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Fundamentación:
Historia:
Acorde a ella, y en promoción de los Derechos Humanos, es que a partir del año 2010 la
entonces presidenta de los argentinos Cristina Fernández de Kirchner recupera un proyecto del
año 2007 del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo)
para cambiar la antigua denominación y, que esa misma fecha el 12 de octubre se convirtiera
en un “día de reflexión histórica y diálogo intercultural”, con el fin de conmemorar y reivindicar
la importancia de la diversidad cultural y del diálogo intercultural.
Por otra parte, el cambio tuvo que ver también con que el concepto de división de la humanidad
en "razas" no poseía validez alguna y sólo conservaba una idea sociocultural y política errónea
y peyorativa. Aquella alusión, además, solo favorecía a las reivindicaciones racistas. De esta
manera, se dejó atrás la única valoración sobre la cultura europea para conmemorar la enorme
diversidad de culturas. Entre ellas, la de los sobrevivientes de los pueblos indígenas que siguen
aportando y construyendo parte de la identidad nacional.
Diversidad Cultural
¿Qué significa y qué importancia tiene la diversidad cultural? La diversidad cultural, resultante
de siglos de convivencia entre personas de todas las regiones que forman un mosaico rico y
plural, amplía las alternativas; alimenta diversas capacidades, valores humanos y otras
visiones del mundo; y permite que la sabiduría del pasado, enriquezca el presente y nos
prepare para el futuro.
Desde la Escuela debemos convivir con una perspectiva en pos y a favor del respeto,
protección y conservación de la diversidad de todas las culturas, para el presente y el
futuro. En este sentido destacamos el valor de la educación como una de las herramientas
más propicias para construir una sólida democracia donde convivan, dentro de la ley,
todas las voces y puntos de vista.
Nuestras escuelas son escenarios de paz, donde cotidianamente circula la vida, el
conocimiento y el respeto a las diferencias. Nuestras escuelas son ejemplo de conciencia
ciudadana para toda la sociedad.
• La Escuela enseña la paz, el respeto y la solidaridad hacia otras y otros.
• La Escuela enseña el valor de la democracia.
• La Escuela enseña a convivir mediante el diálogo.
Entonces la convivencia pacífica, a través de la diversidad cultural, puede impulsar el
desarrollo sostenible de los individuos, comunidades y países.
Revisemos qué entendemos por rivalidad: Rival en el sentido de la palabra puede ser
cualquiera. No hay necesariamente hostilidad entre rivales solo competencia. Tales rivalidades
son muy saludables y tienden a sacar lo mejor de los deportistas y los motivan a dar el mejor
rendimiento. El origen de las rivalidades en el fútbol comienza cuando los hinchas asumen la
competición como propia. Luego, las rivalidades se potencian al incluir la pertenencia territorial
y los logros deportivos hasta aspectos relacionados con lo pasional, lo histórico, lo
sociocultural, lo político-económico e incluso, lo étnico y lo sexual.
Todos tenemos que aprender a saber diferenciar hasta dónde termina la rivalidad, para
repensarnos como seres que convivimos y formamos parte de la misma comunidad. Por eso,
es importante juntarnos hoy y producir diálogo, un bien educativo para todos nosotros. La
Escuela puede ser generadora de cambios sociales a partir de la visibilidad de la
problemática de la violencia que excede al fútbol mismo.
Que quede claro: La rivalidad siempre va a existir. Las rivalidades que asumen los
simpatizantes promueven el encuentro y la unidad de los hinchas, en este sentido el conflicto
con otros grupos contribuye a establecer y conservar la identidad del grupo propio, sus límites,
y mantiene sus fronteras con relación al mundo social que lo rodea. Que quede claro: Mientras
que los enemigos se enfrentan porque el objetivo de cada uno de ellos es la destrucción del
otro y de todo lo que lo rodea, los adversarios o rivales, en cambio, saben que su rivalidad tiene
reglas y límites infranqueables y sólo tienen el propósito de competir. Lo que no implica,
entonces, que un rival sea un enemigo. Lo que ocurre es que confundimos al rival o
adversario con enemigo.
Futbol y Escuela:
Después de una década, la AFA y los dirigentes siguen caminando en círculos. Se repiten los
diagnósticos y no se cumplen las promesas. Y no han elaborado una seria campaña en contra
de la violencia en el fútbol. Así, pareciera que el fútbol perdió la batalla contra los violentos y,
mientras tanto, la sociedad se resigna. ¿Por qué, entonces, desde la escuela no formamos
conciencia ciudadana para toda la sociedad?
Está claro que aún la sociedad argentina y la Escuela, en las condiciones actuales, no está
preparada para permitir esta libertad (que ironía permitir una libertad), pero si por un instante
nos permitiéramos reflexionar estaríamos yendo por buen camino en la creación de
conciencia, respeto y convivencia en la diversidad, de forma tal que algún día nos
manejemos en un ambiente civilizado sin necesidad de restringir libertades individuales.
Porque si la veda a las camisetas de fútbol en la Escuela busca aplacar desbordes,
durante nuestra adolescencia, que se enmarcaría en la pasión futbolera, ¿cómo
podremos hacer de grandes para volver a habitar una hinchada (local o visitante) si nadie
nos educa en el respeto a la diversidad?