Está en la página 1de 3

Alberto Oyarzo Álvarez

Metas de inflación como instrumento de política monetaria


Pese a la gran labor que realizan los Bancos Centrales, se deben tener en cuenta los factores que escapan de su control,
ya sean los “shocks” (situaciones inesperadas que alteran la economía, ya sea de buena o mala manera) u otros factores.
Y ante estas situaciones, los Bancos Centrales deben formular soluciones que permitan una estabilidad en el sistema
financiero, para esto, existen dos soluciones; metas directas respecto al nivel de los precios o la aplicación de objetivos
intermedios respecto a determinado valor. Pese a que históricamente se ha utilizado la aplicación de objetivos, en la
modernidad los Bancos Centrales han renunciado a este debido a que tiende a aplicar reglas estrictas que no dan paso a
la flexibilidad financiera requerida para tomar medidas precautorias ante los anteriormente llamados “shocks”.
Aún ante el hipotético caso en que la inflación esté perfectamente calculada, este cálculo no garantiza el conocimiento
de la influencia que esta tiene sobre los precios del mercado, pero incluso, si no fuera calculada, el descontrol sería aún
mayor, afectando a todo el mercado. Por esto, se indica que las metas directas de precios tienden a ser más estables; uno
de los argumentos a su favor es que , al garantizar la autonomía del Banco Central, el gobierno no tiene incidencia
respecto a los shock inflacionarios, así, este no puede alterar las políticas financieras del Banco Central. Esto a su vez,
genera expectativa de los inversores, pero esta expectativa debe ser mantenida, por ello se requiere que el Banco Central
emita informes, documentos, etcétera con la más absoluta transparencia. Un concepto que es aplicado para estos fines es
el Ancla Nominal; instrumento de política monetaria que permite orientar y guiar a las expectativas inflacionarias de los
agentes económicos. Esta ancla nominal deben tener de característica:
- Que el Banco Central pueda ejercer cierto control o influencia sobre ella.
- Que las variables que puedan darse o ejecutarse guarden relación con la meta establecida.
- Que las labores realizadas por el Banco Central sean visibles por el público.
Las anclas nominales que pueden llegar a usarse son:
I. Agregados monetarios: Cantidad de dinero que está en poder de privados que no son autoridades bancarias.
Presenta el problema de que en cuanto no es regularizado, tiende de forma inmediata a afectar los precios en el
mercado por una inflación no calculada.
II. Tipo de cambio: medición del valor de una moneda nacional a través de comparación con una moneda
extranjera. Tiende a alterar el precio de la moneda nacional, afectando a su valor real y en consecuencia generar
incertidumbre entre los inversores. Por ello se indica que su cambio debe ser lento con el fin de no alterar el
valor de la moneda nacional.
III. Metas de inflación: Mecanismo de medición del rendimiento monetario. Esta medición debe ser pública, al ser
así, permitirá a los inversores y al público tomar decisiones respecto al valor monetario. Su gran defecto (y
virtud) es que el Banco Central debe cumplir con lo planificado de forma seguida, de lo contrario, el público
perderá confianza y seguridad y el efecto de mano invisible se verá alterado.
Esquema de metas de inflación: lecciones de la experiencia internacional
La importancia de la política monetaria y que el Estado aplique todos los recursos a su disposición para hacer cumplir
esta política. Esta realización se ve destacada en el “Esquema de Metas de Inflación”; el anuncio público de metas de
inflación que se pretenden y las herramientas que serán utilizadas para su cumplimiento. Este esquema tiene como
principal objetivo la estabilidad de precios a largo plazo; fundamento en 3 argumentos: 1. Macroeconismtas han llegado
al consenso que a largo plazo, la tasa de inflación es el único factor que la política monetaria puede llegar afectar. 2. Aún
las tasas moderadas de inflación pueden terminar siendo dañinas para la eficiencia y crecimiento económico. 3. La
fijación de la estabilidad de precios como objetivo principal establece un ancla nominal a la política monetaria.
Sin perjuicio de ello, la política monetaria tiene límites, siendo principalmente la aplicación de una política monetaria
