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Pablo Nemiña**
Introducción
Con matices, una intervención reciente típica del FMI podría resumirse de este modo.
Un país periférico, cuyo principal producto de exportación son materias primas, atraviesa
por una crisis financiera derivada de la falta de divisas para hacer frente al pago de deudas
y la demanda de los actores privados. Con el fin de recuperar la confianza de los inversores,
el gobierno anuncia un programa con el FMI. El acuerdo incluye financiamiento en dólares,
pero condicionalidades centradas en profundizar el ajuste fiscal, subir la tasa de interés no
restringir los flujos de capital. El efecto es opuesto: la recesión se agrava debido a la caída
de los salarios y la restricción de la base monetaria, mientras que los inversores aceleran la
demanda de dólares ante la expectativa de que se producirá una devaluación que corrija el
déficit externo a costa de un empeoramiento de los indicadores sociales.
Surgido junto al Banco Mundial de las negociaciones de Bretton Woods en 1944, la
función original del FMI fue garantizar el cumplimiento de los acuerdos de tipos de cambio
fijo, promover un sistema multilateral de pagos mediante la libre convertibilidad de las
*
Una versión previa de este trabajo fue presentada en un Workshop en la Universidad del Rosario (Bogotá,
Colombia) el 11/10/17.
**
Sociólogo y Doctor en Ciencias Sociales, en ambos casos por la Universidad de Buenos Aires. Investigador
Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, con sede en el Instituto de Altos
Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín. Investigador Asociado del Área de Relaciones
Internacionales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – Argentina. E-mail:
pablonemina@yahoo.com.ar.
monedas para las transacciones corrientes, y otorgar créditos condicionados de corto plazo
ante un desequilibrio de balanza de pagos con el fin de promover la actividad económica y
el crecimiento del comercio.
Debido a los crecientes desequilibrios externos de los EE.UU., en 1973 se produce la
crisis del sistema monetario de tipos de cambio fijos y la instauración de los tipos flotantes
que siguen vigentes hasta hoy (Eichengreen, 2019). De manera concomitante, se produjo
una progresiva liberalización financiera que facilitó los movimientos de capital a nivel
global y potenció el endeudamiento externo. Sin paridades cambiarias por las que velar y
desplazado su financiamiento por los créditos privados, durante esos años el FMI atravesó
por un período de retracción conocido como la “travesía por el desierto” (Boughton, 2001).
El estallido de la crisis de la deuda a partir de la cesación de pagos de México en 1982 lo
reubicó en el centro del escenario financiero global como el garante del repago de las
deudas externas de los países de la periferia, para lo cual otorgó créditos condicionados a la
implementación de impopulares ajustes estructurales. Desde entonces, los países en
desarrollo se convirtieron en los principales usuarios de los recursos del organismo.
Durante la década de 1990 sobresalió como consultor al ofrecer asistencia técnica a las
economías del Este de Europa para impulsar la transición al capitalismo, mientras que en
los países en desarrollo promovió las reformas de mercado y actuó, luego, como
prestamista de última instancia ante el estallido de las sucesivas crisis financieras sistémicas
durante el segundo lustro de esa década. Luego de un segundo repliegue durante el boom de
las materias primas, a partir de la crisis financiera global de 2008 el FMI fue relegitimado
por el G20 como el organismo multilateral encargado de supervisar la estabilidad del
sistema financiero internacional y otorgar asistencia financiera frente a las crisis externas.
Hoy el FMI está conformado por 189 países miembros, lo cual lo consolida como una de
las instituciones multilaterales con membrecía más universal. Según el Convenio
Constitutivo sus fines son: a) fomentar la cooperación monetaria internacional; b) facilitar
la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional; c) fomentar la
estabilidad cambiaria, procurar que los países miembros mantengan regímenes de cambios
ordenados y evitar depreciaciones cambiarias competitivas; d) contribuir al establecimiento
de un sistema multilateral de pagos para las transacciones corrientes que se realicen entre
los países miembros, y eliminar las restricciones cambiarias que dificulten la expansión del
2
comercio mundial; e) infundir confianza a los países miembros proporcionándoles créditos
temporales, para darles así oportunidad de que corrijan los desequilibrios de sus balanzas de
pagos sin recurrir a medidas perniciosas para la prosperidad nacional o internacional y f)
acortar la duración y aminorar el grado de desequilibrio de las balanzas de pagos de los
países miembros.
