DEJEMOS QUE FLOREZCA LA ALEGRÍA

Muchos autores tales como Phil Bosmans, Félix H. Cortez, Pablo Claverie e incluso la real
academia española, hacen mención de la alegría, y todos concuerdan que la alegría es un
sentimiento agradable, es una virtud que puede ser desarrollada por cualquier persona que así lo
desee y como recompensa te ofrece grandes beneficios para la salud, tanto físicos como mentales,
además de darle al ser humano una apariencia más hermosa tanto interna como externa.

Así recuerdo la sabia cita bíblica en Proverbios 17:22 - “El corazón alegre constituye buen
remedio; más el espíritu triste seca los huesos”. –

Nosotros familia viterbina, somo dichosos pues dentro de nuestros valores mariano
franciscanos nos invitan a poner en práctica la alegría, como un don gratuito dada por el bien en
uno mismo y en los demás, por lo tanto, no es algo material ni depende del placer, ni de la riqueza,
fama, estatus, etc. Serlo o no serlo, depende de cada persona, del deseo de cultivarla, pues todo
está en la actitud que tengamos día a día.

Phil Bosmans menciona cuando puedes alegrarte de una flor, de una sonrisa, del juego de un
niño, entonces eres más rico y más feliz que un millonario que tiene todo lo que pueda soñar. La
posesión no enriquece, la alegría sí. En tal sentido, considero que las cosas materiales no son lo
que verdaderamente importan en la vida, podremos tener mucho dinero, pero si no tenemos
motivos para alegrarnos, entonces no tendremos felicidad; debemos darle un sentido alegre a la
vida y disfrutar de cada acontecimiento que se nos presente, en nuestras aulas de clases o en
nuestro hogar, descubramos siempre que la verdadera alegría se basa en nuestra actitud. Nadie es
responsable de hacerte feliz, estar alegre depende completamente de ti, decide ser feliz sin
importar las circunstancias y tu rostro resplandecerá. Reírse es el mejor cosmético para el exterior
y la mejor medicina para el interior.

En tal sentido, en momentos de dificultad o dolor, un corazón alegre puede ayudarnos a

superar la pena con más prontitud, y hacer menos dolorosa cualquier situación estresante en
nuestro diario vivir, pues los pensamientos negativos que tiene una persona podrían ser el origen
del desarrollo de su propia enfermedad; por el contrario, si eres una persona alegre posees
pensamientos positivos, y así no solo tendrás una vida más feliz, sino también más sana.

Por todo lo dicho, llegó el momento de demostrar actitudes positivas en tu pensar y actuar,
participando con entusiasmo en todas tus actividades diarias y demostrando siempre un trato
cordial. Recuerda que con optimismo, entusiasmo y cordialidad podemos desarrollar este
maravilloso valor, fruto de un corazón puro que florece con amor para los ojos de Dios.
 Estimado público, no pierda más el tiempo y dedíquese a realizar todo con inmensa alegría,
comience a disfrutar de la vida y comparta su bella sonrisa con todos los demás.