Lucio Rangel Hernández

EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL
EN LA UNIVERSIDAD MICHOACANA
1956 - 1966

Lucio Rangel Hernández

 Directorio
LE7.M84 Rangel Hernández Lucio
R34
2022
El movimiento estudiantil en la Universidad Michoacana, 1956 - 1966 / Lucio Rangel Hernández.1ª ed.
Morelia, Michoacán, de Ocampo, México: UMSNH; Instituto de Investigaciones Históricas, 2022

364 p. : 19 cm x 26.5 cm

ISBN: 978-607-542-235-0 Dr. Raúl Cárdenas Navarro

978-607-542-237-4
Rector
1.- Actividad política estudiantil – Historia – México – Siglo XX
2.- Movimientos estudiantiles – Historia – México – Michoacán de Ocampo
2.- Educación y estado – Historia – México – 1956-1966
Mtro. Pedro Mata Vázquez
Secretario General
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
Instituto de Investigaciones Históricas
Dra. Ma. Isabel Marín Tello
Secretaria Académica
2022

Este libro fue evaluado por pares académicos en el mes de mayo de 2022,
M.E. en M.F. Silvia Hernández Capi
a solicitud del Consejo Editorial de la Universidad Michoacana de San Nicolás
Secretaria Administrativa
de Hidalgo, entidad que resguarda los dictámenes correspondientes.

El movimiento estudiantil en la Universidad Michoacana, 1956-1966 Dr. Juan Carlos Gómez Revuelta
Lucio Rangel Hernández Secretario Auxiliar

Primera edición 2022

Dr. Rodrigo Gómez Monge
D.R. © Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Tesorero
Instituto de Investigaciones Históricas
Edificio C-1, Área de Institutos, Ciudad Universitaria
Av. Francisco J. Múgica S/N, Villa Universidad Dr. Héctor Pérez Pintor
58004, Morelia, Michoacán, México, Secretario de Difusión Cultural y Extensión Universitaria
coordpublicacionesiih@gmail.com

Foto de portada: Los universitarios michoacanos manifestándose contra la represión gu- Dr. Marco Antonio Landavazo Arias
bernamental en los balcones centrales del Colegio de San Nicolás, AGN/IPS, Caja 438, Coordinador de la Investigación Científica
Expediente 2-1/388.
Formación editorial: Liliana Diaz Lomeli
Diseño de portada: Liliana Diaz Lomeli Mtro. Luis Fernando Rodríguez Vera
Cuidado Editorial: Francisco García Naranjo Abogado General
ISBN versión digital: 978-607-542-235-0
ISBN versión física: 978-607-542-237-4
Mtro. Rodrigo Tavera Ochoa
Contralor
Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente
obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por escrito del
M.C. Julio Vargas Medina
titular, en términos de la Ley Federal de Derechos de Autor, y en su caso, de
Director de Planeación Institucional
los tratados internacionales aplicables: la persona que infrinja esta disposición
se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes.
Dr. Moisés Guzmán Pérez
Editado en México
Director del Instituto de Investigaciones Históricas
Edited in Mexico

Índice
Presentación y agradecimientos 7
Introducción 8
Capítulo i: El escenario mundial El proceso de elaboración y aprobación de la Ley Orgánica de 1961 158
La Guerra Fría. Los Estados Unidos 25
De la seguridad hemisférica a la seguridad nacional La llegada del Dr. Elí de Gortari a la rectoría 168
México y el régimen de la seguridad 29
nacional estadounidense
México en la órbita imperial estadounidense 32
Capítulo ii: La situación nacional y estatal
“El milagro mexicano” 40
El movimiento revolucionario del magisterio 53
El movimiento médico 54 de educación superior para México
Michoacán al margen del proyecto industrializador 58
Los límites del poder regional 62
El movimiento estudiantil nacional, 1956-1966 75
La crisis del corporativismo estatal sobre
las organizaciones estudiantiles
Capítulo iii: Los orígenes de la institución
y el reformismo social, 1917-1940
La tradición nicolaíta y la universidad producto cultural 97
del Estado revolucionario
El movimiento de reforma universitaria socialista 102
Capítulo iv: La movilización estudiantil de 1940-1956
En defensa de la Universidad Popular 121
Una batalla más 133
Capítulo v: La Universidad Michoacana
y el nuevo ciclo movilizaciones studiantiles, 1956-1960
De universidad liberal a moderno centro de estudios universitarios 140
Los universitarios al servicio de la clase laborante 142
Capítulo vi: El movimiento estudiantil de 1963 y la institución
El rectorado del Dr. Elí de Gortari 172
Los universitarios michoacanos y el proceso electoral de 1962 183
Las causas del conflicto universitario de 1963 191
Desarrollo y desenlace del conflicto 197
La Ley Orgánica de 1963 224
La Primera Conferencia de la Central Nacional de Estudiantes 226
Democráticos, la declaración de Morelia y el proyecto
Capítulo vii: La universidad nicolaíta
y el movimiento estudiantil, 1963-1966
La rectoría de Alberto Bremauntz 230
Los orígenes del conflicto entre la universidad y el Estado 268
Octubre de 1966 en Morelia.
El enfrentamiento entre la Universidad Michoacana y el Estado 269
La represión arriaguista y las reformas y adiciones 307
a la Ley Orgánica de 1963
Capítulo viii: Epílogo. Lo que vino después
La marcha estudiantil por la ruta de la libertad 322
Conclusiones 334
Fuentes 342

