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El Don Del Discernimiento
El Don Del Discernimiento
Se hace mucho mal en nombre del discernimiento. El discernimiento necesita llevarse a cabo por
medio de la oración y necesita estar abierto a la verdad.” (Nuestra Señora, 9 de Diciembre de 1998)
"El discernimiento es reunir todos los hechos y basar una conclusión en la verdad. Pero no saca
conclusiones por rumores.” (Jesús, 5 de Enero del 2000)
“El discernimiento es un don del Espíritu Santo al cual le siguen las virtudes de la prudencia y la
sabiduría. Es más profundo que éstas dos y se puede comparar al instinto en la naturaleza. Los
animales, los pájaros y los peces nacen con instinto que les ayuda a sobrevivir en un medio salvaje.
Estos instintos también dictan patrones de comportamiento, tales como el regreso de las palomas a
Capistrano cada año.”
“En el ámbito espiritual, el discernimiento es una necesidad para distinguir el bien del mal. Muchos
nunca obtienen la profundidad de esta virtud. Ellos confunden el mal con el bien y viceversa. El
discernimiento, para que sea real, viene de lo profundo del alma. No puede palparse o señalarse.
Es un sentimiento interior. No es diferente a ver varias pinturas hermosas, pero sintiendo en el
interior que una es mejor que todas las demás porque está pintada de un modo más profesional y
magistral.”
“El discernimiento asciende de muchas experiencias espirituales. Hay peligro, entonces, cuando
alguien supone que tiene discernimiento porque tiene otros dones, o piensa que tiene otros dones.
Muchos han sido llevados por mal camino de esta forma. Muchos que deberían tener este don
porque están en puestos de autoridad, no lo tienen.”
“Éste es un don poco común que Dios da con amor y cuidado a los humildes de corazón.” (Jesús, 19
de Febrero del 2000)
"El verdadero discernimiento no viene del intelecto. Es un don que Yo pongo en el corazón. Como
con cualquier virtud, puede haber un falso imitador de la verdadera virtud. En el discernimiento,
esto se reconoce como una interpretación farisaica de la verdad. El falso discernimiento es
fácilmente aceptado por una persona que depende de su propio intelecto para tener respuestas en
lugar de depender del Espíritu Santo. Alguien así puede enorgullecerse de su intelecto y/o de su
virtud." (Jesús, 2 de Enero del 2001)
“… he venido para ayudarte a entender la ceguera espiritual. Ésta es una forma de orgullo avivada
por el engaño de Satanás. El enemigo alienta este tipo de orgullo. Él pone un velo sobre los
corazones para que no puedan distinguir la presencia de la gracia en medio de ellos. En estos casos,
los pensamientos del alma se vuelven retorcidos. El alma incluso ve el bien como mal, y el mal
como bien. Ha distorsionado lo que escucha, extrayendo la falsedad de la verdad. No está lejos de
que la envidia espiritual consuma su corazón. Este tipo de celos lleva consigo el juicio precipitado.
Pero el alma ve sus juicios precipitados como discernimiento, pues su pensamiento se ha vuelto
muy retorcido."
"Los espiritualmente ciegos pierden todas las gracias a su alrededor. Son fácilmente conducidos a
la apostasía, a la herejía, al desaliento, e incluso a la desesperación. Ellos abiertamente desafían la
fe que alguna vez tuvieron. A menudo están llenos de falta de perdón y, por ende, no confían en la
Misericordia de Dios ni en el perdón."
"Si presenciaran o escucharan hablar de milagros, estarían prontos para descartarlos. Creen
profundamente que tales cosas nunca podrían suceder porque no les suceden a ellos. Por esta razón,
mensajes profundos caen en oídos sordos." (Santo Tomás de Aquino, 10 de Diciembre del 2001)
“El intelecto es una cosa delicada. Si es gobernado por el orgullo, hace que toda clase de pecado y
error llegue al corazón. Así es como el discernimiento cruza la línea hacia el juicio.” (Santo Tomás
de Aquino, 23 de Marzo del 2002)
"El corazón sabio es el que no confía en su propio discernimiento, sino evalúa sabiamente cada
decisión con la medida del Amor Santo."
"No se les da ninguna gracia para destruir la reputación de los demás. Por lo tanto, no juzguen en
nombre del discernimiento, ni deben hacer alarde de ningún don que ustedes puedan pensar que
poseen. Los dones verdaderos del Espíritu se arraigan en el corazón humilde y amoroso."
