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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena


de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Capítulo I: La secularización en la pintura del Renacimiento Italiano.

1.1El Renacimiento y los humanistas.

Para los historiadores del momento el Renacimiento era la época llamada a sustituir los

tiempos de profunda decadencia que siguieron a la caída de la civilización antigua. Para

definir a este periodo muchos empezaron a emplear palabras como “rinascita”, “renovatio”

o “renacimiento”, sin imaginar siquiera que estas se usarían aun posteriormente a su

época1

Pero además de ello, en este nuevo periodo manifestaciones como la ciencia y el arte, -que

en el periodo precedente se ocupan principalmente de Dios y de la vida sobrenatural-, a

partir de este momento se recalca la studia humanitatis 2, dedicándose especialmente los

artistas y eruditos al estudio del hombre. Asimismo el Renacimiento representó una

revolución cultural en muchos aspectos. Es así como podemos definir el Renacimiento

como una disociación directa del Medioevo.

Por otro lado, la noción de un renacimiento o resurrección de las letras y de las artes a

través de la recuperación de la antigüedad fue un juicio elaborado por los humanistas

italianos y recuperado por Vasari. Lo que sí es cierto es que nunca antes, civilización alguna

había concedido tanta importancia a las artes como el Renacimiento 3.

1
Chadraba Rudolf,Renacimiento y Humanismo, Buenos Aires: Cartago, 1965
2
Ibid
3
Delumeau Jean, op. Cit,382
2
La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

El Renacimiento se definió a sí mismo como un movimiento hacia el

pasado ...Quiso volver a las fuentes del pensamiento y y de la belleza.

Petrarca es sin duda el creador de la noción de <<tiempos oscuros>> que

por largo tiempo imperaría en la interpretación de la historia medieval .

Ahora bien esta Edad Moderna la identificaba Petrarca con la

<<barbarie>> y las tinieblas>>, en tanto que profesaba una admiración

apasionada y casi romántica al pasado romano, hasta tal punto que a

menudo ha sido considerado como el iniciador de la revolución

intelectual del Renacimiento, el restaurador de esos studia humanitatis a

través de cuyo comercio el homus ferus – el hombre salvaje- accede a

los valores de la civilización4.

Sin embargo, el termino Renacimiento posee aun mas divulgación estética, la cual debe en

su mayor parte a los humanistas y artistas de la época, los cuales no ignoraban el

resurgimiento de las artes que se estaba produciendo para aquel momento.

Esto se resume en la gran obra literaria que Vasari escribiría en el siglo XVI en el campo de

la historia del arte italiana: Vida de los más grandes arquitectos, pintores y escultores desde

Cimabue hasta nuestra época. El principal objetivo de Vasari en este libro era ordenar el

arte italiano desde su renacer, <<rinascita >>, hasta la gran época de gloria alcanzada con

Miguel Ángel5.

4
Chadraba Rudolf, op. cit
5
Ibidem
3
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de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

La importancia de esta obra de Vasari es que en ella se reconoce ya un germen del

Renacimiento de las artes en los artistas toscanos del siglo XIII quienes: “abandonando el

viejo estilo, se dedicaron a copiar a los antiguos con afán y diligencia” 6.

Por otro lado, el Renacimiento se constituyó en su tendencia más profunda como un

regreso hacia el hombre, hasta tal punto que pronto este se comenzará a exacerbar hacia el

desarrollo de un individualismo del sujeto. A su misma vez es importante señalar que estas

nociones fueron promovidas por el humanismo como corriente cultural del Renacimiento.

Así pues, tanto con el Humanismo como con el Renacimiento nos encontramos ante el

surgimiento de un modo de pensar distinto al de la Edad Media, que inundará todas las

esferas de la sociedad y de la vida.

1.1 Humanismo y Secularización.

1.2.1 El hombre renacentista.

La autoridad eclesiástica durante todo el Medioevo había exaltado al hombre humilde y

obediente a Dios7. Esto se resumía fielmente en el hecho de que Dios fuese considerado

como “El Supremo Todopoderoso” y que el hombre, -pese a ser una creación suya-, se

considerase polvo y cenizas. La misma Iglesia constantemente lo recuerda de manera

insistente cuando repite aquellas palabras que aparecen en el libro del Génesis y que

versan lo siguiente: “Porque polvo eres, y al polvo volverás 8.”