IN MEMÓRIAM
HIRAM BALLESTEROS OLIVARES
Delegado estudiantil de la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo ante el Consejo Nacional de Huelga (1968)
Lucio Rangel Hernández
Presentación y Agradecimientos
Durante años pospusimos el proyecto largamente anhelado de revisar nuestra tesis de
Licenciatura en Historia, con la cual nos titulamos en un ya lejano mes de diciembre
de 1994; se fueron presentando una serie de actividades académicas y de investigación
que no nos permitieron ocuparnos de ella, pero, motivados por la conmemoración del
centenario de la fundación de nuestra casa de estudios, fue que asumimos el compro-
miso de materializarlo, esto como una manera de rendir homenaje a la universidad a
la que debemos nuestra formación.
De tal forma, el texto que ahora presentamos, aunque respeta en esencia
la estructura de la investigación de aquella tesis, se ha visto enriquecido con los aportes
de una diversidad de fuentes a las que en aquel momento no pudimos acceder, las que
al mismo tiempo, creemos, reflejan el grado de profundidad con que ahora aborda-
mos el tema, sin que esto signifique, claro está, que lo hemos agotado.
Queremos agradecer la invaluable orientación que en su momento, como
director de tesis, nos otorgó el Dr. Jaime Hernández Díaz, quien a pesar de que to-
davía por aquellos años el tema era considerado polémico y políticamente escabroso,
apoyó el proyecto de investigación que a la postre se convirtió en uno de los primeros,
si no es que el primero en encarar la temática, contribuyendo así a abrir el camino a
una gran cantidad –desde entonces– de postulantes en cuyas tesis y tesinas continua-
ron desarrollando y, en consecuencia, profundizando en aspectos particulares de la
misma. Extendemos el agradecimiento al Dr. Gerardo Sánchez Díaz por sus obser-
vaciones, cuestionamientos y sugerencias, y por habernos proporcionado una serie de
materiales impresos que mucho contribuyeron a dar forma a aquella primera versión.
Agradecemos también al Lic. Joel Carreño el apoyo brindado en el diseño
de los cuadros que contiene este estudio.
Un testimonio especial de gratitud a nuestra Máxima Casa de Estudios
por el respaldo académico y el apoyo material que ha otorgado a esta investigación a
través de la Coordinación de la Investigación Científica, de la cual nos honra formar
parte como profesor investigador en el Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás
de Hidalgo, en la Facultad de Historia y en el Instituto de Investigaciones Históricas,
como miembro del nab de la Maestría en Enseñanza de la Historia.
Finalmente, queremos agradecer encarecidamente a nuestra familia, en
la que hemos encontrado el apoyo incondicional para el desarrollo de nuestra activi-
dad docente y de investigación, sin el cual, a no dudarlo, este proyecto, como otros, se
hubiesen tornado irrealizables.
7
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Introducción
Al trascender el umbral del primer centenario de la fundación de la Casa Mayor de
Estudios de Michoacán, es momento de reflexionar en torno a la situación en que se
encuentra y el futuro que le avizora, lo cual sólo es posible a la luz del análisis científico
de su pasado. La presente investigación pretende contribuir a ello, estableciendo las
causas, el desarrollo y las implicaciones de las movilizaciones estudiantiles en los años
de 1956 a 1966, uno de los periodos cruciales de la historia institucional, donde dio un
salto cualitativo dejando atrás la vieja y anacrónica universidad liberal, formadora bá-
sicamente de abogados y médicos, a un moderno centro de estudios, forjador además
de profesionistas, técnicos y científicos que contribuyeran al desarrollo económico,
social y cultural del estado y del país, fiel a los principios humanistas heredados de su
Alma Mater quiroguiana. Periodo histórico que sólo es comparable académicamente al
iniciado en el último lustro del siglo pasado y por el que transita con la fundación de
nuevas escuelas y el crecimiento inusitado del posgrado, en virtud de lo cual la univer-
sidad nicolaíta está trascendiendo las fronteras nacionales para internacionalizarse.
La investigación abarca un periodo de diez años, marcados por grandes
cambios en un corto plazo, como no se han dado en etapas anteriores ni posteriores,
con tres modificaciones a su marco jurídico: aprobación de la Ley Orgánica de 1961,
que sustituyó a la hasta entonces vigente desde 1939; derogación de ésta en 1963 y
reformas sustanciales a la misma en el año de 1966; a la par de cambios trascendentes
en el aspecto académico que la llevaron a modificar su condición de universidad libe-
ral a un moderno centro de estudios acorde con los avances de la ciencia y la cultura
y a los requerimientos del desarrollo social, económico y cultural que Michoacán y el
país exigían, creándose un gran número de carreras, reformando los planes de estudio
de las existentes (incluyendo el bachillerato), extendiendo su cobertura al interior del
estado, montando nuevos laboratorios y modernizando los existentes, reglamentando
las actividades universitarias y poniendo en marcha un comprometido programa de
servicio social y extensión universitaria con el fin de llevar los beneficios de la ciencia y
la cultura a las masas populares, y por una gran efervescencia estudiantil que se reflejó
en cuatro movilizaciones protagonizadas fundamentalmente por este sector en 1956,
1960, 1963 y 1966.
¿Qué relación existe entre dichas movilizaciones estudiantiles y los men-
cionados cambios operados en la institución en este periodo histórico? ¿Cuáles fueron
las causas que las motivaron? ¿Cómo se desarrollaron? Estas son las principales inte-
rrogantes a las cuales esta investigación buscó dar respuesta.
8 9
Lucio Rangel Hernández
Si consideramos que la Universidad Michoacana era la única casa de
estudios superiores en la entidad podrá advertirse el impacto que estos acontecimien-
tos tuvieron en la vida política, económica y social de los michoacanos. Por ello, esta
investigación también pretende establecer los cambios generados en las relaciones de
la institución con la sociedad y con el poder político. Es decir, nuestra investigación se
planteó como objetivos fundamentales determinar las causas que condicionaron las
movilizaciones estudiantiles, así como su desarrollo en el periodo señalado; el papel
que jugaron en la transformación de su casa de estudios, y los cambios que generaron
en sus relaciones con la sociedad y con el Estado.
Pero, como Michoacán no es una ínsula sino que forma parte de un Es-
tado nacional (y tampoco éste a su vez está al margen de la situación internacional)
es necesario desprender de aquí —sin que sea tomado como un determinismo— al-
gunos factores que incidieron en las movilizaciones estudiantiles escenificadas en la
Universidad Michoacana; por tanto, planteamos la siguiente hipótesis, la cual orientó
nuestra investigación:
El movimiento estudiantil universitario nicolaíta en el periodo 1956-1966
fue el resultado de las contradicciones sociales producidas por el cambio de la política
económica del Estado mexicano en 1940, misma que trajo aparejado una modifi-
cación en su directriz educativa, sustituyendo paulatinamente el proyecto educativo
popular y nacionalista del cardenismo por uno dependiente del imperialismo estadou-
nidense en la nueva fase del capitalismo mundial.
Que dichas contradicciones se conjugaron con una serie de causas
particulares, propias de la dinámica y las condiciones internas que vivía la Uni-
versidad Michoacana.
Que, como reflejo de aquellas contradicciones sociales, las movilizaciones
estudiantiles desarrolladas entre 1961 y 1966 en la Universidad Michoacana fueron
originadas por las tensiones ideológicas expresadas en la crítica del cardenismo al cur-
so que le habían marcado a la Revolución mexicana los sucesivos gobiernos a partir de
1940, desviándola de sus orígenes, producto a su vez de la influencia de la Revolución
cubana y del conflicto vietnamita, lo que, en el marco de la Guerra Fría, llevó al sector
mayoritario juvenil nicolaíta a cuestionar la ideología de la Revolución mexicana y a
pensar en la renovación de la propia idea de la revolución y a una radical oposición
al imperialismo estadounidense, al tiempo que defendían los principios educativos
populares y nacionalistas de su institución.
Existe a la fecha un buen número de investigaciones académicas sobre
la historia de la institución y el movimiento estudiantil desarrollado en su seno, pero
son contados los que lo han estudiado con una visión integral; la mayoría aborda
de manera parcial las cuatro movilizaciones juveniles que se dieron en el periodo
mencionado. Nosotros en cambio consideramos que dichas movilizaciones forman
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
parte de un mismo combate en defensa de un proyecto de universidad moderna pero
con carácter popular y nacionalista, de ahí que delimitemos nuestro tema de estudio,
como: El movimiento estudiantil nicolaíta (1956-1966). La defensa de un modelo de universidad
popular y nacionalista.
Por otro lado, hay versiones sobre dichos acontecimientos que fueron
escritas inmediatamente después de los sucesos que nos propusimos estudiar, pero
la gran mayoría lo hacen desde una óptica subjetiva; algunos lo tratan apologética-
mente, mientras otros los describen como un conjunto de actos vandálicos sin causa
u objetivos claros, o le endilgan el anatema de haber sido instrumento de “oscuros
intereses extraños”, esto en el contexto de la Guerra Fría, con lo cual perversamente
se colocó a sus participantes del lado de los “enemigos de la patria”.
Nosotros nos propusimos, por lo tanto, dar una visión de conjunto de la
historia del movimiento estudiantil universitario michoacano ubicándolo tanto en el
contexto internacional y nacional como el estatal; establecer sus interrelaciones con
otras movilizaciones estudiantiles de la época, y destacar los aspectos particulares de
su accionar al interior de la Universidad, así como el impacto que tuvieron entre la
sociedad michoacana y la respuesta que obtuvieron o provocaron de parte del Estado
autoritario mexicano.
Sobre el espacio de tiempo señalado en esta investigación es necesario
mencionar que periodizar significa hacer cortes en el tiempo con el fin de compren-
der los procesos históricos, y aunque ello se haga con base en ciertas características
básicas internas que distinguen un periodo, tanto del que le precede como del que le
sucede, no dejan de ser formulaciones convencionales arbitrarias, elaboradas a partir
del interés del investigador.1 Sin embargo, esta periodización es necesaria para guiar
el análisis y la explicación, sobre todo cuando se hace desde la perspectiva de una
historia de larga duración.
Bajo este señalamiento, consideramos que el periodo de tiempo que va de
1956 a 1966 se caracteriza por la lucha que libró el elemento más dinámico de la ins-
titución —el estudiantado— por conservar la orientación popular y nacionalista de su
casa de estudios, proveniente desde su fundación y fortalecida entre 1920 y 1930 con
el llamado movimiento de reforma universitaria socialista, frente a la implementación
del proyecto modernizador de la educación superior del Estado mexicano, iniciado
en 1940.
1
Joel Verdugo Córdova, El movimiento estudiantil en la Universidad de Sonora de 1970 a 1974. Un enfoque
sociohistórico a partir del testimonio oral, Hermosillo, El Colegio de Sonora, 2004, p. 174.
10
Lucio Rangel Hernández
Esta periodización la introdujo J. Aurelio Cuevas Díaz en su libro El Parti-
do Comunista Mexicano, 1963-1975. La ruptura entre las clases medias y el Estado fuerte en Méxi-
co,2 aunque sin argumentar el porqué de la misma. Sin embargo, de acuerdo con otros
estudiosos del movimiento estudiantil mexicano, 1956 efectivamente marcó el inicio
de un nuevo ciclo de movilizaciones de este sector, que concluiría en 1968/1971.
Aquel año es considerado como un parteaguas en virtud de que la movilización de los
estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (ipn) —mismo que se extendió a todo el
país— en defensa de la educación popular y nacionalista recibió la drástica respuesta
represiva del gobierno, marcando con ello la ruptura con el Estado autoritario mexi-
cano, lo que, aunado al movimiento obrero y magisterial de 1958 y a la influencia
que posteriormente ejerció la revolución socialista cubana, daría como resultado el
surgimiento de un vigoroso movimiento estudiantil opositor al régimen, que durante
la década de 1960 cubrió prácticamente todo el escenario nacional.3 Para el caso de
la Universidad Michoacana, 1966 cerraría el mencionado ciclo, merced al golpe re-
presivo de que fue objeto el movimiento estudiantil en octubre de ese año de parte del
gobierno estatal de Agustín Arriaga Rivera.
Para el desarrollo de este trabajo recurrimos en primer lugar a las fuen-
tes bibliográficas existentes sobre el tema, así como a investigaciones académicas
que han dado como resultado tesis y tesinas de grado, y a una buena cantidad de
materiales localizados en sitios electrónicos; a la par, realizamos una indagación
hemerográfica en diarios locales (para lo cual acudimos a la Hemeroteca Univer-
2
J. Aurelio Cuevas Díaz, El Partido Comunista Mexicano 1963-1973. La ruptura entre las clases medias y el Estado
fuerte en México, México, Línea, uag y uaz, 1984, pp. 67-80.
3
Sergio Aguayo Quezada, 1968. Los archivos de la violencia, México, Grijalbo/Reforma, 1998, p. 84;
y Joel Ortega Juárez, “El movimiento estudiantil. Orígenes, tendencias, el 68 y el 71”, en Arturo
Martínez Nateras (editor), La izquierda mexicana del siglo xx, México, unam, Libro 2, Movimientos
Sociales, 2016, pp. 347-368; y Jaime M. Pensado, “El movimiento politécnico de 1956: la primera
revuelta estudiantil en México de los sesenta”, en Renate Marsiske (Coord.), Movimientos estudiantiles en
la historia de América Latina iv, México, iisue/unam, 2015, pp. 129-188. Para José René Rivas Ontiveros,
La izquierda estudiantil en la unam. Organizaciones, movilizaciones y liderazgos (1958-1972), México, unam /
Miguel Ángel Porrúa, 2007, pp. 25-28. El periodo se inicia en 1958 con la agudización de la
lucha de clases en México, como expresión de los primeros síntomas de agotamiento del desarrollo
estabilizador y porque en este año estalló el primer gran movimiento estudiantil de masas en la historia
de la unam en protesta contra el alza de las tarifas al transporte urbano capitalino, puesto que con
ello los estudiantes comenzaron a involucrarse en la solución de una problemática que no derivaba
directamente de sus intereses sectoriales; y marca su límite en 1972 porque entre otras cosas en este
año el proceso de descomposición del movimiento estudiantil se hizo evidente a través de varios
hechos de provocación y aventurerismo por parte de agrupamientos a todas luces lumpenizados.
11
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
sitaria) y de circulación nacional (en la Hemeroteca Nacional); luego consultamos
las fuentes documentales contenidas en el Archivo General e Histórico del Poder
Ejecutivo de Michoacán (aghpem) y en el Archivo General de la Nación, en los
Fondos de la Dirección Federal de Seguridad (agn/dfs) y de la Dirección Gene-
ral de Investigaciones Políticas y Sociales (agn/dgips). Estos fondos contienen un
cúmulo de datos provenientes de una serie de informes de los agentes de dichos
organismos de “seguridad nacional”, creados en el marco de la Guerra Fría pre-
cisamente para vigilar a personas, grupos e instituciones que el régimen ubicaba
como enemigos u opositores real o potencialmente peligrosos, como fue el caso de
la Universidad Michoacana, considerada universidad “roja”, y que por lo mismo
fue permanente y sistemáticamente monitoreada.
Las fuentes documentales referidas al Consejo Universitario fueron con-
sultadas cuando realizábamos la investigación para la tesis de licenciatura, esto en
el año de 1994, y todavía no se creaba el Archivo Histórico de la Universidad Mi-
choacana,4 por lo que la documentación referida a dicho cuerpo colegiado estaba
resguardada en la Secretaría General de la Universidad, a cargo, en ese momento del
Dr. Román Armando Luna Escalante, la cual no estaba clasificada a la manera de un
archivo de esta naturaleza sino ordenada por periodos rectorales.
También en aquel momento tuvimos acceso al Archivo Particular del Dr.
Hiram Ballesteros Olivares (aphb), mismo que contiene una gran cantidad de perió-
dicos y revistas estudiantiles, así como una infinidad de hojas sueltas, principalmente
manifiestos, panfletos y volantes, todo lo cual desde luego tampoco estaba clasificado,
aunque sí ordenado en carpetas siguiendo un orden cronológico, lo que de alguna
manera nos facilitó su consulta.
Las fotografías incluidas en este estudio provienen de los archivos fotográ-
ficos del agn y del Archivo Histórico de la Universidad Michoacana (ahum).
Constituyen una fuente de suma importancia la serie de entrevistas que
realizamos a un grupo de distinguidos universitarios que fueron protagonistas y testi-
gos de los hechos que aquí se analizan.
Sin duda alguna, todas y cada una de las mencionadas fuentes aportaron
elementos invaluables que permitieron capitalizar este proyecto de investigación; su
