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Reflexión Teológica

ELEMENTOS PARA Resumen:

REPENSAR LA Para reflexionar sobre la itine-


rancia como horizonte de la Vida
ITINERANCIA Religiosa latinoamericana se re-

EN LA VIDA quiere hacer no solo una elabora-


ción teológica sino también una ex-
RELIGIOSA ploración socioanalítica. En el tema
de la itinerancia sucede como con
tantas otras expresiones de la es-

P. Luis Fernando piritualidad y la teología de la Vida


Religiosa: se corre el peligro de
Falcó Pliego, MSpS* utilizarlas como enunciados moti-
vantes o emblemas sugerentes que
terminan por decir poco, se des-
gastan y convierten así en lugares
comunes, sin un contenido preciso.
Se requiere contar con explicacio-
nes que, partiendo de cómo ocurre
el fenómeno y sus condicionantes,
le den pertinencia, alcance y mor-
diente. Se presenta una invitación
a la reflexión sociocultural que re-
lacione sintética y esquemática-
mente la fundamentación teológi-
ca aspiracional de la itinerancia de
la Vida Religiosa con el fenómeno
como aparece en los institutos y
la posible explicación de su dificul-
tad, más alguna indicación sumaria
para potenciarla eficazmente.

Palabras clave: itinerancia, mi-


gración, individualización, diferen-
ciación institucional

E
s necesario destacar la teo-
logía que fundamenta este
*Misionero del Espíritu Santo, sacerdo- modo evangélico de vivir,
te mexicano. Psicoterapeuta psicoanalí- pero, solo eso, es insuficiente. La
tico y sociólogo. Coordina Cruces MSpS, itinerancia de las/os religiosas/os
en la Ciudad de México, iniciativa de los
MSpS para ofrecer formación asesoría se funda en la identidad del pueblo
y consultoría de procesos instituciona- de Dios construida y reconstruida
les de Iglesia en América Latina. en el camino del desierto y espe-

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Elementos para repensar la itinerancia en la Vida Religiosa

cialmente se funda en el modo de Idealmente este espíritu, pro-


existir de Jesús, de presentar su pio de la Vida Religiosa, se tradu-
mensaje y de hacerse acompañar ciría en instituciones e individuos
por su grupo de discípulos. Ese ta- usualmente dispuestos a acciones
lante de pueblo elegido reunido por apostólicas novedosas, imbuidos
Cristo en camino al Reino, funda- de inquietud misionera, apertura
menta la itinerancia de la Vida Re- al cambio de patrones de pensa-
ligiosa y la respuesta vocacional miento y prácticas, movidos por
de cada religiosa/o, quien llegó a la urgencia de otear los signos del
su instituto buscando ese modo de Reino. En fin, individuos aún ávidos
vivir. de mantenerse en esa itinerancia
territorial, espiritual, creativa e in-
Sin embargo, la experiencia novadora2. Pero, destacar esto, no
constata que después de un tiem- ha sido suficiente. Entonces: ¿Qué
po, “algo” sucede en no pocos. Pa- estructura subjetiva, qué factores
recería que el horizonte normativo de la construcción del sujeto en la
no resulta suficiente para soste- mayoría de los países latinoameri-
ner ese movimiento constante en canos, colabora, posibilita o por el
algunas/os religiosas/os1. Falta contrario, hace estructuralmente
comprender las condiciones bajo difícil que las/os religiosas/os una
las cuales los individuos compro- vez pasada la formación permanez-
metidos con este estilo de vida y can disponibles a las formas de iti-
las mismas organizaciones de Vida nerancia requeridas?
Religiosa se hacen capaces de asu-
mir, en las coordenadas culturales Se relacionan tres perspectivas
dominantes, esa itinerancia, nú- o fenómenos socioculturales para
cleo de la Vida Religiosa, desean- comprender mejor las dificulta-
do vivirla como talante subjetivo. des de la Vida Religiosa para ha-
La cuestión es qué disposiciones cer práctica la itinerancia: la mi-
se esperaría encontrar en ellos y si gración, la individualización, y el
están socialmente habilitados para debilitamiento de la diferenciación
ello; sabiendo que la voluntad no institucional.
basta y que la sociedad, en alguna
medida, condiciona las disposicio- Las/os religiosas/os como mi-
nes de los individuos. grantes que “por fin” se han es-
tablecido

No es desproporcionado com-
1
Una sincera y honda llamada de aten-
prender a los que ingresan a la Vida
ción sobre el fundamento y la caren- Religiosa como migrantes. Lo son,
cia de itinerancia puede ver en Azpiroz migrantes de cultura y territorio,
Costa, “Carta a la Orden, caminemos
con alegría y pensemos en nuestro
Salvador”, Pinceladas sobre la itine- 2
Arregui, “Actitudes para vivir cam-
rancia dominicana. biando…”.

