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Engels Bladimir López Sánchez
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1ra. Edición, agosto de 2023
Colección 28 de junio
ISBN: 978-99979-76-00-0
Carolina Torres
Directora General del Libro y el Documento
Diseño de cubierta
María José Carbajal
Diagramación:
Hektor Varela
Edición:
Carolina Torres y Carmen Núñez
Impresión:
Editorial Nacional Eva Thais, SECAPPH
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Índice
DEDIATORIA ...................................................................................................................9
PRÓLOGO........................................................................................................................11
PRESENTACIÓN.............................................................................................................13
6
Tercer esbozo: Tercera toma nacional (2017): el incumplimiento de los acuerdos
en el marco del diálogo, las pretensiones reeleccionistas de Julieta
y la intervención del Congreso Nacional (CN)............................................................. 128
A. La persistencia de la judicialización y sentencia judicial contra
el liderazgo estudiantil en un contexto de diálogo universitario.......................... 128
B. Los intentos de reelección de la exrectora Julieta Castellanos............................... 129
C. La intervención del Congreso Nacional (CN) en el conflicto
universitario................................................................................................................... 130
D. Conclusiones.............................................................................................................133
7
Tesis 2: El nuevo movimiento estudiantil y sus antinomias culturales:
Preámbulo del increpamiento feminista y el surgimiento
del feminismo universitario.........................................................................166
Tesis 3: El julietismo contra las mujeres universitarias y la CRU como
modo de reproducción de la ideología patriarcal, racista y clasista........... 167
Tesis 4: El capital simbólico del feminismo universitario como forma
de repolitización del campo universitario..................................................168
Tesis 5: La conquista del espacio público universitario resignificó el capital
cultural y capital simbólico de las mujeres como elementos claves
para el reconocimiento institucional...........................................................169
Tesis 6: La lucha exógena del movimiento feminista reposicionó las luchas
de las mujeres en el campo universitario y abrió a niveles
discursivos diversos frentes de luchas antipatriarcales y antirracistas....... 170
Tesis 7: El asesinato de Bertha Cáceres implicó un giro radical en el
feminismo universitario, exprimiéndole un sello más subalterno,
de clase y de raza............................................................................................171
Tesis 8: La lucha feminista de las mujeres en el campo universitario,
forjó la creación de un sector de mujeres dirigentes, políticas,
artísticas e intelectuales con una mirada progresista de lo social
y de lo político................................................................................................173
Tesis 9: La recuperación del espacio público, como móvil para la
construcción de espacios seguros para las mujeres en el campo
universitario en el marco de reconfiguración del movimiento
de mujeres en la UNAH................................................................................174
Tesis 10: La Universidad de las alternativas, como un legado histórico de la
lucha de las mujeres en la lucha estudiantil y en la democratización
del campo universitario................................................................................175
8
Mamá, también te debía un libro.
Papá, aprendí a vivir con tu herencia.
Iris, tu silencio fue mi morral y mi libreta.
Yosmira, la persecución nunca pudo con vos.
Irene, sin vos las borrascas me hubiesen arrastrado.
Genoveva, gratitud por ser mi perdurable compañera de vida.
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PRÓLOGO
11
La Editorial Nacional Eva Thais de la Secretaría de las Culturas,
las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras (SECAPPH),
a través de su Colección 28 de Junio, se ha propuesto generar libros de
exhaustiva investigación académica y literaria desde las voces de autoras
y autores históricamente invisibilizados e involucrados activamente en
los procesos que marcan los cambios en el país; obras como la que hoy
tenemos el agrado de presentar, representan un avance significativo en el
conocimiento de la conformación y cambios del movimiento estudiantil
universitario. El Gobierno de la presidenta Xiomara Castro apuesta por
la construcción de la memoria histórica del país mediante la reflexión
sobre los procesos políticos, sociales y culturales que han marcado a lo
largo del tiempo a Honduras, es por ello que este texto hoy llega a las
manos de las y los lectores para poder conocer esa otra perspectiva de
quienes han vivido, sufrido y construido historia.
Carolina Torres
Directora General del Libro y el Documento
Tegucigalpa, M.D.C., agosto de 2023
12
PRESENTACIÓN
13
tenga una mirada académica y política. En sociedades periféricas y
desiguales como la hondureña, el pensamiento académico tiene que jugar
un rol activo, crítico y propositivo en los procesos de transformación y
cambio social. La lucha estudiantil en la UNAH representó ese cometido
histórico y este libro busca reflejar su sentido político.
Desde los primeros años de militancia en el Frente de Reforma
Universitaria (FRU), tuve la oportunidad de socializar y compartir
con organizaciones estudiantiles de diferentes Centros Regionales de
la UNAH: Centro Universitario Regional del Litoral Pacífico (CURLP-
Choluteca), Centro Universitario Regional de Occidente (Copán),
UNAH-Valle de Sula (San Pedro Sula), Centro Universitario Regional
Bajo Aguán (Yoro) y Centro Tecnológico del Valle del Bajo Aguán
(Colon), interesándome políticamente y académicamente por temas
como la Reforma Universitaria, Universidad Pública y Movimiento
Estudiantil. Acciones que luego tuve la oportunidad de seguir realizando
desde la Asociación de Estudiantes de Sociología (AES), Mesa de
Estudiantes Indignados (MAEI) y la Comisión Política del Movimiento
Estudiantil Universitario (MEU), como representante en dichos espacios
de la AES.
Las primeras reflexiones sobre la crisis universitaria y la lucha estu-
diantil las empecé a publicar en un blog que alimentaba semanalmente
y que a manera de diario me permitieron ir construyendo una bitácora
sociológica. El blog fue cerrado por denuncias que diversos lectores rea-
lizaron sobre el contenido de este. De igual forma, tuve la oportunidad
de publicar artículos de opinión en el extinto Diario Tiempo, motivada
por un compañero del movimiento estudiantil de UNAH-VS, estudiante
de Periodismo, que un día envió a dicho rotativo uno de mis artículos
publicados en Facebook. Diario Tiempo me dio la oportunidad de publi-
car dos artículos al mes, hábito que sostuve durante dos años.
A medida fui creando un modelo de análisis, se me presentó la
oportunidad de publicar artículos de opinión y ensayos en revistas de
Argentina, Colombia y El Salvador, donde, al igual que en Honduras,
se desarrollaban amplias luchas estudiantiles universitarias en defensa
de la universidad y educación pública. Igualmente, participé en diversos
encuentros y congresos nacionales e internacionales dando a conocer la
lucha estudiantil y la lógica privatizadora de las reformas académicas en
14
la UNAH, en el marco de la Cuarta Reforma Universitaria (CRU) —de
aquí en adelante se le denomina CRU—. Lo anterior me permitió dar a
conocer al movimiento estudiantil universitario, generar redes de apoyo
y alianzas con diversas organizaciones estudiantiles latinoamericanas.
La comunidad estudiantil siempre sostuvo una pedagogía crítica
hacia la autoridad universitaria y al proceso de la CRU, siendo los Centros
Regionales los más golpeados y afectados ante el proceso de centralización
política, académica, financiera y administrativa dirigido desde Ciudad
Universitaria (CU). Tener conocimiento sobre esa realidad y estar en
contacto con las organizaciones estudiantiles regionales, me motivó a
indagar sobre la filosofía académica, política y las contradicciones de la
CRU, que, como planteo en el tercer y cuarto capítulo de este libro, es
la génesis de la crisis universitaria y el posterior ciclo de conflictividad.
En Honduras, la producción académica e intelectual sobre la
Universidad Pública, Reforma Universitaria y Movimiento Estudiantil
son escasas. Aunque sobresalen importantes producciones sobre la
historia de la UNAH, como las de José Reina Valenzuela, Enrique Reina,
Mario Posas y las sistematizaciones de los Encuentros de la Comunidad
Universitaria, la mayoría generados en la década del 70 y 80 del siglo
pasado. Siguen siendo lecturas referenciales para comprender los
cambios y transformaciones de la UNAH en el siglo XXI. Sin embargo,
son escasas, por no decir inexistentes, producciones sobre la Reforma
Universitaria y el Movimiento Estudiantil. Lo anterior me motivó a
retomar en mis procesos de formación profesional, tanto en Sociología,
como en Trabajo Social, el estudio y análisis sobre dichos temas y sus
manifestaciones políticas alrededor de la lucha estudiantil.
La formación en Sociología me permitió entrar en contacto con
la Historia de la Universidad (Occidental y Latinoamericana) y el
proceso político Latinoamericano de la Reforma Universitaria, desde el
Grito de Córdoba (1918), a la Revolución de los Pingüinos (2006). De
mucha importancia fueron las clases de Taller de Sociología Aplicada
y Seminario Sociológico, las cuales me permitieron conceptualizar la
Universidad Pública, Reforma Universitaria, Mundo Universitario,
Modelos Universitarios, Comunidad Universitaria, Organización
de la Universidad y comprender en detalle que la Universidad es una
institución imaginaria alejada de la cosmovisión de Universidad como
15
institución normativa, propagada por el capitalismo académico en el
marco de los procesos de Contrarreforma Universitaria neoliberales.
En esa dirección sobresale un ensayo titulado: «La Historia de la
Universidad y las Tensiones de la Reforma Universitaria en la UNAH»,
que posteriormente seria traducido en discursos políticos y narrativas en
el marco de la lucha contra las Normas Académicas en la UNAH.
Siempre en la dirección de la Sociología, las clases de Movimientos
Sociales me permitieron indagar teórica y conceptualmente sobre
los movimientos estudiantiles latinoamericanos y en menor medida
centroamericanos, de mucha importancia para comprender elementos
claves como la acción colectiva, identidad, movilización de recursos, redes
sociales, poder, comunidad y organización estudiantil. Sin embargo, fue
la clase de Sociología Urbana la que permitió problematizar los elementos
arriba mencionados, teniendo la oportunidad de presentar y defender
un ensayo académico sobre el movimiento estudiantil titulado, «MEU:
Identidad, Espacio Público y Ciudad en la UNAH». En lo personal,
considero este ensayo como mi primera producción académica, política
y estratégica que pone a dialogar alrededor de la práctica y lucha del
movimiento estudiantil, el tema de la Universidad Pública, Reforma
Universitaria y Movimiento Estudiantil.
La formación en Trabajo Social fue de mucha importancia para
comprender lo referente a la organización del movimiento estudiantil. Las
clases de Epistemología del Trabajo Social, Trabajo Individual de Grupo
y Trabajo Social de Grupo, fueron trascendentales para comprender
aspectos subjetivos y psicosociales de la comunidad estudiantil y sus
motivaciones alrededor de los procesos de organización y participación
estudiantil. De ahí que uno de mis primeros experimentos organizativos
fue la organización de la Asociación de Estudiantes de la Carrera de
Trabajo Social, mediante la construcción de un modelo organizativo. Este
modelo fue complementado con dos de los proyectos de organización
estudiantil más importantes en la historia reciente del movimiento
estudiantil: Proyecto de Organización Estudiantil (POE) y la Iniciativa
de Organización Estudiantil (IOE), sobre los cuales se originó el MEU.
La decisión de publicar este libro giró alrededor de dos hechos que
marcaron el rumbo de esta producción: académico y político. Sin tema
de investigación para realizar mi tesis de Pregrado en Sociología, en el
16
marco de las clases del Taller de Investigación Sociológica, decidí realizar
la investigación bajo el título de: «La lucha estudiantil en la defensa de
la universidad y educación pública en la UNAH en el período del 2010
al 2016». Los resultados de la investigación fueron aceptables y vi la
posibilidad de concretizar la diversidad de análisis de opinión, artículos
y ensayos en un libro que recogiera los aspectos más importantes, en
más de seis años de estudio y análisis. Digo con orgullo y convicción, que
entrego a mi país, a mi matria y a mi Alma Máter, un libro que nació en las
aulas de clases de la Universidad Pública y en las plazas recuperadas por
el movimiento estudiantil, en un contexto de autoritarismo universitario
julietista y autoritarismo nacional juanorlandista.
El proyecto de investigación fue un reto teórico y metodológico. Me
interesaba comprender las motivaciones que conllevaron a la comunidad
estudiantil a participar en el proceso de la lucha estudiantil. Para ello fue
necesario realizar la construcción de un marco teórico y metodológico
que relacionara la teoría de las Representaciones Sociales de Ibáñez y
Araña, la Sociología de la Universidad de Boaventura de Sousa Santos, la
Sociología de la Reforma Universitaria de Carlos Thunerman y Joaquín
Brunner y la Sociología de la Cultura de Pierre Bourdieu. Lo anterior
me tomó aproximadamente un año, poder plantearlo en un diseño de
investigación. Fueron meses arduos de lectura, análisis y reflexión.
No he escrito un libro académico y para académicos. Es un libro que
se suscribe en una tradición teórica y política que ha sido construida
alrededor de los aportes de la Sociología y el Trabajo Social. De igual forma,
recoge mis principales vivencias como militante e investigador, sin caer
en las pretensiones de neutralidad que propaga la academia impregnada
de valores coloniales y liberales. He tratado de que el relato sea flexible
para su fácil entendimiento, evitando caer en la fragmentación y en el
pensamiento panfletario, tan común en tiempos de posmodernidad que
en la periferia despolitiza fenómenos políticos y sociales.
Si algún mérito ha de tener este libro, es que, a la luz de las trans-
formaciones de la UNAH en los últimos treinta años, trata de poner en
discusión y en perspectiva los temas de Universidad Pública, Reforma
Universitaria y Movimiento Estudiantil, desde las representaciones
sociales de los agentes estudiantiles en el campo universitario. Las re-
presentaciones sociales del movimiento estudiantil en los años de lucha
17
y resistencia estuvieron determinadas por aspectos generacionales, de
clase, de género y de posiciones en las diferentes disciplinas académicas
de formación profesional, que giraron alrededor de una diversidad de
capitales culturales del estudiantado.
Este libro describe la crisis y conflictividad universitaria desde la
cosmovisión de la comunidad estudiantil. Intenta poner en un sitio
adecuado la experiencia de la lucha estudiantil y sus implicaciones
políticas para la UNAH y para la sociedad hondureña. Si nuestra Alma
Máter sigue siendo pública, se debe al esfuerzo organizativo y político de
miles de estudiantes. Si nuestra Alma Máter se ha abierto a manifestarse
a los problemas de la sociedad, se debe a la vocación crítica y política
que el movimiento estudiantil le impregnó a la comunidad universitaria.
Si nuestra Alma Máter acoge las demandas y planteamientos de las
mujeres y de las juventudes, es porque el movimiento estudiantil politizó
una nueva forma de comprender, sentir y vivir la UNAH, como espacio
político de cambio cultural y de transformación política.
En definitiva, la persistencia pública de la UNAH durante el siglo XXI
estará determinada por las revueltas estudiantiles de inicios de siglo. Que
el pensamiento posmoderno relativista y fragmentador nunca nos alejen
de la memoria política en su sentido estructural, donde el movimiento
estudiantil universitario tiene un lugar consagrado.
18
SOBRE LOS TRES TOMOS DE ESTA EDICIÓN
19
por convertir a la universidad en uno de los referentes políticos,
científicos, académicos y culturales en los procesos de cambio y
transformación de la sociedad hondureña.
El tercer tomo, bajo el título «La Universidad en Honduras: hacia
una Refundación Integral del Sistema de Educación Superior», busca
poner en perspectiva la importancia de la refundación de la educación
superior con el objetivo de que responda estratégicamente a los
problemas de la sociedad hondureña. La principal hipótesis de este
libro, la privatización del campo universitario en Honduras conllevó
a su debilitamiento y fragmentación, en el marco de un proceso de
mercantilización de la educación y desinterés social de la educación por
los grandes problemas de país, en la cual la investigación, docencia y la
vinculación prácticamente han desaparecido de las funciones esenciales
de la universidad pública y privada.
20
INTRODUCCIÓN: LA REPRESENTACIÓN SOCIAL
DE SER JOVEN, LÍDER ESTUDIANTIL Y ESTUDIAR
EN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA
21
A. El contexto de país y el posicionamiento político del estudiantado
Los liderazgos estudiantiles que han participado en la lucha estudiantil en
el período del 2006 al 2017 se caracterizan y se diferencian por el nivel de
influencia que ha tenido la crisis de país en la formación de su conciencia
de clase subalterna. Se identifican cinco eventos de país que impactaron
en la vida del liderazgo estudiantil y fortaleció su posicionamiento
político: i) Reformas Educativas impulsadas en el Gobierno de Ricardo
Maduro en el 2005 ii) El golpe de Estado del 2009, iii) El Fraude Electoral
del 2013, iv) El Movimiento de las Antorchas del 2015 y, v) El asesinato
de Berta Cáceres en el 2016. El liderazgo estudiantil expone que estos
eventos del país tuvieron grandes impactos en sus vidas, de tal manera
que sus concepciones ideológicas y políticas entraron en una fase que
fortaleció el sentido de pertenencia e interés hacia las problemáticas
sociales y políticas.
El golpe de Estado fue lo que me formó, por las experiencias y el
compartir con la gente que estuvo presente. Adquirí más conciencia.
El fraude electoral, asesinato de Bertha, que marca una reconciliación
entre organizaciones indígenas y movimientos estudiantil. Ese
encuentro significó mucho porque empezamos a resignificar la idea
de universidad pública1.
Esas experiencias políticas en el campo universitario se presentan
como dimensiones del capital cultural incorporado, alrededor de
experiencias sociales que motivan al estudiantado a tomar posiciones
políticas. En el caso de la lucha estudiantil, lo anterior fortaleció en
la comunidad estudiantil el sentido de pertenencia hacia lo público y
posicionar un discurso en la defensa de la educación pública universitaria.
Luego del golpe de Estado, el Gobierno de Pepe Lobo aprobó la Ley
Fundamental de Educación y nosotros vimos eso como una alarma
y un indicio de que se venía en serio la Reforma Educativa. Y así
pasó, para el 2013 las autoridades universitarias en complicidad
con las Universidades Privadas crearon el Anteproyecto de Ley
de Educación Superior (LES), que atenta contra Autonomía
Universitaria de la UNAH; aprobaron las Normas Académicas en
22
el 2014 sin consulta y participación estudiantil legitima y vimos
cómo desde el 2014 se iba poco a poco criminalizando al estudiante;
entonces nosotros arrancamos con el discurso de la organización
estudiantil y participación de los estudiantes para luchar por la
defensa de la universidad pública y la educación pública2.
Estos eventos de política nacional han conllevado a que en los
últimos años la UNAH se convirtiera en uno de los principales espacios
territoriales con fuertes acciones de protesta. El 2012 estuvo marcado
por la aprobación de las Zonas Económicas Especiales de Desarrollo
(ZEDEs), visión de desarrollo que profundiza el modelo neoliberal y
el concesionamiento del territorio al gran capital internacional; el 2013
estuvo marcado por la oposición hacia el proyecto de la LES; el 2014 se
caracterizó por la política de criminalización a estudiantes y asesinato de
líderes indígenas y campesinos; en el 2015 hubo acciones de protesta en
contra el saqueo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS);
en el 2016 protestas por el asesinato de Berta Cáceres, y el 2017 estuvo
marcado por las reformas al Código Penal, ante la tentativa de penalizar
la protesta social y las protestas por la reelección ilegal de Juan Orlando
Hernández (JOH).
El golpe de Estado 2009, fraude electoral del 2013 y el asesinato
de Berta Cáceres en el 2016, eso me tocó bastante y forjó mi
responsabilidad en la militancia del movimiento estudiantil y un
fuerte cuestionamiento interno sobre mi posicionamiento político
tanto en el tema de la universidad, como en el tema de la crisis de
país3.
La crisis del país y el posicionamiento político del estudiantado
conllevaron a tres aspectos de fondo. Los efectos de la lucha
estudiantil dejaron un saldo de más de trescientos casos registrados de
criminalización de la protesta estudiantil en el campo universitario. La
crisis política forjó conciencia y la responsabilidad de las y los estudiantes
hacia los temas de sociedad y de universidad. Como también la denuncia
del estudiantado por el silencio cómplice de las autoridades universitarias
al no pronunciarse alrededor de los problemas críticos del país.
2. Extracto de grupo focal #1, valoración expresada por estudiante de Antropología, 2018.
3. Entrevista realizada a estudiante de Biología, representante de la Asociación de Estudiantes,
Tegucigalpa, 2018.
23
B. El estudiante universitario como sujeto histórico
El capital cultural objetivado del sector estudiantil, acumulado a través
de la edad, experiencias previas en procesos de lucha social y politizado
mediante procesos de vida que recogen y retratan experiencias de las
dificultades y adversidades que vive la juventud, es un tema a puntualizar
al momento de comprender la idea del estudiante como sujeto histórico,
portador de una herencia social y realidad política que le es adversa a sus
intereses de clase y que les motiva a tomar posiciones políticas. Las y los
estudiantes ocupan posiciones subordinadas en el campo universitario y
son recipientes de una cultura heredada desde sus familias y contextos
sociales de origen.
Ser joven en un país como el nuestro es un desafío, ya que los
jóvenes somos los que nos involucramos en organizaciones
sociales y populares y los que estamos en las primeras estadísticas
de violencia4.
La posición social adversa se presentó como una motivación que
fortaleció y potencializó la actitud crítica de los estudiantes en el
campo universitario, conllevando a que las representaciones sociales
sobre la idea de ser estudiante universitario se articularan con el
sentido pertenencia y el rescate de la vocación crítica de la Universidad,
promoviendo los principios de solidaria orgánica5 que caracterizan al
mundo universitario.
Ser estudiante universitario es un compromiso ineludible con la
sociedad, en el sentido que nos formamos para buscar el bien de
la sociedad. Y estudiar en una universidad pública significa esa
responsabilidad y conciencia de comprender lo público, como un
espacio de disputa y tensiones entre las y los actores6.
Esta relación dicotómica y antagónica de ser estudiante fue de suma
importancia en los momentos en los cuales la lucha estudiantil se nutrió
de experiencias de resistencia popular, como las del Movimiento Indígena
y el Movimiento Garífuna, y la manera en que estas organizaciones
4. Entrevista realizada a estudiante de Pedagogía, militante de la Organización Política de Pedagogía,
Tegucigalpa, 2018.
5. Para Emile Durkheim la solidaridad orgánica es comprendida como un proceso de interdependencia
y cohesión social entre los individuos en una sociedad. Durkheim, Emile, La División del Trabajo
Social, primera edición, Buenos Aires, Editorial Gorla, 2008, p, 263.
6. Entrevista realizada a estudiante de la Asociación de Estudiantes de Ingeniería Industrial, 2018.
24
de nutrieron del proceso de lucha estudiantil en la UNAH. Esta
relación implicó rupturas de carácter generacional y vivencial, que se
manifestaron en episodios de la lucha estudiantil que retrataron la idea
que ser estudiante universitario va más allá de participar en el proceso de
enseñanza y aprendizaje.
A medida fui viendo los problemas de la Universidad me di
cuenta de que el ser estudiante iba más allá de ir a clases, sino de
comprenderme como sujeto histórico y como historia dentro de la
Universidad. Es pensar en el pueblo y en todas las circunstancias
que acontecen en el país y ver como desde la Universidad se puede
contribuir a ese cambio. Entonces ser estudiante universitario
implica una participación política y académica en la Universidad
Pública7.
Esta representación es inherente a la idea de que el estudiantado
cuando se sitúan como sujetos históricos y portadores de historia
acumulada, determinada por la acumulación de capitales culturales,
conllevan a que el sentido de la representación se objetive en procesos de
lucha social que encadenan una serie de significaciones y conocimientos
que tienen como objetivo disputar la visión del mundo desde el campo
universitario, con los actores dominantes en dicho campo.
7. Extracto de grupo focal #2, valoración expresada por estudiante de Letras, 2018.
25
que siempre debe de estar en defensa de la autonomía y educación
pública para que las futuras generaciones puedan ingresar sin
muchos problemas8.
Las representaciones sociales no son construcciones simbólicas
pasivas, son construcciones que muestran el carácter dialéctico y
antagónico de la realidad social, generadas desde el espacio de relaciones
en donde el estudiantado recrea y objetivan su visión del mundo.
Es precisamente ese campo de representación crítico sobre el objeto
representado, lo que conllevó a que las y los estudiantes pusieran en
cuestión la idea de Universidad Pública.
Y para mí estudiar en la Universidad Pública es sinónimo de
responsabilidad con la defensa de la educación pública, y puedo
decirte que al ver que las autoridades quieren quitarme el derecho a
la Universidad también quieren quitar mis sueños, y es algo que yo
no lo puedo permitir, al menos no podría permitirlo sin hacer nada,
sin batallar, porque detrás de mí vienen mis hermanas y otra gente
que va a entrar a la Universidad. Y si privatizan la Universidad, qué
le voy a decir yo a mis hermanas, qué hice yo para detener eso9.
Alrededor del conflicto universitario la disputa simbólica por
representar la Universidad Pública se generó alrededor de una serie
de tensiones entre los estudiantes y las autoridades, los cuales tuvieron
miradas diferenciadas sobre dicha representación. Las y los estudiantes
lo representaron en los siguientes términos:
La praxis de Universidad Pública no existe, vemos una universidad
militarizada (guardia privada), se prohíbe el arte, la cultura y la libre
expresión de los estudiantes. La Universidad Pública tiene que velar
por la gestión de la cultura y no reprimirla, sino potencializarle hacia
la sociedad. En lo económico vemos que la Universidad sirve para
reproducir las desigualdades de clases, vemos una elitización de
la cultura y las diferencias antagónicas de clases gestada desde las
mismas autoridades10.
En los años del conflicto las autoridades universitarias vertieron una
serie de declaraciones que dan pista para comprender la representación
8. Entrevista realizada a estudiante criminalizado de Sociología, 2018.
9. Entrevista realizada a estudiante de la Asociación de Carrera de Letras, 2016.
10. Extracto de grupo focal, valoración expresada por estudiante de Economía, 2018.
26
social que desde este sector se construyó sobre la concepción de
Universidad y la problemática universitaria:
La Universidad no es de los estudiantes, no es de ellos como dicen,
y que pueden hacer lo que ellos creen porque creen que no hay leyes
ni reglamentos11. […] Adentro del campus no hay acciones de fuerza
por parte de las autoridades, excepto por los estudiantes o de los
encapuchados y no se criminaliza la protesta, el estudiante tiene
derecho a protestar, lo que la universidad hace, es que cuando hay
destrucción de bienes es ir al Ministerio Público (MP) a que venga
hacer una evaluación de los bienes que han destruido12.
En los años de conflicto la disputa política y simbólica sobre la
representación de Universidad Pública entre estudiantes y autoridades
universitarias, develó el carácter antagónico de Universidad (ver capítulo
VI). Lo anterior se manifestó mediante la idea, de que las representa-
ciones son construcciones sociales generadas desde la posición de los
estudiantes en el campo universitario. A lo anterior, Pierre Bourdieu
(2005)13 denominó como Habitus, para referirse a las formas de esque-
mas mentales y corporales de percepción (estructura estructurante)
y apreciación y acción (estructura estructurada) que el estudiantado
moviliza en el campo universitario, producto de la historia social y de la
experiencia acumulada del estudiante.
Desde lo que yo he aprendido y consultado es que la Universidad
es un cosmos social donde se da la disputa entre dos actores
entorno a la Reforma Universitaria. El sector que impulsa una
reforma neoconservadora y el sector que impulsa una reforma de la
universidad pública, en donde la última implica un repudio hacia la
militarización, criminalización y el abuso de poder14.
Uno de los principales aportes del Movimiento Estudiantil al debate
sobre la Universidad Pública, fue haber puesto en discusión la idea que
la UNAH como sistema simbólico es un instrumento de conocimiento,
como también un instrumento de dominación. Esta disputa simbólica de
11. Expresión de la Rectora Julieta Castellanos, en programa de Televicentro (TVC), 14 de julio del 2015
12. Expresión de la Rectora Julieta Castellanos sobre las tomas en la UNAH, en Foro Canal 10, junio de 2016.
13. Bourdieu, Pierre y Wacquant, Loic, Una invitación a la Sociología Reflexiva, primera edición,
Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2005, p, 186-188.
14. Entrevista realizada a estudiante de la Asociación de Carrera de Medicina, 2018.
27
la Universidad se manifestó alrededor de una serie de capitales culturales
que las y los estudiantes movilizaron en el campo universitario y que
durante el conflicto les permitió transformar la correlación de fuerzas y
movilizar a la comunidad universitaria en la defensa de la universidad y
educación pública (ver capítulo V).
28
Capítulo I
15. Brunner, Joaquín. Transformaciones de la universidad pública. Revista De Sociología, (19), 31–49, 2005.
16. Jarcia, Jorge, La universidad pública: autonomía y democracia. Convergencia, Revista de Ciencias
Sociales, No. 51, 2009, Universidad Autónoma del Estado de México.
17. Tünnermann Bernheim, Carlos, Noventa años de la Reforma Universitaria de Córdoba: 1918-2008.
– 1ª ed. – Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales – CLACSO, 2008, p, 135.
29
la gratuidad absoluta de la enseñanza superior como un imperativo
de justicia social y una estrategia de gran alcance para promover el
desarrollo de la sociedad.
La UNAH desde la década de los 80 entró en una crisis de largo
aliento producto del control que mantuvo la derecha vinculada al Partido
Nacional (PN), a través del Frente Unido Universitario Democrático
(FUUD). Lo anterior se dio en un contexto marcado por el reflujo de
los históricos frentes estudiantiles con vínculos a la izquierda, Frente de
Reforma Universitaria (FRU) y la Fuerza Universitaria Revolucionaria
(FUR), los cuales mostraron poca capacidad de respuesta y propuesta
ante la hegemonía de la derecha y en reiteradas ocasiones sellaron alianzas
con el FUUD para mantener cuotas de poder en el campo universitario.
Ante la crisis, en el 2004 el Congreso Nacional (CN) intervino la
UNAH. En esa dirección surge la CRU, que, en palabras de la exvice-
rrectora académica de la UNAH, la Dra. Rutilia Calderón, le permitió a
la UNAH establecer un norte claro alrededor de un proceso de reforma
estructural de la UNAH18. La CRU se desarrolló alrededor de dos gran-
des fases.
La primera fase comprendida del 2000-2004. En ese momento
fungía como rectora la doctora Ana Belén Castillo, quien constituyó la
Comisión Técnica de la Cuarta Reforma Universitaria. Esta Comisión,
luego de un diagnóstico de la situación universitaria identificó las áreas
prioritarias en las cuales se deberían de focalizar para darle respuesta a la
crisis de la UNAH. Entre ellas19: crisis de gobernabilidad, debido a la falta
de modernización administrativa que diera paso a la consolidación de
un nuevo modelo de gestión institucional; crisis política, representada en
las malas prácticas de los frentes estudiantiles y docentes en los órganos
de gobierno universitario; crisis académica, que se caracterizaba por el
limitado avance en el fortalecimiento de la docencia, investigación y la
extensión universitaria.
La segunda fase comprendida del 2005-2008. El 2006 el Congreso
Nacional (CN), estableció la Comisión de Transición, a la cual se le
exhortó impulsar la Reforma de la UNAH en las siguientes dimensiones:
18. Periódico Presencia Universitaria, edición especial 02, Tegucigalpa, Honduras, 2012, p, 13.
19. Comisión de la IV Reforma. Lineamientos generales de la IV Reforma Universitaria. Ciudad
Universitaria, 15 de octubre de 2000.
30
la reforma jurídica, la administrativa y financiera, la organizativa y
política y la académica 20. Con la aprobación de la Ley Orgánica comienza
el desarrollo de la reforma institucional de la UNAH, para promover la
organización de una nueva estructura universitaria y la instalación de
un nuevo gobierno universitario. Por su parte, la reforma administrativa
tenía como objetivo lograr un uso eficiente de los recursos y la creación
de una serie de direcciones y secretarías para flexibilizar el quehacer
organizativo de la Universidad y lograr un mejor desarrollo institucional
y académico. Por último, la reforma académica, con la promoción de un
nuevo modelo educativo orientado a renovar el quehacer académico de
la Universidad, mediante el fortalecimiento y vinculación de la docencia,
investigación y extensión universitaria21.
Una de las principales hipótesis que se desarrollarán en el segundo
tomo de esta edición, es que la CRU es de naturaleza mercantilista,
autócrata, tecnócrata, y en el fondo desnaturaliza la idea de Universidad
Pública y de Reforma universitaria. De ahí que las demandas del
Movimiento Estudiantil alrededor de la educación pública, educación
de calidad, vocación política y crítica de la UNAH hacia los problemas
estructurales de país, organización y participación estudiantil y
democratización universitaria, hayan encontrado legitimidad en la
comunidad universitaria y resistencia entre las autoridades universitarias,
en más de diez años de lucha estudiantil.
Alrededor del proceso de Reforma Universitaria en la UNAH, lo
que se puso en marcha fue un proceso de Contrarreforma Universitaria.
La Contrarreforma Universitaria es definida por Jorge Lora y Cristina
Guerrero (2009)22 como un proceso de desnaturalización de la universidad
pública, como espacio democrático en el cual se forja la conciencia
crítica de la ciudadanía y se responde desde la ciencia, el arte, la técnica
20. Para una mayor indagación véase: Comisión de la IV Reforma. Lineamientos generales de la
IV Reforma Universitaria. Ciudad Universitaria, 15 de octubre de 2000. Comisión de Transición
Universitaria. Plan General para la Reforma Integral de la Universidad. Ciudad Universitaria, 2005.
Comisión de Transición. Estado actual de la Reforma Universitaria. Fascículo 1 de la serie «El camino
de la Reforma Universitaria». Ciudad Universitaria, Tegucigalpa, Honduras, febrero, 2007
21. Véase, Comisión de Transición Universitaria. Plan General para la Reforma Integral de la Universidad.
Ciudad Universitaria, 2005. Posas, Mario. Hitos históricos de la Universidad Nacional Autónoma de
Honduras, Tegucigalpa 2014.
