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Instituto Superior de Formación Docente “Profesor Agustín Gómez”

Profesorado de Educación Secundaria en Matemática

INTRODUCCIÓN
La obra de Lewis Los Cuatro Amores, pretende clarificar la concepción de amor.
En el capítulo introductorio, el autor hace una distinción entre dos formas fundamentales
del amor; lo que él llamó el amor-dádiva y el amor-necesidad. Éste primero se caracteriza por
ser la entrega desinteresada de amor de una persona a algo o a alguien. En cambio, el amor-
necesidad es el amor interesado, que nace de una persona carente y vacía de sí misma.
Un ejemplo típico de estos amores serían: el amor que moviliza a un hombre a trabajar, a
ahorrar, planificar, pensar en el mañana sin tener la certeza de participar o formar parte de ese
bienestar; y por otra parte el amor de un niño que corre a los brazos de su madre,
respectivamente.
Por dicha distinción, Lewis expone que el amor divino corresponde al amor-dádiva.
Puesto que el Padre da al Hijo todo lo que es y lo que tiene; de igual modo el Hijo da de sí
mismo de nuevo al Padre; y se da asimismo al mundo, y por el mundo al Padre; y de igual forma
devuelve el mundo, en sí mismo al Padre.
La salud espiritual de un hombre en su cristiandad es totalmente proporcional con su
amor a Dios. Sin embargo, el amor del hombre a Dios es, por su misma naturaleza, de amor-
necesidad. Esto se evidencia claramente cuando se pide perdón por nuestros pecados o ayuda
con determinadas atribuciones.
Considerando el amor de Dios como referencia, el amor humano es como el de Dios;
pero solo por semejanza. Los amores humanos son cercanos por semejanza al amor divino.

1 GAUTO, Camila Paz


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El autor expone en su obra los cuatro amores fundamentales, o manifestaciones de amor;


de la condición humana.
El primero y más extenso de estos amores, es el Afecto. Según el diccionario griego, se
lo define principalmente como “el afecto de los padres a su prole”, y viceversa. El autor expresa
que ésta es la forma original de afecto. Es el amor más sencillo y puede formar parte de otros
amores.
Un ejemplo muy claro de dicho amor, es la imagen de una perra cuidando de sus
cachorros. Sin dudas se manifiesta la necesidad y el amor- necesidad de las crías; así como el
afecto que genera la madre para con sus pequeños es un amor-necesidad, puesto que ella
necesita dar…dar a luz, dar amamanto, dar protección. “Es un amor que da, pero necesita ser
necesitado.” (p.44) Esto último significa que el amor de madre descripto es inagotable; pero a su
vez, necesita que lo necesiten.
Se puede apreciar, entonces, que el afecto incluye las dos formas de amor; el amor-
dádiva por la necesidad de dar, y el amor-necesidad porque todos tenemos necesidad de ser
amados.
El afecto, al igual que el eros están estrechamente relacionados con el sistema nervioso
de los seres humanos. Además, son manifestaciones de amor compartidas con los animales.
Para Lewis, la amistad es el más libre de todos los amores puesto a su autenticidad y a
que no tiene ninguna vinculación con nuestro sistema nervioso. Este amor se da entre
compañeros; personas que comparten las mismas visiones o tienen los mismos espacios en
común.
El autor expone la transcendencia de la amistad a lo largo del tiempo y cómo esa se fue
desvalorizando hasta la actualidad. Esto sucede generalmente porque se pretende separar la
amistad del afecto y la caridad. Hasta se ha llegado a confundirse la amistad con la
homosexualidad.
Se explica cómo la amistad es en realidad un amor; un amor aumentado y compartido.
Además de ser el menos celoso de los amores y uno tan grande inclusive como el eros.
Refiriéndose nuevamente al amor de Dios, cabe la explicación de cómo el amor de Dios
en nuestra relación no toma forma de amistad, y porqué Cristo si nos llama amigos. Esto se
manifiesta porque con Dios, el amor no se da a modo de recompensa por nuestra elección; más
bien el amor en forma de amistad con Cristo es el canal por el cual Dios nos abre los ojos hacia
las bellezas de todos los demás hombres.
En lo que respecta al Eros, es el fenómeno afectivo del enamoramiento. Primeramente se
lo define como el “estado de los enamorados”; en el cual el autor toma como objeto de estudio el
venus, que es la concepción del elemento sexual derivado de experiencias.
Este enamoramiento surge en los amantes como algo absoluto y definitivo, prometiendo
fidelidad eterna. Sin embargo, las vivencias de la vida demuestran que el eros como sentimiento
es algo muy momentáneo y cambiante.
El eros es llevado a prometer cosas que por sí mismo no puede cumplirlas. En este
peculiar amor, se encuentra la historia de Lewis cuando su mujer muere y él está convencido que
no volverá a verla. Sustentado por Los Cuatro Amores, el amor caridad significaría asumir la

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extinción de todos los amores inferiores. En efecto, eros es una tragedia en el sentido de que
dirige a las personas a un destino inevitable.
Sin el eros, el deseo sexual es un deseo referidos a nosotros mismos. Con el eros se
refiere a la persona amada. “El eros es más puro cuando el venus se reduce al mínimo” (p.108)
El verdadero peligro espiritual del eros reside en
El eros necesita ser dirigido para ser quien quiere ser por sí mismo.
Por su parte, la Caridad es la misma sustancia de Dios que nos dice que Dios es amor, y
este amor es el único y es suficiente. Significa que este amor “sale al rescate” si los otros amores
fallasen; ordenándolos y haciéndolos perdurar a lo largo del tiempo. En especial en el caso de
eros.
Para Lewis, por caridad se entiende que, es estar en plenitud de comunión con la
sustancia divina; es estar en el Cielo.
Este se trata de un amor escaso; tan escaso que se puede dudar si alguna vez se ha
degustado de él. Sin embargo, la caridad es necesaria para el buen desarrollo de la afectividad.

