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Composición

Chaikovski fue abordado el 25 de mayo de 1888 por Vsévolozhsky, que era el director de los
Teatros Imperiales de San Petersburgo, para hablarle sobre una posible adaptación de ballet
basada en la historia de Undine. Posteriormente se decidió que La bella durmiente de Perrault
fuera la historia para la cual compondría la música del ballet. Chaikovski no dudó en aceptar el
encargo aunque era consciente de que El lago de los cisnes, su único ballet anterior, había sido
recibido con poco entusiasmo en esa etapa de su carrera.3

El escenario de ballet en el que trabajó Chaikovski se basó en la versión de los Hermanos


Grimm de la obra de Perrault titulada Dornröschen. En dicha versión los padres de la princesa,
el rey y la reina, sobreviven al sueño de cien años para celebrar la boda de la princesa con el
príncipe. No obstante, Vsévolozhsky incluyó en el ballet otros personajes de los cuentos de
Perrault, tales como El Gato con Botas, Caperucita Roja, Cenicienta, El pájaro azul, Riquete el
del copete y Pulgarcito. Asimismo, se tomaron otros personajes de cuentos de hadas franceses
como La bella y la bestia, Ricitos de oro y La gata blanca. Por su parte, Chaikovski estaba feliz
de informar al director de los Teatros Imperiales que había tenido el gran placer de estudiar la
obra y que había logrado la inspiración adecuada para hacerle justicia.

El coreógrafo fue Marius Petipa, maestro de ballet del ballet imperial, que escribió una lista
muy detallada de instrucciones en cuanto a los requerimientos musicales. Chaikovski trabajó
con rapidez sobre la nueva obra en Frolóvskoye. Comenzó los bocetos iniciales en el invierno
de 1888 y empezó la orquestación de la obra el 30 de mayo de 1889.

El ballet se centra en las dos principales fuerzas en conflicto del bien (el Hada de las lilas) y del
mal (la bruja Carabosse). Cada una de ellas cuenta con un leitmotiv representativo, que se
ejecuta a través de todo el ballet y que sirve como un importante hilo para la trama
subyacente. En el tercer acto de la obra, sin embargo, no aparece ninguno de los dos motivos y
en su lugar coloca el foco sobre los personajes individuales de las diversas danzas de la corte.

Prólogo

El rey Florestán XIV y su esposa, la reina, han dado el nacimiento de su primer descendiente, la
princesa Aurora, y anuncian una gran ceremonia de bautizo en honor a ella. Seis hadas son
invitadas a la ceremonia para agasajar con regalos a la niña. De manera, que cada una se
acerca a la cuna de la recién nacida para entregarle su regalo. Cada hada representa una virtud
o rasgo positivo como la belleza, el valor, la dulzura, el talento musical y la travesura (los
nombres de las hadas y sus regalos varían en las diversas producciones). El hada más
poderosa, el hada de las lilas, llega con su séquito, pero antes de que pueda otorgar su don el
palacio se oscurece.

Con un trueno aparece la malvada bruja Carabosse (normalmente interpretado por una
bailarina de carácter femenino o un bailarín masculino vestido de mujer) con sus secuaces
(generalmente varios bailarines hombres representados como ratas o insectos). Carabosse
pregunta furiosamente al rey y a la reina por qué no había recibido una invitación para el
bautizo. La culpa recae en Catallabutte, el maestro de ceremonias que estaba a cargo de la lista
de invitados. Carabosse rasga con regocijo su cabello y lo golpea con su bastón, antes de lanzar
una maldición sobre la princesa en venganza: Aurora sin duda crecerá para ser una dama y
princesa joven, hermosa, virtuosa y encantadora, pero en su decimosexto cumpleaños se
pinchará el dedo con un huso de una rueca y morirá. Los reyes y la corte están horrorizados y
suplican clemencia a Carabosse, pero ella no muestra ninguna. Sin embargo, el hada de las lilas
interviene. A pesar de que no tiene el poder suficiente para deshacer completamente la
maldición, ella la modifica, permitiendo que el huso cause un apacible sueño de cien años a la
princesa en lugar de la muerte. Al final de esos cien años, ella se despertará con el beso de un
apuesto príncipe.

Acto I

Fiesta en el palacio, es el día del decimosexto cumpleaños de la princesa Aurora. Las


celebraciones están en marcha, aunque el Rey aún es inestable por el presagio de Carabosse.
Sus padres, los reyes, han prohibido en su reino todos los husos. Catallabutte descubre varias
campesinas tejiendo cerca (una actividad prohibida, ya que implica el empleo de husos
potencialmente dañinos para la princesa) y alerta al rey. Este inicialmente sentencia a las
mujeres a un duro castigo. La reina le persuade suavemente para que perdone a los
ciudadanos inocentes y él accede. La gente del pueblo interpreta un elaborado vals con
guirnaldas de flores, y la princesa Aurora llega después. A la fiesta han sido invitados cuatro
príncipes de diferentes partes del mundo que han venido a solicitar la mano de la princesa.
Aurora y los pretendientes ejecutan el famoso Adagio de la Rosa, una de las secuencias más
notoriamente difíciles de todo el ballet.

