Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Jannine Montauban
Universidad de Montana
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 9.
Resumen Abstract
A lo largo de su carrera cinematográfica, Throughout his career, the Spanish film di-
Luis Buñuel no solo se mantuvo al mar- rector Luis Buñuel not only steered clear of
gen de los ríos interpretativos que corrían the numerous critical readings of his work,
alrededor de su obra, sino que deliberada- but he deliberately fostered their confusion,
mente propiciaba su confusión, ya sea ne- either by denying the most ingrained inter-
gando las interpretaciones más arraigadas pretations or by diverting the attention of
o desviando a los curiosos que lo inquirían those who inquired about the symbolism of
sobre el simbolismo de las más oscuras es- the darkest scenes. This reluctance to offer
cenas. Esta reticencia a ofrecer explicacio- explanations runs parallel to the dialogue
nes iba paralela al diálogo que el director that the director establishes with himself
establecía consigo mismo y con su obra. and with his work. Three specular resourc-
La consciencia de sí mismo y su deseo de es that Buñuel uses to insert himself into his
modelar su propia imagen se manifiestan written and film work manifest the director’s
mediante tres recursos especulares con los self-awareness and demonstrate his wish to
que se inserta en su obra escrita y fílmi- shape his own image: the cameos, the use
ca, ya sea como personaje reconocible o of his “fetish actor” Fernando Rey, and his
como proyección actoral: los cameos, la autobiography, My Last Sigh (1982). This
utilización de su “actor fetiche” Fernando essay analyzes the ways in which Buñuel
Rey y su autobiografía, Mi último suspiro constructs himself as a character and as an
(1982). Este ensayo analiza las maneras en authorized source of his works in order to
que Buñuel se construye a sí mismo como create a very personal cinema that draws on
personaje y como fuente autorizada de sus memories and fantasies.
obras para crear un cine muy personal que
se nutre de recuerdos y fantasías.
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 11.
jes encarnados por su “actor fetiche”, y la en Un perro andaluz (1929), Belle de jour
autobiografía Mi último suspiro, publicada (1967), El fantasma de la libertad (1974) y,
en 1982, donde el yo narrador se desdobla de una manera metonímica, en Ese oscuro
en el yo narrado. La imagen que nos ofrece objeto del deseo (1977). Es preciso señalar
el director —la de un hombre de principios que la ausencia de teoría sobre los cameos
radicales, obsesionado por la intransigencia en la obra de Buñuel invita a la compara-
religiosa, atormentado por los deseos y fan- ción con Alfred Hitchcock, quien, además
tasías y temeroso de envejecer— funciona de ser su contemporáneo, debía mucha de
como la signatura o “firma” que subraya su popularidad a su costumbre de incluirse
su indiscutible autoría, mientras nos deleita en casi todas sus películas.
con el espectáculo añadido de la autorre-
ferencialidad. La autobiografía, publicada
un año antes de su muerte y dictada a su
coguionista Jean-Claude Carrière, sella este
universo buñueliano, pues se ha converti- 1 Buñuel aparece con frecuencia en sus propias pelí-
do en “la última respuesta” a los dilemas culas. Es el fraile que camina zigzagueando al final
presentados en sus películas. El análisis con de Él (1953) y el cojo que sale de espaldas en Así
sentido cronológico de estos recursos per- es la aurora (1956). Son sus propias manos las que
mite descubrir las distintas maneras en que abren el huevo en Robinson Crusoe (1952) y las que
cargan las pistolas en Belle de Jour (1967). Su voz es
Buñuel utiliza la autorreferencialidad para
la del hombre sin piernas que contesta “¡No man-
crear una filmografía muy personal que lo
tengo vagos!” en Los olvidados (1950) y la que lee
construye como personaje identificable y en la radio un fragmento de Guía de pecadores de
como fuente autorizada de sus obras. Tam- Fray Luis de León tras el accidente de coche en La vía
bién permite comprender mejor su propues- láctea (1969). Buñuel también aparece en películas
ta de un cine que privilegie la subjetividad de directores amigos. Es el verdugo en Llanto por un
del individuo, la visión sobre la razón y el bandido (1964) de Carlos Saura, mientras que en En
mundo de los sueños y las fantasías. este pueblo no hay ladrones (1965) de Alberto Isaac
sale de cura y da un sermón titulado “Y dios se re-
irá de los ladrones”. La mayoría de las apariciones
Los cuatro cameos más importantes de Bu-
de Buñuel como figurante ocurrieron mientras vivía
ñuel (exceptuando los cameos parciales y
en París: Carmen (1926) de Jacques Feyder, Mauprat
su aparición en películas de otros directo- (1926) de Jean Epstein, Montparnasse (1929) de Eu-
res)1 se ubican al inicio y al final de su ca- gen Deslaw, en su propia La edad de oro (1930) y
rrera y contribuyeron a la construcción de en La fruta amarga (1931) de Arthur Gregor (véase
sí mismo como personaje público. Ocurren Fructuoso y Xifra, 2013).
