Está en la página 1de 83

El Infierno está Caliente no Furioso

Carol Lynne
1
Infierno también conocido como La Ciudad.

• Todo lugar de dolor y confusión

• El hogar creado por Lucifer y los forzados a dejar el cielo

• Un mundo en el que únicamente los muertos pueden residir

• Un mundo en donde el pecado es lo común.

2
Capítulo Uno

Lucifer se estiraba en su sillón favorito junto a la alberca en el tejado. La Ciudad


abajo estaba tranquila durante el día y Lu planeaba tomar todas las ventajas de
la tranquilidad. Imágenes de su hermano llegaban a su memoria mientras él
absorbía el sol.

A pesar de sus continuas desavenencias con su hermano, Lu todavía no


olvidaba a Michael. Incluso después de miles de años, No podía dejar de amar
al Arcángel. Michael siempre había sido su favorito. Lu una vez había tenido
esa posición. Los humanos creían lo que querían, pero, pero su expulsión se
debió mas que todo a quebrar una ley que en primer lugar no debería de haber
estado en los libros.

Había pasado cientos de años trabajando en construir un lugar al que llamar


hogar, y finalmente lo había terminado. Mucha gente se refería a él como el
infierno, pero Lu prefería llamarlo La Ciudad.

—Te vas a quemar con el sol —declaró una profunda voz.

Lu abrió los ojos y le sonrió a su mejor amigo, Basileios Kostopoulos —Hey,


Baz.

El espartano de cabello negro tomó la erección de Lu y la acarició por un


momento, antes de lanzar la toalla a la ingle de Lu —engo demasiado trabajo
para distraerme.

Lu se encogió de hombros, era normal para él y Baz terminar jodiendo en algún


momento, cada vez que estaban juntos. Baz podía clamar que estaba demasiado
ocupado, pero Lu sabía que todo lo que tenía que hacer era invitarlo y su mejor
amigo estaría con él.

Por alguna desconocida razón, su padre lo había hecho irresistible para los
humanos. No culpaba a Baz o a cualquier otro en La Ciudad por querer estar
con él. Lu sabía que los humanos eran muy débiles para abstenerse del sexo.
Estaba en su naturaleza.

—¿Que sucede? —preguntó Lu.

—¿Además de ti? —bromeo Baz —¿Estas pensando en tu hermano de nuevo?

Lu retiró la toalla y abrió las piernas —¿Importa?

3
Baz dejó salir un gruñido y se sentó en otra de las sillas junto a la alberca —Deja
eso. Tengo algo importante de que hablar.

Baz estaba siempre alerta. Un guerrero en vida, el llevó la misma mentalidad a


su muerte. Ambos sabían que Baz no debería estar en La Ciudad pero Baz había
realmente pedido ser asignado ahí, a diferencia de la mayoría de los residentes.
Según Baz, el cielo era demasiado tranquilo para su gusto. El necesitaba acción,
La Ciudad la proveía.

—¿Que sucede?

—Estoy preocupado por ti. He estado oyendo mucha mierda acerca de un tipo
que quiere tu muerte —explicó Baz.
Lu cerró los ojos y regresó su atención al sol —Deséale suerte. ¿Tienes idea de
cuantos tontos han tratado de asesinarme?

—Éste es diferente. Uno de mis amigos dice que este clama tener la Daga de la
Bestia.

Lu parpadeó varias veces antes de ver fijamente el cielo. Tenía suerte de tener
sus lentes de sol que escondían la emoción que sabía que estaba clara en sus
profundos ojos negros. Su corazón comenzó a golpear en su pecho, con la
simple mención de la perdida daga. La única persona que podría tenerla sería
su creador, Ambrosios —¿Crees que es cierto?

—No lo se, ¿pero realmente quieres correr el riesgo? —preguntó Baz.

La Daga de la Bestia era la única manera de matar arcángeles. A pesar de haber


caído de la gracia, Lu técnicamente seguía siendo uno de ellos —¿Alguien ha
contactado con Michael o Gabriel?

Baz sacudió la cabeza —Tus hermanos no tienen exactamente un club de


admiradores aquí.

Lu se rio —No, al parecer yo tampoco.

—Eso es cierto. Seguro que hay más de uno que desearía verte desangrándote
en la calle, con las tripas de fuera, pero la mayoría pensamos que has hecho un
buen trabajo manteniendo un mínimo de orden en un lugar como este.

Lu juntó sus cejas y giró la cabeza hacia su amigo —¿Sangrando en la calle con
las tripas por fuera? Lindo.

4
Baz se encogió de hombros pero no se molestó en enmendar su declaración.

Lu bajó las piernas del sillón y se puso de pie, sin preocuparse por su desnudez.
Caminó hacia su penthouse y habló sobre su hombro —Veremos que podemos
encontrar.

Entrando a la fresca temperatura de su hogar, se quitó los lentes de sol y los


arrojó a la mesa. Sabía que necesitaba hablar con sus hermanos. Si Ambrosios
realmente estaba en posesión de la daga. Eso podría ser muy peligroso no sólo
para él, sino también para sus hermanos.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que el había tratado de hablar con
Michael? Lu hizo un gesto de dolor, al recordar la ira en la expresión de su
hermano cuando ellos se enfrentaron en la corte de los Ángeles, justo antes de
que Michael lo hubiera desterrado del cielo. Quizás Gabriel sería mejor elección.

Lu se vistió con un movimiento de su mano, con un fino traje negro. Admiró su


reflejo en el espejo. Esos que pensaban que la vanidad era pecado lo hacían sólo
por que no eran tan bonitos como él lo era. Este era el Infierno, y si el quería
admirar lo que Dios había atenta y cuidadosamente creado estaba en su
derecho.

Mientras se ajustaba su corbata roja, Lu comenzó a preguntarse si el amigo de


Baz le hubiera dicho la verdad. Después de todo La Ciudad no era conocida por
la honestidad de sus ciudadanos. Vio hacia el área de la alberca y divisó a Baz
llamando por teléfono.

—¡Hey, Baz! ¿Que haces?, ven aquí.

Baz no contestó, pero asintió en respuesta. Vio a Lu parado junto a la puerta, y


pasó su mano por el frente de sus pantalones.

Lu sacudió la cabeza, deja de joder compañero, sabes que no es tiempo de


divertirse. Baz finalmente terminó su llamada y se dirigió hacia Lu.

—¿Que sucede?

—¿Quieres ir a El Infierno conmigo después de cenar? —Incluso aunque no


tenía tiempo para jugar en ese momento, La mirada de Lu estaba en la familiar
erección que presionaba el frente de los pantalones gris oscuro de Baz.

—Si cuidas mi espalda te dejaré tener mi culo al terminar la noche —le informó
Lu a su mejor amigo.

5
—A menos que tengas una mejor oferta —bufó Baz.

Lu se encogió de hombros. Se rehusaba a disculparse por sus apetitos sexuales


y Baz lo sabía —¿Vienes conmigo o no?

—Claro. Déjame llamar a algunos amigos. Me sentiría mejor si nos acompañan


algunos aliados, por si el tipo se presenta.

—¿Cenaremos en la Casa de Cristal? —preguntó Lu.


—Si consigues mesa —respondió Baz, abriendo su teléfono de nuevo.

Lu giró los ojos. La Ciudad era de él. El podía ir a donde quisiera y hacer lo que
le complaciera. Incluso aunque él usualmente mostraba templanza, incluso
ahora y entonces, los ciudadanos necesitaban que se les recordara que el
realmente no era uno de ellos.

Mientras Baz terminaba sus llamadas telefónicas, Lu se preparó una bebida. A


pesar de que el prefería algo un poco más exótico, se decidió por un whiskey.
No le gustaba ser indulgente con la bebida a menos que estuviera solo.

Con el vaso en la mano, comenzó a caminar de un lado al otro frente a la pared


de vidrio. Estaba más allá de La Ciudad o del Fuego del Infierno, como ellos lo
conocían. Lu sonrió y sacudió la cabeza. Sabía que el fuego no era una señal
demoníaca o del purgatorio. Eso estaba colocado ahí para recordar a los
ciudadanos sus pecados y mantenerlos dentro de los alrededores.

Nada más que un truco de salón, pero parecía funcionar. Nadie incluso se
aventuró a salir de La Ciudad Porque el fuego tenia muy mala reputación, Lu
nunca lo entendería. No había nada más hermoso que ver una flama danzar con
el viento.

—¿Estás listo? —preguntó Baz detrás de él.

Lu se terminó su bebida y dejó el vaso en la barra —Yo no estoy invitando a tus


amigos a cenar ¿Lo sabes?

—Si. Si. Tú siempre eres miserable, no importa cuanto dinero tengas.

Lu no se dignó a contestar el vil comentario, guardó su cartera en la bolsa


interior de su saco y presionó el botón de su elevador privado. Las puertas se
abrieron inmediatamente y Lu entró con Baz siguiéndole.

6
Una vez dentro, Lu presionó el botón amarillo brillante, indicándole a su chofer
que tuviera listo el carro en el vestíbulo.

—Son dos cuadras, podríamos caminar —dijo Baz.

Lu vio hacia Baz —Le estoy pagando una gran cantidad de dinero, y casi ni
salgo de la casa. Creo que puede llevarme las dos cuadras.
Mientras ellos bajaban del piso noventa y nueve, Lu comenzó a preguntarse que
le sucedía a Baz. Su amigo rara vez hacia comentarios de su riqueza, y ahora lo
había hecho casi sin parar, después de la llamada telefónica en la alberca.

Lu se giró y presionó su ágil cuerpo contra el musculoso espartano, dejando


que sus manos lo recorrieran libremente —¿Que esta mal, Baz? ¿Estás enojado
conmigo por algo?

Los músculos de la mandíbula de Baz se contrajeron mientras él obviamente


luchaba por ignorar el vagabundeo de las manos de Lu —No me gusta la idea
de jugar rápido y perder tu vida.

A pesar de que ellos realmente sólo eran amigos que jodian, Baz estaría perdido
en La Ciudad sin él. La declaración de Baz mostraba obviamente su real
preocupación. Lu jaló la cabeza de Baz y le dio un profundo beso. Su lengua
barrió el interior de la boca de Baz, antes de gemir y romper el beso.

—Estoy bien.

Baz vio hacia abajo, hacia el duro eje que amenazaba romper el cierre —¿Porque
siempre me haces esto justo antes de que se abran las puertas?

Lu sonrió, cuando el elevador llego y se abrieron las puertas —Porque me gusta


saber que te hago endurecer.

Baz hizo un profundo sonido con su garganta y salio del elevador. Lu siguió a
su amigo, tomando su tiempo para contemplar el culo del hermoso hombre. El
chofer de Lu, William Bales, estaba frente al edificio en una gran limousine
negra.

—Buenas noches, señor —saludó Will abriendo la puerta trasera.

—A la Casa de Cristal —indicó Lu. Entró al lujoso interior acomodando su sacó.


Sentado frente a él. Lu noto que Baz lo veía fijamente —¿Que?

—Descubrí algo más del tipo que quiere matarte. El es de la Atlántida.

7
Lu sacudió la cabeza —Imposible. La gente de la Atlántida no está en La
Ciudad. La gente de la Atlántida eran dioses… —Lu se mordió el labio. Ahí
había varias cosas de las que el incluso no debería hablar.
Baz se inclinó y apoyó sus brazos en sus rodillas —Raquel no me mentiría, Lu.
Hay gente de la Atlántida aquí.

Lu no conocía bien a Raquel la amiga de Baz, pero conocía suficiente a la mujer


para saber que era sincera. Bien. Hasta donde el podía confiar en alguien —
Entonces la gran pregunta es ¿Porque ahora?

****

Después de una fabulosa cena, la limousine los llevó al frente del Infierno, el
sexy club de La Ciudad Lu salio del carro y abotonó su saco. Esperó en la
banqueta a que Baz saliera saludando con un movimiento de cabeza a la gente
que lo reconocía.

—Mis amigos deben estar dentro —le dijo Baz.


Lu se dirigió a la puerta del Club, pasando por la larga línea. Nadie cuestionó
cuando el llegó a la puerta y Andre lo dejó entrar.

—Lindo verte de nuevo, Lu —saludó Andre.

Lu se inclinó y le dio un rápido beso al hombre. Había pasado muchas


disfrutables noches con él en su cama —Espero que todo este bien contigo.

—Realmente bien —dijo Andre con una sonrisa.

Lu iba a entrar pero se detuvo y vio fijamente a Ande —¿Estas enamorado?

Andre realmente se ruborizó —Casi. Conocí ha una encantadora chica, Margo.

—Margo —Lu repitió el nombre, pero no le sonaba familiar —¿Ella es nueva?

—Si, señor.

Lu asintió. Había dejado de preguntar lo que la gente había hecho en su ciudad,


lo que hacían una vez que llegaban era lo importante —Bien, cuida de ella.

—Lo haré —dijo Andre.

8
Al entrar al club la multitud naturalmente se separaba para dejar a Lu cruzar el
cuarto. El vio varias caras nuevas en su camino hacia su acostumbrado rincón y
les sonrió. A pesar de tener una amenaza contra su vida, el siempre disfrutaba
conocer a los recién llegados.

Evidentemente, Baz leyó su mente —No te distraigas.

Lu tomó asiento en el sofá semicircular de piel —Frío. Conseguir una mamada


es mas un relajante que un distractor.

Se giró hacia su mesera privada —Lillian, Whiskey.

Baz le dio a Lillian su orden y saludó a sus amigos.

Lu apenas y conocía a los cuatro hombres que estaban en el pequeño espacio.


Uno de los hombres le tapaba la vista del joven rubio en la pista de baile, y se
movió a un lado —Mejor.

—Lu, presta atención —dijo Baz, golpeando ligeramente su hombro.


Lu se giró y vio a su mejor amigo que haría que los demás hombres se alejaran
de él. Baz... no era como la mayoría de los hombres.

Baz lo vio fijamente y señaló hacia sus amigos —Ellos están aquí para ayudar.
Trátalos con respeto.

Lu suspiró —Bien —EL joven quedó olvidado por el momento, Lu regresó su


atención hacia los hombres en el sofá —¿Han encontrado algo útil?

—Solo la descripción del tipo —dijo Volker, uno de los tipos—No debe de ser
difícil de ver. Según las fuentes, mide cerca de un metro noventa y siete
centímetros, completamente lampiño y sin un brazo.

Lu tragó saliva. El reconoció la descripción, pero era imposible que ese hombre
entrara a La Ciudad —Necesito hablar con Gabriel.

—¿Conoces al tipo? —preguntó Baz.

Lu asintió —Lo conozco. Aunque no se como es posible. Quizás Gabriel pueda


darme algo de luz en esto.

—Nosotros necesitamos un nombre, Lu. Será mas fácil rastrearlo si tenemos un


nombre.

9
Lu jaló a Baz y le murmuró al oído —Déjame solo, Baz. Tú no puedes con ese
tipo.

Baz se apartó y vio a Lu —Soy un Espartano. Nosotros no nos acobardamos.

Mientras Lu apreciaba el orgullo de Baz por su herencia, No quería que nada le


sucediera a su mejor amigo —Entonces acompañame a El Templo.

Baz levantó las cejas —¿Vas a ir a El Templo?

Lu se puso de pie y se acabo su bebida de un solo trago —Iré.

A pesar de que La Ciudad era un lugar para hombres y mujeres que se


consideró no merecían vivir en el Cielo, eso no quería decir que todos ellos no
fueran de alguna manera religiosos. Adoraban a un dios, cualquier dios que les
garantizara su entrada al Cielo. Lu Lo entendía mejor que la mayoría. El
construyó El Templo como un lugar para que todos los ciudadanos adoraran al
dios de su elección, cada deidad era adorada en una ala diferente del vestíbulo
principal. Lu visitaba El Templo a menudo pero en secreto. No haría ningún
favor a su reputación que se supiera que todavía le rezaba a Dios para que lo
regresara con él.

Empujando los depresivos pensamientos lejos, Lu caminó a través del club. Se


detuvo frente al joven que había visto antes y pasó un dedo por la suave
mandíbula sin barba —Nos encontraremos de nuevo.

El hombre se quedó con la boca abierta acorralado por la lujuria que Lu


despertaba. Lu decidió darle al hombre un premio, se inclinó y bordeo los rojos
labios del hombre con su lengua antes de entrar en su boca y rápidamente
saborearlo.

—Excelente —ronroneo Lu, mientras se giraba y se alejaba.


Como era de esperar, Will estaba en la limousine, anticipando la rápida partida
de Lu. Reconoció al conductor asintiendo cuando le abría la puerta —Llévame a
El Templo.

Will se apresuró a llegar a su asiento. El era el único en La Ciudad que sabiía de


las visitas regulares de Lu a El Templo —Correcto, señor.

Lu estaba inquieto en el asiento del carro. Por primera vez desde que inicio su
vida en La Ciudad, estaba ansioso por el centro de su poder. La Ciudad estaba
llena de los indeseables de la sociedad, pero Lu les había dado un hogar y

10
respeto. Muchas de las cosas que la mayoría de ellos no acostumbraban cuando
todavía vivían. El resultado era asombroso. A pesar de que los ciudadanos eran
indulgentes con sus pavorosas actividades, no era nada de lo escrito en los
libros sobre el infierno.

Si alguien era capaz de alterar su posición, Lu realmente temía que La Ciudad


pudiera ser como el infierno de las pesadillas de la gente. Cerró sus manos en
un puño. Haría todo lo que estuviera en su poder para asegurarse de que no
sucediera.

El carro se detuvo frente a la puerta privada de El Templo. Lu vio a su amigo


sentado a su lado —Quédate aquí con Will.

Lu podía decir que Baz quería discutir, pero su amigo finalmente asintió
mientras Lu salía del carro.

Lu se giró y con un movimiento de su mano se deslizo una puerta, entrando al


interior del privado santuario. Cruzó el cuarto y fue detrás de la estatua de
Gabriel y colocó sus manos en el frío mármol.

En un parpadeo de ojos, Lu estaba en el vacío. Un espacio entre el Cielo y el


Infierno, Lucifer lo había llamado su hogar durante siglos, antes de que el fuera
enviado a otra ubicación permanente. Gabriel apareció, obviamente
sorprendido por ser convocado por su voluntarioso hermano.

—Lucifer —saludó Gabriel asintiendo.

A pesar de que a Lu no se le permitía tocar a sus hermanos, el todavía los


amaba —¿Cómo estas? Gabriel.

—Bien ¿Porque me llamaste?

El frío tono de la voz de Gabriel le dolió, pero Lu trató de no dejar que su


hermano le molestara. Había pasado mucho tiempo desde que estuvieron frente
a frente —Ambrosios Vasilis está en La Ciudad.

La blanca piel de Gabriel se volvió incluso más pálida—¿Vasilis? Eso no puede


ser.

Lu asintió —Eso es lo que yo pensé cuando me informaron que alguien


amenazaba matarme con la Daga de la Bestia, pero esta noche me acaban de
describir al hombre —Lu vio a os ojos a Gabriel —Es él.

11
Gabriel comenzó a pasearse, pasando sus elegantes dedos a través de sus rubios
rizos —No entiendo esto.
—Ni yo. Pensé que se habían encargado de Ambrosios y de la Daga de la Bestia
hace mucho tiempo.

Gabriel asintió —Se supone que el está en confinamiento.

—¿Con la daga? —cuestiono Lu la lógica de cada movimiento.

—No —Gabriel continúo paseando—Necesito hablar con Michael acerca de


esto.

—Y que debo hacer mientras tanto, ¿Quedarme en mi torre? Nosotros ambos


sabemos que yo no puedo vivir de esa manera.

Gabriel lo vio directamente —No vas a vivir si sigues vagabundeando por La


Ciudad. Te enviaré una paloma cuando tenga alguna respuesta.

En el siguiente momento, Gabriel se había ido, y Lu estaba de nuevo en el


santuario. Después de una profunda respiración para calmarse, llegó al altar y
se arrodilló. Lu juntó sus manos y rezo tratando una vez más de hablar con su
creador. No sabía incluso si Dios lo oiría, pero Lu continuo rezando.

Capítulo Dos

Lu estaba una vez más en su sillón favorito frente a la alberca. Su mano


descansaba en la cabeza del pequeño rubio que había visto en el club, mientras
recibía una mamada. Lu sabía que el chico esperaba más que sexo oral, pero él
simplemente no tenía interés.

Probablemente no debería de tener ni al chico con él, pero días atrapado en su


penthouse habían cobrado el precio, y estaba gruñón. Con Baz ocupado
tratando de encontrar donde se encontraba Ambrosios, no había tenido tiempo
de jugar.