cotejo, la confrontación y la complementación de todas ellas nos permitieron la cons-
trucción de esta historia del movimiento estudiantil michoacano en el periodo de 1956
a 1966.
4
Este fue fundado el 2 de septiembre de 1997.
12
Lucio Rangel Hernández
En un esfuerzo por elaborar un balance historiográfico, hemos clasi-
ficado en dos grupos las obras escritas sobre nuestro tema de estudio: obras testi-
moniales y estudios académicos. El primer género se caracteriza en términos gene-
rales por ser trabajos elaborados inmediatamente después de los acontecimientos
por protagonistas o testigos directos de los hechos, en los cuales por lo general está
ausente el rigor metodológico propio de la investigación histórica y en consecuencia
contienen una mayor o menor dosis de subjetividad; mientras que las obras pertene-
cientes al segundo grupo son producto de investigaciones académicas que por un lado
han sido escritas a una distancia de dos a cuatro décadas de los acontecimientos, y por
otro lado se han elaborado sobre la base de una metodología científica.
Al primer grupo pertenece la obra por encargo titulada El conflicto. Drama
de la Universidad Michoacana.5 El autor, Romeo Ortega, vierte en ella por medio de su
pluma el anticomunismo del sistema político mexicano representado en el gobernan-
te del estado, Agustín Arriaga Rivera. Es una apología del “patriota” que enfrentó
y desbarató la conjura comunista de octubre de 1966 dirigida por “[…] Maestros
politizados, amargados hasta la médula de su propia existencia, líderes inmorales e ig-
norantes, convenencieros y mendaces […]”.6 Para él, la Universidad Michoacana era
una institución de cultura superior que cumplía con los más altos ideales educativos,
legado de su fundador y de sus más “preclaros hijos”, pero entró en crisis la noche del
2 de octubre a raíz “de la actitud inmoral y corruptora de falsos valores que medran
al conjuro de los ideales y nobleza de espíritu, honradez de anhelos, entusiasmo y
sentimiento humanista de la juventud estudiosa”.7
Es decir, justifica la intervención represiva del gobierno estatal de Arriaga
Rivera para salvar no solamente al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y al suyo propio
sino, lo más importante, a la “noble juventud estudiosa” de las “garras de demagogos
enemigos de la patria”. Con todo, es justo señalar que es la primera que a lo largo de
40 capítulos nos ofrece una visión general de la institución desde sus orígenes hasta el
momento de su redacción.
Otro libro, quizás el más influyente hasta el momento, se refiere al conflic-
to entre la Universidad y el gobierno del estado hacia fines de 1966. Fue escrito por
5
Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de la Universidad Michoacana, Morelia, Ediciones de La Voz de
Michoacán, 1968.
6
Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de la Universidad…, p. 410.
7
Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de la Universidad…, cuarta de forros.
13
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Pablo G. Macías y titulado Octubre sangriento en Morelia.8 Publicado igual que el anterior
a tan sólo un año de distancia de los acontecimientos, constituye una pormenorizada
crónica de los sucesos, teniendo como fuente fundamental a los diarios nacionales
y locales de la época, cuya información amarillista y tendenciosa es precisamente
utilizada para refutar la “verdad” oficial, a la cual el autor opone, no únicamente su
versión sino la que vertió la “intelectualidad mexicana de izquierda” en los reducidos
y acotados medios de comunicación escrita que tenía a su alcance.
Este texto se constituye en sí mismo como una fuente de información de
suma importancia, puesto que Macías al momento del conflicto presidía la Junta de
Gobierno de la Universidad; es por lo tanto un protagonista de los hechos, por lo que
en la segunda parte expone la posición que adoptó junto con lo demás miembros en
defensa de la institución, reproduciendo parcial o totalmente los documentos, decla-
raciones y posicionamientos emanados del mencionado organismo.
La obra es de gran valía, al grado de que su versión de los hechos ha sido
la más aceptada;9 sin embargo, al ser una “apasionada defensa” de la Universidad y
de los universitarios nicolaítas, le resta objetividad.
Otra obra de gran importancia por su contenido testimonial, de la au-
toría del mismo Macías, es la titulada Luces y sombras. Testimonios nicolaítas,10 en la que
amplió y profundizó el papel asumido por la Junta de Gobierno que él encabezaba en
defensa de la Universidad ante el “atentado sufrido” a manos del gobernador Agustín
Arriaga Rivera.
Igualmente, un trabajo publicado inmediatamente después de los aconte-
cimientos de los que nos ocupamos en esta investigación es Michoacán, ¿feudo cardenista?
Historia de una lucha estudiantil vencida por la traición y el asesinato.11 Su título es una clara
alusión a la escrita década y media atrás por Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro
Cárdenas. Su feudo y la política nacional,12 para quien la entidad era conducida a la manera
de un cacicazgo político por el divisionario de Jiquilpan y su familia.
8
Pablo G. Macías, Octubre sangriento en Morelia, Morelia, Acasim, 1968.
9
Gerardo Sánchez Díaz, estudio introductorio a la edición facsimilar de Pablo G. Macías, Octubre
sangriento en Morelia, Morelia, iih-umsnh, 2016, p. xxii.
10
Pablo G. Macías, Luces y Sombras. Testimonios Nicolaítas, Morelia, Universidad Michoacana, 1981.
11
Adolfo Mejía González, Michoacán, ¿feudo cardenista? Historia de una lucha estudiantil vencida con la traición y
el asesinato, México, Editorial Nuevos Caminos, 1966.
12
Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro Cárdenas. Su feudo y la política nacional, México, Eréndira, 1951.
14
Lucio Rangel Hernández
Mejía González fue, como él mismo lo dice, “testigo de aquel doloroso
drama que vivió la Universidad Michoacana a principios de 1963” de manos del “ré-
gimen reaccionario y antidemocrático más corrupto y palaciego de toda su historia”.13
La obra analiza el periodo de tiempo que va desde la publicación de la Ley Orgánica
de 1961 y la llegada del Dr. Elí de Gortari a la rectoría de la Universidad y los lo-
gros alcanzados durante esta administración hasta la derogación de la mencionada
legislación y la designación del Lic. Alberto Bremauntz como rector por parte de la
recién creada Junta de Gobierno, como figura introducida por la nueva normatividad
universitaria. Pero la parte medular de la obra se centra en el análisis del conflicto
entre degortaristas y antidegortaristas, lo que dio la oportunidad al gobernador de
intervenir en la Universidad a favor del bando contrario a De Gortari, reprimiendo
a los partidarios de la corriente identificada con el cardenismo. El telón de fondo que
guía el análisis de Mejía González se sustenta en que la imposición de Arriaga Rivera
en la gubernatura de la entidad significó la llegada al poder del ala reaccionaria del
pri, con lo que “la contrarrevolución se entronizó” desbancando a los integrantes del
ala izquierda del partido, identificados con el cardenismo. De esta manera, para el
autor “el golpe reaccionario” asestado a la Universidad formaba parte de una acción
represiva más amplia que el “actual Gobierno de Michoacán ha desatado en todo el
estado contra el cardenismo”.14
Otra publicación de Mejía González que forma parte de la historiografía
sobre el movimiento estudiantil nicolaíta y que contribuyó a documentar este trabajo
fue La huelga del 56. Vivencias nicolaítas de lucha y amor,15 misma que como lo refiere el
título se trata del testimonio justamente de uno de los principales dirigentes del movi-
miento “huelguístico”, por lo que ha sido de gran importancia para analizar el movi-
miento en el periodo de 1956 a 1966, particularmente a la hora de fundamentar por
qué establecimos aquel año como el inicio de una nueva etapa de las movilizaciones
estudiantiles en el país, y por ende en Michoacán.
Como continuación de su obra testimonial, Mejía González publicó pos-
teriormente un libro muy relacionado con el anterior: Con los Cárdenas. Encuentros y
desencuentros (luces y sombras).Testimonios de un migrante (1932-2004) ¿El cardenismo sin cabe-
13
Adolfo Mejía González, Michoacán, ¿feudo cardenista?..., p. 14.
14
Adolfo Mejía González, Michoacán, ¿feudo cardenista?..., p. 14.
Adolfo Mejía González, La huelga del 56. Vivencias Nicolaítas de Lucha y Amor, Morelia, Universidad
15
Michoacana, 1991.
15
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
za?,16 donde da cuenta de la relación política muy cercana que mantuvo con la familia
Cárdenas, pero sobre todo con el General. En ella desde luego hace referencia a las
movilizaciones estudiantiles en el periodo por nosotros estudiado.
Por lo que respecta al segundo grupo de obras escritas sobre el tema del
movimiento estudiantil nicolaíta están el conjunto de tesis y tesinas producidas en
las últimas cuatro décadas en la Escuela de Historia, que en el apartado de fuentes
se enlistan. De entre ellas hay que destacar la de José Manuel Armenta Medina, Los
diecinueve meses del Dr. Elí de Gortari en la Universidad Michoacana (1961-1963),17 quien
se enfoca en el análisis de lo que llama el proyecto educativo degortarista, que sería
interrumpido en marzo de 1963 a raíz del conflicto universitario. Escudriña en la
influencia o mejor dicho la confluencia jesuita y marxista en la formación intelectual
y profesional del Dr. De Gortari, que lo llevó a modelar dicho proyecto. Considera,
a partir de los testimonios de algunos de los participantes en el movimiento, que al
Dr. De Gortari le faltó “pericia política” para dirimir el conflicto, además de que se
confrontó con Arriaga Rivera; en cambio su sucesor, el Lic. Alberto Bremauntz, era
“más político, más flexible y tratable” y contaba con “capacidad negociativa”, lo que
le permitió dar continuidad al proyecto educativo degortarista, el cual finalmente se-
ría “truncado” al inició del rectorado del Dr. Nicanor Gómez Reyes.18
En esta línea debemos destacar la tesis presentada para su defensa en
mayo de 2009 por Daniela Morales Muñoz: 45 días de conflicto universitario en la prensa
moreliana. Febrero y marzo de 1963,19 quien hace un análisis cronológico de las notas,
reportajes, editoriales y boletines (aparecidos en los dos diarios de mayor circulación
local: La Voz de Michoacán y El Heraldo Michoacano) relacionados con los acontecimien-
tos suscitados en ese lapso, justo en el momento en que hizo crisis el conflicto entre
los opositores a la rectoría del Dr. Elí de Gortari, conocidos como antidegortaristas
y los defensores de éste, identificados con el nombre de degortaristas. La aportación
fundamental del trabajo consiste en demostrar cómo dichos rotativos no ejercieron el
libre periodismo sino que tomaron partido por uno de los contendientes, apoyando
16
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros (luces y sombras). Testimonios de un migrante
(1932-2004) ¿El cardenismo sin cabeza?, Morelia, el Autor, 2004.
José Manuel Armenta Medina, Los diecinueve meses del Dr. Elí de Gortari en la Universidad Michoacana (1961-
17
1963), Morelia, tesis de licenciatura en Historia, Universidad Michoacana, 2007.
18
José Manuel Armenta Medina, Los diecinueve meses del Dr. Elí de Gortari…, pp. 120 y 121.
Daniela Morales Muñoz, 45 días de conflicto universitario en la prensa moreliana. Febrero y Marzo de 1963,
19
Morelia, tesis de licenciatura en Historia, Universidad Michoacana, pp. 303-309.
16
Lucio Rangel Hernández
la mayor parte del tiempo al bando degortarista; pero en cuanto el gobierno del es-
tado presidido por Agustín Arriaga Rivera intervino abiertamente en el conflicto
inclinándose en favor de los antidegortaristas, estos se “alinearon” de inmediato
sin que hubiese la necesidad de recibir “línea” directa del gobierno, aplicando la
conveniente autocensura. Esto contribuye también a explicar el papel que jugaría la
prensa local en el conflicto entre la Universidad Michoacana y el Estado en octubre
de 1966, respaldando incondicionalmente al gobernador Arriaga Rivera, sosteniendo
así una postura totalmente apegada a la información oficial.20
Otra tesis relacionada directamente con nuestro tema es la de Bárbara
Tinoco Farfán (Las estudiantes en la Universidad Michoacana, 1961-1980), quien nos
muestra que las causas feministas que se gestaron después del movimiento revolu-
cionario de 1910 y que se fortalecieron entre 1950 y 1960 dieron como resultado el
incremento del ingreso de las mujeres a la institución, y por ende la intensificación
de su participación en la vida académica universitaria justamente a partir de 1960;
y es que entre 1917 y esta última fecha el porcentaje de sexo femenino pasó del
12% al 23%, impactando la vida de la Universidad Michoacana, al grado de que
fue precisamente durante el rectorado del Dr. Elí de Gortari que se creó la Primera
Residencia Femenil “Juana Pavón”, para apoyar a las féminas de escasos recursos
económicos provenientes del interior del estado.21
Una tesis particularmente importante, que antecede a la anterior en tiem-
po y relacionada igualmente con el estudio de género es la de Macaria Yazmín Ti-
noco Guzmán, La educación superior femenina. Un estudio de caso: La Universidad Michoacana
(1940-1960), porque además de analizar los factores que permitieron a las mujeres
su incorporación a la preparación académica en las aulas universitarias, también nos
muestra cómo precisamente para la década de 1960 rompieron el circulo impuesto
por la sociedad mexicana patriarcal profundamente machista, que las limitaba a in-
gresar a aquellos estudios “idóneamente femeninos”: normal, bellas artes, enferme-
ría, farmacia y odontología, para “conquistar” espacios en las escuelas universitarias
reservadas tradicionalmente a los hombres como medicina, derecho e ingeniería.22
20
Entrevista a Rodolfo Ramírez y García, reportero y jefe de redacción del Heraldo Michoacano en la
década de 1960, en Daniela Morales Muñoz, 45 días de conflicto universitario..., pp. 303-309.
21
Bárbara Tinoco Farfán, Las estudiantes en la Universidad Michoacana 1961-1980, Morelia, tesis de
licenciatura en Historia, Universidad Michoacana, 2008, p. 11.
Macaria Yazmín Tinoco Guzmán, La educación superior femenina. Un estudio de caso: La Universidad
22
Michoacana (1940-1960), Morelia, tesis de licenciatura en Historia, Universidad Michoacana, 2004.
17
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Por su parte, Tania Madelaine Álvarez en su tesis La Universidad Michoa-
cana como Universidad Moderna, 1956-196623 nos muestra cómo el proyecto de trans-
formación de la misma Universidad concebido desde el rectorado del Lic. Alfredo
Gálvez Bravo se materializó bajo la rectoría del Dr. De Gortari, aportando una serie
de datos y estadísticas relacionadas con las actividades académicas y culturales de la
institución, las cuales reflejan un considerable incremento en el periodo por ella estu-
diado. Desde luego resalta como lo más destacado de la obra educativa degortarista la
creación de varias escuelas y nuevas carreras en el seno de la institución.
A este grupo de tesis que enfatiza el proyecto educativo degortarista por
su intensa actividad académica reflejada en la fundación de escuelas y facultades per-
tenece también la de Guillermo Espinosa Parra, El rectorado del Dr. Elí de Gortari en la
Universidad Michoacana, 1961-1963.24 Esta, como la de Álvarez Guzmán, aunque trata
el asunto del conflicto suscitado entre los meses de febrero y marzo de 1963 no profun-
diza en él ya que su atención se centra en el aspecto académico institucional.
En el caso de la obra publicada por el Dr. Raúl Arreola Cortés, Historia
de la Universidad Michoacana, su importancia radica en haber condensado casi siete dé-
cadas de historia institucional, recuperando la participación de los tres sectores que
la integran: estudiantes, profesores y empleados. Sin embargo, la superficialidad con
que son abordados algunos de los procesos históricos desarrollados en su seno, como
el movimiento estudiantil, particularmente las movilizaciones de la década de 1970 y
comienzos de 1980 protagonizados por los moradores de las Casas del Estudiante, a
quienes negó objetivos claros, justos y trascendentes, más allá de sus demandas econo-
micistas inmediatas,25 de alguna manera ha motivado este trabajo de investigación y
varios estudios posteriores sobre el tema, con la finalidad de revertir aquella concep-
ción descalificadora con la cual hasta la fecha muchos comulgan.
Un trabajo profundamente inspirado y motivado por la pertenencia a
la clase, es el de Juan Manuel Salceda Olivares: Las Casas del estudiante en Michoacán
(1915-2001). Conquistas populares por defender,26 mismo que por su extensión y profundi-
23
Tania Madeleine Álvarez Guzmán, La Universidad Michoacana como Universidad Moderna, 1956-1966,
tesis de licenciatura en Historia, Universidad Michoacana, 2001.
Guillermo Espinosa Parra, El rectorado del Dr. Elí de Gortari en la Universidad Michoacana 1961-1963, tesis
24
de licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, 2006.
25
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana, Morelia, Universidad Michoacana, 1984,
pp. 234 y 235.
26
Juan Manuel Salceda Olivares, Las Casas del Estudiante en Michoacán (1915-2001), Conquistas populares
