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Universidad Católica del Ecuador.

Facultad Eclesiástica de Ciencias Filosóficos-Teológicas.


Historia de la Filosofía Medieval.
Nombre: Ángel López.
Quito, 22 de marzo del 2023.

Correlatoría- “Confesiones” de San Agustín, libro VII.

Hemos leído a lo largo del relato de s. Agustín de su conversión, ahora bien, ¿Qué es
convertirse para s. Agustín? Porque en el relato al hablar de conversión es el aceptar o creer
en la religión cristiana, con esta premisa podemos ver que si me convierto en la religión
cristiana es “creer”, entonces, puedo creer y seguir con mi vida mundana y no cambiar de
aspecto.
s. Agustín habla de la maldad y se pregunta cómo surge o aparece la maldad en el mundo, o
trata de escrudiñar el interior de la persona para ver que la maldad surge en el hombre y
esto infecta a toda la creación. Pero nos golpeamos con una pared que es “¿Es que no ha
sido mi Dios, que no es sólo bueno, sino el propio Bien?” (Agustín, pág. 340)
Con las relatorías hechas por los compañeros, se puede preguntar lo siguiente: ¿la maldad
es subjetiva?, ¿qué es bueno y qué es malo, para el hombre?, ¿soy bueno al darle limosna a
un alcohólico o soy malo, porque lo utilizará para comprar más alcohol?, ¿soy malo por no
creer en dios, pero llevo una vida honrada y sin hacer daño a nadie?

Si se quiere deducir que Dios está en todo, se llega al Panteísmo, que aparece en el libro de
Spinoza llamado Ética, dice que Dios está en todo lo creado, o sea, la mesa, el árbol, el
perro; pero no, si yo daño una silla daño a Dios y, además, cómo Dios se va a crear a si
mismo. Y esto se considera a una herejía.

En nuestra libertad que tenemos podemos alejarnos de Dios, y entramos en la ausencia de


Dios, y si Dios bueno, entonces, entra en la maldad, y la maldad sería la ausencia de Dios.
Por tal motivo, alejarse es entrar en la maldad y la maldad es en sí una carencia de lo
divino.

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