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Bueno, vamos a ingresar en tres minutos primero en unos asuntos muy concretos, muy prácticos, muy

operativos, pero antes, porque en todas las intervenciones hay varias cosas que dijeron que están
directísimamente relacionadas con algunos de los problemas que interesan en este curso, que
corresponde probablemente explicar, ante todo. El bajo continuo de las intervenciones de ustedes
indica que hay una expectativa de cómo se tratase de un curso de argumentación. El propósito inicial de
este curso, que no es la primera vez que doy, la tercera creo, si no la cuarta, no era ese, era un curso
sobre la argumentación, es decir, cómo funciona la argumentación en ciencias sociales, qué tipo de
estructuras argumentativas se ponen en juego, etc. Ahora, en la primera lectura de este curso, el primer
día, en la primera pausa, me llegaron a decir que, mire, está todo muy bien, pero estaría bueno que
habláramos también de argumentación en sí mismo. De ahí que este curso se reformuló en tiempo real
y sigue así hasta el día de hoy. De modo que es una suerte de combinación de ambas cosas, pero no es
un curso únicamente de argumentación, donde se trata de exponer de qué va, cómo se categorizan
distintos tipos de argumentos, de qué propiedades tienen, etc. Aunque algo de eso, por supuesto, no
sabría calibrar exactamente la dosis, pero existe y vamos a empezar por allí, de hecho. Eso como primer
punto. Después hubo varias referencias a la epistemología. Sí, por supuesto que esto está implicado
naturalmente, e incluso hasta cierto punto en la metodología. Si bien no es un curso de metodología, sé,
o más bien espero, que al curso de metodología… ¿Por qué no es un curso de metodología? Porque yo
tengo peleas con la metodología o con las metodologías y, por lo tanto, de lo que se trata muchas veces
es de torpedear algunos de los fundamentos metodológicos relativamente usuales, relativamente
corrientes o mayoritariamente empleados. Tercer aspecto. Palabras. Por lo menos dos intervenciones, si
no más, usaron una palabra que no vamos a usar. Es la palabra evidencia. Yo estoy harto del uso de la
palabra evidencia, perdón, por varias razones. Alguna razón es muy de fondo, pero empecemos por la
superficie de las lenguas. Evidencia es una palabra que existe en el idioma castellano, por supuesto, pero
no quiere decir lo mismo que el inglés. Y el uso de evidencia como se lo suele emplear, por ejemplo, no
solo en ciencias sociales, sino en otras ciencias y cuando se habla de cosas de este tipo en medios de
comunicación, la pandemia fue un festival, se emplea la palabra en castellano con el significado del
inglés, que es muy problemático por otra parte, cuando en el idioma castellano lo que correspondería a
evidencia es indicio o prueba indiciaria o directamente prueba, que son las palabras que vamos a usar
acá, esas sí. Es el efecto serie yankee de tribunales. Y no es una cuestión únicamente de purismo o
lingüístico, hablemos correctamente de nuestro idioma, todos ustedes por supuesto no eran nacidos
cuando el inglés se acompañaba en la dictadura, se puso en marcha en los medios de comunicación
para, supuestamente, llevarnos a un uso propiamente castizo de la adecua. No, no es ese el problema,
aunque podría serlo. El problema fundamental es que el uso en ese sentido de la palabra evidencia,
como si se estuviera hablando de prueba en el sentido estricto, inevitablemente arrastra una
concepción empirista y positivista terrible. Es decir que el uso de la palabra jamás es inocuo, nunca.
Entre otras cosas, en los temas de argumentación, por supuesto que la reflexión crítica y el
desmantelamiento de las categorías, de las naciones e incluso cuando los hay, muy pocos, de los
conceptos es cardinal. Vamos a hablar sobre este tema, por supuesto, el tema de la prueba que hay que
hablar, o de las pruebas. Hay ya distintos tipos de pruebas de las cuales uno coincide de hecho con lo
que se sobreentiende en el sentido en inglés cuando se habla de evidence. Pero, insisto, la definición de
evidencia en el idioma castellano es aquello que no necesita ser demostrado, es aquello que salta a la
vista, que se impone por sí mismo. De ahí que es muy fuerte, ¿no? Es decir, no hay ningún tipo de
emoción o de consideración respecto a la construcción y a la administración de la prueba. La prueba
está allí y se impone por sí y ante sí, si confundimos los dos sentidos. Es decir, si usamos la palabra
evidencia en castellano, en castellano quiere decir eso. Yo sé que es una batalla perdida esta, de
antemano, pero sí, de todas maneras, no por pérdida de Michael Kahn. Por otro lado, hablando siempre
de palabras y de categorías. ¿Qué es América Latina? ¿Y qué es la libertad de expresión? Bien. Una, te la
puedo contestar con un poco más de soltura que la otra. América Latina es una construcción política
para referirse a un conjunto de sociedades, pero que tiene una intencionalidad de base que nunca fue,
por ejemplo, ¿no? Hay toda una discusión al respecto de que los primeros que usan el término son los
franceses, está este discurso muy famoso de 1841, no me acuerdo el nombre, pero era un francés que
estaba tratando de conceptualizar la América no anglosajona como un conjunto de sociedades que
tendrían todas una cultura común, en realidad una vocación histórica común, para, aprovechando que el
imperialismo español estaba en crisis, arrastrar todo ese mundo colonial a la esfera francesa,
contraponiendo a la hegemonía inglesa. Canadá francófona y de México para abajo, todo entraría
dentro de lo que es Asia-Pacífico, es otra construcción capaz que de vocación un poco más colonial.
Todo esto era su origen, ¿no? Porque después las categorías son dinámicas y se resignifican y se
repropien. Bueno, que homogeneiza un montón de sociedades que son un poco heterogéneas. Porque
desde la aventura colonial francesa en México, pasando por Rodó, por los intelectuales
latinoamericanos que retoman eso en París en los años veinte y después la resignificación en los años
cincuenta, en los años sesenta. Claro, por nacional popular y después por la izquierda. Entonces,
América Latina es un problema, en el buen sentido de la palabra problema. Ahora, también, por
ejemplo, Estados Unidos, a cierto punto, depende cual sea, o sea, América Latina, el perímetro de
América Latina se define usando la pregunta, digo, por ejemplo, ¿qué haces con Jamaica? Y con Belice.
¿Y qué quiere decir Latino? Por ejemplo. Porque Martín usaba América del Sur, y eso es otra cosa. Es
decir que también en estos, estoy haciendo consideraciones muy gruesas obviamente, pero también son
asuntos que tienen que ver con la materia prima fundamental, no de este curso, del laburo nuestro, que
es el lenguaje. Es el primer punto, digo, nosotros trabajamos con el lenguaje. Y siempre, en algún
momento, y en general, cuando llegamos al final del trabajo que estemos haciendo, pero también en
estallos intermedios, lo que producimos son textos. De modo que hay que tenerles cariño a esas cosas, y
cariño en el sentido de, no solamente de cuidado, hablando de los cuidados, sino el trabajo de producir
un texto, es decir, el trabajo de escritura es un trabajo. Y un trabajo a veces complejo, que muchas veces
es como una pelea cuerpo a cuerpo con un enemigo jabonado, como hacer cristalizar lo que es nuestro
propósito, es decir, una proposición de conocimiento para que después eso circule en cierto espacio, de
la manera más, al mismo tiempo, rigurosa y estimulante y rica posible. Ese es uno de los puntos de
partida obvios de este curso, pero no por obvios como las batallas perdidas, de todas maneras, a veces
vale la pena darlas, las cosas obvias no necesariamente deben dejar de ser dichas. Y no me refiero
únicamente a las ciencias sociales, en cualquier trabajo intelectual, la disciplina que sea, siempre hay
texto. Siempre. En algún lugar hay texto. Pueden tener presencias de manera diferente, formas
diferentes, por supuesto, los textos no se presentan siempre bajo la misma forma, por pertenencias
disciplinarias, a su vez las disciplinas cambian, las fronteras se recorren, etc. Pero, sea como sea, siempre
hay una producción textual y, por lo tanto, argumentación. Es decir, introducir la argumentación en el
campo de las ciencias, por el momento y también la generalidad, es ir en contra precisamente de una
visión que niega la propiedad negociada, las propiedades provisorias de todo el conocimiento científico.
