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III. Vietnam: El fracaso de la política exterior y sus consecuencias.

La participación de los Estados Unidos en la guerra de Vietnam fue en muchos aspectos el


resultado inevitable de la política exterior americana tras la II guerra mundial. La teoría de
la contención del comunismo y la idea de América como gendarme universal, fueron
aceptadas tanto por Kennedy como por Johnson.
Al contemplar la política internacional exclusivamente en términos de una lucha entre el
comunismo y la democracia, los estrategas americanos no sólo pasan por alto la existencia
diferencias culturales y étnicas, sino que consideraban a todas las sociedades como una
sociedad americana en embrión.
Por otra parte,  se mostraron dispuestos a respaldar regímenes dictatoriales como el de
Batista en Cuba y Diem en Vietnam, antes que correr el riesgo de que el poder cayese allí
en manos de comunistas reales o supuestos. Estos gobiernos recibieron sobre todo ayuda
militar y financiera.
Tan pronto como la ayuda y la intriga se mostraban insuficientes para impedir la influencia
de las fuerzas izquierdistas, surgía la tentación de recurrir a la fuerza. En Vietnam esta
tentación fue irresistible y el gobierno americano acabó por embarcarse en una guerra
costosa que suscitó una gran oposición entre la población americana y que en última
instancia resultó inútil.
El tratado de supresión de pruebas nucleares de 1963 contribuyó también a reducir las
tensiones de la guerra fría. Pero simultáneamente Kennedy aumentó los gastos militares y
en el sudeste asiático, lejos de aceptar la diversidad, rechazó la postura neutralista
inclinándose por la intervención militar. Tomando por comunistas a quienes no era más que
nacionalistas y anticolonialistas, decidió enviar las primeras tropas combatientes
americanas a Vietnam del sur a fin de que respaldaran al régimen decrépito de Diem. El
presidente Johnson prosiguió la tarea que Kennedy había dejado inconclusa. 
La intervención fue justificada en primer término como una medida para proteger a los
ciudadanos americanos; más tarde se diría que con ello se perseguía impedir la toma del
poder por los comunista, cosa que nunca llegaría a producirse.
El apoyó al régimen anticomunista de vietnam del sur originó la escalada del compromiso
americano en la guerra. El número de soldados americanos creció de año en año, y las
cifras de baja se incrementó proporcionalmente: En 1964 murieron 147 soldados y en 1968
la cifra de muertos ascendió a 14.500.
El coste de la guerra en términos monetarios también fue un aumento alcanzando un
volumen anual de 28.000 millones de dólares. Pero en ningún momento fue reconocida la
auténtica naturaleza de la guerra. 
Los americanos siguieron volcando sobre Vietnam hombre y material, firme en su
convicción de que su superioridad en efectivos y potencia de fuego acabaría por imponerse.
Cuanto más se prolongaba la guerra más profundos eran sus efectos sobre la sociedad
americana. En 1968 el gasto militar se elevaba a 75.000 millones de dólares; Johnson sin
embargo seguía insistiendo en que América podría disponer simultáneamente de "cañones y
mantequilla" y afirmaba que podían construir la great society y al mismo tiempo luchar en
Vietnam.  
Las consecuencias psicológicas de la guerra estuvieron tanto a su alcance como sus efectos
económicos. Los continuos engaños y verdades a medias de la administración Johnson,
resquebrajaron la confianza popular en el gobierno y las pretensiones de victoria, cuando la
victoria de imposible, crearon un foso de incredulidad en el pueblo y sus dirigentes. Sólo en
1971 cuando se publicaron los documentos del Pentágono, fue revelado el verdadero
alcance del fraude oficial.
Los triunfos de los vietnamitas debilitaron también la confianza de los americanos en ellos
mismos obligándoles a interrogarse acerca del tan arraigado supuesto del papel de América
en el mundo. 
A medida que la oposición a la guerra iba creciendo en el interior de los Estados Unidos,
cundía la desmoralización entre las fuerzas americanas estacionadas en Vietnam.  Muchos