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 13.
director de actuar sus propios sueños no se trata de “one of the most vulnerable of
agota las posibilidades interpretativas ni organs and the most deeply implicated in
las connotaciones simbólicas de la escena cinemátic process” (1983: 10). Esto quie-
más famosa de su filmografía. re decir que esta escena debe entenderse
como una exhortación a abrir los ojos al
Muchos críticos —entre ellos Linda Wi- universo de Buñuel y como una poética:
lliams (1981) y Gwynne Edwards (2005)— una explicación condensada de su visión
explican este corte como una metáfora de del cine, al que presenta como un espacio
la “apertura” de nuestros ojos al chocante donde los deseos insatisfechos, sueños e
mundo de Buñuel.3 Ramona Fotiade, en imágenes agreden al espectador.4
cambio, ve en el ojo cortado la represen-
tación de un deseo “ciego” e insaciable: A todas estas interpretaciones se añaden
“in Buñuel’s film, the slit eye marked the las de Jenaro Talens y Javier Herrera,
paroxystic and frustrated male desire that quienes consideran que la escena del ojo
was exerted on a passive, female subject” se erige como un manifiesto contra la su-
(1998: 122). Esta interpretación —que puesta objetividad de la mirada cinema-
quiere poner en evidencia la frustración tográfica. Talens sostiene que el corte del
sexual que resulta en un acto violento so- ojo cuestiona tanto “la escenificación de
bre una mujer pasiva— se ve desmentida una mirada supuestamente neutra y obje-
por el hecho de que la misma mujer apa-
rece ilesa en las escenas posteriores. Esto
no impide que el violento corte encubra 3 Las dos críticas afirman que esta escena propone una
o evidencie una fantasía soñada, lo que nueva manera de mirar. Para Williams, la navaja cor-
podríamos decir de casi todas las escenas ta nuestros ojos de tal manera que “by blinding us to
de la película. Lo importante es que, hoy the possibility of seeing through the figure, they force
por hoy, podemos leer en retrospectiva us to look at the work of the figure itself”. Edwards
esa escena como la primera aparición de afirma que el propósito de esta escena es “to make us
dos temas que serán obsesivos a lo largo look anew, to shake us out of the complacency that
de toda su obra: el deseo sexual frustrado might have been awakened by the fairy-tale promise
of the preceding title, ‘Once upon a time’” (26).
y, al igual que en Hitchcock, la sanción 4 En una conferencia publicada luego en la Revista de
contra el ojo como fuente de placer. En
la Universidad de México, Buñuel afirmó que el cine
las películas de ambos directores, como es “el mejor instrumento para expresar el mundo de
bien lo ha señalado Robert Stam, el ojo es los sueños, de las emociones, del instinto” (Aranda,
víctima de una constante agresión ya que 1969: 334).
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 15.
solo en la mesa. Frente a él está sentado considerarse típico. Como puntualiza Mi-
un hombre de traje azul con una calvicie chael Anderegg, “since Hollywood direc-
muy parecida a la del director. Este acom- tors, for instance, are seldom immediately
pañante, que es nada menos que uno de recognizable by their physical appearan-
los productores de la película (Landázuri, ce, their presence in a particular film may
2013), funciona como un doble o un espe- have little or no resonance for the average
jo del director pues también está bebiendo viewer” (1996: 48). Esta opinión podría
y fumando.6 Belle —tal es el nombre que ser matizada por Andrea Sabbadini, quien
adopta Séverine como prostituta— espera piensa que aunque Buñuel había dirigido
al duque —su próximo cliente— en una casi veintiséis películas, “it was not until
mesa cercana. Mientras Buñuel está ubi- Belle de Jour that the dubious tide of inter-
cado al centro de la toma, desde la dere- national mass popularity turned in his fa-
cha aparece un carruaje. Luego de bajar vor” (2004: 117). De acuerdo con Sabba-
del carruaje, el duque camina y se detiene dini, esta película, que muestra las ocultas
detrás del director, quien lo mira por un actividades de una hermosa mujer, sumada
instante; luego pasa frente a él para sen- a las interferencias de la censura convirtió
tarse al lado de Séverine (a quien vemos “its nearly septuagenarian auteur into a
de espaldas). Si bien la cámara sigue al household name” (118). Las preguntas que
duque, Buñuel queda por unos instantes debemos hacernos son, entonces, ¿por qué
al centro de la toma, evidenciando su de-
seo de atraer la atención sobre sí mismo.
6 De acuerdo con Landázuri la persona que aparece
Esta aparición sí reúne las características junto a Buñuel es uno de los hermanos Hakim. Los
para considerarse un cameo porque Bu- productores Robert y Raymond Hakim reclutaron a
ñuel ya era conocido en 1967. Lo que hay Buñuel en 1966 para hacer la adaptación cinemato-
que tener en cuenta aquí es que no aparece gráfica de la novela de Joseph Kessel.
como Luis Buñuel, sino como un personaje 7 Curiosamente Buñuel no tiene cameos en los que
anónimo.7 Por su autobiografía, sabemos aparezca como él mismo. En Mi último suspiro ex-
que a Buñuel le encantaba pasar horas en plica por qué rechazó la oportunidad de hacer su
propio papel en Annie Hall de Woody Allen: “se me
bares y cafés conversando con los amigos
ofrecían treinta mil dólares por dos días de trabajo,
o entreteniéndose con sus propias ensoña-
pero debía permanecer una semana en Nueva York.
ciones. Aunque es muy probable que el es- Tras algunas vacilaciones, rehusé. Finalmente fue
pectador no lo reconozca, como sí recono- McLuhan quien interpretó su papel en el vestíbulo
cería a Hitchcock, el caso de Buñuel podría de un cine” (1982: 189).