No provisorias en el sentido vigíquenlo. Es decir, que la ciencia se realiza a sí misma desde el
conocimiento provisorio. No es ese el sentido de provisoriedad. El sentido de provisoriedad es el sentido
dialógico. Estoy yendo muy rápido, por supuesto, porque estas son consideraciones preliminares de
cosas que después vamos a volver a considerar de manera más puntual. Y esto era simplemente
reaccionando frente a cosas que plantearon en distintas intervenciones.

Empecemos con un breve panorama histórico de estos asuntos. Cuando definí el título de este curso,
puse argumentación allí donde habría podido poner retórica. ¿Por qué no puse retórica? Para evitar
malentendidos. No es lo mismo la argumentación y la retórica, por supuesto. De hecho, en buena
medida, la argumentación pertenece, históricamente hablando, a la retórica. Retórica, dialéctica. Es una
tradición que tiene 25 siglos, por lo menos. Y que, por lo tanto, desde Aristóteles, pasando por Cicerón,
Quintiliano, y toda la retórica de la antigüedad greco-romana, con, naturalmente, transformaciones, con
reinterpretaciones, con apropiaciones, con usos diferentes, constituye, en primer lugar, un objeto
político fundamental. La retórica de lo que se trata es de poner a punto un sistema teórico y técnico
para la optimización de la palabra en el espacio público. Espacio público, político y judicial, que no
siempre están separados, históricamente hablando, y en el presente también. Y que, además, y esto se
constituye en períodos posteriores, hablamos siempre, por supuesto, del contexto europeo, se
constituye en, no un arte de hablar, sino un arte de pensar. Si la retórica estructuró categorías de
pensamiento a la manera de una epistemología y de una metodología, si se admite al anacronismo,
hasta mediados del siglo XVIII, en que empieza a ser objeto de un descrédito creciente como mero
ornamento, como incluso un arte de manipulación, lo cual remite, por supuesto, a acusaciones también
muy antiguas contra los sofistas por parte del señor Platón, y esa, digamos, connotación se traduce
también en la salida de la retórica y en la educación institucional, y en ideas que, de algún modo, siguen
estando presentes, por lo menos, en ciertos usos que se hacen de los maestros, pura retórica. Pura
retórica no existe. Eso ya es una contradicción en sí. ¿O qué son? Solo palabras. Bueno, las palabras
nunca son solo palabras. Etcétera, etcétera, etcétera. Desde hace 70 años aproximadamente, hubo, se
procesó un regreso de la legitimidad intelectual de la retórica como arte del discurso, como arte del
pensamiento, arte en el sentido tradicional o técnica. Y en esto hay un año importante, porque es el año
en que se publican dos libros decisivos de la materia, que es el año 1958, en que se publica, por un lado,
un grueso volumen, del que quizás hayan tenido noticia, que es uno de los que no pudieron subir,
justamente por el peso del archivo, pero que está en un archivo PDF, que es el Tratado de la
Argumentación de Caín Perelman y Lucifor Brechtiteca. En él se habla del Tratado de Perelman, en
realidad de Perelman y Lord Brechtiteca, que da nacimiento a lo que se conoce como la nueva retórica o
la Escuela de Bruselas, que sigue dando generaciones y sesiones de investigadores en estos temas hasta
la fecha. Es un libro, por supuesto, es del 58, es decir que ha corrido agua bajo el puente, pero es una
referencia de todas maneras, fundamental. Y también en el año 58, por un lado, Perelman y Lord
Brechtiteca, y en Estados Unidos, un señor más conocido por otras cosas, Stephen Tullman, que publica
un libro llamado Los Usos de la Argumentación, The Uses of Arguments, que este sí está en nieva ya. Son
dos libros diferentes. El libro de Perelman y Lord Brechtiteca está más enfocado a una revisión de la
retórica antigua y a su reactualización con un enfoque, no es un libro de argumentación jurídica, pero el
punto de referencia principal es ese. Y el libro de Tullman está orientado a la argumentación ordinaria, a
la argumentación de las situaciones corrientes. Digamos que, con toda la arbitrariedad de los mojones
cronológicos, esa doble publicación ese mismo año marca un punto de inflexión que rehabilita, que
entre otras cosas conduce a su vez, esa rehabilitación, a reintegrar en muchos casos el estudio de la
retórica, no en general, en algunos países sí, pero en la mayoría no, en niveles de educación iniciales,
primarias y secundarias, sino en terciarias, pero a su vez abre todo un campo de nuevas investigaciones
que se vuelve bastante floreciente y que da el trabajo común de Christian Plotin, que tiene varios libros
al respecto, Platin, uno de los cuales está traducido, también es disponible en EVA, traje acá una especie
de, no sé si de, no es un manual, aunque así se presenta en el subtítulo, pero es el fundamento de la
teoría de la argumentación y lo colectivo, entre una gran cantidad de producciones que este no está, si
interesa, no lo voy a escanear, porque se le varía a mí lo que me queda desde el día Montevideo, pero
veo si hay, de hecho, podemos hacer circular de todos modos. En fin, hay una revitalización, de hecho
hay una revista académica especializada que los artículos estaban, por lo menos hasta la última vez que
pasé por ahí, disponibles en libre acceso, desde hace años ya, que se llama Argumentation Journal, y
yendo más hacia lo que nos atañe directamente, a partir de los años setenta u ochenta, más ochenta,
pero ya con algún dispute unos años antes, la Historia y la Sociología de las Ciencias, mantengamos
siempre el plural de las Ciencias, introducen los análisis retóricos del discurso científico. Nuevamente,
acá, este está en la bibliografía, pero está en francés y no está traducido, que se llama Retóricas de la
Ciencia, yo creo que el título no es bueno porque tendría que ser Retórica de las Ciencias, es decir, no
existe algo como La Ciencia, porque eso implicaría creer en una epidecología unificada, lo cual es un
viejo sueño positivista, pero, al contrario, que se rompieron los dientes durante todo el siglo XX, todas
las corrientes epistemológicas. Yo no tengo una gran simpatía con epistemología, entre paréntesis, por
cierto, epistemología más el tipo de filosofía de la Ciencia, porque me parece excesivamente normativa,
es decir, un tribunal de cientificidad me parece realmente... Yo esto lo comento desde el lugar en el que
estoy, es decir, como historiador, básicamente absurdo desde mi punto de vista. En fin, cierro el
paréntesis, pero simplemente a modo de ejemplo de existencia de trabajos específicamente
relacionados con la Ciencia. Y en este, que es un libro conectivo, hay, entre otras cosas, uno de los
capítulos sobre matemáticas. Es decir, aquellas Ciencias que son, por excelencia, apodícticas, es decir,
aunque se pretenden tal, es decir, basadas en la demostración, no están exentas de argumentación. En
el supuesto que cuando uno argumenta, no demuestra. Y es un supuesto al que yo adhiero, si nosotros
no demostramos un poco. Nosotros mostramos, nosotros. ¿Mostramos qué? Mostramos la plausibilidad
de una explicación dada a una situación. Pero, en fin, volveremos a eso si les interesa. En todo caso, aún
esas disciplinas tienen una amplísima formalización que apela menos que otras al lenguaje natural y
que, presuntamente, incluso después de Goden y de su famoso teorema de incompletitud de todo
sistema axiomático, se caracteriza, no pretende caracterizarse por las propiedades demostrativas, bien,
incluso allí hay argumentación. Es decir que la dimensión argumental es irreductible a la hora de
producir proposiciones de conocimiento, es decir, propuestas de inteligibilidad de algún sector de lo
real. Tal vez hace algunos años se hubieran visto pasar quienes sean usuarios de redes sociales, en
particular de la red Twitter, en la cual no todo, no todo es maloliente, hubo un debate que agitó en
particular a la comunidad matemática y el debate giraba en torno a esto. ¿Recuerdan esto? ¿Lo han
visto? ¿Cómo lo recuerdan? ¿Cuál era el debate? Yo creo que, por lo que vi, había como dos resultados
en función de qué hacían primero, si las sumas de... O sea, ¿cuánto da? ¿Ves? ¿Cuánto da? ¿Cuánto da?
