PRÁCTICA No.

6 Diagnostico del virus del moquillo canino

Nombre: Sofia Celiz Dumas - 204970
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Instituto de Ciencias Biomédicas
Virología y Enfermedades de los Animales Laboratorio A - L2
Profesor: Miriam Guadalupe Santellanes Sandoval
Fecha: 16/05/23

Resumen: El moquillo, también conocido como “distemper canino”, es una de las

enfermedades contagiosas más comunes y letales para los perros. El moquillo afecta al
aparato digestivo y al aparato respiratorio de los perros. En casos avanzados, también
puede afectar al sistema nervioso. Esta enfermedad es causada por un virus de la familia
Paramyxoviridae, similar al del sarampión humano. Este virus también afecta a otros
cánidos como al perro salvaje australiano (o dingo) al coyote, al chacal, al zorro o al lobo.
Incluso puede afectar a los mustélidos como la comadreja, el zorrillo o la nutria y a los
prociónidos como el coatí, el panda rojo o el mapache. Esta enfermedad tan grave no se
transmite a los humanos, pero sí puede afectar enormemente a tu perro, poniendo su
vida en juego. En este reporte de laboratorio hablaremos del método de diagnóstico
con una prueba rápida para la evaluación cualitativa del Antígeno virus del moquillo.

