Tarea 4.
Hacer un estudio comparando los tres reyes, Saúl, David y Salomón, sobre los puntos siguientes: Su
preparación, comienzo, carácter, impacto sobre el pueblo, final
(10%) 08/05
SAUL
SU PREPARACION Se convirtió en rey tras ser ungido por Samuel, quien
accedía de este modo a los ruegos de su pueblo, que
quería un jefe guerrero para enfrentarse a los filisteos
y los amalecitas. Saúl era hijo de Kis (o Cis) de la
tribu de Benjamín. El monarca estableció su sede en
Gaba, en el territorio de su propia tribu. Al ver que
los hijos de Samuel no eran idóneos, los israelitas le
dicen, “danos un rey para que nos juzgue, como todas
las naciones”. Esta solicitud no le agrada a Samuel
(1S 8:4-6), quien le advierte al pueblo que los reyes
ponen grandes cargas sobre las naciones. Los
hijos de Samuel aceptan sobornos y pervierten la
justicia — Los israelitas desean tener un rey para que
gobierne sobre ellos — Samuel advierte de la
naturaleza y de los males de un gobierno de reyes —
Jehová consiente en darles un rey.
SU COMIENZO Primer rey de Israel. Según la tradición, Saúl se
convirtió en rey tras ser ungido por Samuel, quien
accedía de este modo a los ruegos de su pueblo, que
quería un jefe guerrero para enfrentarse a los filisteos
y los amalecitas.
Fue un guerrero reconocido, apuesto, alto y humilde,
DAVID
Una vez en casa de Jesé, el profeta Samuel conoció
a siete de sus ocho hijos, pero ninguno fue el
ungido. Cuando preguntó si faltaba alguno, Jesé
llamó al más pequeño: David, y cuando el profeta
lo vio, supo que era él. Allí, delante de su padre y
hermanos mayores, le ungió como futuro rey de
Israel.
El joven David, pastor de Israel, tenía una causa. Y
esa causa fue recalcada cuando Samuel, el profeta
del Señor, lo ungió para ser el futuro rey de
Israel. ... “Y David se conducía prudentemente en
todos sus asuntos, y Jehová estaba con él” (1
Samuel 18:14).
David era muy valiente. Fue un luchador desde el
principio. Pero antes de matar a un gigante o de
liderar ejércitos en batalla, él fue un pastor y
protegía a las ovejas que cuidaba. El mató a los
leones y osos que amenazaban a su rebaño. Dios
eligió a David porque vio en su corazón y observó
1
SALOMON
David prepara a Salomón para sucederlo
como rey (1 Reyes 1; 1 Crónicas 22) Ya
que David había derramado tanta sangre
como rey, Dios decidió no permitirle
construir una casa para el Señor. En vez de
él, su hijo Salomón recibió esta tarea (1Cr
22:7-10).
La historia del rey Salomón comienza con su
padre, el rey David, y su madre, Betsabé. En
las escrituras hebreas, 2 Samuel 3 declara
que el rey David, ungido por el profeta
Samuel antes de la muerte del rey Saúl para
reemplazarlo, se convirtió oficialmente en
el rey de Judea (1010 AEC).
Hijo del rey David y de Betsabé, Salomón
fue ungido como soberano de los hebreos e
instruido acerca de sus obligaciones por su
padre, en detrimento de Adonías, su
hermanastro mayor, quien aspiraba a la
sucesión al trono de Israel.
A Salomón se le prometió sabiduría,
riquezas, honor y larga vida si continuaba en
rectitud ante el Señor. Esta promesa se
cumplió, ya que durante su
vida Salomón llegó a ser conocido por su
sabiduría. Grandes personajes de todas las
naciones fueron a verlo y a poner a prueba
su conocimiento
La historia del rey Salomón comienza con su
padre, el rey David, y su madre, Betsabé. En
las escrituras hebreas, 2 Samuel 3 declara
que el rey David, ungido por el profeta
Samuel antes de la muerte del rey Saúl para
reemplazarlo, se convirtió oficialmente en
 que se erigió en el primer rey del reino unificado de
Israel y Judá, liderando una sociedad agrícola y
pastoril, habiendo sido ungido por el profeta Samuel,
que fue el último de los Jueces, de la Tribu de Leví.