"… no serán engañados si todos sus dones, todos sus esfuerzos y el sendero que siguen, comienza y
termina con Amor Santo."
"Estos dos –el orgullo espiritual y la envidia espiritual– dejan división a su paso, y han debilitado
algunas de Mis obras más grandes. Un signo de que éstos pueden estar presentes en el corazón, es
el deseo del alma de ser importante –ser reconocida– por algún don que desea o que supone tener.
Éste es el punto en el que el alma deja de ser Mi instrumento y se convierte en la herramienta de
Satanás. El orgullo espiritual y la envidia espiritual es lo que causa el mal uso de los dones
genuinos." (Jesús, 5 de Septiembre del 2002)
“El verdadero discernimiento llega a los humildes y a los que tienen el corazón como de niño. No se
da a los intelectualmente orgullosos. De hecho, los que piensan que tienen discernimiento y se
enorgullecen de ello, muy frecuentemente son humillados por sus propios errores. El discernimiento
no es simplemente encontrar negatividades y juzgar, sino reconocer en el corazón el espíritu con el
que se está tratando.” (Santa Margarita María Alacoque, 16 de Octubre del 2002)
“He venido para ayudarte a entender que el discernimiento no es un don intelectual, sino es un don
espiritual. El que piense que el discernimiento viene del intelecto, tiene una enfermedad espiritual.
Depende demasiado de sí mismo. Aunque el intelecto puede interactuar con lo espiritual para
discernir, es la iluminación espiritual en el corazón lo que discierne.” (San Martín de Porres, 16 de
Octubre del 2002)
“Siempre, ante todo, sé obediente a la ley del amor. Cualquier cosa que se oponga a esta ley,
reconócela como una tentación del adversario. Entiende que Satanás raramente viene como él
mismo, más bien, muy frecuentemente, viene bajo el disfraz de algo bueno. Es por esto que te digo
que el Amor Santo debe prevalecer en cualquier caso."
"Yo protegeré al que tenga fe en la Divina Providencia por medio de la virtud del Amor Santo. Yo
no reconozco a los que destruyen las reputaciones de los demás bajo el disfraz del discernimiento.
Yo sufrí la cruz de las espinas por aquellos que han concesionado las conciencias, muy
especialmente, aquellos dentro de Mi propia Iglesia. Semejantes hechos ya no se pueden
negar.”(Jesús, 22 de Enero del 2003)
“He venido para ayudarte a comprender que frecuentemente hay mucho orgullo involucrado cuando
se discute algo en nombre del discernimiento. El falso discernimiento en realidad no es más que la
emisión de juicios. El discernimiento verdadero es un don del Espíritu Santo que llega a través de
la pequeñez y la humildad. Solamente a través de la santa pequeñez es que un alma como de niño
puede reconocer al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.”
“Muchos tratan de imitar el discernimiento, pero Yo te invito a ver que una verdadera alma como de
niño nunca se para en un estrado para dar a conocer sus juicios a todos los demás.” (Jesús, 16 de
Febrero del 2005)
“El verdadero discernimiento es un don que solamente Dios puede colocar en el corazón. No deben
asumir que tienen este don cuando no lo tienen.” (Nuestra Señora, 13 de Junio del 2005)
“He venido para continuar describiéndote el verdadero don del discernimiento. Muchos pregonan
este don, fingen este don, suponen tener este don. Estos son de los que hay que cuidarse. Estos
son quienes, en realidad, sólo tienen orgullo espiritual.”
“El discernimiento verdadero es como el paladar de un gourmet que, cuando prueba un vino fino,
reconoce y aprecia la profundidad y la riqueza del mismo. El gourmet no hace un juicio
instantáneo. Más bien, saborea el vino lentamente, permitiendo que interactúe con las sensitivas
papilas gustativas, un don que Dios le ha dado. No hay nada de superficial en la conclusión que
hace sobre el vino. No basa su conclusión en opiniones preconcebidas, sino en la experiencia de su
propia interacción con el vino.”
“Qué cierto es esto en relación al discernimiento espiritual. Con frecuencia, el juez es el orgullo, y
el don de discernimiento ni siquiera está presente. Los Mensajes del Cielo deben tocar el alma.
Deben interactuar con el espíritu. Como el buen vino, deben saborearse, se debe sentir su esencia
antes de formarse una conclusión.”
“Es mucho el daño ocasionado por los que proclaman discernimientos equivocados. Esta es una
herramienta importante en las manos de Satanás, una herramienta que él utiliza libremente para
destruir gran parte de la obra del Cielo. Satanás únicamente puede tener éxito en esto a través del
orgullo.”
