 'de carne, aparte de la' caza, aves y pescado.
[27] [25] / Todos los días se arrojaban a los peces del estanque
de al-Zahrii' 12.000' panes, a los que se unían seis cahices de gar-
banzos oscuros.

15 Todas estas cifras sobre los edificios de Córdoba son desmesuradas;


compárense las 13.870 mezquitas del l)ikr con las 491, dato mucho más de
fiar, de al-'UgrI (TA, 124); v. TORRES BALBÁS,«Extensión» y REM, V, 234,
16 RawiiSid (pl. de riiSida) significa «púberes, adultas», pero, en nuestra
opinión, debía tener en al-Andalus un sentido mucho más concreto, como
se desprende de un pasaje de Ibn Hayyán (M-Makki, 21) en el que se obser-
va que el término en cuestión es empleado como sustantivo: «le dijo el emir
a la riiSida». Piénsese, por ejemplo, en el vocablo tata, cuyo significado pri-
mitivo es «adolescente», pero que se aplica a los eunucos palaciegos, inde-
pendientemente de la edad que tengan.

- 40-
...:. . a y la Ri- [26] En los alrededores de Córdoba había tres mil aldeas amu-
todos ellos. ralladas que contaban en su totalidad con púlpito; en cada una
o. Ab¡ 'Amir de ellas había un muqallas 17, alfaquí consultivo (rnuiiiwar] que
en Córdoba podía emitir fetuas sobre sentencias y cuestiones jurídicas; entre
de súbditos ellos [los habitantes de al-Andalus] sólo se tocaba con el qiilis
• generales, quien sabía de memoria la Mudawwana y diez mil hadites con
60.300. En cadenas de transmisión que se remontaran hasta el Profeta. Estos
=:'~-ler. los baños muqallas de las aldeas y los ulemas próximos a Córdoba acudían
todos los viernes a la capital para rezar con los califas, presen-
e había 800 tarles sus respetos e informarles de los asuntos de sus locali-
dades.
[27]Los tributos de Córdoba y sus alfoces llegaron en tiem-
pos delos califas y de al-Mansür b. Abí 'Amir a tres millones de
dinaresde peso legal, que equivalen a tres bayt mal por año. Esto
era enla época de al-Násir li-dín Alláh, de su hijo al-Hakam, de
Hisám al-Mu'ayyad y del 1).ayib de éste, al-Mansür b. Ab¡ 'i\mir.
[28] Después del año 400 de la hégira (1009-10), Córdoba co-
menzó a decaer y quedó en su mayor parte asolada. Así, en tiem-
pos de los almorávides Larntüna y de los almohades Masmíida el
número de casas de los súbditos era de 100.013, mientras que las
de los gobernantes, servidores y militares eran 6.300. Los baños
quedaron reducido!' a 711 y las mezquitas a 3.877 18.
[29] En cuanto a su gran aljama, en todo el mundo islámico
días con- no hubo una más importante, más grande, de construcción más
It:i::±:anres del pa- [28] maravillosa ni de obra más perfecta. Fue hecha / por doce sobe-
y pescado. ranos omeyas. Al-Hakam al-Mustansir bi-lláh realizó en ella una
" estanque hermosa ampliación en la que destacaba el hecho de que cada
--.-es de gar- vez que se unían cuatro columnas 19 su capitel era único, labrado
en un solo bloque de mármol, grabado e incrustado con lapislá-

17 Sobre muqallas y qalis, v. Dozr, Supplément, I1, 395.


18 Si las cifras de edificios de la época califal eran exageradas, en este
caso el adjetivo que les cuadra es el de falsas, ya que nuestro autor -o su
fuente- ha tomado las cantidades que dio antes y las ha modificado leve-
mente, en ocasiones simplemente quitándoles un guarismo, para reducirlas
y demostrar de esa manera la decadencia de Córdoba: las casas de súbditos
pasan de 213.077a 100.013,las de la aristocracia, de 60.300a 6.300,los baños,
de 3.911 a 711 y las mezquitas, de 13.870 a 3.877.
19 Se refiere, lógicamente, a cuatro arcos, no a cuatro columnas, circuns-
tancia que ya señaló MU'NIS, «Wasf», 171, n. 3.

-41-
zuli Y oro en sus partes superior e inferior. En todo el Islam
no se construyó mezquita semejante. El último que realizó en
ella obras, la perfeccionó y la amplió en gran medida fue el J:üiyib
al-Mansür b. Abí '.i\mir, que le añadió ocho naves por la parte
oriental.

LA MEZQUITA ALJAMA DE CÓRDOBA


-DIOS LA RESTITUYA AL ISLAM-
DESCRIPCIÓN DE SU CONSTRUCCIÓN Y DETERMINACIÓN
DE SUS MEDIDAS SEGÚN SE HA RELATADO 20

[30]· Dice el autor de la Historia -Dios lo haya perdonado-:


Relata Ibn 'Attab, basándose en 'Ubayd Allah al-Zahráwí, quien,
a su vez, lo sabía por sus maestros, que el lugar donde ahora se
alza la aljama de Córdoba era una gran hondonada en la que los
cordobeses solían echar sus desperdicios y enterrar a sus muer-
tos. Cuando Salomón, el hijo de David, llegó a al-Andalus, pasó
por Córdoba e hizo alto frente a ella; al ver la hondonada se de-
tuvo y dijo a los genios (yinn): «Rellenad y nivelad este lugar, pues
aquí se alzará un templo en el que se rendirá culto a Dios Altí-
simo». Los genios hicieron lo que les había ordenado el Profeta
de Dios, Salomón, y, cuando estuvo aplanado y nivelado, les man-
dó edificar el templo. Acabado esto puso a algunos rabinos (ab,bar)
israelitas para que lo poblaran y establecieran allí las leyes de la
Torá y los Salmos. Así continuaron las cosas hasta que Dios en-
[29] vió a Jesús / y se difundió el Cristianismo, con lo que el templo
se convirtió en iglesia cristiana en la que se adoraba a Dios Altí-
simo y se leían los Evangelios. Cuando el Islam conquistó al-
Andalus y Táriq b. Ziyád, rnawlá de Müsa b. Nusayr, entró en
Córdoba, ordenó que se construyera la mezquita aljama de la
que estamos hablando, ocupando la mitad de la antigua iglesia.
Así se hizo y quedó la otra mitad corno iglesia en manos de los
cristianos ª-immíes.
[31] Cuando llegó al poder el imán 'Abd al-Rahmán b. Mu'áwí-
ya, el inmigrado a al-Andalus, compró la otra mitad de la iglesia

2. V. ToRRES BALBÁS,La Mezquita y HEM, V, índices; muy sugestivo es


el artículo de OCAÑA,«Basílica».

- 42-
~ - - todo el Islam y la añadió a la sagrada mezquita. En las obras, realizadas con
e realizó en gran perfección, gastó cien mil dínares de peso legal. Luego la am-
- --da fue el ha:9ib pliaron y embellecieron su hijo Hisam y su nieto al-Hakam 21.
por la parte Más tarde realizó grandes reformas el imán 'Abd al-Rahmán
b. al-Hakarn: a las nueve hileras de arcos construidas por su bi-
sabuelo 'Abd al-Rahmán al-Dájil, el hijo de éste, Hisam, y los emi-
res que les precedieron, añadió 'Abd al-Rahmán b. al-Hakam una
nave a oriente y otra a occidente, resultando el total once hileras
de arcos. También elevó la techumbre utilizando máquinas asom-
brosas, dejó fijada la amplitud de cada nave en nueve codos y
medio e hizo que el número total de puertas fuera de siete, cada
- _ perdonado-: una de las cuales tenía una anchura de cinco codos. La longitud
-e -ZahraWl, quien, de la ampliación, desde el límite de los pilares hasta el final de
de ahora se la qibla, fue de cuarenta y nueve codos. Los pilares maestros de
-;.::: en la que los la mezquita tenían una anchura de cinco palmos. Por último, en la
-~ a sus muer- parte norte añadió una galería para las mujeres con veintitrés
~ ai-Andalus, pasó columnas. Todo ello se realizó en el año 234 (848-49) 22.
nada se de- A continuación la amplió el Príncipe de los creyentes al-Hakam
lugar, pues 30] al-Mustansir bi-lláh / con otras once naves, trasladando el mib.riib
- a Dios Altí- antiguo a su emplazamiento actual; en estas obras, que fueron
=-'" el Profeta realizadas con gran perfeción y belleza, gastó enormes sumas.
- elado, les man- También hizo un almimbar fastuoso, fabricado con ébano (abnüs},
- - ;:-'- inos (a{tbiir) sándalo (sandal] rojo Y amarillo, nab', azufaifo ('unnsb), sawb.at23
- leyes de la y leño de Sapán (baqqam) y lo colocó en la maqsüra.
ne Dios en- El último que realizó obras en ella, la perfeccionó y la embe-
e el templo lleció, ampliándola en casi la mitad de lo que habían hecho an-
ri::::~::a a Dios Altí- tes los califas, fue el hayib al-Mansür Muhammad b. Ab¡ 'Xmir.
conquistó al- Las obras comenzaron a principios de rayab del año 381 (13 sep-
- - _ YT, entró en tiembre 991) y se pudo efectuar la oración en rayab del 384 (agos-
- - ali ama de la
~ ~ igua iglesia.
21 Sobre el origen de la mezquita, v. OCAÑA,«Basílica».
~ manos de los 22 La ampliación de 'Abd al-Rahmán II ha sido objeto de largas discusio-
nes por las aparentes contradicciones entre los testimonios de las crónicas
~ -~- b. Mu'áwi- y de la arqueología; v. LAMBERT, «Las ampliaciones»; LAMBERT, «L'Histoire»:
TORRESBALBÁs,«Nuevos datos»; LÉVI-PROVEN~AL, «Les citations» y HEM, V,
..•de la iglesia 250.
23 Nab' y sawT:tat son dos denominaciones diferentes de un mismo árbol,
según crezca en la cima o al pie de una montaña. Según el Glosario publi-
_ sugestivo es cado por AsfN (294-295,n," 549), el saw;tat se llamaba en al-Andalus ta;s (tejo
común).

-43 -
to-septiembre 994), durando los trabajos unos dos años y medio.
Hasta terminar la obra trabajaron allí nobles cristianos ~alaliqa,
Ifrany y Rumiiniyyiai encadenados, además de los obreros. Hizo
también aljibes para almacenar el agua de la lluvia bajo el pa-
tio de la mezquita. Estas construcciones fueron realizadas con
una gran perfección.
[32] Después de estas obras la longitud de la mezquita quedó
establecida, de norte a sur, en 347 codos, mientras que la anchu-
ra era de 250 codos. La superficie total era de dos almudes, un
cahiz y un tercio de cahiz, si bien otros dicen que eran, según la
medida cordobesa, once cahices y un tercio 24. Las naves cubiertas
son diecinueve.
[33] Las puertas, grandes y pequeñas, suman treinta y cinco;
de ellas, veintiuna grandes y el resto pequeñas; en el ladoocci-
dental hay siete, en el oriental nueve, en el septentrional diez y
el resto al sur, donde se halla la puerta del siibiu, por donde en-
traban los califas. Las grandes están todas ellas recubiertas de
planchas de cobre sobredorado.
[31] [34] / Las columnas que sostienen la techumbre y las adosa-
das al edificio, a las cúpulas y al alminar, entre grandes y peque-
ñas, son 1.409; de ellas, en el interior de la maqsüra hay 119; en
el alminar, por dentro y por fuera, 140 y sosteniendo el techo de
las naves y de las partes adyacentes, 1.253.
[35] La base del alminar es un cuadrado de ochenta palmos
de lado y su altura hasta el lugar donde se coloca el almuédano
es de 160 codos. El alminar antiguo tenía cincuenta y cuatro co-
dos de alto y dieciocho de lado. La escalera de la derecha se
compone de 107 escalones y la de la izquierda, de 11025•
[36] Las lámparas pequeñas son 235, cada una de las cuales
cuenta con seis lamparillas (knsl ko's); las grandes son ochenta
y nueve, de las cuales cinco se encuentran en el alminar y cua-
tro en la nave de la qibla, las mayores de todas; cada una pue-
de cargar siete arrobas de aceite que se consumen en una sola
noche. En la maqsüra hay tres lámparas de plata pura, cada una
de las cuales puede cargar dieciocho arreldes de aceite. En esta

24 Para comprobar el grado de exactitud de estas dimensiones, v. CASTEllÓ,


«Descripción", 142, nn. 46 y 47.
2S V. HERNÁNDEZ GIMÉNEZ, El Alminar.

- 44 -'-
- - años y medio. mezquita se consumen cada año en las lámparas citadas 1.030
-'·~'",nos falaliqa, arrobas de aceite, de las que 500 se gastan exclusivamente en el
-- obreros. Hizo mes de ramadiin.
bajo el pa- [32] [37] Construyó 26 también un almimbar enorme de 36.000 / pie-
= realizadas con zas de marquetería, cada una de las cuales costó siete dírhemes
de plata. Todas ellas· están hechas de distintos tipos de maderas
zaezquita quedó preciosas, entre ellas áloe verde «üd ratb); estas piezas se sostie-
zras que la anchu- - nen con clavos de oro y plata, algunos de los cuales tienen la
.: - almudes, un cabeza adornada con perlas y piedras preciosas. En todo el Is-
~-<!eran, según la lam no se había hecho nunca un almimbar superior a éste. Tiene
-= - ::a es cubiertas nueve escalones y se trabajó en él durante cinco años, gastándose
en su fabricación 30.705 dinares y tres dírhemes .
. ta Y cinco; [38] En tiempos de los califas y de al-Mansür b. Ab¡ 'Amir el
- =:;. el lado occi- número de servidores, sacristanes y almuédanos alcanzaba la ci-
r:-:- •anal diez y fra de 300 hombres, mientras que en la época de la [itna los sa-
r donde en- cristanes eran sólo ochenta y siete.
'"- reeubiertas de [39] En todo al-Andalus y el mundo islámico no hay mezqui-
ta mayor que ésta. En la cúpula central de la mezquita, donde
- - - y las adosa- se hallaba antiguamente el rnihriib, construyó una enorme lámpa-
~..::: es y peque- ra de cincuenta palmos de circunferencia, compuesta de 1.084
<-=-.=.1 •..• hay 119; en lamparillas sobredoradas. Todas las lámparas de la mezquita,
~;==:::.oel techo de grandes, pequeñas y las que están en las cúpulas delante de las
puertas, disponen de 10.850 lamparilla s para las que se emplean
- enta palmos cada año dieciséis arrobas de plomo para los mecheros (masak'i) 27.
e; almuédano
[40] En lo alto del cuerpo del alminar mayor hizo tres grana-
cuatro co-
das de tres palmos y medio de perímetro; dos de ellas son de
- derecha se
oro puro y la. tercera, situada delante, de plata; encima de ellas hay
10 25.
una azucena de seis pétalos sobre la que se encuentra una peque-
-c ce las cuales
ña granada de oro en el extremo de una lanza. Esto es una de las
son ochenta
maravillas del mundo 28.
- "",:;JIDar y cua-
[33] [41] En esta mezquita hay I tres puertas por las que sólo
da una pue-
pueden entrar las mujeres y se hallan en el lado norte.
:o- en una sola
- _..::-a, cada una
26 Se refiere a al-Hakam 11. Sobre el almimbar, v. HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, «El
. e. En esta
almímbar»,
27 V. Dozr, Supplément, 1, 780. Sobre las lámparas, v. DESSUS LAMARE, Des-
=::s.l::::Jlf~.v. CASTEllÓ, cription, 20, n. 16.
28 Sobre el remate del alminar, v. HERNÁNDEZ GIMÉNEZ, El Alminar, 116-124
y GARCÍA GóMEZ, «Una descripción», 400.

-45 -
[42] En la sala del almimbar de esta mezquita se guardaba el
Corán del Príncipe de los creyentes 'Utmán b. 'Affiin que éste ha-
bía escrito con su propia mano; estaba adornado con oro guar-
necido con perlas y jacintos y conservado en una funda de bro-
cado; se hallaba sobre un atril de áloe verde con clavos de oro 29.
[43] Todos los viernes se perfumaba la mezquita con un arrelde
de áloe y un cuarto de arrelde de ámbar gris.
[44] Por los lados oriental, occidental y septentrional hizo tres
acequias, cada una con veinte casillas de libre uso. En el patio
construyó una cisterna de cuyo centro surgía una fuente de agua
límpída. .
[45] Todo esto se terminó en el año 390 (999-1000)30.

RELACIÓN DE LOS DISTRITOS DE CÓRDOBA


-DIOS ALTÍSIMO LA REINTEGRE AL ISLAM POR SU GRACIA-

[46] Según los historiadores, los distritos y comarcas de Cór-


doba son quince 31. Cada uno de ellos comprende numerosos cas-
tillos, aldeas y torres:
AI-Mudawwar: 90 aldeas.
AI-Q~ab: 87 aldeas, 30 torres y 7 castillos.
Lürmar: 3 castillos, 64 aldeas y 16 torres.
AI-$adif: 8 castillos, 20 torres y 28 aldeas.
[34] sano Masarra: 13 castillos, / 17 aldeas y 6 torres.
Minyana: 4 castillos, 13 torres y 26 aldeas.
Kurti'S: 10 castillos, 26 torres y 60 aldeas.
Al-Oastal: 3 castillos, 7 torres y 48 aldeas.
Al-Harhar: 13 castillos, 6 torres y 73 aldeas.
AI-Malliib-a: 6 castillos, 17 torres y 84 aldeas.
AI-,sa'r: 20 castillos, 40 torres y 90 aldeas.
Al-Sahla: 26 castillos, 35 torres y 102 aldeas.

29 Este Corán, presuntamente escrito por el califa 'Ulman, pasó posterior-


mente por numerosas manos (VIGUERA, El Musnad, 377-383).
30 Las obras realizadas en la mezquita de Córdoba en tiempos de Alman-
zor concluyeron en el 384, según indicó anteriormente nuestro autor; v. HEM,
V, 571-587.
31 Este pasaje sobre los distritos de Córdoba completa en algunos puntos
el más detallado de al-'U9ñ (TA, 124-127);v. AIuONA,«La cora»,

-46-
- se guardaba el Awliyya: 6 castillos, 20 torres y 86 aldeas.
-:- que éste ha- AI-Wad¡: 17 castillos, 32 torres y 111 aldeas.
n oro guar- Ay Maryam: 12 castillos, 16 torres y 113 aldeas.
da de bro- [47] En ellos se recaudaba cada año 133.023 dinares de im-
:::2:\OS de oro 29. puestos estatales (wa?-a'it majziniyya) 32.
un arrelde [48] Los alfoces de Córdoba Ilegan por el occidente hasta los
de Sevilla, por el norte, a sesenta millas, por el este lindan con.
oe::::::ionalhizo tres los de Jaén y por el sur limitan con los de Écija y Cabra 33.
En el patio [49] En el distrito de Kurtii hay una mina de plata de pro-
te de agua ducción abundante, buena y de calidad 34.
[50] Entre Córdoba y la mina / de mercurio hay treinta pa-
~""'I •• I).lO. rasangas; esta mina se halla enfrente del castillo de Pedroche 35.
En ningún otro lugar del mundo se halla este metal, que es ex-
portado a todas partes.
[51] Un escritor dijo en alabanza de Córdoba y de su cadí
Ibn Hamdín 36:

arcas de Cór- Déjate de la majestuosa y esplendorosa Bagdad,


no ensalces tanto las tierras de Persia y China,
pues no hay sobre la faz de la Tierra región como Córdoba
ni camina sobre ella nadie como Ibn Hamdín.

32 Según Dozr (Supplément, 1, 370), los wa?Ciif majziniyya son los impues-
tos extracanónicos, pero en este caso creemos que es preciso interpretar el
término en un sentido más amplio y entenderlo como «impuestos pagade-
ros en especie al tesoro público». V. también HEM, V, 21; EM, 75 Y 76;
LÓPEZ.ORTlZ, «Fatwas», 96 e IDRIs,Berbérie, p. 616, n. 72. En el año 353 (964)
al-Hakam II eximió a los habitantes de Ceuta del pago de los wa?clif majzi-
niyya y de los magiirim sultiiniyyá (BM, 1, 227).
33 Aunque este párrafo no se halla en los fragmentos editados de al-'Ugr¡,
parece evidente que de él procede la noticia, pues sigue el esquema que el
geógrafo almeriense utiliza en otros casos (TA, 109 Y 111).
34 V. VALLVÉ, «La industria», 211 y n. 4.
3S En el ms., NBTRWS. El párrafo procede de al-Zuhrí, que escribe co-
rrectamente el topónimo; v. VALLVÉ, «La industria», 214 y n. 16. MAooz(XII,
746) señala la existencia a t de legua de Pedroche de un lugar llamado Los
• posterior- Almadenes, donde hay vestigios de minas antiguas; v. también TERÉS,«Al-
madén», 229 y 230.
d=::::;lOS de Alman- 36 Metro: basit; rima: ini; v. HME, III, 156 y GARCÍA GóMEZ, «Un eclipse»,
r; v. HEM, 326.

- 47-

III

[EL PAíS DE AL-ANDALUS. MENCIóN DETALLADA


DE SUS CIUDADES: OTRAS CIUDADES]

4

LA CIUDAD DE CABRA, DEL OCCIDENTE DE AL-ANDALUS 1,
Y SUS PECULIARIDADES

[1] La ciudad de Cabra" se encuentra al sur de Córdoba. Es


una ciudad grande y construida en tiempos remotos por los an-
tiguos; es también fértil, de frutos abundantes, rica en aguas,
fuentes y huertos.
[2] En ella se halla la famosa gruta de fondo inalcanzable 2.

[3] Durante el Islam sus habitantes eran árabes y beréberes.


Posee más de seiscientas treinta aldeas, setenta castillos y tres-
cientas torres 3. Por todos sus lados, en una distancia de cuatro
millas, la rodean los olivares.
También al sur de Córdoba está la ciudad de Baena, de anti-
gua fundación y dotada de numerosas aguas, olivos, higueras, vi-
ñas, productos agrícolas, cría de ganado y todo tipo de bienes.

1 Los errores geográficos, como éste de situar Cabra en el occidente de


al-Andalus, son muy numerosos a lo largo del texto, lo que parece indicar
que el compilador del J)ikr no era de al-Andalus, pues su desconocimiento
de la geografía de la Península Ibérica es casi total. Ya aludimos a ello en
nuestra introducción al vol. 1, p. XVII.
2 De la que ya habló supra, p. 32.

3 Este dato se asemeja a los que nos ofreció antes sobre los distritos de

Córdoba, por lo que es probable que proceda también de al-'Ugrí.

-51-
LA CIUDAD DE ÚBEDA
-DIOS ALTíSIMO LA DEVUELVA AL ISLAM POR SU GRACIA Y FAVOR-

[36] [4] / trbeda es una ciudad de tipo medio, una de las que se
construyeron durante el Islam por orden del imán 'Abd al-Rah-
mán b. al-Hakam b. Hisám b. 'Abd al-Rahmán al-Dájil en los días
en que gobernaba al-Andalus 4.
[5] Es una ciudad agrícola y ganadera que posee viñas y oli-
vos.
Contigua a ella está la ciudad de Baeza, también edificada por
los antiguos en época remota, si bien es de rango medio. Entre
ambas hay cinco millas; los huertos que dependen de las dos no
tienen solución de continuidad, lo mismo que sus campos de la-
bor y sus cultivos. Abundan en ella los olivos.

LA CIUDAD DE JAÉN
-DIOS LA DEVUELVA A LOS MUSULMANES POR SU GRACIA-

[6] La ciudad de Jaén está al occidente de al-Andalus y fue


edificada por los antiguos en tiempos remotos; se halla al orien-
te de Córdoba. Muy fuerte y bien defendida, constituye una im-
portante estación termal; de ella dependen multitud de distri-
tos, numerosos castillos y gran cantidad de aldeas.
[7] Fue la última capital en la que se estableció el yund de
Oinnasrín, árabes de Siria, en el momento de la conquista 5.
[8] La ciudad de Jaén reúne calidad y amplitud en sus tie-
rras, dulzura en sus aguas y abundancia de árboles frutales y ma-
nantiales.

• La mayoría de las fuentes corroboran esta noticia, si bien Ibn l;layyan


parece situar su construcción -mejor sería decir su poblamiento o recons-
trucción- en el reinado del emir Muhammad (M·Makld, 294 y n. 487);
v. TORRES BALBÁs, «Ciudades-Etudes», 11. 789-790 Y Ciudades, 1, 60.
s V. VALLVÉ, «Ejército», 93 y CHALMEI'A, «Concesiones», 3741.

- 52-
LA CIUDAD DE TOLEDO y SUS DISTRITOS
y FAVOR- -DIOS LA RESTITUYA AL ISLAM-

~ de las que se [37J [9J / Dice el autor: Las capitales de al-Andalus, sus pilares y
- 'Abd al-Ra}:l- sus metrópolis son cuatro: la primera de ellas es Córdoba y las
_. en los días otras, Sevilla, Mérida y Toledo. Esta última es una ciudad cons-
truida en tiempos remotos por los antiguos, de elevado rango,
ilustre fundación y secular edificación; inaccesible y bien forti-
viñas y oli-
ficada, abundan en ella las aguas y los árboles frutales. Fue la
capital de al-Andalus, su sede más importante y corte de los go-
dos. Es, en todo el país de al-Andalus, una de las ciudades más
antiguas, de más dulce agua, mejor clima, tierras más extensas
y más favorecida por todo tipo de bendiciones. La rodea el río
llamado Tajo, sobre el que se alza un puente tan magnífico que
es imposible describirlo adecuadamente o mejorar su obra.
[10J Hay opiniones encontradas sobre quién construyó Tole-
do: unos sostienen que fueron los godos, ya que fue la sede de
su reino y. del de los cristianos más tarde, pero lo cierto es que
la fundaron los lazar, que dominaron al-Andalus en la época de
Abraham. Dice Ibn al-Yazzár en su Kitñb 'Aya'ib al-buldán: Al-
Nirnrüd, el faraón de Abraham, dio el gobierno del Magrib y de
al-Andalus a su hijo, que se estableció en la ciudad de Toledo,
a la que tomó por sede del reino y en la que permaneció durante
·~~·I:rt:tr·ye una im- cien años, trasladándose posteriormente a Cartago (Qartiiyanna).
de distri- Entre las excelencias de Toledo podemos citar lo que mencio-
nan los historiadores de que el trigo allí puede permanecer alma-
cenado bajo tierra, en silos subterráneos y graneros, durante cien
años, más o menos, sin que se pudra ni se alteren su color, olor
o sabor. Además es una ciudad grande e importante, agrícola y
ganadera, acogedora y próspera. Se cultiva allí un azafrán de tal
calidad que no se encuentra en ningún lugar de al-Andalus otro
que se le pueda comparar.
[11J "En la ciudad de Toledo hay una maravilla prodigiosa, / sin
comparación con ninguna otra cosa salida de la mano del hom-
Ibn Hayyán bre: las dos pilas por las que se puede saber la hora de noche y
.;=:;..:...~;uto o recons- de día 6•
y n. 487);

6 Este extenso pasaje sobre las clepsidras de Toledo fue traducido y ano-

- 53-
LAS DOS PILAS QUE CONSTRUYÓ ABü L-QXSIM 'ABn AL-RAl:lMAN
AL-ZARQAL EN TOLEDO -DIOS LA RECONQUISTE-

La causa de que las construyera fue que, cuando se enteró de


la existencia del talismán que se halla en la ciudad de Arin, en la
India, del que cuenta al-Mas'fidí que trazaba una línea curva con
su dedo desde el amanecer hasta la puesta del sol, hizo estas dos
pilas que se hallan en las afueras de Toledo, en una estancia ex-
cavada en la orilla septentrional del gran río, junto al lugar cono-
cido por Puerta de Curtidores (Blib al-Dabbñgin).
Lo maravilloso de ellas es que se llenan mientras la luna está
creciendo y disminuyen de nivel y se vacían conforme ella men-
gua. Ocurre esto del siguiente modo: en el momento en el que
aparece la Luna nueva, en la primera noche del mes lunar, brota
en las pilas un poco de agua; al amanecer de ese día, el agua cu-
bre ya un cuarto de la séptima parte de su capacidad y, al caer
la noche, el nivel ha subido hasta la mitad de la séptima parte.
Continúa así, aumentando cada día la mitad de un séptimo, has-
ta que, pasados siete días y siete noches, se ha llenado la mitad
de las pilas; este ritmo de incremento de medio séptimo por día
continúa hasta que el agua las llena completamente, coincidien-
do con el plenilunio.
En la noche decimoquinta, cuando la Luna comienza a men-
guar, empieza también a disminuir el nivel del líquido en las pi-
las al mismo ritmo que la Luna, a razón de medio séptimo por
día, hasta que en el vigesimoprimer día del mes el agua sólo llena
[39] ya la mitad de las pilas l. Así sigue, disminuyendo medio séptimo
diario, hasta que en el día vigesimonoveno del mes no queda nada
de agua.
Si alguien intenta llenarlas cuando no están completamente
llenas o están vacías, y trae agua para verterla dentro, las mis-
mas pilas absorben inmediatamente lo añadido, de modo que sólo
queda en ellas la cantidad que había antes, pues tienen agua tan-
to en su interior como a la vista. Igualmente, si alguien pretende
vaciarlas cuando están llenas, aunque las deje totalmente secas

tad por MILLÁs (Azarquiet, 7·9); v. también DUNLOP, «Notes», 1& y VERNET,
Cultura, 109 y n. 38.

-54-
volverá a salir inmediatamente agua que las llenará en cuanto
retire su mano.
Esto es más asombroso que el ídolo de la India, pues éste se
•..•....,.--,·rn se enteró de halla en un punto en el que la separación entre el Firmamento
de Arín, en la y la Tierra es más constante, por lo que los días y las noches no
, ea curva con varían mucho su duración en esa zona según las estaciones, mien-
hizo estas dos tras que el emplazamiento de las pilas se halla fuera de la zona
estancia ex- ecuatorial y sus días y noches tienen duraciones diferentes según
-_~ al lugar cono- la época del año; por eso son tan admirables.
. Ambas pilas se hallaban en la misma estancia y, cuando los
~:::tras la luna está cristianos se adueñaron de Toledo, Alfonso quiso conocer su me-
s: rme ella men- canismo y ordenó que fuera desmontada una de ellas para ave-
to en el que
I•....•..•.•
~•..•.•
riguar de dónde salía el agua y cómo funcionaba. Fue desarmada
lunar, brota y quedó estropeada. Ocurrió esto en el año 528 (1133-34).
--~ día, el agua cu- Otros dicen que el culpable de su inutilización fue el astró-
.dad y, al caer logo judío Hunayn b. Rabwa, el que atrajo todas las palomas de
" séptima parte. al-Andalus a Toledo en un solo día del año 527 (1132-33); fue él
séptimo, has- también quien anunció a Alfonso que su descendiente entraría
enado la mitad en Córdoba y la conquistaría. Este judío, que quería descubrir el
éptimo por día mecanismo de las pilas, le dijo: «Majestad, la desmontaré y la
coincidien- reconstruiré mejor que antes, pues haré que se llene durante el
día y se vacíe durante la noche». Pero, una vez desmontada, no
fue capaz de / reconstruirla, pues lo único que el maldito preten-
día era robar sus mecanismos. De esta forma quedó una inútili-
zada, aunque la otra siguió funcionando.
[12] Dice el autor del Kitnb Nuzhat al-rnustñq tí [tirñq al-afaq
al referirse a la ciudad de Toledo: Ciudad importante y fértil, es
una de las más inaccesibles fortalezas de al-Andalus: en ella abun-
dan los medios de subsistencia: trigo, miel, frutos, árboles fruta-
les yaguas. Cuenta con numerosos edificios y maravillosas cons-
trucciones; su tierra es magnífica y su clima muy saludable; las
cosechas de otoño se recolectan a los cuarenta días de la siem-
bra, posee enormes campos de labor, numerosas ciudades, dis-
tritos extensos y castillos inexpugnables, entre los que se encuen-
tran el de Talavera y el de Calatrava, construido por el imán [Mu-
hammad ] b. 'Abd al-Rahmán, que lo pobló en el año 241 (855-56).
[13] En la ciudad de Toledo son muy importantes los cultivos
«-,=s:-, 18 Y VERNET,
de castañas, cerezas, nueces y manzanas; hay minas de mármol,

- SS-
cinabrio, hierro y arcilla, zonas de monte bajo abundantes en
magníficas encinas y, sobre todo, tiene la peculiaridad de que las
cosechas se pueden almacenar bajo tierra durante cien años sin
que se alteren, se pudran, se corrompan ni se produzca en ellas
el más mínimo cambio, a pesar del paso de los años y la alter-
nancia de las estaciones.
[14] Los toledanos son hipócritas, pendencieros y rebeldes
contra sus soberanos; hay muchos judíos. Se halla a siete días
de camino de Córdoba.
La conquistaron los musulmanes por medio de Táriq b. Ziyád
en el mes de ramadñn del año 92 (junio-julio 711) y se apodera-
ron de ella los cristianos en el año 478 (1085), es decir, estuvo en
manos musulmanas 378 años 7.
[15] En los alfoces de Toledo se encuentra la ciudad de Ma-
drid, de mediana importancia, pero muy bien fortificada; la fun-
[41] dó I el imán Muhammad b. 'Abd al-Rahmán al-Awsat.
[16] Hay en Madrid una tierra magnífica con la que se fabri-
can unas ollas que se emplean en cocina durante veinte años sin
que se estropeen y que, además, protegen los alimentos contra
cualquier alteración en los días de verano.
[17] Otra de las ciudades de Toledo es Talamanca, de impor-
tancia media, fortificada y casi inexpugnable. La fundó el imán
Muhammad b. 'Abd al-Rahmán y es una avanzadilla en territorio
enemigos.

LA CIUDAD DE LISBOA, DEL OCCIDENTE DE AL-ANDALUS


-DIOS LA RECONQUISTE-

[18] Lisboa es una ciudad importante, antigua y de vasto te-


rritorio; se asoma al mar Océano y se encuentra al, final del
río conocido como Tajo, al lado de su desembocadura en el mar.

7 V. LÉVI-PROVEN<;:AL,
«Alphonse VI», Desde el año 92 hasta el 478 transcu-
rieron 386 años, no 378 como afirma el !)ikr.
• Sobre estas ciudades pobladas en tiempos del emir Muhammad -Cala-
trava, Talamanca y Madrid-, v. TORRESBALBÁS,«Ciudades-Btudes», I1, 784-
785 Y 790-791 Y Ciudades, 1, 55-56 Y 61-62.

- 56-
Es, a la vez, terrestre y marítima, reúne amplias ventajas y abun-
dantes bienes: tiene campos de labor, plantaciones agrícolas y
arboledas frondosas, destacando la producción de manzanas, que
uzea en ellas tienen un perímetro de tres palmos cada una.
y la alter- [19] También se crían allí unos halcones idóneos para la caza.
[20] Las murallas de esta ciudad se hallan tan cerca del mar
rebeldes que las olas rompen en ellas. Posee numerosos árboles frutales,
a siete días
frutos de excelente calidad y todo tipo de especies cinegética s y
piscícolas.
[21] La fábrica de sus murallas y de su alcazaba es imponen-
te, admirable y perfecta; es una de las ciudades capitales de al-
Andalus. Sus seis puertas están dispuestas de una manera curio-
sa: la Puerta Mayor (al-Bab al-kabir}, situada al oeste, está for-
de Ma-
mada por unos arcos que, a su vez, sostienen a otros arcos y que
la fun-
se apoyan sobre columnas de mármol, columnas que se encuen-
tran colocadas sobre un mármol blanco en el que se hunden /.
Otra puerta, también occidental, es la del Portillón (BCib al-Tawja),
que se asoma a una extensa y verde pradera atravesada por dos
contra
arroyos que van a desembocar en el mar. Al sur está la Puerta
del Mar (Bab al-Bahr), hasta la que llegan las olas, que se elevan
f-""~,,--••ea, de impor-
por el muro hasta una altura de tres brazas. Al este se abre la
dó el imán
Puerta de la Terma (Biib al-Hamma), llamada así porque hay una
,"",,:"'-'~ en territorio
cerca de ella; en esta terma hay dos tipos de agua, caliente y fría,
que brotan cerca del mar; están cubiertas cuando hay marea alta
y reaparecen con la bajamar. Finalmente, la Puerta del Estrecho
(Biib al-Madiq}, que es también oriental.
[22] Cerca de la ciudad de Lisboa y junto al mar hay una mon-
taña grande y extraordinariamente elevada, horadada por una pro-
funda gruta en la que penetran las olas del mar; cuando éstas
al final del afluyen a dicha gruta la montaña se eleva y se mueve al mismo
ritmo que las olas, unas veces la ves levantarse y otras, descen-
der. Esto lo puede comprobar todo el que quiera contemplarlo.
[23] Cerca de Lisboa está la isla de rüüra, que posee minas
de oro y canteras de ónix y mármol.
[24] Entre la ciudad de Lisboa y la de Talavera se alza el gran
puente conocido por Puente de la Espada (Oaruarat al-Sayj).

- 57-
La ciudad cuenta con tan imponente muralla y torres tan for-
tificadas que no puede ser tomada por la fuerza.

LA CIUDAD DE SILVES, DEL OCCIDENTE DE AL-ANDALUS

] [28] / La ciudad de Silves tiene un elevado rango y posee un


aspecto maravilloso, nobleza, belleza, fortaleza, bondad, fertilidad
y perfección. Su situación es excelsa, su hospitalidad, acogedora,
su inaccesibilidad, manifiesta y su tierra, extensa. Junto a todo
esto reúne abundantes beneficios, provechos y cualidades. De ella
depende el distrito de Saqlab, en el que un cahiz da un rendi-
miento del ciento por uno y aún más 10.
[29] Se encuentra allí un mármol veteado en forma de luna
creciente 11.
[30] Es una ciudad tan antigua y de fundación tan remota que
no se sabe qué nación la construyó; de tipo medio, estilo elegan-
di s-
te, amplias calles, hermosos edificios y bien defendida, todos sus
zocos, caminos y calles están pavimentados de mármol.
[31] Se alza a orillas del Guadiana, por el que sube la marea
del Océano, en el que se encuentra ámbar gris. Este río nace en
un lugar llamado Fayy al-tArüs, en el Fal:t§ al-Fayy, por donde
desaparece bajo tierra para volver a la superficie cerca de ea-
latrava; sin embargo otros dicen que reaparece al noroeste de
al-Andalus. Su longitud es de trescientas veinte millas y desapare-
ce entre Mérida y Badajoz u.
see una gran
[32] En la ciudad de Silves hay numerosos jardines y huer-
al-Hakam, ba-
tos, edificios imponentes, toda clase de aves y abundantes cursos
vastas depen-
de agua que surgen de multitud de fuentes; a su alrededor hay
es toman su
llanuras de aluvión (yaza'ir) y prados de los que se podría pen-
que tiene
sar que son huertos florecidos, además de aguas transparentes
iembra: un
que brotan de fuentes y junto a las cuales crecen en orden pinos
- - .entos cahices,
toda clase de
10 Tampoco en esta ocasión acierta el l)ikr, pues $aqlab, como vimos en
la nota anterior, se hallaba en la región de Santarem.
11 En el texto árabe, al-rujñm. al-muhallal; traducción conjetural.
12 Es la segunda vez que describe el río Guadiana (anteriormente en p. 17)
y no será la última (infra, p. 65). Las tres descripciones difieren sustancial-
mente entre sí.

- 59-
y altos nogales de amplia sombra. Silves destaca por la abundan-
cia de uvas, higos, azufaifa s y almendras; los frutos secos se ven-
den allí durante todo el año a dos dírhemes el quintal, los higos,
también a ese precio y las almendras, a dírhem los diez o$ii's13.
[33] Frente a esta ciudad se alza la montaña conocida por
fabal al-Yanna, con la cual no se puede comparar llanura ni mon-
[45] taña alguna. / Las miradas se pasman ante la contemplación de
tantos campos de labor, pastos, praderas, ríos caudalosos y um-
brías frondosas; produce gran cantidad de miel.
[34] Silves aventaja a todas las demás ciudades de al-Andalus
por la abundancia de espléndidos bienes y frutos apetecibles que
posee, así como por sus productivas caza y pesca; por todo esto
ha conseguido un prestigio notable y una gloria excelsa. Mencio-
na esto Abíi 'Abd Alláh Muhammad b. Muzayn al-Azdí en su obra
histórica titulada $ilat al-Mugrib fí ajbiir al-Andalus wa-l-Magrib,
[35] Dice el autor de la Historia: Entre las ciudades y los
distritos de Silves debemos citar la de Ocsónoba 14, ciudad de
tipo medio y cercana al mar, en el que se encuentra un ámbar
gris de calidad. Posee una mina de plata y una cantera de már-
mol. Entre Silves y Santarem hay sesenta millas y entre ella y
Córdoba, ocho jornadas.
[36] Entre sus distritos se cuenta el de Madmat al-Farac, que
se halla en Guadalajara y constituye la frontera entre las depen-
dencias de Silves y las de Toledo 15.

LA CIUDAD DE BADAJOZ, DEL OCCIDENTE DE AL-ANDALUS

[37] Badajoz es una ciudad importante y antigua, una de las


capitales de al-Andalus, centro del saber, de la literatura y de la
poesía. Fue capital y sede del reino de al-Muzaffar b. al-Aftas, uno
de los reyes de Taifas que se rebelaron y se apoderaron del país
de al-Andalus después del pasado año 400 de la hégira (1009-10).

II Sobre el ~éi" v. VAlLVÉ, "Capacidad», 715.


14 En realidad Ocsónoba era el nombre de la cora y Silves, el de su ca-
pital (RM, 106).
15 Sería interesante conocer el origen de esta noticia y el proceso de su
transmisión, pues ello nos permitiría disponer de un ejemplo clarísimo de
alteración de un texto por sucesivos errores de autores y copistas.

- 60-
r la abundan- Allí se instalaron gran número de alfaquíes, sabios, gramáticas,
ecos se ven- lexicógrafos y literatos.
tal, los higos, Es una ciudad bien fortificada, abundante en frutos, cultivos,
o diez o$ii's 13. ganado y miel; rodeada de un fuerte muro, su inaccesibilidad es
conocida por casi insuperable.
ura ni mon- 46] I Tiene manantiales fluentes y ríos caudalosos.

LA CIUDAD DE aPORTO, DEL OCCIDENTE DE AL-ANDALUS


p....:::.-t~ de al-Andalus
apetecibles que [38] aporto es una ciudad antigua, una de las capitales del
- por todo esto occidente de al-Andalus; en ella existía una gran mezquita alja-
lsa. Mencío- ma que fue transformada por los cristianos cuando conquistaron
__ \Z 1 en su obra la ciudad; actualmente es la capital de al-Rink al-Rüm¡ 16.
va-l-Magrib. Posee grandes murallas y puertas fortificadas, una inmensa
. dades y los tierra de labor y un vasto territorio que comprende dos mil al-
1s':::;:;;O::l2 '-<, ciudad de deas y un total de setenta castillos. Produce nueces, almendras,
~:::!::I:=tra un ámbar uvas e higos en gran cantidad.
era de már- Cerca de ella se encuentra la ciudad de Évora, también anti-
entre ella y gua, de rango medio y elegantes formas. Se asemeja a aporto por
su fertilidad, por la bondad de su agua y de su clima y por sus
-Faray, que condiciones para la reproducción del ganado.
a-e las depen-

EL ORIENTE DE AL-ANDALUS, AL QUE PERTENECE


LA CIUDAD DE BEJA

[39] Es una ciudad importante y antigua, una de las construi-


das en tiempos más remotos en todo al-Andalus, y posee nota-
bles restos arqueológicos. Se dice que la construyó Julio César,
el rey romano que gobernó al-Andalus y que fue el primero en
:47] denominarse César; la llamó I Beja por el nombre de su hija 17.
[40] Está contigua a las dependencias de Mérida y al noroeste
de Córdoba.
, el de su ea-
16 Nombre genenco con el que los autores musulmanes designan a los
su reyes de Portugal; v. LÉVl-PROVEN(:AL,La Péninsule, 140, n. 2.
de 17 Otros autores dan una etimología más acertada, por ejemplo, FA, 307,
donde se hace derivar Beja de «paz» (ár. si/m).

-61-
Es de tierra fértil y frutos abundantes, agrícola y ganadera,
productora de frutas y miel de buena' calidad; en ella hay una
mina de plata. Bajo su jurisdicción se hallan numerosas ciuda-
des, inaccesibles castillos, gran densidad de aldeas y vastos dis-
tritos. Posee baños, amplias calles, zocos y mezquitas en gran
número. Sus habitantes son árabes.

LA CIUDAD DE MÉRIDA, DEL «'9:AWF AL-ANDALUS»

[41] Mérida es una ciudad antigua y de remota fundación,


una de las maravillas de al-Andalus: se halla al noroeste de Cór-
doba y entre ambas hay cinco jornadas de camino.
[42] Es una ciudad enorme de la que se dice que fue cons-
truida por los amalecitas; cuentan que uno de sus reyes, que go-
bernaba Armenia, se apoderó de al-Andalus, edificó esta ciudad
y la eligió como lugar de residencia.
[43] Otros, sin embargo, afirman que su constructor fue un
rey godo llamado Márid b. Lárid, el que puso fin a las disputas
y cortó las disensiones y las discordias 18.
[44] Dice al-Razi: Mérida era la capital de al-Andalus y la sede
del reino; fue construida en tiempos del César Octavio y se halla
sobre el río Guadiana.
[45] Dice Ibn Muzayn: Mérida y Beja poseen bondad y abas-
tecimiento, abundante miel y excelencia general, fortalezas, casti-
llos, residencias ilustres y cualidades copiosas; sus aguas son bue-
nas para las abejas y ambas constituyen el extremo occidental de

18 Creemos que ésta es la primera vez que se asigna este descabellado


origen al nombre de Mérida, en contraste con la correcta etimología que
ofrece Ibn Gálib, FA, 307 (donde sería más conveniente leer surafii en lu-
gar de 'urajñ"), Las palabras con las que nuestro autor describe a este rey
godo son exactamente las mismas que al-Himyarí (RM, 56) emplea al ha-
blar de Recaredo (Rakñrid); la similitud entre las grafías Rakarid y Miirid
nos induce a pensar que el compilador del l)ikr =-o su fuente descono-
cida- leyó mal el nombre del rey godo, trastocándolo en Miirid, y por
su cuenta y riesgo le atribuyó la fundación de Mérida, dejándose llevar por
el parecido de los nombres del inexistente rey godo creado por él y de la
ciudad extremeña.

-62-
ganadera, al-Andalus, aunque Beja es como una enfermedad de la que pocas
ella hay una veces se puede librar quien la visita 19.
erosas ciuda- [46] Mérida domina numerosas ciudades y amplios distritos,
vastos dis- entre los que se cuentan / las ciudades de Trujillo, Zamora, Sal-
_ .tas en gran wániya, León, ArnHa, Segovia, Bartana, Tudela, Tarazona, Tiiyira,
Fuente de Cantos y Sintra 20. Todas estas ciudades dependían de
Mérida; son de rango medio, si bien cada una de ellas posee gran-
des murallas, amplios campos de cultivo, mezquitas aljamas per-
fectas, baños, zocos y alhóndigas. Mérida tiene jurisdicción sobre
castillos y aldeas; estas últimas son más de tres mil, unidas entre
ta fundación, sí por plantaciones, arboledas, olivares, viñedos y todo tipo de
árboles frutales.
te de Cór-
[47] En Mérida están las Aryiiliit (pilastras) 21, columnas de
mármol blanco, azul y rojo de treinta codos de altura; sobre el
e fue cons-
capitel de cada una de ellas se alza otra de veinte codos, apoyada
-= reyes, que go-
sobre la primera con equilibrio exacto y arte admirable; el inter-
esta ciudad
valo entre las columnas es de veinte codos. Sobre la superior se
asienta horizontalmente otra, también de mármol, ahuecada como
si fuera un canal, por la que corre el agua. Estas Aryiiliit cubren
disputas
en tierra una distancia de ocho parasangas, al final de las cuales
el agua que corre sobre ellas llega a un sitio llamado al-Furunáa,
lugar de admirable construcción en cuyo centro se alzan unos
arcos circulares que se apoyan sobre columnas similares a las
antes mencionadas; estos arcos se hallan colocados en círculo y
edad y abas- en su parte alta se abren unas cañerías desde las que se vierte
ezas, casti- el agua en un estanque de mármol blanco de cuarenta codos de
- -pas son bue-
'dental de
l' La traducción de esta última frase es enteramente conjetural. Parece
que Ibn Muzayn juega con el doble sentido de las palabras "alila (eenfer-
mas y «doblemente perfumada») e 'illa (<<enfermedad» y «distracción»).
zo Es evidente que en ningún momento de su historia musulmana fue
Mérida capital de una zona tan amplia, que abarcaría un enorme triángu-
lo con vértices en Sintra, Tudela y León (v. HERNÁNDEZ JIMÉNEZ,«Mérida»),
Alguna de las ciudades citadas en esta relación -en concreto Zamora y
Sintra- se hallan incluidas en la jurisdicción de Mérida dentro de lo que
los autores árabes llaman «la División de Constantino» (MM, 63; v. tam-
bién LÉVI-PROVENI;AL, La Péninsule, 42, n. 2 y 249), pero otras, como Tudela,
Tarazona, Tiiyira (probablemente Nájera) y Bartiina (tal vez Boltaña) se
hallan demasiado alejadas.
21 Aunque con diferentes palabras a las empleadas por el J)ikr, que co-
pia a al-Zuhrí, también habla de este acueducto al-Idrís¡ (NM, 182).

- 63-
perímetro, cayendo desde una altura considerable. Encima de
esos arcos se levantaban algorfas, estancias y gabinetes en los
[49] que se sentaban / los reyes J azar para distraerse con la caída
del agua, así como con los jardines, huertos, plantaciones, edifi-
cios, lugares de recreo y torres que lo rodeaban.

LA CIUDAD DE SANTAVER, DEL «"'(AWF AL-ANDALUS»

[48] Es una ciudad de antigua fundación, construida por los


Tibiin. Se encuentra al noreste de Córdoba y posee numerosos
castillos, entre los que se cuentan los de Uclés, Huete y al-Qal'a.
Este último es un gran castillo inaccesible que conserva todavía
trazas de su pasado, una de las cuales es un pozo situado en la
parte alta del lugar al que se accede por dos escaleras, una para
entrar y otra para salir; las puertas de este castillo están hora-
dadas en la roca.
Entre la ciudad de Santaver y la de Toledo hay setenta millas.
En ella se dan cita la generosidad del suelo, la amplitud de
los campos de cultivo y de los pastos, la agricultura, la ganade-
ría y los viñedos.
Una de las ciudades que dependen de ella es Madmat al-Sukiin,
de tamaño medio y gran fertilidad, en cuyo territorio crecen fron-
dosos bosquecillos de nogales y avellanos. Otra de sus ciudades
es Calatayud.
[49] La ciudad de Uclés es una de las capitales de la cara de
Santaver y fue construida durante el Islam: la fundó y edificó
al-Fath b. Míisa b. m l-Nün al-Hawárí, que se declaró en rebeldía
en ella en el año 260 (873-74)22.

22 Esta misma noticia es referida por al-Himyarr (RM, 28), aunque él la


fecha en el año 160. Gracias al testimonio de Ibn Hayyán (M-MakkI, 341
y M-Antuña, 17-18)sabemos que el dato correcto es el aportado por el J)ikr,
si bien el rebelde no fue al-Fath, sino su padre Müsa. La cronología de es-
tos acontecimientos es, en cualquier caso, insegura (v. GUICIl<\RD,
Al-Andalus,
281, n. 118), pero la construcción de Uclés por al-Fath parece incuestionable
(M-Antuña, 17-18; v. TORRESBALBÁs,Ciudades, 58, donde es preciso corregir
la fecha de la fundación). Sobre esta familia beréber, v. DUNLOP,«Dhunnu-
nids» y «Notes».

- 64-
,....;;..:-'-'-·ae.
Encima de LA CORA DE «MADINAT AL-FARAY» y GUADALAJARA'
_ ?binetes en los
con la caída [50] [50] / Madinat al-Faray está al noreste de Córdoba y al este
-raciones, edifi- de Toledo, de la que dista .sesenta millas.
[51] Bajo su jurisdicción se encuentran numerosas ciudades y
castillos, como, por ejemplo, las ciudades de Madrid, Talamanca,
Maqueda, AnEa y Büya.
En ella se fabrica el mutallai 23 y tiene una gran abundancia
de flores por la frescura de su agua, así como muchos olivos y
frutas y todo tipo de bienes.
struida por los
[52] Sus límites se extienden hasta las fronteras de Badajoz,
numerosoS
que se halla sobre el gran río Guadiana. Este río nace en el Llano
- =ete y al-Qal'a.
de las Charcas (Fa1J§ at-cuaar), aunque nadie puede precisar el
erva todavía
lugar exacto donde surge o brota, todo lo que se sabe es que sale
ituado en la
de las charcas, desaparece en un sitio y reaparece en otro, hasta
que sale a la luz definitivamente y corre sin interrupción hasta
desembocar en el Océano, después de haber pasado por Calatra-
va y Badajoz 24.

LA CIUDAD DE NIEBLA, «LA ROJA»


-DIOS LA REINTEGRE POR SU GRACIA-
adinat al-Sukún,
P,-~:n1'"iO crecen fron- [53] La ciudad de Niebla es muy antigua, se halla al occidente
sus ciudades de Córdoba y al oriente de Silves; posee abundantes olivos, fru-
tos, árboles y aves, cuenta con un amplio distrito y reúne todo
tipo de bienes: ganadería, agricultura, palmeras y unas condicio-
e la cara de
nes especiales para la reproducción del ganado.
dó y edificó
[54] Se alza a orillas de un río cuyas aguas brotan de tres
'--=~.i&:.lu' en rebeldía
fuentes: una que da alumbre, otra que produce aceche y la ter-
cera que mana agua dulce. Este río lleva el nombre de Nahsar
y nace de las tres fuentes citadas, en la montaña de Oaiaridna.

23 Ignoramos cuál es el sentido exacto de este término, que puede signi-


ficar tanto un tipo de perfume como un licor llamado resolí (v. Dozv, Sup-
plément, I, 163); también podría referirse a una clase de tela (v, CHALMETA,
«Saqat'i», n,? 138 y n. 1).
2' Es la tercera vez que nuestro autor describe el rio Guadiana (v. supra,
n. 12). Al-Idrísí (NM, 181, copiado en RM, 46) denomina al Guadiana GU'ür
-obsérvese el parecido con Gudúr donde el f)ikr hace nacer este .río- y
lo explica diciendo que se llama así porque se oculta (yagür) bajo tierra.

- 65-
Cuando predomina el agua de la fuente buena, llamada Nahsar,
sobre la de alumbre y la de aceche, mejora la situación de los
[51] habitantes de Niebla, / pero si la que domina es el agua corrupta,
aparece la peste en la localidad.
[55] Dice al-Dawlábí: Niebla es conocida por «la ciudad roja»;
es antigua, de remota fundación y conserva restos primitivos. Su
muralla se apoya sobre cuatro imágenes: una llamada popular-
mente Dardiyii, enfrente de ella otra conocida por Mu1}.¡kii y so-
bre cada una de ellas otra en cuya cabeza se basa la ciudad. Todo
lo que en la ciudad está a cierta altura se encuentra colocado so-
bre sus cuellos. En esto se diferencia Niebla de todas las demás
ciudades de al-Andalus.
[56] Niebla es una ciudad de zocos ordenados, produce cue-
ros curtidos de gran calidad, es una de las más insignes y esplén-
didas localidades de al-Andalus y tiene características que la ase-
mejan a Silves.
[57] Dice al-Raz¡: La ciudad de Niebla posee abundantes ben-
diciones y exuberantes bienes, se caza en ella todo tipo de aves
y animales salvajes, sus pesquerías son muy productivas, sus vi-
ñedos, incomparables y su cártamo, magnífico.
[58] Su alfoz se extiende hacia el oeste euarenta millas, hacia
el norte, otras tantas, mezclándose con las tierras de Beja, y por
el este llega hasta veinte millas.
[59] De ella dependen más de mil aldeas y en la época de los
Banü 'Abd al-Mu'min los impuestos recaudados en ella ascendían
a 16.627 dinares 25.
[60] Entre sus ciudades se cuenta AznaIcázar, que se halla a
orillas del río Nabra. Entre Niebla y Sevilla hay cuarenta millas,
todas ellas pobladas por aldeas, castillos y torres.
Se apoderó de ella el enemigo en el año 660 (1261-62)26.

25 Una cifra prácticamente igual da al-'Ugr¡ (TA, 111) para los impuestos
recaudados en Niebla durante el reinado del emir al-Hakam. Esta coinci-
dencia no es casual, sino que es debida a que nuestro autor, por motivos
desconocidos, siente en ocasiones la necesidad de ofrecer informaciones so-
bre la época almohade y, al no encontradas en sus fuentes, toma datos de
otras épocas y los sitúa en el período almohade, modificándolos a veces
ligeramente para intentar encubrir su acción; anteriormente ya vimos un
ejemplo de esto al hablar de los edificios de Córdoba (supra, n. 18 al
cap. II).
26 V. ARIÉ, Royaume Nasride, 63, n.5.

- 66-
LA CIUDAD DE SEVILLA
-DIOS LA RESTITUYA Y LA DEVUELVA AL ISLAM CON SU GRACIA-

[52] [61] / Sevilla, por su parte, es una ciudad antigua y de re-


.a ciudad roja»; mota fundación, construida por los primeros pobladores y los
rimitivos. Su Lsbiin. Se halla al oeste de Córdoba y al este de Niebla.
~ó.a -po-pula:r- [62] Es la más importante y grande de las ciudades de al-
Mu{ükii y so- Andalus, sede y capital del país, ciudad de la literatura, de la di-
.a ciudad. Todo versión y de la música. Se encuentra a orillas del Guadalquivir,
~~:;:ra colocado so- posee gran importancia y una ubicación privilegiada, pues cuen-
las demás ta con un extenso territorio, un mar tranquilo y un amplio río;
también está próxima al Océano.
t-'--"-o=, produce cue- [63] Es una de las cuatro capitales a las que dieron un trato
es y esplén- especial los reyes antiguos; de alto rango y excelsa fama, se aso-
que la ase- ma al río, posee todas las virtudes y se caracteriza por sus her-
mosas peculiaridades, de tal modo que es imposible describirla
dantes ben- adecuadamente con palabras. Su calidad es extrema, su prove-
ipo de aves cho, general y todo el que la critique es censurable. Sobrepasa
P:-OC!!cti-'v-as,
sus vi- por sus notables cualidades a toda ciudad por meritoria que ésta
sea, sus beneficios son abundantes y su utilidad, desbordante; es
conocida en todo el mundo y la gente se hace lenguas de ella.
Aunque no tuviera más punto de honra que el Aljarafe, situado
frente a ella y que la domina, famoso por sus numerosos olivos
que se extienden a lo largo de parasangas y parasangas, sería su-
ficiente. Sevilla produce mucho algodón, frutos excelentes e innu-
merables y, a lo largo del río, pesca y todo tipo de caza; allí se
se halla a entremezclan arboledas y poblados, mar y tierra.
renta millas, [64] Cuenta con una gran mezquita aljama, obra del Príncipe
de los creyentes Yüsuf b. 'Abd al-Mu'min b. 'Ali, cuyo imponente
alminar fue edificado por su hijo, Ya'qüb al-Mansür. En todos
los países del Islam no se encuentra construcción más grandio-
za los impuestos sa que ésta 27.
Esta coinci-
, por motivos [65] De Sevilla dependen numerosas ciudades, amplios distri-
~ormaciones so- tos y una gran cantidad de aldeas. Entre las primeras están Car-
If:::I~~. toma datos de mona, Barsiina y Cantillana; también se encuentran en su territo-
F:c::X:é:n,dolos a veces
tXlc:::¡et::::.e~ya vimos un rio las dos islas, Mayor y Menor, con las que, si se pusieran allí
si pra, n. 18 al

27 V. TERRASE, «La grande mosquée»,

- 67-
todos los rebaños de al-Andalus, no haría falta recurrir a otros
pastos. Otras ciudades son T'abrtra, Marchena y Aznalfarache.
[53] [66] / La etimología de Sevilla en lengua copta es al-Simati28,
que significa «la ciudad extendida». Se halla en la quinta sección
de la división que hizo Constantino en al-Andalus. Es la mayor
capital de al-Andalus y fue sede real durante algún tiempo. La
domina la montaña del Aljarafe, la más noble comarca de al-Anda-
lus y la de suelo más generoso, plantada de olivos siempre verdes
que producen una gran cantidad de aceite que se conserva du-
rante mucho tiempo y nunca se avinagra. Se extiende a lo largo
y a lo ancho por muchas parasangas; las cualidades de su aceite
son reconocidas en todo el mundo y se exporta en navíos a Orien-
te y Occidente. Este aceite permanece muchos años con la finura
y dulzura originales, sin que se modifique su sabor, y el paso del
tiempo no deja en él huella alguna; esto se debe a la excelencia
de su tierra y a la bondad de su suelo. Otro tanto ocurre con la
miel del Aljarafe, que se conserva largo tiempo sin ponerse are-
nosa y permanece invariable sin estropearse; lo mismo se pue-
de decir de sus higos secos, pues duran mucho tiempo.
Posee la ciudad zocos bellísimos, edificios maravillosos y una
mezquita aljama construida con elegancia y solidez, casi única en
el mundo. Su alminar es uno de los más perfectos, de mejor fac-
tura y más graciosa construcción; se apoya desde la parte infe-
rior hasta la superior en columnas de mármol. Una de las cuali-
dades de Sevilla es su suelo, que la hace sobresalir entre las de-
más y cuya característica principal, en la que no tiene rival, es
la producción de un algodón de gran calidad y extrema pureza
que los comerciantes llevan a Ijrtqiya. También el cártamo que
allí se cultiva inunda todo al-Andalus y el Magrib.
[67] Dice Ibn Muflih en Tñri] al-Andalus: Sevilla es la novia
de al-Andalus, pues se toca con la corona del Aljarafe y en su
cuello luce el collar del Guadalquivir; no hay en todo el mundo
río mejor que éste, incluso puede compararse en belleza y her-
mosura con el Tigris, el Eúfrates, el Nilo o el Jordán. En ambas
orillas crecen numerosos jardines, altos huertos y floridos arria-

2. Esta frase debe corregirse de acuerdo con la versión de al-'Ugri (TA,


95), fuente del l)ikr en este pasaje: "La etimología de Sevilla en latín es
ISbalí (Hispalis )>>.

- 68-
__currir a otros [54J tes; por él navegan arriba y abajo las barcas / de recreo y pesca
arache. bajo la sombra de los frutales y entre trinos de pájaros durante
al-Simiil¡ 28, veinticuatro millas; la gente coloca candiles en la orilla a lo lar-
_uin ta sección go de dos parasangas de edificios ininterrumpidos, lugares de
s, Es la mayor recreo y torres, desde Cantillana hasta Caria. Por este río pulu-
lan multitud de especies acuáticas, como el mújol, el sábalo y
tiempo. La
- ::-;:a de al-Anda- otras muchas.
- siempre verdes [68J Posee mar y tierra, agricultura y ganadería, abundancia
conserva du- de frutos de todas las clases y géneros y se da en ella una buena
~:l.e:lde a lo largo caña de azúcar. Añádase a esto que se recolecta un carmesí muy
superior al lakk indio 29.
de su aceite
oías a Orien- [69J Se la llama Émesa porque los oriundos de esta ciudad
con la finura siria se establecieron en ella en los primeros días de la conquis-
_-el paso del ta 30. Entre Sevilla y la fuente del aceche que se halla cerca de
.a excelencia Niebla hay quince parasangas 31; de esta fuente mana un agua
- ocurre con la negra y muy salobre que se solidifica a ambos lados del manan-
tial formando aceche. En todo el mundo no. se encuentra bajo
esta forma el aceche, pues en otras partes se obtiene en las mi-
nas, pulverizado o en bloques, mientras que aquí es agua solidi-
ficada; esta fuente es el final del Aljarafe de Sevilla. El aceite se
exporta desde allí a todo al-Andalus, al país de los lfrany y al
Magrib; sus aceitunas se almacenan bajo tierra durante treinta
años y luego se exprimen y producen más aceite del que produ-
cirían recién recogidas. En Sevilla se encuentra una tierra que
sirve para preparar el alfinde 32, que se exporta a todos los países
cristianos. Sus habitantes son ingeniosos, cultos, hábiles, simpá-
ticos y descarados.

LA CIUDAD DE MOR6N, DEL PAÍS DE AL-ANDALUS


es la novia
. rafe y en su
o el mundo [70J / La ciudad de Marón linda con la cara de Sevilla, se
eza y her- halla a sesenta millas de Córdoba y es muy antigua, hasta el pun-
En ambas
- oridos arria- " Sobre el lakk, v. Dozr, Supplément, II. 548 Y las referencias allí citadas.
30 V. supra, n.s.
3! Se refiere a una de las tres fuentes de las que nace el río de Niebla
al-Tldri (TA.
según los geógrafos árabes; v. supra, p. 65 Y VALLVÉ. «La indwstria», 216.
en latín es
J2 V. VALLVÉ, «La industria». 213.

- 69
to de que no se sabe quién la construyó; de gran fertilidad, es pró-
diga en agricultura, ganadería, árboles frutales, olivos y viñas.
Posee muchas aldeas, numerosos castillos y montañas eleva-
das. Su miel es abundante y buena.

LA CIUDAD DE SIDO NI A y SUS DISTRITOS

[71] Sidonia es una ciudad antigua y fue una de las capitales


de al-Andalus; fértil en extremo, productiva y rica en beneficios
obtenidos tanto de la tierra como del mar, es una localidad agrí-
cola, ganadera y olivarera que reporta todo tipo de bienes.
[72] Los habitantes de al-Andalus se vieron obligados en el
año 137 (754-55) a refugiarse allí por la sequía y carestía reinan-
tes; ella sola fue capaz de mantenerlos a todos 33.
[73] De ella dependen numerosas ciudades, castillos y forta-
lezas inexpugnables por sus fuertes defensas; entre las primeras
se cuenta J erez -Dios la restituya-, que es de fundación mo-
derna, una de las que se construyeron en tiempos del Islam, ex-
celsa por sus bienes y bendiciones y cercana al Océano, gracias
a lo cual reúne las ventajas de la tierra y del mar; su suelo es
idóneo para la agricultura, la ganadería, los olivos y las viñas,
que allí son muy abundantes. Posee pastos y vaguadas.
[74] La recorren dos nos llamados Bartiina y Guadalete, que
confluyen en la aldea de Oarsana.
[75] Cuenta con aldeas, ciudades y castillos numerosos, uno
de los cuales es Rota, gran fortaleza sobre el mar situada a ocho
millas de J erez. En él existe un pozo de muy remota construc-
ción que tiene una escalera por la que se puede bajar a pie o
a caballo desde su comienzo hasta el último peldaño, a cuyo ni-
vel se encuentra el agua. Conforme aumenta el número de habi-
tantes del castillo el agua asciende de peldaño en peldaño hasta
[56] llegar incluso al superior, / donde puede cogerla con la mano
quien lo desee; por el contrario, si disminuye el número de po-
bladores, el nivel de agua desciende peldaño a peldaño.
[76] Otro castillo es el de Arcos, fortaleza inaccesible y situa-

3J Según al-Rází, el año del Barbate fue el 136 (753-54)(CR, 1(0).

-70-
da en la cima de un precipicio elevadísimo donde águilas y paja-
rillas rojos (suqüd) anidan a menor altura de la que se halla el
castillo. Su fundación se remonta a tiempos muy lejanos, pues
fue construida por los antiguos, que la llamaron Oal'at al-Nusür
(Fortaleza de las Aguilas).
Otro de sus castillos es el de Ibn al-Salim, de fundación mo-
derna, construido durante el Islam; posee una mezquita aljama
y grandes baños.
Además de los antes citados, también dependen de ella los
castillos de Nablab, Sanlúcar, Galyana, al-Oansür, al-Aqwas y más
de setecientas aldeas.
Entre las ciudades de Sidonia podemos citar la de Balsiina,
que es muy antigua; frente a ella se alza un gran cerro en cuya
reinan- ladera meridional se excavó una enorme cueva de la que mana
un agua muy dulce y en cuyo interior hay unos estrados cons-
truidos en la antigüedad; cuando los habitantes de esa comarca
sienten algún temor se refugian allí y se hacen fuertes dentro
con sus bienes, propiedades y provisiones.
Otro castillo es el de Oal'at Ward.
Entre J erez y Córdoba hay ciento diez millas.
Una de las ciudades más importantes de Sidonia es la isla de
Cádiz, de doce millas de largo en el mar y muy estrecha.

LA ISLA DE CÁDIZ, DESCRIPCIÓN DE ELLA Y MENCI6N


DEL ÍDOLO QUE ALLÍ HABÍA 34

[77] La isla de Cádiz se halla en la desembocadura del río de


Sevilla y mide doce millas de largo; toda ella es un arenal llano
:57] y el agua potable se extrae de pozos. / Contiene restos de tem-
plos antiguos y dos castillos, uno llamado Sancti Petri y el otro
al-Mal'ab (el Teatro). En Sancti Petri hay una iglesia muy vene-
rada por los cristianos.
[78] Se halla a orillas del Guadalquivir y al este corre el río

situa- 3< El ídolo de Cádiz fue objeto de múltiples descripciones por parte de
los autores hispanoárabes, recogidas por MARTfNEz MONTÁVEZ, Perfil; v, tam-
bién Dozv, Recherches, I1, 311-314Y apéndice, LXXXIX-XCVII. Un curioso
dibujo del ídolo en Tuhia, plancha I (entre págs. 200 y 201).

-71-
llamado Guadalete, del que beben sus habitantes y sobre el cual
se alza en esa zona un gran puente de treinta arcos. Esta ciudad
está contigua a la fortaleza de Rota, donde hay una rabisa que
concede muchos méritos a los que la habitan 35.
[79] En la isla de Cádiz hay restos maravillosos y antiguos
que no han sido alterados por el paso del tiempo y que dan tes-
timonio de poderío y de la existencia de un gran reino. Uno de
ellos es el canal, que aún perdur-a, que lleva el agua por su parte
superior durante dieciséis millas desde Tempul hasta Cádiz. Di-
cho canal está construido con recios bloques de piedra; cuando
la conducción de agua llega a depresiones o praderas bajas se
eleva sobre puentes apoyados en pilares y arcos; así alcanza la
orilla del mar, que es atravesado por medio de construcciones
elevadas y acueductos sin solución de continuidad que se alzan
en medio del mar y fabricados con rocas desbastadas, cal y plo-
mo. Finalmente llega a Cádiz.
[80] En esta isla se halla el monumento llamado ídolo (sanam)
de Cádiz, situado a la orilla del mar; en altura, perfección y belle-
za de obra no tiene otro parangón que el monumento de la ciudad
del Faro, en 9iltiqiya. El ídolo de Cádiz era una almenara de cien
codos de altura, construido desde su base, de forma cuadrada,
con pumita rugosa, negruzca y perfectamente trabajada; en sus
ángulos se apoyaba en columnas de hierro, plomo y cobre rojo.
Encima de este paralelepípedo se alzaba otro, de un tercio del
tamaño del primero, en cuya parte superior destacaba una pirá-
[58] mide; / cada uno de los triángulos que la formaba constituía
la prolongación de los lados del cuadrado que le servía de base.
La punta de la pirámide estaba trunca y terminaba en una losa
horizontal de mármol blanco de dos palmos de lado sobre la que
aparecía una imagen antropomórfica de maravillosa naturalidad,
equilibrio y tamaño; su rostro se volvía hacia occidente, donde
está el Océano, y envolvía su cuerpo en un manto, protegiéndose
del norte; extendía el brazo izquierdo señalado con el índice
hacia la entrada del Estrecho llamado al-Zuqiiq que sale del Océa-
no y que cruza entre Tánger y Tarifa, como si quisiera indicar
el camino. La mano derecha salía por debajo del manto y se ce-

J5 Sobre esta rabiia, v. TORRES BALBÁs, «El castillo», 213-214.

-72-
obre el cual rraba empuñando un bastón que parecía querer arrojar al mar.
_ Esta ciudad Uno de los extranjeros 36 que lo destruyeron refirió que lo que
riibi!a que tenía en la mano era un bastón de doce palmos de largo que en
su extremo llevaba una especie de membrillo 37. Este faro cons-
tituía para los musulmanes un guía en el mar, pero fue destruido
por 'Ali b. '1S8. b. Maymün en el año 540 (1145-46), cuando se re-
beló en la isla de Cádiz; había pensado que la estatua era de
oro, pero al derribarla comprobó que era de latón sobredorado;
sin embargo consiguió extraer de ella doce mil dinares de oro.
[81] El autor del Kitab Nuzhat al-mustñq f1. [tiriiq al-iifiiq afir-
ma que el Idolo de Cádiz fue construido por un rey griego en el
año 4092 de la venida de Adán y en el 1750 del Diluvio. Se basa
para decir esto en la Historia de los Césares 38.
Al-Fazárí sostiene que el ídolo de Cádiz fue hecho en el año
[69] 2400 de la venida de Adán y que el rey que / lo construyó se
llamaba Hércules, de la progenie de Jafet, hijo de Noé. Fue el pri-
do o (sanam) mer rey de los griegos que dominó la mayor parte del mundo, lo
t;.e~=:CCl- ón y belle- conquistó y recorrió sus comarcas, por las que vagó repetidas
-e la ciudad veces en persona. Entró en al-Andalus, lo delimitó, erigió monu-
=-_",......, .• a de cien mentos y dejó muchas huellas de sus obras, entre ellas este Idolo
cuadrada, y el cultivo de las moreras.
- -ada; en sus En la isla de Cádiz hay una cantidad innumerable de restos
_ cobre rojo. antiguos que dan testimonio de que allí existió un poderoso reino.
ercio del
P'~';::"';~~ una pirá-

constituía ALGEClRAS -DIOS LA RESTITUYA-


. - de base.
una losa [82] Algeciras es una ciudad fundada en la antigüedad por los
re la que primitivos pobladores de al-Andalus; se alza a orillas del Estre-
naturalidad, cho, reúne los beneficios del mar y de la tierra, posee un agua
a::~ente, donde dulce y un clima suave, es agrícola y ganadera. Su puerto es el
_ ~ tegiéndose más cercano a la otra orilla del Estrecho y el más idóneo, por
el índice
- e del Océa-
36 En la versión de al-Zuhrí, fuente de este pasaje, «los alarifes» (al-'ura-
-era indicar fa'), que es más correcto.
J7 Al-Zuhñ habla, en lugar de este curioso membrillo (saiareala), de sa-
kasif ka-l-qaryala(o faryala); para la interpretación de estas palabras, v. Dozv,
Recherches, H, apéndice, XC.
lB Sobre esta forma de fechar, v. CRADDOCK, «La nota».

-73 -
tanto, para cruzarlo. Se halla a orillas del Río de la Miel y su
tiera de labor es extensa.
[83] Se dice que es la ciudad del muro que levantó al-Jidr 39.
[84] Entre sus castillos se cuentan Gaucín, Nayaris, Jimena y
Guadiaro; en sus cercanías se halla la Laguna (al-Buhayra), que
vale ella sola por todo al-Andalus; es tierra agrícola, ganadera
y muy apropiada para la cría de abejas y animales.
Una de las ciudades de Algeciras es Tarifa, localidad de tipo
medio, que fue la primera en ser ocupada por los musulmanes
en los inicios de la conquista.

LA CIUDAD DE «RAYYA», QUE ES MÁLAGA

[85] La ciudad de Rayya está al sur de Córdoba y tiene juris-


dicción sobre numerosas ciudades y castillos inaccesibles. Es an-
tigua y de remota fundación; en una piedra de sus cimientos se
[60] halló una inscripción que rezaba: I «Málaga, sin problemas ni te-
mores, está a salvo del hambre, el cautiverio, la destrucción y el
hundimiento» .
[86] En Málaga se pesca una especie que supera a todas las
otras en delicadeza y sabor. Es una ciudad elegante y amable, el
mar penetra en su río y. su suelo produce una gran cantidad de
higos que sobrepasan en calidad a los de otros países del mundo.
Entre sus castillos y ciudades se cuentan Marbella, Fuengirola,
Cártama, Comares, Vélez Málaga, Coín, Alharna, Antequera y Es-
tepa; todos ellos son castillos inaccesibles que producen grandes
cantidades de higos, aceitunas, almendras, uvas y granadas.

LA CORA DE «TAKURUNNA», DE AL-ANDALUS

[87] Tiikurunna es muy montañosa y posee innumerables po-


zos y castillos inaccesibles. Una de sus ciudades es Ronda, locali-
dad fértil, antigua, agrícola, ganadera y dotada de numerosas ven-

39 Alude a la leyenda corarnca (XVIII, 76) sobre Müsa y al-Jidr (v. S1-
DERSKY, Les origines, 90-95).

-74 -
tajas. En sus montañas crece el cerezo mahaleb 40, la más precia-
da de todas las especies aromáticas.

LA CIUDAD DE ELVIRA

[88] La ciudad de Elvira está al sureste de Córdoba 41, es muy


antigua y fue destruida por Blidls b. Habüs, que construyó en su
lugar la alcazaba y los muros de Granada.
Entre sus ciudades se cuenta Granada, la conocida por Ciudad
del Judío 42, que es una gran villa dotada de numerosos baños y
regada por un río de mediano caudal llamado Darro. Hoy día
= 1] es / la sede del reino y del gobierno de los musulmanes de al-
Andalus.
[89] En la cora de Elvira se alza la montaña denominada su-
layr, en la que la nieve permanece tanto en invierno como en ve-
rano, volviéndose tan dura como la roca. En sus cumbres crecen
muchas flores y todo tipo de especies vegetales.
[90] El Fahs (Vega) de Elvira es muy extenso y abarca dos-
cientas setenta aldeas.
[91] Uno de los castillos de esta cora es el de Almuñécar, inac-
cesible y antiguo, en el que aún se pueden ver restos de las cons-
trucciones levantadas por sus primeros pobladores; en su zona
se dan muchos viñedos y frutos secos de calidad.

LA CIUDAD DE ÉCIJA -DIOS LA RESTITUYA-

[92] La tierra de Ecija linda con los distritos de Córdoba por


el suroeste de ésta; la ciudad de Écija es antigua, de remota fun-
dación y, además, una de las capitales de al-Andalus. Se halla a
orillas del río Genil, que se alimenta del deshielo de la montaña
de sulayr. Es una villa de campos espaciosos y muy productiva;

40 V. supra, n. 11 al cap. I.
erosas ven- 41 En el texto árabe, «entre el este y el oeste», por mala lectura del co-
pista de R que confundió garb (oeste) con yanüb (sur). Sobre la destruc-
ción de Elvira, v. TORRES BALBÁs, Ciudades yermas, 200 y GARCÍA GóMEZ, Si-
glo XI, 8+88.
42 Lo habitual era llamarla «ciudad de los judíos».

-75 -
en ella crecen todo tipo de frutas y flores. Posee muchos distri-
tos con castillos, aldeas y torres, llegando el número de sus aldeas
a más de mil.

LA CIUDAD DE ZARAGOZA, «LA BLANCA»

[93] De muy antigua construcción, es la metrópoli de la Mar-


ca Superior; se halla al norte de Valencia y al este de Córdoba.
Fue construida por los godos, que habitaron al-Andalus en la épo-
ca de Moisés 43. Lo maravilloso de la arquitectura de esta ciudad
es que está rodeada de un foso cuyo muro está hecho de pumita
blanca desbastada, de apariencia marmórea y con los bloques
machihembrados; por su parte externa tiene una altura de cua-
renta codos, mientras que en su interior se halla al mismo nivel
[62] que el suelo, los callejones, los zocos / y las calles; lo que se halla
en el interior dista del foso cinco codos como máximo y todos
los edificios sobresalen por encima de las defensas de la ciudad.
Se la llama «la Blanca» porque irradia una luz brillante. Allí es-
tán sepultados dos de los $a1Jaba: Hanas al-San'ñní y Firqid al-
Sany! 44, cuya tumba está en la qibla de la mezquita aljama, en
el exterior del mihriib y justo delante de él. Este mihriib es un
bloque de mármol blanco de una sola pieza ahuecado con una
maestría asombrosa y un arte maravilloso, encima del cual se
colocó una concha de formas perfectas; en todo el mundo no
existe un mihrab semejante. En Zaragoza se establecieron prefe-
rentemente los Banü l-Ansár y los Tñbi'ün, elegiéndola por las
noticias que sobre ella corrían. Zaragoza disfruta de un agua mag-
nífica y de un clima extraordinario; no pueden penetrar en ella
serpientes, alacranes o víboras sin que mueran al instante: si se
coge una víbora o un alacrán vivos y se los introduce en la ciu-
dad, mueren. En ella no se pudre ni se corrompe ningún alimen-
to, se puede encontrar allí trigo de cien años, uvas rojas de seis,

43 Los distintos manuscritos del Kitñb al-1la'ra{iyya de al-Zuhñ dan ver-


siones divergentes de esta frase, tanto en el nombre del constructor de Za-
ragoza (Constantino, Godos, Coptos, Cordobeses), como en la época en la
que se fundó (Moisés, Mahoma) .
•• V. MARíN, «Sahába», 25-36.

-76 -
:::::chos distri- higos, melocotones, granos, manzanas, peras y mirolábanos de cua-
e sus aldeas tro y habas y garbanzos de veinte. Tampoco se estropean la ma-
dera ni la ropa, sea ésta de lana, seda, algodón o lino. En todo
al-Andalus no hay otra zona más fructífera, más productiva ni
que cuente con mejores alimentos, pues es la región más privi-
legiada, más fértil y mejor situada. Ciudad agrícola, ganadera y
frutícola, está completamente rodeada de jardines en una distan-
-...;......•...
~..:.~
de la Mar-
cia de ocho millas. Se halla a orillas del gran río llamado Ebro,
de Córdoba. que nace en el país de los vascones y desemboca en el Medite-
en la épo-
-:::":;:"::';::""1.l!S
rráneo.
~ esta ciudad 63] [94] Posee una mina de sal/gema blanca 45.
---o de pumita
[95]. De ella dependen grandes distritos, ciudades, castillos y
os bloques aldeas. Entre sus ciudades se cuentan Medinaceli, vsrua, Rueda,
- '" LUra de cua- Daroca, Giiiiq, l'urawa y otras. Zaragoza tiene cinco distritos, cada
3... mismo nivel
uno con un río que lo atraviesa y riega hasta la puerta de Zara-
que se halla goza durante cuarenta millas -veinte los menores-o Todos estos
- -:rimay todos distritos dominan incontables castillos, aldeas y torres.
--- ée la ciudad. Zaragoza se asemeja a las ciudades del Iraq por la abundan-
nte. Allí es- cia de árboles y ríos.
- ~-- :- Firqid al- Otra de sus ciudades es Huesca, villa de tipo medio, antigua,
_ ita aljama, en de construcción elegante y que goza de un clima y un agua mag-
¡f}pab es un
níficos.
z=:::=:::::adocon una
del cual se
LA CIUDAD DE FRAGA -DIOS LA RESTITUYA-
e mundo no
e.e ieron prefe-
[96] Fraga es una de las capitales del oriente de al-Andalus,
;r~-=;'~_""olapor las
ciudad antigua y de remota fundación, sus habitantes son árabes
agua mag-
de origen, pues en la época de la conquista se establecieron allí
rrar en ella
unas tribus yemeníes cuya descendencia continúa habitándola 46;
cante: si se
son gente piadosa y de Fe firme. Produce mucha miel y azafrán
en la ciu-
de calidad; en su territorio hay escarpadas montañas, castillos y
- gún alimen-
gran cantidad de aldeas, cuyo número sobrepasa las tres mil; en
_ ~ roias de seis,
todas ellas se realiza el sermón de los viernes.

45 El copista de R añade al margen «que es al-haydarání». Posiblemente


se refiera a la montaña de Haydarán, donde tuvo lugar la famosa batalla
entre los zíríes y los hilálíes (v. IDRIs, Berbérie, 1, 217-218).
46 La Marca Superior fue poblada principalmente por yemeníes (v. GUI-
CHARD, Al-Andalus, 338).

-77-
LA CIUDAD DE LÉRIDA 47

[97] La ciudad de Lérida es antigua y de remota fundación.


Se halla al norte de Tarragona y al sur de Zaragoza.
[98] La baña el río Segre, que nace en el país de Yilliqiya y
[66] en el que se encuentran / pepitas de oro.
[99] Entre sus ciudades está Narbona, que es una villa de tipo
medio, agrícola y ganadera; se fabrican allí unas mantas que inun-
dan todo al-Andalus y la otra orilla del Estrecho. Constituye el
punto extremo del dominio islámico.
[100] La ciudad de Lérida es grande y de edificios dispersos;
en todo el oriente de al-Andalus no hay una ciudad más grande,
maravillosa e importante.

LA CIUDAD DE T ARRAGONA

[101] Es una ciudad antigua y muy fortificada, situada a la


orilla del mar; tiene molinos que se mueven gracias al agua ma-
rina, que es conducida hasta ellos por métodos artificiales y de
ingeniería 48.
Cuenta con numerosos distritos y castillos inaccesibles; limi-
ta con la región de Barcelona y produce nueces, avellanas, casta-
ñas, alfóncigo s y uvas en grandes cantidades. Los zumos que se
extraen de ellas no necesitan miel ni cocción.

LA CIUDAD DE BOLTAÑA -DIOS LA RESTITUYA-

[102] Es una ciudad antigua y bien fortificada, situada al este


de Lérida; tiene tres fuertes murallas, amplios zocos y extraordi-
narios baños construidos por los primitivos pobladores. Es zona
frutícola, agrícola y ganadera. Tiene jurisdicción sobre numero-

47 Los pasajes del l)ikr relativos a las ciudades de la actual Cataluña


-Lérida, Tortosa y Tarragona- fueron editados y traducidos por BALAÑA,
«Toponimia»; sobre algunos errores de ese trabajo, v. supra, vol. I, p. XIX.
4S Al-Maqqarí (NT, 1, 202) recoge a través de Ibn Sa'íd una noticia de Ibn

Gálib que da cuenta de la existencia de molinos de agua en Tarragona, mo-


linos que en RM, 126 son de viento.