Introducción El primer contacto que provocará una

El moquillo canino es una enfermedad
viral, cosmopolita, que puede resultar en
la muerte para los perros y otros
carnívoros terrestres. La encefalitis
causada por el virus del moquillo canino,
un virus de ARN del género Morbillivirus,
es la principal causa de muerte. Es una
enfermedad altamente contagiosa, con la
segunda tasa de mortalidad más alta
entre los perros, por lo que tiene una
gran importancia epidemiológica (Mangia
SH, 2014).
El virus tiene tropismo por tejido linfoide,
nervioso y epitelial, y los animales
afectados pueden tener síntomas
diferentes (Budaszewski RF, 2014) (Brito
LBS, 2016). Específicamente en los
cánidos domésticos, la edad del animal,
así como su estado inmunológico y
virulencia de la cepa, definirán la
gravedad y la duración del curso de la
enfermedad (Beineke A, 2015).
infección generalmente es inhalando el
virus. En el tracto respiratorio del
huésped, el virus se replicará en el tejido
linfoide, quedando posteriormente
englobado por los macrófagos, con la
consiguiente diseminación a otros
órganos. Después del período de
incubación, que varía de 7 a 28 días, los
animales desarrollan una fiebre bifásica
característica, compatible con viremia e
infección generalizada de los tejidos
linfoides, con depleción linfoide y
linfopenia. La inmunosupresión profunda
es una consecuencia de la apoptosis y la
disfunción espinal. La segunda viremia
está asociada con fiebre alta e infección
de tejidos parenquimatosos como el
tracto digestivo, la piel y el sistema
nervioso central (Beineke A, 2015)
(Temilade BE, 2015).
Las manifestaciones clínicas están
directamente relacionadas con la
predilección tisular del virus,
caracterizándose por descargas nasales,
rinitis, conjuntivitis, anorexia, diarrea,
dermatitis secundaria, hiperqueratosis de
los cojines y el hocico, y con mayor
incidencia, los signos neurológicos más
variados, dependiendo del grado de
implicación y distribución viral del SNC.
La hiperestesia, los signos cerebelosos y
vestibulares, la falta de coordinación
motora, la tetraparesia, el mioclono y la
ataxia son signos comunes (Noyce RS,
2013).
Incontables métodos de diagnóstico de
moquillo canino existen, en el pasado se
intentó el aislamiento viral en cultivos
celulares, sin embargo, el estudio
demostró ser lento y propenso a
resultados falsos negativos cuando el
animal no estaba en la fase aguda de la
enfermedad (Shin Y, 1995). Una vez en
el sistema nervioso central, en el caso de
infecciones persistentes, el virus genera
una respuesta local de anticuerpos, y su
detección se puede realizar a través del
líquido cefalorraquídeo, demostrando ser
un método eficaz de diagnóstico
virológico en casos de encefalitis (Soma
T, 2013). También existen métodos
indirectos, que detectan y cuantifican
anticuerpos virales específicos, con sus
ventajas y desventajas (Curti CM, 2012).
La técnica de reacción en cadena de la
polimerasa precedida por la transcripción
inversa (RT-PCR) se ha utilizado con
éxito en animales con signos clínicos de
la enfermedad durante algún tiempo
(Macedo CI, 2016), aunque no esté
disponible en todos los locales de
servicios veterinarios y la necesidad de
enviar a laboratorios especializados crea
un retraso en el diagnóstico.
El diagnóstico más puntual y específico
se puede hacer del frotis de sangre,
donde se pueden ver los cuerpos de
inclusión de Lentz en los glóbulos rojos y
los leucocitos. Otros tipos de células
también pueden contener el corpúsculo,
como las células asociadas con
exudados (secreciones oculares) y
células epiteliales. Es destacable
mencionar que esta visualización no
siempre es posible, ya que la presencia
viral está estrechamente relacionada con
el período de viremia. Incluso en
ausencia de cuerpos de inclusión, la
infección con el virus del moquillo nunca
debe descartarse (Leal PDS, 2011).
Sousa (2015) señaló que 21% de los
animales infectados tendrán cuerpos de
inclusión.
Las pruebas cromatográficas de
inmunoensayo proponen un diagnóstico
rápido y preciso. La prueba detecta la
proteína F, una proteína que forma el
virus, común en todas las cepas
existentes. Se puede realizar con
muestras de mucosa conjuntival, suero,
plasma, sangre completa o heces de un
perro infectado (Curti CM, 2012). La
evaluación utilizando el método
inmunocromatográfico debe, cuando sea
posible, estar asociada con otros
hallazgos (Santos JP, 2012). De acuerdo
con Sousa (2015), la morfología
leucocitaria y los corpúsculos de
inclusión siempre deben evaluarse en
animales con sospecha de moquillo.
Hay estudios que prueban que las
pruebas inmunocromatográficas
dependen estrechamente de la muestra
biológica utilizada y del grado de
infección de la enfermedad, ya que se
encontró una alta sensibilidad en 100%
de las muestras de torunda conjuntival
(An DJ, 2008). Por lo tanto, el objetivo
del estudio fue evaluar el uso de una
prueba inmunocromatográfica rápida
asociada con el recuento sanguíneo
completo y buscar inclusiones virales
como método de diagnóstico rápido de
moquillo en perros con sospecha clínica
de la enfermedad. Fue comparado
también el uso de la prueba de torunda
conjuntival con el uso de plasma
sanguíneo de acuerdo con las
instrucciones del fabricante.
Objetivo
Comprender el estado clínico de los
pacientes sospechosos de portar
Moquillo y realizar su diagnóstico a
través de inmunocromatografía
detectando y diferenciando las
sintomatologías compatibles con otros
diagnósticos diferenciales para poder
designar un protocolo de seguimiento
adecuado para el paciente.
Materiales y métodos
Materiales:
• Prueba rápida en cartucho
• Tubo de extracción con reactivo
de corrimiento
• Gotero
• Hisopo
Material requerido, pero no incluido:
• Temporizador
Recolección de muestras:
Las muestra que se utilizó durante esta
práctica fue recolectada en la mañana
del día del laboratorio, aproximadamente
4 horas antes de ser utilizadas. Fueron
depositadas en un frasco de polietileno
coprológico transparente para después
ser refrigeradas en una hielera.
Las muestras recolectadas pertenecían a
un canino Pastor Alemán, macho de 6
meses de edad, con el programa de
vacunación al corriente, es una mascota
100% domestica que comparte hogar
con otra hembra Pastor Alemán de 7
años y una gata hembra de 2 años.
Retiramos el hisopo de su empaque y
recolectamos las heces con ayuda del
hisopo, asegurándonos que el hisopo
quede completamente húmedo.
Procedimiento
Nota: La prueba, muestra y reactivo de
corrimiento deben alcanzar la
temperatura ambiente (15-30 °C) antes
de realizar el procedimiento. Retire el
cartucho de su empaque y colóquelo en
una superficie limpia y nivelada.
Los pasos por seguir se describen a