12
Todo el mundo en La Ciudad había aprendido que no era bueno dejar que Lu
cayera a un mal humor. Lu rara vez se enojaba, pero las pocas veces que había
sucedido su rabieta fue monumental. Así, que a pesar de las reservas de su
amigo, Baz había buscado los servicios del joven para Lu.

Un particular ruido del joven rubio, hizo que Lu bajara la vista y sonrió por
primera vez en días. David, Lu pensó que era su nombre, parecía estar
divirtiéndose mientras chupaba todo el pene de Lu.

—Tranquilo —le advirtió, cuando David raspó con sus dientes un poco mas
fuerte la tierna carne de Lu. Lu siempre había disfrutado de cierta cantidad de
dolor en el sexo, pero perder la punta de su amado pene por la inexperiencia
del joven no era agradable.

Su placer fue interrumpido por el timbre del teléfono. Lu lo levantó —¿Hola?

—Señor, aquí hay un hombre que dice que necesita hablar con usted. El dice
que su nombre es La Paloma — dijo el guardia del vestíbulo.

Lu se sentó y apartó a David —Envíalo aquí.

David iba a protestar pero la mirada de Lu hizo que se callara.

—Tengo negocios que atender. Decidió tener misericordia del joven y le acunó
la cara —Gracias. Deja tu número en la libreta junto a la puerta y seguro que te
llamaré pronto.

David sonrió y se puso de pie. Con una última mirada al pene de Lu, se retiró.

Lu se quedó sentado un momento, tratando de determinar a su nuevo visitante.


No le gustaba que Gabriel hubiera mandado a un hombre como mensajero. Vio
hacia su todavía duro pene y suspiró. Sabía que Gabriel no apreciaría que Lu
recibiera a La Paloma, desnudo y con una erección golpeando contra su
abdomen.

Se puso de pie, y pasó su mano por su erección fácilmente encargándose de su


pene, hasta que hizo erupción en la blanca semilla que pintó el cemento. Lu
colocó una mano en el respaldo de su sillón y se sostuvo.

El ruido del elevador señalaba que La Paloma ya estaba subiendo. Lu


rápidamente recuperó la respiración y con un movimiento de su mano el estaba
totalmente vestido con un costoso traje hecho a la medida.

13
De camino al elevador privado se detuvo y revisó su cabello en uno de los
espejos —Perfecto.

El elevador hizo otro ruido. Justo cuando Lu estaba viendo por el monitor de
seguridad al más hermoso hombre que hubiera visto. Vestido de blanco, el
cabello el hombre era negro y la piel bronceada sólo rebasada por su cuerpo,
musculoso, masas de gloriosos músculos. Maldición. ¿Porque tenía que ser
susceptible al físico masculino?

—¿Quién eres?

—La Paloma —contestó el hombre con una sonrisa.

—Joder —maldijo Lu.

—¿Discúlpeme?

Lu silenció su no intencionado arranque. Apagó el monitor y se ajustó su duro


pene, agradeciendo que su saco fuera lo suficientemente largo para esconderlo.
Lu cuadró sus hombros y presionó el botón que abría las puertas del elevador
—Adelante.

Dio un paso hacia atrás, para que La Paloma entrara a su casa.

—¿Lucifer? —preguntó él hombre.

Lu sitio nauseas cuando el usó su nombre completo —Llámame Lu.

—Se supone que tengo que llevarte a El Templo a tu encuentro con Gabriel.
Lu cruzó sus brazos sobre el pecho. El simplemente no iba a dejar que el
hombre viera los efectos que tenía en él —Tienes un nombre o se supone que
debo continuar llamándote La Paloma.

—Dominic Ramos.

Lu repitió su nombre en la punta de su lengua. Es adecuado. El hombre


ciertamente se veía como un Dom. Lu sonrió con su broma privada —¿Debo
llamar a mis guardias para que nos escolten?

—No es necesario. Traje mi propio equipo. Están al pie de las escaleras —


contestó Dominic.

14
¿Equipo? Gabriel debía de tomar las amenazas a la vida de Lu muy seriamente.
Entró al elevador —¿Vamos?
Cuando Dominic entró en el lujoso elevador, Lu juraría que todo el oxigeno fue
succionado del pequeño espacio. Presionó el botón para bajar al vestíbulo.
Antes de presionar el botón para su carro —¿Cuantos hombres tiene tu equipo?

—Somos cuatro en total.

Lu hizo su mejor esfuerzo para no ver a Dominic, pero veía su reflejo en las
puertas cerradas de bronce —¿Cuatro? ¿Eso es todo?

Dominic asintió —Cuatro de nosotros es igual a un ejercito de hombres


regulares.

Lu sonrió —Bastante seguro de ti mismo, ya veo.

Dominic sacudió la cabeza —No alardeo. Simplemente digo la verdad.


Ellos recorrieron en silencio todo el camino hacia el vestíbulo. Cuando las
puertas del elevador se abrieron, otros tres gigantes rodearon la puerta. Lu
levantó una ceja y vio a los hombres llenos de testosterona.

—Discúlpenme —dijo Lu pasando entre ellos. Era consciente de los rumores


detrás de él, pero no le importaban. Antes de que el alcanzara las puertas, los
cuatro hombres lo estaban rodeando de nuevo. Lu se detuvo y se dirigió a
Dominic —¿Es esto algo a lo que debería acostumbrarme?

—Déjanos hacer nuestro trabajo —gruñó Dominic.

Lu recordó su educación. No estaba acostumbrado a que la gente le hablara de


esa manera. Entrecerró los ojos hacia el hombre más alto —No olvides con
quien estas hablando.

Dominic lo vio a los ojos —Hasta donde a mi me concierne, tú eres sólo otro
trabajo. Si no te agrada, háblalo con Gabriel.

Para cuando Lu llegó al carro, el estaba que echaba humo. Ciertamente hablaría
con su hermano acerca de esos matones que habían enviado a protegerlo.
Mientras ellos se dirigían a El Templo, Lu se rehusaba a darle a Dominic la
satisfacción de saber que estaba molesto. Abrió su teléfono y habló con Baz.

—Baz.

—Hey. ¿Algo nuevo? —preguntó Lu mientras veía por la ventana su ciudad.

15
—No. Nosotros todavía no encontramos en donde se queda el tipo, y la mitad
de mis soplones no quieren hablar, no se si por miedo al tipo o porque están de
su lado.

—Probablemente ambos. ¿Estarás libre esta tarde? —Lu realmente necesitaba


aliviar su stress, y nada mejor que un grueso pene en su culo para hacerle
olvidar sus problemas.

Una gran mano tomó el teléfono de la mano de Lu, terminando la llamada —


¡Que jodidos! —le gritó Lu a Dominic.

—Sin visitas.

—Relájate. Baz es mi mejor amigo —argumentó Lu. No podía creer que


estuviera realmente discutiendo con un simple mortal, incluso con uno tan
grande y hermoso como Dominic.

—Sin visitas —repitió Dominic —No todavía. Danos tiempo de hacer nuestra
propia investigación.

Lu giró sus ojos. Decidió divertirse un poco con el mandón hijo de perra —Yo
espero tener un grande y pulsátil pene en mi culo esta noche. ¿Te vas a encargar
de eso también?

Dominic se mofó —No estoy tan desesperado.

De nuevo, Lu sintió como si le hubieran pateado el trasero. ¿Porque ese hombre


no estaba enamorado de él como todo el mundo en La Ciudad? Lu se
preguntaba si tenía que ver con que Dominic no era de la ciudad.
El carro llegó frente a la puerta privada —Esperen aquí.

Dominic negó —Nosotros entramos contigo para asegurarnos de que el lugar


sea seguro, y solamente entonces esperaremos afuera de la puerta.

Nadie podía entrar al santuario privado de Lu, pero de hecho a Dominic le


haría feliz adelantarse y causar problemas, ¿quien era el para causar un
alboroto? —Haz como quieras.

Con un movimiento de su mano, la puerta se abrió y Lu esperó mientras dos


hombres entraban. Con un fuerte agarre en el brazo de Lu, Dominic lo apuró a
entrar.

16
—En serio, ¿debes maltratarme así? —le preguntó Lu mientras su
temperamento seguía subiendo.

—Si permaneces afuera en la oscuridad hay más oportunidad de que te alcance


la daga insertándose en tu espalda o cuello, adelante —dijó Dominic mientras
soltaba el brazo de Lu y levantaba sus manos.

—Está limpio —le dijo uno de los hombres a Dominic.

—Gracias, Nick —Dominic sonrió y se inclinó —Es todo tuyo, Lucifer.

Lu se molestó —Ya te dije que mi nombre es Lu.

Dominic se rió mientras guiaba a sus hombres fuera del santuario.

Lu inmediatamente se dirigió a la estatua de Gabriel, cerró los ojos y colocó las


manos en el mármol. Cuando abrió los ojos, Gabriel estaba tratando de
esconder una sonrisa tras una de sus pálidas manos.

—No lo hagas —advirtió Lu.

—El es el mejor, en serio.

—El mejor o no es un cerdo arrogante.

Gabriel realmente se reía —Bueno, hola, Señor enojón.

Lu apretó los dientes para no lanzarse contra su hermano —¿Que averiguaron?


—Tus poderes son inútiles contra Ambrosios mientras el esté en posesión de la
daga. Sin Dominic y su equipo estarías muerto en cuestión de días.

—¿Porqué? ¿Que hace tan especial a ese equipo? —cuestionó Lu.

Gabriel apretó sus labios, algo que siempre hacia cuando se concentraba. Cerró
sus manos detrás de su espalda y comenzó a pasear —Ellos tienen ciertas…
habilidades. Ellos son los elegidos para cuidar las puertas del Cielo.

—¿Y que, decidiste prestármelos, dejando las puertas, sin protección? —Lu
sabía lo que significaba, incluso aunque no lo dijera. El Padre envió a Dominic y
a sus hombres, no Gabriel. La amenaza de Ambrosios debía ser más peligrosa
de lo que originalmente pensó.
—Dominic y sus hombres están equipados con lo necesario para destruir a
Ambrosios y a la daga —dijo Gabriel, ignorando la pregunta previa de Lu.

17
—¿Averiguaron en donde había estado todo este tiempo? —pregunto Lu.

—El estaba prisionero en lo más profundo de un Volcán del Tiempo. Han


pasado cientos de años, pero es solo ayer para él. Su odio sigue fresco en su
mente.

—¿Como escapó? —Igual que Gabriel, Lu comenzó a pasearse. No le extrañaba


que el Cielo estuviera preocupado.

—No lo sabemos. Tampoco sabemos como Ambrosios tiene la daga, esa estaba
enterrada en el océano tres kilómetros debajo de la gran ciudad de la Atlántida.

—De todos los lugares para esconder una daga. ¿Porque ahí? —cuestionó Lu.

—Es venenosa para nosotros por tu causa.

—No. No por mi causa. Yo no creé esta situación en primer lugar. Yo fu el único


con las suficientes bolas para tratar de detenerla —Lu se defendió de que
trataran de acusarlo de cosas de las que no era culpable.

Gabriel dejó de pasear y vio a Lu —Ambrosios de algún modo logró no solo


escapar de prisión sino recuperar el control de la Daga de la Bestia. Si tiene
éxito al matarte, estará mucho mas cerca de destruir el Cielo. Dominic y sus
hombres lo saben. Es por eso que Dominic puede estar actuando como un cerdo
arrogante. Sabe exactamente qué puede perder si falla en protegerte.

Lu había sido reprendido suficientes veces para saber cuando se le estaba


regañando —En otras palabras, cállate la boca y haz lo que dice Dominic.

La esquina de la boca de Gabriel se levantó —Si. No es solo tu vida la que está


en riesgo, sino la de todos nosotros.

****

La puerta se abrió y Lu salió hacia el carro —Estoy hambriento.

Will abrió la puerta y Lu entró. Los otros tres guardias entraron antes que
Dominic, y se sentaron a lado de Lu —Tu cocinas.

Lu vio a los lados —¿Disculpen?

18
—Yo nunca he comido nada que haya preparado por mi mismo. Si tengo que
cocinar mi propia comida, puedo también alimentarte al mismo tiempo. Dijo
Dominic

—¿Alimentarme? haces que suene como a un perro —dijo, completamente


ofendido con el comentario.

Dominic ignoró a Lu —Una vez que estés seguro en el penthouse, Enviare a


uno de mis hombres a hacer las compras. Hay tienda de alimentos en La
Ciudad, ¿no es así?

Lu se encogió de hombros —Tendrías que preguntar. Mi cocina nunca se ha


usado.

Dominic bufó —¿Que haces, usas tus dones para materializar tu comida?

—No seas estupido. La comida conjurada no tiene el mismo sabor que la que
puedes ordenar en La Casa de Cristal o los Tres Omega.

Baz estaba esperando al frente del edificio cuando Will se estacionó. Lu podía
decir por la expresión de Baz que estaba enfermo de preocupación. Lu cerró los
ojos y gimió sabiendo que era su culpa —Necesito hablar con mi amigo.

Dominic vio de Lu a Baz —Dos minutos, dentro del vestíbulo en donde pueda
verte.
Lu iba a contestarle a Dominic pero recordó la conversación con Gabriel. Se
mordió el interior de su mejilla y esperó a que los otros tres hombres salieran
del carro. Uno de ellos habló brevemente con Baz antes de guiarlo al interior del
edificio.

—¿Incluso vas a presentarme a mis perros guardianes? —preguntó Lu, molesto


por la manera en que su mejor amigo era tratado.

—Después —Dominic lo empujó fuera.

Lu caminó hacia el vestíbulo entre Dominic y dos hombres más. El otro seguía a
lado de Baz. Tan pronto como Lu estuvo en el interior del edificio, Baz se
dirigió hacia él. El guardia bloqueó a Baz tumbándolo al suelo, pero el gran
Espartano no cayó sin pelear.

—Déjalo —les dijo Lu, mientras los dos hombres lanzaban un puñetazo
después de otro.

19
Cuando Dominic no hacía nada para controlar a su hombre, Lu se adelantó y
movió su mano. En un segundo ambos hombres estaban detenidos al suelo por
unas ocultas manos. Lu una vez más vio a Dominic —Tu puedes investigar a
Baz en La Ciudad es tu elección. El era un guerrero honorable, y todavía lo es.
Ahora aleja a tu hombre con una jodida de él —gruñó con las mandíbulas
tensas.

Dominic caminó entre sus hombres y Baz —Libéralos.

Con un chasquido de dedos, los dos hombres fueron liberados, Baz se puso de
pie en una postura de ataque.
—Está bien, Baz. No te molestará de nuevo —Lu vio al guardia —¿Cual es tu
nombre?

El hombre vio a Dominic solicitando permiso antes de contestar —Nick.

—Bien, Nick, este es mi mejor amigo y protector aquí en La Ciudad, Baz. Ahora,
estréchale la mano y jueguen bien. Si eres afortunado, Baz puede incluso
agradarte. Créeme, nadie chupa un pene como Baz.

Dominic hizo un sonido de disgusto y se alejó, colocándose de espaldas a Lu


vio a Baz —Dos minutos.

Lu señaló a Baz para que se alejaran de donde pudieran oírlos —Siento esto.

—¿Que jodidos esta sucediendo? —preguntó Baz.


Lu le dio a Baz una versión abreviada de Dominic, sus hombres y su lugar en su
vida —Parece que no tengo elección, me colocaron este equipo, al menos por
ahora.

—¿Que acerca de mi? —preguntó Baz.

Lu se inclinó y besó a su amigo, empujando su lengua profundamente —Sigue


haciendo lo que estás haciendo, pero ten cuidado, si necesitas ayuda llámame.
Trataré de hablar con mi nuevo guardián. Quizás el me permita una visita
conyugal si soy un buen niño.

Baz vio sobre el hombro de Lu al grupo de hombres y se rió —Dudo eso. Yo


sólo veo al tipo grande ver tu culo.

Lu sonrió —¿En serio? —Quizás la atracción sexual no estaba perdida en


Dominic después de todo.

20
****

Dominic tenía sus manos en un puño a los lados, mientras Lu y Baz hablaban —
Dos minutos.

Lu ni siquiera se giró. Dominic tomó una profunda respiración. ¿Porque tenía


que encontrar su misión tan increíblemente molesta y sexy al mismo tiempo? —
¡Lu!

El pequeño y sexy bocado, finalmente se giró.

—¿Que?

—Tiempo de subir. Dije dos minutos.


Lu giró los ojos —Esto es el Infierno. Nosotros no seguimos exactamente el
tiempo.

Eso era todo lo que iba a aceptar. Dominic casi camina hacia ellos y lanza a Lu
sobre su hombro, cuando la pareja en cuestión se separó.

Lu levantó las manos —Relájate.

Dominic giró hacia el elevador —¿Te vienes?

Lu sonrió. Perversa era la manera de describirla —No todavía pero si eres buen
niño…

—Cállate y sube al elevador —ordenó Dominic.

Lu le dijo algo a Baz, antes de dirigirse hacia Dominic y presionar el botón —


Eres tan arrogante.

Dominic asintió a su equipo cuando la puerta se cerró. Estaba de pie con sus
manos detrás de su espalda, seriamente tentado a palmear el trasero de Lu. En
todos estos años en los que había sido guardia, nadie había sido capaz de
meterse bajo su piel de la forma en que Lu lo había hecho. Había habido
hombres y mujeres que habían tratado de sobornarlo y seducirlo pero el nunca
había caído en la tentación.

Dominic captó el reflejo de Lu en las puertas del elevador. ¿Cómo en el mundo,


podía Lucifer, el hombre más despreciable, tentarlo?

21
Capítulo Tres

Aburrido a morir, Lu estaba sentado en su sillón junto a la alberca, girando una


pequeña bola de fuego entre sus dedos. Los últimos cuatro días habían sido…
interesantes. Honestamente no podía recordar una situación en la que se
hubiera sentido tan inadecuado. No es que no tuviera nada en común con sus
huéspedes. Era más bien que ellos no deseaban hablar con él.

Lu nunca lo admitiría, pero la desaprobación del equipo le dolía. El suponía


que se debía al titulo del príncipe de las tinieblas. Gracias a John Milton y su
estupido poema del paraíso perdido, Lu se sentía triste con ese sobrenombre
que de ninguna manera era preciso en su opinión.
—¿Puedes dejar de hacer eso? Me pones nervioso —dijo Dominic mientras salía
a la terraza.

Lu vio a su mano. Con un simple pensamiento, la pequeña bola de fuego


recorría la punta de sus dedos y regresaba a su palma —Es un truco de salón
perfectamente inofensivo.

—Yo no llamo el jugar con fuego inofensivo. Dominic asintió hacia Nick, Nick
se puso de pie y regresó al interior del penthouse.

—Realmente es sólo manipulación de la luz —Lu movió sus manos y la


pequeña bola de fuego saltó al brazo desnudo de Dominic.

Dominic saltó y trato de quitársela. El gran hombre se dio cuenta que


obviamente no le estaba quemando —¿Cómo haces eso?
Lu levantó la mano y la bola de fuego una vez más estaba en su palma. Cerró la
mano y la flama desapareció —Te dije que es sólo una ilusión. Una
manipulación de la luz y el movimiento.

Señaló a las flamas que rodeaban La Ciudad —Algo como eso pero no se lo
digas a nadie.

Después de ponerse de pie, Dominic se dirigió al borde de la terraza. Se apoyó


en el barandal y vio a la distancia —Entonces ¿realmente no hay fuego en el
Infierno?

Lu se rió —No. Esta ciudad es demasiado caliente ya. ¿Puedes imaginarte lo


insoportable que seria si estuviera rodeada realmente de montañas de fuego?

Dominic se giró a ver a la cara a Lu —¿Así que porque lo haces?

22
Lu se encogió de hombros —Por la gente que vive en La Ciudad, esto es lo que
es. A ellos no se les permite ir más allá de los límites ¿Que crees que puedan
manejar mejor?, ver espacios verdes y hermosas montañas, sabiendo que nunca
podrían explorarlas. O ver montañas de flamas que no desean visitar.

Dominic asintió, y si Lu no se equivocaba, él detecto una ligera sonrisa en la


musculosa y hermosa cara del guardia —Ya veo.

Ver a Dominic había tenido un efecto directo y no deseado sobre el pene de Lu.
Sólo el saber lo que Dominic y su equipo pensaban de él, debería ser suficiente
para enojarlo no para excitarlo. Una gran parte de él quería defender su
reputación, pero entre más lo pensaba más se enojaba Lu.

