Está en la página 1de 15

Ensayo Informe Comisión Interamericana de Derechos Humanos N° 53/01, Caso 11.

565, Ana,
Beatriz y Cecilia González Pérez, México, 4 de abril de 2001.

Para abordar el tema comenzare haciendo una breve reseña de la adhesión de México a instrumentos
internacionales de derechos humanos relevantes para analizar el caso de las hermanas González Pérez,
analizaremos el fundamento legal que la corte invoca y concluiremos con la conclusión y relevancia o
impacto que el caso tuvo en el país.

México se integró a la Organización de los Estados Americanos el 5 de mayo de 1948, adoptó la Convención
Americana de los Derechos Humanos o Pacto de san José de Costa Rica el 24 de marzo de 1981

El principio Pacta Sunt Servanda y Bona fide, de los que habla el artículo 26 de la convenci+on de viena
ratificado por mexico en en 1988, de la que también es parte Mexico, estbakce la obligatoriedad del país y
no solo de sus órganos de poder que participaron en su ratificación, para dar cumplimiento a los
ordenamientos internacionales suscritos sin excepciones, ni reservas posteriores a su entrada en vigor.

y aceptó la competencia contenciosa de la Corte Interamericana en 1998

La Corte Inter Americana de los Derechos Humanos, es uno de los tres tribunales regionales de protección
de los derechos humanos y tiene competencia para conocer de cualquier caso relativo a la interpretación y
aplicación de las disposiciones de la Convención Americana que le sean sometidos, siempre que los Estados
Partes en el caso hayan reconocido su competencia contenciosa, además de esta competencia tiene el
mecanismo de supervisión de sentencias, una función consultiva y otra para dictar medidas provisionales.

Si un Estado no cumple las recomendaciones de la Comisión Interamericana , puede decidir hacer público el
caso o remitirlo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, si está implicado un Estado parte que ha
aceptado la competencia de la Corte.

De acuerdo con la Convención Americana, Sólo los Estados Partes y la Comisión tienen derecho a someter
un caso a la decisión de la corte. En consecuencia, el tribunal no puede atender peticiones formuladas por
individuos u organizaciones.

La CIDH, puede emitir medidas provisionales en casos de extrema gravedad y urgencia y caundo se haga
necesario evitar daños irreparables a las personas.

La Comisión función principal es promover la observancia y la defensa de los Derechos Humanos y de servir
como órgano consultivo de la Organización en la matera.

8 casos y seis sentenciascondenatorias

Sentencias
El 16 de enero de 1996, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, recibió
una denuncia presentada por el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional
(CEJIL) en la cual se alega la responsabilidad internacional de los Estados Unidos
Mexicanos, por la detención ilegal, violación y tortura de las hermanas Ana, Beatriz y
Celia González Pérez, indígenas tzeltales, así como la posterior falta de investigación y
reparación de tales hechos, toda vez que el 4 de junio de 1994, un grupo de militares
detuvo en el estado de Chiapas, México, a las hermanas Ana, Beatriz, y Celia González
Pérez y su madre Delia Pérez de González para interrogarlas, y las mantuvo privadas
de su libertad durante dos horas, periodo durante el cual las tres hermanas fueron
separadas de su madre, golpeadas y violadas en reiteradas ocasiones por los militares.

Mencionaban los peticionarios; que el 30 de junio de 1994, se presentó la denuncia al


Ministerio Público Federal entonces Procuraduría General de la República (PGR); sin
embargo el expediente fue trasladado a la Procuraduría General de Justicia Militar
(PGJM), quien archivó el expediente ante la falta de comparecencia de las agraviadas a
declarar y a ser valoradas nuevamente ginecológicamente.

Los peticionarios sostienen que el Estado faltó a su obligación de investigar los hechos
denunciados, castigar a los responsables y reparar las violaciones, violando los
derechos consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (como son,
derecho a la integridad personal; libertad personal; garantías judiciales; protección de la
honra y de la dignidad; derechos del niño; y protección judicial.