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BIBLIOGRAFÍA
LEWIS S.C. (1960) Los Cuatro Amores. Primera Edición. New York. ED HarperCollins.

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Afecto

Es principalmente el amor de los padres por su prole. Lo tenemos en común con los animales, lo
cual por sí mismo no implica nada bueno ni malo, tomando en cuenta la distancia, claro. Está
allí donde hay calor, lametones y olor a vida nueva. Así la madre que cuida al bebé. También la
perra o la gata, a sus cachorros.

Lewis se detiene en el amor de las madres. Este sigue un determinado principio. Es un amor que
da, que necesita dar. No se agota sin embargo en ese dar, sino que precisa ser necesitado. Y
cuando deja de ser necesitado, el planeta está lleno de madres que dicen que sus hijos no van a
verlas o que no las llaman… Y esto porque es el más expansivo de los amores.

Y es el más expansivo, porque es el más común de ellos. Por esto se extiende más allá de las
relaciones maternofiliales. Y nos acerca a multitud de personas. Es el
paradigma de amor que hace compañeros.

En contraste, los otros amores son más selectivos.

Amistad

Es el que surge entre los compañeros. Nace entre personas que realizan la
misma actividad. Así entre los que desempeñan la misma profesión o entre
los que tienen un pasatiempo en común. Pero no todos serán amigos,
¡gracias a Dios! Sólo lo serán, de entre los compañeros, quienes compartan
una visión común o cuando en aquel grupo, se descubra una persona a la
otra.

Aunque es un amor selectivo, no somos nosotros los que elegimos a


nuestros amigos. Es la Providencia la que lo ha hecho desde el amanecer de
los tiempos. Por esto la amistad es un instrumento mediante el cual Dios
revela a cada uno, como en un festín, las bellezas de todos los demás. En el
festín es Él quien ha preparado la mesa. Luego ha elegido los invitados. Y es
Él, en fin, a quien deberíamos permitir siempre que lo presidiera.

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De este festín tan espiritual y desinteresado, del que los griegos llegaron a
entender que era el más parecido al divino, pasaremos a otro más corpóreo
y sexualmente definido.

Eros

Es el amor entre el hombre y la mujer, concretamente la clase en que se


encuentran los que se dice comúnmente que están enamorados.

En este amor en particular nos encontramos con los pasajes más opacos de
Lewis. Hemos visto que cuando murió su mujer, experimentó un largo
proceso de pérdida. Esto se debe a que pensaba que no la volvería a ver
más.

Y no la iba a ver de nuevo por el propio convencimiento de Lewis en el


sistema propuesto en Los cuatro amores. En esta escala, el amor Caridad
provoca, al asumirlos, que se extingan todos los amores inferiores. Esto
incluye el amor matrimonial o eros.

Por esto cualquier despedida es definitiva siempre. De ahí lo oneroso del


duelo de su mujer. Y este es el motivo también por el que ve un cierto
elemento trágico, de destino, en el desarrollo de los amores inferiores.

Por tanto para Lewis, eros es una tragedia. Y lo es en el sentido de que se


dirige a un destino inevitable: O bien se convierte en demonio, en cuyo caso
los enamorados se van agrediendo hasta destruirse; o bien lo dirigimos a
Dios y, entonces, eros es absorbido por un Amor superior.

Caridad

Es la misma sustancia de Dios, de la que la Escritura dice: Dios es Amor. Es


el único que podemos decir, al menos sin perder la decencia, que con este
Amor basta.

En este sentido, San Agustín escribió: Nos hiciste Señor para Ti y nuestro
corazón está inquieto hasta que descanse en Ti. Por esto entre todos ellos,
este es el Amor suficiente.

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Y al ser suficiente sale al rescate de los otros amores cuando fallan,


especialmente en el caso de eros, y los absorbe y ordena, haciéndolos
perdurar.

Debemos precisar aquí qué entiende Lewis por Caridad. Para él se trata de
un concepto muy sustancial. Sus primicias no son lo que entendemos por
rezar, estar en su presencia o quererle. Para Lewis la Caridad es estar en la
plenitud de comunión con la sustancia divina. Es estar en el Cielo. Sus
anticipos son algunos trances místicos. Por esto se trata de un amor muy
escaso.

Es tan escaso que desconocemos si lo hemos degustado en nuestra vida. Por


tanto mientras haya tiempo, nuestra tarea será hacernos conscientes de su
ausencia. Con lo cual tenemos un defecto y una ventaja: Al hacernos
conscientes de algo, por ejemplo cuando recordamos un sueño, nos damos
cuenta de que estábamos un poco despiertos.

Pero si tuvieran interés en ser más informados de este Festín, deberán Vds.
dirigirse a C. S. Lewis y los invitados que están en vela.

7 GAUTO, Camila Paz

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