6
Ibidem.
7
Burckhardt,J., op. Cit,p.387
8
Gn,3:19
4
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Sin embargo, el individuo renacentista poseía ya consciencia de sí mismo y esa consciencia

se origina de la admiración que siente por lo que por sí mismo ha logrado. Aunque tal rasgo

no llega a distanciarse mucho de lo religioso, pues la grandeza humana durante este

periodo llega a justificarse gracias a que el hombre se ha constituido como la más grande

creación divina y su intelecto se considera el reflejo más perfecto de la inteligencia de su

creador.

De cualquier modo, en el Renacimiento la inteligencia humana es igualada a la divina, y es

así como desaparece entonces ese perímetro insuperable que existía entre Dios y el

hombre durante el Medioevo.

De modo que, dicho con otras palabras, el hombre del renacimiento ha llegado a reducir las

distancias que le apartaban de su creador. Al mismo tiempo que, su dignidad como ser

humano y como creación divina se elevan.

Por otro lado, producto de la misma consciencia que el hombre renacentista posee de sí

mismo nace su capacidad para conocer el mundo, aptitud humana que durante la Edad

Media fue disminuida por la Iglesia, ya que querer discernir las cosas de una manera

desmesurada se estimaba para aquel momento como una falta y los que intentaban

ahondar en el análisis de la naturaleza eran llevados a la hoguera por considerarse

hechiceros o sectarios.

Al contrario, el individuo del Renacimiento ansía el saber, pues entiende que el

discernimiento de las cosas se traduce en poder sobre sí mismo y sobre la naturaleza.


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de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Además de ello, el sujeto de este periodo siente un gran amor por la vida aquí en la tierra y

quiere disfruta cada instante al máximo. Los sentidos de los cuales ha sido dotado por su

creador dejan de ser ya un instrumento de seducción del maligno, para transformarse en

mecanismos que le permitan percibir la belleza y la felicidad a través de ellos.

En consecuencia, la personalidad múltiple de los arquetipos propios de la civilización

renacentista se vinculan estrechamente con la efusivo regocijo de vivir y la pasión que

siente el hombre de este momento en torno a los múltiples atributos de la vida.

Finalmente surge otra condición definitoria del sujeto del renacimiento y esta se trata del

individualismo, esto es la elevación y el aislamiento extremo de la propia persona o de un

pequeño número de personalidades. Estos seres distaban del resto de la gente por el valor

de sus sorprendentes labores y por su singular manera de vivir.

Es así como según esta filosofía de vida la persona debe todo a sí mismo y a los otros seres

corresponde tratarle con respeto. De tal forma que en este periodo la gloria y la nobleza se

llegan a medir por las virtudes que posea una persona y no por los méritos ajenos.

De ahí que los nuevos hombres surgidos del Renacimiento son aquellos que emprenden

cada día la el combate en contra los vetustos postulados promovidos por el Medioevo y que

buscan cada día la llegada de lo nuevo, de las nuevas condiciones para que surja un

pensamiento nuevo y en donde el amor que siente el individuo por sí mismo se convierte

en la potencia promotora de los triunfos logrados en los campos de la ciencia, el arte, el

comercio, y en muchos otros campos. Estos pues son los verdaderos hombres del

Renacimiento.
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1.2.2 El humanismo y el pensamiento religioso.

En este apartado de la investigación es preciso aclarar que, aunque si bien es cierto que el

hombre de la modernidad no es menos religioso que el hombre de la Edad Media, tampoco

puede negarse que su exacerbado individualismo le vuelve subjetivo en cuanto a aspectos

como el de la religión. Además de ello Burckhardt 9 señala que la seducción que ejerce sobre

él el descubrimiento del mundo exterior y del espiritual le concede un carácter

singularmente profano en todos los sentidos.