La elección de Saúl como rey fue divina, en el año
1030 a. C, con la finalidad de que liberara a los judíos
de los filisteos asentados en la costa de Canaán que
pretendían invadir el territorio de Israel y asolaban el
territorio desde que se instalaron 1200 años antes de
la era cristiana, siendo muy adelantados en tecnología
bélica y en el uso del hierro. Sin embargo, el
nombramiento de este rey, que terminaría con el
mandato de los Jueces fue aceptado por Yahvéh, ante
la insistencia del pueblo, y no por su propia voluntad.
SU CARACTER Saúl fue un hombre dominado por sus emociones y
su orgullo exacerbado con el cuál pretendía esconder
su inseguridad. Esta desobediencia manifiesta lo
llevó a no acatar las instrucciones que Samuel le
diera, instrucciones que provenían de Dios
directamente. Y Samuel dijo a Saúl: Jehová me
envió a que te ungiese como rey sobre su pueblo
Israel; escucha, pues, la voz de las palabras de
Jehová. 2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo
castigaré a Amalec por lo que hizo a Israel cuando se
le opuso en el camino mientras subía de Egipto.
IMPACTO SOBRE EL Al igual que su rey el pueblo empieza con un
PUEBLO impulso diferente pues esta vez tienen un rey de
carne y hueso a quien mirar y por el cual
esperan grandes avances, pero esto no es del todo
así. El pueblo de Israel vive la confusión de un
primer rey cuyo corazón va alejándose en cuanto
a la relación con Dios y sus mandatos; aunque el
pueblo goza de las victorias contra los filisteos,
amalecitas y las guerras a sus otros enemigos
Moab, Amón, Edom y Soba. (I Samuel. 14:47).
Pero son estas batallas que dejan ver el corazón
del rey, y así de esta manera en el gran ejercito
empieza un virus de cobardía que con seguridad
tenia raíz en Saúl, y en medio de preparación de
la batalla Saúl enseña una triste lección: la
desconfianza a el Dios de Israel y es así como todo
cualidades que lo harían un buen rey. La Biblia
describe a David como un rey justo, valiente,
apasionado; guerrero, músico y poeta, no exento de
pecados. Según la Biblia, él fue elegido por Dios
mismo para gobernar Israel. Aparentemente vivió
entre los años 1040 y 966 a. C., reinó en Judá entre
el 1010 y 1006 a. David era más pequeño que sus
hermanos y era tan solo un pastorcillo. Pero a
Jehová no le importaba el aspecto de David.
Jehová sabía que el corazón de David estaba lleno
de fe. Dijo a Samuel que David sería el rey.
La Biblia dice que David era un hombre conforme
al corazón de Dios (1 Sam. 13:14; Hechos
13:22). ... Es decir, David era un hombre conforme
al corazón de Dios, ya que estaba comprometido a
seguir los caminos de Dios y porque demostró
fidelidad a la Ley de Dios. La agilidad
y habilidad de David con la honda le permitió
vencer al fuerte y pesado gigante, cuya muerte fue
la señal para la derrota por parte de Israel de las
fuerzas filisteas.
Dios eligió a David porque vio en su corazón y
observó cualidades que lo harían un buen rey.
Bajo la administración de David el pueblo de Israel
goza los beneficios de tener un monarca
sometido a Dios, por ello el reino se
extiende territorialmente al mismo tiempo que
sometía a sus enemigos. (II Samuel. 8 y 10). Estas
victorias le permiten apoderarse de Jerusalén la
cual se convierte como capital de reino de Israel
(II Samuel. 5:7). Trae unificación al pueblo, bajo
un solo reino tras la muerte de Saúl y de Is-
boset. (II Samuel 5:1-5). Debido a sus constantes
triunfos la economía de Israel se beneficia con el
botin que traían los ejercitos al someter a sus
enemigos. La adoración es tema central de su
reinado permitiendo al pueblo gozar de una
expresión de continua gratitud a Dios.
Otros aportes del reinado de David al pueblo son la
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el rey de Judea (1010 AEC). Hijo
del rey David y de Betsabé, Salomón
fue ungido como soberano de los hebreos he
instruido acerca de sus obligaciones por su
padre, en detrimento de Adonías, su
hermanastro mayor, quien aspiraba a la
sucesión al trono de Israel.
Salomón de acuerdo a su nombre, fue
un rey pacífico, que se mantuvo en buenos
términos con los soberanos vecinos y fue
aliado del Hiram I de Tiro, quien lo auxilió
en muchas de sus empresas. El esplendor de
su corte llamó la atención de la reina de
Saba, quien acudió a visitarlo.