-78 -
sos castillos y ciudades, entre las que se cuentan Tarazona, Ta-
yira, Qá$ira y Boltaña.
fundación. [103] En su territorio se alza una elevada montaña que un
jinete tarda tres días en atravesar.
[104] Tiene una terma prodigiosa.

_- villa de tipo
"'-'~..a.:>-que inun- LA CIUDAD DE VALENCIA -DIOS LA RESTITUYA-

tituye el
[67] [105] / Valencia es una de las más ilustres ciudades. La des-
truyeron los cristianos al final del siglo ... y la reconstruyó el
Príncipe de los musulmanes Yiisuf b. Tásufín al-Lamtüní en el
año 494 (1100-01), convirtiéndola en una ciudad mejor de lo que
era 49.
Su suelo es magnífico y extenso, tiene edificios nobles, pala-
cios espléndidos y huertos elegantes, es terrestre y marítima, reú-
ne un clima y un agua saludables, el mar y la tierra, frutos y
. ada a la poblados, madera y labranza, murallas e inaccesibilidad. Es cen-
tro de la ciencia, la jurisprudencia y la literatura; de ella han
salido gran número de sabios, alfaquíes, literatos, poetas y gra-
máticos. Cuenta con innumerables huertos y toda clase de flo-
p~-="ules; limi- res, su arroz es magnífico y su azafrán, abundante. Sus habitantes
zrellanas, casta- son nobles, inteligentes y amables.
En sus distritos se encuentran más de mil seiscientas aldeas,
cada una de las cuales tiene su mezquita aljama, su almimbar,
su cadí y su sermón de los viernes.

LA CIUDAD DE TUDELA
-DIOS LA REINTEGRE AL ISLAM POR SU GRACIA-

[106] Tudela es una ciudad grande y antigua, de clima yagua


saludables y de hermosa construcción. Se halla a orillas del río
Ebro y de ella dependen numerosas aldeas. Abundan allí los bie-
-=1 Cataluña nes de todo tipo y los frutos.
p¡;:;=~ por BAL.<\ÑA,
- 1, p. XIX.
icia de Ibn •• Valencia fue reconquistada por los musulmanes en el 495 (1102), por
lo que es preciso corregir la fecha que da el l)ikr (v. Htncr, Valencia, II,
165).

-79 -
Fue el lugar más alejado que llegaron a dominar los almoha-
des, según relatan los historiadores 50.

LA CIUDAD DE JÁTIVA
-DIOS LA REINTEGRE AL ISLAM POR SU GRACIA-

[107] Játiva es antigua y goza de llanuras productivas y de


[64] bienes copiosos. En ella hay una gran alcazaba / inaccesible cons-
truida por el Príncipe de los musulmanes 'AlI b. Yüsuf b. Ta.sufIn.
Tiene tres distritos, en cada uno de los cuales hay cuarenta al-
deas. Linda con los alfoces de Valencia.
[108] En Játiva se fabrica un papel de calidad inigualada en
el mundo s,

LA CIUDAD DE TORTOSA

[109] Es una ciudad grande, construida sólidamente por los


Césares, muy fértil y poseedora de muchas bendiciones. Se halla
en la margen occidental del Ebro, junto a su desembocadura en
el mar, donde está su Puerta Mayor (al-Bñb al-kabir),
[110] El río Ebro penetra en el mar más de treinta millas,
volviendo dulce su agua; esto es debido a la fuerza con que des-
ciende su caudal. Su longitud es, desde su nacimiento hasta que
desemboca en el mar, de quince días de marcha; ambas orillas
están pobladas de ciudades, castillos y aldeas, cuyos habitantes
colocan lámparas a lo largo del río.
[111] Limita con el alfoz de Tarragona, punto extremo de las
posesiones del Islam. Posee una fuerte muralla que se asoma al
mar.
[112] Su boj se exporta a todo al-Andalus, al Magrib y al mun-
do entero 52.

S<I Tudela fue conquistada por Alfonso 1 el Batallador en 1119, durante


el período almorávide, por lo que mal pudo ser el confin de los dominios
almohades (v. VIGUERA, Aragón, 186).
51 El papel de Játiva gozaba de un gran prestigio en todo al-Andalus
(v. VALLVÉ, «La industria», 237).
52 V. VALLVÉ, «La industria», 221. También destacaba Tortosa por sus pi-
nares, cuya madera se utilizaba para la construcción de embarcaciones en
sus astilleros (RM, 124).

- 80-
los almoha- LA CIUDAD DE DENIA
-DIOS LA RESTITUYA AL ISLAM POR SU GRACIA-

[113] Es una ciudad de tipo medio situada a orillas del mar,


terrestre y marítima, bien fortificada, rica en todo tipo de bienes,
frutos y huertos; su puerto es muy importante.
Frente a ella, en el mar, se encuentran las islas de Ibiza, Me-
norca y Mallorca. Tanto Denia como estas islas son consideradas
[65] parte de al-Andalus porque su lengua es idéntica, / su dialecto
es igual y su soberano, el mismo. Esto era en tiempos pasados.

igualada en
LA CIUDAD DE MURCIA
-DIOS LA REINTEGRE AL ISLAM POR SU GRACIA-

[114] Es una ciudad antigua, de asombrosa situación y hermo-


so aspecto; disfruta de clima, agua, frutos, cebada y trigo mag-
níficos; es muy fértil, pues la mayor parte de su suelo dispone de
riego; la rodean por todos lados arboledas y huertos en una dis-
tancia de doce millas, de modo que el que se dirige hacia ella
camina bajo la sombra de los árboles, el trinar de los pájaros y
el correr de las aguas hasta entrar por la puerta de la ciudad. Se
halla a orillas de un río pleno de bendiciones que rodea la mu-
ralla como si de un brazalete alrededor de la muñeca se tratara
y que da movimiento a muchos molinos de agua. Tiene el mismo
punto de nacimiento que el río de Córdoba: un lugar llamado
al-Mafyar (la Fuente) en las montañas de Segura; el agua que
surge de ese manantial se divide en dos cursos distintos a causa
de una roca que Dios colocó en el afloramiento del agua; una
,I'-",ri-'ñ- y al mun- mitad corre hacia el oeste y la otra hacia el este; ésta es la que
da origen al río de Murcia.
[115] En sus distritos hay una mina de plata y una vega lla-
mada Sangonera, sin igual en el mundo pues las semillas dan un
rendimiento del trescientos por uno. Se extiende desde Cartagena
al-Andalus hasta Larca durante cuarenta millas.
[116] Tiene Murcia un territorio poblado de numerosos cas-
- por sus pi- tillos y de gran cantidad de aldeas que se extienden ininterrumpi-
=:=.rcaciones en
damente a lo largo de sesenta millas. La mezquita aljama de Mur-

- 81-

6
cia es muy grande, espaciosa y de asombrosa factura; fue cons-
truida por el Príncipe de los musulmanes tAH b. Yüsuf b. Tásufín.
La ciudad de Cartagena era maravillosa y admirable; fue edi-
ficada por los romanos.
Otras ciudades son Chinchilla, Villena y Lorca.
[68] I Murcia es de construcción moderna, fundada por el emir
'Abd al-Rahmán b. al-Hakarn al-Rabadí 53; posee un clima agrada-
ble, agua dulce y produce mucha miel, seda de calidad y un buen
cártamo.

LA CIUDAD DE BAZA

[117] Es una ciudad de tipo medio que disfruta de numerosos


bienes y abundantes bendiciones, así como de agricultura y gana-
dería; se fabrican allí tapices y produce mucha seda y un azafrán
que no tiene parangón en todo al-Andalus: sus moreras son innu-
merables y en su vega hay una fuente termal de gran caudal.

LA CIUDAD DE TEJADA

[118] Es antigua, de aspecto maravilloso y construcción extra-
ordinaria. La fundaron los ISbiin. Cuenta con baños magníficos,
zocos hermosos y una fuerte muralla.

LA CIUDAD DE ALMERtA

[119] Almería -Dios la preserve- es una gran ciudad a ori-


llas del mar, construida en tiempos modernos, durante el Islam,
por los árabes que se establecieron allí de rib(lt. Su muralla fue
levantada por orden de 'Abd al-Rahrnán al-Násir Ii-dín Alláh en el
año 343 (954-55) y es un sólido muro fabricado con bloques de
piedra. Es una ciudad de perfecta construcción y extraordinario

53 Al-'Ugñ (TA, 6) nos ha conservado la fecha del decreto por el que 'Abd

al-Rahmán II ordenaba a rabir b. Málik tomar Murcia como capital de la


cara (4 rabi' 1 210/25 junio 825).

82 -
I"='-'~G-.;fue con s- aspecto; tiene una gran alcazaba en la cima de una montaña que
- b. lasufin. domina la ciudad; esta alcazaba posee una fuerte muralla y no se
- - le; fue edi- puede ascender hasta ella si no es con mucho esfuerzo y dificul-
tades. Su atarazana antigua se halla dividida en dos partes: una
dedicada a los navíos de guerra, máquinas y pertrechos y otra
r el emir que constituye la alcaicería, que se halla ordenada de modo que
agrada- [69] los distintos oficios / se hallan agrupados de acuerdo con sus se-
~ y un buen mejanzas; los comerciantes le dejan confiadas sus riquezas y allí
acude gente de todo el mundo.
[120] Tiene una gran mezquita aljama construida por el tata
Jayrán 54.

[121] Ya hemos mencionado todo lo que es conocido y famo-


so del país de al-Andalus y lo que estuvo en poder del Islam,
dejando a un lado un número semejante de castillos y ciudades
pequeñas para evitar ser prolijos. También hemos omitido toda
referencia al país de filltqiya, a pesar de su extensión, y al de los
Ifrany, a pesar de su tamaño, porque no perteneciron a los
musulmanes.

,. Este pasaje ha sido estudiado por SÁNCHEZ MARríNEz, «Ilbira», 45 y 46;


deben tenerse en cuenta las correcciones propuestas por HOENERBACII, «Obser-
íón extra- vaciones».
magníficos,

- 83-
IV

[NACIONES Y REYES QUE POBLARON AL-ANDALUS


DESDE EL DILUVIO HASTA QUE FUE
CONQUISTADO POR EL ISLAM]


SEGUNDA PARTE

NACIONES y REYES QUE POBLARON AL-ANDALUS DESDE EL DILUVIO


HASTA QUE FUE CONQUISTADO POR EL ISLAM 1

[1] Refieren los historiadores de los sucesos de la antigüedad


que el primer pueblo que se instaló en al-Andalus, lo dominó,
edificó ciudades y plantó árboles allí, unos cien años después
del Diluvio, fueron los llamados Andalus, descendientes de Anda-
lus b. Naqras b. Yafi! b. Nüh 2, quienes reinaron allí durante un
período de tiempo superior a los seiscientos años. El país tomó
su nombre y, colocándolo en aposición, se le denominó «País de
al-Andalus», debido a que fueron los primeros que lo poblaron;
sin embargo no se conserva el nombre de sus reyes ni la dura-
ción de sus reinados ni las fechas en que gobernaron porque vi-
vieron en tiempos remotos y épocas lejanas y se han borrado to-
dos sus vestigios.
Continuó así la Península unos seiscientos años, pero eran rna-
yüs, gente corrupta y tiránica que multiplicaba los crímenes y los

1 La historia preislárnica de la Península Ibérica en las fuentes árabes ha


sido objeto de innumerables estudios por parte de los investigadores con-
temporáneos, pues incide en gran medida en uno de los mayores problemas
de la historiografía hispanoárabe, la autenticidad de la Crónica del moro
Rasis. Un detenido estudio sobre la cuestión y una amplia bibliografía pue-
den hallarse en la «Introducción» de D. Catalán a su edición de esta Cró-
nica; algunas precisiones en MOLINA, «Sobre la procedencia».
2 La grafía de Naqrañ no está clara en el original árabe; otros autores
hacen a Andalus hijo de Tübál b. Yiifi! (v.g. NT, 1, 125).

- 87-
derramamientos de sangre y Dios Altísimo los destruyó retenién- costas,
doles la lluvia durante veinte años, hasta que sufrieron una terri-
ble sequía y se vieron en gran aprieto: los ríos se secaron, las 1../1]
fuentes y pozos quedaron sin agua, los árboles frutales se agos-
[70] taron y los rebaños perecieron, / por lo que murieron de ham-
bre y sed. Así los exterminó Dios a todos.
[2] Quedó la Península de al-Andalus despoblada durante cien
años, en el transcurso de los cuales no la habitó ni se estableció
en ella nadie. Después de esta desertización la pobló la nación de
los Afariqa. La causa de ello fue que en su país, Ijriqiya, había
surgido una terrible hambre, acompañada de sequía y de cares-
tía inmensas, por lo que devastó el país una terrible mortandad.
Su rey, que era mayüs, viendo cómo la situación se iba tornando
agobiante para los moradores de Iirtqiya, hasta el punto de que
llegaban a devorarse unos a otros, reunió a sus ministros y les
pidió consejo para resolver tal calamidad; uno de ellos le sugi-
rió dar muerte a la mitad de la población y emplear sus bienes
costas,
y alimentos para remediar la penuria de la mitad restante. Tenía
el país,
este rey una hija que se ocupaba de los asuntos del gobierno y
los
que le aconsejó que tomara a todos aquellos afectados por el
de nuevo:
hambre y la miseria, los embarcara y los expulsara del país, po-
lo y a coa
niéndoles a alguien que los condujera, para que Dios se encar-
gase de ellos: «Llegarán a un país en el que encontrarán medios
de subsistencia; si fueran derrotados y muertos no serías culpa-
ble de ningún crimen, pero si tuvieran éxito lo que consiguieran
sería para ti. En caso de que perecieran en el mar no habrías
cometido ningún pecado y, además, podrías apoderarte de sus
bienes y alimentos, que servirían de ayuda para los que hubie-
ran quedado contigo» 3.
Aceptada por el rey la sugerencia, los reunió en los barcos y
puso a su frente a un hombre llamado Antaríqus al-Ifríqi. Zarpa- te años.
ron los Afariqa y el viento los arrastró hasta la costa de Itransa, A éste
cuyos habitantes eran en aquella época de religión mayüsiyya y
sabea, igual que los Afariqa. Habiendo desembarcado en aquellas

3 Aunque la estructura de todo este capítulo coincide en líneas generales


con las versiones de otros autores, el l]ikr ofrece multitud de detalles iné-
ditos; este párrafo sobre las causas de la emigración de los Afariqa es bue-
na muestra de ello.

- 88-
+: ó retenién- costas, comenzaron a cosechar, a recolectar alimentos y frutos
una terri- y a criar ganado en paz, sin matar a nadie.
secaron, las [71] Enterado / el rey de los [frany de esto, envió a alguien que
se agos- se informara de qué pueblo eran y de qué país habían venido. El
de ham- enviado se mostró amable con ellos hasta que consiguió tomar a
uno y le preguntó lo que quería saber, a lo que contestó: «Hemos
ó.!:rante cien venido de Ijrtqiya». A continuación le relató todas sus aventuras
estableció y lo que les había sucedido con su rey.
- nación de
El rey de ltronso. acordó entonces con ellos enviados al país
~ -_':a, había
de al-Andalus, que se hallaba despoblado, y les puso al corrien-
de cares-
te de lo que allí había sucedido; ellos aceptaron con la condición
=- zaortandad.
de que les proporcionara alimentos suficientes hasta que pudie-
ran poner en marcha su agricultura, condición con la que convi-
.;-~-o de que
no el rey. Navegaron hacia al-Andalus acompañados de unos bar-
;::::;::::;isrros
y les
cos aprestados por el rey con todo tipo de semillas, acémilas,
le sugi-
ganado vacuno y lanar y aves de corral, hasta que, llegados a sus
us bienes
costas, desembarcaron en la isla de Cádiz y se extendieron por
te. Tenía
el país, en el que encontraron que los ríos habían vuelto a correr,
bierno y
los manantiales a fluir y los árboles a crecer; todo el país era
por el
de nuevo fértil, Ayudándose entre sí comenzaron a cultivar el sue-
país, po-
lo y a construir ciudades, residencias, castillos y fortalezas.
_ : se encar-
medios [3] Éstos fueron los Afariqa que gobernaron al-Andalus. De
- laS culpa- ellos reinaron allí once monarcas, el primero de los cuales fue
Antaríqus, el que había sido puesto al mando de todos ellos por
el rey de Iirtqiya. Reinó durante doce años y fue quien edificó
la ciudad de Pechina, cerca de Almería 4.
Le sucedió su hermano Atris durante cuatro años.
A continuación gobernó el sobrino de éste quince años.
y Después, ~afwi1 b. Anyus b. Aqartis, hijo del anterior, diecisie-
-- - .- Zarpa- te años.
-:> Itranya,
A éste le sucedió el hijo de su tío abuelo, 'AtriS b. Atñs, que
0'- 'yya y reinó trece años.
aquellas

4 Con la única excepción de los godos, todas las relaciones de reyes que

presenta el J)ikr son absolutamente inéditas. Los nombres ofrecen muchas


veces variantes en sus grafías que hemos optado por conservar en la edi-
ción, ante la imposibilidad de conocer cuál de ellas es la correcta.
Creemos que ésta es la primera vez que se asigna este origen a Pechina.

- 89-
A su muerte subió al trono su hijo Anyüs b. 'AtriS y permane- dominio de
ció en él veinte años. les dijo: cQo-==-~1
Fue sucedido por su hijo Tarfüs b. Anyiyüs durante quince reino, ¿qué
años y medio. es un país
Seguidamente, su hermano Ayariqus b. Anyüs reinó trece años Clima. Tiene
y medio. viera al sudoes--..::
Su sucesor durante diez años fue su hijo Samwíl b. Anyarlqus. res, junto a
[72] Su hijo, 'Anyis b. / Samwíl, reinó treinta años. donde se alza
Finalmente, el hijo del anterior, Hawsíl, permanació en el tro- isla de Bri
no tres años. bona, en e
En total el dominio de los Afariqa en al-Andalus duró ciento del Mar MCl...O.-= ~
cincuenta y dos años. Fue un período de felicidad, opulencia, abun- convirtiendo
dancia extrema y justicia absoluta durante el que se levantaron distancia de
más de setenta centros de población, entre ciudades y castillos. con el conti:::";::"'4
La sede del reino y capital era la ciudad de Itálica, cerca de Se- abundancia
villa. atmósfera;
Al final del reino de los Afariqa, durante el gobierno de su no hay solu
último rey, Haw~n, surgieron rencillas entre éste y los <ayam de ta con numer
Roma, por lo que el rey de los romanos lo atacó, se apoderó del sus habitant
país, mató al rey Hawsíl y eliminó a todos los notables afariqa Al rey le :"~
hasta no dejar uno solo. edificando en
tos aconteci:r;:ri~
trucción del -
Los REYES ROMANOS -DE LA NACIÓN GRIEGA- EN AL-ANDALUS. tuvieron 1
Su NÚMERO Y DURACIÓN DE SU DINASTíA
b.
[4] Dice el autor de la Historia: Cuando Dios Altísimo deci-
dió que el reino de los Afariqa debía desaparecer de al-Andalus
suscitó contra ellos a los 'Ayam de Roma, que se dirigieron hacia
allí en grupos innumerables y ejércitos imponentes. Mataron y
aniquilaron a los Afariqa y se apoderaron de al-Andalus, donde
reinaron durante doscientos cincuenta y siete años veintisiete
reyes de esta nación.
[5] El primero de ellos fue Kulis b. Daqyus b. NÜIDan, que
fue quien conquistó al-Andalus, arrebatándolo violentamente de
manos de los Afariqa. Su reinado duró cuarenta años.
[73] Se había apoderado de la mayor parte / del mundo -se dice
que reinaba sobre cuatro Climas- y cuando tuvo asegurado el

- 90-
dominio de al-Andalus reunió a todos sus ministros y sabios y
les dijo: «Quiero tomar esta región como capital y sede de mi
reino, ¿qué opináis?». Le contestaron sus filósofos: «Al-Andalus
es un país bendito y se halla en el extremo noroeste del cuarto
Clima. Tiene la forma de un triángulo cuyo primer ángulo estu-
viera al sudoeste, donde se halla la confluencia entre los dos ma-
res, junto a la isla de Cádiz; el segundo, en el país de ~imqiya,
donde se alza el monumento parecido al de Cádiz, enfrente de la
el tro- isla de Britania; el tercero, entre las ciudades de Burdeos y Nar-
bona, en el lugar en el que el Océano Occidental se halla cerca
ó ciento del Mar Mediterráneo; ambos mares casi se unen en ese sitio,
encía, abun- convirtiendo al-Andalus en una península; entre ellos hay una
-~ evantaron distancia de un día de camino y por esa zona se une al-Andalus
- castillos. con el continente (al-ani al-kabira). Se caracteriza por poseer en
de Se- abundancia el mar y la tierra, por su agua dulce y su límpida
atmósfera; escasean allí las serpientes, las fieras y las alimañas;
no hay solución de continuidad entre sus regiones habitadas, cuen-
ta con numerosas minas y abundan los castillos y las fortalezas;
sus habitantes son valientes y arrojados» 5.
Al rey le pareció buena esta opinión y se asentó en el país,
edificando en la isla de Cádiz y construyendo su monumento. Es-
tos acontecimientos -su subida al trono en al-Andalus, la cons-
trucción del monumento y su dominio sobre los cuatro Climas-
tuvieron lugar en el año cuatro mil de la venida de Adán.
[6J Al fallecer de muerte violenta le sucedió su hijo Hirqílis
b. Hawkulís al-Rümí al-Yünání, que reinó durante dieciséis años.
En su época desapareció el reino de las mujeres que dominaban
el norte de al-Andalus durante el período de los Afiíriqa aparta-
das de los hombres, a los que incluso combatían y con los que
no tenían ningún trato carnal. Hirqílis las atacó y aniquiló, rna-

5 Esta somera descripción general de al-Andalus es la misma que sirve


de introducción a la Historia de al-Razi:; al-Maqqarí reproduce el pasaje
en dos ocasiones (NT, 1, 129 y 140) Y en la segunda lo introduce con las
que
palabras "dice al-Rází en otro lugar algo semejante a 10 mencionado an-
p..._=-=....u.entede tes»; de lo cual parece desprenderse que también a1-Razi presentaba en
dos ocasiones el párrafo que nos ocupa. Sabemos que una de ellas era,
como acabamos de indicar, en su "Introducción» (CR, 11-12), ¿sería la se-
gunda en su «Historia preíslárnica», es decir, en el mismo lugar donde la
coloca el J)ikr?

-91-
tando a unas y apresando a otras; la reina de todas ellas tam-
Le sucedió
bién pereció 6.
Tals1t b .. -L--
[74] Hirqílis permaneció / en el trono hasta que murió, momento
Le sustinr
en el que le sucedió su hijo Harás b. Hirqílis durante siete años.
te catorce
A éste le sucedió su hermano ?aryls b. Hirqílis, que perma-
[75] / Fue
neció en el trono cuatro años hasta que fue asesinado.
do tuvo una -
A continuación ascendió al poder su sobrino Kulis b. Harás,
Su primo, .
fallecido a los trece años de gobierno.
'AwtiiniS b.
Su hijo, Qabñs b. Kulis, reinó dieciocho años y falleció al cabo
A continua -
de este tiempo.
lis, cuyo manca
Diez años duró el gobierno de su hermano, Qamüs b. Kulis,
El último
que murió violentamente.
liS b. 'Arq¡liS
Su hijo, Harís b. Qamüs, fue asesinado a los tres años de su
los Isbiin. inva
subida al trono.
de haber sost
Le sucedió su hermano, Mayll b. Qámüs, que reinó hasta su
acabó la dinastía
muerte, acaecida tras seis años de gobierno.
Así se ha relaza
Su lugar fue ocupado por su hijo, Arsld b. Mayil, que pereció
a los cinco años.
Farsíq b. Ar$ld, hijo del anterior, reinó once años hasta su
muerte.
Su hermano, 'Ayil b. Arsíd, murió a los dos años y medio de
[7] Dice e
su entronación.
dió arrebatar a.:-
El sobrino de éste, Marqülis b. Farsíq, permaneció en el poder
tra ellos a los :
hasta su muerte, a los quince años de reinado.
rosas ejércitos..
Ocupó su lugar su hijo, Garrníd b. Marqülis, durante nueve
cesar hasta
años.
tieron a sus
Al morir fue sucedido por su hermano, samqüs b. Marqíilis,
Itálica duran-
que gobernó trece años.
de Iibiiniya; 0'~
A continuación reinó su hijo, Marqiilís el menor b. samqüs,
mente, en
durante un año.
todos los ho:::.::"
Tras éste ocupó el trono por veinte años su hermano, Hawlis
Andalus al priz
b. Samqñs.
durante cua
Su hijo, Qabtarís, reinó dos años y cuatro meses.
recaudaban 1
Seis años y dos meses duró el gobierno de su hermano, Hirqí-
[8] Rein:
liS b. Hawlís.
ro de los cuales
[76] nen que el p -
6 Creemos que es la primera vez que una fuente hispanoárabe se hace estando un día.
eco de la leyenda de las amazonas. y le dijo: «

- 92-
Le sucedió por siete años su sobrino, Arsid b. Qabtarís.
Talsít b. Arsid, hijo del precedente, reinó tres años.
Le sustituyó su hermano, 'Awtil b. Ar~id, que gobernó duran-
te catorce años.
[75] / Fue seguido por su sobrino Qarmíilus b. ~alt1s, cuyo reina-
do tuvo una duración de un año y medio.
Su primo, 'Arqílis b. 'Artalas, reinó dos años y medio.
'Awtünis b. 'Arqilis permaneció en el trono siete años y medio.
A continuación fue entronizado su hermano, Hirqilis b. 'Arqí-
lis, cuyo mandato se prolongó por quince años.
El último fue el hijo del anterior, 'Arqms el menor b. Hirqi-
liS b. 'Arqilis el mayor, que reinó durante cinco años. En su época
de su
los ISban invadieron al-Andalus y se apoderaron del país después
de haber sostenido grandes combates con este rey. De esta forma
- . hasta su
acabó la dinastía romana de al-Andalus y lo dominaron los Tibiin.
Así se ha relatado.

su
Los REYES ISBAN EN AL-ANDALUS

[7] Dice el autor de la Historia: Cuando Dios Altísimo deci-


dió arrebatar al-Andalus de las manos de los romanos suscitó con-
el poder
tra ellos a los Lsbiin, que llegaron en grandes barcos y con nume-
rosos ejércitos. Durante cuatro años seguidos los combatieron sin
te nueve
cesar hasta que los vencieron, mataron a sus caballeros, some-
tieron a sus nobles y cercaron a su rey Garqílis en la ciudad de
Itálica durante tres años; para asediarle construyeron la ciudad
de Itbiiniya, que es Sevilla. El acoso se prolongó hasta que, final-
. samqüs, mente, entraron a sangre y fuego en Itálica, matando al rey y a
todos los hombres que encontraron allí. Se apoderaron de al-
Andalus al principio de la cuarta era y continuaron dominándolo
durante cuatrocientos años; allí enviaban a sus gobernantes, que
recaudaban los impuestos.
[8] Reinaron en al-Andalus cincuenta y cinco reyes, el prime-
ro de los cuales se llamaba Daránis b. Nafít, si bien otros sostie-
[76] nen que el primero fue / Isbán b. Rüm, del que se cuenta que,
estando un día labrando la tierra en Roma, pasó junto a él al-Jidr
y le dijo: «Isbán, llegarás a ser rey; cuando gobiernes y te apode-

- 93-
res de Jerusalén sé benévolo con los descendientes de los profe- só el país,
tas». Replicó Isbán: «¿ Cómo va a ocurrir eso si yo soy una per- sando otro
sona insignificante?, la gente como yo no llega a ser rey. Sin em- vez Jerusalé
bargo, ¿puedes mostrarme alguna señal?». Contestó: «Sí, planta el mundo p
tu bastón en tierra y echará hojas inmediatamente gracias al de- chos y las
signio y a la voluntad de Dios». En efecto, plantó el bastón y al cuenta que
momento reverdeció, ante lo cual Isbán quedó espantado, pero en Toledo,
cuando se hubo ido al-Jidr ya creía en la verdad de sus palabras 7. res que es
A partir de ese momento comenzó a ganarse a la gente y a [11] La
reunir hombres hasta que adquirió renombre y poder y la gente por NabucoCc::d
se hacía lenguas de él. Habiendo alcanzado el poder, se dirigió Tierra.
con sus ejércitos hacia al-Andalus, lo conquistó y se estableció En la se<z:~,.:
allí por cierto tiempo, pasado el cual hizo construir mil navíos, ron todos 1
los llenó de guerreros y zarpó de Sevilla con la intención de ata- al-Andalus y ~
car Jerusalén y Siria. Llegado a aquélla, la combatió hasta con- En la te.••..
quistarla, la saqueó y la destruyó, matando a todos los varones la Tierra y
israelitas que halló, más de cien mil, y apoderándose de muje- La cuarta
res, niños y bienes. A continuación regresó a Sevilla y trasladó bán el menor
todo el mármol y las columnas de Jerusalén a al-Andalus.
[9] A lo largo de veinte años reinó Isbán en al-Andalus, siendo
sucedido a su muerte por su hijo, Ishabán b. ISban, que perma-
neció en el trono siete años hasta su muerte.
Heredó el reino T¡tus b. Ishabán, que se mantuvo como mo-
narca veintidós años.
envió a sus
[lO] A éste le sucedió Isbán b. T¡tus, cuya capital y sede fue
Sevilla. Al llegar al poder a la muerte de su padre se comportó
con justicia, repartió las riquezas y fortaleció el reino, con lo que
se acrecentó su prestigio y su poder se consolidó en todas partes.
8 La mesa
Sus dominios abarcaban todo el país de los lfrany, fill"iqiya y al-
v. inira, cap. Y
Andalus y se le habían sometido hasta los confines más remotos relato de al-Rází
[77] de los países de los Rüm. / Entonces reunió a sus generales y les ms. de la Zayti::~
Sulaymán [sic:
ordenó aprestarse para ir a Siria y atacar a los israelitas en Jeru-
RM, 177).
salén. Partió en dos mil navíos desde Sevilla con huestes nume- 9 Pocos son

rosas hacia Siria, donde realizó algaras, saqueó los bienes y arra- de Jerusalén
¡¡tus (CR, cIn:::-
de que hubiera
7 Esta leyenda es referida también en relación con otros personajes (CR, y el de Vespasian
«Introducción», LXXXV, n. 32). En otras versiones de este pasaje menos Isbán fue den
alteradas se aprecia con mayor claridad la pervivencia de algunos vestigios ducción que de ~
de rima, circunstancia que ya señaló RmERA, Huellas, 31-32. «Sobre la p~

- 94-
los profe- só el país, matando a un número incalculable de israelitas y apre-
una per- sandó otros tantos, En esta expedición fue destruida por cuarta
y. Sin em- vez Jerusalén. Cautivó a cien mil familias y las dispersó. por todo
: e í, planta el mundo para que no volvieran a reunirse; transportó los pertre-
gracias al de- chos y las columnas de Jerusalén a Sevilla, Mérida y Beja. Se
astón y al cuenta que este ISban era el dueño de la mesa que se encontró
rada, pero en Toledo, de la piedra hallada en Mérida y de la jarra de aljófa-
_ - palabras 7. res que estaba también en el alcázar de Mérida 8.
;. gente y a [11] La primera destrucción de Jerusalén fue llevada a cabo
~~ y la gente por Nabucodonosor y en ella participaron todos los reyes de la
=r. e dirigió Tierra.
se estableció En la segunda, que fue dirigida por Isbán b. Rñrn, participa-
-=- mil navíos, ron todos los reyes de los Rúm, pues en aquella época el rey de
',"--"",,-_,-.r- ón de ata- al-Andalus y el de Roma eran una misma persona.
hasta con- En la tercera volvieron a estar presentes todos los reyes de
s varones la Tierra y fue comandada por el césar Vespasiano.
de muje- La cuarta es la que antes hemos relatado, la dirigida por IS-
trasladó bán el menor 9.
_-=Calus.
[12] Los Lsbiin. continuaron sucediéndose en el trono de al-
W-';:'-'l..:.cJlU':>, siendo
Andalus hasta que hubieron gobernado cincuenta y cinco reyes,
e perma-
el último de los cuales fue Titlinus b. Isbán b. Hazmíl, que reinó
treinta años. En esa época, concretamente en el año 4500 de la
como mo-
venida de Adán, se debilitó el poder de los Libiin y el rey de Roma
envió a sus generales a apoderarse del país de al-Andalus al man-
-~ y sede fue
do de grandes contingentes de tropas; lograron derrotar a los IS-
comportó
biin. y mataron a sus reyes, aniquilaron sus ejércitos y conquista-
con lo que
partes.
8 La mesa de Toledo es la famosa atribuida a Salomón, sobre la cual
_ ~. qiya y al-
v. infra, cap. V, n. 6; sobre la piedra y la jarrita de Mérida, v. el extenso
remotos relato de al-Rñzí (CR, 72-78y la versión árabe de al-Rusáfi, Iqtibiis al-anwar,
9'![:;.er.alesy les ms. de la Zaytüna de Túnez, fol. 71r., atribuido a Ahmad b. Muhammad b.
Sulaymán [sic] al-Rází, mucho más fiel a su fuente que la de al-Hímvarí,
is;:::¿tas en Jeru-
RM, 177).
nume- • Pocos son los historiadores hispanoárabes que no mencionan el saqueo
y arra- de Jerusalén por un rey hispano, que casi todos identifican con ISb¡¡n b.
¡¡tus (CR, «Introducción», XCIII-XCIX), pero sólo aVUgri (TA, 97) habla
de que hubiera varios saqueos: el de Isbán b. ¡itus, el de Nabucodonosor
y el de Vespasiano, aunque en el texto no queda claro si la expedición de
Isbán fue dentro de alguna de las otras dos o no (no es aceptable la tra-
ducción que de este párrafo hace SÁNCHEZ MARTÍNEZ,«Rázi», 33; v. MOLINA,
"Sobre la procedencia», n. 33).

- 95-
ron sus ciudades, con lo que al-Andalus pasó íntegramente a sus [79] embarcó
manos. Ocurrió esto en el momento de la venida de Jesús, el hijo de reclutó
[78] de María. / Durante trescientos años los 'Ayam de Roma domi- AnIDal
naron el país y se sucedieron diecinueve reyes. qiya ven
[13] Poco después, en el año 4900 de la venida de Adán, es- sometió a ~ '::1
talló la guerra entre los romanos y los Afariqa; el rey de éstos, su rey
Aníbal, pasó a al-Andalus en mil cien barcos y emprendió una a tu país, •
guerra contra sus habitantes que le llevó a apoderarse del país saje a
y expulsar a los romanos. Construyó a continuación la ciudad de que iba a
Cartagena de al-Andalus, a imitación de la Cartago de Ijriqiya, y ya des
la estableció como lugar de asentamiento para los Afariqa: Mató aquí que
a los nobles de al-Andalus, cautivó a un grandísimo número de barcó y se
personas y sostuvo duras batallas, llegando a dominar la Galia, con Escipió=. .::
el país de Venecia y todas las regiones que se hallan entre al- vencido. Es.::::,..
Andalus y Roma hasta llegar a Antioquía 10. En la montaña que encuentro
separa al-Andalus del país de los lfrany abrió un camino emplean- Aníbal en Cé::
do hierro, fuego, vinagre y nafta, para lo cual gastó sumas enor- de estaban
mes 11. Su ejército se componía de cien mil infantes y cuarenta tábamos y
mil jinetes. a pesar de
Una vez que se hubo apoderado de Antioquía y establecido en pión: ({C~--=
ella, sitió a los romanos durante dieciséis años, durante los cuales bebiendo
mantuvo con ellos numerosas batallas, hasta el punto de que llegó pero cuan
a enviar a Ijriqiya dieciocho modios de anillos de oro que se en- bimos vues
contraban en las manos de los reyes y nobles romanos muertos
en combate. Otros dicen que lo que envió fueron tres cargas de
anillos de oro y un escrito en el que decía: «Este es el número
de reyes y nobles que llevaban anillos de oro en las manos que iz Es inter=
hemos matado, aparte de los que los llevaban de plata, cobre o puede aportar
con las fuentes
hierro y de los que no tenían ninguno».
BA, 42-43 Y
Cuando la situación era ya insostenible para los romanos por piensa que la
el prolongado asedio y se había evidenciado su impotencia, surgió zas entre el -
nión, no es
un general llamado Escipión, hombre astuto y valiente, que se obra latina; la
LXXIV-LXX\-
10 Probablemente mala grafía por Italia, como aparece en BA, 42. que, como es
II Para al-'UgrI (TA, 121), al-BakrI (MM, 69) y Yaqüt (MB, 1, 264), quien DELLA VIDA, cU
abrió un paso en los Pirineos fue CIeopatra y el origen de la noticia, Pto- lán, al inv
lomeo, mientras que al-Maqqarí (NT, 1, 128), tomándolo al parecer de Ibn redactar su ~
Sa'íd, habla de un «rey griego» como autor de dicho paso. CR, 147 coin- la versión B2.l::::
cide con el J)ikr. Sobre los orígenes de esta noticia, v. CR; «Introducción», tad que repr
LXXIV-LXXV. hecho de que

- 96-
_ arnente a sus [79] embarcó con diez mil / guerreros y se dirigió hacia Sicilia, don-
Iel hijo
,
de reclutó un gran ejército. De allí marchó a Ijriqiya, dejando a
ma domi- Aníbal ocupado en el sitio de Roma; cuando llegó Escipión a lfri-
qiya venció a sus habitantes, aniquilándolos y matándolos, y les
sometió a un estrecho asedio en Cartago. Escribieron entonces a
su rey Aníbal solicitándole que regresara y los ayudara: «Socorre
a tu país, pues los romanos han caído sobre él». Llegado el men-
saje a AnIDa!, que estaba sitiando Roma, exclamó: «Si pensaba
que iba a borrar el nombre de los romanos de la faz de la Tierra
y a destruirlos cercándolos en su urbe durante dieciséis años, he
aquí que Dios ha decretado que perdure». Rápidamente se em-
barcó y se dirigió hacia Ljriqiya donde, habiéndose encontrado
con Escipión, mantuvo con él grandes batallas de las que salió
vencido. Escipión siguió combatiéndolo y derrotándolo en cada
encuentro y batalla hasta apoderarse de toda Ijriqiya y cercar a
Aníbal en Cartago, desde donde éste le escribió: «Escipión, ¿dón-
de estaban unos romanos tan fuertes y valerosos cuando os derro-
tábamos y os matábamos en los mismos patios de vuestras casas,
a pesar de que éramos menos que vosotros?», Le contestó Esci-
lecido en pión: «Cuando estábais en nuestro país comiendo nuestro pan y
.=..:::-'" los cuales bebiendo nuestra agua érais más firmes y bravos que nosotros,
.='" que llegó pero cuando vinimos a vuestro país y comimos vuestro pan y be-
e se en- bimos vuestro agua, se cambiaron las tornas». Escipión no cejó
en su empeño hasta que consiguió adueñarse de toda T[riqiya al
conquistar por la espada Cartago, ciudad comparable a Roma 12.

u Es interesante este extenso relato sobre las Guerras Púnicas porque


puede aportar un poco de luz sobre el problema de la relación de al-Rází
con las fuentes latinas. El texto en cuestión es reproducido también por
BA, 42-43Y el editor y traductor de esta obra, De Slane (trad., 91, n. 2),
os por piensa que la noticia está basada en Tito Livio; es cierto que las semejan-
zas entre el texto latino y el árabe son innegables, pero, en nuestra opi-
nión, no es necesario suponer a al-Bakrí -o a su fuente- utilizando una
obra latina; la noticia se halla también, según Catalán (CR, «Introducción»,
LXXIV-LXXV) en las Historiae adversum paganos de Orosio, obra de la
que, como es bien conocido, se realizó una traducción al árabe (v. LEVI
DEllAVIDA,«La traduzione») y de ahí pudo ser extraído el relato. D. Cata-
lán, al investigar las fuentes de las que se pudo haber servido al-Razi para
redactar su historia de las Guerras Púnicas, cuyo contenido es idéntico a
la versión Bakrí / J)ikr, aunque textualmente difiera algo, señala la dificul-
tad que representa para admitir la copia a Orosio por parte de al-Rází el
hecho de que en Tito Livio se encuentran detalles, como el del vinagre uti-

- 97-

7
[14] Cuando Cartago fue conquistada y su rey Aníbal muno,
en el país de al-Andalus surgieron discordias y transcurrieron dos-
-
cientos años en continuas guerras civiles, hasta el punto de que
todos los habitantes se confinaron en los castillos y las labores
[80] agrícolas y ganaderas se interrumpieron casi totalmente / por los
continuos disturbios y revueltas. Esto ocurrió en el año 5010 de
la venida de Adán.
[15] Mientras tanto los godos habían salido de su país, situa- veinte
do al oriente de Roma, y habían tenido con los romanos numero- [19]
sos encuentros en los que habían llevado ventaja; entonces el rey
de Roma firmó con ellos la paz a cambio de entregarles el país
de al-Andalus. De este modo los godos se apoderaron de al-Anda-
lus e instalaron su capital en Toledo y en Mérida. Esto es lo que
cuentan los historiadores.

elogiab
EL REINO GODO EN EL-ANDALUS. [22]
NÚMERO DE SUS REYES Y DURACIÓN DE SUS GOBIERNOS 13 to. En
gado a sus
[16] Dice el autor de la Historia: Cuando los godos se apode- miento e.sLI:!ti.......-
raron de al-Andalus establecieron su capital en Toledo. Desde ese reflejado ez
momento subieron al trono treinta y siete reyes. Anteriormente cripcio
sus dominios se hallaban al noreste de Roma. De esos reyes nue- prolo
ve gobernaron exclusivamente al-Andalus, donde permanecieron du- go
rante trescientos años, hasta que lo invadieron los árabes y lo con- [
quistaron los musulmanes, pasando el poder a los califas omeyas. año
[17] El primero de sus reyes en al-Andalus fue Sisebuto (san-
~-r I E oc...:. o',";:

lízado para abrir el paso en los Pirineos, que, sin hallarse en Orosío, apa-
recen en la Historia de al-Rází. La aparente dificultad queda rápidamente
soslayada si se repara en que la traducción árabe de las Historias de Oro-
sio no es literal, sino que, a menudo, es interpolada con noticias tomadas
de otras fuentes; una de ellas, según demostró LEY!DELLA VIDA(<<Latradu- goberna
zione», 279), fueron las Etymologiae de Isidoro de Sevilla, donde sí se halla aseguró e
el dato del empleo del vinagre (CR, «Introducción», LXXV, n. 8). Es posible,
por tanto, que el origen de las versiones árabes de la historia de las Gue- cabo de ese
rras Púnicas se halle en la traducción árabe de Orosío, con lo que ya no
es preciso imaginar a los autores hispanoárabes recurriendo a hipotéticas
fuentes latinas.
13 Sobre la historiografía árabe acerca de los visigodos, v. MACHADO,«La
historia de los godos».

- 98-
_ níbal murió, saqü; b. Tabrín). Era un rey experto en las técnicas y argucias de
---. rrieron dos- la guerra, versado en distintas ciencias, piadoso y celoso cumpli-
to de que dor de su religión. Además de esto era elocuente y buen orador,
las labores sus escritos, anotaciones y preguntas sobre medicina, astrología
cre / por los y astronomía las redactaba según las reglas de la métrica. Reinó
año 5010 de ocho años y medio.
[18] Le sucedió Suintila (sablla), hijo de Sisebuto, que reinó
país, situa- veinte años.
ano numero- [81] [19] / El tercer rey fue Sisenando (sinsibar), hijo de Suinti-
ces el rey la, cuyo reinado se prolongó a lo largo de cuatro años, nueve me-
.:: ~ es el país ses y nueve días.
- de al-Anda- [20] Su hermano Tulgas (Tul'a), hijo de Suintila, reinó a con-
to es lo que tinuación durante dos años y ocho meses y medio.
[21] El quinto fue Chindasvinto (Wajsarand), hijo de Tulgas,
del que se mencionan noticias asombrosas y numerosas hazañas
elogiables. Reinó veintitrés años.
[22] El sexto fue Recesvinto (Araeasídus), hijo de Chindasvin-
to. En toda la cristiandad no hubo un rey más sabio ni más ape-
gado a sus tradiciones en sus decisiones. Su vida y su comporta-
miento estuvieron de acuerdo con lo que establece el cristianismo,
reflejado en los cuatro Evangelios, ante los que juran y cuyas pres-
cripciones les sirven de ley. Fue el mejor rey godo y su reinado se
- reyes nue- prolongó durante cincuenta años. En los primeros tiempos de su
Fo-.--"-~",,,,~
.•.
-eran du- gobierno realizó su misión profética Mahoma.
lo con- [23] El séptimo fue un hijo de Recesvinto, que reinó ocho
omeyas. años y que compartió el trono con su hermano Egica (Aqifa).
to (san- Ambos murieron el mismo día.
[24] El octavo fue Witiza (Gítisa), hijo de Ahd, hijo de Reces-
vinto, que reinó tres años.
[25] El noveno fue Rodriga (Ludríq), quien se apoderó del tro-
no a la muerte de Witiza sin ser de la casa real, pues era sólo
gobernador de Córdoba. Se adueñó, pues, de todo al-Andalus y se
aseguró el trono, pero sólo reinó un año y ocho meses, pues al
cabo de ese tiempo fue atacado por Táriq al frente de los ejérci-
tos musulmanes. La conquista tuvo lugar en el mes de rarnadiin
del año 91 (julio 711).
[26] Se cuenta que Rodriga, cuando se aseguró el reino, aban-
ClIAIlO, «La
donó la senda de los reyes que le habían precedido y olvidó su

- 99-
[82] conducta, pues tiranizó y oprimió / a sus súbditos, llegando a
abrir la casa cerrada que había en Toledo ... en el palacio de To-
ledo. Cada rey que gobernaba en al-Andalus ponía un candado
en esa casa de modo que ya había veinticuatro, que cerraban una
puerta de ,sándalo con adornos de oro. Los reyes nunca habían
dejado de engrandecerla y respetarla hasta que subió al trono
Rodrigo, quien se llegó hasta ella y pretendió abrirla rompiendo
los candados para ver lo que contenía, pues pensaba que allí ha-
bría tesoros y secretos de los reyes; se decía: «No moriré con la
congoja de no saber lo que hay dentro de esa casa». Se reunie-
ron ante él los nobles cristianos, obispos, diáconos, monjes y con-
des y le dijeron: «Majestad, ¿qué pretendes abriendo esta casa?,
déjala como está y no realices una mala ación, añade otro cerro-
jo y compórtate como los reyes que te precedieron». Sin embar-
go Rodrigo se negó a escucharlos y dijo: «No moriré con esa
inquietud ni cejaré hasta saber qué hay dentro». Ellos argumen-
taron: «Majestad, no puede salir nada bueno de contradecir a los
antepasados virtuosos y dejar de imitar a los predecesores, haz
como hicieron los que vivieron antes que tú y no ambiciones lo
que ellos no ambicionaron, pues conocían mejor que nosotros lo
que es correcto». Contestó: «No hay más remedio que abrirla».
Insistieron ellos y le dijeron: «Majestad, dinos cuántas riquezas,
joyas y tesoros calculas que hay ahí y todo lo que se te ocurra
y nosotros lo reuniremos tomándolo de nuestros bienes y te lo
entregaremos, pero no provoques lo que no provocaron tus ante-
cesores».
A pesar de estas recomendaciones se negó a abandonar la idea
de abrir la casa y, una vez rotos los cerrojos y abierta, encontra-
ron un enorme cofre en el que las arañas habían tejido sus re-
des; lo abrió y halló dentro una caja con un candado de oro que
hizo saltar; en su interior había una tela cuadrada bordada en
[83] oro, de maravillosa confección, en la que aparecían imágenes / de
los árabes, tanto a pie como a caballo, tocados con turbantes, em-
puñando espadas y llevando en bandolera arcos árabes, con su
mismo aspecto en la forma de guerrear y de cabalgar sobre sus
caballos y camellos, con las banderas desplegadas. Debajo de es-
tas imágenes había trazos de escritura y alrededor de la tela una
frase que rezaba: «Si se abre esta casa entrarán en el país unas

-100 -
gentes cuya imagen y cuyo aspecto son éstos y lo dominarán. Será
señal de esto el ver los candados de la casa rotos y esta tela di-
bujada desplegada y a la vista». Asombrado de esto, Rodriga se
arrepintió de lo que había hecho. Ese mismo año en el que Ro-
driga había abierto la casa mencionada entraron los musulma-
nes en al-Andalus y lo dominaron, pero Dios Altísimo conocerá
mejor la verdad de todo esto 14.

14 La famosísima leyenda del rey Rodrigo y la mansion de los candados


de Toledo fue estudiada con detenimiento por BASSET, «La maison fermée»;
v. también MENÉNDEZ PIDAL, «Leyendas».

- argumen-
F-IL--_"oL,ecir a los
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- 101-

v
[CONQUISTA DE AL-ANDALUS POR LOS MUSULMANES_
EMIRES ARABES QUE GOBERNARON HASTA
'ABD AL-RAI:lMAN AL-DÁJIL]


EMIRES !jl!--~I

]
CONQUISTA DE AL-ANDALUS POR LOS MUSULMANES.
EMIRES ÁRABES QUE GOBERNARON HASTA 'ABD AL-RAI:IMAN AL-DAJIL 1

[1] Rodrigo el Godo era rey de al-Andalus en las mismas fe-


chas en que ocupaba el califato de los musulmanes al-Walíd b.
'Abd al-Malik b. Marwán: era éste hombre decidido, virtuoso, asi-
duo de la Guerra Santa y preocupado por consolidar las fronteras
y velar por los intereses de sus súbditos.
[2] Cuando subió al trono y se hubo asentado su poder orde-
nó a sus generales que atacasen a los cristianos (riim) por mar y
tierra; Miisá b. Nusayr, al que había nombrado gobernador de
T[riqiya, partió en incursión militar desde allí hacia Tánger. Lle-
gado al lugar, huyeron, temerosas de él, las tribus beréberes ha-
cia el sus Extremo; siguiendo sus huellas, Miisa conquistó ciuda-
des y castillos, dando el aman a quien se sometía y matando a
los que se resistían hasta que se apoderó de todo el SüS Extremo.
[84] [3] Regresó Müsa a L[riqiya una vez dominado / todo el Ma-
grib y dejó al mando de Tánger y sus distritos a su mawlá Tár'iq
b. Ziyád con dos mil árabes y doce mil beréberes sinceramente

I Sobre la invasión y conquista de la Península Ibérica por los musulma-


nes, aparte del ya anticuado trabajo de SAAVEDRA, Estudio, pueden consul-
tarse los estudios de SÁNCHEZ ALBoRNOZ recogidos en sus Orígenes, 1, 271-317
(<<Guadalete»), 327-412 (<<Dónde y cuándo murió Don Rodrigo»): HEM, IV,
3-19; VAIl.VÉ, «Algunos problemas» (duramente replicado por SÁNCHEzAL-
BORNOZ en Orígenes, 1, 487-499, «Frente a unas páginas erróneas») y MU'NIs,
«Riwáya», donde edita el pasaje del J)ikr relativo a la conquista.

- 105-
convertidos al Islam; también dejó con él a un grupo de lectores [7]
coránicos y de alfaquies que enseñaran a los beréberes el Corán
y las leyes islámicas. Táriq se estableció en Tánger y posterior-
mente habría de conquistar al-Andalus.
[4] Táriq era beréber, de tribu de Nafza 2, y estaba ansioso
por emprender la Guerra Santa, por lo que pensó en atacar al- [85]
Andalus. Para ello convocó a un hombre llamado Taríf, de kunya
Abíi Zur'a, y lo puso al frente de cuatrocientos infantes y cien
jinetes, haciéndole pasar a al-Andalus en cuatro buques para ha-
cer la Guerra Santa y averiguar en qué situación se encontraban
al-Andalus y sus habitantes.
[5] Abíi Zur'a cruzó el mar y fue a desembarcar en Tarifa, lu-
gar al que se conoce por su nombre hasta hoy en día. Desde allí
realizó una incursión contra Algeciras, donde consiguió botín,
apresó a muchos de sus habitantes y mató a un gran número de
ellos. .
[6] De regreso a Tánger informó a Tariq de la gran exten-
sión del país y de las innumerables riquezas y bienes que poseía,
ante lo cual Táriq comenzó a construir buques y a prepararse
para la travesía con el fin de atacar al-Andalus, Por fin, en el sa-
grado mes de ramadart del año 92 (julio-agosto 7A1), atravesó el
mar al frente de un ejército de doce mil combatientes, de los
cuales diez mil eran beréberes, dos mil, árabes y setecientos, ne-
gros. A estos últimos los colocó, una vez en tierra, en la vanguar-
dia de las tropas con un aspecto aterrador, de modo que los go-
dos se atemorizasen al ver tales figuras. Estos negros cogían a
los prisioneros, degollaban a unos cuantos y los asaban, haciendo
creer a los otros que se los comían; esto era algo que llenaba de
espanto los corazones de los cristianos y les hacía temer extra-
ordinariamente a los negros 3.

2 Una innovadora interpretación de la personalidad de Táriq en VAllVÉ,


«Algunos problemas», 366.
3 Aunque sus versiones no tengan un parentesco textual claro, hablan
también de la intervención de negros durante la conquista FM, 106; lA, 9
Y KI, 46. Por su parte, Ibn AbI l-Fayyád (apud SS, 144) puntualiza que s610
penetró en al-Andalus un negro con las tropas de Táriq. AI-RiizI (apud NT,
1, 262) refiere el mismo suceso con diferentes palabras, si bien no señala que
el negro, al que da el nombre de Rabáh, fuera el único que acompañaba
a Tiiriq. V. LEVI DELLA VIDA, «11 motivo».

- 106-
[7] Según otro relato, cuando Táriq y los ejércitos musulma-
nes atravesaron el mar, desembarcaron a los pies de Gibraltar,
que es la Montaña de la Conquista; desde allí ascendió hasta la
cumbre y ordenó construir una inexpugnable fortaleza en la que
a ansioso se encastilló con los musulmanes 4.
atacar al- [85] [8] / Cuando los reyes cristianos tuvieron noticias del desem-
-=- é-- ,de kunya barco de Tariq en la Montaña de la Conquista huyeron precipita-
tes y cien damente hacia Rodriga, que era un gran déspota y tirano, y lo
~ ..-,.,pc;: para ha- pusieron al corriente de lo sucedido; entonces él convocó al com-
contraban bate a los cristianos y se puso en marcha al mando de un impo-
nente ejército con la intención de rechazar a Táriq.
[9] Rodriga había ordenado cargar su trono sobre dos mulas
blancas; dicho trono, que estaba adornado con perlas y jacintos,
iba cubierto por un dosel de seda roja entreverada de plata. Ro-
deado por los infantes, las tropas y los paladines, Rodriga se ins-
taló en él ciñendo su corona y calzado con pantuflas de oro ador-
nadas con perlas y jacintos.
[10] Cuando Tariq supo de su llegada le salió al encuentro con
todos los musulmanes, entablándose un combate que duró ocho
días, hasta el punto de que aquello parecía el fin del Mundo; sin
embargo los musulmanes supieron resistir con paciencia y Dios
Altísimo les concedió por ello la victoria. Los cristianos volvieron
las espaldas derrotados y los musulmanes pudieron emplear a dis-
vanguar- creción sus espadas contra ellos. Rodriga, que había huido, fue
e los go- alcanzado en el Wad¡ l-'[¡n y muerto con todos sus acompañantes.
- cogían a [11] Otras versiones, sin embargo, afirman que pereció aho-
• haciendo gado en el río porque el vado era poco practicable; ante eso los
erraba de cristianos huyeron, pues habían perdido a Rodriga, una de cuyas
pantuflas fue hallada en el río.
[12] Después de la muerte de Rodriga, Táriq marchó hacia
Córdoba y la conquistó, consiguiendo allí cantidades ingentes de
oro y plata y todo tipo de piedras preciosas; también obtuvo
en VAll.VÉ,
doce mil cautivas. A continuación se dirigió a Toledo, ciudad de
-
o, hablan la que se apoderó, así como de otros muchos lugares. Escribió
106; lA, 9 entonces a Miisa b. Nusayr dándole cuenta de la conquista, pero,
Ic:=:ili¡~ que sólo
- - (apud NT, cuando éste recibió la misiva, le contestó ásperamente por haber
señala que
acompañaba • Nuestro autor exagera al hablar de una inexpugnable fortaleza, ya que,
según el testimonio de BM, 11, 9, lo único que hizo fue levantar una cerca.

-107 -
pasado a al-Andalus sin su permiso y le ordenó que no continua-
ra más allá de Toledo. Habiendo dejado a su hijo al mando de
Ijrtqiya, se puso en camino con la intención de pasar a al-Anda-
lus acompañado de sus hijos 'Abd al-'Aziz, 'Abd al-A'la y Marwán, [87] [15] /
de la aristocracia de Ourays y de los nobles árabes y beréberes, neció un
unos veinte mil jinetes en total. Nusayr y _
[86] [13] Habiendo llegado a / la costa de Tánger, se embarcó ha- su completa .:
cia Algeciras en el mes de ramadñn del año 93 (julio-agosto 712). sor, gobernar
Al llegar buscó un guía que le indicara las ciudades en las que al-Walíd b.
no hubiera penetrado Tariq; como le indicara las de Sevilla, Nie-
Tras el
bla, Beja y Mérida, hacia ellas se encaminó y las conquistó, reco-
al-Andalus
rriendo al-Andalus hasta llegar a Qal'at 'Awan, at-Balm, Fayy Müsa
I:Iabib al-La~::::::
y Fuente de Cantos 5. El encuentro con Táriq tuvo lugar en la re-
mantuvo el
gión de Toledo, a donde éste había salido a recibirle; Müsa lo
Le sucedió .~
reprendió muy duramente, pero más tarde lo perdonó y lo envió
califa Sulayrráz
a conquistar las fronteras, regresando él a Córdoba, donde cele-
te meses.
bró la Fiesta de los Sacrificios del año 94 (6 septiembre 713),
Al-Samh
cuando Dios había ya permitido a los musulmanes la conquista
los creyen
completa de al-Andalus. Estos hechos tuvieron lugar durante el
meses.
califato de al-Walid b. 'Abd al-Malik b. Marwán.
'Anbasa
[14] Cuando Müsa decidió regresar a Oriente ordenó que se
Malik, le
amontonaran ante él todos los jacintos y las esmeraldas y que
Yahya b.
se echaran al fuego para apartar todo lo que resistiese a las lla-
nombre de -.
mas y no se agrietase y abandonar lo que se quebrase. Le traje-
Hudayfa .::;
ron la mesa, las coronas y los tesoros y fueron cargados en cin-
'Utmán b, !--
cuenta y ocho acémilas.
Al-Hayjara ::'.
Dejó como sucesor al mando de al-Andalus a su hijo 'Abd al-
'Abd al_D~
'AZ1Z.
'Abd al-Ma
La mesa era de oro mezclado con algo de plata, que le daba
'Uqba b. -
un color entre rojo y amarillo; tenía tres collares, uno de jacin-
'Abd al-Ma
tos, otro de azabaches y un tercero de perlas 6.
año y un m
Con todas estas cosas marchó Müsa al encuentro de al-Walíd
Baly b. B;.••.
b. 'Abd al-Malik b. Marwán.
ficado a Ibr;
asesinado.
5 Sobre los itinerarios de la conquista, v. HERNÁNDEZGlMÉNEZ, «Fayy al-
sarrat» y «Ragwál»; SÁNCIIEZALBORNOZ, Orígenes, 1, 413-458 «<Itinerario de la
conquista de España por los musulmanes») y DE SANTIAGO,«Los itinerarios», 7 V. VILA, .2 -
6 Una convincente explicación sobre la naturaleza de esta Mesa en Ru- pie de la letra ~
BIERA,«La Mesa». l-Fayyád (ÁLnF'"

- 108-
~ o continua- EMIRES ÁRABES DE AL-ANDALUS DESDE LA CONQUISTA
-_ a; mando de HASTA LOS DÍAS DE 'ABD AL-RAI;IMAN AL-DAJIL 7
- -e- a al-Anda-

-__ ..:.ay Marwán, [87] [15] / Conquistó al-Andalus Táriq b. Ziyad al-Nafzí y perma-
beréberes, neció un año como gobernador. Luego se reunió con él Musa b.
Nusayr y conquistó lo que faltaba, de modo que Dios permitió
barcó ha- su completa dominación. Musa y su hijo 'Abd al-'Aziz, su suce-
._~",,~osto 712). sor, gobernaron al-Andalus durante tres años en representación de
en las que al-Walld b. 'Abd al-Malik.
villa, Nie- Tras el asesinato de 'Abd al-'Aziz b. Musa los habitantes de
'-U.~C'.ll·stó,reco- al-Andalus se dieron a sí mismos como gobernador a Ayyüb b.
-- .~ Fayy uos« Habíb al-Lajmí, hijo de una hermana de Musa b. Nusayr, que
• en la re-
BID"
mantuvo el poder durante seis meses.
e; Müsa lo
Le sucedió al-Hurr b. 'Abd al-Rahrnán al-Taqañ por orden del
"V lo envió
califa Sulayrnán b. 'Abd al-Malik y su gobierno duró un año y sie-
donde cele-
te meses.
t=-";pmbre 713),
Al-Samh b. Málik al-Jawlání gobernó en nombre del Príncipe de
conquista
los creyentes 'Umar b. 'Abd al-Azíz durante dos años y siete
durante el
meses.
'Anbasa b. Suhaym al-Kalbí, por órdenes de Yazíd b. 'Abd al-
enó que se
Malik, le sucedió durante cuatro años y cinco meses.
~ das Y que
Yahya b. Saláma al-Kalbí fue gobernador un año y medio en
Ss"áe:;;e a las Ha-
nombre de Hisám b. 'Abd al-Malik .
. Le traje-
Hudayfa b. al-Ahwas al-tAbsí gobernó seis meses.
dos en cin-
'Utmán b. Abi $a'ba al-Jar'amí, un año y medio.
Al-Haytam b. 'Ubayd al-Kinání, cuatro meses.
"0 'Abd al-
'Abd al-Rahmán b. 'Abd Alláh al-Gáfiqí, dos años y nueve meses.
'Abd al-Malik b. Qatan al-Fihrí, tres años y dos meses.
- Q1e le daba
'Uqba b. al-I;Iayyay al-Salawí, cinco años y dos meses.
o de jacin-
'Abd al-Malik b. Qatan al-Fihri, en su segundo mandato, un
año y un mes.
e al-Walíd
Bale b. Bisr al-Ousayrí, después de haber combatido y cruci-
ficado a Ibn Qatan, gobernó durante seis meses hasta que fue
asesinado.

7 V. VIrA, «El nombramiento» y REM, IV, 19-53. El [)ikr sigue casi al


pie de la letra en la relación de gobernadores a la que nos ofrece Ibn Abí
l-Fayyád (ÁLVAREZ DE MORALES, «Ibn Abí l-Fayyád», 87·88 y n. 60).

- 109-
[88] Lo sustituyó Ia'laba b. Saláma durante cinco meses, / al cabo permanecél
de los cuales fue asesinado. y
Abii I-Jattár b. pirar al-Kalbí gobernó dos años y ocho meses. No os
Iawaba b. Saláma, dos años y dos meses. yla
Yüsuf b. 'Abd al-Rahmán al-Fihrí, por último, diez años menos
un mes.
[16] Se cuenta que, cuando Baly entró en Córdoba, 'Abd al-
Rahmán b. 'Uqba, que era gobernador de la Marca Superior a las
órdenes de 'Abd al-Malik b. Qatan, se declaró solidario de éste y [89] [18] / Ccaz
reunió a la gente de la Marca, a los árabes de al-Andalus y a los mando de 2..k-_
beréberes y marchó hacia Córdoba para vengarlo. Baly salió de gieron goberrz
la ciudad al mando de diez mil omeyas y sirios, mientras que Ibn nuó en el
'Uqba contaba con cuarenta mil hombres. Entablado el comba- Mu'áwiya b.
te, el fin de la claridad diurna mostró mil cadáveres de partida-
rios de Bale y tres mil de los de Ibn 'Uqba, pero éste disparó una
flecha que hirió de muerte en la garganta a Baly, Ia'laba b. Sa-
lama lo sustituyó en Córdoba mientras que Ibn 'Uqba continuaba
combatiendo durante algún tiempo; incluso se dice que fueron
setenta y dos los encuentros que tuvieron, cada uno de los cuales
dejaba un saldo de mil o dos mil muertos.
[17] Al ver esta situación, Abii l-Jattár escribió a Hisám b. 'Abd
al-Malik estos versos 8:

Habéis permitido, marwáníes, a Qays vengarse


de nos-
[otros;
Dios será un juez justo si no habéis obrado recta-
[mente.
Parece como si no hubiérais estado presentes en Mary
[Rahit
y no supiérais quién cosechó todo el mérito.
Os resguardamos con nuestros pechos en el calor del
[tumulto
cuando apenas teníais jinetes e infantes,
pero cuando véis que el ardor de la guerra se ha apaci-
[guado
y por ello el comer y el beber se os hace agradable,

8 Metro: tawtl; rima: lü; v. HME, 1, 138·139e lA, trad., 13-14.

- 110-
permanecéis ciegos como si ningún pesar nos afligiera
y no sabéis que debéis hacer algo.
No os asombréis si la guerra estalla entre nosotros
y la sandalia arrastra al pie al resbalar en el peldaño
o si se rompen los lazos de unión y se interrumpe la
[amistad;
si se estira mucho, la cuerda acaba por romperse.

[89] [18] / Cuando llegaron estos versos a Hisám, le confirió el


mando de al-Andalus, pero sus habitantes lo destituyeron y eli-
gieron gobernador a Yüsuf b. 'Abd al-Rahmán al-Fihrí, que conti-
nuó en el poder hasta que entró en el país 'Abd al-Rahmán b.
Mu'áwiya b. Hisám.

b. 'Abd •

- 111-
~]
VI
[EMIRES
v-
OMEYAS: tABD AL-RAHMAN._
AL-DÁJIL,
HISAM AL-RII?A. y AL-I;IAKAM AL-RABAI?I]

8
[1] Dice el ~
al-Andalus y
largo de 272
'Abd al-Rahrráa]
años, cuatro

Su hijo,
Su hijo, al-Ha
ciocho días.
Su hijo, e
ve días.
Su hijo,
ticuatro días.
Su hijo, aI-~
Su hermano, -.:.-
dio mes.
Su nieto, ('-
seis meses y
Su hijo, al-Ea
meses.

I Los omeyas

al efímero al-MurLZ=-'--!
lación que a con -
ENTRADA EN AL-ANDALUS DE 'ABD AL-RAI:IMAN B. MU'i\WIYA.
GOBIERNO DE ÉL Y DE SUS 'DESCENDIENTES EN EL PAÍS

[1] Dice el autor de la Historia: Los omeyas que gobernaron


al-Andalus y ocuparon el alcázar de Córdoba fueron catorce, a lo
largo de 272 años y siete' meses l.
'Abd al-Rahrnán b. Mu'áwiya gobernó durante treinta y tres
años, cuatro meses y catorce días.
Su hijo, Hísám al-Rída, siete años, nueve meses y ocho días,
Su hijo, al-Hakarn b. Hisám, veintiséis años, diez meses y die-
ciocho días.
Su hijo, 'Abd al-Rahmán, treinta y un años, tres meses y nue-
ve días.
Su hijo, Muhammad, treinta y cuatro años, diez meses y vein-
ticuatro días.
Su hijo, al-Mundir, un año y once meses.
Su hermano, 'Abd Alláh b. Muharnmad, veinticinco años y me-
dio mes.
Su nieto, 'Abd al-Rahmán al-Násir li-dín Allah, cincuenta años,
seis meses y seis días.
Su hijo, al-Hakam al-Mustansir bi-lláh, quince años y cinco
meses.

1 Los omeyas que ocuparon el alcázar de Córdoba -es decir, sin incluir
al efímero al-Murtada-> fueron quince, tal y como se comprobará en la re-
lación que a continuación nos ofrece el J)ikr.

- 115-
[90] Su hijo, Hisám al-Mu'ayyad, treinta y tres años, I un mes y diez
días en su primer reinado.
Muhammad b. Hisám b. 'Abd al-Yabbár, nueve meses en su
primer reinado.
Sulaymán b. al-Hakam, en su primer reinado, siete meses.
De nuevo Muhammad b. Hisám b. 'Abd al-Yabbár, unos dos [91]
meses.
Hisám al-Mu'ayyad, en su segundo reinado, dos años y un mes.
Sulayrnán, de nuevo, tres años y tres meses.
'Abd al-Rahrnán b. Hisám, de laqab al-Mustazhir, un mes y die-
cisiete días.
Muhammad b. 'Abd al-Rahmán al-Mustakfí, un año, cuatro me-
ses y veintidós días.
Al-Mu'tadd bi-llah Hísam b. Muhammad reinó en Córdoba dos
años y cuatro días.

REINADO DEL IMÁN 'ABD AL-RAI;IMAN B. MU'AWIYA EN AL-ANDALUS.


RELATO DE CÓMO SE APODERÓ DEL PAís

[2] Ocurrió esto después de que la dinastía omeya se hubiera


extinguido en Oriente y les hubiesen arrebatado el trono los cali-
fas 'abbásíes.
Era el imán 'Abd al-Rahmán b. Mu'áwiya b. Hisám b. 'Abd al-
Malik b. Marwán b. al-Hakarn b. Ab¡ l-'A~¡ b. Umayya b. 'Abd sams [8] Dice I~

b. 'Abd Manaf. teligente en


[3] Su madre fue una umm walad llamada Ral;t, una cautiva prensión, resuesz
de la tribu de Zanáta 2. dera contra
[4] Se llamaba Abü l-Murarrif de kunya y había nacido en Dayr ciudad sin que
Hunayn, Damasco, en el año 112 (730-31) 3. Su padre, Mu'ñwiya b. inquieto; no s:
ni delegar en o
pre ropajes y
, Otros autores la hacen originaria de Nafza (v.g, RH, 298 Y HS, I, 35);
v. también HEM, IV, 63. a los enfermos
3 Según opinión casi unánime de los cronistas, había nacido en el 113; gente los vie
así lo aseguran al-Rází (apud TU, 4) e Ibn Hayyán (apud NT, III, 48). Sin
impetrar la ll~~
embargo, de aceptar como exacta la edad que el mismo al-Rází le asigna
a su muerte, cincuenta y nueve años y cuatro meses -coincidiendo en esto lus encontró e
con el J)ikr-, habría nacido en la última semana del año 112, más concre-
tamente el 23 de gil l-J:¡iyya,ya que falleció el 23 de rabi' II del 172; v. HEM,
IV, 63. • Metro: jafi,~-

-116 -
Hisám, murió en el año 118 (736-37), cuando su hijo contaba sólo
cinco años de edad, por lo que fue prohijado por su abuelo Hi-
sam hasta que éste murió, momento en el que lo tomó bajo su
custodia su tío Sulaymán b. Hisám. Cuando éste fue asesinado
'Abd al-Rahmán huyó con algunos otros hacia Occidente.
[5] / Descripción: De alta talla, tuerto, barbilampiño, rubio,
con un lunar en el rostro; se peinaba con dos trenzas.
s y un mes. [6] Era 'Abd al-Rahrnán persona elocuente, gran orador, escri-
bía sus propias cartas oficiales, tenía facilidad para exponer cla-
ramente sus pensamientos, redactaba con elegancia las anotacio-
nes a los documentos que se le presentaban y era un poeta nato.
me- [7] Magnífico poeta, entre sus versos destacan los que dirigió
a su hermana, que se hallaba en Siria, en los que expresa sus an-
sias por regresar a su patria 4:

¡Jinete que te encaminas a mi tierra!


lleva el saludo de una parte de mi ser a la otra,
~ - .!L-A..'IDALUS.
pues mi cuerpo, como ves, está en una tierra
y mi corazón y sus amos se hallan en otra.
El destino decretó nuestro alejamiento y nos separamos,
la distancia ha apartado el sueño de mis párpados.
se hubiera
Dios decidió nuestra separación,
los cali-
tal vez decida en el futuro reunimos de nuevo.
b. 'Abd al-
b. 'Abd sams [8] Dice Ibn Hayyán: El imán 'Abd al-Rahmán al-Dájil era in-
teligente en extremo, de sólida formación cultural y amplia com-
prensión, resuelto y firme en sus propósitos; nunca alzó una ban-
dera contra enemigo alguno sin que lo venciera ni contra una
"do en Dayr ciudad sin que la conquistara; era valiente, osado, impetuoso e
u'áwiya b. inquieto; no podía permanecer en reposo, entregarse al descanso
ni delegar en otro sus asuntos; generoso y autoritario, usaba siem-
pre ropajes y turbantes blancos. Durante su mandato solía visitar
a los enfermos, asistir a los entierros, rezar en comunidad con la
gente los viernes y días de fiesta e intervenir en las rogativas para
impetrar la lluvia, llorando e implorando. Cuando llegó a al-Anda-
lus encontró el país convertido en una auténtica zona fronteriza,

• Metro: jafif; rima: (lí.

-111-
pero él reclutó ejércitos, les entregó banderas y nombró aJ:¡iiyi-
bes y kñtibes; sus tropas. llegaron a contar con cien mil jinetes.
[9] La inscripción de su sello era «A Dios pide ayuda y en Él
se refugia 'Abd al-Rahmán».
[10] Tuvo once. hijos varones.
[11] Sus cadíes fueron Yahya b. Yazíd al-Tuyibí, Mu'áwiya b.
Sálih y ~idar b. 'Amr. Sus visires fueron cuatro: 'Ubayd Allah b.
[R] 'Utrnán, 'Abd Allah b. Jalid, Yüsuf b. Bujt y I:Iassan. Encargado /
del sello: 'Abd al-Gáfir b. Abí 'Abda. Kiitib: Ibn. Yazíd. Zalbazor-
ta: Qásim b. Abí ... ijo.yibes: su mawlá Badr y su [ata Mansür:'
[12] La causa de que el imán 'Abd al-Rahmán entrara en al-
Andalus y lo dominara fue que, cuando los 'abbásíes vencieron y
fueron proclamados califas, siendo asesinado Marwán al-Ya'di, los
ejércitos omeyas se dispersaron, su linaje se diseminó, sus muje-
res fueron deshonradas y fueron presa todos ellos de un gran
terror. 'Abd al-Rahmán b. Mu'áwiya logró salir huyendo y se en-
caminó hacia Egipto con cuatro rnawlás suyos, Badr, Tarnmám, Zi-
yád y Abü Suya'. Allí permaneció unos días, pero llegó un escrito
de al-Saffáh al gobernador de Egipto en el que le ordenaba bus-
car a los omeyas huidos, por lo que 'Abd al-Rahmán tuvo que
salir a escondidas con sus mawlás y dirigirse a Barqa, donde es-
peraron unos días hasta que se olvidó el asunto y les fue posible
encaminarse a Ijrtqiya. Una vez allí entraron en Oayrawan, donde
se hallaba como gobernador de los habitante de I'[riqiya 'Abd al-
Rahmán b. Habíb al-Fihrí. 'Abd al-Rahmán se aposentó entre los
Banü Mugít, mawlas de su abuelo 'Abd al-Malik b. Marwan, don- cuentro.
de encontró una acogida amable y extremadamente hospitalaria, Continúa
pero fue denunciado ante 'Abd al-Rahmán b. Habíb y éste ordenó che en la
buscarle. Como no tuviera éxito en sus pesquisas, hizo que se in- grib, vio al
vestigara por todo el país de Ijrtqiya para descubrirlo, e incluso te de él. B
puso espías y vigilantes en todos los caminos y amenazó a todos para darle
los sospechosos, tanto a los Banü Mugñ; como a otros, pero 'Abd Andalus y ;.a
al-Rahmán se hallaba escondido entre las mujeres. Más tarde A continuaciec;
reemprendió la huida hasta que llegó a la residencia de Abü Ourra 92] del barco, _
al-Barbarí, pero el emir descubrió su escondite y forzó la entra-
da de la casa. La mujer de Abü Ourra se echó entonces sobre s Ninguna
del largo ~
'Abd al-Rahmán y lo introdujo debajo de sus vestidos; a conti-
64). Alusión a
nuación se soltó las trenzas y empezó a peinarse. Era una mujer saje de NT,

-118 -
muy gruesa y cuando los pesquisidores llegaron ante ella y la
encontraron de esa guisa, empezó a llorar y se recogió las ro-
pas; ellos, que temían a su marido, salieron de la estancia sin
haber podido apresar a 'Abd al-Rahmán, a quien Dios libró de
ellos 5.
Más tarde abandonó la casa de Abü Qurra y llegó a la tribu
de Nafza, donde se aposentó en casa de sus tíos maternos, con los
que permaneció unos días. De allí se trasladó a Zanáta, detenién-
dose en una aldea costera llamada Magila, desde donde comenzó a
escribir a al-Andalus y a organizar su pase a la Península. Envió
cartas a varios rnawlás omeyas que había en al-Andalus, entre los
que estaban 'Ubayd Alláh b. 'Utrnán, 'Abd Allah b. Jálid y Tam-
mám b. 'Alqama. Estas cartas fueron llevadas por su mawla Badr,
que pasó a al-Andalus en el año 137 (754-55) Y se presentó ante
'Ubayd Alláh b. 'Utmán en Elvira, a quien entregó la misiva de
'Abd al-Rahmán b. Mu'áwiya, informándole al tiempo de sus aven-
turas y de su deseo de que lo ayudara y de que levantara su ban-
dera. Le describió sus nobles cualidades y le dijo que era un
hombre digno de ser rey por su Fe y su firmeza. 'Ubayd Alláh res-
pondió favorablemente y se reunió con sus aliados de entre los
notables árabes y rnawlás, que también se mostraron favorables,
por lo que 'Ubayd Alláh b. 'Urmán adquirió un barco, lo aprestó
con todo lo necesario, embarcó en él a Tarnmám b. 'Alqama y
a Badr y dio a éste quinientos dinares para los gastos de 'Abd al-
Rahmán b. Mu'áwiya, tras de lo cual zarparon para ir a su en-
cuentro.
Continúa diciendo: Mientras 'Abd al-Rahmán estaba cierta no-
che en la costa realizando las abluciones para la oración del ma-
que se in- grib, vio al barco entre el oleaje que se acercaba y anclaba delan-
t=:±llo, e incluso te de él. Badr se arrojó desde el barco y se aproximó nadando
1~::.eo::l.aZIÓ a todos para darle las buenas noticias referentes a sus gestiones en al-
, pero 'Abd Andalus y la aceptación unánime de los omeyas y los mawlas.
~s tarde A continuación se acercó Tammám, junto a los otros pasajeros
Abñ Qurra [92] del barco, y 'Abd al-Rahmán / le preguntó: (,¿Cómo te llamas?».
s: rzó la entra-
5 Ninguna otra fuente nos ha conservado una descripción tan detallada
- :0 ces sobre
del largo peregrinar de 'Abd al-Rahmán por el Norte de Africa (REM, IV,
~;:::~los; a con ti- 64). Alusión a la anécdota con la mujer de Abú Qurra en un divertido pa-
saje de NT, 1, 333, donde se da a dicha mujer el nombre de Takafát.

-119 -
Respondió: «Tarnmám». «¿Y cuál es tu kunya?». «Abü Galib». Re- «Sábiq b.
plicó entonces 'Abd al-Rahmán: «Se consumará a la perfección ceremos (s.
(tamma) nuestro negocio y venceremos (galabnii) a nuestros ene- dremos con
migos, si Dios quiere». pa de mi aL...1rd
A continuación 'Abd al-Rahmán se embarcó con Tammám y A prime
Badr y pasaron a al-Andalus a pesar de que el mar estaba muy camino hacia
agitado, desembarcando en el fondeadero de Almuñécar en la luna vista a las
nueva de rabi: 1 del año 138 (14 agosto 755). Enterados los orne- par junto al ~.
yas de su llegada se presentaron 'Ubayd Alláh b. 'Utrnán y un acampó con ~~
grupo de ellos y le honraron y agasajaron; como era la hora de venía muy
la oración del 'asr hizo sus abluciones y rezó con ellos, tras de lo # l-1;tiyya (1~ -
cual cabalgaron todos hacia la aldea de Torrox, en la cara de imán disp
Elvira, donde se detuvieron para que recibiera el juramento de ese día lo
fidelidad de un grupo de notables mawlás y jefes árabes que allí acuerdo de
habían acudido. cios, la cabal,
Cuando tuvo noticias de esto el entonces emir de al-Andalus Fihri se ape -
Yíisuf al-Fihrj, le envió un mensaje para que se presentara ante y tuvo que disp
él; pretendía con esto tenderle una trampa, pero 'Abd al-Rahmán una recia ba
no aceptó la proposición y permaneció en Torrox un tiempo hasta derrotado e !--
reunir seiscientos jinetes omeyas, nobles árabes y mawlás. Ha- tenía el paso __
biendo partido de allí se dirigió a la cara de Rayya:, donde estaba taña hacia el -
'Isa b. Masáfa que, al tener conocimiento de que se acercaba, sa- del ejército
lió a su encuentro y le prestó juramento con todos los miembros se dirigió a
del yund que lo acompañaban. Más tarde se presentó ante él 'Abd munidad; al ~
al-A'Ia b. 'Awsaya, señor de la cara de Tñkurunna, que también juramento,
le prestó juramento con los yundíes que iban con él. Continuó su quiso entrar
viaje 'Abd al-Rahmán y pasó par las caras de Sidonia, donde le de Yüsuf al-
prometió fidelidad 'Attab b. 'Alqarna al-Lajmí, y de Marón, cuyo ciudad. Tres -
gobernador, Ibráhím b. Suhayr al-Barnatamí, se le unió después cuales entró
de haberlo reconocido como emir. Al llegar a Sevilla sus habitan- más al ta gloria
tes le prestaron juramento y se unieron a él todos los yundíes de [94] cinco / años <_
la comarca, sin que se negaran a ello más que algunos hombres [13] Asen
de Qays. hizo invocar
[93] Cuando sus tropas estuvieron completas se dirigió / hacia Cór-
doba para combatir a Yüsuf al-Fihrí y en la aldea de Nafra ató su
estandarte en la lanza de Abu l-Sabbáh, ordenando que los infan-
tes montaran en las grupas de las monturas de la caballería. Vio
él a un muchacho y le preguntó: «¿Cómo te llamas?». Respondió:

- 120-
«Sábiq b. Malik b. Yazíd». Añadió entonces 'Abd al-Rahmán: «Ven-
ceremos (sabaqrui), reinaremos (malakna) y todo esto lo obten-
dremos con creces (ziyada), dame la mano, tú montarás a la gru-
pa de mi caballo».
Tammárn y A primeros de g,ü l-1:z.iyya del año 138 (6 mayo 756) se puso en
taba muy camino hacia Córdoba y al llegar a la aldea de Tocina pasó re-
r en la luna vista a las tropas, tras de lo cual siguió su marcha hasta acam-
. s los ome- par junto al río. Yüsuf al-Fihrí, que había salido a su encuentro,
acampó con su ejército frente a él, al otro lado del río, pero éste
venía muy crecido y era imposible atravesarlo. El jueves, 9 de
g,ü l-1:z.iyya (14 mayo), el río amaneció en mejores condiciones y el
imán dispuso sus compañías en orden de combate; sin embargo
ese día lo pasaron intercambiando embajadas en busca de un
acuerdo de paz. Al día siguiente, viernes, Fiesta de los Sacrifi-
cios, la caballería del imán atravesó el vado ... sin que Yñsuf al-
Fihrí se apercibiera de ello hasta que su ejército se vio atacado
y tuvo que disponerse al combate sin estar preparado. Entablada
una recia batalla entre los dos contendientes, Yüsuf al-Fihr¡ fue
derrotado e intentó regresar al alcázar, pero se encontró con que
tenía el paso cortado y tuvo que huir por la ladera de la mon-
taña hacia el norte. Mientras sus hombres se dedicaban al pillaje
del ejército vencido, el imán 'Abd al-Rahmán entró en Córdoba y
se dirigió a la aljama, donde rezó la oración del viernes en co-
munidad; al acabar los rezos todos los habitantes le prestaron
juramento, concluido el cual regresó junto a su ejército, pues no
quiso entrar en el alcázar hasta que no lo abandonara la familia
de Yüsuf al-Fihrí, a la que habría de acomodar en una casa de la
rón, cuyo ciudad. Tres días permaneció en el campamento, al cabo de los
~ó después cuales entró en el alcázar, consiguiendo así el poder completo, la
su habitan- más alta gloria y la sumisión general. Contaba entonces veinti-
_- '.mdíes de [94] cinco / años 6.
hombres [13] Asentado en Córdoba levantó ejércitos, creó registros e
hizo invocar en los sermones a Abü ~a'far al-Mansíir durante dos
hacia Cór- años, pero más tarde decidió que se le invocara a él, para lo cual
- _.~. a ató su envió cartas.a todas las regiones de al-Andalus ordenando además
_ ~ os infan- que se maldijera en los almimbares a los 'abbásíes: nunca revocó
ería. Vio
espondió: , HEM, IV, 63-69.