Esto puede explicarse entonces anteponiéndose a la enseñanza nociva que ejerce la Iglesia,

la cual ha protegido por medio de un uso abusivo de la autoridad; con el cual se hacía un

hecho ineludible que la religión se transformara en un asunto individual de cada individuo.

Del mismo modo Delumeau10 señala que al igual que en los siglos XII y XIII la mayoría de la

vida cotidiana del momento, y especialmente el acontecer cultural, se encontraba bajo el

poderío de la religión; durante el Renacimiento ésta permitió que se desarrollara una

extensa comunidad neutra, admitiendo desde aquel momento la gran laicalización a la que

se enfrentaba la sociedad.

Ahora bien, este espíritu crítico ocurrió en forma decisiva en el momento del humanismo.

El cual se dio a conocer, en cuanto a pensamiento religioso se refiere, a través de un

desacuerdo formal en contra de los defectos de la Iglesia y de aquellos que proclamándose

cristianos y diciendo profesar el Evangelio, utilizaban los mandamientos de Cristo de forma

9
Burkhardt,J.,Op. Cit
10
Delumeau, J.,Op cit
7
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de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

contraria a la debida. Y por este motivo muy pronto comenzó a denominarse a esta

corriente de pensamiento como humanismo cristiano.

1.2.3 El humanismo y la secularización de la cultura.

Víctor Nieto Alcaide11 establece que a pesar de que la aparición del Decamerón de Bocaccio

es la fecha que los historiadores suelen utilizar para recalcar la gran crisis ocurrida en el

siglo XIV, ésta en realidad no constituye una verdadera fragmentación histórica, ya que

dicha crisis es en realidad el aparición de un proceso, a su elevación más alta, que ya venía

gestándose desde hacía tiempo atrás y a partir del cual se definieron entonces profundas

variaciones en la sociedad.

Estos cambios vienen además en parte dados por la aparición de la burguesía y la

concepción diferente de nociones como las de la precisión y el valor del tiempo, las cuales

adquieren un nuevo alcance que se desliga de los vínculos de la religión.

Es así como aspectos como la previsión, la racionalización y el cálculo pasan a ser el origen

de una moral moderna que comienza a dirigir los diversos matices de la vida.

Ahora bien, este proceso de secularización se afianza a través de una mentalidad laica, que

si bien había comenzado a incubarse desde hacía tiempo atrás los humanistas la ayudaron a

consolidar; además de ello, por medio de dicha mentalidad secular escinde con la

concepción teológica estamental que la Iglesia había impuesto durante el Medioevo sobre

el mundo y la vida.

11
Nieto, V. et al, Óp. Cit.,p.19
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de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Es así como en este período renacentista lo que se produce es una disociación clara entre

el cristianismo y la cultura secular, surgiendo entonces por medio de esta es una

independización del poder exclusivo de la iglesia ejercido en el ámbito de la cultura.

Aunque los nuevos logros de esta cultura no escinden completamente con los panoramas

doctrinales ni con los dogmas clericales. Es más, estas creencias religiosas sirven de

aprobación al sistema cultural naciente.

Pero además de ello, por medio del humanismo se produce una clara secularización de la

cultura puesto que el humanista italiano no necesita ser eclesiástico para ejercer el oficio

de las letras y del pensamiento.

Asimismo el Renacimiento es entendido como se impone un deleite por la vida y esta al

mismo tiempo se mundaniza, es así como se deja claramente de un lado los principios

medievales de austeridad. El hombre del Renacimiento, como ya se dijo anteriormente,

anhela la magnificencia y la gloria, lo cual buscan casi siempre por medio de la promoción

de la naciente cultura y de las artes; ello es lo que demuestran los grandes príncipes y la

burguesía quienes llegan a constituirse como mecenas magnánimos de los eruditos y

artistas de la época.

1.2 Los Príncipes y el mecenazgo artístico.

En este periodo los comitentes de las obras religiosas son representados dentro de ellas

como confirmación de su posición social. Y es que los primeros trabajos artísticos que

patrocinan los nuevos mecenas son del género religioso.