activa, es decir, que en todo momento se estén realizando labores con el objetivo de que la producción y empleo se
mantengan de manera constante en el tiempo. Esta aplicación activa de la política tiene el conflicto de generar mayor
desgaste público, a su vez, provocando un crecimiento de inflación. Ahora bien, no toda inflación es mala, pues, se
postula que la política económica debe apuntar hacia un crecimiento leve de la inflación, pues ésta genera el incentivo
del crecimiento económico y eficiencia. Al contrario, en una situación de inflación alta, los precios crecen de manera
descontrolada, llegando a afectar a las clases menos pudientes.
Sin embargo, estas razones no apelan al centro del esquema de meta de inflación; el ancla nominal de la política
nominal, a través del cual la política económica es definida y comunicada, es decir, un compromiso con la población.
Se debe indicar que el Esquema de metas de inflación no es una regla, es un marco; 1. No provee instrucciones respecto
a la política monetaria, sino que le indica que debe seguir estructuras complejas y un razonamiento económico. 2.
Otorga discrecionalidad a los economistas y profesionales, pues, su única meta es que no aumente o disminuya la
inflación hasta ciertos puntos, siendo así que deja un gran espacio entre medio para actuar. Con esta forma de obrar, se
registran beneficios tales como la mejoría de comunicación entre los economistas y el público y además, garantiza una
disciplina y responsabilidad dirigida hacia los operadores de la política económica. Como se puede deducir, el esquema
por sí solo no realiza una gran labor, sino que requiere de varios aspectos, tales como:
1. Operacionales
a. Medida de inflación que deba ser utilizada; se siguen dos factores, transparencia (que la inflación sea
acorde a precios que el público conozca) y flexibilidad (que los precios mínimos y máximos no sean
constantes y sean separadas de las variables posibles). Para esta labor se requiere el control de una
auditoría.
b. Valor numérico de la meta, el cual se recomienda que sea realizado a través del IPC (índice de precios al
consumidor) y cuyos valores no sean inferior a uno ni superior a tres.
c. Se debe utilizar una meta de inflación, pues, si se utiliza una meta de precios, las medidas serán
imperfectas, generando una mayor inseguridad para los sectores privados.
d. Los plazos que serán utilizados para la medición deben ser ajustados en base a la actividad del mercado,
pues, de ser muy cortos no dejarán espacio para la reacción, y de ser muy extensos, serán más imprecisos.
e. La publicidad de la inflación puede hacerse tanto en punto o rango, sin embargo, se debe tener en claro
que no se puede abusar de la precisión, pues su incumplimiento generará desconfianza en el público.
f. La información que será usada, es, por muy complejo que parezca, toda aquella que pueda ser utilizada
para el cálculo de las finanzas y esta debe ser aplicada a través de variables de información.
g. Las metas no son límites definitivos; se toman en cuenta los “shock”; situaciones inesperadas que
provocan alteraciones económicas (ya sean buenas o malas) en el Esquema. Por esto, se pueden
abandonar las metas planteadas, sin embargo, el incumplimiento de un factor no debería ser causal
suficiente para el Banco Central abandone su plan.
h. El esquema, para que cuente con el apoyo público, debe contar con pequeñas victorias antes de ser
anunciado; no confundir con la publicidad; se deben llevar a cabo pequeñas operaciones que puedan
servir como base al esquema para su confirmación y posterior publicidad.
i. El Banco Central debe hacer pública su información y esquema, sin perjuicio de que también deberá
educar a la población respecto a la terminología y motivos para su actuar.
j. El Banco central es responsable de dos formas respecto al desarrollo de los planes de gobierno;
comparando las metas de inflación ideales con las alcanzadas y por la publicidad de su razonamiento para
justificar sus decisiones.
Ahora bien, se debe indicar que el mayor fuerte del Esquema es su credibilidad; una vez integrado y realizado (dando
como resultado una reducción de la inflación) consigue el apoyo de la población y de lpos sectores de inversión; se trata
de un acto social en el cual la confianza es la materia prima.

También podría gustarte