“Las opiniones de la gente no son lo mismo que el don del discernimiento, aunque sean presentadas
como tal. ¡Ten cuidado!" (Santo Tomás de Aquino, 3 de Agosto del 2005)
“He venido para dirigirme a toda la gente sobre el espíritu de perfeccionismo. Este espíritu es el
que promueve la intolerancia entre la gente y se opone al Amor Santo. El perfeccionismo lleva
consigo la negatividad que busca el error en toda situación y en todos los demás. Produce
arrogancia moral, criticismo y un falso discernimiento.” (Jesús, 29 de Diciembre del 2005)
“El orgullo intelectual da como resultado un falso discernimiento, un juicio precipitado, la teología
liberal y un espíritu obtuso al examinar su propia conciencia. Todas las herejías a lo largo de la
historia han sido producto del orgullo intelectual. Este tipo de orgullo guía al alma a creer que
siempre tiene razón; todos los que se le opongan están equivocados. De esta forma, el alma se
cierra a la crítica constructiva.” (San Juan-María Vianney, 6 de Agosto del 2006)
“La falsa virtud se practica para que otros la vean. La falsa espiritualidad reclama dones que no
están presentes realmente en el alma; por ejemplo, el falso discernimiento que lleva a las personas a
creer las mentiras de Satanás. Recen pidiendo la fuerza para ser humildes de corazón, y ustedes
evitarán estas trampas.” (Jesús, 23 de Marzo del 2007)
“Hoy en día, más que nunca, todas las almas necesitan el verdadero don del discernimiento a fin de
que puedan reconocer a Satanás y sus trampas insidiosas. Yo invito y exhorto a cada alma a que
diariamente rece con fervor pidiendo discernimiento. No supongan que tienen este don, más bien
pidan y lo reconocerán cuando se les dé. No se enorgullezcan de ningún don.” (Jesús, 24 de Marzo
del 2007)
“Hoy en día, pocos tienen un buen y sólido don de discernimiento. Digo ‘don’ porque el verdadero
discernimiento viene de Dios. El discernimiento no es juicio intelectual.... Es el sentimiento global
que Dios coloca en el corazón, dando paz al alma, sintiendo la presencia del Cielo, o justamente lo
opuesto, destruyendo la paz.”
“Pero en la actualidad, Satanás se burla de todos los dones y de las abundantes gracias. Él puede
imitar el discernimiento verdadero, llevando por mal camino a aquellos que lo escuchen. Por eso,
deben ser astutos como serpientes y mansos como palomas. Es una tontería proclamar que tienen
discernimiento, porque eso es una invitación abierta a que el maligno les meta una zancadilla, uno
de sus trucos favoritos que él usa con los que están seguros de sí mismos.” (Jesús, 11 de Abril del
2007)
“He venido para iluminarlos aún más sobre las virtudes. La virtud de la prudencia va de la mano
con el don de la sabiduría. Ambas deben estar entrelazadas en el tejido de cada virtud para poder
ser utilizadas de acuerdo a la Voluntad de Dios. La prudencia y la sabiduría van acompañadas de la
templanza.”
“Hay mucha presunción con respecto a la inspiración y a los dones espirituales; hay suposición en
cuanto a la fuente de ideas e ‘inspiración’. Muchos, por orgullo espiritual, suponen que sus propios
pensamientos, así como la influencia de Satanás, todo viene del Espíritu Santo; entonces ellos
actúan en consecuencia. La sabiduría y la prudencia deben actuar juntas en el discernimiento a fin
de desarmar al orgullo espiritual, del cual el enemigo hace uso total.”
“La templanza le permite saber al alma cuándo recurrir a ciertos dones y virtudes, y hasta qué punto
la inspiración es del Cielo. La sabiduría le permite al alma ver la dosis exacta de verdad en cada
inspiración. La prudencia habla al corazón, diciéndole cómo y cuándo actuar sobre la inspiración.”
“Cuando la sabiduría, la prudencia y la templanza están ausentes, las demás virtudes -no importa su
profundidad- son una presa fácil para la influencia de Satanás. Es fácil para él presentar un falso
discernimiento y desorientar incluso a las mejores intenciones.” (Santo Tomás de Aquino, 3 de Julio
del 2007)
Discernimiento
“Cuando disciernes, tiene que ser sin la influencia de la emoción humana. Si las emociones
interfieren, el discernimiento deja de ser espiritual y es meramente una opinión emotiva.”