Quizás durante el reinado de Salomón el
pueblo de Israel llegó al mayor apogeo de
su gloria. La sabiduría del rey acrecentó
su fama, adicional a este hecho la suma de
incontable riqueza provoco un desarrollo en
cuanto a las obras civiles, la creación de
grandes empresas e industrias, la más
destacada fue la construcción del templo. (I
Reyes 5 y 6). De igual forma el reino de
Israel había alcanzado su mayor extensión,
más que la que había tenido en toda su
historia, se debe reconocer que Salomón
consolida estos extensos límites pero es
David y aun Saúl quien por su
empeñado trabajo para un desarrollo
militar que doblegue a sus enemigos y
 un ejército es testigo de un sacrificio no agradable a
Dios. (I Samuel. 13: 7–14).
Estos son otros asuntos que el pueblo vivió bajo el
reinado de Saúl:
El pueblo empieza de nuevo su temor a sus
enemigos y muchos terminan escondidos en
cuevas. No encuentra Israel desarrollo en cuanto la
industria del metal debido a que esta era un
monopolio de los filisteos, impidiendo así el
desarrollo de la nación. La nación no tiene una
dirección correcta en cuanto a la adoración por lo
cual no hay avances, por el contrario la nación ve
como su monarca recurre a una idolatría a su persona
y luego el ocultismo entra en la vida del rey.
También el pueblo sufre la falta de liderazgo
militar (talvez por su origen humilde) y se ve
sometida a órdenes ilógicas reflejo de la confusión
de Saúl. (I Samuel. 14: 24–25). El pueblo vio
como los mejores hombres eran alistados para la
guerra dejando otros asuntos abandonados pues
requerían de una mano calificada.
SU FINAL El rey Saúl tuvo muchas victorias a lo largo de su
reinado, pues contaba con la gracia de Dios. Pero
cuando Saúl se apartó de Dios para hacer su propia
voluntad, perdió el favor divino. El Señor le dio
muchas oportunidades para arrepentirse, pero no lo
hizo. Su último acto de desobediencia fue la visita a
la adivina (1 Sam. 28), y allí quedó sellado el final de
su reino y de su vida (1 Sam. 28:16-19).
La historia de 1 Samuel 31 también está descrita en 1
Crónicas 10. En esta otra narrativa se explica la razón
por la que murió Saúl:
(1 Crónicas 10:13-14) Así murió Saúl por su rebelión
con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de
Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una
adivina, y no consultó a Jehová; por esta causa lo
mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.
En este último capítulo de 1 Samuel, leemos sobre el
preparación de David para la construcción del
templo. (II Crónicas. 22: 5; 29:2). Nombra a su
sucesor y le entrega instrucciones claras, lo cual
esperanzaba al pueblo en la continuidad de una
prosperidad que David había iniciado.
A medida que David envejecía, muchos se
preguntaban quién tomaría su lugar cuando él
falleciera. En el capítulo 1 de 1 Reyes se habla
acerca de uno de los hijos de David, Adonías (el
hermano menor de Absalón), quien quería con gran
vehemencia ser rey. Contaba con el apoyo de Joab,
el líder militar de David, y con el sacerdote
Abiatar, mas David le había prometido a Salomón
(el hijo de Betsabé) que sería el próximo rey. El
profeta Natán, junto con Betsabé, recordaron a
David su promesa y lo alentaron a declarar
públicamente que Salomón sería el próximo rey de
3
otros pueblos alrededor, permite que en la
administración de Salomón se goce de
una época de paz. A su vez el mencionado
esplendor del reino provoco gastos
excesivos lo cual dio como resultado una
opresión de Salomón el cual impuso una
serie de impuestos que mas adelante
provocarían el descontento por parte del
pueblo. Otro asunto que empaña la buena
administración es la entrada de la idolatría
y la construcción de templos de falsos
dioses resultado de los constantes
matrimonios de Salomón, quien permitía
que sus esposas establecieran sus
creencias en el reino, lo cual dejaba a
Jerusalén centro de Israel, convertido en
un centro de politeísmo y de un
religiosidad que pronto terminaría con la
división del reino en dos partes. (I Reyes 11:
29 -39). Debido a la paz que se vivía
Salomón no continua con el
fortalecimiento en la parte militar, lo cual
impide que Israel este bien prepara para
las amenazas de Hadad en Edom y Rezón
en Siria. (1 Reyes 11: 14-25).