22. Lora, Jorge y Guerrero, Cristina, De la contrarreforma universitaria neoliberal a la resistencia en
América latina, primera edición, Argentina, 2008, capítulo 2.
31
y el pensamiento crítico a las transformaciones de la sociedad. En ese
sentido, las y los actores enfatizan que la Contrarreforma Universitaria
en el marco de las políticas educativas neoliberales se manifiesta en
cuatro direcciones: reforma institucional, reforma laboral, reforma
académica y reforma política. En el caso de la UNAH, para el profesor
Roberto Briceño, la Reforma Universitaria concebida en la perspectiva
de las fuerzas de la globalización neoliberal y los agentes internos que así
la asumen, es unidireccional, autoritaria, excluyente, racionalizada solo
en términos de productivismo académico que resulta de la concepción
de la elección racional, la relación medios fines y costo beneficio por
razón de eficiencia-menor costo mayor productividad 23.
Boaventura de Sousa Santos (2010)24, define la Reforma Universitaria,
como la transformación de la Universidad a fin de prepararla para
responder creativamente a los desafíos del siglo XXI, en cuya definición
participa activamente, las y los actores de la Universidad. De igual forma,
Boaventura de Sousa Santos (2005)25, plantea que la Contrarreforma
Universitaria es de carácter político, académico, administrativo y de
gestión, la cual está conllevando a la Universidad Pública a una serie
de contradicciones: Universidad y Productividad, Universidad y
Comunidad, Universidad y Autonomía.
En el caso de la UNAH la primera contradicción es visible en la línea
que la UNAH ha tomado suyos planteamientos del mundo empresarial,
calidad, eficiencia, eficacia y competitividad, alterando la manera en
que se concibe el desarrollo académico y la formación profesional del
estudiante26. En la segunda contradicción, se refiere al aislamiento que
la Universidad está representando para la comunidad universitaria y
hacia la sociedad. El desarrollo académico no se presenta como proceso
democrático e incluyente, sino de forma normativa y autoritaria, y el
posicionamiento político de la Universidad hacia los temas de sociedad
32
es precario y en la mayoría de las veces, legitimador del orden existente.
Y, la tercera contradicción, es la alteración de la autonomía universitaria,
en el sentido que no se permite la democratización de los espacios, la
libertad de pensamiento, el desarrollo cultural y la participación de los
estudiantes en la vida política del campo universitario.
En esa dirección, la Reforma Institucional promovida desde la Ley
Orgánica conllevó a una centralización política que debilitó la autonomía
institucional de la UNAH, mediante la centralización y control político
que se ejerce desde la Rectoría y la Junta de Dirección Universitaria
(JDU). Este control ha sido evidente en la forma en la cual desde Rectoría
y la JDU se elegían decanos, directores de centro regional, coordinadores
de carrera y docentes, al margen de los requerimientos meritocráticos
correspondientes27. En esa línea, los ejemplos más evidentes fueron la
selección de estudiantes ante el Consejo Universitario en el 2013 y la
aprobación de reformas académicas (2012, 2013 y 2014), ambas sin
participación estudiantil legítima (Ver Capítulo II y III).
La Reforma Académica promovida desde el Modelo Educativo de
la UNAH, conllevó al debilitamiento de la autonomía académica de
la UNAH. La Reforma Académica que se empezó a impulsar desde la
Comisión de Transición y retomada posteriormente en la administración
de la exrectora Julieta Castellanos, se asentó desde sus inicios en una
filosofía educativa de carácter mercantilista y excluyente, expresada en
las normas académicas, reforma en los planes de estudio y en los ataques
a la libertad de cátedra28.
Como consecuencia del debilitamiento de la autonomía institucional
y académica, la UNAH entró en un proceso de debilitamiento de su
autonomía universitaria en tres direcciones: militarización del campo
universitario, cierre en los espacios de participación estudiantil y el
distanciamiento ante los problemas estructurales de país. El primero
mediante un fuerte control policial y militar a lo interno de la UNAH,
conllevó a la implementación de prácticas de contrainsurgencia hacia
el liderazgo estudiantil, mediante persecución, control, acoso sexual,
27. Expresión vertida por dirigente sindical en taller participativo del Sindicato de Trabajadores de
la UNAH (SITRAUNAH)y Movimiento Estudiantil. UNAH, julio de 2014.
28. Expresión vertida por Docente de Matemáticas, en reunión entre integrantes de la Asociación
de Docentes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (ADUNAH) y el Movimiento
Estudiantil, UNAH, noviembre del 2015.
33
vigilancia permanente, criminalización y judicialización29. Asimismo,
estas prácticas se desarrollaron hacia lo externo de la UNAH, contra el
liderazgo estudiantil.
El segundo, estuvo relacionado a la negación de las autoridades en el
no reconocimiento de las Asociaciones Estudiantiles de Carrera, Comités
Técnicos de Carrera, Federaciones de Estudiantes, Juntas Directivas
de Facultades y el bloqueo institucional en el desarrollo de elecciones
estudiantiles legítimas 30. Y el tercero, que fue una demanda constante
desde los sectores estudiantiles, que la UNAH jugará un rol propositivo
y activo alrededor de los grandes temas y problemas estructurales de
país a través de la generación de conocimiento para la transformación
nacional.
En definitiva, la CRU presenta las características de acercarse a un
proceso que tiene como objetivo la constitución de un modelo de «Uni-
versidad Empresa o Corporativa», dejando a su paso lesiones profundas
al sentido público de la universidad, tales como: la criminalización de la
protesta estudiantil, el centralismo político, reforma académica, dirigida
por técnicos universitarios, alianzas públicas y privadas entre la UNAH
y el sector financiero, investigación científica que no permite la apre-
hensión de la realidad social (bajo enfoques críticos), formación de un
estudiante con habilidades técnicas para insertarse al mundo laboral, en
detrimento de la educación con sentido filosófico y liberador.
Lo anterior generó una serie de tensiones en el campo universitario,
especialmente entre dos actores: autoridades y estudiantes. En ese
contexto, se sitúa políticamente la reconfiguración del tejido social
organizativo estudiantil alrededor de la emergencia de nuevos actores
estudiantes promotores de la organización y conformación del nuevo
movimiento estudiantil.
34
medidas académicas que suscitaron malestar en los sectores estudiantiles:
i) el examen de admisión, ii) la creación de un nuevo plan de arbitrios
y, iii) la ausencia de participación estudiantil en los nuevos órganos de
Gobierno establecidos en la Ley Orgánica.
Para las organizaciones estudiantiles, el Examen de Admisión,
conocido como Prueba de Actitud Académica (PAA), implicaba un
proceso de mercantilización de la educación pública y de exclusión
de los sectores populares, ya que se concibió como un instrumento de
selección que no evalúa capacidades, sino rendimientos. Desde la mirada
del sector estudiantil, se consideró dicho examen como un mecanismo
que no reconocía las particularidades del sistema educativo público
nacional, lo que se tradujo en que las y los estudiantes que se sometían al
examen no tuvieran los conocimientos necesarios, especialmente los que
provenían de la escuela pública y del área rural.
En relación al Plan de Arbitrios, se manifestó la intención de las
autoridades en aumentar el precio a la matrícula, cobro de laboratorios,
uso de parqueo, entre otros temas, que en el fondo profundizaban los
procesos de mercantilización y privatización de la educación. Por su parte,
la participación estudiantil, uno de los principales posicionamientos, fue
la desaparición de la paridad estudiantil y la instauración de un nuevo
sistema de representación estudiantil en el Consejo Universitario, en el
cual maestros y autoridades se imponen en un 66% sobre la comunidad
estudiantil31.
Esas medidas motivaron el desarrollo de procesos organizativos,
centrándose en un primer momento UNAH-VS. En UNAH-CU,
durante este período lo relacionado a la organización estudiantil
apareció desapercibido, ante el debilitamiento de los históricos frentes
estudiantiles: FUR y FRU. El primer espacio organizativo estudiantil que
se constituyó para hacerle frente a la Contrarreforma Universitaria fue la
Federación de Estudiantes Universitarios de UNAH-VS (FAE), integrada
por distintas asociaciones de carrera que se organizaron en la lucha por
la defensa de la educación pública y la democratización de la UNAH,
respaldando su accionar organizativo alrededor de lo establecido en la
35
Ley Orgánica32, en relación a los espacios de organización del gobierno y
cogobierno universitario.
Este modelo de organización estudiantil promovido desde la FAE,
presentó las siguientes características: políticamente, increpó y superó
a los históricos frentes estudiantiles, considerados por los sectores del
nuevo movimiento estudiantil cómplices de la crisis en la cual la UNAH
se vio inmersa en las últimas décadas. Organizativamente, priorizó el
método asambleario como la herramienta principal para la toma de
decisiones colectivas. La recuperación de las plazas universitarias fue
uno de los principales mecanismos de politización, donde se debatió la
dirección política estratégica y las principales demandas del movimiento
estudiantil. Ideológicamente, el discurso se asentó en una narrativa
subalterna que reivindicó lo público como un bien común y, por tanto,
la educación como instrumento de liberación al servicio de los sectores
excluidos y de la sociedad.
La experiencia de la FAE, fue el modelo de organización estudiantil
que posteriormente se replicó en Ciudad Universitaria (CU) y en los
demás Centros Regionales de la UNAH, bajo la figura organizativa y
política de las asociaciones de estudiantes de carrera y las juntas directivas
de facultad y centros regionales.
En ese marco de Contrarreforma Universitaria y reorganización del
movimiento estudiantil, surgen nuevos actores sociales estudiantiles
que alrededor de una serie de elementos políticos y culturales sentarían
los cimientos del nuevo movimiento estudiantil. Estos nuevos actores
sociales se caracterizaron por una serie de elementos, que a lo largo
de este libro se presentan alrededor del abordaje conceptual del
movimiento estudiantil desde el enfoque de los nuevos movimientos
sociales, expuesto por José María Aranda. Como también, el marco
conceptual propuesto por Pierre Bourdieu, alrededor del capital cultural
en sus diversas formas y estados: Estado interiorizado o incorporado,
en Estado objetivado y en Estado institucionalizado, con el objetivo de
aproximarnos al perfil cultural del liderazgo estudiantil que estuvieron
detrás de la conformación del movimiento estudiantil y en la lucha por
la defensa de la universidad y educación pública.
32. Bourdieu, Pierre, Poder, Derecho y Clases Sociales, segunda edición, España, Editorial Desclée de
Brouwer, 2000, pp. 131-164.
36
Para José Aranda (2000)33 el movimiento estudiantil es considerado
como una colectividad de juventudes que promueve alrededor de su
acción colectiva dos tipos de demanda: de carácter gremial y de carácter
sociopolítico. La primera se refiere a la defensa de la educación pública
y la democratización del espacio universitario en su visión más amplia e
integradora: cultural, artística, científica, pensamiento crítico, académica
y técnica. La segunda, impugna al Estado, en la medida que cuestiona
y demanda el uso de recursos y condiciones manejadas por el Estado
para el desarrollo de la educación pública universitaria y el óptimo
funcionamiento de la universidad pública.
Retomando los aportes de Aranda, el movimiento estudiantil presen-
ta las siguientes características: conformación y organización, identidad
e ideología, demandas y desempeño. Alrededor de la experiencia de la
UNAH-VS y posteriormente en la conformación del movimiento estu-
diantil en CU y los Centros Regionales, la conformación se caracterizó
por ser un movimiento compuesto de masas de jóvenes en su mayoría
pertenecientes a las clases populares y clases medias, con participación
previa en las luchas estudiantiles de educación media y en diversos es-
pacios del movimiento social y popular (obrero, ambientalista, mujeres
y feministas), organizaciones barriales y colectivos de partidos políticos
con tendencia de izquierda y progresista.
En cuanto a su organización, el movimiento estudiantil se caracterizó
porque logró un alto nivel organizativo, debido a su articulación en
dos niveles básicos: se constituyó la asamblea general como máxima
autoridad del movimiento, en la cual se encuentran representados todas
y todos los participantes y otros se integra el nivel de las asambleas por
asociaciones y organizaciones estudiantiles. Ambos se producen por
medio de procedimientos democráticos, garantizando que los intereses
colectivos estarían por encima de cualquier interés particular y también,
la posibilidad de analizar las decisiones estratégicas y autocorregir el
rumbo. La base de la organización radicó en prácticas de democracia
directa, promoviendo el principio de la división del trabajo y la
participación comprometida de todos las y los integrantes.
33. Aranda Sánchez, José, El Movimiento Estudiantil y la Teoría de los Movimientos Sociales. Revista
de Ciencias Sociales, vol. 7, No. 21, enero-abril, 2000. Universidad Autónoma del Estado de México
Toluca, México
37
En relación a la identidad, entendida esta como un elemento integra-
dor de los movimientos sociales, en la medida que expresa la definición y
autorreconocimiento del actor, así como su diferenciación. Partiendo de
la experiencia de la UNAH-VS, la identidad fue visible en la forma en la
cual el estudiantado se vinculaba entre sí por problemas generacionales
que se encontraban muy presentes en el campo universitario (ausencia
de participación política, dominación, explotación, exclusión, desigual-
dades, violencia). En ese sentido, la lucha estudiantil estuvo determinada
por la forma en la cual el sector estudiantil se vinculaba con su entorno
social.
Por otro lado, la hostilidad del contexto social conllevó a la
conformación de lazos de solidaridad y confianza entre el sector
estudiantil, ofreciendo desde sus inicios una fuerte cultura de resistencia,
ante la fragmentación, individualismo y el egoísmo que reproduce la
universidad y la educación neoliberal. Uno de los espacios donde el
movimiento estudiantil logró fortalecer su identidad fue en la asamblea,
considerada como el espacio idóneo para el desarrollo del comunitarismo
donde pueden convivir jóvenes de las diversas adscripciones culturales
y de clases, fusionados en torno a las demandas fundamentales. Lo
anterior conllevó a importantes rupturas generacionales en el terreno de
la política, que persigue un cambio de valores y estilos de vida, así como
la defensa de la Universidad como comunidad y espacio público.
Por último, el desempeño del movimiento estudiantil alrededor del
cual se puede analizar su alcance y limitación. El movimiento estudiantil
fue un detonador del descontento y multiplicador de otros movimientos,
ya que tuvo la capacidad de provocar, entusiasmar y motivar la
movilización de obreros y otros sectores, y se va dando un acercamiento
con el pueblo y sus luchas, así que contribuye a la politización de la
sociedad. Desde sus inicios el movimiento estudiantil contó con el
respaldo y acompañamiento de una diversidad de movimientos sociales
y populares y organizaciones, que en los momentos coyunturales más
decisivos de la conflictividad universitaria logró articular y movilizar
(ver Capítulo IV).
Las características del movimiento estudiantil dan pistas importantes
para comprender sus inicios y la dinámica organizativa y política detrás
de las primeras luchas estudiantiles que se suscitaron en UNAH-VS
38
en el ciclo del 2006-2008. Lo anterior es importante para comprender
la identidad e ideología del nuevo movimiento estudiantil que se
consolidaría en los años posteriores. En este libro se busca ir más allá
y es de intereses adentrarnos al análisis sociocultural de las personas
que participaron de estos procesos, fungiendo como los intelectuales
orgánicos del mismo, con el objetivo de conocer sus motivaciones
alrededor del proceso de lucha estudiantil en la UNAH.
Desde la experiencia de organización estudiantil en la UNAH-VS, se
evidencia que las y los estudiantes eran portadores de tres tipos de capital
cultural: en estado interiorizado o incorporado, en estado objetivado y en
estado institucionalizado34. Para Pierre Bourdieu (2009)35, la Universidad
es un campo universitario y un espacio social de acción e influencia en el
que confluyen distintos agentes sociales en una red de relaciones objetivas
y diferenciadas. El capital cultural nos permite comprender la dinámica
de las relaciones sociales, haciendo énfasis en la inscripción histórica de
las y los estudiantes en el campo universitario, las dimensiones en las que
se presenta el conflicto que resulta de la posición que ocupan los agentes y
la dotación de poder de los agentes que representan dicho campo.
En el caso de los agentes estudiantiles, el capital cultural incorporado
permite conocer las prácticas específicas (culturales, académicas,
sociales, entre otras) de las y los estudiantes, promovidas desde el
entorno familiar, los núcleos sociales de origen y la condición de clase.
En el primer ciclo de lucha estudiantil, las y los estudiantes provenían
de la escuela y colegio público y contaban con una herencia familiar y
cultural acumulada importante, ya que eran hijos e hijas de dirigentes
obreros con amplia trayectoria en organizaciones políticas de izquierda
y sindicatos. Asimismo, las y los estudiantes fueron dirigentes y
simpatizantes de las luchas en defensa de la educación pública del sector
media, en el marco de las reformas educativas neoliberales impulsadas
en el 2000 en el Gobierno de Ricardo Maduro.
El capital cultural objetivado, nos permite comprender cómo juega
la posesión de bienes materiales con los que cuentan los estudiantes, pues
se traducen en condiciones favorables para los estudios universitarios
34. Bourdieu, Pierre, Poder, Derecho y Clases Sociales, segunda edición, España, Editorial Desclée de
Brouwer, 2000, p, 131-164.
35. Bourdieu, Pierre, Homo academicus, Argentina, Editorial Siglo XXI, 2008, p, 176.
39
y es tangible por el cambio generacional, acceso a información,
educación y formación política. En relación al cambio generacional, las
y los estudiantes forjaron su identidad política de juventud universitaria
alejadas de las prácticas políticas partidistas tradicionales que promovían
el clientelismo, centralismo y autoritarismo, aspecto que marcó la
dinámica política del movimiento estudiantil antes de la CRU. De
igual forma, el cambio generacional permitió el surgimiento de nuevas
subjetividades políticas arraigadas al feminismo y al indigenismo,
como motores ideológicos de cambio y transformación en el campo
universitario.
Lo anterior le permitió al sector estudiantil potenciar su identidad
política, politizar el campo universitario y construir ciudadanía
universitaria. Sobre estos elementos la lucha estudiantil construyó un
discurso subversivo alrededor de elementos académicos y políticos que
pusieron en cuestión aspectos como la reforma institucional, reforma
académica y reforma política en la UNAH. En conclusión, las y los
estudiantes portadores de capital objetivado fueron agentes pensantes y
cuestionadores, que no se conformaron con los discursos ideológicos,
sino que se prepararon para descubrir la verdad y a la vez construyeron
su propia certeza para avanzar en su desarrollo profesional y crecimiento
político en el campo universitario.
Y, por último, el capital cultural institucionalizado, que se traduce
en forma de certificados, pero también de trayectorias institucionales
(modalidades escolares por las que el estudiantado ha transitado)
entre otras cuestiones asociadas a la vida escolar de los agentes. Desde
sus comienzos el sector estudiantil se disputó con las autoridades una
forma de conocimiento político, que, como tal, no fue reconocido por
dicho sector. En esa dirección y en perspectiva de campo universitario
se entró en una disputa de capitales culturales, alrededor de discursos
y posicionamientos diferenciados, determinado por la posición de los
agentes en dicho campo.
La entrada en juego y disputa de capitales diferenciados conllevó
muchas veces a que las autoridades universitarias discriminaran las
demandas y posicionamientos del sector estudiantil, considerándoles
agentes sin capacidad de crear discursos y planteamientos, es decir, no se
le reconoció su capital cultural y su condición histórica de sujetos.
40
La lucha estudiantil en la UNAH, desde sus inicios fue producto
de construcciones históricas y culturales que el estudiantado ha
interiorizado y construido desde sus espacios familiares, sociales,
políticos y educativos con los cuales han tenido vínculos. La UNAH,
como campo universitario se nos presenta como un campo de
producción cultural, en donde los agentes ponen sus fuerzas en juego
y obtienen beneficios en proporción a su nivel de dominio sobre los
distintos tipos de capital adscritos al campo universitario. Como bien
recuerda David Velazco (2002)36, el mundo universitario es un campo
en el que se enfrentan diversos poderes específicos, que corresponden
a trayectorias sociales y escolares y también a culturas irreductibles y,
en ocasiones, incompatibles.
C. Conclusiones
1. La CRU ha conllevado al desarrollo de una serie de reformas
académicas que ponen en cuestión la naturaleza pública y la
autonomía de la UNAH, generando una serie de tensiones políticas
manifestadas abiertamente en el sector estudiantil organizado. En
ese marco, se situó en UNAH-VS el resurgimiento del movimiento
estudiantil con la organización de las asociaciones de estudiantes de
carrera y de movimientos estudiantiles independientes, alrededor de
la construcción de un nuevo modelo organizativo y político que sería
la base sobre la cual se conformaría el nuevo movimiento estudiantil
universitario.
2. En términos políticos y organizativos, la CRU significó un profundo
ajuste institucional, que transformaría radicalmente el modelo
organizativo de la UNAH. En esa dirección, la participación
estudiantil es concebida bajo un marco normativo e instrumental de
la acción política en el campo universitario, que bajo nuevas reglas
del juego cierra espacios de participación estudiantil y fragmenta
la participación de la comunidad universitaria en el mundo
universitario.
36. Velasco-Yáñez, D, (2002) «Bourdieu y los universitarios». En Renglones, revista del ITESO, núm.51.
Tlaquepaque, Jalisco: ITESO.
41
3. El liderazgo estudiantil que sentó las bases del nuevo movimiento
estudiantil estaba dotado de una serie de capitales culturales, que
cuando entraron en juego y disputa en el campo universitario,
posicionaron un discurso subalterno de clase que situó la educación
pública como bien común y la universidad como campo de disputa
política y simbólica. En esa línea resurge el discurso de la autonomía
universitaria como un valor consagrado en el campo universitario,
el móvil sobre el cual se representaría socialmente la idea de
comunidad estudiantil, la defensa de la educación pública, vocación
crítica y política y la democratización de la UNAH.
42
Capítulo II
37. Briceño, Jiménez Roberto, La Universidad entre fuerzas neoconservadoras y la fuerza emergente
de la transformación democrática y emancipadora, Tegucigalpa, Honduras, 2017.
43
lógica arcaica e impositiva en la que rige la excesiva cuantificación del
sistema administrativo electrónico con su dimensión materializada en el
sistema burocrático, impuesto con abrupta violencia simbólica en las tres
funciones académicas de docencia, investigación y vinculación, dirigido
por el neoconservadurismo de los marcos legales establecidos en las
normas académicas de la IV Reforma».
La UNAH durante la administración de la exrectora Julieta
Castellanos, legitimó en muchas ocasiones el accionar de las
administraciones nacionalistas, en temas referentes a la política
educativa nacional: Ley Fundamental de Educación y el Anteproyecto
de Educación Superior (LES), las cuales atentan contra la educación
pública. De igual forma, la UNAH en su momento legitimó el Plan de
Nación y Visión de País (PN/VP), a través de la política de investigación
científica de la UNAH, promovida desde la Dirección de Investigación
Científica Universitaria (DICU) y, la vinculación Universidad con la
Sociedad, a pesar de que dicho Plan encontró mucha resistencia en
los sectores populares, por ser considerado como una renovación del
modelo neoliberal y sus políticas privatizadoras. Por último, mientras
la sociedad y la comunidad universitaria se movilizaba y se oponía a la
Ley ZEDE y a la reelección de Juan Orlando (JOH), acciones que ponían
en detrimento la soberanía nacional y el Estado de Derecho, desde la
UNAH se guardó total silencio y en su momento se expresó que eran
temas políticos que no eran de interés de la UNAH.
Con el Golpe no solo se pone en evidencia la crisis política que
por más de 30 años atravesaba sistema político, en el marco de la
denominada transición política. En el plano cultural, el Golpe también
pone en evidencia la crisis de hegemonía (valores o de consenso) de las
élites políticas. Antonio Gramsci (2009)38, nos recuerda que la crisis de
hegemonía equivale a decir crisis política y crisis cultural de los bloques
históricos (clases económicas y sistemas ideológicos) que mantenían las
estructuras sociales de la sociedad. La crisis de hegemonía trae consigo
el desarrollo de nuevos bloques históricos que buscan la instauración de
un nuevo orden social, mediante un nuevo consenso ético y político, en
el cual el sistema educativo juega un papel importante.
38. Gramsci, Antonio, Cuadernos de la cárcel, tomo 1, primera edición, México, Editorial Era 1981, p. 121.
44
Ese nuevo orden social promueve la creación de una nueva clase
económica y política que para mantener la hegemonía (consenso, poder
y orden), desarrolló una serie de estrategias políticas (policía militar,
control de los poderes del Estado), estrategias económicas (concesión
de territorio, ciudades modelo) y estrategias ideológicas culturales
(fundamentalismo religioso-racional, educación, cultura), para legitimar
en la sociedad sus valores y creencias de clase dominante. Desde la
perspectiva de campo universitario, la nueva hegemonía cultural se
sustentó alrededor de tres elementos claves: i) El Plan de Nación y
Visión de País (PN/VP), ii) Ley Fundamental de Educación y, iii) los
intentos de aprobación de la Ley de Educación Superior (LES). Aquí nos
enfocaremos en el PN/VP y sus impactos en la reforma educativa pública
nacional.
Un primer elemento puntualizar, es que el PN/VP no priorizó el
desarrollo de la escuela pública y de la universidad pública, aunque no
desconoce que la educación juega un rol importante en el desarrollo
económico y social del país. En todo caso, sigue sosteniendo una visión
neoliberal del mundo social alrededor del debilitamiento de lo público
y de la mercantilización de la vida en su máxima expresión. El PN/VP,
siempre fue considerado desde el movimiento social y popular como un
instrumento para capitalizar fondos de la cooperación internacional y
reforzar el dominio de la élite política nacional sobre la sociedad.
Como segundo elemento, es la priorización del desarrollo económico
a través de la formación técnica y profesional. La concepción de desarrollo
económico y social alrededor del PN/VP, gira alrededor de la creencia
occidental de que el desarrollo solo es posible si la empresa privada
mantiene el control sobre los medios de producción y que el Estado solo
puede intervenir en las políticas de desarrollo a través de las alianzas
públicas privadas. La concepción de desarrollo alrededor del PN/VP,
además de su carácter eurocentrista y neoliberal, exige fuertes niveles de
especialización y profesionalización de la mano de obra calificada.
Para Manuel Castells (2004)39, esta visión de desarrollo y sus
impactos en las reformas educativas, son promovidas por la globalización
económica y la economía de producción basada en el conocimiento,
39. Castells, Manuel, La era de la información: economía, sociedad y cultura: La sociedad red, segunda
edición, Madrid, Alianza Editorial, 2000, p. 160-161.
45
siendo una de las grandes apuestas de la política económica detrás PN/
VP. La economía basada en el conocimiento se rige bajo el paradigma
de la técnica y la racionalidad instrumental, la cual según Max Weber
(2009)40, promueve el costo-beneficio por encima de la formación de
valores para la convivencia social y el pleno desarrollo del humano y su
ser, en el marco de un proceso de dominación.
En esa dirección y en el marco de la Ley Fundamental de Educación,
para el sistema público de educación primaria y media, se intentó eliminar
del Currículo Nacional Básico materias como Sociología, Filosofía,
Artes, Historia, entre otras. Asimismo, el paquete de reformas implicaba:
descentralización de los recursos, la eliminación de la matrícula gratis,
eliminación progresiva de los bachilleratos, eliminación de las normales
de profesorado y la extensión de la educación básica de primero a noveno
grado41.
De igual forma, la UNAH experimentó una avalancha de apertura
de técnicos universitarios, que bajo la lógica del mercado fragmentan
el campo académico, a la vez que se forma la mano de obra técnica y
calificada que requiere el mercado laboral, en un contexto de total
desventaja para el estudiante egresado ante la precariedad laboral
de un mercado de trabajo fragmentado y precarizado. La técnica y la
excesiva profesionalización, ponen en evidencia la forma en la cual el
sistema educativo público se rige bajo el paradigma educativo de la
racionalidad instrumental, obviando el debate ético y político alrededor
de la educación, desarrollo y mercado laboral.
Por último, en el PN/VP no se prioriza la investigación científica
para solucionar los problemas estructurales del país. La economía de
la educación basada en la técnica y la profesionalización conlleva a que
las reformas educativas no incentiven el desarrollo de la investigación
científica para darle respuestas a los problemas de la sociedad, y la
creación del sujeto social en total simetría con las visiones y prácticas de
la sociedad de consumo. Como bien enfatiza Zigmunt Bauman (2008)42,
40. Weber, Marx, Economía y Sociedad, segunda edición, México, Fondo de Cultura Económica (FCE), p. 695.
41. L as 10 disp osiciones más p olémicas de la L e y Fundament a l de E ducación,
Diario El Heraldo, abril del 2014. Disponible: https://www.elheraldo.hn/honduras/
las-10-disposiciones-mas-polemicas-de-la-ley-fundamental-de-educacion-AAEH582121
42. Bauman, Zygmunt. Los retos de la Educación en la Modernidad Líquida. Barcelona, España,
Editorial Gedisa, 2008, p. 76.
46
en la sociedad del consumo el individuo es visto como máquina técnica
que las profesiones orientan para legitimar los niveles de desigualdad
social, política, económica y cultural en la sociedad líquida, en el cual el
conocimiento es de uso instantáneo, desechable y con un carácter finito.
Para Pierre Bourdieu (2018)43, las estrategias ideológicas como
estrategias de dominación, en las que se inserta el sistema educativo son
de suma importancia para lograr la hegemonía en la conformación de
los nuevos bloques históricos, ya que en el sistema educativo es donde se
legitiman, interiorizan y reproducen los valores de las clases dirigentes.
De ahí que una de las reformas educativas más serias y profundas del país
(Ley Fundamental de Educación y Anteproyecto de Educación Superior),
hayan sido puestos en marcha en un contexto de reconfiguración de
élites económicas y políticas en el marco del golpe de Estado de 2009.
En conclusión, la reforma educativa que se impulsó en el país en el
marco del Golpe de Estado presentó las siguientes características:
1. No prioriza el fortalecimiento de la escuela y universidad pública
y en su defecto tiende a debilitar su autonomía institucional y
académica, alrededor de la presión que ejerce el mercado sobre los
sistemas educativos.
2. Se prioriza la formación de un ciudadano estudiantil enfrascado en
los valores del mercado (competencia, individualismo) y se soslaya
la formación de un ciudadano estudiantil reflexivo, crítico y con
conciencia de la realidad social.
3. Se debilitó grandemente la política científica en sus diferentes
dimensiones y las políticas de investigación social de la UNAH se
tuvieron que enfocar en dicho marco de políticas, obviando temas
como clases sociales, desigualdades, racismo, patriarcado, economía,
entre otros temas de interés, claves para abrir cause al desarrollo
económico, cultural y social del país.
4. La política educativa siempre tuvo en el horizonte el control
ideológico y cultural de la ciudadanía estudiantil, para legitimar un
nuevo orden social que se fundó en el conservadurismo político,
fundamentalismo religioso y en la economía de mercado. En
43. Bourdieu, Pierre, La Nobleza de Estado, primera edición, Argentina, Siglo Veintiuno Editores,
2013, p. 378.
47
definitiva, la intensión siempre fue desaparecer la conciencia y el
pensamiento crítico en la escuela y en la universidad pública.
Los anteriores elementos desarrollados en este apartado son de suma
importancia para comprender las demandas políticas del movimiento
estudiantil en la UNAH, alrededor del planteamiento de la autonomía
universitaria, Reforma Universitaria y el mandato constitucional que
tiene la UNAH de dirigir el sistema de educación pública. De lo anterior
deriva el hecho, por el cual desde el sector estudiantil siempre se les
demandó a las autoridades un posicionamiento crítico sobre los planes
de desarrollo socioeconómico y la política educativa del Estado, en base
a su mandato constitucional y responsabilidad política con la sociedad.
48
que los neoconservadores establecen la necesidad que el Estado debe de
tener una posición contundente en la política de los planes de estudio,
sistema de evaluación nacional, los promedios y una recuperación de la
tradición occidental en los currículos nacionales.
El julietismo en la UNAH en reiteradas ocasiones increpó al Estado para
que jugara un rol determinante en la política educativa nacional45, a través
del fortalecimiento institucional, presupuesto público y modernización
educativa. Durante la administración de la exrectora Julieta Castellano, la
UNAH se posicionó en una de las principales promotoras/legitimadoras
de la Ley Fundamental de Educación, la LES y el PN/VP. Las autoridades
universitarias fueron más allá y en materia académica, se aperturaron
una serie de posgrados para fortalecer los procesos de política pública en
temas como migración, violencia, paz y seguridad, en el marco de la nueva
construcción de la política educativa nacional.
El julietismo se presentó como un sector que abogó para que el
Estado cumpliera una función en materia educativa, orientada a facilitar
los procesos. Sin embargo, el julietismo no abogó por un Estado con
capacidad política y estratégica alrededor de temas, como la definición
de la política científica, el currículo nacional básico, educación sexual,
una educación basada en derechos humanos, que cerrara las brechas
de exclusión y desigualdades en la sociedad hondureña. Aspectos,
que siguieron siendo definidos alrededor de los intereses privados,
patriarcales, clasistas y racistas que promueve el mercado en un contexto
de políticas educativas neoliberales.
45. Un elemento importante fue la defensa de lo público desde un enfoque de calidad, para mayor
detalle véase: Periódico Vida Universitaria Edición N-02-2016, La Defensa de lo Público: Julieta
Castellanos. Tegucigalpa, Honduras, 2016. Pag.8
46. Gentili, Pablo, Grupos de poder secuestran democracia con argumentos tecnocráticos, Seminario
Internacional de Clacso, Argentina, 2017.
47. Touraine, Alain, La sociedad post-industrial, segunda edición, España, Editorial Ariel, 1978, p.33.
49
autoritarismo tecnócrata, conllevando al desarrollo de una universidad
que promueve un pensamiento único, que ponen en detrimento el deber
ser y el quehacer de la Universidad.