18
Lucio Rangel Hernández
dad aportó no solamente datos para la elaboración del nuestro, sino la concepción de
que al menos en el periodo estudiado el movimiento estudiantil y la institución misma
no podrían ser entendidos sin la participación del sector perteneciente a los alber-
gues estudiantiles, puesto que ahí se forjaron fuertes lazos de identidad comunitaria.
En este grupo de obras también incluimos dos textos que resultaron im-
prescindibles a la hora del análisis del contexto político en que estuvo inmerso el movi-
miento estudiantil nicolaíta en el periodo señalado, el de la investigadora del Colegio
de Michoacán, Verónica Oikión Solano: Los hombres del poder en Michoacán 1924-1962,27
y el del investigador de la Universidad Michoacana, Eduardo Nava Hernández: El
Cardenismo en Michoacán (1910-1990).28
Finalmente quiero referirme a un trabajo publicado en 2008 bajo el pres-
tigiado sello de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación
Superior (anuies) con el título Movimiento estudiantil e institución. La Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo 1956-1966, de Antonio Gómez Nashiki, cuyo antecedente fue
la versión que el autor presentó para obtener el título de doctor en ciencias, con espe-
cialidad en investigaciones educativas (die-cinvestav) del ipn en el año 2003, siendo
laureada el año siguiente por la Academia Mexicana de Ciencias con el premio a la
mejor tesis de doctorado en el área de investigaciones educativas.29 El hecho de que
tanto una mesa sinodal del ipn la haya aprobado en su versión de tesis doctoral; de que
un jurado de la mencionada Academia la haya premiado, y de que el comité editorial
de la anuies decidiera su publicación significa que ha sido considerado un trabajo
excepcional, concepción que pudiéramos o no compartir, pero en lo que no estamos
de acuerdo es en reconocerla como una obra original —al menos en su totalidad—,
aspecto del que el mismo autor se vanagloria, pues ni en su título ni en su estructura
es tal. Gómez Nashiki adapta el título de su trabajo a partir de nuestra tesis de licen-
ciatura: El movimiento estudiantil en la Universidad Michoacana, 1956- 1966, y su capitulado
está basado en el que utilizamos.
por defender, Morelia, Centro de Estudios Rector Elí de Gortari de la Casa del Estudiante “V. I. Lenin”/
Jitanjáfora, 2002.
Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán, 1924-1962, México, El Colegio de
27
Michoacán/Universidad Michoacana, 2004.
28
Eduardo Nava Hernández, El Cardenismo en Michoacán (1910-1990), tesis de doctorado en Ciencia
Política, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, México, unam, 2004.
29
http://www.amc.edu.mx/p5/index.php?option=com_content&id=136&Itemid=61, consulta el 10
de noviembre de 2014.
19
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Pero sobre todo toma muchas ideas de nuestro trabajo. En su afán de ha-
cer parecer su investigación como original, como el primero que se ocupaba del tema,
omite citar nuestra tesis de licenciatura, cuando nosotros, a petición suya, accedimos
a entregarle una copia hacia finales del año de 1998, cuando él personalmente nos
contactó en el Colegio de San Nicolás. De esta forma no es honesto que cuando cita
una idea que en realidad se encuentra en nuestra tesis la haga aparecer como si fuera
producto de una entrevista que supuestamente nos hizo, haciéndonos pasar como
testigos o protagonistas de los hechos.
Sobran observaciones en ese mismo sentido, pero ya solo queremos lla-
mar la atención sobre una más. Cuando él nos contactó, nos entregó su proyecto de
investigación, el cual aún conservamos en nuestro poder, titulado Movimiento estudiantil
e institución. La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo: 1959-1970.30 Cabe en-
tonces la pregunta: ¿De dónde tomó la periodización que posteriormente marca en el
título de su tesis doctoral?
Como ya lo mencionamos, podríamos compartir el reconocimiento hacia
el trabajo de Gómez Nashiki, pero cuando se hace sobre la base de otros, como en
este caso sobre el nuestro, sin dar los créditos correspondientes y citarlos como fuente,
no podemos aceptar tal deshonestidad académica, como tampoco el nulo agradeci-
miento que mostró, puesto que nosotros de buena fe no solamente le entregamos la
mencionada copia de nuestra tesis sino que convencimos a los médicos Cuauhtémoc
Olmedo Ortiz e Hiram Ballesteros Olivares para que le concedieran sendas entre-
vistas, y que incluso en el caso del primero hasta le haya permitido fotocopiar un
voluminoso expediente que contenía una serie de documentos relativos al Consejo
Estudiantil Nicolaíta (cen) en el periodo en que él se desempeñó como su presidente.
Nuestro trabajo se divide en ocho capítulos. El primero lo dedicamos a
enmarcar en el contexto internacional una de las etapas más combativas en la histo-
ria del país, el movimiento estudiantil michoacano, profundamente marcado por la
confrontación éste-oeste capitaneada respectivamente por la Unión de Repúblicas So-
cialistas Soviéticas (urss) y los Estados Unidos de Norteamérica (eu), conocida como
Guerra Fría, en uno de sus periodos más agudos, por la tensión desatada entre ellos
a raíz del conflicto vietnamita y la Revolución cubana y la influencia ideológica que
dichos acontecimientos ejercieron, especialmente esta última —tanto por su cercanía
30
Antonio Gómez Nashiki, Movimiento estudiantil e institución. La Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo: 1959-1970, proyecto de investigación para realizar estudios de doctorado en ciencias con
especialidad en educación del Departamento de Investigaciones Educativas cinvestav-ipn; asesor: Dr.
Eduardo Remedi A., México, junio de 1998.
20
Lucio Rangel Hernández
geográfica como cultural—, entre un gran sector de universitarios en el país, pero
particularmente entre los nicolaítas.
El segundo capítulo sitúa el movimiento estudiantil universitario michoa-
cano en el contexto histórico tanto nacional como estatal, lo que nos permite ubicarlo
como resultado y expresión de las contradicciones de su época. En él señalamos cómo
el proyecto industrializador puesto en marcha a partir de 1940 corrió a cargo del Esta-
do, el cual funcionó como una verdadera incubadora al apoyar a la iniciativa privada
con todo tipo de subsidios, con un sistema tributario que prácticamente no gravaba
sus utilidades, con un sistema proteccionista extremadamente rígido frente a la com-
petencia exterior y sobre todo con un estricto control corporativo sobre los trabajado-
res, lo que le permitió limitar la demanda de aumento de salarios, imponiéndoles una
disciplina patriótica; y por supuesto la supeditación del sector agrario a este modelo
de desarrollo, convirtiendo al campo en subsidiario del desarrollo urbano-industrial,
ejerciendo el control de los ejidatarios y comuneros por medio de la Confederación
Nacional Campesina (cnc). Todo ello dio como resultado que entre 1954 y 1970 el
crecimiento anual promedio del Producto Interno Bruto (pib) por persona fuera del
3.4%, tasa alcanzada según los expertos por el hecho de haber logrado la estabilidad
de los precios al consumidor, de ahí que este modelo sea conocido como Desarrollo
Estabilizador, y que dicho crecimiento económico fuera calificado como el “milagro
mexicano”, el cual en realidad no es tal si se consideran todos los factores que lo hi-
cieron posible, especialmente las altas tasas de explotación a que fueron sometidos los
trabajadores en dicho periodo.
Aquí explicamos cómo este modelo de desarrollo generó una serie de
contradicciones sociales y políticas que provocaron el descontento y la movilización
obrera, campesina y de las clases medias, quienes recibieron de parte del Estado, de
manera invariable y sistemáticamente creciente, la aplicación de medidas represivas a
sus exigencias de mejora en sus condiciones de trabajo y a sus aspiraciones autonómi-
cas y de independencia sindical.
Igualmente nos ocupamos de explicar cómo el proyecto industrializador
provocó un cambio en la política educativa del Estado, el cual dejó atrás la orientación
popular y nacionalista marcada por el régimen cardenista como la expresión más aca-
bada de la Revolución mexicana, para reorientarla a la incorporación del país hacia
la nueva fase del desarrollo capitalista dependiente del imperialismo estadounidense.
Mostramos también cómo esta nueva política educativa, al adaptarse a
los dictados desarrollistas estadounidenses, provocó a su vez la oposición de un amplio
sector estudiantil nacional que no estaba dispuesto a aceptar el desmantelamiento del
sistema asistencial y de todos aquellos apoyos a la educación popular con que conta-
ban, por lo que se movilizaron para evitarlo.
21
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
En el tercer capítulo abordamos el surgimiento de la Universidad Mi-
choacana como producto cultural de la Revolución mexicana de 1910, y como tal
su conformación sobre la base de la política social del nuevo Estado mexicano, con
el propósito de responder a sus postulados. Analizamos la evolución de la institución
y el camino que se trazaron y transitaron conjuntamente directivos, maestros y estu-
diantes con el movimiento de reforma universitaria socialista que desembocó en la
aprobación de la Ley Orgánica de 1939, plasmando en ella la función eminentemente
de servicio social de la institución en el desarrollo de sus actividades académicas, de
investigación y difusión, lo cual armonizaba la legislación universitaria local con los
contenidos del artículo 3º de la Constitución, que a raíz de la reforma de que fue obje-
to en 1934 establecía la orientación socialista de la educación impartida por el Estado.
El capítulo cuarto lo dedicamos a analizar los efectos que tuvo en la ins-
titución el cambio de la política educativa del Estado, justamente a partir de 1940,
es decir a tan sólo un año de vigencia de la nueva Ley Orgánica. Mostramos cómo,
frente a la nueva política educativa estatal que trataba de imponer los modelos prag-
máticos y tecnocráticos de inspiración estadounidense, los universitarios michoacanos
se resistieron y lucharon por mantener los principios contenidos en la Ley Orgánica
de 1939 ante el propósito de modificarla para ponerla a tono con los nuevos preceptos
contenidos en al artículo 3º constitucional, reformado en 1946.
En el quinto capítulo se precisa la situación de precariedad material y estan-
camiento académico que vivía la institución hacia fines de la década de 1950, producto
fundamentalmente de la falta de incremento al subsidio. Establecemos cómo el año de
1956, con la lucha de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (fnet) en el Po-
litécnico Nacional, marcó el inicio de un nuevo ciclo de movilizaciones estudiantiles en
el país al incorporar a la lucha a más de cien mil jóvenes de universidades de provincia,
de las normales rurales y de las escuelas prácticas de agricultura. Examinamos cómo la
motivación provino no tanto por la solidaridad con las justas demandas de los estudian-
tes politécnicos, como por la necesidad de superar idénticas condiciones de abandono
material y académico en que estaban sumidas la mayoría de las instituciones de educa-
ción superior de orientación popular y nacionalista en la república.
En este mismo capítulo mostramos cómo a partir de ese año los estu-
diantes organizados de la Universidad Michoacana se movilizaron no solamente
en torno a un movimiento reivindicativo, sino bajo el proyecto de convertir a su
casa de estudios en un moderno centro de estudios que respondiera a las exigencias
de la época; cómo es que pugnaron por que la institución no solamente preparara
profesionistas liberales (médicos, abogados e ingenieros), sino porque formara los
técnicos y profesionales necesarios para apoyar la industrialización del país y para
que la impulsaran en la entidad, ya que aquí la industria era prácticamente inexis-
tente. Pero no sólo se analiza la coyuntura nacional, sino también la de carácter
22
Lucio Rangel Hernández
internacional, misma que impulsó el surgimiento de una nueva fase de movilización
estudiantil universitaria michoacana.
El capítulo sexto analiza el proceso que siguió la elaboración de la nueva
Ley Orgánica aprobada en 1961, lo que constituyó el primer gran paso que a me-
diano plazo se había fijado el sector estudiantil con el propósito de sentar las bases
sobre las cuales se trabajaría para lograr la transformación radical de la estructura y
funcionamiento de la Universidad Michoacana. También se explican las condiciones
en que llegó a la rectoría el Dr. Elí de Gortari, así como su administración, durante
la cual, impulsada por el sector estudiantil, la nueva Ley Orgánica se convirtió efecti-
vamente en un instrumento de trabajo que permitió a la institución transformarse en
un moderno centro de estudios, pero con la idea de buscar el beneficio de los sectores
populares y en pos de la independencia económica y tecnológica del país.
Aquí también se establecen las causas y el desarrollo del conflicto entre
degortaristas y antidegortaristas que, dadas las circunstancias, trascendió el medio
universitario; la derogación de la Ley Orgánica de 1961 y la imposición de una nueva,
en marzo de 1963, que “otorgó” la autonomía a la Universidad y la oposición y las
manifestaciones estudiantiles en contra de la misma y del gobierno del estado presidi-
do por Agustín Arriaga Rivera, lo que trajo como consecuencia la respuesta represiva
por parte de este gobernante, y como punto culminante la muerte del estudiante Ma-
nuel Oropeza García a manos de “las fuerzas de seguridad” del estado.
En el apartado final de este capítulo se analiza el proceso de conforma-
ción de la Confederación Nacional de Estudiantes Democráticos (cned) con el fin
de fundar una nueva central que coordinara al movimiento estudiantil nacional que
en ese momento se encontraba disperso, luchando por la defensa de la educación
popular y nacionalista frente a los ataques de que estaba siendo objeto por parte del
Estado, como una alternativa a la corporativa Confederación de Jóvenes Mexicanos
(cjm), cuya pasividad ratificaba su incondicionalidad al sistema político mexicano. Se
explica cómo en el congreso llevado a cabo en mayo de 1963 en la Universidad Mi-
choacana se sentaron las bases de la integración a la misma, de un vasto sector es-
tudiantil que a nivel nacional buscaba la independencia y la democratización de sus
organismos estudiantiles, todo lo cual, junto a un proyecto estudiantil de educación
superior para México quedaría plasmado en el documento conocido como la “Decla-
ración de Morelia”.
El capítulo séptimo está dedicado al análisis de la administración del Lic.
Alberto Bremauntz. Mostramos en él cómo durante su rectorado la Universidad Mi-
choacana mantuvo su orientación de institución popular y nacionalista, en medio del
ambiente de hostilidad y represión a que fue sometida por parte del gobernador Agus-
tín Arriaga Rivera. En otro apartado de este mismo capítulo destacamos la recupera-
ción del movimiento estudiantil democrático, a pesar de todos los intentos en contra-
23
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
rio que realizó la burocracia estatal; la forma en que, aprovechando la coyuntura de
la sucesión rectoral, el movimiento estudiantil comenzó a demandar la reforma a la
Ley Orgánica vigente con el fin de recuperar los contenidos filosóficos de la de 1961,
así como su orientación socialista, la desaparición de la Junta de Gobierno y otros no
menos trascendentes puntos que para el momento la Federación de Estudiantes de la
Universidad Michoacana (feum) se propuso exigir.
En este capítulo establecemos las causas que provocaron el enfrentamien-
to de la Universidad Michoacana con el estado en octubre de 1966, su desarrollo con
la participación decidida de la dirigencia de la cned y la violenta represión de que
fue objeto en respuesta a la peligrosa gestación para el régimen arriaguista de un mo-
vimiento estudiantil-popular, y finalmente las condiciones en que quedaron tanto la
institución como el movimiento estudiantil nicolaíta como resultado de la aplicación
de las “ejemplares” medidas represivas aplicadas por el estado.
El capítulo octavo es el epílogo, lo que vino después. Aquí mostramos
cómo, posterior a la represión ejercida sobre el movimiento estudiantil michoacano
por parte del Estado, ésta se agudizó y se elevó a niveles tales de intolerancia de la
mano del presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien por esta razón sería considerado a la
postre como el más autoritario de los gobernantes mexicanos. Reseñamos el origen de
la iniciativa surgida en el seno de la dirección nacional de la cned, que movilizó del 3
al 9 de febrero de 1968 a contingentes estudiantiles provenientes de varias de partes
de la república para exigir la libertad de los presos políticos del conflicto de octubre de
1966 en Morelia, con la famosa “marcha estudiantil por la ruta de la libertad”, misma
que pretendía recorrer, recuperando toda la carga simbólica del hecho histórico mis-
mo, el camino del cura Miguel Hidalgo cuando inició la lucha por la independencia.
24
Lucio Rangel Hernández
Capítulo i
El escenario mundial
La Guerra Fría. Los Estados Unidos,
de la seguridad hemisférica a la seguridad nacional