¿Cómo se ve? Mirando, que no va a ser. Perdón, ¿qué es eso? ¿Qué es esto otra? ¿Ves cómo las formas
gráficas inciden? No, no está bien. No, no, lo agrandé porque estaba pequeño. O sea que estoy mal de
memoria y mal de vista. El debate la llevaba 1 o 16. O sea, se hacía primero la división, los sonidos, se
hacía el paréntesis y la multiplicación. O sea, puede dar 1 y puede dar 16. ¿Por qué? Porque no hay una
regla que establezca la precedencia. Una regla que establezca la precedencia formulada así. Entonces,
esto fue otra que grita. Estaban mirando, no, no, esto es 1, me dije. No, esto es 16, etc. Pero la realidad
es que es en ausencia de una regla explícita que indique la secuencia. ¿Cómo se dice? ¿Se puede decir
indecidible? No, no se puede, pero... No, si bien era geográfica ese debate, dependía de los sistemas de
educación de distintos países. Acá nos enseñan que debería dar 1 y en otros lugares te enseñan otro
resultado. No era como así el debate. Por ejemplo, yo si lo hiciera acá, yo lo haría, que primero
obviamente lo que está dentro del paréntesis, después la multiplicación con el 2, porque es lo más
cercano al paréntesis, y después recién haría la división. Y yo creo recordar, no por Twitter, pero sí por
Facebook, que, en Estados Unidos e India, creo, se enseñaba distinta la precedencia. No era como así,
como que había reglas, pero la convención era distinta en uno con el otro. O sea, es decir, ausencia de
reglas, multiplicidad de reglas en una cosa que, o sea, estamos hablando de fractales, una aritmética
bastante elemental, y tenemos... Y a su vez, eso implica que un debate, es decir, una comentación
nuestra es así porque tal. Ahora bien, si yo lo escribo así, que es otra manera de escribir exactamente lo
mismo, pero esa otra manera que cambia, o sea, las formas gráficas, en otras palabras, podríamos... No
es apropiado usarlo así, en cierto modo. Las sintaxis modifican. Las sintaxis, entre otras cosas, referidas a
las formas gráficas según las cuales un argumento se presenta, modifican el efecto que produce. Acá, la
ambigüedad, que sigue siendo sustancialmente la misma, parece no existir, por asumir una forma
diferente. Esto, que tiene que ver con dos puntos, uno, aunque no es de lo que nos vamos a ocupar, no
es posible evacuar la dimensión argumental en ningún tipo de trabajo intelectual, de disciplina, de
discretar. Y lo segundo, que las formas inciden... Bueno, sobre eso hay también allí... La bibliografía en el
programa está dividida en tres bloques. Esos tres bloques están, a su vez, distribuidos en la plataforma
EVA como parte 1, parte 2, parte 3. Uno de los libros que están indicados allí, en la parte 3 de la
bibliografía, es este, Bibliografía y sociología de los textos, que es una maravilla, de Donald McKenzie,
que es un profesor de bibliografía, especialista de bibliografía material, y que a partir de allí desarrolló
una teoría, aunque también es una teoría, desarrolló un campo que él llama sociología de los textos, y
que apunta precisamente a esto, a la relación entre las formas materiales, e insisto, cuando digo formas
materiales, no me refiero únicamente a la materialidad en sentido estricto, es decir, al objeto impreso,
sino a la disposición del texto en una página, los formatos, etcétera, etcétera, son portadores de
significado, y hacen a la manera en que un texto no solo se produce, sino que se transmite y se usa. ¿Vos
ahí tenéis esos aparatos que ahora todo el mundo tiene y yo también? ¿No? ¿Están dando un celular? Sí,
sí, sí. ¿Cómo lees ahí? ¿Cómo lees? ¿Con relación a esto? ¿Cuál es la principal diferencia? No hay trampa
en la pregunta, ¿eh? Exacto, eso, eso. ¿Vos acá lees así? Ahí lees así. ¿Qué quiere decir que estás
leyendo como en el Antiguo Egipto? Es decir, estás leyendo un rollo. La lectura de una pantalla, de un
celular, de una computadora, es, o sea, esto que llamamos libro, no es el único libro existente, los rollos
también son libros, solo que esos rollos se llaman volumen y estos se llaman códice o códex. Esto se
inventa después como forma. Manucrita, la web empresa. Cuando vos lees un rollo, hay dos maneras de
leer, ¿no? Lo podés leer horizontal, entonces necesitas una mesa y dos pesos para desarrollar y después
vas corriendo los pesos para seguir leyendo. Y después es el que se desarrolla de manera vertical. Esta
segunda especie es la que vuelve el rollo infinito de una pantalla de celular o de una pantalla de
computadora. Son dos maneras de leer y hay trabajos notables sobre la historia de todo esto que
obviamente generan efectos diferentes. Así como cosas obvias. Me quedé con una duda de lo de antes,
el ejemplo de la matemática, porque era como un ejemplo de cómo en la ciencia, eran teoreticas que le
decían, las que son por definición. No, pero como en esas ciencias que en realidad demuestran, por lo
que entendí, el espacio para la argumentación es cuando no está clara la norma o la interpretación de la
norma, por lo cual en realidad la argumentación ahí solo aparecería para construir una nueva
hegemonía o para discutir. Pero también lo que se puede decir, bueno, si no hay nada discutible, porque
capaz que no hay ninguna innovación o nuevo conocimiento, pero podría haber un caso donde la
argumentación no estuviera. El signo. El signo hace falta que lo desarrolle, sí. Pero, bueno, por lo pronto,
ahí en ese libro, el capítulo que habla de la matemática no tiene que ver con situaciones como esta,
tiene que ver con la prueba matemática. Y, por otro lado, está el famoso teorema de Gödel, como lo
quieran pronunciar. Estamos hablando de mediados del siglo XX, primera mitad del siglo XX, donde el
famoso teorema de Gödel, lo que demuestra justamente es que no hay ningún sistema axiomático que
sea completo. Es decir, que siempre hay un agujero. A partir del momento en que el sistema axiomático
no es cerrado y que eso no puede existirse, entonces, por esa endija o por esa ventana, la
transformación del sistema de reglas está abierta. Está abierta. Y claro, esto es totalmente recursivo,
porque estamos hablando de un teorema, de alguien que demuestra y ¿qué hacemos con él? Y bueno,
el problema es que el teorema de Gödel se aplica a Gödel también. Con lo cual, en el fondo, es una
especie de regresión al infinito. Pero, por un lado, en los aspectos aún más técnicos y, por otro lado, en
asuntos como el de esa formulita, lo que muestra y es lo que me interesa fundamentalmente subrayar,
es que no hay una provincia intelectual que esté aburrallada de la posibilidad de argumentar y que, por
lo tanto, hablaban de epistemología más temprano. Volvamos a eso un segundo. ¿Qué significa esto?
