ATAQUE A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN En el 2022 se produjeron 303 ataques a periodistas y medios de comunicación, según reporte de la Oficina de Derechos Humanos del Periodista (OFIP) de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP). Esta es la mayor cifra registrada en lo que va del presente siglo, seguida por los récords del 2020 (239) y 2007 (212), en las últimas dos décadas. En un año marcado por las elecciones municipales y regionales, una constante crisis política y una ciudadanía permanentemente movilizada que culminó con un estallido social, los meses que registraron mayor número de ataques fueron diciembre (estallido, con 63 casos), abril (alta movilidad social -paro de transportistas de carga pesada, toque de queda del 5 de abril, entre otros- con 34 ataques) y setiembre (preámbulo a elecciones, con 28 agresiones). El ataque contra periodistas con mayor incidencia por segundo año consecutivo fue la amenaza / hostigamiento, con 109 casos registrados; le sigue la agresión física y verbal con 103. La intimidación judicial y las trabas al acceso a la información presentaron 28 incidencias cada una. También fueron registrados discursos estigmatizantes (18), ciberataques (4), detenciones (4), afectaciones laborales (2), y dos robos. Mención especial requieren las 5 amenazas legislativas registradas durante el 2022, un tipo de ataque que no ha sido registrado hace algunos años apareció con iniciativas como las que buscan penalizar la filtración o la difusión de información referente a procesos de colaboración eficaz, al proyecto que busca agravar la condena por delitos contra el honor, entre otros. Incidencias desde la fuente política: El 2022, al haber sido un año de permanente crisis política, presentó episodios de especial atención en contra del trabajo de periodistas y medios de comunicación. La opacidad del régimen de Pedro Castillo, quien no solo se negó a dar entrevistas luego de algunas brindadas en enero, llegó a extremos tales como colocar cordones policiales para impedir las coberturas periodísticas; encerrar a hombres y mujeres de prensa en auditorios o salas; e incluso agresiones de parte de sus agentes de seguridad del Estado. La presencia de María del Carmen Alva, a la cabeza del Legislativo, deja como legado un periodo de puertas cerradas, en el que periodistas (acompañados por sus organizaciones) tuvieron que protestar para retornar al interior del recinto legislativo, incluido el hemiciclo. Asimismo, su gestión también se caracterizó por estigmatizar periodistas con acusaciones de «mal informadores» y el envío a perseguir a un fotoperiodista que registró una reunión de interés público en un hotel de Miraflores. Similar situación se ha presentado con el actual presidente del Congreso, quien, según una comunicación difundida entre su despacho y un periodista local, solo brindará ruedas de prensa, más no entrevistas. Los ministros de Estado, en reiteradas conferencias y ruedas de prensa, usaron los micrófonos para propalar un discurso estigmatizante que luego era traducido en las calles, por sus simpatizantes, en agresiones directas a reporteras y reporteros. ATAQUES EN LIMA Y REGIÓN DE ICA El año inició con ocurrencias de hostigamiento fiscal y judicial a periodistas. El 8 de enero fue allanada la casa del periodista Pedro Salinas en Cañete por la Fiscalía Anticorrupción en un acto que ha sido calificado de excesivo. Dos días después el periodista Christopher Acosta fue sentenciado por el 30 Juzgado Penal Liquidador de la Corte Superior de Justicia de Lima a dos años de prisión suspendida y el pago solidario de una reparación civil de 400 mil soles. Meses después, César Acuña, querellante, se desistiría de la causa.
ICA: El 4 de abril la Oficina de Derechos Humanos de la ANP
registró ataques a 8 periodistas en Ica, Lima y Pucallpa, en el contexto del paro de transportistas. Al día siguiente, registró 2 ataques en Lima durante la presentación del presidente en el Congreso, y el 6 de abril registró otros 3 por vándalos infiltrados en las protestas en Ica. CONCLUSIÓN: Los ataques a la libertad de expresión en Perú son una preocupación seria y deben ser abordados de manera urgente. Estos ataques representan una amenaza directa a los derechos fundamentales de los ciudadanos peruanos y socavan los principios democráticos en los que se basa una sociedad libre y justa. En conclusión, los ataques a la libertad de expresión en Perú representan una seria amenaza para la democracia y los derechos fundamentales de los ciudadanos. Es crucial que se promueva y proteja la libertad de expresión como un pilar fundamental de una sociedad democrática. Esto implica garantizar la seguridad y libertad de los periodistas, fomentar un ambiente en línea seguro y respetuoso, y promover leyes y regulaciones que salvaguarden la libre expresión.