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La Potestad 

Tributaria

El artículo 74 de nuestra Carta Magna establece lo siguiente: “Los tributos se crean,


modifican o derogan, o se establece una exoneración, exclusivamente por ley o decreto
legislativo en caso de delegación de facultades, salvo los aranceles y tasas, los cuales se
regulan mediante decreto supremo.
El Estado, al ejercer la potestad tributaria, debe respetar los principios de reserva de la
ley, y los de igualdad y respeto de los derechos fundamentales de la persona. Ningún
tributo puede tener efecto confiscatorio. Los decretos de urgencia no pueden contener
materia tributaria.
El principio de legalidad en materia tributaria implica que el ejercicio de la potestad
tributaria por parte del Poder Ejecutivo o del Legislativo, debe someterse no sólo a las
leyes pertinentes, sino, principalmente, a la Constitución.
La Potestad Tributaria es aquella facultad única y exclusiva del Estado por la cual se da
la creación de tributos a los que los contribuyentes nos encontramos afectos.

El artículo 74 de nuestra Constitución establece lo siguiente:

“Los tributos se crean, modifican o derogan, o se establece una exoneración,


exclusivamente por ley o decreto legislativo en caso de delegación de facultades, salvo
los aranceles y tasas, los cuales se regulan mediante decreto supremo.

Los Gobiernos Regionales y los Gobiernos Locales pueden crear, modificar y suprimir
contribuciones y tasas, o exonerar de éstas, dentro de su jurisdicción, y con los límites
que señala la ley. El Estado, al ejercer la Potestad Tributaria, debe respetar los principios
de reserva de la ley, y los de igualdad y respeto de los derechos fundamentales de la
persona. Ningún tributo puede tener carácter confiscatorio.

Las leyes de presupuesto y los decretos de urgencia no pueden contener normas sobre
materia tributaria.

Las leyes relativas a tributos de periodicidad anual rigen a partir del primero de enero
del año siguiente a su promulgación.

No surten efecto las normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el


presente artículo.”

De una rápida lectura al artículo citado, podría entenderse a la Potestad Tributaria como
la facultad exclusiva para la creación de normas con contenido tributario, Bravo Cucci
la entiende como competencia legislativa que crean fenómenos tributarios y estos son
insertados en nuestra normativa a través de leyes y otras normas, pero previamente,
éstas deben cumplir con las formalidades y requisitos exigidos por nuestra legislación,
además recalca que no debe confundirse a la Potestad Tributaria con la calidad de sujeto
activo en una relación tributaria, pues la primera es la creación del tributo y sus especies
tributarias, mientras que la segunda es la posibilidad de exigir el pago del tributo,
agregando que dicha calidad tiene la posibilidad de ser transferible para el cobro del
tributo.
Otro concepto nos ofrece Manuel Belaunde Guinasi al citar a Vicente Fernando Arce
domingo, quien señala que “la Potestad Tributaria engloba el poder legislativo
verdadero y la potestad reglamentaria de la Administración Fiscal”.

La Potestad Tributaria es la capacidad del Estado para crear, modificar o suprimir


tributos, pues, constituye uno de los mecanismos mediante el cual el Estado procura la
obtención de ingresos económicos a fin de proveer a sus ciudadanos las condiciones
materiales mínimas para su desarrollo integral y a lo que constitucionalmente está
obligado.

Resulta preciso mencionar que, dicha potestad no es absoluta, debe ejercerse en función
de determinados mandatos que modulan, por un lado, los principios y límites
constitucionales de la Potestad Tributaria y de otro que garantizan la legitimidad
constitucional y la legalidad de su ejercicio.

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