"ARCOÍRIS DE ALMAS: UN CANTO A LA DIVERSIDAD"

En el vasto lienzo de la humanidad,

Un arcoíris de almas baila con amplitud,
Cada tono y matiz, en su identidad,
Brilla en el concierto de la multitud.

Manos entrelazadas, unidos en amor,

El mundo resplandece con diversidad,
Cada historia, un eslabón de valor,
Forjando puentes hacia la igualdad.

Las risas son melodías en la brisa,

Donde culturas convergen y se entrelazan,
Los corazones laten con la misma prisa,
Tejiendo una red donde todos abrazan.

La diferencia es el lienzo, no la barrera,

Un mosaico de voces, colores y creencias,
Cada alma es una estrella en la esfera,
Que ilumina el mundo con nuevas conciencias.

En el arcoíris de sueños y esperanza,

La humanidad se encuentra en danza,
Aprendiendo, creciendo, en bonanza,
Celebrando la diversidad que avanza.

Unamos nuestras manos en unidad,

 En este canto a la diversidad eterna,
Porque cada alma, en su singularidad,
Aporta al mundo luz y belleza eterna

"ECOS DEL ALMA: LÁGRIMAS DEL SILENCIO"

Dentro de mí, un océano de dolor,

Lágrimas del silencio, tormenta interior,
Un mundo de sombras, sin resplandor,
Donde el llanto fluye con sufrimiento y ardor.

Cada lágrima que cae es una historia,

Un eco de heridas que el corazón lleva,
Cautivas en el alma, sin gloria,
Las penas susurran en la noche quieta.

El silencio se convierte en mi refugio,

Los sollozos se esconden detrás de una sonrisa,
Cada herida es un verso oscuro,
Que en mi interior se entreteje y desliza.

Pero en la oscuridad, una luz titila,

La esperanza lucha por emerger,
A través del dolor, mi alma brilla,
Buscando la calma que anhelo obtener.

Las lágrimas son tesoros de sanación,

Limpian el alma, liberan la tristeza,
 En cada gota, una renovación,
Un paso hacia la luz en la oscuridad inmensa.

Así, con el tiempo, el dolor se transforma,

Las lágrimas dan paso a un nuevo amanecer,
El alma, cual fénix, se reforma,
Encontrando la fuerza para renacer.

"Ecos del Alma: Lágrimas del Silencio",

Un testimonio de lucha y transformación,
En la tormenta, hallé mi resplandor eterno,
En el llanto, encontré mi propia redención.