El capítulo se organiza en tres secciones, articuladas en torno a tres interrogantes
prácticos: qué es el FMI, quién manda en la institución y a través de qué mecanismos, y
cuáles son los principales desafíos a futuro que enfrenta.
1
Los créditos concesionarios se financian con aportes y créditos bilaterales de los países centrales
al Fondo a través del Servicio para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (PRGT, por sus
siglas en inglés). Al momento, 60 países cuyo PBI per cápita en 2011 era inferior a 2.390 dólares
pueden acceder a los créditos, los cuales poseen una tasa de interés cero. A julio de 2019 el saldo
de créditos PRGT pendientes de reembolso ascendía a ocho mil setecientos millones de dólares,
el 8,5% del total de la cartera de créditos del FMI (datos del FMI).
3
1. Recuadro: Qué son las consultas del Artículo IV
Se trata de revisiones anuales o bianuales que el organismo realiza sobre la economía de
los países que lo integran. Su nombre se debe a que su realización está establecida en el
Artículo IV del Convenio Constitutivo del FMI. Consiste en la visita de una misión de
técnicos al país, que luego de realizar un monitoreo de las principales variables
macroeconómicas, publica un informe que contiene un diagnóstico de la economía del país
en cuestión y recomendaciones de política, que son de cumplimiento optativo.
4
El monto total de las cuotas constituye la principal fuente de recursos disponibles a ser
prestados a los países miembros. Actualmente el total de cuotas asciende a 477 mil
millones de Derechos Especiales de Giro (DEG), unos USD 653 mil millones al tipo de
cambio vigente. Asimismo, con el fin de incrementar los recursos prestables, el FMI ha
establecido acuerdos multilaterales (General y New Arrangements to Borrow) y bilaterales
de financiamiento (Bilateral Borrowing Arrangements) con 40 países miembros que ponen
a disposición recursos adicionales por 255 mil y 440 mil millones de dólares
respectivamente.
2. Recuadro: qué es el DEG
El DEG es un activo de reserva creado en 1969 por el FMI, que está conformado por una
canasta en la que cotizan cinco monedas: dólar, euro, renminbi, yen y libra esterlina. En la
actualidad cumple tres funciones. Primero, se asigna a los países en proporción a sus cuotas
para alentar la diversificación de los activos de reserva, al tiempo que ofrece una vía para
crear liquidez. Hasta la fecha se realizaron tres asignaciones -en 1970/72, 1979/81 y 2009-
por un total de DEG 204 mil millones (equivalentes a unos 429 mil millones de dólares de
2019). Segundo, constituye la unidad de cuenta del Fondo, por lo que todas las
transacciones que realiza con los países se efectúan en esta “moneda”. La cotización del
DEG en relación con el dólar es cambiante, y posee un importante impacto sobre los
deudores del organismo: a mayor revaluación del DEG en relación con el dólar, mayor
cantidad de dólares tendrá que destinarse para saldar las deudas con el FMI. Tercero, posee
una tasa de interés que varía de acuerdo a las condiciones de mercado, la cual constituye la
base para calcular los intereses que se cobran por los créditos del FMI. Durante los últimos
diez años la tasa básica ajustada para préstamos osciló entre el 1% y el 4% anual,
dependiendo si las condiciones económicas internacionales eran de mayor o menor
liquidez.
A nivel de cada país las cuotas cumplen cuatro funciones: determina cuál es el aporte que
le corresponde hacer a la institución, la proporción de votos que posee, el nivel de acceso a
los recursos totales del Fondo y la participación de cada país en las asignaciones generales
de DEG (ver recuadro 2). Las cuotas se determinan por una fórmula que se revisa cada
cinco años y refleja las pujas de poder entre los países. Actualmente el cálculo pondera el
PBI (tomando en cuenta el cálculo a precios de mercado y a paridad poder de compra,
como desean los países centrales y en desarrollo respectivamente), el promedio anual de las
reservas y de pagos internacionales, y los ingresos corrientes de la balanza de pagos de un
período reciente de cinco años, así como su variabilidad.