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 17.
permite al director “ver cómo vive la otra El hecho de que, a diferencia de Hitchcock,
mitad”, “espiar” a los actores y experi- Buñuel tenga pocos cameos hace suponer
mentar lo que es ser filmado por su com- que no se trataba de experimentar el otro
pañía, mientras le da a su equipo la opor- lado de la cámara ni de ejercer control
tunidad de “dispararle con la cámara” sobre su equipo. Este cameo es más bien
y “golpearlo con las luces” (Vest, 1998- un intento de señalar la pertenencia o de
1999: 10; traducción y énfasis propios).9 “marcar su territorio”, dejando en su obra
Esta referencia a un mundo al revés en el una imagen personal, es decir, una signa-
que su equipo “toma el control” es muy tura, para indicar que es suya. El recurso
engañosa, pues el propósito del director del cameo como signatura aparece con
es mantener a todos en alerta permanen- frecuencia en la obra de Miguel de Cer-
te (“on their toes”). Se puede decir que vantes, quien —como lo recuerda Gon-
su presencia tiene el efecto opuesto, pues zález Echevarría— se incluye a sí mismo
en la práctica funcionaba como una ad- en El Quijote (1605) y ofrece en el prólo-
vertencia sobre el reducido espacio que go de sus Novelas ejemplares (1613) “an
tenían las iniciativas de los actores en el overt description of himself that included
proyecto artístico del director. Es muy physical traits, not just anecdotes or self
conocida la anécdota de un incidente du- evaluations as an artist” (2005: 265). En
rante la filmación de Mr. and Mrs. Smith. dicha descripción vemos a un anciano con
En su larga entrevista con Truffaut, Hit- seis dientes “mal acondicionados y peor
chcock se detuvo en explicar “an amusing puestos” (Cervantes, 1982: 62), mientras
little sidelight on that picture” (Truffaut, que en Belle de jour vemos a un Buñuel
1984: 139). El “sidelight” tenía que ver envejecido, un poco mayor que Cervantes
con una archiconocida y repetida frase de cuando conoció la tardía gloria literaria.
Hitchcock “los actores son como ganado” Lo inquietante de esta genealogía es que
y la broma de la actriz Carole Lombard, ambos son conscientes de que, si bien la
quien hizo construir un establo dentro del descripción física puede no favorecerlos,
set. Cuando el escritor y cineasta Claudio hay un público curioso por saber cómo es
Isaac le refirió la anécdota a Buñuel, este la persona que se halla detrás de la obra
le contestó: “¿Cómo que ganado?... Cu-
carachas, peor que cucarachas. Yo enrollo
el periódico y los estampo contra la pa-
red” (Isaac, 2002: 17). 9 En ingles shoot tiene el doble significado de filmar
y disparar.
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 19.
analogía se rompe (quizás sería mejor de- ge Silberman aparece con una venda en
cir que rota) si tomamos en cuenta que, la frente, el poeta José Bergamín sale de
en la escena del café, Buñuel se encuentra sacerdote y el médico José Luis Barros es
completamente absorto en sus propias en- el que grita “Vivan las cadenas”. Luego
soñaciones. A diferencia de Hitchcock en del fusilamiento, Buñuel desaparece de la
Vértigo, quien le pasa todos sus deseos y escena. A diferencia de los cameos ante-
obsesiones a Scottie cuando se cruza con riores, este es el único que el director men-
él caminando por el astillero (Vest, 1999- ciona en su autobiografía, lo que le otorga
2000: 86),12 en Belle de jour el traspaso de un estatus especial.
las ensoñaciones y sueños del director a
Séverine ocurre a través del personaje del Esta fue su última aparición reconocible en
duque, quien se detiene primero donde la pantalla porque Buñuel estaba seguro de
uno, para luego sentarse donde la otra. Si, que no volvería a filmar: “[d]espués de El
como lo declaró Buñuel en varias oportu- fantasma de la libertad, rodada en 1974
nidades, estas ensoñaciones y sueños son (tenía yo, por lo tanto, setenta y cuatro
el material del que provienen muchas de años), pensé en retirarme definitivamente”
sus películas, Séverine no es más que una (Buñuel, 1982: 243). A esta certeza —que
inesperada proyección de su personalidad ahora sabemos equivocada— se suma su
y de su sistema creativo. preocupación por la muerte. Sabemos que
Buñuel pensaba mucho en ese tema: “hace
El tercer cameo pertenece a El fantasma
de la libertad (1974), una película que,
según Buñuel, está compuesta por “doce
episodios ligados entre sí por un perso- 12 James M. Vest señala que cuando Hitchcock y Ja-
naje anecdótico que une el final de cada mes Stewart se cruzan caminando “their shadows
uno con el siguiente” (Evans et al., 2018: meld” (1999-2000: 88). Este es el tema principal
686). Buñuel aparece en la primera es- de la película de acuerdo con Vest: “a transfer of
cena, junto con otras tres víctimas, “disi- shadows, the shadows of those who would control
others’ destinies”. A pedido de Elster (y luego de Sco-
mulado bajo la barba y la capucha de un
ttie), Judy se vuelve la sombra de Madeleine “who is
monje” (Buñuel, 1982: 242), caminando
herself presented as the shadow of a shadow, the long
hacia el muro donde será fusilado por las dead “mad” Carlotta” (1999-2000: 89). Hitchcock
tropas de Napoleón en 1808. Sus compa- también se cruza y roza a sus protagonistas en Extra-
ñeros en el paredón son nada menos que ños en el tren (1951), La ventana indiscreta (1954) y
tres de sus compinches: su productor Ser- Atrapa a un ladrón (1955).