En los inicios de la Guerra Fría, los Estados Unidos diseñaron un sistema de seguri-
dad hemisférica con el propósito de frenar una posible expansión soviética en Améri-
ca. Promovió para ello la firma del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
(tiar), conocido como el Pacto de Río, celebrado en 1947, el cual tenía como antece-
dente inmediato la Junta Interamericana de Defensa (jid), surgida durante la Segunda
Guerra Mundial; y la creación en 1948 de la Organización de Estados Americanos
(oea). Por medio del tiar estableció el compromiso de los Estados miembros de apo-
yar acciones conjuntas de defensa contra agresiones extra continentales, mientras que
la oea le dotó del necesario marco jurídico-político.31
Hasta antes de la Revolución Cubana la mayoría de las manifestacio-
nes de inconformidad en América Latina, ya fueran abanderadas por movimientos
sociales o por algunos gobiernos, se dirigían contra la dominación imperialista esta-
dounidense, es decir eran de signo eminentemente nacionalista; no obstante, para los
Estados Unidos todos ellos formaban parte — sin distingos— de la conjura comunista
internacional, a la cual había que combatir sin otorgarles concesión alguna. Todos
recibían una respuesta totalizadora, hostil y coercitiva.32
Con el derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954 por me-
dio de un golpe militar auspiciado por la cia, el panorama económico, político y mi-
litar latinoamericano parecía despejado para Estados Unidos; su presidente, Dwight
D. Eisenhower afirmaba con total seguridad que “el continente estaba libre de toda
vanguardia comunista estable”.33
31
M. Herrera-Lasso, “México en el ámbito de la seguridad hemisférica”, en Sergio Aguayo Quezada y
John Bailey (Coords.), Las seguridades de México y los Estados Unidos en un momento de transición, México, Siglo
xxi Editores, 1997, pp. 63-82.
32
Richard Saull, “El lugar del sur global en la conceptualización de la guerra fría: desarrollo capitalista,
revolución social y conflicto geopolítico”, en Daniela Spencer, (Coord.), Espejos de la guerra fría: México,
América Central y el Caribe, México, ser/ciesas/Miguel Ángel Porrúa, 2004, pp. 31-66.
33
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría en México. El discurso de la
25
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Un lustro después el horizonte ya no se veía tan despejado. El triunfo de
la guerrilla comandada por Fidel Castro en Cuba contra el gobierno dictatorial de
Fulgencio Batista sorprendió a propios y extraños. Nadie sabía el rumbo que toma-
ría el proceso revolucionario en la isla. La cia originalmente era “fidelista” y pensó
en otorgarle armas y dinero;34 Nikita Jrushchev reconoció tiempo después que “no-
sotros no teníamos idea de la orientación política que su régimen podía seguir”.35
Sin embargo, una vez que el nuevo gobierno cubano diera los primeros
pasos hacia la nacionalización de las empresas privadas y extranjeras, así como la
puesta en marcha de una reforma agraria, afectando con ello los intereses econó-
micos estadounidenses, Eisenhower, igual que lo había hecho con Jacobo Arbenz en
Guatemala, sacó la conclusión de que Castro era comunista o estaba manipulado por
comunistas y decidió tratarle como tal. Autorizó a la cia para preparar su derroca-
miento; su sucesor, John F. Kennedy, aprobó el programa de la agencia cuyo objetivo
era debilitar la economía cubana, denominado “operación mangosta”, y en abril de
1961 aprobó el plan de invasión a la isla por mil cuatrocientos exiliados cubanos. La
invasión que terminó en un rotundo fracaso precipitó el acercamiento de Fidel con la
Unión Soviética.36
Repentinamente, un país situado a tan sólo 150 kilómetros de Cayo Hue-
so, Florida, modificaba la relación entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y las re-
laciones de ambos con América Latina. En otras palabras, la victoria de Fidel Castro
y su posterior alineamiento con la urss trajeron consigo directamente la Guerra Fría
a tierras americanas.37
Ante este escenario, los Estados Unidos tomaron “providencias”. Conside-
rada como el origen del “contagio”, decidió aislar a Cuba; en 1962 no sólo consiguió ex-
pulsarla de la oea, también logró que los ministros encargados de la política exterior del
continente decidieran romper relaciones diplomáticas y comerciales con ella. Todos los
miembros de la oea, menos México, acataron la decisión tomada desde Washington.38
represión, México, buap/Miguel Ángel Porrúa, 2007, p. 52.
34
Tim Weiner, Legado de cenizas. La historia de la cia, México, Random House Mondadori, 2009, p. 157.
35
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México…, p. 52.
36
Ronald E. Powaski, La Guerra Fría. Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991, Barcelona, Crítica,
2000, pp. 106-107.
37
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 56.
38
Jürgen Buchenau, “Por una guerra fría más templada: México entre el cambio revolucionario y la
26
Lucio Rangel Hernández
Según Philip Agee, es posible que la cia haya animado al gobierno
de Adolfo López Mateos a no romper sus relaciones con Cuba, ya que esto le
facilitaría estratégicamente espiar y planear las operaciones contra ella desde
México.39 Al mismo tiempo, al defender “el principio abstracto de la soberanía
nacional: `el derecho de cada nación a elegir su propia forma de gobierno sin
injerencia externa´, le permitió `a la élite gobernante de México la oportunidad
de enaltecer sus credenciales nacionalistas (esto mostraba a un gobierno indepen-
diente, más que como aliado de Estados Unidos) y camuflar así su propio aban-
dono de los principios revolucionarios´ y finalmente, que no es menos, le dio `al
gobierno cubano una ventana al mundo´ y lo salvó del aislamiento hemisférico
total, obteniendo a cambio el compromiso de Castro de no impulsar ni apoyar
ningún movimiento `subversivo´ en su contra”.40
En el marco de la Guerra Fría, otro acontecimiento que tuvo enormes
repercusiones políticas en el mundo fue sin duda Vietnam. En la óptica de Volpi,
en los sesenta, ningún acontecimiento tuvo una relevancia semejante a esta guerra:
En ella aparecieron conjuntados, más que las pugnas y las emociones de la guerra
fría, las desavenencias y contradicciones de toda una época. […] La oposición a
ella se convirtió, de hecho, en el argumento aglutinador de los revolucionarios
de todos los países, aún si tenían posiciones políticas divergentes o encontradas.
Vietnam era un topos necesario hacia el cual se dirigían, en los sesenta, todas las
miradas y todos los sentimientos.41
El rechazo hacia el imperialismo estadounidense en Indochina pro-
vino no solamente de entre los comunistas sino de la propia clase intelectual de
su país, pero sobre todo del movimiento juvenil que surgió en algunas universi-
dades, de tal forma que Vietnam se volvió el detonador de una guerra secreta
dentro de Estados Unidos. Un verdadero conflicto civil, provocado por las reac-
ciones hacia la guerra, enfrentó a la sociedad estadounidense consigo misma. Al
reacción estadounidense en Guatemala y Cuba”, en Daniela Spenser, (Coord.), Espejos de la Guerra
Fría…, pp. 119-149.
39
Philip Agee, La “compañía” por dentro: diario de la cia, Barcelona, Laia/Paperback, 1978, p. 430.
40
Jürgen Buchenau, “Por una guerra fría más templada…”, pp. 119-149.
41
Jorge Volpi, La imaginación y el poder. Una historia intelectual de 1968, México, Era, 1998, p. 105.
27
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
contrario de lo que había sucedido con su participación en las guerras mundiales
o en la propia guerra de Corea, Vietnam fue un episodio que, por primera vez,
no contaba con el apoyo de grandes sectores de la sociedad estadounidense. En
especial, miles de jóvenes —justo aquellos que debían engrosar las filas del ejér-
cito— se oponían a la intervención en el sudeste asiático […].42
De esta forma, los orígenes del movimiento estudiantil en va-
rias universidades estadounidenses nos remiten a las diversas manifestacio-
nes de protesta contra las guerras protagonizadas por Estados Unidos. El ini-
cio del movimiento estudiantil se llevó a cabo en la Universidad de Berkeley,
donde Paul Potter, líder de la Students for a Democratic Society (sds), expre-
só en su posición de líder de la “nueva izquierda” estudiantil, el rechazo a la
guerra. A partir de entonces la agitación juvenil contra la política interven-
cionista de los Estados Unidos fue una constante, tanto a través de una se-
rie de manifestaciones callejeras como al interior del campus universitario.43
En pocos meses la protesta se extendió al resto de las universidades
estadounidenses y, más tarde, prácticamente a las de todo el mundo:
[...] Abandonando el pacifismo, los estudiantes comenzaron a apoyar el radicalis-
mo revolucionario de los países del tercer mundo. Ya en 1966 sus consignas eran:
“¡Retiro incondicional y ahora mismo de las tropas!” […] Entre 1965 y 1968
decenas de protestas contra la guerra se habían llevado a cabo en ciudades tan
apartadas como Sydeny, París, Zurich, Bruselas, Lieja; Toronto, Quebec, México,
Santiago, Buenos Aires y Tel Aviv. Gracias a estas movilizaciones, los estudiantes
aprendieron no sólo a ser antimperialistas sino también “antiburocráticos”.44
Mientras tanto, en Europa la situación comenzó a ser la mis-
ma. En Alemania, Rudi Dutschke y la Sozualistische Deutsche Studenten-
bund (sds) se pusieron al frente de las movilizaciones. Afiliada en un prin-
cipio al Partido Socialdemócrata, la Federación Estudiantil Socialista
Alemana había sido expulsada de éste en 1961 y a partir de entonces, ampa-
rada en un marxismo a la Marcuse, la Federación asumió el compromiso de
luchar con todas sus fuerzas contra la guerra de Vietnam. Como era de espe-
42
Jorge Volpi, La imaginación y el poder…, p. 106.
43
Jorge Volpi, La imaginación y el poder…, p. 174.
44
Jorge Volpi, La imaginación y el poder…, p. 174.
28
Lucio Rangel Hernández
rarse, todas sus manifestaciones fueron sofocadas por la policía. En abril, es-
tudiantes y obreros unidos paralizaban la República Federal de Alemania.45
En todos los casos, Vietnam había sido el elemento aglutinador de las di-
versas variantes de la protesta. Los estudiantes ponían en claro que mientras el sistema
mundial no se modificase lo suficiente como para evitar esta guerra desgastante no
estarían dispuestos a regresar a clases. Con un optimismo a toda prueba, los jóvenes
estaban convencidos de que tenían el poder no sólo para acabar con esta lucha estéril,
sino para transformar desde sus cimientos la decadente sociedad mundial;46 se organi-
zan en comunas, brigadas y comités en abierta oposición a las corporaciones de todo
tipo.47 Pero como era de esperarse, la fuerza de la represión los obligó a regresar a la
realidad opresiva del capitalismo, y como a toda impronta primavera, le sorprendió
un crudo invierno adelantado.
México y el régimen de la seguridad nacional estadounidense
Como hemos señalado, el inicio de la Guerra Fría movió a los Estados Unidos a re-
forzar la seguridad del territorio latinoamericano, reivindicado como de su exclusi-
va expansión, suscribiendo una serie de pactos militares con el propósito de proteger
al subcontinente de la agresión extra continental, representada por la urss.48
Pero al arribar a la presidencia de los Estados Unidos Jonh F. Ken-
nedy, sus asesores militares le advirtieron que el enemigo que enfrentaban en
América Latina no era extra continental sino que estaba en casa: era un “ene-
migo interno”.49 Fue el triunfo de los destacamentos guerrilleros en Cuba
lo que modificó la percepción que hasta entonces habían tenido los go-
biernos estadounidenses de la posguerra, en el sentido de que la amena-
za a sus intereses podría provenir directamente de los soviéticos. La Revolución
45
Jorge Volpi, La imaginación y el poder…, p. 175.
46
Jorge Volpi, La imaginación y el poder…, p. 175.
47
Armando Bartra, 1968, el mayo de la revolución, México,Itaca, 1999, p. 19.
José Luis Piñeyro, El profesional ejército mexicano y la asistencia militar de los Estados Unidos: 1965-1975,
48
México, tesis de licenciatura en Relaciones Internacionales, El Colegio de México, 1976, p. 21.
49
El “enemigo interno” era identificado como “aliado del bloque comunista y su acción se orientaba a
subvertir el orden, minar las bases de sustentación de los gobiernos constituidos (sean o no democráticos)
y reemplazarlos por otros de corte marxista”, Antonio Cavalla Rojas, Estados Unidos, América Latina,
Fuerzas armadas y defensa nacional, Culiacán, uas, 1980, p. 72.
29
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
cubana cambió dicha concepción, y en consecuencia pasaron de la defensa hemis-
férica a la seguridad interna, surgiendo así la Doctrina de la Seguridad Nacional.
La Doctrina de la Seguridad Nacional se sustentaba en la idea de que el
verdadero peligro para los intereses norteamericanos en América Latina estaba repre-
sentado por las fuerzas “subversivas” que actuaban desde adentro de muchos de los
países que conformaban esta región. El triunfo de los revolucionarios cubanos demos-
traba a los estrategas estadounidenses que “su poderío convencional era ineficaz para
enfrentar el desafío insurgente”.50
Bajo estas consideraciones, la estrategia centrada en la protección de las
costas y la guerra submarina, basada en la defensa hemisférica sin ser del todo abando-
nada, se enfocó a combatir preponderantemente a dicho “enemigo interno”, adoptan-
do la denominada Estrategia Contrainsurgente, definida como el conjunto de “medidas
militares, paramilitares, políticas, económicas, psicológicas y cívicas tomadas por el go-
bierno para vencer la insurgencia subversiva”.51
Dicha estrategia fue diseñada para aplicarse combinadamente en dos pla-
nos: el económico y el militar. En el primer aspecto, se echó a andar el Programa Alian-
za para el Progreso (alpro), enfocado a promover cierto grado de desarrollo económico
en los países de la región. Se trataba de aminorar, que no de eliminar las causas que
según ellos provocaban la “subversión”: hambre, analfabetismo y pobreza, entre otros.
En el segundo plano, el gobierno estadounidense incrementó los recursos
de las fuerzas especiales de su propio país y a los programas de asistencia militar a los
Estados latinoamericanos, como el Programa de Asistencia Militar (pam), creado desde
1952, reforzándolo en 1961 con la Ley de Asistencia al Exterior (lae) y en 1968 con la
Ley de Ventas Militares al Exterior (lvme).52
Pero el fracaso de la acción cívica fue rotundo, fundamentalmente por lo
que la alpro significaba para las élites gobernantes de América Latina, que por lo mis-
mo la sabotearon53 y en su lugar aplicaron exclusivamente de manera salvaje el recurso
50
Raúl Sohr, Para entender la guerra, México, Alianza Editorial/Conaculta, 1990, p. 39.
51
Michel T. Klare y Nancy Stein, Armas y poder en América Latina, México, Era 1978, p. 17.
52
José Luis Piñeyro, El profesional ejército mexicano…, p. 27 y Michel T. Klare y Nancy Stein, Armas y poder
en América Latina…, p. 21.
53
En realidad las oligarquías temían tanto o más a la alpro como al comunismo, porque pensaban que
los programas reformistas que esta implicaba representaban una amenaza para el mantenimiento de su
poder, Ronald E. Powaski, La Guerra Fría…, p. 174; finalmente el limitado alcance de la alpro benefició
ante todo a los exportadores e inversionistas estadounidenses, Philip Agee, La “compañía”..., pp. 624 y
625.
30
Lucio Rangel Hernández
contrarrevolucionario basado en lo que se ha dado en calificar de “guerra sucia”, con-
sistente en la aplicación del terror de Estado.
En esta estrategia, las tareas de “inteligencia” y “contrainteligencia”
estaban llamadas a jugar un papel clave, de ahí que la cia, creada en 1947 se
extendiera espectacularmente por toda América Latina; “Fidel Castro fue el cata-
lizador”. Ésta y las clases adineradas latinoamericanas compartían el miedo a la
expansión del comunismo, que ya había tocado a sus puertas.54
Aunque la situación aparentemente neutral de México permitió de
alguna manera el accionar del Komitet Gosudarstvenny Bezopastoni o Comité
para la Seguridad del Estado Soviético (kgb),55 el Estado mexicano, “guardando
las formas”, se plegó al bando estadounidense. Tan es así que el principal organis-
mo de seguridad nacional, la dfs, no sólo fue creado a sugerencia de la cia, sino
asesorado para su funcionamiento por ésta. Para mediados de la década de 1960,
la agencia que tenía en nuestro país la misión más numerosa de toda América La-
tina había penetrado tanto en el gobierno mexicano que había reclutado a varios
servidores públicos para la realización del espionaje dirigido primordialmente a
los cubanos, soviéticos y exiliados centroamericanos y sudamericanos, pero que
desde luego monitoreaba al propio gobierno mexicano y a sus opositores.56
El programa operativo de la cia en México, denominado Litempo, a
cargo del jefe de la estación Winston Mackinley Scott, abarcaba una serie de pro-
gramas de apoyo a las fuerzas de seguridad mexicanas, con fines de intercambio
de información, operaciones conjuntas y de mejora constante de la recolección
de información interna y de las funciones de seguridad pública, para vigilar y
controlar las actividades de la izquierda moderada y para penetrar y eliminar a