La petición debe presentarse dentro de un plazo de seis meses tras la sentencia


firme

¿Cuál fue la función que ejerció en este caso la CIDH? Explicar el fundamento
legal.
La función principal que ejercio la CIDH pormover la observancia y la defensa de
los derechos humanos en las Americas

Toda vez que el procedimiento ante la CIDH, consta de dos partes, siendo la
primera la presentación del caso ante la omiisón Interamericana de Derechos
Humanos, quien se encargada de analizar en detalle las supuestas violaciones a
derechos humanos y también puede intentar llegar a una solución amistosa entre
las partes implicadas; si esta Comisión encuentra una violación de derechos
protegidos por la Convención americana de Derechos, publica un informe sobre el
fondo del caso, el cual incluye las recomendaciones al Estado con el objetivo de
terminar con las violaciones de derechos humanos implementar reparaciones y/o
realizar cambios en sus Leyes; tal como lo fue en el caso N° 53/01, Caso 11.565.
Ahora bien si un Estado no cumple con estas recomendaciones, La Comisión
Interamericana puede hacer público el caso o remitirlo a la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, si está implicado un Estado parte que ha aceptado la
Competencia de la Corte.

Cuando el caso de las hermanas Ana, Beatriz y Cecilia González Pérez, se sometió a la Comisión
Interamericana, México no había aceptado la jurisdicción de la Corte Interamericana.

1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos
en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

 2. Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano.

El artículo 7(1) de la Convención Americana garantiza a toda persona el


derecho a la libertad y a la seguridad personales.

La CIDH tiene la función principal de promover la observancia y la defensa de los


derechos humanos en las Américas.
. De conformidad con el artículo 106 de la Carta de la Organización,

[h]abrá una Comisión Interamericana de Derechos Humanos que tendrá, como función principal,
la de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos y de servir como órgano
consultivo de la Organización en esta materia.

Una convención interamericana sobre derechos humanos determinará la estructura,


competencia y procedimiento de dicha Comisión, así como los de los otros órganos encargados
de esa materia.

En cumplimiento de su mandato, la Comisión:

1. Recibe, analiza e investiga peticiones individuales en que se alega que Estados Miembros
de la OEA que han ratificado la Convención Americana o aquellos Estados que aún no la
han ratificado han violado derechos humanos.
2. Presenta casos ante la Corte Interamericana y comparece ante la misma durante la
tramitación y consideración de los casos.

¿Cuáles fueron los instrumentos de derechos humanos que se invocaron en el


caso analizado?

En el presente informe, la CIDH analiza el fondo de la cuestión denunciada y


concluye que el Estado mexicano es responsable por la violación de los siguientes
derechos consagrados en la Convención Americana:

derecho a la integridad personal y a la protección de la honra y de la dignidad


(artículos 5 y 11);

a la libertad personal (artículo 7);

garantías judiciales y protección judicial (artículos 8 y 25);

respecto de Celia González Pérez, derechos del niño (artículo 19);

todos ellos en concordancia con la obligación general de respetar y garantizar los


derechos, prevista en el artículo 1(1) de dicho instrumento internacional.

La Comisión Interamericana establece igualmente que el Estado mexicano es


responsable por la violación del artículo 8 de la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura.

Como consecuencia de las violaciones establecidas, la CIDH recomienda al


Estado que lleve a cabo una investigación seria, imparcial y exhaustiva para
determinar la responsabilidad penal de todos los autores de las violaciones
mencionadas y que, en su caso, aplique las sanciones legales que correspondan a
los culpables. Asimismo, recomienda a dicho Estado que repare adecuadamente a
Ana, Beatriz y Celia González Pérez por las violaciones cometidas.

