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LENGUA Y LITERATURA

2 AÑOS

EL GÉNERO LÍRICO Y
EL DRAMÁTICO
Profe: Gallo, Marcos
La poesía es un tipo de texto literario que se caracteriza por el
uso estético del lenguaje. En ellas, las palabras se combinan de
forma tal que, por un lado, ritmo y musicalidad y, por otro, las
palabras adquieren nuevos o se produce distintos significados.
Las formas poéticas han acompañado a los seres humanos a lo
largo de la historia, por lo que existen muchos tipos de poesías
o textos en verso: poemas épicos, romances, sonetos, coplas,
canciones, etc.

Los romances son poemas narrativos que están escritos en verso, tienen
recursos propios de ta poesía (como la musicalidad y el empleo de metáforas) y
cuentan una historia, que muchas veces presenta una situación inicial, conflicto y
desenlace, y en la cual se pueden identificar núcleos narrativos.

Métrica y estructura: se denomina métrica a la cantidad de sílabas que


componen un verso (cada línea de un poema). Los versos que componen los
romances son octosílabos (miden ocho sílabas) y presentan rima asonante en los
versos pares (para saber cuáles son los versos pares, basta numerar las líneas de
un poema). A diferencia de otros textos poéticos, los versos no se agrupan en
estrofas, aunque algunos romances modernos sí las presentan.

Yo lírico: como en toda composición poética, hay una voz que se expresa en los
romances y que constituye el yo lírico o poético del poema.
Recursos: el juego estético con el lenguaje hace que estén presentes los recursos
típicos de la poesía, como los procedimientos semánticos, sintácticos y fónicos.
Ya mencionamos que se denomina yo lírico poético la voz que se expresa en un
poema-texto poético, como el romance, y suele transmitir emociones y
sentimientos. No debe confundirse con la voz de quien recita el poema o con su
autor: como ocurre con el narrador de un relato, el yo lírico es una construcción
ficcional-
El yo lírico puede aparecer de manera explícita y lo reconocemos a partir del uso
en primera persona. En otros poemas, en cambio, permanece implícito.

En los textos poéticos de tradición oral son muy importantes el


ritmo, musicalidad porque facilitan la memorización de los versos.
El ritmo en las poesías es producto principalmente de la ya
mencionada métrica o medida de los versos. Más adelante, con los
sonetos, veremos que en los poemas de tradición escrita también
hay métrica.
Los versos de los romances suman ocho sílabas. Para eso es
necesario considerar las sinalefas y la acentuación de la última
palabra.
Como podemos observar, la sinalefa es la unión de dos sílabas. Se
produce cuando una palabra termina con vocal y la siguiente
comienza con “h” o vocal. Al unirse los sonidos, se cuenta una sola
sílaba. Por su parte la “y” se toma como vocal cuando se pronuncia
/i/.
También hay que tener en cuenta la acentuación. Si la palabra final
de un verso es aguda o monosílaba, se agrega una sílaba a la suma,
si es esdrújula se resta una, y si es grave, no se producen cambios
en la medida.
Durante el Medioevo eran muy populares los cantares de gesta y
las leyendas, que se transmitían oralmente y cuyos autores se
desconocían.
A partir del Renacimiento (siglo XV-XVI) surgieron otro tipo de
historias anónimas, los romances. Se extendieron con velocidad en
los sectores populares: por un lado, porque eran más breves que
los cantares de gesta y más de fácil memorizar. Por el otro, debido
al repertorio de temas que incorporaban a la tradición literaria oral.
De este modo, el amor cortés (noble y caballeresco, muchas veces
prohibido) y la lealtad de los vasallos (la relación entre los plebeyos
y nobles) se sumaron al relato de grandes batallas y gestas
heroicas.

Ya sabemos que se denomina romancero a la recopilación por escrito de los romances.


Estos resultan de gran importancia para la cultura en lengua española, porque es una
forma de conservar la tradición oral.
Romancero viejo: formado por los primeros romances que, dado su origen oral y
popular, eran anónimos. Suelen tener palabras del español antiguo o marcas propias de
la oralidad. Por ejemplo, en los dos primeros poemas encontramos palabras como sonito
('sueñito') y velle ('verle").
Romancero nuevo: más tarde, muchos escritores tomaron la estructura del romance y
crearon sus propias composiciones. Su transmisión pasó de la oralidad a la escritura y la
publicación literaria. Miguel Hernández, por ejemplo, fue uno de los autores que
compusieron romances, como también Federico García Lorca en España o Francisco Luis
Bernández en la Argentina, entre tantos otros.
Si bien los romances y los sonetos pertenecen al género lírico poético, presentan
características muy distintas. Veamos continuación los aspectos que permiten definir un
soneto y su relación con los romances.

