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SUPLEMENTO Miércoles 23

Agosto de 2023

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Vilma cambió la señal


madeleine sautié rodríguez plantearon que yo tenía un nivel universitario, había poderosas ramas que siguen cobijando a las cuba-
sido una combatiente destacada y debía centrar los nas de estos días, incluso cuando, a fuerza de des-
Cerca de los 90, una canción se erigió en no pocas esfuerzos en la organización femenina, pues, de segu- conocer no solo la historia de su país –sino tam-
almas. En su letra, Eva, negada a derramar todas sus ro, tendría aceptación por parte de todos los grupos… bién la que viven tantas mujeres del orbe– las haya
energías en el retiro hogareño, a cambio a veces solo Bueno, consulté enseguida con Raúl, y su respuesta que digan que en Cuba no tienen la menor de las
del sustento, timonea su nave, y «remonta vuelo». fue: “Trabaja en eso”». oportunidades.
Un tiempo antes de que esta maravilla de Silvio se Antes de fundar la fmc, tenía ya Vilma un puesto Como la Eva de la canción, Vilma cambió la se-
hiciera himno, otros mensajes también entonados bien ganado en el sitial de las luchas heroicas de la ñal. Haber nacido en Revolución hizo de nuestra
ensancharon los ánimos de las cubanas. Ya sabemos Patria. Combatiente de la clandestinidad, nombra- condición femenina una fortuna que no podrá
cuánto puede afianzarse un argumento si se canta a da por Frank coordinadora del Movimiento arruinar la fuerza de los siglos. Cierto es que pue-
coro, y está calado por la convicción y la evidencia. 26 de Julio en Oriente; luchadora en de haber alguna que, tardía aún, apenas
Aquel ¿Qué dice usted, que una mujer luce bien, / en el el Segundo Frente Oriental, en el despierte de algún mal sueño; pero
portal o en el sillón, / tejiendo su aburrimiento? / Si la que cumplió diversas responsa- hay una actitud colectiva, labrada
historia nos grita otra verdad, en la voz de una Sara bilidades. Sin embargo, la ta- por más de 60 años de incansa-
cronista y cantora de las proezas emprendidas, fue rea que Fidel le ponía en las bles batallas, que aprendió al
una especie de resolución, asumida por todas aque- manos la convertiría en un dedillo el mérito nuestro, la
llas que añoraban entibiar su corazón al calor de la símbolo de generosidad y valía propia a la que nos
nueva sociedad, necesitada de la natural ternura y de entereza. debemos, las maravillas
la fortaleza femenina. No podemos pensarla otras que puede engen-
Y así fue. La Historia, la Era, la vida, los amanece- sin recordar a la joven- drar la mujer, cuan-
res, cada vez más claros, no solo gritaban otra verdad, cita con gráciles dotes do se sabe tenida en
sino que la construían. para el arte, de brillan- cuenta, apreciada y
Hacerlo no fue obra y gracia de un acto de magia. te inteligencia, proba- redimida.
Si mágico pareció ser, a los ojos de la Isla, el gran día da en su condición de La escena del si-
marcado en el calendario con el 1ro. de Enero de Ingeniera Química –la llón eterno y el yugo
1959, lo cierto es que nada de milagroso tuvo el triun- segunda muchacha en masculino sobre la
fo revolucionario, que decidió un nuevo rumbo para graduarse de esta es- mujer es algo cada vez
la espiritualidad de la nación. pecialidad en la Isla–, menos perceptible.
Calles ensangrentadas; amores de familia magu- que había nacido en Amas hoy de sí mis-
llados para siempre; irreparables pérdidas; la renun- un hogar sin penurias. mas, algunas podrían
cia de unos cuantos –sobran los ejemplos en nuestra Muy lejos de los ma- no ser del todo conscien-
Historia– a vivir del caudal de la estirpe o del estudio les que aquejaban a la tes de la talla alcanzada.
y el talento individual, para incorporarse a la lucha mayoría, pudo haber Bastaría un vistazo al
por la justicia social; el inmenso heroísmo puesto al evitado los sobresaltos mundo, tantas veces idea-
servicio de una causa emancipadora… fueron pági- de la lucha, en la que lizado, para sentir orgullo
nas que hicieron que «todo lo que parecía imposible» vio caer a compañe- de lo que hicieron de noso-
fuera finalmente real. ros queridos, lo que tras Vilma y su Federación,
Tristes eran las escenas que protagonizaba la mujer pudo también pasar- algo así como un blindaje que
antes del día luminoso. Siglos de discriminación –léa- le a ella; pudo haber nos protege para siempre
se desprecio, desvalorización, privación de derechos– vivido amparada por del sometimiento y la
se enquistaron en los años de dominio imperialista. la solvencia económica vergüenza.
Triunfaba la Revolución y todo estaba por hacer. de su hogar.
En 1960, cerca del 90 % de las cubanas eran amas de No consiguió su alma
casa, y en el caso de las campesinas, llevaban una vida noble voltear la cara a lo
en condiciones infrahumanas. que pasaba a su alrededor,
El torbellino de acciones para paliar la situación so- y puso su férrea ter-
cial no detuvo a los revolucionarios. Había que crear nura en función de
centros laborales, prepararlas –pues un gran número construir, dentro
de ellas carecía de conocimiento para incorporarse al del árbol de la
trabajo–, se visitaron prostíbulos, para hacer que mu- Revolución,
jeres que no conocieron más vida que la de la venta
del cuerpo, la abandonaran radicalmente; se realizó
un censo en el que se debían comprometer a cuidar
de su salud; se crearon, orientadas por Fidel, las Es-
cuelas Nocturnas de Superación para Domésticas, en
las que se aprendían diversos oficios. Era preciso su-
turar el espíritu de las que estaban heridas, y ponerlas
a todas al tanto de lo que ellas podían alcanzar, mos-
trarles las luces de un nuevo camino absolutamente
desconocido, en que la cultura adquirida y la digni-
dad harían mucho para erradicar tanta tristeza.
El convite a la nueva era tenía esencialmente un
nombre: Vilma Espín. Ella fue el rostro señero de
una organización en la que había pensado Fidel,
quien ahora ponía en ella la responsabilidad de lle-
varla adelante. Nacía la Federación de Mujeres Cuba-
nas (fmc), el 23 de agosto de 1960, y solo los grandes
desconocedores o los desmemoriados podrían negar
el impacto de una epopeya que, como se ha dicho,
significó «una revolución dentro de la Revolución».
«Al triunfo de la Revolución pensé que iría a tra-
bajar, probablemente en las Fuerzas Armadas, o
como ingeniera en algunas de las industrias donde
hiciera falta. (…) cuando me plantean la necesidad de
crear una organización femenina nacional me que-
dé un poco desconcertada. (…) Las compañeras me FOTO: ARCHIVO DE GRANMA

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