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 21.
ción explícita a La encajera de Vermeer en la ellos distintos y analizables desde perspec-
mujer que remienda el encaje ensangrentado tivas diversas) lleva un mensaje sobre el
se presta a interpretaciones que de ninguna director y sus creaciones: son una “aper-
manera se excluyen: la pérdida irrecuperable tura” a su obra posterior, una signatura o
de la virginidad (que en una primera instan- marca de autoría, una representación de
cia asociamos con Conchita, pero que puede sus obsesiones y una señal del principio y
insinuar a la madre de Buñuel en su noche el final de vida y su obra.
de bodas) adquiere un sentido simbólico más
amplio si la asociamos con una obra que se
inicia con la pérdida irrecuperable de la vir-
ginidad ocular que plantea el corte del ojo
en Un perro andaluz.15 En otras palabras, la ***
despedida de Buñuel, tan violenta como su
saludo inicial, se acompaña de la pérdida de Mientras los cameos marcan el inicio y el
un modo de ver el cine (y la vida misma) que final de su carrera fílmica, en su madurez
nos ha sido arrebatado para siempre. Buñuel se desdobla en los personajes in-
terpretados por Fernando Rey. Cuando
En estos cameos, Buñuel resalta su doble tenía entre 61 y 77 años, el director y el
rol en el proceso creativo: el del creador/ actor crearon autorretratos de Buñuel en
autor invisible pero presente y el de per- cuatro de sus películas: Viridiana (1961),
sonaje. Podríamos decir que Buñuel no se Tristana (1970), El discreto encanto de
resigna a cumplir únicamente la función la burguesía (1972) y Este oscuro objeto
de autor tal como la plantea Philippe Le- del deseo (1977). Queda claro que Bu-
jeune, es decir, como la conexión entre ñuel no quería que las películas fueran
“el texto y el mundo-más-allá del-texto” autobiográficas, pero los personajes en-
(1989: 11). Tampoco se trata de que el carnados por Fernando Rey tienen tanto
espectador lo pueda imaginar como “la
persona capaz de producir ese discurso”
(Lejeune,1989: 11), sino de fusionar su
imagen física con su obra y de escenificar 15 El propio Jean Claude Carrière señala que la obra
el diálogo que establece consigo mismo de Buñuel se desarrolla en un arco que va “desde Un
para ofrecernos claves importantes sobre perro andaluz, con la cortada del ojo hasta el final de
su proceso creativo y su concepción del Ese oscuro objeto del deseo, con la costura del vesti-
cine. Cada uno de estos cameos (todos do” (Carrière, 1991: 7).
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 23.
Viridiana presenta la historia de una no- de Galdós, Buñuel trasladó la acción de
vicia que visita a su tío antes de profesar Madrid a Toledo y dotó a don Lope de
en un convento de clausura. Para poseer muchas características personales, pues
a su sobrina, cuyo parecido con su difun- don Lope es muy liberal en asuntos públi-
ta esposa es desconcertante, don Jaime cos, aunque en su casa mantiene un régi-
utiliza un narcótico; no obstante, luego men arcaico. El resultado, tal como se lo
renuncia a su intento y termina suicidán- confiesa Buñuel a su amigo Max Aub, es
dose. Con la llegada de Jorge, hijo na- que él es don Lope: “muy liberal, muy an-
tural y coheredero de las posesiones de ticlerical al principio, y, a la vejez, sentado
don Jaime, la novicia ya no volverá al en una camilla tomando chocolate… ha-
convento. Según Buñuel, la protagonista blando con tres curas” (Aub, 1985: 146).
se llama Viridiana “en recuerdo de una Esta identificación fue clara incluso para
santa poco conocida de la que antaño su asistente, Pierre Lary, quien dijo:
me habían hablado en el colegio de Za-
ragoza” (1982: 227), pero, como ocurre Tristana was made as a kind of exor-
frecuentemente con el material fílmico cism… He was getting old and, at the
del director, la inspiración provino de same time, he was back in the place
una fantasía erótica de juventud “en la where he’d spent the best years… All
que, gracias a un narcótico, abusaba de that created a sense of pain, of fear,
la reina de España” (Buñuel, 1982: 227). fear of old age rather than death…
Hay que señalar que, aunque la escena Fernando Rey was both his double
está basada en la fantasía de un joven and what he didn’t want to be (apud
con una mujer mayor, Buñuel invierte los Jones, 2010: 34).
roles para plantear el tema del hombre
mayor que se enamora de una jovencita. Al final de Tristana, la identificación entre
director y actor es tan incómoda que Bu-
Nueve años después, Tristana vuelve a ñuel termina matando a don Lope. Ese es
presentar el mismo tema a través del per- un final esperado para Jones pues, en su
sonaje interpretado por Rey. Menos nos- opinión, “the fit must have been uncom-
tálgica que Viridiana, esta película narra fortable and he [Buñuel] had apparently
la historia de una joven que, al morir su had his fill of therapy” (2010: 35).
madre, es confiada a don Lope, un viejo
don Juan incapaz de aceptar su caducidad Si el don Lope de Tristana es una espe-
como seductor. Apartándose de la novela cie de exorcismo, el personaje de Ese
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 25.