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de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Y para entender la trascendencia y la utilización que le dan a estas obras religiosas los

mecenas de este tiempo se hace entonces preciso atender, independientemente de su

tema, al anteriormente mencionado proceso de laicalización en el cual se rompe con la

conexión que el arte antecesor tenía con la religión. Todo ello sucede ya que el arte deja de

ser concebido como una actividad limitada únicamente a la Iglesia como principal

adquiridor.

Es así como las nuevas imágenes que encargan los mecenas se hallan destinadas a destacar

la suntuosidad y la condición del personaje que la encarga.

Asimismo, la forma en que el mecenas es representado, más que la de un creyente

agradecido en una postura retirada, el patrocinador parece ser más bien el personaje

fervoroso de una acción mercantil o de una operación militar.

En contraste con la Edad Media la figura del mecenas con respecto a la obra de arte, estas

se movían dentro de una jerarquía teológica donde el mecenas que promovía dichas obras

participaba de ella y en donde se trataba de alguna manera de promover la idea del

prestigio del patrocinante, pero de un prestigio que aparecía legitimado por Dios.

Al mismo tiempo el mecenas medieval se encuentra representado bajo el sistema

jerárquico del Medioevo, donde los personajes humanos son representados a menor escala

que los personajes sagrados; respetándose así de esa manera la disposición estamental y

teologal del universo.


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de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

A diferencia de ello, en el siglo XV, el encargo que realiza el comitente al artista alcanza la

función de presunción del renombre político, ideológico, figurativo y simbólico propio de

quien realiza el encargo.

Por otro lado, los patrocinadores artísticos, ya sea que pertenezcan a la burguesía, a la

aristocracia o a las instituciones públicas efectúan donativos para las iglesias como una

tradición avalada por la misma Iglesia.

1.3 Secularización de la Pintura en el Renacimiento Italiano.

Durante la Edad Media el arte cumplía con unas funciones exclusivamente religiosas 12 , la
representación figurativa era vista como la invención y la mención directa de un orden
superior al cual se supeditaba todo. Pretender evadir esta estructura de rangos
correspondía a rechazar la jerarquía establecida por Dios.

Ahora bien, los propósitos de culminar con este exclusivo y sencillo papel religioso del arte
no llegan a iniciarse sino luego de un arduo proceso de secularización lleno de sondeos e
incertidumbre.

Esto sucede porque, como ya se mencionó anteriormente, en el siglo XIV se fomenta un


nuevo rumbo en la cultura, en la cual modestamente se esboza el proyecto de conformar
una civilización secularizada.

Sin embargo, estas primeras tentativas de difundir en la práctica nuevos lenguajes plásticos
que fracturen los conceptos habituales del arte sacro florecen alrededor de un tema que to -
davía sigue siendo religioso.

De modo que, las primeras composiciones que patrocinan los actuales protectores mantie-
nen su naturaleza religiosa; pero en ellas se representan a los individuos que las comisionan
como como una ratificación de su jerarquía.

Es así como, en total independencia de la temática religiosa de una obra, en el escenario del
anteriormente mencionado proceso de secularización, las atribuciones que ejerce pueden
ser diferentes.
12
Nieto, V et a, Óp. Cit., p.19

.
11
La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

De modo que, una composición religiosa puede cumplir únicamente la función de una obra
de veneración o puede constituirse además como herramienta figurativa y alegórica del pa -
trón que la encomienda.

Tal es el caso de La Madonna con el Niño, Santos y Federico de Montefeltro (Fig.5), la cual
según Víctor Nieto Alcaide constituye “… mucho más que una composición religiosa con
<<donante>>.” Pues según él, esta composición pictórica es una declaración de la dignidad,
de la categoría, de la autoridad y de la posición del comitente.
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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Fíg.5 Madonna con Santos, El Niño y Federico de Montefeltro. Piero della Francesca, 1472.
Óleo sobre tabla, 251x173 cm Pinacoteca de Brera,

Del mismo modo, obras religiosas encargadas con una aparente intención expiativa, como
La Madonna della Vittoria (Fig.), implican una refinada correspondencia en sus atribuciones,
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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

ya que en ella se evidencia la suntuosidad y la idea de la jerarquía y excelsitud del


personaje allí representado.
Asimismo, la manifestación de la secularización de la pintura puede encontrarse por pri-
mera vez en la Trinidad de Masaccio.