5
Para efectivizar el ingreso al FMI, los países deben pagar la cuota que les corresponde. El
25% de su cuota debe integrarse en DEG o monedas integrantes de la canasta (dólar, euro,
renminbi, yen o libra) y son contabilizados en las reservas de los países; el 75% restante
puede abonarse en la moneda nacional. Por ejemplo, México posee una cuota de 12.210
millones de dólares (equivalente al 1.87% de las cuotas del FMI), de la cual integró 3.052
millones en monedas de la canasta DEG y el resto en pesos mexicanos.
A diferencia de otros organismos internacionales -como la Asamblea General de las
Naciones Unidas- cuyo sistema de votación sigue el principio de “un país, un voto”, en el
FMI el poder de voto de cada país está en relación con la cuota que posee, y por ende con
su aporte de capital. Debido a la metodología de cálculo de las cuotas, históricamente los
países desarrollados han tenido mayor capacidad de influencia en la toma de decisiones que
los países en desarrollo. En especial se destaca el caso de EE.UU., quien desde la creación
del FMI contó con más del 15% del total de votos, lo cual le otorga poder de veto para las
decisiones trascendentales que requieren el 85% de los votos (ver cuadro 1).
Cuadro 1: Primeros 11 países con mayor
poder de voto en el FMI y resto.
Participación en votos del FMI y del PBI
mundial (PPA) a 2017.
% PBI
País % votos
(PPA)
EE.UU. 16,52 15,26
Japón 6,15 4,25
China 6,09 18,16
Alemania 5,32 3,29
Francia 4,03 2,24
Reino Unido 4,03 2,29
Italia 3,03 1,82
India 2,63 7,52
Rusia 2,59 3,15
Brasil 2,22 2,55
Canadá 2,22 1,38
Resto 45,17 61,91
G7 41,30 30,53
BRIC 13,53 31,38
Fuente: elaboración propia con datos del FMI y World Economic Outlook
Database (April 2019).
1.3. Financiamiento
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Las cuotas también estipulan los límites de acceso al financiamiento. El FMI procura que
un país no acceda a un monto de créditos que exceda el umbral considerado normal, el cual
consiste en el 145% de la cuota durante un año, o el 435% de la cuota acumulada. Los
límites y las tasas buscan desalentar el uso exagerado y prolongado de los recursos del FMI
por parte de los países; sin embargo, estos límites pueden ser superados en circunstancias
excepcionales, en particular las crisis financieras. Históricamente la línea de crédito más
utilizada fue el acuerdo de derechos de giro o Stand-by (SBA), orientado a solucionar
dificultades de corto plazo de la balanza de pagos; y a partir de 1974 el servicio ampliado
del FMI (SAF), centrado en afrontar problemas de la balanza de pagos que obedezcan a
restricciones estructurales de mediano plazo. Durante la década de 1990 el organismo
incluyó dos novedades: creó el hoy discontinuado Servicio de Complementación de
Reservas (SCR), una línea para otorgar asistencia financiera de gran magnitud a países que
enfrentaban una severa crisis externa, debida a una fuga de capitales masiva y repentina; y
lanzó el Servicio para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (SCLP), a través del cual
comenzó a ofrecer financiamiento concesionado a países de ingreso bajo. Como respuesta a
la crisis de 2008, lanzó dos líneas precautorias, la Línea de Crédito Flexible (LCF) y la
Línea de Precaución y Liquidez (LCL), se trata de programas sin condicionalidad pero con
un exigente mecanismo de precalificación, que buscan atender las necesidades de liquidez
de los países con fundamentos económicos sólidos2. El cuadro 2 resume las principales
características de cada tipo de acuerdo vigente en la actualidad3.
2
Además de una evaluación muy positiva en la consulta del Artículo IV más reciente, el país debe
cumplir los siguientes requisitos: posición externa sostenible, cuenta de capital con predominio de
flujos privados, historial de estable a los mercados internacionales, un nivel de reservas
relativamente holgado, situación fiscal y de deuda sólida, baja inflación en un marco sólido de
política monetaria y cambiaria, sistema financiero sólido y bien supervisado, disponibilidad de datos
íntegros y transparentes.