(Santa Catalina de Siena, 17 de Julio del 2007)
“Es mucho más fácil para una persona inmersa en el amor propio el no creer que creer. Eso, aunado
a una falta de discernimiento, o peor aún, a un falso discernimiento, se ha vuelto la primera línea de
ataque del mal.” (Santo Tomás de Aquino, 3 de Enero del 2008)
“Una vez más, debes comprender que Satanás y sus secuaces imitan todos los dones del Espíritu
Santo. Las personas deben rezar por el discernimiento que está basado en la recta razón. La recta
razón es siempre el Amor Santo.” (Santa Catalina de Siena, 13 de Agosto del 2009)
“Nuevamente Yo les digo: no se dejen engañar por Satanás pensando que juzgar es
discernir.”(Jesús, 19 de Agosto del 2009)
“… dediquen sus vidas a la VERDAD; consagrados así, las falsas opiniones, los discernimientos de
los demás y la ambición egoísta no tendrán dominio en sus corazones. Ustedes discernirán
fácilmente la VERDAD de la falsedad.” (Jesús, 21 de Agosto del 2009)
-Es inspirado por el Espíritu Santo. -Es producto del intelecto humano.
-No deja que las emociones humanas -Tiene una opinión preconcebida y busca
decreten la opinión final. Es imparcial. sustentarla.
“El verdadero discernimiento debe estar libre del interés propio. El interés propio es lo que se
impone a la Voluntad de Dios y desorienta a quienes deben guiar con rectitud.”
“Este mismo interés propio promueve planes malignos que Satanás reviste de bondad.”
“Sin el discernimiento por medio del Espíritu Santo, naciones enteras han sido llevadas por mal
camino.” (Santa Catalina de Siena, 27 de Febrero del 2010)
“Hoy en día es difícil, en el mejor de los casos, discernir la realidad de la verdad. Muchas veces el
poder y la autoridad se usan para apoyar las mentiras. La tentación para elegir un sendero tan
injustificado es la tentación del interés propio, y no lo que es mejor para la salvación de las almas.
La avaricia, el amor al poder y el espíritu de amor al control que le acompaña, se apoderan del
corazón, quitándole el amor por las almas y por su salvación. Frecuentemente, el falso
discernimiento es consecuencia de la negativa a aceptar a la persona por medio de la cual Dios está
obrando. Esto es, también, una grave tentación de orgullo.”
“Cada alma se enfrenta a la realidad de descubrir la verdad. Para hacerlo, es posible que necesite
rezar para vencer el amor propio desordenado y todos sus ardides posteriores, siendo el mayor de
éstos el juicio precipitado. Esto, en sí mismo, es una gran tentación y trampa de Satanás.”
“Vean, pues, cómo muchas cosas se entretejen para ayudar o para impedir que el alma consagrada
viva en la verdad. Estén conscientes de las trampas de Satanás que se arraigan en el orgullo.
Busquen la verdad con humildad, pues a Satanás se le dificulta mucho confundir y tentar al corazón
humilde.” (San Pedro, 5 de Marzo del 2010)
“El orgullo espiritual es una hipócrita actitud farisaica por la cual el alma cree que tiene toda la
verdad y no aceptará los dones que el Espíritu Santo concede a los demás. En lo profundo del
orgullo espiritual a menudo se esconde un espíritu de envidia espiritual. Esta envida censura los
dones de los demás porque estos mismos dones no se les han dado a ellos; por lo tanto, el
espiritualmente envidioso censura los dones de los demás, declarándolos falsos o inexistentes.”
“Un error muy real en el corazón espiritualmente orgulloso es el falso discernimiento.” (Santa
Catalina de Siena, 17 de Marzo del 2010)
“El día de hoy he venido para decirles que hay un grave error en el corazón del mundo que lleva a
las almas lejos del auténtico discernimiento. El discernimiento es la búsqueda sincera de la
verdad.”
“Lo que causa que el alma se forme opiniones contrarias a la verdad y etiquete estas opiniones
como discernimiento es siempre el espíritu del amor propio desordenado. En realidad estas
opiniones no son más que juicios precipitados. Muy frecuentemente el mal uso del término
‘discernimiento’ impone juicios falsos contra las intervenciones del Cielo en el mundo. Ésta es la
tentación de satisfacer algún plan personal o incluso algún plan oculto, tal como el amor al dinero,
al poder o a la reputación; incluso el deseo de controlar.”
“El alma no puede ceder a estas tentaciones de falso discernimiento y juicio precipitado a no ser que
busque satisfacer alguna necesidad propia mucho más allá de la verdad.”
