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com/mundo/noticias-america-latina-50031338
Su fin es evitar crisis en el sistema, alentando a los países a adoptar medidas de política económica
bien fundadas. Como su nombre indica, la institución es también un fondo al que los países
miembros que necesiten financiamiento temporal pueden recurrir para superar los problemas de
la balanza de pagos.
Entre las críticas al FMI figura el hecho de que no llegó a detectar ni a solucionar los puntos
vulnerables de las economías que condujeron a las crisis, que los programas respaldados por el
FMI han sido demasiado agresivos y exigentes con los países beneficiarios, que se ha excedido en
sus atribuciones y no ha cooperado adecuadamente con otras instituciones internacionales, sobre
todo el Banco Mundial, y que el FMI no es lo bastante transparente ni rinde cuentas en grado
suficiente.
Explicó que consideraba al FMI como parte activa de quienes promueven una globalización en
beneficio de todos y como institución centrada principalmente en sus funciones básicas. Los 183
países miembros dieron su apoyo a un FMI que:
sea una institución abierta, que aprenda de la experiencia y el diálogo, y se adapte continuamente
a las circunstancias cambiantes1
Lo malo
El primer punto negativo por resaltar son las políticas impositivas. Nuevos impuestos o subir los
existentes siempre significará una reducción del ingreso disponible de la población, seguido de una
reducción del consumo y una contracción económica.
Dentro de los impuestos que se plantean están: el impuesto a los premios de la lotería, que antes
de concretarse debe establecerse un plan contra informalidad en este mercado. El aumento al
impuesto de remesas al exterior en cinco puntos porcentuales, que involucra transacciones por
inversiones, en muchos casos como pago de inversionistas internos, lo que implica un desincentivo
para esta actividad. Además el llamado impuesto a las casas de lujo y el aumento temporal de 1,5
puntos porcentuales a las rentas de capital; que implicarán una reducción en el consumo y en la
inversión respectivamente.
Las políticas contraproducentes son otro problema. La negociación con el FMI parte de acuerdos
previos alcanzados multisectorialmente, con la menor oposición y sujetos a condiciones. A un par
de semanas de alcanzado el acuerdo técnico con el Fondo, ya hemos visto diversos intentos de
“goles” escondidos dentro de proyectos escudados bajo este consenso previo. El mejor ejemplo de
esto es el proyecto de Ley de Renta Global, que inicialmente incluyó aspectos como la Renta
Mundial, el cobro a difuntos, afectaciones a zonas francas. Aspectos que provocaron la publicación
de un segundo proyecto “corregido” tras el descontento generalizado.
El criticado “control externo”. Costa Rica ha concretado negociaciones con el FMI en al menos
siete ocasiones, pero las más recordada son las de los ochenta, que según historiadores repercutió
negativamente en la economía. Si bien es cierto que el Fondo negoció estrictas y fuertes políticas
macroeconómicas, su modelo ha sido ajustado y flexibilizado en tres ocasiones (2002, 2009 y
2012). El FMI actual no es el mismo de los ochenta, y esto se ha evidenciado en la negociación
actual, donde no se han percibido demandas innegociables, pero no deja de ser un punto para
prestarle atención.
Las señales de confianza se proyectarán al mejorar las finanzas públicas y esto se puede lograr sin
el FMI, realizando esfuerzos contundentes y continuos en la contracción del gasto y fortaleciendo
los ingresos públicos sin aumentar los impuestos. Una reingeniería financiera y renegociación de
deuda, mejorar la recaudación y combatir el comercio ilícito e informalidad, la eliminación de
cargas parafiscales y la inversión solidaria en activos públicos son algunas de las salidas.
No obstante, el acuerdo con el FMI es una herramienta sumamente importante, que podría
considerarse como la menos conflictiva en términos de intereses multisectoriales, y la más cercana
en tiempo de aplicación. El país necesita soluciones inmediatas, entre más tiempo pase, más
costarricenses seguirán sufriendo las consecuencias.
https://www.youtube.com/watch?v=OUImxO211Bw
30) En resumen, el Banco Mundial y el FMI constituyen instrumentos despóticos en manos de una
oligarquía internacional (un pequeño grupo de grandes potencias y sus sociedades
transnacionales) que fortalece al sistema capitalista internacional, destructor de la humanidad y
del medio ambiente
El primer punto negativo por resaltar son las políticas impositivas. Nuevos impuestos o subir los
existentes siempre significará una reducción del ingreso disponible de la población, seguido de una
reducción del consumo y una contracción económica.
La idea era que el FMI sirviera para dar asistencia de corto plazo a los países que
enfrentaban crisis puntuales de liquidez o cambiarias para evitar que recurrieran a la
devaluación de sus monedas o a medidas proteccionistas que pudieran afectar
negativamente a la economía y/o el comercio internacional.
Las políticas contraproducentes son otro problema. La negociación con el FMI parte de acuerdos
previos alcanzados multisectorialmente, con la menor oposición y sujetos a condiciones.