Según las masas, Lucifer era la raíz de todo el mal, la tentación de los buenos
hombres, bla, bla, bla. ¿Habría alguien, además de Baz, que incluso se tomara
su tiempo para descubrir quien era Lu? Lu nunca admitió ser tan puro como
sus hermanos en el Cielo, pero el no era el mal del que todo el mundo lo
acusaba.

El defendió lo que consideró correcto, yendo contra otros miembros de su


familia. Y a pesar de que el fue castigado con la expulsión de su hogar, lo haría
de nuevo si se enfrentaba con la misma desicion. El real problema era que no
culpaba a Dios ni a Michael, por hacerlo pagar los platos, si se puede decir así.
El castigo había sido colocado frente a él, antes de que el cometiera el acto. Pero
maldición, a veces extrañaba su vieja casa.

Cansado de pensar en el pasado, Lu se puso de pie y estiró sus brazos sobre su


cabeza —Quiero salir.

—Imposible —dijo Dominic, su voz baja envió un hormigueo a las bolas de Lu.

Lu había estado pensándolo todo el día. No podía continuar en el penthouse y


no volverse loco —¿Explícame como quedarme aquí va a hacer salir a
Ambrosios?

—Estamos trabajando en eso.

Lu dio a Dominic un falso bostezo, tapando su boca con sus dedos —Vienes
diciendo esos por días —El odiaba mostrar su fuerza, pero evidentemente,
Dominic y su equipo no entendía como funcionaba La Ciudad.

23
Lu caminó hacia Dominic quien seguía apoyado contra el barandal —Esta es mi
ciudad. La importancia de que siga a cargo es monumental. No quiero hacer
alarde, pero sin mi, este lugar puede caer dentro de una cueva de maldad
mayor de lo que la gente piensa que es. He trabajado malditamente duro para
hacer de La Ciudad lo que es, y no estoy listo para dejar que se vaya a la
mierda.

—¿Y si te mueres? ¿Como le iría a tu amada ciudad entonces? Quizás, solo


quizás, yo se lo que estoy haciendo —argumentó Dominic.

—Y quizás nosotros podemos llegar a un acuerdo. No estoy hablando de


recorrer las calles, esperando que Ambrosios salte sobre mí. Es mas como visitar
mi restaurant favorito sin previo aviso o entrar a un club por un baile o dos.
Sólo necesito ser visible, incluso aunque sean sólo unos minutos.

Dominic cruzó los brazos, claramente incomodo con la idea de Lu de salir a La


Ciudad —¿Crees que tu amigo Baz está vigilando a Ambrosios o quien quiera
que trabaje para él?

—¿Como puedo saberlo? No les has permitido subir desde que están aquí.
Puedo decirte que Baz no sólo es de confiar, también es discreto cuando
necesita serlo.

De nuevo, Dominic parecía estar revisando mentalmente las opciones —Llama


al Baz y pregúntale si puedes ir a algún lugar concurrido que el considere
seguro, mi equipo puede acompañarte por exactamente treinta minutos, no
mas. El tiempo es increíblemente importante. Treinta minutos, no les dará
tiempo de llamar por teléfono a Ambrosios, formular un plan y llegar a donde
estas ¿Entiendes?

Lu asintió. Claro, el quería mas tiempo, pero la idea de Dominic realmente tenía
sentido, así que el mantuvo la boca cerrada. Con un movimiento de su mano,
Lu estaba elegantemente vestido con un costoso traje negro y una camisa azul
oscuro abierta.

Dominic se rió —Siempre imaginó que eras mas del tipo de piel.

Lu, recordando su educación sintió como si lo golpearan —Un cliché ¿Has


incluso realmente usado pantalones de piel? —Lu se estremeció
dramáticamente —No gracias. Si tengo que usar ropa, quiero que acaricie mi
piel, no que la encierre como en una envoltura de salchichas.

24
Dominic se rió y se dirigieron al interior —Voy a prepararme y al equipo, habla
con Baz.

****

Dominic entró al carro detrás de Lu. Decidieron ir a El Tonel, un bar con vinos y
quesos. Dominic estaba complacido con la elección. Sería mucho más fácil
advertir los problemas en un pequeño lugar. Su peor pesadilla sería tratar de
proteger a Lu, en un concurrido club.

La limousine llegó frente a un edificio en medio de construcciones similares. En


lugar del clásico anuncio de neon que decoraba la calle, El Tonel tenía un
elegante letrero en madera labrada con una simple iluminación en cada palabra
—Lindo.

Lu vio a Dominic —¿Que esperabas?

Se encogió de hombros. No había manera que pudiera decirle a Lu que la


ciudad entera había sido una sorpresa tras otra. ¿Donde estaba la tortura, los
gritos y los asesinos maniáticos que residían en el Infierno? Lu podría llamarle a
ese lugar como quisiera, pero era el Infierno sea cual fuera el nombre. Entonces,
¿porque no sentía que el infierno era lo que él esperaba?

La puerta se abrió y Will se paró estoicamente a lado de la puerta abierta.


Dominic había oído sólo un puñado de palabras del chofer. La mirada del chico
amable y orgullosa hacía que Dominic se preguntara que estaba haciendo en el
Infierno conduciendo la limousine de Lucifer.
Dominic sacudió los pensamientos y salio del carro directamente detrás de Lu.
Asintió hacia sus hombres —Traten de parecer casuales.

Lu se giró y les sonrió —Si, sonrían, puede incluso ser agradable un toque.

La encargada abrió la puerta cuando vio a Lu y sus ‘amigos’ —Buenas noches,


Señor.

—Buenas noches, Jasmine —Sin esperar que le mostrara su mesa, Lu entró al


área y se dirigió al fondo del cuarto. El sofá y cuatro sillas estaban forrados de
piel amarilla. Lu parecía estar en su casa, se sentó en el sofá y cruzó las piernas
de manera casual.

Dominic le dio una revisada de trescientos sesenta grados al lugar,


asegurándose de que nada estuviera fuera de lugar. Vio a Baz en la esquina de

25
la habitación y le hizo una seña. Dominic se rehusaba a analizar su decisión
pero rápidamente se sentó en el sofá a lado de Lu antes de que Baz llegara.

Baz se sentó en la única silla vacía. El iba a empezar a hablar, pero el mesero
eligió ese momento para acercarse a Lu —¿Una botella de nuestra reserva
privada, señor, o prefiere pedir algo nuevo?

—Mi reserva privada está bien, James, pero será mejor que sean dos botellas —
dijo Lu.

—Muy bien — contestó el mesero y se alejó.

—Nosotros no vamos a tomar dos botellas de vino en…—Dominic vio su reloj


—…veintiséis minutos.
Lu sonrió —Estoy consciente de eso, pero James no. Pensé en no advertirle que
sería una estancia corta.

Dominic asintió, complacido de que Lu lo pensara.

Baz vio sobre su hombro antes de dirigirse al grupo —Nadie ni siquiera ha oído
mencionar el nombre de Ambrosios aquí, y no veo a ningún hombre o mujer
que sospeche trabaje para él.

Un hombre y una mujer a dos mesas de distancia, captaron la atención de


Dominic. El hombre no solamente tenía las manos dentro de la blusa abierta de
la mujer, acariciando sus pechos, sino que ella lo estaba masturbando debajo de
la mesa —¿Que infiernos?

Lu se inclinó hacia Dominic, aparentemente consciente de la escena que se


llevaba a cabo a unos pasos de distancia —Exactamente. Nosotros somos
sexualmente libres aquí. Es algo que te acostumbras a ver.

—¿En serio? ¿Tú dejas que este tipo de actividad se realice en lugares públicos?
—Dominic no podía creer eso. Después de su conversación frente a la alberca,
Dominic había comenzado a pensar diferente de Lu. Quizás su cambio de
opinión había sido prematuro.

Lu bajó la mano y la colocó en el muslo de Dominic —¿Ves gente matando a


otra gente?

—No —Dominic puso en su mano en la de Lu, evitando que vagabundeara


hacia su pene.

26
—La Ciudad está llena de gente, que cuando vivía hacían muchas cosas malas.
Les muestro a ellos que pueden aliviar su estrés diario a través del sexo en lugar
de con violencia. Estoy seguro que no es algo que acostumbres ver, pero
funciona aquí.

Había algo en la voz de Lu que parecía ir directo a los instintos básicos de


Dominic. En su vida el había estado mas con mujeres que con hombres, así que
¿porque el continuaba imaginando que enterraba profundamente su pene en el
culo de Lu?

Dominic vio hacia la pareja —¿Así, que este tipo de cosas no sólo son aceptadas
sino alentadas?

—Yo no diría alentadas, pero si, Es ciertamente preferible a las alternativas.


Después de un ligero apretón al muslo de Dominic, Lu retiró su mano.

El mesero regresó con las dos botellas de vino y seis vasos —¿Desean algo de
comer?

—No gracias, James —contestó Lu.

Dominic tomó un vaso con un profundo vino rojo, lo llevó a su nariz e inhalo,
preguntándose que tipo de vino recibiría una persona en el Infierno. Estaba feliz
de encontrar el aroma agradable y le dio un tentativo trago —Esto es bueno.

Lu se rio —Lo dices como si estuvieras sorprendido.

Se encogió de hombros —Supongo que lo estoy.


—Es asombroso lo poco que se sabe afuera de La Ciudad —Lu señalo hacia
arriba y sacudió la cabeza.

—Ilumíname —Dominic tomo otro trago de vino.

—Después, ahora, creo que deberías mantener tus ojos en la mujer de allá.

Dominic siguió la mirada de Lu, y vio a una mujer mayor sentada sola. Ella se
veía perfectamente inofensiva. De hecho ella le recordaba de alguna manera a
su abuelita —¿Porque? ¿Que sabes de ella?

—Nada, pero ella entró después de nosotros, y no ha ordenado nada, a pesar de


que James ya se acercó a ella en dos ocasiones.

27
Dominic no podía creer que se le hubiera pasado eso. Vio a su equipo, que
obviamente no veía la amenaza potencial de la señora mayor. Bajando su vaso
de vidrio, Dominic iba a ponerse de pie, pero una mano en su brazo lo mantuvo
en su lugar. Vio hacia Lu, impactado de que el hombre tuviera la fuerza para
mantenerlo en su lugar.

Lu se inclinó y le murmuro al oído a Dominic —Dime de nuevo. ¿Como planeas


terminar con Ambrosios si nunca entras en contacto con él? Ésta puede ser la
oportunidad que necesitas.

La piel de Dominic se volvió de gallina mientras Lu respiraba sobre su oído y


cuello —Mis ordenes son detener a Ambrosios sin ti alrededor.

Lu levantó su ceja negra —¿Porque?


Dominic sacudió la cabeza —Después.

Lu sonrió —En ese caso, te sugiero que salgamos de aquí mientras podamos —
Dejó su inacabado vino en la mesa y se cruzó hacia Baz —Gracias.

Dominic tensó las mandíbulas cuando vio a Lu inclinarse y besar


profundamente a Baz. Dominic no se perdió el sutil toque que Lu le dio a Baz.
Tenía suficiente —Vámonos.

Lu quebró el beso y se puso de pie sonriéndole a Dominic —¿Debo guiar o


seguir?

Dominic asintió a los miembros de su equipo, Darian Brooks y Boone Lawley,


los guiaron. Le ofreció la mano de Baz —Gracias por ayudar.
El musculoso Espartano estrechó la mano de Dominic —Lu significa el mundo
para mi. Mantenlo a salvo.

Dominic apreció la vehemencia en las palabras de Baz. Era más que obvio que
el hombre sentía un gran cariño por Lu. De alguna manera los sentimientos de
Dominic no estaban claros —Lo haré.

Dominic dejó El Tonel con Lu a su lado y Nick delante de ellos. La mano de


Dominic en la espalda baja de Lu, era puramente profesional, o eso se decía a si
mismo. Su mente regresaba al beso que Baz y Lu habían compartido.

Tan pronto como llegaron a la seguridad del penthouse, Dominic les asignó a
sus hombres el reconocimiento de La Ciudad. Lu se dirigió a su habitación, y
Dominic finalmente se retiró al cuarto de huéspedes que se le había asignado.

28
La noche seguía repitiéndose en su mente mientras trataba de entenderla. ¿Que
tenia Lu que atraía a Dominic? El hombre era extremadamente vanidoso, pero
no mas que Michael, Gabriel, Raphael, y los otros arcángeles.

La apariencia de Lu, definitivamente era para que un hombre se sintiera


vanidoso, pero había más que eso. Lu se veía lleno de confianza en cada paso
que daba y cada decisión que tomaba. Estos eran rasgos que Dominic había
admirado de la gene que se ponía en contacto con él. ¿Que era lo que le
cautivaba de Lu?

Un ruido captó su atención. Dominic dejó el libro y se dirigió a la puerta.


Abriéndola lentamente se dirigió a la cocina a través de la sala. Con la ligera
iluminación, Dominic vio a Lu. Vestido en un grueso pantalón de pijama de
lana con diseño multicolor, Lu estaba junto al mostrador bebiendo un vaso de…
¿leche de fresa?

En el momento en que Lu vio a Dominic, se tensó, y en un parpadeo Lu estaba


vestido con un pijama de seda negro y sosteniendo un vaso de whiskey —
¿Algún problema?

Dominic trató de esconder la sonrisa. La simple ojeada a Lu sin su pared de


arrogancia calentó el corazón de Dominic. Decidió no decir nada a Lu del
cambio de su bebida y vestuario —Me pareció oír algo.

Lu asintió. Dominic notó que el hombre no tomaba su bebida —Solo tomando


un trago antes de dormir.
Dominic entró a la cocina —¿Puedo preguntarte algo?

—Puedes preguntar. No se si te contestaré —dijo Lu, bajando el vaso.

Dominic había estado preocupado por días, con esta pregunta. Decidió solo
decirla —¿Cual es exactamente tu relación con Baz?

—¿Baz? Es mi amigo. Y a te lo había dicho.

—Si, pero ustedes dos parecen más que amigos —murmuró Dominic.

Lu sonrió —Nosotros jodemos con regularidad —Se encogió de hombros—No


significa nada, sólo amistad.

Dominic sacudió la cabeza. Sorpresivamente no le molestaba. Lo que realmente


sentía era tristeza. Dominic se preguntaba si Lu tendría alguna conexión
emocional con algún otro amigo.

29
Estaba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Lu estaba
a lado de el y le tocaba su desnudo pecho. Dominic vio hacia abajo antes de ver
a los ojos a Lu —¿Que estás haciendo?

—Te ves perdido. Pensé en darte algo diferente en que centrarte —explicó Lu.

Dominic iba a cerrar los ojos cuando los dedos de Lu rozaron su pezón. Apretó
sus dientes, tratando de luchar contra la atracción que sentía hacia el hombre
frente a él. Dominic estaba cerca de empujar a Lu, cuando sintió un suave beso
en su cuello. Joder.

Dándole a su cuerpo lo que necesitaba, Dominic tomó la parte de atrás del


cabello de Lu y lo acercó y presionó sus labios contra esos labios rojos que había
estado soñando por días.

Lu gimió cuando Dominic inmediatamente tomó el control del beso,


empujando su lengua profundamente dentro de la calida boca de Lu. No podía
sobreponerse al increíble sabor. Era mas que el vino o la leche de fresa que
había visto tomar a Lu. Era cien por ciento Lu, especies con peligro. Mientras el
se permitía ser indulgente con la boca de Lu, La mano de Dominic
vagabundeaba por el cuerpo de Lu. Lu era delgado y musculoso y su culo
parecía estar hecho perfectamente para las manos de Dominic. Dominic apretó
el firme trasero mientras se acercaba más. Forzados a romper el beso por su
necesidad de respirar, Dominic vio fijamente a Lu —Nunca he querido a nadie
como a ti.

Lu sonrió y presiono su erección contra la parte superior del muslo de Dominic


—A mi no me ha gustado nadie desde que te conocí.

La simple declaración regresó a Dominic a la realidad. ¿Que infiernos estoy


haciendo? Tomó una profunda respiración y se separó —Lo siento. Esto no es
correcto.

Sin otra palabra, Dominic se giró y regresó a su habitación. Se acostó en la cama


y escondió su cara en la almohada —Querido Dios, por favor perdóname.

30
Capítulo Cuatro

Dominic se sentó ante la mesa del comedor con su equipo. Habían pasado dos
días desde que fueron al bar y todavía no tenían nada nuevo. Vio por la ventana
de vidrio a Lu que estaba asoleándose junto a la alberca.

A pesar de que Lu estaba desnudo, el estaba acostado sobre su abdomen. En


verdad tenia un perfectamente formado culo que incluso tentaba a Dominic
más que el frente. Dominic hacia su mejor esfuerzo porque su mirada no
vagabundeara hacia la suavemente levantada curva de las bronceadas nalgas
entre las cuales quería enterrar su pene.

Las cosas entre él y Lu estaban tensas, tan insoportable, desde el beso en la


cocina. El pene de Dominic estaba en constante estado de alerta aunque Lu
estuviera a seis metros de el. El sólo oler el aroma a especies que dejaba la
colonia de Lu en el cuarto, dejaba a Dominic en riesgo de avergonzarse a si
mismo. Eso no le gustaba ni un poco.

Dominic regresó su atención al equipo —¿Algo nuevo?

Darien sacudió la cabeza —Todo lo que oímos son rumores sobre el tipo. Es
como si nadie quisiera decir su nombre en voz alta.

Nick tomó un trago de su café matutino —Odio decir esto, pero creo que
necesitamos que Lu salga de nuevo. Estar sentado alrededor de esta mierda no
funciona.

Dominic se frotó la cara con sus manos antes de volver a ver hacia fuera —
Entonces, ¿Piensas que debemos hacer que Ambrosios salga, usando a Lu como
carnada?

Nick se tensó en su silla —Entiendo porque no te gusta la idea, pero si. Creo
que es exactamente lo que necesitamos hacer.

31
Dominic se tensó —¿Que es lo que quieres decir con que entiendes porque no
me agrada la idea? ¿Que infiernos estas tratando de decirme?

Nick intercambió miradas con los otros dos hombres, pero fue Boone quien
finalmente habló —Te gusta.

—Eso ciertamente no es así —Dominic trato de negarlo. Se dio cuenta por la


expresión de sus hombres que no le creyeron —Bien, puede ser que físicamente
me sienta atraído hacia él, pero vamos, es Lucifer.

—El es Lucifer. Creo que todos hemos visto que Lu no es como pensábamos
que era —le respondió Nick—Supongo que la única razón por la que nos
sorprendimos es porque nosotros hemos tratado de esconder nuestra propia
preferencia sexual de ti durante años.

Dominic estaba impactado. El vio a los tres hombres que lo rodeaban —Quieres
decir…

Boone asintió —Darien y yo hemos sido amantes durante años. Tu sólo nunca
te molestaste en notarlo y nosotros no íbamos a mostrártelo en tu cara.

Dominic pasó sus dedos a través de su corto cabello negro, rascándose el cráneo
mientras pensaba. Ahora que eso había salido, se dio cuenta que ambos
hombres siempre parecían estar juntos, incluso cuando ellos estaban fuera de
sus obligaciones.

Parecía que el equipo no pensaba menos de él por haber caído en la lujuria con
Lu, Así, que ¿porque él tenia un problema con eso?

Dominic decidió dejar el dilema en su mente y concentrarse en el trabajo —


¿Que sugieren para que Ambrosios aparezca?

—Un lugar muy publico —contestó Nick—El Infierno.

Dominic no había visitado el muy conocido club, pero podía imaginar lo que
había tras las paredes. Si el público en El Tonel era alguna indicación, El
Infierno debía de ser mucho peor. No estaba seguro de que fuera una buena
decisión colocarse voluntariamente en esa posición con sus ya lujuriosos
pensamientos hacia Lu.

Boone, era el miembro más perceptivo del equipo, colocó su mano en la muñeca
de Dominic —Está bien sentirse de esa manera por él.

32
Dominic apartó la mano quebrando el contacto —Voy a hablar con Lu y decirle
que saldremos esta noche. Alguien necesita hablar con Baz y decirle que nos
espere ahí.

Nick asintió —Yo lo hago. Nosotros logramos entendernos después de nuestro


primer encuentro.

Dominic se puso de pie, fue a la cocina y se sirvió un vaso de agua. Se rio


mientras llenaba el vaso con cubos de hielo, otro mito de la gente acerca del
Infierno.

Llevó el vaso al patio. El sol realmente estaba caliente, incluso aunque sólo eran
las diez de la mañana. Dominic se sentó a tomar su agua junto a la alberca
frente a Lu. Desde su posición, tenia una mejor vista del perfecto culo de Lu.

Movió la silla y la colocó a lado de Lu —Necesitamos habar.

Girando su cabeza hacia Dominic, Lu se quitó los lentes del sol —¿Acerca de
que?