Esto significa un cambio bastante radical desde el punto de vista epistemológico, es decir, implica asumir
otra epistemología. ¿Cuál es? Una epistemología que no es la de la verdad. O sea, la verdad es una
noción límite, es decir, es teológico el asunto o por menos metafísico. Sino una epistemología de la
plausibilidad. Es decir, argumentar tiene un objetivo, que es persuadir. ¿Pero persuadir de qué?
Persuadir de lo fundado de una tesis referida a un lugar, es decir, un espacio-tiempo específico. Frente a
una epistemología de la necesidad, de lo necesario, de lo apodíctico, es decir, de la demostración que
conduce por lo tanto a una verdad. Y que esto es un invento en la historia de la humanidad. Es un
invento que se analiza históricamente. Esta idea surge básicamente entre fines del siglo XVI y mediados
del siglo XVII en Europa. Muchas veces se lo identifica con el señor Descartes. Sí, está bien, andaban la
vuelta, pero no es el inventor del asunto tampoco, ni mucho menos. Pero fin, esas son cuestiones de
creación de fama historiográfica. Ahora, esto lo desarrolla muy bien Perelman en la introducción del
libro, y ahí sí es Perelman el que escribe. Y después la Escuela de Bruselas de la Nueva Retórica se ha
ocupado mucho justamente de rehabilitar la retórica, no por el hecho de rehabilitarla, sino como una
operación que modifica las coordenadas de aquello que consideramos conocimiento legítimo, en el
fondo. El conocimiento legítimo no es aquel que llega a una verdad en la medida, si uno adopta lo que
podríamos llamar esta epistemología retórica o epistemología argumental, en la medida en que por
definición la retórica se sitúa en un espacio dialógico, es decir, en una en un ecosistema de
controversias. Y de lo que se trata sustantivamente es de mostrar que, para la situación dada, la
explicación que propongo es la que me acrecienta más la inteligibilidad del asunto. Pero eso no quiere
decir que sea la verdad de la milanesa, con perdón de la milanesa. Insisto, nos mudamos de barrio
epistemológico y esto no significa, porque es muy importante su frase, esto no significa, ni mucho
menos, renunciar a el máximo rigor y al máximo trabajo de consolidación de todos los elementos que
constituyen mi propuesta. O sea, no es una jauca donde todo vale, no. Al contrario, el enfoque
argumental implica un trabajo tal vez más riguroso aún que es la simple aplicación de un protocolo. O
implica lidiar con otros bloques, con justamente esa materia que tiene una riqueza fenomenal y al
mismo tiempo una dificultad de... no se la puede terminar de atrapar de todo lo que se recuerde. No sé
si con esto... Sí, sí. Sí, sí. Un comentario. Porque esto, por un lado, abre como posibilidades y definifican
unas cosas o a veces pareciera que hay cosas demostradas y válidas porque aplican determinadas
técnicas o determinados métodos. La cuestión es cómo no... Esto abre un montón de cosas, pero no
morir en el relativismo de que cualquier cosa con una buena argumentación es válida, sea lo que sea
válida. O sea, cómo por un lado, tomando como una posición antivacuna de las más menos refinadas,
como algo en lo que no está bueno caer, cómo asumir esto y terminar en que todo puede ser más o
menos igual de válido o de... Por supuesto. No, no. Ese es el... Por eso es que yo a veces, aun corriendo
el riesgo de pensar que estoy medio acá repito que a veces hay algunas cosas porque eso es lo que hay
que evitar a todas costas. Es decir, que no todo es un relato. En el mundo hay discurso, pero el mundo
no es un discurso. Mal que le pese a Michel Foucault y toda su baracutanga. O sea, es lo que dice. Y acá
nos salimos un segundito de... El mundo existe. Estoy dando mi punto de vista, no son las tablas de la
ley, estoy dando mi punto de vista sobre el mundo. El mundo existe, pero no tengo acceso directo a él.
Si acceso siempre es mediado. Es decir, es una operación de conocimiento mi acceso a él. Y, por lo
tanto, esto se traduce en la vieja y querida fórmula según la cual el mapa no es el territorio. Virgeta.
Antes de Virgeta. Viejísima, es de Orgelius, 1575. El... El territorio existe. Yo lo que hago es proponer
mapas de ese territorio porque no tengo un acceso no mediado. A medida que yo lo percibo, ya hay una
mediación por más elemental que sea. En teoría de democracia eso es tremendo porque hay un revival
de esta discusión, porque al final termina siendo medio platonosofista, ¿no? Es decir, ustedes son solo
operaciones de lenguaje, hay unas formas a las cuales algunos podemos acceder, ustedes son unos
charlatanes que simplemente se aclaman, ¿no? Y en el debate sobre la democracia y sobre todo cuando
viene este revival más dialógico de decir, bueno, tenemos que ponernos de acuerdo sobre algunas
pautas y cómo podemos ponernos de acuerdo mejor en algunas pautas, es esta opinación que hace
Habermas, que se embalbuya para mí al final, que es esta de decir, bueno, ¿qué condiciones ideales
tendríamos que lograr para que los hablantes pudieran consensuar un mejor argumento? ¿Qué cosas
tengo que aislar? Y con esto que decía Martín, distinguen estos criterios de validez, es decir, hay un
criterio de validez que es objetivo, es el estado del mundo, o algo similar, pero también está el criterio
subjetivo, es decir, esta es mi percepción de cómo lo percibo, es lo único que mi subjetividad está
puesta ahí como un criterio de validez argumental. Es un bruto lío, al final. Porque si hay validez al final,
perdón, se lleva a tal punto el argumento que dicen, bueno, los legisladores tendrían que diferenciar sus
argumentaciones cuando regilan sobre moral que cuando se regila, claro, porque si no viene que ahora
pausa, ahora voy a utilizar criterios de validez de corte del mundo objetivo. Se imagina una cámara de la
Real Política, digamos. Sí, bueno, ahí hay un montón de cosas. En primer lugar, que hay una... hay
muchos malentendidos en torno al Día Mojado. Ha sido leído de manera a veces un poco... porque en el
fondo se lo ha leído muchas veces la idea de espacio público como el espacio público en el sentido literal
del término. Pero lo que me parece importante no confundir es validez y verdad. La validación de
conocimiento no lleva a la verdad desconocida y viceversa. No necesito esperar a la verdad necesito la
verdad en el sentido absoluto, la verdad con mayúsculas, la verdad, la verdad. Verdad es ahí. Siempre en
el programa. Para considerar que el conocimiento es válido. Y esa digamos, esa polaridad o esa
dicotomía entre objetividad y subjetividad precisamente lo que el enfoque retórico y de la
argumentación hace es abolirla, pero no abolirla en el sentido de diciendo no existe la objetividad todo
subjetiva. No, no. Es introduciendo un tercer ítem que es el de la intersubjetividad. Y es ahí donde
estamos. Es decir, ¿qué es una prueba? La prueba es el resultado de una tecnología de la
intersubjetividad. Eso es administrar la prueba. Si yo lo encaro en un enfoque de este tipo, que por
supuesto no es el único y como uno de los principios es que esto es debatible y discutible, naturalmente
este punto de vista también lo es, por definición. Ahora, pero digo, con esto me estás obligando, pero
simplemente para dejarlo colocado. Y una discusión en una Cámara Legislativa es una cosa. También los
contextos hay que distinguirnos. Y la producción de conocimiento con vocación científica, olvidémonos
que insisto por un momento de a qué llamamos ciencia. Démoslo por sentado. Es otro contexto. Y los
discursos tienden a circular, por supuesto que se cruzan, pero tienden a circular en espacios que no se
superponen totalmente. Y podríamos seguir con otros tipos de discursos que a su vez tienen modos de
existencia particulares en los discutidos que les son propios, insisto, sin que sean estancos.
