Está en la página 1de 1

EL ÉXITO EN EL MANEJO DE LOS PROBLEMAS

“¿Señor, qué te pasa? ¿Ya no tienes confianza en mí? Envíame algunos problemas…”

Esta es la oración que pocos se atreverían a decir, por supuesto el capítulo trata sobre
pensadores positivos que no temblarían al hacerle frente a un problema, pero en este mundo
somos la clase de personas que quieren vivir cómodamente, sin problemas, sin
enfermedades, sin responsabilidades, etc. No quiero parecer negativo al decir esto, pero es
la realidad muchas veces.

Pero mejor hablemos el lado positivo…

Al inicio, Norman nos habla que los problemas son un síntoma de vida, es decir, son
inevitables. La única situación en que haya cero problemas es cuando estamos muertos
físicamente. Donde no hay problemas, no hay vida.

Pero también para cada problema siempre hay una solución, estos son inevitables, pero no
son permanentes. Cuántos más problemas tengamos, mejor fortaleza tendremos.

Podemos ver a exitosas e inteligentes personas, que no se la pasaban quejándose de su vida


problemática, si no que fueron valientes al hacerles frentes y que perseveraban en hacer
pedazos las situaciones difíciles. Un ejemplo sería el de Albert Einstein, nos cuentan que
tuvo una niñez difícil, tartamudeaba y era un mal estudiante de matemáticas… pero en su
adultez fue reconocido como uno de los mejores científicos, en el campo de la Física y
Matemática.

Ahora, no solo hay que tener una mente positiva para encontrar una solución, hay que tener
fe en Dios, porque Él nos da esa capacidad de pensar. Confiar sólo en nosotros mismos no
basta, pues nosotros nada podemos hacer sin que no se nos lo permita Divinamente. En
medio del capítulo se nos dice que el autor se desempeñaba como pastor de una iglesia, él
tenía fe, escribió un libro sobre los pensadores positivos y miremos que ha logrado ser en la
actualidad.

También podría gustarte