3
El Fondo cuenta con otras líneas de asistencia menos usadas, entre las que se destaca el
Instrumento de Financiamiento Rápido, que ofrece rápida asistencia financiera a todos los países
miembros que enfrentan una urgente necesidad de balanza de pagos, como las planteadas por
shocks de precios de las materias primas, catástrofes naturales, situaciones de conflicto y
posconflicto, y emergencias debidas a situaciones de fragilidad.
7
Cuadro 2.2: Características de las principales líneas de crédito del FMI, vigentes a 2019.
No concesionales (Cuenta de recursos general) Concesionales (Convencionales y
precautorios)
Convencionales y precautorios Precautorios (puede haber desembolsos)
Stand-by (SBA) Servicio ampliado Línea de Crédito Línea de Stand-by (SCF) Servicio de Crédito
(SAF) Flexible (LCF) Precaución y ampliado (SCA)
Liquidez (LPL)
Duración 1 a 3 años 3 a 7 años 1 a 2 años 1 a 2 años 1 a 2 años 3 a 7 años
Objetivos Atender crisis de Resolver crisis de Prevenir crisis en Prevenir crisis en Atender crisis de Resolver crisis de
balanza de pagos balanza de pagos a países con marcos países con balanza de pagos balanza de pagos a
mediano plazo, con de política e marcos de política mediano plazo, con
alta carga de historiales e historiales alta carga de
reformas económicos muy económicos reformas
estructurales sólidos. sólidos, que no estructurales
acceden a LCF.
Condicionalidad Cuantitativas y Cuantitativas y, en Sí, ex ante. Sí, ex ante. Cuantitativas y Cuantitativas y, en
estructurales especial, estructurales especial,
estructurales estructurales
Límite de 145% de la cuota 145% de la cuota Sin límite 250% de la cuota 75% de la cuota por Ídem Stand by
acceso por año y 435% de por año y 435% de por año y 500% año (56,25% si es
normal la cuota acumulado la cuota acumulado de la cuota precautorio) y 225%
acumulado. de la cuota
acumulado
Tasa de Tasa básica: tasa Tasa básica: tasa *Si hay Ídem LCF Concesionada hasta Concesionada hasta
interés DEG (0.93%) + DEG (0.93%) + desembolsos* junio 2021 junio 2021
margen (1%) + margen (1%) + Tasa básica:
Sobretasa: 2% en Sobretasa: 2% en variable +
montos ≤ 187.5% de montos ≤ 187.5% de Servicio: 0.5% +
la cuota, 3% sobre la cuota, 3% sobre Sobretasa: 3%
montos > 187.5% montos > 187.5% de inicial y luego del
de la cuota. la cuota al mes 51. primer año va
creciendo hasta
5%.
Cargo por 0.5% sobre cada Ídem SBA *Si hay *Si hay 0.15% sobre cada Ídem
servicio monto utilizado desembolsos* desembolsos* monto utilizado
Ídem SBA Ídem SBA
Plazo 3 ¼ a 5 años 4 ½ a 10 años *Si hay *Si hay 4 a 8 años 5 ½ a 10 años
máximo de 8 cuotas 12 cuotas desembolsos* desembolsos*
repago trimestrales semestrales Ídem SBA Ídem SBA
Nota: los valores de las tasas corresponden a finales de agosto 2019.
Fuente: elaboración propia en base a FMI (2001b: 36) y www.imf.org.
9
Los acuerdos Stand-by son los más comunes, mientras que el servicio ampliado fue
muy empleado en países de América Latina y las repúblicas pertenecientes a la ex
Unión Soviética durante la etapa de implementación de las reformas de mercado en la
década del ’90. Luego de la crisis financiera de 2008, los créditos LCF de gran
magnitud otorgados a México, Colombia y Polonia aumentaron la presencia de ese
financiamiento. Por su parte, el servicio de complementación de reservas fue utilizado
para otorgar grandes desembolsos a países que atravesaron por crisis financieras durante
las décadas de 1990 y 2000 como Corea del Sur, Turquía, Brasil y la Argentina. Aunque
eran atractivos porque no tenían límites de acceso, su corto plazo de repago y elevado
interés los convertían en un recurso costoso que desalentaba su uso, en detrimento de
los más “blandos” ofrecidos en el marco del SBA.