Después de una vida de prosperidad
inaudita, es triste leer que en sus últimos
años el corazón de Salomón se descarrió de
Dios. El que había sido conocido por su
gran sabiduría ciertamente no la empleó al
casarse con tantísimas mujeres. En total
tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas
concubinas (1º de Reyes 11:3). Muchas de
estas esposas eran mujeres de otras
naciones de las cuales Dios expresamente
había dicho que no se llegaran a ellas (1º de
Reyes 11:1-2). Al dar esa ley
(Deuteronomio 7:3-4), Dios había advertido
que si emparentaban con gente fuera de
Israel, serían desviados hacia la idolatría
de sus esposas. Esto es exactamente lo que
le sucedió a Salomón:
final de Saúl. Su última batalla fue cerca del monte
Gilboa, en el centro de Israel.
(1 Samuel 31:1-3) Los filisteos, pues, pelearon contra
Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos,
y cayeron muertos en el monte de Gilboa. Y
siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron
a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de
Saúl. Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron
los flecheros, y tuvo gran temor de ellos.
En 1 Crónicas 10, se señala que los flecheros filisteos
no sólo estaban cerca, “alcanzándole”, sino que
también lo hirieron (1 Cro. 10:3). También describe
que Saúl tuvo mucho miedo. La vida entera de Saúl
fue llena de miedos e inseguridades—hasta su último
momento. Antes de caer en manos filisteas, Saúl
decidió acabar con su propia vida. Por eso hizo la
siguiente petición a su escudero:
(1 Samuel 31:4-6) Entonces dijo Saúl a su escudero:
Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no
vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me
escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía
gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y
se echó sobre ella. Y viendo su escudero a Saúl
muerto, él también se echó sobre su espada, y murió
con él. Así murió Saúl en aquel día, juntamente con
sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones.
Israel. El que David hiciera que Salomón montara
en su mula fue una señal especial para que la gente
supiese que él era el sucesor de David cuando
Adonías se enteró del ungimiento público de
Salomón, tuvo miedo de que éste lo matara. Sin
embargo, Salomón le prometió que no le haría
daño. En 1 Reyes 2, a la muerte de David, Adonías
intenta nuevamente convertirse en rey al tratar de
casarse con una de las esposas de su padre. Por esa
traición, fue condenado a muerte. El relato del
fallecimiento de David se encuentra también en
1 Reyes 2. Antes de morir, David le dio
instrucciones a Salomón, entre las que se
encontraba el castigar a Joab por haber derramado
sangre inocente y a Abiatar por apoyar a Adonías
como rey.
Así David hijo de Isaí reinó sobre todo Israel.
"Y cuando Salomón era ya viejo, sus
mujeres inclinaron su corazón tras dioses
ajenos, y su corazón no era perfecto con
Jehová su Dios, como el corazón de su
padre David. Porque Salomón siguió a
Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom,
ídolo abominable de los amonitas” (1º de
Reyes 11:4-5).
1º de Reyes 11:6-8 dice que Salomón
edificó lugares altos y altares para los
dioses de sus mujeres extranjeras, por lo que
Dios se enojó con él y le dijo:
"...Por cuanto ha habido esto en ti, y no
has guardado mi pacto y mis estatutos
que yo te mandé, romperé de ti el reino,
y lo entregaré a tu siervo. Sin embargo,
no lo haré en tus días por amor a David
tu padre; lo romperé de la mano de tu
hijo. Pero no romperé todo el reino, sino
que daré una tribu a tu hijo, por amor
a David mi siervo, y por amor a
Jerusalén, la cual yo he elegido” (1º de
Reyes 11:11-13).

Así fue el triste final del rey Saúl. Y junto con el rey,
cayeron sus hijos. La avanzada filistea afectó también
a muchos pueblos israelitas alrededor del campo de
batalla.
(1 Samuel 31:7) Y los de Israel que eran del otro lado
del valle, y del otro lado del Jordán, viendo que Israel
había huido y que Saúl y sus hijos habían sido
muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los
filisteos vinieron y habitaron en ellas.
El tiempo que reinó sobre Israel fue de 40 años.
En Hebrón reinó 7 años, y en Jerusalén reinó 33
años.
Murió en buena vejez y lleno de años, de riquezas
y de gloria. Y su hijo Salomón reinó en su lugar.
Los hechos del rey David, los primeros y los
últimos, he aquí que están escritos en el libro del
vidente Samuel, en el libro del profeta Natán y en
el libro del vidente Gad, con todo lo relativo a su
reinado, a su poder y a las circunstancias por las
cuales pasaron él, Israel y todos los reinos de
aquellas tierras.

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