- 121'-
esta decisión y asentó con ello firmemente los pilares de su po-
der ". en
[14J En el año 141 (758-59) llegaron omeyas de Siria, Egipto,
[25J En
Ijrtqiya y otros lugares 8. f"i[l¡qiya, la ~
[15J En el año 139 (757) nació su hijo HiSam al-Ri<;ia9.
bles prisione
[16J En ese mismo año hubo una terible sequía en al-Andalus
[26J En
y en la otra orilla del Estrecho lO.
Rida 16.
[17J En el año 142 (759-60) llegó una carta del Príncipe de los
creyentes Abü '\'a'far al-Mansiir 'en la que le censuraba el haber
interrumpido la invocación en su nombre y le invitaba a regre-
sar a la obediencia, pero no obtuvo respuesta. [28J En
lus y el Ma
[18J En el año 144 (761-62) llegó a al-Andalus al-'Ala' b. Mugít
ló Córdoba
al-'\'u4am¡ desde l [riqiya y levantó la bandera de los 'abbásíes,
biertos por
consiguiendo apoderarse de Beja y Carmona.
Esta situa .
[19J En el año 146 (763-64) al-'Ala' b. MUg1! se adueñó de todo
el Oriente de al-Andalus, vistió los ropajes negros de los 'abbásíes
e invocó en los sermones a al-Mansür, Mucha gente, entre ellos
todos los yemeníes, lo secundó y con ellos se dirigió hacia Sevi-
lla, pero sus habitantes le dieron la espalda y murió con siete
mil de sus partidarios. Su cabeza fue enviada a La Meca y, al sa- [30J En
berlo Abü '\'a'far al-Mansiir, exclamó: «Gloria a Dios por haber aljama de
puesto este mar entre nosotros y nuestros enemigos» 11. cual gastó
[20J En ese año le llegó a 'Abd al-Rahmán su hijo Sulaymán, [31] Sobre
que se hallaba en Siria 12.
[21J En el año 147 (764-65) hubo hambre en todo el mundo.
14 NA, 9
[22J En el año 148 (765-66) el imán ordenó poner en buen or- hecho que KF
den todas las fronteras de al-Andalus y levantar murallas en ellas. beréberes en e
ver (en el año
[23J Ese mismo año el río de Córdoba creció extraordinaria-
15 REM, I\- -
[95] mente / y arrastró casas, personas y animales 13.

7 REM, IV, 86-87.


por su mawlá

Nació
16 ;:j'-
BM, II, S! ~
17

doba. Esta ~
• BM, II, 49 Y KF, 59 fechan la llegada de omeyas en el año anterior.
9 Cfr. injra, p. 126, n. 28.
se llamaba
l. Al con
!O Esta noticia parece inédita.
11 HEM, IV, 72-73, con importantes discrepancias en relación al relato del que acabamos
I}ikr, que yerra al situar la revuelta en el Oriente de al-Andalus. cido gracias a :;:
" Según KT, V, 583 Y NA, 7 Sulaymán llegó en el 147, mientras que KF, 19 V. OCA."
63 sitúa su llegada en el 145. zo Metro: ~
13 Estas tres últimas noticias parecen inéditas. mad al-Balaw ·

- 122-
[24] En el año 149 (766-67) estalló una revuelta de beréberes
en Córdoba y el imán hizo reconstruir la muralla 14.
[25] En el año 150 (767-68) el imán realizó una incursión por
'f'illiqiya, la sometió, causó muchas muertes y capturó inconta-
bles prisioneros 15.
[26] En el año 153 (770) nació al-Hakarn, hijo de Hisám al-
Rida 16.
[27] En el año 154 (770-71) el imán atacó a los beréberes su-
blevados con Tásufín b. 'Abd al-Wahíd al-Fátimí 17.
regre-
[28] En el año 161 (777-78) hubo una gran hambre en al-Anda-
lus y el Magrib, pero en el mes de abril llovió y una avenida aso-
ló Córdoba hasta el punto de que los arcos del puente fueron cu-
biertos por las aguas y se movieron, llegando a romperse uno.
Esta situación duró dos días 18.
[29] En el año 169 (785-86) el imán 'Abd al-Rahrnán al-Dajil
compró a los cristianos dimmíes el solar de la aljama de Córdo-
ba, donde se alzaba una iglesia cristiana. Pagó por. él cien mil
dinares y lo añadió 'al patio de la mezquita 19.
[30] En el año 170 (786-87) el imán puso los cimientos de la
aljama de Córdoba y comenzó su espléndida construcción, en la
cual gastó doscientos mil dinares sacados de los habices.
[31] Sobre eso compuso un poeta 20:

el mundo.
14 NA, 9 señala que en el 149 fue reconstruida la muralla de Córdoba,
r en buen or- hecho que KF, 64 sitúa en el 150. No hay noticias sobre una rebelión de
~~as en ellas. beréberes en Córdoba, por otra parte muy poco creíble, pero sí en Santa-
ver (en el año 150, según BM, II, 54).
15 HEM, IV, 76; la expedición no fue dirigida por 'Abd al-Rahmán sino
por su mawld Badr.
lO Nació realmente en el 154, como se verá en el capítulo a él dedicado.
17 BM, II, 54 indica expresamente que en el 154 imán no salió de Cór-
doba. Esta revuelta tuvo lugar en el 151 (BM, II, 54 = a. 152) y su cabecilla
se llamaba $aqya; HEM, IV, 74-75.
" Al contrario de lo que ocurría con las menciones de otras calamidades
que acabamos de ver, en este caso el dato no es inédito, pues era ya cono-
cido gracias a BM, II, 56.
19 V. OCAÑA,«Basílica», y SALEM,«Cronología».
20 Metro: ¡awtl; rima: di; atribuyen estos versos a Dihya b. Muharn-
rnad al-Balawí BM, II, 230; KF, 70 Y NT, 1, 561 y III, 55.

- 123-
Entregó por Dios y en Su honor [97] esos regalos, .
ochenta mil piezas de plata y oro quienes, al
que gastó en una mezquita cuya base es la devoción lancolía; un
y su gloria, la religión del Profeta Mahoma. de la grana
Se aprecia el oro reluciente entre sus techumbres tes; por eso -
brillar con el resplandor del relámpago flameante. en al-Andalus
[35] A
[32] Continúa diciendo: Abrió en la mezquita siete puertas
para el acceso de los hombres y dos para las mujeres. La longi-
tud total era de 225 codos y la anchura, de 105. Más tarde al- y
Hakam al-Mustansir bi-lláh la amplió por el lado de la qibla en
[96] 105 codos, con lo que la longitud quedó / en 330 codos. Al-Mansíir
b. Ab¡ '.i\mir, cumpliendo órdenes de Hisám al-Mu'ayyad, añadió
por la parte oriental ochenta codos, llegando así la anchura a 130.
Tiene once naves: la central mide dieciséis codos de ancho, las
cuatro adyacentes a ella a derecha e izquierda, catorce y las otras
seis, once, mientras que las ocho que añadió Ibn Ab¡ '.i\mir tie-
nen diez codos de ancho. El patio mide de este a oeste 128 codos
y en la otra dirección, 105. Las galerías circundantes tienen siete
codos. El número total de columnas asciende a 1.293. El lugar del
almuédano en el alminar se halla a 370 codos del suelo. En sus
días las mezquitas de Córdoba eran 49021•
[33] En el año 164 (780-81) el imán atacó la ciudad de Zara-
goza en la que se había rebelado Sulaymán b. Yaqzán. Habiendo
acampado ante sus murallas la puso cerco e instaló los almaja-
neques; ante esto Sulaymán le solicitó el amñn, que le fue con-
cedido, al tiempo que lo perdonaba y lo nombraba gobernador
de la ciudad. De allí se dirigió el imán hacia territorio cristiano,
causándoles gran número de bajas, haciendo muchos prisioneros
y destruyendo castillos y aldeas. Finalmente regresó a Córdoba
sano y salvo y con considerable botín 22. rays porque r
[34] En ese mismo año su hermana le envió desde Siria rega- nueva vida
los y presentes, uno de los cuales consistía en granadas saiaries, atravesando
llamadas así por Safar: cuando el mensajero se presentó con bárbaro y
del reino. A.:..:1

21 Sobre la mezquita de Córdoba, v. supra, pp. 4246.


22 La versión que da el lJikr de esta noticia difiere sustancialmente de
las de otros autores más de fiar; v, HEM, IV, 84 y GRANJA, Marca, 17-19.

-124 -
[97] esos .regalos, 'Abd al-Rahmán convocó a sus amigos y mawlas /
quienes, al verlos, sintieron añoranza de Siria y lloraron de me-
lancolía; un hombre de Rayya, llamado Safar, tomó un esqueje
de la granada y lo plantó, consiguiendo que creciera y diera bro-
tes; por eso se la llama granada safarí. Esta planta se da tanto
en al-Andalus como en la otra orilla del Estrecho 23.
[35] A un hombre de Ourays que había acudido a él desde el
extranjero y que había considerado escasa la pensión que le ha-
bía asignado, por lo que le había solicitado que se la aumentase
y que fuese más espléndido, le respondió con estos versos 24:

¡Qué diferencia entre uno que, movido por la ira


y desenvainando la espada de doble filo,
atravesó el desierto, cruzó el mar,
venciendo piélagos y yermos,
y organizó un reino, erigió un poder
y un almimbar desde el que hace una invocación propia,
levantó un ejército que estaba arruinado
y pobló ciudades que se hallaban abandonadas!
Más tarde llamó a toda su familia,
por lejos que estuviera: "Venid a vuestro hogar»,
mientras que este otro, que había venido acosado por el
de Zara- [hambre,
Habiendo fugitivo de la espada y huyendo de la muerte,
.os almaja- consiguió seguridad, hartura,
" e fue con- riquezas y familia .
.:obernador ¿Acaso no tiene aquél sobre éste más derechos
que los meros de benefactor y señor?

[36] 'Abd al-Rahrnán al-Dájil es considerado el sacre de Ou-


rays porque revitalizó el caduco legado de sus antepasados y dio
nueva vida a lo que sólo eran recuerdos borrosos y decrépitos,
atravesando el desierto, surcando el mar y entrando en un país
bárbaro y apartado, venciendo a su gobernador y apoderándose
del reino. Allí construyó ciudades, levantó ejércitos, creó regis-

23 Sobre las granadas safaríes, V. Dozr, Supplément , 1, 559 Y CoLIN, «Do-


1s:::==iaJ.¡mente de
cument», 27-2J3.
17-19.
24 Metro: basz¡; rima: u.

-125 -
tras y edifició un sólido estado con su buena administración 25.
[37] Murió el imán 'Abd al-Rahmán al-Dájil en Mérida, del 1awf su
al-Andalus, el martes'; a seis noches por pasar de rabí' II del año
172 (30 septiembre 788). Su cadáver fue transportado a Córdoba
y allí fue enterrado, rezando la oración fúnebre su hijo Hisárn 26.
[98] [38] / Contaba al morir cincuenta y nueve años y cuatro me-
ses y había permanecido en el trono de al-Andalus 11.827 días, [99]
que equivalen a treinta y tres años y cuatro meses. Fue el pro-
genitor de la estirpe omeya de al-Andalus; al conquistar el país
lleno de enemigos y asegurar el trono consiguió lo que no había [49] Al
logrado antes ningún antepasado suyo. de la noticia
y por eso
jura lo prim
REINADO EN AL-ANDALUS DEL IMÁN HISi\.M B. 'Asn ción de la aljaz;
AL-RAl:lMAN AL-DAJIL
una pila de
rriente. Abrió ',""
[39] Era el imán Hisám al-Rida b. 'Abd al-Rahmán b. Mu'áwiya tración y se r'-
b. Hisam b. 'Abd al-Malik b. Marwán, [50] Era
[40] Su madre se llamaba Hawrá 27. no y a la vi,
[41] Había nacido el cuatro de sawwal del año 139 (1 marzo de acuerdo
757) en el alcázar de Córdoba 28. [51] Al e'''-~
[42] Su kunya era Abü l-Walíd. ledo en cali
[43] Descripción: De piel blanca algo rojiza, ligeramente es- proclamación ce
trábico y zanquilargo. pas y partió ¡--
[44] La inscripción de su sello era «En Dios confía Hisám y encontró a la
sus ejércitos. -::--
en Él se refugia».
[45] Sus cadíes fueron ?idar b. 'Arnr y Mus'ab b. 'Amrán al- tuvo que huir _
Hamdání, gresar a Cón
nado (diciem
[52] En e
25 El apodo de «sacre de Ourays» se lo dio el califa 'abbásí al-Mansür tra Toledo;
(HEM, IV, 87), Es muy curiosa la repetida alusión, casi una frase hecha,
a que «construyó ciudades, levantó ejércitos y creó registros», que aparece dejó a su hij
en § 8, 13 y 36, imitando literalniente la frase del propio 'Abd al-Rahmán suradamente 'k_

que hallamos en la poesía anterior (§ 35), se le presenta


26 HEM, IV, 91-92; parece que ef compilador del l)ikr ha entendido mal
la fuente que haya utilizado en este caso, pues lo cierto es que 'Abd al- to Hisám, que -
Rahmán falleció en Córdoba y que quien se hallaba en Mérida era su hijo do y envió a
y sucesor HiSam.
27 RH, 298: Hawrá'.

2! HEM, IV, 91. 19 HEM, IV, ~_

- -126 -
[46J Tuvo seis hijos varones, uno de los cuales fue al-Hakam,
su sucesor, y cinco hembras.
[47J SUS kñtibes fueron Futays b. 'Isa y Jattáb b. Sulaymán.
Sus visires, suhayd b. 'jsa, Jalid b. 'Abd Allah Y 'Abd al-Gáfir b.
Abi 'Abda. Sus J:¡iiyibes, "2'idara b. Ab¡ 'Abda y 'Abd al-Wal}.idb.
y cuatro me- Mugít, Su zalbazorta fue al-Hasan b. Bassám.
11.827 días, [99J [48J Fue jurado a la muerte de su padre, / el sábado, prime-
. Fue el pro- ro de yumada 1 del año 172 (7 octubre 788); contaba en aquel
uistar el país momento treinta años 29.
que no había [49] Al morir su padre se hallaba ausente, pero al enterarse
de la noticia se apresuró a regresar a Córdoba; Hisarn era noble
y por eso fue preferido a su hermano Sulaymán. Después de la
jura lo primero de lo que se ocupó fue de terminar la construc-
- ·ABo ción de la aljama, que había sido iniciada por su padre, instalar
una pila de abluciones para uso público y dotarla de agua co-
rriente. Abrió las cárceles, enmendó las injusticias de la adminis-

I"'-'~ .....••.
-.J b. Mu'áwiya
tración y se preocupó por repartir las limosnas.
[SOJ Era Hisam hombre instruido, virtuoso, casto, dado al ayu-
no y a la vigilia y aplicaba las sanciones establecidas por el Corán
de acuerdo con lo prescrito.
139 (1 marzo
[SIJ Al enterarse su hermano Sulaymán, que se hallaba en To-
ledo en calidad de gobernador, de la muerte de su padre y de la
proclamación de su hermano, se enojó grandemente, reclutó tro-
pas y partió hacia Córdoba para combatir a Hisám, con quien se
encontró a la altura de Jaén, pues había salido de Córdoba con
sus ejércitos. Entablado el combate, Sulaymán fue derrotado y
tuvo que huir y abandonar su ejército, mientras Hisám podía re-
gresar a Córdoba. Tuvo lugar esta batalla en rasab del año mencio-
nado (diciembre 788).
[S2J En el año 173 (789-90) Hisám realizó una expedición con-
tra Toledo; habiendo llegado el emir ante la ciudad, Sulaymán
dejó a su hijo y a su hermano 'Abd Allah allí y se dirigió apre-
suradamente hacia Córdoba intentando aprovechar la ocasión que
se le presentaba, pero los cordobeses lo rechazaron. Mientras tan-
to Hisám, que no se había arredrado ante eso, se quedó en Tole-
do y envió a su hermano 'Abd al-Malik a combatirle, pero, al ver-

29 HEM, IV, 93.

- 127-
lo llegar, Sulayrnán huyó de Córdoba a Mérida, donde le salió al para que
encuentro su gobernador ?udayr, que le presentó combate y lo fomentar la
puso en fuga. Hisám, por su parte, permaneció dos meses cer- [59] Se
cando Toledo y luego regresó a Córdoba. que las fron;
[53] En el año 174 (790-91) Hisam al-Ri9a concedió el aman Se dice que
a su hermano Sulaymán con la condición de que abandonara al- una suma
Andalus con su gente, sus hijos y sus bienes, entregándole Hisám de cristianos
[100] sesenta mil dinares de la herencia de su padre. / Sulaymán se em- que decidió ':.~
barcó entonces hacia el país de los beréberes 30. tivos. Esto
[54] Dice al-Oudá'í: Hisám b. 'Abd al-Rahmán era justo, vir- las fronteras
tuoso, generoso, magnánimo, piadoso, deseoso de hacer la Guerra caían presos,
=101] [ 60 ] HiSal::c.~
Santa y el bien, dado a la caridad, afecto a los hombres sabios e
do a nueve :r::::
íntegros. Por su piedad, su temor de Dios y su ascetismo se pa-
recía a 'Umar b. 'Abd al-iázíz. Sentenciaba con igual rectitud tan-
to si se trataba de alguien cercano a él como de un desconocido;
hacía justicia al humilde contra el noble, al pobre contra el rico,
al débil contra el poderoso, incluso si él mismo o uno de sus pró-
ximos era parte en el asunto. Era también fiel observador del
derecho y buen conocedor de la valía de las personas.
[55] Fue el restaurador del puente de Córdoba, obra en la que
gastó ínmensas sumas. Como hubieran llegado a sus oídos las ha-
bladurías de la gente, que decía que lo había hecho para poder
cruzar a cazar y a divertirse, se juró que sólo habría de utilizar-
lo para salir en expedición militar, llevar a cabo algo encamina-
do al bien de la comunidad o asistir a los entierros.
[56] Era constante en sus decisiones, de comportamiento irre-
prochable y recta conducta, bueno y honrado, buen gobernante
y cabal en sus opiniones.
[57] En sus días conquistó la ciudad de Narbona su general
y 1;Uiyib 'Abd al-Wáhid b. Mugir y empleó el quinto del botín en
las obras de la aljama, del alminar y del puente 31.
[58] Recaudaba el diezmo legalmente, enviaba correos y man-
tenía la repartición legal del botín. En las noches lluviosas y os-
curas llenaba bolsas con dinares y las remitía a las mezquitas

30 HEM, IV, 93-94; v. también CHALMETA,


«Concesiones», 48.
31 HEM, IV, 95-96; v. también SÁNCHEZALBORNOZ, Orígenes, 315, n. 28 y
497-498.

-128 -
·onde le salió al para que fueran entregadas a los presentes; con ello pretendía
- - combate y lo fomentar la asistencia a ellas.
dos meses cer- [59] Se preocupaba por realizar expediciones militares para
que las fronteras estuvieran seguras y sus súbditos, protegidos.
cedió el aman Se dice. que en sus días un hombre dejó al morir en testamento
~-e abandonara al- una suma para rescatar a los cautivos que estuviesen en tierras
::egándole Hisam de cristianos, pero al buscados no se halló ni uno sólo, por lo
ulaymán se ern- que decidió que se empleara ese dinero para rescatar otros cau-
tivos. Esto era debido a que Hisám velaba por el buen orden de
las fronteras y se apresuraba a rescatar a los musulmanes que
era justo, vir-
caían presos.
- hacer la Guerra
[101] [60] Hisám fue quien conquistó al-QiZa<, / en "Q"illiqiya, matan-
bres sabios e
do a nueve mil cristianos 32.
tismo se pa-
[61] Hisam encarceló a su hijo 'Abd al-Malik por ciertas acu-
rectitud tan-
saciones que se habían formulado contra él; permaneció en pri-
desconocido;
sión durante todo el reinado de su padre y parte del de su her-
cre contra el rico,
mano al-Hakam, hasta el año 198 (813-14); en total estuvo encar-
o de sus pró-
celado diecinueve años 33.
~ o servador del
[62] En el año 176 (792-93) Hisám dio a su hijo al-Hakam el
gobierno de Toledo; la ciudad fue pacificada y al-Hakam atacó
o ra en la que
castillos y conquistó la ciudad de Alava 34.
oídos las ha-
[63] En el año 177 (793-94) tuvo lugar la famosa expedición
para poder
de Narbona. En ella 'Abd al-Wáhid b. MUg1!atacó el país de los
de utilizar-
Ifrany con un gran ejército. Habiendo acampado ante Gerona, que
era una avanzadilla de ellos, la atacó con los almajaneques hasta
conquistada, destruir sus murallas, matar a sus habitantes y que-
mar las casas y los arrabales, apoderándose también de todas sus
aldeas, a cuyos habitantes cautivó. Seguidamente entró en el país
de los Mayüs, asoló la Cerdaña, mató hombres, apresó mujeres y
~:bc!ila su general niños y destruyó los castillos, consiguiendo tan considerable bo-
del botín en tín que el quinto legal alcanzó los 45.000 dinares de oro. En esta

32 Por las palabras con las que describe la expedición, debe tratarse de
la que dirigió 'Ubayd Alláh b. 'Ujmán en el 176 (BM, I1, 63); v. SÁNCIlEZ
ALBORNOZ, Orígenes, I1, 469-481(el.a batalla del Burbia»).
33 Aunque el J)ikr no lo especifique, 'Abd al-Malik murió en prisión (YA,

87).
34 Cfr. KT, VI, 13. Lo confirma Ibn Hayyán (M-Makkl, 17) al informar de
F..:~5" 315, n. 28 y que 'Abd al-Rahmán II nació en Toledo en el 176 cuando su padre al-Hakam
se hallaba allí como gobernador.

129 -

9
algazúa participó el alfaquí Yahya b. Yahyá, así como otros mu-
chos alfaquíes y hombres piadosos.
[64] En sus días se alcanzaron tales victorias sobre el enemi-
go cristiano que por más que se buscase un cautivo para resca-
tar en territorio enemigo no se hallaba uno sólo, pues se abste-
nían de atacar el país de los musulmanes por temor 35.
[65] En ese mismo año sobrevino una violenta avenida del río
de Córdoba que es considerada como una de las mayores nunca
conocidas. Las lluvias fueron torrenciales e ininterrumpidas 36.
[66] En el año 178 (794-95) 'Abd al-Malik b. Mugír atacó de
nuevo Yillíqiya y destruyó iglesias y castillos. Arrasó la catedral,
las mansiones de Alfonso y todos los edificios. Entonces Alfonso,
[102] señor de Yilliqiya, / reclutó a los Mayüs y los vascones, pero. a
'Abd al-Malik no le preocupó su gran número, entró en la ciudad
de Coimbra a sangre y fuego y mató a los hombres y apresó a
las mujeres y a los niños 37.
[67] Hisám solía enviar en secreto hombres justos de su con-
fianza a las provincias para interrogar a sus habitantes sobre la
conducta de los gobernadores; a su regreso le informaban de lo
que realmente ocurría, de modo que él podía tener vigilados a
los gobernadores de acuerdo con lo que hubiera revelado la in-
vestigación a la que los había sometido.
[68] En cierta ocasión un hombre lo interpeló a gritos que-
jándose de un gobernador; inmediatamente Hisám envió a bus-
carlo para que se presentara ante él y, una vez reunidos, le dijo =103]
al querellante: "Di bajo juramento todas las injusticias que haya
cometido contigo, si te azotó lo haré azotar, si te deshonró lo des-
honraré, excepto en los casos en los que las penas hayan sido

JS De estas dos últimas noticias, la campaña de Narbona y la inexistencia


de cautivos musulmanes en manos cristianas, ya dio cuenta anteriormente
nuestro autor. Esta repetición de noticias es indicio de la utilización de dos
fuentes distintas, pero emparentadas entre sí.
36 Esta noticia parece inédita.
J7 Debe tratarse en realidad de la campaña del 179 dirigida por 'Abd al-
Karím b. Mugl!, pues utiliza las mismas palabras, aunque en una versión
algo resumida, que emplea BM, H, 64-65 al hablar de esa expedición; v. HEM,
IV, 95; HERNÁNDEZ GIMÉNEZ,«La travesía», 163 y SÁNCHEZ ALBoRNOZ, Orígenes,
11, 491-508 y 509-529 (<<Labatalla de Lutos» y «La campaña de 'Abd al-Karím
ibn Mugayt»). Sobre los mayUs mencionados, v. SÁNCHEZ ALBoRNOZ, Orígenes,
H, 309·321 {« ¿Normandos en España?»).

- 130
mu- impuestas de acuerdo con los preceptos coránicos». Nada de lo
que dijo el hombre quedó sin venganza.
enemi- [69] Estando un día, cuando aún no había subido al trono,
o para resca- sentado en un aposento que daba al río de Córdoba, miró hacia
ues se abste- el arrabal de Secunda y la barriada oriental de la ciudad y obser-
r 35 . vó a un hombre de sus kñtibes 38, servidor suyo, que se acercaba
~ a enida del río por la parte del distrito de Jaén, donde su hermano Sulaymán
era entonces gobernador. Cuando lo vio caminando apresurada-
mente en plena hora de calor llamó a uno de sus esclavos y le
dijo: «Si llega el kinání a la puerta hazlo entrar a mi presencia,
pues creo que Abü Ayyíib Sulaymán debe haberle jugado alguna
mala pasada». Estaba con él en el salón una esclava a la que hizo
ocultarse detrás de una cortina antes de que el esclavo introdu-
jera al kinání. Llegado éste le preguntó Hisám: «¿Qué te trae por
aquí?». Respondió: «Un miembro de la tribu de Kinána mató
involuntariamente a un hombre y el precio de la sangre ha re-
zstos de su con- caído sobre los parientes paternos, pero, aunque afecta a todos
~ •..;.a..••antes sobre la los kináníes, Sulaymán me ha asignado a mí una cantidad exce-
~ nnaban de lo siva, pues conoce mi posición ante ti. Por eso vengo a que reme-
-~Or vigilados a dies esa injusticia». Le dijo Hisám: «No debes temer, vamos a
.elado la in- encargarnos nosotros de esa indemnización, tanto de la tuya como
de la de tu gente». Extendió entonces la mano por detrás de la
cortina y tomó el collar que llevaba puesto la esclava y que valía
tres mil dinares: «Toma esto, paga tu deuda y la de tu gente y
[103] dispón a tu gusto de / lo que sobre». El kinání se lo agradeció y
dijo: «Señor, no me falta dinero para pagar lo que se me ha im-
puesto, lo que quiero es que se repare la injusticia que se ha
cometido conmigo». Hisám le contestó: «De acuerdo», e inmedia-
tamente montó en su cabalgadura y se presentó donde estaba su
padre, al que solicitó audiencia. Su padre se dijo: «Si Abü l-Walíd
viene en un momento así tiene que ser porque algo lo abruma»
y le concedió permiso para entrar. Una vez ante él le rogó que
se sentara, pero Hisárn replicó: «Dios ampare al emir, no me sen-
---..; por 'Abd al-
taré; el que sufre una inquietud y un pesar no puede estar sen-
en una versión
~~!iJ-ci'ón; v. HEM, tado». Le dijo su padre: «Toma asiento, te concederé lo que me
'OZ, Orígenes,
- -~ 'Abd al-Karím 38 En lugar de «sus kñtibes» sería más correcto leer «Kinána» (nombre
'02, Orígenes, de una tribu), como en AlV1, 122; BM, II, 67 Y NT, I, 335. Sobre las rela-
ciones entre el kinání y Hisám, v. CHALMETA,
«Concesiones», 46 y 47.

- 131-
pidas». Entonces Hisám se sentó y le relató toda la historia del [74J Su -
kinání, los servicios que le había prestado y la inquina de Sulay- sido regalada -
mán contra él; el imán mandó ante eso escribir a Abii Ayyüb or- do firmó la -
denándole que pagara el precio de la sangre del tesoro público, [75J Habís
que dejara tranquilos al kinání y a su gente y que los tratara con [76J SU
bondad y respeto en todos sus asuntos. Hisám regresó junto al [77] La .
kinání y le entregó la carta, ante lo cual dijo éste: «Señor, he Y en Él se
conseguido más de lo que esperaba y Dios me ha recompensado [78J Des.::
de tal forma que ya no es necesario este collar, devuélvelo a su delgado,
lugar», pero Hisám replicó: «No solemos aceptar que se nos de- [79] Era
vuelva algo que hemos regalado, tómalo y que te dé suerte». al perdón, -
[70] Dice: Murió Hisam la noche del jueves, ocho de saiar ardoroso,
del año 180 (22 abril 796) 39, a los treinta y tantos años. Fue ente- muy enérgí
rrado en el alcázar y le rezó las oraciones fúnebres su hijo al- [80] FIl-"
Hakam. Había permanecido en el trono siete años y nueve meses.
[71] La causa de su muerte fue un ataque de atrábilis que le mente de G..¡:

provocó una angustia tal que le debilitó el juicio; tan intensa, llería de W''''
aguda y prolongada fue que lo llevó a la tumba. Al aparecer los así a los
primeros síntomas de la enfermedad hizo que se prestara jura- co mil, de
mento a su hijo al-Hakam 40. hizo que se
[72J En sus días el rey de Yill'iqiya abdicó y se hizo monje 41. dividió en
un qii'id44•
[81] T
[104] REINADO DEL IMÁN AL-l:IAKAM / B. HISAM, [82] Sus
CONOCIDO POR AL-RABA~I de éste, Sat¡¿
b. Haran.
[73J Era el imán al-Hakam b. Hisam al-Ri9a b. 'Abd al-Ral).- [83J En
mán al-Dajil b. Mu'áwiya b. Hisam b. 'Abd al-Malik b. Marwán b.
al-Hakam, conocido por al-Rabadí. Fue el tercer soberano omeya
de al-Andalus,

39 Los distintos autores no coinciden en la fecha de la muerte de Hisám:


la que da nuestro autor es la misma que Ibn al-Faradí (TU, 4) recoge to-
mándola de al-Rází. Ibn '19m, que sitúa el fallecimiento en el día 3 de $afar
(BM, H, 61), señala que reinó siete años, nueve meses y ocho días, con lo
que, si tenemos en cuenta que subió al trono el primero de yumadd 1 del
172, se confirma la fecha de al-Rati y del !)ikr.
40 Noticia inédita.
41 En KT, VI, 120 se especifica que se trataba de Vermudo y que el he-
cho tuvo lugar en el año 175 (791); v. SÁNCiIFZ ALBoRNOZ, Orígenes, H, 486-487
(<<Fecha de la unción de Alfonso 11»).

- 132-
historia del [74] Su madre fue una urnn walad llamada Zujruf, que había
_.:!IDa de Sulay- sido regalada a su padre por Carlomagno, el hijo de Pipino, cuan-
_ •• - Ayyüb or- do firmó la paz con 'Abd al-Rahrnán al-Dájil ".
ro público, [75] Había nacido al-Hakam en el año 154 (770-71)43.
tratara con [76] Su kunya era Abü l-'A~I.
ó junto al [77] La inscripción de su sello era «En Dios confía al-Hakam
«Señor, he y en Él se refugia».
- recompensado [78] Descripción: Alto, moreno, de hermoso perfil y cuerpo
élvelo a su delgado, no se daba tintes.
e nos de- [79] Era resuelto, decidido, espléndido en sus regalos, dado
al perdón, buen orador, elocuente, poeta elegante, listo, valiente,
o de saiar ardoroso, de buena memoria, orgulloso, defensor de su derecho,
. Fue ente- muy enérgico y temible en sus enfados .
res su hijo al- [80] Fue el primero que reclutó un ejército mercenario y tomó
a su servicio mamelucos esclavos. Se aprovisionó conveniente-
'bilis que le mente de armas y pertrechos y puso un destacamento de caba-
tan intensa, llería de guarnición ante la puerta de su alcázar, asemejándose
aparecer los así a los reyes más poderosos. Sus mamelucos llegaron a ser cin-
restara jura- co mil, de los cuales tres mil eran jinetes y el resto, infantes;
hizo que se turnaran para vigilar la puerta de su alcázar y los
monje 41. dividió en centurias, poniendo al frente de cada una de ellas a
un qa'id 44.
[81] Tuvo diecinueve hijos varones y veintiuna hembras.
[82] Sus cadíes fueron Muhammad b. Basír al-Ma'áfirí, el hijo
de éste, Sa'íd b. Muhammad b. Basír, al-Farae b. Kinána y Qatan
b. Harán.
[83] En los días de al-Hakam las fetuas dejaron de dictami-

SC;Jel~O omeya 42 Esta noticia sobre la madre de al-Hakam es inédita. La tregua entre
Carlomagno y 'Abd al-Rahmán I era conocida gracias a una escueta infor-
mación de NT, I, 330 (v. HEM, IV, 79), donde también se habla de que el
=erre de Hisám: monarca franco propuso al emir de Córdoba una alianza matrimonial que
4) recoge to- fue rechazada. Seria aventurado suponer que al-Maqqarí se equivoca al afir-
~ . día 3 de sajar mar que la alianza matrimonial no se llevó a cabo y que la madre de al-
- días, con lo Hakam era una princesa franca; el Dikr indica claramente que se trataba
~,;: Sumada 1 del de una esclava y los autores hispanoárabes nunca habrían silenciado el hecho
de que una princesa franca había ido a engrosar el harén de Hisám I.
43 HEM, IV, 91. Es preciso hacer notar que para el período de al-Hakam I
y parte del de 'Abd al-Rahmán II, HEM tiene valor documental, puesto que
Lévi-Provencal dispuso de un fragmento del Muqtabis inédito .
•• HEM, IV, 122.

- 133-
narse de acuerdo con las opiniones de al-Awzá'¡ y de los SInos, amaba muc
rito que era seguido desde la conquista de al-Andalus, y pasaron pre intenta
a ser realizadas según el de Málik y los medineses; este rito se ellas a otra
propagó por el país por órdenes de al-Hakam. La causa de ello [106] taron enfa
[105] fue que un hombre de al-Andalus viajó I a Oriente para hacer la
peregrinación y aprender ciencia. Estudió con Málik y sus com- Como
pañeros ... la amplitud de su saber, su alto rango y su guía espi-
ritual sobre los medineses, con lo que adquirió una gran reputa-
ción entre ellos y se apresuraron a imitarlo; desde entonces se
extendió el rito de Málik por al-Andalus. El primero que intro-
dujo el Kitiib al-Muwatia' íntegro y corregido de acuerdo con lo
que había escuchado personalmente al autor fue Yahya b. Yahva
al-Laytí, que había alcanzado con vida a Malik, igual que 'jsa b.
Dínár ".
[84] Su b,iiyib fue 'Abd al-Karím b. 'Abd al-WlÜ}.idb. Mugít.
Sus visires, Isháq b. al-Mundir al-Ourasí, Futays b. Sulaymán y
Sa'Id b. Jayís. Sus generales, al-'Abba:s b. 'Abd Alla:h b. 'Abd al-
Malik, 'Abd al-Karírn b. Mugit y Jattáb b. Zayd. Sus katibes, el
visir Futays b. Sulaymán y I,Iayyay al-Magili. Su zalbazorta, Sa'Id
b. 'Iya:<.iy, posteriormente, ?üdi b. Asbat al-Sa'Idí.
[85] Al-Hakam se ocupaba personalmente de los asuntos de Mi
gobierno y velaba por los intereses de sus súbditos, tanto los
próximos como los lejanos. En su gestión se parecía a 'Abd al-
Malik b. Marwán. Fue el primero que condonó el impuesto del
diezmo sobre los almacenes (rnaiazin), que antes se empleaba para
pagar las asignaciones (i'1a') al yund 46.
[86] En los escritos que se le presentaban realizaba unas ano-
taciones concisas y unas respuestas elocuentes. Una de sus fra-
ses es: «El mejor ornato de los califas es la justicia, su mejor [88]
gala, el perdón y su mejor montura, la reflexión».
[87] Era al-Hakam un magnífico poeta y entre su producción
Por un
destacan los versos que dedicó a cinco esclavas suyas a las que
el que
Si llora o C~

" Sobre el rnálikismo en al-Andalus, v. L6PEZORTIZ,Recepción; HEM, IV,


96·98 y ZM, n.O 84. y el
•• Las concesiones «de soldada» asignadas al jiund han sido estudiadas
por CHALMETA, «Concesiones». En época posterior a la de al-Hakam se tie-
nen numerosas noticias sobre el pago de asignaciones ('atiyyat) al jiund (v.g.
BM, II, 91, citado por CHALMETA, «Concesiones», 50), por lo que el dato del
l)ikr, que es inédito, debe ser acogido con reservas.

-134 -
sirios, amaba mucho y prefería al resto de sus mujeres, por lo que siem-
pre intentaba complacerlas. Un día pretendió hacer entrar con
ellas a otra que le sirviera, pero se opusieron a ello y se levan-
[106] taron enfadadas y celosas; cuando se hubieron ido / recitó 47:

Como ramos de ban que se pavonean entre dunas


se apartaron de mí y decidieron evitarme.
Les recordé mis derechos, pero resolvieron
rebelarse hasta que depusiera toda oposición a ellas.
Me dominaron a mí, un rey cuya voluntad se humilla ante
el amor como se humilla un cautivo amarrado y abru-
[mado.
¿ Quién me iba a decir que las que arrancaron el alma de
[mi cuerpo
b. Mugíj. iban a quitarme con el amor el poder y la autoridad?
ulaymán y Sonríen con la luz de las margaritas
b. 'Abd al- o de las perlas ensartadas con bordes de coral.
kstibes, el Mostraron rebeldía contra aquél al que antes estaban so-
arta, Sa'íd [metidas,
¡qué asombroso es que el obediente se vuelva insumiso!
asuntos de Mi reproche es para ellas pues mi corazón no se puede
• tanto los [resignar
a 'Abd al- a sus reproches ni encontrar distracción.
uesto del Dejé el ejercicio del poder a la pasión desde que
eaba para el amor irrumpió en mi corazón con toda su fuerza.

~~Ia unas ano- Luego las llamó y las aplacó, con lo que todo volvió a ser como
de sus fra-
antes.
su mejor [88] Sobre este tema son también estos versos suyos 48:

Por un amor excesivo se convirtió en esclavo


el que antes era amo.
Si llora o se queja de amor aumenta la opresion
y el alejamiento que aproxima la inminente muerte.

47 Metro: basit; rima: iini. Tema clásico en la poesía árabe, la fuerza del
amor [sultán. al-hawa); v. PÉRES,La poésie, 421.
<8 Metro: jafif; rima: :¡kii; v. PÉRES,La poésie, 411.

- 135-
Las novillas del alcázar lo dejaron perdidamente enamorado [93]
y tirado en el suelo como un despojo. respeto
Con la mejilla apoyada en el polvo
por aquellas que se recuestan sobre seda.
De esta forma merece el libre la humillación
cuando se hace esclavo de la pasión.
Pregúntale
[89] Dice Ibn Hazrn: . Al-Hakam b. Hisám fue un soberano pe-
cador y sanguinario, el más impío de los omeyas de al-Andalus.
De su despotismo es muestra el hecho de que castrara a todos
los hijos de sus súbditos que destacaban por su belleza para in-
troducidos en su alcázar y ponerlos a su servicio; entre ellos es-
tuvieron Tarafa b. Laqít, Nasr b. 'Ad¡ Y Surayl). 49. te
[107] [90] Fue proclamado al-Hakam / a la muerte de su padre, la
mañana siguiente a la noche en que eso ocurrió, el jueves, trece
de sajar del año 180 (27 abril 796), a la edad de veintiséis años so.
Defendí mi:
[91] Cuando subió al trono y se le hubieron sometido las fron-
teras y las provincias controló los asuntos, consolidó los pilares el que
del reino, reforzó el poder, llevó una conducta loable y consiguió Aquí tienes
ser respetado. Dos días a la semana los dedicaba a recibir per- allanado
sonalmente al pueblo y se ocupaba de velar por sus intereses y
de reprimir las injusticias de la administración; a estas sesiones [94] Una de ~
_~_8] se dirigió una
asistían los cadíes y los alfaquíes. En los primeros tiempos de
la ciudad llamada
su reinado dirigía personalmente la oración y asistía a los entie-
rros, pero al suceder lo del arrabal abandonó esas costumbres. Fue córrenos al-H
quien introdujo en al-Andalus la magistratura de los mazalirn 51, enemigo se ha
que fue desempeñada por el eunuco Masarra. fanos! », 'Abbas=-
«Venía yo con or;
[92] Se asemejaba a Abü "?"a'far al-Mansür por el vigor de su
ballería enemiga, -:.
gobierno, la represión de sus enemigos y la pacificación del Es-
Impulsado por esa
tado; también allanó el camino a sus sucesores y llenó los cora-
zones de sus súbditos de respeto y temor .

•• HEM, IV, 181, n. 85.


50 Anteriormente había dicho que Hisám murió el día ocho; v. supra, n. 39.
51 La jurisdicción de los mazálim en al-Andalus espera todavía el estudio 52 Metro: tawi1; ==
definitivo que clarifique algunos aspectos oscuros de esa magistratura. Pue- 53 Metro: tawil.;::i
de ser útil la consulta de RIBERA, Justicia; HEM, V, 82-84Y TYAN, L'Organi- los fragmentos poé:i:nsl
sation, 521-525.El cargo de ~iiJ:¡.ibal-mazálim. no adquirió autonomía hasta can variantes que ~
la época de al-Na$ir (M-Chalmeta, 416; trad., 312). das entre la versíc

- 136-
~ enamorado [93J En la siguiente poesía hace referencia a su valor y al
respeto que inspiraba su poder 52:

Remendé las grietas de la tierra con mi espada como aguja,


pues desde hace mucho, en mi pubertad, supe poner or-
[den donde había desorden.
Pregúntale a mis fronteras si en alguna de ellas hay una
[brecha hoy,
que correré hacia allá empuñando la espada y con la
[coraza puesta.
Interroga a las calaveras que yacen por el vasto suelo
como copas de coloquíntida relucientes,
te dirán que no fui tibio ante sus duras acometidas;
la desde antiguo fui diestro con la espada.
Yo, cuando se apartaron angustiados para evitar perecer,
no intenté alejarme de la muerte afligido.
Defendí mis derechos y mancillé su honor;
el que no lo hace vergüenza y humillación recibe.
Aquí tienes mi país, lo he dejado
allanado y libre de oponentes.

[94 J Una de las anécdotas de al-Hakam es que el poeta 'Abbás


[108J se dirigió una vez a la frontera / y estando en Madinat al-Paras,
la ciudad llamada Guadalajara, oyó a una mujer que decía: «¡SO-
córrenos al-Hakam, nos has abandonado hasta tal punto que el
enemigo se ha ensañado con nosotros, dejándonos viudas y huér-
fanos! ». 'Abbiis le preguntó qué le sucedía y ella le respondió:
«Venía yo con otros de una biidiya y nos salió al encuentro la ca-
ballería enemiga, que mató a algunos y se llevó presos a otros».
Impulsado por esto escribió 'Abbás aquella casi da que empieza 53:

Vine desde Guadalajara, aguijando día y noche tan deprisa,


que al mirar las estrellas parecían estar quietas.

supra, n. 39.
!2 el estudio 51 Metro: taw'il; rima: i'ii; v. HME, 1, 307.
.:--=tura. Pue- 53 Metro: taWll; rima: rá; v. 'TERÉS, «'Abbas», 341-342,cuya traducción de
., L'Organi· los fragmentos poéticos hemos seguido (las palabras entre paréntesis indi-
=:on;omía' hasta can variantes que hemos introducido en la traducción de Terés por diferen-
cias entre la versión de NT, 1, 343, utilizada por él, y la del l)ikr).

-137 -
Hacia ti ¡oh al-Hakaml espoleaba mi montura literatura y
caminando con angustia, bajo el frío de la noche y el tera, escribió
[ardor del mediodía.
¡Socorre a las mujeres del reino! ¡Llévales la victoria Vengo a ti -
pues tú eres el único que puede dar socorro y vencer! (Abü 1-
(¡Cubre a los enemigos que las han apresado con un ejército yo vivía e::::;.-
que asista a la comarca en su desgracia cuando apa- y hoy ,-,
[rezca! ) Tú eres e' -
y al que
De regreso a Córdoba se presentó ante el imán y le recitó la
poesía, describiéndole a continuación el miedo que existía en la Nada temer
frontera y la petición de socorro que había hecho aquella mu- que me :_
jer; avergonzado al-Hakam de ello hizo que se proclamara la Gue- ¡Que no
rra Santa y que se dispusiera todo para partir, cosa que hizo a para
los tres días. Llegado a Guadalajara pidió informes sobre el lugar
de procedencia de la caballería que había hecho la incursión y
Cuando al-.
hacia allí se dirigió; asoló la región, conquistó castillos, destruyó
denó que se 1",
casas y mató a incontables cristianos, regresando a Guadalajara
que escribía
con el poeta 'Abbás. Allí hizo que se presentaran aquella mujer
una buena dote
y todo aquel que tuviera algún familiar cautivo y les entregó a
[96] En e
los prisioneros necesarios para rescatar a los suyos; a continua-
rrible en la
ción hizo acercarse a la mujer que había solicitado su ayuda y la
a los vagab
honró, mandando degollar a los prisioneros que aún quedaban;
murieron gran
hecho esto le dijo a 'Abbás: «Pregúntale si al-Hakam la ha ayu-
[97] En el ¿j
dado». Ella, que era inteligente, respondió: «Los espíritus han
hambre, acom; -
[109] visto saciada su red, el enemigo ha sido dañado / y el ansiado
Magrib en la ~~
nos ha socorrido, ¡Dios lo ayude y haga más gloriosa su victo-
ria! », Al oírla al-Hakam quedó satisfecho, sonrió y recitó:
:!10] [98] En ese
crucifixión a
sabios, homb
¿No ves, 'Abbás, cómo le he contestado
que querían
desde lejos, al mando de mi ejército victorioso?
dos los habitara
Alcancé mis objetivos, aplaqué mi sed ardiente,
ante él. Entre
di consuelo al afligido (y libertad al cautivo).

54 Metro: basiz;
'Abbas replicó: «Sí, Dios ha concedido contigo a los musulma-
hemos seguido =
nes un gran bien», y le besó la mano. da una interpr.
[95] Vivía en Elvira Hassána al-Tamímiyya, hija de Abñ l-Mu- ss La primera c=
mientras que KT
jassl, el poeta ciego de Tamím, a la que su padre había enseñado
que el J]ikr.

-138 -
literatura y poesía. Al morir éste ella, que aún era virgen y sol-
tera, escribió a al-Hakam 54:

toria Vengo a ti, ¡oh Abii l-'.A~j!, doliente por mi padre


v vencer! (Abü l-Mujassl) - ¡riéguelo una lluvia perenne!-
ejército yo vivía en la abundancia, amparada en sus bondades,
do apa- y hoy vengo a acogerme a tus bondades, ¡oh al-Hakam!
[rezca!) Tú eres el imán al que todo el género humano obedece
y al que todas las naciones entregaron las llaves del
le recitó la [poder.
-:.~ existía en la Nada temeré si tú eres para mí un escudo
aquella mu- que me proteja; ningún mal podrá afligirme.
pn::c...clillarala Gue- ¡Que no ceses nunca de estar cubierto de gloria
que hizo a para que sigan a ti sometidos los árabes y los no árabes!
sobre el lugar
.ia incursión y Cuando al-Hakam leyó estos versos los juzgó magníficos y or-
os, destruyó denó que se le asignase la pensión de su padre al mismo tiempo
a Guadalajara que escribía al gobernador de Elvira para que diese a su marido
ella mujer una buena dote cuando se desposara.
entregó a
[96] En el año 197 (812-13) hubo en al-Andalus un hambre te-
a continua-
rrible en la que al-Hakarn socorrió a los débiles, a los pobres y
ayuda y la
a los vagabundos con grandes sumas de dinero. En esta ocasión
quedaban;
murieron gran cantidad de personas en el oriente de al-Andalus.
la ha ayu-
[97] En el año 189 (804-5) había surgido también una gran
íritus han
hambre, acompañada de epidemias, en al-Andalus, Ijriqiya y el
el ansiado
Magrib en la que perecieron dos tercios de la población 55.
victo-
[110] [98] En ese mismo año al-Hakam b. Hísam hizo matar / por
crucifixión a setenta y dos varones ilustres de Córdoba, nobles,
sabios, hombres piadosos y alfaquíes, porque se le había dicho
que querían rebelarse contra él y destronarlo. Ante tal hecho to-
dos los habitantes de al-Andalus sintieron gran miedo y terror
ante él. Entre los muertos estaba Abii Zakariyá' Yahya b. Mudar

54 Metro: basit; rima: mú; v. TERÉS,«Abü l-Majái», 241, cuya traducción


hemos seguido en este caso también; v. CHALMEfA, «Concesiones», 49-50, que
da una interpretación más técnica a ciertos pasajes.
55 La primera de estas dos hambres es fechada por BM, 11, 73 en el 199,
e Abü l-Mu-
mientras que KT, VI, 277; NA, 37 y NT, I, 341 la sitúan en el mismo año
_ ::-" ía enseñado que el J)ikr. Sobre el hambre del 189 no se posee ningún otro dato.

- 139-
al-Oaysí, hombre sabio, religioso y piadoso que había sido discí- traídos de la
pulo de Sufyán al-Tawrí y de Málik b. Anas, quien, a su vez, trans- la voluntad de a.
mitía de él, pues decía: «Me narró Yahyá b. Mudar, tomándolo ciones territorí
de Sufyán al-Tawrí, que el talJ:¡. mandúd es el plátano». Los cru- ciones (yiza'),
cificó en troncos colocados desde el principio del puente hasta el que llegó a
Ra~¡f 56. complacido cOl: _
[99] En ese mismo año construyó las murallas de la alcazaba lo cual el Co
y excavó alrededor un foso. También rodeó con un foso las mu- y a tratarlos
rallas de Córdoba, las cuales había hecho reparar SI. tes y torturas,
[100] En el año 191 (806-7) al-Hakam castigó a los toledanos: beres le besaran
había preparado un convite e hizo entrar a los invitados en gru- sus privados,
pos de diez en el alcázar; conforme iban entrando eran decapi- manchado
tados y con sus cadáveres se llenaba una gran hondonada que odioso a sus ~
había en el patio del alcázar. Así murieron setecientos hombres, rebelarse en el z::z
aunque, según otras versiones, fueron ... mil doscientos. Un tole- el alcázar. Al-
dano que vio el vapor de la sangre que ascendía desde el alcázar tó de allí ni se ~-
dijo: "Por Dios, eso no es el vapor de la comida, es el vapor de guardia perso
la sangre, ¡toledanos, ha asesinado a vuestros nobles, principales ordenó atacar c..
y alfaquíes! » 58. fue derrotado "i
[101] En el año 185 (801-2) los cristianos se apoderaron de la trando en las
ciudad de Barcelona, frontera extrema por el levante de los mu- fueron crucifi
sulmanes; ante su ocupación por los cristianos los musulmanes la orilla del río; --
sintieron un gran pesar 59. marchar al d,
[102] En el año 186 (802) al-Hakam edificó la nueva ciudad de de éstos se estaz
Tudela y la pobló un gran número de musulmanes 60. ces estaba sien:
[103] En el año 202 (818) castigó a los habitantes del arrabal y se le sigue
de Córdoba; tuvo lugar esto el miércoles, trece de ramadñrt (25 unos quince
marzo). La causa fue que, cuando al-Hakam castigó a los alfaquíes la isla de Cree
de Córdoba y a los nobles de Toledo, se inclinó hacia el mal, se época, y la habL-. ..
[111] mostró impío, / endureció su gobierno y oprimió a sus súbditos. [104] En e:
Tenía a su servicio a un cristiano llamado «el Conde» (al-Oianis),
61 Las fuentes á:=.

al que había asignado unos gastos de mil dinares mensuales ex- de Rabí' -así se
(AA, 15) lo hace,
por su parte, en E. .-
56 REM, IV, 106-107. ferencia al conde :;;;
57 REM, IV, 108. causa desencad
58 REM, IV, 104 acepta como correcta la fecha que daba Ibn Hayyán en donde es muy p
la parte inédita del Muqtabis, año 181. Muqtabis). La ~.2
59 REM, IV, 113 Y 115. 126, n. 87) en' el
60 Confirmado por al-Rází (CR, 51 y MB, II, 33); v. REM, IV, 102. 284.

- 140-
~,::ñasido discí- traídos de la cora de Elvira. Este cristiano se había adueñado de
vez, trans- la voluntad de al-Hakam y se hallaba encargado de las contribu-
''''-, tomándolo ciones territoriales (jariiylit), los impuestos (yibiiyiit) y las capita-
"'::E::lO~. Los cru- ciones (yiza'), así como de todos los asuntos financieros, con lo
cente hasta el que llegó a reunir una inmensa fortuna. Como al-Hakam estaba
complacido con su gestión le confió todos sus asuntos, gracias a
- "e la alcazaba lo cual el Conde comenzó a oprimir a la gente con sus castigos
~ foso las mu- y a tratarlos con altivez, llegando a matar a muchos con sus azo-
tes y torturas. Se atrevió incluso a hacer que los árabes y beré-
toledanos: beres le besaran la mano y, en cuanto se quedaba a solas con
_ írados en gru- sus privados, hacía traer agua y decía: «Lavadme lo que me han
eran decapi- manchado esos perros». Con todo esto al-Hakam llegó a hacerse
donada que odioso a sus súbditos, que se conjuraron, nobles y plebeyos, para
-=--.os hombres, rebelarse en el arrabal; tomaron las armas y se dirigieron hacia
tú . Un tole- el alcázar. Al-Hakam, que estaba sentado en su trono, no se apar-
"e el alcázar tó de allí ni se atemorizó por lo que sucedía; se reunieron con él su
el vapor de guardia personal y sus mawlás junto a la puerta del alcázar y les
, principales ordenó atacar a la muchedumbre; entablado combate, el pueblo
fue derrotado y la guardia hizo en ellos una gran carnicería, en-
~_-._nr,,,,,,,,,ron
de la trando en las casas y saqueándolas. Tres mil nobles cordobeses
de los mu- fueron crucificados en hileras delante del alcázar, a lo largo de
usulmanes la orilla del río; otros fueron encarcelados y muchos tuvieron que
marchar al destierro a la otra orilla del Estrecho; unos siete mil
de éstos se establecieron en la ciudad de Fez, que en aquel enton-
era ciudad de
ces estaba siendo construida; su barrio ha perdurado hasta hoy
y se le sigue conociendo por Mahaliat al-Andalus. Otro grupo de
del arrabal
unos quince mil hombres navegaron por el Mediterráneo hasta
'" ramadñn (25
la isla de Creta, de la que habían salido los cristianos en aquella
_ - a .•os alfaquíes
época, y la habitaron y poblaron 61.
acia el mal, se
[104] En el año 206 (821-22) enfermó al-Hakam b. Hisam y
súbditos .
•.•...•.
~-...;:-
:;. (ai-Oianis),
61 Las fuentes árabes no suelen mencionar la decisiva influencia del con-

'" raensuales ex- de Rabí' -así se llamaba- en la revuelta del arrabal. Sólo Ibn al-Jatib
(AA, 15) lo hace, aparte de una brevísima noticia en YA, 88. Lévi-Provencal,
por su parte, en la descripción que hace de estos sucesos también hace re-
ferencia al conde Rabí' y a su papel de recaudador de impuestos como
causa desencadenante del malestar entre los cordobeses (HEM, IV, 108-112,
- _ TI Hayyán en donde es muy probable que se base en la ya mencionada parte inédita del
Muqtabis). La revuelta .del arrabal es fechada por Ibn Hayyán (HEM, IV,
126, n. 87) en el año 202. Sobre el conde Rabí', v. VALLVÉ, «Zalmedina», 282-
284.

- 141-
[112] nombró sucesor a su hijo 'Abd al-Rahmán. / Al agravarse su mal
y acercársele su hora llamó a su hijo 'Abd al-Rahmán y le entregó
el poder, diciéndole tras esto: « ¡Hijo mío!, te he allanado el mun-
do, he sometido a los enemigos y he hecho respetar el trono,
marcha tú ahora por la senda que te he trazado, despliega justi-
cia entre tus súbditos y pon a su frente a personas religiosas y
rectas. No los liberes del peso del temor ni dejes de apresurarte
a recompensar por sus buenas obras al que se comporte bien y
a castigar al malvado por sus fecharías, pues ambas cosas te ha-
rán conservar el amor y el respeto de tus súbditos. Debes mirar
por el dinero, pues es el alma del gobierno, y temer a Dios todo
lo posible, pues Él ocupará mi lugar ante ti» 62.
[lOS] Murió al-Hakam el jueves, a cuatro noches por pasar de
gü l-b,iyya del año 206 (22 mayo 822) 63, cuando contaba cincuenta
y tres años. Le rezó las oraciones fúnebres su hijo y sucesor 'Abd [EMlRES
al-Rahmán y fue enterrado en la Turbat al-Lulajá, dentro del al- MUR!
cázar. Había gobernado durante 9.520 días, que equivalen a vein-
tiséis años, diez meses y trece días. ¡Sólo Dios es eterno!

62 La única obra que ha conservado las palabras de al-Hakam a su hijo


es ZM, n." 93, aunque Lévi-Provencal, que no conoció esta obra, también
hace alusión a ellas, por lo que hay que pensar que encontró el dato en
el Muqtabis de Ibn Hayyán.
63 Es decir, el 26 de ese mes, teóricamente, pues el 206 fue un año inter-
calar y el mes de 4ft /-l:¡Íyya tuvo treinta días, por lo que es preciso corregir
la fecha que da HEM, IV, 122.

- 142-
-;::a rarse su mal
--: y le entregó
~do el mun-
el trono,
liega justi-
religiosas y
-:> apresurarte

rte bien y
- cosas te ha-
- Debes mirar
a Dios todo

?Or pasar de VII


~- a cincuenta
_ cesar 'Abd [EMIRES OMEYAS: 'ABD AL-RAJ:lMÁN AL-AWSA~,
tro del al- MU~AMMAD, AL-MUNºIR y 'ABD ALLAH]
a ve in-


[3] Había
(noviembre-di
[4J SU kuny:
[5] Descri -
pilas grandes : -
=113] ba y se teñía
[6] Fue el ?=-
de su conce
transmisiones
hadites con
perto en dete
cia de los cuer
nalizar las aguas

• Sobre el si~-
Se desconoce
2

dato (M-Makki, 1, _
J KT, VI, 378 Y

cepción, lo cual es
• HEM, IV, 10._

!O
REINADO DE 'ABD AL-RA~MAN B. AL-I:IAKAM,

CONOCIDO POR AL-A WSAT

[1] Era el imán 'Abd al-Rahmán b. al-Hakam b. Hisam b. 'Abd


al-Rahmán al-Dájil b. Mu'áwiya b. Hisám b. 'Abd al-Malik b. Mar-
wán b. al-Hakam.
[2] Su madre fue una umm walad llamada Haláwa, muwalla-
da beréber l.
[3] Había nacido en Toledo en el mes de sa<ban del año 176
(noviembre-diciembre 792) 2.
[4] Su kunya era Abü l-Murarrif.
[5] Descripción: Alto, moreno, de nariz aguileña y bella, pu-
pilas grandes y negras, párpados ennegrecidos, llevaba larga bar-
[113] ba y se teñía / con alheña.
[6] Fue el primogénito de su padre y nació a los seis meses
de su concepción 3. Conocía de memoria el Corán según las siete
transmisiones de la lectura coránica, así como más de tres mil
b-ad'i~es con sus cadenas de transmisión hasta el Profeta. Era ex"
perto en determinación de la posición de los astros, en hl cien-
cia de los cuerpos celestes y en filosofía. Fue el primero en ca-
nalizar las aguas desde las montañas hasta Córdoba 4.

, Sobre el significado de muwallada, v. TALBI, Aghlabide, 34-35.


2 Se desconoce el día exacto, pues ni siquiera Ibn Hayyán ofrece ese
dato (M-Makki:, 17 y 18); v. HEM, IV, 130.
3 KT, VI, 378 Y MH, I, 45 afirman que nació a los siete meses de su con-

cepción, lo cual es más creíble.


• HEM, IV, 167.

- 145-

10
[7] La inscripción de su sello era «'Abd al-Rahmán está satis- que impuso
fecho con el decreto de Dios», distinta de la de su antepasado y que hace
'Abd al-Rahmán al-Dájil, aunque otros dicen que la inscripción Sí la realeza
eran estos dos versos s: talidad, bendi;
gracia que nos
El sello del nuevo reinado cienta el info;
que refrendará las órdenes ante el pueblo, se lo ofrece
será «El adorador del Clemente ('abid al-Rahrnán} santa pacien.
está satisfecho con el decreto de Dios». Nos ha enea
vuestros as
[8] Tuvo once cadíes, a los cuales nombraba siempre siguien- al contrario, ~
do el consejo y con la aprobación del alfaquí Yahya b. Yahya, su [13] Seguí
consejero en todo lo relacionado con los jueces. Sus visires fue- y ropas de ga "
ron nueve, entre ellos 'Abd al-Karím b. Mugít e 'Isa b. Sa'íd. Sus remedió las'
kiitibes, tres: 'Abd al-Rahmán b. Gánim, Hasan b. 'Abd al-Gáfir e dinares de su ?
Ibn Mugít.:
cesitados de Coz
[9] Tuvo cien hijos, la mitad varones y la mitad hembras. no, almojarife _
[10] Su l;Uiyib fue 'Abd al-Karím b. Mugíj.
de su padre, ?O~
[11] 'Abd al-Rahmán al-Awsat fue quien introdujo por pri- sas (mukiis}, .
mera vez en al-Andalus los libros de tablas matemáticas (Z'iyat), casas de per, --
filosofía, música, ciencias profanas, medicina y astronomía 6.
res. Con todo
[12] Se le prestó juramento después de la muerte de su pa-
que lo bend
dre el viernes, a tres noches por pasar de g,ü I-J:J.iyya del año 206
y clemente e
(23 mayo 822), cuando contaba treinta años y nueve meses. La cretadas por
prestación del juramento se realizó por el sigui en orden: prime-
más fuerte y
ro sus hermanos, tíos y familiares y luego los hombres de su
séquito, cadíes y alfaquíes, generales y militares, ancianos y pue-
nánimo, bon
blo 7. Concluida la jura salió y ordenó preparar el cuerpo de su
ron época de
padre, le rezó las oraciones fúnebres y permaneció en pie ante
por parte de
la tumba hasta que fue inhumado; una vez acabado el entierro
se le rebeló
[114] se apartó de allí y se sentó sobre el suelo, / sin ningún tapiz bajo =:15] feliz, hasta el s:
él. La gente se fue acercando para darle el pésame y al acabar
prosperidad,
se dirigió a la mezquita, subió al almimbar y dijo: «Gloria a Dios
naban, por lo q-:""
ese tiempo las
5 Metro: ramal; rima: at;fi; trad. de TERÉS, «Ibn al-Sarnir», 453, con va-
riantes en el segundo verso. 8 Sobre el
• HEM, IV, 174.
7 El protocolo de esta jura coincide con lo conocido sobre la jerarqui-
zación de la sociedad cordobesa; v. CHALMETA, «La sumisión», 524, n. 83.

- 146-
que impuso la muerte como decisión inexorable y designio firme
y que hace que todo ocurra según Su voluntad. Se reservó para
Sí la realeza y la eternidad y humilló a Sus criaturas con la mor-
talidad, bendito sea Su nombre y ensalzada Su gloria. Por la des-
gracia que nos aflige con la muerte del imán al-Hakam se acre-
cienta el infortunio y se hace más dura la pérdida, pero a Dios
se lo ofrecemos con resignación y a Él rogamos que nos infunda
santa paciencia y nos complete la recompensa en la vida futura.
Nos ha encomendado que nos ocupemos de la buena gestión de
vuestros asuntos y no tenemos intención de incumplir esa tarea,
pre siguien- al contrario, podéis esperar más aún de nosotros, si Él quiere».
b. Yahya, su [13] Seguidamente descendió del almimbar, hizo sacar dinero
visires fue- y ropas de gala y los repartió entre la gente; abrió las cárceles,
. Sa'Id, Sus remedió las injusticias de la administración y empleó cinco mil
_ '_ - d al-Gáfir e dinares de su propio peculio en socorrer a los pobres y a los ne-
cesitados de Córdoba. También ordenó ejecutar al Conde cristia-
no, almojarife y recaudador de tasas (muirij wa-sahib al-mukús)
de su padre, poner fin a las acciones reprobables, abrogar las ta-
jG:::ue:UjO por pri- sas (rnukús), destruir los rnurús en los que se vendía vino 8 y las
--~' icas (ziyat), casas de perdición y azotar y expulsar de Córdoba a los pecado-
srronomía 6. res. Con todo esto se ganó el afecto de la nobleza y del pueblo,
que lo bendecía de viva voz. Se propuso ser moderado, humilde
y clemente en todo menos en el cumplimiento de las penas de-
e meses. La cretadas por Dios, todo lo cual motivó que su poder se hiciera
rden: prime- más fuerte y excelso.
bres de su [14] Era también culto, buen poeta, generoso, indulgente, mag-
nánimo, bondadoso y virtuoso. Todos los días de su reinado fue-
ron época de tranquilidad, seguridad, bienestar, calma y rectitud
por parte de los súbditos, pues nunca se alzó contra él nadie ni
se le rebeló persona alguna. Su reinado fue el mejor y el más
115] feliz, hasta el punto de que / fue casi una continua fiesta por la
prosperidad, abundancia, tranquilidad, seguridad y alegría que rei-
naban, por lo que se llamó a su época «la luna de miel» 9. En todo
ese tiempo las palabras de los habitantes de al-Andalus estuvie-
- , 453, con va-
• Sobre el sentido del término murüs, v. nuestro trabajo «Nota sobre
murús», que aparecerá en al-Oaniara, IV. Sobre muküs, v. ASÍN, «Un códi-
ce», 38 y n. 2; FORAm, «Notes» y CHALMErA, «Concesiones», 69.
9 HEM, IV, 130.

- 147-
ron de acuerdo, sus corazones, armonizados y sus manos, entre-
lazadas, al mismo tiempo que sus enemigos estaban sumisos y
humillados, pues cada año hacía dos algazúas, a pesar del largo :116J
tiempo que dedicaba a los placeres y al reposo. Con él la gente
vivió en opulencia y bienestar porque se dieron cita un soberano
bien dispuesto, unos súbditos disciplinados y un respeto solem-
ne; permitió que el pueblo viviera holgadamente mientras él se
dedicaba a unos deleites en los que alcanzó sus anhelos.
[15] Era presa fácil del amor y la pasión por las mujeres y a
este respecto se cuenta que se había enamorado de una esclava
suya llamada Taríib, a la que mimaba y adoraba; a ella fue a la
que cubrió la puerta con sacos de monedas cuando se enfadó
con él; también fue a ésta a la que regaló una joya valorada en
cien mil dinares; como un visir lo censurara diciendo: «Es una
joya muy valiosa y no conviene que el tesoro real se vea priva-
do de ella», él repuso: «Quien la luce ahora es para mí más va-
liosa, importante, preciosa y genuina que la joya» lO.
[16] De ella dijo 11:

Cuando surge ante mí el sol naciente tos, se increm


del día me recuerda a T'ariib. alcázares, ciuda
¡Yo soy el hijo victorioso de los dos Hisám, gares se le so
yo enciendo la guerra y apago la guerra! [22J Amplió ~
su bisabuelo, <} ~
[17] Una vez que había salido en expedición militar contra ~i- chumbre.
lüqiya y llevaba mucho tiempo lejos de ella, sintió que la echaba Con
de menos y recitó 12: !ana 16:

Sólo me aparté de tu lado para visitar al enemigo


y acaudillar contra él un ejército formidable.
¡En cuántas llanuras me he aventurado!
¡Cómo he franqueado montañas y montañas!
13 Ignoramos l

En mi rostro he sufrido el viento abrasador del mediodía tidos -ninguno


que hacía casi derretirse a los guijarros. I, 166 da para ftn.-~
alguna palabra que
guardar relación
10 V. inira, n. 24. v. HEM, IV, 171-17:3.
11 Metro: mutaqiirib; rima: uba/iba; trad. de TERÉS, «Ibn al-Samir», 458· 14 Sobre la e.~

459. IS HEM, IV, 163.

I2 Estos versos pertenecen a la misma casida que los anteriores. 16 Metro: basit; -

- 148-
manos, entre- Conmigo ha conservado Dios la recta religión;
- ban sumisos y yo la vivifiqué y arrojé al fuego la Cruz.
a pesar del largo [116] / Yo marché contra los infieles al frente de un ejército
Con él la gente [numeroso,
ita un soberano con el que he cubierto montañas y llanuras.
~ respeto solem-
-,. mientras él se [18] Escribió a uno de sus mawlas que le había pedido que
le nombrara para un cargo elevado que no estaba de acuerdo con
mujeres y a su rango, contestándole en la misma hoja y al pie de su escrito:
e una esclava «El que no acierta a formular correctamente sus peticiones se
a ella fue a la merece la negativa».
do se enfadó [19] En su época los habitantes de al-Andalus comenzaron a
valorada en usar !iyiib 13.
do: «Es una [20] Fue el primer omeya que acuñó moneda en Córdoba, gra-
bó los dírhemes con su nombre e instituyó una ceca, a cuyo car-
go puso alamines. Desde la conquista hasta entonces los habitan-
tes de al-Andalus empleaban los dírhemes y dinares que traían
de Oriente 14.
[21] Durante su reinado aumentó la recaudación de impues-
tos, se incrementaron las exacciones del jariiy, se construyeron
alcázares, ciudades y talleres; los reyes cristianos y de otros lu-
gares se le sometieron 15.
[22] Amplió en la mezquita aljama de Córdoba las obras de
su bisabuelo, 'Abd al-Rahmán al-Dájil, elevando también la te-
chumbre.
Con este motivo compuso estos versos su poeta Ibn al-Mur-
rana 16:

Has construido para Dios la mejor morada


ante la que el hombre enmudece al intentar describirla

13 Ignoramos si el término ~iyiib es empleado aquí en alguno de los sen-


tidos -ninguno de ellos atestiguado en al-Andalus- que Dozr, Sup plément ,
I, 166 da para ~awb (sing, de tiyiib ), Probablemente el copista haya omitido
alguna palabra que calificaba a !iyiib. En cualquier caso, esta noticia debe
guardar relación con los cambios en las costumbres que introdujo Ziryáb:
v. HEM, IV, 171-173.
458· 1. Sobre la exactitud de esta afirmación, v. HEM, IV, 165 Y V, 23-24.
rs HEM, IV, 163.
16 Metro: basit; rima: iimit.

- 149-
y a la que se peregrina desde todos los rincones,
corno si de la mezquita sagrada de La Meca se tratara
y su rnihriib, cuando se da vueltas a su alrededor,
fuera la Piedra Negra y la Estación de Abraham.

[23J Mientras que otro escribía sobre el mismo terna 17:

Edificó una mezquita corno ninguna otra obra hecha para


[Dios
y que no tiene nada comparable en el Mundo,
excepto la creación del Misericordioso o la mezquita
que erigió el Profeta de los musulmanes, Mahoma.
Tiene columnas rojas y verdes, corno si en ellas
resplandecieran jacintos y esmeraldas.
¡Oh abogado de Dios! ¡Conserva tu salud una vez ante
y sigue dirigiendo acertadamente los asuntos! conoció, pu
¡Ojalá pudiéramos rescatarte de cualquier contratiempo visó estos ,.
y fueras inmortal para bien del Islam y de la religión!
Hacia el •
[117J [24 J / Fue el primero en revestir la autoridad real en al-Anda-
lus del aparato regio y en establecer el respeto que le debían sus atravesazcd
súbditos 18.
[25J En el año 230 (844-45) ordenó reconstruir la aljama de
Sevilla y alzar una muralla por causa de las incursiones de los
Mayüs por el Mar Mediterráneo 19.
[26] En el año 234 (848-49) el imán 'Abd al-Rahmán b. al-Hakam
ordenó construir grandes mezquitas en el resto de al-Andalus, fa-
bricándose también almimbares para los sermones. Sus esclavas
competían también en edificar y poner en uso mezquitas, para
lo cual instituían legados píos; de esta forma, y para imitar lo
que hacía el imán, se levantaron las mezquitas de Tariib, Maed, -'18]
al-$ifa' y Mut'a 20.
[27] Se interesaba extraordinariamente por todo tipo de li-

17 Metro: tawil; rima: dü.


18 Imitando con ello a los califas 'abbásíes de Bagdad; v. HEM, IV, 164.
19 Sobre los ataques normandos en la época de 'Abd al-Rahmán 11, v. HEM,
IV, 144-150 y GÁLVEZ, «Talyat;a». v.
2(} REM, IV, 167.

- 150-
bros, tanto de pensamiento como de creacion, por lo que envia-
tratara ba a su hombre de confianza, 'Abbás b. Násih al-Taqafí, a Bag-
dad con suficiente dinero para comprar cualquier ejemplar cu-
rioso. Era gran conocedor de los términos poco usados de la
lengua, sabía muchas poesías árabes y era versado en anécdotas
de personajes.
[28] Hassána al-Tarnímiyya 21 estaba quejosa de ~bir b. Labíd,
gobernador de Elvira, pues al-Hakam le había entregado un do-
cumento escrito de su puño y letra en el que ordenaba que fue-
ran exentas de impuestos todas sus posesiones y que fuera trata-
da con bondad y cortesía; con dicho documento había acudido
a ~bir, pero de nada le sirvió. Deseosa de ver a 'Abd al-Rahmán
se dirigió a Córdoba y en el patio del alcázar trabó amistad con
una de las mujeres del imán, que la introdujo en su presencia;
una vez ante él, que se hallaba eufórico, se presentó y él la re-
conoció, pues había conocido a su padre; entonces ella impro-
visó estos versos 22:

Hacia el dueño de la generosidad y de la gloria ha venido


Hnuestracabalgadura)
atravesando las distancias, abrasadas por el fuego del
[sol del mediodía
la aljama de Vengo a él, que es el mejor reparador, para que repare mis
I;-.-,...~·ones de los [quebrantos
y me proteja del tirano ~bir.
F-......-.c- .•..•.b. al-Hakam Yo, y mis huérfanos, estamos a merced de sus manos
-Andalus, fa- como el pajarillo que se encuentra entre las garras de
us esclavas [un águila.
quitas, para Bien merezco que de mí (digas) que estoy desolada
imitar lo por la muerte de Abii l-'.A~i,que era mi valedor.
Tarñb, Mayd, [118] / ¡Riéguelo la lluvia! Si estuviera vivo, el Destino feroz
no me habría entregado a la ferocidad de un poderoso.
tipo de li- ¿Conseguirá ~bir borrar lo que la mano de al-Hakam es-
[cribió?
Entonces, una gran maldad se cometerá con mis bienes.
HEM, IV, 164.
""""""""",,-,-,-,,,-w 11, v. HEM, 21 Pasaje que continúa la historia de Hassána comenzada supra, p. 138;
v. la nota S4 al cap. VI.
21 Metro: tawil; rima: ir'!.

- 151-
Al terminar de recitar le entregó el escrito de su padre al-
Hakam en el que se ordenaba que se eximieran de impuestos sus
propiedades y que fuera tratada con consideración y afecto y le
relató lo que le había ocurrido con ~abir y cómo éste había im-
pedido. que se cumpliera lo mandado. Entonces 'Abd al-Rahmán
sintió simpatía por ella, tomó el escrito de su padre, lo besó y --19]
se lo puso en los ojos; dijo: «Ibn Labid se ha extralimitado y ha
perdido el juicio, ¿cómo se atreve a incumplir una orden del imán
al-Hakam, cuya senda tenemos a orgullo seguir y cuyos pactos mes, cosa que
respetamos aún después de su muerte?, vuelve a tu ciudad, Has- ron acabado se -
sana, pues por ti lo he de destituir». Escribió entonces las mis- aplacarla y p
mas órdenes que había consignado su padre y ordenó que se le que serían
diese a Hassána un viático; ella le besó la mano y regresó a Elvi- Aceptó ella esas e
ra, desde donde le envió estos versos que posteriormente serían por la habitaci
registrados 23: de 'Abd al-Ra
mil bolsas de
¡Oh hijo de los dos Hisám, el más 'generoso de los hombres,
le regaló un co
el mejor prado siempre para el que anda en busca de nares 24.
[pastos!
[30] 'Abd
¡Cuando entra en combate, blandiendo su lanza,
Y nunca aceptó
tiñe su asta de purísimo rojo!
que fuese 25.
Decidle al imán: ¡Oh el de mejor linaje entre todos los
[humanos,
de nobilísima estirpe por sus padres y abuelos! su consejera
Has derramado el bien y no consentiste que se me hiciera junto al eunuco Y
[injusticia; nada de lo que e:
por eso habrá de publicarse tu alabanza mañana y tarde. da Mu'rara,
Si me detengo en un lugar, me encuentro cubierta por tus convirtió en
[dones, Tenía asimismo
y si me pongo en marcha, me llenas de provisiones para da, poseía una ?
[el camino. poemas, sabía
tura. El imán t~'-
[29] Se cuenta que su esclava Taríib lo acusó injustamente agradaba
por algo que la había irritado de él, por lo que se fue y lo aban- más 26.
donó, negándose a volver e incluso a salir de su habitación pri-
vada. 'Abd al-Rahmán quedó turbado por su ida y angustiado por 24 Este collar
Hñrün al-Rasld; v, =
2S HEM, IV, 1í

23 Metro: basit; rima: lidi. " Sobre las mu i

- 152-
el amor que sentía por ella; intentó congraciarse con ella por to-
dos los medios, pero fue inútil; envió entonces a sus eunucos de
_ afecto y le confianza para que la llevasen ante él con buenas maneras, pero
este había im- les cerró la puerta y juró que no saldría por su propia voluntad
al-Rahmán ni aunque la amenazasen de muerte. Regresaron los eunucos ante
, lo besó y [119] el imán y le informaron / de lo que había dicho, pidiéndole per-
~:Tc:!limi·tado y ha miso para forzar la puerta; sin embargo les prohibió hacerla y
en del imán les ordenó tapiar la puerta por el exterior con bolsas de dírhe-
'os pactos mes, cosa que hicieron los eunucos hasta cubrirla. Cuando hubie-
_ ciudad, I:Ias- ron acabado se acercó el imán a la puerta y habló con ella para
L.es las mis-
.=:....LU.•..•.
aplacarla y pedirle que reconsiderara .su postura, prometiéndole
ó que se le que serían suyas las bolsas de dinero que cerraban la puerta.
esó a Elvi- Aceptó ella esas condiciones, abrió la puerta y se desparramaron
rmente serían por la habitación las bolsas, ante cuya visión se arrojó a los pies
de 'Abd al-Rahrnán y los besó. Todo aquel dinero, que consistía en
mil bolsas de mil dinares cada una, quedó en su poder. También
le regaló un collar de aljófares que le había costado diez mil di-
nares 24.
[30] 'Abd al-Rahmán sólo tomaba esclavas y esposas vírgenes
y nunca aceptó ninguna que no lo fuera, por hermosa y perfecta
que fuese 25.
[31] Tariib se había adueñado de él hasta el punto de que era
su consejera en todos los asuntos e incluso llegaba a resolverlos
e hiciera junto al eunuco Nasr sin contar con él y sin que se opusiera a
=- justicia; nada de lo que ella decidía. También amaba a otra esclava llama-
..-=-...::..ucc J tarde. da Mu'tara, madre de su hijo al-Mundir, a la que manumitió y
erta por tus convirtió en su esposa; también manumitió y desposó a al-Sifá'.
[dones, Tenía asimismo una esclava llamada Oalam que era muy ilustra-
p;is:~ones para da, poseía una gran memoria, tenía hermosa escritura, recitaba
". camino. poemas, sabía anécdotas y conocía todas las facetas de la litera-
tura. El imán 'Abd al-Rahrnán era un enamorado del canto y le
injustamente agradaba escuchar canciones, placer que prefería a todos los de-
- e y lo aban- más 26.
itación pri-
tiado por 24 Este collar había pertenecido anteriormente a una esposa del célebre
Harün al-Rasld; v. HEM, IV, 170.
2S HEM, IV, 171.

" Sobre las mujeres de 'Abd al-Rahmán II, v. VALLVÉ, «Demografía», 329.

- 153-
[32] En el año 235 (850), en el mes de enero, hubo en al-Anda-
lus grandes inundaciones: el río Genil creció y destruyó dos ar-
cos del puente de Écija, las azudas y los molinos de agua; el
Guadalquivir arrasó dieciséis aldeas de Sevilla y el Tajo se llevó
dieciocho, llegando a tener una anchura de treinta millas 27.
[33] En el año 237 (851-52) apareció en el oriente de al-Anda-
lus un almuédano que se pretendía profeta e interpretaba el Co-
[120] rán ! erróneamente; mucha gente de la plebe lo siguió. Algunas
de sus leyes prohibían cortarse el pelo y las uñas, depilarse las
en
axila s y adornarse; decía: «No alteréis lo que Dios ha creado».
El imán lo hizo prender y le pidió que se arrepintiese, pero no
quiso y fue condenado a morir; cuando iba a ser ajusticiado de-
cía: « ¿Vais a matar a un hombre por decir, mi Señor es Dios?» 28.
:121]
[34] El imán 'Abd al-Rahmán b. al-Hakam realizó una incur-
sión por tierras cristianas en la que hizo una gran matanza; las
cabezas cortadas fueron apiladas y era tan grande su número que
un jinete montado no podía ver a otro que se hubiera colocado
del otro lado 29.
[35] Conquistó muchos castillos en íTiltiqiya y, como su per-
manencia allí se prolongara, sintió deseos por una de sus muje-
res y pasó toda la noche en vela; al amanecer recitó 30: [44] Su
[45] Fue !_
Sólo me aparté de tu lado para visitar al enemigo rabr II del
y acaudillar contra él un ejército formidable. años 34.
Me he revestido de una coraza de polvo; [46] El .
mi rostro, antes lozano, está ahora relajado de fatiga. reunía todas
los tradicionístas
[36] El imán 'Abd al-Rahmán b. al-Hakarn falleció la noche más allá y
del jueves, tres de rabt: II del año 238 (22 septiembre 852), a los [47] Dice e
sesenta y dos años 31.

27 Más detalles sobre estas inundaciones en M-MakkI, 5. 32 BM, II, 93 _' _


28 Todas las fuentes que reproducen esta noticia coinciden en que el re- 11, Tahtaz, y RE
belde era un maestro, no un almuédano (v.g. M-MakkI, 16). Corán, XL, 29. hammad fue
29 Por la descripción que hace de esta campaña debe ser la que dirigió mografía», 329.
al-Hakam b. 'Abd al-Rahmán en el 224 (BM, II, 85).
30 Estos versos pertenecen también a la casi da que vimos supra, p. 148,
33 HEM, IV,

3. Coinciden
:=
n.l1. y AM, 149,
31 HEM, IV, 176. guiente.

- 154-
[32] En el año 235 (850), en el mes de enero, hubo en al-Anda-
lus grandes inundaciones: el río Genil creció y destruyó dos ar-
cos del puente de Écija, las azudas y los molinos de agua; el
Guadalquivir arrasó dieciséis aldeas de Sevilla y el Tajo se llevó
dieciocho, llegando a tener una anchura de treinta millas TI.
[33] En el año 237 (851-52) apareció en el oriente de al-Anda-
lus un almuédano que se pretendía profeta e interpretaba el Co-
[120] rán / erróneamente; mucha gente de la plebe lo siguió. Algunas
de sus leyes prohibían cortarse el pelo y las uñas, depilarse las
en
axila s y adornarse; decía: «No alteréis lo que Dios ha creado».
El imán lo hizo prender y le pidió que se arrepintiese, pero no
quiso y fue condenado a morir; cuando iba a ser ajusticiado de-
cía: «¿Vais a matar a un hombre por decir, mi Señor es Dios?» 28.
=Ul]
[34] El imán 'Abd al-Rahmán b. al-Hakam realizó una incur-
sión por tierras cristianas en la que hizo una gran matanza; las
cabezas cortadas fueron apiladas y era tan grande su número que
un jinete montado no podía ver a otro que se hubiera colocado
del otro lado 29.
[35] Conquistó muchos castillos en filliqiya y, como su per-
manencia allí se prolongara, sintió deseos por una de sus muje-
res y pasó toda la noche en vela; al amanecer recitó 30: [44] Su k: _
[45] Fue jl'-OOOO;
Sólo me aparté de tu lado para visitar al enemigo rabr 11 del
y acaudillar contra él un ejército formidable. años 34.
Me he revestido de una coraza de polvo; [46] El .
mi rostro, antes lozano, está ahora relajado de fatiga. reunía todas las
los tradicionis
[36] El imán 'Abd al-Rahmán b. al-Hakam falleció la noche más allá y sigC~
del jueves, tres de rabr II del año 238 (22 septiembre 852), a los [47] Dice e
sesenta y dos años 31.

27 Más detalles sobre estas inundaciones en M-Makki, 5. 32 BM, 11, 93 yo x


28 Todas las fuentes que reproducen esta noticia coinciden en que el re- 11, Tahtaz, y RH.
belde era un maestro, no un almuédano (v.g. M-MakkI, 16). Corán, XL, 29. harnmad fue cri
29 Por la descripción que hace de esta campaña debe ser la que dirigió mograf'ía», 329.
al-Hakam b. 'Abd al-Rahmñn en el 224 (BM, 11, 85). 3J HEM, IV, --

so Estos versos pertenecen también a la casida que vimos supra, p. 148, 34 Coinciden

n. 11. y AM, 149, mientras


31 HEM, IV, 176. guiente.

- 154-
REINADO DEL IMÁN MUl:IAMMAD B. 'ABD AL-RAl:IMAN
B. AL-I:IAKAM B. HISKM

[37J Era el imán Muharnmad b. 'Abd al-Rahmán b. al-Hakam


b. HiSam b. 'Abd al-Rahrnán b. Mu'áwiya b. Hisam b. 'Abd al-Ma-
lik b. Marwán b. al-Hakam.
ente de al-Anda-
[38J SU madre fue una umrn. walad llamada Tahr, que murió
zerpretaba el Co- al nacer él, dejándolo huérfano 32.
iguió. Algunas
[39J Había nacido en dü l-qa'da del año 207 (marzo-abril 823),
- S, depilarse las
en el alcázar de Córdoba 33.
ha creado».
[40J Descripción: De piel blanca algo rojiza, rechoncho, de
-ese, pero no
larga barba, cuellicorto, de nariz aguileña, rubio y de rostro re-
ajusticiado de-
dondo.
- - res Dios?" 28.
[121J [41J Tuvo / treinta y cuatro hijos varones.
una incur- [42J SUS cadíes fueron Ahmad b. Ziyad, 'Amr b. 'Abd Alláh
e-r- matanza; las y Sulaymán b. Aswad. Visires y generales tuvo doce. Kñtibes: 'Abd
número que al-Malik b. Umayya, Hámid b. Muhammad al-Zayyal y Qñrnis b.
- 'era colocado ISaq al-Rürní. Ifayibes: 'Isa b. suhayd e 'Isa b. Ab¡ 'Abda.
[43] Inscripción de su sello privado: «En Dios confía Muham-
mad y en Él busca refugio», mientras que la de su "ello oficial
era «Muhammad está satisfecho con el decreto de Dios».
[44] Su kunya era Abíi l-Mundir.
[45] Fue jurado a la muerte de su padre, el jueves, tr.es de
rabi" II del año 238 (22 septiembre 852), a la edad de treinta
años 34.
[46J El imán Muhammad buscaba siempre el bien perfecto,
fatiga. reunía todas las virtudes, era amante de las ciencias, honraba a
los tradicionistas, conocía sus intereses en este mundo y en el
más allá y siguió en todo momento una conducta elogiable.
[47] Dice el alfaquí Baqí b. Majlad: Nunca vi un soberano
más juicioso y elocuente que el emir Muhammad b. 'Abd al-Rah-
mano Una vez que estaba con él en su salón empezó a hablar,

32 BM, 11, 93 y NA, 57 llaman a la madre de Muhammad Buhayr; YM,


11, Tahtaz, y RH, 298, Tahtazz. Parece que murió de sobreparto y que Mu-
hammad fue criado por al-Sifii'; V. HEM, IV, 171 Y 251, n. 2 y V.fúLVÉ, «De-
mografía», 329.
33 HEM, IV, 251, n. 2. Se desconoce el día exacto.