Un análisis de los créditos otorgados por el FMI durante los últimos diez años permite
observar el comportamiento anticíclico del financiamiento del FMI, que se incrementa
en momentos de crisis, al tiempo que los desembolsos otorgados a través de cuenta de
recursos generales (no concesionales) acaparan entre el 85 y el 90%4 (gráfico 1). Con
relación a los créditos aprobados (que no necesariamente son desembolsados) durante el
mismo período, se nota el aumento inicial de los créditos Stand by para contener la
crisis en la periferia de Europa, algunos de los cuales fueron reemplazados por
programas extendidos, y paralelamente el incremento notable de los compromisos
precautorios (en especial, LCF). Por último, el paquete extraordinario aprobado para la
crisis en Argentina explica el aumento súbito de los compromisos SBA en 2018 (gráfico
2).
Gráfico 1. FMI. Stock acumulado de crédito pendiente de reembolso, en millones
USD. Detalle cuenta de recursos generales y créditos concesionales. 2008-2018.
200000 25%
150000 20%
15%
100000
10%
50000 5%
0 0%
2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
4
La excepción es 2008, ya que los programas relevantes de asistencia ante la crisis se
aprobaron en su mayoría con posterioridad a ese año.
Gráfico 2. FMI. Crédito aprobado, por año, en millones USD. Detalle programas
CRA. 2008-2018.
1.4. Condicionalidades
Según una conocida afirmación, en economía no hay tal cosa como un almuerzo
gratis. Si la disponibilidad de financiamiento a baja tasa de interés en contextos de crisis
es la “zanahoria” que ofrece el FMI, el “castigo” son las condicionalidades, que reducen
la autonomía para hacer política económica. El Fondo argumenta que las condiciones
incluidas en sus créditos tienen como fin contribuir a que el país logre corregir el
desequilibrio externo, mientras garantizan la naturaleza rotativa de sus recursos, es
decir, que el restablecimiento del equilibrio permita al organismo recobrar sus
acreencias y de ese modo vuelvan a estar a disposición de otros países. Pero dado que a
pesar de la baja tasa de cumplimiento de condicionalidades los países han seguido
pagando sus créditos con el Fondo, la condicionalidad puede interpretarse como un
mecanismo privilegiado para intervenir sobre la orientación de la política económica de
los países prestatarios, en tanto permite presionar por cambios que, de no existir esa
oportunidad, tal vez no se hubieran implementado (Buira, 2002). En este sentido, en
muchas ocasiones las exigencias del Fondo exceden su área de expertise -la
macroeconomía- abarcando ámbitos como la reforma del Estado, política laboral e
incluso, políticas sociales.
Los créditos del FMI incluyen compromisos no vinculantes y vinculantes. Los
primeros son medidas que se indican en el acuerdo con mayor o menor nivel de
precisión, cuyo cumplimiento, aunque recomendado por el organismo, no es obligatorio
para la continuidad del programa. Los compromisos vinculantes o condicionalidades,
constituyen medidas que establecen una mayor exigencia, en tanto su incumplimiento
puede derivar en la suspensión del programa. Debido a su importancia, a diferencia de
los primeros, las condicionalidades son indicadas con claridad en los programas o en los
reportes del staff del Fondo respectivos a los mismos.
Aunque importante, conocer la cantidad de condicionalidades exigidas o cumplidas no
es suficiente para dar cuenta de la severidad de la posición del FMI. En efecto, no todos
los Gobiernos reciben el mismo tipo de condicionalidad ni todos cumplen las mismas
condicionalidades. Por ejemplo, disminuir la base monetaria puede ser de más fácil
cumplimiento para el Ejecutivo que aprobar una ley sobre la reforma del sistema
jubilatorio. Por ello, la evaluación cuantitativa debe complementarse con un análisis
cualitativo, que permita determinar qué tipo de condicionalidades y en qué coyunturas
reciben los países, y cuáles se cumplen (Vreeland, 2006).