continuación:
1. Recolecte la muestra cómo se
indica en la sección ‘Recolección
de muestras’.
2. Inserte el hisopo húmedo en un
tubo de extracción con reactivo
de corrimiento e incorpore la
muestra por medio de
movimientos circulares,
posteriormente cierre el tubo
perfectamente para evitar
derrames, proceda a agitar el
tubo para asegurar una correcta
extracción de muestra.
 3. Con ayuda del gotero obtenga 3
gotas (aproximadamente 120 μL)
de la muestra extraída.
4. Deposite las 3 gotas en el pozo
(S) del cartucho y programe un
temporizador por un tiempo
máximo de 5 minutos.
5. Lea el resultado una vez hayan
transcurrido los 5 minutos.
Resultados y discusión
La prueba Bio-CDV Ag virus del moquillo
es un ensayo inmunocromatográfico de
flujo lateral para la detección cualitativa
del antígeno del virus del moquillo en el
moco, saliva, suero o plasma canino.
La prueba Bio-CDV Ag virus del moquillo
se basa en un ensayo
inmunocromatográfico tipo sándwich de
flujo lateral. El dispositivo de prueba tiene
una ventana de prueba. La ventana de
prueba se ha recubierto de una zona T
(línea de prueba) y una zona C (línea de
control) antes de la adición de la
muestra. Cuando se aplica la muestra en
el depósito de muestras del casete, el
líquido fluirá lateralmente en la superficie
de la tira de prueba. Si hay suficiente
antígeno de moquillo canino en la
muestra, aparecerá una banda de T
visible. La banda C, que actúa como un
control del procedimiento, debe aparecer
siempre después se aplica una muestra
e indica un resultado válido.
Interpretación de resultados:
Positivo: Aparecen dos líneas. Una línea
de color debe estar en la región control
(C) y otra línea de color en la región de
prueba (T).
Nota: La intensidad del tono de color en
la región de prueba (T) puede variar, sin
embargo, debe considerarse positivo
cualquier tonalidad.
Negativo: Aparece una línea de color en
la región control (C). No aparece ninguna
línea en la región de prueba (T).
Invalido: La línea de la región control (C)
no aparece. Un volumen de muestra
insuficiente o técnicas de procedimiento
incorrectas son las razones más
probables de la falla de dicha línea.
(GrupoMexLab, 2020).
En esta práctica de laboratorio llevamos
a cabo el ensayo inmunocromatográfico
de flujo lateral para la detección
cualitativa del antígeno del virus del
moquillo canino. Los resultados
obtenidos en esta prueba rápida
proporcionaron información preliminar
sobre la ausencia del antígeno del virus
del moquillo en la muestra analizada.
En nuestro estudio, se observó la
aparición de una línea de color en la
región de control en todas las muestras
analizadas, lo que indica que el ensayo
se realizó correctamente y que los
reactivos estaban en buen estado. Sin
embargo, no se observó la aparición de
una línea de color en la región de
prueba, lo que sugiere la ausencia del
antígeno del virus del moquillo en esas
muestras.
El ensayo inmunocromatográfico de flujo
lateral es una técnica comúnmente
utilizada para la detección rápida y
cualitativa de antígenos virales en
muestras clínicas. En el caso específico
del virus del moquillo, esta prueba es de
vital importancia debido a la gravedad de
la enfermedad y la necesidad de un
diagnóstico temprano y preciso.
Los resultados de esta prueba se basan
en la interacción entre el antígeno del
virus del moquillo y los anticuerpos
específicos presentes en la tira de
ensayo. Durante la prueba, la muestra
clínica, que generalmente es un hisopo
nasofaríngeo o una muestra de tejido, se
coloca en el dispositivo de prueba. La
muestra se mezcla con una solución de
tampón y luego migra a lo largo de la tira
de ensayo.
En la tira de ensayo, hay una línea de
control y una línea de prueba. La línea de
control es una línea de referencia que
indica que la prueba se ha realizado
correctamente y que los reactivos están
funcionando adecuadamente. Si no
aparece esta línea de control, el
resultado de la prueba no es válido y se
debe repetir. (Pardini, 2016)
Si el antígeno del virus del moquillo está
presente en la muestra, se producirá una
reacción entre el antígeno y los
anticuerpos específicos en la línea de
prueba. Esta reacción dará como
resultado la aparición de una línea
coloreada en la región de la línea de
prueba. La intensidad de la línea puede
variar, pero incluso una línea tenue se
considera positiva y sugiere la presencia
del virus del moquillo en la muestra
Es importante tener en cuenta que este
ensayo es una prueba cualitativa, lo que
significa que solo proporciona
información sobre la presencia o
ausencia del antígeno viral. No cuantifica
la carga viral ni proporciona información
sobre la etapa de la infección (Mullis
2017).
La prueba inmunocromatográfica de flujo
lateral es una herramienta de detección
cualitativa y, aunque es rápida y fácil de
usar, tiene limitaciones. Puede generar
resultados falsos negativos o falsos
positivos, por lo que se recomienda
confirmar los resultados positivos con
pruebas adicionales, como la reacción en
cadena de la polimerasa (PCR) o la
serología, para obtener un diagnóstico
definitivo y más preciso del moquillo
canino. (Schulz, 2015).
Además, es fundamental considerar el
contexto clínico del paciente y evaluar
otros síntomas y signos clínicos para
llegar a un diagnóstico completo.
También es importante recordar que el
estado de vacunación del perro y el
momento de la infección pueden influir
en los resultados de la prueba. (AVMA,
2018).
En resumen, el ensayo
inmunocromatográfico de flujo lateral
para la detección cualitativa del antígeno
del virus del moquillo canino proporciona
resultados preliminares sobre la
presencia o ausencia del antígeno en las
muestras analizadas. Sin embargo, se
requieren pruebas adicionales para
confirmar los resultados positivos y
obtener un diagnóstico definitivo. La
interpretación de los resultados debe
hacerse en conjunto con otros datos
clínicos y considerando las limitaciones
de la prueba.
Conclusión
El moquillo canino es una enfermedad
viral altamente contagiosa que afecta a
los perros y puede ser grave e incluso
mortal, especialmente en cachorros y
perros no vacunados. El ensayo
inmunocromatográfico de flujo lateral es
una prueba rápida y sencilla utilizada
para detectar de manera cualitativa el
antígeno del virus del moquillo en perros.
Esta prueba se basa en principios
inmunológicos y puede proporcionar
resultados preliminares, pero es
importante confirmar los resultados
positivos con pruebas adicionales para
obtener un diagnóstico definitivo. La
prevención del moquillo canino se logra
mediante la vacunación adecuada y el
mantenimiento de buenas prácticas de
higiene.
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