Está en la página 1de 2

La herida del padre puede ser a causa de:

Negligencia: “No soy importante”


Ausencia: Divorcio, separación, fallecimiento

Abuso: físico/ sexual, mental, emocional

Control: dominación opresiva.

Algunos efectos de la herida del padre:

Baja autoestima, profundo dolor emocional, miedo al abandono, dificultad para establecer
límites. También patrón de relaciones inestables

Como la herida del padre afecta nuestras creencias:

Cuando nuestro padre a menudo está enojado, violento, indiferente, distante, retraído,
ausente / abandono, alcohólico, estricto y/o crítico, creeremos:

“Que es nuestra culpa”

“Que no somos suficiente”

“Que nadie nos quiere”

¿Cómo la herida del padre afecta las creencias y la relación que tenemos con los demás?

Cuando nuestra imagen de otros está contaminada por nuestro padre, proyectaremos a
nuestro padre sobre ello creyendo que están enojados con nosotros, juzgándonos, sintiéndose
descontentos, listos para castigarnos, culparnos, lastimarnos, etc.

La herida de la figura paterna es la ausencia de un padre amoroso que supla y atienda nuestras
necesidades cuando estamos indefensos, inseguros, desprotegidos, etc

Para qué perdonar a tu padre:

1. Para saber de dónde vienen muchas de esos patrones y esos automatismos que hay en
nosotros, que creemos que son parte de nosotros y que hacen que muchas veces nos sintamos
culpables, imperfectos o incapaces.

2. Para mejorar también nuestras relaciones con nuestro entorno, porque cada vez que nos
relacionamos con alguien lo hacemos con toda nuestra mochila a cuestas, con todas nuestras
experiencias, nuestros aprendizajes y nuestras creencias, sobre nosotros mismos y sobre los
demás.

3. Para darnos cuenta de cuáles son esas necesidades insatisfechas de nuestra infancia y
asumir la responsabilidad de ser unos padres amorosos para el niño herido que llevamos
dentro.

4. Para liberarte emocionalmente de tus padres, para dejar de depender de ellos, dejar de
rebelarte, cortar el cordón umbilical y empezar a vivir tu vida.

5. Para asumir tu parte de responsabilidad en tu vida, en quien eres y en cómo eres. Darte
cuenta de que no necesitas la aprobación de tus padres para sentir que vales y que ya no vale
seguir culpándoles a ellos por sentirte imperfecta/o, porque es tu responsabilidad dejar de
sentirte así. Porque todos llevamos dentro un niño que se ha sentido abandonado, rechazado,
solo y acomplejado, y la única manera de que deje de generarte conflictos es que tú te hagas
responsable de sanar sus heridas.

6. Para educar a nuestros hijos, quienes los tengan, liberarlos de los patrones, las creencias y
los mandatos que venimos arrastrando desde pequeños. Porque lo que no te trabajas con 8tus
padres acabas repitiéndolo con tus hijos.

7. Para entender que, como padres y como seres humanos, nosotros también lo hacemos lo
mejor que podemos y que sabemos, y perdonarnos a nosotros mismos por los errores que
podamos cometer en ese camino.

8. Esto no va de buscar culpables, que nadie es culpable, que todos estamos sobreviviendo y lo
hacemos lo mejor que podemos en cada momento. Esto se trata de que tú te hagas
responsable de ti, de cómo eres, y de cómo te sientes.

Sana la relación con tu padre:

Te perdono papá, por haber estado ausente.

Te perdono papá, por no haberme protegido.

Te perdono papá, por rechazar e ignorar mis emociones

Te perdono papá, por no haber sido un padre responsable.

Te perdono papá, por haberme maltratado, rechazado, ignorado y abandonado.

Te perdono papá, por herirme con tu ausencia paterna.

Te perdono papá, por no cumplir tu rol como padre.

Sana la relación con tu madre:

Te perdono mamá, por no haberme cuidado.

Te perdono mamá, por no haberme escuchado

Te perdono mamá, por no haberme valorado

Te perdono mamá, por no haberme aceptado.

Te perdono mamá, por no cumplir tu rol como madre.

Ella actuó desde sus miedos, su dolor y desde cómo la trataron, a ella en su infancia y en la
vida. Perdónala, pues no perdonarla te hace más daño a ti. Perdonar, no significa que quieras
que esa persona esté en tu vida. Perdonar es aceptar lo que pasó sin esperar un castigo o
disculpa. Es aceptar que fue parte de tu historia.

También podría gustarte