Dentro de todo este conjunto de temas relacionados con la argumentación en silencios también además
de los textos hay otra materia textual o par textual que conviene, esto es simplemente un anuncio en el
que vamos a entrar en este momento que conviene tener en cuenta que lo más complicado en el
programa son las imágenes y el material visual. Dentro de la producción científica cuando digo material
visual me refiero a todo tipo de material visual imágenes que pueden ser también fotográficas pueden
ser esquemas, pueden ser dibujos, pero también cuadros y tablas y gráficos de todas las imágenes
dentro justamente del sistema de argumentos. Pero dediquemos el rato que falta que queda por hoy a
plantear algunos aspectos muy estructurales muy básicos de retórica y de argumentación con lo cual
seguramente retomaremos también mañana en el comienzo. Lo que ustedes están preparando en este
doctorado, o sea, lo que van a preparar o lo que ya están preparando en este doctorado y lo que ya
hicieron en sus maestrías son tesis. Ahora, además de ser ese volumen de 700 o 800 páginas que van a
entregar a cada momento para defender ante un tribunal una tesis y de ahí el nombre de ese objeto una
tesis es una estructura argumental un aspecto de la argumentación que deriva en realidad, o sea, si uno
va desde la cima hacia abajo el primer paso, en el fondo es lo que se conoce, y todo esto es terminología
que son palabras corrientes, pero que en realidad es terminología técnica es una cuestión. ¿Qué es una
cuestión? Una cuestión es, en el fondo, como su nombre lo indica una pregunta, de cierto modo, o una
duda o algo sobre lo que puede caber, algún tipo de controversia o que se trata de dirimir o de
esclarecer. Esa es la razón por la cual una cuestión, siempre tratando de llevar esto no a una
formalización, porque no es tal, pero digamos a un a una forma simple en el fondo toda cuestión puede
traducirse en una oración que comience con un sí condicional. Se trata de saber si es pertinente colocar
un tercer ascensor en la facultad de ciencia social. De ahí se deriva la tesis que es una respuesta a la
cuestión. En general, la cuestión no aparece en general. Muchas veces la cuestión está implícita, no
aparece enunciada porque ya está contenida dentro del enunciado de la propia tesis que, insisto, al ser
una respuesta a una cuestión es una afirmación, es decir, traduce un punto de vista. Cuando digo un
punto de vista lo estoy diciendo una opinión. Puede ser en la argumentación corriente pero un punto de
vista quiere decir una toma de posición respecto de un asunto que contiene esa cuestión. Y por lo tanto,
si arrancamos de la cuestión, de allí derivamos en una tesis que pueden ser varias. Por supuesto, puede
ser un sistema de tesis, pero en general siempre hay una tesis central que, insisto, es el punto respecto
del cual me interesa obtener la adhesión de un auditorio. Auditorio también es una palabra técnica en
un par de minutos. En todo caso, de uno o más interlocutores. Es decir, el trabajo de argumentar
implica, en el fondo, obtener la mayor adhesión posible a la tesis que someto a consideración de otros.
De eso es de lo que se trata la tesis en el trabajo académico. Imaginen. A eso se llega por varios caminos,
entre otros, y vuelvo acá ya en un pequeño paréntesis, caminos formales en el sentido de la forma que
la tesis consume. Es decir, la defensa de tesis es un ritual y el objeto tesis escrita debe cumplir con
ciertos requisitos formales, no para ser evaluada en su pertinencia, para ser admitida como tal, que es
paso previo. Una bibliografía, notas a pie de página, capítulos, etc. Las formas de la escritura, en este
caso, académica. Y luego se despliegan argumentos. Uno o varios. Un argumento es un enunciado en
apoyo de la o la tesis. El conjunto de argumentos y la función es el sostén de una misma tesis en lo que
se llama una argumentación. Que a su vez requiere pruebas. Es decir, el argumento y la prueba no son
exactamente la misma cosa. La prueba es aquello que viene a dar sustento al argumento, que es el
aparato de enunciados que conduce, o que pretende conducir a la aceptación de la tesis, que es el
objetivo fundamental en cualquier tipo de discurso argumentativo. Esto vale, por supuesto, para las
ciencias y vale para una asamblea de co-propietarios del argumento. No hay nada de todo esto sin
interrumpir. Es decir, todo esto se dirige a alguien. Ese alguien, puede ser una persona, puede ser un
grupo de personas, puede ser la humanidad, si somos muy... si somos Gandhi, es el auditorio. Y ese
auditorio determina hasta cierto punto las formas de la argumentación. Esto es lo que en el libro de
Ferdinand hablo con la adaptabilidad. No es la adaptabilidad de mis argumentos en cuanto a que no
modifico el contenido en función de lo que quiere escuchar el auditorio, sino que no puedo dirigirme del
mismo modo. La situación, el contexto de la enunciación juega en las formas de la enunciación. No
quiere decir que, insisto, estoy sosteniendo cosas diferentes en función de interlocutores diferentes,
sino que el conocimiento de mis interlocutores, de quiénes son a quiénes me dirijo y en qué contextos y
en qué circunstancias, tiene retroactivamente, o sea, como retroacción, una incidencia en la forma de
presentar mis argumentos. Y muchas veces esto viene dado como regla. Vuelvo al contexto académico,
hay determinados rituales o ceremoniales o formalizaciones que se traducen en formas que si yo no
respeto estoy colocándome en una situación complicada con relación a las expectativas del auditorio, es
decir, aquello que el auditorio espera y aquello que, en muchos casos, cree estar en condiciones de
exigencia. Ustedes no eran nacidos, pero... Esto es como un ejemplo, no tiene nada que ver con ciencias,
pero para ilustrar este punto. Y de las dificultades que implica, porque esto parece extraordinariamente
elemental. Todo el mundo... En el año 2001 hubo unos atentados en Nueva York. El 11 de septiembre
que destruyeron las torres gemelas del World Trade Center. A raíz de lo cual hubo toda una serie de
acontecimientos que en algunos casos siguieron hasta hace pocos meses. Pero algunos inmediatos. Uno
de ellos fue a los dos días o tres días de un discurso del presidente de Estados Unidos ante el Congreso.
¿Alguien vio eso? ¿O recuerda haberlo visto? ¿Es cuando muestra el vial con supuesto contenido de
armas de destrucción masiva? No, eso fue... Eso fue el... después, después. Mucho después porque fue
con Irak. Exacto. El presidente de Estados Unidos, Chuck Bush, está en la tribuna y se dirige al Congreso.