ñuel canaliza su experiencia forzosa de Al igual que los otros reflejos de Buñuel
vivir en el extranjero.19 El personaje de en la pantalla, Rafael es blanco de la sáti-
Rafael Acosta puede identificarse con ra del director, pues este personaje le sirve
el director debido a la posición privile- para recrear, incluso en el mundo de los
giada que ocupa en la película: aparece sueños y las fantasías, los conflictos que
con frecuencia mirando desde lo alto de surgen de las diferencias culturales. En
una ventana lo que ocurre afuera y es este caso la burla no apunta al gusto del
el “soñador” principal, cuyo sueño in- personaje por las mujeres jóvenes, sino a
cluye los de los otros personajes (Jones, su machismo, sus marrullerías y su rela-
2010: 36). Al igual que el director, quien ción ambivalente con la cultura francesa.
antes de establecerse en México vivió en Si Rafael Acosta se acerca a la sociedad
Francia, Acosta es un hispano que vive francesa con una mezcla de reverencia e
en un ambiente francés. Esto no es lo irritación, esta, por su parte, admira su
único que comparten. Como bien seña- refinamiento, pero no deja de lado sus
la Jones, Buñuel y Acosta tienen en co- prejuicios hacia el oscuro país latinoame-
mún: “a birthday, a zodiac sign, a street ricano de donde proviene. El primero de
address, a diplomatic posting [...], an estos prejuicios es la arrogancia de asu-
interest in the work of Louis Aragon mir que todos los países latinoamerica-
and, most notably, a situation: Rafael is nos son iguales e intercambiables, como
a Hispanic in a French environment, a se aprecia en la cena interrumpida por los
conjunction emphasized by Rey’s accent militares en maniobra. Antes de sentarse
in French” (2010: 35). Si bien el núcleo a la mesa, monseñor Dufour trata de ini-
de El discreto encanto de la burguesía
consiste en las peripecias de un grupo de
amigos que intentan comer o cenar jun-
tos sin conseguirlo, el origen extranjero 19 Las dificultades de manejarse en un ambiente cul-
del embajador se encuentra al centro de tural distinto no le fueron ajenas a Buñuel, primero,
la trama: la República de Miranda es en sus tempranos días como español en París y, luego,
como cineasta nacionalizado mexicano haciendo pe-
esencial para que los amigos franceses
lículas en Europa.
consigan los narcóticos de los que de- 20 Ese nexo se enfatiza con la presencia del Lincoln
penden sus ingresos y funciona también negro, propiedad del embajador, pues ofrece, como
como soporte del lado oscuro de la so- bien advierte Jones, un guiño a la película de Alain
ciedad francesa (Jones, 2010: 36).20 Charnier, The French Connection (1971), en la que
Rey aparece como capo de la mafia (35).
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 27.
na, mientras que Carol Bouquet aparece Spanish” (Jones, 2010: 37). El detalle curio-
en las escenas de frialdad calculada y de so del que Jones no se percata es que, si bien
negativa sexual. Los estereotipos y dife- las nacionalidades de la pareja están inver-
rencias se mantienen incluso cuando los tidas en la película, las de los actores no: el
protagonistas están fuera de su país de personaje francés, Mathieu, es interpretado
origen. Conchita y su madre, como dos por el español Fernando Rey (doblado por
típicas españolas en el París de esa época, Michel Piccoli), mientras que el personaje
son pobres y Conchita, en concordancia de la española es interpretado parcialmente
con su nombre, se dedica entre otras co- por la francesa Carole Bouquet.
sas a la limpieza.21 No es distinto el caso
de Mathieu, quien, mientras está en Se- Los motivos, conscientes o no, por los que
villa, se comporta como el típico francés Buñuel utilizó a un actor específico como
aturdido y fascinado por una España de su reflejo especular y las repercusiones de
flamenco y de gitanos. esta decisión se entienden mejor a la luz de
la teoría tripartita de la personalidad pro-
No es difícil ver los paralelismos entre las puesta por Sigmund Freud. No se trata de
experiencias de Mathieu, un francés en Se- especular el grado de familiarización de
villa, y las del joven Buñuel en París, sobre Buñuel con la teoría freudiana, ya que él
todo porque el apoyo económico de su ma- mismo confiesa en Mi último suspiro que
dre le permitía al director tener un mejor “la lectura de Freud y el descubrimiento
nivel de vida. En todo caso, se sabe que los del inconsciente [le] aportaron mucho en
años del director en Francia marcaron su [su] juventud” (1982: 222). Se trata de
vida y su obra. Fue en París que Buñuel co- que esta teoría, si bien no fue concebida
noció el surrealismo, entabló amistad con para analizar personajes de ficción, es útil
escritores y pintores famosos, y tuvo sus pri- para comprender cómo el desdoblamien-
meras experiencias en el cine colaborando to de Buñuel en los roles de “creador”,
con Jean Epstein. También allí conoció a la “director” y “personaje en la pantalla”
que sería su esposa, Jeanne Rucar, de nacio- pone en escena el conflicto entre los de-
nalidad francesa. La inversión de la nacio-
nalidad de la pareja en Ese obscuro objeto
del deseo “reverses the relationship between
the Spanish Buñuel and his French wife and 21 En francés “una Conchita” es una manera irónica
gives voice to the claim the director made de referirse a las señoras de la limpieza de origen es-
at least once that he was more French than pañol (o portugués).
