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Cuento: El Bosque de los Amigos Respetuosos.

Érase una vez un hermoso bosque lleno de árboles altos y bellos, flores de todos los
colores y animalitos juguetones. En este bosque vivían diversos animales que eran amigos
y se llevaban muy bien.
Un día, el conejito Saltarín encontró una hoja en el suelo que decía: "Todos somos
diferentes, pero merecemos respeto". El conejito pensó en lo que decía la hoja y decidió
compartir este increíble mensaje con sus amigos. Primero, se acercó al elefantito Trompita
y le dijo: "Hola, Trompita. ¿Sabes que todos somos diferentes y eso está bien? Debemos
respetarnos y cuidarnos unos a otros". Trompita asintió con la cabeza y sonrió. Luego, el
conejito Saltarín se encontró con el pajarito Ben y le dijo: "¡Hola, Ben! ¿Sabías que aunque
tengamos plumas y pelaje diferentes, merecemos un buen trato? Así es como construimos
una amistad fuerte y duradera". Ben se posó en una rama y cantó en aprobación. El último
amigo al que el conejito Saltarín habló fue al osito Bruno. "¡Hola, Bruno! Todos somos
únicos y especiales. Siempre debemos tratar a los demás con amabilidad y respeto, sin
importar nuestras diferencias", le dijo el conejito. Rubius abrió sus brazos y le dio un
cálido abrazo al conejito.
Con el tiempo, todos los animalitos del bosque comprendieron la importancia del respeto
y el buen trato. Aprendieron a valorar y celebrar sus diferencias, y cada día se esforzaban
por ser amables y considerados entre ellos.Y así, el bosque se convirtió en un lugar donde
la amistad y el respeto reinaban por siempre. Los animales vivieron felices, compartiendo
aventuras y apoyándose mutuamente sin importar sus diferencias. Y todo comenzó con
una simple hoja y un mensaje poderoso: "Todos somos diferentes, pero merecemos
respeto".
Moraleja: Hasta las más pequeñas palabras nos pueden hacer entender y valorar a las
personas que nos rodean y darles un buen trato y mostrarles respeto, sin importar si son
diferentes.

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