¿Por qué la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la


Violencia contra la Mujer no fue aplicable en el presente caso?
Porque en el análisis que realizo la Comisión Interamericana, observó que a partir
de la rebelión armada del EZLN en enero de 1994, el Estado Mexivano no tomó en
ningún momento medidas de suspensión de garantías en el Estado de Chipas, tal
como lo establece el artículo 27 de la convención Americana, por lo que considera
que es aplicable el artículo 7 de la convención referida.
Además como las hermanas fueron retenidas de manera ilegal, sometidas y
agredidas sexualmente, con la intención de que confesarán ser integrantes del
grupo paramilitar EZLN y de señalar donde se encontraban escondidos, la
Comisión refiere que de acuerdo al Artículo 5(2) de la Convención Interamericana
porhibe d emanera absoluta la tortura y garantiza el respeto a la dignidad humana
de las personas privadas de su libertad.

Precisando que la la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la


tortura, define la tortura en su artículo 2 de la siguiente manera:

“Para los efectos de la presente Convención se entenderá por tortura todo acto realizado intencionalmente

por el cual se inflijan a una persona penas o sufrimientos físicos o mentales, con fines de investigación

criminal, como medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con

cualquier otro fin. Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una persona de

métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir su capacidad física o

mental, aunque no causen dolor físico o angustia psíquica.

Artículo 3

Serán responsables del delito de tortura:

a. los empleados o funcionarios públicos que actuando en ese carácter ordenen, instiguen, induzcan a su

comisión, lo cometan directamente o que, pudiendo impedirlo, no lo hagan.

b. las personas que a instigación de los funcionarios o empleados públicos a que se refiere el inciso a.

ordenen, instiguen o induzcan a su comisión, lo cometan directamente o sean cómplices.

Artículo 4

El hecho de haber actuado bajo órdenes superiores no eximirá de la responsabilidad penal correspondiente.

Artículo 5

No se invocará ni admitirá como justificación del delito de tortura la existencia de circunstancias tales como

estado de guerra, amenaza de guerra, estado de sitio o de emergencia, conmoción o conflicto interior,

suspensión de garantías constitucionales, la inestabilidad política interna u otras emergencias o calamidades

públicas.

Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la


Mujer "Convención de Belém do Pará"
Artículo 1 Para los efectos de esta Convención debe entenderse por violencia contra la
mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el
privado.  

b.   que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución
forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones
educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar,
y c. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, dondequiera que ocurra.

Por lo que atendiendo al principio pro persona, que establece la protección más
amplia, la definciión de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
tortura, respecto ala tortura es más completa y eenfocada a la situación que
vivieron las hermanas, pues considera la intencionalidad de los elementos del
ejercito Mexicano respecto ala confesión que pretendían de que ellas fueran
integrantes del EZL, en el supuesto que refiere la definición con fines de investigación
criminal y considera también la intención de anular la personalidad de la víctima o a disminuir su
capacidad física o mental,

La resolución concluía que la violación sufrida por las tres mujeres constituía tortura y que
no había justificación para que el caso fuera investigado por tribunales militares, y
recomendaba que el Estado llevara a cabo una investigación exhaustiva, imparcial y
efectiva ante tribunales civiles para determinar la responsabilidad y proporcionar un
resarcimiento adecuado.2 El gobierno mexicano accedió a que se reabriera el caso. Sin
embargo, éste continúa bajo la jurisdicción militar, con un cierto grado de participación de
un fiscal civil. La parte demandante ha declarado que no ha habido progresos en las
investigaciones y que la justicia y el resarcimiento están lejos de alcanzarse.

¿La Corte Interamericana de Derechos Humanos era competente para conocer


del caso? ¿Si o no? y ¿por qué?
Pirncipio de Definitivad no se obsera ya que no agotaron los recursos establecidos
en la legislación mexicana ni jurisdiccionales , ni no jurisdciionales paraa tender el
caso, además México aceptó la competencia contenciosa de la Corte Interamericana hasta el año
1998.
Por lo que la Comisión Interamericana determino publicar el caso.

Los argumentos de las partes sobre los requisitos previstos en los artículos 46 y 47 de
la Convención Americana fueron analizados por la Comisión Interamericana en su
Informe Nº 129/99. Los alegatos referidos al fondo de la cuestión se resumen a
continuación, y serán ampliados en el análisis de este caso.

