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Feminismo es una expresión muy amplia de la lucha de las mujeres, por eso son

“feminismos”.

La Opresión a las mujeres, se siente de diversos modos, pero como está

directamente ligado a las emociones, no es posible medirlos sino a través de

terapias psicológicas o de cualquier tipo que, a su vez, tienen una

connotación negativa debido a que los argumentos patriarcales parten de

una frase abominable como: “estás loca, necesitas terapia”. Ni qué decir del

pacto patriarcal que nos disminuye y nos manda a todas las mujeres a

someternos a argumentos que están fuera de empatía y más que no existe la

aceptación por parte de los hombres de sus privilegios que jamás se han

cuestionado y, por otro lado, sus errores de actuación injustas sobre quien

ejercen el poder. Un poder por poder, sólo porque pueden y se solapan y

alientan entre ellos, aún con deshonestidad, con dolo y cobardía.

No todo comienza con la revolución francesa

Pero no todo viene de Europa, existió Abya Yala, la Tierra entre Dos Aguas. Viene

del individuo salido de la comunidad, de los usos y costumbres, de leyes que

sirven solo para ellos para “su” pueblo. El feminismo en América Latina, pareciera

que se heredó de Europa y Norte América en totalidad, pero resulta que al mismo

tiempo se estaba dando el ejercicio de las Sufragistas, al mismo tiempo en México

comenzó a finales del siglo XIX con “Las Hijas de Anáhuac” que era una

publicación semanal escrita por mujeres, para demostrar que las mujeres somos
pensantes, comprometidas con la sociedad, con la educación, con las causas que

nos mueven.

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