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en sentido pleno e intensamente es cierto para las/os migrantes del


vivido. Cuando un individuo viene territorio y la nación, también lo
a una casa de formación de religio- es, en su propia versión, para mi-
sas/os se expone a una profunda y grantes del sentido de la vida, en
radical migración, aunque no salga búsqueda de la causa del Evangelio
de la ciudad donde reside. La Vida dentro de una comunidad religiosa.
Religiosa exige a los que ingresan, Considerar la elección vocacional
emigrar; por lo menos durante un a la Vida Religiosa desde la óptica
tiempo, “dejan” marcos culturales migrante abre vetas inexploradas
de toda índole para hacerse rápida para entender por qué, después de
y decididamente a otros referen- un tiempo, algunos de esos, alguna
tes con pretensión de definitividad. vez itinerantes, se resisten a conti-
Dejan casa, lazos afectivos y con- nuar la itinerancia.
vivencia con familiares, habituacio-
nes en torno al vestir, alimentación En las comunidades religiosas,
e higiene, modos de trabajar y des- los criterios de la formación se fo-
cansar, formas de ejercer la sexua- calizan, con cierta actitud etnocén-
lidad, hacer amigos y vivir la fe. Lo trica, en que el individuo se adap-
hacen parecido a aquellos que en te a la nueva cultura, que adopte
Latinoamérica atraviesan naciones las señas de identidad de la cultu-
enteras y desafían peligros, aunque ra de llegada; evitando mirar con
en este caso, en otro sentido. más cuidado (y no solo desde una
perspectiva psicológica), otros ele-
Aunque los que emigran a la mentos de lo que quedó allá, en el
Vida Religiosa son numéricamen- lugar cultural del que se emigró.
te muy escasos, están motivados, Son elementos postergados que
igual que los millones de migrantes podrían favorecer el que, después
mujeres y hombres espacialmen- de conseguida la pertenencia plena
te jóvenes, por un concentrado de en la nueva cultura religiosa, “re-
búsquedas. El impulso a migrar no clamen” el retorno a aquello que un
es uno, son múltiples y responden día se dejó. Podría ser que los itine-
a un conjunto de factores que nun- rantes, como los que viven en otro
ca son lineales ni se definen solo a país, recuperen lo que dejaron; que
partir de un balance costo – bene- vengan a poner los ojos en las au-
ficio. Las principales causas tienen sencias que quedaron atrás y qui-
que ver con la búsqueda de la ca- zás sin resolver. Son aquellos que,
lidad de vida, mejora de condicio- ya establecidos en el nuevo país, se
nes para vivir y la satisfacción de ven compelidos a volver a sus anti-
muchas necesidades básicas y de guos patrones culturales, por moti-
sentido para la existencia3. Si esto vos no explícitos, pero sí actuantes

3
Caicedo y Morales. Imaginarios de
la migración internacional en México: que llegan: encuesta nacional de mi-
Una mirada a los que se van y a los gración, 74.

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por razón de la ausencia que que- este caso, la demanda de lo que


dó atrás. Como afirma Sayad, dis- quedó atrás sin resolver e insufi-
cípulo de Bourdieu, al hablar de lo cientemente elaborado. Como si lo
ineficaz y parcial de comprender el que se dejó atrás por el logro de
fenómeno migratorio “descuidan- la nueva pertenencia, reapareciera
do las condiciones de origen de los agudizado por una estabilidad de
emigrados […] al inmigrante –y solo edad y de pertenencia. Les sucede-
a él– y no al emigrado, es a quien ría como a los latinoamericanos en
se toma en cuenta; y, por otra par- Los Ángeles, Nueva York y Chica-
te, la problemática abordada explí- go, quienes al conseguir la ansiada
cita e implícitamente es siempre la estabilización en una edad que lo
de la adaptación a la sociedad de pide, reparan la ausencia transfor-
“acogida”. Allí se crea una ausen- mando calles, zonas, vecindarios
cia, dice Sayad, que permanecerá en patrias chicas del lugar de ori-
como herida: gen en el nuevo país. Vivirán en el
Norte, pero, al mismo tiempo, van
Todo estudio de los fenómenos mi- a matizar sus nuevos territorios
gratorios que descuide las condicio-
para que tengan algo de allá en lo
nes de origen de los emigrados está
condenado a no dar más que una de acá. Este planteamiento cues-
visión a la vez parcial y etnocéntrica tiona los modos y parámetros para
del fenómeno migratorio: como si, formar a las/os nuevas/os consa-
por una parte, su existencia comen- gradas/os.
zara en el momento en que llega a
Francia…4 Itinerantes sin itinerario