  La Comisión Interamericana ha sostenido anteriormente que “cuando el


Estado permite que las investigaciones las dirijan los órganos potencialmente
implicados, la independencia y la imparcialidad se ven claramente comprometidas”, en
virtud de lo cual los procedimientos resultan “incapaces de proporcionar la
investigación, la información y el remedio supuestamente disponibles” y se verifica una
impunidad de facto que “supone la corrosión del imperio de la ley y viola los principios
de la Convención Americana”.[21]  En particular, la CIDH ha determinado que, en
razón de su naturaleza y estructura, la jurisdicción penal militar no satisface los
requisitos de independencia e imparcialidad que impone el artículo 8(1) de la
Convención Americana.[22]  En el mismo sentido se ha pronunciado la Corte
Interamericana:

En un Estado democrático de Derecho la jurisdicción penal militar ha de


tener un alcance restrictivo y excepcional y estar encaminada a la
protección de intereses jurídicos especiales, vinculados con la función
que la ley asigna a las fuerzas militares.  Así, debe estar excluido del
ámbito de la jurisdicción militar el juzgamiento de civiles y sólo debe
juzgar a militares por la comisión de delitos o faltas que por su propia
naturaleza atenten contra bienes jurídicos propios del orden militar.

¿Tiene similitudes con alguno de los casos conocidos y resueltos por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos? De ser así, citar el o los asuntos.

Desde 1994 se han conocido a nivel nacional e internacional varios casos de mujeres
indígenas violadas por personal militar en México, principalmente en el Estado de
guerrero, pues además del caso de Ana, Beatriz y Celia González Pérez, indígena tzeltal y
violadas por soldados en junio de 1994 en estado de Chiapas, el cual dio pauta a la
resolución en 2001, de la Comisión Inteamericana en la que se concluyó que el Estado
mexicano había violado una serie de derechos humanos fundamentales contenidos en la
ConvenciónAmericana sobre Derechos Humanos y en la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura.

2Comisión Interamericana de Derechos Humanos, informe núm. 53/01, causa 11.565,


Ana, Beatriz y Celia González Pérez, México, 4 de abril de 2001.

Delfina Flores, Aurelia Méndez

Las seis mujeres violadas por el ejército cuyos casos se documentan en este informe y que
se han atrevido a enfrentarse a las barreras –muy reales– culturales, económicas y
sociales que existen para pedir un resarcimiento al Estado han tenido que luchar contra
un sistema que ofrece mala asistencia médica y exámenes forenses de mala calidad, y
contra un sistema judicial que parece reacio a proporcionar ni siquiera las garantías
mínimas de un resultado satisfactorio, o es incapaz de proporcionarlas.

En una región en la que la mayoría de las personas viven en condiciones de extrema


pobreza, con apenas acceso (si es que lo tienen) a recursos básicos, algunas mujeres
carecen de los fondos necesarios para sacar adelante el caso.

Por ejemplo, una de las razones dadas por Delfina Flores, Aurelia Méndez y sus esposos
para no seguir adelante con la denuncia de violación que habían presentado ante la
Comisión Nacional de Derechos Humanos fue que no podían pagar el transporte para ir
desde su apartada comunidad en la región montañosa de Guerrero hasta la ciudad de
Chilapa. Otra barrera Mujeres indígenas e injusticia militar Índice AI: AMR 41/033/2004
Amnistía Internacional, noviembre de 2004

6 importante es el hecho de que muchos indígenas, pero especialmente las mujeres,


apenas hablan español, la lengua oficial de todas las instituciones gubernamentales. En la
práctica esto significa que su acceso a los servicios jurídicos y de salud se ve seriamente
limitado, ya que no pueden comunicarse en la lengua que hablan los funcionarios y, con
frecuencia, no se proporciona traducción. La falta de intérpretes también significa que, en
general, los funcionarios no conocen las costumbres y la cultura indígenas, y tampoco
están interesados en ellas.