34 Coinciden con el J)ikr en la fecha al-Rází (apud TU, 6), M-Makki, 102
y AM, 149, mientras que BM, II, 94 y AA, 20 sitúan la jura en el día si-
guiente.

- 155-
glorificó y ensalzó a Dios y bendijo al profeta; a continuación Esta algazca
comenzó a mencionar a los califas, uno tras otro, destacando [53J En
sus cualidades, describiéndolos adecuadamente y recordando sus territorio e
hazañas y sus conductas con las palabras más elocuentes y. el había entra
estilo más claro. Al llegar a sí mismo dio gracias a Dios por lo ra y así lo
que le había encomendado y conferido y se calló. ron una vio.
[48] Fue él quien construyó las murallas y la alcazaba de la derrotados.
ciudad de Calatrava; también construyó la muralla de Talavera el almuédano -
y pobló el lugar 35. a la oració
[49] Dirigió personalmente las algazúas contra 17ill¡qiya, don- dirección de
de mató a más de veinte mil personas, e Ijranea. En sus días
fueron apresados los Mayüs, sufrieron una gran derrota y fue sa-
queado todo lo que llevaban en sus barcos 36.
[122J [50] / En el año 260 (873-74) se generalizaron la sequía y la
carestía en todo el oriente del mundo islámico, hasta el punto
de que la gente huyó de La Meca a Medina. Quedó durante algún
tiempo deshabitada La Meca, pues sólo permanecían en ella un :123J
pequeño grupo de servidores de los Santos Lugares 37.
[51] El imán Muhammad dirigió en persona muchas algazúas,
entre las que destaca la de Guazalete, una de las más importan- pero
tes batallas y más conocidas expediciones en al-Andalus: nunca
antes se había visto algo similar en el país, pues los muertos
cristianos alcanzaron la cifra de ciento cuarenta y cinco mil 38.
[52] Sobre este asunto escribió alguien 39:

Los dos montes del Guazalete lloraron y gimieron


por una tropa numerosa de esclavos e incircuncisos.
Les hemos matado mil y mil hombres, más otros tantos,
y mil y mil después de mil y mil más,
además de los que se ahogaron, tragados por las aguas del
[río,
o se despeñaron en sus escarpadas orillas.

35 Confirrriado por M-Malli, 293 y 334.


'" Sigue refírn
36 La incursión de los normandos tuvo lugar en el 245 (M-Makki, 307); 298).
v. SÁNCHEZ ALBORNOZ, Orígenes, III, 219-223 (<<La segunda invasión normanda»). 41 Metro: kémi:
37 Alude a ello KT, VII, 272. HEM, IV, 193.
38 HEM, IV, 189-193; v. también SÁNCHEZALBORNOZ, Orígenes, III, 195-218 42 RQ, 97 fecha
(<<La jornada del Guadacelete»), 43 La rebelión
39 Metro: tawi/; rima: ti; trad. de TERÉs, «Ibn Firnás», 243 y 244.
144 e «Ibn 'Askars -

- 156-
Esta algazúa tuvo lugar en muharram del año 240 (junio 854).
, destacando [53] En una de sus expediciones se internó excesivamente en
recordando sus territorio enemigo y éste se apoderó del desfiladero por el que
entes y. el había entrado; ordenó entonces el imán que su ejército resistie-
- a Dios por lo ra y así lo hicieron durante una hora, al cabo de la cual realiza-
ron una violenta carga y Dios permitió que los cristianos fueran
derrotados. Treinta mil cadáveres se apilaron ante las tropas y
el almuédano ascendió a lo alto de la pirámide y desde allí llamó
a la oración del zuhr; la plegaria se realizó allí mismo bajo la
dirección de Muhammad. Posteriormente regresó a Córdoba 40.
[54] En sus días fue destruida y arrasada la ciudad de Méri-
da, que desapareció hasta los cimientos. Abü Muhammad b. Mar-
wan refiere que vio los siguientes versos en Oriente unos años
equía y la antes de que ocurrieran estos acontecimientos y que no sabe de
ta el punto quién son. Sucedió esto en el año 254 (868) 41:
urante algún
en ella un [123] / ¡Ay de Mérida, que se rebeló
desafiando la fiereza del destino!
algazúas, Estaba la ciudad cubierta de flores,
importan- pero fue despojada de las flores y quedó como un de-
J.<-:~ •...i:tlUS: nunca [desierto.
¡Ay! ¡Ay de ella (cuando se obstinaron en prevaricar
todos ellos contra el soberano)!

[55] En ese año se enrojeció el cielo desde el principio de la


noche hasta el final. Este fenómeno nunca antes había sido visto 42.
[56] También en ese año se rebeló 'Umar b. I;Iaf~ün en uno de
los castillos de Rayya. La sedición, continuada por sus hijos a su
muerte, se prolongó durante cincuenta y dos años 43.
[57] El jueves, veintidós de sawwiil del año 267 (26 mayo 881),
tuvo lugar en al-Andalus un terremoto de tal intensidad que no
se tienen noticias de algo parecido. Los palacios se desplomaron,

40 Sigue refiriéndose a la campaña del Guazalete (compárese con M·MakkI,


298).
41 Metro: kñmil; rima: T¡; trad. de TERÉs, «Ibn Firnás», 245; v. también
HEM, IV, 193.
IU, 195·218 41 RQ, 97 fecha este fenómeno en el 266.
43 La rebelión de Ibn Hafsün comenzó en el 267; v. VAllVÉ, «Bobastro»,
144 e «Ibn 'Askar», 246-247.

- 157-
cayeron montañas y rocas y la gente huyó de las-ciudades al cam- [62] Descrí;
po por la violencia del temblor de tierra; los techos y muros se alheña y tinte -
derrumbaron y las aves abandonaron sus nidos, permaneciendo larga barba y .::¡
en el aire hasta que se aquietó la tierra. El terremoto afectó a [63] Era ~-
todo al-Andalus, llanuras y montañas, desde el Mediterráneo has- mible, uno de
ta el extremo occidental 44. [64] Inscri;
[58] Había salido un día el imán Muhammad a pasear por la decreto de Dios
Ruzafa y le comentó su visir Hasim b. 'Abd al-'Aza: «Emir, ¡qué [65] Reinó ~
maravilloso sería el mundo si no fuera por la muerte! », Pero Mu- [66] Tuyo
hammad le replicó: «¡La muerte es lo mejor que tiene! ¿Disfru- [67] Su
taríamos del poder que tenemos si no fuera por ella? Si vivieran siete general
nuestros antecesores, ¿cómo habríamos podido alcanzar el tro- y Sa'Id b. M¡-:<:?:SSl
no?». Al regresar de ese paseo tuvo un acceso de fiebre y murió [68] Fue Í'.!!
ese mismo día; contaba entonces sesenta y siete años. ya que se ba~"'"-
[59] El fallecimiento tuvo lugar la noche del jueves, penúlti- la ciudad de _
ma de saiar del año 273 (4 agosto 886) Y fue enterrado en el alcá-
zar de Córdoba. Había reinado durante treinta y cuatro años,
diez meses y veinte días 45.
125]

[124] / REINADO DEL IMÁN AL-MUN~IR B. MUI;IAMMAD


B. 'ABD AL-RAI;IMAN

[60] Era el imán al-Mundir b. Muharnmad b. 'Abd al-Rahrnán


b. al-Hakam b. Hisám b. 'Abd al-Rahrnán al-Dajil b. Mu'áwiya b.
vez que se ha: i" -al
Hisám b. 'Abd al-Malik b. Marwán b. al-Hakam: su kunya era Abü
placía con ell
l-Hakam.
los vítores; a
[61] Su madre fue una umrn walad llamada A!l, que lo dio
tinuó hasta II
a luz a los siete meses de su concepción 46.
fúnebres.

44 Esta noticia, como la gran mayoría de las referentes a calamidades na-


turales, se encuentra con las mismas palabras en RQ, 97, aunque esta obra
informa también de sus efectos en el Norte de Africa.
<S HEM, IV, 199 .
•• LÉVI·PROVEN<;AL (HEM, IV, 254, n. 45) vio en la madre de al-Mundir a
47 Al-Mundír
una cristiana, ya que, basándose en el ms. de Leiden del Bayan, leyó su
nombre Aylo (Egilona). Esa misma grafía ofrece NA, 58, pero en YM, 11 y a Córdoba; v.• -
en el segundo ms. del Bayan (BM, I1, 113) encontramos el mismo nombre ., HEM, IV,
que en el J)ikr; Ibn Hazm, por su parte, la llama .Atl (RH, 299). Más ade- " Actitud que
lante veremos que esta A1I era de origen beréber (v. inira, n. 58). tomar las m' .

- 158-
[62] Descripción: Moreno, alto, de pelo rizado, se teñía con
alheña y tinte negro (katam), con huellas de viruela en el rostro,
larga barba y hermosa nariz.
[63] Era también valiente, orgulloso, sagaz, vehemente y te-
mible, uno de los soberanos más enérgicos y constantes.
[64] Inscripción de su sello: «Al-Mundir está satisfecho con el
; _asear por la decreto de Dios».
cErnir, ¡qué [65] Reinó durante un año, once meses y doce días.
e; lt. Pero Mu- [66] Tuvo seis hijos varones y ocho hembras.
e! ¿Disfru- [67] Su cadí fue Abíi Mu'áwiya al-Lajmí, Tuvo once visires,
? Si vivieran siete generales y dos katibes, 'Abd al-Malik b. Umayya b. suhayd
y Sa'íd b. Mubassir. Su {üiyib fue 'Abd al-Rahrnán b. Umayya.
[68] Fue jurado tres días después de la muerte de su padre,
ya que se hallaba ausente de Córdoba -acababa de conquistar
penúlti- la ciudad de Alhama, en las montañas de Rayya 47_ y tuvo que
~:Z::::D en el alcá- regresar a Córdoba al enterarse del fallecimiento de Muhammad.
El acto tuvo lugar el domingo, tres de rabr I del año 273 (8 agos-
to 886), cuando contaba cuarenta y cuatro años y diecisiete días 48.
[125] [69] Cuando concluyó la jura / entregó donativos y repartió
regalos entre la gente, abrió las cárceles y se ganó al pueblo al
dispensarle del diezmo de ese año, del jariiy y de los impuestos
extraordinarios (ma'úna), en atención a sus súbditos y con vistas
al fortalecimiento de la autoridad.
Al llegar desde Alhama a Córdoba sus habitantes lo recibieron
vestidos de blanco y con todas sus galas y lo aclamaron; cada
vez que se hallaba frente a un grupo se detenía el tiempo que le
placía con ellos, escuchándolos con humildad hasta que cesaban
los vítores; a continuación proseguía hacia otro grupo y así con-
tinuó hasta llegar al alcázar, donde rezó a su padre las oraciones
fúnebres.
[70] Al-Mundír era muy enérgico y constante, amaba a sus
hermanos y parientes y los frecuentaba en sus tertulias, honrán-
dolos y tratándolos amistosamente 49.

47 Al-Mundir no había llegado a tomar Alhama cuando tuvo que regresar


a Córdoba; v. VALLVÉ, «Bobastro», 145.
•• HEM, IV, 199 Y 254, n. 45.
•, Actitud que contrasta con la de otros soberanos, que no dudaban en
tomar las máximas precauciones con sus parientes más próximos para evi-

- 159-
[71] En sus días surgieron revueltas y se manifestó la hipo- [75]
cresía en todas las regiones por las disensiones entre árabes y regiones, ap;
mawlás. batir a los seé::9
El imán al-Mundir ordenó que se derribasen las ampliaciones yos castillos -
que habían hecho los cristianos en sus iglesias y templos y que [76] En
se derruyesen las modificaciones realizadas. También impuso tri- mad b.
butos en metálico a los cristianos g,immíes so. .=J]
[72] Cuando rezó las oraciones fúnebres a su padre recitó 51:

¿Podré encontrar consuelo por tu pérdida, Muhammad?


[Líbreme de ello Dios, el de los inmensos favores!
¿Por qué no morirán algunos que no han muerto?
¿Por qué no se me habrá entregado a mí en vez de a ti
[el cáliz de la muerte?

[73] Al-Mundir había nombrado 1;ayib a su visir Hásim b. 'Abd


al-'Azjz, pero luego lo destituyó, lo encarceló, incautó sus bienes,
\
destruyó sus casas y le impuso una multa de ciento ochenta mil
dinares de oro en efectivo 52.
[74] En sus días nació el cadí Mundir b. Sa'jd al-Ballüti53•

tar conjuras; al-Násir, por ejemplo, hacía salir a sus hijos del alcázar en
cuanto crecían (M-Chalmeta, 14} y en otros casos más trágicos un posible
aspirante al trono era asesinado simplemente como «medida preventiva»
(como ocurrió con al-Mugirá, tío de Hisám II; v. HEM, IV, 4ü2-403).
La condonación de tributos tras la subida al trono de un nuevo soberano
era práctica habitual; v. CHALMETA, «Concesiones», 51-52 y VIGUERA, El Mus-
nad, 423, n. 29.
50 Noticia inédita. Tal vez se trate de un error por parte de nuestro autor
y haga referencia a la orden dada por el emir Muhammad de destruir las
iglesias de nueva construcción y las obras ejecutadas en los templos anti-
guos, a resultas de la cual fue derruido el monasterio de Tábanos; v. SIMo-
NET, Mozárabes, 444.
51 Metro: wáiir; rima: ámi; estos versos son de Abü Nuwás y, según re-
fieren otros historiadores, fueron recitados por el visir Hásim b. 'Abd al-
'Aziz ante la noticia de la muerte del emir Muhammad, Al-Mundir entendió
que la frase «¿Por qué no morirán algunos que no han muerto?» iba diri-
gida a él y ello fue la causa de que al-Mundir acabara ordenando el encar- 54 HEM, I\',
celamiento de su visir (BM, II, 115; MH, I, 53; AA, 24 Y KI, IV, 132). ss Exactamen •.
52 Sobre las posibles causas de este suceso, v. n. 51 y el último párrafo 56 V. VAU.\"É" .~
sobre el reinado de al-Mundir, relativo a su madre. no en el 15.
5) En el 273 (886-87); TU, n.s 1454. 57 Nació en

- 160
[75] Al ser jurado, y como se le hubiesen rebelado muchas
regiones, aprestó el ejército y partió en el año 274 (887-88) a com-
batir a los sediciosos, entre los que hizo una gran matanza y cu-
yos castillos arrasó 54.
- - ampliaciones
_ remplos y que [76] En ese mismo año nació el historiador Ahmad b. Muham-
impuso tri- mad b. Musa b. Basir b. Hammád b. Laqít al-Kinaní al-Razi 55.
[126] [77] En / el año 275 (888) partió al-Mundir para combatir al
rebelde 'Umar b. Hafsñn. Acampó ante el castillo de Bobastro,
dispuso el asedio, construyó una fortaleza para atacarlo, inten-
sificó el cerco e instaló los almajaneques, pero cuando estaba a
punto de conquistarlo le vino un acceso de sangre y, aunque fue
sangrado, falleció ese mismo día, fiesta de la "ansara, quince de
saiar del año 275 (29 junio 888).
Se dice que su médico Mansiir lo había envenenado con su
lanceta y que por eso murió. Se ocultó el hecho a Ibn Hafsiin y
los [atas se apresuraron a ir en busca de 'Abd Alláh, hermano de
al-Mundir, que estaba sentado en su qubba; le dijeron que acu-
diera y él se dirigió al surñdiq y halló a su hermano muerto. Des-
pués de haber rogado a Dios por su alma ocupó su lugar, con-
vocó a los visires, árabes, nobles de Qurays y mawlás y se hizo
prestar juramento. En ese momento ordenó abrir las cárceles 56.
[78] En sus días vivió el alfaquí y asceta Baqi b. Majlad 57.
[79] El imán 'Abd Alláh se dirigió hacia Córdoba tras haber
pactado la paz con Ibn Hafsíin llevando el cadáver de su herma-
no, al que enterró en el alcázar de Córdoba junto a sus antepa-
sados.
[80] Al-Mundir reinó durante un año, once meses y doce días.
[81] Su madre fue una beréber llamada A!l. Siempre había
pretendido que habría de ser madre de un califa, por lo que des-
preciaba y desdeñaba a los de su tribu. Un día la tomó su tío
materno y se la llevó a Córdoba, donde la vendió; su compra-
y, según re-
dora fue Sakan, madre de Hásirn b. 'Abd al-:Aziz, el visir. Ésta
b. 'Abd al-
Qir entendió
o?» iba diri-
c:r.Z::Lafido el encar- 54 HEM, IV, 200.
IY, 132). 55Exactamente ellO de 4u l-I:dyya (26 abril 888); TU, n.O 137.
último párrafo 56 V. VALLVÉ, «Bobastro», 147; la 'ansara de ese año cayó en ellO de saiar,
no en el 15.
57 Nació en el 201 (816) Y falleció en el 276 (889); v. MARÍN, «Baqí», 166.

- 161

11
se la remitió a su hijo Hásim, hombre agraciado y guapo, quien
se encontró con una esclava altiva y digna que tenía puestas sus ~
aspiraciones más allá de Satumo. Él sintió afecto por ella e in-
tentó acercarse, pero la esclava se alejó; pretendió yacer con ella,
[82] Era
pero lo rechazó con repugnancia; la deseó, pero ella se negó y
al-Awsar b.
le dijo: «No deseo ni necesito a los hombres; no me agrada ser ya Abü Mul.Ia=:i
esclava tuya ni de nadie como tú, lo que yo quiero es un califa,
[83] Su
[127] pues / este vientre ha de quedarse preñado con un califa y tú [84] Había
no lo eres, ni siquiera descendiente de uno». Esto lo encolerizó,
[85] D~~
la dejó un poco de lado y luego la llamó, pero ella no respondió;
ojos azules,
al tocarla se apartó y él la golpeó, haciéndola sangrar. Cuando
[86] Tuvo
ella vio la sangre se echó a llorar y dijo: «No creo que te pue-
hammad, el c;:~
das librar de la mano de aquél cuya madre ha sido llevada a
Ii-dín Allili, :-
una situación como ésta», ante lo cual él se rió y la dejó. Ella
[87] Sus ea
recogió sus vestidos y se dirigió a la casa de Ibn al-Salim, al que
=128] Ahmad / b.~-
relató lo que había sucedido y le informó de que era libre. Tuvo
dün b. Abi -Y·-
conocimiento de esto el imán Muhammad y decidió desposarla.
'Abd Allili b.
Al cabo del tiempo la dejó embarazada de al-Mundir, que reina-
suhayd.
ría después de él. De esta forma Dios colmó los deseos de esta
[88] Ins
mujer. Al-Mundir nació a los siete meses de su concepción y se-
decreto de
ría él quien habría de matar a Hásirn b. 'Abd al-'Aziz 58.
[89] Rein
[90] Con
ss Noticia inédita. El l)ikr nos ofrece nuevos datos sobre las madres de bien y de
los soberanos omeyas de al-Andalus, datos que nos permiten conocer en
injusto, ve
ocasiones su origen étnico; gracias a ellos se puede refutar algunas opi-
niones que han sido admitidas hasta ahora sin discusión. RIBERA,al estu- giosas, fiel
diar la raza de los musulmanes de al-Andalus (Disertaciones, 12-26),fijaba Fue el sé
su atención en la familia omeya y, tras intentar demostrar que la mayoría
de las madres de los emires y califas de al-Andalus habían sido esclavas
originarias de la zona cristiana de la Peninsula, concluía: «Y si la familia
real española [...] tenia en sus venas tan mínima parte de sangre semita,
¿qué hemos de creer de la inmensa mayoría de sus vasallos?», Estas ideas
fueron acertadamente puestas en cuestión por GurCHARD (Al-Andalus, 149-152,
y, sobre todo, 170-179)al negar validez a las argumentaciones «raciales» de
Ribera. Con los nuevos datos del l)ikr queda claro que ni siquiera se puede
hablar de una «hispanización racial» de los omeyas de al-Andalus: de los
seis emires vistos hasta el momento, nada menos que tres fueron hijos de
beréberes ('Abd al-Rahmán I y 11 y al-Mundir), uno de esclava de proce-
" Todas las
dencia franca, posiblemente «eslava», en la acepción más amplia de este dice: «Bahár,
adjetivo étnico (al-Hakam 1; v. VERLINDEN, Esclavage, 702-728)y dos de so BM, II,
madre de origen desconocido (Hisám I y Muhamrnad), pues, aunque RIBERA
(apud TU, 6)
(Disertaciones, 16) afirme que Hisám I era hijo de una esclava española, la
rece apoyar la _~
fuente de donde toma la noticia (lA, 29) nada dice sobre la cuestión.
6l HEM, IV,

- 162-
REINADO DEL IMÁN 'ABD ALLAH B. MUI;IAMMAD
B. 'ABD AL-RAI;IMAN, SÉPTIMO EMIR OMEYA

[82J Era el imán 'Abd Allah b. Muhammad b. 'Abd al-Rahmán


al-Awsat b. al-Hakarn b. Hisárn b. 'Abd al-Rahmán al-Dajil, de kun-
ya Abü Muhammad.
[83J SU madre fue una umm waZad llamada 'Assar 59.
[84J Había nacido en el año 228 (842-43) 60.
[85J Descripción: De un blanco rojizo, estatura media, calvo,
ojos azules, nariz aguileña, rubio, se teñía con alheña.
[86J Tuvo once hijos varones, el mayor de los cuales fue Mu-
hammad, el que fue asesinado, padre de 'Abd al-Rahmán al-Násir
Ii-din Allah, y trece hijas.
[87J SUS cadíes fueron al-Nadr b. Salarna, Müsa b. Ziyád y
[128J Ahmad / b. Ziyád. Sus visires, al-Barra' b. Malik al-Ourasí y l;Iam-
díin b. Abi 'Abda. Katibes, 'Abd Allah b. Muharnmad al-Zayyal y
'Abd Allah b. Muhammad b. Abi 'Abda. ijayib, 'Abd al-Rahmán b.
Suhayd.
[88] Inscripción de su sello: «'Abd Alláh está satisfecho con el
decreto de Dios».
[89J Reinó veinticinco años.
[90J Conducta: Destacado por su piedad y virtud, amante del
bien y de sus cultivadores, humilde, cruel con el malvado y el
injusto, versado en todas las ciencias, tanto profanas como reli-
giosas, fiel seguidor del Corán.
Fue el séptimo monarca marwání de al-Andalus.
[91J Solía acudir a la mezquita aljama y colocarse para la
oración al lado del almimbar; fue el que construyó el sabat entre
el alcázar y la mezquita de Córdoba para realizar las oraciones
en comunidad 61. Juzgaba las injusticias de la administración y
recibía las quejas sentado ante la puerta del alcázar; hasta él
podían llegar tanto el poderoso como el humilde. Nunca bebió

" Todas las fuentes la llaman así, con la excepción de BM, 11, 120 que
dice: «Bahár, aunque otros afirman que fue 'ASsan,.
'" BM, II, 120 lo hace nacer en rabi' II del 229 (enero 844), pero al Razi
(apud TU, 6) afirma que al morir contaba setenta y dos años, lo cual pa-
rece apoyar la opinión del !)ikr; v. HEM, IV, 212.
61 HEM, IV, 213.

- 163-
vino ni ningún tipo de bebida alcohólica, observaba el cumpli-
miento de las penas impuestas por el Corán, sus prescripciones
y las de la Sunna del Profeta.
[92] Junto a todo esto era también elegante poeta: un día
había solicitado el parecer de su visir al-Nadr b. Salama sobre
cierto asunto y éste le contestó por escrito en un billete que en-
tregó al emir 'Abd Alláh, pues ésa era entonces la costumbre para
exponer las opiniones de los visires. Cuando el emir lo leyó no
le pareció correcto su parecer y escribió al pie del mismo billete
estos dos versos que serían registrados posteriormente 62:

¡Oh Nadr! , eres una calamidad,


nada útil se puede esperar de ti,
únicamente estás preparado
para la mesa y la letrina.

~130]
[93] En el año 276 (889-90) se rebeló otra vez 'Umar b. Hafsün
en Ecija y dominó muchas regiones.
[94] En sus días las revueltas proliferaron por todas las co-
[129] marcas / del mundo: en Ijriqiya la Si'a, en Siria los cármatas,
[99]
así como en el ijiyaz y en el Yernen, en Iraq los Zany, en el Ma-
grib los beréberes y en al-Andalus los rebeldes.
y
[95] Todo al-Andalus menos Córdoba se alzó contra. 'Abd Alláh:
Ibn 'Awsaya en Lisboa, Oporto y sus territorios, Muhammad b.
Sulaymán en Sidonia, 'Amr b. 'Amrün en Niebla, al-Yunayd b. [100] En ~
Hásim en Carmona, los beréberes en Mérida, al-?ill¡q¡ en Lebri-
la ciudad de
ja, los Baníi ~ayyay en Sevilla, Mundir b. Ibráhím en Madinat Ibn
[101] En
al-Saüm, Sa'Id b. Hudayl en Jaén, Daysam b. Isháq en Murcia,
de
Ibráhírn al-Juzá'I en Játiva, los Banii l-Muháyir en Zaragoza y Tor-
Islam antes.
tosa, Ibn Lubb en Tudela, 'Abd al-'Az¡z al-Tuy¡b¡ en Lérida, Saw-
lo ~af~, que '-__
wár en Granada, Ibn Maymiin en úbeda y Baeza, Ibn 'Abd al-
Malik en Fraga, Sa'¡d b. ?üd¡ en Toledo; a éste lo siguieron la
mayoría de los árabes porque era generoso, valiente y gran poe-
ta; decía vanagloriándose 63:

62 Metro: iaiti; rima: dah.


63 Metro: ramal; rima: ab. Sa'id b. ?udi: no se rebeló en Toledo sino en
Elvira; v. HEM, IV, 227.

- 164-
el cumpli- [96] ¡Banu Marwánl abandonad nuestro reino,
cripciones pues el poder debe ser para los hijos de los árabes,
ensillad vuestros caballos overo s con monturas doradas
ta: un día y preparaos, mi buena estrella triunfará.
ama sobre
ete que en- [97] Otros rebeldes fueron Ibráhím b. I:Iayyay en Marón y
eosrumbre para 'Umar b. Hafsñn, que se apoderó de Algeciras, Málaga, Ecija y
lo leyó no Elvira, de modo que no le quedó a 'Abd Alláh una sola ciudad
billete que le obedeciera; mucha gente decidió invocar en los almimba-
res al califa 'abbásí al-Mu'tadid, señor de Bagdad 64. El imán 'Abd
Allah fue abandonado por sus hombres y por sus mawlas, las ar-
cas del tesoro quedaron vacías y los habitantes de Córdoba se
vieron obligados a pelear ellos mismos contra sus enemigos.
[98] En el año 277 (890-91) al-Mutarrif, hijo del imán, mató
a su hermano Muhammad, padre de 'Abd al-Rahmán al-Násir li-
dín Alláh. A resultas de esto 'Abd Alláh ordenó matarlo y envió
[130] a sus "abid / a que lo atacaran en su propia casa, donde fue ase-
sinado. Cuando al-Mutarrif dio muerte a su hermano vio en sue-
ños a una esclava que recitaba 65:

[99] Si recapacitas ¡oh Hind! el crimen tiene algo que hay


[que tomar en consideración
y que sirve de advertencia: la sangre llama a la sangre,
[yeso debes saberlo.

[100] En el año 280 (893-94) los cristianos se apoderaron de


la ciudad de Zarnora, la reconstruyeron y la fortificaron 66.
[101] En el año 285 (898-99) Ibn I:Iaf~ün se declaró cristiano
de una manera engañosa, pues realmente ya había abjurado del
Islam antes. Sus antepasados eran cristianos ªimmíes y su abue-
lo Hafs, que era sacerdote, se convirtió al Islam. La caballería de

64 Sobre todos estos rebeldes habla detalladamente Ibn Hayyán, que les
dedica una gran parte del tomo editado por Antuña; v. también HEM, IV,
216-251.
6S Metro: tawil; rima: am; no hemos hallado estos versos en ninguna otra
fuente histórica. Sobre la muerte de los dos hijos del emir 'Abd Alláh, v.
HEM, IV, 214.

en

- 165-
Ibn Hafsün aparecía todos los días ante Córdoba mientras el imán,
encerrado dentro de ella, no podía hacer nada 67.
[102] En el año 288 (900-1) hubo una gran peste en al-Anda-
lus que provocó tal mortandad que se tenía que enterrar en una
misma tumba varios cadáveres sin lavarlos ni rezarles por la ca-
rencia de personas que se encargasen de estos menesteres y la
gran cantidad de fallecidos 68.
[103] El miércoles, veintinueve de sawwal del año 299 (18 ju-
nio 912) sobrevino un eclipse total de sol y aparecieron las estre-
llas. Ocurrió después de la oración del 'asr y en la mayoría de
las mezquitas los almuédano s se apresuraron a convocar a la ora-
ción del magrib y la gente la rezó, pero al cabo de unos diez mi-
nutos reapareció el sol, por lo que, cuando anocheció realmente,
se tuvo que repetir la oración del magrib 69.
[104] En ese año murió el alfaquí Baqi b. Majlad 70.
[105] También en ese año el si'í se apoderó de toda Ljrtqiya 71.
[106] En el año 301 (913-14) Ibn I.Iaf~ün prestó juramento de
fidelidad por escrito al si'í 'Ubayd Alllih, quien le contestó dán-
dole el mando de todo al-Andalus y enviándole numerosos rega-
los y ropajes de seda cruda; también le indicaba en su misiva
su manera de hacer la llamada a la oración, los rezos y el ser-
món y le ordenaba que estableciera estos métodos en al-Andalus.
Todo ello fue cumplimentado rápidamente por Ibn Hafsiin 72.
[131] [107] / El imán 'Abd Alllih b. Muhammad falleció el jueves,
primero de rabt: 1 del año 300 (15 octubre 912); le rezó las ora-
ciones fúnebres su nieto y sucesor 'Abd al-Rahrnán y fue enterra-
do en el alcázar. El día de su muerte contaba setenta y dos años
y había permanecido en el trono veinticinco años y medio mes,
según refiere Ibn Rasiq 73.

67 La genealogía de 'Umar b. Hafsün debe ser corregida de acuerdo con


los datos de IG, IV, 38 Y VALLVÉ, «Ibn 'Askar», 247. La apostasía del rebel-
de tuvo lugar en el 286, según M-Antuña, 128 y BM, II, 139.
•• RQ, 97 -en versión idéntica a la del lJikr-; M-Antuña, 127 y BM, II,
139 sitúan este hambre en el 285.
" V. VERNET, «Fenómenos», 24.
70 Falleció en el 276; c. supra, n. 57.

71 Según RQ, 98, que reproduce la frase, ocurrió en el 296.


72 Las relaciones entre Ibn Hafsün y los fátimíes son muy poco conoci-
das; aluden a ellas M-ChaJmeta, 220 y AA, 32; v. HEM, IV, 240.
73 HEM, IV, 251.

-166 -
en al-Anda-

299 (18 ju-


m las estre-
_ mayoría de
~.,.,.....,.ra la ora-
os diez mi-
-. realmente, VIII

[CALIF.~S OME_YAS: <ABD AL-RAJ:IMAN AL-NA~IR


LI-DIN ALLAH, AL-HAKAM AL-MUSTANSIR
- v- -. ~
BI-LLAR Y HISAM AL-MU'AYYAD BI-LLAH]

conoci-
[lJ Era
hammad b.
Hakam b.
al-Malik b.
a reinar.
[2J Su
Muzayna l.

[4]
Allah.
[5J
rostro, cue
tribo de su _"_
do montaba a
[6 J La inSo: ~:

J Todos los

da el nombre
2 Discrepan '

situar el nacimi
ce; BM, II, b-
REINADO DEL IMÁN Y PRÍNCIPE DE LOS CREYENTES
'ABD AL-RAl:IMAN AL-NA~IR LI-DIN ALLAH

[1] Era el Príncipe de los creyentes 'Abd al-Rahmán b. Mu-


hammad b. 'Abd Allah b. Muhammad b. 'Abd al-Rahmán b. al-
Hakam b. Hisárn b. 'Abd al-Rahrnán b. Mu'áwiya b. Hisam b. 'Abd
al-Malik b. Marwán b. al-Hakam: su padre, Muhammad, no llegó
a reinar.
[2] Su madre fue una urnrn walad cristiana (rümiyya) llamada
Muzayna l.
[3] Había nacido al alba del jueves, dos de ramadnn del año
277 (18 diciembre 890), veinte días antes de la muerte de su pa-
dre 2.
[4] Su kunya era Abü l-Mutarrif y su laqab, al-Na~ir li-dín
Allah.
[5] Descripción: De piel blanca, rechoncho, ojos azules, bello
rostro, cuerpo bien formado y piernas cortas, por lo cual el es-
tribo de su silla de montar tenía sólo un palmo de largo; cuan-
do montaba a caballo parecía alto, pero a pie resultaba bajo.
[6] La inscripción de su sello era «'Abd al-Rahmán está satis-

I Todos los autores la llaman Muzna, menos Ibn Hazm (RH, 299), que le
da el nombre de Hazm.
2 Discrepan los cronistas en el día del mes, aunque todos coinciden en
situar el nacimiento en un jueves de ramadiin: al-Rází (apud TU, 7), día tre-
ce; BM, II, 157, veintidós, y NA, 62, veintiuno.

-169 -
fecho con el decreto de Dios» y la del sello que llevaba en el cendido por
dedo, "A Dios solicita la victoria 'Abd al-Rahmán al-Násir». alejó las sombras
[7] Tuvo once hijos varones, de los cuales fue el primogénito que lavó todas
al-Hakam, su sucesor. riosidad y lo
[132] [8] / Cadíes suyos fueron Aslam b. 'Abd al-'AzlZ, Ahmad b. '133] accedió / al
Baq¡ b. Majlad y Mundir b. Sa'jd al-BallütI. Tuvo cuarenta y seis con la sensa
visires y quince kiitibes. Sus J:¡.aYibes fueron Badr b. Muharnmad conquistar al-A:--
b. 'Abd al-Malik y Musa b. Hudayr. Su zalbazorta, 'Abd al-Ra'üf. al-Rahman al-In
[9] Conducta: Era sagaz, generoso, con firmes conocimientos una suerte co
de fiqh y sólida formación cultural, asistido por Dios, resuelto, precedieron. ~-
liberal, elocuente, vencedor de malditos e .infieles, buen orador sí mismo a
y retórico, excelso poeta e intrépido. Fue el primer omeya de al- Andalus y hbe:::
Andalus que se dio el título de Príncipe de los creyentes, pues [14] Su p
los anteriores se llamaban sólo imán. Realizó muchas algazúas. segundo mes
[10] Fue jurado en rabi' 1 [del año 300 = octubre 912] 3, a la Luego atacó
muerte de su padre, cuando contaba veintitrés años. tritos.
[11] Sobre esto dijo alguien 4: [15] En e
y demolió
Apareció reciente la media luna; ción militar
el imperio está rozagante y nuevo. [16] En el
¡Oh beneficio divino! ¡Aumenta, [17] En el
si es que puedes aumentar! persaron sus
[18] En el
[12] Todos los cordobeses le prestaron juramento con satis- che los zocos
facción y su subida al trono fue algo curioso, porque era en ese [19] En el
momento muy joven e inexperto y se hallaban presentes varios bles que la g
tíos suyos y de su padre y otros familiares de estirpe real; sin [20] En ese
embargo sus abuelos, tíos, familiares, parientes y mawlas, así có árboles y d
como todos sus hombres, le prestaron juramento incondicional- se congregó en
mente, con alegría y placer, sin que se opusiera ni negara nadie.
5 Estas cam
Al terminar la jura y estar bien asentado en el poder se presen-
trad., 55-78.
taron ante él el pueblo y los principales de las tribus de las más • V. infra, n.
alejadas fronteras. 7 Sobre las disti::=1

meta, trad., 108, n, .!


[13] En el momento de su subida al trono al-Andalus era un
• M-Chalmeta, 1~
ascua inflamada por las querellas y sus comarcas un fuego en- hace ninguna ref~
lo que piensan 1
se halla en RQ,
3 Exactamente el día uno de ese mes (CA, 28). • Estas dos úlñ-~·
• Metro: muytag; rima: ¡dü; trad. de GARCÍA GóMEZ, CA, 105. hallan en RQ,

- 170-
cendido por las revueltas, pero su gobierno fue como un sol que
alejó las sombras de la hipocresía y como una lluvia torrencial
que lavó todas las regiones; las almas lo contemplaron con cu-
riosidad y los desastres se alejaron gracias a su buena estrella;
[133J accedió / al poder con un bagaje en el que se mezclaba la suerte
_......a..---enta
y seis con la sensatez; extinguió las llamas de las revueltas y volvió a
- _ _ uhammad conquistar al-Andalus del mismo modo que su antepasado 'Abd
al-Ra'üf. al-Rahmán al-Dajil lo había conquistado en un principio; gozó de
ocimientos una suerte como nunca antes se había conocido entre los que 10
r resuelto, precedieron. No cejó en su empeño y resolución de combatir por
- en orador sí mismo a los rebeldes hasta que consiguió pacificar todo al-
eya de al- Andalus y liberado de los sediciosos.
~_entes, pues [14J SU primera algazúa fue la de Monteleón, emprendida al
algazúas. segundo mes de su reinado, en la que conquistó setenta castillos.
912J 3, a la Luego atacó la ciudad de J aén y la dominó con todos sus dis-
tritos.
[15J En el año 301 (913-14) se apoderó de la ciudad de Sevilla
y demolió sus murallas. En ese mismo año realizó una expedi-
ción militar por Málaga, Algeciras, Sidonia y Marón 5.
[16] En el año 302 (915) nació al-Hakam al-Mustansir bi-lláh 6.
[17J En el año 303 (915-16) murió 'Umar b. I;Iaf~ün y se dis-
persaron sus perversos secuaces 7.
[18J En el año 305 (917-18) se incendiaron en una misma no-
che los zocos de Tiaret, capital de los Zanáta, Fez y Córdoba 8.
[19J En el año 307 (919-20) hubo peste y epidemia tan terri-
bles que la gente se veía incapaz de enterrar a sus muertos.
[20J En ese mismo año sopló un maligno huracán que arran-
có árboles y derruyó casas; el pueblo hizo penitencia aterrado,
se congregó en las mezquitas y renegó de todos sus pecados 9.

5 Estas campañas son relatadas con todo detalle en M-Chalmeta, 58-92;


trad., 55·78.
, V. inira, n. 32.
7 Sobre las distintas versiones sobre la muerte de Ibn I;Iaf~ün, v. M-Chal-
meta, trad., 108, n. 4 y Vallvé, «Ibn 'Askar», 247, n. 20.
• M-Chalmeta, 142 informa del incendio del zoco de Córdoba, pero no
fuego en- hace ninguna referencia a sucesos similares en ciudades magrebíes. Contra
lo que piensan los traductores (116, n. 10), la noticia no es inédita, ya que
se halla en RQ, 98.
, Estas dos últimas noticias, de las que no da cuenta Ibn Hayyán, se
hallan en RQ, 98; es de destacar que el citado huracán afectó, según Ibn

- 171-
[21] En el año 310 (923) murió el alfaquí y J:¡,afi~ Abü ~a'far hem y medio .•
Muharnmad b. Harír al-Tabari lO. los maestro
[22] En el año 316 (928-29) 'Abd al-Rahmán al-Násir se pro- mil rocas p
clamó Príncipe de los creyentes, cuando le llegaron noticias de cidos y las píec
la debilidad del Estado 'abbásí en Iraq y de que al-Muqtadir bi-
Iláh había llegado al califato antes de la pubertad 11.
[134] [23] I El Príncipe de los creyentes 'Abd al-Rahmán al-Na~ir
dio muerte a su hijo 'Abd Alláh porque éste había pretendido re-
=135] [27J I Dice -
belarse contra él y había sido reconocido por la mayoría de los
trucción de
cordobeses por su virtud, religiosidad, cultura, generosidad y am-
(19 noviembre :;;
plios conocimientos, que abarcaban fiqh, J:¡,adif, lexicología, poesía,
a sur, 1.500,
cálculo y medicina; por otra parte rechazaban la opresión y los
[28J El .IJ!é.:4
derramamientos de sangre de su padre y por todo ello le habían
que, grande
prestado juramento. Enterado 'Abd al-Rahmán de. ello antes de
comportaban
que se hubiera llevado a término el plan, encarceló a 'Abd Alláh
rias para su
Y ajustició a todos los que lo habían secundado. Al llegar la Fies-
gaban ocho ~
ta de los Sacrificios ordenó que fuera llevado a la Musallá, don-
mármol que -
de fue derribado y degollado en su presencia. Ocurrió esto en el
diecinueve p
año 308 (22 abril 921) 12.
teras de al-Anca
[24] De una poesía de al-Násir dedicada a su visir Lubb, que
el jaspeado,
tenía una larga y poblada barba, son estos versos 13:
esculpida y dora
de Constantinop
Lubb Abü l-Qásim, el de la
por el filósofo ;.l
larga barba de una milla de longitud
turas antropozeé;
y dos de anchura, si fuera medida
ra instalada en :::
quedaríamos atónitos y perplejos.
le añadieron rn.-=
que echaban ~_
[25] En el año 327 (838-39) nació al-Mansür b. Ab¡ 'Amir 14.
genes se fabrica
[26] En el año 325 (936-37) comenzó al-Násir la construcción
taban un 100
de al-Zahrii', en la que trabajaron cada día diez mil obreros y mil
una paloma,
quinientas acémilas; los hombres recibían un salario de un dír-
gavilán y un
[29J La
AbI Zar', a Fez, sin que se mencione en ningún momento que también lo
sufriera al-Andalus.
10 El, IV, (:fJ7.
II V. M-Chalmeta, trad., 184, n. 21.
u Estos sucesos tuvieron lugar realmente treinta años después de lo que
afirma el J)ikr; v. HEM, IV, 327.
13 Metro: sari'; rima: i/ü.
14 El mismo año de la batalla de Alhandega, como hace notar HS, I, 272.

-172 -
hem y medio, por el. alquiler de las acémilas se pagaban dos y
los maestros artesanos recibían tres. Cada día se empleaban seis
_--.ir se pro- mil rocas pulimentadas y desbastadas, aparte de los ladrillos co-
noticias de cidos y las piedras inutilizables 15.
uqtadir bi-

LA CONSTRUCCIÓN DE "MADINAT AL-ZAHRA'» 16


al-Násir
tendido re-
[135J [27J / Dice Ibn Hayyán: Al-Na~ir li-dín Allah comenzó la cons-
oría de los
trucción de al-Zahrii' el día primero de muharram del año 325
te;:-..:!TOsi·dad y am-
(19 noviembre 936). De este a oeste medía 2.700' codos y de norte
po.l-"-'''''''¡~5-l'a,
poesía, a sur, 1.500, siendo la superficie de 990.000 codos.
esión y los
[28J El mármol se trajo de Cartago y se pagaba por cada blo-
o le habían
que, grande o pequeño, diez dinares, aparte de los gastos que
o antes de
comportaban su corte y transporte y de las provisiones necesa-
rias para su acarreo. Por cada columna, gruesa o delgada, se pa-
gaban ocho meticales de oro; el número total de columnas de
mármol que se alzaban en al-Zahrii' fue de 4.312, de las cuales
diecinueve procedían del país de los Ifrany y el resto, de las can-
teras de al-Andalus e T[riqiya: el mármol blanco era de Almería,
el jaspeado, de Rayya y el rosa y el verde, de Ijriqiya. La pila
esculpida y dorada la trajo Ahmad al-Yiinání de parte del señor
de Constantinopla y la verde pequeña era de Siria y fue traída
por el filósofo Ahmad b. Karam; en ella había grabados y escul-
turas antropomórficas y no tenía precio. Al-Násir ordenó que fue-
ra instalada en el centro del salón oriental llamado al-Mu'nis y se
le añadieron doce figuras de oro y plata con piedras preciosas,
que echaban por la. boca agua que se vertía en la pila. Las imá-
- - 'A.mir 14.
genes se fabricaron en los talleres reales de Córdoba y represen-
-z construcción taban un león, una gacela, un cocodrilo, un dragón, un águila,
eras y mil una paloma, un halcón, un pavo real, un gallo, una gallina, un
de un dír-
gavilán y un buitre.
[29J Las casas de al-Zahrii eran ciento veinticinco, cuyas puer-
e también lo
15 En el texto árabe, MWBL, que no tiene sentido; en FA, 300: al-murtil,
que el editor propone traducir por «mortero».
16 Este extenso párrafo sobre la ciudad de al-Zahrii' era ya conocido por
haber sido reproducido por al-Maqqarí (NT, 1, 526) Y fue aprovechado por
TORRES BALBÁs para redactar el capítulo «Fundación y construcciones levan-
tadas en Mad'inat al-Zahrá por 'Abd al-Rahmán III y al-Hakam II (936-976)>>
HS, 1,272. en HEM, V, 423-463.

- 173-
tas, grandes y pequeñas, estaban forradas de hierro y cobre sobre- [33] Al-Zc::
dorados y sumaban más de quince mil. belleza, co
[136] [30] / Madmat al-Zahrii' fue una de las obras más notables, corría y lo
importantes y grandiosas que haya hecho el hombre y una de las [34] Sob....•.
más asombrosas y prodigiosas construidas en el Islam. Fue levan-
tada en veinticinco años y se gastaron en su realización quince
millones, que corresponden en medidas de áridos a ochenta y un
almudes y medio, siendo el almud igual a cien -$ii's y a siete ea-
hices. Dice esto al-Rází 17.
[31] Al-Násir dividía los impuestos recaudados en tres parti-
das: un tercio iba para el ejército, otro se guardaba en el teso-
ro real y el último se utilizaba para la construcción de al-Zahra',
En aquel tiempo lo recaudado ascendía a 5.480.000 y las rentas
de las propiedades de la corona (rnustailas), a 765.000 18.
[32] En el alcázar construyó un salón llamado Maylis al-Iiiaja
cuyos muros y techo eran de oro y mármol muy grueso, de color
purísimo y de distintos tipos. En el centro de este prodigioso sa-
lón estaba la perla que le había regalado León, rey de Constan ti-
nopla, y sus tejas eran de oro y plata. En medio del salón había
un gran estanque lleno de mercurio y a cada uno de los lados
de la estancia se abrían ocho puertas con arcos de marfil y éba-
no guarnecido con oro y diversas piedras preciosas que se apo-
yaban en columnas de mármol de colores y cristal puro. El sol,
al atravesar esas puertas, bañaba con sus rayos el techo y las
paredes del salón, que los reflejaban, formando así un resplandor
deslumbrante. El soberano, cuando quería asustar a sus conter-
tulios, hacía una seña a uno de sus esclavos y éste removía el
mercurio, con lo que el salón se llenaba de una luz relampaguean-
te que embargaba los corazones de los presentes, pues les pare-
cía que la estancia daba vueltas mientras el mercurio estaba en
[137] movimiento. Unos dicen que el salón / giraba para estar siempre
frente al sol, pero otros afirman que estaba fijo alrededor del
estanque. Ni en el Islam ni antes había hecho nadie algo similar,
pero a él le fue posible por las grandes cantidades de mercurio =:38]
de que disponía 19.

17 «Capacidad», índices.
V. VAll.VÉ,
18HEM, V, 19 Y 423.
" HEM, V, 437.

-174 -
[33] Al-Zahrii' fue construida con gran solidez, perfección y
belleza, con sus mármoles y sus columnas, el agua que por allí
corría y los jardines que la rodeaban.
[34] Sobre esto dice el poeta al-Sumaysir 20:

~~aci·ón quince Me detuve en al-Zahrii' gimiendo


henta y un y meditando, como si llorase por los que se han sepa-
y a siete ea- [rada.
Dije: «{Oh Zahrii'! ¿nunca retornarás?»
tres par ti- y me contestó: «¿Puede retornar quien ha muerto?»,
en el teso- Lloré y lloré por ella,
_ de al-Zahrii', pero, ¡ay! ¿de qué sirven las lágrimas?
: y las rentas Los restos de los que se han ido parecen
plañideras que llorasen por sus muertos.

[35] Se cuenta que, mientras se construía este salón en el al-


cázar de al-Zahrá, al-Násir se entregó a ello en cuerpo y alma y
solía sentarse a supervisar personalmente a los obreros, sin de-
legar ese cometido en nadie, hasta el punto de que dejó de asis-
tir a la oración del viernes en la aljama tres veces consecutivas;
al cuarto viernes, cuando ya había sido terminado el salón, asis-
tió por fin a la oración. Era entonces predicador de la aljama el
alfaquí y cadí Mundir b. Sa'íd al-Balliiti, hombre íntegro e inta-
chable que, al ver a al-Násir li-dín Alla:h dirigirse a rezar ese día,
decidió ser riguroso con él y censurarle por haber dejado de cum-
plir el precepto del viernes para ocuparse de sus construcciones;
al llegar al final de su sermón recitó la siguiente aleya coránica:
« ¿Construiréis en cada colina una villa para distraeros? ¿Cons-
truiréis castillos? Tal vez seáis inmortales. Cuando sois violen-
tos sois violentos como gigantes. [Temed a Dios y obedeced-
me! »21. Al oírlo entendió que se refería a él y dijo a su hijo al-
Hakam: «Lo que pretende Mundir es censurarme ante testigos»,
pero al-Hakam lo disculpó diciendo: «Príncipe de los creyentes,
[138] él es un hombre / íntegro que no desea más que el bien; cuando
vea lo que has hecho, las sumas que has gastado y la belleza de

20 Metro: sari'; rima: iitii; v. GARCÍA G6MEZ, «Precisiones», 291 y PÉREs,


Poésie, 126.
21 Corán, XXVI, 128-131.

-175 -
la obra te perdonará». Ordenó entonces al-Násir que sus palacios [38] As'
fueran alfombrados, que en el salón se desplegaran tapices de en la aljama .:
raso y que se preparara un convite. Una vez dispuesto todo in- muqallasún:
vitó a los alfaquíes, sabios, hombres virtuosos, visires, generales la Muda.••
V\~·
y cadíes, quienes acudieron y se sentaron en sus lugares mien- [39] En
tras que al-Násir se instalaba en su sitial, en la presidencia del de los Gumárz
salón. El último en llegar fue Mundir b. Sa'íd al-Ballütí, que se imponía a
encontró con que el lugar estaba ya lleno; al-Násir le indicó con día, una a
un gesto que se sentara a su lado, pero él replicó: "Príncipe de las cuales
los creyentes, el hombre se debe sentar en el lugar que está li- hacer con
bre cuando llega y no puede pasar por encima de los demás» rán que le.
y se sentó el último con sus ropas raídas. Los presentes comen- traducción:
zaron a admirar el salón y el alcázar, su perfección y solidez, ta contemplar
alabando prolijamente la obra y a su autor; mientras tanto Mun- sés del IDaI"1I_
gir permanecía con la cabeza baja y en silencio, por lo que le en Hamím :- ~
dijo al-Násir: "y tú, cadí, ¿qué opinas de este salón?». Le res- y a continuaciéc
pondió: «Príncipe de los creyentes, ¿qué te puedo decir si el dia- Les prescríos
blo se ha apoderado de ti y te ha hecho parecer buena tu acción, los jueves y :'
no quedando tranquilo hasta haberte convertido en un infiel?», y dos del de .
El rostro de al-Násir se ensombreció y le preguntó irritado: «¿Por ves debía dar ~
qué?». Replicó Mundir: «Príncipe de los creyentes, Dios Altísimo hiciera los
dice en Su bendito Libro: «Si no hubiese sido por el temor de puso el décíz;
que los hombres constituyesen una comunidad única, hubiése- tiempo que 1--
mos dado a quienes no creen en el Clemente casas con techo y la polución, -
escaleras de plata, para que subiesen por ellas; hubiésemos pues- Declaraba
to en sus casas puertas y lechos -en ellos se apoyarían- y or- «en el Corán .-
namentos. Pero todo eso no es más que goce de la vida munda- chos»; sin .".-
nal; la última vida, junto a tu Señor, pertenece a los piadosos» 22. degollado, los
Quedó cabizbajo al-Násir y salió del salón cohibido, dispersán- [140] garon / a al-~
dose entonces los asistentes 23. y envió un g:::.
[36] El número de los esclavos de al-Zahrñ' era de 3.950 eu- rnüda; Hamíra -
[139] nucos, cuya / ración diaria de carne ascendía a 16.000 arreldes, Córdoba y ---
sin contar los diversos tipos de aves y pescado. [40] En e -
[37] Se dice que todos los días se arrojaba a los peces del parte de la 0 __
estanque que se hallaba en medio del alcázar de al-Zahrá doce
mil panes mezclados con seis cahices de garbanzos oscuros. 24 Repetició

cap. 11.
22 Corán, XLIII, 32-34. 25 V. NORRIS, .=;
23 REM, V, 424. 26 V. VAIL\"'É. ?

-·176 -

12
-:.::e sus palacios [38] Asistían a la oracion del viernes con al-Násir Ii-dín AlHih
tapices de en la aljama de al-Zahrii' tres mil sabios y alfaquíes y quinientos
f;;~,...,."p",·to todo in-
muqallasün. Sólo usaban el qiilis los que se sabían de memoria
, generales la Mudawwana y el Muwatta' 24.
ugares mien- [39] En el año 325 (936-37) surgió un hombre en las montañas
:-::'eSidencia del de los Gumára que se proclamó profeta. Los ritos religiosos que
__3ai.lüp, que se imponía a sus seguidores consistían en hacer dos oraciones de
indicó con día, una a la salida y otra a la puesta del sol, en cada una de
: _Príncipe de las cuales debían realizar tres prosternaciones, que se tenían que
- que está li- hacer con las palmas de la mano bajo el rostro. Redactó un Co-
las demás» rán que leían en su lengua después de haber recitado como in-
lcresences comen- troducción: «Líbrame de los pecados, Tú que permitiste a la vis-
y solidez, ta contemplar el mundo; sácame del error, Tú que sacaste a Moi-
tanto Mun- sés del mar». Luego decían al hacer las prosternaciones: «Creo
~ lo que le en Hamírn y en Abii Yajlaf, su Señor, creo en Talit, tía de Hamím»
?.•. Le res- y a continuación se prosternaban. Esta Talit era una hechicera.
si el dia- Les prescribió también el ayuno hasta el mediodía los lunes y
los jueves y todo el día los viernes, diez días del mes de rama4an
y dos del de sawwal; el que lo rompiera voluntariamente los jue-
ves debía dar como limosna tres bueyes, mientras que el que lo
hiciera los lunes tenía que dar dos toros como expiación. Les im-
puso el décimo de todas las cosas como limosna legal, al mismo
tiempo que los liberaba de las abluciones y de la purificación de
la polución, así como de la obligatoriedad de la peregrinación.
Declaraba lícito comer los cerdos hembras argumentando que
«en el Corán de Mahoma sólo se prohibían los cerdos ma-
chos»; sin embargo prohibía comer pescado que no estuviera
degollado, los huevos y las cabezas de todos los animales. Le lle-
[140] garon / a al-Násir noticias de esto y de cómo corrompía a la gente
y envió un gran ejército que se encontró con él en QG..?r Mas-
3.950 eu- müda; Hamím fue derrotado y muerto, su cabeza fue enviada a
arreldes, Córdoba y sus seguidores volvieron al Islam 25.
[40] En el año 338 (949-50) al-Násir se apoderó de la mayor
peces del parte de la otra orilla del Estrecho 26.
"-Zahra' doce
- o euros. 14 Repetición de las noticias que encontramos supra, § 24, 25 Y 26 del
cap. II.
25 V. NORRIS, Berbers, 250, n. 28 y LEWICKI, «Prophetes», 148-149.
26 V. VALLVÉ, "Intervención», 17.

177 -

u
[41J En ese mismo año cayó en Córdoba un violento pedris- go, dos de •
co con piedras de un arrelde que mataron muchas aves, fieras y sesenta y
animales salvajes, destruyeron árboles y causaron la muerte de [48J D~""
numerosas personas 7:l.
[42] En el año 341 (952-53) al-Násir dominó las ciudades de
Orán, Tremecén y Tiaret 28.
[43] El reinado de al-Násir se prolongó durante cincuenta años,
a lo largo de los cuales los cristianos le pagaron capitación hu-
mildemente 29 cada cuatro meses y ninguno de ellos osó en ese
tiempo montar caballo macho ni llevar armas.
[44J Murió al-Násir la noche del miércoles, dos de ramadsn del
año 350 (15 octubre 961) y fue enterrado en el alcázar de Córdo-
ba, rezándole las oraciones fúnebres su hijo y sucesor al-Hakam.
Al fallecer contaba setenta y tres años. Afirman esto Ibn Farhün,
al-Burnusí e Ibn Rasíq 30.

unas personas
REINADO DEL PRÍNCIPE DE LOS CREYENTES AL-l:IAKAM AL-MUSTAN$IR él replicó: cX_
temente íntegr
[45J Era el Príncipe de los creyentes al-Hakam al-Mustansir lo nombre
bi-llah b. 'Abd al-Rahrnán al-Násir Ii-dín Allah b. Muhammad b. cita con ínsísrec
al-imám 'Abd Allah b. Muhammad b. 'Abd al-Rahmán al-Awsar b. y no lo impo~
al-Hakarn al-Rabadí b. Hisám al-Rida b. 'Abd al-Rahmán al-Dájil [52J Tu,Q '-
[141J b. Mu'áwiya / b. HiSam b. 'Abd al-Malik b. Marwán. Mu'ayyad :H.
[46 J Su madre fue una umm walad llamada Muryan, que lo [53J SU b-~
dio a luz a los siete meses de su concepción. En el reverso de un lib Y Jiilid b.
escrito de su puño y letra se encontró: «Nací a los siete meses, [54J SUS
como mi antepasado 'Abd al-Malik b. Marwán y mi tío abuelo religiosa,
al-Mundir b. Muhammad» 31. devotos, sabios
[47] Había nacido el viernes, a seis noches por pasar de :f¡u- alto rango ~
miida II del año 302 (13 enero 915) y murió la noche del domin-

32 La fecha ce
27 Según RQ, 100, fue en el año 339. 479; sobre la 6-
28 Tremecén fue conquistada en el 345; v. VAll.W-,«Intervención», 18. 33 Ya tuvimos
29 Alusión a Corán, IX, 29.
famoso cadí;
30 HEM, IV, 358.
34 YA, 92 Y
31 También el abuelo de este último, 'Abd al-Rahmán 11, nació prematu- mientras que X-.,.,
ramente; v. supra, n. 3 al cap. VII. El nombre de su madre varía según los bres no coincíd
autores entre Muryán y Muryana, excepto BM, II, 233, que la llama Mahra- BM, II, 235 da
yan. prematuramen

-178 -
"ento pedris- go, dos de sajar del año 366 (30 septiembre 976); vivió, por tanto,
, fieras y sesenta y tres años 32.
muerte de [48] Descripción: Rubio, de nariz aguileña, mejillas tersas,
cuerpo grande, voz aguda, columna vertebral larga, piernas cor-
de tas, ojos grandes y negros, barba rala y alta talla.
[49] Su laqab era al-Mustansir bi-lláh y su kunya, Abü l-'A~i.
enta años, [50] La inscripción de su sello era «Al-Hakam está satisfecho
itación hu- con el decreto de Dios».
- osó en ese [51] Sus cadíes fueron Mundir b. Sa'íd al-Ballü1i y Muham-
mad b. Isháq b. al-Salím. El cadí Mundir era hombre íntegro, as-
cético, piadoso y con capacidades milagrosas; era, al mismo tiem-
po que virtuoso, muy dado a las bromas y fue protagonista de
anécdotas curiosas. Un día le dijo al-Hakam: «Me he enterado
que has puesto como tutores de los huérfanos a personas que di-
lapidan sus herencias». Contestó: «Sí, y además abusan de sus
madres». Le preguntó entonces al-Hakam: «¿Cómo has puesto a
unas personas como ésas al cuidado de los huérfanos?», a lo que
él replicó: «No he encontrado a otros, pues el que es lo suficien-
temente integro para encargarse de ello no acude a mí para que
-Mustansir lo nombre tutor, mientras que el que no lo es me lo pide y soli-
ammad b. cita con insistencia». Ante esa respuesta al-Hakam se echó a reír
al-Awsat b. y no lo importunó más con ese tema 33.
al-Dajil [52] Tuvo tres hijos, 'Abd al-Rahmán, Muharnmad y Hisám al-
Mu'ayyad 34.
[53] Su J:¡ayib fue su mawlá ?a'far. Sus VISIres, su mawlá Ga-
lib y Jálid b. Hisám. Su kátib, Ahmad b. Abán.
meses, [54] Sus virtudes: Era al-Hakam al-Mustansir bi-lláh persona
abuelo religiosa, virtuosa y piadosa, uno de los soberanos más justos,
devotos, sabios, modestos, elogiables, de mejor conducta, más
alto rango y mayor renombre. Se interesaba por el saber, por

32 La fecha de nacimiento es confirmada por al-Rází (apud TU, 7) e IG, I,


479; sobre la de su muerte, v. inira, D. 54.
~;Teoci·,ÓD", 18. 3J Ya tuvimos ocasión de ver anteriormente (§ 35) otra actuación de este
famoso cadí; v. HEM, IV, 80-8l.
34 YA, 92 Y HS, I, 203 afirman que su único descendiente fue Hisám,
mientras que NA, 64 habla de tres hijos, igual que el l]ikr, pero sus nom-
bres no coinciden -<:on la excepción de Hísám-> con los de nuestro autor.
BM, II, 235 da cuenta del nacimiento de un 'Abd al-Rahmán, que murió
prematuramente.

- 179-
reunir libros y por atraerse a sus transmisores; se preocupaba Ahmad b. L= .
[142] por hacer la Guerra Santa y era ayudado por Dios / y victorioso. ni con sus ~
En. sus días los súbditos no sufrieron ignominia alguna ni les dün lo nomcré
afectó ninguna injusticia. Era además hombre de profundo sa- al frente de ._
ber, inteligente y fiel; conocía los distintos métodos de [iqh, era [59] Ernp
experto en genealogías y biografías, sabía historia y vidas de per- doba, obra _.
sonajes y consiguió reunir a los hombres de ciencia de las más 3] sesenta y --"-
diversas procedencias. lámparas ~
[55] El tata Talid, que estaba encargado de la Biblioteca Real, [60] En ::
contaba que los registros en los que se consignaba los títulos de mimbar de "-
los libros eran cuarenta y cuatro y que cada uno de ellos se com- de ébano,
ponía de veinte folios; en estos registros se escribía sólo el nom- Su coste 25-
bre de los libros 35. componía
[56] Fue jurado a la muerte de su padre, cuando contaba cua- [61] Los .::.;;
renta y ocho años. Con este motivo recitó Ibn Sa'd 36: de 161.000
[62J En ='
[57] En el momento más feliz y más oportuno para el imán, algazúa e
y en el más seguro y cierto en su temor de Dios, a los hombres
acudió a.la llamada de Dios. el mejor de los que se han ido las fortalezas
y lo remplazó el mejor de los que han quedado. quita hizo -
El mundo se oscureció lamentándose por el octavo, el agra- viaje hacia
[dable, [63] E-
y brilló la aurora para felicitar al noveno, el piadoso. fianza a -
ción y el
[58] Cuando hubo finalizado la jura se preocupó por consoli- se estuvi
dar su poder y mejorar la condición de sus súbditos con medidas [64] E
benefactoras: redujo los impuestos, abrió las cárceles, se com- al-Saffár .
portó clementemente, entregó cien mil dinares en concepto de [65J E
limosna, liberó a los musulmanes cautivos, pagó las deudas de la guerra en
gente, se portó con justicia con sus súbditos y pacificó las fron- contra el Xcrze
teras. También mató a su tío al-Mugíra estrangulándolo 37. Seis prisioneros
meses después de su subida al trono recibió embajadas del rey
de los Itrany y del de -<Jiltiqiya; se presentó ante él Abü l-'Ays

35 V. 'isi\., Ta'itm, 136-137.


36 Metro: tawil; rima: qi; no hemos hallado estos versos en ninguna otra
fuente.
37 Esta noticia es inédita, pero posiblemente se trate de una confusión y
este al-Mugíra sea el hijo de al-Násir que fue estrangulado para favorecer
la subida al trono de su sobrino Hisám: v. REM, IV, 402.

- 180-
se preocupaba Ahmad b. 'Isa b. Muhamrnad b. al-Qásim b. Idrís b. Idrís al-Hasa-
y victorioso. ní con sus hijos, primos y toda su gente. A ~a'far b. 'Al¡ b. Ham-
alguna ni les dün lo nombró gobernador de la otra orilla del Estrecho y lo puso
-=;s profundo sa- al frente de todo el país de los beréberes 38.
~~..,-de [iqh, era
~..•. [59] Emprendió la ampliación de la mezquita aljama de Cór-
idas de per- doba, obra que se completó durante su reinado, y colocó en ella
de las más [143] sesenta y seis lámparas, cada una con veinte candilejas, / y seis
lámparas grandes de 1.045 candilejas; todas ellas eran doradas.
[60] En el año 355 (965-66) se concluyó la fabricación del al-
mimbar de la aljama y fue instalado en la maqsüra. Estaba hecho
de ébano, sándalo rojo y amarillo, nab", azufaifo y leño de sapán.
Su coste ascendió a 35.500 dinares. Tenía nueve escalones y se
componía de 36.000 piezas de marquetería.
[61] Los gastos de la ampliación de la aljama llegaron a más
de 161.000 dinares sacados del quinto 39.
[62] En el año 352 (963-64) al-Hakam al-Mustansir hizo una
algazúa en persona contra "fillíqiya; invadió el país, lo arrasó, mató
a los hombres, apresó a las mujeres, quemó las casas y derruyó
las fortalezas, regresando posteriormente a Córdoba, en cuya mez-
quita hizo acto de presencia para rezar; acto seguido continuó
vo, el agra- viaje hacia al-Zahrá 40.
[dable, [63] En el año 353 (964-65) al-Hakam envió hombres de con-
"" piadoso. fianza a todas las provincias para que inspeccionasen su situa-
ción y el estado de sus súbditos, no fuera que los gobernadores
",,",,"~ñ por consoli- se estuviesen extralimitando en sus funciones 41.
- con medidas [64] En ese año murió el alfaquí 'Abd Allah b. Muhammad b.
_Ct: es, se com- al-Saffár 42.
concepto de [65] En el año 354 (965) ordenó al-Hakam construir naves de
eudas de la guerra en todas las costas. Ese mismo año hizo una expedición
. --có las fron- contra el Norte; realizó una gran matanza y regresó con diez mil
IL-:=~.c:.u,dolo
n. Seis prisioneros 43.
J~adas
I",--~."",-~ del rey
;s él Abü l-'Ays 3S V. VALLVÉ, «Intervención», 25-27.
39 V. supra, cap. 11.
'" Se trata de la campaña de S. Esteban; v. HEM, IV, 381.
•• Inmediatamente veremos otras acciones de al-Hakarn encaminadas a
lograr el buen gobierno de sus provincias.
" Según KS, n,? 547, murió en el año anterior.
43 La noticia sobre la construcción de barcos podría ponerse en relación
con la que da BM, 11, 236 sobre la visita cursada por al-Hakarn a Almería,

- 181-
[66] También en ese año remitió dinero para que se repara- por ponerros
ran los puentes de al-Andalus, comenzando por el de Zaragoza 44. vosotros
[67] En ese año nació Hisam al-Mu'ayyad 45. Os ha pro
[68] En el año 355 (956-66) hubo un huracán que derribó ca- sido enco
sas, arrancó árboles y mató a muchas personas. En la noche del lejano, el
martes, dieciocho de rayab (lO julio 966), cayó del cielo un me- lado nues
[144] teoro fulgurante y terrible, / parecido a una gran columna, que
iluminó gran parte de la noche con su resplandor, de modo que
se asemejaba a la noche del Qadr, pues su luminosidad era como
la del día. El sol y la luna se eclipsaron ese mes 46.
[69] Ese mismo año Muhammad b. Ab¡ 'Kmir fue nombrado
intendente de Subh, madre de Hisám al-Mu'ayyad, con lo que se
elevó notablemente su posición 47. [145J
[70] También en ese año el sol amaneció eclipsado 48.
[71] Envió al-Hakam ese año a sus hombres de confianza, Mu-
hammad Nu'rnán, 'Amda b. Muhamrnad b. Abi 'Abda, el cadí de
Elvira y el de Murcia, para inspeccionar la situación de sus súb-
ditos en todas las provincias. Les había dicho: «Si no os portáis
sinceramente iré yo mismo, pues soy el responsable de ellos y
¿de qué va a servir haber faltado a la confianza del que puede
pedir responsabilidades cuando se esté delante de Él?». Dicho esto
rompió a llorar 49.
[72J Al-Hakarn castigó a los gobernadores, hizo un escarmien-
to con ellos y les reprochó su injusticia y su tiranía; les envió
una carta reprendiéndoles en la que decía: «Dios -ensalzado
sea- no comete la menor injusticia ni da fuerzas al injusto; Él
es el garante de que el oprimido obtendrá satisfacción y tiene
preparado un penoso castigo para los que abusan del poder. Ya
conocéis nuestra preocupación por los musulmanes y nuestro celo

donde había unos grandes astilleros. La expedición debe ser la dirigida por
Gálib en la que se fortifica Gormaz (KI, IV, 145; NT, 1, 383).
44 Noticia inédita.

45 V. injra, n. 56.
'6 RQ, 101 especifica que el eclipse lunar ocurrió el día 14 y el solar el 28
(6 y 20 de julio).
" Según BM, II, 239 y 251, fue en el año 356.
•• Posiblemente se trate del mismo eclipse reseñado anteriormente (v. n.
46).
"BM, II, 239 Y 240 habla sucintamente de estas acciones de al-Hakam
fechándolas en el año 356.

- 182-
por ponerlos bajo el cuidado de hombres piadosos y devotos, pero
vosotros habéis transformado ese celo en despotismo y dureza.
Os ha protegido vuestra estupidez innata y el hecho de que hayan
sido encomendados a nuestra vigilancia tanto el próximo como el
lejano, el sumiso como el rebelde; aunque habéis dejado a un
me- lado nuestras órdenes, con el arrepentimiento se os perdonará lo
que que os merecéis por vuestra tiranía, comportaos con justicia, pues
que «quienes son injustos sabrán hacia qué destino se dirigen» 50.
t:s~cd era como [73 J Cada año se fabricaban para al-Hakam en los talleres reales
unas diez mil rodelas, otras tantas adargas, arcos y cotas de ma-
lla; ocho mil tiendas de campaña y un número semejante de es-
padas y lanzas. Tenía acuartelado en las explanadas de su alcázar
[145J y en las fronteras / un cuerpo de caballería de veinte mil cor-
celes 51.
nfíanza, Mu- [74J En el año 358 (968·69) sobrevino un hambre terrible en
el cadí de al-Andalus, por lo que al-Hakarn ordenó que se repartiesen entre
e sus súb- los necesitados de Córdoba doce mil panes diarios hasta que vol-
os portáis viera la prosperidad 52.
de ellos y [75J En el año 366 (976) envió al-Hakarn a sus generales a ha-
que puede cer incursiones por '9'illiqiya, Barcelona y Vasconia; allí mataron,
. Dicho esto apresaron, destruyeron y arrasaron 53 •
[76J En ese mismo año murió al-Hakam al-Mustansir, cuyo
escarmien- reinado había sido una continua fiesta. Falleció la noche del lu-
; les envió nes, cuatro de -$afar (2 octubre 976) y fue enterrado en la Rawdat
-ensalzado al-Julajs", en el alcázar de Córdoba. Había gobernado durante
. justo; Él quince años y cinco meses 54 •
ión y tiene [77J La noche de su muerte apareció por el oriente de al-Anda-
oder. Ya lus un meteoro rojo que permaneció visible durante unos días
- uestro celo hasta que surgió una columna verde y se lo tragó 55.

50 El texto de esta circular es inédito. Corán, XXVI, 228.


51 Aunque referidos a una época posterior, v, los datos que ofrece VALLvÉ,
«La industria», 213-214.
" BM, II, 236 sitúa este hambre en el año 353.
e. solar el 28 53 No se tienen noticias de ninguna expedición militar enviada por al-
Hakam en el año 366. La veracidad de esta noticia es dudosa, puesto que
al-Hakam falleció al poco de comenzar ese año.
~~=ente (v, n. 54 El l)ikr había fechado anteriormente la muerte de al-Hakam en el dos
de sajar (v. n. 32) y ahora la sitúa en el día cuatro; en las otras fuentes
al-Hakam tampoco hay unanimidad en la fecha; v. REM, IV, 402.
" No conocido por otras fuentes.

- 183
[78] Había hecho que se prestara juramento a Hisám al-Mu'ay-
yad y se redactaron las actas pertinentes.

REINADO DE HISAM AL-MU'AYYAD

[79] Era el Príncipe de los creyentes Hisám al-Mu'ayyad b. al-


Hakarn al-Mustansir b. 'Ab·d al-Rahmán al-Násir b. Muhammad b.
al-imám 'Abd Allah b. Muhammad b. 'Abd al-Rahmán al-Awsar b.
al-Hakarn b. Hisám b. 'Abd al-Rahrnán al-Dájil, décimo soberano el
omeya de al-Andalus. Su kunya era Abü l-Walid. [88J
[80] Su madre fue una urnrn walad llamada Subh, favorita de [89J
al-Hakam, que la amaba apasionadamente; mujer virtuosa y muy [90J
religiosa, murió durante el reinado de su hijo. 366 (3 octubre
[81] Había nacido el domingo, ocho de yuméida II del año 354 taba en ese
(11 junio 965) 56. Hakam se QCl!..;-
[146] [82] Cuando nació / y le fue comunicada la buena nueva a gente del alcazar
su padre, \l"a'far b. 'Utrnán al-Mushaí'í, que se hallaba presente, le sucediera
recitó 57: Mu'ayyad, po:- ~
Entonces su
La luna nueva ha aparecido tras su ocultamiento,
y a atraerse a
la espada se ha desprendido de su vaina, --:!'] su hijo se 11
pues nos ha venido el heredero de los más altos destinos
primera m
para que el poder se consolide en orden.
visir y que
Aunque hubiera tenido que entregar mi vida al mensajero,
juramento;
no hubiera tenido importancia al lado de lo que nos ha
por Ibn Ab¡ '.x=
[traído.
rección del Es-.,.-
[83] Fue el último califa reconocido en todo al-Andalus.
[84] Su madre, Subh, era una esclava cantora vasca que ha-
bía conseguido la privanza de al-Hakam y se había apoderado de [92J Cuan
su corazón hasta el punto de que él nunca se oponía a su volun- de Hisám al-Yu'",-_
tad. otra orilla de
[85] Descripción: De piel clara, ojos azules, pupilas grandes lizó algazúas _
y negras, rubio, barbilampiño, rechoncho, de mirada penetrante sam durante
y nariz aguileña. 1;éiyib durante

50 Creemos que es la primera vez que se cita el día exacto del nacimiento
de HiSam.
57 Metro: basit; rima: bih.

- 184-
[86] Sus cadí es fueron AbU Bakr Muhammad b. al-Salím y
Muhammad b. Yabqa b. Zarb. Sus bayibes, ?a'far b. 'Utrnán al-
Mushafí y Gálib, mawlá de su abuelo al-Násir: fueron sustituidos
por el biiyib al-Mansür Muharnmad b. Ab¡ 'Xmir, al que siguieron
sucesivamente sus hijos 'Abd al-Malik al-Muzaffar y al-Násir: al
estallar la fitna este último fue asesinado por Muhammad b. 'Abd
ayyad b. al-
al-Yabbár. Su visir fue Müsa b. Hudayr.
ul).ammad b.
~:.¿.-...u> al-Awsat b. [87] La inscripción de su sello era «Hisám está satisfecho con
el decreto de Dios».
[88] No tuvo descendencia.
[89] Su zalbazorta fue Muhammad b. Basíl.
[90] Fue jurado como califa el lunes, cinco de $atar del año
366 (3 octubre 976), a los dos días de la muerte de su padre; con-
taba en ese momento diez años y ocho meses. Cuando murió al-
Hakam se ocultó la noticia ante la corta edad de al-Mu'ayyad: la
gente del alcázar, visires, biiyibes y [atas, buscaron a alguien que
le sucediera, pero sólo se pusieron de acuerdo con Hisám al-
Mu'ayyad, por lo que lo entronizaron y le prestaron juramento 58.
Entonces su madre divulgó la noticia y comenzó a hacer regalos
y a atraerse a la gente hasta conseguir sus propósitos; la jura de
su hijo se llevó a cabo / y se enviaron cartas a las provincias. La
destinos primera medida fue nombrar biiyib a al-Mushafí, que antes era
visir y que había sido el encargado de recibir en su nombre el
juramento; posteriormente se indispuso con él y lo sustituyó
por Ibn Ab! 'Xmir, a quien encomendó el cargo de J:¡.iiyib y la di-
rección del Estado.
[91] Hisám vivió hasta los cuarenta y nueve años, edad a la
.asca que ha- que fue muerto por Sulaymán al-Musta'rn.
apoderado de [92] Cuando al-Mansür b. Ab¡ 'Xmir alcanzó el rango de biiyib
ma a su volun- de Hisám al-Mu'ayyad se adueñó del poder en al-Andalus y en la
otra orilla del Estrecho y de la recaudación de impuestos; rea-
lizó algazúas y ejercitó el poder en solitario, dando de lado a Hi-
sam durante veinticinco años, hasta su muerte. Le sucedió como
J:¡.iiyib durante seis años y cuatro meses su hijo 'Abd al-Malik al-

- del nacimiento
58 Sobre los problemas que planteó la corta edad de Hisám, v. ÁVll.A, «La
proclamación", 99-100 y sobre la fecha de la jura, ibidem, 80-83 y n. 9.

- 185-
Muzaffar, cuyo lugar fue ocupado a su muerte por su hermano las obras pfr'-
al-Násir, que se mantuvo en el cargo cuatro meses. Pero Dios sabe su resolución
mejor todo esto. nuación al-~
magníñcameme;
nistrador de =
EL ESTADO 'i\MIRÍ. GOBIERNO DE AL-MAN~ÜR B. ABI 'AMIR yad. Cuando
CON EL TíTULO DE «I:!AYIB» gos que d~~
var y dar
[93] Dice el autor de la Historia: Al-Mansür b. Abj '.i\mir fue gobierno, co:::
nombrado l:üiyib de Hisám al-Mu'ayyad en sa'biin del año 372 (ene- era el verdade
ro-febrero 983) 59. Era Muharnmad b. 'Abd Allah b. Ab¡ '.i\mir Mu- re! 62.
hammad b. al-Walid b. Yazíd b. 'Abd al-Malik; este 'Abd al-Malik [96] Dice
entró en al-Andalus cuando la conquista. Era ma'áfirf; su padre, hijo HiSam.,
'Abd Allah, era hombre preocupado por el saber y transmisor de tado y dejó
[148] hadites; hizo la peregrinación a La Meca y murió / regresando tianos se eXI:"'''--
de Oriente, tras haber recogido muchos conocimientos. Su madre muchas loca'yr-~-~
se llamaba Burha bint Yahya b. Bartál P, Su antepasado 'Abd al- bitantes de
Malik al-Ma'áfírí entró en al-Andalus con Táriq b. Ziyád al prin- él y se queja: ~
:!49]
cipio de la conquista y realizó hazañas memorables. dolido por ei;
[94] Sobre esto dijo un poeta 61: nalmente la ;:
po y alma a
De todos los enemigos destruirás los tronos, los mejores
toda conquista que emprendas la culminarás. y que se le dies
Eres heredero de 'Abd al-Malik, el que do se le con
se engalana con la conquista y saqueo de Carteya; que había
sitió unas tierras iniciando su dominio Esta fue
y fue la brasa que prendió el fuego de la guerra. torias 63.
Si después de sus conquistas se consiguen otras contra
los politeístas, la recompensa le será pagada a él.

[95] Las causas de la ascensión, del engrandecimiento y del


acceso al poder de al-Mansür fueron su entrada al servicio de la
[97] Al-.
SuItana y otros hechos que mencionan los historiadores: era ins-
tura, intelig
pector de la ceca de Sevilla y la embelleció y mejoró; después
las ramas del -
el pariente de su mujer Jálid b. Hisárn le ofreció la inspección de

59 Realmente lo fue en el 367; v. injra, n. 68.


6G Todos los autores la llaman Burayha (v.g. BM, 11, 257). 1,
61 Metro: tawil; rima: buhá.

- 186-
s: r' su hermano las obras públicas, cargo que aceptó y en el que dio muestras de
- Pero Dios sabe su resolución y diligencia, pues realizó obras perfectas. A conti-
nuación al-Hakam lo nombró zalzaborta y desempeñó la tarea
magníficamente; sin dejar ese puesto ocupó también el de admi-
nistrador de la sayyida Subh, la vasca, madre de Hisám al-Mu'ay-
yad. Cuando éste subió al trono lo nombró J:üiyib y general, car-
gos que desempeñó con diligencia; llegado a visir consiguió ele-
var y dar realce a esa magistratura y, finalmente, se encargó del
::. A '1 'Amir fue gobierno, con lo que sobrepasó y superó a sus iguales, pues él
=.=" año 372 (ene- era el verdadero soberano. iDios concede el poder a quien quie-
- __ . - 'Aillir Mu- re! 62.
-~ 'Abd al-Malik [96] Dice Ibn Farhün: Al morir al-Hakam subió al trono su
--- í; su padre, hijo Hisám, niño de corta edad, que descuidó los asuntos de es-
transmisor de tado y dejó de hacer expediciones militares, por lo que los cris-
regresando tianos se extendieron por las zonas fronterizas, llegando a atacar
. Su madre muchas localidades, en las que hicieron cautivos y botín. Los ha-
~~>cdo 'Abd al- bitantes de estas regiones, ante estos hechos, se presentaron ante
Zivád al prin- él y se quejaron de lo que les sucedía, por lo que ! al-Mansür,
dolido. por ello, se ofreció a "2'a'far al-Mushafí para llevar perso-
nalmente la guerra contra el enemigo y se juró dedicarse en cuer-
po y alma a combatirlo. Puso como condición que se eligieran a
los mejores del ejército, que se les pertrechase convenientemente
y que se le diesen cien mil dinares para los gastos militares. Cuan-
do se le concedió todo el dinero que había pedido y todas las tropas
que había solicitado estuvieron preparadas, salió hacia ~illíqiya,
Esta fue su primera algazúa y en ella consiguió resonantes vic-
- guerra. torias 63.
contra
_-.:: da a él.

VIRTUDES, CONDUCTA Y HAZAÑAS DE AL-MAN~ÜR B. ABI 'AMIR


~-' iento y del
_ servicio de la
[97] Al-Mansür b. Ab¡ 'Amir era persona de sobresaliente cul-
~"'ores: era ins-
tura, inteligente, sabio, animoso y valiente, conocedor de todas
zaeioró: después
las ramas del saber, experto en el arte de la milicia, victorioso
- . spección de

62 Datos más amplios sobre el cursus honorum de al-Mansür en DM, IV,


1, 6O-6l.
63 V. MOLlNA, «Campañas»,· 209·210.

- 187-
(mansür) como su nombre indicaba, protegido por Dios, pues nun- [98 bis:
ca sufrió una derrota; era hábil político y administrador. Apar-
te de su sabiduría, su inteligencia y su afán de estudio, en los
días de al-Hakam desempeñó varios cargos públicos: cadí, ala-
mín, director de la ceca, de las obras públicas; administrador y
zalbazorta. Más tarde se adueñó del poder absoluto en al-Andalus
y en la otra orilla del Estrecho, llegando a ser invocado en los
sermones por Jazar b. Filfil al-Magráwí en Siyilmassa y en el país
de Daría.
Al-Mansür b. Abi 'Amir se atraía a los poetas y procuraba
darles grandes recompensas, por lo que éstos acudían a él y le
dedicaban panegíricos. Tan altos estipendios y magníficos pre-
sentes les daba que en verdad nadie, rey o súbdito, fue nunca
tan alabado en poesías, discursos y epístolas ni nadie concedió
tan importantes recompensas; unía a todo esto una profunda bon-
una vez hm: I---=·-lI
dad con los literatos y una espléndida generosidad con los sabios.
gracias a lo cual sobrepasó a todos los reyes de la Tierra.
[150] [98] / Era también eximio poeta. Entre sus versos de vana-
gloria se cuentan éstos 64:

¿No has visto que troqué el reposo por las marchas noc-
[turnas
y la blandura de los lechos por los delgados caballos
y cambié el azafrán y su aroma _.]
por el eco de la coraza desde los baluartes nocturnos? visires no deci~
Mostradme a algún esclavo que defienda el lugar donde
[estoy
cuando los rivales compiten entre los ejércitos.
Soy el J:¡ayib al-Mansür, de la estirpe de 'Amir,
con mi espada rajo las cabezas bajo los yelmos.
Soy el criado del Príncipe de los creyentes, su siervo,
su consejero leal, famoso en el día de las gestas.
No creáis que me preocupo de otros,
pero declaré la unidad de Dios matando infieles.