La posible resistencia a perma- Otro fenómeno sociocultural


necer en la itinerancia del inicio del de gran calado también afecta
camino, de religiosas y religiosos la manera de vivirse de las/os
que han llegado a la “tierra prome- religiosas/os. La Modernidad tardía
tida”, luego de años de vivir bajo modifica a fondo la construcción
parámetros de intensa inmigración del individuo y la configuración de
a la cultura del instituto, puede re- las subjetividades. Eso impacta
lacionarse con la necesidad de es- la disposición a la itinerancia de
tabilizarse por fin, después de años los más jóvenes, pero, tocando a
de itinerancia cultural: Reclamos casi todos, tanto en la manera de
por estar cerca de la familia, que comprenderse en el hoy como de
prevalezcan sus estudios y habili- proyectarse en el futuro. El individuo
taciones, necesitar los vínculos pa- de las sociedades de Modernidad
sados y las preferencias subjetivas tardía se vive desanclado de las
postergadas, representarían, en instituciones que antes les conferían
sólidas identidades mediante una
socialización más o menos bien
4
Sayad, “Reseña bibliográfica. La doble
establecida, esto agravado por
ausencia: De las ilusiones del emigrado
a los padecimientos del inmigrado”. los procesos de modernización

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deficiente en América Latina. te. No hay más certeza que “hacer-


Como tendencia, trastoca las se productos” de su propia marca.
disposiciones del sujeto a tener Por eso hay que mantener el buen
como centro su pertenencia central look y la presencia juvenil. Se ur-
y desde allí la disposición itinerante, gen a permanecer reinventándo-
como se desea desde el horizonte se en estudios interminables o en
de la Vida Religiosa. servicios que respeten “mi capa-
citación” o cercanos a los vínculos
Los individuos de las sociedades cálidos de las/os amigas/os que le
violentamente modernizadas, que, acogen. Impelidos a no dejar de re-
en muy reducido número, también inventarse. Este sujeto, cuando es
son los miembros de las congrega- religiosa/o, aprecia la pertenencia
ciones religiosas, ya no cuentan con consagrada como un dato, quizás
los referentes que sostenían al “pri- el dato más importante, pero, un
mer sujeto moderno”: la ciudadanía dato, en el concierto de seguirse
soportada por las instituciones de haciendo a sí mismo y pasando el
la democracia, salud y educación, examen interminable de sentirse
trayectoria laboral y movilidad so- realizado y “fiel a sí mismo”.
cial; más bien deben proyectar sus
vidas por sí mismos, en medio de Practicar el ‘arte de la vida’, hacer
sociedades que no dan garantía al- de la propia vida una ‘obra de arte’,
equivale en nuestro mundo moder-
guna de sostenerlos. Los referentes no líquido a permanecer en un esta-
éticos y la pertenencia religiosa han do de transformación permanente,
retrocedido y las mujeres y hom- a redefinirse perpetuamente trans-
bres que emergen a la vida adulta formándose (o al menos intentán-
apenas alcanzan a guarecerse en dolo) en alguien distinto del que ha
sido hasta ahora. ‘Transformarse en
el ámbito familiar, y quizás algunos alguien distinto’ equivale, sin em-
pocos se cobijan en la seguridad de bargo, a dejar de ser el que se ha
su congregación, de su trabajo, es- sido hasta entonces. A destruirse y
pecialidad y relaciones. a sacarse de encima las viejas for-
mas […] Para exponer al público su
nuevo yo y admirarlo en un espejo y
Sin los referentes modernos, los en los ojos de los otros […].5
individuos de estas sociedades, en
estas décadas, no tienen posibili- Esta autoconstrucción estéti-
dades de construir un proyecto de ca de “la propia vida como obra
vida (para usar la terminología clá- de arte”, según Bauman, no es el
sica) arropado por la democracia, impulso a desasirse, propio de la
el estado de bienestar, la merito- itinerancia; sino que más bien la
cracia, la escuela y menos aún por complica. La itinerancia religiosa
la pertenencia a una Iglesia o a un se funda en la solidez inquebranta-
instituto. La individualización que ble del vivir en Jesús como centro.
se les impone estructuralmente,
les impele a construirse a sí mis-
mos, sin asideros e incesantemen- 5
Bauman, El arte de la vida, 92 – 93.