La ausencia de justicia sólo sirve para exacerbar el trauma psicológico sufrido por las
mujeres, al tiempo que disuade a otras mujeres que podrían haber sido violadas de
denunciar su caso.

La violación no está incluida en el Código de Justicia Militar. Sin embargo, esto no ha sido
obstáculo para el ejército, que ha utilizado el artículo 57 de dicho Código para invocar el
uso del Código Penal Federal en los casos de presunta violación en los que está implicado
personal militar. El artículo 57, fracción II, inciso a) del Código de Justicia Militar especifica
que son delitos de disciplina militar aquellos que fueren cometidos por militares en los
momentos de estar en servicio o con motivo de actos del mismo.

El artículo 37 del Reglamento para el Servicio Interior de los Cuerpos de Tropa establece
que los actos de servicio son: los que ejecutan los militares aislados o colectivamente en
cumplimiento de órdenes que reciban o en el desempeño de las funciones que les
competen según su categoría y de acuerdo con las leyes, reglamentos y disposiciones del
Ejército. Tal como lo interpreta el ejército y lo confirman los tribunales, esto significa que
todo delito cometido por personal militar es de hecho un delito de disciplina militar. El
artículo 58 del Código de Justicia Militar permite al ejército invocar el uso del Código Penal
Federal o del Código Penal local del lugar donde se produjo el suceso. A lo largo de los
años, esta amplia interpretación realizada por las autoridades militares del artículo 57 ha
sido confirmada repetidamente por las autoridades judiciales civiles, que han permitido
que los tribunales militares –jerárquicamente bajo el control del Secretaría de la Defensa
Nacional, no del poder judicial– investiguen y juzguen violaciones de derechos humanos
cometidas por militares. Sin embargo, la aquiescencia del poder judicial civil respecto a
esta amplia definición de la jurisdicción militar está en aparente contradicción con la
Constitución mexicana

El artículo 13 de la Constitución de México prohíbe las jurisdicciones especiales y


establece límites al ámbito de la jurisdicción militar: Nadie puede ser juzgado por leyes
privativas ni por tribunales especiales. Ninguna persona o corporación puede tener fuero
[...] Subsiste el fuero de guerra por delitos y faltas contra la disciplina militar; pero los
tribunales militares, en ningún caso y por ningún motivo, podrán extender su jurisdicción
sobre personas que no pertenezcan al Ejército. Cuando en un delito o falta del orden
militar estuviese complicado un paisano, conocerá del caso la autoridad civil que
corresponda.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha concluido que la violación de una


mujer por parte de un miembro de las fuerzas de seguridad por su presunta participación
en un grupo armado de oposición constituía tortura, subrayando: La violación produce un
sufrimiento físico y mental en la víctima. Además de la violencia sufrida al momento que
se perpetra, las víctimas habitualmente resultan lesionadas o, en algunos casos, aun
quedan embarazadas. El hecho de ser objeto de un abuso de esta naturaleza les ocasiona
asimismo un trauma psicológico que resulta, por un lado, del hecho de ser humilladas y
victimizadas y por el otro, de sufrir la condena de los miembros de su comunidad, si
denuncian los vejámenes de los que fueron objeto.10

10 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, informe núm. 5/96, caso 10.970,


Perú, 1 de marzo de 1996.
La Comisión Interamericana ha sostenido anteriormente que «cuando el Estado permite
que las investigaciones las dirijan los órganos potencialmente implicados, la
independencia y la imparcialidad se ven claramente comprometidas», en virtud de lo cual
los procedimientos resultan «incapaces de proporcionar la investigación, la información y
el remedio supuestamente disponibles» y se verifica una impunidad de facto que «supone
la corrosión del imperio de la ley y viola los principios de la Convención Americana». En
particular, la CIDH ha determinado que, en razón de su naturaleza y estructura, la
jurisdicción penal militar no satisface los requisitos de independencia e imparcialidad que
impone el artículo 8(1) de la Convención Americana.20

20 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, informe núm. 53/01, caso 11.565,


Ana, Beatriz y Celia González Pérez, México, 4 de abril de 2001, párr. 81.

