VOLVIENDO OTRA VEZ enferma, muere un ser querido, usted es traicionado, sufre por la falta de
justicia.
INTRODUCCIÓN
Pasaje bíblico: Hechos 1: 9-11
“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le
recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10 Y estando ellos con
los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se
pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11 los
cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis
mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de
vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
Cuando miramos el mundo en que vivimos, la violencia, la falta de amor, la
incomprensión, la soledad, la locura de personas que llegan suicidio;
cuando vemos a los ricos cada vez más ricos, a los pobres cada vez más
pobres, cuando vemos el sufrimiento de niños que nacen condenados a
una vida de desgracia y miseria, nos preguntamos, ¿Hasta cuándo, Señor?
No fuimos creados para vivir en este mundo, ni para morir en esta tierra.
Piense un poco en su vida. Usted decide todas las mañanas:
toma un baño, desayuna, sale corriendo al trabajo, toma el ómnibus o su
auto, queda preso en el tránsito, llega tarde, a veces almuerza una
merienda fría, otras veces en el mismo restaurante de siempre. Llega a la
noche cansado, duerme, al otro día la misma rutina, todo comienza
nuevamente.
Semana tras semana, mes tras mes, cuando llega el fin de mes recibe un
salario que se termina en 10 días, después tiene que quedar esperando el
próximo mes para recibir nuevamente su salario, una que otra vez se
Dígame una cosa: ¿Nació usted para eso? ¿Creó Dios esto para usted?
¡No! Estamos peregrinando en el desierto de esta vida por accidente de
trayecto, el accidente de Adán y Eva, el pecado que ellos cometieron.
II NUESTRO DESTINO ETERNO ESTÁ EN LOS CIELOS
La Biblia no nos dice que Jesús se fue y se olvidó de nosotros. ¡No! El
vendrá otra vez, ésta es la promesa de San Juan.
San Juan 14: 1-3 "No se turbe vuestro corazón; en Dios, creed también en
mí. En la casa de mis muchas moradas hay; y si así no fuera, yo os lo
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y
os preparare lugar, otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis".
Vendrá otra vez. Jesús hizo esta promesa cuando los discípulos estaban
viéndolo subir al cielo, después de su muerte y resurrección. Los discípulos
quedaron con los ojos llenos de lágrimas mirando al cielo y pensando:
Señor, ¿ahora qué será de nuestra vida sin ti?
De repente Dios mandó dos ángeles y ellos se pusieron al lado de los
discípulos y les dijeron: "¿Por qué estáis mirando al cielo? Este mismo
Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis
visto ir al cielo".
A veces en esta vida, yo me sorprendo mirando hacia arriba y pensando:
Señor, ¿hasta cuándo? Por algunas cosas de la vida, a veces cuando hay
comida, salud, cuando la familia está en armonía, nos olvidamos del
regreso de Cristo.
Pero cuando el dolor toca el corazón, cuando no se sabe qué hacer,
cuando el médico dice que la esposa está con cáncer, o que el hijo está
condenado a morir, o cuando está desempleado; cuando no tiene ni un
centavo, cuando es
traicionado, se siente solo, ¿no le da deseos de mirar hacia el cielo y
preguntar:
Señor, ¿hasta cuándo? ¿Será que vamos a permanecer en este mundo
para siempre? Gracias a Dios que la promesa es: "Vendré otra vez".
Cuando miramos este mundo que nos angustia, que nos duele, cuando
vemos que todas estas cosas suceden a nuestro lado, cuando un joven
entra al cine y mata con una ametralladora a gente inocente, cuando
vemos cómo los marginados de collar blanco se enriquecen, cuando hay
niños muriéndose de hambre en la calle, tenemos que alegrarnos porque
la Biblia dice que todo es evidencia de que Jesús está retornando.
III LLEGO LA HORA
San Mateo 24: 33 “Así también vosotros, cuando veáis todas estas
cosas, conoced que está cerca, a las puertas.”
Por su puesto que nadie puede decir la hora y el día que Jesús regresará. El
mismo dijo que su venida será como un ladrón en medio de la noche. El
ladrón nunca avisa, "prepárense, estoy llegando esta noche".
El regreso de Cristo será de sorpresa.
Cuando nadie espera, cuando todos ven que está todo igual, cuando todos
piensan que este mundo nunca va a acabarse, cuando los hombres estén
diciendo: "paz, paz, entonces vendrá destrucción repentina".
Por esto cada día tenemos que estar preparados para encontrarnos con
Jesús.
Tal vez usted nunca pensó en esto, mas es la hora de acordarse. Este
mundo está llegando a su fin. Ya es muy tarde.
La noche de este mundo está quedando cada vez más oscura, ya es hora
de que Jesús aparezca de nuevo en gloria y majestad para colocar el punto
final al dolor y sufrimiento de esta tierra. Un día, Jesús vendrá para
reclamarlo.
La Biblia dice que él vendrá a buscarlo a Ud y llevarlo a morar con él. Y,
queridos amigos, cuando Jesús vuelva, nunca más habrá injusticias, nadie
lo
hará sufrir, por lo tanto, tenga un poco de paciencia, un poco de calma y
prepárese para este día.
Jesús vendrá, quiera usted o no, lo espere o no lo espere, esté preparado
o no lo esté, él vendrá.
Él vendrá porque su promesa así lo dice.
San Pedro escribió: "El Señor no retarda su promesa..." La promesa de
Jesús es una promesa contundente. ¿No encuentra usted que nos
conviene vivir en este clima maravilloso del cielo?
Por lo tanto, éste es el momento de entregar su corazón a Jesús. No deje
para mañana lo que puede hacer hoy.
IV CONCLUSIÓN
Toda esta semana usted ha escuchado temas interesantes. Tal vez en
algunos momentos usted tenga deseos de levantarse, ir al frente y
entregar su corazón a Jesús.
Tal vez ya lo hizo. Si lo hizo, felicitaciones, que Dios continúe
bendiciéndolo; pero si usted endureció su corazón, por favor, no hay más
tiempo para postergar; hoy es el momento de decirle "Sí" a Jesús.
La Biblia dice: "Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones"

(Hebreos 4:7). Y en otra parte dice: "Hoy es el día de buenas nuevas";

mañana puede ser demasiado tarde.

¿Qué sucederá de aquí a 10 minutos, si usted muere en un accidente de

tránsito y no aceptó la invitación de Jesús?

Me acuerdo cuando era pequeño, un colega murió la misma tarde en que

el pastor hizo el llamado y él no quiso aceptar la invitación.

Después, en el velorio la madre lloraba y yo le dije a ella: Señora, no esté

triste; cuando Cristo regrese él resucitará.

Y ella me contestó: -No. Porque ayer cuando el pastor hizo la invitación, él

no aceptó.

Y en cuanto a usted, ¿ya aceptó?

¿Ya entregó su corazón a Jesús?

Hágalo ahora, no postergue, no demore, no espere. Entregue su vida a

Jesús, usted y toda su familia.

Prepárese para ver a Jesús en gloria y majestad. ¡Que Dios lo bendiga!