“Quienes proclaman que tienen discernimiento han abierto la puerta de sus corazones a los engaños
de Satanás por medio del orgullo espiritual.” (San Pedro, 16 de Julio del 2010)
“El intelecto y el corazón deben trabajar juntos para el auténtico discernimiento.” (San Pío de
Pietrelcina, 23 de Septiembre del 2010)
“Pero hay una sola virtud que él no puede fingir, y esa es el Amor Santo. Al que es todo maldad le
resulta imposible simular que ama a Dios y al prójimo. Por lo tanto, el Amor Santo tiene que ser su
barómetro de la verdad en cualquier discernimiento.” (San Miguel Arcángel, 29 de Septiembre del
2010)
Don de discernimiento
El don puede ser adquirido desde el momento del nacimiento o con posterioridad. En el
orden material, el don es adquirido desde el nacimiento, es una aptitud que posteriormente a lo largo
de la vida la persona puede ampliar y desarrollar la habilidad que tenga. Así tenemos los casos de
personas, con aptitudes para las artes, las matemáticas, la historia u otras disciplinas académicas. A
diferencia del orden espiritual, en el material, no se da la adquisición del don infusamente a lo largo
de la vida de la persona. La especialización en un arte o trabajo determinado a lo largo de la vida,
crea la aptitud o don. Dios, por supuesto, puede donar una aptitud para algún trabajo o actividad
material, a lo largo de la vida de una persona, pero ello no es normal, ni se tienen noticias de que así
haya ocurrido.
Y entrando en el tema, diremos que el DRAE, nos dice que discernir es: “Distinguir algo de
otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. Comúnmente se refiere a operaciones del
ánimo”. Esto es a operaciones del alma. Entonces discernir espiritualmente, o tener el don del
discernimiento, es tener la capacidad o aptitud suficiente, para saber ver donde se haya la verdad o
las verdades que nos han sido reveladas e interpretar correctamente, los textos de las Sagradas
escrituras marginando los errores y falacias.
Pero también es muy frecuente, sobre todo entre las almas santificadas, el don del
discernimiento infuso que Dios les otorga, a estas almas. En las biografías de los santos se
encuentran muchos casos de adquisición infusa del don del discernimiento, que llega en algunos
casos a poder ver en el interior de otras almas, así se cuenta del Santo cura de Ars, que siempre tenía
unas grandes colas de penitentes para confesarse con él, un día caminando hacia el confesionario, al
final de la cola vio a un joven y cogiéndole del brazo le dijo: pase Vd. el primero, que es el que más
lo necesita sobre todos los demás. Caso similares a este, se cuentan también del capuchino recién
canonizado, San Piero de Pieltrecina.
El buen discernimiento es necesario para el católico, a fin de poder repudiar los sofismas de
nuestros enemigos, que quizás de buena fe, pero movidos por el gran instigador, que continuamente
a todos nos está atacando, nos hablan o tratan de convencernos con falsas interpretaciones o
espurias doctrinas, unas veces de origen herético otras de corrientes espirituales orientales, muy en
boga actualmente, y que más de una vez ya han sido condenadas por la Congregación de la Santa
Sede para la Doctrina de la fe. La carencia en el católico de un mínimo grado de discernimiento, le
deja a este, tal como escribe San Pablo: “sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por
todo viento de doctrina” (Ef 4,14).
El Señor ya nos previno frente a los falsos profetas y nos dijo: “Guardaos de los falsos
profetas: se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces, por sus frutos los
conoceréis” (Mt 7,15-20). Y es aquí, donde se nos hace necesario el discernimiento. Y en este
sentido, son varias las recomendaciones que se nos hacen en los textos de las Sagradas escrituras.
Así en la primera epístola de San Juan se puede leer: “No creáis a todo espíritu, sino probad los
espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1Jn 4,1). Y San
Pablo también nos dice:"Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de
mal” (Ts 5,21-22).
El cristiano : una persona que orienta toda su vida hacia la luz de Dios
El cristiano es una persona que vive de cara a Dios, de cara a su luz; por eso refleja el rostro de
Dios, la vida de Dios.
El discernimiento se refiere a la vida espiritual en sentido estricto, pero afecta a toda la persona y a
toda la vida:
vida laboral/ profesional
vida familiar/ afectiva
vida espiritual/ interior/ de fe/ contemplación
vida de apostolado / compromiso / acción
vida social / amigos / diversiones
vida intelectual / formación
Descubrimos con demasiada frecuencia cristianos laicos que no han encontrado un equilibrio, una
armonía entre todos estos elementos que componen su vida.