64 Metro: taw¡l; rima: iri,

- 188-
s, pues nun- [98 bis] También es suya esta poesía 65.
~::SWrador. Apar-
dio, en los Impidió al alma gozar -del sueño,
: cadí, ala- pues su deseo es ver al-Safli y la Estación de Abraham.
~-'-'--Llll' strador y Pronto se verá a la caballería de Hisám
al-Andalus llegar al Nilo y luego alcanzar Siria.
ocado en los
y en el país [99] Era también cumplidor, paciente, valeroso y orgulloso.
Se cuenta que, una vez que asistía al entierro de un noble en Cór-
~ :- procuraba doba, en la época en que ya había alcanzado el poder, se sentó en
Íh--:::02LIl a él y le una tumba en la que había una grieta donde anidaban avispas;
-:::gníficos pre- al notar éstas su presencia invadieron sus zaragüelles y le cubrie-
ron las piernas y el cuerpo, abrumándolo con sus picotazo s; sin
="::0, fue nunca •
-- ..e concedió embargo no dio muestras de la menor agitación o inquietud y
conservó la compostura y la dignidad hasta regresar al alcázar
una vez finalizado el entierro; allí se hizo las curas necesarias 66.
[100J Por su trato con la gente y por su lealtad consiguió una
reputación que nunca fue puesta en duda y que es imposible de
s de vana-
describir. En ninguna época existió nadie como él, las manos nun-
ca pudieron tocar a alguien semejante, llenó los ojos ... y los co-
razones de respeto y afecto. Se dice que, cuando al-Mu'ayyad subió
~:-chas noc- al trono, Ibn Ab¡ 'Amir aumentó su poder gracias a su dedicación
al servicio de su madre, con lo que todos los asuntos debían pa-
sar por sus manos ... la sayyida Subh tenía el control del reino
[151] por la minoría de edad de su hijo / y el {r.liyib al-Mushafí y los
visires no decidían nada sin consultarla ni hacían otra cosa que
lo que les ordenaba; el que tenía acceso a Subh y transmitía sus
órdenes al b-liyib y a los visires era al-Mansür b. Ab¡ 'Amir. Éste
se puso de acuerdo con el {r.liyib ?a'far b. 'Urman al-Mushafí para
solucionar el asunto de los saqiiliba que se habían adueñado de
la gestión del alcázar y del reino y consiguió oscurecerlos y reba-
jarlos de tal modo que la gente quedó asombrada de su cólera
contra ellos. Todas las puertas del alcázar excepto la de la sayyida
fueron clausuradas por al-Mansür, quien impuso allí orden con
mano dura. Así llegó a ser uno de los visires y el más cercano

6S Metro: jafíf; rima: ama.


66 Esta anécdota es inédita.

- 189-
a la sayyida, madre de Hisám, por ser el único que trataba con ordenado
ella. oponérsele ,:;.
[101] Gálib al-Násirí era en aquel momento general de los ejér- dición con
citos y tenía en sus manos las riendas de la milicia 67 y el dominio alguien que: -
de las fronteras, pero se dedicó a la construcción de Medinaceli al tiempo
y se despreocupó de las actividades militares, por lo que los ene- volviera. A
migos campaban por sus respetos en las fronteras. Por otra par- invocación
te, Giílib trataba mal al ejército y a la gente, mientras que al- ductos de
Mansür se comportaba con ellos amablemente; Gálib era taca- real del re'
ño, al-Mansür, en cambio, daba continuas muestras de generosi- había confinas -,
dad y conseguía hacerse desear por sus buenas obras y su fama punto de
de espléndido. Cuando los habitantes de las fronteras fueron a mo ni a pro : C.
quejarse de lo que les ocurría, al-Mu'ayyad, siguiendo el parecer
algazúas y "-
de al-Mushafí, envió a al-Mansür a atacar Yill'iqiya, empresa en la estado de o
que Dios le concedió la victoria. Gracias a esto adquirió fama y [102J Al-:.
renombre y recibió el título de visir generalísimo. Luego favore-
dido, buen goo
ció y distinguió a los árabes, que eran valerosos y esforzados y
tificación
se hizo aún más poderoso gracias a ellos; nombrado zalmedina
hasta sus
impuso el orden en la ciudad de tal forma que hizo olvidar a
obras y las
todos los que le habían precedido en el cargo por su buena con-
cualquier o
ducta y su justicia: castigó a los sospechosos y a los malhecho-
en los camín
res, puso coto a las intercesiones y sobornos y se comportó con
ral. Esta
justicia tanto con el próximo como con el desconocido. A finales
de rabt: II del año 367 (mediados diciembre 977) al-Mansür fue
siguió sus p
nombrado b,ayib 68 y se hizo el dueño absoluto de la situación ...
bar. A su m
el reino, logró el apoyo de los visires y se arrogó en exclusiva la
paso a la deprz
misión de enviar los escritos oficiales y de dar las órdenes, sin
salir del al,
[152J contar ... / se encargó de la gestión e inspección de todos los
vino pública, i .-;. -
asuntos y mantuvo apartado a Hisám, de forma que ninguno de
menzó a ami
los visires y generales podía verlo; él era el único que entraba
::-::J pensaba mat
y salía en el alcázar y decía: «El Príncipe de los creyentes ha
brara hered
y el laqab de ~-_
67 En ninguna otra fuente hallamos nada parecido sobre el carácter del
generalísimo Gálib. La frase «tenía en sus manos las riendas de la milicia»
[103] En
significa que era el general en jefe de la caballería (v. Dozr, Supplément, 1, b,ayib y detuvu _
601), pero también podría entenderse azimma como «registre oü se trouvent
inscrits les noms des soldats» (ibidem}, si bien el sentido no varía mucho
de una a otra interpretación; v. CHALMETA, «Concesiones», 83. " HEM, rv,
68 Según otros autores fue el 13 de sa'biin (29 marzo); v. HEM, IV, 407. 70V. la ref

-190-
ordenado tal cosa y ha prohibido tal otra». Nadie se atrevía a
oponérsele de palabra ni de obra. Cuando realizaba alguna expe-
de los ejér- dición contra territorio cristiano dejaba a Hisám al cuidado de
" e- )" el dominio alguien que le impidiera actuar libremente y aparecer en público,
e Medinaceli al tiempo que no permitía que nadie entrara a verle hasta que él
que los ene- volviera. A Hísám no le quedaba más que el poder nominal, la
- Por otra par- invocación en los almimbares y su nombre inscrito en los pro-
~ tras que al- ductos del tiriíz y en las monedas, pues al-Mansür era el dueño
r-'b era taca- real del reino; hacía y deshacía a su antojo sin contar con él, lo
de generosi- había confinado en el alcázar y puesto bajo vigilancia, hasta el
y su fama punto de que, como precaución, no se atrevía a hablar consigo mis-
~ fueron a mo ni a pronunciar palabra. Al-Mansür asentó su poder, realizó
ea el parecer algazúas y logró conquistas mientras Hisám permanecía en ese
presa en la estado de oscuridad y abandono durante veinticinco años.
uirió fama y
[102] Al-Mansür era hombre de gran firmeza, indómito, deci-
ego favore- dido, buen gobernante, preocupado por sus súbditos, por la for-
esforzado s y
tificación y pacificación de las fronteras, por llevar la justicia
-o zalmedina hasta sus últimas consecuencias y por generalizar las buenas
hizo olvidar a
obras y las virtudes. Su época fue la mejor de al-Andalus y de
buena con-
cualquier otro país en cuanto a orden, buen gobierno, seguridad
o malhecho-
en los caminos y conservación de los derechos del poder tempo-
mportó con
ral. Esta situación duró treinta años, mientras él gobernó y a su
~oc:i·.do. A finales
muerte, cuando le sucedió su hijo 'Abd al-Malik al-Muzaffar, que
<\1an~ür fue
siguió sus pasos y su senda, imitó su conducta y continuó su la-
situación ...
bor. A su muerte le sucedió su hermano 'Abd al-Rahmán, que dio
exclusiva la
paso a la depravación y a la desvergüenza en su gobierno. Solía
órdenes, sin
salir del alcázar hacia su almunia con cantores y jinetes, bebía
todos los
vino públicamente y realizaba todo lo prohibido. Más tarde co-
ninguno de
menzó a amedrentar sigilosamente a Hisám, le hizo creer que
que entraba
[153] pensaba matarlo y lo engañó / hasta que consiguió que lo nom-
- creyentes ha
brara heredero, tomando el título de Príncipe de los creyentes
y el laqab de al-Násir Ii-dín Alláh 69.
_ el carácter del
[103] En el año 367 (977-78) al-Mansür alcanzó el rango de
de la milicia»
Supplément, 1, (¡.iíyib y detuvo a al-Mushañ 70.
_ oU se trouvent
varía mucho
69 HEM, IV, 456-457.
70 V. la referencia citada en n. 69.

- 191
[104] En ese año nació al-Mustakfí bi-lláh 71. [111] En
[105] En el año 368 (978-79) comenzó al-Mansür la construc- Historia 78.

ción de al-Ziihira, cuyas obras concluyeron en el 370 (980-81). Se [112] En


trasladó allí, la tomó como lugar de residencia, estableció visi- la ciudad
res, kiitibes y servidores, llevó a ella los registros y colocó un mil 79.
zalbazorta en su puerta. Al-Zahira permaneció habitada durante [113] En e.:
treinta años, al cabo de los cuales estallaron las revueltas y fue Andalus una :-_
destruida, volviendo a ser una hondonada desierta, como si nunca curso al-J\1~=-
hubiera existido 72. =..5-1] pio / hasta q"'=':
[106] Cuando se trasladó a al-Zñhira se dio el título de al- diariamente
Mansür y ordenó que se le invocara en los almimbares de todo
remediada
el país a continuación de al-Mu'ayyad: éste quedó con sus escla-
portó como -
vos en el alcázar, en el que nada se ejecutaba sin la orden o el
gestos: ayu'
consentimiento de al-Mansür, Construyó alrededor del alcázar de
. los diezmos,
al-Mu'ayyad un muro circundante y un foso, puso a su cuidado
porteros y guardias e instaló espías 73.
[107] En el año 373 (983-84) hubo en el Magrib y en al-Anda-
lus una gran peste que causó una terrible mortandad; también
llovió copiosamente y los ríos se desbordaron 74.
[108J En ese mismo año se quemaron los zocos de Fez y fue-
ron saqueados 75.
[109] En el año 375 (985-86) los territorios de los Masmíida,
en la otra orilla del Estrecho, prestaron juramento a al-Mansür 76.
[110] En el año 376 (986-87) tuvieron lugar dos eclipses de en tierra e
luna, uno en el mes de muharrarn. (mayo-junio) y otro en el de
rasab (noviembre-diciembre 986); también el sol se eclipsó dos
veces y la tierra tembló en Córdoba 77.

71 Más adelante dirá que fue en el año 366; v. inira, p. 22I.


72 HEM, IV, 408-409. 78 V. M.
73 Lévi-Provencal pensaba que el título se lo dio tras derrotar a Gálib en 7. NT, I,
muharram del 371 (julio 981; HEM, IV, 414); v. también RUIZ ASENCIO, «Cam-
ese mismo año
pañas», 46, n. 28.
La noticia p
" No se tienen noticias sobre esta peste ni sobre inundaciones en ese
en el año 3'ói.
año, aunque sí durante el 378 en el Magreb (RQ, 102).
80 RQ, 115
7S Es extraño que al-Rawd al-qirtñs -que es una historia de la ciudad de
Mansür.
Fez- no haga referencia a este suceso, y lo es mucho más si se repara en
81 Estas dos
que la inmensa mayoría de las noticias de este tipo que ofrece el J)ikr las
Abí l-Fayyád f¡
encontramos casi con idénticas palabras en el Rawt;l.
76 Noticia inédita. v. VERNEr, cF~
82 En este caso t:
77 Datos hasta ahora desconocidos.

-192

:J
[111] En el año 377 (987-88) nació Ibn Hayyán, el autor de la
la construc- Historia 78.

O (980-81). Se [112] En el año 378 (988-89) al-Mansür construyó el puente de


estableció visi- la ciudad de Rasnasiir, gastando en las obras ciento cincuenta
_ srros y colocó un mil 79.
~itada durante [113] En el año 379 (989-90) hubo en el Magrib, Ifriqiya y al-
- revueltas y fue Andalus una terrible hambre que duró tres años. Durante su trans-
• como si nunca curso al-Mansür ordenó fabricar todos los días, desde el princi-
[154] pio / hasta que terminó, veintidós mil panes, que eran repartidos
e título de al-
diariamente entre los pobres, con lo que los necesitados vieron
F-"~.ubares de todo
remediada su situación. Durante este hambre al-Mansür se com-
-. con sus escla-
portó como no lo había hecho antes ningún rey y realizó bellos
la orden o el
gestos: ayudó a los musulmanes, alimentó a los débiles, perdonó
del alcázar de
. los diezmos, amortajó a los muertos y socorrió a los vivos so.
cuidado
[114] En el mes de rayab del año 380 (octubre-noviembre 990)
apareció en el cielo un meteoro que parecía un gran alminar que
ascendió por el este y cayó raudo hacia el noroeste, deshacién-
dose en chispas enormes.
[115] A finales de ese mes se eclipsó el so181.
[116] En el año 381 (991-92) sobrevino en al-Andalus una gran
los Masmüda, plaga de langosta que afectó a todo el país y causó importantes
a al-Mansür 76. daños. Al-Mansür ordenó entonces recogerlas cuando se posaran
eclipses de en tierra e impuso esto como un deber para todos, de acuerdo
otro en el de con la capacidad de cada uno, estableciendo un zoco especial para
- _ se eclipsó dos comprarlas. La plaga duró tres años 82.
[117] En ese año comenzó al-Mansür la ampliación de Hisárn
en la aljama de Córdoba.

78 V. M-Makki:, introducción, 19.


19 NT, 1, 408 da cuenta de la reconstrucción del puente de Córdoba en
ese mismo año e informa de que los gastos ascendieron a 140.000dinares.
La noticia procede de BM, II, 288, donde, sin embargo, se sitúa el hecho
ciones en ese
en el año 387.
80 RQ, 115 habla de este hambre, pero nada dice de la actuación de al-
Mansür.
s, Estas dos noticias las hallamos en RQ, 115, donde se indica que Ibn
Abi l-Fayyád fechaba los acontecimientos en el 381 e Ibn Muzayn, en el 380;
v. VERNET, "Fenómenos», 27-28.
82 En este caso RQ, 115 sí menciona la actuación de al-Mansür,

- 193-

I3
OBRAS EN LA AUAMA DE CÓRDOBA REALIZADAS
POR AL-MAN!?ÜR B. AB¡ 'AMIR 83 -'=L]

[118] Dice el autor de la Historia: Al-Mansür realizó obras en


la aljama de Córdoba y la amplió casi en la mitad de lo que ha-
bían hecho los soberanos anteriores.
[119] Comenzaron los trabajos el primero de rasab del año
[155] 381 (13 septiembre 991) y se pudo efectuar la oración en rayab /
del año 384 (agosto-septiembre 994); duraron, por tanto, tres años.
En las obras trabajaron bárbaros, caballeros nobles yalaliqa e
Ifrany, encadenados, junto con los obreros, hasta que fueron con-
cluidas.
[120] Hizo también aljibes para almacenar el agua de la llu-
via en el patio de la mezquita.
[121] El número de columnas alcanza la cifra de 1.407, de las
que en el alminar hay 140 y en la maq.süra, 117.
[122] El alminar tiene una altura de ochenta codos malikies
y una anchura de ochenta palmos. Tanto la escalera derecha como
la izquierda tienen 107 escalones.
[123] Tiene 235 lámparas, de las que hay cinco en el alminar
y cuatro grandes en la nave de la qibla; cada una de ellas puede
cargar veintisiete arrobas de aceite que se consumen en una sola
noche; en la maq.süra hay tres de plata pura y de calidad con
capacidad para dieciocho arreldes de aceite.
[124] La mezquita cuenta con treinta y cinco puertas.
[125] Las piezas de marquetería del almimbar están clavadas
con clavos de oro y plata.
[126] En tiempos de los califas y de al-Mansür b. Abí 'Amir
el número de guardianes, almuédanos y fogoneros alcanzaba la
cifra de trescientos hombres.
[127] Se consumen anualmente mil arrobas de aceite, de las
que sólo en el mes de ramadári ya se gastan quinientas.
[128] En los días de la fitna los sacristanes eran ochenta.
[129] En el citado año ·381 (991-92) al-Mansür b. Ab¡ 'Amir
puso al frente de Fez y de todo el país de la otra orilla del Es-
trecho al emir Z¡r¡ b. 'Apyya al-Magráwí; éste se estableció en

8J Aunque con variantes en las cifras, este pasaje repite lo dicho supra,
cap. II.

- 194-
Fez, robusteció su poder y subyugó a sus enemigos. Z¡r¡ enVIO a
[156] al-Mansür valiosos presentes, entre los que había doscientos / ca-
ballos, cincuenta camellos meharíes corredores, mil adargas de
lamt, bestias almizcleras, jirafas y lamt, así como mil camellos
cargados de magníficos frutos. Al-Mansür se alegró por estos re-
galos y lo recompensó haciéndole otros igual de valiosos 84.
'" ~l.Lyab del año [130] En el año 382 (992-93) tuvo lugar un gran eclipse en el
en rayab / que desapareció todo el disco solar 85.
~ o, tres años. [131] También en ese año sopló un viento huracanado que des-
yalaliqa e truyó casas, arrancó árboles y mató personas; los vientos sopla-
__ e fueron con- ron durante tres meses y medio sin interrupción.
[132] En ese mismo año el río de Córdoba se desbordó y cu-
la llu- brió ambas orillas en una distancia de una milla, permaneciendo
así tres días 86.
[133] En ese año al-Mansür b. Ab¡ 'Amir suprimió el sello de
al-Mu'ayyad de los escritos oficiales y utilizó sólo el suyo. Desde
ese momento al-Mu'ayyad se llamó ... 87.
[134] En el año 385 (995-96) sobrevino otra vez un violento
huracán que derribó casas y arrancó árboles; en su transcurso se
en el alminar pudieron ver animales arastrados por los vientos sin tocar el sue-
- ellas puede lo. ¡Pidamos a Dios que nos libere de Su cólera! 88.
en una sola [135] En el año 386 (996-97) al-Mansür trasladó el tesoro pú-
con blico del alcázar de Córdoba a al-Ziihira 89. Enterado Hisám al-
Mu'ayyad de ello no hizo nada, se limitó a suspirar durante un
rato, permaneció en silencio y luego recitó 90:

¿No es asombroso que alguien como yo


vea lo más insignificante inaccesible para él
y que todo el mundo sea gobernado en su nombre,
aunque nada de ello esté en su mano?
las

84 Coincide en la fecha RQ, 103, mientras que MF, 26-27 sitúa el envío
de estos regalos en el año 384.
85 Cfr. RQ, 116.

86 Según RQ, 116, las inundaciones alcanzaron Madsnat al-Zahrii',


81 HEM, IV, 450, n. 52.

" Esta misma noticia es reproducida en RQ, 116, pero referida sólo a
Tremecén.
dicho supra, 89 HEM, IV, 415.

90 Metro: wáiir; rima: ayhi.

- 195-
Para él se reúne todo el dinero,
pero le está vedado lo que para él se recauda.

[136] En el año 387 (997-98) montó al-Mu'ayyad a caballo un


viernes con al-Mansür detrás y al-Muzaffar caminando delan-
te; se había puesto al-Mu'ayyad un turbante blanco, con los pe-
nachos al viento, y llevaba en la mano el cetro de los califas. Tras
[157] haber efectuado la oración en la aljama de Córdoba, / contra su
costumbre de no asistir a los' rezos de los viernes en comunidad,
se dirigió a caballo hacia al-Zñhira con su madre Subh. Nunca
se había visto en Córdoba una jornada tan fastuosa. Cuando es-
tuvo cerca de al-Zñhira se le renovó el juramento bajo la condi-
ción de que delegara todo el poder en los 'ámiríes y de que éstos Yo
fueran los administradores del reino 91.
[137] En el año 388 (998) apareció una estrella por la parte
de las dos Osas que provocó violentos vientos y lluvias 92.
[138] En ese mismo año murió Subh, madre de al-Mu'ayyad.
A su entierro acudió al-Mansiir, que marchó descalzo y rezó las
oraciones fúnebres. Ante la tumba dio una limosna de quinientos ] / La seg::=d
mil dinares 93. habitantes.
• La te
'tillo de al-' 1-

LAS ALGAZÚAS DE AL-MAN~ÜR B. ABI '.AMIR 94

[1391 Fueron cincuenta y seis y en ninguna de ellas fue derro-


tado, quedó en todas vencedor, triunfador y victorioso (rnansiir ),
haciendo honor a su nombre.
Dice Ibn Hayyán: Durante toda su vida al-Mansür b. Ab¡ 'Amir
no dejó nunca de atacar a los cristianos, asolar su país y saquear
sus bienes, tanto los adquiridos como los heredados, hasta el pun-
to de que llegaron a temerle como a la muerte y se tuvieron que
contentar con las cosas más viles para su religión. Combatiendo
contra ellos llegó a cabo hazañas memorables y batallas gloriosas.

91 HEM, IV, 415.


92 Noticia inédita.
9J Según Ibn al-Faradí, Subh murió el último día del 389; v. HEM, IV, niños.
450, n. 93.
94 Todo este extenso pasaje sobre las algazúas de al-Mansür fue editado,
traducido y estudiado en nuestro artículo «Campañas»; a él remitimos para ss Metro:
la anotación de los datos aquí consignados. 987.

- 196-
[140] Una de sus admirables poesías y sobresalientes com-
da. posiciones es ésta, en la que se vanagloria 95:

~ a caballo un Me lancé al espanto de todos los peligros


~ando delan- y me arriesgué, pues el noble y libre ha de ser' osado.
, con los pe- No tengo más compañeros que un corazón valeroso,
- califas, Tras una afilada lanza y una cortante espada.
/ contra su Tengo por costumbre recompensar espléndidamente a quien
comunidad, [algo
bh, Nunca me demanda, sin excusa que lo impida.
- Cuando es- Yo guío los ejércitos a la guerra,
- jo la condi- aunque salgan a su encuentro leones acechantes.
e que éstos Yo mismo enseñoreé a los más egregios señores
y porfié hasta no encontrar con quién rivalizar.
.• por la parte
92
[141] Su primera algazúa fue la de al-Hamma (Baños), en la
~~ al-Mu'ayyad. que conquistó el castillo de al-Harnma y consiguió dos mil cau-
rezó las tivas.
~ quinientos [158] / La segunda, la de Cuéllar, que conquistó, cautivando a sus
habitantes.
La tercera, la de Salarnanca, que conquistó, así como el cas-
-tillo de al-MaL
La cuarta, la de al-Dñliya, del país de Barcelona.
fue derro- La quinta, la de Ledesma, en la que fue derrotado Borrell, rey
imansúr) ; de los Ifrany. Regresó a Córdoba con tres mil cautivas.
La sexta, la de Zamora, en la que entró a espada; la incendió
:....- . Abi 'Amir y volvió a Córdoba con trece mil cautivas.
y saquear La séptima, la de Sepúlveda, donde hizo botín y provocó una
- - basta el pun- gran matanza y graves devastaciones; luego regresó a Córdoba.
vieron que La octava, la de Algeciras.
Combatiendo La novena, la de al-Buhayra (La Laguna?).
-::2..llaS gloriosas. La décima, la de Almunia.
La decimoprirnera, la de Qalbil1.s, que dejó despoblada al ma-
tar a todos los hombres que halló y apresar a las mujeres y a los
v. HEM, IV,
niños.

. - fue editado,
95 Metro: tawil; rima: irü; v. TERÉs, «Préstamos», 419 e Islamologia, 11,
remitimos para
987.

- 197-
La decimosegunda, la de al-Ma'afir, en la que obtuvo un in- dió e instaló
menso botín. nos en lugar
La decimotercera, la de Calatayud, que conquistó; tras haber cabezas bas~
cautivado a sus habitantes regresó. hizo, entre
La decimocuarta, la de Zamora, por segunda vez. Se apoderó La vigesircocei
de Zamora y sus alfoces y regresó con cautivos y botín. La vig~
La decimoquinta, la de Trancoso, que conquistó por las armas. Salamanca
También se apoderó de la ciudad de B.b.s.r, quemó sus arrabales,
apresó a sus habitantes y saqueó sus riquezas.
La decimosexta, la de Oastiliya, Munt Baliq, Gerona y su terri-
torio. Destruyó las murallas de Oaitiliya, conquistó sus castillos que acampó ---
y obligó a pactar a su rey, que le dio su hija en matrimonio. De te. A contin
allí se dirigió' al país de los Ifrany, donde conquistó el castillo de dió. De alJi
Munt Fariq, Gerona y su territorio.
La decimoséptima, la de León; conquistó el castillo de Toro
y los arrabales de León, haciendo una gran matanza y consiguien-
do un provechoso botín. Volvió con mil cautivas.
La decimoctava, la de Simancas, que conquistó por la fuer-
za el mismo día que acampó ante ella; arrasó sus murallas y des-
truyó la ciudad, tomando cautivos a sus habitantes y regresando
con diecisiete mil cautivas. En esta algazúa realizó tan gran ma-
tanza entre los cristianos que las aguas del río se tiñeron de rojo neques, inre--s"~:i:
por la sangre vertida. zas y pertn
La decimonovena, la de Salamanca; acampó ante ella y con- tivas. En la -
quistó sus arrabales por la fuerza, mientras que el resto de la ciu- mil quinie----
dad se le rendía. y setecientos
[159] La / vigésima, la de Sacramenia; acampó ante ella y la asaltó Toro, que
por todos sus lados hasta conquistarla por las armas ese mismo La triW""~~
día, apresó a sus habitantes, dando muerte a los hombres, y re- destruyó,
gresó. Conquistó
La vigesimoprimera, otra de Zamora; acampó ante ella y la La triges;-;-,~
asaltó, pero más tarde pactó con sus habitantes a cambio de una
gran suma.
La vigesimosegunda, la de Sepúlveda, otra vez; instaló los al-
majaneques y la combatió día y noche hasta conquistarla por las tanza Y CQ!;&=
armas. Obtuvo botín y cautivos en número incontable y la des- posterio
truyó. Regresó por Barcelona matando y arrasando. La tri~
La vigesimotercera, la de Barcelona; acampó ante ella, la ase- tiila); som -

- 198-
ln- dió e instaló los almajaneques, que arrojaban cabezas de cristia-
nos en lugar de piedras. Se estuvieron lanzando diariamente mil
; tras haber cabezas hasta que, finalmente, fue conquistada. Los cautivos que
hizo, entre mujeres y niños, alcanzaron la cifra de setenta mil.
='- Se apoderó La vigesimocuarta, la de Algeciras.
La vigesimoquinta, otra de Zamora; conquistó la ciudad de
Salamanca y el castillo de León; a continuación acampó ante Za-
mora y se apoderó de ella mediante capitulación de sus habitan-
tes, que quedaron bajo su jurisdicción.
su terrí- La vigesimosexta, la de Condeixa; la conquistó el mismo día
castillos que acampó ante ella, incendiándola y arrasándola posteriormen-
""""'"''-
...•.
ímonio. De te. A continuación se trasladó a Coirnbra, cuyos arrabales incen-
e~ castillo de dió. De allí emprendió regreso a Córdoba.
La vigesimoséptima, otra de Coimbra.
o de Toro La vigesimoctava, otra de Coimbra, acampó ante ella y, tras
::-consiguien- haberla asediado durante dos días, la conquistó al tercero, des-
truyéndola y apresando a sus habitantes. Seguidamente emprendió
r la fuer- el camino de regreso.
1 as y des- La vigesirnonovena, la de Burbil, que conquistó en un día, re-
regresando gresando a Córdoba con cautivos.
- ~ gran ma- La trigésima, otra de Zamora; la cercó e instaló los almaja-
:::::zronde rojo neques, intensificando el asedio. Con su conquista obtuvo rique-
zas y pertrechos en cantidades incalculables y cuarenta mil cau-
" ella y con- tivas. En la ciudad había diecisiete baños y sus murallas medían
zo de la ciu- mil quinientos codos en el lienzo norte, mil trescientos en el sur
y setecientos en el oriental. Desde allí se dirigió al castillo de
:= la asaltó Toro, que conquistó, regresando posteriormente a Córdoba.
-::::a: e mismo [ 160'] La trigesimoprimera, la de Astorga; / acampó ante ella y la
res, y re- destruyó, marchando hacia Córdoba, a donde llevó su mármol.
Conquistó muchos castillos y regresó con botín y cautivos.
¿:ce ella y la La trigesimosegunda, otra de Burttl; acampó ante ella, la cercó
-,:-;- io de una y consiguió que sus habitantes se la entregaran mediante capitu-
lación; destruyó el castillo y regresó.
----':'-ralólos al- La trigesimotercera, la de Toro, donde realizó una gran ma-
o:.srarla por las tanza y consiguió un gran número de cautivos, emprendiendo
- ...--•e y la des- posteriormente el regreso.
La trigesirnocuarta, la de Osma y Alcubilla, de Castilla (Qas-
'" ella, la ase- tala); sometió y arrasó el país de Castilla, llegando hasta el país

- 199-
de' los vascones. Conquistó la ciudad de Osma y la pobló con paña
musulmanes para hostigar a los cristianos, pues era su punto más cumentos o
avanzado. A continuación regresó a la ciudad de Alcubilla y la
destruyó. En esta campaña mató a su hijo 'Abd Alláh.
La trigesimoquinta, la de Montemayor; avanzó y acampó ante
la ciudad de M.s.r, que conquistó por las armas y destruyó. Es-
taba construida con piedra y plomo y había sido capital de los
lSbiin y de los godos. Luego se encaminó hacia la ciudad de Mon-
temayor, que asedió hasta que sus habitantes se le sometieron .
. La trigesimosexta, la de Biin.i, Nájera y Alcocero. En ella con-
quistó la ciudad de Bún.i y la arrasó; acampó ante Oaitiliya y la
cercó durante unos días hasta que consiguió tomarla por las ar-
mas; de allí se trasladó al país de los vascones, donde destruyó
muchos castillos. Finalmente regresó a Córdoba con cinco mil
cautivas. En esta campaña se dio el título de al-Mansür.
La trígesimoséptima, cau,
la de asoló el país de los vascones
y se internó en él hasta llegar a GaliS, donde conquistó muchos ¡Que Dios te
castillos, instalando en uno de ellos, muy bien defendido, un con- y te perz;
tingente de musulmanes para hostigar al enemigo. Mis ojos -
La trigesimoctava, la de al-Marñkib (los Barcos?). nadie
La trigesimonovena, la de San Esteban; acampó ante ella, la
combatió y conquistó sus arrabales, haciendo una gran matanza ni más
y apresando a muchos de sus habitantes; después de esto regresó.
La cuadragésima, la de al-Agiir; en ella mató y cautivó enemi-
gos, aniquilando a los ejércitos cristianos; posteriormente regresó.
La cuadragesimoprirnera, la de la conquista de San Esteban;
acampó ante ella y la asedió durante cinco días, al cabo de los
cuales la conquistó por la fuerza e instaló allí un contingente de
musulmanes; de allí marchó hacia Pamplona, que cercó durante
cuatro años [sic], pasados los cuales sus habitantes se rindieron
a cambio del aman; habiendo destruido la ciudad, avanzó hacia
el castillo de Clunia, que conquistó el mismo día de su llegada;
en él había diecisiete rocas, en cada una de las cuales se levan-
taba una alcazaba.
[161] La cuadragesimosegunda, la de / Astorga y León; llegó en ella
Fue de,'
hasta la ciudad de León y la encontró desierta, por lo que hizo
Fernando,
perseguir a sus habitantes y los alcanzó, capturando a muchos y
matando a otros tantos; posteriormente regresó. En esta cam- 96 Metro:

- 200-
pobló con paña retiró el sello de al-Mu'ayyad de los nombramientos y do-
punto más cumentos oficiales, que pasaron a ser firmados con el suyo.
_ cubilla y la [142] La cuadragesímotercera, otra de Oaitiliya, a la que so-
metió, consiguiendo un inmenso botín; posteriormente regresó.
En esta campaña sucedió un prodigio y fue que el literato ~a'id
al-Lugawí regaló a al-Mansür un ciervo atado con una cuerda y
lo acompañó con estos versos 96:

¡Refugio del temeroso, salvaguarda


del fugitivo, honra del humillado!
Tus dones, si los quieres conservar, habrán de ser para quien
los merece, así inundarás con tus favores a quien los
[ansía
cinco como la lluvia que, al cubrirla, consigue con su abundancia
que la tierra inculta sea todo lo productiva que se podría
- '" os vascones [soñar.
- -.. - tó muchos ¡Que Dios te ayude! Él te benefició con el buen camino
.-do, un con- y te permitió poner coto a la impiedad reinante .
Mis ojos no han visto nunca, y tú lo puedes atestiguar,
nadie que goce de una gloria como la tuya entre los de
[alta estirpe,
ni más generoso hacia sus próximos, como el león de la
[umbría
que, al correr, se envuelve en el polvo que levanta.
¡Mi señor! ¡Solaz de mi exilio, el que me salvó
de las garras del destino, baluarte de mi fortaleza!
Tu siervo, al que amparaste en sus días aciagos e instalaste
en el bienestar, te regala un ciervo;
lo he llamado García y te lo envío
atado para que se cumpla mi augurio.
Si lo aceptas será el más alto favor que haya concedido
hombre tan generoso y espléndido.
¡Que te acompañe la lluvia alegre de la mañana y cubra
tu morada con el agua de una húmeda nube!
egó en ella
Fue decisión de Dios en su presciencia que García, hijo de
io que hizo
Fernando, rey de los cristianos, al que se refería ~a'id al hablar
a muchos y
esta cam- 96 Metro: kiimil; rima: Ii.

- 201-
de buen augurio, fuese protagonista del siguiente suceso: cuando ¡Por Dios.
al-Mansür leyó los versos -que copió de su propia mano- salió que por ~
un destacamento de caballería a hacer una incursión por cierta Si Dios
zona y se encontró con este García, que había salido con algunos
privados a inspeccionar sus tierras; lo capturaron con todos sus pero
[162] acompañantes / y lo llevaron a al-Mansiir.
[143] La cuadragesimocuarta, la de Batrisa, en la que murie-
ron de sed setecientos hombres de su ejército.
La cuadragesimoquinta, la de San Román, en la que realizó una
gran matanza y obtuvo muchos cautivos, regresando posteriormen-
te. En esta campaña le. escribió al-Mushafí desde la cárcel esta
epístola: «¡Mi señor!, tú has obedecido a Dios y Él te ha asisti-
do, nosotros nos rebelamos contra Su autoridad y Él te ha dado
poder sobre nosotros; esto es la recompensa por la sumisión y
el castigo por la rebeldía. Vacilas entre la venganza que sanará
tu alma y la clemencia, elige ésta y acrecienta con ello hasta el
infinito tu recompensa en la otra vida, pues Dios Altísimo dice
-y su palabra es Verdad-: «Quien la resucitase será recompen-
sado como si hubiese resucitado a todo el género humano» 97;
aunque esto es algo que no podremos alcanzar por mucho que
crezca nuestra virtud, ni imitar por mucho que nos esforcemos.
Soy consciente, señor, de la inmensidad de mi pecado, que me
entristece, pero también lo soy de la amplitud de tu generosidad,
que me hace concebir esperanzas 'jqué frustrante es una desespe-
ranza mortal mezclada con un deseo alcanzable! El castigarme es
tu derecho, pero la clemencia será un mérito a tu favor, y entre _•..3]
ambos debes elegir lo que te parezca más indicado; si no soy
que conquistó-
merecedor de tu perdón será como si ya me hubieses castigado.
tianos y apresanz q
Todo depende ahora de tu reconocida generosidad y tu renom-
La cuadra
brada justicia, si Dios Altísimo quiere.
quistó y des
pactó al-Mansnr _
[144] Huí, pero de nada sirvió la huida, pues al que tiene le pagaran trí
[con é198
La cuadra",~
a Dios no se le puede escapar nadie en la Tierra.
cob, el hijo de J

'T1 Corán, V, 35. En las citas coránicas seguimos la trad. de J. Vernet.


'8 Metro: tawU; rima: ibu.

- 202-
__ceso: cuando ¡Por Dios! la huida no fue por otra cosa
- ~o- salió que por precaución ante la muerte temida.
por cierta Si Dios me hubiera ayudado
a permanecer en el buen ca-
con algunos [mino no lo habría hecho,
n todos sus pero toda decisión de Dios ha de cumplirse inexorable-
[mente.
murie- Me ha conducido a la fuerza hacia ti
como el saqueador que arrastra un cadáver en medio de
_::e realizó una [la batalla.
teriormen- Todos están de acuerdo en que me has de dar muerte, pero
cárcel esta ¡cuán a menudo el que sostiene una opinión lo hace con
:::._te ha asisti-
[intención de engañar!
te ha dado
Lo que no sea más que sed de venganza, sanarás de ello
sumisión y
y habrás de renunciar a ella por obligación;
que sanará
en caso contrario, inclínate al perdón, que satisface a Dios,
ello hasta el
que te recompensará por encima de lo que puedas pedir.
- _ tisimo dice
será recompen- Ningún otro ser está a tu altura, pues siempre estará
humano» 97; por encima de su rango tu inmensa generosidad.
- mucho que Nadie que haya venido a solicitártelo marchó sin su regalo
- - esforcemos. ni volvió sin lo ansiado el que algo te pidió.
Tus manos han dado lo que el hombre es incapaz de dar
y las nubes de tu generosidad han esparcido por todas
[partes su lluvia".

[145] / La cuadragesimosexta, la de Galicia y Aguilar, en la


que conquistó la ciudad de Aguilar, matando a veinte mil cris-
tianos y apresando a cincuenta mil.
La cuadragesimoséptima, la tercera de Astorga, en la que con-
quistó y destruyó la ciudad, regresando posteriormente. En ella
pactó al-Man~ü~on los reyes de "9"ill¡qiya bajo la condición de que
tiene le pagaran tributo.
éps
La cuadragesimoctava, la de Santiago, que es la ciudad de Ja-
cob, el hijo de José el comerciante 99, del que dicen los cristianos

" Posiblemente se trate de una mala lectura y sea preciso sustituir tayir
(comerciante) por nayyar (carpintero).

- 203
que era el esposo de María; en esa ciudad está su tumba. Arrasó [147] Sob
la ciudad y destruyó el monasterio, pero no tocó la tumba.
La cuadragesimonovena, la de Algeciras; en ella al-Mu'ayyad le
entregó todo el poder con la facultad de ordenar y vedar, con-
fiándole a él, y a sus hijos a su muerte, todo el Estado. Esto lo
consignó por escrito.
La quincuagésima, la de Pallars, en la que hizo una gran ma-.
tanza, consiguió muchos cautivos y destruyó aldeas y castillos.
La quincuagesimoprimera, la de Pamplona, que conquistó y
arrasó, capturando a multitud de personas; luego regresó a Cór-
doba.
[148] Al
La quíncuagesimosegunda, la de Cervera; los cristianos de to-
sus ejércitos
das las regiones se aliaron contra él, reuniéndose un número in-
a quien informé
calculable de ellos. Al producirse el encuentro, los musulmanes
fortó por la .r--
resistieron peleando hasta que murieron setecientos de ellos, pero,
bayib y genera
en ese momento, se conjuraron unos a otros y Dios les concedió
con los atri
la victoria. Los cristianos fueron derrotados y perseguidos a lo
te y les leyó
largo de diez millas por los musulmanes, que saquearon su cam-
pamento y se apoderaron de riquezas y armas sin cuento.
Era al-M
La quincuagesimotercera, otra de Montemayor, en la que mató
intachable,
a diez mil enemigos y apresó a otros tantos. 165] después / de ~
La quincuagesimocuarta, la de Pamplona, que conquistó, re- tió, así como "f
gresando con dieciocho mil cautivas. hermano a1-~-
La quincuagesimoquinta, la de Biib.i, que conquistó y destru- Ziihira, donde -
yó, consiguiendo un gran número de cautivos. Le sucedió -
La quincuagesimosexta, la de B.t.ryüs, en la que falleció. Par- al cabo de los
[164] tió de Córdoba, estando ya enfermo, el jueves, seis / de rayab del año 399 (6 mar;
año 392 (21 mayo 1002) e hizo botín y cautivos, provocando también b. 'Abd a1-?~~
una gran matanza. Se agravó su enfermedad y emprendió regreso
hacia Córdoba, pero murió en la frontra y allí fue enterrado, en
100 Metro:

la ciudad de Medinaceli, el veintisiete de rarnadñn. de ese año «Artritis».


(9 agosto). 101 HEM, lY. -

102 Sobre la a
[146] Fue enterrado bajo el polvo que había recogido durante HERNÁNDEZ Jrutx=::..
sus campañas, pues, cada vez que salía en expedición, sacudía lO! La muerte
todas las tardes sus ropas sobre un tapete de cuero e iba reu-
niendo todo el polvo que caía. Cuando murió lo cubrieron con ese
polvo.

- 204-
__ rumba. Arrasó [147] Sobre su tumba se escribió 100:
.2 tumba.

- al-Mu'ayyad le Sus hazañas te informarán sobre él


-~ y vedar, con- como si con tus propios ojos lo estuvieras viendo.
-=- Estado. Esto lo ¡Por Dios!, nunca volverá a dar el Mundo nadie como él
ni defenderá las fronteras otro que se le pueda comparar.
una gran ma-.
- - - ~ castillos.
GOBIERNO DEL «I:IAYIB» 'ABD AL-MA!-IK AL-Mu:¡;AFFAR
_:le conquistó y
B. AL-MAN~ÜR B. ABi 'AMIR
regresó a Cór-

[148] Al morir al-Mansür, su hijo al-Muzaffar se dirigió con


- cristianos de to-
sus ejércitos hacia Córdoba y se presentó ante Hisárn al-Mu'ayyad,
-~ !:!D. número in-
a quien informó del fallecimiento de su padre. El soberano lo con-
musulmanes
fortó por la pérdida y lo designó para sustituirle en los cargos de
- = de ellos, pero, /:üiyib y general, confiándole la gestión del reino e invistiéndolo
les concedió
con los atributos del mando. Al-Muzaffar salió, congregó a la gen-
eguidos a lo
te y les leyó el acta de nombramiento, ante lo cual todos se apre-
- _~earon su cam-
suraron a ofrecerle obediencia y él repartió riquezas 101.
cuento.
Era al-Muzaffar bondadoso, piadoso, virtuoso, casto, generoso,
la que mató
intachable, valiente y con buena estrella. Realizó ocho algazúas
[165] después / de la muerte de su padre: atacó Barcelona y la some-
~ onquistó, re-
tió, así como ~illíqiya y QaStíla. Murió en su octava algazúa y su
hermano al-Násir lo colocó en un ataúd, regresando con él a al-
:c=.0I·iStó Y destru- Ziihira, donde fue enterrado 102.
Le sucedió durante cuatro meses y medio su hermano al-Na~ir,
..,.~ falleció. Par- al cabo de los cuales, concretamente el viernes, seis de rayab del
- - de rayiib del año 399 (6 marzo 1009), fue asesinado por Muhammad b. Hisám
"""""'ITl(":ando
también b. 'Abd al-Yabbár b. 'Abd al-Rahrnán al-Násir li-dín Allah 103.
_ rendió regreso
~ ~ enterrado, en
100 Metro: ka1Z!:!:l; rima: ahü. Sobre la muerte de al-Mansür, v. ARroNA,
de ese año «Artritis».
101 HEM, IV, 438-439.
102 Sobre la actividad militar de al-Muzaffar, v. ANTUÑA,«Canciller» y
recogido durante HERNÁNDEZ JlMÉNEz, «Montmegastre».
Clan, sacudía 10' La muerte de Sanchuelo ocurrió el 3 de ese mes; v. HEM, IV, 462.
:::...eroe iba reu-
. rieron con ese

- 205-

- !)3s1
,

IX
[SEGUNDA GENERACIúN DE CALIFAS OMEYAS.
CALIFAS ~AMMUDtES]

[166J

14
SEGUNDA GENERACIÓN DE SOBERANOS OMEYAS EN AL-ANDALUS

[1J Muhammad b. Hisam b. 'Abd al-"?abbar b. 'Abd al-Rahmán


al-Násir Ii-dín Alláh, de kunya Abü l-Walíd y de laqab al-Mahdí.
[2J SU madre fue una umm walad llamada Müna 1.
[3J Descripción: De piel clara, cabello rubio y lacio, ojos azu-
les, estatura elevada, pupilas grandes y negras y hermoso cuerpo;
era inconstante y violento.
[4 J Fue el iniciador de la [itna en al-Andalus y el causante de
los disturbios por haberse apoderado ilegítimamente del trono de
Hisam al-Mu'ayyad.
[5J SUS visires fueron Mutarrif b. Mutarrif y al-Hasan b. Hayy,
Sus b,a9ibes, su primo 'Abd al-vabbar b. al-Mugíra y el [ata 'Amir.
Su cadí, Ahmad b. :Qakwan.
[6J Había nacido en el año 366 (976-77) Y fue muerto el día de
Mina del año 400 (23 julio 1010) 2 por su b,a9ib al-'Amiri; vivió,
por tanto, treinta y tres años.
[7J Gobernó en dos ocasiones, la primera durante nueve me-
ses y la segunda, durante cuarenta y nueve días.
[8J Cuando Muhammad al-Mahdí se sublevó, mató a los 'ámi-
[166J ríes, borró sus huellas, destruyó / sus casas y saqueó sus bienes,
llegando lo saqueado a cincuenta y cuatro millones de oro y pla-
ta, que al-Mahdí entregó al pillaje, pero no pudo aprovechar nada
por su mal juicio, su estupidez y su necedad, porque, cuando de-

1 Muzna, según otras fuentes (RR, 299; BM, IlI, 50 Y MT, 28).
2 Corresponde al día 8 de gü l-J:tiyya; v. REM, IV, 470.

- 209-

14
cidió rebelarse, comenzó a hablar mal de 'Abd al-Rahmán b. al- cieron como -
Mansür hasta que, habiendo salido éste con el ejército en alga- aunque al-~
zúa, reunió a la plebe de Córdoba, a los criminales y a la canalla seles con
y se dirigió hacia al-Ziihira, donde el populacho saqueó las rique- entre sus
zas, joyas, tesoros y armas que contenía en cantidades indescrip- mil cordobeses
tibles, quemó el alcázar, reunió todas las provisiones que allí ha- Se cuenta -:.
bía y las destruyó. Enterado de esto 'Abd al-Rahmán b. al-Mansür, bebéberes y
se apresuró a regresar, pero, cuando estaba cerca de Córdoba, fue sacar de su :;
abandonado por todos sus hombres, con la única excepción de su haber anunciad
guardia personal. 'Abd al-Yabbár salió a su encuentró=eon sus cedad quedarcz;
tropas, lo mató y lo crucificó desnudo. «Demos gracia
Tras esto al-Mahdí se dirigió al alcázar, donde encontró a Hisám nemos ning
al-Mu'ayyad sentado en su salón; al verlo entrar, Hisám se ate- tos con S~
morizó y no le dio ninguna orden ni le dijo una sola palabra de se quedó d
reproche por lo que había hecho. Al-Mahdí le dijo: «Príncipe de al-Musta'in
los creyentes, he dado muerte a tus partidarios y a tus impíos lifal.
sucesores y me he hecho cargo del puesto de 1;.ayib, certif'ícalo», Llegado 2-
Entonces Hisám convocó a los alfaquíes y cadíes, le confirió el tera, consígeí.
cargo que le había solicitado y lo certificó. Cuando los asistentes encaminó hacía
se hubieron ido, al-Mahdí ordenó que al-Mu'ayyad fuera confina- tro con las 1:-~ s:
do en la Prisión de al-Mahiibis (celdas o císternasj-y anunció que la capital, ~~
había muerto, preparando su entierro a pesar de que seguía con réberes.
vida; para ello tomó a un cristiano que se le parecía, lo estran- De nuevo
guló, lo amortajó y lo presentó a la gente diciendo: «Éste es Hi- prestar juraraesz
sám que ha muerto». Seguidamente se adelantó, le rezó las ora- sentó a su
ciones fúnebres y le dio sepultura. En este acto estuvieron pre- Hisám, ponié
sentes los alfaquíes y los cadíes. Concluido esto al-Mahdí se apro- estaba presezze
pió del poder, se proclamó Príncipe de los creyentes y se dio todos los fa:
el laqab de al-Mahdí. [176] tanda: / ([~O

Cuando al-Mahdí subió al trono abandonó la- benevolencia y ron en el al


[167] se entregó a la cólera, / disolviendo las tropas y persiguiendo a e invocaron ~_
los nobles. Se acercó a la plebe y formó con ella un ejército, su- fue sacado : _
primió las soldadas de los generales y expulsó a los beréberes de Jiiata con 1
la ciudad, ordenando que se les aplicara el botín legal. Los beré- besárselos ...
beres, generales y notables se irritaron ante esto y acudieron a deshonrado
Sulaymán b. Hisám b. 'Abd al-Rahmán al-Násir 3, al que recono- mis bienes y

3 Nuestro autor confunde aquí a Sulaymán b. al-Hakam, el futuro al-

- 210-
b. al- cieron como soberano; con él se dirigieron hacia el alcázar y,
~j;~it· o en alga- aunque al-Mahdí Muhammad b. 'Abd al-Yabbár intentó oponér-
a la canalla seles con sus tropas, lo derrotaron e hicieron una gran matanza
h::=i~'las rique- entre sus hombres. En este encuentro perecieron unos treinta
indescrip- mil cordobeses de la plebe.
ue allí ha- Se cuenta que cuando Sulayrnán al-Musta'ín, al mando de los
. al-Mansür, bebéberes y los cristianos, se dirigió contra al-Mahdí, éste ordenó
'rdoba, fue sacar de su prisión a Hisám y mostrarlo en público, después de
ión de su haber anunciado que estaba muerto, con lo que su mentira y ne-
cedad quedaron patentes. Los beréberes, sin embargo, le dijeron:
«Demos gracias a Dios por su buena salud, pero nosotros no te-
nemos ninguna necesidad de restaurarle, sólo estaremos conten-
tos con Sulaymán b. al-Hakam al-Musta'ín». Al oír esto al-Mahdí
se quedó desconcertado y huyó por la noche a Toledo, mientras
al-Musta'ín entraba en Córdoba y se instalaba en el alcázar ea-
lifal.
Llegado al-MahdÍ a Toledo reclutó tropas y gente de la fron-
tera, consiguiendo reunir unos veinte mil jinetes, con los que se
encaminó hacia Córdoba. Sulaymán al-Musta'ín salió a su encuen-
tro con las tropas beréberes y se trabó combate a unas millas de
la capital, siendo derrotado Sulayrnán y pereciendo muchos be-
réberes.
De nuevo en Córdoba, al-Mahdí se adueñó del alcázar y se hizo
prestar juramento, tras de lo cual llamó a Hisárn al-Mu'ayyad, lo
sentó a su lado y le pidió que abdicara en su favor; así lo hizo
rieron pre- Hisám, poniéndolo por escrito y certificándolo. El tata Wa<;lil;1, que
~-'L"',,-,di se apro- estaba presente, enfadado por todo esto, salió de allí, reunió a
y se dio todos los [atas 'ámir'íes y se dirigió con ellos hacia el alcázar gri-
[176] tando: / «No obedecemos más que a Hisám al-Mu'ayyad». Entra-
ron en el alcázar, tomaron a al-Mu'ayyad, lo sentaron en el trono
evolencia y
e invocaron su lema. Ibn 'Abd al-Yabbár, que estaba en el baño,
iguiendo a
fue sacado y llevado ante Hisám, que se hallaba en el Maylis al-
~ ejército, su-
JiÜita con los [atas ante él. Al-Mahdí se arrojó a sus pies para
- - réberes de
besárselos ... el rostro de Hisám y le dijo: «Maldito perro, me has
Los beré-
deshonrado a mí y a los musulmanes y has entregado al pillaje
acudieron a
mis bienes y los suyos». La guardia personal de Hisám lo arras-

Musta'ín, con Sulaymán b. Hisám, también de la familia omeya, sobre el


el futuro al- cual, v, HEM, IV, 463-464.

- 211-
tró y Wac,lil).le cortó la cabeza delante de al-Mu'ayyad, siendo co- Me r
locada en lo alto de una pica y paseada por la ciudad. Así volvió pero
Hisam al-Mu'ayyad a ocupar el califato 4.
[9] En el año 400 (1009-10) se rebeló Muyahid al-'i\mir¡ en Tor-
tosa y se dio el nombre de al-Muwaffaq ... Denia, Tudmir y las
islas de Mallorca y Menorca 5.

PRIMER y SEGUNDO REINADOS DE SULAYMAN B. AL-I.IAKAM


AL-MuSTA 'IN, QUE DURARON SEIS AÑOS Y DIEZ MESES

[10] Era Sulaymán b. al-Hakam b. Sulaymán b. 'Abd al-Ral).-


mán al-Násir li-dín Alláh, Abü Ayyiib.
[11] Su madre fue una umn walad llamada Zabya 6.
[12] Había nacido en el año 335 (946-47)1.
[13] Su laqab era al-Musta'In bi-llah.
[14] Descripción: De hermoso aspecto, párpados ennegreci-
dos, pupilas negras, hermosa nariz, mandíbula superior saliente
y algo sordo.
[15] Buen literato y elocuente, sin embargo se invistió ... los
musulmanes grandemente: se apoderaron de sus bienes y fueron
[177] difamados / y deshonrados. Durante su reinado se declaró lícito
lo prohibido, se vendieron como esclavas las mujeres libres, se
derramó abundante sangre y las regiones se sublevaron.
[16] Cuando entró en el alcázar de Córdoba después de la
huida de Ibn 'Abd al-Yabbár, vinieron a él los cordobeses para
felicitarle y presentarle sus respetos; al verlos dándole la enhora-
buena recitó parafraseando a otro poeta 8:

Cuando me ven en la cumbre del poder


dicen: «¿Quién es éste?», aunque ya me conocen.

4 Este relato sobre el azaroso reinado de al-Mahdí, como, en general, todo cázar ...
este capítulo, no aporta nada nuevo a lo que ya se conocía; v. REM, IV,
457-470; un breve e interesante estudío sobre estos años de la tima en GAR-
cfA GÓMEZ,«Precisiones».
5 Sobre Muyahid, v. inira, n. 6 al cap. X.
6 Esclava de origen cristiano (BM, III, 91).
7 Léase 355 (BM, III, 92), dato que el mismo J)ikr confirma más adelante
(§ 19) al afirmar que vivió cincuenta y dos años y siete meses.
• Metro: ~awll; rima: üni; v. ÁLvAREZ DEMORALES, «Ibn Ab¡ l-Fayyád», 108.

- 212-
· siendo co- Me reciben diciendo: «Bienvenido, estás en tu casa»,
-~.; Así volvió pero, si me hubieran vencido, en una hora me habrían
[matado.
- .; 7"'iiñ en Tor-
• imir y las [17] Uno de sus servidores le envio una poesía disculpándose
por algo de lo que se le acusaba y él le contestó, escribiendo en
el reverso de la misma hoja 9:

Hemos leído lo que nos has escrito


y tu perdón está claro para nosotros,
pues aquel que ha logrado que la poesía actúe como inter-
- -_- d al-Ral).-
[cesar
hace que el dejar de reprenderle sea un precepto para
[nosotros.

[18] Su visir fue Záwí b. Ziri al-Sinháyí, Su cadí, Ahmad b. 'Abd


- ennegreci-
Allah b. ~akwan.
_ior saliente
[19] Vivió cincuenta y dos años y siete meses.
[20] La inscripción de su sello era «Sulaymán b. al-Hakam».
istió ... los
[21] Fue jurado por primera vez en la frontera en sawwal del
fueron
año 399 (mayo-junio 1009). Cuando entró en Córdoba se le renovó
- Iaró lícito
el juramento a mediados de rabi" 1 [del año 400] (8 noviembre
libres, se
1009) 10.
aron,
[22] Habitó Sulaymán Madinat al-Zahrii' hasta que lo atacó
és de la
al-Mahdí b. 'Abd al-Yabbár: la abandonó entonces y fue ocupada
~-r=r,heses para
durante cincuenta días por al-Mahdí. Asesinado éste, fue jurado
--= ~e la enhora-
Hisám al-Mu'ayyad, que permaneció en el alcázar de Córdoba has-
ta que llegó Sulaymán al-Musta'ín con los ejércitos ... los 'cordo-
beses, que fueron derrotados y pasados a cuchillo por los beré-
beres. Entró entonces al-Musta'In en Córdoba, hizo una terrible
matanza entre sus habitantes y sacó a Hisám al-Mu'ayyad del al-
_ general, todo cázar ... al-Musta'm, En este saqueo fue muerto Hisám al-Mu'ayyad,
· v. HEM, IV, El reinado ... segundo fue de los beréberes, pues de ellos eran los
.,. iima en GAR- 1:üi9ibes, los visires y los generales; permaneció ... el reinado en
Córdoba con poderío y eminencia.

ás adelante
9 Metro: wáiir; rima: ayn.ii.
10 HEM, IV, 464-466.

- 213-
[168] [23] Fue una curiosa coincidencia", / cuando se hubo asegu- [169]
rado el trono y puesto fin al asunto de Hisám decidió elegir a
'An b. Hammüd y le nombró gobernador de Ceuta y Tánger. Pero
Hisám al-Mu'ayyad, cuando vio que entraba al-Musta'ín con inten-
ción de matarlo, había nombrado heredero a 'Alí b. Hammíid,
gobernador de Ceuta, legándole el trono y pidiéndole que lo ven-
gara. 'Ali b. Hammíid había reunido las tribus del Magrib para
hacer la Guerra Santa cuando le escribieron Jayrán y los miem- aunque, a;
bros de la guardia personal informándole de que habían puesto culta.
[25] Ea __
fin a su obediencia a al-Musta'ín, ya que había matado injusta-
mente a al-Mu'ayyad, y que éste, al ser asesinado, le había nom-
brador sucesor; le incitaban a rebelarse y a vengar a Hisám, es-
cribiéndole insistentemente. Finalmente pasó 'Ali b. Hammüd de
Ceuta a Algeciras al mando de siete mil beréberes; era señor de
esta ciudad a las órdenes de al-Musta'ín al-Qásim b. Hammüd,
hermano de 'Ali. Desde allí se dirigió hacia Málaga, cuyos habi- pero
tantes le prestaron juramento y donde se le unió el tata Jayrán
procedente de Almena con un grupo de [atas y de guardias per-
sonales del califa, así como Zawi b. Ziri b. Manád, señor de Elvi-
ra. Después que todos ellos le hubieran prestado juramento par-
tió hacia Córdoba; al-Musta'In le salió al encuentro, pero, derro-
tado, tuvo que regresar a la capital, cuyas puertas cerró y donde
quedó cercado por 'Ali b. Hammíid. Estos hechos tuvieron lugar
en el año 406 (1105-6). Cuando el asedio se hizo insoportable para
los cordobeses cogieron a al-Musta'ín, a su padre y a su hermano
'Abd Alláh y se los llevaron presos a Ibn Hammiid, que entró en
Córdoba y se instaló en el alcázar. Tras convocar al cadí y a los
alfaquíes preguntó a al-Musta'ín por al-Mu'ayyad en presencia de
ellos y respondió: «Ha muerto, Dios lo tenga en su seno». 'Ali
pidió que le enseñara el lugar donde estaba enterrado y mandó
que lo exhumaran. Todo el mundo pudo ver que se trataba de
Hisám, cuyo cadáver presentaba aún trazas de haber sido estran-
gulado; entonces 'Ali ordenó que lo lavaran y arreglaran y fue
enterrado enfrente de la tumba de su padre al-Hakam, en la Raw-
{lat al-Julaiá. Seguidamente hizo traer a al-Musta'ín y a los suyos Si
y lo decapitó con su propia mano, al tiempo que ordenaba que
fueran degollados su padre y su hermano 11.

11 HEM, IV, 473477,

- 214-
hubo asegu- [169] [24] Había reinado al-Musta'ín en Córdoba / en su segundo
.dió elegir a reinado, hasta su muerte, tres años y nueve meses. Con su desa-
Tánger. Pero parición se interrumpió la dinastía orneya, que había reinado en
-:aro con inten- al-Andalus durante 268 años. Los sustituyeron los hammíidíes, que
- . b. Hammüd, se mantuvieron en el poder siete años, al cabo de los cuales vol-
.e que lo ven- vió a manos omeyas por medio de al-Mustazhir bi-llah .
-~ Jlagrib para Al-Musta'ín fue el causante de la destrucción de al-Andalus,
b y los miem- aunque, aparte de eso, era persona decidida, generosa y muy
_ .: - bían puesto culta.
- tado injusta- [25] Entre sus poesías podemos citar estos versos 12:
- - :'e había nom-
~-- a Hisám, es- Es asombroso que el león tema la punta de mi lanza
o _Hammüd de y que yo tema la mirada de las de lánguidos párpados.
o era señor de Me enfrento a los terrores sin miedo,
o Hammüd,
• sin rehuirlos ni evitarlos,
cuyos habi- pero tres mujeres, tan bellas como estatuas, se han adue-
e lata Jayrán [ñado de mí,
-~ guardias per- rostros resplandecientes, delicados cuerpos,
señor de Elvi- como estrellas en la oscuridad que brillan ante mi vista
- ~ ramento par- por encima de los ramajes de las dunas.
pero, derro- Ésta es la Luna nueva, aquélla, la hija de Júpiter
-- cerró y donde por su belleza, la otra, la hermana del ramo de ban.
ieron lugar Por su causa cité a juicio ante el amor al olvido,
- _ rtable para pero decidió imponer un poder sobre el mío.
a su hermano Tomaron como permitido lo vedado de mi corazón y me
e entró en [dejaron,
- cadí y a los con toda la fuerza de mi poder, como un mísero cautivo.
- _ presencia de No censuréis a un rey que se humilló ante el amor,
seno». 'Alj pues la humillación del amor es otra fuerza y otro poder.
-~do Y mandó Lo único que ocurre es que la fuerza de la pasión,
-~ rrataba de de donde ellas han sacado su energía, es mayor que la
• sido estran- [de mi poder.
glaran y fue No es perjudicial que yo sea un siervo en el amor,
, en la Raw- pues ¡por los mortales! ellas son mis esclavas.
a los suyos Si no obedeciera al poderío del amor
enaba que amándolas no sería marwání.

12 Metro: kñmil; rima: iini; sobre el tópico literario del «poderío del amor»,
v. supra, n. 47 al cap. VI.

- 215-
LA DINASTíA I:IAMMÜDÍ. SOBERANOS DE ESTA FAMILIA
QUE REINARON

=171]
[170] [26] / El primero de ellos fue 'Mi b. Hammíid b. Maymün b.
'Ali b. 'Abd Allah. b. 'Umar b. Idrís b. Idrís b. 'Abd Allah b. I:Ia-
san b. al-Hasan b. 'Ab¡ Tálib, de kunya Abü l-Husayn.
[27] Su madre fue una mujer libre, prima de su padre, llama-
da Ourasiyya 13.
[28] Vivió cincuenta y cuatro años.
[29] Descripción: Moreno, de pupilas grandes y negras, pár-
pados ennegrecidos, nariz aguileña, delgado, de buena talla, as-
tuto, de carácter duro, equitativo en sus decisiones y con sus
súbditos, de conducta elogiable.
[30] Fue jurado el mismo día en que dio muerte a al-Musta'ín,
un viernes. Murió asesinado en un baño de Córdoba el dos de
g,ü l-qa'da del año 408 (22 marzo 1018); gobernó, por tanto, un
año y cuatro meses 14.
[31] Sus hijos fueron Yahya e Idrís.
[32] Tuvo por cadí a Abü l-Mutarrif 'Abd al-Rahmán b. Ahmad
b. BiSr. Kstib suyo fue Abü l-'Ays b. al-Nu'rnán al-Kutámí. Vísír,
Abü "?a'far b. Ab¡ Müsa.
[33] Fue invocado en todos los almimbares de al-Andalus, Ceu-
ta y Tánger; también fue reconocido por al-Mu'ízz b. Zírí en Fez.
[34J Observó una conducta justa y realizó acciones elogiables
y hechos honrosos. Puso coto a los desmanes de los beréberes
y restituyó a sus súbditos sus bienes y propiedades. En sus días
los habitantes de al-Andalus gozaron de tranquilidad hasta que
se rebeló en Almería el tata J ayrán: 'Ali b. Hammüd decidió en-
tonces atacarle, preparó la marcha y dispuso las tropas, pero en
la mañana del domingo, dos de g,ü l-qa'da del año 408 (22 marzo
1018), cuando el ejército estaba ya formado para partir y com-
batir, los estandartes, anudados, los atabales, en su lugar y la
gente, esperando para ponerse en camino, entraron a buscarlo al
baño y lo encontraron asesinado, con la cabeza golpeada con los
cubos de agua. Los notables se ocuparon de la custodia del alcá- nuar su =
" V. suprc: -
17 Las no-
13 Su nombre era al-Baydá' (BM, IIl, 119). sas y, con
14 REM, IV, 478. IV, 479-482_

- 216-
zar y prestaron juramento a su hermano al-Qásim, gobernador de
Sevilla, que acudió presto, entró en el alcázar de Córdoba y re-
[171] zó / ante la tumba de su hermano. Luego se sentó para que toda
la gente le prestara juramento y ordenó dar muerte a los [atas
que encontró de los que habían asesinado a su hermano 15.

REINADO DE AL-MA'MÜN AL-QXSIM B. l:IAMMüD

[35] Era el Príncipe de los creyentes al-Qásirn b. Hammíid,


con la misma genealogía que su hermano hasta 'Al¡ b. Ab¡ Tálib:
con sus de kunya Abíi Muhammad.
[36] Su madre fue Ourasiyya, la misma que su hermano 16.
[37] Vivió sesenta y cuatro años.
[38J SU visir y katib fue Abii ~a'far b. Ab¡ Müsa.
- _ tanto, un [39J Tuvo tres hijos varones, Muhammad, al-Hasan y 'Al¡.
[40J SU cadí fue 'Al¡ b. 'Abd al-Rahmán al-Hassár.
[41J Laqab: al-Ma'mün,
[42J Descripción: Moreno, de pupilas grandes y negras, tez
pálida, párpados ennegrecidos, barbilampiño y de buen proceder.
[43] Fue jurado a la muerte de su hermano el martes, doce
de ~ü l-qa'da del año 408 (1 abril 1018) y permaneció en el trono
tres años, cuatro meses y veintiséis días, al cabo de los cuales fue
destituido y tuvo que huir a Sevilla. Le sucedió su sobrino Yahya
b. 'Al¡ b. Hammüd 17.

REINADO DE YAl;IYA B. 'Aa B. I:IAMMÜD

[44 J Era el Príncipe de los creyentes Yahya b. 'Al¡ b. Ham-


müd, de kunya Abü Muhammad.

15 Según Ibn al-Jatib (IG, IV, 57), la expedición contra Jayrán llegó a ser
emprendida por 'Ali b. Hammüd, si bien tuvo que regresar a Córdoba sin
alcanzar su objetivo por las lluvias torrenciales que le impidieron conti-
nuar su marcha. Su muerte se produjo al regreso de esta campaña.
16 V. supra, n. 9.

17 Las noticias que ofrece el l)ikr sobre los hammüdíes son muy conci-
sas y, con frecuencia, erróneas. Al-Qásim gobernó en dos ocasiones; v. HEM,
IV, 479482.

- 217-
[45] Su madre fue una mujer libre, prima de su padre, lla- [58] D_~~,
mada Albüna 18. las grandes :- -
[46] Su laqab fue al-Muta'allí bi-lláh 19. pelo lacio;
[47] Su cadí fue Ahmad b. Bisr. Su visir y kiitib, Ahmad b. [59] Su
Müsa.
[60] C~......,
[172] [48] Descripción: De piel blanca, / pupilas grandes y negras
yentes y se
y párpados ennegrecidos.
[61] Era ~
[49] Tuvo tres hijos, Idrís, Hasan y 'All.
[50] Vivió cuarenta y dos años. Había nacido en el año 384 [62] Fue ~
(994-95) 20. que rehizo
[51] Fue jurado califa en el alcázar de Córdoba el lunes, pri- trucción.
mero de yumada 1 del año 412 (13 agosto 1021), tras la huida de =173] [63] Fue
su tío 21. lida de Ibn
[52] Al ser proclamado se ganó el afecto de la gente acercán- (1 noviembre
dolos a sí, eximiéndolos de la mitad del jaray, abriendo las cár- nado en Có
celes, frecuentando a los sabios y alfaquíes y entregando grandes (16 diciembr-e
premios a los generales. [64] La
[53] Así continuó hasta que fue asesinado el jueves, a media- eligió a sus .R!:
dos de muharram del año 417 (8 marzo 1026) 22. enderezó coz; =
[54] Fue Yahya b. 'Ali hombre valiente, decidido, emprende- como no los
dor, bravo y generoso. ancianos de e
laron contra
ron. La ple
REINADO DEL OMEYA AL-MUSTAZHIR BI-LLAH primo, al-M
do a contin
[55] El omeya al-Mustazhir bi-lláh se llamaba 'Abd al-Rahmán de al-Mustazar;
b. Hisám b. 'Abd al-Rahmán al-Násir' li-dín Allah Y era hermano ocultándose
uterino de al-Mahdj b. 'Abd al-Yabbár: de kunya Abü l-Mutarrif. temblando de -
[56] Su madre fue una umrn. walad llamada Gada 23. Fue llevado
[57] Había nacido en el año 391 (1000-1) 24. [65] Era
tolista y m _
18 O más correctamente, Labbüna (BM, III, 131).
19 En BM, III, 131, al-Mu'tall. rante su gol .
20 Cfr. BM, 111, 13I. el período de
21 HEM, IV, 48I.

22 Al igual que ocurría en relación a al-Oásim, también las noticias sobre


Yahya b. 'Ali son erróneas, pues gobernó en dos ocasiones, con bastantes 2S Pero no

años de intervalo, muriendo asesinado en muharrarn. del 427 (noviembre 1035); del 1023 y su
cfr. BM, 111, 188-189. 26 Metro: ~
23 Según otros autores, Gaya (RH, 299 Y BM, III, 135). que parece IIlZS
24 Cfr. BM, 111, 136. que sustituye. -

- 218-
[58] Descripción: De piel blanca, rubio, nariz aguileña, pupi-
las grandes y negras, delgado, de hermoso cuerpo, ojos azules y
pelo lacio; era, además, culto, buen poeta e inteligente.
Ahmad b. [59] Su -$al:l.ib al-ahkñm fue Muhammad b. 'Abd al-Ra'üf.
[60] 'Cuando subió al trono se proclamó Príncipe de los cre-
...,-'c......'-> y negras yentes y se dio el laqab de al-Mustazhir bi-lláh.
[61J Era buen alfaquí, estudioso del saber y noble.

año 384 [62] Fue el primer soberano omeya del segundo período, el
que rehizo la dinastía y le dio nueva vida después de su des-
trucción.
[173] [63] Fue jurado en el alcázar de Córdoba / después de la sa-
lida de Ibn Hammíid el martes, dieciséis de ramadñri del año 417
(1 noviembre 1026), cuando contaba veintidós años. Murió asesi-
nado en Córdoba el sábado, tres de g,ü l-qa'da de ese mismo año
(16 diciembre); gobernó, por tanto, durante cuarenta y siete días 25.
[64] La causa de su muerte fue que, cuando terminó la jura,
I~~"", a media- eligió a sus hombres, puso orden en los asuntos del reino y los
enderezó con fuerza y firmeza, pero quiso buscar los tesoros y,
emprende- como no los encontró, encarceló a los visires y a los notables y
ancianos de Córdoba y confiscó sus bienes, por lo cual se rebe-
laron contra él, rompieron las puertas de la cárcel y se escapa-
ron. La plebe entonces se les unió y todos se dirigieron hacia su
primo, al-Mustakfí bi-lláh y lo reconocieron como califa, marchan-
do a continuación hacia el alcázar; cuando entraron a presencia
- _ al-Rahmán de al-Mustazhir éste huyó y se escondió en las calderas del baño,
hermano ocultándose entre las cenizas, pero lo sacaron de allí desnudo y
_-- : l-Mutarrif. temblando de miedo y al-Mustakñ lo decapitó por su propia mano.
Fue llevado a su casa y allí se le enterró.
[65] Era al-Mustazhir buen poeta, culto, gran orador y epis-
tolista y muy elocuente. Una de sus poesías es la que dedicó, du-
rante su gobierno, a su mujer, hija de Sulaymán al-Musta'ín, en
el período de noviazgo, antes de que le diese hijos 26:

25 Pero no del 417, sino del 414, por tanto su jura fue el 2 de diciembre
del 1023y su muerte, el 17 de enero del 1024; v. HEM, IV, 484-485.
26 Metro: iawd; rima: bihi; el nombre de su mujer era Habíba, por lo
que parece más aceptable la lectura que del segundo verSo da HS, 1, 217;
que sustituye «mim» por «ba'»; v. I'ÉREs,Poésie, 412.

-- 219-
La que no quiero nombrar por miedo a sus reproches [68] Fue
aunque mi corazón está perdidamente enamorado de ella, (25 diciemb
tiene un nombre en el que hay una J:üi' y una mim y entre días y fue
[ellas
otras letras que ha ocultado la discreción del que disi-
[mula su aflicción.
Le deseo la paz de Dios reduplicada,
la paz de un amante que ha regalado su corazón. [69] Era
al-Rahmán
[66] También son suyos estos versos D.
[70] Su r:::..=
[71] Hab!a
¡Oh la que presenta una excusa para no aceptar mi petición!
[72] Descrzpc
Mis méritos impiden darle excusa por ello.
les, hermo
La gente la fuerza neciamente a que me rechace,
barriga, por
pero ¿está bien que la luna rechace al sol?
costumbres
Os soporté con paciencia, yo, que
tón y beb
estaba consternado y no podía hallar consuelo ni resig-
[nación. [73] Su .r-=
Ra'üf.
Buscaré mi curación pasando por vuestra casa
:175] [74] Fue j_
con tranquilidad y pediré la lluvia para sus habitantes.
[174] / [Cuánto tiempo privado de tu amor! ¿Qué -y por ese
sábado, doce
te costaría poner fin a esa privación?
meses; su
[67] Cuando fue designado califa un poeta le envió un bille- los cordob
te con una poesía panegírica, pero al final tuvo que hacer una dad de Uclé
raspadura y se disculpó por ello. Al-Mustazhir le contestó en el de un dine
reverso del mismo billete, de su puño y letra, con estos versos con los que
improvisados 28: sin descend
[75] Dice
Hemos aceptado las excusas por la raspadura en el escrito situación e:
por lo bien que lo has redactado desde su inicio. bables, pues c..._
Hemos sido generosos en la recompensa en la medida lo cual aumez;
de nuestra capacidad, sin más consideraciones.
Somos bienhechores cuando podemos, 29 V. supr.
perdonamos a los sospechosos lO RH, 299: ~
II Cfr. BM.
y hacemos ascender, sin duda,
J2 BM, rrr,
los soles de la gloria en el firmamento de los galardones. «rniedecillos.
J3 Salió de
21 Metro: taw¡l; rima: rii; v. PÉRES, Poésie, 412. J4 Es preciso
28 Metro: wáiir; rima: abí. poetisa W~ -

- 220-
__ !OChes [68] Fue asesinado el sábado, doce de g,ü l-qa'da del año 417
-_~ de ella, (25 diciembre 1026). Su reinado había durado un mes y diecisiete
;: y entre días y fue sucedido por su asesino, su primo al-Mustakñ bi-lláh 29.
[ellas
que disi-
:::: aflicción. REINADO DEL OMEYA AL-MUSTAKFI BI-LLAH

razón, [69] Era Muharnmad b. 'Abd al-Rahrnán b. 'Abd Allah b. 'Abd


al-Rahmán al-Násir li-dín Alláh, de laqab al-Mustakfí bi-lláh.
[70] Su madre fue una umm walad llamada ?awrli' 30.
[71] Había nacido en el año 366 y vivió cincuenta y dos años 31.
- petición!
[72] Descripción: Rechoncho, de piel blanca, rubio, ojos azu-
les, hermosa nariz, rostro redondo, corpulento y con una gran
barriga, por lo que le pusieron el mote de al-Iartnba 32. Era de
costumbres depravadas, abúlico, fracasado en su gobierno, glo-
tón y bebedor.
ni resig-
[73] Su hákim y $iih-ib al-mazalim. fue Muharnmad b. 'Abd al-
[nación.
Ra'üf.
[175] [74J Fue jurado en Córdoba / cuando asesinó a al-Mustazhir
bitantes.
-y por ese crimen fue destituido por acuerdo de la gente- el
~
sábado, doce de g,ü l-qa'da 33, cuando tenía cincuenta años y siete
meses; su destronamiento tuvo lugar por acuerdo unánime de
envió un bille- los cordobeses. A los diez días fue asesinado a traición en la ciu-
..,...1.e hacer una dad de Uclés, en la frontera, por sus acompañantes por culpa
ntestó en el de un dinero y unas joyas que llevaba cuando fue destituido y
estos versos con los que marchó hacia la frontera. Era afeminado y murió
sin descendencia 34.
[75J Dice Ibn Hazrn: Cuando subió al trono al-Mustakfí la
__ el escrito situación empeoró y angustió los corazones con sus actos repro-
o. bables, pues era vanidoso, débil y tiránico con sus súbditos, por
:=edida lo cual aumentó la corrupción en Córdoba. Los habitantes de la

29 V. supra, n. 25.
30 RH, 299: Hawr; BM, m, 140 y NA, 83: Hawrá'.
31 Cfr. BM, Il l, 140-141.
32 BM, Il l, 142: al-Juwayfiyya, que LÉVI-PROVEN~AL (HEM, IV, 483) traduce
- galardones.
«rniedecillo».
JJ Salió de Córdoba el 25 de rabi' 1 del 416 (26 mayo 1025).
34 Es preciso sobreentender el calificativo «masculina», ya que la famosa
poetisa Walláda fue hija suya.

- 221-
capital acordaron destituirlo, pero él se enteró y decidió destruir del año 419 :-
la conjura, para lo cual fingió hacer lo que ellos esperaban y con- se hallaba
siguió hacerles desistir de su primitiva intención, dejándolos en ba, en cuyo -
paz durante algún tiempo. Más tarde los invitó a un convite e in- bre 1029).
trodujo hombres armados con la intención de matar a los nota- hasta que fue -
bles. Cuando estuvieron sentados ante él, llenando a rebosar el tiránicamen te
salón, tomó la palabra; llevaba ropas de gala (futüJ:¡.iyya?), se ha- ciantes y de
bía limpiado los dientes, alcoholado los ojos y colocado un man- al alcázar y ~¿

to. Les dijo como en broma: «Cordobeses, ¿por qué odiáis el po- cárcel. Allí _
der y os empeñáis en rebelaras, os subleváis y no obedecéis, inten- tera, donde ;;-
táis sembrar la discordia y no os retraéis ante Dios ni ante vuestro su muerte,
soberano», y añadió con voz afeminada y débil: «No merecéis más Con
que la espada, la espada», y con su mano, teñida de alheña, hacía omeya.
gestos como el que empuña una espada. Le replicó uno del po-
pulacho: «Majestad, hacemos todo eso porque nos tiranizáis y
no sois justos, sois corruptos y no os comportáis rectamente, nos
traicionáis y no tenéis palabra; no hacéis otra cosa que fornicar,
fornicar», y decía eso a causa de su voz afeminada. El que había
hablado se escondió entre la gente y los cordobeses se levanta-
ron llenos de ira, cogieron a al-Mustakfí y lo expulsaron de la
[2] ciudad. Luego fue asesinado / en la frontera y fue designado ca-
lifa el omeya al-Mu'tadd bi-lláh 35.

REINADO DEL OMEYA AL-Mu'TADD BI-LLAH

[76] Era Hisam b. Muhammad b. 'Abd al-Malik b. 'Abd al-Ral}.-


rnán al-Násir Ií-dín Allah. Fue el último soberano omeya de al-An-
dalus. Su kunya era Abü Bakr y su laqab, al-Mu'tadd bi-lláh.
[77] Su madre fue una umm. walad llamada 'j\tib 36.
[78] Vivió sesenta y cuatro años.
[79] Fue jurado en Córdoba por acuerdo y consenso de los
cordobeses y de los habitantes de la frontera a fines de rabr II

3S Anécdota inédita; parece aludir a ella BM, III, 143, cuando dice que,
al entrar en el alcázar los cordobeses con intención de expulsarlo, «le ha-
blaron groseramente». Lo que conocemos del carácter de al-Mustakfi nos
permite dar credibilidad a esta noticia de Ibn Hazm,
36 Cfr. BM, 111, 145.

- 222-
. idió destruir del año 419 (27 mayo 1028) 37. En el momento en que fue jurado
_ raban y con- se hallaba en la frontera y allí permaneció unos días ... a Córdo-
dejándolos .en ba, en cuyo alcázar entró el día de Mina del año 420 (18 diciem-
_ convite e in- bre 1029). Durante dos años y cinco meses continuó en el trono,
:=a~ a los nota- hasta que fue destituido. Su visir fue asesinado porque gobernaba
a rebosar el tiránicamente y se había apoderado de los bienes de los comer-
-. ·yya?), se ha- ciantes y de los súbditos; entonces los cordobeses se dirigieron
do un man- al alcázar y sacaron a al-Mu'tadd bi-lHih, al que encerraron en la
- _:ré odiáis el po- cárcel. Allí permaneció unos días, pero consiguió huir a la fron-
oedecéis, inten- tera, donde pidió asilo a Ibn Hüd, con quien permaneció hasta
- ni ante vuestro su muerte, acaecida en el año 428 (1036-37) 38 •
. -o merecéis más Con su destitución y muerte se extinguió la luz de la dinastía
alheña, hacía omeya. ¡Sólo Dios permanece!
=2.::ó uno del po-
tiranizáis y
37Del 418 (junio 1027), en realidad; v . HEM, IV, 484.
-. rectamente, nos " HEM, IV, 484-486.
- -- que fornicar,
El que había
se levanta-
saron de la
esignado ea-

- . 'Abd al-Rah-
eya de al-An-
bi-llah.
íb 36.

enso de los
de rabt: I1

-..; ccando dice que,


- :;xpulsarlo, «le ha-
al-Mustakfi DOS

- 223-

X

[REYES DE TAIFAS]

15
[3] [1] I
Córdoba,
El vicio -

1 Sobre
BOSCH-HOE).~.;rq
2 Sobre

"9"ahwaI"», 93, -
REBELDES QUE DOMINARON A~ANDALUS DESPUÉS DEL PASADO
AÑO 400, LOS LLAMADOS REYES DE TAIFAS

[3] [IJ / Los primeros son los ?ahwaríes, que se apoderaron de


Córdoba, sede del reino l.
El visir Abii l-Hazm ?ahwar b. Muhammad b. ?ahwar se alzó
con el poder en Córdoba cuando el omeya al-Mu'tadd bi-lláh fue
destituido, ya que sus habitantes acordaron confiarle el gobierno,
la administración de la justicia y la pacificación del país.
[2] Se pregonó por la ciudad un decreto por el que se pro-
hibía a los omeyas residir en Córdoba y a sus habitantes darles
cobijo y ocultarles. Todos los omeyas abandonaron la ciudad y
Abñ l-Hazrn quedó como gobernante absoluto, acaparando el po-
der y la administración de la ciudad desde el año 422 (1031) hasta
que falleció, el jueves, a siete noches por pasar de muharram. del
año 435 (1 septiembre 1043) 2.
[3] Gobernó durante doce años y en todo ese tiempo no varió
su modo de vestir ni su cabalgadura, no entró en el alcázar, no
se llamó soberano ni se dio ningún título honorífico y no permi-
tió que se le invocara en los sermones ni que se grabara su nom-
bre en las monedas.

I Sobre los Banü ?ahwar, v. 'INAN, Duwal, 20-30; SOUFI, Banü ~ahwar y
BOSCH-HoENERBACH, «Banú ?ahwar».
2 Sobre la fecha de la muerte de ?ahwar, v. BOSCH-HoENERBACH,«Banü
?ahwan>, 93, n. 48.

