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CICLO BIOLÓGICO DEL GUSANO COGOLLERO

En general, definimos como “plagas” a todos aquellos organismos que interrumpen o interfieren con el beneficio directo o
indirecto del hombre; sin embargo, en un sentido más amplio, se define como plaga a cualquier especie animal o vegetal
que el hombre considera perjudicial a su persona, su propiedad o medioambiente. Se suelen distinguir tres tipos de plagas:
(1) potenciales o sin importancia, considerados aquellos organismos que bajo condiciones existentes no afectan la calidad
ni cantidad de la cosecha; (2) plagas ocasionales, se presentan en cantidades perjudiciales solamente en ciertas épocas del
año; (3) plagas clave, aquellas que en forma persistente se presentan en poblaciones altas, ocasionando daños económicos
al cultivo. Este es de los pocos insectos que se dispersan y reproducen a través de todo el continente americano.

El gusano cogollero es un insecto polífago que causa daños en cultivos de chile, frijol, tomate, ajo, berenjena, algodonero,
etc., aunque prefiere al maíz, al sorgo y a la caña de azúcar. El gusano cogollero es considerado la plaga más importante del
maíz, ya que generalmente se presenta en poblaciones elevadas, sobre todo en siembras tardías fuera de la época
recomendada.El gusano cogollero puede estar presente durante la mayor parte del desarrollo del cultivo, pero el daño más
importante, por la abundancia de sus poblaciones y por la edad del cultivo (el daño es mayor entre más chico sea el maíz),
lo que ocasiona en plantas de unos 12 cm de altura a la emisión del cogollo, hasta alrededor de los 40 cm de altura (etapa
crítica de daño). Aunque se puede presentar prácticamente desde la nacencia del cultivo.

A continuación, describiremos brevemente las etapas del ciclo biológico de Spodoptera frugiperda.

Huevos

Los huevos son de color blanco perla, son puestos en grupo y protegidos con escamas y secreciones bucales de la palomilla,
miden aproximadamente 0.4 mm de diámetro y 0.3 mm de altura. Una hembra puede poner de 100 a 200 huevos por
ovipostura y hasta 1500 en su vida fértil.

Larvas

El color de las larvas varía según el alimento, aunque en general son pardo oscuras, con tres rayas pálidas longitudinales. En
la parte frontal de la cabeza se distingue una “Y” blanca invertida. Las larvas pasan por seis o siete estadios y llegan a medir
hasta 35 mm de longitud. El período larval dura un promedio de 14-22 días. Para completar su desarrollo, las larvas
consumen un promedio total de 179.7 cm2 de superficie foliar de hojas de maíz y dejan de alimentarse justo antes de
alcanzar el último estadio larval.

Pupa y Adulto

La pupa es de color café rojizo y mide entre 14 y 18 mm de longitud. Para pupar, se entierran en el suelo, entre 3 y 5 cm de
profundidad, donde forman una cámara pupal, en la cual permanecen por 7-13 días. El adulto es una palomilla de color
café grisáceo que mide alrededor de 3 cm con las alas extendidas. Las alas del macho son de color café más claro que el de
las hembras y tienen una mancha transversal de color blanco cremoso.

El ciclo completo dura aproximadamente entre 24 y 40 días

Hábitos

Durante las primeras fases de desarrollo del cultivo (de 4 a 6 hojas) las masas de huevos de S. frugiperda son más
abundantes en la parte baja de la planta de maíz y en el envés de la hoja. Cuando la planta tiene de 8 – 10 y 12 – 24 hojas
los huevos son puestos en la región media y en el haz de la hoja. El mayor número de huevos es puesto en la fase de 4 – 6
hojas.

Las larvas recién eclosionadas se alimentan principalmente de la misma masa de huevos a la que pertenecieron. Durante
las primeras horas, los estadios larvarios jóvenes presentan una respuesta positiva a la luz y como resultado se mueven
hacia la parte superior de la planta de maíz, donde pueden ser movidas por el viento a otras plantas. Por si solas las larvas
pueden dispersarse en un tiempo de dos horas cuando la temperatura alcanza los 35°C.
Daño