De hecho, una de las críticas que el mundo nos hace hoy es la falta de coherencia entre la vida y la
fe; el hecho de que la fe no está insertada en toda la vida: en el tiempo de ocio y de trabajo, en la
vida familiar, en la vida social, en una actitud más radical ante el consumo ...
A) Criterios objetivos
Fidelidad a la doctrina de la Fe. El Espíritu Santo habla a través de la Palabra de Dios, cuya
interpretación auténtica ha sido confiada a la Iglesia.
Fidelidad al estado de vida. El Espíritu Santo nunca se contradice. El estado de vida (matrimonio,
vida sacerdotal o religiosa, etc) es una llamada de parte de Dios. Ninguna inspiración del E. S.
puede ir contra nuestros deberes de estado.
Obediencia a la legítima autoridad. El E. S. no nos guía para hacernos independientes en relación
con las autoridades humanas. Al contrario, nos hace más obedientes.
B) Criterios subjetivos
Los criterios objetivos son fundamentales pero deben ser completados con otros
interiores :
1. El amor. Todo lo que viene de Dios conduce al amor.
2. La humildad. Éste es un criterio muy válido para conocer las autenticas inspiraciones del Espíritu Santo
3. La paz. En toda la Escritura, la paz aparece como el signo de la presencia de Dios. Esta paz es seguridad de que
estamos en el Señor y que el Señor está con nosotros.
4. La alegría. Una vida cristiana auténtica tiene siempre como último fruto la alegría; una alegría profunda y pura
que no puede dar el mundo.
Dones y frutos del Espíritu Santo
Autor: Catecismo de la Iglesia Católica
Los siete dones del Espíritu Santo son:
Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada
por el
cristiano para sostener la fe del bautismo.
Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario
conforme a la
voluntad de Dios.
Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza
sobrenatural.
Don de Inteligencia, es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para
acercarse a
Dios.
Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento
del bien es
el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.
Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que
presentimos de la
obra divina.
Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.
Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes
los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.
Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la
gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:
Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.
Faltas contra el Espíritu Santo:
Desesperar de la misericordia de Dios.
Presunción de salvarse sin ningún mérito.
La impugnación de la verdad conocida.
La envidia de los bienes espirituales
Introducción
Tratar sobre el carisma del discernimiento de los espíritus es aventurarse en un terreno
delicado, por que la materia es difícil y hay riesgo de ser mal comprendido o mal interpretado.
Abundan los tratados sobre el discernimiento en general; o sea, sobre el arte de la ciencia del
discernimiento de los espíritus; pero son muy escasos los estudios serios que tratan con alguna
profundidad el carisma del discernimiento. Nos encontramos pues limitados, casi
exclusivamente, a las experiencias vividas por algunas personas y esas personas generalmente
no escriben para describir sus experiencias. Por lo demás, el carisma del discernimiento es en
extremo raro.
La experiencia muestra que, para comprender el carisma del discernimiento, hay que
compararlo con el arte o ciencia del discernimiento. De ahí las dos partes en que se divide
esta exposición.
Primera Parte
Arte o ciencia del discernimiento. Evidentemente no se trata aquí de dar un tratado completo
sobre el arte o ciencia del discernimiento, sino de recordar los elementos que parecen
esenciales para la comprensión del carisma.
3. El discernimiento espiritual
Aplicado al dominio espiritual, el discernimiento puede definirse como el arte o la ciencia por
la que se reconoce el origen, divino o no; la orientación, divina o no, de lo que sucede en una
persona o en un grupo, basándose en los signos externos o las muestras interiores. Algunos
ejemplos ayudarán a comprenderlo mejor.
Viendo actuar a una persona puedo saber si está o no apurada, si está de buen humor o no, si
goza de salud o está gravemente enferma. Una serie de señales que identifico (discierno), me
permiten darme cuenta de ello. La experiencia me ha enseñado también que se actúa de
acuerdo a lo que se es: al fijarse veremos que una persona brusca no observa
igual comportamiento que otra que es la dulzura misma.
Si el Espíritu de Dios está actuando en una vida, obrará de acuerdo a lo que él es. La presencia
del Espíritu de amor se dejará ver y reconocer en un comportamiento propio del amor. Si por el
contrario es el Maligno el que se encuentra en acción en una vida, se dejará discernir del mismo
modo porque tendrá un comportamiento conforme con lo que él es. El discernimiento
espiritual o discernimiento de los
espíritus consistirá pues en reconocer, a partir de las señales, qué clase de espíritu está
actuando en una vida determinada.