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Elementos para repensar la itinerancia en la Vida Religiosa

Un talante que podría parafrasear- liderazgo con los miembros y de


se con la expresión de Timoteo, plantear la formación continua.
dicha por el religioso itinerante:
‘Estoy dispuesto a salir a donde se Sin certezas respecto a qué
me necesite, sé en quién he pues- hace la diferencia para las/os
to mi confianza y estoy seguro de religiosas/os
que él es capaz de guardar lo que
le he confiado…’6. No se alude a si La Vida Religiosa se sostiene
tiene fe o virtud, sino a formas es- estructuralmente en la conciencia
tructurales de autocomprenderse. de ser cristianos elegidos por Dios
La disponibilidad de este tipo ideal para vivirla. La teología conciliar
provendría, en parte, de que está común alude a la Vida Religiosa,
habituado a guiarse por los refe- representada por un grupo mino-
rentes elegidos. El desafío para el ritario de bautizadas/os, llamados
individuo desanclado, sin hábito de por Dios para ser seguidores de Je-
sostenerse en algo más que la re- sús, que se dejan mover por el Es-
edición continua de su propia pre- píritu para hacer presente el Reino,
sentación, es que solo se tiene a sí como lo decisivo en sus vidas. Las
misma/o. No está a consideración mediaciones son la vida en común
la fe de este individuo, sino que y la profesión de los votos dentro
se examina cómo este experimen- de un marco institucional, siempre
ta la urgencia estructural, de que acompañado por la Iglesia jerár-
otras/os o la misma institución no quica. Ese entramado posibilita la
se le imponga; ni le diga cómo ha- diferencia estructural.
cerse a sí misma/o. El éxito de su
propia trayectoria reside en velar El diferenciarse la Vida Religio-
por mantenerse vigente en los pro- sa de la mayoría de los cristianos,
pios términos. respecto de clérigos y otras/os
laicas/os, tiene una veta estruc-
Para estos sujetos configurados tural fundada en las mediaciones
de la imperiosa necesidad de ha- nucleares: comunión, consagración
cerse a sí mismas/os sin más asi- y misión, que permea su larga tra-
deros que sus apuestas, la posibili- yectoria. De muchos modos, en las
dad de disponerse a una itinerancia distintas épocas, los agregados de
renovada implica un vigoroso mo- religiosas y religiosos han expre-
vimiento de conciencia y autocríti- sado, diversamente, cómo es que
ca, capaz relativizar, por la fe y la están dentro del mundo social y de
confianza en Dios y el instituto, un la Iglesia, pero, “sin ser del mun-
modo no individualizado de seguir do”, sosteniendo la diferencia que
construyéndose. Este punto se re- los constituye.
fiere a las formas de relación del
Para los que viven esta aventu-
ra de la itinerancia evangélica ser
6 sostenidos por las instituciones que
2ª a Timoteo 1,12

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los congregan es fundamental para Esta vida institucional debilita-