2.1 Leonardo da Vinci.

Leonardo da Vinci nace en 1452 en Anchiano, pueblo situado en las inmediaciones de la


pequeña ciudad de Vinci. Hijo de Ser Piero y de una mujer llamada Caterina. Desde muy
pequeña edad vive con la familia paterna, a pesar de ser “hijo natural”.

Igualmente, desde su juventud Leonardo desarrolla una aficciòn especial por la Música y el
dibujo, y cuando su padre Ser Piero se muda, por cuestiones de trabajo, de Vinci a Florencia,
enseña los trabajos de su hijo a Andrea del Verrocchio(1435-1488), el cual le acepta como
su pupilo.

Cuando Leonardo llega al taller de Andrea del Verrocchio, contaba con tan solo apenas
quince años, pero no por ello se deja de entrever ya su talento. Lo cual se confirma en el
hecho de que ya para 1472, -con tan sólo apenas dos años de haber ingresado al taller del
Verrocchio y a pesar de su corta edad-, Leonardo formase parte del gremio de pintores y
artistas florentinos.

Por otro lado, del maestro de Leonardo podemos decir que se caracterizó por su espíritu
polifacetico, por medio del cual no sólo pudo distinguirse como pintor y escultor, sino que
además de ello fue orfebre, músico, ingeniero y geómetra.

Cabe destacar que este mismo espìritu caracteriza a su alumno. Puesto que, aunque en sus
inicios en el taller de Andrea del Verrochio Leonardo hubiese trabajado como escultor, ya
que como él mismo lo afirma: “La Escultura exige menos destreza que la Pintura 13”, no es
menos cierto que realice estas dos actividades con la misma vehemencia.

Entre las obras de leonardo podemos mencionar: La Anunciación, La Adoración de los Reyes
magos, La Madonna de Benois, La Virgen de las Rocas, La Cena, la Gioconda y el San Juan
Bautista.

Pero además de artista, Leonardo también se destacó como Arquitecto e Ingeniero


contandose entre sus obras numerosos planos arquitectonicos y bocetos para lo
elaboración de máquinas.
2.1. 2 Leonardo en la corte de Milán.
Para el año de 1482 Leonardo se muda a Milán y entra al servicio de Ludovico Sforza el
Moro , por medio de una carta en la cual se promueve como ingeniero, dejando en un
segundo plano su aptitud artistica.
13
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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Es por ello que en los primeros diez años de su estancia en Milán Leonardo se dedicó
primordialmente a la labor investigativa y a los trabajos mecanicos, aunque también
desarrolló numerosas producciones artísticas.
Los encargos artisticos que Leonardo recibe en Milán son los tipicos de un pintor de
corte, en tal caso se puede mencionar el cuadro que Leonardo realizó a la amante de
Ludovico Sforza: Cecilia Gallerani, el cual es conocido como La Dama del Armiño.
Asimismo, otro encargo importante que le hace la corte de Milán es la realizacion de la

Última Cena para el Refectorio del convento de Santa Maria delle Grazzie.

2.2 Los Sforza.

Los Sforza fue una familia de condottieros italianos que a través de Francesco Sforza, a

partir de 1450, se apoderan del ducado de Milán. De origen humilde, los Sforza llegan al

poder por medio de muchas intrigas y de matrimonios estrategicos. Es así como Francesco

Sforza por medio de su matrimonio con Bianca Maria Visconti logra apoderarse no sólo del

ducado de Milán sino tambien del emblema heralidco de los Visconti.

Es así como, por medio de el uso de dicho emblema heralidico y de la promoción de las

humanidades y las artes los Sforza buscaràn legitimarse en el poder.

De modo que Francesco Sforza y Bianca María Visconti se adjudican la edificacion de

cuantiosos conventos como el medio de legitimar este poder ganado por Francesco

Sforza por medio de las armas.

