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TRABAJO DE ORALIDAD Y ESCRITURA

NOMBRE: Elza Guadalupe Chuima Hueca

Literatura indígena y tradición comunitaria

Estos mitos, leyendas e historias de los binnizá se comienzan a escribir, no se perdieron en el


tiempo gracias a la transmisión oral. Por ello tuve la oportunidad de conocer las aventuras del
conejo y el coyote antes de saber leer, ya que mi abuelita nos narraba estos cuentos a mi
hermano y a mí, desde donde colgaba la hamaca.

En esta narración de Lexu ne Gueu, Conejo y Coyote, persiste el conflicto, se engañan el uno al
otro pero siempre gana el conejo, con este cuento los abuelos nos daban lecciones, en no
temer a nadie y ser hábiles como el conejo.

De mi abuelito conocí las historias de los nahuales y los cuentos que el heredo de sus
ancestros, sobre las hazañas del General Charis Heliodoro Charis castro y otras aventuras que
narraba a los niños durante la noche.

Es asi que a través de la palabra, abuelos, padres y madres nos enseñan las cosas que pasa con
el mundo, nos permiten relacionar con él y con la madre naturaleza, nos enseñan que atraves
de la memoria y creatividad guardar, reinventar y transmitir.

En este tiempo todos los cuentos e historias están escritas pero estas no podrán reemplazar a
la palabra salida de la boca, aquella que no necesita tinta porque vale por su sonido, aunque
conocemos que la palabra escrita sirve mucho para conservar nuestra cosmogonía, visiones y
conocimientos ancestrales.

La literatura escrita con la oralidad van juntas, cada una nutre a la otra. Por ello podemos
deducir la obra del escritor Zapoteca-huave Andrés Henestrosa, más conocido como: Los
hombres que disperso la danza donde recopilo mitos y leyendas, él las recreó y las puso con
su propio relato.

Por lo tanto, lo oral nutrió a lo escrito porque muchas de estas historias se estaban dejando
de contar de boca en boca, y estas que ya están escritas podemos volver a narrar. Asi van de la
mano más de sesenta culturas indígenas que aún subsisten en México. Estas culturas tienen
esta interacción y viaje de la palabra de una forma a otra y de un idioma a otra, aunque se
trate del mismo pensamiento.

Pues siendo importante la traducción del diidxazá al español donde las historias entren en
contacto con las generaciones que están perdiendo el idioma materno, asi como la literatura
zapoteca pueda ser conocido a nivel de todo el mundo, el mismo que contribuya a la difusión y
reconocimiento de las culturas indígenas, aunque ha sido difícil para trasladar desde el idioma
originario al español, una historia, un cuento o un poema que nació en un idioma con
estructuras, estilos, ritmos y expresiones diferentes.
Para traspasar un texto (oral o escrito) de una lengua a otra, muchas cosas quedan en el
camino y terminamos creando solamente un espejo que busca refleja de un idioma a otra las
ideas, la emoción, el sentimiento y las imágenes que deseamos enseñar al lector.

Aunque ya existen traductores electrónicos, estos aun no pueden enfrentarse al texto literario
donde implica conocer y dominar el idioma, ubicar el contexto y conocer bien los elementos
culturales. Como también hay dificultades en traducir el arropamiento extralingüístico que se
da cuando hay narración, que le otorga esa chispa especial, ese sabor o la delicia el
guendanixe, como se dice en diidxazá.

Pongo como ejemplo un género que existe en la tradición literaria zapoteca, documentada por
Fray Juan de Córdova desde 1578(citado por De la Cruz, 1982), el diidxaxhiihui, que en la
traducción al español es conocido como el género de la “mentira”.
Esta mentira no es maliciosa, sino una narración de relato fantástico donde radica más en la
habilidad intelectual y narrativa para hacer verosímil y con gracia, una situación exagerada o
irreal.

Historias como estas han sido escritas por autores como Víctor de la Cruz (1982) en su libro
La flor de la palabra, como también, el escritor zapoteca Macario Matus (1982), publico
“mentiras” solamente en español, ilustrado por el artista plástico oaxaqueño Demián Flores,
del cual tomo el siguiente relato:
Todos saben en Juchitán que Sabino es un mentiroso de primera, es decir, improvisa al vuelo una
mentira. Al pasar por la Séptima Sección un vecino suyo le dijo: Sabino, me han dicho que tú inventas
mentiras. Por qué no me cuentas una de tus mentiras.

A lo que contestó sabino: mira hijo, ahora mismo no puedo, voy de prisa porque un amigo mío me acaba
de avisar que mis dos bueyes hicieron daño en su huerta, mis bueyes se subieron a las palmeras y se
bebieron más de una docena de cocos. Así que no tengo tiempo de mentir, llevo mucha prisa.

Este relato contribuye a su difusión y permanencia pero a leerlas en un idioma distinto del que
nacieron no genera el mismo entusiasmo que al escucharlas por ser arrebatados los
elementos de la oralidad, del narrador y el encanto que tienen en su idioma original que es el
diidxazá donde están presentes el ritmo y la musicalidad.

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