Durante la administración de la exrectora Julieta Castellanos,
el autoritarismo tecnócrata fue notorio alrededor de un positivismo
institucionalizado visible en los siguientes puntos: cantidad de estudiantes
que ingresan y egresan, índice de aprobación, índice de permanencia y
posición en los rankings universitarios.
50
Como bien lo expone Enzo Traverso (2007)50, en las universidades
contemporáneas su función consiste en explicar cómo salvar la
universidad del pensamiento crítico y reducir el conflicto, en detrimento
de la participación de la comunidad universitaria en la construcción de
la universidad. En ese sentido, menciona Norberto Bobbio (1986)51 que
la tecnocracia y la democracia son antitéticas. En el marco de la CRU, la
cuestión pública no se disputa, se gestiona, la discusión académica no
es pertinente, es de calidad, el estudiante no es sujeto, es mercancía, el
pensamiento crítico no se construye, se mutila con procesos judiciales, la
Universidad no se concibe, se impone y la Reforma académica no es cosa
de la comunidad universitaria, es una cuestión de técnicos en sus oficinas.
Bajo esa visión la política, la UNAH se convirtió es un instrumento
de dominación promotora de violencia simbólica. Según Bladimir López
y Lucía Vijil (2017)52, para el julietismo las y los estudiantes que protestan
son vanidosos agentes del cambio social y repartidores de utopías
fracasadas y obsoletas. El julietismo no solo carece de imaginación
sociológica, también es un heredero huérfano de la realidad histórica de
la universidad latinoamericana. Aunque en diversas ocasiones, se arropó
bajo los discursos reformistas del Manifiesto de Córdoba y en la gesta del
estudiantado hondureño que conquistaron la Autonomía Universitaria
y que impulsaron un genuino proceso de Reforma Universitaria en la
década de los 60 y 70 del siglo XX. ¡Su retórica académica a menudo
despolitiza la historia de la UNAH!
C. Conclusiones
1. Los intereses de la élite del poder se vieron reflejados en el sector
dirigente de la Universidad, en un contexto de contrarreforma
educativa nacional en la cual la UNAH estaba llamada a alzar su
voz y proponer un cambio radical en el modelo educativo. La
UNAH, no solo legitimó la contrarreforma educativa, sino que
puso a disposición el capital científico y académico de la comunidad
50. Traverso, Enzo, El intelectual crítico no ha muerto, revista Nueva Sociedad No 245, mayo-junio
de 2013, p. 55-58.
51. Bobbio, Norberto, El futuro de la Democracia, primera edición, México, Fondo de Cultura Económica,
1986, p.26-27.
52. López, Bladimir y Vijil, Lucía, Entre barbas y colochos: El Julietismo contra la UNAH, Diario Criterio.
hn, Honduras, julio, 2017. Disponible en: https://criterio.hn/barbas-colochos-julietismo-la-universidad/
51
universitaria para legitimar la ideología de clase de la élite alrededor
del PN/VP, a través de las líneas de investigación científica, reforma
académica y los programas de vinculación de UNAH-Sociedad.
2. El julietismo, si bien no puede ser considerado como un bloque
histórico, tuvo la capacidad de movilizar el capital político y capital
simbólico de la UNAH para promover su ideología de fracción de
clase. Es por lo que el julietismo puede ser considerado, como la
apuesta de un proyecto político nacional para la toma del poder, que
se vio afectado por la lucha estudiantil de la UNAH. En esa dirección,
a la exrectora Julieta Castellanos se le perfiló como candidata
presidencial, lo cual, incluso, generó un señalamiento fuerte desde
Ricardo Álvarez53, en ese entonces, designado presidencial del
Partido Nacional (PN).
3. El julietismo fue considerado por la élite del poder como un aliado
táctico y estratégico, que desde la academia se posicionó y logró
construir legitimidad en la sociedad hondureña, posteriormente
golpeada por la conflictividad en la UNAH. Asimismo, la élite del
poder siempre recurrió al julietismo en temas de realidad nacional,
como ser: seguridad pública, migración, militarización y educación.
No tratamos de poner en cuestión la utilidad social y política de dichas
acciones, tratamos de problematizar la forma en la cual el campo
universitario tuvo nexos íntimos con el campo político nacional,
alrededor de la fortaleza del Estado que promovió el julietismo y
la visión romántica del cambio, que esta fracción de clase trató de
posicionar y movilizar en el campo político hondureño.
53. «Julieta Castellanos es maquiavélica y quiere aprovecharse del Partido Nacional para postu-
larse a la presidencia», Periódico Criterio.hn, Honduras, 2016. Disponible en: https://criterio.hn/
julieta-castellanos-maquiavelica-quiere-aprovecharse-del-partido-nacional-postularse-la-presidencia/
52
Capítulo III
54. Touraine, Alain, La sociedad post-industrial, segunda edición, España, Editorial Ariel, 1978, p.67.
55. Bonavena, P. y Millán, M. (Eds.). Los ‘68 latinoamericanos: Movimientos estudiantiles, política y
cultura en México, Brasil, Uruguay, Chile, Argentina y Colombia. Ciudad Autónoma de Buenos Aires
: CLACSO : Instituto de Investigaciones Gino Germani. (Colección IIGG-CLACSO), 2018, p. 15-18.
53
Para el 2010 en UNAH-CU y UNAH-VS, las y los integrantes
del movimiento estudiantil provienen del movimiento estudiantil
de secundaria, de las organizaciones de barrios, grupos de jóvenes
progresistas de la iglesia católica, integrantes de barras de fútbol y
militantes de organizaciones políticas de izquierda. Para Bladimir López
(2018)56 luego del golpe de Estado la crisis política de país generó un
movimiento político cultural que impactó en la subjetividad de las
juventudes y en la forma en que interpretaron la sociedad, la educación,
la universidad, la democracia y la manera en que esos elementos se
objetivaron hasta el punto de que los estudiantes tomaran posiciones
políticas y participaran de luchas sociales. Retomando los planteamientos
Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron (2009)57, el estudiantado es
heredero de cultura, la cual proviene de un origen social determinado,
que condiciona implícitamente la vida del estudiante y su participación
política en el campo universitario.
Poco se ha reflexionado en el país sobre las implicaciones culturales
del golpe de Estado del 2009 y el fraude electoral del 2013 en las juventudes
hondureñas, con el objetivo de dar cuenta del cambio ideológico
generacional y en el surgimiento de nuevas luchas sociales, como el
combate a la corrupción, feministas, ambientalistas y estudiantiles58.
Esta generación se autodenomina los hijos y las hijas del Golpe, que
en el marco de la noción de juventudes crearon un nuevo imaginario
político-cultural, forjando una identidad subalterna alrededor de una
serie de representaciones sociales (Ver la Introducción). En ese sentido,
como bien lo puntualiza Terry Eaglaton (2017)59, el golpe de Estado
nos recuerda que la cultura no siempre es un instrumento del poder.
También se representa como un instrumento de resistencia.
Alrededor de ese instrumento de resistencia, la lucha estudiantil
se presentó como una construcción histórica determinada por los
contextos sociales donde los agentes estudiantiles construyeron su
56. Bladimir, López, La lucha estudiantil en la defensa de la educación y universidad en la UNAH, en
el período del 2010 al 2016, tesis de pregrado en la Carrera de Sociología (sin publicar), Tegucigalpa,
Honduras, 2017, p.45.
57. Bourdieu, Pierre y Passeron, Jean-Claude, Los herederos: los estudiantes y la cultura, segunda
edición, Argentina, Siglo XXI Editores, 2009, p. 68.
58. Una aproximación al tema se puede encontrar en el libro del profesor Eugenio Sosa, La Dinámica
de la Protesta Social en Honduras, Tegucigalpa, Editorial Guaymuras, 2013.
59. Eaglaton, Terry, Cultura, Barcelona, España, Editorial Taurus, 2017, p.45.
54
realidad y se disputaron con las fuerzas dominantes el poder y la visión
del mundo. Como bien lo establece Pierre Bourdieu (2011)60, en los
campos sociales los agentes realizan sus manifestaciones políticas, a
través del Habitus, el cual se presenta como estructura estructurada
(acondicionada históricamente) y estructura estructurante (visión
y representación del mundo simbólico y material). Es decir, que
alrededor de las luchas estudiantiles hay lenguajes que construyen el
espacio social y organizan las prácticas y representaciones de las y los
estudiantes, desde sus vivencias, experiencias e historia acumulada,
conllevando a la construcción de narrativas y símbolos (capital
simbólico) con capacidad de movilizar a las masas en coyunturas
históricas determinadas (capital social).
La relación entre representaciones sociales y capital cultural es clave
para comprender que el campo universitario fue representado por los
estudiantes como un campo político y por consiguiente un campo de
poder. Retomando los planteamientos de Pierre Bourdieu (2002)61,
podemos establecer que en ese momento histórico los estudiantes
universitarios en el campo universitario sostuvieron, no solo relaciones
de competencia, sino también relaciones de complementariedad
funcional, de modo que cada uno de los estudiantes y organizaciones
estudiantiles que formaron parte de dicho campo, debe una parte más
o menos grande de sus características a la posición que ocupa en este
sistema de posiciones y de oposiciones.
Comprender el campo universitario, como un sistema de posiciones
y de oposiciones es la clave para comprenderlo como un campo político.
El campo universitario no es apolítico y una arena neutral como muchas
veces manifestaron las autoridades universitarias, debido a que dicho
campo está constituido por fuerzas biopolíticas, que como bien recuerda
Michell Foucault (2013)62 impactan en el cuerpo del sujeto social,
traduciéndose en praxis política con capacidad de disputarle el poder al
orden hegemónico.
60. Bourdieu, Pierre, Capital cultural, escuela y espacio social, quinta edición, México, Siglo XXI
Editores, 2011, p. 86.
61. Bourdieu, Pierre, Campo de poder, campo intelectual, Francia, Editorial Montressor, 1980, p. 37.
62. Foucault, Michel, Microfísica del poder, México, Siglo XXI Editores, 2013, p.145.
55
En ese sentido, como menciona Palomino, Gallego y Londoño
(2014)63, la participación política de las juventudes se relaciona con la
creación de dinámicas y acciones alternativas relacionadas con prácticas
políticas en distintos espacios de decisión y expresión, mediante redes y
movimientos grupales que no solo influyen en la conformación de sus
subjetividades, sino en la forma en que las y los sujetos se reconocen
socialmente y en la transformación de su contexto. Es decir, que es un
tipo de acción política a partir del cual la juventud se expresa y busca
incidir en asuntos que les competen, reconociendo su rol social y político
en la transformación de su contexto. A su vez, es un proceso en el que
los jóvenes tejen sentidos, pensamientos, posiciones y discursos frente
a las condiciones de su entorno y deciden emprender acciones que les
permitan generar cambios a través de las organizaciones y/o colectivos
juveniles.
En conclusión, el cambio político y cultural producto del golpe de
Estado transformó las relaciones sociales y políticas de las juventudes
universitarias, alrededor de una serie de capitales culturales y
representaciones sociales que cuando entraron en disputa con el sistema
de posiciones de las autoridades universitarias, conllevó a que el campo
universitario se convirtiera en un campo político y campo de poder, entre
agentes universitarios con intereses de clase diferenciados y visiones del
mundo contrapuestas.
56
rasgos teocráticos y tecnócrata, sobre la cual se generaría un proceso
de Reforma Académica sin consenso y sin participación de los sectores
estudiantiles y la comunidad universitaria en general.
Alrededor del centralismo político que promovió la reforma
administrativa, se impulsó la primera reforma académica en la UNAH
en la era de la exrectora Julieta Castellanos: la aprobación de los
trimestres en el 2010. Esta acción se realizó de manera antidemocrática,
como en su momento expresó el profesor Pablo Carías, representante de
la Facultad de Ciencias Sociales ante el Consejo Universitario, «antes de
tomarse esta determinación debería someterse a una discusión profunda
ante los claustros de profesores y convocar a las y los estudiantes para
que se pudieran pronunciar»64. Aunque, ante la presión de estudiantes
y docentes dicho proyecto se suspendió, en el 2011 se aprobó, bajo
su misma lógica y naturaleza, en un contexto en el cual la reforma
académica en sus niveles micros no se había impulsado: rediseño de los
planes de estudio, que en su mayoría datan de la década de los 70, 80 y
90 del siglo XX.
Este primer ciclo de la reforma coincide con la lucha de los sectores
estudiantiles de la UNAH por el desarrollo de elecciones estudiantiles
para la representación estudiantil en los órganos de Gobierno y
Cogobierno Universitario. Esta iniciativa se generó en base a las
recomendaciones de la Comisión de Transición, en el acuerdo CT-67-
2006, emitido el 14 de marzo del 2006, en el cual se sugiere el desarrollo
de una Asamblea Constituyente Estudiantil Universitaria (ACEU), que
sentará las bases para la elaboración de un Reglamento Electoral y de esa
manera desarrollar elecciones estudiantiles en la UNAH.
El proyecto de la ACEU, impulsado en noviembre de 2014 por
el Movimiento Amplio Universitario (MAU), la FAE-UNAH-VS y el
Movimiento Estudiantil Revolucionario Lorenzo Zelaya (MER-LZ),
encontró resistencia en el seno de las autoridades universitarias y en
sectores del histórico movimiento estudiantil FUR, FRU y FUUD.
Los primeros, porque en un marco de politización de la comunidad
estudiantil y con el espacio de resistencia que se abrió con el golpe de
Estado, abrir espacios de participación estudiantil sería un riesgo político
64. Regresan los trimestres a la Universidad Nacional, Diario La Prensa, 17 de diciembre de 2010.
https://www.laprensa.hn/honduras/regresan-los-trimestres-a-la-universidad-nacional-DQLP483891
57
que las nuevas autoridades no estaban dispuestas a correr, ante la posición
estratégica de la UNAH para generar pensamiento crítico en un contexto
de autoritarismo político instalado en el seno del Estado de Honduras.
Lo anterior es de suma importancia, ya que una de las misiones
estratégicas del julietismo en la UNAH fue la normalización y la
pacificación del convulso campo universitario, luego de la crisis heredada
desde década de los 80 y 90 del siglo XX y revitalizada en el marco
del golpe de Estado del 2009. Normalización, porque desde la llegada
de la exrectora sus ataques fueron directamente hacia los sectores que
históricamente habían emprendido cambios en el campo universitario:
trabajadores, docentes y estudiantes. A los dos primeros se les atacó
directamente con procesos judiciales, despidos y represión, a tal punto,
que la UNAH tiene pendiente reparar una serie de daños hacia el sector
docente y de trabajadores. Por su parte, al estudiantado se le privó de
todo proceso de organización estudiantil establecido en el marco de Ley
Orgánica, como lo demuestra el caso de la ACEU y el posterior proceso
de criminalización y judicialización.
La pacificación fue más agresiva y con implicaciones políticas para
la comunidad universitaria —los cuales estaremos profundizando en el
segundo tomo de esta serie de publicaciones—. Se emprendieron una serie
de ataques hacia la libertad de cátedra al sector docente, desconocimiento
el contrato colectivo del sector trabajador y la reformulación de la política
laboral en la UNAH, en el marco de la Ley de Empleo por Hora aprobada
en el Gobierno de Porfirio Lobo Sosa65, entre otros.
En relación al sector estudiantil, y en el marco del ciclo de protesta
que se abrió con el Golpe de Estado, la UNAH se convirtió en uno
de los principales espacios que se opuso abiertamente a las políticas
del régimen nacionalista-golpista. En ese marco de resistencia, las
autoridades optaron por la militarización interna de la UNAH, mediante
la contratación de guardias privados y, por otro lado, el llamado de las
fuerzas policiales y militares para el desarrollo de desalojos violentos al
sector estudiantil. Estos hechos no solamente violentaron la autonomía
universitaria, sino que institucionalizarían nuevos dispositivos de control
hacia la comunidad estudiantil que persisten hasta la fecha.
58
En relación a la falta de apoyo que la ACEU recibió desde los
históricos frentes estudiantiles, los motivos fueron de naturaleza política
e ideológica. La nueva Ley Orgánica de la UNAH, constituyó un nuevo
modelo de organización, representación y participación estudiantil,
desde las asociaciones de estudiantes de carrera, contradiciendo la forma
tradicional de hacer política de los frentes estudiantiles. De ahí deriva la
ruptura histórica de los frentes estudiantiles con el nuevo movimiento
estudiantil (centrado en las asociaciones estudiantiles de carrera), ya que
los segundos movilizaron nuevos modelos de organizaciones estudiantil
alejados de la lógica caudillista, partidaria y centralista de los frentes
estudiantiles.
En ese contexto de control institucional y bloqueo de los espacios
de participación estudiantil, las elecciones estudiantiles previstas para
el 15 de noviembre del 2011 fueron canceladas. Los argumentos desde
el sector institucional giraron alrededor de «la falta de un reglamento
claro, denuncias de exclusión de algunos movimientos independientes
y contrariedades entre los miembros de la Junta Electoral Nacional
(JEN)»66. Anterior, en el 2010, el Consejo Universitario estableció la
Comisión de Dictamen del Reglamento Electoral Estudiantil, siendo el
Comisionado Universitario el encargado de coordinar el proceso electoral
estudiantil y de elaborar el Reglamento Electoral67. Esto hizo despertar
malestar de parte de varios sectores estudiantiles, principalmente de la
FAE y de los movimientos estudiantiles independientes en CU, por el
hecho de la violación de la autonomía estudiantil, ya que las autoridades
universitarias no pueden elaborar ni deben imponer un reglamento de
elecciones a la comunidad estudiantil68.
Sin embargo, las motivaciones para cancelar las elecciones fueron de
naturaleza política. Primero, el proceso electoral del 2011 fue centralizado
desde los Frentes Estudiantiles, los cuales, como bien lo establece el
Informe Anual del Comisionado Universitario, «desafortunadamente,
66. Tribunal Supremo Electoral Suspende Temporalmente, Convenio con la UNAH, Boletín Informativo,
9 de noviembre del 2011. Disponible en: http://www.tse.hn/web/sala_prensa/11092011_tse_suspen-
de_temporalmente_convenio_con_la_unah.html
67. Informe Anual del Comisionado Universitario, Tegucigalpa, Honduras, 2011. Disponible en:
https://comisionado.unah.edu.hn/informes/
68. Manual de Organización Estudiantil del Movimiento Estudiantil en la UNAH, Tegucigalpa,
Honduras, 2014.
59
los tres frentes convocados coincidieron en rechazar la integración a
la Junta Nacional Electoral (JNE) del movimiento independiente». Lo
anterior sucedió en un contexto de avanzada organizativa estudiantil
independiente sin precedente en la historia de la UNAH. El Informe Anual
del Comisionado lo destaca «la apertura a la posibilidad de presentar
candidaturas independientes en los diferentes niveles electivos resultó del
interés de diversos movimientos en los que militan estudiantes que por
distintas razones no desean integrarse a los frentes reconocidos como tales
en el Reglamento. Esta circunstancia quedó evidenciada en el taller sobre
elecciones estudiantiles realizado en agosto de 2011, en el cual participaron
trece movimientos independientes y uno de los frentes reconocidos».
Ante este hecho las autoridades eran conscientes, como en su
momento lo manifestó la exrectora Julieta Castellanos «que debido a las
irregularidades que se pueden constatar, de llevarse a cabo el proceso
electoral podría tener implicaciones de tipo jurídicas, inclusive que
no darían la certeza de ser una contienda legitima». En ese momento,
desarrollar elecciones estudiantiles implicaría un alto costo político
para la UNAH, por dos razones: aumentaría la tensión política entre los
frentes y el movimiento estudiantil independiente y le daría demasiado
campo a la derecha representada en el FUUD para controlar los espacios
de representación y participación estudiantil en la UNAH.
Lo anterior fue una jugada táctica de exrectora Julieta Castellanos,
que le garantizó seguir manteniendo el control de la UNAH, mientras
bloqueaba a la derecha y dividía al movimiento estudiantil. Este pulso lo
ganó la exrectora y desde entonces fue su receta para frenar los procesos
de organización y elecciones estudiantiles, para lo cual tendría como
gran aliado a Ajax Irías, vicerrector de Asuntos Estudiantiles (VOAE) de
la UNAH, encargado de dilatar los procesos de organización estudiantil
en el campo universitario69. Lo anterior es clave para comprender las
razones por las cuales las autoridades se opusieron a la ACEU, pues
eran conscientes que conllevarían a un nuevo ciclo de organización y
conformación del movimiento estudiantil con la capacidad de disputarles
el poder en la universidad, tal como quedó evidenciado en el período de
lucha estudiantil del 2015-2017.
69. Entrevista realizada a la Comisión de Organización del Movimiento Estudiantil en el marco del
proyecto de organización estudiantil, 2014.
60
Segundo, la intromisión de los partidos políticos en el proceso
electoral del 2011 en beneficio del FUUD (Partido Nacional) y la FUR
(Unificación Democrática (UD) ), tal como lo estableció un dirigente
del FRU: «las elecciones estudiantiles estaban siendo financiadas por
los partidos políticos, refiriéndose al proceso electoral estudiantil que
debía culminar mañana martes y que serviría para que los universitarios
eligieran a sus representantes en el Consejo Universitario, así como a
sus delegaciones en las asociaciones estudiantiles y ante la Federación
de Estudiantes Universitarios de Honduras (FEUH)»70. Por su parte,
la exrectora Julieta Castellanos decidió suspender las actividades, para
evitar enfrentamientos que podrían llevarse a cabo entre los diferentes
frentes estudiantiles.
Tercero, los intereses de la derecha conservadora del Partido Nacional
(PN) en un contexto de reconfiguración de las fuerzas políticas y la
construcción de una nueva hegemonía, intentaban reconquistar el poder
en la UNAH. En ese sentido, los frentes estudiantiles y movimientos
independientes que miraron con preocupación la recomposición del
FUUD en el marco del proceso electoral y las mismas autoridades
universitarias, fueron conscientes de que el desarrollo del proceso
electoral conllevaría inevitablemente al ascenso del FUUD, en un
contexto de país controlado políticamente por la derecha representada
en el Partido Nacional (PN).
Esta alianza táctica tuvo persecuciones importantes en el devenir
de la dinámica del movimiento estudiantil. Por un lado, implicó que
los frentes históricos se replegaran a los intereses de las autoridades
universitarias, quienes encontraron en estos espacios organizativos una
fuerza funcional a sus intereses. Aunque es importante mencionar que
el FRU, fue bastante cauteloso y en su momento selló alianzas históricas
con el nuevo movimiento estudiantil en la toma de la UNAH: 2015,
2016 y 2017. Por otro lado, el movimiento estudiantil independiente
comprendió que el proceso electoral solamente iba avanzar si se era capaz
de organizar a la comunidad estudiantil y establecer estrategias políticas
para avanzar en ese horizonte y, fue así como surgieron dos de los más
importantes proyectos organizativos del movimiento estudiantil en la
70. Suspenden las elecciones en la UNAH, Diario Proceso Digital, 14 de noviembre de 2011. Disponible
en: https://proceso.hn/suspenden-las-elecciones-en-la-unah/
61
UNAH en el siglo XXI: Iniciativa de Organización Estudiantil (IOE) y el
Proyecto de Organización Estudiantil (POE).
En conclusión, la reforma administrativa impulsada con fuerza
desde la llegada de la exrectora Julieta Castellanos, conllevó a lo que
Norberto Leher (2013)71 denominó, en el caso de las universidades, un
fuerte proceso de «ajuste institucional», caracterizado por el crecimiento
continuo del aparato burocrático, un aparato de poder ordenado
jerárquicamente del vértice a la base y en consecuencia diametralmente
opuesto al sistema de poder democrático.
Ese ajuste institucional buscó atentar contra la concepción del «sujeto
estudiantil», la concepción de «universidad pública» y de «comunidad
universitaria», el cual tiene como objetivo, no solo crear aquellos
enormes aparatos burocráticos que Norberto Bobbio (1986)72 llama «el
aumento del aparato», que centralizan las decisiones y orienta la política
educativa universitaria, sino que uno de sus objetivos principales fue la
despolitización del espacio público universitario y de la esfera política
universitaria.
71. Leher, Roberto. Por una reforma radical de las universidades latinoamericanas / compilado por
primera edición, Argentinta, Rosario, Editorial Homo Sapiens Ediciones, 2010, p. 7-18.
72. Bobbio, Norberto, El futuro de la Democracia, primera edición, México, Fondo de Cultura
Económica, 1986, p.27-28.
62
fracaso de desarrollo de elecciones estudiantiles libres y transparentes,
ii) el desarrollo del I Encuentro de Estudiantes Universitario (ENEU) iii)
la creación de proyectos organizativos estudiantiles, vi) el relanzamiento
de la ACEU, en un contexto de reforma académica sin participación
estudiantil y, v) conformación de círculo de estudio sobre movimiento
estudiantil y Reforma Universitaria.
Como se planteó en párrafos anteriores, luego del golpe Estado el
país experimentó un fuerte proceso de reforma educativa y la universidad
pública entró en esa misma dirección. En el caso de la Universidad, se
impulsó la creación de una nueva Ley de Educación Superior (LES),
presentado a inicios del mes de noviembre de 2010 por el diputado Luis
Berríos Segovia, presidente de la Comisión de Educación del CN. La
LES violentaba los artículos de la Constitución de la República, en lo
referente a la potestad de la UNAH en dirigir y organizar la educación
pública, tarea que el marco del anteproyecto pasaba a ser responsabilidad
de las universidades privadas. En el fondo, lo que estuvo en juego era la
privatización y la mercantilización de la educación pública universitaria
en Honduras.
63
Tabla 1. Elementos críticos de la LES73
Artículo de Contenido Elemento crítico
la LES
Artículo 12 Toda institución de educación superior Viola el Artículo 160 constitucional, que
universitaria legalmente constituida en otorga a la UNAH la facultad de dirigir y
el país gozará de autonomía responsa- regular la educación superior en Hondu-
ble como garantía de su independencia ras, ya que ahora todas las universidades
académica, política, administrativa y fi- privadas tendrán total libertad y autono-
nanciera. mía a la hora de establecer programas
académicos, apertura de centros, apertura
de carreras, entre otros.
Artículo 16 El Consejo de Educación Superior es el Artículo 17 establece que «El Consejo de
órgano a través del cual la UNAH cumple Educación Superior estará integrado por
el mandato constitucional de organizar, todos los rectores o directores de las ins-
dirigir y desarrollar la educación superior tituciones de educación superior que con-
y profesional en Honduras. forman el sistema de educación superior.
Lo preside el rector (a) de la UNAH».
Según este artículo, la UNAH continuará
dirigiendo la educación superior, pero en
la práctica, si cada universidad privada
tiene una representación con derecho a
voto, conforman catorce votos, contra seis
de las universidades estatales.
Artículo 28 Créase el Sistema Hondureño de Con la creación del SHACES se le quita
Acreditación de la Educación Superior a la UNAH todo vínculo directo en la re-
(SHACES) como un ente autónomo, gulación de la educación superior, y para
responsable de conducir los procesos de aumentar la crisis de autonomía las uni-
evaluación de la calidad y acreditación versidades privadas dependerán del 50%
de las instituciones, carreras y progra- de fondos estatales para el funcionamien-
mas de educación superior de y en el to del SHACES y el otro 50% saldrá de la
país UNAH y la UPNFM.
73. Elaboración propia con base al Anteproyecto de Educación Superior. Disponible en: https://unah-
mau.files.wordpress.com/2015/08/propuesta-de-anteproyecto-de-ley-de-educacion-superior-unah.pdf
64
defensa de la UNAH»74. Lo paradójico, es que días después la exrectora
Julieta Castellanos se sentó en la Mesa de Diálogo75 con el G-19 para
revisar y redactar una nueva versión de la LES. La nueva propuesta no
tuvo cambios sustanciales y la autonomía universitaria de la UNAH se
seguía viendo fuertemente comprometida ante los intereses del sector
universitario privado.
A la comunidad universitaria le pareció sorprendente la posición de las
autoridades universitarias, quienes días antes habían reiterado su rechazo
a la iniciativa de Ley presentada por el grupo G-19. En el fondo, el cambio
de posición de las autoridades universitarias evidenció el control exógeno
que la élite política gobernante mantuvo sobre la UNAH y la forma en la
cual la Universidad estaba alineada a los intereses de la clase dominante.
El debate alrededor de la LES abriría un escenario para posteriores
intervenciones del CN hacia la UNAH, como se manifestó en el 2013 y
2017, bajo un principio estratégico básico: la UNAH como el puente para
mantener el control hegemónico de la sociedad en un país sumergido en
crisis generalizada y reacomodamientos de las élites dominantes.
Lo anterior quedó plasmado en las declaraciones del presidente
del CN, Juan Orlando Hernández: «Con la aprobación de esa ley se
favorecerá a los estudiantes, ya que ahora los títulos emitidos por las
universidades privadas serán validados por dicho Consejo y no por la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH)». Asimismo,
«es una obligación de este CN en base a la interpretación del cuarto
párrafo del Artículo número 160 de la Constitución de la República»76.
En ese marco de respaldo político gubernamental, las universidades
privadas salieron a defender abiertamente la LES, alrededor de una
serie de declaraciones que dieron a conocer su carácter mercantilista
y privatizador, como lo expresó en su momento Carleton Corrales,
Director de la Universidad Metropolitana:
«No pretendemos influir sobre el seis por ciento, con las recomenda-
ciones de la UNAH, un centro empieza a funcionar. Pero esto se ha
74. Atención a defender la autonomía de nuestra UNAH, espaciounah.blogspot.com, 23 de enero de 2012.
Disponible en: http://espaciounah.blogspot.com/2012/01/atencion-defender-la-autonomia-de.html
75. Nueva ley debilita la autonomía de la UNAH, Diario El Heraldo, 7 de abril de 2014. Disponible en:
https://www.elheraldo.hn/honduras/nueva-ley-debilita-autonomia-de-unah-PAEH582094
76. Va la Ley de Universidades Privadas, espaciounah.blogspot.com, 12 de diciembre del 2010. Disponible
en. http://espaciounah.blogspot.com/2010/12/ley-de-universidades-privadas-va-en.html
65
tornado en un obstáculo (refiriéndose a la Autonomía Universitaria
de la UNAH) y eso ocurre con el Consejo de Rectores, porque en la
aplanadora nos tienen nueve a tres y no podemos hacer nada. Esas
estructuras se han negado a reformarse»77
De igual forma, Armando Enamorado, Presidente de las universida-
des privadas, manifestó:
«No presta asistencia ni asesoría particular. La Universidad Autó-
noma tiene convenios internacionales y no se distribuye a las otras
universidades»78.
La propuesta de la LES significaba la pérdida de la autonomía de la
UNAH, el compartimiento del 6% del presupuesto con las universidades
privadas y la creación de una nueva estructura del Consejo de Educación
Superior, liderado por las Universidades Privadas. La LES implicaba
una reforma profunda al sistema de educación superior, que tal como
menciona Roberto Leher (2010)79 «las fracciones burguesas nacionales
ya no necesitan para sus propositicos una universidad pública capaz de
producir conocimiento científico y tecnológico nuevo y su objetivo no es
más que el de formar un contingente importante de cuadros laborables
con amplia formación científica, tecnológica, histórica y crítica». En ese
sentido, comprenden la educación como un servicio codificado, por eso
actúan en el sentido de profundizar la mercantilización en sus diferentes
niveles y funciones de la universidad pública.
Por su parte Bogdan Suchodolsk (1987)80 en una de sus obras más
importantes, Teoría Marxista de la Educación, expone categóricamente
que, en tiempos de crisis hegemónicas, «la burguesía no está interesada
por las universidades y las investigaciones científicas que puedan descu-
brir su carácter histórico y su papel. Por el contrario, tienen que destruir
las universidades, puesto a que sus ideales de libertad y razón amenazan
su dominio. En ese sentido, la LES era el móvil sobre el cual los nuevos
intereses de la élite dominante se convertirían en legalidad e ideología.
66
El fraccionamiento y la crisis de hegemonía de la clase burguesa y la
ruptura que se produce en el seno de esta después del golpe de Estado del
2009, conllevó al surgimiento de una nueva clase dirigente, económica
y política que buscaba controlar los diversos medios de producción
económica y de conocimiento, con el objetivo de consolidar su poder y
su influencia en las esferas políticas, culturales y económicas. Para ello
reformaron el Estado y crearon una serie de leyes para reproducir sus
intereses de clase dominante: Ley Fundamental de Educación, Ley de
Minería, Ciudades Modelo, Golpe jurídico a la Corte Suprema de Justicia
(CSJ), Ley de Policía Militar, la Ley para la Venta de Bienes Nacionales,
Ley de Hipoteca, entre otras.
El proyecto de la LES no se reduce a una mera abolición de la autono-
mía universitaria, ya que su trasfondo es político-ideológico. Lo anterior,
en una coyuntura de crisis sistemática del capitalismo, la privatización de
los bienes públicos como la educación y la reconfiguración de las élites
políticas y económicas locales. Como bien lo puntualiza Martin Carnoy
(2005)81, los procesos de acumulación de capital en las sociedades del
tercer mundo han transcendido los parámetros de los Estado-nación, y
en la actualidad ese proceso se alinea a los intereses de acumulación del
capital supranacional. En esta nueva lógica la acumulación de capital en
manos de las grandes transnacionales norteamericanas y europeas, Simón
Marginson (2009)82 establece que el neoliberalismo consecuentemente ve
la educación, el conocimiento científico, la comunicación y la información
simbólica como las fuentes mayores y más importantes de productividad y
ganancia en el contexto de la globalización neoliberal.
En los planteamientos de Manuel Castells (2002)83 se establece que
la sociedad del conocimiento conlleva a que las universidades se vean
sumergidas en la «Universidad del Mercado Global», la que estipula
dos lineamientos de patrones institucionales: superliga, son aquellas
universidades que orientan su función a la investigación para socavar los
problemas sociales y las universidades que adoptan el patrón del Modelo
de Expansión Capitalista.