Jesús, Dios hecho hombre, no estuvo exento de ejercer este discernimiento. Es así que se lo ve
en el desierto, reconociendo y desenmascarando a Satán, que lo tienta. Además Jesús nos invita
al discernimiento y nos da la señal de los frutos como una clave, cuando nos dice: "Tengan
cuidado con los falsos profetas, que vienen a ustedes disfrazados de ovejas, cuando en realidad
son lobos feroces. Es por sus frutos como los reconocerá, no se sacan uvas de los espinos, ni
higos de los cardos. Así todo árbol bueno produce buenos frutos, pero el árbol enfermo produce
malos frutos. Un árbol bueno no puede dar malos frutos, ni un árbol enfermo darlos Buenos.
Por lo tanto reconoceran al arbol por sus frutos." (Mt. 7, 15-18).
La pregunta que viene espontáneamente a la mente es esta: ¿cuáles son esos frutos que nos
permitirán identificar la acción del Espíritu Santo o la acción del Maligno? Los frutos son de
dos clases: frutos exteriores y frutos interiores.
4. Las señales externas
Podrían mencionarse muchas; pero nos limitamos a tres que son fáciles de reconocer. Primera
señal: la conformidad con la Revelación de la SagradaEscritura.
La persona que se cree guiada por el Espíritu, pero al mismo tiempo niega la divinidad o la
humanidad de Jesús, o no acepta la resurrección diciendo que con la reencarnación le basta,
está en flagrante contradicción con la Escritura, que es inspirada por el Espíritu. El Espíritu
Santo no puede contradecirse.
Segunda señal: la conformidad con la enseñanza de la Iglesia.
No nos referimos a cuestiones de disciplina sino a la enseñanza de la Iglesia en materias de fe y
de moral. La Iglesia recibió del mismo Cristo la misión de enseñar en este dominio y goza de
esa asistencia especial del Espíritu Santo que llamamos infalibilidad. Una revelación contraria
a esta enseñanza de la Iglesia no podría venir del Espíritu Santo, pues el Espíritu es el alma de
la Iglesia y estaría contradiciéndose a sí mismo.
Tercera señal: el deber de estado.
Una madre de familia, con marido e hijos pequeños, que va a decirle a su director que el
Espíritu le ha indicado que ella ya hizo bastante por ellos y que debe dejarlos para consagrar su
vida al anuncio del Evangelio, podrá ser orientada con suavidad y firmeza a volver a su casa
porque es poco probable que tal inspiración venga del Espíritu Santo. El Señor es fiel y no la
apartará del sacramento del Matrimonio que ya contrajo y de las obligaciones que de él se
derivan.
Estas tres señales, fáciles de observar, son de gran ayuda en la primera etapa del
discernimiento que haya de realizarse con una persona o un grupo; pero no bastan. Puede
suceder que hasta este punto todo sea perfectamente normal y que sea necesario ahondar más.
Intervienen entonces las señales interiores.
5. Señales interiores
Todos los autores que trataron del discernimiento espiritual en el transcurso de los siglos,
comentaron el famoso texto de San Pablo donde el apóstol enumera los frutos o signos por los
cuales se reconoce o discierne la acción del Espíritu Santo: "El fruto del Espíritu es caridad,
gozo, paz, paciencia, servicialidad, bondad, confianza en los demás, mansedumbre, dominio
propio; contra tales cosas no hay condenacion ni ley. Los que pertenecen a Cristo Jesús han
crucificado la carne con sus pasiones y codicias". (Galatas 5:22-24)
Un poco antes, refiriéndose a la carne, San Pablo había dicho cuáles eran los frutos del
Maligno: "Es bien sabido lo que produce la carne: fornicación, impureza, desenfreno, idolatría,
magia, odios, discordia, celos, arrebatos, disputas, disenciones, cismas, sentimientos de envidia
y cosas semejantes". (Galatas 5:19-21)
Sabemos que el amor verdadero engendra esa caridad delicada que es gozo, paz, servicialidad,
humildad, bondad, confianza en otro hermano, etc. Si encontramos estos frutos en la vida de
una persona tenemos una señal segura de que el Espíritu Santo está en acción.
A la inversa, cuando el maligno está en acción, él, que es padre del orgullo y de la mentira, se
manifiesta por todos esos frutos que brotan normalmente del orgullo y que son: la envidia, el
odio, los celos, la división, la cólera, la tristeza.