En términos cualitativos, las condicionalidades pueden clasificarse según su clase y el
grado de exigencia que imponen. Respecto de la clase, pueden ser cuantitativas o
estructurales. Las primeras -las más tradicionales en cuanto a su aplicación- refieren a
metas numéricas sobre indicadores macroeconómicos como saldo fiscal, endeudamiento
y base monetaria. Las segundas consisten en reformas del marco institucional de la
economía. Aquí la variedad es mayor y se cuentan, entre otras, privatizaciones,
desregulaciones y reformas al régimen financiero, tributario o laboral. Luego de una
extendida utilización durante la aplicación de reformas de mercado en la década del ’90,
a partir de la crisis de 2008 su uso ha disminuido y se privilegian aquellas relativas a las
áreas centrales de expertise del Fondo (Nemiña y Larralde, 2018).
Las condicionalidades también pueden distinguirse según el grado de exigencia que
imponen. Este criterio se define a partir del tipo y la profundidad estructural. El primero
refiere a los requisitos formales de cumplimiento, que pueden ser duros, medios o
blandos. La condicionalidad dura incluye las acciones previas, medidas que deben
cumplirse previamente a la suscripción o revisión de un acuerdo, y cuyo
incumplimiento conlleva la inmediata suspensión del programa o las negociaciones. La
condicionalidad media remite a las metas de ejecución, medidas que los países se
comprometen a cumplir y cuyo incumplimiento amerita la suspensión de los
desembolsos; no obstante, el Fondo puede otorgar una dispensa (waiver) y posibilitar
que el programa continúe vigente. La condicionalidad blanda incluye las metas
indicativas y los parámetros de referencia, medidas cuyo incumplimiento no implica
sanción en términos formales, pero es considerado al momento de la revisión del
acuerdo.
3. Cuidado.
Aunque el staff del Fondo puede otorgar un waiver si considera que el país ha
adoptado o planea adoptar medidas para corregir el desvío, en la práctica los waivers
suelen operar como un instrumento político mediante el cual el FMI manifiesta su
apoyo o desacuerdo con la gestión económica del país (Buira, 2002).
Cuadro 2.3: Condicionalidades del FMI. Clasificación según clase y grado de exigencia
Grado de exigencia
Criterio de requerimiento Magnitud del ajuste (cond. cuantit.) /
Profundidad estructural (cond. estruct.)
Duro Medio Blando Alta Media Baja
Cuantitativa Acción Meta de Meta Ajuste muy Ajuste Ajuste poco
Tipo
Ejemplo aplicado: ¿Por qué los créditos del FMI son impopulares?
Más allá de las diferencias entre las líneas de crédito, la decisión de aprobar
cualquiera de ellos se basa en la aplicación del llamado modelo Polak. Desarrollado en
1957 por el economista Jacques Polak, el modelo constituye la base teórica desde la
cual el Fondo diagnostica el estado de cualquier economía que presenta un desequilibrio
externo y prescribe condiciones. Polak plantea que en una economía abierta al exterior y
con un tipo de cambio dado, un déficit de balanza de pagos indica que se están
absorbiendo demasiados recursos en consumo e inversión en relación a los que el país
puede producir. Luego de una serie de simplificaciones, llega a la conclusión de que el
país que incrementa el crédito doméstico muy rápidamente, enfrentará un déficit
externo, que se reflejará en una caída del nivel de reservas; por ello, la regla de oro del
modelo es que la cantidad de moneda circulante debe expandirse a una tasa que no
supere la del crecimiento real del PBI. En base a estos supuestos, las recomendaciones
del Fondo para un país que enfrenta un desequilibrio externo se centran en la
depreciación de la moneda nacional y la implementación de una política fiscal y
monetaria restrictiva, basada en la reducción del gasto público, la suba de impuestos y la
contracción de la base monetaria, que permitirán reestablecer el equilibrio al aumentar
los saldos exportables y disminuir -al mismo tiempo- las importaciones (Woods, 2006).