81. Carnoy, Martin, La búsqueda de la igualdad a través de las políticas educativas: alcances y límites.
Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, vol. 3, núm. 2, 2005, pp. 1-14
82. Marginson, Simón, Mercado y Educación, en perfiles educativos, Vol. 24 No. 95 pp. 98-104
83. Castells, Manuel, Universidad y sociedad de la información, en Universitat Oberta de Catalunya,
julio, 2002.
67
Dentro de esa lógica, la LES apuesta a la segunda variable, mediante
la exclusión de las clases populares del sistema educativo, la privatización
de los servicios educativos, la formación de mano de obra técnica y
especializada para los requerimientos del mercado laboral, entre otras
acciones, que en el fondo buscan, elevar la plusvalía del sector educativo
y acrecentar las tasas de ganancia del sector privado, en el marco de un
capitalismo académico monopolista en los países del centro y desregulado
en los países de la periferia.
En definitiva, la LES establece de manera precisa las finalidades
públicas de la universidad en el contexto de la globalización neoliberal,
que en palabras de Ashis Nandy (2003)84, no es más que la reestructuración
interna que busca el trasladado y normalización de los valores del
mundo empresarial al mundo educativo, como pieza angular para la
mercantilización y privatización de la educación pública, en un contexto
de desmontaje del Estado y radicalización de las políticas neoliberales.
68
pretendan regular la Educación Superior en Honduras, lo que hasta ahora
es potestad de la UNAH»86. No menos importante, fue la realización del
I Encuentro de Estudiantes Universitarios (ENEU), el 6 de septiembre
del 2013, en el Museo de Antropología e Historia de San Pedro Sula, el
cual tuvo tres objetivos concretos: i) redactar una contrapuesta de Ley
de Educación Superior, ii) definir un programa nacional de lucha y, iii)
elaborar un pliego de exigencias al gobierno central y a la administración
de la UNAH87.
El alcance de este acontecimiento tuvo grandes repercusiones en la
consolidación del movimiento estudiantil y en la disputa por el espacio
público en la UNAH. No es de nuestro interés entrar en un debate sobre el
espacio público en la UNAH, pero es importante mencionar la forma en
la cual la lucha contra la LES implicó un fuerte proceso de recuperación
del espacio público, controlado en ese momento por el julietismo, bajo
una mirada conservadora y autoritaria.
Entendemos por espacio público, rescatando la conceptualización
de Jordi Alba y Zaida Muxí (2001) «el cual supone pues dominio público,
uso social colectivo y multifuncionalidad. Se caracteriza físicamente por
su accesibilidad, lo que le hace un factor de centralidad. La calidad del
espacio público se podrá evaluar sobre todo por la intensidad y la calidad
de las relaciones sociales que facilita, por su fuerza mezcladora de grupos
y comportamientos, por su capacidad de estimular la identificación
simbólica, la expresión y la integración culturales»88.
En ese marco, tres elementos son importantes puntualizar. Primero,
la conquista del espacio público en la UNAH se centró en la recuperación
de las principales plazas de Ciudad Universitaria y de los Centros Regio-
nales, convirtiéndose en el centro político del debate para la organización
estudiantil y la defensa de la autonomía universitaria. En esta coyuntura,
fue recurrente la propaganda estudiantil informando sobre la problemá-
tica universitaria y posicionando discursos que serían cruciales para el
86. «Universitarios hondureños protestas contra proyecto de ley de educación superior», Diario América
Economía, 24 de julio de 2013. Disponible en: https://www.americaeconomia.com/politica-sociedad/
universitarios-hondurenos-protestan-contra-proyecto-de-ley-de-educacion-superior
87. Sistematización del ENEU, Tegucigalpa, Honduras, septiembre de 2013.
88. Borja, Jordi y Muxí, Zaida, Centros y espacios públicos como oportunidades, Perfiles Latinoamericanos,
No. 19, diciembre, 2001, pp. 115-130 Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Distrito Federal,
México
69
proceso de politización de la comunidad estudiantil y la construcción de
ciudadanía. Asimismo, se desarrolló una disputa política por nombrar el
espacio público recuperado y el rescate de la memoria. Las principales
plazas de la UNAH fueron nombradas de diferente forma, a lo señalado
por la institucionalidad, como lo fue la Plaza de las Cuatro Culturas, en
Ciudad Universitaria, nombrada por la comunidad estudiantil como la
Plaza Eduardo Becerra Lanza.
Segundo, la conquista del espacio público trascendió el campo
universitario y se posicionó en los principales medios de generación
de opinión pública del país. La denuncia permanente de la comunidad
universitaria hacia la LES y sus ataques a la autonomía universitaria de
la UNAH, se posicionó en los editoriales y columnas de opinión, en los
cuales se defendía abiertamente la autonomía universitaria y el papel
constitucional de la UNAH de rectorar el sistema de educación del país.
Esto abrió un campo de disputa a nivel intelectual que sería crucial en
el conflicto universitario durante el 2015, 2016 y 2017, para disputar a
las autoridades la representación sobre la idea de Universidad Pública y
Reforma Universitaria.
Tercero, alrededor de la lucha contra la LES y el proceso de organi-
zación estudiantil, se dieron los primeros pasos por conquistar el espacio
de las redes sociales, como un espacio político y público que permitió
la difusión de la ideología del movimiento estudiantil. La creación de la
página de Facebook UNAH-ESTUDIANTES, se convirtió en el máximo
órgano de información y difusión del movimiento estudiantil, posicio-
nándose como el sitio de referencia que conectó de manera exponencial
a la comunidad universitaria y en particular a la comunidad estudiantil.
La conquista de este espacio, como bien lo puntualiza Manuel Castells
(2004)89 conllevó a la creación de una identidad de la resistencia, en la
cual el espacio de la red fue la trinchera de la resistencia y supervivencia
basándose en principios diferentes u opuestos a los que impregnan los
valores de las instituciones de la sociedad, como la Universidad.
La conquista del espacio público y el espacio de las redes se dio en un
contexto de control mediático de las autoridades universitarias, sector
que en ese momento gozaba de gran credibilidad y legitimidad en la
89. Castells, Manuel, La era de la información: economía, sociedad y cultura, Volumen II: El poder de
la identidad, quinta edición, Argentina, Siglo XXI Editores, 2004, p. 30.
70
sociedad hondureña y en la comunidad universitaria. Además, tenían a
su disposición pauta publicitaria en los principales medios digitales, el
canal de la Universidad y presencia en las redes sociales, siendo la más
antagónica y protagónica Presencia Universitaria.
Alrededor del proceso de la lucha por el espacio público desde
el movimiento estudiantil, como bien lo recuerda Jürgen Habermas
(2000)90, nos permite comprender la manera en la cual la esfera pública
forma y constituye la vida social del ciudadano en un determinado campo
social. Es en ella donde el ciudadano puede comportarse como parte de
un «cuerpo público» y donde puede discutir sin restricciones acerca de
cuestiones de interés general para la comunidad. Es decir, en el fondo
lo que estuvo en juego, fue la construcción de ciudadanía estudiantil
en la UNAH, desde la disputa por el espacio público, las prácticas de
organización estudiantil y en general, de las representaciones sociales
sobra la idea de universidad pública que la comunidad estudiantil forjó
alrededor de la lucha estudiantil en el movimiento estudiantil.
90. Habermas, Jürgen, Teoría de la acción comunicativa, Madrid, Editorial Trotta, 2000, p.264
71
se encontraron nueve casquillos de bala que fueron utilizados por los
militantes del FUUD91. Los integrantes del FUR y el FRU sostuvieron que
dicho acontecimiento fue por razones políticas, ya el FUUD no contaba
con la suficiente estructura organizativa para presentarse al proceso
electoral ante la poca presentación de planillas, sintiéndose perdidos y
sin ninguna posibilidad de ganar92. En definitiva, este hecho rápidamente
nos trasladó a la década de los 80, cuando el FUUD ganaba las elecciones
al margen de la legalidad y en completa ausencia de transparencia.
¿Por qué es importante este acontecimiento? Los frentes estudiantiles
perdieron la posibilidad de ser nuevamente actores políticos para liderar
las grandes transformaciones que requeriría la UNAH, en un contexto de
Contrarreforma Universitaria y de control neoconservador del julietismo,
muy determinado por el desgaste de los partidos tradicionales luego
del Golpe y la percepción que existía desde la comunidad estudiantil,
considerados como representes del bipartidismo político tradicional en
la UNAH. Esta oportunidad fue aprovechada por el nuevo movimiento
estudiantil en gestación, los cuales, al ver que los frentes estudiantiles
no eran capaces de cohesionar a la comunidad estudiantil en un
proyecto común, emprendieron procesos autónomos de organización y
repolitización estudiantil en la UNAH. Lo anterior provocó una ruptura
política e ideológica de gran importancia, para comprender los valores e
ideología del nuevo movimiento estudiantil universitario.
Por otro lado, las autoridades universitarias vieron concluidas sus
aspiraciones de reconfigurar a los frentes estudiantiles, con el objetivo
de convertirlos en actores claves en el proceso de Contrarreforma
Universitaria. Lo anterior también implicó un quiebre importante en la
ideología del julietismo, ya que, de mostrarse abiertos para el desarrollo
de las elecciones estudiantiles (2011 y 2012), posteriormente cerró toda
posibilidad, ante la emergencia de un nuevo movimiento estudiantil bajo
lógicas políticas, organizativas e ideológicas autonómicas y antagónicas
a la de los frentes estudiantiles, que posteriormente disputarían al
julietismo el poder.
72
En ese marco de reconfiguración política de las fuerzas estudiantiles,
el nuevo movimiento estudiantil, partiendo de los mandatos del ENEU,
retoma de manera más radical y estratégica la propuesta de la ACEU,
con el objetivo de sentar las bases para garantizar la participación y
representación estudiantil legal y legítima en los órganos de Gobierno y
Cogobierno Universitario. Desde los sectores estudiantiles organizados
en la UNAH se estableció que «la ACEU» se instaurará para dar vida a
la participación estudiantil desde las carreras, creando los instrumentos
legales del Comité Ejecutivo de lo que será la Confederación de
Estudiantes Universitarios de Honduras (CONFEUH), Reglamento
Electoral Estudiantil y demás instrumentos referentes a la participación
estudiantil y a la toma de decisiones en los órganos de gobiernos de la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH93.
Es importante mencionar que la ACEU fue uno de los primeros
aspectos que permitieron la articulación nacional del movimiento
estudiantil. La ACEU se planteó en tres grandes fases. Primera, la
asamblea de las asociaciones de carrera. Cada asamblea de la Asociación
de Estudiantes de Carrera tendrá autonomía propia, aplicará los
instrumentos y mecanismos democráticos para la realización de esta.
Enfatizando que el máximo órgano de decisión es la misma Asamblea a
través de las y los estudiantes universitarios matriculados y, actualmente,
cursando referida carrera. Segunda, la instalación de la ACEU. La
Asamblea ACEU, se instaurará con la participación directa de los y
las estudiantes delegados, electos en sus respectivas asambleas de la
Asociación de Estudiantes de Carreras. De la ACEU se establecerían
los siguientes elementos para avanzar en la constitución del gobierno
universitario con participación y representación de la comunidad
estudiantil:
A. La creación de la nueva estructura, estatutos y reglamentos de
la Confederación de Estudiantes Universitarios de Honduras
(CONFEUH).
B. La creación del Reglamento Electoral Estudiantil para elegir
representantes ante los órganos de gobierno universitario.
93. Documento base del Proyecto de la Iniciativa de Organización Estudiantil (IOE), 2013.
73
C. La creación de los estatutos de las Federaciones de Estudiantes
de las Facultades y Centro Universitario, y Centros Regionales
Universitarios.
D. Hacer el llamamiento oficial a las elecciones estudiantiles.
74
emitir una respuesta en tiempo y forma. Respuesta a que no se realizó y
en contraposición, las autoridades de la UNAH abrieron una campaña
de desprestigio y desinformación sobre el POE95.
El POE partió de toda una justificación legal alrededor de la Ley Orgánica
de la UNAH, en el cual se estableció, «nosotras y nosotros, en condición
de representantes legítimos ante los órganos de gobierno autónomos de la
UNAH, generamos un proyecto de Organización Estudiantil para el año
2014 que surge desde las asociaciones de estudiantes, lo que por ley se nos
ha otorgado. Nuestro proyecto se ampara en dos instancias, en la legalidad
y la legitimidad de nuestra representación.
Nuestro fundamento jurídico se basa en los diversos reglamentos
internos que rigen nuestra universidad, los cuales mencionamos a
continuación;
1. Ley Orgánica de la UNAH
- Art. 7, inciso c, Art. 8, Art. 29, Art. 30, Art. 35, Art. 44, Art. 45
2. Reglamento General de la Ley Orgánica
- Art. 10, Art. 23, Art. 85, Art. 98, Art. 124, Art. 127.
3. Reglamento de Juntas Directivas y de las Facultades, Centros
Universitarios y Centros Regionales Universitarios
- Art. 8, Art. 9, Art. 10, Art. 29, Art. 30, Art. 31, Art. 63.
4. Reglamento de Departamentos y Carreras de la UNAH
- Art. 1, Art. 59, Art. 60, Art. 66, Art. 68, Art. 69.
5. Reglamento de los Estudiantes, UNAH
- Art. 3, Art. 7.
75
• Las asociaciones surgen de las diversas interacciones y relaciones
sociales que se llevan a cabo en cada carrera, siendo esta la base.
• Entendiendo que son las asociaciones de carrera las que determinan
la representación ante los órganos de gobierno colegiados, son
estas las que se deben de encargar de elaborar un reglamento de
elecciones estudiantiles con sus respectivas elecciones, respetando
la autonomía estudiantil, sin injerencia de docentes, autoridades,
frentes estudiantiles universitarios, movimientos independientes,
trabajadores, partidos políticos, etc.
1. Primera Etapa
La primera Etapa del Proyecto de Organización Estudiantil
comprende tres tareas importantes:
• Organización de las Asociaciones de Carrera
• Integración de las y los estudiantes a sus respectivos Comités
Técnicos
• Conformación de los Consejos Estudiantiles de Facultades,
Centros Universitarios y Centros Regionales
2. Segunda Etapa
Ya constituidos todos estos órganos de gobierno universitario
(autónomos y colegiados) se continuará con los siguientes pasos:
• Asamblea General de Estudiantes
• Creación del Reglamento de Elecciones Estudiantiles
• Estatutos de la FEUH
3. Tercera Etapa
La tercera y última etapa del proyecto contemplaba las elecciones
estudiantiles a realizarse ese mismo año para evitar la pérdida de la
representación estudiantil ante el Consejo Universitario. Para estas
tres etapas del proceso organizativo estudiantil, se crearon cuatro
comisiones distintas, las cuales se fueron integrando en los diversos
Centros Universitarios, Centros Regionales y Ciudad Universitaria,
estas comisiones fueron:
76
• Comisión Política: encargada de establecer los lineamientos en
cuanto al mensaje que se quiera dar.
• Comisión de Comunicaciones: encargada de difundir toda la
información referente al Proyecto de Organización Estudiantil.
• Comisión de Documentación y Socialización: encargada de
generar toda la documentación necesaria para el proceso, así
como de crear los órganos para su difusión al estudiantado en
general.
• Comisión de Campaña y Propaganda: Encargada de generar la
imagen de toda la campaña, que sea capaz de incentivar a las y
los estudiantes a organizarse96.
77
estudiantil se retomará la propuesta de la teoría feminista en relación a
la educación, organización y democratización universitaria. Asimismo,
se abrió un ataque frontal contra las prácticas machistas y patriarcales en
el seno de las organizaciones que integraban el movimiento estudiantil y
hacia sectores docentes.
Cuarto, la alianza entre facultades y la integración de diversos
conocimientos. La IOE y el POE tuvo un componente intelectual,
que consistió en la puesta en marcha de un campo de producción
intelectual sobre temas relacionados alrededor de la lucha estudiantil.
Se experimentó una especie de intercambio de saberes académicos
y políticos entre las Facultades de Humanidades y Artes, Ingeniería,
Ciencias, Ciencias Económicas, Ciencias Jurídicas y Sociales, que fue
esencial para darle contenido conceptual y dirección política al nuevo
movimiento estudiantil. Muchas de las reflexiones nunca fueron
publicadas, por su naturaleza táctica y estratégica.
Quinto, un acercamiento táctico y coyuntural con las autoridades
universitarias. El proceso de organización estudiantil exigió un
acercamiento con las autoridades en los niveles de carrera, decanaturas
y vicerrectorías. Fue un ejercicio táctico que consistió básicamente
en establecer puentes de comunicación entre ambos niveles, siendo
los dos primeros los más fuertes. Este acercamiento les permitió a las
asociaciones de estudiantes y al movimiento estudiantil en general,
generar un escenario de legitimidad y aceptación en la comunidad
estudiantil, siendo las tomas generales de la UNAH del 2015, 2016 y
2017 la prueba de dicho salto cualitativo en el campo universitario. El
acercamiento se desarrolló alrededor de una discusión profunda en el
seno del movimiento estudiantil, ya que muchos sectores estudiantiles
se mostraron en contra presentando argumentos válidos. Se logró llegar
a consensos y se estableció los lineamientos básicos del acercamiento,
alrededor de una agenda de puntos mínimos.
Y sexto, la conquista del espacio público. La UNAH se convirtió en
un hervidero mediático, el asalto de las plazas principales y los pasillos
de los edificios se convirtieron en el espacio donde la revuelta estudiantil
encontró eco, abriendo un amplio proceso de politización estudiantil en
la UNAH. En el marco de la IOE y el POE, la conquista del espacio público
universitario se desarrolló alrededor de la «Campaña Organízate», la cual
78
llegó a los Centros Regionales y a Ciudad Universitaria. Esta campaña
se sustentó en tres elementos claves: i) foros universitarios, ii) boletines
de opinión y, iii) actividades culturales para incentivar la organización
estudiantil.
La IOE y el POE fueron los proyectos organizativos más político
y estratégico que desarrolló el movimiento estudiantil. No se puede
comprender el ascenso del movimiento estudiantil en el 2015, 2016 y
2017, sin hacer referencia a este proyecto de organización. Estos proyectos
de organización movilizaron en gran medida a la comunidad estudiantil,
politizó el campo universitario, abrió el camino para la construcción
de ciudadanía estudiantil desde las redes primarias de socialización en
el campo universitario e imprimió un sello de organización estudiantil
desde abajo, autónomo, democrático y horizontal.
En conclusión, estos modelos organizativos, serían la base sobre el
cual se conformaría el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU),
durante el 2016 y 2017 presentaron las siguientes características:
• Autonomía y la horizontalidad.
• Construcción de identidad y generación de pensamiento crítico
estudiantil.
• Definición de demandas gremiales y políticas.
• Construcción de nuevas formas de organización y participación.
• Articular acciones con el movimiento social y popular.
• Participación de las mujeres.
79
inevitablemente a la conformación de una gran masa estudiantil que
iba a reclamar elecciones y participación estudiantil en la comunidad
universitaria, como quedó evidenciado durante el 2015, 2016 y 2017.
Segundo, la urgencia de emprender el proceso de reforma académica,
el cual pasaba principalmente por tener constituido el Consejo
Universitario, ya que sin la representación estudiantil legal y legítima
dicho proceso seguiría postergándose. Tercero, la élite política en el poder
siempre fue temerosa a que las fuerzas progresistas tomaran la dirección
de la UNAH, alrededor de un nuevo perfil de rector y de rectora,
conllevando a que la Junta de Dirección Universitaria (JDU) bloqueara la
inscripción del doctor Nelson Ávila97, reconocido militante progresista de
izquierda e integrante del Partido Libertad y Refundación (LIBRE).
De una u otra forma, la exrectora Julieta Castellanos había sabido
conducir (hasta el 2013) la UNAH y gestionar los conflictos en la
comunidad universitaria. Por otro lado, el Partido Nacional (PN) no se
podía permitir otra crisis de gobernabilidad en la UNAH, en un contexto
de país en crisis política permanente. La reelección fue un pacto entre
las élites políticas vinculadas al bipartidismo tradicional y al julietismo,
a cambio de seguir manteniendo el orden y el control en la UNAH y
con el objetivo de asegurarle a la élite en el poder la reproducción de sus
intereses de clase dominante. En esa dirección, en los años más críticos
de las administraciones de la exrectora Julieta Castellanos, la única
fuerza política que siempre mantuvo una posición neutral y de apoyo,
fue el Partido Nacional (PN) y en menor medida el Partido Liberal (PL).
La reforma a la Ley Orgánica de la UNAH en el 2013 por el Congreso
Nacional (CN), conllevó a la aprobación del Decreto Legislativo N° 46-
201398, el cual permitió la reelección de la exrectora Julieta Castellanos y
la selección de estudiantes —en manos de las autoridades, sin elecciones
estudiantiles libres, transparentes y democráticas— para el Consejo
Universitario (CU), el cual, podría ser permanente si para la fecha de
culminación de la representación estudiantil (dos años), no había
desarrollado aún el proceso electoral.
97. «Ávila es descalificado como aspirante a Rector», Diario El Heraldo, 7 de abril de 2014. Véase
https://www.elheraldo.hn/honduras/avila-es-descalificado-como-aspirante-a-rector-CAEH583256
98. Para mayor detalle véase: http://www.poderjudicial.gob.hn/CEDIJ/Leyes/Documents/
Dec462013ReformaArt8AdicionLeyUNAH.pdf
80
Este fue un proceso que se dio en el marco de la Ley de Iniciativa
Ciudadana y liderada por la Asociación de Estudiantes Becarios
(ASEBEP), decanos y directores de los Centros Regionales de la UNAH,
bajo el liderazgo de José Carlos Cardona, estudiante de la Carrera de
Historia, quién, en su intervención en el CN, manifestó: «Necesitamos el
apoyo de ustedes para que los cambios que en los últimos años se han dado
en la Universidad sigan vigentes». Además, manifestó, «garantícennos
que la Universidad no se va a quedar sin gobierno y garantícennos que la
Universidad va a seguir adelante con sus procesos de cambio»99.
En un amplio análisis realizado por el Comité por la Libre Expresión
(C-LIBRE)100, se argumenta que la reforma a la Ley Orgánica de la
UNAH es inconstitucional, ya que no se respetó el debido proceso en el
marco de dicha reforma. La reelección de la exrectora Julieta Castellanos
y la selección de estudiantes ante el Consejo Universitario encarriló el
proceso de Reforma Universitaria en tres direcciones, las cuales serían
en el fondo el detonante de la conflictividad universitaria en los años
2015, 2016 y 2017.
La primera dirección fue la puesta en marcha de una reforma
académica excluyente y de carácter mercantilista. Por un lado, los
procesos de reforma curriculares en diversas unidades académicas se
desarrollaron (en su mayoría) sin participación estudiantil, ya que las
autoridades de las carreras y decanaturas, alineadas con el julietismo,
impidieron la participación de las Asociaciones de Carrera y sus
respectivos Comités Académicos, como lo establece la Ley Orgánica
de la UNAH. El resultado fue la construcción de nuevos planes de
estudios que no responden a los intereses de la sociedad y soslayaron las
necesidades de las carreras.
Más allá de la ausencia de participación, la crítica estudiantil estuvo
enfocada en que los procesos de reforma a los planes de estudio no
pusieron en el centro la formación profesional crítica, ética y humanística
del proceso educativo. Asimismo, se hacía hincapié en que la reforma
a los planes de estudio no consideró de manera integral los elementos
99. Propuesta de Reforma a la Ley Orgánica. YouTube, 18 de marzo de 2013. 1 video (16:26 minutos)
Publicado por UTVUNAH. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=bbc4KsJ8dfA&t=565s
100. «Reforma Inconstitucional de Ley Orgánica en 2013, permitió reelección de Julieta Castellanos»,
Periódico Digital Conexión, 19 de julio de 2017. Véase: http://www.conexihon.hn/index.php/transparen-
cia/527-reforma-inconstitucional-de-ley-organica-en-2013-permitio-reeleccion-de-julieta-castellanos
81
pedagógicos y didácticos del proceso educativo, ya que la mayoría de
las carreras no cuentan con espacios de aprendizaje adecuados y los
medios necesarios para una educación de calidad, crítica, humanística
y transformadora101.
El detonante de lo anterior fue la aprobación de las Normas
Académicas de la UNAH a finales del 2014. En el siguiente capítulo
entraremos en un debate profundo sobre este tema, pero aquí es de
interés puntualizar algunos aspectos generales. Las Normas Académicas
fueron aprobadas por un Consejo Universitario ilegal e ilegítimo en lo
que concierne a la participación estudiantil, ya que dichos estudiantes
fueron seleccionados por las autoridades universitarias. Las normas
académicas fueron aprobadas por exigencias del sistema educativo
internacional, que, en el marco de la globalización educativa y
capitalismo académico, son el instrumento para avanzar en los procesos
de estandarización de la educación universitaria y por consiguiente de su
posterior mercantilización y privatización.
La globalización educativa y el capitalismo académico son un sistema
que no solamente dicta lineamientos de reformas educativas, sino que
establece nuevos sentidos de reproducción del sistema educativo público
universitario y nuevas configuraciones institucionales en lo interno de
las universidades públicas. El movimiento estudiantil no se enfrentó
a una Reforma Universitaria vacía, la misma estuvo sustentada bajo
criterios académicos y científicos determinados por el neoliberalismo y
el capitalismo académico. En esa dirección, el capitalismo académico se
distancia relativamente de las lecturas clásicas del neoliberalismo, ya que
este capitalismo trata de poner en el centro debates como la sociedad del
conocimiento, la internacionalización de la educación, la estandarización
de la educación, integración compleja de capital, nuevas formas hegemó-
nicas de globalización, todo esto en el marco de un Estado dependiente,
donde los procesos de desnacionalización de la economía se profundizan
y se acrecienta una dependencia tecnológica.
La segunda dirección, fue la puesta en marcha de una Reforma
Universitaria que en términos políticos buscó censurar el pensamiento
crítico, mediante la expulsión y judicialización de estudiantes universi-
101. Extracto de reflexión de estudiante de la Asociación de Carrera de Derecho, en Asamblea del
Movimiento Estudiantil en UNAH-VS, julio, 2014.
82
tarios. Luego de la reelección, el julietismo comprendió que su versión
de Reforma Universitaria, como toda política neoliberal, solo iba a ser
posible si se imponía mediante la fuerza y la violencia. Ante las protestas
nacionales que causaron la reelección, la selección de estudiantes ante
el Consejo Universitario y la aprobación de las Normas Académicas, la
respuesta de las autoridades universitarias fue la persecución y la judicia-
lización hacia la comunidad estudiantil.
El 18 de diciembre del 2014, las autoridades universitarias expulsaron
por dos períodos consecutivos a las y los estudiantes Dayanara Castillo
(Sociología), Javier Ávila (Sociología), Cesario Padilla (Periodismo), José
Luis Herrera (Sociología), Sergio Ulloa (Trabajo Social) y Moisés Cáceres
(Sociología). Este proceso fue impulsado por la decana de la Facultad
de Ciencias Sociales, Martha Lorena Suazo y el vicerrector de Asuntos
Estudiantiles, Ajax Irías, exlíder sindical de la UNAH. Ambos actuaron
bajo resoluciones institucionales, FCSS 001-2014 y VOAE 002/2014, en
las cuales se hacía explícito que las acciones de expulsión se realizaron
ante las protestas estudiantiles sostenidas en el marco de la aprobación
de las normas académicas.
Para la periodista y defensora de derechos humanos Dina Meza,
lo anterior «fue un proceso que se dio en el marco de la ilegalidad y el
objetivo fue sentar un precedente para eliminar de raíz la libertad de
expresión y protesta estudiantil que demanda un diálogo encaminado a
democratizar la UNAH. Las y los estudiantes en mención fueron llamados
a audiencias en noviembre anterior donde las autoridades de la UNAH
no les permitieron un abogado y violentaron el debido proceso de los y la
afectada»102.
Ante esa acción, el cuerpo de abogados de los y las estudiante
interpusieron un amparo ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la
cual ordenó a la UNAH matricular a los estudiantes expulsados, tanto
de Ciudad Universitaria, como de UNAH-VS103. Lo anterior conllevó a
que las autoridades tácticamente cambiarían su mecanismo de represión
83
hacia el sector estudiantil, centrándose en el apoyo estratégico que
desde entonces recibiría del Ministerio Publico (MP) y de la Agencia
Técnica de Investigación Criminal (ATIC), a través de sus cuerpos de
inteligencia. Estos entes estatales, cumplirían con tareas de persecución
y vigilancia hacia el liderazgo estudiantil y de infiltración, como quedó
evidenciado en el 2017 en el Juicio Oral y Público, contra los estudiantes,
Sergio Ulloa, Moisés Cáceres y Cesario Padilla, en el cual, un miembro
de la ATIC manifestó «nos tocó hacernos pasar por estudiantes y estar
en las manifestaciones»104.
La misma acción represiva y autoritaria se desarrolló en UNAH-
VS, donde «14 estudiantes enfrentan procesos judiciales auspiciados
desde el Ministerio Público (MP), otros fueron llamados a audiencias
de descargo, y uno en la capital debe ir a los juzgados a firmar cada
viernes por sedición, lo que denota la exacerbación del autoritarismo
en la máxima casa de estudios»105. Este fue el primer ataque abierto del
julietismo contra la lucha estudiantil, que desencadenaría en un amplio
proceso de criminalización, persecución y judicialización contra la
comunidad estudiantil y que marcaría la conflictividad estudiantil en la
comunidad universitaria en los próximos años.
El tercero, un proceso de Reforma Universitaria que políticamente
se alineó a los intereses de la élite en el poder, anclada al Partido Nacional
(PN). En este punto fue importante, como quedó evidenciado alrededor
del carácter reivindicativo del movimiento estudiantil, en posicionar
en el imaginario colectivo la vocación crítica y social de la universidad
pública, en una sociedad altamente conflictiva, polarizada y controlada
por un régimen político autoritario, represor y corrupto. En el fondo, lo
que estuvo en juego y disputa fue la noción de la autonomía universitaria,
en su sentido político y estratégico.
En ese marco, hubo tres acontecimientos de la política externa
que politizaron el campo universitario y le impregnaron al nuevo
movimiento estudiantil un carácter político y subversivo: i) la
84
aprobación de las ciudades modelos, ii) el fraude electoral y, iii) la
reelección presidencial. Alrededor de esos elementos se constituyó
una identidad política estudiantil, que, desde el campo universitario,
posicionó los problemas de país y les demandó a las autoridades
universitarias jugar un rol protagónico en los grandes problemas de la
sociedad hondureña.
La UNAH guardó silencio ante esos tres acontecimientos, mante-
niendo distancia del debate sobre la soberanía nacional, independencia
de poderes y el autoritarismo. En ese marco de silencio, en el 2013 surge
en la UNAH el Movimiento Camisetas Negras, quienes abiertamente es-
tablecieron una lucha contra el autoritarismo de JOH, instaurándose en
el imaginario colectivo dos de las frases que motivarían amplios procesos
de protesta y cambio en el país: AntiJOH y no a la Reelección. No es de
nuestro interés entrar en debate abierto sobre esos acontecimientos, pero
si es importante comprender que el nuevo movimiento estudiantil tuvo
en su posicionamiento y discurso que la Universidad debería de jugar
un papel activo en los grandes problemas de país. Asimismo, la profun-
dización del proceso de ciudadanía estudiantil en la historia reciente del
movimiento estudiantil se debe en gran parte a estas manifestaciones
políticas de las juventudes universitarias.
Sin embargo, es importante mencionar que el símbolo de las
camisetas negras quedaría representado de manera permanente en
el movimiento estudiantil. Las movilizaciones del 2015, 2016 y 2017
estarían marcadas por dicho símbolo, como representación del luto,
dolor y muerte, en el marco de una Universidad que cedía a los intereses
de la élite en el poder y criminalizada a la comunidad estudiantil. Desde
una mirada posmoderna, en su sentido estético, podríamos sostener
que el color negro fue la representación de la indignación y resistencia
estudiantil en la UNAH. Lo negro como la frontera significante entre el
Ser y la Nada, recordaba Jea Paul Sartre, en el contexto de la revolución
estudiantil al calor del Mayo francés del 68.
Negros fueron los ataúdes que el movimiento estudiantil utilizó
para denunciar la violación de la autonomía universitaria por las fuerzas
militares y policiales, en el desalojo violento del 2015. Negras fueron
las camisetas que se utilizaron en el 2016 y 2017 para demostrar el
descontento contra la criminalización y judicialización estudiantil. En
85
definitiva, el movimiento ANTIJOH y de las camisas negras del 2013
sería uno de los movimientos que más le exprimiría identidad política
al movimiento estudiantil y a las juventudes en general en el campo
universitario.
Desde entonces quedó evidenciado que la lucha estudiantil en la
UNAH estaría dinamizada, en el marco de su autonomía organizativa
y política, por la dinámica política externa, no desde un carácter
instrumental y partidario como lo quisieron posicionar las autoridades
universitarias, sino desde una conciencia histórica de clase subalterna,
en la cual la comunidad estudiantil comprendió que la educación es uno
de los principales móviles para transformar la sociedad y que la defensa
de la universidad y educación pública, era el medio para alcanzar dicho
fin (Ver Introducción).
En ese sentido, como bien lo establece Juan Carlos Monedero
(2009)106, alrededor de su idea de comarca universitaria, en la UNAH la
lucha estudiantil representó el desencuentro de la universidad consigo
misma, en donde los jóvenes estudiantes, por primera vez, suelen
pensar el pensamiento, siguiendo la propuesta de la tradición crítica de
la universidad. Es decir, la juventud es un momento de generosidad e
irreverencia, como bien lo menciona Platón en la República hace 2500
años.