sociedad y del crimen o del ridículo que mental perceptions are taken for perceptions of rea-
lity” (Baudry, 1974: 769). No es difícil ver la corre-
cometerían si sucumbieran a sus deseos.
lación entre el sueño “como psicosis alucinatoria” y
En su papel de director, Buñuel también
la experiencia de asistir a una función de cine, pues
funciona como el ego de estos personajes el aparato cinematográfico y el aparato físico durante
porque es él quien controla sus proyec- el sueño comparten dos características: “separation
ciones desde detrás de la cámara y quien from the outside world and inhibition of motoricity”
se esfuerza por “substitute the reality (Baudry, 1974: 775-776).
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 29.
tries to do so with his own strength whi- raleza superior del hombre y expresa la
le the ego uses borrowed forces” (1991a: influencia de los padres (1961b: 35).
25). El uso de estas “fuerzas prestadas”
convierte al ego en el depositario de la Tanto en su vida personal como en sus pe-
libido. Freud sostiene que “through the lículas, el conflicto con el superego surge
study of the libido-development of the porque desde su juventud Buñuel se re-
child in its earliest phases it became clear bela contra las expectativas que imponen
that the ego is the true and original reser- instituciones como la familia, la sociedad
voir of the libido” (1922: 66). y la religión. Su temprano desdén por las
convenciones sociales se aprecia en sus tra-
Si los personajes representan tanto el id vesuras por Madrid y Toledo durante su
como el ego de Buñuel, ¿quién represen- estadía en la Residencia de Estudiantes, y
ta el superego? De acuerdo con Freud, el en su fascinación por los surrealistas en el
superego o ego ideal es una diferencia- París de los años veinte. Sus películas, co-
ción dentro del ego, en cuyo origen yace menzando por El perro andaluz y La Edad
escondida “an individual’s first and most de Oro, ofrecen una clara crítica de la so-
important identification, his identifica- ciedad y del control que esta ejerce sobre
tion with the father in his own personal los individuos. En el caso específico de Vi-
prehistory” (1961b: 31). La creación de ridiana, Tristana y Ese oscuro objeto del
este ego ideal, que en el caso de un niño deseo, son precisamente las convenciones
suele terminar en su identificación con el sociales las que detienen la intención de los
padre y en el establecimiento de una rela- protagonistas de acercarse a las jóvenes,
ción de objeto con la madre, implica que mientras que en El discreto encanto de la
el ego ha superado el complejo de Edipo burguesía una serie de tabúes impide a los
y que se ha puesto bajo el control del id. personajes comer o cenar juntos. Además
La relación del superego con el ego tie- de criticar el “rol civilizador” de las con-
ne un doble aspecto ya que supone tanto venciones sociales, Buñuel, como director,
la afirmación “You ought to be like this señala cruelmente la distancia entre sus
(like your father)” como la prohibición personajes y su respectivo yo ideal. En una
“You may not be like this (like your fa- relación equiparable a la del superego con
ther)” (Freud, 1961b: 34). La conclu- el ego, Buñuel maltrata implacablemente a
sión de Freud es que el super ego se erige estos personajes debido a sus contradiccio-
obstáculo a los deseos del id y del ego nes ideológicas, su machismo acompañado
porque responde a los ideales de la natu- tanto de un ridículo deseo hacia mujeres
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 31.
la proyección de una entidad unida.23 La lomas solo llegan a la madurez sexual en
imagen que surge de este proceso deter- presencia de otras palomas, y una langos-
mina la manera en que nos percibimos y ta, en una etapa particular de su desarro-
somos percibidos por los demás. Ya que llo, solo se transforma de la fase solitaria
incluso los estados mentales diferentes, a la fase gregaria cuando ve movimientos
como los sueños, las alucinaciones y las similares en otros miembros de su especie
ensoñaciones, están vinculados con la (2006: 77). Esto lleva a Lacan a concluir
presencia de la imagen mental del cuer- que “mimetic facts, understood as hetero-
po del sujeto, Lacan concluye que la men- morphic identification are of just as much
te necesita pasar por la etapa del espejo interest to us insofar as they raise the ques-
para poder organizar el mundo visible y tion of the signification of space for living
visualizarse en relación con los objetos organisms” (77). Cuando Buñuel contra-
que lo rodean. No es difícil observar los tó a Rey por primera vez en 1961, el actor
paralelos entre la creación de una imagen tenía cuarenta y cuatro años y el director
mental del yo propuesta por las teorías de sesenta y uno. Había vuelto a España lue-
Lacan y la preferencia de Buñuel por un go de veinticuatro años de exilio y el re-
actor específico para representarlo. Luego encuentro con los lugares de su juventud
de analizar los personajes de don Jaime, le hicieron darse cuenta de que “old age
don Lope, Rafael y Mathieu, es evidente changes everybody” (Jones, 2010: 34). El
que Buñuel trata de crear en el espejo de la resultado es que en cuatro de sus pelícu-
pantalla cinematográfica una imagen uni- las siguientes explora los temas del paso
ficada (pero a la vez alienada) de sí mismo del tiempo y los efectos físicos y mentales
que le permitirá (re)conocerse a esa edad
avanzada y entender mejor su cambiante
relación con el mundo que lo rodea.