Por lo tanto, están los congresistas. Pero en primera fila están todos los jefes superiores de todos los
que Estados Unidos tiene como aparato militar. Débilmente uniformado con todos los... con los 15 kilos
de medalla que tiene cada uno puesto. En un círculo más alejado, donde se veían las barras, entre otros
estaban personal diplomático acreditado en Estados Unidos. Ese discurso estaba siendo televisado en
directo. Y, por lo tanto, televisado en directo para todo el país y a su vez, para todo el mundo. Esto es
que define, en primer lugar, una multiplicidad de auditorios simultáneos. Es decir, ahí tengo que elegir a
quién le va. Le hablo a los milicos de la primera fila, le hablo a los congresistas, le hablo a los invitados, le
hablo a la sociedad estadounidense o a parte de ella, o le hablo al mundo entero. A veces puedo
hablarle más de uno simultáneamente porque muchas veces hay contradicciones. Por lo tanto, allí hay,
en la manera de organizar lo que voy a decir, opciones para todo. Y hubo un momento en el discurso,
extraordinario, como objeto de análisis extraordinario, pero me detengo solo en un momento. En
determinado momento de la locución, el tipo habla de que las cosas no van a quedar así, etc., etc., y que
si es necesario vamos a emprender una cruzada contra el terrorismo, etc. La palabra cruzada. En ese
momento, con esa palabra, el tipo sacó del auditorio todo el mundo musulmán, todo. ¿Por qué? Porque
esa palabra, que parece una metáfora cuando uno la escucha así, una cruzada, cualquiera se manda a
una cruzada, ahora hay una cruzada hecha de la Nación de la Patria de la Suárez, en Tabasco. En
Tabasco, no, perdón, es una cosa muy importante, pero no tanto. Si lo escucha, ¿qué significa cruzada
para un musulmán? Significa el Occidente lanzado en armas para destruir la civilización islámica,
remitiendo a las cruzadas, las que fueron, que, en la reconstrucción histórica de muchos contextos
musulmanes, es el punto de quiebre de la floreciente civilización que existió hasta entonces y la
decadencia que existe. En otras palabras, el auditorio, uno no lo elige e impone ciertas condiciones. Y
esas condiciones no solamente refieren a la identidad de los grupos o de las personas que componen el
auditorio, sino también de las identidades de las instituciones implicadas. Una vez más, una universidad
no es una persona, pero define ciertas condiciones a los auditorios que inmediatamente se configuran.
Por ejemplo, de nuevo, en la producción de trabajos académicos, que a su vez no es completamente
autónoma en la definición de esas formalizaciones porque esas formalizaciones deben tener cierta
congruencia con lo que se hace en otras instituciones análogas. Y así. Dejemos por un momento la
cuestión de las pruebas, que es un asunto absolutamente apasionante y al que vamos a dedicarle un
rato considerable estos días. Pero dediquémonos en las tesis. Los ejemplos que pongo son de una
mucha simpleza, que tienen una vocación de ilustración muy elemental. Pero un trabajo indispensable a
la hora de analizar un texto ajeno y a la hora de producir el propio o de producir el propio con, por lo
menos, una actitud reflexiva, es decir, reflexividad respecto de lo que estoy haciendo, consiste en
identificar tesis anidadas, es decir, tesis que están contenidas en la tesis principal. Supongamos esto. ¿Es
necesario que los carpinteros vengan mañana? Eso es una tesis. O sea, cualquier proposición que
comience con un marcador de deber al ser es una tesis. ¿Es necesario y preciso? ¿Qué hace falta?
¿Estaría bueno? Introduce siempre... Es una tesis. ¿Es necesario que los carpinteros vengan mañana?
¿Cuántas tesis contiene esa tesis? Por lo menos dos. Por lo menos dos no es una respuesta precisa. Tres
y ocho. Tres y ocho. ¿Quién da más? ¿Quién da menos? ¿No también decís tres? Repito, ¿es necesario
que los carpinteros vengan mañana? ¿Es necesario que los carpinteros vengan mañana? Para mí sería
una, ¿verdad? Con precisiones... Para vos es una. ¿A vos te parece que, si fuera una, te haría la
pregunta? Sí, sí, sí. O sea, es una opinión de mi persona muy rápidamente formada y no necesariamente
positiva. Son las tesis anidadas de mi casa. Son tres. Pero ahora viene la parte difícil, ¿cuál es? La
necesidad. Necesitar carpinteros que vengan y mañana. Exactamente. Si tuviéramos que
descomponerla, hagamos una pseudo formalización, sería ¿es necesario que sean carpinteros, es
necesario que vengan, es necesario que sea mañana? Bien. ¿Cuál era principal? Que necesitan los
carpinteros. ¿Puedo decir que es necesario que esas carpinteras sean principales? Sí. ¿Qué necesitas?
No. Que vengan. Sí, claro, lógico. O sea, en esta frase, que es una frasecita, insisto, de Morondanga,
tenés una de esas tesis la que tiene el verbo. Pero lo más importante que eso es si yo quiero refutar esas
tesis, si quiero ir en contra de esas tesis, tengo dos opciones. Una vez que identifique las tres mini-tesis
o tesis anidadas que la componen, puedo elegir ir contra alguna de ellas o algunas de ellas. La principal
es aquella que si yo refuto cae todo. Si yo te muestro que no es necesario que vengan, deja de importar
si son carpinteros o es mi cuñado que tiene mano para la cosa y me cobra la mitad. Y deja de tener
importancia si es mañana, pasado mañana o la semana que viene. Si no es necesario que vengan, punto,
se acabó todo lo demás. En cambio, si yo apunto a argumentar, a intentar refutar el hecho de que sean
carpinteros, insisto porque digo, no, no, carpinteros no, mira que es mi cuñado, o mañana, no, mira,
mañana es un día re complicado, mejor que estamos para la semana que viene. En ese caso, yo lo que
estoy haciendo es bifurcar el debate. Pero, más importante todavía, lo que estoy haciendo es
implícitamente aceptar que es necesario que vengan. Es decir, en un debate contradictorio, esto que
parece, insisto, una cosa muy pedorra, en cosas más elaboradas y más sofisticadas, la opción que yo
tome puede llevarme a aceptar implícitamente aquello que no quiero aceptar y que, sin embargo,
porque elegí contrarrestar una parte de la tesis que se me somete, la otra la doy automáticamente por
buena. Digo, no, no, carpinteros no, de ninguna manera. Entonces, si decís que los carpinteros no, es
que alguien tiene que venir. Este ejercicio, insisto, suele ser bastante más complicado que descomponer
esta frasecita en sus tesis anidadas. Pero, a la hora de analizar un texto, el texto más, yo que sé, vigilar y
castigar a Michel Foucault, o nombrar algo que, en fin, no quiero meter nada en Foucault, o el texto que
fuere de ciencias sociales, de la disciplina que sea, este ejercicio es un ejercicio que importa realizar,
también importa realizarlo en la asamblea de co-propietarios, porque obviamente esto no tiene validez
únicamente para el discurso científico, pero también importa a la hora de trabajar con el discurso
científico. A su vez, cada argumento contiene una tesis. En este caso podemos llamar tesis secundaria.
De nuevo, simplificando muchísimo, si no es sistemáticamente así, pero suponiendo que una oración
que contiene un marcador de deber ser es una tesis, hay otras tesis que no cumplen con esta condición,
de modo que, pero manejemos los argumentos. El argumento se engarza con la tesis con un por qué o
para qué. Es necesario que los carpinteros vengan mañana para arreglar el techo. ¿Cuál es la tesis
secundaria contenida en el argumento? Los argumentos empiezan para adelante, ¿no? Es decir, no
estoy defendiendo la tesis de que los carpinteros tienen que venir mañana con el argumento de que hay
que arreglar el techo. ¿Cuál es la tesis? Está explícita, no hay que buscar mucho. Hay que arreglar el
techo. Listo. Exacto. En cualquier par porque en general hay tesis que, pero no es el caso por supuesto
del discurso científico, hay tesis que vienen sin argumentos, es muy raro, se llaman tesis perentorias, o
sea que es la tesis que quien la siente mucha considera que no necesita ser demostrada, que no necesita
ser sustentada. Pero en términos generales una tesis viene acompañada al menos de un argumento, de
modo que la molécula o la estructura molecular es un par de tesis más argumentos como en el caso este
de tienen que venir carpinteros mañana porque hay que arreglar el techo. La tesis secundaria contenida
en el argumento está en la misma superficie del enunciado, de modo que no hay que buscar mucho para
encontrarla, pero si en otro enunciado como por ejemplo que tengo que comprarme lentes de sol
porque la luz me lastima los ojos. Tesis, argumento ¿no? La tesis es, debo comprarme lentes de sol, el
argumento es porque la luz me lastima los ojos. ¿Cuál es la tesis secundaria contenida en el argumento?