La larva de primer estadio consume el tejido foliar, por un lado, sin llegar a perforar, dejando intacta la capa epidérmica del
haz de la hoja. A partir del segundo o tercer estadio la alimentación de las larvas en el cogollo se manifiesta con una hilera
de perforaciones en las hojas. Los últimos estadios pueden ocasionar una defoliación completa, dejando únicamente las
nervaduras o tallo de la planta. Los pequeños agujeros ocasionados por la alimentación en las hojas nuevas se asemejan al
daño originado por el gusano barrenador europeo del maíz, y aunque los síntomas iniciales son similares, los umbrales y
medidas de control son diferentes en el gusano cogollero. Por lo tanto, es importante encontrar larvas vivas y determinar
cuál insecto está causando el daño.El daño económico de esta plaga generalmente es importante. Una infestación no
controlada de S. frugiperda puede ocasionar una reducción del rendimiento de 13 a 60%, debido a la pérdida de área foliar
y a un retraso o inhibición en la emisión de las inflorescencias. Cabe resaltar que las plantas de maíz son susceptibles de ser
dañadas por el gusano cogollero durante su desarrollo vegetativo, de la emergencia y hasta 55 – 60 días después de dicha
fase; por lo tanto, es en esta etapa cuando debe muestrearse la plaga y en su caso aplicar las medidas de control.

Trampas alimenticias

Una de las alternativas ecológicas para el manejo de los gusanos o larvas viene a ser el uso de trampas atrayentes de
adultos, las cuales atraen a las polillas y mariposas adultas por su aroma o algún estímulo, éstas luego quedan atrapadas
por algún mecanismo físico evitando que puedan reproducirse y de esta forma se reduce la población de gusanos.La
principal fuente atrayente viene a ser la alimenticia, por lo que se utiliza productos que despiden aromas que emulan a las
flores, que son la principal fuente alimenticia de los adultos, además, van a ser los lugares donde van a depositar sus
huevos para que los gusanos tengan disponibilidad de alimento. Para atrapar a los adultos se utiliza agua y a veces se le
agrega una sustancia pegajosa para mejorar su efectividad. La mayoría de las especies de gusanos plaga que dañan la
cosecha de hortalizas y cultivos básicos, tienen una ventana de control limitada cuando se utilizan insecticidas
convencionales, ya que solo necesitan de unas cuantas horas, a uno o dos días, para penetrar el fruto en desarrollo y
quedar fuera del alcance del plaguicida aplicado. Afortunadamente, la fase adulta de muchos de estos gusanos plaga, son
palomillas, que son atraídas por frutas en proceso de descomposición, o soluciones azucaradas.

El trampeo de las palomillas con cebos alimenticios tiene la ventaja de que: 1) pueden atraer de manera continua durante
todo el tiempo que están activas las fases adultas de dichos lepidópteros; 2) atraen tanto machos como hembras (la
fecundidad promedio de las hembras atrapadas va desde 500 hasta más de 3000 huevos), a diferencia de las trampas con
feromona, las cuales solo atrapan machos; 3) son una herramienta efectiva para eliminar varias especies plaga al mismo
tiempo, además, comparadas con las trampas de luz, las trampas alimenticias atraen de manera más uniforme tanto
machos como hembras; y 4) son una herramienta de control eficiente y amigable con el ambiente.

La trampa se realiza utilizando garrafones cuadrados de plástico, con capacidad de 20 litros. Se hace una ventana de 20 x 20
centímetros en las dos caras del garrafón que son más anchas, en tanto que, en una de las caras más delgadas, la ventana
es de 15 x 20 centímetros; una cara del garrafón se deja intacta. Las ventanas se hacen a una altura de 10 centímetros a
partir de la base del garrafón.El cebo se elabora utilizando las proporciones siguientes: 3 kilogramos de melaza, 1 litro de
agua y media piña bien madura hecha pedacitos; el cebo se deja fermentar por 4 días a temperatura ambiente. Una vez
fermentado, se diluye al 90%, mezclando 9 litros de agua por cada litro del cebo alimenticio; se vierten 4 litros de la
solución en cada garrafón, y cada 2 a 3 días se debe de rellenar el cebo alimenticio de la trampa, de manera que nunca
quede el fondo del garrafón descubierto. Como las palomillas son de hábitos nocturnos, los cebos pueden cubrirse con
algún costal durante el día, con el fin de reducir el riesgo de atrapar insectos benéficos, y a la vez reducir las pérdidas por
evaporación; los cebos se colocan a una altura de 0.5 metros del suelo.

Lo ideal es colocar cada trampa separada a 50 metros una de otra, de tal manera que la primera trampa debe de estar a 25
metros de la orilla del cultivo, y de ahí, se caminan 50 metros más en línea recta para colocar la siguiente trampa, y así
hasta terminar de cubrir todo el cultivo. Por lo tanto se requieren 4 trampas por hectárea, aunque cuando se tengan
capturas de más de 50 palomillas por noche se puede incrementar el número de trampas por hectárea durante el tiempo
que dure esa población de palomillas presente en el campo de cultivo.

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