Cuando Lu iba a levantarse, Dominic levantó su mano con pánico —No le


levantes.
Lu se rió —Eres un puritano.

—No lo soy —argumentó Dominic—Sólo no necesito ver toda tu basura justo


ahora.

Lu sonrió —¿Justo ahora? ¿Eso quiere decir que has estado pensando en el beso
en la cocina?

Dominic rehusó entrar en esa conversación —Los chicos piensan que debemos
tratar de que Ambrosios salga, te llevaremos a El Infierno esta noche.

Lu tomó su toalla y discretamente cubrió su pene, mientras se sentaba y bajaba


los pies del sillón —¿Que los hizo cambiar de parecer?

—Que Ambrosios no esta haciendo ningún movimiento. Esto puede durar


indefinidamente si no hacemos algo —explicó Dominic.

Lu se inclinó y apoyó sus codos en sus rodillas. Frotaba sus manos juntas,
parecía que estaba pensando —No me molesta salir, pero no quiero que otros
salgan lastimados por hacerlo.

33
Dominic parpadeo. La dedicación de Lu por La Ciudad no dejaba de
asombrarlo. El lugar estaba lleno de gente indeseable. ¿Como ellos podían
invocar su protección al Arcángel caído?

—Nosotros haremos todo lo que esté en nuestras manos para mantener a la


gente fuera del peligro —dijo Dominic finalmente.

Lu asintió y se puso de pie. Envolvió la toalla alrededor de su cintura, pero no


antes de que Dominic le diera una breve mirada al bronceado paquete entre las
piernas. Dominic tragó saliva. Igual que el resto de él, el pene de Lu era
glorioso.

—Voy a prepararme —dijo Lu dirigiéndose al interior del penthouse.

Dominic se puso de pie y siguió al culo envuelto en la toalla —No saldremos


hasta la noche.

Lu se giró sorpresivamente y casi choca con Dominic —Voy a darme un largo


baño en la tina —Lu pasó su mano por el cuello y el pecho de Dominic hasta
arriba de sus jeans—¿Quieres enjabonar mi espalda?

Dominic vio directamente a los negros ojos del hombre frente a él. Todo lo que
tenía que hacer era asentir y tendría a Lu en su cama en un momento, pero el no
pudo, no todavía. Rechazar un desafió no estaba en su naturaleza, así que
Dominic pasó su mano por la erección apenas cubierta por la toalla de Lu —
Quizás después. Tengo algo que hacer antes.

La mirada de Lu brilló con el gesto —Estaré aquí si cambias de opinión.

****

Dominic entró a El Templo y vio alrededor. El siguió las señales hacia la capilla
cristiana. Sólo había dos creyentes más, pero para lo que Dominic necesitaba
hacer debía estar solo. Tomó asiento y esperó a que el hombre y la mujer
terminaran de rezar.
Mientras veía a la pareja, fue testigo de lo que parecía ser una ceremonia
privada de matrimonio. La idea de que dos personas, condenadas al Infierno,
pudieran realmente pedirle a Dios su bendición en su unión sacudió el corazón
de Dominic.

Todavía estaba estremeciéndose cuando la pareja de recién casados se puso de


pie y se besaron antes de salir de la capilla. Después de que logró recuperarse,

34
Dominic se puso de pie y caminó hacia la estatua de Gabriel. Se arrodilló, cerro
los ojos y habló directamente a la estatua de mármol —Te necesito.

—Hola, Dominic.

Dominic abrió los ojos. Parecía estar en un campo de flores silvestres. Reconoció
una pequeña casa a la distancia y sabía que era su hogar —Hola, Gabriel.

Gabriel se dirigió hacia él —Te ves turbado.

—Lo estoy —contestó Dominic llegando a sus pies —Estoy confundido acerca
del Infierno.

Gabriel inclinó la cabeza a un lado —¿Que te confunde?

—No es lo que esperaba. Algunas de las personas no parecen pertenecer ahí.


Realmente no es muy diferente a la ciudad de Nueva York donde vivía —trató
de explicar Dominic.

—De muchas maneras, el Infierno es igual a cualquier otra ciudad. Dios no


condena a la gente, lo hacen ellos mismos. Hay quienes lamentan tan
profundamente lo que han hecho que creen que no merecen residir en el Cielo
—Gabriel colocó su mano en el hombro de Dominic —Hay algo mas, ¿no es así?

—Lu también es diferente de lo que esperaba. El es… —Dominic sacudió su


cabeza—El me gusta.

Gabriel sorprendió a Dominic con una sonrisa —Sabía que sucedería, es una de
las razones por las que te envié con él.

Dominic levantó la cabeza —¿Que? ¿Porque harías eso?

—Tengo mis razones —Gabriel se giró como si se fuera a alejar.

—Espera —dijo Dominic—¿Cuales son esas razones?


Gabriel sacudió la cabeza y desapareció.

Un momento después, Dominic estaba de rodillas frente a la estatua. Incluso


más confundido que antes.

****

35
El timbre en el bolsillo de Dominic lo sobresaltó. Parpadeo varias veces,
dándose cuenta que seguía de rodillas frente a la estatua, sacó su teléfono —Si.

—Estamos listos para salir. ¿Vienes? —preguntó Nick.

Dominic se frotó los ojos. Había estado pensando y rezando tan profundamente
que perdió la mayor parte del día —Los veré allá.

—Nos vemos entonces —dijo Nick y colgó.

Dominic guardó el teléfono y se puso de pie. Seguía confundido, pero después


de horas de rezar, estaba en paz consigo mismo y con sus sentimientos hacia
Lu.

Fuera de El Templo, Dominic tomó un taxi —A El Infierno —le dijo al


conductor.

Mientras se dirigían al club, vio su ropa —¿Cual es el código de vestuario de El


Infierno?

El conductor lo vio por el espejo retrovisor y se rió —¿Estas bromeando,


verdad?

No estando interesado en seguir mostrando su ignorancia, Dominic sonrió y


asintió. Se giró hacia la ventanilla. Evidentemente, jeans y camiseta eran
adecuadas. El conductor estacionó detrás de la limousine negra de Lu.

—Eres afortunado —dijo el chofer—Lu esta aquí esta noche. El siempre logra
que la concurrencia esté de buen humor.

Dominic no estaba seguro de como tomar el comentario. Le pagó con el dinero


que Lu le había dado y salio. Esperaba ver a Lu y sus hombres, pero todo lo que
vio fue a Will conversando con un hombre de apariencia desagradable a lado
del carro.

El vello en la parte de atrás del cuello de Dominic se le erizó cuando Will lo vio
e inmediatamente se alejó del hombre —¿Que sucede?

Will tuvo la decencia de verse culpable —Nada. Ellos ya están dentro.

—Ya veo eso —Dominic vio en dirección del hombre con el que estaba
conversando Will—¿Quien es tu amigo?

36
Will sacudió la cabeza —No es mi amigo. Sólo un tipo preguntando por Lu.
Dijo que iría a su casa a cambiarse y regresaría. A todo el mundo le gustan las
fiestas de Lu.

Dominic entrecerró los ojos. A pesar de que la explicación de Will era


sospechosamente parecida a lo que el chofer del taxi había dicho, Dominic no le
compraba a Will que no conocía al tipo. Su conversación parecía involucrar más
que una simple pregunta.

No pudiendo mostrar su malestar por Will todavía, Dominic se dirigió a la


entrada. El gigante hombre de la puerta iba a decirle que regresara a la línea,
pero una simple palabra de Will logró que Dominic entrara.

Al entrar al club cuidadosamente buscó alrededor a Lu y su equipo. Dominic


vio a una multitud de clientes amontonados en una esquina momentos antes de
ver la cara de Nick, roja por la ira, gritándoles.

Dominic sonrió y se dirigió al caos. Al parecer eran los fans que adoraban a Lu
que querían ver más de cerca a su líder. Cuando Dominic llegó con la multitud,
les gritó a todo el mundo que regresaran a sus mesas, el trataba de determinar
la posición de Lu.

Dominic no estaba seguro si fue la expresión de su cara o el tono de su voz,


pero pronto el grupo empezó a alejarse. Finalmente logró acercarse a sus
hombres —¿Algún problema?
—Darien negó—Ellos sólo estaban demasiado cerca para nuestra comodidad.

Dominic automáticamente tomó el asiento a lado de Lu en el sofá —¿Estas bien?

Lu sonrió. Usaba una muy ajustada ropa de piel. Se veía lo suficientemente bien
para que la boca de Dominic se hiciera agua —Claro.

Dominic vio a Lu de arriba abajo —¿Pensé que dijiste que la ropa de piel negra
era un cliché?

Lu sonrió abiertamente —Lo dije. Se acercó y le murmuró al oído a Dominic —


Lo uso por ti.
Dominic se giró y besó suavemente en los labios a Lu —Gracias.

Lu cerró ligeramente los ojos con el toque—¿Bailas conmigo?

Alejando la mirada de Lu, Dominic vio alrededor del club —¿Esto siempre está
tan concurrido?

37
Lu asintió.

La mano de Lu recorría hacia arriba su muslo y el casi gime. La conversación


con Gabriel seguía en su mente y trataba de decidir si actuaba o no sus deseos.

En ese momento vio a Baz dirigirse hacia ellos, Dominic no se molestó en


esperarlo. Sabía que no estaba de humor para ver a los dos hombres besarse,
amigos o no. Se puso de pie y jaló a Lu —Vamos a bailar.

Lu abiertamente acomodó su erección atrapada tras los ajustados pantalones de


piel. Dominic no fue el único que notó el gesto. Varios de los clientes que
estaban sentados cerca gimieron alto, Dominic lo jaló incluso más de modo
defensivo.

En una muestra de posesión, Dominic envolvió su brazo alrededor de Lu y lo


guió a la pista de baile. Estaba feliz de que la multitud se apartara de ellos
mientras ellos atravesaban la masa de gente.

Dominic guió a Lu a la esquina de la pista de baile y lo giró frente a él. Con una
sonrisa, Lu sacudió la cabeza y señaló hacia una alta plataforma en el centro de
la pista.
—Ese es mi lugar —le dijó al oído a Dominic. El siguió la declaración lamiendo
el cuello de Dominic.

Dominic vio a la pequeña y elevada tarima y sacudió la cabeza —No es seguro


para ti estar ahí arriba.

Lu se acercó, frotándose contra Dominic —Créeme, es más peligroso estar aquí


abajo. Yo construí eso porque estaba cansado de ser manoseado por todo el
mundo al alcance de la mano.

Dominic vio de nuevo la tarima. El necesitaba proteger a Lu más su innato


deseo de evitar que el hombre fuera tocado. Finalmente se dejó guiar por Lu
hacia la pequeña escalera.

Una vez que tuvo a Lu en sus brazos de nuevo, Dominic comenzó a guiar a Lu.
El seductor hombre movía las caderas, rozando su duro eje contra la cadera de
Dominic.

Lu jaló a Dominic y le dijo al oído sobre la alta música —¿Has cambiado de


opinión acerca de quererme?

38
El pecho de Dominic retumbó con un gemido cuando la mano de Lu fue al
frente de sus jeans —Nunca fue cuestión de quererte.

Lu vio a Dominic a los ojos —¿Asustado de que te dejaran aquí si me jodias?

Las manos de Dominic acunaron el culo de Lu encerrado en piel, apretándolo


suavemente —Algo como eso.
Incluso aunque no dijo nada, Dominic vio la expresión de dolor cruzar la cara
de Lu. Dominic se preguntaba y no era la primera vez, lo mucho que la
reputación de Lu le lastimaba al arcángel caído. No había manera de que le
preguntara. Pero el podía hacer algo para borrar la tristeza de los ojos de Lu.

Comenzando en el cuello de Lu, Dominic lentamente besó su camino hacia la


sensual boca de Lu. Barrió los rojos labios con su lengua y esperó entrar. En
lugar de simplemente abrir la boca, Lu entrelazó su lengua con la de Dominic.

—Mmm —gimió Dominic ante el erótico gesto. Chupó la lengua ofrecida


dentro de su propia boca mientras presionaba el cuerpo de Lu más cerca. La
apretada piel no dejaba absolutamente nada a la imaginación mientras el pene
de Lu se frotaba contra el suyo. Quebrando el beso, Dominic mordisqueo el
labio inferior de Lu —Tranquilo o voy a joderte aquí en la plataforma.

Lu gimió y subió su pierna alrededor de la cadera de Dominic —Adelante.

Apretando los dientes, Dominic luchó por el control que le urgía a hacer justo
eso —No creo que sea la clase de cosas que quiero mostrar a todo el mundo solo
a ti.

Las manos de Lu se movieron hacia los jeans de Dominic y desabrochó el botón


superior de sus jeans —Es lo que ellos esperan. Por favor que vean a su príncipe
feliz.

Dominic cerró los ojos mientras Lu bajaba el cierre de sus jeans y los bajaba lo
suficiente para permitir que su pene saliera libre. Dominic sintió un hormigueo
cuando sintió la piel desnuda bajo sus palmas. El vio hacia abajo y se encontró
con que Lu estaba desnudo de la cintura para abajo —¡Joder!

Lu asintió y coloco sus manos alrededor del cuello de Dominic —Si.

Dominic frotó suavemente la piel del culo de Lu —No tengo lubricante.

39
Lu se rió y envolvió sus piernas en la cintura de Dominic —¿Lubricante? Oh ten
un poco de fe. No necesitas nada para joder mi trasero con tu grande y duro
pedazo de carne.

Con sus manos sosteniendo el culo de Lu, Dominic se apoyó en el barandal


cromado que rodeaba la tarima —No puedo creer ni siquiera que esté
considerando hacer esto.

Lu apoyó sus pies contra el barandal y posicionó el pene de Dominic en su


agujero —No pienses. Jódeme.

Sin otra palabra, Lu lentamente se bajó el mismo por el eje de Dominic.


Mientras sentía el apretado agujero de Lu, se preguntaba porque el hombre no
estaba gritando de dolor. Al ver la cara de Lu. Obtuvo su respuesta. Era obvio
que el dolor era bienvenido como parte del proceso. Dominic no sabía si lo
asustaba o lo encendía.

El apretó las nalgas de Lu mas fuerte mientras el apretado agujero de Lu se


tragaba todo su pene —¡Joder! —gruñó Dominic.

Con sus pies firmes en el barandal, Lu comenzó a subir y bajar por el eje de
Dominic. Dominic oía los gemidos y gritos de la multitud abajo, cuando ellos
comenzaron a actuar en la plataforma. En toda su vida anterior, Dominic
hubiera estado mortificado de ser el centro de atención como lo era ahora, pero
ahora lo encendía como nunca antes.

Dominic buscó la boca de Lu sin abrir los ojos, encontrándola el empujo su


lengua dentro del interior de la boca con el mismo ritmo que se empujaba en el
culo de Lu. A pesar e que la música y el ruido de la multitud eran
excesivamente altos, Dominic podía jurar que oía los continuos gemidos de Lu
cuando el ritmo y la intensidad de la jodida aumentó.

Nunca, oh joder, había experimentado nada igual al apretado cuerpo de Lu.


Brevemente se preguntó si el arcángel caído le había realizado un hechizo de
algún tipo. Dominic gruñó mientras Lu movía sus caderas. Hechizo o no, El
cuerpo de Lu era increíblemente real y lo rodeaba. Dominic decidió alejar los
pensamientos negativos y concentrarse en la jodida de su vida.

Sus bolas se tensaron cuando los dedos de Lu se encajaron en su espalda.


Quizás Lu no era el único que disfrutaba de algo de dolor. Un apretón extra de
las paredes internas de Lu, mientras Dominic se empujaba profundamente y
vaciaba su semen dentro del hermoso hombre.

40
Dominic estaba tan perdido en la postiluminación del clímax, cuando el culo de
Lu salio de sus manos. Dominic abrió los ojos y se apoyó cuando vio al
increíblemente sexy Lu de pie en el barandal con su pene goteado presemen,
frene a la cara de Dominic.

Dominic se abrió y Lu deslizó su largo y grueso pene en el interior de la boca de


Dominic. Dominic no pudo evitar gemir ante el sabor a especies del pre-semen
de Lu que cubría su lengua. Justo como el sabor del primer beso de Lu, la
esencia de las especies lo estimulaba.

Usando la sombra de la barba de las cinco de la tarde, Dominic raspó con su


mentón las bolas de Lu. El movimiento hizo que Lu gimiera y agarrara su
cabello en un puño. Lu tomó el control y jodio la boca de Dominic con el deleite
de la multitud.

Dominic momentáneamente pensó en sus hombres. El esperaba que ellos no


pensaran menos de él ni que le dieran la espalda. El agarre de su cabello fue
mayor cuando el primer chorro de semilla llegó a su garganta.

Dominic logró tragar la mayoría del semen de Lu, pero había mas de lo que el
creía que fuera posible. El ahogarse con el regalo de Lu frente a la multitud no
era algo bueno. Levantó la vista y se encontró con la mirada de Lu.

Su nuevo amante debió sentir el dilema. Lu tomó la base de su pene y lo sacó de


la boca de Dominic, usando el resto de semen para salpicar a la multitud abajo.
El lugar prácticamente hizo erupción alrededor de ellos mientras los hombres
luchaban por probar la semilla de Lu.

Drenado hasta la última gota, Lu bajó por el cuerpo de Dominic y lo besó —


Fantástico.
Dominic estaba de acuerdo, pero repentinamente se sintió avergonzado de toda
la situación. Empezó a buscar sus pantalones, sólo para darse cuenta de que ya
estaban en su lugar y cerrados. Sus manos frotaron la suave piel de los
pantalones de Lu —Ese es un truco asombroso.

—Me alegra que te guste. Necesitaremos algunos otros trucos para salir de aquí
en una pieza después de este espectáculo.

Dominic vio alrededor. Su equipo estaba ocupado peleando por mantener a la


gente fuera de la escalera que llevaba a la plataforma. Mierda —Será mejor salir
de aquí antes que alguien se lastime.

—¿Que acerca de esperar a Ambrosios? —preguntó Lu.

41
—Nos preocuparemos de él después. Con esta multitud, la vamos a pasar
difícil, incluso sin tratar con él —explicó Dominic.

Con un movimiento de su mano, la multitud se congeló. Dominic vio alrededor


y sacudió la cabeza —Increíble.

Lu sonrió y le dio un rápido beso —Otro de mis trucos de salón.

Dominic ayudó a Lu a bajar la escalera —¿Que con mi equipo?

—¿Quieres que ellos regresen con nosotros? —preguntó Lu.


Dominic no estaba seguro de lograr manejar la mirada de los hombres con los
que había trabajado durante años —No, pero no quiero que ellos sean
aplastados por la multitud.

Lu tocó a cada miembro del equipo en la frente. Nick, Darien y Boone


parpadearon varias veces.

—¿Que infiernos? —dijo Nick, saliendo de su trance.

Lu se rió —Ustedes son tan divertidos chicos. Vámonos.

—¿Que con Baz? —Nick señaló a Baz quien estaba rodeado por la gente.

—El estará bien. Ya ha pasado por esto antes.


Nick siguió viendo al mejor amigo de Lu durante un momento —¿Estás seguro
de que va a salir bien de esto?

Lu sonrió —Como prefieras.

Dominic sentía sus piernas de hule, mientras Lu lo guiaba fuera el club. No fue
hasta que llegaron a la limousine que Dominic recordó el desagradable tipo que
habló con Will. Se recordó preguntarle a Lu acerca de su chofer cuando
estuvieran solos.

42
Capítulo Cinco

Lu estaba más feliz de lo que había estado en mucho tiempo cuando se estiró en
el sillón junto a la alberca la tarde siguiente. El dolor en su culo sólo servia para
recordarle que había pasado la noche con Dominic. Sonrió al recordar las
órdenes que había dejado Dominic antes de dejar el penthouse unas horas
antes.

—No estés desnudo con mis hombres alrededor —dijo con un gruñido
posesivo.

Lu todavía no podía creer que siguiera la dura orden, estaba acostumbrado a


dar ordenes, no que se las dieran, pero de alguna manera las ordenes de
Dominic parecían casi naturales.

Movió sus caderas frotando su erección contra la tela del traje de baño rojo que
fue obligado a usar. A pesar de que la pequeña cosa apenas y contenía su pene,
al menos estaba cubierto.

—Baz está aquí para verte —gritó Nick desde el interior del penthouse.

Oyó a Baz gritarle a Nick que el no necesitaba ser anunciado, antes de llegar
junto a la piscina —Hey.

—Lindo ver que tu y Nick se llevan bien —dijo Lu, riéndose.