Los Estados velarán por que se investiguen con prontitud y efectividad las quejas o
denuncias de torturas o malos tratos. Incluso cuando no exista denuncia expresa, deberá
iniciarse una investigación si existen otros indicios de que puede haberse cometido un
acto de tortura o malos tratos. Los investigadores, que serán independientes de los
presuntos autores y del organismo al que éstos pertenezcan, serán competentes e
imparciales.24

24 Protocolo de Estambul. Anexo 1.

El proceso de ratificación no debe utilizarse como excusa para demorar u obstaculizar el


proceso de investigación.

SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

Conclusión

Es evidente que el caso de la figura de la reserva estamos ante una norma irracional, no
acorde con un Estado social democrático como el mexicano. Porque no existe una
racionalidad jurídicoformal al aspecto sistemático de las normas constitucionales en la
materia penal nuestro país como se pudo comprobar a lo largo de los capítulos
planteados. No puede haber legalidad solo para el imputado en la fase judicial e ilegalidad
en la fase administrativa. Las autoridades administrativas y jurisdiccionales deben de
armonizar los derechos del imputado y ser conscientes de ello, respetando los principios
lógicos, con el fin de que sean coherentes las normas constituciones en cuanto a las
garantías en todas las fases del sistema penal acusatorio y oral en nuestro país, como lo
señala la teoría de la argumentación de Manuel Atienza. Debe realizarse una clara
sistematización de los derechos humanos a favor de las personas en todas las etapas de
un procedimiento. Complementándose las normas y las resoluciones de 204 las
autoridades con los derechos humanos, siempre bajo la argumentación de principios que
resuelvan una laguna en la ley, armonizando los derechos de los gobernados para cumplir
con el fin de la justicia. Es muy tajante al afirmar en esta investigación que existe un claro
problema de la reserva de la carpeta de investigación como la antesala inquisitoria del
proceso penal acusatorio y oral en México, en la cual se violan los derechos humanos, y lo
más preocupante del caso, esos derechos no se garantizan por los tribunales a favor del
imputado como se pudo demostrar.

La Comisión Interamericana estableció la responsabilidad del Estado mexicano por la


detención arbitraria y la violación sexual como una forma de tortura cometida por
militares en perjuicio de las Hermanas González. Y declaró que el Estado había faltado a su
obligación general de respetar y garantizar los derechos

artículo 1.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos CADH)


por la violación de los derechos a la integridad personal

artículo 5 a la protección de la honra y de la dignidad


artículo 11 a la libertad personal

artículo 7, a las garantías judiciales y a la protección judicial efectiva

artículos 8 y 25;

y en el caso de Celia González, quien tenía 16 años de edad al momento de los hechos, por la
violación de los derechos de la niñez

artículo 19. Asimismo como de las obligaciones del Estado mexicano establecidas

en el artículo 8
de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.
Sobre el derecho a la libertad personal, la CIDH concluyó que los hechos del expediente
demuestran que las cuatro mujeres fueron privadas de su libertad sin expresión de causa, sin
que mediara orden de autoridad competente, lo cual constituye una abierta violación delas
garantías establecidas en la Convención Americana.
Con relación a los derechos a la integridad personal y a la protección de la honra y
de la dignidad, la CIDH señalo;
que, con base en el informe médico no controvertido debidamente por el Estado y
en los demás elementos de prueba disponibles, Ana, Beatriz y Celia González
Pérez fueron

