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JUICIO DE GUSTO Y

CONOCIMIENTO
CAPÍTULO V

IMMANUEL KANT
JUANITA BASTIDAS VALLEJO

JEFFREY NICOLAS IPIAL CHAMORRO

SARA VANESSA CHAPAL ORDOÑEZ

JOSE MIGUEL ACOSTA ARTEGA

BRAYAN STIVEN BOLAÑOS LOPEZ

DOCENTE:

ORLANDO MORILLO SANTACRUZ

UNIVERSIDAD DE NARIÑO

FACULTAD DE ARTES

PRIMER SEMESTRE

SAN JUAN DE PASTO

2 DE DICIEMBRE DEL 2021

CONCLUSIONES
El juicio del gusto no es un juicio de conocimiento, para diferenciar si algo es bello o no, no es lógico,
sino estético; pues mediante el mismo no se señala nada del objeto de representación, sino cómo se
siente afectado el sujeto por la representación.

Estas sensaciones de placer y displacer recaen exclusivamente en la estética…

Kant considero dar prioridad a la facultad de juzgar la estética por sobre lo intelectual, dado que al
juzgar lo intelectual de algo para saber si es bello o no, ha de tener en consideración conceptos,
argumentos o puntos de vista y no se podría hablar aquí de sentimientos, y el nombre de sentido común
en este caso figurado, sirve como ilustración de las perspectivas ya contenidas a prioridad en el sentido
común estético.

Pues decía que se debe sentir inmediatamente placer ante la representación del objeto, y este placer no
me puede ser inculcado a través de ningún argumento…

Por otro lado, tenemos el punto de vista de Hume, que es el antecedente próximo a Kant que ha
vinculado procedimientos equivalentes a lo que este denomina sentido común lógico con el gusto,
diciendo así que la determinación de su juicio no lo pueden esperar de la fuerza de los argumentos, sino
solo de la reflexión del sujeto sobre su propio estado de placer o displacer, con exclusión de cualquier
precepto o regla.

También se plantea la cuestión y analiza la analogía de ambos gustos, que sería el literal y el estético:
aunque cree que el gusto estético es más personal y subjetivo, y que hay en él una cierta objetividad, al
menos en los juicios estéticos sobrevenidos, que hacen que unos sean mejores que otro.

Kant por su parte no estaba del todo de acuerdo con esta reflexión, pues exigía una mayor
profundización para la belleza y el gusto estético, el cree efectivamente, que los juicios estéticos son los
que otorgan universalidad al gusto estético, aunque estos juicios sobre lo bello no solo son
consensuados, como reconocía Hume, sino que además están sometidos a la universalidad y necesidad.

Ahora bien, Hume, cree que para encontrar lo bello necesario y universal hace falta, primero, que el
juicio sobre el gusto estético invoque un placer desinteresado. Y considera además que, aunque el placer
experimentado sea subjetivo, todos los seres humanos tenemos juicios estéticos similares sobre aquello
que nos ha agradado previamente.

Con respecto al gusto literal opina que no se adapta a los requerimientos del juicio estético puesto que en
aquel aparecen elementos prácticos en la apreciación del sabor (como la nutrición y el hambre) que
dirigen la atención hacia nuestro propio cuerpo, en cambio, el gusto estético como tal estaba más
relacionado con el sentimiento que desprende el ser humano por una determinada perfección, si la
representación coincide con lo que ese objeto debe ser, entonces la sensación generada en ese juicio de
gusto es placentera.

Ellos a pesar de diferenciar el gusto estético y el gusto literario, también dan a conocer la complejidad a
cerca de la belleza natural y la belleza artística. Para Kant el arte es aquello que ofrece sin pedir nada a
cambio como el placer desinteresado que también da la belleza natural, así para él el arte puede ser
incluso superior a la naturaleza ya que puede trasmitir a través de lo feo la belleza del arte, de manera
que el arte es aquello que posee como esencia la casualidad de ser inexplicable en la naturaleza sublime,
ahora Hume parece pensar que dado que el arte tiene de alguna manera que ver con la sensibilidad,
entonces el desarrollo de las facultades sensoriales equivalen al perfeccionamiento de nuestras
capacidades artísticas.

Para juzgar una belleza natural como tal no necesito tener antes un concepto de que cosa debe ser el
objeto, no es preciso conocer la conformidad material, sino que la mera forma, pero cuando el objeto es
dado como un producto del arte, y como tal debe declararse bello, entonces, en primer lugar, tiene que
ponerse por fundamento un concepto de lo que la cosa debe ser, porque el arte supone siempre un fin en
la causa, un significado.

Además de la diferencia entre la belleza natural y la belleza artística, la anterior declaración pone de
presente la peculiar complejidad de esta última. Por lo que a belleza natural se refiere, puede afirmarse
que solo ella es objeto de juicio de gusto puro.

Kant afirma que el arte bello debe parecer naturaleza, la noción de arte aquí empleada deja de lado todo
contenido artístico expresivo que eventualmente pudiera sobrepasar los límites de la conformidad, aquí,
la noción de naturaleza también esta despojada de todo contenido, de modo que se presenta solo como
mera conformidad sin fin.

Según lo anterior, afirmo que el juicio de gusto sobre la belleza artística no puede ser puro: a diferencia
de lo que ocurre con la belleza natural, en el juicio de la belleza artística se entremezclan las exigencias
del gusto con las consideraciones acerca de lo que la voluntad del creador pudo haberse propuesto.

Ahora recordamos las afirmaciones de Kant las cuales especificaban dos tipos de belleza: la belleza libre
o la belleza meramente adherente. La belleza libre no presupone concepto alguno acerca de lo que deba
ser el objeto; la belleza adherente presupone un concepto que, según él, se basa en la perfección del
objeto. Las primeras se denominan bellezas (existentes) de alguna u otra cosa, la otra, en cuanto
dependiendo de un concepto de (belleza condicionada) les atribuye a objetos que están bajo un fin
particular.

La calificación kantiana de la belleza artística como adherente y la diferenciación de la belleza natural


como libre no se impone pues como exigencia del gusto puro, sino de la actividad reflexiva confrontada
con la naturaleza especifica de las obras de arte

Retomando a Kant según su reflexión de estética se afirmó que hay dos términos importantes los cuales
se derivan al significado de la idea estética, ellos son los de CONCEPTO e IMAGINACION, en lo que
se refiere al primero, el uso Kantiano es sin duda alguna polisémico ósea que se derivan múltiples
significados, y su total comprensión requiere de algunas precisiones, en algunas ocasiones se alude al
Concepto como aquella abstracción genérica que resulta de una actividad reflexionante, ejercida sobre
diversos objetos, otro sentido del término Concepto pertinente dentro del presente contexto, es el que se
adquiere cuando se lo usa en relación con la belleza artística y finalmente se señala una última acepción
del termino según la cual este puede ser identificado con la idea estética.

Ahora para el termino de Imaginación, Kant se refiere a la facultad de representar un objeto con la
intuición incluso si este no se halla presente, el contexto alude a su función dentro del conocimiento
teórico, el cual es el único modo de representación de los objetos que vale la pena para todos los
hombres.

De esta manera, la principal diferencia entre el juicio de conocimiento y el juicio del gusto no reside
entonces, al menos a primera instancia, en que los contenidos o las funciones de la imaginación sean
distintos en uno y otro caso, sino el tipo de relación entre una misma imaginación y la facultad de los
conceptos.

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