Estructura: los sonetos están compuestos por catorce versos distribuidos en cuatro
estrofas. Las primeras dos estrofas son cuartetos (tienen cuatro versos), las últimas dos
estrofas son tercetos (se componen de tres versos). Los romances tienen una cantidad
indefinida de versos. Algunos de los más modernos cuentan con divisiones en estrofas,
pero en los más antiguos contaban con una larga tirada de versos con rima.

Métrica: los versos de los sonetos son endecasílabos, miden once sílabas. Los romances
se componen de versos en ocho sílabas, es decir: octosílabos.

Autoría y circulación: los sonetos están vinculados a la producción y circulación por


escrito de las composiciones poéticas. Tienen un autor que firma y da o conocer sus
obras. Dado que los romances se transmitían de forma oral solían ser anónimos.

Los poemas de versos sueltos son una forma de poesía caracterizada por su alejamiento
intencional de las reglas de la rima y la métrica. Por esa razón, es muy similar al poema
en prosa y a la prosa poética. Se diferencia visualmente de los anteriores porque
mantiene la disposición tipográfica en líneas, puede tener también ritmo y, a veces, una
métrica específica.
Como cualquier expresión artística, la poesía evoluciona con el tiempo cambia de forma,
amplía sus horizontes, desarrolla nuevas estrategias para lograr su objetivo artístico.
Los artistas ya no se valen solo de la medida homogénea de los versos y las rimas
asonantes y consonantes para construir el ritmo del poema. Buscan encontrar el
equilibrio en la selección exacta de las palabras, en la construcción de imágenes
sensoriales que permitan al lector compartir el mundo que intentan construir.
Las imágenes sensoriales pueden combinarse de forma lógica o no generando un efecto
particular con la ruptura.
Un caligrama es un poema, frase o palabra en la cual la tipografía o la
tipografía se coloca intencionalmente de forma tal que se crea una poesía
visual. Esta imagen hecha con palabras comunica visualmente lo que la palabra
las palabras expresan.
La poesía visual es una rama de la poesía en la que el artista utiliza no solo la
forma y el contenido de las palabras para crear significados, sino también su
ubicación en la hoja de papel. Los caligramas forman una figura concreta, cuya
presencia también participa de la construcción de sentido global del texto.
Si bien están asociadas con las formas más experimentales y modernas de
literatura, existieron desde la antigüedad. Se registran caligramas ya en el 300
a.n.e. Desde entonces, se han escrito poemas visuales en todas las épocas y
movimientos literarios. Sin embargo, la mayor producción apareció con las
vanguardias artísticas del siglo XX.
ROMANCE
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.

DE LA
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

LUNA,
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos

LUNA
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Federico Niño, déjame que baile.