—Joder, no sabe con quien se está metiendo. Al menos nos dejó, así no tengo
que ver su fea cara de nuevo antes de irme.

Lu sonrió. Nick era todo menos feo, y ambos lo sabían. Se giró y cubrió sus ojos
del sol —Lo siento no tuve tiempo de hablar contigo antes de dejar el club.

Baz se encogió de hombros y acercó una silla —Estabas ocupado, lo entiendo.

Lu levantó sus cejas —¿Sucede algo malo?

Baz tomó una profunda respiración antes de sacar un sobre del interior de su
chaqueta —Esto fue metido por debajo de mi puerta hace un momento.

Lu vio el sobre —Tiene mi nombre en él. ¿Porque te lo entregaron a ti?

Baz se rió —Supongo que Ambrosios dudaba que pudiera acercarse con tus
perros guardianes.

43
Lu se sentó y cubrió el sobre sellado en sus manos un momento antes de abrirlo.
En una nota garabateada había solo dos líneas. Lindo espectáculo en El Infierno
la otra noche. Lo disfruté inmensamente. – A

Lu arrugó la hoja de papel y la lanzó al escritorio. Se acomodó los lentes de sol


—Sabe donde vives. Quizás deberíamos encontrar un nuevo lugar para ti.

—Soy un Espartano. Nosotros no huimos ni nos escondemos —declaró Baz.

Lu giró los ojos. Iba a bromear con Baz igual que siempre lo hacia, cuando oyó
la voz de Dominic hablar con sus hombres en el interior de la casa —Dominic
está en el hogar.

Baz se rio —¿Hogar? ¿Has tenido visiones de quedarte arriba en tu hogar con tu
nuevo novio?

Lu se encogió de hombros. No sabía que quería, pero ser la diversión de su


mejor amigo no lo era.

—Lucifer. El hombre cuida las Puertas del Cielo. Dudo que vaya a cambiar eso
por una vida en el infierno.

Lu vio fijamente a Baz. En lugar de mostrar el dolor que las palabras evocaban,
Lu le mostró su temperamento a Baz —Me conoces lo suficiente para llamarme
de esa forma. ¡Lárgate!

Baz se puso de pie y acomodó su saco —Sólo no quiero ver que te lastimen.

—Ese no es tu asunto.

—¿Hay algún problema aquí? —preguntó Dominic dirigiéndose hacia ellos.

Baz se inclinó y tomó la bola de papel. Se la dio a Dominic y entró en la casa.

Antes de ver el papel, Dominic se inclinó y le dio un profundo beso a Lu —


¿Que fue todo eso?

Lu no quería mentirle a Dominic, pero el no podía decirle toda la verdad.


Decidió elegir la menos mala —Me llamóo Lucifer.

Dominic juntó las cejas mientras se acomodaba en el sofá de Lu —Noté cuando


me presenté que no te gusta ese nombre, ¿Porque?

44
Lu vio a los lejos y tragó el nudo en su garganta. Nunca le había dicho a nadie
porque le lastimaba oír ese nombre. Lu se limpio la garganta cuando Dominic lo
abrazó.

—Ese nombre me lo dieron por amor. Ahora no significa eso —Lu vio a
Dominic—¿Como te sentirías si tu nombre estuviera asociado con el real mal?

Lu se sorprendió de ver lágrimas en los ojos de Dominic. Antes de hablar,


Dominic se inclinó y lo besó —Lo siento.

Lu sacudió la cabeza —No es tu culpa.

—Quizás no del todo, pero soy culpable como todo el mundo de juzgarte mal
—murmuró Dominic.
Lu se deslizó y acomodó su cabeza en el pecho de Dominic. A el no le gustaba
abrirse a la gente. Lu sólo esperaba poder confiar en Dominic. La confianza era
otra cosa con la que tenía que tratar. Sus hermanos, Dios y Baz, la gente lo había
traicionado muchas veces.

Lu sabía que no se había molestado con Baz por utilizar su nombre completo.
Lo que realmente le enojó era que su amigo tenía razón. ¿Que tipo de vida
podía esperar con Dominic? Ellos eran de mundos diferentes, literalmente.

—Ambrosios sabe donde vive Baz ¿Crees que alguno de tus hombres podría
vigilarlo? Le ofrecí que se mudara, pero el es malditamente testarudo.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Dominic.


Lu tomó el pedazo de papel arrugado que había quedado a lado de Dominic
cuando el se acostó —Esto fue deslizado bajo su puerta.

Dominic la tomó y desarrugó la nota.

Con su cabeza todavía en el pecho de Dominic, Lu sentía los músculos


abdominales de su amante bajo su mano —Al menos lo hicimos salir.

—Pero ¿porque nadie lo vio? —preguntó Dominic.

Lu estaba seguro de que la respuesta era obvia para ambos, pero mantuvo la
boca cerrada. Levantó la camiseta de debajo de los Jeans de Dominic mostrando
sus músculos abdominales, sus dedos siguieron cada cresta y hundimiento de
lavadero de Dominic, tratando de hacer su mejor esfuerzo para sacar de su
mente a Ambrosios.

45
Lu estaba preocupado de haber perdido el toque, cuando la mano de Dominic
pasó por su espalda —Puedo hacer que te sientas mejor.

—Lo dudo —gimió Dominic cuando la mano de Lu acunó su pene.

Lu se montó a horcajadas en las piernas de Dominic. Se inclinó hacia el hermoso


hombre, no pudiendo evitar besarlo. El segundo en que su lengua invadió la
boca de Dominic, su amante tomó el control. Lu sonrió interiormente. Le
gustaba cuando su Dominic era su Dom —Quítate esa cosa que dices es traje de
baño —ordenó Dominic.

Lu se bajó de Dominic y se puso de pie a lado del sillón. Mantuvo el contacto


visual mientras lentamente bajaba su pequeño traje de baño rojo.

—¿Pensé que podrías hacerlo con un movimiento de mano? —Dominic tomó


las bolas de Lu, aplicando la cantidad de presión correcta.

—Pensé que querías show —contestó Lu y con un movimiento de la mano


desaprecio la ropa de Dominic.

Mientras seguía acariciando las bolas de Lu, Dominic uso su otra mano para
envolver su propia erección —Siéntate en mi cara y chupa mi pene.

Lu sonrió —¿Te gusta darme ordenes?


Dominic sonrió y ayudó a Lu a colocarse en posición —¿Que te puedo decir?
He dado ordenes demasiado tiempo para detenerme en la recamara ¿Te
molesta?

Lu sacudió la cabeza. Tomó la base del pene de Dominic y besó la corona del
pene —Me gusta dejar el control ocasionalmente. Antes era solo Baz…—
Dominic golpeó el culo de Lu.

—No quiero oír de Baz jodiendote —Dominic barrió con su lengua el culo de
Lu antes de llegar a su agujero.

La calida humedad en el lastimado culo se sentía asombrosa —Mientras estés


aquí, no necesito otro amante.

La lengua de Dominic se detuvo un momento, antes de continuar el asalto en el


interior del agujero de Lu. Lu regresó su atención al pene de Dominic y
comenzó a atender la corona, chupando la enorme y bulbosa cabeza en el
interior de su boca.

46
—¿Dominic? —la voz de Boone le hablaba desde la puerta.

Lu gruñó cuando la lengua de Dominic dejó su agujero y atendió a Boone. Un


golpe de la mano de Dominic en el culo de Lu, le dijo que la diversión se había
acabado, al menos por ahora. Se bajó de Dominic y con un movimiento de su
mano, ambos estaban vestidos.

Dominic murmuró —Gracias — antes de sentarse a lado de Lu —¿Que sucede?

—Recibimos una extraña llamada de Baz —comenzó Boone.

Lu estaba inmediatamente alerta. Dominic pasó su brazo alrededor de su


cintura —¿Está lastimado?

Boone sacudió su cabeza —No sabemos. Dijo que lo estaban siguiendo y la


señal se cortó. Tratamos de volverle a llamar pero no contesta. Darien está con
Nick intentando recuperar la llamada.

Lu se puso de pie —Hay solo un área en la Ciudad en donde la señal se pierde


¿Pero que jodidos estaba haciendo en el Barrio Antiguo?

—¿Viejo barrio? —preguntó Dominic.

Lu comenzó a pasear por la terraza pasando sus dedos por su largo cabello —
Nadie va al Barrio Antiguo.

—¿Que jodidos es el Barrio Antiguo? —preguntó Dominic levantando la voz.

Lu se detuvo y vio directamente a Dominic —Es lo que había antes de que


llegara aquí.

****

Dominic estaba a lado de Lu en el carro y entrelazó sus dedos. Era la primera


vez que veía a Lu asustado, y eso era suficiente para asustar a Dominic —¿Así
que ese Barrio Antiguo es el lugar donde los mas malos de los malos viven?

Lu asintió —Cuando piensas en el Infierno, realmente estas pensando en el


Barrio Antiguo.

—¿Porque pudo ir ahí Baz? —preguntó Dominic.

—¿Voluntariamente? No lo haría.

47
Dominic vio al equipo en el carro, estaban listos para la pelea. La expresión en
la cara de Nick era suficiente para convertir a un hombre en piedra. Dominic
sintió el vehiculo disminuir y vio por la ventana. Se detuvieron frente a una alta
pared de cemento —¿Tu lo amurallaste?

Lu negó y abrió la puerta —Yo no lo hice, ellos lo hicieron —Se inclinó y le dio
un profundo beso a Dominic —Quédate aquí.

Dominic apretó la mano de Lu y lo mantuvo en el carro —¿A donde piensas


que vas?

El teléfono de Nick empezó a sonar distrayendo a Lu.

—¡Lu! —Dominic trato de llamar la atención de su amante.

Lu se inclinó y le dio otro beso a Dominic —Pediré permiso para entrar,


quédate aquí. No importa lo que suceda quédate en el carro.

—Una jodida que lo haré —contestó Dominic.

Nick tronó sus dedos llamando la atención de Dominic. Nick señalo el teléfono
—Es Baz.

Dominic sostuvo la respiración hasta que Nick terminara la llamada.


—Baz está en su casa. Sonaba un poco lastimado. Según él fue golpeado antes
de entrar a su edificio pero ahora está bien.

Lu cerró la puerta y suspiró alto —Gracias a Dios —Lu presionó el panel de


control delante de él —Will, llévanos al desván de Baz.

Lu colapsó contra un lado de Dominic. Dominic deslizó ambos brazos


alrededor de su amante, tratando de calmarlo, sintió la sutil vibración del
cuerpo de Lu. Dominic no estaba seguro si el temblor era por el alivio de que
Baz estaba bien o por no entrar al Barrio Antiguo.

Para cuando llegaron a la casa de Baz, Lu estaba considerablemente mejor —


¿Estás bien? —murmuró Dominic al oído de Lu.

Lu giró su cabeza y rozó sus labios con los de Dominic —Me pararía en el
centro de la ciudad y gritaría el nombre de Ambrosios antes de dejar que
alguno de mis amigos sea herido por mi causa.

48
—Espero que no tengas que llegar a eso —Dominic le dio otro profundo beso a
Lu. Barrió el interior de la boca de Lu antes de separarse.

Nick fue el primero en abrir la puerta. Dominic vio a su numero uno entrar
corriendo al edificio y sonrió. Vio hacia Boone y Darien. Los dos hombres ya
habían confesado que eran amantes al parecer no les extraño la sobreprotección
mostrada por su compañero de equipo.

—¿Hay algo que debería saber? —le preguntó Dominic a Darien.


El grande y moreno hombre sonrió —No.

****

Para cuando el grupo salio del elevador que los llevaría al desván de Baz, la
puerta ya estaba abierta y Lu entró y jadeo al ver la hermosamente esculpida
cara de Baz con varios cortes y moretones.

Nick estaba sentado en el sofá rojo oscuro con la cabeza de Baz en su regazo —
Creo que todas las heridas son superficiales.

Baz golpeo el centro del pecho de Nick con su puño —Estoy tan seguro como
una jodida que no se sienten superficiales, imbecil.

Nick retiró el negro cabello de la cara de Baz —Mejor que la alternativa.


Lu se arrodilló a lado del sofá —¿Sabes quien lo hizo?

La lengua de Baz pasó por la horrible herida en su labio —No fue Ambrosios,
pero estoy seguro de que fue en su nombre.

Lu se puso de pie y vio hacia afuera por la ventana —Te vienes a casa con
nosotros.

—Tu ya dijiste… —comenzó Baz.

Lu interrumpió a su mejor amigo —No voy a dejar que nadie te lastime.

—Si no hubiera sido por el golpe en la cabeza, yo pude manejarlo por mi


mismo. No necesitas preocuparte —trató de argumentar Baz.

Lu caminó al área designada a la recamara del gran espacio abierto del desván
de Baz abrió el closet y con un movimiento de su mano en un parpadeo de ojos
toda la ropa desapareció. Se giró hacia Baz y cruzó los brazos —Tus cosas ya
están en el cuarto de huéspedes que pretendía ocupar Boone.

49
Boone y Darien tosieron al mismo tiempo. Lu vio a los hombres y sonrió —
Vamos, mi cuarto está a lado del de Darien. ¿Realmente creían que no oía que
ustedes dos jodían a morir cada noche?

Baz se enderezó y pasó su mano por su frente —¿Que voy a hacer encerrado en
tu torre? Al menos Ambrosios finalmente se está moviendo.

—Si, ¡sobre ti! Hay que hacer que el hijo de perra venga hacia mí, es de mí de
quien quiere vengarse —contestó Lu.

Baz bajó sus pies al suelo —¿Que le hiciste a Ambrosios para que te odie tanto?

Lu se rehusó a contestar. Se acercó a Dominic —Salgamos de aquí. Lu vio a


Nick—Incluso si tienen que usar la fuerza lleva a Baz a la torre, lo quiero fuera
de aquí.

Lu salio del desván con Dominic a su lado. Una vez que ellos llegaron al
elevador, colapsó en los brazos de su amante —No puedo hacer esto por mas
tiempo.

Dominic frotó la espalda de Lu —No dirás ideas estúpidas como pararte en


medio de La Ciudad.
Lu enterró su cara en el cuello de Dominic —Entonces hay que encontrar otro
camino.

****

Después de asegurarse que el penthouse estuviera seguro, Dominic fue a la


cocina y preparó una bebida para Lu antes de ir a la recamara principal. Al
entrar, sonrió ante el desnudo hombre seductoramente acostado sobre las
negras sabanas de seda. Levantó el vaso con leche de fresa —Te traje algo.

Lu vio a Dominic un momento antes de sentarse y tomar el vaso —Prométeme


que no le dirás a nadie acerca de esto.

Dominic se quitó la ropa de la manera tradicional, subió al centro de la cama y


pasó su brazo por la cintura de Lu. Apoyó su cabeza en los muslos de Lu y
chupó las pesadas bolas frente a él —¿Porque escondes lo que eres realmente?

Apoyándose contra la cabecera, Lu le dio un trago a su leche —Porque lo que


realmente soy no tiene nada que ver con la posición que tengo en La Ciudad.

50
Tengo cierta imagen y la gente me respeta. ¿Crees que respetarían a un Ángel
caído que le gusta la leche de fresa y usa pijamas gruesas?

A pesar de que Dominic veía la verdad en la explicación de Lu, todavía le


molestaba. Cuantos años Lu se había visto forzado a vivir una mentira para
hacer de La Ciudad el lugar que era, se giró y se acomodó entre las piernas
abiertas de Lu y acarició con su nariz las bolas de su amante. Dejó que el aroma
de Lu lo envolviera antes de ver hacia el hermoso hombre —Conmigo, puedes
ser quien eres realmente.

Lu se terminó su bebida y dejó el vaso en la mesita de noche. Pasó sus dedos


por el corto cabello de Dominic —Estoy asustado.

—¿De Ambrosios? No tienes que estarlo, te protegeré con mi vida.

Lu sacudió la cabeza —No de Ambrosios, de ti.

Dominic levantó sus cejas —¿De mi? Yo nunca te lastimaría.

—Tu tienes el poder de lastimarme mas que nadie porque eres el primero con el
que me he abierto —murmuró Lu.

Dominic tomó la cintura de Lu y lo jaló bajándolo. El vio la cara de su futuro.


Sabía que se quedaría en La Ciudad, si eso significaba darle a ese increíble
hombre un momento de paz en su día. El vaciló al decir las palabras. Había
todavía mucho que no entendía acerca de Lu. Todo lo que él sabía resultó ser
mentiras creadas por la gente que no conocían al real Lucifer.

Cuando las piernas de Lu lo envolvieron, Dominic dirigió la cabeza de su pene


hacia su hogar. La expresión en la cara de Lu mientras Dominic entraba casi
llevó a Dominic a las lágrimas. De nuevo las palabras estaban en la punta de la
lengua pero se contuvo.

—¿Dime porque estas aquí? —preguntó finalmente.

Lu quebró el contacto visual y giró la cabeza —Sólo jodeme.

—No —contestó Dominic, sacudiendo la cabeza. Lu meneo la cadera tentando a


su amante de que dejara de hablar. No esperaba el fuerte empujón que recibió
en respuesta. En un parpadeo de ojos, Dominic estaba de pie a lado de la cama
y Lu acurrucado en una bola contra la cabecera.

51
El siguiente momento era crítico en su relación. Regresó al centro de la cama y
se sentó frente a Lu —Yo quiero probarte y si quizás probarme a mi mismo que
puedo amarte sin importar que. Pero no puedo hacerlo a menos que sepa que
me escondes.

Con su cara medio escondida entre sus brazos, Lu sacudió la cabeza —No
puedo contestarte eso. No. No me amarías si supieras lo que hice.

Dominic pasó sus manos por el suave pecho de Lu —Entonces ¿Solo te rindes?

Lu se apartó del toque de Dominic, enterró su cara completamente —Prefiero tu


amor sin condiciones.

Dominic lo vio —No se si pueda hacer eso. No es por las condiciones, es acerca
de la verdad.

Lu se enderezó y salio de la cama —Seguro —Lu salio de la habitación sin ver


hacia atrás.
Dominic se sentó congelado por el giro de los eventos. El sonido del elevador
llamó su atención y saltó de la cama y corrió hacia el elevador, presionó el
elevador, pero claro, estaba descendiendo —¡Joder!

Capítulo Seis

Lu apenas y recordó caminar por las calles oscuras, pero repentinamente estaba
de rodillas frente a la estatua de Michael. Dudaba que su hermano le
respondiera pero tenía que intentarlo —Por favor habla conmigo.

El aire cambio y Lu estaba de rodillas, sobre el césped. Pasó sus dedos a través
del cuidado jardín ¿Cuanto tiempo había pasado desde que vio por última vez
ese jardín?

—¿Que quieres? —preguntó Michael detrás de Lu.

Lu vio sobre su hombro y no se sorprendió de encontrarse con Michael en su


completo traje de batalla. Su hermano se tomaba su trabajo en serio, quizás
demasiado en serio a veces.
—Necesito permiso para hablar de la Atlántida —dijo Lu poniéndose de pie.

—Sabes que está prohibido —Aunque la voz de Michael era autoritaria su


mirada era gentil.

52
Lu se mordió el interior de su mejilla para mantener su argumento —Una
persona. Por favor.

—¿Porque? —cuestionó Michael, dejando el escudo.

—Por segunda vez en mi vida, creo que estoy enamorado —No era necesario
decir quien fue su primer amor —Sólo que este hombre corresponde mi amor.

Michael se encogió de hombres —Entonces, Déjalo que te ame.


—Según él, eso no puede ser sin completa honestidad.

Michael se rió. El profundo sonido retumbó en el pecho de Lu —¿Y si quieres


quiebras tus votos y le dices la verdad?

Lu bajó la cabeza —El puede alejarse de mi.

—¿Entonces porque quieres correr el riesgo?

A pesar de que sentía el ardor de las lágrimas en sus ojos, Lu levantó la cabeza
y se enfrentó a Michael una vez más —Porque es la única oportunidad de
seguir con él.

Michael se acercó y colocó una mano en el hombro de Lu —No puedes.


Conoces las reglas, Como las conocías entonces. Estás demasiado cerca de
conseguir el perdón de Dios. No hagas nada que arriesgue eso. Por favor.

Lu tragó el nudo en su garganta —¿Dices que tengo que elegir entre Dominic y
recuperar mi lugar en el Cielo?

Michael asintió y apretó el hombro de Lu —Lo siento, Lucifer. Las reglas fueron
escritas hace mucho tiempo. No pueden ser cambiadas.

Lu se alejó del toque de Michael —Conozco las reglas.

—Dile a tu hombre que no se te permite discutirlo. Si el realmente te quiere, el


lo aceptará —Michael se giró y desapareció.