En ese marco, el debate sobre la universidad pública, su vocación
crítica y social se instauró de manera permanente en el movimiento
estudiantil, convirtiéndose en un móvil con capacidad de profundizar
el proceso de organización estudiantil y politización de la comunidad
estudiantil. En definitiva, la Reforma Universitaria y su lineamiento con
los intereses de la élite en el poder, provocó en el movimiento estudiantil
la emergencia de narrativas críticas y subversivas, que retoman como
herencia histórica las narrativas del Movimiento Estudiantil Universitario
en la década de los, 60, 70 y 80 del siglo XX, alrededor de la autonomía
universitaria (Ver capítulo XII).
En síntesis, la reelección de la exrectora Julieta Castellanos, la
entrada en vigencia de las normas académicas y la criminalización
106. Monedero, Juan Carlos, El gobierno de las palabras: política para tiempos de confusión, primera
edición, España, Fondo de Cultura Económica, 2009, p.259.
86
hacia la comunidad estudiantil significarían en términos políticos
tres de los hechos más importantes para comprender el ascenso del
movimiento estudiantil y la conflictividad universitaria de los años
2015, 2016 y 2017. Con este ciclo, se cierra un importante capítulo para
el movimiento estudiantil, el cual, en sus esfuerzos por democratizar el
campo universitario encontraría múltiples espacios para reivindicar sus
demandas gremiales y políticas, a un costo político alto, por la represión
institucional, pero con un legado que evidencia que el poder se disputa y
se enfrenta de manera estratégica.
G. Conclusiones
1. El golpe de Estado conllevó a la construcción de nuevos campos
sociales y políticos en un contexto de polarización, generando
subjetividades políticas con capacidad de movilizar agentes sociales
y posicionar narrativas alternativas, alrededor de la crisis política
en la sociedad hondureña. El golpe de Estado desestructuró a la
sociedad y como tal, abrió un nuevo marco general para repensar
lo social, la política y lo político y, en definitiva, la idea de cambio y
transformación social. En esa dirección el movimiento estudiantil, en
conjunto con el movimiento feminista y de mujeres, anticorrupción,
indígena y campesino, son los representantes de ese cambio, que se
tejen en las redes primarias de socialización organizativa y política:
la asamblea, la comunidad, el territorio y la plaza, a través de formas
de organización autónoma y democracia directa.
2. La apuesta ideológica de la élite política en el poder alrededor
de la LES, transformó políticamente el campo universitario,
conllevando de manera gradual a la reconfiguración organizativa y
política del nuevo movimiento estudiantil. Lo anterior, se tradujo
en una mayor consciencia organizativa y política en la defensa de
la educación pública y la autonomía universitaria, en un contexto
de emergencia del movimiento estudiantil que tuvo la capacidad
de frenar los intereses mercantilistas de los sectores privados de
la educación superior, para su consiguiente mercantilización y
privatización.
3. Desde sus inicios los procesos de organización estudiantil tuvieron un
carácter horizontal y autónomo, alrededor de prácticas organizativas
87
que conllevaron a la politización del campo universitario, Asimismo,
los procesos de organización apuntaron a la construcción de
ciudadanía universitaria y, por consiguiente, a la democratización
de la universidad, desde las representaciones sociales y capitales
culturales de la comunidad estudiantil, que al momento de
objetivarse en la lucha estudiantil le disputaron el poder político y
simbólico a las autoridades universitarias.
4. La criminalización y la judicialización se instaló de manera
estratégica como una práctica de contrainsurgencia política que tuvo
como objetivo debilitar y desaparecer al movimiento estudiantil.
En el caso de la UNAH, lo anterior no se puede comprender sin el
proceso de ajuste institucional, intrínseco en el proceso de reforma
administrativa, acentuando un centralismo político que cerró
todos los espacios de participación y diálogo en la UNAH. En
ese sentido, la criminalización y judicialización fue un ataque a la
libertad de expresión, a la construcción de ciudadanía estudiantil,
a la democratización de la universidad y a la creación de un agente
estudiantil crítico, reflexivo y humanista, forjado en la práctica
organizativa estudiantil y en la identidad política de la misma.
5. La reelección ilegal de la exrectora Julieta Castellanos fue una
decisión política y estratégica de la élite del poder, que mediante
el julietismo vieron representados y reproducidos sus intereses de
clase dominante, en un contexto de país en el cual las juventudes
iban disputando y conquistando espacios públicos. La reelección no
fue un hecho aislado a la emergencia del movimiento estudiantil,
respondiendo tácticamente a debilitar dicha fuerza y estratégicamente
a garantizar la supervivencia de un modelo de Reforma Universitaria
carente de legitimidad y de sentido público. De esa forma, la élite
del poder forjó una alianza entre las autoridades que terminaría
con la elección interina del Rector Francisco Herrera, considerado
desde el movimiento estudiantil como uno de los principales
actores encargados de promover la fragmentación del movimiento
estudiantil en UNAH-VS y posteriormente su institucionalización,
en el marco de las elecciones estudiantiles de 2022.
88
Capítulo IV
107. Los graves daños de una toma en UNAH-VS, Comunicado de la UNAH, julio de 2015.
89
y aprendizaje. En el fondo, lo que estuvo en juego fue dar muestras que
en la UNAH se estaban cumpliendo con los estándares internacionales
de excelencia y de rendimiento académico, dictadas por la globalización
educativa en el marco del capitalismo académico.
Como nos recuerda Pierre Bourdieu (2015)108, las reformas
educativas en el sistema educativo hay que verlas desde una perspectiva
de clase para dar cuenta de quienes son los afectados, perjudicados y
excluidos (refiriéndose a las clases bajas)109, ya que son orientados a
profundizar los sistemas de clasificación social y las desigualdades en
su forma más amplia. En su momento desde el movimiento estudiantil
se expresó, que las medidas alrededor de las de las Normas Académicas
afectarían aproximadamente al 28% de la comunidad estudiantil110.
Las Normas Académicas evidenciaron lo que el Sociólogo Roberto
Leher (2010), denomina «Comodificacion de la Educación»111. La
comodificación o mercantilización es motiva por tres vías: el desarrollo
de un Estado Gerencial que ha dejado de financiar la universidad
pública y que es movido por la economía de mercado, la instauración de
modelos universitarios institucionales de gestión de calidad y la creación
de una masa laboral técnica-estudiantil en detrimento de las capacidades
intelectuales y científicas en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Las Normas Académicas representan un proceso de comodificación
y mercantilización de la educación en los siguientes aspectos. Primero,
bajo el discurso de las autoridades de que los estudiantes generan pérdi-
das millonarias a la universidad, encaja directamente con la crisis finan-
ciera de la UNAH producto de un Estado que ha dejado de financiar la
educación universitaria, ante la falta de entrega del 6% del presupuesto
nacional, como lo establece la Constitución de la República. Segundo,
la capacidad intelectual del estudiante universitario es medida bajo la
racionalidad instrumental del índice académico, lo que viene a poner en
relieve la forma en la cual los valores del mundo empresarial (sin previo
108. Bourdieu, Pierre, Intervenciones políticas: un sociólogo en la barricada, primera edición, Buenos
Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2015 p.85-89.
109. La cursiva es nuestra.
110. «Normas Académicas solo afectan al 28% de estudiantes», Diario El Heraldo (versión impresa),
junio, 2015.
111. Leher, Roberto. Por una reforma radical de las universidades latinoamericanas / compilado por
primera edición, Argentinta, Rosario, Editorial Homo Sapiens Ediciones, 2010, p. 34-40.
90
análisis y debate desde el campo académico) van encontrando espacio en
la Universidad: eficiencia, calidad y competencia del estudiante. Tercero,
las normas académicas son un proceso excluyente que desconoce el
origen de clase del estudiante y la participación estudiantil, lo que deja
en evidencia el vaciamiento del sentido público de la educación y la
centralización política del proceso de Reforma Universitaria. Y cuarto,
la ausencia de reforma académica que solucione los problemas cotidia-
nos de la comunidad universitaria: maestros preparados, laboratorios,
bibliotecas actualizadas, edificios para estudiantes, condiciones pedagó-
gicas, entre otras.
La comodificación de la educación conlleva a procesos de
contrarreforma académica, desarrollo de un mercado estudiantil
universitario y la profundización de la exclusión y de las desigualdades.
Lo anterior condujo a que la comunidad estudiantil reaccionara de
manera crítica. Uno de los principales argumentos alrededor de las
Normas Académicas fue: «las autoridades universitarias aún no resuelven
los problemas que se presentan en el proceso de formación profesional
(aulas, laboratorios, maestros, bibliotecas), y no han avanzado en
elementos centrales de la reforma académica como ser: acreditación de
las carreras, métodos académicos de contratación docente, evaluación
docente, capacitación y profesionalización docente»112. Asimismo,
se sostuvo abiertamente, «es imposible poner en marcha procesos
de Normas Académicas, cuando en las carreras no se han entrado en
procesos de rediseño curricular; cuando no se tiene claridad sobre la
concepción y las funciones de la universidad; cuando no se conoce
como regular los procesos de investigación científica y los procesos de
vinculación social. La cuestión de fondo se debate en que no podemos
hablar de reforma académica hasta que no haya agotado el debate sobre
la universidad y la Reforma Universitaria»113.
91
B. Normas académicas, racionalización académica y positivismo
institucionalizado
La Tabla de Unidades Valorativas y el 70%, responden a un mecanismo
de racionalización académica que se manifiesta con la selección de
estudiantes que cumplen con las habilidades y actitudes que el sistema
universitario requiere y que además cumpla con una serie de condiciones.
Primero, que no le genere gastos a la Universidad (que no se retire de
clases). Segundo, que curse clases acorde a sus capacidades intelectuales
(determinadas por un índice). Y tercero, que sea parte de la visión social
de que todo está determinado por la excelencia, la competencia y la
eficiencia en detrimentos de los valores humanos (igualdad, solidaridad
y equidad). Con las Normas Académicas, se instaura en el campo
universitario una especie de positivismo institucionalizado que retoma
el dato (cuantitativo) como única forma de expresión de la educación de
calidad.
Sin embargo, el alcance y lesividad de las Normas Académicas iba
más allá del tema de las unidades valorativas y el índice de aprobación
del 70%. Con la aprobación de dichas normas, se abriría un nuevo
episodio en la formación profesional del estudiante universitario. Desde
el enfoque teórico de la gestión universitaria, las Normas Académicas en
el «plano normativo» buscan la regulación del acceso y permanencia del
estudiante a la universidad pública y en el «plano académico» busca la
reorientación del proceso de formación profesional y la transformación
en los procesos de enseñanza y aprendizaje, en el marco de un modelo
educativo que promueve la educación de mercado114.
En el marco de la racionalidad académica y el positivismo institu-
cionalizado, las Normas Académicas se presentan como un elemento de
gestión educativa que busca regular la permanencia (acceso a la educa-
ción) y la vida académica (formación profesional) del estudiante univer-
sitario. Lo anterior generaría tres problemas, siendo la base sobre el cual
el movimiento estudiantil centraría su debate y puntos de preocupación:
1. Gestión universitaria corporativa. Cuando se aprobaron dichas
normas, las autoridades universitarias expresaban que era de manera
114. Para un análisis detallado sobre el tema véase: Una visión postmoderna de la pedagogía, Jean
Pierre y Huguette Desmet, en, La Educación Postmoderna, España, Editorial Popular, 2006, p. 37-53.
92
urgente que se contralara mediante el proceso de matrícula, el
acceso y permanencia del estudiante en UNAH, ya que el abandono
de clases conducía a pérdidas millonarias. La gestión consistía en
regular el acceso y permanencia del estudiante universitario, al estilo
de las empresas cuando buscan racionalizar sus recursos para ofrecer
mejores servicios. ¿Por qué la comunidad estudiantil se retiraba de
sus clases? Fue una de las preguntas que la comunidad estudiantil se
respondía en las plazas de la universidad, en el marco de las protestas
contra las normas académicas.
Desde el movimiento estudiantil se sostenía abiertamente: «El
problema es que en la UNAH los últimos seis años las autoridades
no han racionalizado recursos (siguen gastando dinero en edificios
para la burocracia) y tampoco han mejorado la educación de calidad
(docentes mal formados, malos laboratorios). Pareciera ser que el
despilfarro en gastos de infraestructura del 2010-2015, tiene que ser
pagado por el estudiante con la restricción a clases, porque ya no hay
dinero para contratar maestros»115.
2. El estudiante autogestionado. Lo peligroso de la gestión universitaria
corporativa es que las autoridades universitarias dejan de preocuparse
por los problemas del estudiante y, en contraposición, consideran
al estudiante como «individuo consigo mismo. Por lo tanto, es el
responsable de sus malas prácticas y decisiones que perjudican en
su rendimiento académico. En otras palabras, «las autoridades no
solo gastan dinero en edificios innecesarios, sino que el estudiante es
el culpable de su irregular desempeño académico en la gestión de la
educación»116.
3. El programa académico. Alrededor de dichas normas, el estudiante
pretende ser educado y formado bajo un sistema educativo rentista
y mercantil, que mediante el discurso de la racionalización del gasto
público reemplaza el derecho a la educación (acceso libre), por la
igualdad de oportunidades (competencia), es decir, «el estudiante
tiene que competir todos los períodos académicos por sacar buenas
notas (sin importar que las autoridades no le faciliten los medios), y
93
en base a la igualdad de oportunidades poder optar a determinadas
clases en el próximo período de matrícula»117.
117. Entrevista realizada a estudiante de la Asociación de Carrera de Pedagogía, San Pedro Sula, 2015.
94
C. La primera toma general de la UNAH (2015): La Mesa de
Estudiantes Indignados (MAEI) y el Comité de Huelga
El 2 de julio de 2015 la UNAH-VS fue tomada por las y los estudiantes de
Odontología, ante las malas condiciones. «Con la luz de su celular deben
de alumbrar las dentaduras de los pacientes, porque se han quedado sin
sillones suficientes»118. La toma de UNAH-VS, coincidió con la entrada
en vigencia de las Normas Académicas, generando una reacción en
cadena de protestas durante el mes de julio en Ciudad Universitaria
(CU) y Centros Regionales de la UNAH.
Las tomas de los edificios tenían una demanda académica. La
comunidad estudiantil demandaba inversión en los laboratorios,
contratación de docentes y mejoras en la infraestructura estudiantil, por
décadas deterioradas y abandonadas. Asimismo, las demandas tuvieron
un fuertemente componente político, ya que la comunidad estudiantil
posicionó la falta de participación estudiantil en el proceso de Reforma
Universitaria119. Esta relación es importante, ya que desde sus inicios la
lucha estudiantil estaría marcada por dicha dualidad, que en términos
estratégicos significó un proceso legítimo de lucha y disputa de poder
entre la comunidad estudiantil y las autoridades universitarias.
Ante la toma de UNAH-VS, las autoridades actuaron en dos direccio-
nes. Primero, cancelaron el período a las y los estudiantes de Odontología,
tanto de Ciudad Universitaria (CU) y UNAH-VS, responsabilizando a la
comunidad estudiantil de la pérdida de clases120. Segundo, manifestaron
públicamente que las tomas tenían un tinte político, influenciadas por
los partidos políticos y que por lo tanto respondían a intereses políticos
externos a la UNAH121.
Ante esas acciones, el 8 de julio se desarrolló la toma general de
la UNAH, durante siete días, marcando un antes y un después de la
lucha estudiantil. La toma general fue la primera en el siglo XXI y en la
administración de la exrectora Julieta Castellanos, causando un sisma
118. «Paro indefinido en UNAH-VS por las malas condiciones en Odontología», Diario La Prensa
(versión impresa), 2015
119. Comunicado #2, de la Mesa de Estudiantes Indignados, 2015
120. UNAH deja claro a estudiantes «Si no hay clases, no hay diálogo», Diario La Prensa (versión
impresa), 2015
121. Rectora denuncia que dirigentes de LIBRE están detrás de tomas, Diario El Heraldo (versión
impresa), 2015
95
político en la comunidad universitaria y en los principales medios de
comunicación del país, los cuales, abiertamente se inclinaron a defender
a las autoridades universitarias y criminalizaron la protesta estudiantil
en la UNAH.
El proceso de toma general de la UNAH en el 2015 estuvo marcado
por cinco elementos de fondo. Primero, la forma de organización.
El proceso de organización de las asociaciones y el surgimiento de
movimientos estudiantiles independientes en el período del 2010 al
2014, fue el eje central sobre el cual se desarrolló la toma general de la
UNAH del 2015, bajo una dinámica organizativa autónoma, incluyente,
democrática y horizontal. Dos instancias de lucha se crearon, La Mesa
de Estudiantes Indignados (MAEI) y el Comité de Huelga (CH),
plataformas estudiantiles que aglutinaron y movilizaron a las principales
organizaciones y movimientos estudiantiles de la UNAH. Es importante
mencionar que el CH se forma de manera descentralizada y democrática
en Comités de Huelgas Locales, en cada unidad académica de la UNAH.
Experiencia que posteriormente sería retomada en el 2016 por el MEU.
Segundo, demandas de carácter académico y político. Alrededor
de los siguientes aspectos: i) derogación de las normas académicas, ii)
restitución del período a la comunidad estudiantil de Odontología, iii)
cese a la criminalización de la protesta estudiantil, iv) instalación de
diálogo entre la comunidad estudiantil y las autoridades universitarias
y v) la desmilitarización de la UNAH122. Las demandas de la MAEI y
el CH fue un proceso de construcción participativa entre las diferentes
asociaciones, movimientos estudiantiles independientes y el FRU,
alrededor del método asambleario.
Las demandas generaron una serie de repercusiones políticas en
el campo universitario, provocando una serie de rupturas políticas e
ideológicas. Por un lado, la trascendencia política de la lucha estudiantil,
en un contexto de universidad sin representación estudiantil legítima
y la prevalencia de un modelo de gestión universitaria centralista y
autoritario. Por otro lado, la legitimidad de las demandas del movimiento
estudiantil, como elemento de carácter estratégico para disputarle la
visión del mundo universitario a las autoridades universitarias en las
96
redes sociales y espacios de opinión pública. Por último, el carácter
disruptivo del movimiento estudiantil en sus demandas y planteamientos
de carácter académico y político, claves para avanzar en los procesos de
repolitización del campo universitario y la conquista de espacio público.
Tercero, la judicialización de estudiantes universitarios. El 11 de
julio el Ministerio Público (MP) dictó orden de captura contra veinte
estudiantes, acusados de usurpación, detención de espacios públicos y
daños agravados contra la UNAH123. Dicha acción de judicialización de
carácter penal fue la primera que las autoridades llevaron a cabo para
criminalizar al liderazgo estudiantil y debilitar al movimiento estudiantil.
La acción de judicialización tuvo una repercusión fuerte en el campo
político y mediático del país, ya que era la primera vez en su historia que
la UNAH hacía uso del derecho penal para judicializar a integrantes de
la comunidad estudiantil.
En perspectiva del campo universitario los procesos de judicialización
fueron la principal herramienta que las autoridades universitarias
utilizaron para frenar el proceso de lucha estudiantil, contando con
aliados en el campo legal y policial de gran alcance: MP, Sistema Policial
y Corte Suprema de Justicia (CSJ). Lo anterior conllevó, a que desde el
seno del movimiento estudiantil se posicionara públicamente la relación
entre la élite legal y policial y las autoridades universitarias, alrededor
de uso del derecho penal como forma de criminalización política y
vulneración de derechos humanos124, conformándose en los siguientes
años una alianza táctica y estratégica que conduciría al incremento de la
conflictividad en la UNAH.
Cuarto, el uso del poder simbólico y económico de la UNAH para
criminalizar y estigmatizar la lucha estudiantil. A las primeras horas de
la toma general de la UNAH, las autoridades universitarias haciendo uso
del poder simbólico y económico, de manera sínica y canalla, expusieron
en los principales medios de comunicación los rostros y calificaciones
de las y los estudiantes que lideraban los procesos de lucha estudiantil,
resaltando su herencia de lucha social, participación política y partidaria y
sus notas de estudio. La MAEI fue categórica y manifestó: «las autoridades
ante la falta de argumentos sólidos para responder a las demandas de los
123. Comunicado del Ministerio Público, 2015.
124. Comunicado # 4 Mesa de Estudiantes Indignados, 2015.
97
estudiantes hacen uso de los recursos de la UNAH para criminalizar,
estigmatizar y calumniar a la comunidad estudiantil que lucha por la
defensa de la educación pública y la democratización de la UNAH»125.
Quinto, el sisma político de la toma general de la UNAH en la comu-
nidad universitaria. Desde sus primeros meses de gestión el julietismo
atacó abiertamente a los docentes y trabajadores de la UNAH, fragmen-
tando y debilitando dichos núcleos organizativos, históricos promotores
de la defensa de la universidad pública. La toma general de 2015 abrió
un campo de alianza entre ambas fuerzas y la comunidad estudiantil,
conllevando a una reconfiguración de las diferentes fuerzas políticas
universitarias y abriendo nuevos escenarios de solidaridad, comunidad
y colectividad, cruciales en los siguientes años de lucha estudiantil.
Sexto, la estructura del campo de poder universitario y el
componente de clase. Las motivaciones que generaron la toma general
de la UNAH surgieron en la Facultad de Ciencias Médicas, en la
Carrera de Odontología. En términos de clase social la Facultad de
Ciencias representa lo que Pierre Bourdieu llama la nobleza de Estado,
comprendida como el centro de formación de los cuadros de las élites
dominantes que luego se insertan en el sector público y privado. En ese
marco, la toma general del 2015 encontró asidero alrededor de un tema
de clase. Los herederos de la nobleza de Estado protestaron sobre las
condiciones precarias en las que recibían clases, provocando un sisma
mediático en el campo universitario con grandes repercusiones políticas
que las autoridades universitarias gestionaron de manera reaccionaria y
conservadora.
En esa dirección analítica, las y los estudiantes de clase media y clase
populares se fundaron en una alianza táctica y estratégica, poco analiza-
da en el seno del movimiento estudiantil y que en términos de capitales
culturales y económicos fue trascendental para la conformación del mo-
vimiento Estudiantil Universitario (MEU) en el 2016 (Ver Capítulo VI).
98
trescientos efectivos policiales desalojaron la protesta estudiantil y
las autoridades universitarias lo celebraron como botín de guerra126.
En perspectiva de campo universitario y lucha estudiantil, el desalojo
violento no hizo más que agudizar las contradicciones políticas entre la
comunidad estudiantil y las autoridades universitarias. En esa dirección,
es importante puntualizar algunas ideas de fondo, en los esfuerzos
por dimensionar políticamente dicho acontecimiento, ya que el uso
de la fuerza y la violencia fue el principal recurso institucional que
utilizó el julietismo en los esfuerzos por imponer su visión de Reforma
Universitaria y debilitar al movimiento estudiantil.
Por un lado, la violación de la autonomía universitaria. La entrada de
las fuerzas policiales y militares a la UNAH no solo fue un claro ejercicio
político de violación a la autonomía universitaria, por tres razones.
Primero, desvirtualizó la idea de comunidad universitaria como espacio
de reflexión y diálogo que de manera propositiva y crítica las y los actores
resuelven internamente sus diferencias. Segundo, puso en detrimento
la formación de ciudadanía universitaria y forjamiento de conciencia
crítica, en un campo universitario en el cual la función social es educar
y formar a estudiantes críticos, propositivos y reflexivos. Tercero, instaló
una cultura universitaria de la no tolerancia, que socavó las bases de
la solidaridad orgánica, como diría Emile Durkheim, y fragmentó la
convivencia sana y pacífica de la comunidad universitaria, instalándose
de manera permanente un clima de miedo, terror y desconfianza, visible
en los tres años del conflicto universitario.
Por otro lado, la instauración de un discurso de odio y desprecio
contra el movimiento estudiantil. Desde la toma general de la UNAH en
el 2015, las autoridades universitarias, medios de comunicación, empresa
privada y el Gobierno nacionalista, culparon al movimiento estudiantil
por la pérdida de clases. Las autoridades hicieron uso del poder
simbólico, no solo para despotricar contra el movimiento estudiantil,
sino que existió una clara intención de centralizar en dicho movimiento
la culpa del conflicto y la crisis universitaria127.
Por último, el desalojo no solo agudizó las contradicciones políticas
entre la comunidad universitaria y las autoridades, disrumpió el espacio
126. «Juzgado ordena desalojo de la UNAH en la capital», Diario El Heraldo (versión impresa), 2015.
127. «Tomas han causado millonarias pérdidas», Diario La tribuna (versión impresa), 2015
99
público universitario y forjó una conciencia estudiantil subalterna
defensora de la universidad pública y la autonomía universitaria. Lo
anterior conllevó a una serie de acciones colectivas disruptivas que
politizaron el campo universitario, entre las cuales sobresalen: i) las
procesiones universitarias bajo el símbolo RIP, representativo a través de
ataúdes negros que simbolizaban la muerte de la autonomía universitaria,
ii) el uso de camisas y chongos negros, como manifestación política de
que en la UNAH la entrada de policías y militares significaba un sentido
de muerte, luto y terror, reviviendo los episodios negros de la herencia
militar universitaria de la década de los 80, retratado en el libro Cuando
las tarántulas atacan, de Longino Becerra Lanza y, iii) potenciamiento de
la organización estudiantil, alrededor de la reactivación del proceso de
organización estudiantil, focalizándose en la Asociación de Estudiantes y
las Juntas Directivas de Facultad, representativo en Ciudad Universitaria
y los Centro Regionales de la UNAH.
En definitiva, el desalojo violento increpó la visión de las autoridades
universitarias sobre la representación del campo universitario y condujo
a un amplio proceso de reorganización estudiantil que sería clave en la
formación del MEU en el 2016. Como bien lo recuerda Carlos Marx
en la obra el 18 Brumario de Luis Bonaparte, la derecha crea a sus
propios sepultureros, las autoridades crearon a los suyos, en un instante
desprovisto de razón y falta de cordura.
128. Si desea conocer en profundidad las discusiones del diálogo puede verse en: https://xdoc.mx/
documents/minuta-del-dialogo-universidad-nacional-autonoma-de-honduras-604703333e6d0
100
Desde el movimiento estudiantil participaron representaciones de
las asociaciones estudiantiles de carrera y el movimiento estudiantil
independiente. El diálogo fue de gran importancia para el nuevo
movimiento estudiantil, ya que los frentes estudiantiles fueron
desplazados como interlocutores de la comunidad estudiantil, dando
paso a una nueva generación de liderazgo estudiantil que se convertirían
en la voz legítima de dicha comunidad. Asimismo, serviría para
instalar en el imaginario colectivo la participación estudiantil, defensa
de la autonomía universitaria, educación pública y democratización
universitaria.
Las demandas de la MAEI y el CH fueron las siguientes129:
1. La renuncia inmediata del abogado Ayax Lempira Irías Cuello,
vicerrector de Asuntos Estudiantiles, dado que su trayectoria sindical
y profesión son ajenas a la vinculación, orientación y resolución de
conflictos de carácter estudiantil.
2. La renuncia inmediata de la abogada y Ms. en Trabajo Social, Martha
Lorena Suazo, actual decana de la Facultad de Ciencias Sociales,
debido a que su figura no representa ninguna autoridad en el campo
académico de las Ciencias Sociales.
3. La no criminalización de la protesta y del y la estudiante, así como
el cese al acoso, persecución a través de docentes para identificar a
líderes estudiantiles
4. Los informes y avances significativos de las primeras etapas de los
diálogos anteriores establecidos en los Centros Regionales, así como
de las diversas facultades.
5. Los informes económicos de acuerdos y convenios, en especial con
el Banco LAFISE y la Cervecería Hondureña.
6. Capacitación pertinente, progresiva y permanente del cuerpo
docente, dirigido a la enseñanza y a la investigación científica.
7. La entrega inmediata y sin menos cabo del material y herramientas
confiscadas en la sede del Movimiento Amplio Universitario el día
13 de agosto del presente año (se refiere al 2015).
8. El respeto a la autonomía universitaria y a nuestro derecho de elegir
y ser electo para los órganos de Gobierno Universitario y, asimismo,
101
el detente a la elección de Concejales Universitarios hasta que la
comunidad estudiantil cree los espacios pertinentes de este órgano
de Gobierno.
9. La construcción de un espacio de debate permanente entre estu-
diantes, docentes y autoridades para la cimentación de un modelo
educativo que supla las necesidades de nuestra realidad nacional,
debido a que la investigación científica proveniente de la UNAH
son aportes, en su mayoría, de contenido bibliográfico, mostrando
deficiencia en materia teórica, dado que es la Universidad la encar-
gada en fomentar y garantizar la contribución al sostenimiento en
políticas públicas y sociales del Estado de Honduras.
10. Mesa de trabajo con VOAE y SEAPI, para analizar y dar solución a
la problemática de las diferentes carreras.
F. Conclusiones
1. Las Normas Académicas como un proyecto académico y político
de la CRU se enmarcan en una mirada de reforma educativa que
promueve la educación de calidad poniendo en detrimento la
educación gratuita e inclusiva. Desconoce el origen de clase de la
comunidad estudiantil, fomenta un tipo de individualismo que
promueve la competencia individual e instrumentaliza bajo la lógica
del mercado el proceso de enseñanza y aprendizaje. En definitiva, las
Normas Académicas son un proyecto de largo alcance que bajo una
filosofía educativa neoliberal tienden a transformar radicalmente la
concepción de la educación y universidad pública.
130. Véase, «La UNAH no criminaliza a estudiantes», Diario La Tribuna (versión impresa), agosto, 2015.
103
2. La lucha que sostuvo la comunidad estudiantil en contra de las
Normas Académicas, fue una manifestación política en la defensa
de la educación pública y una demanda por contar con participación
en el proceso de la CRU. La lucha estudiantil siempre estuvo
direccionada en avanzar en la democratización de la universidad y
el desarrollo de ciudadanía estudiantil, en un contexto de cierres y
bloqueo a los espacios y canales de participación estudiantil en la
UNAH.
3. La reacción autoritaria y conservadora de las autoridades ante las
demandas del movimiento estudiantil contradijeron la naturaleza y el
espíritu de la Universidad Pública, concebida como una comunidad
que promueve el debate, el diálogo y la construcción de propuestas
para la transformación del país y la formación crítica y humanística
del estudiante universitario. En esa dirección, los procesos de
judicialización y el desalojo violento desnaturalizaron el sentido
de la Autonomía Universitaria y abriría un largo ciclo de violencia
simbólica del julietismo hacia el sector estudiantil, conllevando a una
mayor conflictividad y polarización en la comunidad universitaria.
4. El diálogo que demandó el movimiento estudiantil para debatir
sobre los problemas alrededor de la problemática académica y la
participación estudiantil, se presentó como la primera oportunidad
para redireccionar de manera democrática el proceso de la CRU y
reforzar el proceso de Autonomía Universitaria alrededor de la misma.
Sin embargo, el julietismo desprovisto de espíritu de comunidad y su
falta de voluntad política, a la vez que convocó de manera separada al
movimiento estudiantil a dialogar, no cumplió con las demandas del
movimiento, lo que generaría nuevas manifestaciones de protestas
ante el avance de la Reforma Universitaria.
104
Segundo esbozo: Segunda toma nacional (2016): Las reformas a las
normas académicas que agudizaron el conflicto y promovieron la
conformación del MEU
105
La segunda toma general de la UNAH que se desarrolló el 20 de
junio del 2016 desató una serie de manifestaciones políticas en el campo
universitario que agudizaron el conflicto universitario. En su momento,
el diario La Tribuna133 expuso de manera precisa en una línea de tiempo
los elementos que desataron el conflicto y su posterior mediación con la
instalación de una Mesa de Diálogo:
- 22 de junio 2016: autoridades universitarias cancelaron el segundo
periodo académico en varias facultades de Tegucigalpa y del Valle de
Sula, porque no se puede reponer el tiempo perdido.
- 1 de julio de 2016: en una operación relámpago de la Policía,
24 jóvenes fueron detenidos en la madrugada de este jueves cuando
mantenían tomado varios edificios de la UNAH. Los supuestos
estudiantes y miembros del MEU fueron llevados, acompañados por
activistas de derechos humanos, a una estación policial en la capital
hondureña.
- 3 julio 2016: autoridades del Ministerio Público presentan listas de
75 estudiantes con requerimiento fiscal a nivel nacional por usurpación
de edificios de la UNAH.
- 22 de julio del 2016: las autoridades de la Universidad y los
estudiantes agrupados en el Movimiento Estudiantil Universitario
(MEU), lograron por fin un acuerdo que da paso al diálogo con el
acompañamiento del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos
(CONADEH) y otros con los mismos afines.
- 21 de julio 2016: estudiantes rechazan propuesta de las autoridades
de la UNAH y dan por roto el prediálogo porque exigen la despenalización
de 75 compañeros judicializados.
- 24 de julio del 2016: las autoridades de la máxima casa de estudios
aceptan retirar cargos judiciales a estudiantes para buscar una salida a la
crisis que mantiene paralizadas las clases en varios centros universitarios
del país.
- 27 de julio de 2016: el MEU y las autoridades de la Universidad
logran el anhelado acuerdo para poner fin a la crisis y se reanudan las
clases en la UNAH.
133. «Cuarta semana sin clases y tomas de edificio en la UNAH», Diario La Tribuna, junio, 2017.
Disponible en: https://www.latribuna.hn/2017/07/11/cuarta-semana-sin-clases-tomas-edificios-la-unah/
106
- 8 de agosto del 2016: sectores en conflicto instalan una mesa
mediadora de monitoreo y verificación del cumplimiento de los
acuerdos entre las autoridades de la UNAH y el Movimiento Estudiantil
Universitario.
Sobre la realización del segundo proceso de diálogo es importante
puntualizar algunos aspectos. Por un lado, la firma del acuerdo entre el
MEU y las autoridades universitarias que se realizó la noche del 20 de julio,
ante una gran expectativa de la sociedad hondureña y organizaciones
internacionales de derechos humanos. El acuerdo consistió en los
siguientes pasos134: i) La UNAH solicitará al MP la extinción penal contra
75 estudiantes, ii) Mesa Mediadora se instalará en un plazo de 48 horas,
iii) Se llegará a un acuerdo en un máximo de 48 horas sobre las Normas
Académicas, iv) Una vez alcanzado el acuerdo se detiene la toma y, v)
Sigue el diálogo universitario entre el MEU y las autoridades.