Cuando vengan los gitanos,
García Lorca te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
Las obras teatrales pertenecen al género dramático y se escriben en prosa o en
verso con la finalidad de ser representadas. Para ello, se utiliza de manera
predominante una trama dialogal, ya que las acciones están organizadas a
través de los diálogos entre los personajes.
Aunque los orígenes del teatro occidental son desconocidos, la mayor parte de
las teorías los relacionan con ritos y prácticas religiosas muy antiguas.
Alrededor del siglo V a.n.e., los griegos desarrollaron la tragedia y la comedia,
cuyas representaciones se realizaban en teatros al aire libre. Luego, con el
correr de los siglos, las sucesivas generaciones de autores, actores, directores
y artistas fueron introduciendo modificaciones, hasta llegar a las diversas
formas tradicionales y experimentales que existen en la actualidad.
En el teatro, hay dos aspectos importantes: el texto teatral y el hecho teatral.
Las obras teatrales cuentan historias, pero a diferencia de las narraciones, lo
hacen mostrando a los personajes en acción. Es por esto que en los textos
teatrales se incluyen diálogos entre personajes y algunas acotaciones, las
didascalias, que indican sus gestos, tonos de voz, salidas y entradas en escena,
así como descripciones del espacio en que transcurren los hechos.
Los diálogos conforman los parlamentos, que son las intervenciones de los
personajes y constituyen la parte de mayor desarrollo en una obra teatral.
Cuando un personaje habla solo, sin dirigirse a otro, para expresar en voz alta
sus pensamientos y sentimientos, realiza un monólogo. En cambio, cuando se
dirige al público, el tipo de parlamento se llama aparte. Se trata le una
convención por la que el público escucha lo que el personaje dice, pero otros
personajes, aunque estén muy cerca del que habla, no lo oyen.
Las acotaciones son indicaciones acerca de cómo debe representarse la obra.
Aportan datos sobre el lugar, la escenografía, el vestuario, la iluminación, los
movimientos, gestos y tonos de voz de los actores. Entre las acotaciones, el
mutis indica que uno o varios personajes deben retirarse de la escena.
En suma:
Parlamentos: son los diálogos entre dos o más personajes.
Apartes: ocurren cuando un personaje habla sin que otros lo oigan.
Monólogos: son los parlamentos de un personaje cuando habla consigo mismo,
y en esa acción rememora acontecimientos, reflexiona o expresa sentimientos
o sensaciones.
Acotaciones: son las caracterizaciones de los personajes a través de las
descripciones de vestuario, actitudes, gestos, movimientos, etc.
Didascalias: son acotaciones escénicas para la representación de la obra.
El hecho teatral, en cambio, se produce cuando el texto teatral es
representado ante un público, es decir, cuando se ejecuta su puesta en escena.
Para llevarla a cabo intervienen diferentes personas con roles bien
diferenciados: el director que organiza las actividades; los actores, que
representan a los distintos personajes y variados especialistas en escenografía,
vestuario, iluminación, musicalización, efectos especiales, maquillaje, utilería,
etc.
El texto dramático de estructura más clásica, en general, se divide en actos
que, a su vez, pueden subdividirse en escenas y cuadros.
Actos: Se relacionan con el desarrollo del conflicto. Si una obra tiene, por
ejemplo, tres actos, el primero presenta el conflicto, el segundo lo desarrolla
y el tercero muestra el desenlace o resolución. En general, están marcados por
el cierre o caída del telón.
Escenas: Son divisiones internas de los actos. Están determinadas por la
entrada o salida de personajes.
Cuadros: Representan cambios de decorado o de escenografía. Algunos de
estos cambios, a veces, se realizan a la vista de los espectadores.

Los griegos le otorgaban gran importancia al teatro. Por esa razón, en ocasión
de las Grandes Dionisiacas (que eran fiestas oficiales celebradas durante la
primavera) se organizaban concursos de puestas teatrales de las que
participaron los tres grandes autores de tragedias: Esquilo, Sófocles y
Eurípides.
Además de considerar al teatro como una forma de entretenimiento, lo
asumían como un espacio de reflexión sobre la manera de vivir en la polis, en
un contexto de fuerte desarrollo de la idea política de democracia. De esta
manera, el teatro tenía un claro objetivo cívico: buscaba enseñar qué ideas
eran positivas para la polis y cuáles debían combatirse, según los ideales de la
vida comunitaria.
La estructura del teatro griego
Los teatros eran edificios de piedra, ubicados en colinas, en cuya parte más
profunda se representaba la escena. En el auditorio se ubicaba el público y
consistía en una serie de gradas tabladas, En el espacio llamado theatron, el
sacerdote de Dionisio ocupaba el asiento central. El coro se colocaba de
espaldas al público, en el círculo de la orchestra, en cuya parte posterior, el
proscenio, se desarrollaba el acto teatral. La skené, escena, representaba
habitualmente la fachada de un palacio o de un templo.
Los griegos representaban tragedias, comedias y dramas satíricos. Aristóteles
(384 a.n.e.-322 a.n.e.) señala que la tragedia es la imitación (mimesis) de los
<<mejores>>; refiriéndose no solo a la nobleza, sino también a los más aptos por
la dignidad de sus acciones para conducir la ciudad.
La tragedia desarrolla un tema serio, vinculado con los intereses del Estado.
Intenta imitar lo elevado y perfecto. Su personaje principal, el héroe trágico, debe
enfrentarse a un destino adverso, caracterizado por el sufrimiento y la fatalidad.
Además, su objetivo es provocar en el espectador terror y compasión, lo que
conlleva a una purificación de sus pasiones como consecuencia de contemplar el
espectáculo teatral. Esta cualidad de la tragedia se llama catarsis. Para los
griegos, las pasiones (soberbia, enojo, envidia, celos, amor desenfrenado, entre
otras) desequilibraban el espíritu y debían combatirse porque podían atentar
contra los intereses de la polis (ESTADO-CIUDAD)
En cambio, la comedia era la imitación de la gente común, sobre todo de los
aspectos más cómicos de su conducta. Su objetivo era hacer reír, aunque también
criticaba el comportamiento de las personas y algunos aspectos de la política.
El drama satírico, por último, era una composición teatral donde los temas
heroicos eran tratados en forma burlesca. Recibe su nombre del coro, que estaba
formado por sátiros, personajes mitológicos con figura humana y rasgos de
animales.

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