Lu suspiró cuando se vio frente a la estatua de mármol de su guerrero hermano.


Oyó a alguien tocar la puerta con un puño —Aléjense —murmuró, mas para si
mismo que para el intruso en el exterior.

—¡Lu! —el grito de Dominic apenas y llegó a los oídos de Lu.

53
Lu se puso de pie y se dirigió a la puerta. La abrió y vio al hombre por el que
estaba cerca de arriesgar todo —¿Como supiste donde encontrarme?

Dominic entró y jalo a Lu a sus brazos —No lo sabía, tenia la esperanza. Era
revisar aquí y los clubs, rezaba porque estuvieras aquí.

Le dio a Dominic algo de su respuesta. Acunó la cara de su amante —No puedo


decirte porque estoy aquí. Es contra las reglas.

—¿Reglas de quien?

—Los Arcángeles no viven con las mismas reglas de los hombres —Incluso
aunque el dijo la verdad, Lu sabía que cargaría con el peso hasta que le dijera a
Dominic el resto, pero el tenía que pensarlo seriamente primero.

La noticia de que estaba cerca de recibir el perdón por los pecados de su pasado
lo tenían impactado. Si el mantenía el secreto, podría finalmente permitírsele
reunirse con Dominic en el cielo.
Dominic llegó a los labios de Lu. Lu se abrió, queriendo consumir a su amante y
mantenerlo con él sin importar que. Si sólo creyera que podía confiar que
sucedería. Después de un gran momento, Lu quebró el beso —Llévame a mi
hogar.
****
Lu entró a la cocina y sonrió. Vistiendo sólo ropa interior, Dominic estaba
comiendo un gran sándwich de carne —¿Pensé que íbamos a salir?

Dominic tragó el bocado y le dio un rápido beso —Y vamos, pero le pregunté a


Baz y dijo que el restaurant que te gusta sirve comida elegante pero que nunca
llena a una persona.

Lu le dio una mordida al sándwich de Dominic. Maldición el hombre sabía


como hacer una obra maestra combinando sabores —Te voy a llevar a un lugar
especial. Yo no se cuanto comes, así que creo que es buena idea que te hicieras
un sándwich.

Dominic hizo una pausa con su comida —¿Porque? ¿A que tipo de lugar me vas
a llevar?
—Solo confía en mí.

Dominic se rio —Si correcto. Confié en ti cuando hicimos todo ese trabajo en el
club.

54
—Y disfrutaste cada segundo de eso —Lu insinuó su mano por el frente de la
ropa interior de Dominic y apretó su duro pene.

Dominic gimió —Tienes razón lo hice.

—Tengo el presentimiento de que amaras el Éxtasis —Lu continuó acariciando


el pene de Dominic mientras hablaba. El elevador hizo un ruido momentos
antes de que Darien entrara a la cocina. A pesar de que se giraron a ver a
Darien, Lu no se molestó en remover su mano del pene de Dominic y su amante
no se apartó. Lu sonrió consigo mismo. A su amante comenzaba a gustarle el
exhibicionismo.
—¿Que sucede? —preguntó Dominic.

Darien no parecía incomodo para nada. De hecho el hombre se frotaba su


propia erección —Creo que Boone y yo ya revisamos todo y sólo nos falta
revisar una parte.

—¿Que parte? —Dominic bajó su ropa interior justo bajo sus bolas.

Darien jadeó en respuesta a ver el pene de Dominic en toda su gloria. Mientras


los dos hombres discutían de negocios, Lu cayó de rodillas y tragó la cabeza del
pene de Dominic. Continuó lamiendo el fuertemente venoso pene de Dominic
mientras este enterraba sus dedos en el cabello de Lu y hablaba con Darien.

Sólo cuando oyó que mencionaban el Viejo Barrio Lu atendió la conversación.


Sacó el pene de Dominic de su boca y vio a la cara a Darien —¿Que sucede con
el Barrio Antiguo?

—Juro que he revisado cada centímetro de La Ciudad excepto ahí. Ambrosios


debe de estar ahí —repitió Darien.

Lu sacudió la cabeza —Entonces déjalo ahí —Lu se giro hacia Dominic—No


dejes que el equipo vaya.

Dominic se inclinó y lo besó —Estoy seguro que Gabriel te habló de que el


equipo tiene ciertas habilidades…

Lu cubrió la boca de Dominic con su palma, interrumpiéndolo —Eso no


importa, no puedes dejar que el equipo entre tras el muro del Barrio Antiguo.

Dominic retiró la mano de Lu de su boca. Durante un momento se vieron a los


ojos, antes de que Dominic apartara la mirada de Lu y viera a Darien —¿Dame
un momento?

55
Después de que Darien dejó la cocina, Dominic envolvió sus brazos alrededor
de Lu —¿Que sucede? Estabas listo para que entráramos en busca de Baz. ¿Que
ha cambiado?

Lu sacudió la cabeza —Estaba listo para entrar en busca de Baz. No iba a dejar
que ninguno de ustedes lo hiciera.

Lu podía ver la duda en la expresión de Dominic, antes e que el abriera la boca,


decidió interrumpirlo —Te dije que el verdadero mal reside en el Barrio
Antiguo, un mal tan intenso que una alma puede ser contaminada con solo
pasar las paredes. Si tus hombres entran ahí, ellos nunca serán bienvenidos en
el Cielo.

Dominic descansó su frente contra Lu —Bien. Entonces pensemos en la manera


de sacar a Ambrosios de ahí.

Lu soltó un suspiro de alivio. La confianza de Dominic significaba todo para Lu


—Gracias.

****

Dominic se estaba arreglando para salir a cenar, cuando tocaron a la puerta —


Adelante.

Baz entró en la habitación. Los varios días que habían pasado habían hecho
maravillas con los moretones de Baz, pero los pequeños cortes todavía eran
visibles —¿Tienes un segundo?

Dominic asintió mientras se hacía el nudo de la corbata. Había aprendido


rápidamente lo que Lu consideraba apropiado vestir en la cena. Sonrió al
pensar en el episodio en la cocina. La expresión en la cara de Darien era
caliente. EL exhibicionismo podría ser nuevo para él, pero el era un completo
adicto. Brevemente se preguntaba como había vivido sin eso.

Dominic alejó el pensamiento. Realmente el tenía que reordenar sus


pensamientos. A pesar de que el amaba su trabajo, es se había enamorado
profundamente de Lu en ese tiempo. Nadie lo había hecho sentirse de la
manera que lo hacia Lu.

Baz se limpio la garganta —Me preguntaba si podía pedirte un favor.

—Claro —Dominic tenía una buena idea del favor que quería Baz.

56
—Lu todavía no quiere hablar conmigo.

Dominic terminó de arreglar el nudo y tomó el saco de la cama —¿Debido a la


pelea que tuvieron?

Baz sacudió la cabeza —No debería haber dicho lo que dije, pero el no quiere ni
siquiera escucharme lo suficiente para que me disculpe.

Dominic había visto a Baz tratar de aproximarse a Lu durante el par de días


anteriores. Baz tenía razón, Lu no quería nada con el —Creo que le dolió que lo
llamaras con su nombre completo.

Baz sacudió la cabeza —No es eso —Baz vio al piso—Estaba celoso de ti, e hice
un comentario acerca de ambos.

—¿Si? ¿Cual fue ese? —preguntó Dominic viéndolo fijamente.

Baz vio a Dominic y cuadró los hombros —Básicamente que el era un tonto
enamorado si pensaba que tú ibas a dejar tu lugar en el Cielo por él. Baz
sacudió la cabeza —No debí decir eso. Estaba enojado y celoso de que salieran,
no era cierto.

Baz suspiró —No debí hacerlo.

—Lo amas —concluyó Dominic.

Baz sorprendido por la pregunta de Dominic sacudió la cabeza —No de la


manera que crees. Lo amo pero no de la manera en que tú lo haces. Se cosas
acerca de él que el no sabe que se. El es la razón por la que vine a La Ciudad.
Supongo que de alguna manera yo lo adoro.

Dominic estaba confundido. Lu había dicho que Baz pertenecía al cielo, pero
que el había pedido vivir en el Infierno. ¿Pero porque? ¿A causa de Lu? —¿Él
sabe eso?

Baz sacudió la cabeza —El sabe que me importa y que yo pienso que su culo
está para morir —Baz debió de darse cuenta de su error—Lo siento.

Dominic movió la mano alejando la disculpa de Baz —Se que ustedes dos
acostumbraban joder —Dominic asintió—Él me lo dijo.

—Gracias —Baz iba a salir del cuarto.

57
—Oh, Baz, Tienes razón. Lu tiene un culo para morir— dijo con una sonrisa.

****

Lu estaba en el borde del edificio estudiando la ciudad cuando el teléfono en su


bolsillo empezó a sonar. Vio la pantalla, ‘numero desconocido’ tomó una
profunda respiración y contestó —Lu.

—Estoy cansado de este juego. Encontrémonos en El Perro Rojo en el Barrio


Antiguo, o me obligarás a tomar venganza en tus hermanos, en lugar de en ti.
No es ninguna diferencia para mí. De cualquier manera planeo derramar sangre
de Arcángel antes de que la noche termine. Oh, y si veo a tu pequeño novio
contigo, me aseguraré de que tengas oportunidad de que te vea morir antes de
que libere a la población entera del Barrio Antiguo sobre él.

La llamada terminó. Lu cerró el teléfono con mano temblorosa. Barrio Antiguo.


Dejo el teléfono en su bolsa y colapsó en una de las sillas. ¿Que debería de
hacer? Según Gabriel, Dominic y sus hombres estaban equipados para tratar
con Ambrosios, pero no había manera de que Lu dejara que cualquiera de ellos
pusiera un pie detrás de la barda del Barrio Antiguo.

Aunque Ambrosios había dicho que podía tomar la sangre de sus hermanos, Lu
dudaba que pudiera confiar en él. Tenía que hacer una elección. Vio hacia el
penthouse. Finalmente había encontrado lo que siempre había soñado.

Una parte de él quería decirle a Dominic. Había una real posibilidad de que su
amante pudiera matar a Ambrosios. Si Dominic entraba en el Barrio Antiguo,
eso podía salvar el problema de Lu del regreso de Dominic al Cielo.

Lu sacudió la cabeza. Incluso si Dominic lograba matar a Ambrosios, nunca


seria capaz de sobrevivir a los hombres y mujeres sedientos de sangre del
Barrio Antiguo. Una vez que los diferentes escenarios pasaron por su cabeza,
Lu sabía que el no tenía elección. No sólo el se rehusaba a poner en riesgo a
Dominic, sino que él era el único que merecía la venganza de Ambrosios, no sus
hermanos. Era culpa de Lu que la Daga de la Bestia hubiera sido creada en
primer lugar. Se había hecho con la intención de usarla en él después de todo.

Con su decisión hecha, Lu entró en la casa y fue directo a su oficina.

****

58
—¿Te importaría si nos detenemos en El Templo antes de cenar? le preguntó Lu
a Dominic una vez que estuvieron en la limousine.

—¿Porque? —preguntó Dominic.

—Porque quiero compartir contigo de nuevo —Lu sintió nauseas ante la media
verdad. Aunque el quería compartir en su lugar privado con Dominic una vez
mas, Lu sabía que era el único lugar en la ciudad en que Dominic estaría a
salvo.

Dominic jaló a Lu mas cerca a su lado —Te gusta eso.

Descansando su cabeza en el hombro de Dominic, Lu cerró los ojos. Deseaba


tener tiempo para decir adiós a su amante. Absorbió la calidez del cuerpo de
Dominic, sabiendo que en poco tiempo dejaría al hombre del que se había
enamorado tan profundamente.

El carro se detuvo y Lu de mala gana abrió los ojos. La puerta se abrió y


Dominic fue el primero en deslizarse fuera. Siempre alerta, Lu notó la manera
en que los ojos de Dominic revisaban el lugar antes de darle la mano a Lu.

—No tardaremos —le dijo Lu a Will.

En segundos ellos estaban dentro de la capilla. Lu se alejó de Dominic y besó


los pies de cada estatua del cuarto, enviando un mensaje privado a cada uno de
sus hermanos, antes de arrodillarse en el altar. Por favor perdóname, Padre.
Siempre me esmeré en hacer lo correcto. Aunque se que crees que perdí mi
camino, siempre estás en mi corazón.

—¿Lu?

Lu abrió los ojos y se puso de pie. Se giró hacia Dominic y sonrió —Quiero aquí
frente a Dios y mis hermanos decirte lo mucho que te amo.

Dominic jaló a Lu a sus brazos y lo abrazo. Lu enterró su cara en el cuello de


Dominic e inhaló, tratando de retener el aroma de su amante en su memoria.

—¿Todo está bien? —preguntó Dominic.

Lu sabía que Dominic podía sentir el ligero temblor en su cuerpo —Creo que
podría quedarme aquí contigo por siempre —murmuró.

—Es agradable, ¿no es así? —preguntó Dominic.

59
—Mmm hmm —aceptó Lu. Su tiempo se acababa. Jaló y besó al hombre que
amaba. Lu colocó todos sus sentimientos en ese beso, empujando su lengua
profundamente en la boca de Dominic. Gimió cuando la lengua de Dominic se
entrelazó con la suya. Incluso besando, Dominic era el dominante. Lu sonrió
ante la lengua que invadía su boca. El no quería a su Dom de otra manera.

Quebrando el beso, sabia que era tiempo —Oh, mierda. Olvidé algo en el carro.
Se separó —Regreso en un segundo.

Dominic juntó las cejas —No vi que llevaras nada.

Lu ya estaba en la puerta. Movió la mano y la abrió fácilmente. Antes de dejar el


cuarto, Lu rápidamente sacó un sobre de su bolsillo y lo dejó en el pedestal
junto a la puerta. Salio, dándole una ultima mirada —Te amo —murmuro y
movió la mano. Lu vio cuando los ojos de Dominic se daban cuenta, justo
cuando la puerta se cerraba. Oyó que le gritaban detrás de la puerta sellada.
Ignorando el dolor en su corazón, Lu se giró hacia Will —Llévame al Barrio
Antiguo.

Capítulo Siete

Dominic golpeaba la puerta con sus puños —¡Lu!

Frenéticamente buscaba en la puerta y en el área general. El había visto varias


veces a Lu abrir la puerta. Sacó su teléfono celular y buscó señal en el interior
del cuarto sin suerte.

—No. Esto no puede estar sucediendo —Dominic guardó el teléfono en su


bolsillo y regresó a la puerta. Empezó a golpearla con cada gramo de fuerza que
poseía. Continúo hasta que las manos le sangraron y su fuerza se agotó.

En todo lo que podía pensar era en los ojos de Lu la última vez que lo vio.
Dominic se deslizó al suelo. Vio el borde del sobre que Lu había dejado y lo
tomó del pedestal.
El nombre de Dominic estaba escrito con una elegante letra manuscrita al
frente. Abrió el sobre y logró sacar la carta en un tiempo record. Desdobló la
hoja y sostuvo su respiración mientras leía.

Mi Querido Dominic,

60
Para cuando leas esto, estaré en camino del Barrio Antiguo. Recibí un
ultimátum de Ambrosios esta tarde. Si yo me encontraba con él, el prometía no
tomar venganza en mis hermanos. Nosotros ambos sabemos que no puedo
permitir que eso suceda.

Siento haberte engañado para llevarte a El Templo, pero se que no me


permitirías ir solo, que es exactamente como debe ser. Te amo más de lo que
incluso creí posible, Es por eso que nunca debes e entrar al Barrio Antiguo. Para
cuando seas liberado de la capilla, ya me habré reunido con Ambrosios.
Mi muerte es mi destino. Estoy en buenos términos con mi castigo, que debió de
haber ocurrido hace mucho tiempo. Mi deseo es que tú regreses a tu hogar.
Aunque espero tener una pequeña parte de tu corazón siempre, rezaré para que
algún día ames de nuevo.

Me di cuenta de algo mientras escribía esta carta, tú Dominic Ramos eres mi


Cielo. Agradezco haber pasado las últimas semanas de mi vida en tus brazos.

Te ama siempre
Lu

Dominic arrugó la carta contra su pecho mientras las lágrimas escapaban de sus
ojos y bajaban por su cara. Nunca incluso le había dicho a Lu cuanto lo amaba.
Repentinamente el secreto de Lu era mínimo en comparación con la pérdida
que sentía.
Cayendo de lado, golpeó sus ensangrentados puños en el suelo de mármol.
Nunca lo mereció.

****

Lu trató de hacer su mejor esfuerzo para restablecerse durante el largo camino a


través de La Ciudad. No se atrevió a parpadear por miedo a que la humedad se
confiriera en lágrimas en sus ojos.

—¿Señor? —La voz de Will se oía por el intercomunicador.

Lu presiono el botón —¿Si?

—Señor, ¿está seguro de que quiere ir al Barrio Antiguo? —preguntó Will.


Una pequeña parte de Lu quería decirle a Will que diera la vuelta y regresara
con Dominic, pero sabía que no podía hacerlo —Estoy seguro.

La limousine lentamente se detuvo.

61
—¿Señor? —La voz de Will de nuevo.

—Maldición, Will. Estoy haciendo lo correcto. Si no quieres llevarme, bien. Yo


conduciré.

—Disfruté trabajar con usted, Señor.

La puerta se abrió y una brillante luz blanca bañó el interior del carro. Lu
levantó la vista esperando ver a Ambrosios, pero se encontró cara a cara con
Gabriel y Michael. Tan pronto como los vio, el sabía que ya no estaba en La
Ciudad.
Gabriel le ofreció su mano —Ven conmigo, hermano.

Lu se deslizó en el asiento —¿A donde vamos?

Una vez mas, Gabriel le señaló que saliera del carro —Necesitamos hablar
contigo.

Lu finalmente se deslizó hasta el borde de la puerta, aunque declinó tomar la


mano de Gabriel. La limousine estaba estacionada junto a un arroyo con césped
y rocas cubiertas de musgo ¿Cielo? —¿Que estoy haciendo aquí?

Michael y Gabriel intercambiaron miradas, antes de que Michael finalmente


hablara —Pasaste el examen.

—¿Que examen? ¿De que estas hablando? —preguntó Lu.


—El Guardián de los Archivos leyó la historia de la Atlántida. Sintió
fuertemente que merecías una segunda oportunidad he hizo la petición formal
a Dios —comenzó Gabriel.

—Desafortunadamente, Padre no sentía que estuvieras listo para regresar. Se


tomó muchos años pero finalmente te dio una segunda oportunidad para
probar tu lealtad. Estoy feliz de informarte que pasaste —Michael se adelantó y
abrazó a Lu.

Lu sentía como si le hubieran pateado el trasero. Empujó a Michael y se alejó —


¿Quien tuvo el valor de hacerle una petición a Dios? ¿Que examen?

Una vez mas, los hermanos de Lu se vieron uno al otro antes de contestarle —
Basileios Kostopoulos.
—¿Baz? Lu jadeó. Giró la cara hacia la limousine y apoyó las manos en el frío
metal. Cerró los ojos, asustado de oír la respuesta a la pregunta que el había
realizado —Ambrosios no está fuera de su confinamiento, ¿No es así?

62
—No. El siguió seguro encerrado lejos —contestó Michael.

—¿Y la Daga de la Bestia? —preguntó Lu.

—Todavía enterrada bajo las ruinas de la Atlántida —colocó Michael sus manos
en los hombros de Lu —Bienvenido a casa, hermano.

Lu alejó las manos de Michael —No. Tú me mentiste. Todos me mintieron.

Gabriel se adelantó y negó —Nosotros teníamos que asegurarnos de que


pudieras regresar al Cielo y ser tu mismo. Son nuestras reglas.

Lu no podía respirar. Se inclinó con sus manos en la cintura. Todo era mentira.
El ataque de Baz. Ambrosios. Había sido un juguete no sólo para sus hermanos
y su mejor amigo sino al parecer también para Dominic. ¿Era por eso que
Dominic no le había dicho que lo amaba? ¿Era sólo una misión para Dominic?
¿La pregunta sobre la Atlántida otro jodido examen?

Lu se giró y abrió la puerta del carro. Subió y cerro la puerta —¿Will? —


pregunto presionando el botón del intercomunicador.

Lu se encontró con un silencio —¿Will?


La puerta se abrió de nuevo, cortesía de Gabriel —Will se fue a casa con su
familia. El se lo ganó.

—¿Huh? Will no tiene familia.

Gabriel le dio a Lu una comprensiva sonrisa —Su familia está aquí. En el Cielo.
Fue enviado contigo hace años para vigilarte.

Primero Baz, ahora Will, Lu se alejó de su hermano. Todo el mundo en el que


confiaba lo había traicionado —Envíenme de regreso a La Ciudad.