Lo cierto es que los herederos del gran Francesco Sforza continuaron con el auspicio de

las artes como medio de promoción polìtica, constituyendose así en grandes mecenas y
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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

alojando en su corte a los grandes humanistas y artistas del momento. Pero además de

ello, Burckhardt14 se refiere a los Sforza como grandes eruditos.

De tal forma que Ludovico Sforza “El Moro” llegara a constituirse,- al igual que los

Visconti y los Sforza, como patrono de las artes, y a diferencia de sus antesecesores

deja un poco de lado a los artistas locales para enfocarse en los avances artisticos

desarrollados en Florencia, es así como llegan a su corte Bramante y Leonardo.

2.3 La representación Última Cena en la Edad Media y en el Quattrocento

Italiano.

2.3.1 La Santa Cena, su contenido evangélico-histórico y su contenido simbólico y místico.

La Santa Cena constituye la última comida que Jesús comparte con los doce apóstoles

antes de ser traicionado por Judas Iscariote, y esta se diferencia de las otras cenas

relatadas por los Evangelios: Las Bodas de Cana, La Cena de Emaus, etc., ya que en ella

se haya contenida un alto significado litúrgico y místico; puesto que esta no sólo es la

despedida de Cristo de sus apóstoles sino que además es la celebración de la Pascua

Judía y la instauración del sagrado sacramento eucarístico 15.

Es por ello que Reau16 propone que para comprender la iconografía de la Santa Cena

esta sea vista como un acontecimiento y un símbolo; pues es un suceso conmovedor en

14

15
Reau L. Iconografía del Arte Cristiano, Barcelona-España: Serbal, 1996-2000 p. 422
16
Ibídem., p. 425
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de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

la vida de Cristo en el cual congregado por vez ultima con sus discípulos comunica la

traición de uno de ellos, y además instituye el sacramento eucarístico.

Es precisamente en esta proclama de la traición en donde los artistas de Occidente

mayormente se han inspirado para representar el episodio evangélico de la Cena.

…El Arte de Occidente se esforzará en extraer todo el potencial

de trágica emoción contenido en el anuncio de la traición, y ese

motivo alcanzará su más perfecta expresión en la Santa Cena

(Cenacolo) de Leonardo da Vinci17.

2.3.2 La Representación de la Santa Cena desde el Medioevo hasta el Renacimiento.

A lo largo de los siglos el episodio evangélico de la cena se ha representado de distintas

maneras. Lo que si es cierto, es que antes de que apareciera la perspectiva con el

Quattrocento, el hecho de representar a trece comensales alrededor de una mesa constituía

todo un reto para los artistas del Medioevo.

Es así como los artistas de este periodo probaron diversos recursos como el de representar la

mesa en forma de sigma o medialuna en algunos casos, una mesa redonda en otros o la mesa

en bisel o vista de frente.

Ahora bien, en la mesa con forma de sigma o de medialuna, -la cual deriva de los triclinium

romanos-, los comensales se encuentran acostados en semicírculo. La mesa redonda parece

derivar de las leyendas de Arturo y la mesa redonda; y con respecto a la mesa rectangular,

Reau señala que esta comenzó a implementarse en el arte de Occidente desde el siglo XI y
17
Ibídem.
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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

que se adoptó exclusivamente por su adecuación a nuestros hábitos tanto rituales como

hogareños.

En consecuencia a ello, cada una de estas formas de representar la mesa implica una posición

diferente de los comensales. Cuando la mesa se representa en forma de sigma o medialuna,

Cristo se posiciona en el extremo izquierdo de la mesa, que se consideraba el lugar de honor.

Tal posición puede evidenciarse en el Evangeliario de Rosanno, Mosaico de San Apolinar il

Nuovo (Fig.). Por otro lado, cuando la mesa es redonda, Jesús se posiciona en el centro y

Judas Iscariote se aísla en el primer plano. Mientras que cuando la mesa es rectangular,

habitualmente se ubican a todos los comensales en un ángulo recto y a Jesucristo en el

centro.

