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“Ese día la radio quemaba, ya estaba paralizado todo Tucumán. No se movía ningún ingenio y
todos estaban listos para concentrarse en la plaza. Así que el 17 de octubre estaba toda la
gente, ¿cómo le puedo decir? En pie de guerra. La gente sabía e iba a cometer cualquier cosa…
¡Mire lo que le digo! Como en Buenos Aires. Porque no creo que haya habido en la historia una
manifestación más fuerte que el 17 de octubre. Por eso es histórico…Todo el pueblo; no había
fuerzas armadas que lo pare, no había nada. Porque cuando el pueblo se levanta no hay fuerza
armada que se tenga…Aquí nosotros…Toda la gente en la calle, en las esquinas, reunidos todos
escuchando la radio. El sindicato había puesto parlantes y se seguían todas las alternativas
hasta que lo liberaron al tipo. Y recién la gente se quedó tranquila. Había un estado de júbilo
bárbaro. Han entrado al ingenio y han empezado a tocar las sirenas; sin permiso de nadie, de
nadie. Estábamos dueños nosotros y los tipos no sacaban ni la cabeza. No se los veía por
ninguna parte. Y menos mal que no se los veía, porque si se los llegaba a ver ese día, los
masacrábamos, nosotros los colgábamos juntos ahí a todos. Había una cruz mayor quera linda
para colgarlos, que queden como Jesucristo, ahí.” 1
“Es la primera vez que en la historia del movimiento obrero argentino se registra un homenaje
de las organizaciones sindicales a una repartición del Estado. ¿Cómo es posible – preguntarán
algunos – que los sindicatos obreros que tanto han luchado para mantener su independencia y
que tan orgullosos están de ella realicen hoy este homenaje? Para responder a esta pregunta
habrá que reconocer la evolución operada en el país en los último tiempos, sobre todo desde
el 27 de diciembre de 1943, fecha en que comienza a actuar la Secretaría de Trabajo (…).
Nunca como ahora los trabajadores han tenido tantas garantías del estado para la acción
sindical en defensa de sus intereses económicos y sociales (…). Al influjo de las garantías del
Estado podemos contemplar un resurgimiento de la organización obrera. Cuanto más
1
Testimonio de Héctor Lobo, secretario general del Sindicato del Ingenio Fronterita entre 1946 y 1951.
Entrevista de Fernando Siviero. En Gustavo Rubinstein. Los sindicatos azucareros en los orígenes del
peronismo tucumano. San Miguel de Tucumán: UNT, 2005.
poderosos sean los sindicatos, el proletariado disfrutará de mejores condiciones de vida, de
salarios más elevados, viviendas más confortables. Todo ello será posible porque tendremos
instituciones que nos defenderán de la voracidad capitalista (…). Nosotros los trabajadores del
interior, muy poco tenemos que recordar y reconocer al pasado, como no sea una larga
secuela de humillaciones, agravios y miserias (…). Porque no olvidamos todo eso, es que
apoyamos la obra revolucionaria de la Secretaría de Trabajo, porque es nuestra esperanza. Con
esa esperanza, y con nuestra fuerza, la fuerza de la organización obrera, triunfaremos.” 2