—No seas ridículo. Ya no perteneces allá —Michael elevo la voz detrás de


Gabriel.

Lu vio los ojos azul claro de su hermano —Estás equivocado. Es ahí,


exactamente donde pertenezco. Amo mi casa, mi gente —Lu se secó una errante
lagrima —Al menos los conozco lo suficiente para confiar en ellos. La vida es
mucho más fácil cuando te abres a la confianza.

—Lu, por favor, esto no es lo que parece.

63
—No. Esto es exactamente lo que parece. He sido engañado para probar un
amor que ya tienen, todo tuyo —Lu sacudió la cabeza —No quiero estar aquí.
Por favor, Michael. Envíame a casa.

Michael y Gabriel se giraron y caminaron varios metros hacia el arroyo. Lu


estaba molesto al ver que ellos dos discutían sobre su futuro. El no había hecho
la pregunta más importante, porque estaba asustado de que la respuesta
realmente pudiera destrozarlo.
Si Dominic y sus hombres regresaban al Cielo, Lu llegaría a buenos términos
con su pérdida lentamente. Oír que el hombre que amaba lo había traicionado
era un golpe más del que no se recuperaría.

Gabriel regresó al carro, pero Lu notó que Michael decidió quedarse en donde
estaba —Michael piensa que eres un ingrato.

Lu se encogió de hombros. ¿Como había pensado que estaba enamorado de su


intransigente hermano? —No me preocupa lo que piense Michael. Nunca
podría, hacerle a nadie lo que me han hecho a mi.

—Según las reglas tienes un periodo de cien años para cambiar de opinión —
declaró Gabriel, con el tono de voz más frío que nunca.
—No voy a cambiar de opinión —aclaró Lu y tomó la manija de la puerta —Por
favor envíame a casa ahora.

****

Casi como por una divina intervención la puerta de la capilla se abrió. Por un
momento, Dominic se quedó viendo la oscuridad de la calle mas allá de la
suave iluminación de su prisión, antes e ponerse de pie, tomó la carta de Lu y
cuidadosamente la guardó en su bolsillo. No tenía duda que la carta seria leída
y releída cientos de veces.

Una vez en la calle, Dominic tomó su teléfono una vez más. Llamó a Darien,
esperando que su equipo tuviera acceso a un carro. Mientras esperaba a que
Darien contestara, los dedos de Dominic suavemente tomaban la piedra verde
que tenía en su bolsillo. Sabía que era la única cosa que mantendría al hombre
que amaba vivo.

—Darien.

—Consigue un carro y recógeme en El Templo.

64
—Pensé que saliste con Lu —dijo Darien.

Dominic no tenía tiempo para entrar en detalles pero sabía que Darien merecía
saber lo que sucedía —Lu me encerró en la capilla y fue al Barrio Antiguo a
enfrentar a Ambrosios por si mismo.

—¡Joder! —exclamó Darien.

—Sólo ven a recogerme. Necesito llegar al Barrio Antiguo antes de que sea
demasiado tarde —le dijo Dominic.

—¿Que? No puedes ir ahí. Me dijiste lo que sucedería. No. No voy a llevarte al


Barrio Antiguo.

—Bien. Iré ahí por mis propios medios —Dominic colgó y corrió hacia la calle
principal. No tenía tiempo para discutir con nadie, especialmente cuando sabia
que los segundos contaban. Si era afortunado, sería capaz de encontrar un taxi y
dejaría a su equipo fuera del lío que al parecer encontraría.

Le tomó unos valiosos minutos encontrar un taxi que se detuviera y levantara a


un hombre ensangrentado y con expresión de loco. Tan pronto como le dijo al
chofer a donde quería dirigirse el conductor se tensó y levantó la pared de
vidrio entre ellos.

Dominic sabía que sonaba como loco. Infiernos, se sentía loco, pero en ese
momento, todo lo que le importaba era encontrar a Lu. El arcángel caído El
infierno odiado por todo el mundo había sido el lugar en donde encontró al
más cariñoso hombre que Dominic hubiera conocido.

El Lucifer escrito en los libros nunca se hubiera sacrificado para salvar a otros
¿Cómo la historia lo había tratado tan mal? ¿Porque los otros arcángeles habían
permitido que sucediera?

El taxi se detuvo frente a la pared que rodeaba la ciudad. Cuando Dominic


golpeo el vidrio para tratar de pagarle al conductor, el hombre señaló que
saliera, evidentemente lo que quería era deshacerse de Dominic.

Se sorprendió de encontrarse con Baz y Nick de pie frente a la entrada del


Barrio Antiguo.

—¿Que hacen ustedes dos aquí? —c preguntóDomini.

—No puedes entrar ahí —dijo Baz.

65
—Mírame —dijo Dominic, tratando de rodear a ambos hombres. No tenía
tiempo para que lo jodieran.

Nick tomó del brazo a Dominic —No está ahí.

Dominic iba a golpear el brazo de Nick, pero se detuvo cuando entendió las
palabras de su amigo —¿Que? Tengo una carta. Dijo que iría al Barrio Antiguo.

Baz se colocó entre Dominic y Nick —El pensaba que iría al Barrio Antiguo —
Baz suspiro y vio a Nick—El fue llevado al Cielo.

Dominic estaba congelado —¿Que?

****

Lu vagabundeó por las calles de su ciudad hasta que el sol estaba bien alto
sobre su cabeza. Se sentía completamente confundido, e incluso pensaba que La
Ciudad no era la misma, se sentía perdido. ¿Podría ser capaz de encontrar su
camino de nuevo?

Cansado y listo para enterrarse bajo los cobertores por los siguientes cien años
mas o menos, Lu se dirigió hacia su penthouse. En un parpadeo de ojos, Lu
había perdido a su chofer, su mejor amigo, y al único hombre al que el
realmente amó. En definitiva no había sido uno de sus mejores días.

Esperaba que el penthouse estuviera vacío. Sus llamados guardaespaldas


debían haber tenido mucha prisa en irse porque había platos sucios en la mesa
del comedor. Lu vio el lío y sacudió la cabeza, dirigiéndose a la recamara.

Se desnudó en el camino. Si, dormir durante cien años sonaba bien.

Al entrar a su recamara la brillante luz del sol que debía pasar por la ventana
del piso al techo estaba sospechosamente ausente. Lu no recordaba haber
cerrado las persianas antes de que él y Dominic dejaran el lugar la noche
anterior.

En la oscuridad, Lu fue hacia la mesita de noche y encendió la lámpara. Saltó


cuando vio una cara familiar durmiendo en su almohada. Su primer instinto era
llenar de besos la hermosa cara, pero entonces la realidad le llegó. El lo había
traicionado, necesitaba recordar eso.

66
—¡Lárgate! —gritó con sus manos en un puño a su lado. Podía enviar a
Dominic de regreso al Cielo con un simple movimiento de su mano, pero
merecía confrontar al hombre que lo había utilizado.

Dominic abrió sus oscuros ojos —¿Lu?

—Lárgate. No puedo creer que tengas el valor de estar aquí —gruñó Lu.

Dominic se enderezó, retiró los cobertores y expuso su esculpido pecho —He


estado esperando por ti como dijiste.

—¿De que jodidos estás hablando? —Lu empezaba a pensar si necesitaba la


confrontación. Le dolía mas de lo que había pensado ver a Dominic y no ser
capaz de tocarlo.

Dominic sacó un arrugado pedazo de papel de debajo de la almohada y señaló


la carta que había escrito Lu —Dijiste que regresara aquí. Mi deseo para ti es
que regreses a tu hogar. Así que eso es lo que hice.

Lu sacudió la cabeza. El no podía discutir con un desnudo y adormilado


Dominic. Se dio media vuelta y salió del cuarto. El aire frío en su flácido pene le
recordó que el también estaba desnudo. Con un movimiento de su mano, se
vistió con los pantalones de su gruesa pijama favorita. El no tenia que
impresionar a nadie, después de todo, e incluso podía permitirse su bebida
favorita.

Sacó la leche del refrigerador y un vaso del gabinete.

—¿Lu? —dijó Dominic desde el marco de la cocina —¿Que sucede?

Hirviendo ante la pregunta, Lu se giró y golpeo el vaso del mostrador.


Fragmentos de vidrio se dispersaron cuando el vaso golpeo contra el piso de
mármol —Sabes exactamente que sucedió.

Dominic sacudió la cabeza, mientras veía los fragmentos de vidrio brillar en el


suelo —Se la versión de Baz. Te estoy preguntando la tuya. ¿Porque estas
enojado conmigo?

Lu dio un paso hacia Dominic. Sintió un pinchazo en la planta del pie,


reconociendo que era debido a unos de los fragmentos de vidrio —No
pronuncies ese nombre en mi hogar.

67
Dominic levantó las manos —Detente. Sólo déjame limpiar el piso antes de que
te desgarres los pies.

—Me importan una jodida mis pies. Mi corazón está desgarrado, imbecil.
Dominic tuvo el valor de verse sorprendido —¿Porque estás enojado conmigo?
Si piensas que tengo algo que ver con esta mierda estás equivocado. Todo lo
que yo se es que Gabriel me ordenó venir aquí.

Dominic buscó en el bolsillo de sus arrugados pantalones de vestir que el había


usado antes y sacó una piedra verde —El me dio esto y me dijo que lo colocara
contra la piel de Ambrosios. Gabriel dijo que actuaría como un veneno en
Ambrosios.

Lu vio la piedra en la mano de Dominic y sacudió la cabeza. ¿Habría juzgado


severamente a Dominic? —Entonces ellos nos mintieron a ambos, porque lo que
estas sosteniendo es solo vernipulite, un mineral extraído de Venus.
Dominic vio la roca en su mano y la dejó caer al piso. Lu vio como la verdad
había golpeado al Guardián de Las Puertas del Cielo.

—¿Porque? —preguntó Dominic.

Lu sacudió la cabeza. Sus hermanos no tenían ni idea de lo equivocada que


estuvo su artimaña —Ellos estaban probándome. Pero estoy seguro de que Baz
ya te dijo eso.

Dominic se giró hacia la alacena, su cara estaba completamente blanca. Sacó


una escoba y un recogedor y comenzó a limpiar los pedazos de vidrio. Después
de un momento de silencio, se detuvo y vio a los ojos a Lu —Baz me dijo que el
estaba tratando de arreglar un error que se había cometido contigo. Esa es la
razón por la que vino a La Ciudad en primer lugar.
Había estado al borde del peligro en más de una manera. Si Dominic decía la
verdad y el realmente no sabía nada acerca el examen, el merecía saber toda la
verdad. Lu sabía que el periodo de cien años de gracia para regresar al Cielo
sería cuestionable si divulgaba la razón por la que fue condenado en primer
lugar.

Veía a Dominic limpiar el suelo. Cuando Lu notó que su amante casi pisa un
pedazo de vidrio, el movió su mano y los vidrios desaparecieron. Dominic soltó
la escoba.

En el momento que la escoba llegó al piso, Lu ya estaba junto al hombre que


amaba. En un momento entraba en los brazos de Dominic, al menos esa parte
de su mundo estaba correcta. Cubrió los labios de Dominic con los suyos y

68
hambrientamente comió su boca. La única cosa en su mente era el hombre cuya
lengua chupaba.

Dominic gimió y levantó a Lu del suelo, profundizando el beso. Lu envolvió sus


piernas alrededor de la cintura de Dominic —Llévame a la cama.

Capítulo Ocho

Dominic se arrastraba arriba de Lu y besaba sus labios ligeramente —Te amo.


Estaba tan asustado de nunca tener la oportunidad de decírtelo.

Lu trazó los labios de Dominic con la punta de su dedo —Necesito decirte que
sucedió para que me enviaran aquí.

Dominic sacudió la cabeza. Lu ya le había explicado que si lo decía


quebrantaría una de las reglas de los arcángeles. Después de todo Lu se había
ganado el derecho de regresar al Cielo, Dominic no quería ser quien arruinara
eso.

—No. Estaba equivocado. No necesito saber la verdad de tu pasado para


conocerte, te amo ahora. Siento haberte puesto en esa posición.

—Éste es mi hogar. Independientemente de que haya pasado el examen. Nunca


lo dejaré.

—Entonces yo tampoco —declaró Dominic. Sorpresivamente, no era una


decisión difícil de hacer. Al pensar en la larga y difícil conversación que había
tenido con Baz. Finalmente llegó a la conclusión de que no importara donde
viviera, mientras Lu estuviera con él. El estaba planeando como explicarle a Lu
que no regresaría al Cielo.

69
La información de Lu acerca de la piedra que le había dado Gabriel le había
hecho enojar, pero sabía que eso no se acercaba a lo que sentía Lu con la traición
de su mejor amigo y sus hermanos. A pesar de que Baz estuvo equivocado,
Dominic esperaba que Lu pudiera entender que las intenciones del hombre eran
honorables.

—Donde estés tú, es mi hogar —reiteró Dominic.

La esquina de la boca de Lu se levantó ligeramente —Será una distancia muy


larga hacia tu trabajo.

—Entonces supongo que tendré que encontrar algo que hacer aquí en La
Ciudad, para ocupar mi tiempo.

—Puedo pensar en algunas cosas. Todavía quiero llevarte al Éxtasis.

—Bebé, Tú me llevas al éxtasis cada vez que te tengo en mis brazos —Dominic
besó el dedo que seguía viajando por sus rasgos.

Lu bufó y giro los ojos —Esa declaración es muy del estilo de Casanova.

Dominic se rió —Trato. Soy nuevo en estas cosas de romance.

—¿Lo eres? —preguntó Lu —¿Habías estado enamorado?

A Dominic no le gustaba pensar en su pasado. El había sido un gruñón hijo de


perra, y lo sabía. El seguía trabajando duro para ser el mejor hombre que
pudiera ser. Demasiado malo era que el no había tenido las bolas para seguir
sus preferencias sexuales. Su vida podría haber sido completamente diferente.
—Creí que varias veces. En realidad estuve casado con tres diferentes mujeres.
Creo que quería estar enamorado. Quería lo que todo el mundo esperaba de mí.
Me casaba y rápidamente me daba cuenta que era miserable y lo dejaba. En
lugar de ver hacia mi mismo, siempre culpé a mis esposas.

Dominic sacudió la cabeza —Algún día, me gustaría encontrarlas y


disculparme —Sonrió—Aunque estoy seguro de que al menos una de ellas vive
aquí en la Ciudad.

Lu se rió y le dio un juguetón golpe en el trasero a Dominic —Rezo porque


nunca sientas la necesidad de entrar en una vagina.

—No necesitas preocuparte por eso —Dominic presionó su pene contra Lu—
Tengo todo lo que quiero justo aquí.

70
Dominic se acomodó entre las piernas de Lu buscando mas espacio para amar a
su hombre. Al menos por ahora, el ya había hablado suficiente. Como si fuera
un dispositivo eléctrico, la cabeza del pene de Dominic inmediatamente
encontró el arrugado agujero del culo de Lu.

A pesar de lo que Lu continuamente le decía, Dominic no se sentía bien de joder


a un hombre sin algún tipo de lubricante. Escupió en su mano y ensalivó la
corona de su pene.

El notó que Lu sutilmente giraba los ojos, y se encogió de hombros. Lu tendría


que acostumbrarse a eso porque Dominic dudaba que el fuera a cambiar. Como
si fuera por voluntad propia, el cuerpo de Lu pareció abrirse y capturar el pene
de Dominic.

Vio hacia Lu —¿Estás haciendo eso?

Lu sonrió —Más trucos de salón ¿Te gusta?

Dominic gimió cunado la succión empezó a crear una fuerza nunca antes vista.
Se sentía como si estuviera jodiendolo y siendo mamado al mismo tiempo, otra
primera vez para él. El definitivamente podría ser adicto a eso —Oh, si.

Dominic vio de los ojos de Lu a su pene que era chupado hasta la raíz. En ese
momento el no estaba totalmente a cargo, pero Dominic se dio cuenta que
probablemente Lu necesitaba la pequeña muestra de control ante la sacudida de
su mundo.

Lu raspó con sus cortas uñas la espalda de Dominic —Jódeme.


Ante la declaración el pene de Dominic se liberó de la fuerza de la succión,
regresándole la capacidad de hacer justo eso. Se salio hasta que sólo la cabeza
estaba dentro y se volvió a empujar.

Lu gritó ante la dura invasión. La expresión en la cara de Lu era más de paz que
de dolor.

Dominic se salio completamente y palmeó la cadera de Lu —Gírate, bebé.

Lu se giró sobre su abdomen y colocó las rodillas debajo de él. Se apoyo sobre
los hombros y separó sus nalgas —Hazlo. Haz que lo sienta por días.

Dominic una vez más empujó la cabeza de su pene dentro del bonito y estirado
agujero del culo. Tomó las caderas de Lu y se empujó totalmente en un solo
impulso.

71
—Siiiii —siseo Lu.

Con cada duro impulso, Dominic trataba de darle la cantidad correcta de placer
y dolor que Lu parecía necesitar desesperadamente. No había duda en la mente
de Dominic, su amante tendría moretones después de esa copula, pero el
esperaba que sólo sirviera para recordarle su momento juntos a Lu.

Las bolas de Dominic golpeaban en cada empuje y el se preguntaba si el


también tendría moretones. Ajustando un poco el ángulo, Dominic golpeó la
glándula de Lu enviando al hombre un temblor y disparando su semen como
una maquina.

—Aaahhhh, ¡Dominic! —gritó Lu.

Dominic hizo su mejor esfuerzo para sostener el cuerpo de Lu mientras el


cuerpo de su amante vibraba con la intensidad del orgasmo. Dominic
finalmente envolvió la cintura de su amante cuando el aumentó el ritmo de los
empujes. Se empujo contra el hambriento culo de Lu cuando liberó el primer
chorro de su semilla dentro suyo.

Dominic colapsó con sus brazos todavía alrededor de la cintura de Lu,


girándose a un lado mientras luchaba por respirar.

—¡Joder! —jadeó Lu.

Todavía conectado a Lu, Dominic pasó su dedo sobre el estirado agujero de Lu


que continuaba abrazando a su pene —Te lastime ¿Lo hice?
—Si. Y fue maravilloso —Lu se acurrucó contra el pecho de Dominic —Gracias.

—Uno de estos días, espero que podamos tomarnos un poco mas de tiempo.
Hacer el amor lentamente me parece una gloriosa manera de pasar la tarde.

—Mmm —murmuró Lu mientras se quedaba dormido.

Dominic acomodó la cabeza de Lu lo suficientemente cerca para besar el cuello


de su amante dormido. Ellos todavía tenían muchas que arreglar, primeramente
la relación de Lu con Baz. Sabía que ninguno de ellos sería feliz hasta que su
amistad se arreglara.

No se lo había mencionado a Lu, pero sabía que Baz seguía en La Ciudad.


Dominic dudaba que el hombre pudiera irse al menos hasta que Lu aceptara

72
hablar con él. Se preguntaba si Nick estaría con Baz. Los dos hombres parecían
más que amigos cuando los vio a la entrada del Barrio Antiguo.

Quizás estaba equivocado, pero una gran parte de Dominic esperaba que Nick
pudiera quedarse en La Ciudad. Aunque Baz pudiera fácilmente ser reubicado
en el Cielo. Dominic dudaba que incluso pudiera. Si Nick se quedaba, quizás
ambos podrían tener negocios juntos. Dominic no sabía lo que iba a hacer, pero
sabía que el único hombre que le importaba cuidar estaba dormido en sus
brazos.

****

Dominic terminó la ultima vuelta en la alberca y salio, movió sus grandes


brazos notando sus músculos adoloridos de nuevo. Por dos días, Lu se había
quedado en la cama, sólo se levantaba para comer rápidamente algo antes de
volverse a acostar.

Tomó una toalla y se dirigió hacia su bronceado amante —El agua está muy
buena deberías probarla alguna vez.

Lu gruñó, haciendo sonreír a Dominic. Nunca había visto a Lu en la alberca y se


preguntaba si incluso lo haría. Se inclinó y le dio a Lu un breve pero profundo
beso antes de tomar su lugar en la silla a lado del sillón de la belleza en traje de
baño.

—Yo destruí la Atlántida hundiéndola —dijo Lu, sin más.


Dominic se enderezó —¿Que?

Lu se quitó los lentes de sol y vio a Dominic —Uno de nuestros más confiables
profetas vino a mí. Dijo que el sabía que el mundo terminaría. Me dijo que la
gente de la Atlántida podía inadvertidamente usar su poder superior,
ingeniería e inteligencia para destruir el planeta.