Si bien el modelo atrae por su sencillez, presenta importantes limitaciones. En especial,
considera que los desequilibrios externos se explican exclusivamente por factores
internos, soslayando el papel de los factores estructurales que afectan especialmente a la
periferia. En estos países, el déficit externo suele expresar una propensión a la falta
crónica de divisas, producto de la combinación de la tendencia al deterioro de los
términos de intercambio (Prebisch, 1986) y la existencia de una estructura productiva
desequilibrada (Diamand, 1972). En ese marco, una política de ajuste en contexto de
crisis no hace sino profundizar el impacto de la recesión, sin resolver el problema
estructural. Aunque a juicio del FMI se trata de una intervención inaceptable en el
mercado, parece más adecuado resolver el desequilibrio externo a través de una política
restrictiva de importaciones que aliente, al mismo tiempo, el desarrollo de una política
de sustitución de importaciones (Prebisch, 2001: 20, en Pollock y otros).
Recuadro de resumen
- Que es el FMI, cuáles son sus funciones y cómo evolucionaron históricamente
Recuadro de resumen
- Qué actores e intereses inciden en el comportamiento del FMI?
- La influencia indirecta del sector financiero a través del lobby y las ideas
Recuadro de Resumen
- Los principales desafíos que enfrenta el FMI en la actualidad, desde la óptica de los
países en desarrollo
- El debate por una representación más equitativa
- Reflexionar sobre paradigmas y revisar políticas
- ¿Qué rol para el FMI en los procesos de reestructuración de deudas soberanas?
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GLOSARIO
Acceso Excepcional: Se considera acceso excepcional a los recursos del FMI, cualquier
requerimiento de financiamiento por parte de algún país miembro que exceda el 145 por
ciento de su cuota en un año o el 435 por ciento de su cuota acumulado. Los países sólo
pueden acceder a financiamiento excepcional, si cumplen con cuatro requisitos:
atraviesan por desequilibrios temporales de balanza de pagos, su nivel de deuda es
sustentable, poseen perspectivas reales de reacceso al financiamiento privado y
establecen un programa de política económica de ajuste. Sin embargo, en casos
excepcionales puede entregarse financiamiento a países que no cumplan con estos
requisitos.
Acuerdo Precautorio: La característica principal de un acuerdo precautorio consiste en
que el país miembro se compromete, de mantenerse estables las variables
macroeconómicas, a no hacer uso del crédito disponible que posee con el organismo.
No obstante, en caso de producirse un desequilibrio en el sector externo del país, éste
podrá hacer uso de dicho crédito.
Crisis Financieras sistémicas: La crisis financiera de México en 1994 marca el inicio
de un nuevo tipo de crisis financieras, que por sus causas y efectos son llamadas en la
literatura especializada como crisis sistémicas. Siguiendo las recomendaciones del
paradigma neoliberal durante los primeros años de la década del ‘90, los países en
desarrollo llevaron adelante políticas de desregulación y apertura económica, y en el
área financiera se abrió completamente la cuenta de capitales y el mercado de divisas,
con la expectativa de atraer un flujo mayor de capitales hacia estas economías ávidas de
inversiones. Sin embargo, la mayor parte de los capitales que ingresaron en los países
en desarrollo eran financieros, que lo hacían para aprovechar coyunturalmente las altas
rentas que allí obtenían. Pero cuando los inversores empezaban a percibir que los
deudores tendrían complicaciones para afrontar los pagos de intereses de esos créditos,
rápidamente fugaban sus capitales hacia mercados de economías de países centrales (en
un proceso conocido como fly to quality). Así, los países debían enfrentar masivas y
repentinas salidas de divisas que desestabilizaban sus economías. Pero los efectos de
esas crisis no eran sólo nacionales, sino que debido a la interconexión de los mercados,
se expandían o “contagiaban” hacia otras economías de países en desarrollo.
Fondos buitres: Los llamados “fondos buitre” son fondos de inversión especializados
en hacer negocios en economías altamente endeudadas. En general, tienen la forma
institucional de hedge funds o fondos de cobertura dedicados a la realización de
inversiones sofisticadas y altamente riesgosas, lo que es posible debido a que están
sometidos a una escasa regulación gubernamental. Aunque también adquieren deuda
corporativa, su accionar más controversial se relaciona con los títulos de deuda pública