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El Tratado Velarde-Río Branco fue un Tratado Definitivo de Límites, Comercio y Navegación

entre Brasil y Perú. Fue suscrito en Río de Janeiro, el 8 de septiembre de 1909, por el Ministro
de Relaciones del Brasil, Barón de Río Branco, y el ministro plenipotenciario del Perú en Brasil,
Hernán Velarde. Gobernaba entonces en el Perú el presidente Augusto B. Leguía (primer
gobierno), y en el Brasil el presidente Nilo Pecanha.

El Tratado de Lima, también llamado Tratado Rada y Gamio - Figueroa Larraín o Tratado de
1929, fue un acuerdo firmado el 3 de junio de 1929 en Lima entre Chile y Perú. Este tratado
puso fin a la disputa de la soberanía sobre las provincias de Tacna y Arica. Según el
acuerdo, Tacna se reincorporó a Perú y Arica quedó bajo control de Chile, que además se
comprometió a pagar una indemnización de seis millones de dólares a Perú. El tratado
también estableció la línea de la Concordia como la frontera terrestre entre ambos países y
otorgó servidumbres a Perú en Arica, un muelle en Arica al servicio de Perú y el ferrocarril
Tacna-Arica.

El Tratado de Piquiza fue un tratado de paz firmado en la población boliviana


de Piquiza el 6 de julio de 1828 entre el Mariscal Antonio José de Sucre y el
General Agustín Gamarra,1 que puso fin a la intervención peruana de 1828 en Bolivia.
Un ejército peruano mandado por Agustín Gamarra invadió Bolivia al caer Antonio José de
Sucre en abril de 1828, buscando expulsar la influencia grancolombiana en Bolivia. Tras la
derrota de Potosí, los bolivianos pidieron la paz

En octubre de 1998, en Brasilia, Ecuador y Perú firmaron el Acuerdo de Paz, que


puso fin a años de conflicto entre ambos países. Este acuerdo no solo estableció
límites fronterizos aceptados por ambas partes, sino que también buscaba una
nueva etapa de relación que promoviera la integración y cooperación entre los
pueblos, permitiendo el desarrollo basado en la convivencia mutua. El acuerdo
involucró tratados en áreas como Comercio y Navegación, Integración
Fronteriza, Desarrollo y Vecindad, junto con convenios en electrificación, pesca e
infraestructura. El objetivo era mejorar el comercio, la inversión y el desarrollo
en las zonas fronterizas en beneficio de ambos países.

l Tratado Salomón-Lozano fue un acuerdo de límites firmado el 24 de marzo de 1922 que


puso fin a un litigio territorial de casi un siglo entre Colombia y Perú. Este tratado fue
aprobado por los congresos de las dos naciones, ratificado por los presidentes de ambos
países, canjeadas sus ratificaciones en Bogotá el 24 de marzo de 1922, e inscrito en la
secretaría de la Sociedad de Naciones el 29 de mayo de 1928. El tratado fue obra del
Plenipotenciario de Colombia, Fabio Lozano Torrijos, y el Plenipotenciario de Perú, Alberto
Salomón.
La sentencia de La Haya
El 31 de enero la Corte Internacional de Justicia de La Haya dictó su sentencia sobre la delimitación marítima entre
Perú y Chile. La demanda había sido planteada por el Perú el 16 de enero de 2008 y solicitaba a la Corte establecer la
frontera marítima mediante una línea equidistante, según la Convención del Mar. En 1954, Perú y Chile habían
firmado un acuerdo pesquero que consideraba un límite de pesca horizontal que favorecía a Chile. El Perú sostenía
que este acuerdo no era un tratado de límites y que, dada la negativa de Chile de entablar negociaciones para este
acuerdo, correspondía a la Corte la delimitación marítima. La Corte dio un “fallo complejo” que otorgó parcialmente
la razón a ambos países. Como Chile estaba en posesión de todo el terreno en disputa, esto significó que el Perú ganó
aproximadamente 21 km2 de soberanía marítima.

El fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre la disputa


marítima entre Perú y Chile se refiere al caso presentado por Perú en 2008, en el
que solicitaba una delimitación marítima más equitativa entre los dos países.

El 27 de enero de 2014, la CIJ emitió su fallo en el caso. Decidió modificar la


frontera marítima entre Perú y Chile, otorgando a Perú un área mayor de aguas
marítimas en el océano Pacífico. El fallo estableció una línea equidistante
modificada que otorgó a Perú una porción más grande de la plataforma
continental que se encontraba bajo disputa.

En términos generales, Perú consideró el fallo como una victoria en su


búsqueda por una delimitación marítima más justa, ya que obtuvo una
extensión mayor de territorio marítimo. Por su parte, Chile aceptó y acató el
fallo de la CIJ, aunque expresó que no estaba completamente satisfecho con la
decisión, pero respetaría el veredicto.

El fallo de la CIJ marcó un hito importante en la relación entre ambos países, ya


que permitió resolver una disputa territorial prolongada de manera pacífica y en
línea con el derecho internacional. Aunque puede haber habido algunos
desacuerdos y diferencias de percepción, el respeto mutuo por la decisión de la
corte contribuyó a mantener la estabilidad en la región.

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