las “organizaciones extremistas”. En palabras de Philip Agge, en la cumbre del
operativo Litempo se encontraba el propio presidente Gustavo Díaz Ordaz (Litempo
2), quien trabajaba con la estación desde que era secretario de Gobernación en la
administración de Adolfo López Mateos; le seguía Luis Echeverría, secretario de
Gobernación (Litempo 8); Fernando Gutiérrez Barrios director de la dfs (Litempo 4)
54
Jürgen Buchenau, “Por una guerra fría más templada”…, pp. 119-149.
55
Igual que la cia, la agencia de espionaje soviético hacía pasar a sus agentes como diplomáticos; la
Unión Soviética también estableció en México la misión más numerosa de América Latina, Philip Agee,
La “compañía”…, p. 547; igualmente, John Barron, kgb, la labor clandestina de los agentes secretos soviéticos,
México, Editorial Diana,1976, p. 272, señala: “desde el decenio de 1960, la agencia secreta se había
apoderado por completo de la embajada soviética en la ciudad de México”.
56
Philip Agee, La “compañía”…, p. 545.
31
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
y Miguel Nazar Haro, jefe de la Brigada Antiguerrillera y luego subdirector de la
dfs (Litempo 12).57
De esta manera, México en realidad, de acuerdo a la doctrina de segu-
ridad nacional “yanqui”, era considerado como parte integrante del territorio esta-
dounidense dentro de la nueva estrategia contrainsurgente. Esta apreciación queda
corroborada por el hecho de que el Buró Federal de Investigaciones (fbi), encargado
de la seguridad interna de los Estados Unidos, instalado en nuestro país desde 1939,
siguió operando a pesar de la creación de la cia en 1947, que se supone, como encar-
gada de la seguridad externa estadounidense, debió sustituirla.58
En suma, el papel del gobierno mexicano en relación con Estados Unidos
correspondía más que a una cooperación entre gobiernos amigos a una sumisión y
servilismo; mientras que sus aparatos de seguridad trabajaban como una sucursal
directa de la cia.59
México en la órbita imperial estadounidense
La conjunción de una serie de factores que estaban presentes en la política internacio-
nal condicionados por la Guerra Fría, entre los que destacan la Revolución cubana y
Vietnam con la intromisión estadounidense en ambos, propició el renacimiento de la
57
A partir de 1966 este subordinado de Fernando Gutiérrez Barrios “comenzó a tener reuniones diarias
con George Munro, uno de los oficiales de confianza de Scott, para proporcionarle copias de reportes
provenientes de sus agentes de la dfs sobre subversivos, (convirtiéndose) así en la fuente más productiva
de la inteligencia sobre el pc (Partido Comunista), cubanos en exilio, trotskistas y grupos culturales del
bloque soviético”, Jefferson Morley, “Tiempos de espionaje”, Proceso, Nº 1561, 1º de octubre de 2006,
pp. 9-15.
58
En esto es contundente el dato de que México y Puerto Rico eran los únicos países donde operaba el
fbi “fuera” de Estados Unidos, Philip Agee, La “compañía”…, pp. 545, 575, 576 y 578.
59
Véase la versión de Jefferson Morley, ex reportero de The Washington Post, especialista en el tema,
en Jorge Carrasco Araizaga, “La cia ‘mal informada’”, Proceso, edición especial Nº 23, octubre de
2008, pp. 19-23, y Carlos Montemayor, La violencia de estado en México. Antes y después de 1968, México,
Random House Mondadori, 2010, pp. 55, 157 y163, quien señala que Luis Echeverría Álvarez como
presidente en los foros públicos e internacionales apareció como un nacionalista y de avanzada, pero
en la acción encubierta impulsó la represión con celo anticastrista; mientras en público defendía a
Castro, y más enérgicamente a Allende, con Nixon —con quien se entrevistó en dos ocasiones en 1972
en Washington— hablaba de la amenaza comunista que estos representaban en la región, solicitando
el apoyo del presidente estadounidense para ser la voz de Latinoamérica por encima de Castro, para
quitarle “la bandera” de las luchas latinoamericanas a Cuba.
32
Lucio Rangel Hernández
idea revolucionaria y el incremento de la lucha antimperialista en México, como ya
lo anotamos líneas atrás.
Por otro lado, para algunos, aunque no había salida posible más que la
integración al bloque capitalista capitaneado por el poderoso vecino, México buscó y
logró establecer ciertas “condiciones de imparcialidad”, mismas que se expresaron a
través de la defensa a “ultranza de los principios de la autodeterminación de los pueblos”,
lo que para algunos pudo funcionar como una adecuada medida de protección contra el
imperialismo estadounidense, porque le permitió al país convertirse en líder de los países
subdesarrollados; pero para otros, en realidad, se estaba muy lejos de liberarse de este
yugo, al que habría que seguir combatiendo, puesto que se le consideraba como el obstá-
culo principal a la “revolución en marcha”.
De esta manera, en la década de 1960, en nuestro país, las posiciones políti-
cas en torno a la Revolución mexicana se manifestaron en dos vertientes diametralmente
opuestas, una consideraba que la Revolución se había detenido en 1940, concepción que
a su vez produjo posiciones políticas que aspiraban a superar la revolución democrático
burguesa y escalar el peldaño de la revolución socialista, unos por la vía pacífica y otros
por la vía de las armas. La otra concebía a la Revolución mexicana no como un proceso
detenido sino desviado de sus orígenes, por tanto la lucha no era desde fuera del Estado
ni en su contra, sino por restituirle su sentido original.60 A esta última posición ideológica
respondió en esencia el surgimiento del Movimiento de Liberación Nacional (mln).61
El mln tuvo su origen en la Conferencia Latinoamericana por la Soberanía
Nacional, la Emancipación Económica y la Paz, realizada en la Ciudad de México del 5
al 8 de marzo de 1961, donde participaron delegaciones de 16 países del continente. Esta
Conferencia se manifestó contra el imperialismo estadounidense y en defensa de la Re-
volución cubana —que de hecho fue la que detonó el surgimiento de aquellas vertientes
opositora y rectificadora—, al mismo tiempo que se propusieron luchar en sus respectivos
países por reformas agrarias integrales, por la solución a los problemas de la población
marginal, por la nacionalización de los recursos naturales y la liquidación de la dependen-
cia tecnológica y comercial.62 Para el cardenismo, que era la corriente dominante e impul-
60
Ricardo Pozas Horcasitas, La democracia en blanco: el movimiento médico en México 1964-1965, México,
Siglo xxi Editores, 1993, p. 319.
61
Lázaro Cárdenas en sus Obras. I-Apuntes 1957-1966, tomo iii, México, unam, 1986, p. 238, escribió:
“la Revolución Mexicana tuvo su propia filosofía que pudo poner en práctica cuando el país consolidó
sus instituciones […] y su programa no es otro que el mismo que anuncia el llamamiento de Liberación
Nacional del 5 agosto de 1961”.
62
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos, 1958-1968”, en Enrique Semo (Coord.), México, un pueblo en la
33
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
sora de la Conferencia, la derrota del imperialismo era la condición indispensable para la
realización de las aspiraciones liberacionistas de los países latinoamericanos.63
En la Conferencia se acordó integrar comités nacionales que debían abo-
carse a poner en marcha los acuerdos ahí tomados. En nuestro país se creó un Comité
Nacional permanente, confluyendo en su seno las tendencias cardenista, lombardista,
comunista, liberal y socialista, pero con un claro predominio de la primera. El antim-
perialismo concentrado en la defensa de la Revolución cubana fue el adhesivo que las
unió y que paradójicamente marcaría también los límites de su existencia.
El 17 de abril de 1961, una noticia impactó a los mencionados sectores
antimperialistas: el desembarco de fuerzas mercenarias en la Bahía de Cochinos, con
el objetivo de propiciar una contrarrevolución en Cuba. Se supo de inmediato que
éstas habían sido patrocinadas y entrenadas por los Estados Unidos, ya en su propio
territorio o en países gobernados por regímenes impuestos y controlados por ellos
en Centroamérica, como Guatemala, Nicaragua y Puerto Rico, desde donde incluso
partió la expedición.64
De inmediato dichas corrientes políticas se movilizaron en todo el país
para manifestar su rechazo a dicha invasión, condenando el imperialismo estadou-
nidense y solidarizándose con el pueblo cubano. El general Cárdenas fue la figura
central de dichas protestas; en la concentración que se realizó en la explanada central
de cu de la unam se leyó un mensaje de él, y al día siguiente la prensa informaba que
viajaría a Cuba para defenderla con las “armas en la mano” de la agresión estadouni-
dense, pero como sabemos, el presidente López Mateos ordenó impedir su salida. Sin
embargo, en la Plaza de “la Constitución de Cádiz”, el día 18 “encabezó uno de los
más impresionantes y masivos actos que se hayan efectuado”, demostrando un gran
poder de convocatoria, al reunir a unas treinta mil personas, ante las cuales condenó
a las fuerzas imperialistas por su prepotencia, por la agresión militar y por el bloqueo
aéreo y marítimo a la Isla, que impedía toda posibilidad de ayuda al pueblo cubano:
historia, México, Alianza Editorial Mexicana, 1989, Vol. 6, p. 69.
63
Véase Lázaro Cárdenas, Obras. I-Apuntes 1957-1966…, pp. 239 y 240.
64
El objetivo “era adueñarse de una franja de playa para instaurar un gobierno provisional que,
inmediatamente, sería reconocido por los Estados Unidos: así se crearían las condiciones legales para
la intervención directa de los norteamericanos”, Ángel Gutiérrez, Lázaro Cárdenas y Cuba, Morelia,
Universidad Michoacana, 1989, p. 115.
34
Lucio Rangel Hernández
¿Cuáles han sido las consecuencias de la agresión a Cuba? Casi todos los países de
Latinoamérica se están manifestando en estos momentos la solidaridad con el pueblo
y el gobierno revolucionario de Cuba, pero también en varios países de nuestro pro-
pio continente hay represiones por esta solidaridad. Y ¿quién tiene la culpa de todo
esto? El país vecino, que ha mantenido la guerra fría a través de varios años. ¿Con
qué interés? El de mantener en poder de sus nacionales las fuentes de riqueza de La-
tinoamérica […].
Y no vamos a resolver el problema de México y de los demás países con simples gritos
o acciones aisladas, no. Debemos organizarnos. Que se organice la juventud de toda
Latinoamérica, que se organicen los sectores intelectuales, los obreros que respondan
a sus compromisos y obligaciones, que en cuanto al sector campesino se está organi-
zando solo […].
Hay que hacer entender a los empresarios que no pueden ser gobernantes los que tie-
nen que cuidar millones de pesos; deben gobernar hombres del propio pueblo, que se
entreguen por entero al pueblo para servirle. No se puede gobernar cuando se cuidan
intereses capitalistas. Lo están entendiendo ya muchos países de Europa. Falta que lo
entienda en América, nuestro vecino […].
Es necesario que se abra el bloqueo, que se deje al país cubano libertad para moverse
en el mar, para moverse en el aire, para hacerse oír por el cable en todo el mundo, y
que no lo sigan bloqueando. Aquí mismo, un ex presidente de México no ha podido
salir a Cuba. ¿Por qué no quieren salir los aviones de las compañías México-nortea-
mericanas. La compañía que opera aquí en México, que tiene la línea hacia Cuba,
compañía con capital mexicano y extranjero, no quieren hacer el viaje a Cuba. Hay
que dejarlos que sigan exhibiendo, que sigan exhibiendo su inconsecuencia, su irres-
ponsabilidad; les llegará el momento alguna vez.65
Para el día 19 de abril, la invasión había sido enfrentada y derrotada con
éxito por el Ejército Rebelde y las milicias conformadas por el pueblo cubano,66 quie-
nes “con un alto grado de conciencia y combatividad […] al grito de patria o muerte”,
defendieron su patria y su revolución.67
Si bien es cierto que, como han dicho algunos historiadores, la derrota mer-
cenaria en la Bahía de Cochinos cerró un ciclo en la historia revolucionaria de Cuba, en
México se había abierto un nuevo capítulo a raíz de este acontecimiento. Cárdenas hizo
Lázaro Cárdenas, Palabras y documentos públicos. Mensajes, discursos, declaraciones, entrevistas y otros documentos
65
1941-1970, México, Siglo xxi Editores, 1978, citado por Cuauhtémoc Cárdenas, Cárdenas por Cárdenas,
México, Debate, 2016, pp. 592 y 593.
66
La Voz de Michoacán, jueves 20 de abril de 1961, “Aplastó Castro a los invasores de Cuba”, pp. 1 y 13.
67
Ángel Gutiérrez, Lázaro Cárdenas y Cuba…, p. 120.
35
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
un llamado para conformar un frente común que defendiera a Cuba de la presión y el
hostigamiento estadounidense, que lejos de disminuir se habían incrementado. De esta
forma, el 4 de agosto de 1961 se constituyó el mln, que acordó llamar:
a todos los sectores democráticos a cerrar filas para luchar por: la plena vigencia de la
Constitución. Libertad para los presos políticos. Justicia independiente, recta y demo-
crática. Libre expresión de las ideas. Reforma Agraria integral. Autonomía y demo-
cracia sindical y ejidal. Dominio mexicano de nuestros recursos. Industrialización na-
cional sin hipotecas extranjeras. Reparto justo de la riqueza nacional. Independencia,
dignidad y cooperación internacionales. Solidaridad con Cuba. Comercio con todos
los países. Paz y Libertad. Soberanía y Paz.68
En esta reunión fue nombrado un Comité Nacional, entre cuyos miem-
bros no se contaba el ex presidente Lázaro Cárdenas, aunque era obvio que detrás del
proyecto, impulsándolo, se encontraba el General.
En su libro Memoria Roja, Fritz Glockner hace una sucinta evaluación de
los logros del mln:
A ocho meses de constituido el mln, se reporta la siembra de doscientos comités más
regados en todo lo ancho y largo del país, aun cuando estos números tan alegres no re-
flejaran la verdadera actividad promotora para modificar, presionar y hacer palpables
los objetivos de los mismos, ya que uno de los errores que más se le han destacado es el
hecho de que se dedicaba más a sumar número de individuos, engrosar las filas, más
que la lucha por alcanzar la simpatía de organizaciones.
Veintiún días después de inaugurado el mln, las fuerzas reaccionarias del país respon-
dieron de inmediato, instituyéndose alrededor del Frente Cívico Mexicano de Afir-
mación Revolucionaria, y si entre las filas del primero aparecía un ex presidente de la
República, ellos también conseguirían al suyo, sumándose de inmediato al fcmar el
licenciado Miguel Alemán Valdés; cada cual cavaba su propia trinchera ante la polí-
tica de López Mateos.69
Llamamiento del Movimiento de Liberación Nacional, en Política, Nº 32, 15 de agosto de 1961, citado
68
por José René Rivas Ontiveros, La izquierda estudiantil en la unam…, pp. 171 y 174.
69
Fritz Glockner, Memoria roja. Historia de la guerrilla en México (1943-1968), Ediciones Biblos, México,
2007, pp. 118-119.
36
Lucio Rangel Hernández
Coincidimos con Eric Zolov, para quien la intensidad del movimiento de
solidaridad con Cuba y las reacciones que desencadenó mostraron que:
se trataba de algo más que de una simple disputa sobre el resultado de la Revolución
Cubana per se. Más bien, los explosivos conflictos desencadenados por la invasión de
Bahía de Cochinos reflejaron la liberación de crecientes tensiones sociales e ideológi-
cas contenidas en la misma sociedad mexicana.
De esta manera la “lucha por Cuba” que estalló en la primavera de 1961 estaba car-
gada de violencia y emoción precisamente porque simbolizaba el campo de batalla
ideológico del propio México, pues la nación se estaba disputando el curso mismo de
su proyecto revolucionario, la naturaleza de su liderazgo frente a Latinoamérica y sus
relaciones con los Estados Unidos en un momento decisivo de la guerra fría.70
Es decir, para este autor las “protestas de la Bahía de Cochinos marcaron
un cambio decisivo en la consolidación de la relación de seguridad de los Estados
Unidos y México que predominarían durante la década de 1960”. Esto a pesar de
que inicialmente los Estados Unidos mostraron desconfianza hacia México por “el
aparente apoyo a la Revolución Cubana”, y es que finalmente México y los Estados
Unidos compartían un mismo temor por la conflictividad social y el deseo de estabi-
lidad política:
para Estados Unidos, esta conflictividad se manifestaba como un comunismo inspira-
do por los soviéticos y, por lo tanto, requería de una colaboración más cercana entre
las fuerzas de seguridad de ambas naciones; y una voluntad expresa de fortalecer el
orden a costa de consideraciones políticas internas.
Para México por otro lado, la conflictividad no provenía tanto de una inspiración
soviética sino de algo que había surgido en casa, y que emanó principalmente de las
fuerzas movilizadas por la crítica de Lázaro Cárdenas del curso que había tomado la
Revolución Mexicana. En agosto de 1961, estas fuerzas se congregaron en el Movi-
miento de Liberación Nacional (mln).71
Eric Zolov, “¡Cuba sí, yanquis no!: el saqueo del Instituto Cultural México-Norteamericano en
70
Morelia, Michoacán, 1961”, en Daniela Spenser (Coord.), Espejos de la guerra fría..., pp. 175-214.
71
Eric Zolov, “¡Cuba si, yanquis no!…”, pp. 175-214.
37
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