Por otra parte, si bien es cierto que en el arte cristiano primitivo los comensales comían

recostados sobre camas al modo de los romanos, en el arte del Medioevo los apóstoles casi

siempre se hallan sentados alrededor de Cristo.

Sin embargo, lo que más conmovía a los artistas de Occidente y lo que más buscaban

representar es el anuncio de la traición y se esfuerzan por traducir en las expresiones de su

rostro y en la pantomima de sus cuerpos, las reacciones de cada uno de ellos ante el anuncio

de la traición. “unos se indignan, otros protestan su inocencia o intentan desenmascarar al

traidor que está entre ellos. Esos juegos fisionómicos que revelan las consciencias

conmovidas hasta en su intimidad otorgan intensa vida a esta tragedia. 18”

18
Ibídem.
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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

A propósito de ello hay dos apóstoles que siempre se enfatizan en este grupo y que se hallan

manifiestamente diferenciados, tal como San Juan y Judas.

El primero de ellos, Juan, el apóstol preferido, recuesta su cabeza en el hombro de Jesús, y

esta acción que explica el evangelio según San Juan (Juan 13, 23) se fundamenta en el hecho

de que los apóstoles se hallasen acostados de la forma antigua, en la cual los convidados se

apoyaban sobre el hombro izquierdo, de manera que aquel que se hallaba ubicado a la

derecha del anfitrión quedaba con su cabeza inexcusablemente cerca del pecho de éste.

Pero, por el desconocimiento de esta circunstancia los místicos han encontrado en este gesto

una significación particular de profundo cariño entre Juan y Jesucristo 19.

Es así como el discípulo posa su oreja sobre el torso de Cristo con un amor cándido, tal como

si quisiera escuchar detenidamente los latidos de su corazón. En ocasiones aparenta dormir,

pero esto es solo una apariencia. Esto según los místicos es una muestra del alma que se

refugia afablemente en Dios.

No obstante, a este tierno amor y piedad del apóstol Juan, se contrapone la maliciosa

animadversión del apóstol Judas. De modo que los artistas hubieron magistralmente de

ingeniárselas para distinguir al conspirador de los demás apóstoles, ya fuese por medio del

uso de particularidades reveladoras o a través de una expresión que le delata. Por

consiguiente, la mayor parte de las veces se haya sentado aparte

19
Ibídem.
19
La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Duccio di Bougninsegna, Máesta, Retablo de la Catedral de Siena, Políctico de la Pasión.

Detalle del Lavatorio de Los Pies y Última Cena. Tempera sobre Madera. 100X53,5cm.

Museo de la Opera del Duomo, Siena


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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

2.4 La Última Cena de Leonardo da Vinci como ejemplo de secularizacion en la pintura del

Renacimiento italiano.

2.4.1 La Última Cena de Leonardo.

La Última Cena de Leonardo según Luis Racionero 20 es la obra cimera que separa dos

epocas. En ella no sólo se encuentra un tratamiento distinto de los colores y de la

perspectiva

20
Racionero, L, Conocer a Leonardo da Vinci y su obra, Barcelona, España:Dopesa, 1978.
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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Comunión de los Apóstoles. 1441. Fra Angelico


Fresco. Medidas: 184cm x 234cm.

Convento de San Marcos. Florencia

Andrea del Castagno. Cenáculo de Santa Apolonia . 1445-1450. Fresco . 453X975 cm. Iglesia

de Santa Apolonia, Florencia.


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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Domenico Girlandaio. Cenáculo de la Abadía de San Miguel Arcángel. 1476. Fresco. Abadía

de San Miguel Arcángel. Passigniano, Italia.


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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Domenico Ghirlandaio. Cenáculo de Ognissanti, Fresco,1480, 400x 880 cm. Ognissanti,


Florencia.
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La secularización en la pintura del Renacimiento italiano. Caso de Estudio: La Ultima Cena
de Leonardo da Vinci. Realizado por: Marianny Giménez.

Cosimo Roselli, Última Cena, 1481- 1482. 349 x 570cm, Fresco. Capilla Sixtina.

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