- 227-
[4] Pretendió y deseó llevar una vida virtuosa en todos sus
aspectos: visitaba a los enfermos, asistía a los entierros, llamaba
a la oración desde la puerta de su mezquita en el arrabal oriental
y rezaba en comunidad las oraciones nocturnas de rarnadiin (asfii'J-
Jamás se ocultó del pueblo y consiguió que los cordobeses lo ama-
ran y estuvieran satisfechos de su gestión.
[5] Continuó gobernando Córdoba hasta que murió, siendo
enterrado en su casa; le rezó las oraciones fúnebres su hijo y
sucesor Abü l-WaI¡d Muhammad b. ?ahwar-
[6] Lo sustituyó su hijo Muhammad, al que acabamos de men-
cionar, cuya kunya era Abii l-Walíd. Su visir fue Ibráhím b. Yahya
b. al-Saqqá', hombre decidido, hábil y enérgico ... se le acercó Abíi
l-Tiihir b. Ab¡ l-Walid... Abü l-Walid después de matar a su vi-
[R] sir ... / ?ahwar por la senda de su padre en bondad, religiosidad
y respeto al Libro Sagrado; era humilde, dulce, indulgente y cas-
to. Fue quien reconstruyó la muralla de Córdoba y fortificó la
ciudad.
[7] En sus días los asuntos de Córdoba marcharon rectamen-
te hasta que se presentó Ibn :Qi l-Niin intentando destronarlo, para
lo cual lo cercó en Córdoba. Ibn ?ahwar entonces pidió socorro [14] A
a Ibn 'Abbád, quien acudió en su ayuda con un gran ejército. Esto dawla A'-
significó la ruina de Ibn ?ahwar, porque, cuando Ibn 'Abbiid llegó hasta que "-
a Córdoba, tras aniquilar a Ibn m: l-Nñn y entrar en la ciudad, en Denia t;
destituyó a Ibn ?ahwar del poder- Los cordobeses le prestaron
juramento el domingo, a nueve noches por pasar de sawwiil del
año 461 (12 agosto 1069) 3_ Los Baníi ?ahwar fueron desterrados
de Córdoba y confinados en Saltes, donde falleció Abü l-Walíd en-
cadenado en el año 462 (1069-70)_
[8] Ibn 'Abbád tomó el poder en Córdoba y reconstruyó la
muralla. La ciudad siguió en su poder hasta que lo destronaron
los almorávides el miércoles, dos de saiar del año 484 (27 marzo
1091) 4_ Fue llevado a Agmñt y allí murió en el año 488 (1095) 5.

3 Es preciso corregir esta fecha cambiando el mes de sawwiil por el de


sa'biin (20 sa'biin = 14 junio); v. BOSCH-HoENERBACH, «Banü ?ahwar», 98.
• Más correcta parece la fecha de 3 de saiar (28 marzo); v. GARefA G6MEZ,
Siglo XI, 300, n. 8.
s V. RUBIERA, Al-Mu'tamid, 47.

- 228-
todos sus REBELDES POSTERIORES AL 400: EL «l;lAYIB» AL-MUWAFFAQ
, llamaba ABÜ L-I;IASAN MUYAHID AL-'AMIRI6
_2bal oriental
~ (asta'). [9] Se rebeló en las ciudades de Tortosa, Valencia, Denia y
x...:leS<!S lo ama- Tudmir y en todas las regiones orientales y las puso en orden,
atacando desde ellas a los cristianos. Se apoderó también de Lor-
rrió, siendo ea, Baza y Jódar en dü l-J:¡,iyya del año 400 (julio-agosto 1010).
su hijo y [10] Era un esclavo (rnamliik] de al-Mansiir b. Ab¡ 'Amir que
se había educado con sus hijos, aprendiendo bellas letras, el uso
~os de men- del arco y equitación.
-: -¡ b. Yahya [11] Dominó asimismo las islas orientales, Mallorca, Menor-
e _~ acercó Abü ca e Ibiza, y atacó Cerdeña por varias veces hasta conquistarla.
--:- - a su vi- [12] Murió en Denia el sábado, a tres noches por pasar de
- religiosidad dü l-qa'da del año 436 (15 junio 1045). Había reinado treinta y
.= nte y cas- cinco años 7 •
ortificó la [13] Reunió junto a sí durante su reinado a una pléyade de
sabios, entre los que se contaban Abü 'Amr al-D¡in¡, Sá'Id al-Lu-
~ ---r-- rectamen- gawí y Abii l-Hasan b. Sída al-Lugawí, autor de una gran obra
_ narlo, para sobre lexicografía 8.
:-=- lió socorro [14] A su muerte le sucedió en sus dominios su hijo Iqbál al-
;:'é ito. Esto dawla Abii l-Hasan 'Alí b. Muyáhid, que permaneció en el poder
'Abbad llegó hasta que le llegó desde Zaragoza al-Muqtadir b. Hüd, que lo cercó
la ciudad, en Denia hasta arrebatársela. Se apoderó de sus territorios y de
~ prestaron sus riquezas ... en Zaragoza, donde murió en prisión 9.
== sawwal del
esterrados
- : l-Waljd en- EL GRAN «FATA» JAYRAN AL-'AMIRI, UNO DE LOS REBELDES 10

nstruyó la [15] Se llamaba Jayrán, de kunya Abii l-'Afiya y de laqab al,


tronarcin l),ayib Sayf al-dawla.
:= (27 marzo
(1095) 5. 6 Sobre Muyahid, v. CHABÁS, «Mochéhid»: 'INAN, Duwal, 183-195y, sobre todo,
SARNELLI,M uyahid.
7 Creemos que ésta es la primera vez que se nos ofrece la fecha exacta
del fallecimiento de Muyáhid.
8 V. SARNELLI,«Vita intellettuale».
, Hay distintas versiones sobre la suerte que corrió 'Alí tras su derroca-
miento (KI, 102, n. 2); v. 'INAN, Duwal, 199-200.
10 V. SÁNCHEZ MARTINEZ,«Ilbíra», 36-38.

- 229-
[16] Se rebeló en Almería en el año 405 (1014-15) Y la gobernó
durante catorce años y cuatro meses. Dominó Guadix, Jaén, Prie-
go, Jódar, Baza, Arjona, Beja, Tejada y Chinchilla. Ningún otro
rebelde tuvo un territorio más vasto.
[17] Murió Jayrán al principio de yumadiL 1 del año 419 (28
mayo 1028) en Almería 11.
[18] Le sucedió su compañero Zuhayr al-'Amiri, que se dio
el sobrenombre de 'Amíd [al-dawla] ... 12.

11 V. SÁNCHEZ MARTfNEZ, «Ilbíra», 38, n. 4l.


12 V. SÁNCIlEZ MARTÍNEZ, «Ilbíra», 38-40.

- 230-
.: la gobernó
Jaén, Prie-
_-- gún otro

e se dio

NOTAS HISTORIOGRÁFICAS


así carece -
Estas «Notas historiográficas» tienen como objetivo primordial
servir de base para el estudio de las fuentes del Dikr. He inten-
tado con ellas ofrecer una relación de todas las crónicas históricas
que ofrecen versiones textualmente emparentadas con las del J)ikr,
lo cual implica que no se ha recogido las obras puramente litera-
rias -donde podría haber hallado muchos de los versos que re-
produce el Dikr-> ni las crónicas históricas que narran los mismos
sucesos que el J)ikr con versiones que no tienen ningún punto de
contacto formal con las de nuestra obra.
Para realizar un estudio profundo sobre las fuentes del J)ikr
no podía limitarme a entresacar del texto los nombres de todos
los autores citados y dar la lista correspondiente. Todo trabajo de
historiograña que no vaya más allá de la elaboración de una lista
así carece totalmente de valor, y la cuestión llega a extremos de
frivolidad científica cuando el investigador moderno presenta como
«Fuentes de la obra» la relación de títulos que el mismo autor de
la crónica da en su prólogo, sin comprobar siquiera en el texto la
fiabilidad de esa relación.
Si los compiladores árabes citaran siempre la obra en la que
se basan para redactar cada párrafo -al-Maqqari es modélico en
ese sentido- o si no hubiésemos perdido la mayoría de lasfuen-
tes antiguas, la labor del estudioso se vería simplificada enorme-
mente, pero, ante la evidencia de que ninguno de los dos supuestos
se da, es preciso recurrir a métodos menos directos para averiguar
el origen de cada noticia. El más lógico es buscar otras crónicas
que nos narren el mismo acontecimiento en iguales o parecidos

- 233-
términos; en ocasiones una de estas versiones paralelas nos sumi- guiendo un g.t",-, t
nistra el título de la fuente, pero, aun cuando no sea así, con la derá que para
mera existencia de esa versión similar ya se poseen más elementos versiones s
de juicio para la investigación. y fieles a su :::
En estas «Notas» he intentado lograr la mayor objetividad, y Teniendo
por eso me he limitado a presentar datos concretos, sin deducir texto y no 1
de ellos nada, dejando el comentario y las conclusiones para el que haya d
«Estudio» que aparece al final de este tomo. Sin embargo, una cir- grafos que no
cunstancia me ha obligado a introducir un factor -bien es verdad de las fechas c:=
que mínimo- de subjetividad: he creído conveniente indicar, por nos, del
medio de unos signos cuyo significado daré al final de estas líneas, extensos las
el grado de semejanza entre el párrafo del J)ikr y el de la otra los que
crónica y he establecido tres niveles: igualdad absoluta ° casi pistas.
absoluta, semejanza con variantes textuales de importancia y pa-
recido evidente, pero remoto. La elección de uno u otro de estos
tres niveles implica un cierto grado de subjetividad, sobre todo si
se contempla desde la perspectiva de la relación de un único texto
con el J)ikr, pues a veces es difícil decidir si las variantes son de
escasa entidad o de cierta importancia, pero pierde gran parte de
esa subjetividad cuando se analizan varias versiones, ya que en-
tonces es claro que la versión A se asemeja al Dikr más que la B.
El Dikr es una obra que presta más atención a los aspectos
anecdóticos de la Historia que a las cuestiones políticas. Mientras
que son abundantes los relatos sobre sucesos curiosos, intimida-
des de los soberanos, historietas divertidas o edificantes, etc., es-
casean las menciones a hechos históricos del tipo de campañas
militares, aconteceres políticos o administrativos, batallas, rebelio-
nes, etc. Aunque gran parte de la obra se presenta bajo la forma
de anales, lo cual, en teoría, no favorece la presencia de lo anec-
dótico, nuestro compilador sabe hacer más «espectacular» su narra-
ción adobándola con una gran cantidad de calamidades naturales,
pestes, riadas, terremotos, huracanes, etc. A mayor abundamiento,
mientras que en los párrafos del género que a él le gusta -anéc-
dotas y calamidades- parece copiar a su fuente al pie de la letra,
sin dejar escapar una sola palabra, en los sucesos históricos se
muestra lacónico y distante, hasta llegar a reducir la descripción
de una campaña militar, por ejemplo, a frases del tipo «En tal
año partió el emir en algazúa y conquistó muchos castillos, consi-

- 234-
guiendo un gran botín y numerosos cautivos». Por ello se compren-
derá que para los párrafos de este último tipo es difícil hallar
versiones semejantes, mientras que para los otros, más amplios
y fieles a su modelo, encontramos fácilmente su fuente .
.jetividad, y Teniendo en cuenta que en estas «Notas» lo que importa es el
deducir texto y no los datos en él contenidos, se comprenderá fácilmente
para el que haya desistido de presentar las versiones paralelas de pará-
go, una cir- grafos que no contienen otra cosa que una cifra, como es el caso
es verdad de las fechas de nacimiento, proclamación y muerte de los sobera-
dicar, por nos, del mismo modo que no he tenido en cuenta en los párrafos
- estas líneas, extensos las posibles diferencias en fechas y nombres propios, a
el de la otra los que suelen afectar grandemente las malas lecturas de los co-
luta o casi pistas.


a os aspectos
~;iaLS. Mientras
Pr:lS()S, intimida-

- 235-
11 Cambio ce -

En las -x
chetes, que.
continuació
SIGNOS UTILIZADOS

Versión idéntica o con leves variantes.


± Versión con variantes de importancia.
=1= Versión remotamente parecida.
00 Alguna frase aislada dentro de un pasaje totalmente distinto.
Párrafo muy corto donde es difícil la confrontación textual.
::::,..Versión idéntica, pero más amplia en el Dikr.
L. Versión idéntica, pero más breve en el J)ikr.
-+ Fuente de (citada expresamente). Los nombres de los autores
de los versos reproducidos en el texto sólo son citados en estas
«Notas» (en versalitas) cuando son atribuidos a un poeta dis-
tinto del mencionado en el Dikr. El nombre de un autor citado
como fuente es sustituido por las siglas de su obra cuando
ésta es mencionada en esa misma nota.
La obra mencionada a continuación de este signo tiene el mis-
mo régimen que la precedente.
11 Cambio de régimen.
§ Parágrafo de la traducción del Dikr.

En las «Notas» aparece en primer lugar un número entre cor-


chetes, que remite al pasaje correspondiente de la traducción; a
continuación se encuentra uno de los siete signos de «grado de re-

- 237 ~
lación», seguido de las siglas de una o varias obras (en el caso de
ser varias, están separadas por una barra vertical). Tras la rela-
ción de las obras regidas por ese signo puede aparecer otra de
obras regidas por otro signo, que será separada de la primera por
doble barra vertical.

[1] ;:::;"KI, :
[2] = DA. 2:
[3] ± CR. :1-::
al-"- -
[4]
[5]
[6]
[7]


[8] ±
[9]
[10] ~
[11]
[12]
[13]
[14]

[15]
[16]
[17]
[18] ± § 23.
[19]
[20]
[21] ± TO. :
[22] ± TO. L_
[23] ~ TO. 12
[24] ± § 23.
[25]
[26] 00 SS •. ~-

- 238-
- (en el caso de
. Tras la rela-
ecer otra de
ce la primera por

[1] ~ NT, 1, 226 (+--- siiJ:¡ibal-Yugraiiyyá),


[2] = DA, 133 I SS, 127 (+--- Nuzhat al-nuiüs}.
[3] ± CR, 11·12 I Cl344, 31·32 1 SS, 129-130 1 NT, 1, 130 Y 140 (+--- Ahmad
al-Razi).
[4]
=
[5]
[6]
[7] *"
DA, 133 1

± CR, 111-112 I C1344, 82 1 FA, 3(J7 11 *"


SS, 128 (+--- Nuzhat al-nuiüs ) I NT, 1, 226 (+- Ibn Sida).
MM, 84-85.
CR, 113-118 1 C1344, 82-84 1 al·BakrI (apud Lévi-Provencal, "La Des-
cription», 101-104 1 FA, 307-308 1 AB, 505-506 (+--- al-'Ugri) 1 AY, 220
(+- al·'Ugri) I MN, 67-68.
[8] ± NT, 1, 205 (+- Ibn Sa'id).
[9] = NT, 1, 226-227.
[10] L MM, 124·130 1 RM (en los arts. correspondientes) 1 NT, 1, 140-143 11
~ FA, 308·309 I IG, 98-99.
[11] = NT," 1, 169·170 Y 210 Y IV, 20.
[12]
[13]
[14] ~ YM, 6 1 BG, 10-11 11 ~ BM, 1, 6 (+--- Muslim) y 7 (+- YM) 11
± TI, 61 Y 63 1 RN, 3 I MT, 10 1 MI, 4 1 YI, 11 1 MS, 20 (+--- Ibn
al-Sabbát ) 1 HL, 1, 231 (+--- Ibn al-Sabbát ), 231-232 (+--- K. al-Ta-
sawwuf) y 232-233 (+--- TI).
[15] = YM, 6 1 BG, 10-11 1 BM, 1, 7 (+--- YM).
[16] ~ KY, 80-81 (+--- Ibn I:Iabib).
[17]
[18] ± § 23.
[19]
[20]
[21] ± TO, 10.
[22] ± TO, 10.
[23] ~ TO, 10 11 ± BM, 1, 7.
[24] ± § 23.
[25]
[26] 00 SS, 162 1 ZM, 1, 47 1 NT, 1, 229.

- 239-
[27] [17]
[28] [18]
[29] [19]
[30] = YM, 6-7 1 BG, 11 11 ~ MT, 10.
[31]
[32]
[33]
*
~ YM, 7.
MM, 130 1 KT, I1I, 93 1 RM, 3 1 NT, I, 204-205 (+-- Ibn BaskuwaI).
[20]
[21]
[22]
[34] = BM, 1, 6 (+-- al-Bujárí), [23]
[35] ± TI, 64. [24]
[36] 00 TI, 64 1 RN, 3 1 MI, 4 1 BM, 1, 6 1 YI, 11 1 HL, I, 233 (+-- TI) Y 232
(+-- al-Dáraqutní). [25]
[37] = TI, 64 1 HL, 1, 233 (+-- TI) 11 ~ BM, I, 7. [26]
[38] ~ NT, 1, 209-210 Y 227. [27]
[39] = NT, 1, 227-228. [28]
[40] ~ NT, I, 228. [29]
[41] ± RM, 194. [30]
[42] = NT, 1, 228 11 ± RM, 28 1 NT, I, 158. [31]
[43] ± RM, 163. [32]
[44] ± RM, 105.
[45] ± RM, 105. [33]
[46] ± AB, 553 (+-- al-'Ugrl) 1 RM, 160. [34]
[47] ± RM, 79_ [35]
[48] ± AB, 505 Y 512 (+-- al-'Udrl) 1 AY, 216 1 RM, 45. [36]
[49] ± RM, 105. [37]
[50] ± RM, 105 1 NT, 1, 228. [38]
~ TA, 92-93 11 ± AB, 502 (+-- TA) 1 RM, 173.
[51]
[52]
[53]
= TA, 93 11 * RM, 150 (? referido a Oarabñka).
± AY, 217-218 (+-- al-'Udrn 1 RM, 100 1 NT, 1,204 (+-- al-RazI).
[39]
[40]
[41]
[54] ± AB, 549 (+-- al-Tldrí) 1 RM, 150 1 NT, 1, 204 (+-- al-RazI). [42]
[55] = TA, 88 11 ± RM, 29. [43]
[44]
[45]
II [46]
[47]
[1] Véase trad., II, nota 2. [48]
[2]
[3]
* § I, 3. [49]
[50]
[4] = NT, 1,459-460 (+-- bo'd. al-sulamá). [51]
[5]
[6] = NT, 1, 460.
[7]
[8] ::,.. NT, 1, 460 (+-- ai-Razi).
[9] ~ DM, 1, 1, 33 1 NT, 1, 461 (+-- aH;IiJari / DM). [1]
[10]
[11] = NT, 1, 458 11 ~ KY, 86.
[2]
[3]
*
[12]
[13]
= NT, 1, 458.
~ NT, 1, 458 11 ± TA, 121.
[4]
[5]
*
[14] ~ TA, 122.
[15] = NT, 1, 458 11 ~ TA, 122 11 *
CR, 20 1 C1344, 35 1 MM, 100 1 FA, 296 1
[6]
[7]

[16] = TA, 123 11 *


RM, 156 1 NT, I, 541 (+-- MM).
NT, 1, 464-465 (+-- Ibn Baskuwál).
[8]
[9]

- 240-
[17] ~ NT, 1, 458.
[18] ± NT, 1, 465-466 (+-- Ibn Baskuwál).
[19] = NT, 1, 541 (+-- ba'rj. alrulamá) 11 *-
FA, 296 (_ Ibn Hayyán)
BM, 11, 232 1 NT, 1, 540 (_ Ibn Sa'id) y 540 1 AR, 11, 272.
[20] *-
NT, 1, 540 (+-- Ibn Sa'id) 1 AR, 11, 272.
BaSkuwal). [21] ~ NT, 1, 541 (+-- ba'rj. al-íulamá} 11 *-
NT, 1, 540 (_ Ibn Sa'id).
[22] ± BM, 11, 232 1 NT, 1, 540 1 AR, 11, 272.
[23] *-
FA, 296 (+-- Ibn Hayyán) 1 BM, 11, 232 1 NT, 1, 567 1 AR, 11, 268.
[24] ± BM, 11,232 1 AA, 40-41 1 NT, 1,567 (+---o ba'rj. man arraja l-Andalus} 1
+-- TI) Y 232 AR, 11, 268.
[25] ± BM, 11, 231 1 AA, 38 1 NT, 1, 567 1 AR, 11, 271.
[26] = NT, 1, 458 11 ± MT, 270 (+-- Ibn [Ab¡ 1-]Fayyád).
[27] ~ NT, 1, 459.
[28] Véase trad., 11, nota 18.
[29] = KY, 87 11 ~ NT, 1, 545 (+-- ba'rj. al-mu'arriiin}.
[30] ~ NT, 1, 563 (+-- Ibn Baskuwál).
[31] ~ RW, 22 11 *-
NT, 1, 546 (+-- Ibn Baskuwál).
[32] *-
TA, 123 1 MM, 101-102 1 FA, 297 (_ Ibn Hayyán) 1 RM, 157 1 NT, 1,
547 (_ K. Maymü' al-muitaraq ) y 550 (+-- Ibn Baskuwal).
[33] *-
NT, 1, 550 (+-- Ibn Baskuwal).
[34] ~ RW, 22 11 ± NT, 1, 550 (+-- Ibn BaSkuwal).
[35] ± TA, 124 1 MM, 104 1 FA, 298 1 RM, 157 1 NT, 1, 548.
[36] ~ NT, 1, 551-552 11 *-
NT, 1, 551 (+-- Ibn Sa'id _ Ibn Baskuwál ),
[37] ~ NT, 1, 552 11 *-
NT, 1, 551 (+---o Ibn Sa'íd _ Ibn Baskuwál ).
[38] ± NT, 1, 551 (+-- Ibn Sa'íd _ Ibn Baskuwal).
[39] ~ NT, 1, 552.
[40] = NT, 1, 548 11 *-
NT, 1, 563 (_ Ibn Sa'Id +-- Ibn Baskuwal).
[41]
[42] = NT, 1, 548.
[43] = NT, 1, 550 (+-- ba'rj. al-mu'orriiin}.
[44]
[45]
[46] ~ TA, 124-127.
[47] *-
MM, 105 1 FA, 306.
[48]
[49] ± MM, 129 1 NT, 1, 143.
[50] = KY, 87.
[51] = NT, 1, 459.

III

[1] 00 CR, 22 1 FA, 2821MB, IV, 305.


[2] *- § 1, 54.
[3]
[4] *- FA, 2841MB, 1, 64 1 MH, 11, 75 (+-- al-Razl).
[5]
[6] 00 CR, 311MB, 11, 195.
00 1 FA, 296 1 [7]
[8] *- FA, 284 1 MH, 11, 51 (_ al-Rjizf).
[9] *- CR, 63·66 1 MM, 86·88 1 FA, 288·289 1 MB, IV, 39·40 1 SS, 148 (+--lj-

- 241-

16
ti$iir 1qtibñs al-anwiir) 1 RM, 130-135. [56]
[10] ± KY, 83. [57]
[11] = KY, 83-85 1 NT, 1, 206-207. [58]
[12] [59]
[13] -=F CR, 65-66 1 MM, 88 1 FA, 2881MB, IV, 39 1 AB, 545-546 1 RM, 133. [60]
[14] [61]
[15] -=F MB, V, 61 1 RM, 179. [62]
[16] ±. RM, 216. [63]
[17] -=F MB, IV, 39 1 RM, 128. [64]
[18] = KY, 85. [65]
[19] -=F CR, 88 1 C1344, 69-70 1 FA, 291 1 AB, 555 1 MH, 1, 411 (+-- al-Razl). [66]
[20] ± AB, 496 1 RM, 16 11 -=F CR, 88 1 C1344, 70 1 FA, 291 1 MH, 1, 411
(+-- al-Razl). [67]
[21] = SS, 163 (+--o al-Bakri) 1 RM, 16 11 ~ AB, 496 (_ al-'Dgrl). [68]
[22] = AB, 496 (+-- al-'Ugrl). [69]
[23] oo AB, 497 (+-- al-'Ugrl). [70]
[24] = KY, 85 . [71]
[25] [72]
[26] ± C1344, 70 1 FA, 2911MB, V, 16 1 MH, 1, 411 (+-- a1-RazI) 1 NT, 1, [73]
152. [74]
[27] 00 MB, I1I, 416 1 AB, 542 1 RM, 114. [75]
[28] 00 MB, III, 416 1 RM, 114. [76]
[29] [77]
[30] [78]
[31] ± AB, 505-506 (+-- al-'Ugrl). [79]
[32] [80]
[33] -=F C1344, 71-72 1 FA, 291 1 AB, 541 (+-- al 'Ugrl) 1 RM, 106. [81]
[34] [82]
[35] 00 FA, 2911MB, 1, 240.
[36] [83]
[37] [84]
[38] [85]
[39] 00 RM, 36. [86]
[40] -=F CR, 80-82 1 FA, 290 1 MH, 1, 403(+-- al-Rñzíi ). [87]
[41] 00 CR, 71 1 FA, 290 1 SS, 147 (+-- Ijti$iir 1qtibiiS al-anwiir _ al-Rází). [88]
[42] ~ KY, 85. [89]
[43] 00 RM, 56. [90]
[44] [91]
[45] [92]
[46]
[47] = KY, 86. [93]
[48] [94]
[49] ± RM, 28.
[50] -=F MB, IV, 247 1 RM, 193. [95]
[51] [96]
[52] = KY, 89. [97]
[53] -=F C1344, 71-72 1 FA, 291-292 1 MH, 1, 339 (+-- al-Razl). [98]
[54] = TA, 110 11 ~ AB, 555 11 ± C1344, 72 1 FA, 292 1 MB, 11, 301 1 SS, [99]
145 (+-- Ijtisár Iqtibiis al-anwñr} 1 MH, 1, 339 (_ al-Razí) 1 RM, [100]
168. [101]
[55] = AB, 555 (+-- TA) 11 ~ TA, 110 11 ± RM, 168-169. [102]

- 242-
[56] =F TA, 111 1 FA, 292 1 SS, 145 (+- al-Bakrí) 1 AB, 555.
[57] ~ TA, 111 1 i =F FA, 291-292 1 MH, I, 339 (+- al-Razl) 1 RM. 169.
[58] ~ TA, 111-
[59] ± TA, 111 1 RM, 169.
RM, 133. [60]
[61] 00 CR, 91 1 FA, 292.
[62] =o NT, I, 208.
[63] ;:: NT, I, 208.
[64] ;:: NT, I, 208.
[65]
+- al-Rázi). [66] ~ TA, 95-96 11 ;:: AB, 497 11 00 CR, 92-93 1 MM, 114 1 FA, 292-293 1 RM,
m, 1, 411 21 Y 101 1 NT, I, 158.
[67] =o KY, 88 1 NT, I, 208 (+- Ibn Muflib).
[68] =o NT, I, 208 11 ~ TA, 96 11 ± CR, 94 1 FA, 293.
[69] ;:: NT, I, 208 11 ~ KY, 88.
[70] 00 CR, 99 1 FA, 2931MB, V, 222.
[71]
[72]
-- RazI) 1 NT, 1, [73]
[74] =F RM, 162.
[75] ± RM, 102.
[76]
[77]
[78] =o KY, 89-90.
[79] =F MB, I, 212.
[80] ~ KY, 90-91-
[81]
[82] =F CR, 103-105 1 TA, 117 1 FA, 2941MB, II, 136 1 MH, 1, 320 (+- al-
Raz!) 1 RM, 74.
[83] ± MM, 118 1 RM, 74.
[84]
[85] =F RM, 178.
[86]
[87] 00 § 1, 10.
- ~ al-Razl). [88] =F RM, 23..
[89] =F CR, 25 1 FA, 2831MB, III, 360 1 AB, 547 1 RM, 112 1 NT, 1, 177.
[90] ;:: NT, I, 177 (+- ba'(i al-muta'oiiinn}.
[91]
[92] =F CR, 108-110 1 FA, 2951MB, 1, 174 1 SS, 140-141 (+- Ijti$iir 1qtibñs
al-anwiir).
[93] ~ KY, 81-82.
[94] =F CR, 55 1 TA, 22 1 FA, 2881MB, III, 212 1 SS, 150 (+- Ijti$iir Tqtibiis
al-anwiir) 1 RM, 97 1 NT, 1, 150.
[95]
[96]
[97] 00 MB, V, 7.
[98] ± CR, 42-43 1 FA, 286 1 RM, 128.
II, 301 1 SS, [99]
_ al-RazI) 1 RM, [100]
[101] 00 NT, I, 202 (+- Ibn Sa'ld ~ Ibn Galib).
[102]

- 243'-
[103] 00 CR, 49 1 FA, 56. [20]
[104] [21]
[105] [22]
[106]
[107] [23]
[108] =1=- MB, III, 309. [24]
[109] =1=- CR, 39 ¡FA, 2851MB, IV, 30. [25]
[110] ~ KY, 83. [26]
[111]
[112] =1=- CR, 40 1 FA, 286 1 RM, 124.
[113]
[114]
[115] ± TA, 2-3 11 =1=- AB, 543 (+- al-Garnátí).
[116] [1]
[117] 00 RM, 45. [2]
[118] [3]
[119] ~ TA, 86. [4]
[120] [5]
[121] [6]
[7]
[8] =1=-
IV [9] =1=-
[10]
[1] ± FA, 281 1 KT, IV, 556-557 1 SS, 128 Ibn Abi l-Fayyád), 164
(+- [11]
(+-- al-Bakñ +- al-Rází) y 166 1 BM, n, 1 1 RM, 1 y 4-5 (+-- al- [12]
RazI) 1 NT, l, 133 1 SA, V, 236 (+- al-RazI). [13]
[2] ± CR, 153-157 1 KT, IV, 557 1 SS, 166 1 BM, n, 1-2 1 RM, 1-2 1 NT, I, [14]
133-134. [15]
[3] [16]
[4] [17]
[5] ± BM, rr. 1 11 =1=- CR, 13-15 1 MM, 65-68 1 MB, r, 263 1 RM, 2-3 1 NT, r, [18]
130-131 (+-- al-Rází).
[6]
[7]
[8] ± KT, IV, 557-558 1 SS, 172 (+- al-Bakr¡ e Ibn Ab¡ l-Fayyád) 1 BM, [1]
n. 2 1 RM, 5 Y 122 1 NT, r. 137-138 (+-- Ibn Hayyán) 1 SA, V, 237. [2]
[9] [3]
[ID] ± CR, 135-137 1 TA, 97 1 MM, 109-111 1 KT, IV, 557 1 SS, 139 (+-- al-
Raz!) 1 BM, rr. 2 1 RM, 5 (+-- al-Rñzí), 19-20 y 122 1 NT, l, 135 1 [4]
KF, 18-19. [5]
[11] =1=- TA, 97. [6]
[12] [7]
[13] 2: BA, 42-43 1 RM (ed. 'Abbas), 463 11 =1=- CR, 145-152.
[14] ± CR, 162 1 M-Chalrneta, 273 (+-- 'lsa al-RazI). [8]
[15] =1=- KT, IV, 558.
[16] =1=- KT, IV, 558 1 SS, 167 1 BM, rr.
2 1 RM, 6 1 NT, I, 138 1 SA, V, 238.
[17] ± CR, 261-263 1 TA, 98 11 -=1= KT, IV, 560 1 KI, rr. 236 (+-- HUIÜSYüS) 1 [9]
SA, V, 240 (+- HUIÜSyÜS). [10]
[18] =1=- CR, 264-267 1 M-Chalrneta, 274 (+- Isbaq b. Maslarna) 1 KT, IV, 560 1 [11]
KI, II, 236 1 SA, V, 240. [12] 2:
[19] =F CR, 267-268 ! M-Chalrneta, 275 1 KT, IV, 560 1 KI, rr. 236 1 SA, V, 240.

- 244-
[20) =1= CR, 268.
[21) =1= CR, 269-271 1 KI, 11, 236 1 SA, V, 240.
[22) ± BM, rr, 2-3 1 RM, 6 1 NT, 1, 139 11 =1= M-Chalmeta, 275 1 KT, IV,
560 1 KI, 11, 236 1 SA, V, 240.
[23) =1= CR, 271-272 1 M-Chalmeta, 275 1 KT, IV, 260 1 KI, 11, 236 1 SA, V, 240.
[24) =1= CR, 275-278 1 M-Chalmeta, 275 1 KT, IV, 260 1 KI, 11, 236 1 SA, V, 241.
[25) =1= M-Chalmeta, 276 1 KT, IV, 260 1 BM, 11, 3 1 KI, 11, 236 1 SA, V, 241.
[26) ± lA, 7 1 IK, 42-43 1 SS, 131-132 (+--- IK) Y 132 (_ Ibn AbI l-Fayyád ) 1
BM, 11, 3 1 RM, 6-7 1 NT, 1, 247-248 (+--- Ibn Jallikan) 1 SA, V, 241.

v
[1)
[2) =1= 1M, 69
1 KT, IV, 540 1 BM, 1, 42 1 NT, 1, 239.
[3) ± 1M, 69-70 1 KT, IV, 540 1 BM, 1, 42 1 NT, 1, 239.
(4) =1= BM, 11, 5 (+--- 'Aríb) \ NT, 1, 229 (_ Ibn Hayyán y al-l;Iiyarl).
[5) =1= BM, 11, 5 (+--- 'Aríb).
[6) =1= FM, 206 1 lA, 9 1 lK, 46.
[7)
[8) =1= 1M, 74-75 1 BM, 11, 7.
[9) =1= 1M, 75 1 BM, 11, 7.
[10) =1= 1M, 75 1 BM, 11, 7.
: l-Fayyád), 164 [11) =F IK, 48 1 SS, 135.
r 4-5 (+--- al- [12)
[13) =F KF, 10-11 I RW, 108.
• 1-2 1 NT, l. [14) ± 1M, 81-82.
[15) = lbn AbI l-Fayyad (apud Alvarez de Morales, 51-52) 1 AA, 6-7.
[16) ± lA, 16-17.
[17) = lA, 18 1 YM, 201 1 BG, 277 1 HS, 1, 64 1 BM, 1, 50.
,2-3 1 NT, 1, [18)

VI
: Fayyád) 1 BM, [1) =F FA, 309-310.
SA, V, 237. (2)
[3) -;- RH, 298 1 YM, 8 1 KT, VI, 110 1 HS, 1, 35 1 BM, II, 47 1 MT, 11
- • 139 (+--- al- NT, 1, 333 1 NA, 1.
xr. 1, 135 1 [4)
[5) ± KT, VI, 110 1 BM, II, 48 1 NT, 1, 332 (+--- Ibn Zaydün) 1 NA, 17.
[6) ± KT, VI, 110 1 BM, II, 58 1 AA, 10 1 NA, 17.
[7) = YM, 9 1 HS, 1, 36 (+--- YM) 1 BM, 11, 60 1 MT, 12 1 AA, 10 1 NT,
I1I, 38 Y 54 1 NA, 17.
[8) = NT, III, 49 (+--- ba't;!.al-mu'arriiin min ahlal-Magrib) 11 ± NT,
In, 37 (_ Ibn l;Iayyan) 1 re. III, 468 (+--- Ibn Mufarriy) 11 00 KT,
VI, 110 1 NA, 17.
[9) =F NT, III, 54 1 NA, 18.
[10) -;- BM, II, 48 1 NT, 1, 333 1 NA, 18.
KT, IV, 560 1 [11) ± YM, 9 1 BM, II, 48 1 NT, III, 45-46 1 NA, 18.
[12) 2: NT, In, 49-50 11 00 lA, 24 Y 27 1 AM, 74-75 1 NT. III, 31 (_ Ibn
l;Iayyan) 1 KF, 51.

- 245-
[13] =1=- KF, 59. [61] ± KT
[14] [62] ± KT.
[15] -i- BM, n, 48. [63] ~ B~ú,
[16] [64] ± § '-:::.-
[17] [65]
[18] [66]
[19] 00 lA, 34 1 BM, rr. 52 1 AA, 9 1 NT, 1, 332 1 KF, 63. [67]
[20] :=; KF, 63. [68]
[21] [69]
[22] [70]
[23] [71]
[24] [72]
[25] [73]
[26] [74]
[27] [75]
[28] ~ BM, rr,
56. [76]
[29] = 19.
RW, [77]
[30] = 19 11 =1=- KT, VI, 109 1 BM, n. 58 1 KF, 70 1 NA, 16.
RW, [78]
[31] = NT, rrr. 55 1 RW, 19 11 ~ BM, 11, 230 (_ AL-BALAw!)1 KF, 70
(_ AL-BAL<\WI) 11 ± NT, 1, 561 (_ AL-BAI:.AwI). [79]
[32] :=; TA, 123-124 11 ~ RW, 19. [80]
[33]
[34] =1=- 00, 33 1 NT, 1, 467-468 (_ Ibn Sa'íd _ Ibn Hayyán).
[35] = AM, 116-117 1 HS, 1, 39 (_ Ibn Faray) 1 NT, III, 38 11 ~ BM, [81]
rr.
59. [82]
[36] :=; AM, 118-119 1 BM, rr. 59-60 1 AA, 9-10 1 ZM, n,v 82 1 NT, 1, 332 11 [83]
~ NT, 1, 332. [84]
[37] [85]
[38] [86]
[39] [87]
[40] ..¡- RH, 298 1 YM, 10 1 MT, 12. [88]
[41] [89]
[42]
[43] ± KT, VI, 148 1 BM, rr. 61 1 NA, 25. [90]
[44] = NA, 26 11 :=; BM, rr. 61. [91]
[45] ~ BM, rr. 61 1 NA, 26. [92]
[46] ..¡- BM, n. 61 1 NA, 26. [93]
[47] ~ BM, rr. 61 11 =1=- NA, 26.
[48] [94] ~
[49]
[50] [95]
[51] [96]
[52] ± BM, rr. 62 11 =1=- KT, VI, 116-117 1 NA, 20. [97]
[53] ± KT, VI, 117 1 BM, rr. 63 1 NA, 21 11 =1=- AA, 11 1 KI, IV, 124. [98]
[54] 00 KT, VI, 148 1 AA, 12 1 NT, 1, 336 1 NA, 26. [99]
[55] =1=- BM, n. 66 (_ Ibn Waddáh) 1 AA, 12 (_ Ibn Wa<;ioaJ¡.) 1 NT, 1, 338. [100]
[56] [101]
[57] = IA,43. [102]
[58] ~ AM, 120-121 i 1 ± BM, rr. 66 11 =1=- MT, 12. [103]
[59] ± AM, 120 11 =1=- KT, VI, 148 1 NA, 26. [104]
[60] i=- BM, rr. 63. [105]

- 246-
[61] ± KT, VI, 124 1 NA, 23.
[62] ± KT, VI, 133 1 NA, 23.
[63] ~ BM., Ir, 64 11 =F KT, VI, 135 1 NA, 23.
[64] ± § VI, 59.
[65]
[66] =F KT, VI, 146 1 BM., II, 64-65 1 AA, 12
1 KI, IV, 125 1 NT, l, 338.
[67] ±BM, II, 66 1 NT, 1, 336-337.
[68] ± AM, 121 1 BM, rr. 66.
[69] = AM, 122-124 1 BM, n, 67-68 1 NT, 1, 335-336.
[70]
[71]
[72] =F KT, VI, 120.
[73]
[74]
[75]
[76]
[77] = BM, II, 68 1 NT, 1, 341.
[78] ~ BM, I1, 68 1 IG, r. 479 11 ~ KT, VI, 377 1 MH, l, 38 (+-- Ibn
-: I KF, 70 Hayyán) 1 NT, r. 341 1 NA, 40.
[79] :::i::. AM, 124 1 KT, VI, 149 y 328 1 BM, I1, 78 Y 79 1 AA, 14 1 IG, r. 480.
[80] ~ KT, VI, 378 1 MH, I, 39 (+-- lbn Hayvan +--- al-Razl) 1 KI, IV,
127 1 NT, r. 341 (+-- KI) 1 A, 41 11 =F KT, VI, 149 1 BM, II, 79 I
AA, 14 I KI, IV, 125 1 NT, r. 338, 340 Y 341.
~ BM, [81] ± KT, VI, 377 1 BM, II, 68 1 IG, l, 479.
[82] ~ BM, n, 68 I IG, l, 480.
xr, I, 332 11
[83] ± ZM, n.s 84.
[84] ± BM, n. 68 1 IG, l, 480 11 =F MH, r. 44.
[85] 00 KT, VI, 149 Y 378 1 NT, 1, 342 1 NA, 41.
[86] ~ BM, II, 79 11 ± MH, I, 39 (+-- lbn Hayyán +--- al-RazI).
[87] ~ AM, 134 I HS, I, 50 1 BM., I1, 79 I IG, I, 481 1 NT, l, 342-343.
[88] = AM, 134-135 1 HS, I, 49 1 BM, n, 80 1 AA, 17-18.
[89] ~ NT, I, 342 (+-- lbn nazm) 11 ± MH, I, 44 (+--- Ibn nazm). Cfr.
Naqi (ed. I;>ayf), 73.
[90]
[91]
[92] =F MH, 1, 39 I NT, I, 340.
[93] ~ AM, 132-133 1 HS, I, 4748 1 MH, I, 44-45 1 BM, n. 71-72 11 ~ NT,
I, 342.
[94] ~ NT, I, 343-344 11 ± BM, Ir, 73 1 IG. l, 481-482 11 =F AM, 128-129 I
NA,36.
[95] = NT, IV, 167.
[96] =F KT, VI, 277 1 BM, ir, 73 I NT, I, 341 1 NA, 37.
[97]
-.124. [98] 00 NT, r, 344.
[99] =F BM, n, 71.
xr, I, 338. [100] 00 lA, 49 1 AA, 14-15.
[101]
[102]
[103]
[104] =F ZM, n.s 93.
[lOS]

- 247-
VII [46]
[47]
[1]
[2] [48]
[3] [49]
[4] [50]
[5] = BM, II, 81 11 ~ M-Makki:, 22 (+-- al-Riizi) 11 ~ KT, VII, 69 1 NA, 51. [SI]
[6] 00 HS, r, 114 1 BM, II, 91 1 AA, 20 1 KI, IV, 130 1 NT, r, 347 1 KF, 73 1 [52]
NA,52.
[7] = NT, l, 347 11 ~ BM, II, 81 (+- IBN AL-SAMIR) 11 ~ M-Makki:, 22. [53]
[8] ~ BM, I1, 80.
[9] ± MH, r, 45 (+-- lbn Hazm) 1 NT, I, 347. Cfr. Naqt (ed. Dayf), 75. [54]
[10] -7 BM, II, 80. [55]
[11] [56]
[12] ~ BM, II, 90-91 1 AA, 18. [57]
[13] [58]
[14] 00 MH, I, 46. [59]
[15] = NT, r.
349 11 =1= AM, 136-137 1 HS, r.
116 1 BM, II, 92 1 ZM, n.O 63.
[16] = NT, l, 349 11 ~ lA, 61 1 HS, r.
114-115 1 MH, r.47 1 BM, I1, 86 [60]
(+- IBN AL-SMITR) 1 AA, 19 (+-- IBN AL-$AMIR). [61]
[17] = § VII, 16. [62]
[18] = AM, 139 1 BM, II, 93 1 AA, 19 11 ± M-Makki, 89 1 MH, r.46 (+-- M- [63]
Makki: +- a1-Razi) 1 NT, 1, 348 (+-- MH). [64]
[19] [65]
[20] ~ ZM, n° 85 11 ~ MH, 1, 46. [66]
[21] 00 HS, I, 114 1 BM, II, 91 1 AA, 20 1 KF, 73. [67]
[22] = RW, 19 1 NT, r. 348. [68]
[23] = RW, 20 1 NT, l, 348. [69]
[24] = HS, l, 113 1 BM, I1, 91 1 KF, 73 1 RW, 20 11 ± NA, 52. [70]
[25] = RW, 20 11 ± lA, 62-63 11 =1= MH, l, 45 (+-- Ibn Hayyán +- Ibn [71]
Hazm), [72]
[26] = RW, 20.
[27] = RW, 20 11 00 MH, I, 45 (+-- lbn Hayyán +- lbn Hazm). [73]
[28] = RW, 20-21 1 NT, IV, 167-168. [74]
[29] = NT, I, 349-350 11 ± AM, 136 1 BM, II, 92. [75]
[30] ~ MH, l, 47 (+- Ibn Hayvan). [76]
[31] ~ NT, 1, 350. [77]
[32] = BM, I1, 89 11 ~ M-Makki, 5 11 ± KT, VII, 51 1 NA, 50. [78]
[33] = RQ, 96 11 ~ M-Makki:, 16 11 ± KT, VII, 51 1 MH, l, 50 1 BM, II, 90. [79]
[34] ± KT, VI, 507 1 BM, II, 85 1 NA, 46. [80]
[35] = § VII, 16. [81]
[36] [82]
[37] [83]
[38]
[39] [84]
[40] ± KT, VII, 424 1 BM, II, 94 1 NA, 57. [85]
[41] [86]
[42] ± BM, II, 93-94. [87]
[43] ~ BM, II, 94. [88]
[44] [89]
[45] [90]

- 248-
[46] ~ YM, 11 (+-- Ibn Hazrn) 1 MH, I, 52 (~ YM) 1 NA, 57.
[47] = BM, n, 109 (+-- Baqi b. Majlad) 11 ::::". NA, 57 (1-- Baqi b. Maj·
lad).
[48]
[49]
[50] ~ RQ, 96-97.
[51]
[52] ~ M-Mam, 298-301 (+-- 'AllBASB. FIRNAS) 1 BM, n, 111-112 (1-- 'AJ¡-
BASB. FIRNAs).
[53] 00 M-Mam, 298 (+-- Ibn al-'Añf) 1 lA, 97 1 BM, n. 95 y 113 (1-- al-
Sálirní) 1 NA, 53.
[54] = NT, I, 351.
[55] ~ RQ, 97.
[56]
[57] ~ RQ, 97 11 -=F BM, n, 104-105 (1-- al-Razl).
[58]
[59] ~ BM, rr, 111 1 AA, 23 1 NA, 56-57 (1-- Ibn al-Raqíq) 11 -=F ZM,
L\i, n.O 63. n.O 65.
B.M, rr, 86 [60]
[61] -7- BM, n. 113.
[62] ~ KT, vrr. 435 1 BM, n. 113 1 NA, 58.
- ~ . (+-- M- [63]
[64] = BM, n. 113.
[65]
[66]
[67] . ± BM, H, 113.
[68]
[69] 00 BM, rr. 114 1 AA, 24.
[70] 00 BM, n. 120 1 AA, 23.
[71]
[72] ± AM, 149 (+-- AB'ONuwAs) 1 HS, I, 138 (1-- AJ¡ü NuwAs) 1 BM, rr.
116 1 AA, 24.
[73]
[74]
[75]
[76]
[77]
[78]
B:M, rr. 90. [79]
[80]
[81]
[82]
[83] -7- M-Antuña, 3 (1-- Ibn 'Abd Rabbihi) 1 YM, 12 1 KT, VII, 435 1 BM,
II, 120 1 NA, 58.
[84]
[85] ± 'Aríb (apud BM, II, 151) 1 KT, VIII, 73 1 BM, II, 120-121.
[86] = BM, II, 121 11 ~ KT, VIII, 73.
[87] ~ BM, II, 120.
[88]
[89]
[90] 00 'Arib-BM, II, 153.

- 249-
[91]

[93]
=1=- 'Aríb (apud BM, II, 151).
r92] ~ HS, I, 122 1 BM, II, 154 1 NT, I, 353.
[27] =
567
Allah
NT,
---
[94] ~ RQ, 97. al-X
[95] [28] ~ NT, L ~~-
[96] ~ M-Antuña, 30 11 ± HS, I, 156. AR,
[97] 00 NA, 59. [29] =1=- FA, 3;;
[98] AR,
[99] [30] =1=- FA, 3
[100] [31] = BM,
[101] II,
[102] = RQ, 97. [32] = KY,
[103] = RQ,97-98 11 ± 'Arib (apud BM, II, 149) 1 M-Antuña, 147 1 BM, II, 149. [33] = NT,
[104] [34] = NT, r. =r:»
[105] ~ RQ, 98. [35] =1=- FA,
[106] AR,
[l07] [36] = § TI, :-
[37] = § n. ~
[38] = § TI, :.
VIII [39] = RQ, 9~,_
[40]
[1]
[41] ± RQ, •
[2] [42]
[3] [43] = KY,
[4] [44]
[5] ± es, 27 1 KT, VIII, 535 1 IG, III, 464 11 =1=- BM, II, 156. [45]
[6] ~ eA, 27 1 BM, II, 156 1 IG, III, 465. [46]
[7] [47]
[8] ~ BM, II, 156 IG, III, 465.
1
[48] ± KT,
[9]
[49]
[10]
[11] = MH, I, 182 (_ IBN 'AsD RABBIHI)1 BM, II, 157 (~ IBN 'ABD RAB-
[50] = BM,
[51] =1=- § TI,
BIHI) 1 NT, I, 354 (_ IBN 'Aso RABBIHI)11 ~ eA, 40 (~ IBN 'ABo [52]
RABBIHI). [53]
[12] ~ YM, 12 (~ Ibn Hazm) 1 KT, VIII, 73 1 MH, I, 181 (_ YM) [54]
KI, IV, 137 1 NT, I, 353 (_ KI). [55]
[13] 00 AM, 153 1 IG, rrr. 465 11 =1=- BM, II, 157 1 AA, 29 1 NA, 61.
[14] [56]
[15] [57]
[16] [58]
[17] [59] ~ RW,
[18] ~ RQ, 98. [60] = RW,21-_
[19] ~ RQ, 98. [61] = RW, 22 ::¡
[20] = RQ, 98. [62]
[21] [63]
[22] ± MH, I, 182 (~ K. al-Mushib). [64]
[23] [65]
[24] ~ BM, II, 227 1 NT, III, 617. [66]
[25] [67]
[26] = NT, I, 526 (_ ba'(l mart arraja l-Andalus} 11 ~ BM, II, 209 Y [68] ~ RQ, 1
231 1 AA, 38 11 =1=- FA, 300 (_ Maslama b. 'Abd Allili) 1 NT, I, [69]

- 250-

.•••....... --
Ii:::--~ ---
567 (+-- Ibn Hayyán _ Ibn Dahhün +-- Maslama b. 'Abd

[27] =
Allah) 1 AR, I1, 269.
NT, 1, 526 (+-- Ibn Hayyán) 11
al-Nazzñm e Ibn Hayyán).
*
FA, 299-300 (_ al-Rází, lbn

[28] ~ NT, 1, 526-527 11 ± FA, 300-301 1 BM, I1, 231 1 AA, 38 1 NT, 1, 568 1

[29] * AR, I1, 270.


FA, 301 (+-- al-RazI e Ibn Hayyán) 1 NT, 1, 566 (_ Ibn Hayyán) 1

[30]
[31]
*
=
AR, I1, 268.
FA, 301 (+-- Ibn Hayyan) 1 NT, 1, 569 1 AR, I1, 271.
BM, I1, 231-232 1 NT, 1, 379, 524-525 (+-- Ibn Baskuwál) y 569 1 AR,
I1, 271 11 ~ AA, 38 11 ± FA, 301 1 MH, 1, 183.
[32] = KY, 87-88 1 NT, 1, 527.
BM, I1, 149. [33] = NT, 1, 529.
[34]
[35] *
= NT, 1, 527-528.
FA, 202-203 1 KT, VIII, 674 1 MH, 1, 183 1 AA, 38-39 1 NT, 1, 570-574 1
AR, I1, 277-282 1 NA, 62.
[36] = § I1, 24.
[37] = § I1, 25.
=
[38]
[39]
[40]
=
§ I1, 26.
RQ, 98-99 11 * 'Ano-BM, 1, 192 1 BA, 100.

[41] ± RQ, 100.


[42]
[43] = KY, 88.
[44]
[45]
[46]
[47]
[48] ± KT, VIII, 677 1 BM, I1, 233 1 IG, 1, 478.
[49]
_~.
-
'ABDRAB-
+-- IBN 'ABD
[50]
[51]
[52]
*= BM, I1, 233.
§ I1, 19.

_ YM) [53]
[54] 00 NT, 1, 385.
[55] = YA, 92 1 HS, 1, 203 (+-- YA) 1 MH, 1, 186 (_ Ibn Hayyan) 1 KI,
61.
IV, 146 (+-- YA) 1 NT, 1, 385 (+-- KI _ YA) Y 394 (+-- YA).
[56]
[57]
[58]
[59] ~ RW, 21.
[60] = RW, 21-22 11 ± § I1, 37.
[61] = RW, 22 11 ± NT, 1, 547.
[62]
[63]
[64]
[65]
[66]
[67]
== 3 • I1, 209 Y [68] ~ RQ, 100-101.
- .\TIah) 1 NT, 1, [69]

- 251-
[70] [119] = RW,_
[71] [120] = RW, ::?
[72] [121] = RW, ==
[73] [122] ~ § u, 3
[74] -=J=. BM, rr. 236. [123] ~ § rr. ::,
[75] [124] ~ § n. ~
[76] [125] ~ § n. E_
[77] [126] ~ § n. ~
[78] [127] ~ § rr, .x:..
[79] [128] ~ § n..--
[80] -=J=. BM, rr. 253. [129] ~ RQ, :
[81] [130] = RQ, ::;:
[82] ~ HS, 1, 264-265 1 BM, rr. 237 1 AA, 43. [131] ~ RQ, :.~
[83] [132] ± RQ,
[84] [133] = RQ.
[85] ~ BM, 11, 253. [134] = RQ,
[86] -=J=. BM, n, 254. [135] ~ BM,
[87] [136]
[88] [137]
[89] [138]
[90] [139]
[91] [140]
[92]
[93] [141]
[94] = BM, Il , 256 (_ MUI;IAMMAD B. I;IUSAYN). [142]
[95]
[96] -=J=. DM, IV, 1, 62 (_ Ibn Havyán) 1 BM, n. 264 1 AA, 60 1 NT, 11I, [143]
87-88 (_ Ibn Hayyán). [144]
[97]
[98] = HS, 1, 275-276. [145]
[98 bis] ~ HS, 1, 276 1 BM, n, 275 1 NT, 1, 406-407 (_ Ibn Jaqan). [146] = RQ. !:=
[99] [147] = HS, I :..._
[100] m,E
[101] 00 NA, 66. [148]
[102] 00 NA, 68.
[103]
[104]
[105]
[106] [1]
[107] [2]
[108] [3] ~ BM,
[109] [4] 00 BM,
[110] [5]
[111] [6]
[112] [7]
[113] ~ RQ, 115. [8]
[114] ~ RQ, 115 (_ Ibn AbI l-Fayyad e Ibn Muzayn). [9]
[115] = RQ, 115 (_ Ibn Abí l-Fayyád e Ibn Muzayn). [10]
[116] ~ RQ, 115 [11] -7- YM; 21
[117] = RW, 22. [12]
[118] = RW, 22 11 00 § rr. 31. [13]

- 252-
[119] = RW, 22 11 ~ § II, 31.
[120] = RW, 22 11 00 § II, 31.
[121] = RW, 22 11 ~ § II, 34.
[122] ~ § II, 35.
[123] ~ § 11, 36.
[124] ~ § II, 33.
[125] ~ § II, 37.
[126] ~ § II, 38.
[127] ~ § II, 36.
[128] ~ § II, 38.
[129] ~ RQ, 103 11 ± MF, 26-27 (~ Ibn Hayyán).
[130] = RQ, 116.
[131] 2, RQ, 116.
[132] ± RQ, 116.
[133] = RQ, 116.
[134] = RQ, 116.
[135] ~ BM, n. 280 (~ Ibn Hayyán).
[136]
[137]
[138]
[139]
[140] = NT, 1, 400 11 ~ HS, 1, 274·275 1 BM, n. 274 1 IG, II, 105 11 2, MH,
1, 203 (~ Ibn Hayyán).
[141]
[142] = YM, 243-244 (~ Ibn Hazm) 1 MT, 24-25 DM, IV, 1, 34-35 1 KT,
11 2,
IX, 113-114 1 AA, 69 1 NT, III, 82-83 (~ DM).
._ 60 1 NT, I1I, [143]
[144] ~ HS, 1, 218-219 (~ «PIEDRA SECA») 11 2, NT, rr. 659 (~ AB'O RAKWA
B. HISAM).
[145]
[146] = RQ, 116 11 =1= KT, IX, 176 1 MT, 26 1 NA, 67.
[147] = HS, 1, 273 1 MH, 1, 202-203 1 BM, n, 301 1 IG, II, 108 1 NT, 1, 398 1
NA,67.
[148]

IX

[1]
[2]
[3] 2, BM, lII, 50 (~ K. Ajbiir al-ru'asa'},
[4] 00 BM, III, 50 (~ K. Ajbiir al-ru'asá).
[5]
[6]
[7]
[8]
[9]
[10]
[11] -7- YM; 21 1 BM, III, 91.
[12]
[13]

- 253-
[14] = BM, III, 92. [64]
[15] [65]
[16] = HS, n. 12 (+--- Ibn Ab¡ l-Fayyád). [66]
[17] = HS, Ir, 11 (+--- Ibn Abí l-Fayyád), [67]
[18] [68]
[19] [69]
[20] = BM, In, 92. [70]
[21] [71]
[22] [72] ± B
[23] 00 BM, Il l. 114 (+--- Ibn Hayyán ) 1 AA, 129 (+--- Ibn Hayyán). [73]
[24] [74]
[25] ~ YM, 21 (+--- Ibn Hazm) 1 HS, n. 9 (+--- YM) 1 MT, 31-32 (_ YM) [75]
11 ;", BM, III, 118-119 1 AA, 122 1 IG, IV, 273-274 1 NT, I, 430-431. [76]
[26] [77]
[27] [78]
[28] [79]
[29] *- BM, III, 120 1 IG, IV, 56.
[30]
[31] -7 MT, 35 1 NA, 80.
[32]
[33] [1]
[34] [2]
[35] [3]
[36] [4]
[37] [5]
[38] [6]
[39] [7]
[40] -7 BM, III, 125. • [8]
[41] [9]
[42] ± BM, In, 125. no:
[43] [11]
[44] [12]
[45] [13]
[46] [14]
[47] [15]
[48] [16]
[49] [17]
[50] [18J
[51]
[52]
[53]
[54]
[55]
[56]
[57]
[58] ± BM, III, 135-136.
[59]
[60]
[61]
[62]
[63]

- 254-

~ ~
-
•..
[64]
[65] ± HS, I, 217 (+--- Ibn AbI l·Fayyaq +-- "PIEDRA SECA»).
[66] ~ DM, I, 1, 56 1 HS, rr, 14 (+--- Ibn Hayyñn),
[67] = DM, I, 1, 58 1 HS, n. 17 1 BM, III, 140.
[68]
[69]
[70]
[71]
[72] ± BM, III, 142.
. yyán). [73]
[74]
[75]
[76]
[77] -i- BM, m. 145.
[78]
[79]

x
[1]
[2]
[3]
[4]
[5]
[6]
[7]
[8]
[9] •
[10]
[11]
[12]
[13]
[14]
[15]
[16]
[17]
[18]

- 255-
• q¡: sU.Iqu¡ud
e¡ U.IUd "


po

ÍNDICES *

* Para la ordenación alfabética no se tiene en cuenta el artículo ni las


palabras Ibn, Abü y Banü.

17
Ibn 'Abbad,
mid).
Ibn 'Abbas,:';: _


lNDICE DE PERSONAJES

Ibn 'Abbád, 228: Rey de la Taifa de Sevilla (Al-Mu'tamid; RUBIERA,


Al-Mu'ta-
mid).
Ibn 'Abbás, 24: Tradicionista (Padre de la exégesis coránica; EP, 1, 41-42).
Al-'Abbas b. 'Abd Allah b. 'Abd al-Malik, 134: General de al-l:Iakam I (Su
actividad comenzó en época de Hisám I y se prolongó hasta la de 'Abd
al-Rahmán 11; M-Makki:, n. 91).
'Abbás b. Násih al-Iaqafi, 137, 138, 151: Poeta (TERÉs,«'Abbas»).
'Abd al-A'UIb. 'Awsaya, 120: Señor de la cora de Tiikurunna a la llegada de
'Abd al-Rahmñn I (BM, 11, 47).
'Abd al-A'UI [b. Musa b. Nusayr}, 108: Uno de los hijos de Musa b. Nusayr
que lo acompañaron en su conquista de al-Andalus (VALLVÉ, «Ibn 'Askar»,
244-245).
'Abd Allah [b. 'Abd al-Rahmán al-Dajil], 127: Hijo de 'Abd al-Rabmán I
(Sublevado en repetidas ocasiones tras la muerte de su padre; HEM, IV,
índices).
'Abd Alláh [b. 'Abd al-Rahmán al-Násir}, 172: Hijo de 'Abd al-Raljrnñn 111,
ejecutado por orden de su padre (HEM, IV, 327).
'Abd Alláh [b. Ab¡ 'Amir], 186: Padre de al-Mansür (HEM, IV, 398).
'Abd Alláh [b. al-Hakam b. Sulaymán l, 214: Hermano de Sulaymán al-Mus-
ta'ín (Otros autores lo llaman 'Abd al-Rahmñn; BM, 111, 92 y 117).
'Abd Alláh b. Jálid, 118, 119: Visir de 'Abd al-Rahmán I y uno de los mawlás
omeyas que colaboraron con él a su llegada (HEM, IV, 65).
'Abd Allah b. Muhammad, 115, 161, 163, 164, 165, 166: Séptimo omeya de
al-Andalus (HEM, IV, 212-251).
'Abd Allah b. Muhammad b. Ab¡ 'Abda, 163: Kiitib del emir 'Abd Allah
(M-Antuña, 82 y BM, II, 120).

- 259
'Abd Alláh [b. Muhammad al-Mansür}, 200: Hijo de al-Mansür, ejecutado müdí 'Aü "I.

por orden de su padre tras una conjura (MOLINA,«Campañas», 253-254). b. Bisr y ':-
'Abd Allah b. Muhammad b. al-Saffár, 181: Alfaquí (KS, n." 547). 'Abd al-R
'Abd Allah b. Muharnmad al-Zayyal, 163: ssa» del emir 'Abd Allah (al-Zayyali; de l:W:Yib
M-Makkl, n. 108). 'Abd al-Rahrrñr; -
'Abd Alláh b. Muslim b. Outayba, Abü Muhammad, 25: Autor del Kitñb al- dar muerte
Irniima wa-l-siyasa (Polígrafo de renombre, al que se atribuye sin funda- de al-An
mento el K. al-Lmñma; El', III, 868-871). 'Abd al-Rahmsz; -.
'Abd al-'AziZ b. Müsa, 108, 109: Primer gobernador árabe de al-Andalus tras to a temnraz
el regreso a Oriente de su padre, Müsa b. Nusayr (HEM, IV, 19-21). 'Abd al-R
'Abd al-'Azlz al-Tuyíbi, 164: Rebelde en Lérida durante el reinado del emir 152, 153, r.=-
'Abd Alláh (Ningún tuyíbí parece haber dominado Lérida durante ese 'Abd al-Rabmáz -
período; HEM, IV, 246-251). ya de Có
'Abd al-Gáfír b. Abi 'Abda, 118, 127: Encargado del sello de 'Abd al-Rah- 'Abd al-=
mán 1 y visir de Hisám 1 (HEM, IV, 187). 119, 120, 12
'Abd al-Karím b. 'Abd al-Wal,Jidb. Mugíj, 134, 146: :{Iayib de al-I;Iakam I y omeya de
visir de 'Abd al-Rahrnán II (M-Makki, n. 82). 'Abd al-Rahmáz -
lbn 'Abd al-Malik, 164: Rebelde en Fraga durante el reinado del emir 'Abd 172, 173, r-
Allah (Muhammad b. AM al-Tawíl; HEM, IV, 249). en proclamar
'Abd al-Malik [b. 'Abd al-Rahmán al-Dájil ], 127: Hermano de Hisiim I, a quien 'Abd al-Rahmán -
se mantuvo fiel (En realidad, hijo de Hisárn 1; BM, II, 62). de al-]
'Abd al-Malík b. Habíb, 22, 24: Tradicionista (Historiador y sabio hispano- 'Abd al-Rabzcác -
árabe; MAKKI,«Egipto», 189-200). 'Abd Alli.h
'Abd al-Malik [b. Hisám al-Rída], 129: Hijo de Hisám I, encarcelado por su 'Abd al-Rahmáz,
padre (TERÉs, «Linajes», 71). ba tió a las ::.
'Abd al-Malik al-Ma'áfiri, 186: Antepasado de al-Mansür, participante desta- y por ese ~
cado en la conquista de al-Andalus (HEM, IV, 398). QQ, trad., 3-

'Abd al-Malik b. Marwán, 118, 134, 178: Califa orneya de Damasco, bisabuelo 'Abd al-Rahmñr;
de 'Abd al-Rahmán 1 (El', 1, 78-80). ledo (Azare-

'Abd al-Malik b. Mugít, 130: General de Hísám 1 (Hermano de 'Abd al-Karím 'Abd al-Ra'üf
b. 'Abd al-Wáhíd: M-Makki, n. 82). visir 'Abd
'Abd al-Wal,Ji
'Abd al-Malik al-Muzaffar, 185, 186, 191, 196, 205: Hijo de al-Mansirr y suce-
sor suyo (HEM, IV, 437-447). mando
de 'Abd al
'Abd al-Malik b. Qatan al-Fihrí, 109, 110: Gobernador de al-Andalus, muerto
ción; HE1\:
por Baly (VILA, «El nombramiento», 218-219).
'Abd al-Yabbár e
'Abd al-Malik b. Umayya b. Suhayd, 155, 159: Kátib de los ernires Muham- tas de Córó
mad y al-Mundir (Desempeñó cargos también con el emir 'Abd Alláh; su
verdadero nombre era AM b. 'Abd Allah b. U; M-Makki, n. 31.4). 'Abd al-?ablr...:- =.'.
al-Mahdí ::¡:
'Abd al-Rahmán b. 'Abd Alláh al-Gáfiqí, 109: Gobernador de al-Andalus (VlLA,
"El nombramiento», 218-219). Abraham, 53. 15

'Abd al-Rahmán b. Ahrnad b. Bisr, Abü l-Murarr if, 216: Cadí del califa ham- Adán, 73, 91. 5::

- 260-

••
-::r, ejecutado müdí 'Ali (También conocido por Ibn García e Ibn al-Hassár: v. Ahmad
~::;;;':;:7'::¡;"'ilS., 253-254). b. Bisr y 'Ali b. 'Abd al-Rahmán al-Hassár: GRANJA,«Ibn García»).
'Abd al-Rahmán b. Gánim, 146; Katib de 'Abd al-Rahmñn Ir (Ocupó el cargo
(al-Zayyálí: de J:¡ayib de al-Hakam 1 y de 'Abd al-Rahrnán H: M-Makki, n. 89).
'Abd al-Rahmñn b. Habíb al-Fihrí, 118: Gobernador de Ijriqiya que intentó
- íel Kitñb al- dar muerte a 'Abd al-Rahmán 1 cuando pasó por su territorio camino
__e sin funda- de al-Andalus (REM, IV, 64).
'Abd al-Rahmán [b. al-Hakam al-Mustansir l, 179: Rijo de al-Hakam n, muer-
to a temprana edad (REM, IV, 376 y 400).
al-Andalus tras
'. 19-21). 'Abd al-Rahmán b. al-Hakam, al-Awsar, 43, 52, 82, 115, 142, 145, 146, 150, 151,
_=!:::arlo del emir 152, 153, 154: Cuarto omeya de al-Andalus (REM, IV, 129-176).
durante ese 'Abd al-Rahrnán b. Hisám, al-Mustazhir, 116, 215, 218, 219, 220, 221: Califa ome-
ya de Córdoba durante la [itna (REM, IV, 482-483).
'Abd al-Rab- 'Abd al-Rahmán b. Mu'áwiya, al-Dajil, 42, 43, 105, 109, 111, 115, 116, 117, 118,
119, 120, 121, 122, 123, 125, 126, 133, 146, 149, 171: Fundador de la dinastía
., -Hakam 1y omeya de al-Andalus (REM, IV, 61-91).
'Abd al-Rahmán b. Muhamrnad, al-Násir, 40, 41, 82, 115, 163, 165, 166, 169, 170,
- emir 'Abd 172, 173, 174, 175, 176, 177, 178, 185: Primer soberano omeya de al-Andalus
en proclamarse califa o Príncipe de los creyentes (REM, IV, 261-359).

~ 1, a quien 'Abd al-Rahmán b. Muharnmad al-Mansür, al-Na;;ir, 185, 186, 191, 205, 210: Rijo
.- de al-Mansür y sucesor de su hermano 'Abd al-Malik (REM, IV, 455-462).

_ sabio hispano- 'Abd al-Rahmán b. Umayya b. Suhayd, 159, 163: l;Iayib de al-Mundir y de
'Abd Allah (M-Makki, n. 341).
-,- ado por su 'Abd al-Rahmán b. 'Uqba, 110: Gobernador de la Marca Superior que com-
batió a las tropas sirias de Baly (Otras fuentes lo llaman AR b. 'Alqarna
y por ese nombre es más conocido; HEM, IV, 30; coinciden con el J)ikr
cipante desta-
QQ, trad., 36 e lA, trad., 12).
'Abd al-Rahmán al-Zarqál, Abü l-Qásirn, 54: Constructor de las pilas de To-
J¡=~:o. bisabuelo
ledo (Azarquiel; MILLÁS,Azarquiel ),
'Abd al-Ra'üf, 170: Zalbazorta de 'Abd al-Rahmán H I (Debe de tratarse del
-_bd al-Karírn
visir 'Abd al-Wahháb b. Muharnmad b. AR; M-Chalmeta, trad., índices).
'Abd al-Wáhid b. Mugít, 127, 128, 129: IJayib y general de Hisám 1 bajo cuyo
;:"':':.laDsiu- y suce-
mando tuvo lugar la expedición de Narbona (Padre de 'Abd al-Karím y
de 'Abd al-Malik; este último fue quien dirigió en realidad esa expedi-
-..:: US, muerto
ción; REM, IV, 95-96).
'Abd al-Yabbár b. Jattáb, 39: Personaje que dio nombre a una de las puer-
Muham- tas de Córdoba (CASTELLÓ, «Descripción», 130, n. 14).
Alláh; su
'Abd al-Yabbár b. al-Mugíra, 209: IJayib y primo del califa omeya de Córdoba
. =-- ~l~).
al-MahdI (BM, m. 59-63).
-.....adalus (VUA,
Abraham, 53, 150, 189: (El', m. 1004-1006).

califa ham- Adán, 73, 91, 95, 96, 98: (El', 1, 181-183).

- 261
Ahd, 99: Padre del rey godo Witiza (Según M-Chalmeta, trad., 208, su nom- 'Ali: [b. al.Qa
bre era Wanquh). Oasim (So
Ahmad b. Abán, 179: Katib de al-Hakam II (M-J;Iayyi:,150 y n. 2 y trad., 190). 'All b. Abi:
Ahmad b. 'Abd Allah b. :Qakwan, 209, 213: Cadí de al-Mahili y de al-Musta'ín cuarto
(AVILA,«La proclamación», 96, 104 y 107). 'Ali: [b. YaJ;r.
Ahmad b. Baqí b. Majlad, 170: Cadí de 'Abd al-Rahmán III (MARiN, «Baqí», conocido
173-174). 'Ali: b. Yiisuf :::.
Ahmad b. Bisr. 218: Cadí del califa hammüdí Yahya (Se trata en realidad 'Amda b. Mil' ,...--,
del ya mencionado 'Abd al-Rahmán b. A b. E). (Su nombre .s:
Ahmad b. Abl l-Fayyñd, 35: Autor citado por el l)ikr (ÁLvAREZDE MORALES, trad., 368.>_
«Ibn Abi: l-Fayyád»). 'Amír, 209: u=:.~
Ahmad b. Hanbal, 25: Imán (Fundador de la escuela hanbali; El', I, 280- 'Amir b. '1.:= -
286). tas de Cór' -
Ahmad b. 'Isa [...] b. Idrís al-Hasaní, 180, 181: Personaje llegado a la corte 'Amr b. 'Abd _
de al-Hakam 11 (M-J;Iayyi:, trad., 235-241). 145).
Ahmad b. Karam, 173: Personaje que trajo de Siria una pila para al-Zahrá 'Amr b. 'A.rr.:.-:::::.
(NT, I, 526). Allah (M-A. -:1

Ahmad b. Muhammad b. Mñsa [ ... ] al-Rází, 20, 161: Autor citado por el l)ikr 'Amr b. al-'As:
(v. inira, «Estudio»). $aJ:úiba; EF, -

Ahmad b. Musa, 218: Visir y kátib del califa hammúdí Yahya (SECO,Ham- Abii 'Amr
múdies, 28, 30, 31, 34-40). ránico; EF.
Ahmad al-Yiináni, 173: Personaje que trajo de Constantinopla una pila para 'Arnr b. al-I;P
al-Zahra' (HEM, V, 436). VIII, 23-:"

Ahmad b. Ziyad, 155, 163: Cadí de los emires Muhammad y 'Abd Alláh (Con- Anas b.
fusión entre A b. Z, cadí de Muhammad, y A b. Muhammad b. Z, sobrino 'Anbasa b. S -
del anterior y cadí de 'Abd AIlah y de 'Abd al-Rahmán III; 00, trad., 139- bramíentos
143, 215-225y 234-237). Andalus b. Y
Al-'Ala' b. Mugít al-Yudámí, 122: Agente 'abbásí alzado contra 'Abd al-Rah- primeros
mán I (HEM, IV, 72-73). bar; NT, ~. _

Albüna, 218: Madre del califa hammüdí Yahya (Su nombre verdadero era Aníb al , %, 97. ~
Labbñna; SECO,Hammúdies, 17). Antariqus al-~-
Alfonso, 130: (Alfonso 11, rey de Asturias). 134).
Alfonso, 55: (Alfonso VII, rey de Castilla). 'An:9rs b. Sanr__
'Ali: b. 'Abd al-Rahmán al-Hassár, 217: Cadí del califa hammüdí al-Oásim Anyiis b. 'A~ _
(Se trata del ya mencionado 'Abd al-Rahmán b. Bisr). Abü l-'Arab a!-::
'All b. Hammüd, 214, 216: Primer califa de la dinastía hammüdí (HEM, IV, VI-XVII).
477-479). 'Arqílís b. 'Ar,-
'Ali: b. 'Isa b. Mayrníin, 73: Destructor del ídolo de Cádiz (LÉVI-PROVEN<;:AL, 'Arqilis el m
La Péninsule, 176, n. 1). bién GarqU-
'Ali: b. Muyáhid, Iqbál al·dawla,229: Segundo rey de la Taifa de Denia (CHA- Arsíd b. Matl;L __
BÁS, «Mochéhid», 424-434). Arsid b. O

- 262-
21)8, su norn- 'Alí [b. al-Oásirn b. Hammüd], 217: Hijo del segundo califa hammüdí al-
Qásim (No conocido por otras fuentes).
- _ y trad., 190). 'Ali b. Abi Tiilib, 217: Antepasado de los hammudíes (Yerno del Profeta y
de al-Musta'ín cuarto califa ortodoxo: El', I, 392-397).
'All [b. Yahya b. Hammüd], 218: Hijo del tercer califa hammüdí Yahya (No
conocido por otras fuentes).
'Ali b. Yüsuf b. Tiisufin, 80, 82: Soberano almorávide (Hurcr, «'Ali»).
---sa en realidad 'Amda b. Muhammad b. Abi 'Abda, 182: Hombre de confianza de al-Hakam Il
(Su nombre debe de estar corrupto; tal vez se trate de 'Isa: M-Chalmeta,
trad., 368).
- DE MORALES,
'Amir, 209: l;Iliyib y [ata del califa omeya al-Mahdí (Es el iata Wadíh).
~-". El', I, 280- 'Amir b. 'Umar b. Wahb, 38: Personaje que dio nombre a una de las puer-
tas de Córdoba (Su nombre correcto puede verse en TERÉs,«Linajes», 85).
'Amr b. 'Abd Alláh, 155: Cadí del emir omeya Muhammad (00, trad., 144-
o a la corte
145).

., para al-Zahra' 'Amr b. 'Amrün, 164: Rebelde en Niebla durante el reinado del emir 'Abd
Allah (M-Antuña, 111-112).
'Amr b. al-'A~, 25: Conquístador de Egipto (Famoso general y uno de los
por el J)ikr
$aJ:üiba; El', I, 464).
-- (SECO, l;Iam-
Abü 'Amr al-Dáni, 229: Sabio que residió en Denia (Gramático y lector co-
ránico; El', II, 112).
'Amr b. al-Hamiq al-Juzá'i, 27: Tradicionista (Uno de los Sahiiba; Tahdib,
'" :.IDapila para
VIII, 23-24).
Anas b. Málik, 27: Tradicionista (Uno de los $al:tliba; El', I, 496).
'Anbasa b. Suhaym al-Kalbí, 109: Gobernador de al-Andalus (VILA,«El nom-
bramiento», 218).
Andalus b. Naqras b. Yáfij, b. Nüh, 87: Epónimo de la nación de los Andalus,
'Abd al-Rab- primeros pobladores de la Península Ibérica (En otras fuentes, A b. Tü-
bál: NT, 1, 125).

_ verdadero era Aníbal, 96, 97, 98: General cartaginés (CR, LXXIV-LXXV y 145-152).
Antaríqus al-Ifríqí, 88, 89: Primer rey de los Aiñriqa de al-Andalus (NT, I,
134).
'AnyiS b. S amwíl , 90: Rey de los Afliriqa de al-Andalus,

~ -::::rüdí al-Qásim AnYüs b. 'Ar;riS, 90: Rey de los Aiariqa de al-Andalus.


Abü l-'Arab al-Tamímí, 27: Autor de las T'abaqát 'u/ama' Iirtqiva (TI, trad.,
VI-XVII).
-dí (HEM, IV, .
'Arqílís b. 'Artalas, 93: Rey romano de al-Andalus.
11\'1- PROVEN<;AL, 'ArqmS el menor b. Hirqilís, 93: Último rey romano de al-Andalus (v. tam-
bién Garqílís).
e Denia (ellA- Arsíd b. Mayll, 92: Rey romano de al-Andalus.
Arsid b. Oabjarís, 93: Rey romano de al-Andalus.

- 263-
Aslam b. 'Abd al-'AzIz, 170: Cadí de 'Abd al-Rahrnán III (QQ, trad., 225-234).
'Assar, 163: Madre del emir 'Abd Allah (l)ikr, 163, n. 59).
'Atib, 222: Madre del último califa omeya de al-Andalus, al-Mu'tadd (BM,
III, 145).
Al1, 158, 161: Madre del emir al-Mundir (Anteriormente considerada de ori- El Conde, 1-
gen cristiano; HEM, IV, 254, n. 45). de Rabí';
Atns, 89: Rey de los Afariqa de al-Andalus. Constan tino, e
'AtrIS b. A1;rIS,89: Rey de los Aiñriqa de al-Andalus. sión es, en
le», 42, n.. :
Ibn 'Attab, 42: Transmisor de una noticia sobre el solar de la mezquita de
Córdoba (Maestro de Ibn Baskuwál: KS, n.O 749).
Chindasvinto, _
'Attab b. 'Alqama al-Lajrní, 120: Gobernador de la cora de Sidonia a la lle-
dos», 1-
gada de 'Abd al-Rahmán I (AM, trad., 95-96; NT, I, 328).
Ibn 'Awsaya, 164: Rebelde en Lisboa durante el reinado del emir 'Abd Alláh
(No identificado).
'Awtll b. Arsíd, 93: Rey romano de al-Andalus.
'Awtünis b. 'ArqIlis, 93: Rey romano de al-Andalus.
Al-Awzá'í, 134: Fundador de la escuela dominante en al-Andalus antes de la
maliki (El', I, 795-796).
AyarIqus b. An:Yüs,90: Rey de los Ajáriqa de al-Andalus.
'Ayil b. Arsíd, 92: Rey romano de al-Andalus.
Abü l-'Ays b. al-Nu'rnán al-Kutámí, 216: Kiitib del califa hammüdí 'Al¡.
Abü Ayyüb al-Ansárí, 24: Tradicionista (Uno de los SaJ:¡aba; El', I, 111-112).
Ayyüb b. Habíb al-Lajrní, 109: Sobrino de Müsa b. Nusayr y gobernador de Egica, 99:
al-AneJalus tras el asesinato de 'Abd al-'AzIz b. Müsa (VILA, «El nombra- 154).
miento», 218-219).
AI-Fara)) b.
BadIs b. Habüs, 75: Rey de Granada (GARCÍA
G6MEZ,Siglo XI, 99-151). Ibn Farhün,
Badr, 118, 119, 120: Mawl« y /:tZiyib de 'Abd al-Rahmán I (HEM, IV, 63). Farsíq b.
Badr b. Muharnmad b. 'Abd al-Malik, 170: I;layib de 'Abd al-Rahmán III (Su AI-Fatb b.
verdadero nombre era B b. Ahmad: M-Chalmeta, trad., índices). Al-Fazári, 73:-
Baly b. Bisr al-Qusayrí, 109, 110: Jefe de los sirios llegados a al-Andalus en Fernando,
la época de los gobernadores (HEM, IV, 28-30). •
Baqí b. Majlad, 25, 155, 161, 166: Tradicionista y alfaquí (MARíN,«Baqí»).
Al-Barra' b. Malik al-Quraáí, 163: Visir del emir 'Abd Alliih (M-MakkI, n. 603).
Ibn Baskuwál, 22: Tradicionista (Historiador cordobés; v. infra, «Estudio»).
Borrell, 197: Rey de los Ijran-) (Conde de Barcelona; HEM, IV, 419).
Al-Bujárí, 27: Autor del Tiirii, citado por el l)ikr (Célebre tradicionista, autor
de un SaJ:¡.1.J:¡.; El', I, 1336-1337). Gabriel, 22,
Burha bint Yahya b. Bartál, 186; Madre de al-Mansür (Más conocida por Bu- Gáda, 218: _
rayha: HEM, IV, 398). III, 135).

- 264-
Al-Burnusí, 178: Autor citado por el J)ikr (v. también al-Harnasí: v. injra,
«Estudio» ).

Carlomagno, 133: Emperador franco.


de orí- El Conde, 140, 141, 147: Recaudador de impuestos de al-Hakam I (El con-
de Rabí': VALLVÉ,«Zalmedina», 282-284).
Constan tino, 68: Autor de una división provincial de al-Andalus (Esta divi-
sión es, en realidad, de origen eclesiástico; LÉVI-PROVEN<;:AL,
«La Péninsu-
le», 42, n. 2).

Chindasvinto, 99: Rey godo de al-Andalus (MACHADO,


«La Historia de los go-
- a la He-
dos», 154).

Daránís b. Nafít, 93: Rey de los Ilbán. de al-Andalus,


Da'üd b. Abi Hind, 22: Tradicionista (TI, trad., 28, n. 3).
David, 42: Padre de Salomón (El', 11, 187-188).
Al-Dawlábí, 35, 37, 66: Autor citado por el J)ikr (v. infra, «Estudio»).
Daysam b. Isháq, 164: Rebelde en Murcia durante el reinado del emir 'Abd
Allah (HEM, IV, 217 Y 274).
Ibn :Qi l-Nün, 228: Rey de Toledo que intenta conquistar Córdoba (Yahya
b. DN, rey de la Taifa de Toledo; BOSCH-HoENERBACH, «Banü ?ahwar»,
97-98).

Egica, 99: Rey godo de al-Andalus (MACHADO,


«La Historia de los godos»,
154).
Escipión, 96, 97: General romano, vencedor de Aníbal (CR, 15()"152).
AI-Faray b. Kinána, 133: Cadí de al-Hakam I (QQ, trad., 89-95).
_ -1}. . Ibn Farhün, 178, 187: Autor citado por el J)ikr (v. inira, «Estudio»).
-, 63). Farsíq b. Arsld, 92: Rey romano de al-Andalus.
111 (Su AI-Fatl) b. Mñsa b. :Qi l-Nün, 64: Fundador de Uclés (J)ikr, 64, n. 22).
Al-Fazárí, 73: Autor citado por el J)ikr (v. infra, «Estudio»),
en Fernando, 201: Padre de García, conde de Castilla (Fernán González).
Firqid al-Sanyi, 76: Uno de los SaJ,zilba, enterrado en Zaragoza (MARiN, «$a-
baba», 32 y n. 2).
,"'~-ÁJ'sr, n. 603). Futays b. <'i'sa, 127: xsu» de Hisám 1 (BM, II, 61).
Futays b. Sulaymán, 134: Visir de al-Hakam I (HEM, IV, 109; M-Makki,
n. 186).

Gabriel, 22, 25: (El arcángel Gabriel; El', II, 372-373).


Gáda, 218: Madre del omeya al-Mustazhir (Según otros autores, Gaya; BM,
III, 135).

- 265-
Gálib al-Násirí, 179, 185, 190: General de al-Hakam 11 y de Hisám 11 (HEM,
IV, índices).
García, 201, 202: Conde castellano (Garci Fernández; VIGUERA,«Versos»),
Garmíd b. Marqülis, 92: Rey romano de al-Andalus.
Garqilís, 93: último rey romano de al-Andalus (v. también 'Arqllis el menor).