Para la elite gobernante en México, según Zolov, el problema “no era tanto De esta forma México, que desde la Conferencia de Yalta había quedado
una cuestión de subversión soviética, sino de confrontar los peligros de un desenfrena- incluido en la zona de influencia estadounidense tanto por su ubicación y posición
do movimiento cardenista”. Pero, “finalmente, aunque la interpretación de las causas geográfica y estratégica como por la línea ideológica del régimen (después de este bre-
del conflicto eran distintas, ambos gobiernos compartían un mismo objetivo: fortalecer ve capítulo opositor al imperialismo yanqui), se mantuvo dentro de la órbita imperial
los poderes de la autoridad política central de México y su aparato de seguridad”.72 estadounidense con todo y las ambigüedades que la izquierda liberal encabezada por
Como hemos advertido, el mln no era una organización unificada sino Cárdenas introdujo al impulso de la Revolución cubana y con la fundación del mln.
una amalgama de las fuerzas de la izquierda tradicional y la corriente revolucionaria
del pri, representada por los cardenistas. No tenían la estructura ni los objetivos de
un partido político sino la de una especie de Frente Amplio.73 De esta forma, en octu-
bre de 1963, durante la celebración de la Primera Conferencia Nacional, al interior
del mln surgieron las diferencias. Mientras unos proponían su participación como
organismo político en las elecciones presidenciales y legislativas que se avecinaban,
otros manifestaron su desacuerdo. Iniciado el año de 1964, al aproximarse la sucesión
del presidente López Mateos, el pcm, insistió en que el mln debía participar con un
candidato independiente,74 pero el ala cardenista, que no estaba dispuesta a llevar las
cosas hasta ese extremo, rechazó la propuesta.75 El cardenismo representaba un grupo
disidente, pero dentro de los márgenes marcados por el sistema y nunca pretendió
salirse de ellos, por lo tanto no estaban dispuestos a confrontarse con el pri y el go-
bierno.76 Sobrevino la ruptura en el momento que el general Cárdenas decidió apoyar
públicamente la candidatura de Gustavo Díaz Ordaz. Entonces el pcm y otros grupos
de izquierda impulsaron el Frente Electoral del Pueblo, postulando como candidato
presidencial sin registro al dirigente campesino Ramón Danzós Palomino.77

