Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; Mas el hombre

entendido lo alcanzará.

Proverbios 20:5

A mi punto de vista, lo que esta cita bíblica trata es de que nosotros somos bendecidos
al recibir consejos valiosos y profundos como el agua, pero debemos tener la habilidad
y la sabiduría de entenderlos y aplicarlos correctamente.

Nosotros sabemos que el agua profunda llega a ser oscura, misteriosa y normalmente
es difícil percibir o ver lo que hay debajo de ella, pero también puede ser un lugar donde
se encuentren tesoros ocultos. De la misma forma, los consejos que recibimos pueden
ser difíciles de comprender o seguir a simple vista, pero también pueden llevarnos a
descubrir verdades valiosas que no hubiésemos llegado a ver de la misma manera por
nuestra propia cuenta.

Una persona entendida no es aquella que tiene un nivel superior de conocimiento, sino
es aquella que utiliza la inteligencia que Dios le dio, tomada de la mano con la humildad
y la sabiduría, que nos llevan a ser capaces de llegar al fondo del consejo, entender su
significado y en donde aplicarlo de la mejor manera. Cuando en nosotros solo hay orgullo,
prepotencia y falta de sabiduría, esto nos impide ver más allá de la superficie y perder la
oportunidad de aprender y crecer.

Este versículo nos recuerda la importancia de aprender a recibir consejos y escuchar a

otros. Muchas veces cuando nos encontramos en situaciones difíciles o desesperadas
creemos que tenemos la solución y la respuesta correcta para afrontar lo que estamos
viviendo. Caemos en el egoísmo de pensar que no necesitamos a nadie, ni la ayuda de
otros. Sin embargo, debemos recordar que “dos cabezas piensan mejor que una” y
nuestros propios prejuicios y limitaciones pueden llegar a impedirnos ver la solución
correcta.

Algo que debemos tener muy en cuenta es que no todos los concejos que recibamos en
nuestra vida son para bien, hay personas que comparten distintas ideologías, que no
siempre quieren el bien para nosotros o simplemente su consejo no es apropiado.
Es por ello, que el consejo que sabemos que nunca se va a equivocar y siempre va a
estar bien es el que proviene de Dios. Podemos encontrarlo a través de la oración y del
estudio de su palabra. En la Biblia hay miles de consejos que Dios nos da, solamente
debemos tomarlos y aplicarlos de la manera correcta. Por eso debemos pedirle sabiduría
para afrontar las situaciones tomados de su mano.