23 La adquisición del lenguaje coincide con esta eta-
El concepto de la identificación hetero- pa. El aprender la distinción entre el “yo soy” y el
“tú eres” implica que el niño ha asumido su lugar
morfa también revela algunas peculiarida-
asignado dentro del orden simbólico. De acuerdo con
des en la relación entre Buñuel y su doble
Lacan, decir “yo soy” significa en realidad decir “yo
en la pantalla. En el campo de la biología
soy el (la) que ha perdido algo” o, en otras palabras,
se usa este término para describir un tipo “yo soy aquello que no soy”. Desde ese momento el
de mímesis necesaria en el desarrollo de niño no puede tener acceso directo al cuerpo de la
algunas especies. Lacan cita algunos ejem- madre ni a la realidad; ha entrado al mundo vacío del
plos de identificación heteromorfa: las pa- lenguaje y del deseo.
con los cuatro personajes mencionados es viejo caballero español”. El término es aplicable a los
obvia, pues los dota de sus propias debi- otros personajes interpretados por Fernando Rey, aun-
lidades —la vejez acompañada del deseo que algunos no tengan la “nacionalidad” española.
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 33.
de burla? Se comprende así que los perso- narrador se desdobla en el yo narrado
najes encarnados por Fernando Rey úni- para ofrecer un retrato suyo y construirse
camente pueden convertirse en objeto de a sí mismo como personaje. Lejeune se-
burla desde la mirada identificatoria de ñala que en una autobiografía el escritor
Buñuel y desde la identificación simbólica “provides […] information about him as
con la sociedad moderna que censura este a person and as artist; this opens a new
tipo de comportamiento. interpretive space for a reading or a re-
reading of his other texts” (1989: 116).
Ese es precisamente el caso de Mi último
suspiro, pues Buñuel ofrece recuerdos y
***
Mi último suspiro relata la vida de Buñuel 27 Aunque el tema escapa a los propósitos de este
desde su infancia en el pueblo de Calanda ensayo, Lorena Amaro se hace una importante pre-
hasta el final de su carrera cinematográ- gunta: “si el recuerdo resulta ser este algo impreciso
y si es la memoria la que articula este texto autobio-
fica. Desde su llegada a México en 1946,
gráfico […] ¿es posible diferenciar la ‘realidad’ de la
su vida y sus películas se funden en una
‘ficción’?” (30). Amaro señala que autores tan disí-
sola entidad: este libro. La autobiografía miles como Georges Gusdorf, Jan Starobinski y Phi-
incluye los eventos más importantes, pero lippe Lejeune han buscado “un elemento de verdad
también sus sueños y fantasías ya que, se- que logre afianzar la autobiografía como un género
gún Buñuel, la memoria se ve “invadida diferente de la novela” (30).
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 35.
una novela picaresca, dejándo[se] arras- obra se explica por su autobiografía y su
trar por el encanto irresistible del relato autobiografía por su obra.
inesperado” (Buñuel, 1982: 15).
Al igual que la presencia repetida de Fer-
El eje articulador de la narración es la nando Rey, la imagen creada por el direc-
vejez y la cercanía de la muerte. Lorena tor en su autobiografía puede ser analiza-
Amaro señala que la muerte es, “curio- da a la luz de lo que Lacan llama la etapa
samente, la presencia más poderosa en de espejo. Como ya se ha señalado, esta
estos textos que glosan la vida” (2009: teoría sostiene que la identificación del
22), y que las principales razones de los niño con su propia imagen en el espejo (el
autobiógrafos son “la conciencia de la fi- Ideal-Ich) supone un reconocimiento de
nitud y el deseo de trascender” (22). A uno mismo como “Yo”, es decir, como un
esos dos motivos, evidentes en el libro de agente construido socialmente. Este reco-
Buñuel, se añade un tercero: al igual que nocimiento, que precede a la entrada al
el cameo en Ese oscuro objeto del deseo, lenguaje, “turns out […] to be a particu-
la autobiografía recuerda los inicios de la lar case of the function of imagos, which
vida y la carrera del director para mar- is to establish a relationship between an
car su final definitivo. Como bien seña- organism and its reality —or, as they say,
la Amaro, “ninguna vida es plenamente between the Innenwelt and the Umwelt”
coherente” (2009: 23): es el relato el que (2006: 78). Los paralelos con la escritu-
le otorga sentido porque “permite anu- ra autobiográfica son evidentes: la página
dar [los distintos hilos narrativos] para en blanco es el espejo donde Buñuel debe
construir una historia que perdurará más observarse para construir una imagen (es
allá que quien la escribe” (23). Es decir decir, un retrato) coherente de sí mismo
que, además de construir una historia como creador y establecer su lugar en el
perdurable, la narración de su vida y su mundo del cine.28 Los paralelos no elimi-
carrera le permite al director controlar nan las diferencias: Buñuel escribe hacia
el significado de su trabajo al crear un
universo cerrado a las interpretaciones
ajenas. En Mi último suspiro, la vida del
director está ingeniosamente tejida con 28 La idea de que el libro ofrece un retrato del direc-
sus películas, pues cada una es presenta- tor ha sido señalada con frecuencia por Jean-Claude
da como producto de elementos propios Carrière: “Es sind eigentlich keine Memorien, es ist
de su vida privada. El resultado es que su mehr ein Porträt” (2008: 42).