En pocas palabras y simplificando, se puede decir que el Espíritu se manifiesta por la paz, la
alegría y la humildad y que el Maligno, por el contrario, se deja identificar por la división, la
tristeza y el orgullo.
2. Un ejemplo concreto
Un ejemplo vale por muchas palabras. El que vamos a narrar se produjo realmente y
garantizamos su autenticidad. Nos ayudará a captar en vivo y en acción lo que es el carisma del
discernimiento.
Varios años antes de la Renovación Carismática, durante un retiro, una persona de cierta edad
solicitó una entrevista al sacerdote que lo dirigía. El sacerdote aceptó y la persona vino.
Entrando al escritorio preguntó: "¿Le molestaría si uso la mecedora?" y se sentó y empezó a
mecerse. El sacerdote comenzó por hacer algunas preguntas a las que la persona se limitó a
responder sí o no. El Padre, molesto, cambió la formulación de sus preguntas para que la
persona hablara más. Respondió con tres o cuatro palabras y cayó de nuevo en el mutismo.
Después de una media hora el Padre estaba exasperado, mientras que la persona continuaba
meciéndose. De súbito, el sacerdote tuvo la luz interior y al instante dijo a la persona: "En su
vida ocurre tal cosa y su problema es este". La persona dejó de mecerse, abrió muy grandes los
ojos y preguntó: "¿Cómo lo sabe usted?" El resto de la entrevista se desarrolló en forma normal
y en la vida de esa persona se produjo un verdadero desbloqueo espiritual.
5. Carismas y carismas
En la primera parte hemos hecho alusion a personas que poseen una "gran facilidad" para
ejercer el arte del discernimiento. Esta facilidad, adquirida por la experiencia y la práctica, es
tan notable que se suele decir que tienen el carisma del discernimiento.
A la luz de lo tratado en el último párrafo, se comprenderán dos cosas:
En primer lugar: esta facilidad no es carisma en sentido estricto porque la certeza no es
absoluta y el conocimiento no es infuso sino adquirido. Hay pues carisma en sentido estricto y
carisma en sentido amplio.
En segundo lugar: No siempre es fácil determinar con exactitud por donde pasa la línea de
demarcación entre ciencia y carisma. Si en teoría es fácil establecerlo, en la práctica no lo es. La
facilidad para discernir puede ser tan grande que llegue a dar la impresión de que se actúa por
una especie de instinto espiritual muy seguro. Este instinto, ¿es adquirido o es un don?. La
línea divisoria es muy tenue.
6. Discernimiento carismático y fenómenos físicos
Este es un asunto muy delicado; pero no podemos dejar de tratarlo. Puede ocurrir que el
carisma de discernimiento venga acompañado de sensaciones físicas; algunos testimonios
hablan de sensaciones físicas precisas o más vagas, como la sensación de malestar o irritación.
Otros hablan de calor, algo que quema en el alma, etc. ¿Cómo evaluar estos fenómenos?
1) Aunque no se da en todos los casos ni en todas las personas hay que reconocer que la
existencia del hecho es una realidad difícil de negar debido a la seriedad de las personas que
hablan de ella.
2) Hay que cuidarse de identificar estos fenómenos con el carisma mismo. Hay auténtico
carisma en personas que no los experimentan. A lo sumo ellos podrían constituir una especie
de signo que se aprende a reconocer con la costumbre.
3) Al parecer, estos fenómenos físicos, que son algo secundario, solo perduran un cierto
tiempo: el tiempo que tarda el Señor en educar a alguien que El quiere guiar. Es como colocar
boyas para que se aprenda a reconocer una ruta.
4) Estos fenómenos son frágiles por el hecho mismo de ser exteriores y se hace necesaria una
gran prudencia. Como se trata de signos sensibles, pueden comportar una buena dosis de
elementos psicológicos y psíquicos que será preciso dilucidar con el tiempo y no resultará fácil.
5) La explicación de los fenómenos físicos está en la situación de encarnación que vivimos: no
somos solamente espíritu sino también carne. Cuando el Espíritu infunde un conocimiento sin
que pase por la vía obligada de los sentidos, las sensaciones físicas pueden ayudar a tomar
conciencia de lo que sucede. Una vez que la persona se habitúa, esas sensaciones podrán
desaparecer.
En todo esto hay que recordar la recomendación de San Pablo: "No apaguen el Espíritu.
Examínenlo todo y retengan lo que es bueno" (1 Tes. 5, 19 y 21).