mantener la diferencia, como lla- da, que lucha por sostener la per-
mados a vivir al servicio del Reino. manencia misma de los institutos,
Por eso el desierto geográfico de depende de que se mantengan
los primeros siglos y el estilo tan vigentes los individuos con edad
normado de vivir bajo las Reglas y fuerza, para fungir como pilares
medievales. Por eso, la ascesis que que lleven adelante el empeño ins-
reorienta la sensibilidad personal titucional. Estos individuos, han de
y comunitaria, en un espacio tan sostener a la congregación, llevan-
bien diseñado como el monasterio, do mucho peso; mientras que estos
propicia la conversión permanente mismos individuos no siempre son
de costumbres y fortalece la itine- sostenidos por su congregación,
rancia como modo de vida, por más sobre todo si es pequeña. Un sector
que la/el religiosa/o no saliera ja- de religiosas/os bien habilitados,
más del monasterio. no siempre encuentran contención
institucional, más allá de sus pro-
La Vida Religiosa latinoamerica- pias convicciones. La congregación
na en las primeras décadas poscon- los sobredemanda y les exige, en
ciliares se desplazó en un radical lugar de fortalecerlos y darles he-
acercamiento al mundo del dolor y rramientas, que los impulsen a re-
de la pobreza. Ha buscado, al lado forzar su identidad diferenciada en
de los pobres y de las víctimas, el medio de una sociedad que no re-
nuevo claustro que la haga itineran- conoce su pretensión.
te y en honda conversión espiritual.
Sin embargo, este movimiento de La institución descansa en unos
diferenciación e identidad al lado pocos, a veces artificialmente. Se
de los pobres, no es lo que empíri- les pide mucho, sin atender cómo
camente se encuentra con más fre- ellos mismos necesitan ser sosteni-
cuencia en las congregaciones en dos para seguir itinerantes, sin abo-
las últimas décadas. Los institutos, carlos al desgaste inútil. Cuando,
en la práctica, se preocupan menos además, no pocas veces, se trata
por mantener sus presencias en de individuos, mujeres y hombres,
medio de las diversas pobrezas y que hicieron el camino de muchas
se preocupan más por mantenerse migraciones previas y que piden
vigentes en medio de la reducción finalmente “estabilidad” y que si-
de recursos humanos y financieros; guen experimentando urgencias a
por potenciar el bienestar en comu- reinventarse para sentir que siguen
nidades no siempre bien avenidas y vigentes para sí mismas/os y para
por atender a las/os hermanas/os resarcirse en lo que creen haber
mayores, queriendo promover una
espiritualidad para tiempos de de-
en institutos religiosos masculinos en
bilidad y pequeñez7.
México en Falcó Pliego, Congregacio-
nes religiosas en México después de
1985: organizaciones en una transición
7
Se explora el tema de la diferencia- inconclusa, incierta y en disputa, Tesis
ción estructural de la Vida Religiosa doctoral.
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Elementos para repensar la itinerancia en la Vida Religiosa

dejado por su pertenencia religio- Azpiroz Costa OP, Carlos Alfonso.


sa. Este punto se refiere a la con- “Carta a la Orden, caminemos con
ducción institucional y la gestión de alegría y pensemos en nuestro Sal-
los recursos humanos. vador”. (2003).

Para seguir pensando la itine- Bauman, Zygmunt. El arte de la


rancia vida. España: Paidós,2009.

Esta reflexión se ha preguntado Falcó Pliego, Luis Fernando. Con-


¿cómo continuar siendo comunida- gregaciones religiosas en México
des itinerantes, en cuanto cualidad después de 1985: organizaciones
del seguimiento de Cristo, en un en una transición inconclusa, in-
instituto religioso?. La itinerancia cierta y en disputa, Tesis doctoral.
es un elemento de identificación México: UNAM, 2017.
fundamental del estilo de Vida Con-
sagrada; pero, las condiciones en Caicedo, Maritza y Agustín Mora-
que se forman los individuos en so- les, Mena. Imaginarios de la mi-
ciedades latinoamericanas actuales gración internacional en México:
complejizan su puesta en práctica. Una mirada a los que se van y a
los que llegan: encuesta nacional
Se ha problematizado socio- de migración. México: Instituto
culturalmente esta dimensión con de Investigaciones Jurídicas,
algunos argumentos seminales, Universidad Nacional Autónoma de
que sería necesario ahondar, y México, 2015.
repensar, desde la formación ini-
cial, la formación permanente, la Sayad, Abdelmalek. “Reseña biblio-
relación del liderazgo con las/os gráfica: La doble ausencia. De las
religiosas/os y la gestión institucio- ilusiones del emigrado a los pade-
nal, pues, las religiosas y los reli- cimientos del inmigrado”. Migracio-
giosos hace tiempo que somos dis- nes Internacionales 6, 4 (2012).
tintos de como solíamos ser.

BIBLIOGRAFÍA:

Arregui, Josune. “Actitudes para vi-


vir cambiando…”. UISG Boletín 154
(2014).

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