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El

mito de Quirón

EL MITO DE QUIRÓN
Texto base de Carmen Martín con aportaciones de Albherto Quint


Las historias y leyendas que conforman la mitología griega nos hablan del alma humana, de sus
temores, anhelos, de sus luchas y pasiones; de todas las emociones que nos son propias y que
circulan por nuestro sistema. De ahí su importancia y el interés para la psicología.

Entre ellas, una que toca muy de cerca a psicólogos, psicoterapeutas, médicos y otros
profesionales dedicados a recobrar la salud física o emocional, es la de Quirón, el centauro sabio
que nos recuerda la importancia de ser generosos en nuestra profesión, pero al mismo tiempo
saber pedir ayuda cuando la necesitamos, que es parte de la esencia de los seres humanos.


Quirón, el centauro herido

La historia de Quirón (Χείρων en griego) el centauro herido, nos muestra la vulnerabilidad
humana. El sanador herido y su relación con la sabiduría, la enseñanza de las artes de la medicina
y la psicología particularmente. De que a pesar de ser dioses, venerados y habitantes del Olimpo,
tienen sufrimientos que no pueden controlar o curar, por eso son tan cercanos a nosotros, a los
seres comunes que poblamos la tierra, a la que un día llegamos, sin muchas explicaciones.

Cuenta la historia que el dios Cronos se enamoró perdidamente de Filira (hija de Océano y de
Tetis) ante su acoso obsesivo, la ninfa pidió a Zeus que la convirtiera en yegua para así, disuadir las
intenciones de Cronos, pero este, percatado de la acción de Filira se convierte en caballo para
poseerla. De esta unión nació Quirón, mitad hombre, mitad caballo.

Filira al ver el fruto de su vientre, después de un tortuoso parto, le pide a Zeus, que la convierta en
tilo, para así no tener que amamantar a semejante criatura y lo abandona. A la sombra de este
árbol y protegido por su padre adoptivo Apolo, crece Quirón bondadoso y sabio, interesado en la
poesía, la escritura, y sobre todo, en las ciencias curativas; la medicina y sus remedios,
proporcionando alivio al débil y fuerza espiritual, al que se acerca a la muerte. Muchos, se
convierten en discípulos y amigos, Aquiles, Eneas, Esculapio oyeron sus consejos y se dejaron guiar
por su ejemplo.

Pero también un día, Quirón es herido accidentalmente por una flecha envenenada con la sangre
de la Hidra, que ha disparado Heracles (Hércules) su amigo, en una lucha con otros centauros.
Quirón queda lastimado en una de sus patas es decir, en la parte animal de su cuerpo biforme.

A esta herida, Quirón sumará el dolor de haber sido abandonado por su madre, y ante este
sufrimiento se abre a los demás, en la búsqueda del alivio necesario para sus males. Quirón
conoce el dolor y sufrimiento profundos, sabe de heridas del cuerpo y el alma y este hecho le
acerca al sufrimiento de los otros, otorgándole la sabiduría que proporciona el conocimiento y la
aceptación de los propios pesares. Se convierte en el curador herido, el que tiene la capacidad
para sanar los sufrimientos de los otros, aunque no pueda sanar los propios.

Quirón era inmortal, así que estaba condenado a un dolor eterno. Él podría haberse amargado,
lamentándose de su dolor; también podría haber dirigido su dolor y su rabia contra los demás;
El mito de Quirón

pero en vez de ello, su dolor le hizo más sabio aún, le hizo aprender mucho más sobre la
naturaleza del dolor, y eso le convirtió en el más grande de los sanadores de la mitología griega.


El último regalo de Quirón: ayudar y recibir ayuda

Al ver el sufrimiento de su amigo y maestro, Hércules se propuso encontrar a la Muerte para
liberarle. Así, encontró a Prometeo, un Titán encadenado al Cáucaso por Zeus como castigo por
haber dado el fuego a los hombres. Cada día, un águila devoraría sus entrañas, que luego volverían
a crecer, así hasta que alguien se apiadase de él y aceptase morir en su lugar.

Quirón tomó su lugar, muriendo y liberando a Prometeo de semejante castigo y liberándose del
propio. Como recompensa por sus actos, Zeus lo colocó en los cielos como la constelación de
Sagitario, aunque otras fuentes hacen referencia a la constelación de Centauro.

Así, esta bella historia también ilustra que muchas cosas que en un primer momento vemos como
desgracias, en última instancia son regalos, lo que algunos llaman Diosidencias que vale la pena
descubrir en nuestras vidas.

También nos permite ver parte del juego divino donde encontramos sanación al recurrir a
personas cercanas, pues no somos 100% autosuficientes. El desarrollo depende de la interacción
entre tod@s. Desde otra perspectiva, toda persona tiene algo que aportar y todos podemos
aprender algo de los demás.

La raíz de la palabra quirófano viene de Quirón, el que procura el bien del otro, el que tiene la
capacidad de curar, con las manos, el dolor ajeno.
Carl Gustav Jung, conceptualiza este mito en el arquetipo del sanador herido, en él, nos dice que
todo psicólogo y/o sanador es también un paciente. Jung recogió en sus estudios y años de
investigación, las teorías filosóficas chinas del Yin y Yang, dando cuenta de la polaridad que nos
habita y conforma nuestra psique. El lado luminoso y el lado oscuro, que se atrincheran en
oposición y luchan por ganar espacio y prevalecer el uno sobre el otro, y que solo en la integración
de ambos, se podrá aspirar a un estado de paz y sabiduría con nosotros mismos.

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