Por otro lado, se instaló una Mesa Mediadora135. De parte del MEU
participaron: Vernón Muñoz, exrelator especial de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) sobre Derecho a la Educación; Mirian
Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña
(OFRANEH), y como testigo de honor el sacerdote católico Ismael
Moreno, conocido popularmente como padre «Melo». Por parte de la
UNAH la conformaron Carlos Posas, presidente de la Junta Directiva de la
Asociación de Egresados de la UNAH y Mauricio Díaz Burdeth, titular del
Foro Social de la Deuda Externa de Honduras y Desarrollo (FOSDEH).
La mesa funcionó durante cuatro días, dando seguimiento al
acuerdo suscrito entre las autoridades de la UNAH y representantes
del Movimiento Estudiantil Universitario (MEU), que determinó su
instalación con miras a construir una propuesta de procedimientos para
abordar las nuevas Normas Académicas136. En relación a la conflictividad
universitaria las resoluciones de la Mesa fueron contundentes:
107
Tabla 2. Recomendaciones de la Mesa Mediadora 2016137
Elemento Concepto Recomendación
Normas académicas Artículo 214 Revisar de inmediato, ajustar y aprobar la tabla de
unidades valorativas.
Artículo 235 Suspender cobros de los servicios mencionados de
los estudiantes.
Artículos 242 y 243 Revisar contenidos por afectación a la comunidad
estudiantil y a la institución.
Equilibrio apropiado Infraestructura Incluir en el diálogo un punto específico destinado a
del presupuesto académica discutir las acciones necesarias de infraestructura y
financiamiento de cada Centro Regional.
Reforzar los espacios destinados a la labor docen-
te, incluyendo el equipamiento, los recursos para el
aprendizaje, la información y capacitación docente,
el fortalecimiento de la investigación, la readecuación
curricular, el monitoreo y evaluación académica y ad-
ministrativa.
Mejoramiento del go- Elecciones y partici- Solicitar al Congreso Nacional la derogación de Ar-
bierno universitario pación estudiantil tículo 1 del Decreto No 46-2013, para estimular y
facilitar la representación estudiantil en el consejo
universitario.
Destino de apoyo logístico y económico para todos
los procesos relacionados con la elección, acredita-
ción y consulta para las nuevas normas académicas,
incluido a lo relacionado con la plataforma organizati-
va de los movimientos estudiantiles y sus elecciones
para la designación de representantes ante el Con-
sejo Universitario. Esta facilitación y apoyo incluirá
los costos de inscripción y registro de personerías
jurídicas, traslados y cualquier otro relacionado.
Transparencia, moni- Creación de un portal de transparencia sobre el que-
toreo y evaluación hacer universitario y el seguimiento al acuerdo del
diálogo.
Instalación de una instancia de monitoreo y verifica-
ción de cumplimiento del acuerdo y de diálogo.
137. Elaboración propia con base a información del Periódico Vida Universitaria, Edición N-04
2016, p. 12 y 13.
108
Dos fueron los avances que se registraron alrededor de los acuerdos.
1. Normas Académicas: la suspensión del cobro de servicios a las
y los estudiantes; la tabla de unidad valorativa, que restringe a la o el
estudiante el poder de matricularse en las clases que desea de acuerdo con
el puntaje que alcance en las evaluaciones; los artículos que determinan
a la o el estudiante que pierde un examen más de dos veces dejar la
universidad o cambiar de carrera; y el índice académico mínimo de 70%,
bajándolo al 65%. Sin embargo, ninguna de las partes del conflicto logró
presentar una propuesta alternativa a las Normas Académicas, tal como
lo recomendó la Mesa Mediadora.
2. Casos de judicialización: se logró el sobreseimiento definitivo
de una parte de la comunidad estudiantil judicializada, dejando abiertos
varios casos de judicialización que serían el aliciente para nuevos brotes
de protesta. Sobre los casos de judicialización que no se lograron cerrar,
el cuerpo de abogados de la UNAH argumentó que eran procesos que
habían pasado a otras instancias de lo legal.
En relación con los demás elementos como la Reforma Académica,
infraestructura, presupuesto y participación estudiantil, no se registró
avances y fueron los detonadores que motivaron la toma general de la
UNAH en el 2017. En ese sentido, la Mesa Mediadora y el proceso de
diálogo tuvo una serie de implicaciones políticas en el campo universitario,
en el cual el MEU afianzó su legitimidad política y el julietismo entraría
en una fase de desgaste, de la que nunca pudo recuperarse, agrietando
fuertemente su crisis de hegemonía y crisis de legitimidad.
Los pocos avances alrededor del acuerdo fueron necesarios para
darle un respiro a la lucha estudiantil, después de dos años de ataque
permanente desde el julietismo. El MEU transformó la correlación
de fuerzas en el campo universitario en base a una serie de tácticas y
estrategias que se abordaran en el siguiente apartado. Asimismo, instituyó
una cultura de diálogo y de denuncia democrática, que sería clave para
lograr consensos con las autoridades durante el 2017 y el 2018.
109
B. Los tres debates que reabrió las demandas del MEU alrededor del
diálogo universitario y las normas académicas
138. José, Joaquín Brunner. Universidad y Sociedad en América Latina, Universidad, Veracruzana,
Instituto de Investigaciones en Educación, 2007.
110
4. La politización de la Universidad: desde el momento en que la
institución universitaria alcanza el umbral de una institución
de masas, es el de su politización. Como se ve, el problema de la
politización de la universidad no se reduce ya al de sus vínculos con
el Estado y de los partidos políticos139. Depende, en cambio, en medida
creciente, de la posición de la universidad dentro de la sociedad civil
y de sus cambiantes relaciones con los partidos políticos, grupos de
presión y, más genéricamente, con las varias fuerzas sociales que
participan en la producción de la sociedad.
Estos elementos vienen a poner en cuestión la naturaleza y funciones
de la universidad. Las transformaciones de la sociedad impactan
directamente en la dinámica de la universidad, y la forma en que la
universidad se posiciona en dichos procesos, es lo que permitirá que
mantenga su naturaleza como institución. Estas dialécticas económicas
y políticas en el seno de la universidad se presentan desde el nacimiento
de la misma, pero la complejidad de la sociedad actual es distinta y sus
repercusiones son profundas y a la misma vez críticas, ya que están
conllevando a que la universidad experimente crisis permanentes que no
solo desnaturalizan su razón de ser, sino que muchas veces son alteradas
y despojadas de sus funciones principales.
Siguiendo la idea de Karl Jaspers (1996), la Universidad se encuentra
en un proceso de transformación permanente y desde sus orígenes se
ha venido desarrollando bajo tres marcos: Universidad ‘Escolástica’,
que fue la forma original y primigenia de las grandes corporaciones
medievales, se pasó a la Universidad ‘Humanística’ y de esta a la
Universidad ‘Filosófica’ o ‘Filológica’, para desembocar en nuestros días
en la Universidad ‘Científico Técnica’140.
Es esta última visión y las actuales disputas en la universidad se parte
de la idea de la existencia de dos tipos de universidad «Las Universidades
Élites» y «Las Universidades Periféricas». Las primeras universidades
(características del mundo desarrollo y en pocos países en vías de
desarrollo) son las encargadas del desarrollo científico en sus más altos
niveles en el cual la investigación y el cultivo de la ciencia son sus elementos
111
primordiales. En la segunda mirada, sobresalen aquellas universidades
(características de los países en vías de desarrollo) que, bajo el Modelo
Napoleónico, la universidad cumple con la función de la entregar títulos
y ser un mecanismo de movilidad social e inserción laboral. En estas
universidades lo que prevalece es una visión técnica de los procesos de
formación profesional y no una formación científica profesional que
permita el desarrollo de las disciplinas científicas y académicas. En esta
dirección la filosofía educativa de las Normas Académicas de la UNAH
están en total sintonía con esa mirada napoleónica de la Universidad
Pública.
Como lo menciona Marcela Mollis ( 2016)141 las universidades luego
de la Segunda Guerra Mundial han sido alteradas y no reformadas; lo
cual está implicando una desnaturalización de la universidad y una
reinvención que contradice la naturaleza de la universidad como espacio
de generación de ciencia y desarrollo humano. Pero en la universidad
contemporánea no todo proceso de reforma ha sido enfocada en alterar
la naturaleza de la universidad, sino que constatamos reformas de
carácter académico que ofrecen pistas para modernizar la universidad
en estos tiempos de constante transformación política, social y científica.
Carlos Tünnennann (1997)142, ofrece pistas que nos ayudan a
comprender «desde una visión organizativa de la universidad» los
cambios que se ha suscitado en la universidad luego de lo que implicó el
Mayo 68. Sostiene que hasta ese momento la universidad seguía bajo el
modelo de universidad élite, y luego de ese hecho histórico la universidad
se vio en la necesidad de repensar su aparato institucional, en un marco
amplio de modernización universitaria.
141. Mollis, Marcela, La universidad en América Latina :¿reformadas o alteradas? La cosmética del
poder financiero, primera edición, Buenos Aires, CLACSO, 2016.
142. Tünnennann, Bernheim Carlos. Aproximación histórica a la universidad y su problemática actual,
México, Editorial Tecno, 1999, p. 58.
112
la formación profesional de estudiantes consumidores en detrimento
de la construcción de ciudadanía estudiantil. En los últimos años
la universidad ha sido concebida como una plataforma por la cual se
canaliza cientos de millones de dólares de la cooperación internacional
(proyectos de investigación y vinculación) que desplazan a la universidad
de su proyecto de liberación enjaulándola en un proyecto asistencialista
y un proyecto político de universidad, que en un espacio privatizado
de educación superior, profundiza y reproduce las desigualdades
que retratan el actual paisaje de país, convirtiéndose cómplice de la
desatención de los problemas públicos de la sociedad hondureña.
Bajo esa lógica de modelo y proyecto el funcionamiento de
la universidad es muy parecido al de una ONG. Las autoridades
universitarias defienden «su proyecto» bajo un modelo organizativo
burocratizado que posterga el desarrollo académico de la universidad;
prácticas institucionales enmarcadas en criterios de eficiencia y eficacia
que responde a lineamientos de la internacionalización de la educación
superior; poder centralizado en manos de rectoría y vicerectorías
que reproducen prácticas autoritarias y conservadoras; y en donde la
universidad es vista como una empresa que presta servicios educativos
y que sus resultados son medidos, no por el cumplimiento de sus
funciones como institución pública, sino por calidad de sus servicios
bajo el esquema de competencia impulsado en las universidades por los
ideólogos del capitalismo académico143.
Ausencia de Reforma Universitaria y excesiva modernización es el
común denominador de la CRU144. Mientras que la reforma pretende
redefinir el quehacer científico y cultural de la universidad, a fin de
convertirla en una institución que colabore activamente en el cambio
social, por su parte, la modernización aspira a elevar el rendimiento
académico de la universidad conforme a los criterios de los centros
más altos de actividad científica, es decir, de los países desarrollados.
La reforma busca que la universidad sea, desde su propia perspectiva,
un centro que ayude a precipitar el cambio revolucionario, en tanto que
143. Estos planteamientos están en relación con las Normas Académicas de la UNAH.
144. Para una discusión detallada sobre esta hipótesis, véase: Casali, Aldo Fuentes, Modernización
y Reforma Universitaria en tiempos de cambio. Una aproximación conceptual en perspectiva histórica
desde la mirada de los analistas. Revista de Estudios de Historia de la Cultura, Mentalidades, Económica
y Social, Viña del Mar, 2016.
113
la modernización tiene como premisa básica la mantención del sistema
vigente y, aún más, fortalecerlo mediante recursos científicos y culturales.
De allí que, si la reforma se plantea la incorporación de la ciencia a la
universidad, lo hace en el entendido que se orienta a la solución de los
problemas que aquejan a las grandes mayorías nacionales, en tanto que la
modernización lo hace con el fin de colocarse a la altura del rendimiento
de los países desarrollados, apuntando a perfeccionar el sistema vigente.
La reforma democratiza la Universidad a fin de hacer realidad su carácter
comunitario y sienta las bases institucionales para hacer permanente
la participación de la comunidad universitaria en su gobierno. La
modernización, por el contrario, pretende una democratización muy
reducida de la universidad, pues se la entiende como un incremento del
alumnado, a fin de satisfacer las necesidades de recursos humanos que
reclama el perfeccionamiento del sistema social, pero sin atender a los
fundamentos sociales y políticos que justifican la incorporación de las y
los hijos de los trabajadores al saber superior.
114
autonomía para realizar en libertad sus acciones académicas. Lo
anterior es visible, alrededor de un modelo organizativo, que, a
nivel de facultades, escuelas y departamentos (modelo francés o
napoleónico) el desarrollo académico se encuentra fragmentado y
no permite la interdisciplinariedad.
3. Un modelo educativo que entra en contradicción, ya que la
universidad no cuenta con las instalaciones adecuadas para un
desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje; se sustenta
en paradigmas (dialéctico, constructivismo y humanismo) pero
que se contraponen contra el sistema pedagógico escolástico que
aún persiste en la UNAH; que no define como articular los tres
dimensiones de la de la Reforma Universitaria en los procesos de
enseñanza-aprendizaje: investigación-docencia-vinculación; y,
que entra en contradicción con las normas académicas. Es decir,
un modelo educativo desconectado de la parte filosófica, política,
institucional y administrativa del ser y hacer de la universidad.
4. La ausencia de una reforma curricular integral que se relacione
con los componentes arriba mencionados. Se desarrolla una
reforma curricular (nuevos planes de estudio) impuesta desde los
decanatos, vicerrectoría académica y departamentos de carrera, sin
participación de los estudiantes y de los sectores organizados de la
sociedad; una reforma curricular que responde más a las exigencias
del mercado laboral, que a las necesidades históricas de la sociedad;
y una reforma curricular que responde más a las presiones de las
instancias del capitalismo académico global (el tema de los ranking
internacionales), que a los estándares regionales de educación
superior que promueven la integración regional en materia
educativa, tan esencial en tiempos de globalización educativa
desigual que refuerza la dependencia científica y académica de los
países periféricos.
115
C. La conformación y las características del Movimiento Estudiantil
Universitario (MEU)145
En julio del 2016 se funda el Movimiento Estudiantil Universitario
(MEU) con la participación diversos movimientos independientes
y asociaciones de estudiantes. Se conformó una agenda de lucha
estudiantil la cual contenía los siguientes puntos: i) Cese a la persecución
y criminalización estudiantil, ii) cese al levantamiento de requerimientos
fiscales, iii) participación estudiantil legitima en los órganos de dirección
universitarios y, iv) la derogación de las Normas Académicas.
El año de nacimiento del MEU es completamente distinto a lo
que el movimiento universitario había conocido en sus repertorios. Se
manifestaron una serie de acciones colectivas como ser: formas artísticas
como teatro, pintura, muralismo, música alusiva a la lucha estudiantil
y la capacidad de elaborar propuestas y generar debate. Es importante
reconocer que el MEU es producto histórico de una serie de movimientos
estudiantiles que le antecedieron, y los niveles de conciencia adquiridos
por la comunidad estudiantil se deben a esos golpes democráticos y
sociales que ha vivido la población en este nuevo siglo.
En relación a la constitución y características del MEU, retomaremos
los siguientes elementos de análisis:
145. A manera de síntesis este apartado recoge importantes elementos analíticos de la investigación de
Mirtha Gutiérrez, Movimiento Estudiantil Universitario MEU: Un espacio de unidad y lucha estudiantil
por la defensa de la Educación Pública en la UNAH. Tegucigalpa, Honduras, noviembre del 2017. Y de la
sistematización, titulada: Accionar del movimiento universitario (MEU) 2016-2017, Mirtha Gutiérrez,
Marcio Cruz Noé Ávila y José Luis Herrera, Tegucigalpa, Honduras, 2018.
116
La lucha por las Normas Académicas evidencia la lucha que el MEU
desarrolló hacia el campo político de poder, presentándose como una
arena en la cual hay combates, acumulación de fuerzas, capital político
y capital simbólico. El poder en el campo político aparece en la forma
de capital (cultural, objetivado, institucionalizado), el cual determina el
nivel de afectación política que los sujetos tienen hacia una determinada
estructura. En el caso de la UNAH, el capital se presentó distribuido de
manera desigual entre agentes portadores de niveles diferenciados de
capital: estudiantes y autoridades.
Lo anterior dio paso a que, en el campo universitario, como bien
lo menciona el profesor Pierre Bourdieu, se desarrollara una «luchas
de generaciones». Alrededor de la conflictividad estudiantil, las luchas
de generaciones resaltaron los siguientes matices. Por un lado, ante la
distribución desigual de capital los estudiantes irrumpieron el espacio
público para manifestar sus intereses de clase y, por otro lado, la disputa
con las autoridades universitarias giró alrededor del poder académico
y poder político, mediante una nueva representación social del ser y
quehacer de la Universidad Pública movilizada desde el sector estudiantil.
146. Jean-Claude Kaufman. Identidades una bomba de relojería. España, Editorial Ariel, 2015, p.45.
117
identidad como proceso identitario se caracteriza por su apertura
y sus variaciones permanentes, ancladas en el presente y erigiendo
escenarios de porvenir.
Siguiendo las ideas de Manuel Castells (2013)147, la Universidad
comprendida como un espacio público y de deliberación política, es
manifestante y constituyente de tres tipos de identidad, alrededor de las
cuales el MEU orientó su acción colectiva en el campo universitario:
1. Identidad legitimadora: es el que está presente en las instituciones
dominantes de la sociedad para extender y racionalizar su dominación.
2. Identidad de resistencia: son aquellos actores que se encuentran
en posiciones desfavorables en el campo universitario y que realizan
trincheras de resistencia oponiéndose al orden legitimador de la
universidad.
3. Identidad como proyecto: basando en los actores y materiales
culturales en resistencia, construyen una nueva identidad que redefine
su posición en la Universidad y la búsqueda de su transformación.
El MEU irrumpió el espacio público desde su carácter de identidad
como resistencia y la identidad como proyecto, desbordando la identidad
legitimadora del julietismo. Y en ese punto de quiebre el MEU fue capaz
de dinamizar la noción de ciudadanía estudiantil, la repolitización del
cambio social y posicionar desde ahí la problemática de la universidad.
Desde el MEU 148, sus integrantes dimensionaron la identidad como un
proceso que permitió la construcción de cohesión y deliberación política
a través de múltiples manifestaciones:
a. La construcción de identidad fue en contra de la legitimidad que
intentaron mantener las autoridades, una legitimidad que limita el
desarrollo de la participación estudiantil y que controla el desarrollo
de la CRU.
b. Las redes sociales como herramientas para la convocatoria y la
concientización, tomando las herramientas que pone el opresor para
la alienación de los sujetos, que desde una visión crítica del oprimido
toman un rol distinto para la concientización.
147. Castells, Manuel, La era de la información: economía, sociedad y cultura, Volumen II: El poder
de la identidad, quinta edición, Argentina, Siglo XXI Editores, 2004, p. 34.
148. Entrevista realizada a estudiante de la Asociación de Carrera de Pedagogía, San Pedro Sula, 2016.
118
c. Simbólicamente el uso de la capucha, como elemento que
contribuye al posicionar al joven ante el tema de violencia del país,
desprejuiciando un sujeto que años anteriores moralmente sufría
estigma desde los medios de comunicación y demás actores como un
sujeto vándalo y delincuente. La utilización en masa de la capucha
contribuyó a deslegitimar el prejuicio.
d. La horizontalidad de la organización estudiantil, que propicia los
espacios de deliberación político en el cual se va construyendo desde
la intersubjetividad del estudiante y su visión de la Universidad
como espacio que genera cohesión.
e. La creación de logos, el discurso, las redes, principalmente a través
de etiquetas o hashtag jugaron un papel muy importante para la
construcción de identidad, así como las imágenes o fotografías del
movimiento y las actividades culturales.
119
c. Las manos de colores: «vienen a simbolizar el descontento no
solamente de las personas que ejercían los actos de protesta, sino,
todas aquellas personas que querían manifestar su descontento con
la administración en la universidad y no se atrevían a encapucharse
y hacerlo de manera pública y beligerante, entonces optaron por ir
a manifestar su descontento poniendo sus manos en lo que eran
los murales y el edificio administrativo y como pudimos ver en su
momento no hubo lugar en donde no hubieran manos pintadas».
Eso se capitaliza simbólicamente con el significado de que «somos
demasiados los que estamos descontentos con esta administración»
a tal grado que podemos llenar todo el campus de manos si es posible
y serán insuficientes para demostrar nuestro descontento».
d. Convocatorias a actividades culturales: «conciertos, creación
de murales, utilización de pintura para postear las manos en los
edificios Administrativo y entrada principal de la Universidad».
«También tener diferentes murales dentro de la Universidad, tener
el rostro de un encapuchado que es algo con lo que incluso se sigue
estigmatizando al estudiante, pero este al final comprendió que era
necesaria la capucha. Esto fue tan identitario que uno mira a un
encapuchado y dicen MEU. Yo creo que el elemento principal para
que el estudiante se sintiera identificado fue la capucha».
120
construcción de formas de resistencia colectiva contra la represión. Esta
forma de resistencia en el MEU se presentó desde los espacios de flujos
del internet, desde las redes sociales, el componente simbólico generado
mediante hashtag, logos, el uso de la capucha y la disputa política territorial
que se desarrolló en el campus de la universidad.
Para la socióloga y feminista hondureña Mirtha Gutiérrez150,
refiriéndose al MEU, expone abiertamente la idea que el tema de la
identidad fue clave para el desarrollo de la cohesión. Se puede entender
a la cohesión como un lazo se logra por la existencia de vínculos
impersonales, relaciones sociales institucionalizadas y la existencia de
instituciones sociales que coadyuvan a generar una visión compartida
de sociedad. Asimismo, la cohesión social es entendida como el
establecimiento de vínculos sociales que perduren entre los individuos
en un espacio determinado ya sea comunidad, asociación o en la misma
sociedad. Se le da bastante importancia a las creencias, normas y valores,
estos elementos permiten la existencia de vínculos sociales generados
entre los individuos, que posibilitan el trabajo en conjunto para el logro
de sus objetivos en común.
121
comunicación corporativos, como en los medios institucionales. Se
utilizaron páginas de Facebook y transmisiones en vivo, subir fotos,
WhatsApp y cadenas de mensajes para poder romper el cerco mediático.
El elemento clave fue redes sociales para mantener al estudiante
comunicado, muchos estudiantes tuvieron que regresar a sus pueblos y
las forma de ellos de saber cómo se estaba desarrollando lo del MEU,
fue a través de la página de Facebook del movimiento y mantenerlo con
contenido constante». «Redes sociales, asambleas informativas y durante
las movilizaciones repartición de mosquitas, volantes, insignias, mantas
y análisis escritos que los estudiantes pudiera leer».
El profesor Eugenio Sosa (2017)151 señala que, como un movimiento
propio del siglo XXI, el MEU es un «movimiento líquido», de
liderazgos horizontales, dispersos y diversos; gelatinoso en términos
organizativos y sin una orientación académica y política clara, lo
que le dificulta construir «desde abajo» una propuesta de Reforma
Universitaria. Sigue señalando «así las cosas, se fue construyendo una
nueva lógica de organización estudiantil universitaria, que involucra
a las asociaciones de carreras y las asociaciones de facultades. Estas
asociaciones, aglutinadas en una plataforma de redes, fueron las que
asumieron la identidad del Movimiento Estudiantil Universitario
(MEU). El problema es que esta nueva forma de organización estudiantil
universitaria carece de canales de participación en la reforma y, en
general, en la vida universitaria».
151. Sosa, Eugenio, La Reforma Universitaria y el conflicto en la UNAH. Revista Envió, 2016, p. 45.
122
Luego de esto se derivan los comités que cumplirían con ciertas
funciones a lo interno del movimiento estudiantil, hasta ir quedando una
tripartición de dicha estructura consolidada en los comités de logística,
comunicaciones y política, en este último será donde ciertos sectores
estudiantiles concentrarían el poder en la toma de decisiones del accionar
del MEU, pasando del método asambleario a una unidireccionalidad
focalizada en ciertos grupos. En las formas en que se organizaba el MEU
en torno a la toma de decisiones, casi siempre fue utilizado el método
asambleario como recurso democrático e inclusivo para la mayoría de
los sectores de la comunidad estudiantil.
La estructura del MEU, está completamente basada en el criterio de
la democracia representativa y participativa, todos tienen derecho a voz,
a proponer propuestas, escenarios, decisiones, comentarios y el derecho
al voto, la dirección del movimiento va en caminada a la decisión de
las mayorías. «El movimiento trabajaba de una manera horizontal, tenía
una estructura básica, un grupo llamado Comité Político donde estaba
representada cada asociación estudiantil de carrera, cada movimiento
independiente y el FRU. Al comité político cada representante lleva la
posición de su asamblea para poder construir la postura del movimiento
estudiantil y poder trazar los ejes de lucha y ejes discursivos en base a cada
demanda que tenía cada unidad académica, entonces el MEU trabaja
bajo la lógica de abajo hacia arriba, mediante la lógica asamblearia».
Segundo nivel: consistió en un involucramiento directo en las
actividades y convocatoria a acciones del Movimiento Estudiantil.
Tercer nivel: se refiere al mayor alto nivel de integración y pertenencia,
su participación consiste en trabajar en las diferentes comisiones del
MEU y tomar decisiones de dirección política.
- Comisión Política: era conformada por un representante de carrera,
uno por Movimientos Independientes y uno por el Frente de Reforma
Universitaria, con la tarea de realizar análisis de coyuntura, creación de
propuestas, redacción de comunicados y toma de decisiones.
- Comunicación: También estaba integrada por un representante de
cada espacio y con la intención que participaran de manera voluntaria para
realizar todo el trabajo por las redes sociales, medios de comunicación y
trasladar de manera innovadora el mensaje a la comunidad universitaria.
123
Se encargaba de manejo de las páginas oficiales del MEU, de la creación
de videos, imágenes, memes, entre otras. Asimismo, el manejo de una
radio web, sondeo de medios de comunicación, atender el estudiantado
a través de las redes sociales, creación de campañas, eventos y realizar
convocatorias.
- Vocería: los voceros estudiantes tenían que participar estrictamente
en las comisiones de política y comunicaciones, ya que eran los encargados
de manejar las asambleas informativas, dirigir las movilizaciones,
presentación en foros, manejo de medios de comunicación, con la
responsabilidad de trasmitir el discurso del movimiento y manejar
correctamente las demandas y decisiones del MEU ante la opinión pública.
- Logística: era la comisión encargada de gestionar todos los recursos
necesarios para mantener al MEU, respecto a comida, materiales,
ejecución de actividades, presupuesto, todo el trabajo financiero y
administración del recurso.
- Seguridad: eran los y las estudiantes encargadas de garantizar
la seguridad de los compañeros que se mantenían en la Universidad,
seguridad en las actividades del movimiento y la seguridad propia de la
Universidad para que no fuera dañada por otros agentes externos.
Como lo señala Eugenio Sosa «estamos ante un movimiento
estudiantil universitario diferente al de la UNAH del siglo XX. Los
frentes estudiantiles perdieron legitimidad y ahora no pueden articular
las demandas ni representar a la juventud universitaria. Estamos ante una
nueva forma de movimiento estudiantil, surgido desde abajo, desde las
asociaciones de carreras y facultades, menos jerárquico, más horizontal,
y con un liderazgo joven» y es que esas particularidades que menciona el
profesor Sosa, son las particularidades que el movimiento estudiantil ha
venido construyendo con mayor claridad en la segunda etapa explicada
en reglones anteriores.
Luego de esa aclaración y aproximación trataremos de puntualizar
algunas características del MEU, con el objetivo de poner en perspectiva
el alcance político, organizativo y estratégico del movimiento:
1. Las trascendencias: el MEU trascendió la lógica de los frentes
estudiantiles, partidos políticos, lógica institucional y la desigualdad
de género. Esto le permitió al movimiento lograr legitimidad desde
124
las asociaciones estudiantiles de carrera y desarrollar rápidamente
cohesión e identidad entre los integrantes de la comunidad
universitaria.
2. Asociacionismo y activismo colectivo: esta idea se sustenta bajo
los principios del pensamiento autónomo-crítico y la posibilidad
que tuvo el MEU de poner en discusión los elementos críticos de
la reforma y el cambio universitario. El activismo colectivo, como
un activismo territorial, se relaciona con el activismo por internet
afianzando los lazos colaborativos dentro y fuera de la red.
3. Identidad e ideología: la identidad entendida como elemento
integrador de los movimientos sociales que se expresa la definición
y la autodeterminación. La identidad y la ideología, en el caso del
MEU, se desarrolló alrededor de una serie de elementos: problemas
generacionales (vinculados al acceso a la educación), la ruptura
generacional en el terreno de la política (especialmente en la
manipulación de los partidos y el autoritarismo de las autoridades
universitarias) y, las formas de solidaridad y los fenómenos
asociativos en el desarrollo de la lucha estudiantil.
4. Demandas: en el MEU podemos constatar dos tipos de
reivindicaciones. Las demandas gremiales, que tiene que ver con
el acceso a la educación, luchar por una educación de calidad y
todo aquello que logre la satisfacción de las y los estudiantes. Las
demandas políticas que las podemos encontrar en la lucha por los
espacios de participación estudiantil, el debate acerca de la condición
de la Universidad y su dinámica en la política nacional.
5. El espacio en red y la deliberación política: resalta las funciones
de coordinación en el MEU, bajo las bases de la deliberación entre
los sectores que lo componen. La importancia de las redes sociales
como espacios de convocatoria, interacción y deliberación que
permitieron la viralidad del movimiento. Los lugares ocupados
y las manifestaciones simbólicas que ahí se realizan se trasladan
inmediatamente al espacio de los flujos de internet y las redes sociales.
Y la deliberación política que surge desde la autonomía de las y los
estudiantes afirmando su autonomía respecto a las instituciones.
125
Estas características, como bien lo plantea Mirtha Gutiérrez «el
accionar del MEU la podemos ubicar desde el paradigma de los nuevos
movimientos sociales y movimientos sociales en red. Comprendiendo a
los nuevos movimientos sociales, en la cual las acciones colectivas están
alegadas de las lógicas tradicionales del poder y la renovación en sus
formas de movilización y protesta. En esa dirección, Manuel Castells
(2012)152, nos recuerda que los movimientos sociales en red, son una
estructura compuesta de grupos de personas que están conectadas por
uno o varios tipos de relaciones tejidas por sentimientos de pertenencia,
que, a pesar de la autonomía, comparten conocimiento o intereses
comunes.
En esa línea de pensamiento Manuel Castells (2012)153 establece que
la cuestión verdadera para valorar el significado de un movimiento social
es la productividad histórica de su acción y en el efecto hacia las personas
y participantes. Bajo estas premisas el movimiento estudiantil abrió
grietas en el sistema institucional de la UNAH, generando un espacio
importante para abrir cause a la democratización de la universidad y
ha producido una generación de cuadros políticos, académicos, artistas
e intelectuales que se mueven por distintos campos de resistencia en
Honduras (Ver último apartado).
D. Conclusiones
1. Las reformas limitadas a las Normas Académicas y la persistencia
de los procesos de judicialización hacia el liderazgo del movimiento
estudiantil conllevaron a la radicalización de la lucha estudiantil
en la UNAH, manifestado alrededor del surgimiento del MEU. El
MEU fue el espacio sobre el cual se aglutinaron, con mayor fuerza
que el 2015, las asociaciones de carrera, juntas directivas de facultad,
movimientos independientes y el FRU, con la intensión de disputarle
el poder académico y político al julietismo en el campo universitario.
2. La firma del acuerdo entre las autoridades y el MEU y la instalación de
la Mesa Mediadora, significó un paso importante para destrabar los
152. Castells, Manuel, Redes de indignación y esperanza: Los movimientos sociales en la era del internet,
primera edición, Madrid, Alianza Editorial, p. 22.
153. Castells, Manuel, Redes de indignación y esperanza: Los movimientos sociales en la era del internet,
primera edición, Madrid, Alianza Editorial, p. 19-25.
126
elementos de fondo que determinaron la conflictividad universitaria.
Asimismo, sus recomendaciones de carácter académico y político
reivindicaron las demandas gremiales y políticas del MEU, en su
apuesta estratégica por democratizar la UNAH y en la defensa de
la educación y universidad pública. Sin embargo, los acuerdos y
el diálogo no tuvieron los efectos esperados por la intransigencia
mostrada desde el julietismo y por la falta de estrategia del MEU
alrededor del diálogo.
3. La trascendencia histórica del diálogo del 2017, consistió en que
el MEU tuvo la capacidad de posicionar alrededor de la lucha
contra las Normas Académicas los elementos estructurales que
determinaron la crisis universitaria, mediante una discusión que se
sostuvo a nivel del modelo educativo, modelo de organización y el
modelo universitario de la UNAH. Si bien es cierto que este discurso
no se politizó y no se tradujo en una propuesta de transformación
universitaria, abriría un espacio importante para que la comunidad
universitaria incidiera alrededor de dichos problemas desde las
carreras y departamentos académicos.
4. La conformación del MEU cambió radicalmente la dinámica política
en el campo universitario y orilló al julietismo a abrir canales de
comunicación en la comunidad universitaria. Asimismo, el MEU
reabrió con mayor fuerza las demandas gremiales y políticas que el
movimiento estudiantil desde sus cimientos posicionó, conllevando
a que lo relacionado a la autonomía universitaria, la educación
pública, la democratización y la vocación crítica y social de la UNAH
se convirtiera en un elemento articulador del discurso y la práctica
política de la comunidad estudiantil.