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 37.
la autobiografía ofrece una imagen del utiliza sus películas para marcar los cam-
director imprescindible para entender su bios físicos y psicológicos de su vida. Las
obra y su entorno como material creativo películas hechas en el otoño de su vida
para sus películas. dan preferencia a temas como el paso del
tiempo y a menudo tienen como protago-
El estudio cronológico de estos recursos nista a un hombre mayor. No solo se trata
revela que, salvo el anómalo caso del pri- de asumir los cambios fruto de la edad a
mer cameo, el deseo de incluirse en sus través de una imagen especular: por me-
películas de forma evidente y reconocible dio de su implacable maltrato a los perso-
surge cuando Buñuel ya era un hombre najes interpretados por Fernando Rey, el
mayor. La primera vez que utiliza a Fer- director trata de exorcizar los fantasmas
nando Rey como alter ego suyo es en Vi- de la edad y de los deseos sexuales a una
ridiana, y su primer cameo de despedida edad avanzada.
es en Belle de jour, es decir, cuando el di-
rector tenía 61 y 67 años, respectivamen- La autorreferencialidad en el cine de Bu-
te. Es ante la edad avanzada y la posible ñuel también es parte esencial de su pro-
cercanía de la muerte que el director em- puesta cinematográfica. Desde su primer
pieza a preocuparse por dejar una marca cameo, Buñuel propone un cine que agre-
personal indeleble en su filmografía. Esa de los ojos de espectador, que privilegia
presencia sistemática revela la voluntad las fantasías y que se caracteriza por “la
de dejar una signatura y de construir la subjetividad más pronunciada y profun-
manera en que quiere ser recordado. da que reside en el interior del individuo”
(Herrera, 2006: 32). Se trata de un mani-
Los mecanismos especulares muestran fiesto contra la objetividad de la mirada
una consciencia de sí mismo y un deseo cinematográfica, pero también del inicio
de construirse como personaje reconoci- de un cine que “desde 1929 […] continúa
ble. Al incluirse en sus películas, Buñuel la misma búsqueda: rehabilitar la visión
establece un diálogo consigo mismo (y en detrimento de la razón” (Delain, 1977:
con su obra) que le es útil para explorar 10). Más adelante, los “autorretratos” in-
los conflictos del yo. De esta manera pone terpretados por Fernando Rey no hacen
en evidencia la tensión entre el mundo de sino confirmar la propuesta de un cine
las fantasías y las convenciones sociales. muy personal que se nutre de recuerdos y
Como estos conflictos cambian con la explora las propias creencias y vacilacio-
edad, también se puede decir que Buñuel nes. No se trata de una “‘posición’ subje-
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 39.
Bibliografía
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 41.
García Riera, Emilio, 1961. “Buñuel y la política”. Nuevo Cine 4-5:
8-12.
González Echevarría, Roberto, 2005. “Prólogo”. En Roberto González
Echevarría (ed.),Cervantes’ Don Quixote. A Casebook. Nueva York:
Oxford University Press. 3-21.
Herrera, Javier, 2006. “El archivo de Luis Buñuel: documentalismo y
transculturalidad”. Boletín de la ANABAD vol. 56(2): 31-48.
Isaac, Claudio, 2002. Luis Buñuel: a mediodía. Colima: Conaculta.
Jones, Julie, 2010. “A dialog with self: Luis Buñuel’s dramatization of
identity in four characters played by Fernando Rey”. Cineaste 35(4):
32-37.
Krohn, Bill y Paul Duncan (eds.), 2005. Luis Buñuel. Filmografía
completa. Madrid: Taschen.
Lacan, Jacques, 1973. The Four Fundamental Concepts of Psycho-
Analysis. Nueva York: W.W. Norton & Co.
____________________, 2006. Écrits. The First Complete Edition in
English. Nueva York: W.W. Norton & Co.
Landazuri, Margarita, 2013. “Belle de Jour”. Turner Classic Movies.
https://www.tcm.com/tcmdb/title/68416/belle-de-jour#articles-
reviews?articleId=636738
Consultado el 20 de julio de 2020.
Lejeune, Philippe,1989. On Autobiography. Minneapolis: University
of Minnesota Press.
Sabbadini, Andrea, 2004. “Of boxes, peepholes and other perverse
objects. a psychoanalytic look at Luis Buñuel’s Belle de Jour”. En
Peter Williams y Isabel Santaolalla (eds.), Luis Buñuel. New Readings.
Londres: BFI. 117-127.
Stam, Robert, 1983. “Hitchcock and Buñuel: Desire and the Law”.
Studies in the Literary Imagination vol. 16(1): 7-27.
Talens, Jenaro, 1986. El ojo tachado. Lectura de Un chien andalou de
Luis Buñuel. Madrid: Cátedra.
Truffaut, François, 1984. Hitchcock. Nueva York: Simon and Schuster.
Vest, James M, 1998-1999. “The controller controlled: Hitchock’s
cameo in ‘Torn Curtain’”. Hitchcock annual 7: 3-19.
Número 08: 9-43 El director y sus reflejos: construcciones del yo en la obra de Luis Buñuel 43.