Con relación a los derechos a la integridad personal y a la protección de la honra y


de la dignidad, la CIDH señalo;
que, con base en el informe médico no controvertido debidamente por el Estado y
en los demás elementos de prueba disponibles, Ana, Beatriz y Celia González
Pérez fueron

artículo 19.
 Asimismo como de las obligaciones del Estado mexicanoestablecidas
en el artículo 8
de la Convención Interamericana para Prevenir ySancionar la Tortura.Sobre el derecho a la
libertad personal, la CIDH concluyó que los hechos del expedientedemuestran que las cuatro
mujeres fueron privadas de su libertad sin expresión de causa,sin que mediara orden de
autoridad competente, lo cual constituye una abierta violación delas garantías establecidas
en la Convención Americana.
Con relación a los derechos a la integridad personal y a la protección de la honra
yde la dignidad, la CIDH señalo;
que, con base en el informe médico no controvertido debidamente por el Estado y
en losdemás elementos de prueba disponibles, Ana, Beatriz y Celia González
Pérez fueron

Con relación a los derechos a la integridad personal y a la protección de la honra y


de la dignidad, la CIDH señalo;
que, con base en el informe médico no controvertido debidamente por el Estado y
en los demás elementos de prueba disponibles, Ana, Beatriz y Celia González
Pérez fueron sometidas a un interrogatorio ilegal, en medio de abusos físicos que
incluyeron la violación sexual de las tres hermanas y que en el contexto en que sucedieron
tales hechos conduce igualmente a la conclusión de que fueron cometidos con el fin de
amedrentar a las tres mujeres por sus presuntos vínculos con el EZLN, por lo que
considera que los abusos contra la integridad física, psíquica y moral de las tres
hermanas tzeltales cometidos por los agentes del Estado mexicano constituyen tortura y
una violación de la vida privada delas cuatro mujeres y de su familia y un ataque ilegal
a su honra o reputación, que las llevó a huir de su comunidad en medio del temor,
la vergüenza y humillación.
La CIDH reconoció la violación a los derechos a las garantías judiciales y a la
protección judicial efectiva;

artículos 8 y 25 de la CADH; en la investigación de los hechos de tortura

artículos 6 y 8 de la Convención Interamericana),


para Prevenir y Sancionar la Tortura), ya que el caso se encuentra en la total impunidad
debido a que el Estado mexicano no ha cumplido con su deber de juzgar y sancionar
a los responsables por la privación de libertad y violación del derecho a la integridad personal
de las integrantes de la familia González Pérez, ni ha reparado el daño causado por tales
violaciones; por el contrario, la investigación se trasladó a la jurisdicción militar,
claramente incompetente en razón de la materia y carente de la imparcialidad necesaria para
establecer los hechos conforme al debido proceso.
Finalmente, la CIDH determinó que el Estado mexicano tiene responsabilidad
internacional por la violación del;
artículo 19
de la Convención Americana en perjuicio de Celia González Pérez, enconcordancia con la
obligación general de respetar y garantizar los derechos, prevista en el;
artículo 1(1) de dicho instrumento internacional, debido a que Celia tenía 16 añosen el
momento en que se perpetraron los hechos. Mientras no se haga justicia y las hermanas
González no hayan recibido las reparaciones correspondientes, el Estado mexicano
permanece incumpliendo su compromiso en relación a la protección de los derechos humanos
establecidos en los tratados internacionales que ha ratificado.
Es obvio que los abusos cometidos por los militares contra las cuatro hermanas
tzeltales no pueden de manera alguna considerarse hechos que afecten bienes
jurídicos vinculados al orden militar. Tampoco se trata este caso de excesos
cometidos mientras los militares cumplían con las funciones legítimas que les
encomienda la legislación mexicana pues, fue una cadena de hechos violatorios
que se inició con la detención arbitraria de las cuatro mujeres.
A casi una década de emitido el informe de fondo, el Estado mexicano ha
incumplido con ambas recomendaciones de la CIDH. Por un lado, se ha negado a
trasladar la investigación a la justicia ordinaria para que se continúe con la
investigación y, cuestionando los fuertes testimonios y la versión de los hechos del
informe de la Comisión, se ha negado a reparar a las víctimas por considerar que
no fueron violadas, supeditando dicha reparación a la investigación de los hechos,
aun cuando ésta se encuentra en un fuero carente de independencia e
imparcialidad.

También podría gustarte