127
Tercer esbozo: Tercera toma nacional (2017): el incumplimiento de
los acuerdos en el marco del diálogo, las pretensiones reeleccionistas
de Julieta y la intervención del Congreso Nacional (CN)
154. «Metánse y maténlos» la orden emitida para atacar a universitarios ahora expulsa-
dos». Defensores en Línea, mayo, 2017. Disponible en: https://www.defensoresenlinea.com/
metanse-y-matenlos-la-orden-emitida-para-atacar-a-universitarios-ahora-expulsados/
155. Comunicado del MEU, julio, 2017.
156. Aunque el MEU logró avanzar en una propuesta de paquete de reformas, véase: https://criterio.
hn/congreso-estudiantil-la-unah-fue-exito-meu/
157. Entrevista realizada a estudiante de la Asociación de Carrera de Biología, Tegucigalpa, 2017.
158. «Cuarta semana sin clases y tomas de edificios en la UNAH», Diario La Tribuna, Julio, 2017.
Disponible en: https://www.latribuna.hn/2017/07/11/cuarta-semana-sin-clases-tomas-edificios-la-unah/
128
Por otro lado, el movimiento estudiantil sufriría un fuerte proceso de
quiebre ideológico que conllevó a que nuevas generaciones tomaran la
dirección estratégica del movimiento, bajo un corte más institucionalista
y menos político que las generaciones del golpe de Estado159. Un Habitus
político más de clase media que de clases populares, se posicionó en el
seno del movimiento estudiantil. Esta posición quedó cristalizada en el
Encuentro Nacional de Estudiantes Universitarios en abril de 2017160.
Sobre el segundo elemento, nuevos procesos de judicialización
se abrieron, en una complicidad entre el cuerpo legal de la UNAH y
el Ministerio Público (MP). Sobre estos procesos siempre existió una
intencionalidad política de fondo, orientada a socavar las bases del
movimiento estudiantil para su posterior debilitamiento. Sin embargo,
producto del rechazo de la comunidad estudiantil hacia formas de poder
autoritarias, dicha comunidad se volcó a pedir a los entes de justicia
el cese a la criminalización y judicialización hacia el liderazgo del
movimiento estudiantil.
159. Para profundizar véase: «¿Por qué fracasó el Congreso de Estudiantes ‘Eduardo Becerra’
Lanza?», Diario El Pulso.hn, abril, 2017. Disponible en: https://elpulso.hn/2017/04/25/
honduras-por-que-fracaso-el-congreso-de-estudiantes-eduardo-becerra-lanza/
160. Para profundizar véase: «¿Éxito o Fracaso del Congreso Estudiantil del Movimiento
Estudiantil Universitario?» Criterio.hn, abril, 2017. Disponible en: https://criterio.hn/
exito-fracaso-del-congreso-estudiantil-del-movimiento-estudiantil-universitario/
161. «UNAH: señales reeleccionistas de Julieta Castellanos alerta al MEU», Diario Tiempo.hn, abril,
2017. Disponible en: https://tiempo.hn/meu-reeleccion-julieta-castellanos
162. Julieta Castellanos: «No voy a reelección… aunque estoy habilitada para ello»,
Diario La Tribuna, junio, 2017. Disponible en: https://www.latribuna.hn/2017/06/24/
julieta-castellanos-no-voy-reeleccion-aunque-estoy-habilitada-ello/
129
Reelección». Si bien es cierto que este fue un posicionamiento que surge
en el 2016, ya para el 2017 se politiza con mayor fuerza y se expresa de
manera categórica en los principales medios de comunicación y redes
de difusión del MEU. Lo anterior indica la forma en la cual la política
de judicialización y criminalización hacia el estudiante universitario
no solamente reforzó los lazos de solidaridad y comunidad, también se
convirtió en un fuerte ejercicio de poder antagónico con el julietismo en
el plano de la opinión pública.
Por otro lado, desde el movimiento estudiantil se posicionaron con
fuerza los vínculos entre el julietismo y la clase política dirigente del país
anclada al Partido Nacional (PN). Ese fue otro elemento que conllevó al
rechazo de la comunidad estudiantil hacia todo esfuerzo de reelección, en
un contexto de país marcado por señalamiento hacia el PN en relación a
temas como el narcotráfico, crimen organización, corrupción y violación
sistemática de derechos humanos. Lo anterior implicó que la exrectora
Julieta desistiera de sus pretensiones reeleccionistas y desde entonces se
abriría un proceso de transición injerencista liderado desde el Congreso
Nacional (CN).
Alrededor de los puntos antes expuestos existió un tema de fondo:
la tercera toma nacional estaría motivada por elementos estrictamente
políticos en el seno del campo universitario. Dos políticas se fusionaron
y se convirtieron en un elemento movilizador y disruptivo de la
comunidad universitaria: política de judicialización y la política de
reelección. En perspectiva de campo universitario, lo anterior significó
un ataque frontal al proyecto universitario del julietismo y conllevó al
MEU a buscar soluciones políticas de solución al conflicto en lo externo
del campo universitario, como lo fue, el Anteproyecto de Ley del MEU,
que en el marco de una gran movilización fue entregado el 16 de julio al
Congreso Nacional (CN), haciendo uso de la Ley de Iniciativa Ciudadana.
130
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), que tendrá por
finalidad; la restauración de la participación estudiantil legítima y legal
en los órganos de gobierno universitario; reestablecer todos los órganos
de gobierno de la UNAH, generar el relevo de las actuales autoridades
universitarias, protección y promoción de los derechos fundamentales de
las y los estudiantes; y el fortalecimiento de la institucionalidad universitaria.
ARTÍCULO 2.- El Gobierno Universitario Provisional tendrá
autonomía financiera y administrativa, y ejercerá sus funciones en
base a los principios de: participación de la comunidad universitaria,
independencia, legalidad, autonomía, y de los derechos implícitos;
interpretando siempre sus resoluciones, acuerdos, y demás actos
administrativos extensivamente a favor de los derechos de la comunidad
universitaria con base a lo establecido en la Ley Orgánica de la UNAH.
ARTÍCULO 3.- El Gobierno Universitario Provisional tendrá las
siguientes atribuciones:
a) Conformar los órganos de gobierno universitario con la
participación legítima de estudiantes electos para integrarse a los mismos;
b) Revisar el proceso de reforma universitario procurando un
balance presupuestario que permita acceder a las condiciones académicas
establecidas en el Plan General de la Reforma Universitaria, tomando en
considerando la realidad universitaria y de país;
c) Las mismas atribuciones que la Ley Orgánica de la UNAH
establece para Consejo
ARTÍCULO 8.- El Consejo Universitario, la Junta de Dirección
Universitaria, Rectoría y Vice Rectorías quedarán en suspenso por el
período de funciones del Gobierno Universitario Provisional, quien
deberá ejercer las atribuciones que la Ley Orgánica y reglamentos les
confieran a estos órganos de gobierno universitario.
ARTÍCULO 9.- El Gobierno Universitario Provisional deberá
reconocer los procesos organizativos autónomos que hayan llevado a
cabo las Asociaciones de Estudiantes de Carrera, de Facultad, Centros
Regionales y Centro Universitario; así también, reconocer los mecanismos
establecidos por el estudiantado para que —autónomamente— el
estudiantado pueda desarrollar procesos organizativos y electorales en
aquellas unidades académicas donde no se hayan desarrollado.
131
ARTÍCULO 11.- Conformado el Gobierno Universitario Provisional,
este Gobierno se encargará de cumplir como último mandato la
instalación de una Asamblea Constituyente Universitaria que haga un
balance de la IV Reforma Universitaria y cuya finalidad sea readecuar
el proceso de reforma a las necesidades y realidades actuales de la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras y del país en general.
ARTÍCULO 20.- A más tardar 10 días calendario contados a partir de
la publicación del Reglamento Electoral Estudiantil en el Diario Oficial
La Gaceta; se instalará el organismo electoral que dirigirá el proceso
electoral estudiantil y comenzará el proceso de elecciones estudiantiles
en la UNAH cumpliendo todo lo establecido en dicho reglamento.
En esa dirección, desde el CN se estableció una Comisión de
Dictamen, la cual cumpliría con la función de reunir a los actores
universitarios en conflicto164. Entre las resoluciones de la Comisión,
sobresalen los siguientes elementos165:
1. Aprobó que se procederá a nombrar un rector de manera interina en
la máxima casa de estudios,
2. Ordena al Tribunal Supremo Electoral (TSE), para que, en consulta
con el sector estudiantil y autoridades universitarias, elabore
un Reglamento Electoral, que rija el proceso de selección de los
representantes estudiantiles en el Consejo Universitario y;
3. Derogación de artículos que bloqueaban procesos de participación y
representación estudiantil legítimos en la UNAH. Lo anterior suprime
la potestad que se han venido abrogando los decanos al nombrar a los
representes estudiantiles basados en criterios de excelencia académica
y otros. Ahora los representantes estudiantiles serán electos únicamente
mediante los diferentes órganos de gobierno de la UNAH166.
En ese marco, desde el MEU se consideró que el dictamen del CN, era
un punto importante para solventar la crisis universitaria, sin embargo,
164. «Crisis UNAH: Congreso nombra comisión de dictamen y convoca al MEU», Diario Tiempo.hn,
agosto, 2017. Disponible en: https://tiempo.hn/crisis-unah-congreso-comision-meu/
165. Para mayor profundidad véase: «Puntos aprobados en el Congreso «son un gra-
nito de arena»: MEU», Criterio.hn, agosto, 2017. Disponible en: https://criterio.hn/
puntos-aprobados-congreso-granito-arena-meu/
166. El subrayado es nuestro.
132
se expuso abiertamente que «que el rector interino será nombrado por
las mismas autoridades universitarias que han violentado las leyes y
que no se haya establecido la instalación del Gobierno Universitario
Provisional»167.
En esa dirección, desde el CN se respondió tímidamente al
planteamiento político y estratégico del MEU, que consistía básicamente
en la celebración de una Asamblea Constituyente Universitaria, para
debatir abiertamente sobre la dinámica de la CRU y redireccionar
la misma, bajo un proceso amplio de participación e inclusión de la
comunidad universitaria. Asimismo, se soslayó lo relacionado a que las
autoridades universitarias se presentaran públicamente a rendir cuentas
sobre lo relacionado a la crisis universitaria, cerrando toda posibilidad
de acciones judiciales por abusos de poder.
En definitiva, la resolución del CN respondió a un proceso político
de largo alcance que consistió básicamente en la «pacificación del campo
universitario», en el marco de un proceso de transición liderado por
el rector interino Francisco Herrera, quien siempre fue catalogado por
el MEU y la comunidad docente como un cuadro del julietismo168. En
ese marco, hay que ubicar la larga herencia injerencista del CN sobre la
UNAH, en los esfuerzos por dimensionar las implicaciones políticas en
el proceso de Reforma Universitaria y en la autonomía universitaria de
la UNAH.
D. Conclusiones
1. Las Normas Académicas, como el proyecto académico referente de
la CRU atentaban contra la educación pública, gratuita y de calidad,
en un marco acentuado de mercantilización y privatización de la
educación universitaria en la UNAH.
2. Las Normas Académicas, potencializaron las demandas gremiales y
políticas del movimiento estudiantil, conllevando a la consolidación
de este y a la repolitización del campo universitario, alrededor de un
167. Congreso aprueba dictamen para nombrar rector interino en la UNAH y cele-
brar elecciones estudiantiles, Criterio.hn, agosto, 2017. Disponible en: https://criterio.hn/
congreso-aprueba-dictamen-nombrar-rector-interino-la-unah-celebrar-elecciones-estudiantiles/
168. El «julietismo» no se ha desmontado en la UNAH. Defensores en Línea, octubre, 2017. Disponible
en: https://www.defensoresenlinea.com/el-julietismo-no-se-ha-desmontado-en-la-unah/
133
discurso y práctica política en defensa de la educación pública y la
autonomía universitaria.
3. La conformación del MEU, fue un proceso histórico determinado
por la dinámica interna y externa del campo universitario, en un
acentuado marco de conflictividad entre estudiantes y autoridades.
Lo anterior, a la vez que abrió procesos de resistencia estudiantil,
generó un amplio proceso de criminalización y judicialización hacia
la comunidad estudiantil, que conllevó a pedir públicamente la
renuncia de la excretora Julieta Castellanos, ante sus pretensiones
reeleccionistas por segunda ocasión.
4. El ascenso de la conflictividad universitaria conllevó a que el CN
interviniera políticamente en la UNAH, abriendo paso a un proceso
de transición política que en el fondo apostó por una pacificación
del campo universitario, a través da la elección de un rector interino
y el desarrollo de Elecciones Estudiantiles. Lo anterior abriría un
amplio margen de maniobra del Rector Interino, en materia de
gobernabilidad universitaria, como el caso de la selección de la Junta
de Dirección Universitaria, entre otros.
134
Capítulo V
136
«Mi papá es campesino y fontanero y mi mamá es ama de casa. Mi
papá fue sobreviviente de los 80, ambos han estado vinculado desde la
Iglesia Católica como delegados de palabra y su ideología se basa en la
Teología de la Liberación. También en la defensa del territorio en la lucha
por el bosque. Y para mí ha significado la creación de consciencia como
joven, responsabilidad social, generación de autonomías y el formar
parte de espacios organizativos»171
137
Tabla 3. Dimensiones del capital cultural incorporado de los estudiantes172
Condición de clase Ocupación de padres Trayectoria política y social de los padres
Estrato eco- Posición política Oficio y profesión Representación de los Vínculos en procesos de Significación de ese
nómico estudiantes lucha social vinculo
Sentido de integración y Chofer y trabajadora do- Significa conciencia social En grupos organizados del Posicionamiento crítico
pertenencia. méstica. y solidaridad de clase. barrio, iglesia y el golpe de hacia problemas de país y
Estado 2009. defensa de lo público.
El cuestionamiento hacia Campesino, fontanero y Significa tomar una posi- Grupos organizados de la Conocimientos sobre pro-
el sentido público de la uni- ama de casa. ción de derecho y ampliar iglesia católica, organiza- cesos de organización po-
Clase media
versidad. el debate sobre lo social. ciones indígenas y campe- lítica y social.
baja
sinas.
Clase media Responsabilidad porque Maestros. Luchas compartidas y el Dirigentes magisteriales. La defensa de la educación
alta tienes recursos y tiempo sentido de comunidad. y la universidad pública.
disponible
138
Conocer sobre el carácter Doctores y empresarios. Darme cuenta de que mis Colegio Médico Conocimiento sobre orga-
público de los bienes del padres desde sus áreas de nización, incidencia políti-
Estado. estudio aportaron a proce- ca, el sentido de partencia
sos de lucha social. hacia lo público.
Clase me- La responsabilidad como Productor de café y gana- Que mis padres han lucha- Dirigente de partido político El tema de la oratoria,
dia-media persona, libertad de pen- dero. do por nuestra educación, construir discursos, hablar
samiento y solidaridad con y que tienes que luchar por con la gente y crear comu-
las causas sociales. la universidad pública. nidad.
Tener facilidades en mu- Maestros Me di cuenta de las dificul- Lucha magisterial y patro- Posicionarme críticamente,
chas cosas que hicieron tan se viven en el sector natos conocimiento de la realidad
que participara activamen- público educativo y la ne- y ser parte de procesos de
te. cesidad de luchar lucha social
172 Elaboración propia con base a datos de entrevistas en profundidad con líderes del movimiento estudiantil: 2014-2018.
El cuadro anterior muestra la forma en la cual la objetivación
del capital cultural incorporado a través de posiciones económicas,
ocupaciones y trayectos sociales y políticas de los padres y madres que
impactó de manera directa en los estudiantes al momento de posicionarse
en el proceso de lucha estudiantil, ya que el capital incorporado les
permitió tomar posturas políticas y objetivar en el proceso de lucha
conocimientos, técnicas y habilidades heredados de sus entornos
familiares.
La lucha estudiantil en la UNAH refleja tres tendencias que es
importante precisar. La primera, aquellos estudiantes provenientes de
clase media alta tuvieron un mayor acceso a recursos y dispusieron de
mayor tiempo para participar en el proceso de lucha estudiantil. Los
padres son provenientes de profesiones liberales y se mueven en espacios
sociales y políticos de carácter gremial, concibiendo lo público como un
espacio de pertenencia y oportunidad para potencializar habilidades
individuales y colectivas.
La segunda, aquellos estudiantes que provienen de clase media-
media, provenientes de la pequeña burguesía rural y en menor medida
de las profesiones liberales. Sus trayectorias sociales y políticas han
estado determinadas por la defensa de lo público y por la dirigencia en
los partidos políticos. Se concibe lo público como un espacio para la
generación de comunidad, atribuyéndole a la defensa de lo público un
fuerte componente político.
La tercera, aquellos estudiantes que provienen de la clase media-
baja, se diferencian de los dos anteriores por su representación a lo
público. Provienen de espacios socioterritoriales con conflicto y son
portadores de herencia social de padres con amplia experiencia en la
lucha territorial, traduciéndose en los amplios conocimientos que tienen
las y los estudiantes en temas de organización política y social.
En el marco de la lucha estudiantil se desarrollaron fuerte vínculos
en las tres clases, permitiendo altos niveles de cohesión y articulación.
Identificamos tres grandes similitudes. Primera, giró alrededor de
la pertenencia a lo público y su representación de la UNAH como un
espacio de disputa y defensa. Segundo, el tema del oficio y profesión
les permitió a las y los estudiantes ser portadores de una serie de
139
creencias y valores esenciales para construir comunidad, solidaridad y
colectividad. Y, tercero, los estudiantes son portadores de conocimientos
habilidades y destrezas que se objetivaron y materializaron mediante
el posicionamiento político y crítico de los estudiantes alrededor de la
problemática universitaria en el campo universitario.
En conclusión, las representaciones sociales que los estudiantes
construyeron alrededor de la universidad pública cuando se conectaron
con el capital cultural incorporado, producto de las trayectorias
económicas, ocupaciones, sociales y políticas de sus padres, se
convirtieron en una serie de Habitus (marco de significaciones) que
les permitió a los jóvenes tomar posición en el campo universitario,
disputar el poder con las autoridades universitarias y movilizar procesos
de cambio y transformación en la UNAH, en base a conocimientos
acumulados y heredados.
141
El carácter afectivo de las representaciones sociales son elementos
articuladores del sentido de pertenencia a la universidad pública. El
sentido de pertenencia es promotor de la cohesión y uno de los elementos
importantes para construir comunidad estudiantil y posteriormente,
elemento clave en la defensa de la autonomía universitaria y la educación
pública. Lo anterior es clave para comprender la forma en la cual la
defensa de la educación pública y los procesos de criminalización y
judicialización hacia el estudiante universitario, generaron empatía hacia
la lucha estudiantil.
En el seno del movimiento estudiantil, una de las prácticas
organizativas con mayor fuerza que logró generar comunidad estudiantil,
fueron las redes de seguridad y de confianza que se tejieron alrededor del
conflicto, en el cual el capital cultural objetivado apareció como uno de
los principales elementos constitutivos de dicha fundación:
«Nosotros lo vivimos en el tiempo de la toma de la Universidad,
la confianza, el apoyo, la solidaridad del estudiante hacia la lucha
estudiantil y me di cuenta de que eso era un sentido de comunidad
estudiantil, porque permitió que el estudiante se encontrara, se
mirara a la cara, que debatiera, expusiera sus problemas y que le
dejara de tener miedo a las militares y a las autoridades»177.
Lo anterior es de suma importancia, ya que la representación
adquiere un carácter autónomo que posicionó políticamente al estudiante
desde su espacio organizativo y desde su biografía como sujeto social.
En esa dirección, las motivaciones de participar en la lucha estudiantil
trascendieron la lógica individual de la acción y se fundaron en
acciones colectivas que politizaron el campo universitario en un marco
permanente de construcción y fundación de la comunidad estudiantil.
«Una de las motivaciones fue fortalecer la comunidad estudiantil,
la organización de mi carrera, que la gente tuviera formación, abrir
espacios académicos ya que en nuestra carrera carecemos de eso
y en ese tiempo que íbamos a elecciones para la carrera, se iba a
elecciones en la universidad y pensé que era importante participar
en todo el proceso para tener esa participación estudiantil legítima,
142
para evitar que personas que nos les interesa la comunidad y la
academia lleguen a esos lugares de toma de decisiones»178.
La comunidad estudiantil fue uno de los marcos de significación que
más se mediatizó y se interiorizó entre las y los estudiantes, siendo el
promotor de prácticas democráticas horizontales, promovió el apoyo de
distintos sectores sociales a la lucha estudiantil y reforzó la legitimidad
de las demandas del estudiantado, en un contexto de autoritarismo del
julietismo.
«La hostilidad de las autoridades hacia los estudiantes generó esa
empatía con la lucha estudiantil, la inclusión que se dio entre los
estudiantes que participaron desde las redes sociales y desde sus
carreras, y esa identidad estudiantil de sentirse en una comunidad
fue lo que condujo a que se generara esa confianza y apoyo a la
lucha»179.
La falta de lectura desde el julietismo al momento de comprender
la posición en la cual se insertó el estudiante que participó en el MEU,
los conllevaron a tener posicionamientos reaccionarios y reduccionistas
como estos:
«Existe evidencia que hay maestros y grupos externos apoyando
la toma de los estudiantes, y podemos ver que en las tomas hay
pancartas que demandan la salida del presidente, por un diálogo de
todos los actores, es decir que ya existe una agenda política de actores
externos que se están moviendo alrededor de la universidad»180.
Si la motivación de construir comunidad estudiantil es un esfuerzo
por reivindicar la posición social y política del estudiante en la
universidad, el discurso de la autonomía universitaria fue el móvil que le
permitió al MEU disputar la visión de Universidad con las autoridades
universitarias.
«El MEU ha cumplido su papel de visibilizar al país diferentes
procesos internos que desechan la idea utilitarista de la Universidad
y su carácter elitista al momento de selección de sus estudiantes, ha
143
sido el pensamiento crítico a lo que debería aspirar la Universidad
y darle vuelta a un estilo de «orden» que somete al pensamiento
creativo»181.
En esa dirección se posicionó y reivindicó una mirada sobre
la Autonomía Universitaria desde abajo y desde la posición que el
estudiantado ocupó en el campo universitario, trascendiendo la idea
de Autonomía Universitaria como soberanía territorial despolitizada,
ampliamente defendida por el julietismo.
«Se han perdido los derechos de los estudiantes, los militares ingresan
cuando quieren y persiguen a los estudiantes, no tenemos educación
de calidad, las autoridades son las que toman las decisiones, tenemos
una Universidad que no le retribuyen a la población que paga la
educación, que es el pueblo, y vemos que la formación profesional
es muy deteriorada. Por ejemplo, no hay infraestructura para los
estudiantes, la formación de los docentes es muy baja, el tema de
los trimestres ha venido a alterar los planes académicos, no estamos
profundizando en las clases, estamos pasando por la superficie»182
En definitiva, las representaciones sociales que los el estudiantado
construyó alrededor de la comunidad estudiantil permitieron fortalecer
lazos de solidaridad, confianza y empatía. La experiencia del movimiento
estudiantil indica que la comunidad estudiantil, no solamente generó
procesos de articulación y cohesión, sino que, mediante el carácter
identitario de la representación social y del capital objetivado permitió al
MEU poner en cuestión el tema de la Autonomía Universitaria alrededor
de sus elementos constitutivos: vocación pública, vocación crítica y social
y la democracia universitaria (Ver Capítulo 6).
144
el estudiantado, ya que se traducen en condiciones favorables para la
lucha estudiantil en el campo universitario. Lo anterior exige identificar
la trayectoria política, organizativa y cultural de las y los estudiantes que
participaron en el proceso de lucha estudiantil del MEU.
145
—estos grupos religiosos de la Iglesia Católica están muy enfocados
en la teología de la liberación y los espacios feministas con la teoría
decolonial— tienen una amplia inclinación hacia el pensamiento crítico,
el manejo de herramientas de organización y el desarrollo de habilidades
para mediar conflictos y propiciar el trabajo colectivo.
147
universitarias»184. «Fue un medio y herramienta para nuestra lucha,
el de poder difundir y poder monitorear otros medios, además fue
una herramienta para convocar y para poder crear mecanismos
propios de poder organizarse y comunicarse»185.
De esa manera el uso de internet también se convirtió en un espacio
de lucha y disputa simbólica, a través de memes, artículos de opinión,
comunicados, publicaciones, videos, etcétera, y fortaleció los espacios
de comunicación, interacción y una mayor empatía hacia el proceso de
lucha estudiantil.
148
del discurso, con el objetivo de conducir a la gente y lograr una
conclusión»186.
Desde la Facultad de Humanidades y Artes, el estudiantado expresa
la importancia del lenguaje, discursos, comunicación y resolución de
conflictos, como aspectos constitutivos de la literatura y la lingüística
que permitió que el proceso de lucha estudiantil identificara elementos
de violencia estructural y simbólica que provenía del discurso y
posicionamiento de las autoridades alrededor del conflicto.
«Como biólogos nos enseñan que el mundo está compuesto por
muchas estructuras y que nosotros somos parte de estructuras
biológicas que comprenden la dimensión social de la persona. Otro
tema es la experiencia que vivís cuando salías a hacer trabajo de
campo, con campesinos y comunidades y ves la pobreza, entonces
te das cuenta de que en la ciencia dura todo está relacionado, somos
parte de la naturaleza y podemos incidir, cuando te das cuenta de
que los recursos están limitados y la necesidad de articularse con
gente de otras ciencias para comprender esos fenómenos»187.
Desde la Facultad de Ciencias, el estudiantado expresa la importancia
de la naturaleza biológica del ser humano y su traducción en dimensiones
sociales, mediante ese carácter relacional y reflexivo a la que invita el
conocimiento científico al momento de abordar temas sociales con
altos componentes de complejidad. En el proceso de lucha estudiantil
los estudiantes de Ciencias construyeron todo un espacio cultural a
través del arte incentivando a los estudiantes de distintas facultades a
articularse desde sus espacios académicos y políticos, como también, al
momento del trabajo colectivo las y los estudiantes de ciencias aportaban
mucho a comprender las problemáticas desde distintas perspectivas
y enfoques. Es importante señalar que la Facultad de Ciencias, fue el
primer espacio en donde se constituyeron las primeras organizaciones
de asociaciones de carrera y su modelo de organización se tomó como
punto de partida para organizar las carreras de las demás facultades en
Ciudad Universitaria.
149
«Los conocimientos que se adquirieron se aplicaron, por ejemplo, en
el esfuerzo organizativo, los métodos de luchas, en las negociaciones
con otros sectores estudiantiles a fines, en la creación de propuestas
que con el tiempo se han ido fortaleciendo, en la metodología de
formación, pero sobre todo en los análisis de coyuntura que eran
pertinentes en su momento»188.
Desde la Facultad de Ciencias Sociales, se puso a disposición
un conocimiento que sirvió para desarrollar y gestar procesos de
organización estudiantil y la movilización de conocimientos teóricos y
herramientas metodológicas que permitieron que la lucha estudiantil
contara con una serie de análisis sobre el tema de la Universidad, Reforma
Universitaria, etcétera. Es de suma importancia señalar que las tomas
de la UNAH que se desarrollaron en el 2015 y 2016 nacieron desde los
espacios organizativos de dicha Facultad.
«Conocer sobre los derechos humanos y las leyes de la UNAH,
le dio un plus importante al discurso y al posicionamiento de los
estudiantes en la Universidad y ser una generación de estudiantes
inconformes ante la corrupción y el servilismo con el que operan los
abogados del país, también fue un referente para poner a disposición
nuestro conocimiento a la lucha estudiantil».189
Desde la Facultad de Ciencias Jurídicas, el tema de los derechos
humanos jugó un papel importante en el proceso de la lucha estudiantil,
ya que desde esos conocimientos se logró evidenciar la violación de
los derechos humanos hacia los estudiantes y posicionar un discurso
orientado a demostrar el autoritarismo de las autoridades.
«Los conocimientos adquiridos en mi carrera me sirvieron para
comprender el tema de la centralización del presupuesto universitario
en CU y comprender porque la mayor parte del presupuesto se
invertida en infraestructura burocrática. También comprender
el tema de la internacionalización de la educación superior me
permitió identificar como las normas académicas no le apuestan
a un tema de inclusión sino de exclusión estudiantil y la apertura
150
de carreras técnicas en vez de carreras profesionalizantes. Mis
conocimientos en economía política, contabilidad y cooperación
internacional me permitieron ver muchos problemas de la IV
Reforma Universitaria»190.
Desde la Facultad de Ciencias Económicas, se posicionó el tema de
la centralización del presupuesto y sus áreas de inversión, la manera en
cómo opera la mercantilización de la educación superior y el modelo de
gestión centralista y tecnocrática que se puso en marcha en la UNAH. En
dicha Facultad se organizó por primera vez la Asociación de Facultad de
Estudiantes y el espacio donde se logró generar una de las experiencias
más visibles de trabajo colectivo, cohesión y articulación entre los
estudiantes y los espacios organizativos del movimiento estudiantil.
Considerando la orientación ideológica neoliberal de la enseñanza de
la economía en la UNAH, la lucha estudiantil permitió generar una
nueva interpretación del mundo económico en la comunidad estudiantil
de dicha Facultad, mediante una mayor apertura al debate cualitativo y
político de la ciencia económica.
A través de las representaciones sociales y con la entrada del capital
institucionalizado, el estudiantado movilizó una serie de conocimientos
desde sus disciplinas académicas, siendo determinantes para los procesos
de organización, incidencia y construcción de propuestas en el campo
universitario, en el marco de la lucha estudiantil en la UNAH.
E. Conclusiones
1. El conocimiento heredado del sector estudiantil, por la trayectoria
política y laboral de sus padres, mediante una serie de conocimientos
y habilidades fueron trascendentales para sostener el proceso de
resistencia y lucha en el campo universitario. Lo relacionado a la
clase, no fue un impedimento para que en el seno del movimiento
se cristalizaran alianzas que fueron determinantes para articular,
cohesionar y generar comunidad estudiantil, en un marco en el cual
la representación sobre el sentido público de la UNAH generó una
serie condiciones para que dicha alianza se fusionará.
151
2. El conocimiento acumulado del sector estudiantil a través de su
trayectoria política y organizativa fue de suma importancia para que
los estudiantes tomaran posiciones políticas y reforzaran la autonomía
política, ideológica y organizativa de movimiento estudiantil en
el campo universitario. Asimismo, los conocimientos en términos
organizativos y políticos reforzaron la práctica del movimiento
estudiantil, a través de una serie de métodos y técnicas organizativas
que fueron cruciales para politizar el campo universitario y sostener
las diversas tomas generales de la UNAH.
3. La posesión y acceso a bienes materiales y simbólicos, permitió que
la lucha estudiantil se alimentara de una ecología de saberes que
conllevaron a que la narrativa política del movimiento estudiantil
posicionar la crisis universitaria desde diferentes marcos y enfoques
analíticos. Lo anterior fue clave para que la noción de autonomía
universitaria fuera pensada por el movimiento estudiantil desde
una manera integral, posicionando lo relacionado a la democracia,
educación pública, formación profesional crítica, entre otros
elementos, que trascendieron la visión de autonomía como soberanía
territorial despolitizada.
4. El conocimiento adquirido del sector estudiantil a través de
diversos procesos de formación profesional, fueron cruciales para
un establecimiento democrático de la división social del trabajo
en el seno del movimiento estudiantil, clave para generar redes
de solidaridad, confianza, empatía y comunidad estudiantil en el
marco de conflicto. Importante fueron los conocimientos que se
movilizaron desde las diferentes disciplinas académicas, reforzando
el discurso del movimiento y politizando a la comunidad estudiantil
en diferentes vías de lo político.
152
Capítulo VI
153
la forma en la cual se condena al pasado y se vanagloria el futuro, con la
intención de increpar a las ideologías obsoletas192(como muchas veces
mencionó la exrectora) que tanto daño le habían hecho a la UNAH. En
síntesis, bajo la mirada del julietismo la Universidad está alejada de lo
cotidiano y de la política, es decir, la Universidad es una torre de marfil
en la forma más convencional que profundiza la despolitización y la
vacía de su sentido público.
154
clases sociales, es decir, tiene que ver con la difusión de ideas y el
libre pensamiento»194.
Esta idea de lo público es de suma importancia cuando se ubica
alrededor de la autonomía universitaria, comprendida como el
mecanismo institucional y político que le permite a la UNAH ser
portadora y recreadora de la cultura, del conocimiento y la ciencia, como
un móvil de posicionamiento académico y político hacia los temas de
país, a través de la formación profesional, investigación científica y la
vinculación con la sociedad. Es decir, la autonomía universitaria aparece
como el principal elemento que resguarda y potencializa la libertad de
pensamiento y la libertad política, como principios primarios que guían
el desarrollo del mundo universitario.
El estudiantado instituye que la representación de estas dimensiones
de sentido público que hemos venido desarrollando, se encuentran en
peligro y en constante proceso de degradación. Expresan que la UNAH
ha ido perdiendo su autonomía universitaria y la puesta en marcha de
normativas académicas que no garantizan el acceso y permanencia del
estudiante en la UNAH, que limitan de su vocación pública.
«La institucionalidad practica de una forma muy excluyente eso de
público. Además, era una de las razones por las cuales se levantó
el sector estudiantil, porque se sentía que con las nuevas normas
académicas lo poco de público que quedaba seria quitado»195 «Lo
pongo en cuestión, la Universidad ya hace años dejó de ser un espacio
público para encontrarnos. Ni como estructura, ni como punto de
convergencia entre los pensamientos y apuestas y no digamos hablar
de su postura que terceriza y mercantiliza todo lo que realmente es
público»196
En conclusión, constatamos que las representaciones que las y los
estudiantes construyeron sobre el sentido público de la Universidad
engloban un repertorio de dimensiones que defiende la idea de la
Universidad como espacio público, fundido en marcos académicos
194. Entrevista realizada a estudiante de Medicina, representante de la Asociación de Estudiantes,
San Pedro Sula, 2016.
195. Entrevista a estudiante criminalizado de la Asociación de Carrera de Sociología, San Pedro
Sula, 2018.