Mientras transcurre la fiesta se le acerca a la princesa Aurora una vieja y le ofrece como regalo
a la princesa un huso (en algunas versiones el regalo es un ramo de flores no amenazante con
el huso escondido dentro). Como nunca había visto uno antes, Aurora examina con curiosidad
el extraño objeto mientras sus padres tratan desesperadamente de intervenir. Tal como se
predijo, se pincha el dedo con el huso cayendo inmediatamente en un profundo sueño. La
extraña vieja encubierta no es otra que Carabosse, que se burla de la angustia de todos,
creyendo que su maldición sigue en pie y que la princesa ha muerto. Una vez más, el hada de
las lilas calma el alboroto y recuerda a los reyes que Aurora solo está durmiendo. La princesa
es llevada a la cama. El hada de las lilas lanza un encantamiento que hace dormir a todo el
reino, que sólo se romperá cuando Aurora se despierte, y cubre el castillo con un espeso
bosque de viñas y zarzas.

Acto II

Han pasado cien años. En un claro del bosque el príncipe Désiré se encuentra en una cacería
con sus acompañantes. Está desanimado debido a su autoritaria novia condesa. Sus amigos
tratan de animarlo con el juego de la gallina ciega y con una serie de bailes. Aún infeliz, pide
que le dejen solo y la partida de caza se aleja. Solo en el bosque, se encuentra con el hada de
las lilas, que lo ha elegido para despertar a Aurora. Ella hace que el príncipe tenga una visión
en donde ve a la princesa y el príncipe se siente atraído inmediatamente. El hada de las lilas le
explica la situación y Désiré le pide al hada que lo lleve junto a ella. El hada de las lilas lo
conduce por el bosque hasta que llegan al palacio. Carabosse aparece y trata de disuadirlo,
pero él junto con el hada de las lilas finalmente logran derrotarla. Una vez dentro del castillo
Désiré despierta a Aurora con un beso. El resto de la corte se despierta también y los reyes
acceden cordialmente cuando el príncipe propone matrimonio y la princesa acepta.
Acto III

En el salón del palacio se celebran las bodas de la princesa Aurora con el príncipe Désiré. Bailan
para ellos diversos personajes: el Gato con Botas y la Gata Blanca, Caperucita Roja y el Lobo,
Cenicienta y el príncipe, el pájaro azul y la princesa Florine, cortesanos y cortesanas. Para
finalizar Aurora y el príncipe Desiré bailan un Grand pas de deux y todo el conjunto danza una
mazurca. El príncipe y la princesa están casados, con el hada de las lilas bendiciendo la unión.
El ballet termina con una apoteósis (apothéose) en la cual todos los personajes hacen una
última reverencia.

Análisis

A Chaikovski le agradó el ballet estuviese inspirado en el cuento de hadas La bella durmiente


del bosque de Charles Perrault, puesto que la historia sucede en la época de Luis XIV. De esa
manera, tendría la oportunidad de escribir música en estilo barroco.3 El interés de Chaikovski
en cuanto al establecimiento de la historia se remonta a 1867. Fue entonces cuando escribió
un pequeño de ballet sobre la historia para los hijos de su hermana Alexandra Davydova. Había
hecho lo mismo con El lago de los cisnes.

En noviembre de 1888 el compositor tuvo una reunión con oficiales del teatro y con Petipa, en
la que se redactó un borrador del escenario. Petipa proporcionó a Chaikovski un análisis
detallado de las necesidades musicales. Se trataba de directrices muy específicas acerca del
tempo, la métrica, así como otras cuestiones musicales. Incluso especificó la longitud de
determinadas piezas concretando un número exacto de compases. Pidió un vals en el acto 1,
una mazurka en el acto 2 y una polonesa en el acto 3. Las especificaciones de Petipa
estimularon la imaginación de Chaikovski, en lugar de obstaculizar su labor como cabría
esperar.6El compositor se puso a trabajar, y concluyó la partitura el 1 de septiembre de 1889.7

A lo largo de todo el ballet se hace un empleo repetido de dos temas musicales que
representan el bien y el mal, personificados por el Hada de las lilas y Carabosse
respectivamente. Esto proporciona unidad a la obra y también contribuye a intensificar el
drama y el suspense.3

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