Que ahí no está, en la superficie del enunciado. ¿Que el sol daña los ojos? ¿Que el sol daña la vista? No.
Eso ya está dicho, eso es decir de otra manera lo que ya está dicho. Contenida en el argumento. Todo
argumento contiene una tesis secundaria, es decir que en el fondo es como muñecas rusas. Yo no
entiendo dónde termina el análisis, por supuesto, pero se puede leer. Y a su vez en un debate
contradictorio yo solicito la explicitación de la tesis secundaria contenida en el argumento de mi
adversario. En la retórica entendida como arte marcial en el debate hay técnicas de repregunta que lo
que hacen es solicitar que quien enuncie un argumento haga explícita la tesis contenida en él. Hasta
poder llevarlo, aunque le pase y salir. No es nuestro tema, aunque hay controversias científicas, por
supuesto, que funcionan también de tal manera. Pero, por el momento, ¿cuál es la tesis secundaria?
¿Qué tiene que ver? ¿Eso es una tesis? Los lentes protegen. Es mucho más simple, ¿eh? Que la luz de los
ojos. No porque estoy hablando en primera persona. La tesis secundaria es no debo sufrir. ¿Alguien que
quiera hacer un doctorado? No debo sufrir. O supongamos este otro ejemplo. Necesito una escenografía
de conventillo del principio del siglo XX porque voy a poner en escena una obra de Fidel Echo Sánchez. O
sea, también es un parte de esa escenografía. ¿Cuál es la tesis secundaria contenida en el argumento?
Acá sí hay una pequeña... No trampa. Jamás usé esa palabra. No, pero la pensaste. Sino un ligero
desplazamiento. ¿Cuál es la tesis secundaria contenida en el argumento? Muchas veces no alcanza para
analizar el argumento para identificar la tesis secundaria para analizar el argumento. Yo pensaría que es
que la producción de Fidel Echo Sánchez se sitúa en una determinada época que es temática conventillo.
Lo pensaría por ahí. Necesitas un paso más. Yo lo pensaría por ahí. Que predomina ese contexto es la
obra de Fidel Echo Sánchez. Que la obra va a ser realista. Que la escenografía de un espectáculo teatral
debe corresponder a la época de la acción. O que quiero que para esta obra corresponda. Yo no estoy
diciendo nada de... Una u otra. Perfecto. ¿No hay siempre varios presupuestos? A mí me cuesta pensar
en uno. En que sea un solo... Me parece como que hay varios presupuestos. Por ejemplo. De los que
nombraba, de esos que acuerdo todo. Que la temática que predomina es esa. Todos los que nombraron
parecen... La temática que predomina es eso. Es lo que dice. Lo que está en el texto de la pieza. Pero
que el teatro precisa de escenografía. Siempre le podés encontrar escalones a los que se está apoyando
cada vez más. Es necesario que el Estado reduzca la carga impositiva en las familias de menores
ingresos. Las familias gastan casi la totalidad de sus ingresos en satisfacer necesidades básicas. Eso
también es una partecita. Hagamos el ejercicio, o quizás los dos ejercicios. Y de allí derivar un montón de
tesis anidadas en la parte tesis del denunciado y secundarias contenidas en la parte argumento del
denunciado. Y a su vez, tesis secundarias que emergen del análisis del denunciado en su conjunto.
Repito. Es necesario, o el Estado debe, reducir la carga impositiva de las familias de menores ingresos
porque estas familias gastan casi todos sus ingresos en satisfacer necesidades básicas. Olvídense de la
adecuación fáctica del denunciado que denuncio. Por bueno que, sobre todo el argumento, es válido.
¿Para irme a decir que el Estado debería tener un rol progresivo o al menos no regresivo en el futuro?
¿Sí? ¿Sí? ¿Qué más? Acá sí que hay mil cosas. ¿Habría que declarar necesidades básicas? Que el
cubrimiento de necesidades básicas no tiene que estar grabado por impuestos es otra manera de
decirlo. No, pero digo que eso no... para comer no debería tener impuestos. ¿Sí? Sí, está bien. Muy bien.
Muy bien dicho. Gracias. Pero, por ejemplo, ustedes supongan que este... volviendo al carpintero de su
compañera, que alguien debate esta tesis y este argumento. Puede optar por varias modalidades. Puede
optar por disminuir el alcance o por negarla en todo. Ahí estamos hablando de dos cosas diferentes. La
antítesis. La antítesis puede ser una tesis contraria o una tesis contradictoria. La contraria es la que niega
en todo. La contradictoria es la que busca atenuar su alcance o moderar algunos de sus agentes. En lo
primero, ahí se acabó, no hay más debate. Situémonos en el segundo caso. Una tesis contradictoria,
¿decirla qué? Habilita, por lo tanto, un intercambio, una controversia, si... Iba a decir si yo fuera a mi ley,
pero no, no lo puedo decir. Es demasiado... La intervención del Estado en el periodo de la Gata, parece
que toda intervención del Estado recuperaría la capacidad de la familia. Ahora que dijiste que fuera a mi
ley... ¿Qué actuaría yo a la hora de intentar refutar esta tesis? ¿Puedo intentar hacerlo en alguno de los
puntos que contiene? Es decir, ¿puedo intentar refutar el hecho de que no, en realidad, las familias de
bajos ingresos no gastan? O sea, ¿negar la pertinencia del argumento con lo cual la tesis se debilita? Y si
hago eso, u otras cosas análogas, lo que estoy haciendo es comprar el argumento implícito. ¿Cómo era
tu nombre? Comprar el argumento de Sofía. Tiene que venir, aunque no sea carpintero. Es decir, el
Estado tiene que jugar un papel. Que es la tesis más general aún de la que vos mencionaste. Que es más
general todavía que la tesis según la cual debe haber impuestos. ¿Y un Estado? Si te vas yendo para
atrás. Exacto. Tiene que existir un Estado, que ese Estado tiene que jugar un papel. Toda una serie de
cosas que... ¿Y qué son las necesidades básicas? ¿Cómo? ¿Cómo defino las necesidades básicas
también? Bueno, pero si vos entras en esa discusión, estás haciendo bifurcar el debate, en cierto modo.
