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En 1982, Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura "por sus
novelas y cuentos, en los que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo
mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los conflictos de un continente".
Con este reconocimiento, García Márquez se convirtió en el primer autor
colombiano y uno de los pocos escritores en lengua española en recibir este
prestigioso premio.
2. Género literario:
"Cien años de soledad" es una novela de realismo mágico. El autor combina
elementos realistas con elementos fantásticos y mágicos, creando un mundo único y
evocador.
3. Movimiento literario:
Movimiento literario: Gabriel García Márquez es considerado uno de los
exponentes más importantes del realismo mágico, un movimiento literario
latinoamericano caracterizado por fusionar la realidad con elementos mágicos y
fantásticos. Esta técnica se puede apreciar claramente en su obra "Cien años de
soledad".
4. Capítulo 7 “ Cien Años de Soledad”
4.1 Resumen.
En mayo finaliza la guerra y gana la facción conservadora. El coronel Aureliano
y su amigo Gerineldo Márquez son capturados y llevados a Macondo a cumplir
una sentencia de muerte. Úrsula se entera gracias a que escucha la voz de su
hijo, como un presagio, mientras cocina en la casa. Cuando llegan a Macondo,
Úrsula va a la prisión y le exige a los centinelas que la dejen ingresar para ver a
su hijo. Una vez allí, se sorprende por el “resplandor de autoridad que irradia la
piel” de su hijo. Luego de conversar un rato, se retira conteniendo las ganas de
llorar.
Aunque la sentencia parece inminente, Aureliano está acostumbrado a anticipar
la fatalidad gracias a sus premoniciones, y se pregunta el motivo por el cual no
advirtió nada respecto a su muerte. De cualquier modo, en el momento de su
captura, cuando le pidieron que exprese su última voluntad, una fuerza interior
lo llevó a pedir que la sentencia se cumpliera en Macondo.
Pese a que la condena está pautada, los días se sucede uno a uno sin que la
hagan cumplir. El motivo de ello es que comienza a circular el rumor de que el
fusilamiento de Aureliano traería graves consecuencias políticas, y que aquellos
que cumplieran la condena serían asesinados. Finalmente, llega un aviso del
gobierno presionando para que lo maten y los soldados sortean quién será el
responsable de dar la orden: sale elegido el capitán Roque Carnicero.
Al igual que hicieron con Arcadio, al día siguiente llevan al coronel al
cementerio. Sin embargo, antes de que den la orden se presenta José Arcadio
armado con una escopeta. La inmensidad del hombre le hace pensar a Roque
Carnicero que es un enviado de la “Divina Providencia” y, en lugar de fusilar a
Aureliano, se cambia a su bando y juntos dejan Macondo para liberar al general
revolucionario Victorio Medina, condenado en Riohacha.
Al llegar al lugar, descubren que el general ya fue fusilado y proclaman a
Aureliano jefe de las fuerzas revolucionarias. A partir de ese momento, las
noticias sobre el paradero y estado de Aureliano se vuelven abundantes y
contradictorias. Lo único seguro es que le proclama nuevamente la guerra total
al régimen.
Mientras tanto, Úrsula recibe en la casa a la viuda de su nieto, Santa Sofía de la
Piedad. Para entonces, Sofía ya había parido otra vez a un par de gemelos.
Úrsula bautiza a los niños José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo, y a la
mayor le pone Remedios, pese a la última voluntad de Arcadio. Amaranta se
hace cargo del cuidado de todos y arma en la casa una sala de estudio donde los
educa a ellos y a otros niños del pueblo.
Ocho meses después, llega una carta de Aureliano en la que notifica que cuiden
a su padre porque está por morir. Úrsula, consciente de los presagios de su hijo,
intenta meterlo en la casa, pero el hombre se resiste. Para entonces, el fantasma
de Prudencio Aguilar es la única persona con la que comparte el tiempo José
Arcadio Buendía. Prudencio lo limpia, lo alimenta y le transmite las noticias de
Aureliano. Cuando por fin consiguen ingresar a José Arcadio a la casa, ya es
demasiado tarde, y el hogar se llena del aroma a naturaleza que despide el
anciano enfermo. Finalmente, José Arcadio muere, y mientras el carpintero le
toma las medidas para el cajón fúnebre, una copiosa lluvia de flores amarillas
cae desde el cielo y cubre a todo Macondo.