Hassána al-Ta; -
Hafs, 165: Antepasado de Ibn Hafsün (En realidad, su padre; VALLVÉ,«Ibn l-MujaSSl ':'=.
'Askar», 247).
AI-I;Iakam b. 'Abd al-Rahmán, al-Mustansír, 41, 43, 115, 124, 170, 171, 175, 178,
Hawlls b. S=-..-sj
Hawrá, 126:
17~, 181, 182, 183, 184, 185, 187, 188: Noveno omeya de al-Andalus (HEM,
Hawsíl, 90: ~ _
IV, 369-3~7).
Al-I;Iakam b. Hisam, al-Raba<fi, 43, 58, 115, 123, 127, 129, 132, 133, 134, 136, 137, Al-Haytam b, _
nombramíecze-]
138, 139, 140, 141, 142, 147, 151, 152: Tercer omeya de al-Andalus (HEM,
IV, 99-122).
Haláwa, 145: Madre de 'Abd al-Rahrnán 11 (BM, 11, 80).
Ibn Hamdín, 47: Cadí de Córdoba (GARCÍAGóMEZ,«Un eclipse», 325-326).
Hamdün b. Abí 'Abda, 163: Visir del emir 'Abd Alláh (Su nombre correcto
era 'Abd al-Rahmán b. H b. AA; M-Antuña, 6).
Hámíd b. Muhammad al-Zayyal, 155: Katib del emir Muhammad (Más co-
rrecto, al-Zayyali; M-Makkl, n. 107).
Hamírn, 177: Hereje y rebelde norteafricano de la región de Gomara (VER-
NEf, Islamizaciári, 93-94).
Hanas al-San'ání, 76: Uno de los SaJ:¡aba, enterrado en Zaragoza (MARÍN,
«Sahába», 25-26).
Harás b. Hirqilis, 92: Rey romano de al-Andalus,
Harís b. Oámüs, 92: Rey romano de al-Andalus.
Al-Harnasí, 35: Autor citado por el [)ikr (Tal vez se trate de al-Burnusí).
Hasan b. 'Abd al-Gáfir, 146: Kñtib de 'Abd al-Rahmán 11 (Visir; M-Makki,
n. 97).
Al-Hasan b. Bassám, 127: Zalbazorta de Hisam I (Según BM, I1, 61, el zal-
bazorta de Hisám I fue 'Abd al-Gáfir b. Abí 'Abda).
AI-I;Iasan b. Hayy, 209: Visir del califa omeya al-Mahd¡ (BM, 111, 77-79).
AI-I;Iasan b. Muhammad, 27: Tradicionista (Tal vez H b. M b. 'Ali b. Abi
ralib; Tah@b, 11, 320-321).
Al-Hasan [b. al-Qásirn b. Hammüd l, 217: Hijo del califa hamrnñdí al-Oásim
(SECO,Sammüdíes, 21, 25, 39, 50-52).
Hunayn b.
Abü l-I;Iasan b. Safar al-lSblli, 27: Poeta (GARCÍAGóMEZ,El libro, 235-237). (Llamado ~
Abü l-Hasan b. Sída, 229: Sabio establecido en Denia (Lexicógrafo murcia- Al-I;Iurr b. ';-
no; CABANELAS,Ibn Sida}. «El nomb

- 266-
Hasan [b. Yahya b. Hammüd l, 218: Hijo del califa hammüdí Yahya (SECO,
Harnmüdies, 22, 30, 31, 34-38).
-Versos»). Hásim b. 'Abd al·'Azi:z, 158, 160, 161, 162: Visir del emir Muhammad y l:üiyib
de al-Mundir (ABUIN,«Hásim»).
Hassán, 118: Visir de 'Abd al-Rahrnán 1 (H b. Málik, antepasado de los Banü
Abi 'Abda; M-Makki, n. 97).
Hassána al-Tamímiyya, 138, 151, 152: Poetisa, hija del también poeta Abü
VAllVÉ, «Ibn l-Mujassi (TERÉS,«Abü l-Majsi», 240-244).
Hawlís b. Samqüs, 92: Rey romano de al-Andalus,
Hawrá, 126: Madre de Hisam 1 (RH, 298).
Hawsíl, 90: Rey de los Afariqa de al-Andalus.
Al-Haytam b. 'Ubayd al-Kinání, 109: Gobernador de al-Andalus (VILA, «El
nombramiento», 218-219).
IbnI;Iayyan, 35, 37, 117, 173, 193, 196: Fuente del l)ikr (v. infra, «Estudio»).
I;Iayyay al-Magílí, 134: Kiitib de al-Hakam 1 (M-Makki, n. 199).
325-326). Ibn Hazm, 136, 221: Autor citado por el l)ikr (v. inira, «Estudio»).
Hércules, 73: Rey griego al que se atribuye la construcción del ídolo de
Cádiz (CR, 102).
Hind, 165: Nombre de mujer.
Hirqilis b. Hawlís, 92: Rey romano de al-Andalus,
Hirqílis b. Hawkulís al-Rümí al-Yünání, 91, 92: Rey romano de al-Andalus.
Hirqilis b. 'Arqílis, 93: Rey romano de al-Andalus.
Hisam b. 'Abd al-Malik, 109, 110, 111, 117: Califa omeya de Damasco (EP,
III, 510·512).
Hisárn b. 'Abd al-Rahmán, al-Ri~, 43, 115, 122, 123, 126, 127, 128, 129, 130, 131,
132: Segundo omeya de al-Andalus (HEM, IV, 91-98).

--~ de al-Burnusí).
Hisám b. Basír al-Wasiti:, 22: Tradicionista (Husaym b. B; TI, trad., 28, n. 2).

_ Visir; M-Makki, Hisam b. al-Hakam, al-Mu'ayyad, 11, 41, 116, 124, 179, 182, 184, 185, 186, 187,
189, 190, 191, 192, 193, 195, 196, 201, 204, 205, 209, 210, 211, 212, 213, 214:
Décimo omeya de al-Andalus (HEM, IV, 397-423).
II, 61, el zal-
Hisám b. Muhammad, al-Mu'tadd, 116, 222, 223, 227: Último omeya de al-
Andalus (HEM, IV, 484-486).
Ibn Hüd, 223: Gobernante de la Marca Superior que dio asilo a al-Mu'tadd
(Sulaymán b. H; HEM, IV, 486).
Hudayfa b. al-Ahwas al-Absí, 109: Gobernador de al-Andalus (VILA, «El nom-
üdí al-Oásim bramiento», 217-218).
Hunayn b. Rabwa, 55: Astrólogo judío, destructor de las pilas de Toledo
(Llamado por otros Hamís b. Zabara; VERNEr,Cultura, 109 y 234).
Al-Hurr b. 'Abd al-Rahmán al-T'aqafí, 109: Gobernador de al-Andalus (VILA,
«El nombramiento», 218-219):-

- 267-
Ibráhírn b. J:Iayyay, 165: Rebelde en Morón durante el reinado del emir 'Abd Abü l-Jarrár
Allah ("Rey» de Sevilla en esa época; HEM, IV, 228-234). 31-32).
Ibráhím al-Juzá'í, 164: Rebelde en Játiva durante el reinado del emir 'Abd Jayrán, 83, :..~
Allah. (MOLL~, .~
Ibráhím b. Suhayr al-Barnaj amí, 120: Gobernador de la cora de Morón a la Jazar b. Fi
llegada de 'Abd al-Rahrnán 1, cuya causa apoyó (1 b. Sayara al-Awdí, más (También
tarde rebelado contra 'Abd al-Rahmán 1; BM, 1, 47 y 56 y AM, trad., 85).
Jesús/Cristo -
Ibráhírn b. Yahya b. al-Saqqá', 228: Visir de Muhammad b. "?ahwar (BOSCH- Al-Ji<;ir, 74, 93
HOENERBACH, «Banü "?ahwar», 97 y n. 55).
Idrís [b. 'AII b. Hammüd], 216: Hijo del primer califa hammüdí 'Alí (SECO,
Hammüdies, 18, 20, 30-34).
Idris [b. Yahya b. Hammüd], 218: Hijo del califa hammüdí Yahya (SECO,
Sammüdíes, 22, 39, 41-43).
'¡s a b. Abi 'Abda, 155: Siiyib del emir Muhammad (M-MakkI, n. 318).
'¡sa b. Dínár 134: Discípulo de Málik (En realidad no alcanzó a conocerlo;
El', IV, 91).
'Isa b. Masáfa, 120: Gobernador de la cora de Rayya a la llegada de 'Abd
al-Rahrnán 1, cuya causa apoyó (1 b. Musáwir, según NT, 1, 328).
'¡sa b. Sa'id, 146: Visir de Abd al-Rahmán II (Se trata de 1 b. Suhayd, men-
León, 174:
cionado inmediatamente).
Lubb, Abü
'Isa b. Suhayd, 155: Siiyib del emir Muhammad (v. también 1 b. Sa'id;
M-Makki, n. 86).
Isbán b. Rüm, 93, 94, 95: Rey de los lSbiin de al-Andalus.
Isbán b. 1'itus, 94, 95: Rey de los Iibñn. de al-Andalus (CR, LXXVI-XC).
Ishabán b. Isbán, 94: Rey de los ISbiin de al-Andalus,
Málik b.
Abü Isbaq al-JaffayI, 21: Poeta (Más conocido por Ibn Jafaya; GARCÍA
G6MEZ,
El libro, 254-257).
Isháq b. al-Mundir al-Ourasí, 134: Visir de al-Hakam 1 (HEM, IV, 109).
María, 96, -'V-

Jacob, hijo de José, 203: El apóstol Santiago (Algunas tradiciones lo hacen


hermano de Jesucristo; SANCHEZ ALBORNOZ, Orígenes, II, 381).
Jafet, 73: Antepasado de Andalus.
Jalid b. 'Abd Allah, 127: Visir de Hisám 1 (Tal vez hijo de 'Abd Allah b.
Jalid; M-Makki, n. 322).
Jálid b. Hísám, 179, 186: Visir de al-Hakam II y pariente de al-Mansür
Masarra, 136: =-
(M-I:Iayyi, 86 y 198; trad., 109 y 239).
Hakam 1 ,1~
Jattáb b. Sulaymán. 127: ssu» de Hisam 1 (J b. Zayd; BM, II, 61). Al-Mas'üdí, 5'-: J!
Jartáb b. Zayd, 134: General de al-Hakam 1 (Kñiib; v. también J b. Sulay- El, III, ~-;....:.-=-
mán; BM, II, 68). Ibn Matrüh, -:= ~

- 268-
AbU l-Jat tár b. Dirár al-Kalbí, 110: Gobernador de al-Andalus (HEM, IV,
31-32).
'Abd Jayrán, 83, 214, 216, 229, 230: Fatá 'amirí, soberano de la Taifa de Almería
(MOLINA,«Banü Sumádih», 126, n. 3).
Jazar b. Filfil al-Magráwí, 188: Señor de Siyilrrüissa, vasallo de al-Mansür
(También llamado Jazrün b. Falfü1; VERNET,Islamizacián, 112-113).
Jesús/Cristo, 36, 42, 96: (El', IV, 85-90).
Al-Jidr, 74, 93, 94: Personaje que anuncia a Isbán su futuro y levanta un
muro en Algeciras (El', IV, 935-938).
(SECO, José, 203: Padre de Jacob (v. lo dicho en Jacob, hijo de José).
Julio César, 61: Fundador de Beja.
(SECO, Ibn Jurdadbih, 16: Fuente del J)ikr (Geógrafo oriental; El', III, 863).

Ka'b al-Ahbár, 26: Tradicionista (El', IV, 330-331).


Kulis b. Daqyus b. Nñmán, 90: Rey romano de al-Andalus.
Kulis b. Harás, 92: Rey romano de al-Andalus.

León, 174: Señor de Constantinopla,


Lubb, ~bü l-Oasím, 172: Visir de 'Abd al-Rahmán III (BM, II, 226-227).
Ibn Lubb, 164: Rebelde en Tudela durante el reinado del emir 'Abd Alláh
(Muhammad b. L, de los Banü Qasi; VIGUERA,Aragón, 81-82).

Mahoma, 11, 25, 99, 124, 150, 177.


Málik b. Anas, 25, 134, 140: Fundador de la escuela maliki (El, III, 218-223).
Mansür, 118: Fata de 'Abd al-Rahmán 1 (BM, II, 48).
Mansñr, 161: Médico de al-Mundir (Otros lo llaman Maysür: lA, trad., 87).
María, 96, 204: Madre de Jesús.
Márid b. Lárid, 62: Rey godo fundador de Mérida (J)ikr, 62, n. 18).
lo hacen Marqülis b. Farsíq, 92: Rey romano de al-Andalus.
Marqülis el menor b. Samqüs, 92: Rey romano de al-Andalus,
Marwán [b. Mñsá], 108: Hijo de Müsa b. Nusayr, a quien acompañó en su
entrada en al-Andalus (BM, II, 23).
Marwán al-~a'di, 118: último califa omeya de Damasco (El, III, 335-336).
al-Mansür
Masarra, 136: Eunuco, primer encargado de los ma:¡:iilim, nombrado por al-
Hakam 1 (Tal vez el mismo Masarra mencionado en M-Makki, 17).
Al-Mas'üdi, 54: Autor citado por el J)ikr (Geógrafo e historiador oriental;
Sulay- El, III, 457-458).
Ibn Marrüh, 25: Tradicionísta (M-Makki, n. 121).

- 269-
Ma~d, 150: Esclava de 'Abd al-Rahmán lI.
MayIl b. Qamüs, 92: Rey romano de al-Andalus.
Ibn Maymün, 164: Rebelde en úbeda y Baeza durante el reinado del emir
'Abd Alláh (En el año 297 las tropas cordobesas arrebatan Baeza a Mu-
hammad b. Yahya b. Sa'íd: M-Antuña, 145). Muhammad X:::.,--
Moisés, 76, 177: Compañero de al-Jidr (Personaje coránico de origen bíblico; debe ser
El, I1I, 788-790). trate del
Mu'áwiya b. Hisám, 116, 117: Padre de 'Abd al-Rahmán 1. trad., 334).
Abü Mu'áwiya al-Lajmí, 159: Cadí de al-Mundír (QQ, trad., 191-195). Muhammad =-0
(SECO, I;la:r::-sa
Mu'áwiya b. Marwán, 39: Patrono de 'Abd al-Yabbár b. Jatráb (Personaje de
la familia omeya, hermano del califa 'Abd al-Malik: YA, 80). Muhammad ¡
Mu'awiya b. $alil.J, 118: Cadí de 'Abd al-Rahmñn I (QQ, trad., 38-50). emir 'Abd .-
tiilos de ~
Ibn Muflih, 68: Autor citado por el !)ikr (v. inira, «Estudio»).
Muhammad
Al-Mugíra, 180: Tío de al-Hakam 11, asesinado por orden de éste (Posible-
mente sea un error y se refiera al tío de Hisám 11; v, !)ikr, 180, n. 37). Muharnmad b. •
ción», 103J.
Muhammad [b. 'Abd Allah] r 163, 165, 169: Hijo del emir 'Abd Ailah Y padre
de "Abd al-Rahmán 111, asesinado por su hermano al-Mutarrif (HEM, IV,
214).
Muhammad b. 'Abd al-Rahmán, 55, 56, 115, 155, 156, 157, 158, 159, 160, 162:
Quinto omeya de al-Andalus (HEM, IV, 183-199).
Muhammad b. 'Abd al-Rahmán, al-Mustakñ, 116, 192, 219, 221, 222: Penúltimo
califa omeya de Córdoba (HEM, IV, 482-483).
Muhammad b. 'Abd al-Ra'üf, 219, 221: Hákim en los reinados de al-Mus- Müna, 209:
tazhir y de al-Mustakfí y sahib al-mazñlim de este último (KS, n." 1126). Muzna; v.

Muhammad b. Abi 'Amir, al-Mansür, 40, 41, 42, 43, 45, 124, 172, 182, 185, 186,
187, 188, 189, 190, 191, 192, 193, 194, 195, 196, 200, 201, 202, 203, 205, 229: Al-
manzor, /:üi9ib de Hisám 11 y administrador del Estado (HEM, IV, 397- Mundir b.
437). do del e
Muhammad b. Basíl, 185: Zalbazorta de Hisám 11. Al-Mundír' b.
Muhammad b. Baslr al-Ma'áfirí, 133: Cadí de al-Hakam I (QQ, trad., 62-83). al-Andalus

Muhammad [b. al-Hakam al-Mustansir}, 179: Hijo de al-Hakam 11 (Descono- Mundir b. Sa'!c.. ~
y de al-Haszz;
cido por otras fuentes: sólo NA, trad., 38 habla de tres hijos de al-Hakam,
pero ninguno de ellos lleva este nombre). Al-Muqtadir
Muhammad b. I;Iañr al-Tabarí, 172: Alfaquí y J:W.fi:? (Famoso historiador orien- Al-Muqtadir
tal; El, IV, 607-608). gón, 152-163_
Muhamrnad b. Hisám, al-Mahdi, 116, 185, 205, 209, 210, 211, 212, 213, 218: Pri- Muryan, 178:
mer califa omeya de Córdoba tras el inicio de la [itna (HEM, IV, 457- 327).
470).
Muhammad b. Isháq b. al-Salírn, 179, 185: Cadí de al-Hakam 11 y de Hi-
¡¡am 11 (ÁVILA, «La proclamación», 100-103).
Abü Muhamrnad b. Marwan, 157.

- 270
Muhamrnad b. Muzayn al-Azdí, 35, 60, 62: Autor de la $iZat al-Mugrib (v. in-
[ra, «Estudio»),
Muhammad b. AbI Nasr al-Humaydí, 22: Autor citado por el J)ikr (TERÉS,
«Enseñanzas»).
Muhammad Nu'mán, 182: Hombre de confianza de al-Hakam II (El nombre
debe ser leído con toda seguridad MuJ;¡ammad b. Nu'mán; tal vez se
trate del padre de Yahya b. M b. N al-'Anar, citado en M-Chalmeta,
trad., 334).
Muhammad [b. al-Oásim b. Hammüd], 217: Hijo del califa hammüdí al-Qásim
(SECO,Hammúdies, 21, 24, 25, 39, 50-52).
de
Muharnmad b. Sulaymán, 164: Rebelde en Sidonia durante el reinado del
emir 'Abd Alláh (Probablemente Dá'üd b. Sulayrnán, rebelde en los cas-
50). tillos de Askatana y Qal'at Lawliin; TA, 113).
Muhammad b. Waddáh, 25: Tradicionista (MAKKI,Ensayo, 193-194).
Muhammad b. Yabqa b. Zarb, 185: Cadí de Hisám II (AVILA,«La proclama-
ción», 103).
Muharnmad b. "fahwar, Abií l-Walíd, 228: Segundo gobernante de la Taifa
de Córdoba (BOSCH-HoENERBACH,«Banü "fahwar», 94-99).
Al-Mu'izz b. ZIrI, 216: Señor de Fez, vasallo de 'Ali b. Hammüd (HEM, IV,
1.59, 160, 162:
436-437).
Abü l-Mujassi, 138, 139: Poeta, padre de Hassána (TERÉs, «Abü l-Majs¡», 229-
240).
Müna, 209: Madre del califa omeya de Córdoba al-Mahd¡ (En otras fuentes,
de al-Mus-
Muzna; v. J)ikr, 209, n. 1).
S, n,? 1126).
Al-Mundir [b. 'Abd al-Rahmán al-Awsar], 153: Hijo de 'Abd al-Rahmán II
1 , 185, 186,
y de su esclava Mu'jara (HEM, IV, 137-138).
s. 229: Al-
nE.\I, IV, 397-
Mundir b. Ibráhím, 164: Rebelde en Madinat Ibn al-Salim durante el reina-
do del emir 'Abd Allah (M b. 1 b. al-Salím; HEM, IV, 219).
Al-Mundír b. Muhammad, 115, 158, 159, 160, 161, 162, 178: Sexto omeya de
al-Andalus (HEM, IV, 199-212).
Mundir b. Sa'íd al-Ballürí, 160, 170, 175, 176, 179: Cadí de 'Abd al-Rahmán III
y de al-Hakam II (QQ, trad., 256-257).
Al-Muqtadir bi-lláh, 172: Califa 'abbásí (El, III, 768-769).
Al-Muqtadir b. Hüd, 229: Soberano de la Taifa de Zaragoza (VIGUERA,Ara-
gón, 152-163).
Muryán, 178: Madre de al-Hakam II (También llamada Muryána: HEM, IV,
327).
Müsa b. Hudayr, 170, 185: ~ayib de 'Abd al-Rahmán II y visir de Hisám II
(M-Chalmeta, trad., índices).
Müsa b. Nusayr, 42, 105, 107, 108, 109: Conquistador de ' al-Andalus (HEM,
IV, 6-19).

- 271-
Mñsa b. Ziyád, 163: Cadí del emir 'Abd Alláh (00, trad., 200-202).
Mus'ab b. 'Amrán al-Hamdání, 126: Cadí de Hisám 1 (También de al-Hakam 1;
00, trad., 55-62).
Muslim, 22: Autor del $aJ:iiJ:¡. (El, m. 808).
Mut'a, 150: Esclava de 'Abd al-Rahmán II (Realmente de al-Hakam 1; HEM,
IV, 121).
Al-Mu'tac;tid, 165: Califa 'abbásí (El, IU, 830).
Ibn al-Mujanna, 149: Poeta (HEM, IV, 315-316 y M-Makki, n. 478).
Mu'tara, 153: Esclava de 'Abd al-Rahmán U (Generalmente llamada Mu'am-
mara; VALLVÉ,«Demografía», 329).
Al-Mutarrif [b. 'Abd Alláh] , 165: Hijo del emir 'Abd Allah, muerto por or-
den de su padre tras haber asesinado a su hermano Muhamrnad (HEM,
IV, 214).
Mutarrif b. Mutarrif, 209: Visir del omeya al-Mahdí,
Ibn
Muyáhid al-'Ámiri, al-Muwaffaq, 212, 229: Fundador de la Taifa de Denia
(CHABÁS,«Mochéhid»).
Al-Muzaffar b. al-Aftas, 60: Rey de la Taifa de Badajoz (IDRIS, «Aftasídes»,
280-285).
AI-MuzaIÜ, 19: Autor citado por el lJikr (Tal vez sea el ya mencionado Mu-
Ibn Rasíq, :'
hammad b. Muzayn).
Muzayna, 169: Madre de 'Abd al-Rahmán III (Generalmente llamada Muzna;
VALLVÉ,"Demografía», 327).

Nabucodonosor, 95: Destructor de Jerusalén (CR, XCIII-XCIX).


Al-Na~ b. Salama, 163-164: Cadí y visir del emir 'Abd Allah (00, trad., 195- Rodrigo,
199). 5-6).

Nasr, 153: Eunuco al servicio de 'Abd al-Rahmán II (HEM, IV, 175-176).


Nasr b. 'AdI, 136: Eunuco de al-Hakam 1 (Sin duda el mismo Nasr mencio- Abü l-Sabbáa
nado anteriormente, como se desprende de M-Makkl, 15; TERÉs, "Lina-
AI-$a'bI, 25: T_
jes», 72).
Sábiq b.
Al-NiIDrÜd, 53: El Faraón de Abraharn (E!, Ill, 900-902).
(IA, trad.,
Noé, 73: Padre de Jafet '(El, nr. 1013-1014).
Ibn Sa'd, 1~.
Safar, 124, 1.:5: _
Octavio, 62: César romano, en cuya epoca se construyó Mérida.

Pipino, 133: Padre de Carlomagno.

Qabtaris, 92: Rey romano de al-Andalus.


Oabüs b. Kulis, 92: Rey romano de al-Andalus,
Qalarn, 153: Esclava de 'Abd al-Rahmán II (VALLVÉ,«Demografía», 329).

- 272-
18
Müsa b. Ziyad, 163: Cadí del emir 'Abd Allah (00, trad., 200-202).
Mus'ab b. 'Amrán al-Hamdání, 126: Cadí de Hisám 1 (También de al-Hakam 1;
00, trad., 55-62).
Muslim, 22: Autor del $aJ:iiJ:¡. (El, III, 808).
Mut'a, 150: Esclava de 'Abd al-Rahmán II (Realmente de al-Hakam 1; HEM,
IV, 121).
Al-Mu'ta<;lid, 165: Califa 'abbásí (El, III, 830).
Ibn al-Mujanna, 149: Poeta (HEM, IV, 315-316 y M-Makkl, n. 478}.
Mu'jara, 153: Esclava de 'Abd al-Rahmán II (Generalmente llamada Mu'am-
mara; VAlLVÉ,«Demografía», 329).
Al-Murarríf [b. 'Abd Allah], 165: Hijo del emir 'Abd Allah, muerto por or-
den de su padre tras haber asesinado a su hermano Muhammad (HEM,
IV, 214).
Mutarrif b. Mutarrif, 209: Visir del omeya al-Mahdí.
Muyáhid al-'A,miñ, al-Muwaffaq, 212, 229: Fundador de la Taifa de Denia
(CHABÁS, «Mochéhid»),
Al-Muzaffar b. al-Afras, 60: Rey de la Taifa de Badajoz (IDRIS, «Aftasides»,
280-285).
Al-Muzaní, 19: Autor citado por el J)ikr (Tal vez sea el ya mencionado Mu-
hammad b. Muzayn).
Muzayna, 169: Madre de 'Abd al-Rahmán III (Generalmente llamada Muzna;
VALLVÉ,«Demografía», 327).

Nabucodonosor, 95: Destructor de Jerusalén (CR, XCIII-XCIX).


Al-Nac;lr b. Salama, 163-164: Cadí y visir del emir 'Abd Allah (00, trad., 195-
199).
Nasr, 153: Eunuco al servicio de 'Abd al-Rahmán II (HEM, IV, 175-176).
Nasr b. 'Adi, 136: Eunuco de al-Hakarn 1 (Sin duda el mismo Nasr mencio-
nado anteriormente, como se desprende de M-Makkl, 15; TERÉs, «Lina-
Al-Sa'bi:, 25: T:-
jes», 72).
Sábiq b. M2'
Al-Nimrüd, 53: El Faraón de Abraharn (El, III, 900-902).
(lA, trad.,
Noé, 73: Padre de Jafet '(El, III, 1013-1014).
Ibn Sa'd, 1
Safar, 124,
Octavio, 62: César romano, en cuya epoca se construyó Mérida.

Pípino, 133: Padre de Carlomagno.

Oabtarís, 92: Rey romano de al-Andalus.


Qabiis b. Kulis, 92: Rey romano de al-Andalus,
Oalam, 153: Esclava de 'Abd al-Rahmán II (VAlLVÉ,«Demografía», 329).

- 272-
18
Oámüs b. Kulis, 92: Rey romano de al-Andalus,
Oarmülus b. Sal¡IS, 93: Rey romano de al-Andalus.
Oásim b. Abí ... , 118: Zalbazorta de 'Abd al-Rahmán I.
Al-Qásim b. J;Iammüd, 214, 217: Segundo califa hammüdí (HEM, IV, 479-482).
J-!"''::~<I.I..l.LI;
HEM, Oaran b. Haran, 133: Cadí de al-l;Iakam I (Q b. ?az', según QQ, trad., 96).
Al-Qudá'I, 128: Autor citado por el .Qikr (v. inira, «Estudio»).
Oümís b. Isáq al-Rúmí, 155: ssu» del emir Muhammad (Q b. Antoniyñn:
VALLVÉ, «Zalmedina», 284-287).
Ourasiyya, 216, 217: Madre de los califas hammñdíes 'M y al-Qásím (Su ver-
dadero nombre era al-Baydá': SECO,Hammüdies, 17).
o por or-
Abü Ourra al-Barbarí, 118, 119: Protector de 'Abd al-Rahrnán I durante su
""::'~illli1d (HEM,
estancia en el Norte de África (Puede que se trate de Abü QUITa, «califa»
de Tremecén; Talbi, Aghlabide, 75, n. 2).
Ibn al-Oütiyya, 35: Autor citado por el .Qikr (v. inira, «Estudio»).

c~asides», Ral¡., 116: Madre de 'Abd al-Rahmán I (HEM, IV, 63).


Ibn al-Raqiq, 35: Autor citado por el .Qikr (v. inira, «Estudio»).
Ibn Rasíq, 166, 178: Autor citado por el J)ikr (v. injra, «Estudío»).
al-R¡¡ZI,35, 37, 62, 66, 174: Autor citado por el .Qikr (v. también Ahmad b.
Muhammad al-Rázi; v. injra, «Estudio»).
Recesvinto, 99: Rey godo de al-Andalus.
Al-Rink al-Rúmi, 61: Rey cristiano (v. .Qikr, 61, n. 16).
Rodriga, 37, 99, 100, 101, 105, 107: último rey godo de al-Andalus (HEM, IV,
• trad., 195-
5-6).

Abü l-Sabbáh, 120: Partidario de 'Abd al-Rahmán I (HEM, IV, 74).


Al-$a'bl, 25: Tradicionista (El, IV, 252-253).
Sábiq b. Málik b. Yazíd, 121: Soldado del ejército de 'Abd al-Rahmán I
(lA, trad., 21).
Ibn Sa'd, 180: Poeta.
Safar, 124, 125: Personaje que dío nombre a un tipo de granada (COLIN,«00-
cument», 27-28).
Al-Saffáh, 118: (Primer califa 'abbásí, El', 1, 106).
Safwíl b. An)Tüs,89: Rey de los Afariqa de al-Andalus.
$ahr b. Hawsab, 23: Tradicionista (TI, trad., 27, n. 1).
Sa'id b. Hudayl, 164: Rebelde en Jaén durante el reinado del emir 'Abd Allñh
(HEM, IV, 217).
~:ilia», 329).

- 273-

18
Sa'id b. 'IYa~, 134: Zalbazorta de al-Hakam 1 (De 'Abd al-Rahmán II, según Sulaymán
M-Makki, 38). (HEM,
Sa'íd b. Jayís. 134: Visir de al-Hakarn 1 (S b. Hassán: M-Makki, n. 235). Al-Sumaysir
$a'id al-Lugawi, 201, 229: Sabio y poeta (BLACHERE,
«Un pionner»), SurayJ:¡, 136:
Sa'íd b. Mubasáir, 159: Katib del emir al-Mundir (BM, II, 113). Abü Suya',
Sa'íd b. Muhammad b. Basir, 133: Cadí de al-Hakam 1 (QQ, trad., 83·89).
Sa'id b. Abi Waqqás, 22: Tradicionista (Sa'd b. AW; El, IV, 30-31).
Sa'Id b. "2"üdi, 164: Rebelde en Toledo durante el reinado del emir 'Abd
Alláh (En realidad se rebeló en Elvira; HEM, IV, 227-228).
Tahr, 155:
Sakan, 161: Madre del visir Hásim b. 'Abd al-'Aziz.
Ibn al-Salím, 162: Personaje de la época del emir Muhammad (Perteneciente
a la familia de los Banü l-Salím, tal vez Muhammad b. S, zalmedina de
Córdoba; VALLVÉ, «Zalmedina», 288-292).
Salomón, 23, 42: Profeta (El rey Salomón de la Biblia, El, IV, 557-558).
Al-Samh b. Málik al-Jawlñní, 37, 109: Gobernador de al-Andalus (VILA, «El
nombramiento», 218-219).
Samqús b. Marqülis, 92: Rey romano de al-Andalus.
Samwíl b. AnyarlqtiS, 90: Rey de los Aiariqa de al-Andalus.
Sawwár, 164: Rebelde en Granada durante el reinado del emir 'Abd Alláh
(HEM, IV, 226-227).
Sayf, 27: Tradicionista (El, IV, 75).
Ibn Sida, 16: Autor citado por el l)ikr (Tal vez el ya mencionado Abü
l-Hasan b. S).
Al-Sifá', 150, 153: Esclava de 'Abd al-Rahmán 11 (VALLVÉ,
«Demografía», 329).
Sisebuto, 98: Rey godo de al-Andalus.
Sisenando, 99: Rey godo de al-Andalus.
Subh, 182, 184, 187, 189, 190, 196: Madre de Hisam 11 (HEM, IV, índices).
Sufyán al-Iawñ, 140: Tradicionista (TI, trad., 79, n. 2).
1'iiriq b.
Suhayd b. 'Isa, 127: Visir de Hiáám 1 (HEM, IV, 187). de al-Anéazes
Suintila, 99: Rey godo de al-Andalus.
Sulaymán b. 'Abd al-Malik, 109: Califa omeya de Damasco (El, IV, 556-557).
Sulaymán [b. 'Abd al-Rahmán al-Dajil], 122, 127, 128, 131, 132: Hijo de 'Abd
al-Rahmán 1, rebelado contra su hermano Hisám (HEM, IV, índices).
Sulayrnán b. Aswad, 155: Cadí del emir Muhammad (QQ, trad., 155-174 y
178-191).
Sulaymán b. al-Hakam, al-Musta'ín, 116, 185, 211, 212, 213, 214, 215, 216, 219:
Califa omeya de Córdoba durante la [itna (HEM, IV, 462-476).
+itanus b.
Sulaymán b. Hisñm, 117: Tío y protector de 'Abd al-Rahmán 1.
Sulaymán b. Hisam b. al-Na:¡¡ir,210: (v. l)ikr, 210, n. 3).

- 274-
H, según Sulaymán b. Yaqzán, 124: Rebelde en Zaragoza contra 'Abd al-Rahmán I
(REM, IV, 84).
- _o. n. 235). Al-Sumaysir, 175: Poeta (GARCÍAGóMEZ,"Precisiones», 291, n. 1).
!IIii::z=r»J. Surayb, 136: Eunuco al servicio de al-Hakarn I (TERÉs, "Linajes», 72).
Abü Suya', 118: Mawla de 'Abd al-Rahmán I (NT, 1, 333) .
• 83-89).
-. - - 1).
Abü l-rahir b. AbI I-Wand, 228: Rijo de Muhammad b. ?ahwar (BOSCH-RoENER-
~ emir 'Abd BACH,«Banü ?ahwan>, 95-99).
Tahr, 155: Madre del emir Muhammad (En otras fuentes, Buhayra; VALLVÉ,
"Demografía», 329).
- Perteneciente
Ta'laba b. Saláma, 110: Gobernador de al-Andalus (Vn.A, "El nombramien-
- zalmedina de
to», 217-219).
Talíd, 180: Pata encargado de la Biblioteca de al-Hakam n (TERÉS, «Lina-
~ '. -57-558).
jes», 78).
-====- (vnx, «El
Tálit, 177: Tía de I:IaIIÜm (En otras fuentes, Tanqlt -LEWICKI, «Prophetes»,
148- y Táliya -VERNET, Lslamiracion, 93-).
Ibn al-ralla', 24: Transmisor de un hadit. (FÓR¡"'TEAS,
«Mudawwana», n. 75).
ralslt b. Arsid, 93: Rey romano de al-Andalus,
-- 'Abd Allah
Tarnmám, 118: Mawlá de 'Abd al-Rahrnán I (Según NT, 1, 333, el cuarto
mawlá que acompañaba a 'Abd al-Rahmñn, junto a Badr, Zíyád y Abü
Suya', se llamaba 'Amr),
Abü
Tammám b. 'Alqama, Abü Gálib, 119, 120: Mawlá omeya que colaboró en
la victoria de 'Abd al-Rahmán 1 (REM, IV, 68).
ografía», 329).
Tarafa b. Laqít, 136: Eunuco de al-Hakam 1 (TERÉS, "Linajes», 72).
rarfüs b. Anyiyüs, 90: Rey de los Aiñriqa de al-Andalus.

:- Taríf, Abü Zur'a, 106: Comandante del primer contigente musulmán que
'. índices).
desembarcó en al-Andalus (REM, IV, 10-11).
rariq b. Ziyad al-Nafz'í, 42, 56, 99, lOS, 106, 107, 108, 109, 186: Conquistador
de al-Andalus (REM, IV, 11-19).
Tarüb, 148, 150, 152, 153: Favorita de 'Abd al-Rahmán n (VALLvÉ,"Demogra-
~ IV, 556-557). fía», 329).
Hijo de 'Abd Tááufín b. 'Abd al-Wáhid al-Fátimí, 123: Rebelde beréber de tiempos de 'Abd
• -. índices). al-Rahrnán I (Su nombre aparece en algunas fuentes escrito $aqya; HEM,
_ _aQ, 155-174 y IV, 74-75).
Tawaba b. Saláma, 110: Gobernador de al-Andalus (VILA, «El nombramien-
- 216, 219: to», 218-219).
rltiinus b. Isbán b. Hazmíl, 95: Rey de los Iibiin. de al-Andalus.
rltus b. Ishabán, 94: Rey de los Itbñn de al-Andalus.
Tulgas, 99: Rey godo de al-Andalus.

-- 275
'Ubayd Alláh al-Sí'I, 166: Califa fatimÍ (HEM, IV, índices).
'Ubayd Allah b. 'Utrnán, 118, 119, 120: Mawlii omeya que colaboró en la veni-
da de 'Abd al-Rahmán I y, posteriormente, fue visir suyo (HEM, IV, Ín-
dices).
'Ubayd Alláh al-Zahráwí, 42: Maestro de Ibn 'Attab (KS, n.s 749).
'Umar b. 'Abd al-'Az¡z, 37, 109, 128: Califa omeya (El, III, 1044-1046).
Abü 'Umar b. 'Abd al-Barr, 23: Tradicionista (MARfN,«La obra»).
'U mar b. Hafsün, 157, 161, 164, 165, 166, 171: Rebelde en Bobastro durante
la época del emir 'Abd Alláh, el más importante de los sediciosos (VAllVÉ,
«Bobastro» e «Ibn 'Askar», 246-247).
'Umar b. al-Jatráb, 25, 26: Califa (Segundo califa ortodoxo; El, III, 1050-
1052).
Abü 'Umára al-Basri, 19: Poeta.
'Uqba b. al-l;Iayyay al-Salawí, 109: Gobernador de al-Andalus (VlLA, «El nom- ?awra', 221:
bramiento», 218-219). 221, n. 30 ..
'Utmán b. 'Affán, 27, 46: Califa (Tercer califa ortodoxo; El, III, 1077-1080). ?arylS b. Hi:rqi5,
Abü 'Ujmñn al-Nahdí, 22: Tradicionista (TI, trad., 29, n. 1). Ibn Yazíd,
'Ujmán b. Abí Sa'ba al-Jar'amí, 109: Gobernador de al-Andalus (VlLA, «El lA, trad.,
nombramiento», 218-219).

Vespasiano, 95: César romano, destructor de Jerusalén.

Wñdíh, 209, 211, 212: Fatá 'amiri que tuvo un importante papel en la [itna
(HEM, IV, índices).
AI-Walld b. 'Abd al-Malik, 105, 108, 109: Califa omeya (El, IV, 1170-1171).
Witiza, 99: Rey godo de al-Andalus.
Al-?ill¡q¡, 1M: .;
(Rebelde e¡:;,
?abir b. Labíd, 151, 152: Gobernador de Elvira en época de 'Abd al-Rahmán 11
?udayr, 128:
(TERÉs, «Abü l-Majs¡», 241, n. 4).
?a'far, 179; Mawla y /:ülyib de al-Hakam II (HEM, IV, 330). ?üd¡ b. Asba!
?üd¡; HS,
?a'far b. 'An b. Hamdün, 181: Gobernador en nombre de al-Hakam II de
al-Tdwa (HEM, IV, 396). Al-?unayd b.
'Abd A.llah
Abü ?a'far al-Mansür, 121, 122, 136: Califa 'abbásí (El, III, 263-264).
Yüsuf b. 'Abd "'-
Abü ?a'far b, Ab¡ Musa, 216, 217: Visir de los califas hammüdíes 'Al¡ y al-
quita de
Qásim y kátib de este último (HEM, IV, 484).
Yüsuf b. 'Abd
?a'far b. 'Ujmán al-Mushafi, 184, 185, 187, 189, 190, 191, 202: Visir de al-
Hakam 11 y 1:zayib de Hisám 11 hasta su sustitución por al-Mansür (HEM lus, derro
IV, índices).
?ahwar b. Muhammad b. ?ahwar, 227: Fundador de la Taifa yahwarí de
Córdoba (BOSCH-HoENERBACH,
«Banñ ?ahwar», 91-93).

- 276-
Yal¡.ya b. 'All b. Hammüd, al-Muta'alli:, 216, 217, 218, 219: Tercer califa harn-
~ ró en la veni- müdí (Su laqab era al-Mu'talí; HEM, IV, 481484).
(REM, IV, ín- Yahya b. Mudar al-Oaysí, 139, 140: Alfaquí muerto por orden de al-Hakam I
(HEM, IV, 97 Y 107).
Yahya b. Saláma al-Kalbí, 109: Gobernador de al-Andalus (VIl.A, «El nom-
bramiento», 217-219).
Yahya b. Yahya al-Layjí, 25, 130, 134, 146: Alfaquí que tuvo gran ascendiente
- astro durante sobre 'Abd al-Rahmán n (HEM, IV, índices).
- iíciosos (VALLVÉ, Yahya b. Yazíd al-TuyIbI, 118: Cadí de 'Abd al-Rahmán I (00, trad., 35-37).
Abü Yajlaf, 177: (Tío de Hamím y hermano de Ta1It; VERNET,Islamizacion,
El, III, 1050- 93).
Ya'qüb al-Mansür, 67: Califa almohade, constructor del alminar de la mez-
quita de Sevilla (HUlC!, Imperio, 313-390).
-!LA, «El no m- »'awra', 221: Madre del omeya al-Mustakfi (En otras fuentes, Hawra': v. l)ikr,
221, n. 30).
~ III, 1077-1080). »'aryIS b. Hirqilis, 92: Rey romano de al-Andalus,
Ibn YazId, 118: Kiitib de 'Abd al-Rahmán I (Umayya b. Y; NT, III, 46 e
o&.-""~-4J.US (VILA, «El lA, trad., 18).
Yazíd b. 'Abd al-Malik, 109: Califa omeya (El, IV, 1226).
Ibn al-»'azzar, 37, 53: Autor del Kitñb 'Ayii'ib al-dunyii o al-buldari (v. inira,
«Estudio» ).
»'idar b. 'Amr, 118, 126: Cadí de 'Abd al-Rahmán I y de Hisám I (HEM, V,
69, n. 11).
1 en la [itna
»'idara b. AbI 'Abda, 127: Eiiyib de Hisám I (Si no se trata de un error o
una mala grafía, este personaje hasta ahora desconocido debe ser her-
- 1170-1171).
mano de 'Abd al-Gáfir b. AA; M-MakkI, n. 97).
Al-»,illIqI, 164: Rebelde en Lebrija durante el reinado del emir 'Abd Allah
(Rebelde en Badajoz; HEM, IV, 243-244) .
•_ bd al-Rahrnán II
»'udayr, 128: Gobernador de Mérida de Hisam I (Hudayr en BM, H, 62).
»'üdI b. Asbát al-Sa'ídí, 134: Zalbazorta de al-Hakam I (Abuelo de Sa'id b.
»'üdI; HS, I, 155).
- al-Hakam II de
AI-»'unayd b. Hásim, 164: Rebelde en Carmona durante el reinado del emir
'Abd Allah (»' b .. Wahb; HEM, IV, 230-232).
263-264).
Yíisuf b. 'Abd al-Mu'min b. 'All, 67: Califa almohade, constructor de la mez-
~ ~-díes 'AII y al-
quita de Sevilla (HUlCI, Imperio, 219-312).
Yüsuf b. 'Abd al-Rahmán al-Fihrí, 110, 111, 120, 121: Gobernador de al-Anda-
: Visir de al-
lus, derrotado por 'Abd al-Rahmán I (HEM, IV, 32-34 Y 66-71).
al-Man(lür (HEM
Yüsuf b. Bujt, 118: Visir de 'Abd al-Rahmán I (HEM, IV, 65 Y 94).

Taifa yahwarí de Yüsuf b. Tásufín al-Lamtüní, 79: Soberano almorávide, reconstructor de Va-
lencia (Hurcr, «La salida»),

- 277-
Zabya, 212: Madre de Sulaymán al-Musta'In (LEV! DELLAVIDA, «Córdoba»,
149)_
ZawI b. ZIri b. Manad al-Sinháyí, 213, 214: Visir de Sulayrnán al-Musta'ín
y señor de Elvira, unido más tarde a los harnmüdíes (GARCÍAG6MEZ,Si-
glo XI, 81-92).
ZirI b. 'Atiyya al-Magráwí, 194, 195: Señor de Fez (HEM, IV, 430436).
Ziyad, 118: Mawlá de 'Abd al-Rahmán I (NT, I, 333).
Zuhayr al-'Amiri, 230: Sucesor de Jayrán en la Taifa de Almería (MOUNA,
«Banü Sumádih», 126, n. 3).
Zujruf, 13: Madre de al-Hakam 1 (BM, II, 68).

'Abbásíes, 1~
15-24).

'Ayam de

Beréberes,
216.

Cristianos,
149, 156, F

~ 278-
cCórdoba»,

36).

(MOUNA,

lNDICE DE ETNIAS y COLECTIVIDADES

'Abbásíes, 116, 118, 121, 122: Califas de Oriente tras los orneyas (El', 1,
15-24).
Banü 'Abd al-Mu'min, 66: (v. Almohades).
Afiiriqa, 88, 89, 90, 91, 96: Antiguos pobladores de al-Andalus (CR, XC-XCIII).
Almohades, 11, 41, 80: Dinastía norteafricana que dominó al-Andalus (HUICI,
Imperio; v. también Banü 'Abd al-Mu'min y Masmüda).
Almorávides, 11, 41, 228: Dinastía norteafricana que dominó al-Andalus (BOSCH,
Almorávides; v. también Lamtüna),
Amalecitas, 62: Constructores de Mérida según algunos autores (El', 1, 441).
'i\miríes, 188, 196, 209, 211: La familia de al-Mansür b. Ab¡ 'i\mir.
Andalus, 87: Primeros pobladores de al-Andalus (CR, LXXXI-LXII).
Banü l-Ansár, 76: (Los habitantes de Medina que ayudaron a Mahoma; se
aplica a las tribus de Aws y Jazray: El', 1, 529-530).
Árabes, 11, 51, 52, 62, 77, 82, 98, 100, 105, 106, 108, 109, 110, 119, 120, 139, 141,
160, 161, 164, 165, 190.
Banü Asqílüla, 11: (Familia de notables de la época nazarí: RUBIERA,«Banü
Escallola» ).
'Ayam de Roma, 90, 96: (v. también romanos).

Benimerines, 11: Dinastía norteafricana (VIGUERA,«Le Maghreb»).


Beréberes, 32, 51, 105, 106, 108, 110, 123, 128, 141, 164, 181, 210, 211, 213, 214,
216.

Cármatas, 164: (Secta ismá'ílí del oriente islámico; El', IV, 687-692).
Cristianos, 26, 36, 42, 44, 55, 56, 61, 71, 79, 100, 105, 106, 107, 123, 129, 140, 141,
149, 156, 157, 160, 165, 178, 187, 196, 198, 199, 200, 201, 203, 204, 211, 229.

- 279-
Godos, 53, 76, 98, 106, 200: Nación que dominó al-Andalus antes de la llega-
da de los musulmanes (MACHADO, «La Historia de los godos»).
Griegos, 73, 90.
Gumára, 177: Tribu beréber (EP, II, 1121).

Omeyas, 11. ~-
Hammüdíes, 11, 215: Califas de Córdoba durante la [itna (SECO,Hammúdies).
215, m.
Banü l;!a~ay, 164: Rebeldes en Sevilla durante el reinado del emir 'Abd
Allah (HEM, IV, 228-234).
Banü Hüd, 11: Una de las familias que dominaron al-Andalus (Reyes de
Murcia tras la caída de los almohades; ARIÉ, Royaume Nasride, 42-67).
Iirans, 16, 44, 69, 83, 89, 94, 96, 129, 173, 180, 194, 197, 198: (En el J)ikr se
utiliza para denominar tanto a los francos -y a los habitantes del «País Romanos,
de los francos» en cualquier momento histórico-- como a los pobladores Rüm, 26,
de las regiones nororientales de la Península Ibérica).
lSban, 64, 67, 82, 93, 95, 200: Uno de los pueblos que habitaron al-Andalus
en tiempos remotos (CR, LXXXIV-LXXXVII).
Israelitas, 42, 94, 95.

lazar, 53, 58, 64: Pueblo que dominó al-Andalus en la época de Abraham
(No son los lazar históricos, El', IV, 1205-1214).
Judíos, 56.

Kinána, 131: Tribu árabe (TERÉS,«Linajes», 90-91).

Lamtüna, 41: (v. también Almorávides).


Vascones,
Al-Ma'áfir, 198: Tribu árabe (TERÉs,«Linajes», 349-350).
Banü Marwán, marwáníes, 110, 165: (Los omeyas). ~ahwaries,
Masmüda, 41, 192: (v. también Almohades). de Córdo
Mayüs, 87, 88, 129, 130, 150, 156: (Este término se emplea para designar a ~ala1iqa, 44. ~
los pueblos paganos, entre los que destacan los normandos; sobre algu- cristianos ~
nos problemas en la identificación de algunos de estos Mayüs, SÁNCHEZ y León;
ALBoRNOZ, Orígenes, II, 309-321). Yemeníes,
Banü Mugíj, 118: Mawlas del califa de Damasco 'Abd al-Malik b. Marwán,
instalados en Ifriqiya.
Banü l-Muháyir, 164: Rebeldes en Zaragoza durante el reinado del emir 'Abd
Alláh (Los Tuyíbíes: TERÉS,«Linajes», 356-359). Zany, 164:
Musulmanes, 36, 52, 56, 73, 75, 98, 99, 101, 105, 107, 129, 130, 140, 180, 182, 200,
204, 211, 212. 1281-1282)_

- 280-
de la llega- Nafza, 106, 119: Tribu beréber a la que pertenecía Táriq b. Ziyád (GUICHARD,
Al-Andalus, 380-391).
Nazaríes, 11: (ARlÉ, Royaume Nasride).
Negros, 106.

Omeyas, 11, 26, 37, 38, 41, 98, 110, 115, 116, 118, 119, 120, 122, 126, 132, 136, 209,
215, 227.

Qays, 110, 120: Tribu árabe (TERÉS, «Linajes», 96-106).


Ourays, 108, 125, 161: Tribu árabe (El', V, 436-438).

Romanos, 82, 90, 93, 96, 97, 98.


Rüm, 26, 94, 95: (Cristianos no residentes en los países musulmanes).
Rumaniyyiin, 44: (En el pasaje en cuestión este término no puede referirse
al-Andalus a los romanos de la época clásica, como en otras ocasiones a lo largo
del J)ikr; posiblemente sea un sinónimo de Rúm).

SaMba, 25, 36, 37, 76: Los Compañeros del Profeta (Sobre los que preten-
de Abraham didamente llegaron a al-Andalus, MAlÚN,«Sahába»).
sea, 164: (Los fátimíes: El', II, 870-882).
Sirios: 110, 134.

Tiibi'isn, 36, 37, 76: (Discípulos de los $af:¡iiba; v. lo dicho en $aJ:üzba).


Tarním, 138: Tribu árabe (TERÉs, «Linajes», 93-95).

Vascones, 77, 130, 200.

"2"ahwaries, 227: Familia de notables cordobeses que administró los asuntos


de Córdoba tras la caída de los omeyas (BOSCH-HoENERBACH,«Banü "2"arwar»).
designar a "laliiliqa, 44, 194: (Cuando se emplea en un sentido preciso se aplica a los
sobre algu- cristianos de la zona noroccidental de la Peninsula, Reinos de Asturias
-)-üs, SÁNCHEZ y León; MOLINA,«Campañas», 261, n. 109).
Yemeníes, 77, 122: (Arabes del Sur; GUICHARD,
Al-Andalus, 338-364).

Zanáta, 116, 119, 171: (Confederación de tribus beréberes; LóPEZ-MoRILLAS,


emir 'Abd «Beréberes» ).
Zany, 164: (Nombre dado por los autores árabes a los esclavos negros que
_- -. 180, 182, 200, arrasan en la segunda mitad del s. IX la Baja Mesopotamia; El, IV,
1281-1282).

- 281-
Alcazaba
Alcázar de e
158, 159, '-
227.

--
1NDICE DE NOMBRES GEOGRAFICOS *

Abadán ('Abbéidan), 23: (Ciudad del actual Irán; El', 1, 5).


AI-Agéir, 200: (No identificado; MOLINA,«Campañas», 233 y 258).
Agméit, 228: Localidad magrebí donde estuvo desterrado y murió al-Mu'tamid
(G.It.RCfA GóMEZ, «Sepulcro»),
Aguilar (Aqilñr}, 203: (Aguilar, sobre el río Sousa, en Portugal; MOLINA,«Cam-
pañas», 261).
Alava (Alaya), 129.
Alcazaba de Almería (Oasabat al-Mariyya}, 83.
Alcazaba de Calatrava (Oasabat Oal'at RabOJ:¡), 156.
Alcazaba de Córdoba (Oasabat Ourtuba), 40, 140.
Alcazaba de Granada (Oasabat Garnéi¡a), 75.
Alcazaba de Játiva (Oasabat Séitiba), 80.
Alcázar de Córdoba (Qasr Ouriuba), 39, 40, 115, 121, 126, 132, 141, 142, 151, 155,
158, 159, 161, 163, 166, 178, 183, 195, 211, 212, 213, 214, 216, 217, 218, 219, 223,
227.
Alcázar de Mérida (Qasr Méirida), 95.
Alcázar de Toledo (Oasr Tulaytula), 140.
Alcázar de al-Ziihira (Oasr al-Ziihira), 210.
Alcázar de al-Zahrá' (Oasr al-Zahrñ), 175, 176, 211.
Alcira (?az'irat Suqar), 18.
Alcocero (Qusayro), 200: (MOLINA,«Campañas», 256-257).
Alcubilla (al-Oubüa / al-Oubsila}, 199, 200: (MOLINA,«Campañas», 253-255).
Algarve (Bilád al-garb), 17.

* A continuación del nombre y entre paréntesis aparece la grafía que pre-


senta el manuscrito, no la de nuestra edición.

- 283-
Algeciras (al-?az.'ira / al-?az.'ira al-iadrá), 16, 17, 73, 74, 106, 108, 165, 171, 197,
199, 204, 214.
Arrabal de
Alhama Lal-Hamma}, 74, 159: (Alhama de Granada; VALLVÉ,«Bobastro», ín-
dices).
Alija (In'iSa), 18: A orillas del Tajo (OLIVER,«Castilla», 338).
Aljama de Uclés (?ami' madinat Ua1'iS) , 29.
Aljarafe ( al-Sarai ), 67, 68, 69.
Almería (al-Mariyya / Mariyyat Bayyana), 16, 20, 21, 82, 89, 173, 214, 216, 230.
Arrabal
Almunia (al-Munya), 197: (Podría ser la Almunia de Doña Godina o Armuña;
Arrabal de
MOLINA,«Campañas», 242).
Arrabal
Almuñécar (ol-Munakkab ), 75, 120.
Arrabal
Ana, 17: Aldea que da nombre al río Guadiana (Mencionada también en
AB, 505). Arrabal
An'iSa, 65: Ciudad de la cora de Guadalajara (No identificada, tal vez Atienza). Arrabal de a.:-
Antequera (Antaqtra), 74. n. 18).
Antioquía (An~akiyya), 96: (v. J)ikr, I, 89, n. 35 y II, 96, n. 10). Aryalat, 63: _
AI-Aqwas,71: (Alocaz, en el límite entre Sevilla y Cádiz; HERNÁNDEZ
GlMÉ- Astorga (AS:
NEZ,«Ragwál», 127-143). Awliyya, 47:
Arcos (Arkus ), 70: (Arcos de la Frontera). Ay Maryam, -
Artn, 54: Ciudad de la India (KY, índices, 165). Aznalcázar
Arntsa, 63: Ciudad de la cora de Mérida (No identificada).
Arjona (Ar:Yüna), 16, 230.
Armenia (Arm'iniya), 62.
Arrabal de al-Abürt, 39: En Córdoba (Hommam al-Llbiri; GARCfAGóMEZ,«To- Baena (Baj"le:..
pografía», 354).
Baeza (Bayyi:
Arrabal de la Almunia (Munya), 39: En Córdoba (Munyat 'Ayab; CASTEll.6,
Bagdad (Bag.':--
«Descripción», 133, n. 18).
BaJ:¡r al-Zuq-
Arrabal de la Almunia de 'Abd Alláh (Munyat 'Abd Allñh}, 39, 40: En Cór-
doba. AI-Bala~, 1

Arrabal de la Cárcel Vieja (al-Siyn al-qadim}, 39: En Córdoba. Bal:¡y, 29:


Arrabal de Furri Bali, 39: En Córdoba (Furn. Burril; GARCÍAG6MEZ,«Topo- Balsiina, 71:
grafía», 353). Al-Barñnis (a.:-~
Arrabal de la Medina (ol-Madina), 40: En Córdoba (al-Madtna al=atiqa, la 170, D. 1).
Ciudad Vieja; CASTELL6,«Descripción», 133, n. 18).
Arrabal de la Mezquita de la Cueva (Masyid al-Kahf}, 39: En Córdoba.
Arrabal de la Mezquita de Masrür (Masyid Masrür}, 39: En Córdoba (HEM,
V, 242; en CASTELL6,«Descripción», 133, n. 18: al-Surür ).
Arrabal de la Mezquita de al-Sifá' (Masyid al-Sita'), 39: En Córdoba.
Arrabal de al-Mugirá, 40: En Córdoba (Munyat al-Mugirá, la Almunia de al-
Mugirá: CASTELLÓ, «Descripción», 133, D. 18).

- 284-
s, 171, 197, Arrabal del Palacio de MugIl (Bala; Mug'it), 39: En Córdoba.
Arrabal de los Pergamineros (al-Raqqiiqin ), 39: En Córdoba .
.•30 astro», ín-
Arrabal de la Puerta del Judío {Bñb al-Yiihiidi}, 39: En Córdoba (Biib al-
Yahüd, Puerta de los Judíos; CASTELLÓ,«Descripción», 133, n. 18).
Arrabal de al-Rawda, 39: En Córdoba.
Arrabal de al-Rayhiini, 39: En Córdoba r.aawan'it al-RayJ:¡an'i; CASTELLÓ,
«Des-
cripción», 133, n. 18).
-: _1~, 216, 230.
Arrabal de la Ribera (al-Tdwa), 40: En Córdoba .
." o Armuña;
Arrabal de la Ruzafa (al-Rusáia}, 39: En Córdoba.
Arrabal de Sabular, 39: En Córdoba.

-., también en Arrabal de Secunda (Saqunda), 39,40, 131: En Córdoba.


Arrabal de la Torre (al-Bury), 39: En Córdoba.
zz, ez Atienza). Arrabal de al-Zahra, 40: En Córdoba (ol-Zñhira; CASTELLÓ,
«Descripción», 133,
n. 18).
Aryalat, 63: Acueducto de Mérida (LÉVI-PROVEN<;AL,
La Péninsule, 212).

GlMÉ- Astorga (AStarüqa), 199, 200, 203.


Awliyya, 47: Distrito de Córdoba (Montemayor; ARJONA,El reino, 100-101).
Ay Maryam, 47: Distrito de Córdoba (CASTELLÓ,«Descripción», 148 y n. 60).
Aznalcázar (Hisri al-Oasr ), 66.
Aznalfarache (Hisn al-Faray}, 68: (San Juan de Aznalfarache).

Bab.s, 204: (¿Baños de Río Tobía?; MOLINA,«Campañas», 263).


- Gó.illlZ, «To-
Baena (Bayyiina}, 51.
Baeza (Bayyasa), 16, 52, 164.
Bagdad [Bagdád ), 47, 151, 165.
BaJ:¡r al-Zuqñq, 17: (v. J)ikr, 17, n. 5).
AI-Balat, 108: (v. Majii{l.at al-Balat).
Bal'iy, 29: (LÉVI-PROVEN<;AL,
La Péninsule, 236: Bantiy, cerca de Huete).
, «Topo- Balsána, 71: (v. Qarsána),
Al-Bariinis (al-Rñmin ), 21: (Sierra de Almadén; LÉVI-PROVEN<;AL,
La Péninsule,
al-ratiqa, la 170, n. 1).
Barcelona (Bariilüna / Baryilúna}, 15, 16, 21, 78, 140, 183, 197, 198, 205.
• - Córdoba. Barqa, 118: (La Cirenaica; EF, 1, 1080-1081).
•- - rdoba (HEM,
Barsñna, 67: Ciudad de Sevilla (Debe ser una mala grafía por Marchena, aun-
que vuelva a ser mencionada por el J)ikr con su grafía correcta unas
-rdoba. líneas más abajo).
_...:munia de al-
Bartana, 63: Ciudad de Mérida (Por las otras ciudades que menciona junto
a ésta debe tratarse de Boltaña).

- 285
Bartana,70: Río (En otros autores, Büta, identificado con el Majaceite; LÉVI- 1-.

PROVENC;AL,
La Péninsule, 195.
Basiñna, 37: Aldea de Córdoba (No identificada).
BatrIsa, 202: (¿Pedriza?; MOLINA,«Campañas. Nuevos datos», 469).
Bayona (Bayúna}, 16.
Baza (Basta), 16, 20, 30, 82, 229, 230.
B.b.s.r, 198: (Tal vez Viseu; MOLINA,«Campañas», 244-246).
Beja (Baya), 16, 17, 61, 62, 63, 66, 95, 108, 122, 230.
Betis (BltI), 17: Nombre del río Guadalquivir.
Biblioteca real de Córdoba (laza'in al-kutub ), 180.
Bobastro (Bubasr ), 161: (VALLV~,«Bobastro»).
Boltaña {Bartiina / Bariana), 78, 79: (VIGUERA,Aragón, 16-18).
Britania (Birtaniya), 91.
B.t.ryus, 204: (Pedroso; MOLINA,«Campañas», 263 y «Campañas. Nuevos da-
tos», 472).
Al-Buhayra (La Laguna), 197: Objetivo de una campaña de al-Mansñr (No
identificado; MOLINA,«Campañas», 241-242).
Bün.s, 200: (¿Briñas?; MOLINA,«Campañas», 256-257).
Burbil, 199: (¿Portillo de Soria?; MOLINA,«Campañas», 251-254. La identifica-
ción que se hace en ese artículo de Burtil 'Asim con Portillo, Valladolid,
figuraba ya en CHALMETA, «Simancas», 402).
Burdeos (BurbU), 91. •
Burtil, 199: (v. BurbU).
Büya, 65: Ciudad de Guadalajara (No identificada).

Cabra (Qabra), 21, 32, 47, 51.


Cádiz (Qadis), 71, 72, 73, 89, 91.
Calatayud (Qal'at Ayyüb), 20, 64, 198.
Calatrava (Oal'at RabíiJ:¡), 17, 29, 55, 59, 65, 156: (TORRESBALB.4s,Ciudades yer-
mas, 69-104).
Cantillana (Qatinyana / Qatiyana), 67, 69.
Carmona (Qarmüna), 16, 67, 122, 164.
Cartagena (Qartayanna), 16, 81, 82, 96.
Cartago (Qartayanna), 53, 96, 97, 98, 173.
Cártama (Oartama), 74.
Carteya (Qartayanna), 186: (TORRESBALBÁs,Ciudades yermas, 174-181).
Castilla (Oaitéla), 199: (v. también QaUiliya). Ebro (Lbro},
Castro (QaJtrü), 20: (VAllVÉ, «Jaén», 69-70). Ecija (Isti5i
Cehegín ($inhayln), 21: (OLIVER, «Castilla», 344). Egipto (Mi?T

- 286-
jaceite; LÉVI- Cerdaña (Sabartaniya), 129.
Cerdeña (Sardaniya), 229.
Cervera (2'aririr), 204.
.;69). Ceuta (Sabta), 214, 216.
Clunia (Salrin), 200.
Coimbra (Üulrnira / Qultubiriya / Oulbira}, 18, 130, 199.
Coín (Dakwñn], 74.
Comares (Oumarii), 74: (VALLVÉ,«Bobastro», índice).
Condeixa (Qabdiyaysa), 199: (MOUNA, «Campañas», 250).
Constantinopla [Oustanüna], 27, 173, 174.
Córdoba (Ourtuba), 17, 21, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 46, 47, 51, 52, 53, 55, 58,
60, 61, 62, 64, 65, 67, 69, 71, 74, 75, 76, 107, 108, 110, 115, 120, 121, 122, 123,
124, 126, 127, 128, 130, 131, 138, 139, 140, 145, 149, 151, 155, 157, 158, 159, 161,
163, 164, 165, 166, 171, 173, 177, 778, 181, 183, 189, 192, 193, 194, 195, 196, 197,
199, 200, 204, 205, 210, 211, 212, 213, 214, 215, 216, 217, 218, 219, 221, 222, 223,
227, 228.
Coria (oura), 69.
Creta (I qritis), 141.
Cuéllar (Ouwalar), 197.

China (Sin), 47.


Chinchilla (2'inyala / San tiYila) , 82, 230.

Dalías (Dilaya), 19.


197: Objetivo de una campaña
Al-Dñliya, de al-Mansür (No identificado; Mo-
UNA, «Campañas», 239-240).
Damasco (Dimasq}, 116.
Dar" 188: (Región del sur del Magreb; EP, II, 137).
Dardiyñ, 66: Estatua adosada a la muralla de Niebla (LÉVI-PROVEN<;AL,
La Pé-
Ciudades yer- ninsule, 203: Dardab).
Daroca (Darúqa), 77.
Darro (Hadarro), 75.
Dayr Hunayn, 116: Lugar de nacimiento de 'Abd al-Rahmán I (Cerca de Da-
masco; HEM, IV, 122, n. 5: D l;fan'ina).
Denia (Daniya), 81, 212, 229.
Duero (Duwayro), 18.
--!.o181).
Ebro (Ibro), 18, 77, 79, 80.
Écija (Istiyya), 16, 47, 75, 154, 164, 165.
Egipto (Mi!$r), 25, 18, 122.

- 287-
Elvira {Ilbira), 20, 32, 75, 119, 120, 138, 139, 141, 151, 152, 165, 182, 214.
Guadiaro
Estepa (Lstabba), 74.
Estrecho, la otra orilla del (al-Tdwa}, 21, 73, 78, 122, 125, 141, 177, 181, 185,
188, 192, 194.
Estrecho ( al-Zuqiiq}, 72, 73.
Al-Hamma --
Eufrates (al-Furiit ), 68.
Al-Harhñr, -;
Evora (Yabura), 61.
I;liyaz, 1M: -
Huélamo
Fahs de Elvira, 75: (La Vega de Granada; sobre el significado de [ahs,
v . GARCÍAGóMEZ,«Topografía», 357).
Fa./:!$ al-Fayy, 59: (HERNÁNDEZ
JIMÉNEZ,«El camino», 19 y 32).
Faro, ciudad del (Madmat al-Faro), 72: (La Coruña).
Farrira, 17, 18: Montaña donde nacen el Tajo y el Duero (v. J)ikr, 18, n. 8;
puede que se refiera a los Montes Universales).
Fayy al-'Arüs, 59: (Hojalora; HERNÁNDEZ
JlMÉNEZ,«El camino», 18-19 y «La
travesía», 148).
Fayy Müsa, 108: (Puerto del Viso, entre Huelva y Badajoz; HERNÁNDEZ
JIMÉ-
NEZ, «Ragwál», 107-113).
AI-Furunya, 63: Estanque al extremo de las Aryaliit (Otras grafías en KY,
86, § 222, n. 4).

Gafiq, 77: (Belalcázar; HERNÁNDEZ


JlMÉNEz,«Gáfiq»).
Galia (Galiya), 96.
GaliS, 200: (¿La Galia?; MOLINA,«Campañas», 257).
Galicia (Gañsiya}, 203: (MoLINA,«Campañas. Nuevos datos», 469).
Galyana, 71: Localidad de la cora de Sidonia (No es Guillena ni Gilena, sino
el castillo mencionado en RQ, 326 junto a Rota, Sanlúcar de Barrameda
y El Puerto de Santa María).
Gaucín (Gawy'in), 74: (VALLVÉ,«Ibn 'Askar», 257).
Genil (SanU), 17, 75, 154.
Gerona (?irunda), 129, 198.
Gibraltar (?abal Tñriq ), 107: (v. también Montaña de la Conquista).
Granada (Garnáta}, 16, 20, 21, 75, 164.
Guadalajara (Wad'i 1"I;liyara), 60, 65, 137, 138: (v. también Madmat al-Paras).
Guadalete (Wadt Lakk), 70, 72.
Guadalquivir (al-Wad'i l-kabir / al-Nahr al-a'xam / Nahr Ouriuba / Wad¡ lSb:¡-
liva), 37, 38, 67, 68, 71, 122, 130, 131, 154, 195.
Guadiana (Wad'i Ana), 17, 58, 59, 62, 65.

- 288-

19
• , 214. Guadiaro (Wadi Yarii) , 74.
Guadix (Wiidi As), 230.
_ 177, 181, 185, Guazalete (Wiidi Sañt ), 156: (TERÉS, «Nombre árabe», 416419).

Al-Hamma, 197: (Baños de Ledesma; MOLINA,«Campañas», 238).


Al-Harhár, 46: Distrito de Córdoba (AIuONA,«La cora», 42: al-Hazhñr ),
l;liyiiz, 164: (Región noroeste de la Península arábiga: El', lIT, 373).
Huélamo (Walmo), 17.
de [ahs, Huesca (WaSqa}, 16, 77.
Huete (Wabra), 64.

Ibiza (Yiibisa), 81, 229.


Iiransa, 17, 88, 89, 156: (v. también País de los Ijrans ),
ljriqiya, 68, 88, 89, 96, 97, 105, 108, 118, 122, 139, 164, 166, 173, 193: (Zona orien-
1&-19Y «La tal del Magreb: El', III, 1073-1076).
India (Hind), 16, 19, 20, 54, 55.
Iraq (al-'Iriiq), 77, 164, 172.
Isla Mayor (Kabtur / Oabtar), 16, 17, 67: (En las Marismas del Guadalqui-
...: grafías en KY,
vir).
Isla Menor (Qab¡'il), 17, 67: (En las Marismas del Guadalquivir).
ISbaniya, 93: Nombre antiguo de Sevilla.
Itálica (Tiiriqa / Tiiliqa), 90, 93.

Jabalcón (-¡abal al-kuhl}, 30.


Jabalcuz (~abal al-qust ), 20.
- Gilena, sino Jaén (~ayyan), 16, 47, 52, 127, 131, 164, 171, 230.
- e Barrameda Játiva (Sii¡iba), 80, 164.
Jerez (SariS), 16, 70, 71.
Jerusalén (Iliyii / Bayt al-Maqdis), 23, 94, 95.
Jimena (Samana), 74.
Jodar (Sawgar / Sa'üdar), 229, 230.
Jordán (al-Urdunn), 68.

4rult al-Faray}. Kurtis, 46, 47: Distrito de Córdoba (AIuONA,«La cara», 41).

• ;.. I Wiidi ISb¡- La Laguna {al-Buhayra}, 74: (La Laguna de la Janda).


Lebrija (LabriSa), 164.
Ledesma (Salmata), 197.

- 289-

19
León (Liyun / Aliyun), 63, 198, 199, 200. Al-Marñkib,
Lérida (Lñrida), 29, 78, 164.
Lisboa (al-Usbüna), 18, 20, 56, 57, 164.
Loja (Lawia), 30, 31, 82.
Lorca (Lawriqa), 20, 81, 229.
Lürmar, 46: Distrito de Córdoba (AIuONA,«La cora», 50: Lora).

Llano de las Charcas (Fahs al-gudur), 65: (Las Lagunas de Ruidera: VALLVÉ,
«Tudmír», 178).

Madinat al-Faray, 60, 65, 137: (v. también Guadalajara). Maylis a/-J¡---
al-Iulafii'
Madinat Ibn al-Salim, 164: (Según LÉVI-PRoVEN<;AL,
La Péninsule, 195, corres-
ponde a la actual Medina Sidonia). La Meca (M
Madinat al-Sukún, 64: Ciudad de la cora de Santaver (No identificada). Medellín (.'J~
Madrid (Mayr"it), 56, 65. Medina (al-;"

AI-MafYar, 81: Fuente donde nacen el Guadalquivir y el Segura.


Medinaceli

Magila, 119: Aldea costera norteafricana (HEM, IV, 67).


Magrib, 22, 23, 24, 27, 53, 68, 69, 80, 105, 123, 139, 164, 192, 193, 214.
210: Prisión de Córdoba
Al-Mahiibis, (¿Cerca del alcázar de al-Na'üra>; GAR-
CfA GóMEZ,«Topografía», 363).
MaJ:¡allat al-Andalus, 141: Barrio de Fez (HEM, IV, 111).
Majiuiat al-Baliit, 18: (Albalate, Cáceres; TORRESBALBÁs,Ciudades yermas,
60-69).
Al-Mal, 197: Objetivo de una campaña de al-Mansür (No identificado; MOLl-
NA, «Campañas», 239-240).
Al-Mal'ab, 71: (El teatro romano de Cádiz).
Málaga (Malaqa), 16, 20, 74, 165, 171, 214.
AI-MalliiJ:¡a, 46: Distrito de Córdoba (AIuONA,«La cara», 41: Wabo o Wayo
al-MalliiJ:¡a).
Mallorca (Mayürqa), 81, 212, 229.
Maqueda (Makkiida), 65.
Mar Mediterráneo (al-BaJ:¡r al-Mutawassii / at-kum; / al-Siimi), 16, 77, 91, 141,
150, 158.
Mar Mediterráneo Meridional (al-Bahr al-Mutawassi; al-Oibli), 17.
Mar Meridional (al-BaJ:¡r al-Qibl"i), 17.
Mar Meridional Océano (at-Banr al-?anub"i l-Mu}:I."i¡), 15.
Mar Negro (al-Bahr al-Aswad), 25, 26.
Mar Occidental (al-Bahr al-Garbi), 15. Montaña de e
- 290

•••
Al-Mariikib, 200: Objetivo de una campaña de al-Mansür (Puede entenderse
como un topónimo, en cuyo caso no estaría identificado, o una denomi-
nación de la expedición, «la campaña de los barcos»; MOLINA,«Campa-
ñas», 257).
Marbella (Marballa), 74.
Marca Superior (al-T'agr al-a'lá), 76, 110.
Marchena (Marsana), 68.
Martos (MarnilS), 20.
J - era: VALLVÉ, Mary Rñnu, 110: (Llanura cercana a Damasco donde se libró una famosa
batalla entre omeyas y qaysíes: El, 111, 293-294).
Banü Masarra, 46: Distrito de Córdoba (AIuONA,«La cora», 41).
Maylis al-Iiláia, 174, 21: En el alcázar de al-Zahrá (HEM, IV, 437: Maylis
al-Iulafé' ).
li=CiI:sI¡¿!e" 195, corres-
La Meca (Makka), 122, 150, 156, 186.
Medellín (Madall'in), 17.
Medina (al-Madina / Madinat al-Rasiü), 23, 24, 156.
Medinaceli (Mad'inat Salim), 77, 190, 204.
Menorca (Minurqa), 81, 212, 229.
Mequinenza (Miknasa), 16.
Mérida (Marida), 17, 53, 59, 61, 62, 63, 95, 98, 108, 126, 128, 157, 164.
Mértola (Mirtula), 17.
Mezquita aljama de Almería, 83.

yermas, Mezquita aljama de Córdoba, 37, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 121, 123, 124, 127, 128,
149, 163, 175, 181, 193, 194, 196.

- cado; MOLI- Mezquita aljama de Murcia, 81.


Mezquita aljama de Oporto, 61.
Mezquita aljama de Santarem, 58.
Mezquita aljama de Sevilla, 67, 68, 150.

- - -/ibo o Wayo Mezquita aljama de al-Zahrá 177.


Mezquita aljama de Zaragoza, 76.
Mezquita de Mayd, 150.
Mezquita de La Meca, 150.

, TI, 91, 141, Mezquita de Mut'a, 150: (GARCÍAGóMEZ, «Topografía», 356).


Mezquita de al-Sifá', 150: (GARCÍAGóMEZ, «Topografía», 356).
Mezquita de 1'aIÜb, 150.
Minyana, 46: Distrito de Córdoba (ARJONA,«La cora», 41).
Miño (M.s.r), 18.
Montaña de la Conquista (~abal al-Fath}, 107: (v. Gibraltar).
Montaña de Córdoba (~abal Ourtuba), 17: (v. también ~abal at-iArus).

- 291-
Montaña de Segura (2"abal Saqicm), 29, 31, 37, 8L
Niebla (Lab
Níjar (Néilir -:"
Montaña de úbeda (2"abal Ubbada), 20, 2L
Nilo (al-A'fl.,
Montañas de Calatayud (2"ibal Qal'at Ayyüb), 20.
Montañas (v. también Aljarafe, al-Barñnis, al-Farrira, Jabalcón, Jabalcuz, Mon-
teleón, Port Vendres, Oatariiina, Sierra Nevada, sulayr, al-Wasi¡, 2"abal
al-2"anna).
Monteleón (al-Muntilün. / al-Muntiin ), 19, 20, 171: (VALLVÉ,«Jaén», 79 y TERÉS, Océano
«'UbaydIs», 98-99). Ocsónoba (L-"-

Montemayor (Matyür), 20: En Málaga (VALLVÉ,«Bobastro», 141 y n. 6). Ondara (Ur:

Montemayor (Muntmayür / Muniimúr), 200, 204: (Montemor o Velho, Portu- Oporto (Bur:
gal; MOUNA, «Campañas», 255). Orán (Wahri:!.,.
Montoro (Muntúr), 2L Orihuela (Ur:-;-

Morón [Mawrür / Mawrüz), 69, 120, 165, 17L Osma (Wajr;. •

M.S.r, 200: Objetivo de una campaña de al-Mansür (¿Viseu?; MOUNA, «Cam-


pañas. Nuevos datos», 468-469). País de los
Al-Mudawwar, 46: Distrito de Córdoba (Almodóvar; AIuONA, «La cora», 40).
Banú l-Mudawwar, 17: (MOUNA, «Tudmír», 46, n. 18: al-Mudawwir).
Muhika, 66: Estatua adosada a la muralla de Niebla (LÉVI-PROVENI;AL,
La Pé- País de lo.
ninsule, 203: Makbah). País de los
Al-Mu'nis, 173: Salón de al-Zahré' (HEM, V, 436).
Munt Baliq, 198: Objetivo de una campaña de al-Mansür (No identificado;
MOUNA, "Campañas», 246-247).
Munt Fariq, 198: (v. Munt Baliq).
Murcia (Mursiya}, 17, 21, 81, 82, 164, 182.
Mu~alla, 172: En Córdoba (GARCÍAGóMEZ, «Topografía», 357-358).

Nablab, 71: Castillo de la cora de Sidonía (Tal vez mala grafía de Silibar;
HERNÁNDEZ JIMÉNEZ,«Ragwál», 60-64).
Nabra, 66: (Guadiamar; TERÉs, «Nombre árabe», 442-443).
Naira, 120: Aldea donde 'Abd al-Rahmán 1 anudó su estandarte (Todos los
autores coinciden en situar el lugar de este hecho en la zona de Tocina,
pero no se ponen de acuerdo en el nombre de la aldea: IA, 20, Billa
Nüba; AM, 84, Oulunbayra). Puerta del
Nahsar, 65, 66: Río de Niebla (El Tinto, llamado por otros autores Lahéar;
AIuONA,Andalucía, 53).
Nájera (Tayira), 200: (v, también Tayira). Puerta de los :~
Narbona (Arbüna / Barbüna / Arfana}, 78, 91, 128, 129. Puerta de la
Puerta del ~r__
Nayaris, 74: Castillo de Algeciras (VALLVÉ,«Bobastro», 157, n. 50).

- 292-
Niebla (Labia), 16, 20, 21, 65, 66, 67, 69, 108, 164.
Níjar (NiíSir), 2l.
Nilo (al-NilJ, 58, 68, 189.

Océano (al-Bahr al-Muhi; / al-A':¡:am al-Muhit. / al-A':¡:am), 16, 17, 22, 56, 59,
65, 67, 70, 72.
Océano Occidental (al-Bahr al-Muhi; al-Garbi}, 17, 18, 19, 2l.
Ocsónoba (USküniya), 15, 17, 19, 60.

6). Ondara (Undara), 16.


Oporto (Burtuqñl / Burtuqál}, 18, 61, 164.
Portu-
Orán (Wahran), 178.
Orihuela (Uriyúla), 17.
Osma (WajmaSama), 199, 200.

«Cam-
País de los beréberes (Biliiá al-barbar ), 128, 18l.
cora», 40). País de al-Ijrans), 16, 69, 83, 94, 96, 129, 173: (v. también Ifranca; «índice de
etnias y colectividades», Lirany).

La Pé-
País de los Mayüs, 129: (v. «índice de etnias ...», Mayüs).
País de los vascones (Bilad al-Baskuns), 77, 200.
Pallars (BalyiirS), 204: (MoLINA,«Campañas», 218-220).
- iden tificado; Pamplona (Banbilüna / Banbilana), 200, 204.
Pechina (Bayyana), 16, 21, 89.
Pedroche (Nabitraws), 47.
Persia (Biláá al-Furs ), 47.
Port Vendres (f'abal al-Zahra}, 15.
Priego (Baga / Yafa) , 31, 230.
Puente de la Espada (Oaruarat al-Sayj ), 57, 58.
Puerta de 'Abd al-Yabbár, 39: En Córdoba.
Puerta de 'Amir, 38: En Córdoba.
Puerta de al-Andalus, 15: (Los Pirineos).
Puerta de la Azuda {al-Sudda), 39: En el alcázar de Córdoba.
Puerta de Curtidores (al-Dabbiigin}, 54: En Toledo.
Puerta del Estrecho (al-Madiq], 57: En Lisboa.

~:ores Lahsar;
Puerta de la Fábrica (al-Sina'a), 39: En el alcázar de Córdoba.
Puerta de Hierro (al-Hadid), 38: En Córdoba.
Puerta de los Jardines (al-f'inan), 39: En el alcázar de Córdoba.
Puerta de la Justicia (al-'Adl), 39: En el alcázar de Córdoba.
Puerta del Mar [al-Bahr), 57: En Lisboa.

- 293-
Puerta Mayor (al-Kabtr ), 57: En Lisboa.
Puerta Mayor {al-Kabir}, 80: En Tortosa.
Puerta del Nogal (al-~awza), 39: En Córdoba.
Puerta de los Perfumeros (al-'Aparin), 38. En Córdoba.
Puerta del Portillón (al-Jawjwa}, 57: En Lisboa.
Puerta del Puente (al-Oaniara), 38: En Córdoba.
Puerta Real ( al-Mulk: o al-Malik), 39: En el alcázar de Córdoba.
Puerta del Silbar, 39: En el alcázar de Córdoba.
Puerta de la Terma (al-Hamma), 57: En Lisboa.
Los Puertos (al-Abwab), 17: (Los Pirineos). Al-Sadi], 46:
AI-$afa, 189:
Al-Sahla,
Al-Oal'a, 64: Castillo de la cora de Santaver (¿Alcalá de Henares?).
Salamanca
Oal'at 'Awan, 108: (Oal'at Ragwiil, Alcalá del Río; HERN.(,'IDEZ
JlMÉNEz,«Rag-
wñl»).
Oal'at al-Nusür, 71: Antiguo nombre de Arcos.
Oal'at Ward, 71: Castillo de la cora de Sidonia (VALLVÉ,«Bobastro», 141
y n.5).
Oalbilis, 197: (Canillas, Toledo; MOLINA,«Campañas», 242-243).
AI-Qana¡ir 71: (El Puerto de Santa María; TORRESBALB.~S,
«Al-Qanátir»),
Oarsñna, 70: (v. también Balsána; TORRESBALBÁs,Ciudades yermas, 321-325).
Al-Oasab, 46: Distrito de Córdoba (AIuONA,«La cora», 40).
Sangonera
Qii$ira, 79: Ciudad de Boltaña (No identificada).
Sanlúcar (S.
Oasr M~müda, 177: (Alcazarseguír, a orillas del Estrecho de Gibraltar).
Santarem (
Al-Oastat, 46: Distrito de Córdoba (AIuONA,«La cora», 41: al-Fati o al-Oatl),
Santaver (S,
Oaitila / QilSttliya, 16, 198, 200, 201, 205: (Castilla, aunque en ocasiones pare- mas, 25-:
ce designar una ciudad, tal vez Estella; MOLLNA, «Campañas», 246-247).
Santiago (SJ
Qa¡arsana, 65: (Cortegana).
Saqlab, 59:
Qayrawan, 118. 39, n. 10 .'_
Aiou», 129: (Núcleo primitivo de Castilla; OLIVER,«Castilla», 355). AI-Sa'r, 46:
Oinnasrin, 16: (Ciudad siria, al sur de Alepo; El', V, 126-128). Segovia (S~
Quesada (Qayya¡a), 16. Segre (stmr!T
Segura (Sw¡i;
Rasii, 140: (GARCÍA
GóMEZ,«Topografía», 373-375). Sepúlveda
Rasnasar, 193: (No identificado). Sevilla (ISbG __
150, 154, 1::-! "
Rawdat al-iulafá, 183, 214: Jardín donde se enterraba a los soberanos ome-
yas en el alcázar de Córdoba (GARCÍAGóMEZ,«Topografía», 324, n. 7). Sidonia (S~-
Rayya, 74, 120, 125, 157, 159, 173: (Para su vocalización, GARcL>\.
GóMEZ,«Ro-
mancismos», 66-68; VALLVÉ,«Bobastro», 143 y M-Chalmeta, trad., 440). Silves (Silb. __

- 294-
Río de Granada (Wadi Garnata), 21.
Río de la Miel (Wadi l-'Asal), 74.
Río de Murcia (Nahr Mursiya), 17, 81.
Roma (Rüma), 90, 93, 95, 96, 97, 98.
Ronda (Runda), 74.
Rota (Rüta), 70, 72.
Rueda (Rüta), 77.

Sacramenia (sagarmina), 198: (MOLINA,«Campañas. Nuevos datos», 468).


Al-Sadif, 46: Distrito de Córdoba (Peñaflor; AIUONA,«La cora», 41-42).
AI-Safa, 189: (Colina de La Meca; El, IV, 53).
Al-Sahla, 46: Distrito de Córdoba (ARJONA,El reino, 44).
=;¿,.,e:s?).
Salamanca (salamanka / Salamanqa / Salanmaqa), 16, 197, 198, 199.
IlIÉ);Ez, «Rag-
Ibn al-Salim, 71: Castillo de la cora de Sidonia (v. Madinat Ibn al-Salim}.
Saltes (Sal (is), 20, 228: (TORRESBALBÁS,
Ciudades yermas, 153-158).

c3obastro», 141 Salwaniya, 63: Ciudad de la cora de Mérida (No identificada).


San Esteban (Sant Iltiban / Asnltan), 200: (San Esteban de Gormaz; MOLINA,
«Campañas», 258).
!J..Qana~» ). San Román (Sant Rüman), 202: (San Román de Hornija; MOLINA,«Campa-
ñas», 260).
, 321-325).
Sancti Petri (Sant Baytar}, 71: En Cádiz.
Sangonera (Saq'ira), 81.
Sanlúcar (salüqa), 71: (Sanlúcar de Barrameda).
Gíbraltar).
Santarem (Santarin), 18, 58, 60.
::- tl o al-Qatl).
Santa ver (Santa Barya / Santabarya), 18, 64: (TORRESBALBÁs,Ciudades yer-
ocasiones pare- mas, 25-34).
- - , 246-247).
Santiago (santiyaqo), 203.
Saqlab, 59: Distrito de Silves (En realidad, de Santarem; J)ikr, 58, n. 9 y
39, n. 10).
AI-sa'r, 46: Distrito de Córdoba (ARJONA,«La cera», 41-42: Wabo al-Sa'ra').
Segovia (Saqübiya) 63.
Segre (Sanflr), 78.
Segura (Saqüra), 16, 17, 29, 30, 31, 37, 81.
Sepúlveda (sant Balq'iq / Sant Bal'iq), 197, 198.
Sevilla (lSb'iliya), 17, 20, 47, 53, 66, 67, 68, 69, 71, 90, 93, 94, 95, 108, 120, 122,
150, 154, 164, 171, 186, 217.
Sidonia (sadüna), 20, 32, 70, 71, 120, 164, 171.
- GóMEZ,«Ro- Sierra Nevada (~abal al-laly), 20: (v. también Sulayr).
rrad., 440). Silves tsn»). 59, 60, 65, 66.