Es decir, bifurcarlo no es un mal sentido. Quiero decir, estás tomando una opción que implica aceptar el
cogollo de la tesis que es, tiene que existir un Estado, pero el Estado tiene que jugar un papel y que tiene
que haber impuestos. Esos impuestos deben ser progresivos, pero eso viene después, es decir, es un
tercer o cuarto escalón el planteo de Sofía. Antes viene otra, pero que esas no están explicitadas, no
están en la superficie del enunciado, sino que se pueden extraer de un análisis, en el sentido estricto de
análisis, de una descomposición del enunciado. Insisto, que sigue siendo un enunciado de una
simplicidad escandalosa. Porque la... el... el mundo de la producción científica a veces hay enunciados de
que sí, escandalosamente simples, pero muchas veces no. Es decir, cuando te enfrentás a un texto
complejo que a tu gusto va encadenando, porque esto obviamente no es tesis al momento y se terminó,
sino que hay por lo pronto un sistema de tesis, cada uno unido de su propia argumentación, que se
cruzan entre sí, que se refuerzan recíprocamente, que están acompañadas de pruebas, todas ellas, a su
vez, remitiendo a algún procedimiento probatorio, que son otros tantos tipos de argumentos. Por
ejemplo, adelantando un momento, pero... y en el cuento igual. ¿Cuál es uno de los argumentos que
ustedes, en su trabajo académico, usan más en términos probatorios? Les adelanto que es un
argumento que tiene muy mala prensa. Injustamente. Yo pienso en lo que yo hago, datos y estimaciones
y resultados. Es una... capaz que estoy diciendo cualquiera, pero ese razonamiento inductivo que
hacemos por lo menos siempre es esa política de que es así porque siempre, más o menos, ha sido así.
No, vamos a ir a eso. Hoy no nos va a dar el tú, no. Mañana estamos en eso. ¿No es la interpretación?
Exactamente. Eso se llama argumento de autoridad. El argumento que usamos con mayor frecuencia es
el argumento de autoridad. Que claro, el argumento de autoridad, que feo. El argumento de autoridad
puede ser muy pertinente. ¿Por qué usamos el argumento de autoridad? ¿Por qué entrecomillamos un
pasaje que pertenece a otra persona y lo insertamos en nuestro propio texto? Porque consideramos que
tiene más autoridad que nosotros para decir eso. ¿Y qué pasa sobre algo de gigante? Yo no puedo
empezar de cero a descubrir la rueda cada vez. Por supuesto, ahora eso tampoco implica decir que la
Tierra es redonda y poner una nota a pie de página y de ahí que lo he visto con el colón. No hace falta.
Aunque de a poco empieza a ser cada vez más discutible. ¿Todo eso que la Tierra es redonda? ¿Te diste
la vagina? Yo le diría... El argumento de autoridad es un argumento no solamente perfectamente ilícito
sino un procedimiento probatorio eficaz y bueno cuando se cumple una condición que es la de la
correlación positiva entre quien lo ha renunciado y la condición de quien lo renuncia. Si yo cito a mi tía
Maruja para establecer la pertinencia de la teoría de los cuantas bueno, no va a funcionar. Ahora, si yo
cito a Niels Bohr para establecer la pertinencia de que la tortilla de papas debe ser preparada de tal o
cual manera, tampoco. La autoridad de Bohr no sale de la física cuántica. No sale de la pandemia. Los
científicos te daban lecciones de cómo tenías que vivirla. Y para ellos, como son científicos, como te lo
dicen los auditorios, no va. Pero la correlación positiva que es lo que funda la licitud del argumento de
autoridad, es lo que empleamos todos los días. Lo contrario es lo que se llama argumento ad personam
que mucha gente nombra, mal nombrado, argumento ad hominem que es un argumento pero que no es
el mismo, es otra cosa. El argumento ad personam implica de manera tramposa tratar de correlacionar
negativamente el enunciado y la situación de quien lo enuncia. Es decir, si yo quiero desacreditar lo que
alguien dice respecto de un accidente por el hecho de que esa persona es diabética o algo así. Eso es un
argumento ad personam, que es la inversa del argumento de autoridad bien entendido. Que, insisto, es
uno de los mecanismos probatorios que usamos más. No solamente en las citas entrecomilladas,
también con todo el aparato de notas bibliográficas. En la bibliografía es también no solo, pero también
un bloque de autoridad en el que se funda parte de la pertinencia de lo que nosotros proponemos. Es
decir, que no lo proponemos porque se nos ocurrió, lo proponemos porque hemos elaborado e
integrado un conjunto de obras cuya pertinencia tenemos que justificar por lo demás. Es decir, hay una
autoridad que viene dada y hay una autoridad que yo tengo que construir. ¿Vos? Tengo una consulta
de... Yo pensaba en esto de qué argumento... Hay como una cuestión táctica de qué argumento elegir
para pegarle. Entonces, si fuera mi ley le diría, no, no te metas con el sentido común. Pegale algún
argumento, alguna tesis derivada y no a la cuestión central. Pero pensando en la construcción de
conocimiento científico, ¿qué hubiera pasado? Y esta definición de tratar de obtener la mayor adhesión
posible... Yo puedo tratar de obtener la mayor adhesión posible y estar haciendo algo que yo creo que...
Y ahí no sé qué palabra usar, pero creo que no es válido científicamente. Entonces, ¿qué pasa si yo digo,
encontré algo que en realidad el mundo es más así, pero no me lo va a creer nadie? Entonces, si lo tomo
con el criterio argumental y obtengo la mayor adhesión posible, no voy a estar innovando tanto.
¿Entienden? ¿Cuál es el criterio, el estándar? Por supuesto, pero cuando... De lo que se trata es de
obtener la mayor adhesión posible a las tesis que yo someto. Eso supone en el enunciado que yo le di
hoy, no supone la obtención de la adhesión por la adhesión, sino que supone la obtención de la
adhesión por la tesis. O sea, lo que cuenta es la tesis, no obtener la adhesión. Claro, o sea, porque yo
también pienso cuando justamente hay, voy a usar mal la palabra, pero hay evidencia empírica o hay
indicios empíricos de determinado resultado. Y bueno, se va avanzando y de repente se encuentra
contra todo eso, se encuentra un argumento o un indicio opuesto. Creo que la adhesión viene por la
relevancia que puede tener ese hallazgo, más allá de que puedan adherir con ese nuevo hallazgo o no.
¿A vos te parece introducir algo así a la... Porque ahí hay por lo menos tres o cuatro cosas
fundamentales en lo que planteas. Más allá del uso de la palabra evidencia que hablamos, pero, es
decir, implica discutir, y acá sí entramos en clásicos de la epistemología, implica discutir, por ejemplo, la
epistemología de Pope. Es decir, el caso que no corrobora la teoría hace caer la teoría, la respuesta
empírica, además históricamente hablando, no, nunca, jamás. Cómo se integra esa anomalía en un
discurso científico para mejorar la teoría existente y no para, digamos, menguar la importancia que esa
anomalía pueda llegar a tener como perturbación o etcétera, etcétera. Digo, ahí hay una serie de... Pero
todos esos casos están defendiendo tesis. ¿Respecto de qué? Respecto de esa anomalía que a su vez
remite a algo más general. O sea, de nuevo, lo que yo no quisiera es que estos ejemplos que yo pongo
de producción, que son propias de un jíbaro, produciendo cabezas, puedan hacer opacar el hecho de
que esto es un ecosistema y que no hay nunca una tesis sola, pelada, aislada, con los cuatro o cinco
argumentos solitos, pelados, que estén interrelacionados entre sí y que con eso arreglamos el asunto.
Puede ser que eso ocurra en algún paper (sí, es otra cosa horrible. Yo no tengo una papelería, por lo
tanto, no produzco papers, produzco textos. Pero el paper es interesante porque a su vez es una
metonimia en inglés. En fin). A lo que voy es eso que planteas es, en definitiva, la vida misma de la
producción científica que es colectiva, por definición. Que se procesa en, insisto, en lo que podríamos
llamar un ecosistema. Pero hay otros asuntos implicados, pero como decís, que hoy no es posible, pero
que volveremos a ellos explícitas en los días que nos quedan de aquí al próximo viernes 5 de los
corrientes.

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