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La voz de los personajes

Profesor: Cristina
Alumno: Oliva

CRISTINA. (Decisión) Alumno, ¿puede prestar atención? Además de llegar tarde, distraer a
sus compañeros y no sacar el material, se atreve a interrumpir mi clase. Le pido
amablemente que por favor,me deje proseguir con mi lección.
OLIVA. (Pide información) ¿Qué? ¡Pero si yo no estoy haciendo nada! Si vas a quejarte de
mí, también hazlo de ellos, que tampoco paran de hablar.
CRISTINA. (Reitera su decisión) Independientemente de lo que hagan sus compañeros, yo
se lo estoy pidiendo a usted, pero al parecer, hoy le ha dado por hacerse el contumaz y el
insubordinado, y no acatar lo que le pido.
OLIVA. (Reitera la petición de información) ¿Pero en qué siglo te crees que estamos? Habla
bien, que nadie te entiende. Además, no sé qué significa eso raro que has dicho, pero esto
no me parece justo, siempre me echas a mi la culpa, ¿es por qué soy negro?
CRISTINA. (Intenta cambiar de tema, algo intimidado) Por supuesto que no, jamás
discriminaría a un alumno por su su color de piel, ni mucho menos. Eso sería
completamente despreciable y políticamente incorrecto. Ya estamos lo suficientemente
avanzados socialmente como para dejar de lado ese tipo de-.
OLIVA. (Le interrumpe impacientemente) Vale, no me recites la biblia entera, que a nadie le
importa. Pero ya me dirás tú por qué siempre me riñes a mí, y no a estos.
CRISTINA. (Actitud conciliadora) Mira, ¿qué tal si dejamos pasar este desagradable
momento, y lo maleducado que estás siendo, y seguimos con la clase?
OLIVA. (Injuria) ¿Pero cómo qué maleducado? ¿En serio quieres que hablemos de sentido
común? ¿Tú, que eres hombre y te llamas Cristina? Ya me jodería.
CRISTINA. (Injuria) Que yo sepa los nombres no tienen género, y vos tendría que saberlo
mejor que yo, jovencito. Además, sería ideal que no opine sobre nombres inadecuados,
pues usted se hace llamar “Oliva”, y si la vista no me falla, usted no es un alimento.
OLIVA. (Amenaza, avergonzado e indignado por partes iguales) ¿Te parece normal decirle
eso a un alumno? Te juro que esto se lo voy a decir al compañero de mi padre, que es
abogado. A ver si sigues siendo igual de culto cuando te echen a la calle.
CRISTINA. (Contraamenaza) En ese caso voy a esperar sentado a ver qué hace un
muchacho como vos para echarme a la calle, esperaré pacientemente. Pero no se
preocupe, que usted sí que no tendrá que esperar mucho para que lo mande yo a su casa.
OLIVA. (Informa de algo sorprendente) A todo esto, ¿sabías que la reina Isabel se ha
muerto después de 153 años de vida? Muchos pensaban que era reptiliana o inmortal, o
una cosa rara así.
CRISTINA. (Se indigna) Buen dato, pero eso no quita el hecho de que estamos teniendo
una conversación ahora mismo, y eso no tiene nada que ver. Por mi, como si se comen sus
cenizas.
OLIVA. (Decisión) Bueno, da igual, ¿pero vas a echarme de la clase al final? Esto es muy
raro, y me duele mucho la cabeza de tanto escucharte.
CRISTINA. (Pide información) Pero, ¿se va a ir así como así? ¿Le duele la cabeza solo de
escucharme? Me gustaría saber cómo aguantaría oír a jóvenes hormonales y sin
racionalidad todos los días.
OLIVA. (Reitera su decisión) Gracias, se me ha pasado el dolor de cabeza solo de
imaginarlo.Pero en verdad, solo era una excusa para irme a dar una vuelta.
CRISTINA. (Reitera la petición de información) ¿Cómo que una vuelta? Empiezo a pensar
que el desayuno de los jóvenes de hoy en día es poco legal.
OLIVA. (Intenta cambiar de tema) Ah, ¿sí? Que cosas, la gente de hoy en día solo piensa
en alcohol, tabaco, drogas, fiestas, sexo y no se centran en sus estudios… menos mal que
no soy esa gente.
CRISTINA. (Se impacienta) Tiene usted la mala costumbre de cambiar de tópico cada que
le apetece, si sigue así dudo bastante que consiga tener una amada. Hasta hace un
momento, estábamos conversandoo sobre cómo se quería ir a dar una
vuelta, y ahora estamos hablando acerca de malos hábitos.
OLIVA. (Actitud conciliadora) Venga ya, pero tampoco hace falta que te pongas así, ya
sabes, son cosas que hacen los jóvenes hormonales y sin racionalidad.
CRISTINA. (Injuria) Si tanto insiste en querer salir de esta aula, que tal si mejor lo hace ya, y
deje que haga mi trabajo debidamente. Pero no se crea, saldrá, sin embargo, con algún que
otro parte grave y con una visita directa al despacho del director.
OLIVA. (Injuria) Eso ya es exagerado, tampoco es cómo si te hubiera clavado un cuchillo o
algo. Bueno, lo de matar profesores y alumnos pasa más en Estados Unidos, los pobres se
matan estudiando.
CRISTINA. (Concilia) ¿Sabe qué? Tiene usted razón, solo estamos alargando una
conversación, que ya de por sí no tiene mucho sentido. Vamos a olvidar esto, pues el
comportamiento de ambos ha sido incorrecto, y es preferible no buscarle el significado a
esto, porque simplemente no lo tiene. Esperemos que esto no vuelva a suceder.
OLIVA. (Concilia) Tienes razón, a veces dices cosas que no tienen sentido, sobre todo
cuando empiezas a hablar de la diferencia entre el cristianimo y el islam. En fin, estás en lo
cierto, hemos sido un poco maleducados y tal, pero me apuesto lo que quieras, que esto
pasa otra vez al 100%.

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