soldados tomaban drogas y se decía que el asesinato de oficiales impopulares con granadas
de mano era bastante frecuente.
El coste de la guerra alentó a la oposición antibélica. El movimiento iniciado con una serie
de manifestaciones en las universidades, alcanzó enormes proporciones en 1967. Muchos
jóvenes se negaron a ir a la guerra, objetando motivos de conciencia o simplemente
huyendo a Canadá y Europa. 
IV. La sociedad americana en la década de 1960.
La década de 1960 aún cuando se mantuvo la prosperidad general de la época Eisenhower,
la voluntad de cambio de Kennedy y Johnson alentó a la crítica y el análisis de los males de
la sociedad americana. Los intentos de introducir mejoras reales en las relaciones
interraciales y el bienestar social no hicieron más que intensificar el clamor de la rebelión
ideológica. La creciente vehemencia de los movimientos en favor de los derechos civiles y
la posterior aparición de grupos antibélicos y estudiantiles produjeron también una reacción
conservadora y la división del país; Para definir la sociedad americana habría que recurrir a
los adjetivos turbulenta y violenta.
El lugar de residencia en los núcleos urbanos tenía un indudable carácter racial; las zonas
suburbanas eran en conjunto un dominio de los blancos, en tanto que los descuidos centros
urbanos estaban predominantemente habitados por negros. Los programas de la guerra
contra la pobreza habían ayudado a algunos de ellos pero en modo alguno a la totalidad. 
Otro motivo de preocupación era la estrecha relación existente entre la industria y el
estamento militar. El propio presidente Eisenhower advirtió acerca de los peligros
inherentes a esta situación en su discurso de despedida a la nación.  Pero tuvo que
producirse la guerra de Vietnam para que aquellos gritos de alarma encontrarán el eco
oportuno. En 1967 Alrededor de 8 millones de trabajadores dependían de contratos
relacionados con actividades militares. 
Al tratar de hallar una explicación al compromiso americano en Vietnam, muchos autores
recurrieron a las relaciones entre los militares y la industria, mientras otros pusieron en tela
de juicio la totalidad de la estructura económica. 
No todos los jóvenes estaban dispuestos a actuar en el contexto de sistema político vigente;
muchos de ellos eran indiferentes como sus mayores; otros politizados por su participación
en las organizaciones defensoras de los derechos civiles, en el movimiento por la libertad
de expresión y en las protestas contra la guerra de vietnam, exigían cambios radicales
adoptando un punto de vista revolucionario. Dieron origen a una nueva izquierda partidaria
de la revolución en los Estados Unidos.
Otros jóvenes blancos rechazaron completamente el activismo político y buscaron una
alternativa a la sociedad existente. Los hippies experimentaron una nueva forma de vida
comunitaria que reemplazaran a la familia nuclear y trataron de convencer con el flower
power y los love-.ins.  
Como consecuencia de esta rebelión juvenil el modo de vida americano comenzó a
cambiar. Aparecieron nuevas modas en el vestido y la apariencia exterior, las ropas
masculinas y femeninas se hicieron cada vez más informales y los hombres se dejaron el
pelo largo barba y bigote. 
Otro tanto ocurrió con las normas de conducta sexual; las relaciones prematrimoniales
tuvieron una creciente aceptación, los matrimonios "a prueba" se generalizaron y las tasas
de divorcios habían subido. 
Las nuevas actitudes y la apariencia de la juventud, los conflictos raciales y las
manifestaciones contra la guerra de Vietnam ofendieron a muchos americanos y provocaron
un resurgimiento de los sentimientos conservadores y populista de tiempos pasados. 
La administración de Nixon (1969- 1974) adoptó Una política de enfrentamiento con los
manifestantes contrarios a la guerra y con los militantes negros,  freno el proceso de
integración racial en las escuelas y atacó a los beneficiarios del seguro de desempleo y de la
ayuda social acusándolos de holgazanes. 

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