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El conflicto armado en Colombia ha involucrado factores que van más allá de lo que se
reconoce típicamente en las confrontaciones armadas, incluyendo una mezcla de violencia
política y delito común. Desde el periodo presidencial de Julio Cesar Turbay Ayala, y con la
política de paz impulsada por Belisario Betancourt, se produce una agudización del
problema armado, con la expansión de guerrillas y el surgimiento de ejércitos
paramilitares. Esto ha llevado a una degradación del conflicto, con la radicalización de las
fuerzas en confrontación, el surgimiento del narcotráfico y bandas privadas, la corrupción,
las masacres, y otros factores. Esta situación ha dificultado no solo su definición sino
también su tratamiento, llegando a ser llamado solamente como “terrorismo´´.
Como surgió
El conflicto armado en Colombia es uno de los más largos y complejos de América Latina.
Comenzó en la década de 1960 y ha dejado más de 260,000 muertos y millones de
desplazados. Este conflicto ha involucrado a múltiples grupos armados y actores políticos,
económicos y sociales.
PARAMILITARES
Los paramilitares en Colombia son grupos armados ilegales que surgieron durante los años
80 y 90 en respuesta a la creciente presencia de grupos guerrilleros en el país. Estos
grupos se autodenominaron "autodefensas" y se presentaron como una fuerza
contrainsurgente que luchaba contra las guerrillas y defendía los intereses de los
terratenientes y empresarios del país.
Sin embargo, a lo largo de los años, los paramilitares se convirtieron en una amenaza para
la sociedad colombiana. Cometieron una gran cantidad de crímenes atroces, incluyendo
masacres, secuestros, extorsiones, violaciones y desplazamientos forzados. En muchos
casos, actuaron en connivencia con miembros del ejército y de la policía, y a menudo
contaron con el apoyo de políticos y empresarios locales.
El gobierno colombiano ha llevado a cabo una serie de operaciones militares y judiciales
para desmantelar los grupos paramilitares, pero su legado sigue siendo sentirse en
muchos lugares de Colombia, donde la violencia y el control territorial por parte de grupos
armados ilegales sigue siendo un problema grave. Además, los líderes y miembros de los
grupos paramilitares han sido vinculados a una gran cantidad de casos de corrupción y
narcotráfico.
La carta del presidente de la república Álvaro Uribe Vélez tuvo una gran
importancia en la historia de Colombia ya que presentó su estrategia para
combatir el narcotráfico y el terrorismo en el país. La política de “seguridad
democrática” propuesta por Uribe se centró en el fortalecimiento de las fuerzas de
seguridad del país, la coordinación internacional para combatir el narcotráfico y el
terrorismo, y la promoción de programas sociales y económicos para reducir la
pobreza.
Bajo el mandato de Uribe, también se intensificó la cooperación con los Estados
Unidos, que brindó apoyo financiero y entrenamiento para la lucha contra las FARC
y otros grupos armados ilegales.
Si bien la estrategia de seguridad democrática tuvo algunos éxitos en la reducción
de la violencia, también dio lugar a acusaciones de violaciones de derechos
humanos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.
Además, algunos críticos acusaron a Uribe de tener vínculos con grupos
paramilitares de extrema derecha que también estaban involucrados en el
conflicto.
Actualidad
El conflicto armado en Colombia ha evolucionado significativamente en los últimos años.
En noviembre de 2016, después de cuatro años de negociaciones, el gobierno colombiano
y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) firmaron un acuerdo de paz
histórico que puso fin a más de cinco décadas de conflicto armado.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de paz, todavía hay grupos armados ilegales que
operan en Colombia. Los grupos más destacados son el Ejército de Liberación Nacional
(ELN) y las bandas criminales conocidas como “disidencias”, que son grupos que se
separaron de las FARC y continúan involucrados en actividades ilegales.
Además, hay regiones de Colombia que siguen siendo objeto de conflictos armados por el
control territorial, la minería ilegal y el tráfico de drogas. Estas regiones son
particularmente vulnerables debido a la presencia de grupos armados ilegales y la
debilidad del Estado en algunas de estas áreas.
Colombia ha hecho importantes avances en la construcción de la paz, pero todavía hay
retos importantes por enfrentar en la consolidación de la paz y la seguridad en el país.