196. Entrevista realizada a estudiante de Filosofía, representante de la Asociación de Estudiantes,
Tegucigalpa, 2016.
155
y políticos que les permite al estudiantado acceder a la universidad y
construir ciudadanía universitaria. De igual forma, expresan que lo
público se encuentra en cuestión y en detrimento, ante las reformas
académicas que profundizan los procesos de exclusión y mercantilización
gradual de la educación pública y el accionar de las autoridades
universitarias mediante el uso de la fuerza para socavar el pensamiento
crítico estudiantil.
156
mira los medios institucionales que las autoridades utilizaron para
criminalizar la lucha estudiantil, periódicos, guardia privada, spots
en radio y televisión»198.
Estas representaciones son de suma importancia si las ubicamos en el
marco de la lucha estudiantil. Esta visión de derechos que existe alrededor
de la Universidad como institución pública, constituyó en distintos
momentos una polarización ideológica y política entre autoridades y
estudiantes, y el tema de fondo que relacionaba esa polarización era la
disputa simbólica y representativa del tema de autonomía y democracia
universitaria.
El estudiantado, a través del ejercicio de derecho como práctica
política y cultural, bajo un entramado de construcción simbólica,
movilizó recursos encaminados a disputar la visión de Universidad
Pública a las autoridades en el campo universitario. Por su parte, las
autoridades ubicadas en relaciones de poder dominante utilizaron
todo tipo de mecanismos para deslegitimar ese ejercicio de derecho.
Esta premisa funda las tres visiones antagónicas de institución pública
representada por los estudiantes.
157
estudiantiles independientes, representan un tipo ideal de universidad
pública, a la cual dominaremos la «Universidad Imaginada».
«Una conquista de la lucha estudiantil por lograr el acceso, no
militarización, autonomía universitaria, la participación y la formación
profesional del estudiante para mejorar la calidad de vida».199
Esta idea de Universidad Pública se enmarca en los principios
básicos en los que se constituyó la Universidad en la mitad del siglo XX,
representada por estudiantes que provienen de clase media-media y
clase media-alta, sus padres trabajan en instituciones públicas del Estado
o son empresarios y en menor medida vinculados históricamente a
procesos de lucha social. Las y los estudiantes se han caracterizado por
tener participación en grupos organizados en los colegios y partidos
políticos. Por último, esta visión es representada en mayor proporción
por estudiantes de las ciencias, ciencias médicas, ciencias económicas,
ingeniería y en menor proporción estudiantes de humanidades y sociales.
La segunda idea de Universidad Pública fue representada por el
liderazgo de Movimientos Estudiantiles Independientes y líderes de
Asociaciones de Estudiantes de las Ciencias Humanas y Sociales, quienes
representan un tipo ideal de Universidad Pública, a la cual llamaremos
«Universidad de Alternativas».
«Para mí representa una contradicción. Cuando el Estado te dice que
algo es público, se refiere a un servicio y no a un bien público común,
entonces eso te acondiciona el sentido de universidad pública, como
un servicio, no como un bien público común. La Universidad no
tiene una función pública ni colectiva, sino que sirve a los intereses
de clases históricas y nuevas clases que se están configurando luego
del golpe de Estado del 2009. Pero no es una Universidad que se
replantea sus temas de investigación y vinculación. Y a lo interno
vemos que todos los procesos educativos se desarrollan como
en cualquier colegio, cualquier centro básico, pero no se está
colectivizando al sujeto, politizándolo y haciéndolo responsable, la
universidad funciona como un kínder, llega, hace tareas, se va y se
gradúa»200.
199. Entrevista realizada a estudiante de Química y Farmacia, representante de la Asociación de
Estudiantes, Tegucigalpa, 2017.
200. Entrevista realizada a militante del Movimiento Amplio Universitario (MAU), Tegucigalpa, 2015.
158
Esta idea de Universidad se enmarca en los principios básicos en los
que se viene repensando en el tema de Universidad Pública a comienzos
del siglo XXI y es representada por estudiantes que provienen de la clase
media baja, los padres han estado vinculados a procesos de lucha social,
son egresados de la escuela pública y sus maestros han sido promotores de
luchas por la defensa de la educación pública. Asimismo, son estudiantes
que tienen participación activa en colectivos de barrios, espacios
religiosos de la Iglesia Católica, movimientos indígenas y campesinos.
La tercera y última idea de Universidad es representada por los
estudiantes criminalizados, judicializados y exiliados de movimientos
estudiantiles independientes y asociaciones de estudiantes de carrera,
quienes representan un tipo ideal de Universidad Pública, a la cual
llamaremos, «Universidad sin Condición»:
«Para nosotros la universidad pública ha dejado de existir o en el
mayor de los casos es un sentido de universidad sin condición, por-
que sin condición, porque como ciudadano universitario te desplaza
territorialmente del campus, te expulsa, te exilia; y por otro lado ve-
mos una universidad pública que no te ofrece espacios para pensarte
más allá del campus universitario, no te llena como estudiante, no
hacemos investigación, no tenemos relación desde nuestras carreras
con la sociedad; no hay libertad, por eso el tema de universidad sin
condición»201.
Esta idea de universidad se enmarca en la propuesta de los teóricos
contrahegemónicos de la Universidad Pública, quienes desde la década
de los 90 vienen haciendo esfuerzo por comprender la Universidad más
allá de su concepción clásica. Esta idea de Universidad es representada
por estudiantes que provienen de la clase media-media y clase media
baja, de padres que ejercen algún oficio y provenientes de una profesión
liberal. Con la particularidad, que la única experiencia organizativa
del estudiantado ha sido la que les ha ofrecido la Universidad y en la
historia reciente, experiencia de militar en movimientos indígena y
espacios feministas. Estos estudiantes en su mayoría son provenientes
de la Facultad de Humanidades, Sociales y menor medida de Ciencias.
201. Entrevista realizada a estudiante expulsado de la Carrera de Psicología y militante del Movimiento
Amplio Universitario (MAU), Tegucigalpa, 2018.
159
En síntesis, podemos afirmar tres ideas centrales de la visión de
Universidad Pública representada por el estudiantado. La primera,
durante los años de lucha estudiantil no existió una mirada homogénea
sobre la representación social de la Universidad, permitiéndola ser
representada como un espacio pluralista. La segunda, la representación
pluralista y multicultural se ubica en un espacio social de relaciones con
estudiantes de posiciones económicas y trayectorias políticas y sociales
distintas, que impacta directamente en la manera de pensar procesos
políticos en espacios como la Universidad. La tercera idea, ofrece
elementos de la forma en la cual la Universidad Pública es representado
como un espacio de encuentro, en el que pueden desarrollarse y
articularse distintos imaginarios y cosmovisiones en un marco de
articulación táctica y estratégica de alianza de clases.
El sentido público de la Universidad fue otro de los elementos
que logró generar cohesión y articulación entre las y los estudiantes
para desarrollar el proceso de lucha estudiantil. Partiendo del análisis
de discurso de los líderes estudiantiles, se identifican los siguientes
elementos discursivos que lograron articular la lucha estudiantil en la
UNAH.
160
Tabla 7. Ideas y lucha estudiantil
Actores Elementos discursivos sobre la Universidad Pública Continuidad y ruptura en las
representaciones
Autonomía universitaria Vocación pública y crítica Democracia universitaria
Asociaciones de Gobierno y cogobierno universi- Formación profesional, mercado Participación alrededor de princip- Estos elementos discursivos los
carrera tario. laboral, responsabilidad social y ios normativos (Ley Orgánica). encontramos en menor propor-
educación de calidad. ción en Movimientos Estudiantiles
Independientes
Movimientos es- No ingreso de los militares, formas Formación profesional para mer- Participación más allá del carácter Estos elementos los encontramos
descentralizadas de gestión insti- cado laboral y formación críti- normativo, estudiantes se vincu- con fuerza en líderes de asocia-
161
tudiantiles inde-
pendientes tucional y autonomía académica. ca-intelectual y una educación lan en el proceso académico, cul- ciones estudiantiles de las Cien-
liberadora, no por competencias. tural y político de la Universidad cias Humanas y Sociales
y vinculación con movimientos
sociales.
Criminalizados Limitada por la injerencia del Esta- Reforma académica que no ga- Son recurrentes en estudiantes
do y partidos políticos. rantiza el sentido público de la criminalizados pertenecientes a
universidad y la formación profe- Asociaciones de Carrera y Movi-
sional es precaria. mientos Independientes
Fuente: Elaboración propia con base a datos de entrevistas en profundidad con líderes del movimiento estudiantil: 2014-2018.
Los elementos discursivos que lograron articular y cohesionar la
lucha estudiantil en la UNAH fueron representaciones sociales sobre
la Universidad Pública, giraron alrededor de tres ideas principales: i)
Autonomía universitaria, ii) Vocación pública y crítica y iii) Democracia
Universitaria.
Respecto a la autonomía universitaria, su elemento discursivo
se centró alrededor de la instauración del gobierno y cogobierno
universitario, como elemento que promueve formas descentralizadas
de la gestión política y académica en la universidad. De igual forma,
permite la construcción de ciudadanía universitaria y por consiguiente
la democratización de la UNAH.
En el elemento discursivo de la vocación pública y crítica, sobresalen
el deterioro de la educación pública, precaria formación profesional
del estudiante universitario, que se traduce en déficit en la formación
profesional de los docentes y la puesta en marcha de normativas académicas
(normas académicas y reformas curriculares) que no resguardan el ingreso
y permanencia del estudiante y no cultivan el desarrollo intelectual y
pensamiento crítico del estudiante en su formación profesional.
El último elemento discursivo sobre la democracia universitaria,
se disputa alrededor de los espacios institucionales que se ofrece la
universidad y el posicionamiento de estudiantes de ver la participación
como instrumento de desarrollo académico y posicionamiento político
ante los temas de país. Estas representaciones de la democracia
representan el imaginario del estudiantado, pusieron en relieve el tema
de universidad como espacio de encuentro y como espacio de disputa.
En síntesis, las representaciones sociales del estudiantado sobre la
Universidad Pública se desarrollan alrededor del sistema de posiciones y
relaciones en el cual lo público y la importancia de la universidad como
institución pública, aparecen como el marco representativo general
sobre el cual los estudiantes generaron un sentido de pertenencia hacia
la universidad. Una vez que este sentido de pertenencia se traduce en
un sistema de posiciones, reviste un carácter político-ideológico que
desentrañan la herencia social de los estudiantes objetivándose en
miradas críticas hacia la autonomía universitaria y la concepción de
universidad pública.
162
Alrededor de los aspectos anteriores, lo que estuvo en juego fueron
planteamientos para comprender elementos de fondo sobre la crisis
universitaria. El Colectivo Idea202, a lo anterior en uno de sus análisis
expresó:
1. Enfoque de recuperación del sujeto Universitario: lo que significa,
construir el sentido crítico del rol político/académico ausente en el
modelo educativo universitario sobre el estudiante, para que este se
reconozca como expresión u representación socio-histórica comunitaria.
Este enfoque, parte de la «legitimidad» como principio de
organización, evidenciado en cierta medida por algunos movimientos
independientes, no obstante, reclama la construcción de proyectos
político-académico-interculturales como posibilidad de alteridad y
reconocimiento entre las y los estudiantes universitarios, como sujetos
de historia y experiencia. En tal enfoque, se apoya, además, en recuperar
el campo simbólico popular en la universidad, algo que durante el
2015 y 2016 tuvo su máximo esplendor en la medida que se hablaba de
«recuperación de territorio», desde la expresión política y artística desde
el movimiento estudiantil y estudiantes no organizados, humanizando
en cierta medida la opinión pública sobre el papel de las juventudes en
un contexto como el hondureño.
2. Recuperación del sentido académico: este enfoque reclama
diversas aristas en su comprensión, yendo desde la recuperación del
sentido académico en la lucha del movimiento estudiantil a partir de
la comprensión del sentido académico de la universidad, siendo esto
último lo más complejo, debido a que exige comprender la universidad
como forma de organización social, los campos epistemológicos bajo los
cuales las diversas disciplinas/carreras se constituyen. Como también, el
sentido práctico metodológico del quehacer académico.
Los enfoques antes mencionados, hacer resurgir el llamamiento,
inclusión y organización de otros agentes del campo universitario sobre
el punto en común: la crisis universitaria. Y de esa forma también,
pensar que no solo en las manos del movimiento estudiantil se encuentra
el camino de salida de la crisis universitaria. Por lo que cabe destacar
202. «Salidas a la crisis universitaria: Aproximaciones». El Pulso.hn, septiembre, 2017. Disponible en:
https://elpulso.hn/2017/09/05/salidas-a-la-crisis-universitaria-aproximaciones/
163
«si democratizar la universidad» es la salida política, pues habría que
preguntarnos además sobre las relaciones entre las y los universitarios y
las y los ausentes de la universidad: las mayorías.
D. Conclusiones
1. Alrededor de la lucha estudiantil el sentido público de la UNAH
se representó de una manera crítica, en un contexto en el cual la reforma
académica contradice y desnaturaliza la noción de Universidad Pública.
En ese sentido, la lucha estudiantil posicionó con fuerza en el campo
universitario la forma en la cual la UNAH debe ser un espacio que
garantice la organización estudiantil, promueve un proceso de formación
crítico-humanístico y que sea forjadora de ciudadanía estudiantil. En el
fondo estuvo en disputa la representación de la UNAH como espacio
público y generador de conciencia crítica, en un marco de contrarreforma
educativa.
2. La importancia de la UNAH como institución pública, logró
articular una narrativa crítica en la defensa de la autonomía universi-
taria alrededor de un posicionamiento que reivindicó la defensa de la
educación pública, la vocación crítica y social de la UNAH y la demo-
cracia universitaria. En el fondo estuvo en disputa la representación de la
UNAH como espacio de construcción política y simbólica que moviliza
una serie de intereses y valores alrededor de lo político, lo ético y lo
público, en los agentes representados en el campo universitario.
164
Capítulo VII
203. Este apartado ha sido elaborado en conjunto con la compañera Bella Carrillo, feminista y ex-
militante del Movimiento Estudiantil.
165
mujeres provenientes de clases populares, con padres y madres con amplia
trayectoria en organizaciones sociales de base y círculos políticos. Un
elemento importante, es que estos padres y madres fueron egresados de
las profesiones humanas y sociales de la Universidad Pública en Honduras.
Es importante resaltar que en ese marco de diferencia de clase y de
posicionamiento en el campo universitario, las mujeres ocuparon cargos
importantes a niveles de asociaciones de carrera y en su mayoría, fueron
las que promovieron la organización de sus carreras, facultades y en los
centros regionales, en un contexto de violencia de género en lo interno del
movimiento estudiantil. Sin embargo, un tema crucial es que se lograron
posicionar con mayor fuerza y estrategia las mujeres provenientes de
las facultades de ciencias sociales y las ciencias humanas, determinado
por la herencia social y cultural familiar y la naturaleza política de las
diversas carreras.
En conclusión, independientemente de su posición de clase en el
campo universitario las mujeres en momentos coyunturales sellaron
alianzas tácticas y estratégicas para reivindicar la participación de
las mujeres en el movimiento estudiantil y la politización de sus
demandas generacionales, alrededor de temas como: violencias de
género, participación política, educación de calidad, reconocimiento de
derechos, entre otros.
166
de clase. El primero, se centró en una fuerte discusión y disputa alrededor
de la demanda de que las mujeres estuvieran en los puestos de decisión
estratégica y política del movimiento: comisiones y asociaciones de
carrera. Lo anterior se planteó bajo la idea de que las mujeres no se
desenvolvieran alrededor de roles como los cuidados, sino en acciones
políticas y estratégicas. Segundo, la discusión evolucionó alrededor de
un tema de clase, en el cual se demandaba que, independientemente
de la condición de origen social y económica, las mujeres de las clases
populares tuvieran las mismas oportunidades al momento de participar
en las decisiones y espacios del movimiento estudiantil.
En definitiva, las antinomías culturales del movimiento estudiantil
fue la base sobre la cual el feminismo universitario irrumpió en el campo
universitario, reivindicando demandas y planteamientos que serían
claves para la consolidación y expansión del movimiento universitario
en la UNAH, como también, para comprender la constitución ideológica
del MEU.
167
y profundizan las desigualdades profesionales y académicas, en los
procesos de enseñanza y aprendizaje. Más allá del desarrollo de un
modo de dominación, se ha impuesto un modo de reproducción que
normaliza las desigualdades de clase, género y raza, en el marco de una
Reforma Universitaria que privilegia los valores culturales y patriarcales
del neoliberalismo en las universidades públicas.
Sobre ambos elementos, las mujeres fueron categóricas y desde su
posición en el campo universitario movilizaron sus capitales culturales
y simbólicos para revertir esas condiciones heredadas en el marco de la
CRU.
168
Tesis 5: La conquista del espacio público universitario resignificó el
capital cultural y capital simbólico de las mujeres como elementos
claves para el reconocimiento institucional.
Las mujeres jugaron un rol importante en los procesos de diálogo
y negociaciones entre el movimiento estudiantil y las autoridades y,
en las diferentes vocerías en los procesos de toma de las instalaciones
universitarias, abriendo un proceso de reconocimiento institucional
hacia las mujeres. Lo anterior fue clave en la discusión de las normas
académicas, elaboración del reglamento de elecciones y en las mejores
académicas y pedagógicas de las unidades académicas, entre otras.
El reconocimiento institucional fue clave a nivel de los comités
técnicos de carrera y en los diversos centros regionales, donde las mujeres
se convirtieron en interlocutoras legítimas del estudiantado en el seno de
las carreras, reduciendo una brecha que siempre fue exclusiva para los
hombres. Lo anterior conllevó a procesos de violencia basada en género
bastante fuerte, de parte de autoridades, docentes, liderazgos masculinos
del movimiento estudiantil, quienes, al ver el carácter protagónico de
las mujeres, fueron acosadas y transgredidas simbólicamente por dichos
actores205.
La combinación y relación estratégica entre el capital cultural y
capital simbólico conllevaron a la generación de un capital mayor: capital
social. Las mujeres fraccionaron el campo universitario, provocando
una ruptura de carácter ideológica y política importante en el seno
del campo institucional y el movimiento estudiantil. El primero, con
la intencionalidad de obliga a las autoridades universitarias a tomar
medidas para contrarrestar la violencia machista y patriarcal hacia las
mujeres. Ante esto, la UNAH generó ciertas medidas como: campañas
publicitarias, con la finalidad de sensibilizar a la comunidad universitaria
sobre la violencia basada en género. Sin embargo, las acciones de las
autoridades no implicaron acciones afirmativas para enfrentar de manera
estratégica la violencia patriarcal en el campo universitario.
205. «Si se desea profundizar, véase: Honduras: UNAH: ¡Alto a la violencia contra las mu-
jeres!», Litci.org, marzo, 2019. Disponible en: https://litci.org/es/honduras-unah-alto-la-vio-
lencia-las-mujeres/ y, Representante de la comunidad estudiantil renuncia por violencia
machista y patriarcal en la UNAH, Criterio.hn, octubre, 2022. Disponible: https://criterio.hn/
representante-de-la-comunidad-estudiantil-renuncia-por-violencia-machista-y-patriarcal-en-la-unah/
169
El segundo, orilló al liderazgo masculino del movimiento a ceder
espacios políticos de dirección a las mujeres. Ambos procesos fueron
esenciales para la disputar del poder político y el reconocimiento de las
mujeres en el seno del campo universitario y el movimiento estudiantil.
170
de clase problemáticas y literaturas relacionado al tema de género, raza
y clase.
Por otro lado, visibilizar esa lucha elevó los niveles de capital social
del feminismo universitario a través de una mayor participación de
las mujeres en las tareas de organización y en diferentes espacios de
dirección del movimiento estudiantil. Era reiterativo en las asambleas
la participación de las mujeres, quienes fueron conquistando espacios
en temas de análisis, organización de vocerías, procesos de negociación,
entre otros, como formas de liderazgo que, si bien es cierto generaron
conciencia, en el fondo fortaleció la organización de las mujeres
feministas en el campo universitario.
En conclusión, las luchas del feminismo y de las mujeres organi-
zadas, reposicionó al feminismo universitario y lo dotó de mayores
herramientas discursivas y políticas para su lucha contra el patriarca-
do y el racismo instalado en la UNAH. Lo anterior es un elemento
importante, que en el fondo puso en discusión la idea sobre la cual
el movimiento estudiantil fue catalizador de las demandas de la co-
munidad universitaria y un repolitizador de los planteamientos de los
movimientos sociales y populares en el campo universitario, como una
de las características principales de la universidad pública como campo
simbólico de poder.
171
los últimos años, especialmente el indígena, feminista, campesino,
socioambiental y socioterritorial.
En el campo universitario, el asesinato de Bertha Cáceres potenció
el discurso del movimiento estudiantil e implicó un giro radical del
feminismo universitario. Por un lado, se instituyó la idea de la UNAH
como territorio. Ese posicionamiento implicó comprender a la UNAH
más allá de un espacio físico y geográfico, para pensarlo y dimensionarlo
como un espacio de reafirmación cultural de la herencia y legado de
Bertha. Las mujeres lo entendieron, de tal forma, que le dieron un giro
a su discurso y la noción de territorio pasó a hacer el referente político
del imaginario del feminismo universitario. La UNAH como territorio
fue la disputa ideológica más grande entre el movimiento estudiantil y el
julietismo. Cada Facultad fue un territorio reterritorializado, alrededor
de cual el autoritarismo julietista fue atacado y cuestionado desde sus
raíces políticas y normativas, a través de los valores del movimiento
estudiantil: comunidad, solidaridad y democracia.
Por otro lado, se instituyó la figura de cuerpo como territorio. Del
Habitus como estructura mental estructurada y estructurante, pasamos
al Habitus como relación dialógica entre dos formas de entender el campo
universitario como territorio: normatividad y emancipación patriarcal.
En esa dirección el cuerpo fue representado como autonomía, resistencia,
vida y sentimiento, en un marco en el cual la lucha estudiantil hecha
cuerpo era un cometido histórico que devolvía al campo universitario
un nuevo sentido de representación social y a la vez, de reconfiguración
de las fuerzas en un contexto de disputa de capitales culturales entre el
movimiento estudiantil y el julietismo.
Asimismo, la noción de la UNAH como territorio, se repolitizó la idea
de educación pública y relanzó la noción de democratización universitaria.
Semanas antes de su asesinato, Bertha visitó Ciudad Universitaria (CU)
y discursó por un largo tiempo sobre la vocación pública de la UNAH,
refiriéndose al rescate de lo público, de la ciencia, de la cultura y el arte
al servicio de los pueblos. Asimismo, se refirió a la democratización de la
UNAH con el ingreso de los pueblos indígenas y de las clases subalternas,
a la vez que increpaba los filtros de clase que la UNAH desarrollaba, como
los diversos exámenes de admisión y sus formas de exclusión hacia los
sectores vulnerabilizados del país por las políticas neoliberales.
172
En esa dirección, el discurso de Bertha fue enfático en relación a
la participación de las mujeres en la lucha estudiantil, refiriéndose
a transformar la relación de fuerzas e irrumpir en el seno de las
organizaciones de manera creativa, política y estratégica. El llamado de
Bertha fue clave, para comprender la amplia participación de las mujeres
en la toma general de la UNAH durante el 2016 y 2017, representando un
punto de ruptura que cambiara la dinámica del feminismo universitario
y de su recomposición interna en el campo universitario.
Por último, se entró a un feminismo universitario más de clase y
subalterno con amplia capacidad de respuesta a la cultura patriarcal
normalizada en el campo universitario. El posicionamiento y demandas
de las mujeres, encontrarían un nuevo estadio de desarrollo alrededor de
planteamientos que increparon el accionar cómplice del julietismo con
la clase política nacionalista gobernante del país.
173
Segundo, increpan al sistema patriarcal y racista. Los discursos se han
radicalizado en la medida que su posición en el campo social y político se
han reforzado. Sobresale un discurso creado desde la académica y reforzado
desde el pensamiento crítico feminista y decolonial, con alta capacidad
disruptiva al momento de plantear temas de realidad nacional desde
una perspectiva de género y de clase. Y, tercero, al moverse en diferentes
campos, la transversalización del discurso feminista extrapola el mismo
campo feminista. La heterogeneidad de los campos, sobre los cuales giran
la práctica política de las mujeres, se caracteriza porque concibe lo público
como campo de disputa y de poder, como un mecanismo de repensar y
construir nuevas relaciones sociales y políticas en la sociedad.
El feminismo universitario le impregnó a la lucha estudiantil
una pedagogía del saber, del sentir y del quehacer político notorio en
diversas prácticas individuales y colectivas de agrupaciones feministas
y de mujeres organizadas, que, en un contexto de conservadurismo,
fundamentalismo y patriarcado, emprendieron formas alternativas para
organizar la sociedad y transformar las relaciones políticas desde sus
diversas posiciones en los campos sociales.
174
Por ello, se plantean nuevas formas de hacer conciencia a la comunidad
estudiantil y autoridades sobre las diversas violencias de género que
atraviesan las mujeres el campo universitario, exigiendo un respeto sobre
todo a sus cuerpos como primer territorio de emancipación, debido a
las altas denuncias sobre el acoso sexual expuestas por las estudiantes,
mismas que vivían por parte de compañeros, docentes y guardias de
seguridad, a las cuales las autoridades no generaron ni han generado
investigación alguna ni tomado las medidas correspondientes.
Dado el silencio por parte de las autoridades, las mujeres del
movimiento estudiantil generaron procesos de acompañamiento,
denuncias y solidaridad en donde las mujeres se sintieran seguras.
Acciones como: pronunciamientos públicos, el muro de los lamentos
(actividad donde se exponía a los abusadores y acosadores sexuales),
denuncias ante el comisionado de derechos humanos de la universidad,
movilizaciones, entre otros, sirvieron para generar una nueva movilidad
por parte del feminista ante las violencias de género a las que estaban
expuestas.
Esta tesis plantea que se hicieron y siguen haciendo uso de
espacios dentro del campo universitario repolitizándolos para exponer
las violencias patriarcales, racistas y de clase a las que las mujeres se
enfrentan.
175
conservadores y fundamentalista que promueve la ideología neoliberal.
Segundo, la colonialidad del saber, como una crítica a la educación
colonial y liberal que promueve la CRU, en un marco de encubrimientos
de otros saberes (feministas, indigenistas, entre otros) que se distancian
de la norma de la universidad moderna. A este elemento, sobresale lo
referente a la educación de calidad, como una forma de avanzar en la
creación de nuevos procesos de enseñanza y aprendizaje que pongan en
el centro del debate el tema ético, filosófico y político de la educación.
Tercero, el ataque a las desigualdades en el acceso a las carreras. Se
cuestionó de manera crítica, que los hombres seguían siendo los privi-
legiados al momento de ingresar a las carreras con vocación científica,
mientras que las mujeres eran relegadas a las carreras vinculadas direc-
tamente con el tema de los cuidados. Lo anterior es crítico, considerando
la fragmentación del mercado laboral y la precarización del mismo hacia
las mujeres que egresan de la universidad, en detrimento de una amplia
gama de derechos laborales.
En definitiva, se trata de una crítica que potencia la discusión de la
Universidad de las Alternativas en dos direcciones estratégicas. Primero,
la Reforma Universitaria con enfoque de género, encaminada a cerrar las
brechas de desigualdad y exclusión educativa entre hombres y mujeres,
en el proceso de enseñanza y aprendizaje y en la inserción del mercado
laboral. Segundo, Reforma Universitaria que ataque los problemas
estructurales del patriarcado en el sistema universitario, como un
elemento clave que pone en el centro del debate el diseño de un nuevo
proceso de reforma que despatriarcalice la práctica educativa.
176
A MODO DE CIERRE: EL IMPACTO DE LA LUCHA
ESTUDIANTIL EN LA UNAH Y EN LA SOCIEDAD HONDUREÑA
177
de lucha estudiantil, en lo interno de la UNAH sobresalen cambios y
transformaciones importantes en cinco direcciones: conquista del espacio
público, repolitización del campo universitario, cultura de la denuncia
estudiantil, reafirmación pedagógica y académica y el forjamiento de
una nueva ética política-profesional.
El julietismo se caracterizó por su forma centralista y autoritaria
de gestionar el mundo universitario, generando en sus primeros años
un cierre significativo del espacio público en la UNAH. Como herencia
cultural y política de la lucha estudiantil, el espacio público comprendido
como espacio de disputa, cambio y transformación quedó instalado en
el imaginario de la comunidad universitaria. El centralismo burocrático
y el autoritarismo político han ido perdiendo fuerzas (aunque persisten
rasgos), en un contexto de creación de ciudadanía estudiantil que
resguarda y promueve valores democráticos en un marco amplio de
democratización universitaria. En ese marco las elecciones estudiantiles
y la constitución de la Federación de Estudiantes Universitarios de
Honduras (FEUH), representa una expresión en esa dirección.
Uno de los grandes fuertes de la ideología neoconservadora del
julietismo, fueron sus intentos de instaurar en el campo universitario un
amplio proceso de pensamiento único neoliberal, con rasgos racistas y
patriarcales. La apertura y disputa del espacio público generó un fuerte
proceso de repolitización, abriendo paso a la constitución de una ecología
política estudiantil diversa. En ese sentido es importante mencionar
la lucha de las mujeres contra la violencia machista y patriarcal, la
lucha de las juventudes por sus derechos generacionales y en menor
medida la visibilidad de la problemática indígena y socioambiental. La
repolitización ha permitido un reforzamiento de la identidad política
estudiantil de ser estudiante de la universidad pública, generando mayor
responsabilidad política, profesional y académica con los problemas de
país y la comunidad universitaria.
El miedo político que el julietismo instauró en la UNAH, en forma
de militarización y vigilancia, infundieron pánico colectivo y terror
político en la comunidad universitaria. Este muro avasallador fue siendo
desmontado a través de la conquista del espacio público y liberado
mediante la repolitización, dando como resultado una cultura de la
denuncia estudiantil. En la comunidad universitaria se ha normalizado
178
señalar al docente acosador, a la autoridad autoritaria, al docente
conservador, mediante una cultura de la denuncia que trasciende el
espacio público tradicional y que se inserta de manera política en las
redes sociales.
Alrededor de esos elementos de carácter político, sobresale un
aspecto académico de importancia: la reafirmación pedagógica y
académica. El julietismo alrededor del proceso de reforma académica,
mantuvo intacto el proceso tradicional de enseñanza y aprendizaje
heredado del modelo positivista y escolástico de los modelos académicos
universitarios colonialistas, modernos y liberales y reforzado con los
nuevos enfoques pedagógicos del neoliberalismo, en el marco del
capitalismo académico. Aunque el modelo educativo hace referencia
al enfoque constructivista, crítico y reflexivo en el plano normativo, el
mismo ha estado desconectado de la realidad concreta del proceso de
formación de enseñanza y aprendizaje de la comunidad estudiantil.
La lucha estudiantil ha abierto paulatinamente un proceso
deliberativo en el cual la comunidad estudiantil participa en la reforma
de los planes de estudio, en la construcción de comunidades de
aprendizaje en el aula y en la exigencia de nuevas formas pedagógicas y
didácticas en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Lo anterior es un
avance cualitativo de suma importancia, ya que una de las demandas y
planteamientos del movimiento estudiantil era la transformación gradual
del proceso de enseñanza y aprendizaje. Asimismo, esta reafirmación
ha venido acompañada de una mejora significativa en las condiciones
técnicas, infraestructurales y didácticas en el proceso de formación del
estudiante universitario, aunque persiste fuertemente la precariedad
laboral de la comunidad docente en la UNAH.
Por último y no menos importante, ha sido la herencia cultural
de la lucha estudiantil en el forjamiento de una nueva ética política y
profesional en la comunidad estudiantil. En el horizonte de la ideología
neoconservadora del julietismo el cambio social no tenía razón política y
el orden social existente no se podía increpar. El movimiento estudiantil
(aunque de manera limitada), avanzó en la creación de una ética política
y profesional, alrededor de la cual, tres elementos fueron determinantes.
Primero, el poder y la autoridad. La comunidad estudiantil increpó
de manera sistemática el poder y el autoritarismo de las autoridades,
179
deconstruyendo y creando otras formas de repensar y ejercer el poder.
Segundo, la comunidad y la solidaridad. Nuevas formas de convivencia
social y procesos de socialización se desarrollaron en el campo
universitario, en el cual, la comunidad y la solidaridad son el punto de
partida. Tercero, formación profesional y política. Se ha logrado avanzar
en una nueva relación entre la formación profesional y el trabajo. El ultimo,
bajo la lógica de la educación neoliberal, desnaturaliza y despolitiza su
función humanística, moral, ética y política de la educación. La lucha
estudiantil ha permitido situar al estudiante universitario en una lógica
en la cual la formación y el trabajo es vista como una forma de satisfacer
necesidades básicas y una práctica para forjar conciencia social,
escapándose del carácter mercantilista e instrumental de la formación
profesional.
En conclusión, la herencia cultural de la lucha estudiantil en la UNAH
ha sido de mucha importancia para cambiar y transformar elementos
ideológicos y políticos en los procesos de enseñanza y aprendizaje y en la
formación de ciudadana en la comunidad universitaria. Si bien es cierto
que el movimiento estudiantil no logró avanzar en una crítica radical
del proceso de Reforma Universitaria y que no avanzó en la concreción
de un proyecto político de transformación universitaria, son evidentes
cambios en los niveles micros que dan cuenta de la importancia y la
trascendencia histórica de la lucha estudiantil desarrollada en la UNAH
y su impacto en la sociedad hondureña.
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LA LUCHA DEL MOVIMIENTO
ESTUDIANTIL UNIVERSITARIO
Este libro se terminó de imprimir en los talleres gráficos
de la Editorial Nacional Eva Thais de la Secretaría
de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos
de Honduras (SECAPPH),
en el mes de agosto de 2023.
Su edición consta de 1000 ejemplares.
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