Dominic se dio cuenta hacía donde iba Lu —Te dije que no necesitaba saber lo
que habías hecho. Detente ahora y puede ser que te perdonen.

Lu sacudió la cabeza —Siempre supe que no estaba avergonzado de lo que hice,


pero tomando en cuenta los eventos de las ultimas semanas, eso cimentó mis
sentimientos.
Lu bajó su piernas a un lado del sofá —Cuando dios hizo al hombre nosotros
los arcángeles, prometimos nunca dañar o interferir con los preciosos humanos
de Dios. Yo no culpo a nadie. Yo firmé aceptando las reglas voluntariamente.

73
No fue hasta que el profeta vino a mí, que empecé a cuestionar las reglas que
había firmado.

Dominic pasó sus manos a través del rápidamente secado cabello —¿Así que
hundiste la Atlántida sabiendo que quebrabas una regla?

—Si. Yo sopesé mi destino contra el destino del resto del mundo, y me di cuenta
que no tenía elección. Lu sacudió la cabeza —Verás, ellos estaban miles de años
más avanzados que los otros. Ellos estaban jugando con el poder que debería
pertenecer sólo a Dios. Yo… Yo no podía dejar que el mundo terminara y ellos
no sabían…

Dominic estaba impactado. Esa era una razón más para amar al hombre frente a
él.

—Así que verás, la Biblia es parcialmente correcta. Mi discusión con Dios y mis
hermanos era sobre humanos. Estoy seguro que la verdad nunca salió, ellos
todavía sienten que yo soy el mal por hundir a una raza entera de seres
humanos superiores —Lu se encogió de hombros—Pero yo hice lo que tenía
que hacer.

—¿Y Ambrosios? ¿Como encaja en todo esto? —preguntó Dominic.

—Ambrosios era un general de la armada de la Atlántida. Él estaba lejos con un


pequeño grupo de hombres cuando yo hundí la Atlántida hasta el fondo del
océano. Cuando ellos regresaron y no encontraron nada, sólo mar abierto,
pensó que se había equivocado de poción y continuo en el mar. Sin las
provisiones apropiadas, sus hombres lentamente comenzaron a morir de sed y
de hambre.

Dominic veía a Lu atentamente, mientras Dominic recibía una lección de


historia de parte de un testigo. A pesar de que Lu se había vuelto a poner sus
lentes de sol era obvio para Dominic lo que le costaba a su amante relatar la
historia.

—Perdidos en el mar el último de los hombres de Ambrosios murió, dejándolo


como el único habitante de la Atlántida vivo en el planeta. Si te digo que se
volvió loco podrías entenderlo. Ambrosios realmente se cortó su propio brazo
en un intento de labrar una daga con su propio hueso. El maldijo la provisional
daga con la sangre e sus hombres muertos mientras le juraba a Dios que algún
día mataría al responsable de la muerte de su amado pueblo.

74
—¿Es por eso que la llaman la Daga de la Bestia? —preguntó Dominic —
Siempre la había imaginado labrada y ornamentada con joyas.

Lu asintió —Estoy seguro que has oído la expresión ‘daría mi brazo derecho
por esto’, Bueno, Ambrosios acuñó la frase, literalmente. Murió desangrado
antes de poder terminar completamente la daga. Dios, que había llevado a la
población entera de la Atlántida al Cielo, no sabía que hacer con él. El corazón
de Ambrosios estaba lleno de odio y sediento de sangre, Dios preocupado por
la seguridad de sus arcángeles en el cielo… — Lu bajó la cabeza —y e infierno.
Finalmente, Dios decidió mandarlo al Volcán del Tiempo. Es realmente el mejor
lugar para él.

Dominic acunó la cara de Lu —Y ahora que me lo has dicho, no podrás regresar


al Cielo. ¿No es así?

Lu sacudió la cabeza —Lo he estado pensando mucho. Y llegue a la conclusión


de que este es mi lugar. El mundo podrá pensar que soy un Ángel caído pero yo
se la verdad. Estoy aquí por una razón —Lu realmente sonrió—Además incluso
si regreso al Cielo, Los hombres nunca lo sabrían. Ellos tienen sus historias y
sus miedos, y eso esta bien. Yo se quien soy.

Dominic se sentó a lado de Lu y lo jaló a sus brazos —Creo que tienes razón.
Tienes un buen lugar —Dominic le dio un profundo beso —Y eso es bueno para
mi.
Lu sonrió y se montó a horcajadas en el regazo de Dominic. Sin una palabra el
pene de Dominic entró en el todavía estirado agujero y empezó a mover sus
caderas —Así, que ahora que La Ciudad está libre de la amenaza de Ambrosios,
¿a donde te gustaría llevarme a cenar?

****

Dominic llevó a Lu en el nuevo deportivo rojo brillante carro hasta el frente de


El Infierno y salio —Creo que me voy a conseguir un carro más grande. Me
siento como un viejo cuando tengo que doblarme para poder entrar en esa cosa.

Lu estaba de pie en la banqueta sonriendo de oreja a oreja —Pero te ves


malditamente sexy conduciéndolo.
Dominic se unió a Lu e inmediatamente lo besó. Era un malditamente adicto al
hombre y le importaba una mierda quien lo supiera. Al menos en La Ciudad,
no tenía que esconder su lujuria. Aquí era libre de actuar todo lo que pudieran,
y encontró que le encantaba ese aspecto del infierno.

75
Antes de romper el beso, Dominic tomó el pene de Lu a través de los
pantalones de vestir —Sólo no olvides con quien vienes, una vez que estés
rodeado de todos esos jovencitos.

Lu giró los ojos —Como si pudiera.

Dominic guió a Lu a través de la multitud. Se tensó cuando su amante le dio un


beso al tipo de la puerta, Andre, pero Lu le había explicado que no significaba
nada, que sólo los atendía a ellos. Dominic todavía sentía algo de celos, pero al
menos era lo suficientemente hombre para admitirlo.

En su corazón, sabía que Lu le pertenecía a él, y que se iría con él a su hogar al


final de la noche. Aun así, esa eran otras cosas a la que tendría que
acostumbrarse.

—Deja el puchero —dijo Lu apretando la mano de Dominic.

—No hago pucheros —argumentó Dominic.

Lu lo guió a su rincón privado, antes de sentarse dijo: —Voy al baño, pídeme


un Whiskey.

—¿Quieres que te acompañe? —preguntó Dominic. Incluso sin la amenaza de


Ambrosios, Dominic sentía extraño no proteger a Lu de posibles peligros.

Lu jaló a Dominic a un beso —Necesito que recuerdes algo. Soy el más malvado
y jodidamente fuerte de aquí. Puedo cuidar de mi mismo lo suficiente para ir al
baño.

—Tú no eres malvado —murmuró Dominic.

Lu sonrió —Si, pero eres el único que sabe eso. No arruines mi reputación.

Con esas palabras, Lu salió entre la multitud. Dominic tomó asiento y ordenó
sus bebidas. Se dirigió rápidamente de regreso a la puerta.

—Andre, si vez a Nick, envíalo a la mesa de Lu —le dijo al hombre en la puerta.


—¿El gran tipo rubio que suele estar alrededor de ti? —preguntó Andre.

Dominic asintió antes de regresar a su mesa. Mientras luchaba por atravesar la


multitud, se dio cuenta lo fácil que era cuando tenía a Lu en sus brazos. De
algún lugar alguien le apretó el pene.

76
Dominic se detuvo y vio a los ojos al hombre —Si quieres conservar la mano,
retírala.

El hombre se rió y apretó el pene de Dominic una vez más. El tipo era
jodidamente enorme y era obvio que estaba acostumbrado a intimidar a la
gente con su tamaño —¿Que vas a hacer, con eso?

La música se interrumpió y la gente se separó. Dominic vio a Lu, con dos


grandes bolas de fuego en sus manos —Estás en problemas ahora, compañero
—le dijo Dominic al tipo.

—Héctor ¿Que te dije de acosar a las personas? Si ellos quieren estar contigo es
una cosa, pero no puedes obligar a nadie. ¿Lo entiendes? quizás una visita al
Barrio Antiguo, pueda hacer que lo recuerdes.

Héctor inmediatamente soltó a Dominic y cayó de rodillas —Por favor, Lu. No


sabía que el te pertenecía. No lo haré de nuevo, te lo prometo. Esos jodidos
están locos allá.

A pesar de que Dominic sabía que el fuego en las manos e Lu era una ilusión, el
fuego en su mirada, no lo era. Lu estaba enojado, y Héctor tenía razón de estar
asustado. Dominic quería decirle a Lu que el podía manejar eso, pero también
sabía que Lu necesitaba ganar algo del respeto que el probablemente había
perdido por no haber salido tanto tiempo.

Las flamas se extinguieron y Lu se inclinó a la cara de Héctor y tomo sus


mejillas juntas —Casi haces que pierda la paciencia contigo, Héctor. Te sugiero
que te desaparezcas un tiempo.

Héctor asintió —Si, señor.

Lu liberó al mucho más grande hombre y dio un paso hacia atrás —Largo de
aquí.

Héctor se puso de pie y prácticamente salio corriendo del club. Lu tomó la


mano de Dominic —¡Él es mi pareja! —gritó Lu a la concurrencia—Deben
tratarlo a él con el mismo respeto que me muestran a mi ¿Soy claro?

La multitud verbalizó su acuerdo. Cuando Lu asintió, la música regresó de


nuevo.

—No puedo dejarte solo un segundo —se rio Lu y sacudió la cabeza.

77
Cuando ellos regresaron a su rincón, Dominic se inclinó y habló con Lu al oído
—¿La música tiene que estar tan alta? Nick va a venir y me gustaría hablar con
él, sin hacerlo de esta forma toda la noche.

Lu movió la mano y el volumen de la música diminuyó considerablemente.


Dominic vio hacia la pista, la gente no parecía notar la diferencia —¿Cómo
haces eso?

Lu se encogió de hombros —Nosotros todos oímos lo que queremos oír.


Dominic besó a Lu y tomó su vaso de cerveza —¿Puedes realmente enviar a
Héctor al Barrio Antiguo?

—Claro que puedo. Si la gente no respeta el hogar ellos no lo merecen.

A pesar de que Dominic había rara vez visto ese lado de Lu, entendía eso —
Supongo que es por eso que eres el jefe.

Lu beso a Dominic —Compasión es una cosa, pero demasiada puede enviar a la


sociedad directo al infierno, si se puede decir así.

—Si, entiendo eso.

—Así que, ¿Invitaste a Nick aquí esta noche para hablar de sus negocios juntos?
—preguntó Lu frotando el pecho de Dominic.
—En parte. Todavía no se cuales, pero tengo algunas ideas.

—¿Quieres compartir? —le preguntó Lu colocando su mano suavemente sobre


la erección de Dominic.

Dominic se encogió de hombros. El odiaba compartir ideas antes de que


estuvieran completas sólo en su cabeza —No se. Sólo estaba pensando que La
Ciudad podía necesitar otro club. Este está bien, pero creo que un lugar en
donde la gente pueda ir vestida de gala sería un cambio agradable.

—¿Quieres decir que con un poco más de clase, que jeans y camiseta? —Lu
pareció pensarlo un momento—Realmente, puede ser muy agradable.
—Si, eso es lo que pensaba. Además, si tú tienes que ser visto, que sea mi lugar
hará que me sienta mejor si puedo controlar el ambiente.

Lu sonrió —¿Quieres sentarme en un alto pedestal para que nadie me toque?

—Algo como eso —agregó Dominic con una sonrisa.

78
Dominic sabía que necesitaba hablar con Lu sobre su otro invitado,
rápidamente cambio de tema cuando Lu subió a su regazo —Le dije a Nick que
invitara a Baz.

Lu se tensó y sacudió la cabeza —No estoy listo para ver a Baz.

Dominic acomodó a Lu a horcajadas en su regazo, lo vio directamente y lo besó


—Se que todavía te sientes traicionado por él, pero necesitas arreglarlo. Baz
trabajó durante años para darte la segunda oportunidad que creía que merecías.
Él te ama. Infiernos el me dijo que te adoraba. No puedes sacarlo de tu vida.
Ambos serían miserables.

Lu entrecerró los ojos —¿Desde cuando Baz es tu campeón?

—Desde que descubrí que la única razón de que estuviera en el infierno todo
este tiempo eres tú. El sacrificó mucho por hacer lo correcto, por ti, Lu. Dale el
beneficio de la duda.

Dominic vio a Nick aproximarse al rincón —Por favor. Sólo trata. Se en mi


corazón que no serás feliz hasta que Baz regrese a tu vida.
Lu cruzó los brazos y se bajó del regazo de Dominic —Lo pensaré.

Dominic saludó a Nick, pero Lu se quedó en su asiento con los brazos cruzados
—Hey, amigo.

Nick estrechó la mano de Dominic, antes de tomar asiento —¿Como están?

—Bien —Dominic le dio un codazo en las costillas a Lu.

—Bien —agregó Lu—¿Dónde está Baz?

Dominic se sorprendió con la pregunta de Lu —¿Pensé que irías a su casa y lo


traerías?

Nick sacudió la cabeza —Baz no viene. Dijo que cuando Lu estuviera listo para
verlo, él le llamaría —Nick se inclinó y apoyó sus antebrazos en sus rodillas —
El es un jodido lío. No creo que el se moleste en mostrarse desde que toda esta
mierda lo golpeo.

Dominic discretamente vio a Lu. A pesar de que Lu pretendía que no le había


afectado la noticia, Dominic podía ver la preocupación en los ojos de su amante.

—Pensé que se regresaría al Cielo, que es donde pertenece —murmuró Lu.

79
—Si. Traté de convencerlo de regresar, pero el dijo que después de lo que te
había hecho, el pertenecía aquí —le dijo Nick a Lu.

Dominic podía decir por la tensión en la mandíbula de Nick que a su amigo


también le afectaba la condición de Baz. Era fácil ver lo que Nick sentía por el
gran espartano, los dos hombres habían estado trabajando en arreglar las cosas
entre ellos.

Lu soltó un dramático suspiro y sacando su teléfono de su bolsillo, señaló hacia


la pista de baile —Ustedes dos vayan a bailar o algo, mientras yo hago esto —
Lo último que quería eran testigos.

Dominic sonrió y se inclinó hacia él —Te amo.

Lu le dio un profundo beso a Dominic —Recuérdalo cuando estés bailando con


el Señor Rubio.

Dominic vio a Nick —¿Realmente tenemos que bailar?

Lu asintió —Si yo voy a tragarme mi orgullo y hablar con Baz, quiero verlos
bailar.
—Eres malvado —bromeo Dominic.

—Lo se. Ese es mi trabajo —contestó Lu.

Dominic se puso de pie y señaló hacia la pista, llena de gente vestida con todo
tipo de ropa —¿Listo?

Nick parecía incomodo, cuando Dominic finalmente lo guió a la pista. Dominic


señaló hacia un lugar desocupado. Una vez ahí, Dominic jaló a Nick a sus
brazos —¿Porque no se siente natural?

Nick se rió —Porque has sido mi jefe durante mucho tiempo.

Dominic asintió —No quería preguntarte delante de Lu, pero necesito la verdad
sobre algo.

—Bien —aceptó Nick.

—¿Lo sabías? —preguntó Dominic.

80
Nick tensó la espalda —No al instante, pero sabía algo cuando vi a Baz la
primera vez en el penthouse.

—¿Cómo?

Nick quebró el contacto visual y vio sobre el hombro de Dominic —Estaba


saliendo con Baz, cuando el comenzó a obsesionarse con Lu, en primer lugar.
Nosotros tuvimos una gran pelea cuando decidió mudarse aquí. Cuando el
decidió hacerlo de todas formas. Le dije que lo mataría si incluso lo veía de
nuevo.

—Así, que por eso reaccionaste de esa forma en el vestíbulo del penthouse? —
preguntó Dominic.
Nick asintió —Pensé que era sobre él. Quiero decir, vamos, tuve un montón de
años para superarlo.

—¿Pero no lo hiciste? —asumió Dominic.

—Evidentemente, no por completo.

—¿Así que ahora están los dos juntos? —preguntó Dominic.

—No. Creo que ambos dijimos demasiadas cosas para que funcione.

Dominic preguntó —¿Entonces por que sigues aquí, en lugar de regresar al


Cielo?

—Me gusta aquí —contestó Nick, en tono defensivo.

Dominic no le compró eso —¿Y?

Nick suspiró —Bien. Todavía tengo la esperanza de que las cosas con Baz
funcionen, pero no te atrevas a decirle una palabra a Lu de esto.

Dominic podía imaginar a Nick y Baz juntos. A pesar de que sus cuerpos eran
exactamente iguales, su color era marcadamente diferente. Dominic imaginó
que serían una espectacular pareja.

Dominic vio hacia Lu. Su amante seguía al teléfono sólo que ahora paseaba
alrededor del pequeño rincón —¿Crees que Baz y Lu puedan arreglar sus
problemas?

—Baz no tiene problemas, es Lu —gruñó Nick.

81
Un poco sorprendido por la vehemencia de su amigo, Dominic vio fijamente a
Nick de nuevo —Sigues amando a Baz, ¿huh?

Nick se encogió de hombros —El amor significa una mierda, si tu no puedes


estar mas de diez minutos en el mismo cuarto sin pelear.

Lu se acercó a Nick y tocó su hombro —Terminen. Baz estará aquí en un


momento.

Nick asintió y regresó a su asiento. Fue entonces que Dominic se dio cuenta de
que se habían estado tocando. Ellos se habían acercado mientras conversaban
en la pista de baile entre la multitud.

Dominic envolvió sus brazos alrededor de Lu y lo acercó —Te extrañe.

—No lo hagas.

—¿Arreglaste las cosas con Baz? —preguntó Dominic, insinuándose entre los
muslos de Lu.

—Algo. Me tomará un tiempo, antes de que vuelva a confiar de nuevo en él,


pero el lo sabe.

Lu presionó su pene contra el muslo de Dominic.

Dominic dejó que Lu lo montara, aplicando incluso más presión. La expresión


en la cara de su amante no tenía precio cuando Lu comenzó a mover su cadera,
jodiendo la pierna de Dominic.

—¡Mierda! —gritó Dominic cuando la mano de Lu envolvió su pene. Vio hacia


abajo lo suficiente para ver que sus pantalones estaban abiertos y separados,
sólo lo suficiente para estar en contacto con la cadera de Lu. Dominic levantó a
Lu por su culo, lo suficiente para deslizar tres dedos dentro del agujero de su
amante.

—Duro —gritó Lu, cuando Dominic comenzó a joderlo con su mano.

Dominic sabia lo que el quería, y eso no era hacerle el amor a Lu en medio de la


multitud. Levantó a Lu mas contra él—Envuelve tus piernas alrededor de mi y
sube los pantalones lo suficiente para que pueda caminar.

82
Lu lo complació y Dominic llevó a Lu cargándolo a su mesa. Vio a Baz y asintió
—Me disculpas un momento.

Baz sonrió y alejo la disculpa de Dominic.

Dominic se sentó en el sofá y bajó a Lu a su pene —Jódete tu mismo, bebé.

Lu apoyó sus manos en los hombros de Dominic y sus pies en el sofá. Dominic
había sentido la manera en que Lu liberaba la tensión que había estado
cargando desde que se entero de la participación de Baz en el ‘examen’.

Dominic colocó sus manos en el culo de Lu y separó las nalgas de su amante,


dándole a Lu más espacio para deslizarse en el eje de Dominic. Levantó la vista
y vio a Nick y Baz disfrutar el espectáculo.

Una vez más Dominic estaba sorprendido de si mismo al permitir esas cosas.
Sólo un tiempo atrás el se habría espantado de ver que esas cosas se mostraban
en el club y ahora él era el que lo estaba haciendo.

La exhuberancia de Lu superaba cualquier reserva que pudiera tener. El


hombre parecía alimentarse con la atención que obtenía con el exhibicionismo.
Dominic pasó sus dedos por la estirada piel alrededor del agujero de Lu.

—¿Te sientes bien? Bebé —le preguntó a su pareja.

En respuesta, Lu arqueó su espalda y colocó sus manos detrás de las rodillas de


Dominic —Por ti —mientras su pene hacia erupción soltando chorros de blanco
semen. La semilla de Lu pintó el pecho y la cara de Dominic.

Dominic rápidamente abrió la boca atrapando algunas gotas con su lengua.


Oyó un fuerte gemido de Nick. Dominic vio a su amigo y le sonrió. El
usualmente conservador Nick tenía su mano frente a sus pantalones,
acariciando su pene.

—Bienvenido a La Ciudad —dijo lo suficientemente alto para que Nick lo


oyera.

83

También podría gustarte