- 295-
Simancas (Sant Mimkas ), 198.
Sintra (Sintara), 63.
Siria (al-éam), 16, 52, 94, 117, 122, 124, 125, 164, 173, 189.
Sir¡aws, 25: (No identificado).
Siyilmassa, 188: (Ciudad magrebí en los confines del Sáhara; El, IV, 419421).
Sulavr, 75: (v. también Sierra Nevada).
Sús extremo (al-Süs al-Aqsa), 105: (Región del sur del Magreb: El, IV, 596-
598).

Tabrira, 68: Ciudad de Sevilla (¿Tablada?).


Tajo (Tayo), 17, 53, 56, 154.
Tñkurunnñ, 32, 74, 120: Nombre de una cora cuya capital era Ronda (RUIZ
DE ALMOOOVAR, «Banñ Ifran», 95-99).
Talamanca (Talamanka / Taramanka), 56, 65.
Talavera (Tabtra / TalabriZ), 18, 55, 57, 58, 156.
Tánger (Tanya), 72, 105, 106, 108, 214, 216.
Tarazona (T'arasüna}, 63, 79. YariSa, 77:
1'awf al-An1-'"<"To
Tarifa (Tarif), 16, 72, 74, 106.
Tarragona (Tarraküna), 15, 78, 80. Yemen (al-Y«:
1'ill:¡qiya, 1
Tavira (Tab:¡ra), 16: (v. J)ikr, 16, n. 3).
187, 190, --
Tayira, 63, 79: (Parece que se trata de una mala grafía por Nájera).
Tejada (Talya¡a), 16, 82, 230: (TORRESBALBÁs,Ciudades yermas, 144-152).
Tempul (Tanbtl), 72 (ME, trad., 76 n. 62).
Al-Zahira, b
Tiaret (Tahart), 171, 178: (Ciudad argelina, El, IV, 640·641).
dades y,
Trigris (Dayla), 68.
Al-Zahrs', .;.~
Tocina (TaJtana), 121.
Toledo (Tiüavuüa), 18, 21, 53, 54, 55, 56, 60, 64, 65, 95, 98, 100, 107, 108, 127,
yas de Cé:=9
Zamora (.
128, 129, 140, 145, 164, 211. Zaragoza (
Toro (al-Türo / al-Súro / al-$ür) 198, 199. Al-Zuqiiq, 7
Torrox (Turrus / Turrid}, 120.
Tortosa (Tur¡üSa), 16, 18, 80, 164, 212, 229.
Trancoso {Taranküio], 198: (MOLlNA,«Campañas», 244-246).
Tremecén [Tilimsiin}, 178.
Trujillo (TurY¡la), 63.
Tudela (Tu¡liya), 16, 17, 63, 79, 140, 164.
Tudmir, 19, 20, 212, 229: (VAlLVÉ,«Tudmír»).
Turbat al-julaiá, 142: (Cementerio de los califas, la Rawda),
T'uzira, 57: Isla cercana a Lisboa.

- 296
Obeda (Ubbada), 16, 20, 21, 52, 164.
Uclés (UqliS / Uqlis), 29, 64, 221.

Valencia (Balansiya), 17, 20, 76, 79, 80, 229.


sr. IV, 419421). Vasconia (Baikunsa}, 183: (v. también País de los vascones).
Vélez Málaga (Ballii}, 74.
El, IV, 596- Venecia (Biliid al-Banñdiqa}, 86.
Villena (Filyan), 82.

AI-Wadl, 47: Distrito de Córdoba (AIuONA,El reino, 44).


Wadl l-fin, 107.
_ ~ onda (RUIZ
Al-Wiísit, 32: Montaña de la cora de Sidonia.

-<Jabal al-'Arüs, 17: (v. Montaña de Córdoba).


-<Jabal at-vanna, 19, 60: Montaña cercana a Silves.
Yiirisa, 77: Ciudad de Zaragoza (No identificada).
-<Jawf al-Andalus, 62, 64, 126.
Yemen {al-Yaman}, 164.
-<Jill'¡qiya, 16, 17, 18, 72, 78, 83, 91, 123, 129, 130, 132, 148, 154, 156, 180, 181, 183,
187, 190, 203, 205: (v. «Indíce de etnias ... », -<Jalaliqa).
_--era).
-<Juriíwa, 77: (Jaraba; OLIVER,«Castilla», 367).
- • 144-152).

AI-Zahira, 192, 195, 196, 205, 210: Ciudad de los 'amiríes (TORRESBALBÁs,Ciu-
dades yermas, 132-138).
At-zanr«, 40, 172, 173, 174, 175, 176, 177, 181, 213: Ciudad de los califas orne-
yas de Córdoba.
, 108, 127, Zamora (Samüra / Samüriya), 63, 165, 197, 198, 199.
Zaragoza (Saraqusia), 18, 76, 77, 78, 124, 164, 182, 229.
Al-Zuqáq, 72: (El Estrecho de Gibraltar).

- 297-

aparece Dl~
letra, pero
existe más
pilador
excelencias •
Kitüb
Kitüb
Kitüb

Muwaqa',

St0VI., 22: De
Salmos, 42.
Silat al-Mugril; ~

•• ••••
íNDICE DE OBRAS MENCIONADAS EN EL TEXTO

Corán, 106, 127, 145, 154, 163, 164, 177.

Diwiin al-'ayam, 35: (v. [)ikr, 35, n. 2).

Evangelios, 42, 99.

Historia de los Césares, 73.

Isrii'Wyyiit, 23: (El', IV, 221-222).

Kitñb 'ayii'ib al-dunYii / al-buldñn, 37, 53: Obra de Ibn al-?azzar (v. inira,
. «Estudio»),
Kitñb Fadl al-Andalus, 22: Fuente de Muslim (No es creíble que Muslim uti-
lizara una obra así titulada como fuente de su $aJ:iil:t; el párrafo donde
aparece mencionado en el [)ikr está copiado de YM, 6 casi al pie de la
letra, pero mientras en esa obra se lee «Sobre las excelencias del Magrib
existe más de un lJ.{U;[:¡I; uno de ellos es el que extrajo Muslim ... », el com-
pilador del [)ikr altera ligeramente la frase y dice: «Del Libro sobre las
excelencias de al-Andalus (K. Fadl al-Andalus) extrajo Muslim ... »}.
Kitñb al-Imáma wa-l-siyasa, 25: (v. infra, «Estudio»).
Kitñb al-Masiilik wa-l-mamalik, 16: Obra de Ibn Jurdadbih (El', H l, 863).
Kitab Nuzhat al-mustiiq ti [tiráq al-iifiiq, 55, 73: (v. infra, «Estudio»).

Mudawwana, 41, 177: (Obra de Sahnün: El, IV, 66-67).


Muwana', 134, 177: De Malik b. Anas (El, III, 218-223).

$aJ:¡.~b-,22: De Muslim (El, III, 808).


Salmos, 42.
Silat al-Mugrib ti aibár al-Andalus wa-l-Magrib, 60: (v, inira, «Estudio»).

- 299-
tmt, 27: De al-Bujárí (El', 1336-1337).
Tiirii, 19: De al-Muzaní (Tal vez se trate de Ibn Muzayn, autor de la Si/at
al-Mugrib ).
Tiirij al-Andalus, 68: De Ibn Muflih (v. inira, «Estudio»).
Tar"i; 'u/ama' T[riqiya, 27: De Abil l-'Arab al-Tamímí (TI).
Torá, 42.

- 300-
de la Silat

ESTUDIO


S03?-=

En la
bamos al."
que debió -
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• dijimos e1:...u----,-",;
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glo XVII, ~
chas noti -
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Andaluss 5,
dor magre

1 !)ikr, 1, _
2 Concluí,
3 § 1, L

4 § II, 4, :..•

5 § II, 2~;

• § II, 29, ",--


7 § III,~_

8 § VI, 8_ '

11, 38, 39, ~_ -


39, 40, 42,
77, 78, 87,
VIII, 11, 24, -:- -
SOBRE LA FECHA DE REDACCIóN DEL «:QIKR»
y SU AUTOR

En la «Introducción» al volumen 1 de esta obra 1 adelantá-


bamos algunas opiniones sobre el autor del Dikr y la época en
que debió ser compuesto. Intentaremos ahora precisar un poco
más ambas cuestiones.
En lo referente al autor poco podemos añadir a lo que ya
dijimos entonces. El nombre del compilador del l)ikr nos es
desconocido y creemos que seguirá siéndolo, pues ya en el si-
glo XVII, cuando al-Maqqarí redacta su Nafb- al-üb 2 tomando mu-
chas noticias de él, lo era. En efecto, en las numerosas citas que
del Dikr hace al-Maqqarí, este autor dice basarse en «el autor
de la Geografía» 3, «un sabio» 4, «uno de los que historiaron al-
Andalus» 5, «un historiador» 6, «un autor tardío» 7 y «un historia-
dor magrebí» 8, indicaciones todas ellas, con la excepción de las

1 l)ikr, I, XVII-XIX.
2 Concluido en el 1039/1630 (NT, «Prólogo», 15).
J § I, 1.

• § II, 4, 19, 21.


5 § n, 24; VIII, 26.

6 § rr, 29, 43.

7 § III, 90.

s § VI, 8. Otros parágrafos tomados por al-Maqqarí del [)ikr son 1, S, 9,


11, 38, 39, 40, 42, 50; II, 4, 6, 8, 11, 12, 13, 15, 17, 19, 21, 26, 27, 29, 36, 37,
39, 40, 42, 43, 51; III, 11, 62, 63, 64, 67, 68, 69, 90; VI, 8, 12, 31, 35, 36, 67,
77, 78, 87, 89, 93, 94, 95; VII, 7, 9, 15, 16, 17, 22, 23, 28, 29, 31, 35, 54, 92;
VIII, 11, 24, 26, 27, 28, 31, 32, 33, 34, 36, 37, 38, 51, 54, 123, 125, 127, 140, 147.

- 303-
dos últimas, totalmente vagas e imprecisas. Tratándose de al- 2)
Maqqarí, autor que casi siempre detalla con bastante precisión autores
las fuentes que utiliza, esta ambigüedad sólo' puede significar que
desconocía casi todo sobre la personalidad del historiador al que
estaba copiando, aunque sabía que era tardío -pero ¿cómo de
tardío?- y magrebí.
También fue' utilizado el Dikr por el visir al-Gassan! para re-
dactar su Rihla 9, relato de su embajada en la corte de Carlos III
en el año 1102/1690-91, en el que incluye numerosas noticias so-
bre la Península Ibérica bajo la dominación musulmana. Las ci- vieron.
tas que hace de nuestra obra son siempre anónimas. 3)
El único dato, por tanto, que poseemos sobre la personali-
dad del compilador del Dikr es que era magrebí, circunstancia
que es corroborada por otros indicios a los que ya nos referimos
en el volumen IlO. Precisando más, incluso nos atreveríamos a
localizar a nuestro autor en una ciudad concreta: Fez. Nos ba-
samos para afirmar esto en las siguientes circunstancias: grupo e
1) La atención que presta a lo largo del l)ikr a esa capital sentante
magrebí 11. Más adelante veremos que la fuente principal del l)ikr tras Fez
es, en nuestra opinión, una obra muy emparentada -hasta el l)ikr Marra
punto que podría ser del mismo autor- 'con el Rawd al-qirtás, Situa
crónica típicamente <das!». Podría pensarse en que este interés ahora 1~1
del l)ikr por Fez es debido a que su fuente era una obra redac-
tada en esa ciudad y que, lógicamente, le dedicaría una especial
atención, pero lo cierto es que, aunque las noticias sobre Fez
las encontró indudablemente en esa crónica, un autor no rela- Almería,
cionado con esa ciudad las habría omitido al redactar una his-
toria de al-Andalus 12.

9 Del l)ikr toma todo el pasaje que dedica a la Mezquita de Córdoba


(RW, 19-22), que corresponde a § VI, 29-32; VII, 22-28; VIII, 59-61 Y 117-121.
10 l)ikr, 1, XVII-XVIII.
11 La menciona cinco veces (§ VI, 103; VIII, 18, 108, 129; IX, 3). Llama la
atención sobre todo la noticia recogida en § VIII, 108, donde da cuenta del
incendio y posterior saqueo de los zocos de Fez, acontecimiento que no ten- 13 NT, cP:-o~
dría por qué figurar en una obra dedicada exclusivamente a al-Andalus. 14 Según a:,
12 En § VIII, 18 el l)ikr recoge la noticia de los incendios de los zocos 15 L'Histori
de Córdoba, Tiaret y Fez, noticia de la que Ibn Hayyán da cuenta también, 16 l) ikr, 1. ~
pero referida sólo a Córdoba, como es natural en una obra que relata sólo 17 Entre

la historia de al-Andalus. 694/1295; v. .

- 304-

20

-
ratándose de al- 2) Si hubiera que hallar algún tipo de relación entre los dos
stante precisión autores que utilizan el J)ikr, tendríamos que buscarlo en los con-
significar que tactos de ambos con Fez, ciudad en la que habitó en dos oca-
storiador al que siones, la segunda durante catorce años, al-Maqqarí 13 y en la que
- ro ¿cómo de vivió y murió al-Gassání ". Este nexo de unión entre ellos no es,
desde luego, una relación personal, ya que al-Gassání murió casi
noventa años después de que el historiador de Tremecén aban-
donara Fez, pero es muy probable que fuera en esa ciudad don-
noticias so- de los dos encontraron el manuscrito del J)ikr del que se sir-
Las ci- vieron.
3) Los dos grandes centros culturales del Magreb mermi, epo-
personali- ca en la que creemos redactado el J)ikr, eran Marrakech y Fez.
circuns tancia La producción historiográfica de ese período se divide, como ha
""nos referimos hecho notar Maya Shatzmiller 15,en dos grandes grupos de cró-
nicas claramente diferenciados entre sí y agrupados en torno a
ba- esas dos ciudades. El J)ikr se emparenta sin duda alguna con el
grupo «fiis¡» por su estrecha relación con el más típico repre-
r a esa capital sentante de ese grupo, el Rawd al-qirtas, sin mencionar que, mien-
. cipal del J)ikr tras Fez es nombrada varias veces, ni una sola vez aparece en el
rada -hasta el J)ikr Marrakech.
JJl\.Vc;l al-qirtás, Situado geográficamente nuestro cornpilador, intentaremos
este interés ahora localizarlo cronológicamente.
obra redac- En la ya mencionada «Introducción» al volumen I16 llegába-
una especial mos a la conclusión de que el J)ikr no pudo ser escrito antes
sobre Fez de la caída en manos cristianas de Algeciras ni después de la de
tor no rela- Almería, es decir, en la segunda mitad del siglo XIV o en el xv.
tar una his- El estudio de las fuentes que utiliza el J)ikr tampoco nos per-
mite ofrecer más precisiones sobre la época de su redacción, pues
las más modernas son anteriores a la segunda mitad del siglo XIV 17.
de Córdoba Ningún otro dato contenido en el texto arroja luz sobre el
-9-61 y 117·121.
problema de la fecha de composición del J)ikr, a no ser un pa-
, 3). Llama la
.~ da cuenta del
to que no ten- 13 NT, "Prólogo», 5·8.
:! al-Andalus. 14 Según al-Kattání en su Salwat al-aniás (RW, 10; trad., XV).
de los zocos 15 L'Historiographie, 124-135.
enta también, 16 J)ikr, 1, XVIII·XIX.
_ que relata sólo 17 Entre los citados el más moderno es Ibn Rasíq, que murió después del
694/1295; v, injra, n. 107.

- 305-

20
saje cuyo estudio puede ser revelador en ese sentido: el de los
J:¡.adites sobre el mérito de al-Andalus 18. vamente
Leyendo con detenimiento dicho pasaje, se observa un deno- ¿Se
minador común a la mayor parte de los J:¡.adites reproducidos: saberlo,
casi todos ponen de relieve las grandes recompensas que obten- al recop
drán en la otra vida los que perezcan defendiendo el Islam en otra íntea
al-Andalus. Si pretendiéramos hallar un sentido oculto a la pre- al que
sencia de esta larga relación de tradiciones en el Dikr, lo más J:¡.adttes,
lógico sería suponer que la intención del compilador era incitar chos años
a sus coetáneos y compatriotas a acudir en defensa del Islam de ejemplo, C~
al-Andalus. De aceptar la realidad de una intencionalidad de este 1182) 2I o
tipo, esto podría servirnos de ayuda para fijar una fecha apro- Tamími
ximada para la redacción del J)ikr. En efecto, dando por senta- las fuen
do que tuvo que ser escrito después de la caída de Algeciras
(744/1344) y antes de la de Almería (895/1489), habría que en-
contrar en ese largo período un momento en el que se dieran dos
condiciones: que el reino nazarí de Granada se hallase en peli-
gro y que el meriní del Magreb tuviese la fuerza y la voluntad
necesarias para que una incitación a pasar a al-Andalus para sos-
tener a sus correligionario s contase con alguna posibilidad de
ser atendida. Si la primera de las dos condiciones se da casi
continuamente a lo largo de ese siglo y medio en el que debió
ser escrito el Dikr, no ocurre lo mismo con la segunda, pues es
precisamente la pérdida de Algeciras y la anterior derrota del Sa-
lado (741/1344) la que pone fin a la intervención directa de los
meriníes en al-Andalus. Sin embargo, en un determinado momen-
to de la historia de ese siglo y medio las dos condiciones reque-
ridas se dan de una forma muy destacada, pues durante el rei-
nado del nazarí Muhammad V y del meriní 'Abd al-'Aziz el pri-
mero de ellos, temiendo la formación de una cruzada cristiana
contra su reino, que pondría fin al delicado equilibrio de alian-
zas que había conseguido establecer, solicita ayuda a los sobe-
ranos musulmanes del Norte de Africa, siendo acogida su peti-
ción por 'Abd al-vAzíz. entre otros, que llama a sus súbditos a la
Guerra Santa. Probablemente a resultas de esto, la flota meriní
colabora con los granadinos en la recuperación de Algeciras (770/

18 § 1, 13-37.

- 306-
el de los 1369). La muerte de 'Abd al-'Aziz (774/1372) representa definiti-
vamente el final de la intervención meriní en al-Andalus 19.
¿Se escribió entonces el [)ikr en ese momento? Es imposible
saberlo, pues, en primer lugar, nada nos permite suponer que
al recopilar todos esos 1;adi!es nuestro anónimo autor tuviese
otra intención que recoger las tradiciones elogiosas para el país
al que dedica su obra. Téngase en cuenta que muchos de estos
hadites, aunque claramente falsos, estaban ya en circulación mu-
chos años antes de que se escribiese el [)ikr, en la época, por
ejemplo, de al-Humaydí (m. 488/1095) 20,de Ibn Baskuwál (m. 578/
1182) 21o de al-Zuhrí (siglo vr/xnj>, e incluso de Abii l-'Arab al-
Tamímí (m. 333/945) 23.Como más adelante veremos, al estudiar
las fuentes de este pasaje, cabe la posibilidad también de que
ni siquiera la recopilación de estos hadites sea obra del autor
del [)ikr, ya que pudo hallarlos todos ellos en el Mugrib de Ibn
Sa'íd (m. 685/1284). Es muy arriesgado, por tanto, apoyar una
teoría sobre la pretendida intencionalidad del compilador al re-
coger estos hadites cuando es dudoso que fuera él quien los agru-
p.-,-",-lU;> para sos- para y les diese esa aparente unidad conceptual.
ibilidad de Finalmente, y para complicar más aún las cosas, hay varios
1;adi!es, tres concretamente 24, en los que se atribuye a Mahoma
la afirmación de que el primer lugar de donde desaparecerá el
Islam será al-Andalus. En ninguna otra fuente encontramos una
frase parecida, que, por otra parte, contradice a otros hadues
reproducidos también por el Dikr en los que se asegura que el
Islam no desaparecerá de al-Andalus hasta el final de los tiem-
pos 25.Dos de las tradiciones en las que se anuncia el fin del Is-
lam en al-Andalus 26 son versiones modificadas de una que reco-
gen algunos autores de época cercana a la del Dikr, Ibn 'IQ.arI e
Ibn HuQ.ay127,pero ninguno de ellos hace la menor alusión a la

19 ARIÉ, Royaume Nasride, 113 y 118.


2. § 1, 14-15, 30, 31; v. TERÉs, «Enseñanzas», 149.
21 § 1, 13; v. SÁNCHEZ ALBORNOZ, Fuentes, 219-220.
22 § 1, 16; v. inira, n. 31.
23 § 1, 35, 36, 37; TI, trad., X.
24 § 1, 18, 24, 29.
2S Son los más claros los § 14-15, 30, 31 Y 33.
26 § 1, 18 y 24.
27 BM, 1, 7; TO, 10. El [)ikr ofrece también la versión que no contiene

- 307-
límites
desaparición del dominio musulmán en la Península Ibérica, lo
tinto es
cual nos indica que nuestro compilador tomó un (l.adi~ conocido
algunos
en el Occidente islámico y lo alteró voluntariamente para intro-
ser la defi -
dueir la frase que nos ocupa. ¿Por qué lo hizo?, ¿escribiría su
del total
obra cuando ya había caído el reino nazarí? No lo creemos, pues
cance de
la frase que dedica a Almería (<<Diosla preserve») 28 no deja lu-
gar a dudas; un copista puede, ante una invocación de ese tipo,
cambiar el «Dios la preserve» por un «Dios la reintegre al Is-
lam» si sabe que la ciudad en cuestión ha caído en manos del
enemigo -si bien lo habitual es no modificarla aunque sepa que
las circunstancias han cambiado después de que el autor conclu-
yese su obra-, pero no al revés, por lo que es preciso admitir
que el J)ikr fue escrito antes de que Almería cayese en manos
cristianas. Tal vez pudiera explicarse el hecho de que el com-
pilador del J)ikr modifique un (l.adi~ para anunciar la pérdida de
al-Andalus si lo suponemos redactando su obra cuando ya se vis-
lumbraba la inevitable ruina del reino nazarí, pero entonces,¿por
qué reproduce otros en los que se afirma claramente todo lo con-
trario, que el Islam no desaparecerá de al-Andalus? Sería senci-
llo recurrir a la explicación de que las frases que nos ocupan
fueron introducidas por un copista posterior, pero lo cierto es
que ni ésta ni ninguna otra nos convencen lo suficiente como
para concederles alguna credibilidad.

FUENTES DE LA SECCIúN GEOGRÁFICA

Dejando momentáneamente de lado el extenso párrafo sobre


los hadues relativos a al-Andalus, la sección geográfica del Dikr
está construida esencialmente con los datos aportados por dos sección -~--
obras: el Kitab al-ya'rafiyya de al-Zuhrí y el Tar si: al-ajbar de al- extensión
'Udrí. La primera de estas obras se nos ha conservado íntegra texto, do
en numerosos manuscritos 29, por lo que es sencillo precisar los de ellos d,

la frase en cuestión (§ 1, 23). El Bayiin fue concluido en 1312 (SHATZMlll.ER, 30 MOL.IX1,. e


L'Historiographie, 125) y la Turda de Ibn Hudayl debió ser redactada en 31§ 1, 16;
época de Muhammad V (TO, trad., 9), es decir, entre 1354 y 1359 o, más pro- VIII, 32, 43_ 7
bablemente, 1362 y 1391 (ARIÉ, Royaume Nasride, 106-121). HADJ-SAJl()(X I
28 § 111, 119.
y 556 (1154-l!-
29 Nueve utilizó HADJ-SAIJOCK para su edición (KY, «Introducción», 17-20).

- 308-
límites de la influencia del Kitiib al-ya<rafiyya en el I)ikr. Dis-
Ibérica, lo
tinto es el caso del Tarsi: al-ajbiir, del que sólo nos han llegado
- 1 conocido
algunos fragmentos de una redacción de la obra que no parece
para intro-
ser la definitiva 30; siendo estos fragmentos una mínima parte
ribiría su
del total de la obra, resulta imposible conocer con detalle el al-
mas, pues
cance de su aprovechamiento por parte del compilador del I)ikr,
o deja lu-
aunque esta circunstancia adversa puede ser remediada en parte
e ese tipo,
gracias al testimonio de los autores que se basan en el autor del
- egre al Is-
Tarfi< al-ajbiir, al-Oazwíní y, en menor medida, al-Himyarí.
manos del
Antes de proceder a estudiar las relaciones entre estas dos
__e epa que
«Geografías» y el Dikr es preciso remarcar un hecho que nos va
aator conclu-
a ser de utilidad cuando comparemos nuestro texto con otras
i o admitir
obras: el I)ikr copia siempre al pie de la letra sus fuentes, con-
cretamente las dos mencionadas, siendo la única modificación
que se permite el omitir en ocasiones frases o párrafos que con-
sidera no imprescindibles, pero sin alterar en lo más mínimo el
texto reproducido. Esta actitud de extrema fidelidad a sus mo-
delos nos permite descartar como fuente del Dikr a todas las
obras que contengan pasajes que coincidan en el fondo con él
pero no en la forma o que, incluso, estando textualmente empa-
rentadas, presenten variantes de importancia.

Nada menos que diecinueve parágrafos -alguno de gran ex-


tensión- toma el Dikr del K. al-ya<rafiyya de al-Zuhrí 31; dieci-
siete de ellos se hallan en la sección geográfica -de los cuales
uno en el párrafo sobre los hadites, del que, como ya hemos se-
- rrafo sobre ñalado, no nos ocupamos ahora-o Esta cifra puede parecer pe-
del I)ikr queña en comparación con el número total de parágrafo s de esta
por dos sección -217-, pero no lo es tanto si se repara en la desigual
-(¡jbar de al- extensión que tienen las divisiones que hemos introducido en el
do íntegra texto, donde coexisten parágrafo s de dos o tres líneas, muchos
recisar los de ellos de fuente desconocida, con extensos párrafos -de al-

30 MOLINA, «Las dos versiones».


31§ 1, 16; II, 11, 29, 50; III, 10, 11, 18, 24, 42, 47, 52, 67, 69, 78, 80, 93, 110;
VIII, 32, 43. El mejor trabajo sobre este autor y su obra es el del editor,
HADJ-SADOCK (KY, «Introducción» l, que fecha la redacción entre los años 549
y 556 (1154-1161)

- 309-
Zuhri, por ejemplo, proceden las descripciones de las pilas de EL «TAR.l?r
Toledo, de más de sesenta líneas, del ídolo de Cádiz, de treinta,
Alucti
de Zaragoza, de cuarenta- 32. En un cálculo aproximado podría
de escl
afirmarse que los pasajes originarios de al-Zuhrí representan casi
una cuarta parte del cap. Ll I.
Como ya pusimos de relieve en la «Introducción» al tomo I33,
llama la atención el hecho de que el J)ikr reproduzca casi ínte-
gramente el texto del K. al-ya<riifiyya que en la edición de Hadj- .
Sadock ocupa los parágrafo s 209-23934 Y que, por el contrario, no
copie ni una sola frase del resto del capítulo que al-Zuhrí dedi-
ca a al-Andalus (§ 240-273). La explicación que dábamos entonces
nos sigue pareciendo la más razonable: el compilador del J)ikr
sólo dispuso de un fragmento del K. al-ya'riifiyya. Esta circuns- AL-'Umü
tancia nos permitiría incluso llegar a conocer cuál de los múlti-
ples manuscritos existentes de la obra de al-Zuhrí fue el utiliza- En un
do por nuestro compilador, en el caso de que el manuscrito en mentos
cuestión hubiera llegado hasta nosotros, pero, lamentablemente, ción de la
ninguno de los nueve empleados por Hadj-Sadock en su edición podría
ni otro existente en la Biblioteca Real de Rabat 35 reúnen las con- cado del :--
diciones necesarias para aceptarlos como modelos del J)ikr, apar- conclusio
te de que casi todos son de época posterior a la que suponemos como tami
fue la del J)ikr. Sin embargo, lo que sí nos permite el gran nú- del Tar~ -
mero de manuscritos del K. al-ya<riifiyya es establecer cuál de limitándose -
ellos ofrece una versión más aproximada a la de las citas del que el em
J)ikr; de la confrontación entre los textos se desprende que son nes dentro
dos los manuscritos que en gran número de ocasiones coinciden tario.
con el J)ikr y se apartan de los otros. Por otra parte, como tam- Como
bién entre estas tres versiones, la del Dikr y la de los manus- delo, al-R2z1 _
critos citados, que son los de las Bibliotecas Nacionales de Argel contiene la _
y Madrid, hay similitudes y divergencias, lo único que podemos nos han
afirmar es que los tres proceden, tal vez lejanamente, de un ma- Tudmir, v
nuscrito común, sin que estemos en condiciones de precisar más.

32 § III, 11, 80, 93.


33 J)ikr, 1, XV.
J4 Precisando más lo dicho en el torno 1, los parágrafos de KY que omi-
te el J)ikr son los números 211, 212, 213, 214, 224, 225, 229, 235, 238, de los
cuales sólo el último tiene cierta extensión.
35 Catalogado con el número 5945; v. AL-FXSI,«Al-Jizána», 69-70.

- 310-
pilas de EL «TAR~It AL-AlBAR»

e treinta,
Aludíamos antes a la dificultad que para nuestro propósito
do podría
de esclarecer las relaciones l)ikr-Tar~¡t representa el hecho de
___- ntan casi
que no nos haya llegado nada más que un fragmento de la obra
del almeriense al-Tldri 36, con lo cual es imposible determinar con
- tomo 1 33, la exactitud con que lo hemos hecho al tratar del K. al-vatrafiyya
casi ínte- el alcance de la influencia del Torsi" en el l)ikr. Señalábamos tam-
de Hadj- . bién la posibilidad de remediar esta carencia acudiendo a textos
derivados del Tarsi", en concreto las obras de al-Qazwíní y la de
al-Himyarí. Para mayor claridad, estudiaremos cada uno de estos
tres autores por separado.

AL-'UDRI

En un trabajo reciente 37 intentábamos demostrar que los frag-


mentos editados del Tarsi' de al-Tldrl pertenecen a una redac-
ción de la obra que no fue la definitiva. Teniendo en cuenta esto,
podría pensarse que la confrontación entre el Dikr y lo publi-
cado del Tar.si" no aportaría datos suficientes para extraer unas
conclusiones aceptables, pero afortunadamente no es así, ya que,
como también apuntábamos en ese artículo, la segunda versión
del Tarsi' no modificaba sustancialmente la redacción primitiva,
limitándose a ampliarla en escasos pasajes. Por ello estimamos
que el empleo del Tar si: editado es apropiado para nuestros fi-
nes dentro de las limitaciones que impone su carácter fragmen-
tario.
Como es bien sabido, la obra de al-Tldri, como la de su mo-
delo, al-Rází, está dividida en capítulos, cada uno de los cuales
contiene la descripción de una cara o provincia 38. De ellos se
nos han conservado, no todos en su integridad, los relativos a
Tudmir, Valencia, Zaragoza, Huesca, Elvira, Sevilla, Niebla, Sido-

36 Para su biografía, v. las referencias citadas en MOLINA, «Las dos ver-


siones», 249, n. 1.
37 V. supra, n. 30.
38 La «Geografía» de al-Rází se encuentra traducida con bastante fidelidad
que omi- en la versión castellana de la Crónica del moro Rasis (CR, 11-118). Al-'Ugrl
, de los siguió en cierta medida el esquema de al-Rází, pero, por los pocos datos que
se pueden extraer de los fragmentos conservados del Tarsi", no conservó el
orden en el que al-Rází describía las provincias (TA, «Prólogo», n-I).

- 311-
nia (sólo la mención de los rebeldes, sin noticias puramente geo-
gráficas), Algeciras y Córdoba 39. El 12ikr reproduce fragmentos
amplios de las coras de Elvira, Sevilla, Niebla y Córdoba, pero
ninguno de los restantes, lo cual nos hace pensar en que con el
Tar.si" ocurrió algo semejante a lo que acabamos de ver en rela-
ción con el K. al-f'atratiyya: el compilador de nuestro texto no
dispuso de un manuscrito completo del Tarsi', sino sólo de uno
o varios fragmentos. Precisar la extensión de estos fragmentos
es imposible en estos momentos, pues, aparte de que no posea-
mos la obra de al-'Ugri en su integridad, en este caso, al contra-
rio de lo que hizo con la de al-Zuhrí, el aprovechamiento de los
datos contenidos en su fuente no es exhaustivo: sirva como ejem-
plo la descripción de la cora de Elvira, donde al-Tldri relata va-
rios «prodigios» de los que sólo tres son incorporados por el com-
pilador del 12ikr a su obra 40, a pesar de lo amante que era de
ese tipo de noticias exóticas y maravillosas.
En cualquier caso, a los capítulos de Elvira, Sevilla, Niebla
y Córdoba, de los que sabemos que fueron utilizados para redac-
tar el 12ikr, es posible añadir alguno más sirviéndonos de las
obras de al-Qazwíní.

AL-QAzwiNi41

Antes del descubrimiento del manuscrito que contiene los frag-


mentos del Tarsi", la fuente más importante que nos permitía
conocer algo sobre la obra de al-'Ugri era el K. A~ar al-biliid de
al-Qazwíní (y también sus tAyii'ib al-mailúqát en menor medida),
donde se encuentran gran número de pasajes atribuidos al geó-
grafo almeriense. La fragmentariedad de lo editado del Tarsi: ha
hecho que la obra de al-Qazwíní no haya perdido totalmente su
valor como fuente para el conocimiento de al-'Ugri y por ello nos
va a ser de utilidad para ampliar la nómina de párrafos toma-
dos por el 12ikr de él. La licitud del empleo de la obra de al-Qaz-
42 § 1, 51:
wíní queda demostrada gracias a los cinco parágrafos en que con- ., Un par ~ '""'
textos en ~
30 § 1, 51, 52, 53; n. 13, 14, 15, 16; In, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 66, 68, 119; 44 § m,

45 § 1, ~
VI,32.
40 12ikr, § 1, 51, 52, 53; TA, 87-93. •• Sobre
41 Sobre este geógrafo oriental (c. 600/1203-682/1283), v. El', IV, 898-900 y asusr~
KOWALSKA, «The sources». " LÉVI-Pi;u:~

- 312-
_ uramente geo- vergen al-'Ugri, al-Oazwín¡ y el lJikr 42, en los que se aprecia una
fragmentos identidad textual casi completa, con la salvedad de que al-Oaz-
_ Córdoba, pero wíni resume en alguna ocasión el texto de al-'Ugri más que el
en que con el lJikr y que su versión, aunque levísimamente, difiere algo de la
_ ....e yer en rela- de Tarsi" y de la del lJikr, prácticamente igual siempre que la de
tro texto no su fuente 43. Por otra parte, al-Qazwíni toma de Tar$'i< un párra-
sólo de uno fo sobre Sevilla 44, uno de los cinco mencionados, sin atribuírselo
fragmentos expresamente a al-'Ugri, lo cual nos sirve para poder aceptar
que no posea- como procedentes de él otros pasajes de al-Qazwínj en los que
o, al contra- no lo cita, aunque, en honor al geógrafo oriental, es preciso se-
F_.-.::1illi· ento de los ñalar que lo más frecuente es que le atribuya todo pasaje co-
piado de él.
Al-Oazwíní, aparte de los cinco parágrafos mencionados, co-
rrespondientes a las caras de Elvira, Niebla y Sevilla, coincide
con el Dikr -y, por lo tanto, éste se basa en al-'Ugri- en pasa-
jes referentes a las provincias de Jaén, Sidonia, Cabra y Lisboa,
-illa, Niebla así como en la descripción del río Guadiana 45.
lii-V'""c para redac-
b":e::ldonos de las AL-l;IIMYARI46

Resulta difícil emplear al-Rawd al-mi'tñr de al-Himyarí para


aclarar las influencias de al-Tldrí sobre el Dikr cuando todavía
desconocemos exactamente las relaciones entre el Tar-$i< del al-
_ - .ene los frag- meriense y el Rawd. Por ello, y antes de entrar a estudiar las
-.....z nos permitía semejanzas Rawd-Dikr, intentaremos arrojar un poco de luz so-
~;pr al-biliid de bre la posible utilización de la obra de al-'Ugri por al-Himyarí.
or medida), Desde que los pasajes del Rawá relativos a al-Andalus fueron
- uidos al geó- editados por Léví-Provencal, se sabe que sus dos fuentes princi-
del T ar $1-< ha pales son la Nuzhat al-muitñq de al-Idrísi y los Masalik de al-
~otalmente su Bakrí, pero ya entonces el propio Lévi-Provencal había advertido
_ por ello nos que un geógrafo, entonces prácticamente desconocido, al-'Ugri, ha-
Járrafos toma- bía servido también de modelo a al-Himyarí ". Esta opinión del
. ra de al-Qaz-
" § I, 51; nr, 54, 55, 56, 57.
43 Un par de ejemplos para comprobar el grado de parecido entre los tres
textos en MOLINA,«Las dos versiones», 251-253.
~ 59, 66, 68, 119; •.•§ m. 66; TA, 95-96; AB, 497.
45 § I, 46, 48, 53, 54; nr, 20, 21, 22, 23, 31.

46 Sobre este autor, v. los prólogos de LÉVI-PROVEN<;AL


y de Il;lsAN 'AIlBAS
a sus respectivas ediciones del Raw{l y EP, Hl, 697-698.
47 LÉVI-PROVEN<;AL, La Péninsule, XXI-XXIV.

- 313-
arabista francés es, en nuestra opinión, acertada, pero se hace En esa -
necesario recapacitar sobre una circunstancia en la que no reparó descripcióz; .-,:
Léví-Provencal: si, como él mismo afirma, al-'Ugri es fuente de el capítulo -:.
al-Bakrí " ¿los pasajes en los que al-Himyarí se asemeja al alme- nombres
riense no pudieron llegarle a través de al-Bakrí y no directamen- en Itálica-
te? Téngase en cuenta que no conocemos en su totalidad los Ma-
procede de ~3
salik y que, por tanto, podemos saber a ciencia cierta cuándo un
Llama
párrafo del Rawá es copia de uno de al-Bakrí, pero es imposible
que tan fi,
afirmar que un texto del Rawd. cuya fuente ignoramos no está
no siga esa
tomado de los Masiilik.
.que introdnce
En ocasiones la respuesta a la pregunta que acabamos de for-
debe ser
mular ha de ser afirmativa, ya que encontramos en el Rawd fra-
Tar.$f.< y
ses muy semejantes a las empleadas por al-Tldri y que, sin em-
bargo, no las tomó al-Himyarí de éste, sino de al-Bakrí: basten cimientos,
como ejemplo las descripciones de Córdoba y Sevilla en las que, Sabien
si no dispusiéramos de los Masalik, podríam?s ver sustanciales al-'Ugr¡ :
coincidencias que nos harían pensar en una influencia del !ar-$z< pales, sin
en el Rawd, pero que con el testimonio irrefutable de los frag- puntos de
mentos editados de al-Bakrí sabemos que han sido copiadas de textos que
éste palabra por palabra 49. turado deC::.::::::,
Pero antes dijimos que la opinión de Lévi-Provencal nos pa- los pasajes
recía acertada y, para demostrarlo, aduciremos algunos ejemplos dos por
en los que se aprecia que el Rawd utiliza datos de al-'UgrI que
no se encuentran en los Mastüitc. en las coras .:
En la descripción de Toledo, al-Himyarí presenta en primer Segura :
lugar el texto de al-Idrísí, dentro del cual intercala algunas no- Rota), ea
ticias, una de ellas atribuida a Ibn Hayyán, de carácter histórico. lla 53. Comparazd
A continuación copia literal e íntegramente el capítulo que al- ción en el
BakrI dedica a esta ciudad y, finalmente, inserta un extenso pá- 'Udrí y de -
rrafo donde se relatan varios «prodigios», dos de los cuales ha- prueba que scz
llamos también en los Afar al-biliid de al-Qazwíní, uno de ellos elaborada en
atribuido a al-Tldri, siendo el otro también suyo sin ningún gé-
Toledo.
nero de dudas so.

51 RM, 19-:".
48 Id., XXIV. 52 § I. 41. si :.
49 Confróntese TA, 121-124; MM, 100-106; RM, 156-157 Y TA, 95-96; MM, 107- ver «<aldea de
115; RM, 19-2l. 53 § 1, 41-5.:;
50 RM, 130-135; MM, 86-88; AB, 546 Y 550. " Con la

- 314-
o se hace En esa misma dirección apunta el testimonio ofrecido por la
"7-ce no reparó descripción de Sevilla, donde el Rawd vuelve a reproducir todo
- fuente de el capítulo que al-Bakrí dedica a esa ciudad --<:Jmitiendo sólo los
eia al alme- nombres de los distritos y la mención de una escultura hallada
ectamen- en Itálica- y añade al final una descripción del Aljarafe que no
d los Ma- procede de al-Bakrí sino, con variantes textuales, de al-'Ugri 51 .
..<:. cuándo un
Llama la atención, sin embargo, el hecho de que al-Himyarí,
imposible
que tan fielmente reproduce las palabras de al-Idrísí y al-Bakri,
no está
no siga esa costumbre al copiar a al-'Ugri al pie de la letra, sino
que introduce variantes textuales de cierto relieve. La razón no
debe ser otra que la existencia de una fuente intermedia entre
Tarsi" y Rawd, fuente que, en el estado actual de nuestros cono-
cimientos, desconocemos cuál puede ser.
Sabiendo, por tanto, que el Rawd. ha recibido influencias de
al-'Ugrl y que el l)ikr tiene en éste una de sus fuentes princi-
pales, sin que se aprecie en ningún caso que nuestra obra tiene
puntos de contacto directos con al-Bakri y al-Ldrisi, los otros dos
textos que conforman la mayor parte del Rawd, no será aven-
turado deducir, bien es cierto que sin una seguridad total, que
los pasajes en que el Rawd. y el l)ikr coinciden han sido toma-
dos por este último de al-'Ugri. Según esto, podríamos conside-
rar como procedentes del Tarsi: una serie de noticias localizadas
en las caras de Beja, Lérida 52, Santaver (Uclés), Jaén (Calatrava,
primer Segura y Baza), Elvira (Laja y Priego), Sidonia (yabal Wasit y
gunas no- Rota), Cabra, Córdoba, Toledo (Madrid), Lisboa, Niebla y Sevi-
-~ histórico. lla 53. Comparando esta relación con las caras de cuya descrip-
o que al- ción en el Tar.si' ya sabíamos por el testimonio del propio al-
extenso pá- 'Udri y de al-Qazwíní que el l)ikr había utilizado pasajes, se com-
cuales ha- prueba que son casi las mismas, con el añadido en esta relación
o de ellos elaborada en base a los datos del Rawd. de Lérida 54, Santaver y
ningún gé-
Toledo.

51 RM, 19·21; MM, 107-115; TA, 95-96.


" § 1, 41, si bien RM, 194 sitúa el mismo «prodigio» en la cora de Santa-
ver (<<aldeade Bant'iy, en el río de Huete»).
53 § 1, 41-55; II, 35; III, 2, 16, 39, 49.

54 Con la salvedad indicada en la nota 52.

- 315-
FRAGMENTOS DEL «TAR~I» DE AL-'UDRI REPRODUCIDOS
directa del _.-
POR EL «!2IKR»
en los que _
Resumiendo todo lo anteriormente expuesto, parece deducir- textos de p""-
se que el compilador del J)ikr sólo dispuso de un fragmento del tadas entre
Tarsi: de al-Tldri, fragmento que comprendía las descripciones
de las coras de Córdoba, Elvira, Sevilla, Niebla, Jaén, Sidonia,
Cabra, Lisboa, Beja, Toledo, Santaver y Lérida. Corno descono-
cemos el orden en que al-'Ugri colocaba las caras, nos es impo- quien, a ..,
sible saber si todas éstas constituían un fragmento único en el Baskuwál, P~_
Tarsi: al estar agrupadas una tras otra o si se hallaban disper- rrafos en
sas, lo cual indicaría que el compila dar del Dikr tuvo a su alcan- esas citas
ce varios fragmentos del Tarsi': lizó enton
kuwál? y,
OTRAS FUENTES terreno en

También parece haber utilizado el compilador del Ilikr una


obra de Isháq b. al-Hasan (o al-Husayn) sobre cuyo título hay
serias divergencias, pues en los manuscritos de este compendio
geográfico se le denomina tanto J)ikr al-aqiilim. como Akiim al-
Maryan 55 e Ibn al-Sabbát, que lo copia con asiduidad, le da el
nombre de Nuzhat al-nujús 56. Sólo dos párrafos torna el J)ikr de
esta obra; muy poco es, pero es casi lo único que nuestro corn-
pilador pudo aprovechar, ya que el J)ikr al-aqálim se limita a dar
las coordenadas geográficas de las ciudades que menciona, sin
describirlas.
Ninguna otra obra publicada puede ser considerada fuente del
J)ikr, pero, a pesar de ello, aún podemos ahondar más en nues-
tro estudio recurriendo a los mismos métodos que hemos utili-
zado antes para descubrir la influencia de al-'Ugri sobre el Dikr
en pasajes para los que no poseemos el texto original del geó-
grafo almeriense.
Corno se puede observar utilizando nuestras «Notas historio-
gráficas», son muy numerosos los párrafos en los que el Dikr
coincide con esa valiosa compilación que es el Naih. al-tib. Di-
chos párrafos pueden dividirse en dos grupos: los que son copia

ss MIQUEL, Géographie, XXX y 262-265.


56 SS, 21.

- 316-

~
directa del NaflJ al Dikr, de los que ya hablamos antes 51, y otros
en los que la coincidencia es debida a la utilización en ambos
=- ece deducir- textos de una misma fuente o de dos distintas pero emparen-
fragmento del tadas entre sí 58.
- descripciones Para la descripción geográfica de al-Andalus y, en especial,
Jaén, Sidonia, para el largo capítulo que dedica a Córdoba, el autor del NaflJ,
Corno descono- al-Maqqarí, se basa principalmente en el Mugrib de Ibn Sa'Id
-= nos es impo- quien, a su vez, debe gran parte de sus informaciones a Ibn
:o único en el Baskuwál. Por otra parte, un importante porcentaje de los pá-
-" aban disper- rrafos en que el Dikr y el NaflJ se aproximan se hayan dentro de
o a su alcan- esas citas que al-Maqqarí hace de Ibn Sa'íd-Ibn Baskuwál. ¿Uti-
lizó entonces el J)ikr el Mugrib o la perdida obra de Ibn Bas-
kuwál? y, de ser así, ¿cuál de ellas dos? Dado lo inseguro del
terreno en el que nos movemos, en el que es posible toda expli-
cación, aunque muy pocas sean probables, la respuesta ha de ser
el lJikr una
muy matizada, pero no por ello se ha de desistir del intento por
zryo título hay
extraer todas las consecuencias posibles de los pocos e inseguros
te compendio
mo Akárn. al- datos que se poseen.
-dad, le da el Ibn Baskuwál es citado por el üikr una sola vez, concreta-
el J)ikr de mente al comienzo del pasaje sobre los lJad"ifes59, pero también
se refiere a él, sin mencionarlo expresamente, en el párrafo sobre
el solar donde se alza la aljama de Córdoba, cuando dice: «Dice
sin el autor de la Historia: Relata Ibn 'Attáb ... » 60. El mismo texto,
algo resumido, es atribuido por al-Maqqarí a Ibn Baskuwál s' y,
en efecto, el «autor de la Historia» al que se refiere el Dikr es
Ibn Baskuwál, ya que Ibn 'Attáb fue maestro suyo 62. Esto, sin
embargo, no quiere decir que en todas las ocasiones en que se
habla del «autor de la Historia» el compilador del Dikr esté alu-
diendo a Ibn Baskuwál, pues las mismas palabras las emplea para
Ahrnad al-Rází e Ibn Hayyán 63.
Sin embargo, creemos que el Dikr, al igual que el NaflJ, éste
_-otas historio-
- que el J)ikr
_-.7~ al-tib, Di- 57 V. supra, nn. 3·8.
58 Por ejemplo, § 1, 8; 11, 18, 22, 24, 25, 30, 34, 35, 38, 49.
_ '.le son copia '9 § I, 13.
60 § II, 30.
61 NT, I, 563.
62 KS, n," 749.
63 § VII, 76 Y VIII, 111.

- 317-
declarándolo expresamente 64, no utiliza directamente a Ibn Bas- serie de p
kuwál, sino que lo hace a través de Ibn Sa'íd. Al menos esto se 'Ugn, en
deduce del hecho de que un pasaje del Mugrib original de Ibn de la PeDÍL.:>-,o'''!:J
Sa'id y no tomado de Ibn Baskuwál es reproducido casi literal- dades de C2~=.J
mente por el J)ikr, aunque con una curiosa variante: la frase co- Sídonia, a
mienza en el Nat/:t con las palabras «una descripción equilibrada arriesgada ~
(mizan) de al-Andalus ... » 65, mientras que el Dikr lo inicia con un
«dice al-Muzaní ... » 66_ Desconocemos quién puede ser este al-Muza- AUTORES cr.,,;rs
ni, pero la evidente semejanza entre musn y muzarü nos hace pen-
sar en un error por parte del compilador del J)ikr. También es
curioso el que, tras el párrafo en cuestión, Ibn Sa'íd reproduzca
un verso de Ibn al-Hammára 67, mientras que el Dikr incluye
otros versos distintos, pero atribuidos a un desconocido Abu 'Umá-
ra, cuyo nombre como se ve, se asemeja grandemente al de Ibn
al-Hammára. dádbih e r;:¡~_
En cualquier caso, lo que aquí nos interesa es poner de relie- él dice ser C= _
ve que una gran parte del capítulo que el J)ikr dedica a Córdo- e Isháq b.
ba puede ser considerado como influido por el Mugrib de Ibn tñq ti [tirá
Sa'íd, cuya fuente principal es Ibn Baskuwál, y decimos solamen- ningún pareczzzr
te influido y no hablamos de copia directa porque la versión del en la descri?=i&9
Nat/:t y la del J)ikr de pasajes del Mugrib son lo suficientemente al-DawIabi
divergentes como para dudar seriamente de una utilización di- lidad de la
recta por parte del J)ikr. de uno de' -
de al-Rází 7_
En otras ocasiones, en parágrafo s cuya fuente ignoramos, las
palabras del J)ikr guardan un remoto parecido con las de Ahmad a la vista
al-Rázj autor que, por otra parte, es citado en la sección geográ- También cita _
fica del J)ikr varias veces. Sin embargo, podemos tener la com- ción de a
pleta seguridad de que al-Rází no es el modelo de nuestra obra Abi l-Fayyád. :::...
porque ni un solo párrafo del J)ikr es copia literal, ni siquiera RazI, Ibn .M'--'-'-~
aproximada, de ese autor. Contamos con ejemplos de frases en de Mérida
que las semejanzas al-RazI-J)ikr son debidas a que al-'Ugri reco- de hablarse
ge noticias de al-Rází, noticias textualmente modificadas que sir-
ven de fuente al J)ikr 68. El mismo proceso pudieron sufrir una

64 Por ejemplo, en NT, I, 550.


6S NT, I, 205.
M § I, 8.
67 NT, I, 205, n. L
6' Ejemplo claro de esto en § In, 57.

- 318-
a Ibn Bas- serie de pasajes de los que desconocemos la version que daba al-
'Udrí, entre los que merecen ser citados la descripción general
de la Península, la de los ríos y montañas, fragmentos de las ciu-
dades de Cabra, Jaén, Lisboa, Santarern, Beja, Mérida, Niebla y
Sidonía, aunque en ocasiones el parecido es tan remoto que hace
arriesgada cualquier conclusión.

te al-Muza-
AUTORES CITADOS
- os hace pen-
• _ También es Son muchos los autores que el compilador del J)ikr cita a lo
reproduzca largo de su sección geográfica, pero es preciso poner en duda la
Dikr incluye autenticidad de todas las citas que hace, visto que en los casos
- o Abü 'Urna- en que es posible la comprobación de su veracidad los resultados
te al de Ibn no son muy halagüeños: las frases que declara tomar de Ibn Jur-
dádbih e Ibn al-Oütiyya no se encuentran en sus obras 69; lo que
él dice ser de Ibn Muflih e Ibn Sida resulta proceder de al-Zuhrí
e Isháq b. al-Hasan 70; en dos ocasiones cita al K. Nuzhat al-mus-
taq t'i j tiriiq al-ataq 71 y en ninguna de las dos el párrafo guarda
ningún parecido con el correspondiente de la obra de al-Idrisi:
en la descripción de Córdoba atribuye sendos parágrafos a al-Razi,
al-Dawlábí (al-'Ngri) e Ibn Hayyán 12: el de al-'Ugri procede en rea-
di- lidad de la J)aj'ira de Ibn Bassám 73, el de al-Rází difiere mucho
de uno del mismo contenido que varios autores ponen en boca
las de al-Razi 74 y el de Ibn Hayyán podría ser originario de él, pero
de Ahmad a la vista de todo lo expuesto, la duda es lo más aconsejable.
ión geográ- También cita a al-Razi en otras tres ocasiones: en una larga rela-
er la com- ción de autores que menciona al principio del capítulo II -Ibn
uestra obra Abí l-Fayyád, al-Dawlábí (al-'Ugri), Ibn al-Qütiyya, Ibn Hayyán, al-
Razi, Ibn Muzayn, al-Harnasj e Ibn al-Raqiq-, en la descripción
de Mérida y en la de Niebla 75; en ninguno de los tres casos pue-
de hablarse de copia literal de al-Razi, e incluso en el último de

" § 1, 3 y II, 1.
70 § m. 67 y 1, 5.
7! § III, 12, 81.
72 § rr. 8, 9, 10.

73 DM, 1, 1, 33.

" Compárese, por ejemplo, con FA, 295; SS, 141; NT, 1, 459.
75 § n. 1; III, 44, 57.

- 319-
ellos el párrafo en cuestión, si bien tiene un remoto origen en al-
. Razi, está claramente tomado del Tar si" de al-Tldrí.
En otros casos menciona a un autor porque copia un párrafo
de otra fuente en el que aparece su nombre, como ocurre con
al-Fazárí 76, Ahmad al-Razi77, Ibn al-vazzár 78 y al-Mas'üdí 79.
Finalmente, dos veces nombra a Ibn Muzayn 80, además de en
la relación de autores mencionada unas líneas más arriba. No
disponiendo de casi ningún dato sobre la obra de este autor, es
imposible juzgar la autenticidad de la cita, pero tal vez pueda
concedérsele en este caso un margen de confianza, ya que, al me-
nos, nos ofrece por primera vez el título de su obra: $ilat al-
Mugrib.

UNA FUENTE DE ÉPOCA MERINÍ

El [)ikr nos ofrece con frecuencia relaciones de ciudades o


castillos que pertenecen a la cara que está describiendo. Muchas
de estas relaciones son, sencillamente, disparatadas, como cuan-
do incluye dentro de la jurisdicción de Mérida las ciudades de
Tudela, Tarazana, Boltaña y Nájera 81, pero en otros casos se apro-
ximan bastante más a la realidad y, entonces, concurre en ellas
una circunstancia muy curiosa: las localidades mencionadas apa-
recen en relatos de las campañas de los rneriníes en al-Andalus,

76 Sobre este autor, v. KY, "Introducción», 25-31.La frase que se le atri-


buye en el [)ikr (§ 111, 81) no se encuentra en KY, obra que es un comen-
tario al mapamundi de al-Fazárí, pero creemos que no es preciso pensar que
el compilador del [)ikr utilizó directamente alguna obra de al-Fazárí ni que
existe otra versión más amplia de KY en la que aparecería la frase en cues-
tión, sino más bien estimamos que esta es otra cita falsamente atribuida a
un autor, como las que ya vimos anteriormente.
TI Véanse las fuentes paralelas de § 1, 10 y VIII, 30. Esta última cita es
atribuida en FA a Ibn Hayyán, sin mencionar a al-Rázj, pero es muy pro-
bable que el autor del Muqtabis la tomara de éste.
78 A través de KY (§ III, 10). También citado en § 11, 7 en una frase que
no aparece en KY; v. lo dicho supra, n. 76. Sobre este Ibn al-Yazzár, v. KY,
"Introducción», 33 y n. 2.
~-=..:.:
79 También a través de KY (§ 111, 11).
80 Autor del siglo V/XI del que se conoce muy poco, hasta el punto que
ésta es la primera ocasión en que se da el título de su obra; v. SÁNCHEZ
ALBORNOZ, Fuentes, 210-211.Citado en el [)ikr en § 11, 1; 111, 34, 45.
SI § 111,46.

- 320-

21
muchas veces agrupadas de la misma forma y en el mismo orden
que en el J)ikr.
un párrafo En la descripción de la cora de Sidonia, tras haber hablado
ocurre con más o menos extensamente de Jerez, Rota, Arcos e lbn al-Salirn,
----di 79. nos ofrece una lista de castillos de esa cora, sobre los que no ha-
ce comentario alguno: Nablab, Sanlúcar, Galyiina, al-Oanoiir y al-
Aqwas 82. El primero de ellos no hemos conseguido identificarlo
y creemos que se trata de una mala grafía, difícil de rectificar,
ya que su ductus consonántico permite unas posibilidades de
puntuación casi infinitas. Los otros cuatro aparecen mencionados
en el Rawd al-qirtñs 83: los tres primeros, en el mismo orden que
en el l)ikr, fueron saqueados por el meriní Abii Ya'qíib, hijo del
sultán Abñ Yüsuf Ya'qüb y futuro sultán, en el año 676/1277, mien-
tras que al-Aqwiis es citado en la campaña del 684/1285.
Otro tanto ocurre con los castillos de Algeciras, de los que el
ciudades o Dikr menciona Gaucín, Nayaris, Jimena y Guadiaro 84: los tres
do. Muchas últimos se hallan dentro del grupo de fortalezas que Abii Ya'qüb
entrega a Ibn al-Ahmar en el 692/129385, aunque la edición del
Rawá que hemos utilizado presenta unas grafías algo modificadas.
En Málaga el Dikr menciona Marbella, Fuengirola, Cártama,
Comares, Vélez Málaga, Coín, Alhama, Antequera y Estepa 86. Cár-
tama, Coín y Fuengirola fueron conquistadas en 682/1283 por Abii
Yiisuf 87.
Todas estas localidades no suelen aparecer mencionadas ni en
crónicas más antiguas ni en obras geográficas; si a esto añadimos
que las coincidencias entre el Dikr y el Rawá al-qirtás son dema-
siado evidentes para achacarlas a la casualidad, será evidente que
esas relaciones de localidades fueron extraídas de una obra his-
tórica sobre los meriníes estrechamente emparentada con el Raw{l
al-qirtñs. En el estudio de la sección histórica se comprobará con
mayor claridad la existencia de esta fuente.

82 § In, 76.
83 RQ, 326 Y 354.
84 § nr, 84.
85 RQ, 384.
8. § In, 86.
87 RQ, 338.

- 321-

21
Los «I;IADI!"Es» SOBRE AL-ANDALUS fueron apr
En su estudio sobre el !)ikr 88 Husayn Mu'nis opina que todo
wa-um¡ -
el pasaje sobre los J:¡.adI!es ha sido redactado por Ibn Baskuwál, pero esta
e incluso se asombra de que un tradicionista de su talla haya po- se nos
dido otorgar crédito a esta serie de falsedades. De la misma opi-
nión parece que era al-Maqqarí, ya que dice, refiriéndose sin duda
a un texto muy similar al del Dikr 89: «En cuanto a los J:¡.adI!es y
transmisiones sobre el mérito de al-Andalus y el Magrib que re-
coge Ibn Baskuwál, ya los ha citado Ibn Sa'Id en su obra al-Mugrib tiene su -
el que --
y no los he mencionado aquí». La creencia de que todos los J:¡.a-
dues proceden de Ibn Baskuwál proviene del hecho de que éste sión al",
es citado como fuente en el primero de ellos y tanto al-Maqqarí tomarlos: -
como Mu'nis pensaron que también le eran atribuidos los demás.
En nuestra opinión no es así, y sólo se pone en boca de Ibn
Baskuwál el primero de ellos; dice el Dikr: «Entre los J:¡.adi!es
del Profeta extrajo Ibn Baskuwál. .. » e inicia el segundo J:¡.adi! con
las palabras «Del Kitab FQ(j,Z al-Andalus extrajo Muslim ... » 90. Son
dos frases perfectamente paralelas que coinciden con el verbo
«extrajo» (jarraya) y en la partícula que rige el complemento
(min), difiriendo sólo en el sujeto (Ibn Baskuwál y Muslim); no
hay, por tanto, razón alguna para suponer que este segundo J:¡.a-
di! y los siguientes han sido tomado de Ibn Baskuwál,
Lo que sí resulta de utilidad en las palabras de al-Maqqarí es
su indicación de que Ibn Sa 'id recogía varios J:¡.adI!eS -ignoramos
exactamente cuáles- que posiblemente se asemejarían bastante
a los del !)ikr. Recuérdese que nuestro texto ha tenido en otros
pasajes como fuente al Mugrib y nada nos impide suponerlo fuen-
te también de éste.
Aunque, como hemos dicho antes, es imposible saber cuáles
de los J:¡.adi!es del !)ikr proceden del Mugrib, al menos estamos
en condiciones de afirmar que no todos lo son: uno de ellos 91
está tomado de una obra que fue fuente principal del !)ikr, el
K_ al-"Yatrafiyya de al-Zuhrí. Es cierto que algunos pasajes de ésta

88 Mu'nis, Al-<;'ugrafiyya, 598-599.


" NT, 1, 204.
90 § 1, 13 Y 14.

91 § 1, 16.

- 322-
fueron aprovechados por Ibn Sa'Id para redactar su K. al-Bad:
wa-tiirijitdam 92 y que pudo utilizarla también para su Mugrib,
pero esta última posibilidad es poco aceptable, ya que el Mugrib
se nos ha conservado casi íntegro en lo referente a al-Andalus
-parece faltar la descripción general de la Península y el co-
mienzo de Córdoba- y no hay ninguna huella de influencia de
al-Zuhrí en los numerosos párrafos de contenido geográfico.
En este párrafo sobre los hadites el compilador del !}ikr man-
tiene su tónica de atribuir textos indebidamente, y así hace con
el que dice tomar del K. al-Irniima wa-l-siyiisa 93, pero en esta oca-
sión algunos badi!es realmente proceden de quien el !}ikr dice
tomarlos: los de al-Hurnaydí y Abü l-'Arab al-Tamímí 94. Por otra
parte, y esto no es nada extraño, de todos los bad¡!es que men-
ciona sólo uno, el atribuido a Muslim, que le llega a través de
al-Humaydí, se encuentra en una de las grandes colecciones clá-
sicas de hadaes 95.

n el verbo FUENTES DE LA SECCIóN HISTóRICA


complemento
uslim); no En la sección histórica del Dikr hay dos partes claramente
egundo ha- diferenciadas por su contenido, aunque quizás no tanto por sus
fuentes: el capítulo de historia preislámica y el resto, desde la
- -Maqqarí es conquista hasta el comienzo de los Reinos de Taifas, donde se
_- - -ignoramos interrumpen los manuscritos.
bastante El capítulo de historia preislámica 9ó presenta unas caracterís-
-- ido en otros ticas que lo convierten en uno de los más valiosos del !}ikr '---no,
nerlo fuen- desde luego, desde el punto de vista histórico, pero sí del histo-
riográfico-, viniendo a aportar nuevos datos a la vieja y deba-
tida cuestión de las relaciones entre las «Historias preislámícas»
estamos de al-Rází y de la Crónica del moro Rasis. Esta cuestión, que an-
de ellos 91 tes de la publicación de nuestro texto era tremendamente com-
c.el !}ikr, el
91 KY, «Introducción», 21 y n. 1. En cualquier caso, no es totalmente im-
jes de ésta posible que también este J:¡ad"i~ de KY fuese reproducido por Ibn Sa'i:d en
su Mugrib, con lo que no podría descartarse completamente la posibilidad
de que todo el pasaje sobre los hadites estuviese copiado del Mugrib.
93 § 1, 29.
94 § 1, 14-15 y 35-37.
95 § 1, 14.
% Es el IV de nuestra edición.

- 323
pleja, continúa siéndolo, por desgracia, tras su aparición, e inclu-
so nos atreveríamos a afirmar que ahora lo es más aún. En efec-
to, el Dikr nos proporciona algunas noticias inéditas, como es el
caso de las extensas listas de reyes Atiiriqa y romanos 97, y otras gunas ea
referidas
en las que es el texto árabe que más se asemeja a la versión
el Rawd.
castellana del Rasis, llegando a superarlo en ocasiones con deta-
373 lQ5 , 'él
-
lles hasta ahora desconocidos 98. En un trabajo reciente 99 tuvi-
mos ocasión de poner de manifiesto el enorme cúmulo de difi- ciudad de
cultades con que nos encontramos a la hora de dar una respuesta 2)
satisfactoria a este problema. Como el l)ikl' no nos proporciona ce una .~I

una ayuda suficiente en ese sentido, y a la espera de poder utilizar


la edición de la versión árabe de las Historias de Orosio, reciente-
mente aparecida, obra en la que esperamos hallar las claves de la
cuestión y a la que aún no hemos podido tener acceso, aplazamos
el estudio de este capítulo del Dikr hasta un próximo trabajo.

EL «RAWD AL-QIRTAS» y EL «DIKR»

El único texto histórico del que podemos decir que tiene una
relación clara e inequívoca con el J)ikr es el Rawá al-qirtás, obra
básica de la historiografía magrebí que sólo incidentalmente re-
fleja los acontecimientos de al-Andalus, pues está dedicada al Ma-
greb y, en especial, a la ciudad de Fez. Las semejanzas entre los
dos textos son muy abundantes 100, pero no creemos que el Rawd
deba ser considerado la fuente del Ilikr por varios motivos:
1) La inmensa mayoría de los pasajes en los que coinciden
estas dos obras se refieren a calamidades naturales: inundacio-
nes, terremotos, sequías, etc.101• El Rawá comienza a relatar acon-
tecimientos de este tipo relativos a al-Andalus con una noticia
sobre la sequía del año 232102, pero el Dikr refiere otras muchas

" § IV, 3 y 6.
98 La descripción de la emigración de los Afiiriqa (§ IV, 2) es mucho más
detallada que la correspondiente de CR, 154-157.
"MOLINA,«Sobre la procedencia».
100 Son prácticamente idénticos los § VII, 33, 50, 55, 57, 94, 102, 103, 105;
VIII, 18, 18, 20, 39, 41, 68, 113, 114, 115, 116, 129, 130, 131, 132, 133, 134, 146.
101 De la relación presentada en la nota anterior sólo escapan a esta cons-
tante los § VII, 33, 94, 105; VIII, 39, 129, 133, 146.
102 RQ, 96; anterior a esa fecha sólo menciona la carestía que asoló el
Magreb entre el 208 y el 247.

- 324-
calamidades acaecidas antes de esa fecha y emplea para descri-
e inc1u-
- ..,,' . En efec- birlas un lenguaje idéntico al de las frases en las que coincide
con el Rawd 103. Ya dentro del período abarcado por el Rawd, al-
como es el
91, y otras
gunas catástrofes que hallamos mencionadas en el J)ikr no son
referidas por el otro texto 104, siendo extraño, sobre todo, el que
la versión
el Rawd omita la noticia del incendio de los zocos de Fez en el
con deta-
íente 99 tuvi- 373 lOS, ,ya que, como hemos dicho antes, es una historia de la
o de difi- ciudad de Fez.
respuesta 2) En ciertos casos, bien es verdad que pocos, el J)ikr ofre-
~roporciona ce una versión más detallada que el Rawd. 106.
er utilizar Podría entonces pensarse en que las coincidencias son debi-
·0, reciente- das a la utilización por ambas obras de una fuente común, tal
-laves de la vez alguno de los muchos autores que se citan conjuntamente
• aplazamos en los dos textos: Ibn Raslq HJ7, Ibn Muzayn 108, Ibn Ab¡ l-Fayyad '?",
trabajo. al-Burnusí 110 e Ibn Farhün Ill. Sin embargo ya vimos al estudiar
las fuentes de la sección geográfica que el J)ikr utiliza una cró-
nica histórica de época meriní, pues sus listas de localidades de
algunas provincias están extraídas de un relato sobre las campa-
ñas de los meriníes en al-Andalus. A ese dato podemos añadir el
hecho de que el J)ikr, o tal vez sería mejor décir su fuente, des-
cribe ciertos sucesos de al-Andalus utilizando los mismo térmi-
nos que el autor del Rawd emplea para otros acontecimientos
que no tienen nada que ver con los anteriores, como es el caso
de la noticia de que los cereales se recolectan en To1edo a los

coinciden 103 Por ejemplo, § VI, 16, 21, 23, 28, 65, 96, 97; VII, 32, 137.
s: inundacio- 104 § VIII, 70, 74, 77, 107, 108, 110, 137.
_ relatar acon- lOS § VUI, 108.
106 Por ejemplo, § VII, 94; VIII, 19, 113, 13I.
a noticia
un Citado por el J)ikr en § VII, 107; VIII, 44 Y en RQ, 181, 258. Sobre este
muchas autor murciano del siglo VII/XIII (parece que murió después del 694/1294·95),
v. GRAJA, «Una polémica», 49·57.
108 Aparece en J)ikr en § 11, 1; 111, 34 Y 45 Y en RQ, 115; v. supra, n. 80.
109 § 11, 1; RQ, 94, 115; sobre este historiador ecijano del siglo V/XI (375-
mucho más
459/986·1066), v. ÁLvAREZ DE MORALES, «Ibn AbI l-Fayyád».
110 § 11, 1; VIII, 44; RQ lo cita en numerosas ocasiones. Es conocido tam-
bién por Ibn Hamádo: v. IDRIS,Berbérie, XIX, n. 44.
111 § VIII, 44 Y 96; RQ, 189. No se trata del famoso Ibn FarJ:¡ÜDautor del
Dibiiy (m. 799/1397), personaje bastante posterior al Rawd. (cuyas noticias
llegan hasta el 726/1326 y que debió ser redactado por esa fecha), sino de un
cronista que no hemos logrado identificar, pero que posiblemente sea rna-
grebí y de época almohade o muy poco posterior.

- 325 -'
cuarenta días de la siembra 112 y la alusión a los murüs que des-
truyó 'Abd al-Rahmán II 113; en ambas ocasiones encontramos en
el Rawd. las mismas palabras describiendo acontecimientos de épo-
ca meriní.
Está claro que las semejanzas entre el [)ikr y el Rawá son
debidas a una fuente común redactada en el período meriní, pero
de todos los autores antes citados sólo uno, Ibn Rasíq, vivió en
esos años. Sin embargo hemos de desecharlo como responsable
de las semejanzas entre las dos obras, ya que su M¡Ziin al-tamal,
según el testimonio de Ibn Jaldün 114, con el que concuerdan las
características de las citas que de él hacen el [)ikr y el Rawd. 115,
se limitaba a consignar las fechas claves de los reinados de los
distintos soberanos, sin ofrecer otro tipo de datos.
Lo cierto es que son tan estrechas las relaciones entre las dos
obras a las que nos venimos refiriendo que nos sentiríamos ten-
tados a olvidar las circunstancias que parecen oponerse a la in-
fluencia directa del Rawá sobre el [)ikr y a aceptar dicha influen-
cia, pero existe otra explicación que nos permite hacer compa-
tibles en cierta medida estas contradicciones: la fuente del Dikr
no fue el Rawd, pero sí una obra del mismo autor, hoy perdida,
que se habría titulado Azhiir al-bustim f¡ ajbar dl-zaman y a la
que él mismo llama «nuestro libro grande» 116. Esto es, desde lue-
go, una mera hipótesis de imposible confirmación, pero los in-

112 Confróntense las palabras del [)ikr, 1, 50, 1. 4-5 con las. de RQ, 408,
1. 14, donde habla del Magreb.
lJ3 [)ikr, 1, 139, 1. 4-5 Y RQ, 375, 1. 3-4, referido este último al meriní Abü
Ya'qüb Yüsuf.
114 KI, 1, 4. También escribió al parecer otra crónica más amplia, pero
RQ declara expresamente que toma sus noticias del M:¡ziin al-tamal; v. GRAN-
JA, «Una polémica», 53.
liS RQ lo utiliza para fechar la proclamación y la muerte de al-Mahdí Ibn
Tümart (p. 181) y la subida al trono del almohade al-Murtadá (p. 258), mien-
tras que el Dikr lo cita con ocasión de la fecha de fallecimiento y la dura-
ción de los reinados de emir 'Abd Alláh y de 'Abd al-Rahmán 111 (§ VII, 107
y VIII, 44).
116 RQ, 19 y 131. Como se habrá podido apreciar, en ningún momento he-
mos dado el nombre del autor del Rawr;l al-qiriñs, sobre cuya identidad exis-
ten varias hipótesis; un útil resumen de la cuestión puede hallarse en SR.~TZ-
MILLER, L'Historiographie, 20-24,cuyas conclusiones sobre este problema -iden-
tifica al autor con Abü l-Hasan 'Al! b. AbI Zar--- nos parecen perfectamente
aceptables.

- 326-
rüs que des- dicios en su favor son, cuanto menos, dignos de ser tenidos en
tramos en consideración.
tos de épo- En cualquier caso, sea o no la fuente del ldikr el Azhiir al-bus-
tzn, lo cierto es que dicha fuente no se nos ha conservado y, por
Rawd son
== tanto, desconocemos el alcance exacto de las copias que de ella
rneriní, pero hace nuestro texto. Como opinión personal basada más en la in-
--q, vivió en tuición que en los datos concretos, creemos que esta obra de
responsable época meriní es la fuente básica sobre la que el Dikr construye
al-iamal, su sección histórica, e incluso nos atreveríamos a afirmar que, si
erdan las algún día se descubriera esta desconocida fuente, no sería nada
el Raw<;l1l5, extraño comprobar que el ldikr no resulta ser otra cosa que un
dos de los extracto de las noticias referentes a al-Andalus de esa obra.

rre las dos OTRAS FUENTES


iríamos ten-
Pilar básico de toda la historiografía árabe sobre al-Andalus
e a la in-
desde su conquista por los ejércitos musulmanes hasta la época
- cha influen-
de los Taifas, Ibn Hayyán 117 deja también su huella en el J)ikr.
r compa-
Aunque sólo en tres ocasiones se le cita a lo largo de la sección
del J)ikr
histórica 118, son innumerables los pasajes en los que se percibe
- _- perdida,
su influencia. Por desgracia tampoco el Muqtabis, como tantas
- :iin Y a la
otras crónicas, nos ha llegado completo, pero con los fragmentos
- desde lue-
conservados de esa magna compilación nos es posible efectuar las
pero los in-
confrontaciones necesarias para poder averiguar el grado de re-
lación entre el Muqtabis y el J)ikr.
e RQ, 408, En el volumen del Muqtabis editado por Makkl y relativo a
. 2.. zneriní Abú los reinados de los emires 'Abd al-Rahmán II y Muhammad halla-
mos varios párrafos que el J)ikr reproduce con mayor o menor
zmplia, pero fidelidad:
:51; v. GRAN-
1) Descripción física de 'Abd al-Rahmán II: Ibn Hayyán, si-
- -.. Mahd¡ Ibn guiendo a Ahmad al-Rázi, nos ofrece nueve características físicas
::,_258), mien- de este emir, mientras que el J)ikr da ocho, en un orden com-
- y la dura-
VII, 107
117 Tal vez el mejor trabajo sobre la personalidad y la obra de Ibn Hay-
yán sea el de M. A. Makkí en su «Introducción» al Muqtabis por él editado;
un estudio reciente, más útil para el Matin que para el Muqtabis es el de
"Y"AMAi. AL-DIN, «Ibn Hayyán»: todavía sigue siendo valioso GARCÍA GóMEZ, «A
propósito», mientras que CHALMETA, «Historiograffa», 373-392ofrece un esque-
mático y cómodo estudio sobre el Muqtabis.
118 § VI, 8; VIII, 27, 139.

- 327-
pletamente distinto. Ibn 'Igari coincide con levísimas variantes
con el J)ikr, tanto en el orden como en el léxico 119. Dikr, o,
2) Respuesta de 'Abd al-Rahrnán a un mawlá que le había liza directazzesz
solicitado un nombramiento al que no era acreedor: Este pasaje tivos: porq
toriador lYL--':~-I
es reproducido por multitud de fuentes que podemos dividir en
dos grupos, los que siguen literalmente a Ibn Hayyán, que son
Ibn Sa'íd y al-Maqqarí (que copia a Ibn Sa'Id) y los que ofrecen
una versión ligeramente modificada, el Dikr, Bayan, Ajbiir may-
mü:« y A <mal al-a'liim. (que se basa en Ibn 'Idárí) 120.
3) Inundaciones del año 235: Ibn Hayyán habla del Guadal-
quivir y del Geníl, mientras que J)ikr y Bayiin, en versiones idén-
ticas, informan de crecidas en el Genil y en el Tajo. El texto de
Ibn Hayyán se asemeja bastante a las otras dos obras, aunque es
más amplio 121.
4) Falso profeta (a. 237): La versión de Ibn Hayyán, la más
amplia de todas, sirve probablemente de fuente a Dikr, Bayñn y
Rawd; estas dos últimas ofrecen relatos del hecho que tienen en
común variantes respecto a la del Muqtabis, pero, a su vez, difie-
ren en otros puntos. El J)ikr presenta una versión idéntica a la
del Rawd. con una única salvedad: mientras este último localiza
los hechos en Tremecén, el Ilikr los sitúa en el oriente de al-
Andalus, coincidiendo en esto con Ibn Hayyán e Ibn 'Igar¡122.
y en el Muqtabis de Antuña:
5) Eclipse de sol en el 299: Contamos para esta noticia con
cinco versiones: 'Aríb, Ibn Hayyán, Ibn 'Igari, Rawd y J)ikr, estas
dos últimas, como siempre, iguales, aunque el Rawd. yerra al fe-
charlo en el 289, error que no reproduce el Dikr. Las relaciones ron las no;:ici2:51
entre todos estos textos son confusas, pues Bayiiri copia, resu-
miéndola, la versión de Ibn Hayyán y ninguno de ellos se basa
en 'Arib, a pesar de que éste es fuente habitual de ambos. El Rawá
y el J)ikr, por su parte, reproducen frases tanto de la versión de
'Arib como de la de Ibn Hayyán 123.

119 § VII, 5.
120 § VII, 18.
m § VII, 32.
122 § VII, 33.
123 § VII, 103.

- 328-
De todos estos datos se puede extraer la conclusión de que el
I)ikr, o, mejor dicho, su fuente emparentada con el Rawd no uti-
liza directamente el Muqtabis de Ibn Hayyán y ello por dos mo-
tivos: porque no reproduce al pie de la letra las palabras del his-
toriador cordobés, en contra de su costumbre, atestiguada por la
fidelidad con que copia a al-'Ug.ri y al-Zuhrí, como antes vimos,
y porque de otra forma no se podrían explicar los casos en que
la pareja Rawlj,-I)ikr coincide con Bayan. al introducir unas va-
riantes con respecto al texto original de Ibn Hayyán, teniendo
presente que no existen relaciones directas entre Rawd. y Bayiin,
Estas variantes comunes nos están demostrando que entre el Muq-
tabis y las otras obras citadas tuvo que existir una fuente inter-
media.
El Muqtabis no es, por tanto, fuente del I)ikr, pero esto no es
obstáculo para que podamos sostener sin temor a equivocarnos
que una gran parte de las noticias que reproduce el Dikr se ha-
llaban en la obra de Ibn Hayyán. En ésta se recogían textos de
los principales historiadores anteriores, como Ahmad e 'Isa al-
Rází, 'Aríb, Mu'áwíya b. Hisám, Ibn al-Oüriyya, al-Qubbasí, al-Jusa-
ni, Ibn al-Farac;U,Ibn al-Nazzám, al-Warrñq, etc., e incluso de algún
contemporáneo, como Ibn Hazm 124. Sabiendo esto, es lógico su-
poner que los párrafos en los que el I)ikr se remonta a alguno
de estos cronistas -al-Razi 125, Ibn al-Oütiyya 126, Ibn Hazm 127, Ibn
Mufarriy 128_ los ha tomado -indirectamente, insistimos- del
Muqtabis, en lugar de imaginar a nuestro compila dar utilizando
multitud de crónicas antiguas para redactar su obra.
Resumiendo lo anteriormente expuesto, el proceso que siguie-
ron las noticias que reproduce el I)ikr bien pudo ser el siguiente:
originarias de algún autor anterior a Ibn Hayyán, son reprodu-
cidas por éste en su Muqtabis, de donde las toma un autor des-
conocido, posiblemente de los siglos XII ó XIII, fuente a la vez

124 Estos son algunos de los más importantes entre los citados por CHAL-
META, «Historiografía», 391.
l2S Por ejemplo, § VII, 5 Y 18, entre otros muchos.

126 Se remontan hasta él algunas frases del cap. V.


127 En § VII, 25, 27; VIII, 55 pueden verse algunos ejemplos de pasajes de
Ibn Hazm llegados a otros autores a través de Ibn Hayyán.
128 § VI, 8; un párrafo muy semejante es atribuido a Ibn Mufarriy por
Ibn al-Jatib (IG, III, 468) Y a Ibn Hayyán por al-Maqqarí (NT, III, 37).

- 329-
del Bayiin, del Rawd y de una tercera crónica, tal vez el Azhar
al-bus tan, de época meriní, de la que las extrajo el !)ikr.
Autores como Ibn Rasíq, Ibn Ab¡ LFayyád e Ibn Hamádo al-
Burnus¡ son citados conjuntamente por Bayiin 129, Rawd y !)ikr,
mientras que al-Raqíq 130 y al-Qu<;la'il3l lo son sólo por Bayiin y
Dikr, coincidiendo Rawd. y Dikr en la mención de Ibn Muzayn.
Las relaciones entre todos estos autores y las tres obras aquí
estudiadas son imposibles de establecer, ya que sus crónicas se
han perdido y, por lo tanto, no podemos saber, ni siquiera por
indicios, si realmente fueron utilizados para redactar esas obras
o sus noticias les llegaron por medio de la antes mencionada
fuente común a Bayiirt y Rawd.
El Dikr es, pues, una obra escasamente original, redactada
con el concurso de pocas y fragmentarias fuentes, y que si con-
serva en parte su valor histórico es debido a que las obras en
las que se basó no se nos han conservado íntegramente. Su im-
portancia radica en el hecho de ser la última crónica histórica
dedicada en exclusiva a al-Andalus, con la excepción de ese fu-
gaz, pero intenso, resplandor que es el NafJ:¡, al-tib,

129 CHALMETA, «Hístoríografía», 402. Ibn AbI l-Fayyád es citado en BM, II,
128 y 129.
130 Sobre al-Raqíq, v. MU'NIS, «Riwáya», lDRIS, «Note», TALBI, «A propos».
131 Existe un al-Ouda'í (muerto en 454/1062) autor de una obra sobre los
Fárimíes (Ionrs, Berbérie, XXII), utilizada por lbn "Idárí en su Bayan, pero
el citado por el !)ikr podría ser también lbn al-Abbár, autor, entre otras
muchas obras, de la Takmila y de la Hulla.

- 330-
el Azhiir
• r.
ado al-
. y J)ikr,
Bayan y
Muzayn.
o ras aquí

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dos bajo

681-1069), Te-

- 347-
III.

IV .


VI.

VII.

VIII.

IX.
x.

1NDICES _

ESTUDIO oo. _

FUE
ÍNDICE GENERAL
Págs.

PRESENTACIúN 7

TRADUCCION ... 9
1. Descripción de la Península de al-Andalus 13
II. El país de al-Andalus. Mención detallada de sus ciudades:
Córdoba ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 33
III. El país de al-Andalus. Mención detallada de sus ciudades:
Otras ciudades ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 49
IV. Naciones y reyes que poblaron al-Andalus desde el Diluvio
hasta que fue conquistado por el Islam ... ... ... ... ... ... ... 85
V. Conquista de al-Andalus por los musulmanes. Emires ára-
bes que gobernaron hasta 'Abd al-Rahmán al-Dáj il ... ... ... 103
VI. Emires omeyas: 'Abd al-Rahmán al-Dajil, HiSam al-Ri~a y
al-Hakam al-Raba91 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 113
VII. Emires omeyas: 'Abd al-Rahmñn al-Awsat, Muhammad, al-
Mungir y 'Abd Allah ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 143
VIII. Califas omeyas: 'Abd al-Rahmán al-Násir Ii-dín Alláh, al-
Hakam al-Mustansír bi-lláh y Hisárn al-Mu'ayyad bi-lláh ... 167
IX. Segunda generación de califas omeyas. Califas hammüdíes. 207
X. Reyes de Taífas ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 257

NOTAS HISTORIOGRAFICAS 231

íNDICES ... ... ... ... ... 257


índice de personajes 259
índice de etnias y colectividades ... ... 279
índice de nombres geográficos ... ... ... ... ... ... 283
índice de obras mencionadas en el texto ... ... ... 299

ESTUDIO ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 301

FUENTES Y BIBLIOGRAFíA . 331

íNDICE GENERAL ... 349

- 349-
"'»

\XX
\XX
IL\XX
IllAX
FE DE ERRATAS DEL TOMO I

Pág. Lín. Dice Debe decir

XVIII 20 1487 1489


XXVII 20 Urubba Ürübbil
XXVIII 16 Mapamonde du caliphe Mappemonde du calife
XXVIII 17 réeditée rééditée
\A 13 b>.!? b>.!?
\'\ 19 ¡>+i,J-?-.?-= t'"",J-?-~
Ao 13 U~J U~J*
\ 'í'\ 21 e:-I.,¡j e:-I~
n'f 7 r,r.·I..>~I r,r-
'I..>~J

* Con lo que la traducción de la frase (tomo 11, p. 91, 1. 29) debe quedar:
« ... combatían, habiendo llegado a vencerlos. Hiraqlis las atacó ... ».

- 351-

11~llílllll~lll¡mililr

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