72
Eric Zolov, “¡Cuba si, yanquis no!…”, pp. 175-214.
73
José René Rivas Ontiveros, La izquierda estudiantil en la unam…, p.174.

Fabio Barbosa Cano, “Acción y búsqueda programática”, en Arnoldo Martínez Verdugo, (Editor),
74

Historia del comunismo en México, México, Grijalbo, 1983, pp. 273-319.

75
En la clausura de esta conferencia, Cárdenas señaló que desde su surgimiento el mln adoptó el principio
de excluir fines electorales, dada la diversidad de corrientes de pensamiento y militancia partidista de
sus miembros, pero que en la coyuntura política electoral, este organismo “participará en la lucha
cívica que se avecina en la forma delineada en esta asamblea, difundiendo y sosteniendo sus principios
programáticos alrededor de metas de interés nacional que los partidos progresistas comparten con este
organismo”, Cuauhtémoc Cárdenas, Cárdenas por Cárdenas…, p. 611.

Enrique Krauze, La presidencia imperial. Ascenso y caída del sistema político mexicano (1943-1996), México,
76
Tusquets Editores, 1997, p. 190.
77
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 96. Durante varios años Heberto Castillo Martínez y un
pequeño grupo de militantes de la izquierda cardenista reivindicó la existencia y membrete del mln
hasta 1968, y a la fundación del Partido Mexicano de los Trabajadores (pmt) adoptó los principios
básicos de dicho movimiento, véase Heberto Castillo y Francisco Paoli Bolio, ¿Por qué un nuevo Partido?
¡Los trabajadores al poder!, México, Editorial Posada, 1975. Heberto Castillo participó a nombre del mln
en la Conferencia Tricontinental, celebrada en La Habana, Cuba, en enero de 1966, José René Rivas
Ontiveros, La izquierda estudiantil en la unam…, p. 175.

38 39
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

si a todo esto se le suman las exacciones fiscales, los mercados cautivos y la bondad
crediticia del Estado, el resultado es un “milagro”.80
Capítulo ii Otra de las condiciones fundamentales que propiciaron ese llamado

La situación nacional y estatal

“milagro” fue el mantenimiento de una proporción desmedida (en comparación
con la de otros países de industrialización similar) entre la plusvalía y el valor de la
fuerza de trabajo, es decir de la elevada tasa de explotación de los trabajadores.81
Pero, si bien es cierto que las altas tasas de explotación y la protección
El “milagro mexicano”
estatal al capital industrial y financiero fueron determinantes, la magnitud del auge
sería inexplicable sin la presencia y el desarrollo continuo del capital transnacional y
su articulación con el nacional. Ya desde fines de 1950 las empresas extranjeras se ubi-
Para el periodo que abarca nuestro estudio, el capitalismo en México estaba en auge.
caban en la mayor parte de las ramas de la producción y distribución, en las de bienes
En la década de 1960 la economía mexicana creció a un ritmo jamás alcanzado has-
de consumo y de capital, además en los servicios y en el comercio, esto debido a que el
ta entonces por país alguno en condiciones que muchos economistas consideraban
gobierno había cerrado las fronteras a una gran cantidad de mercancías de consumo
“precarias”, “semicoloniales” y dependientes, lo que llevó a calificarlo como el “mila-
directo, pero nunca había puesto restricciones al ingreso de capitales productivos que
gro mexicano”.78 Éste fue sustentado en el modelo de desarrollo capitalista puesto en
se instalaron en México; por el contrario, había protegido y fomentado su desarrollo.
marcha desde 1940, el cual tuvo como puntos angulares la intervención del Estado en
Estos capitales, por su parte, accedieron a nuestro país por las inigualables condiciones
las ramas fundamentales de la economía y promotor de obras y servicios de infraes-
de inversión que ofrecía el mercado nacional y por los beneficios extras que el gobier-
tructura; apoyo con recursos estatales a la formación de una burguesía industrial y
no de manera invariable les otorgaba.82
financiera, junto a la atracción de capitales extranjeros (vía endeudamiento público o
Este conjunto de condiciones que hicieron posible el auge del capitalismo
inversión directa), y la subordinación de la reforma agraria a este modelo.79
en México, hubiesen sido impracticables sin la existencia de una serie de premisas
Dicho proyecto significó la reducción de la inversión pública de beneficio
políticas que no sólo “aseguraran la tranquilidad” para el desarrollo de las inversiones
social para incrementarla a la industria y a las obras de infraestructura productiva y de
sino que permitieran la reproducción del sistema en su conjunto. De entre esas con-
servicios que se orientó al fortalecimiento de las empresas nacionales y extranjeras a
diciones, la fundamental fue la política corporativa y colaboracionista de la dirección
través de incentivos fiscales y financieros, protección arancelaria, transporte y fuentes
sindical oficial, ya que permitió altas tasas de explotación.83 El control de las organi-
energéticas baratas. En otras palabras, el Estado funcionó como una verdadera incu-
zaciones sindicales y “populares” a través de burocracias y líderes corruptos (líderes
badora del capitalismo en México.
“charros”) constituyó para el Estado una acción inaplazable frente a las demandas so-
El proteccionismo financiero, comercial, arancelario y fiscal estatal se
ciales y políticas de los sectores medios, ya que de esta manera pudo acotar el monto y
orientó a estimular y regular el capitalismo. De hecho, desde la nacionalización del
la intensidad de las demandas salariales, sometiéndolos a una “disciplina patriótica”.84
petróleo y los ferrocarriles, los grandes industriales contaron con fuertes ganancias
extras que, auspiciadas y fomentadas desde el Estado, permitieron mantener ritmos
“milagrosos” de inversión y expansión. Una buena parte de los fondos que debieron
destinarse a la seguridad social, mejoras en las condiciones de trabajo y de vida de
la población, así como en la moderación financiera, fueron absorbidos directamente
por la industria en la mejora de sus condiciones infraestructurales y de producción; 80
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 106.
81
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 105.
82
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 107.
78
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 104. 83
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 107.
79
J. Aurelio Cuevas Díaz, El Partido Comunista Mexicano…, p. 34. 84
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, pp. 60-61.

40 41
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
A la postre, este modelo de desarrollo agudizó las contradicciones de
clase. Las fundamentales se presentaron entre los obreros, los campesinos y las
clases medias. El sector obrero, entre los últimos años de la década de 1950 y
principios de la de 1960, centró sus demandas no sólo en mejoras salariales sino
en la independencia sindical, mismas que chocaron con el control corporativo ofi-
cial de sus organizaciones gremiales. Cuando los círculos democráticos de obreros
intentaron sacudirse el control corporativo oficial, el Estado no dudó en emplear
la fuerza pública para reprimir los movimientos y detener el avance de las tenden-
cias democráticas sindicales, antes que estas se extendieran y opacaran el “mila-
gro mexicano”.85
Entre 1958 y 1959, ferrocarrileros, telegrafistas, telefonistas, electricis-
tas, petroleros y la sección ix del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educa-
ción (snte), estos últimos agrupados en el denominado Movimiento Revoluciona-
rio del Magisterio (mrm), desarrollaron las jornadas de lucha más combativas en
la historia del sindicalismo democrático por lograr aumentos salariales y mejores
condiciones de trabajo, así como la expulsión de los líderes “charros” impuestos
por el Estado y por lo mismo incondicionales al sistema y enemigos de los trabaja-
dores. A esta movilización obrera se le ha calificado como la insurgencia sindical.
Ante ella, el Estado mexicano respondió de inmediato, advirtiéndoles
que no trataría con “organismos que no estuvieran oficialmente reconocidos”,86 y
sobre los líderes lanzó amenazas de despido —varias de las cuales selectivamente
cumplió—, y la acusación de pertenecer a “grupos comunistas extremistas”, co-
locándolos en el bando de los “enemigos de la patria”, por lo que la mayoría de
ellos, ante el logro de conquistas parciales en la revisión de sus contratos colectivos
de trabajo y de aumentos salariales, se replegaron.87
Uno de los gremios más aguerridos que se resistieron a negociar úni-
camente la cuestión salarial fue el de los ferrocarrileros que, después de una serie
de paros parciales y escalonados de los trenes en toda la geografía nacional (entre
junio y agosto de 1958, además de marchas y mítines en la ciudad de México y
a pesar de sufrir la disolución por la fuerza de sus protestas callejeras, el asalto
de la policía y del Ejército de sus locales sindicales, además del arresto y muerte
de varios de sus agremiados), lograron un triunfo arrollador en las votaciones y
85
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, pp. 60-61.
86
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 47.
87
Véase Antonio Alonso, El movimiento ferrocarrilero en México 1958-1959, México, Era, 1972, pp. 104-105.
42
Lucio Rangel Hernández
el reconocimiento del gobierno de la planilla disidente encabezada por Demetrio
Vallejo para dirigir al stfrm.88
Pero no todo estaba dicho. Ante estos triunfos “parciales” de los ferroca-
rrileros disidentes, en virtud del “mal ejemplo” que, como señalamos, rápidamente
cundió entre otras organizaciones sindicales, el Estado no estaba dispuesto a permitir
su crecimiento y consolidación, por lo que se aprestó a contenerlo por la única vía que
conocía: la represión.
La oportunidad de actuar para el gobierno se dio cuando el stfrm, em-
plazó a huelga a la empresa el 25 de marzo de 1959, decretando el paro total de los
ferrocarriles para el día 28 del mismo mes y año, a la par que las protestas nuevamente
se hicieron presentes, “inundando” las calles de la capital del país. La tarde de ese
mismo día, fue detenido Vallejo Martínez junto con otros dirigentes, quienes fueron
acusados de “obedecer a intereses extranjeros” con la intención de “sembrar el caos
para derrocar al gobierno legalmente constituido”.89 Al mismo tiempo, fuerzas milita-
res y diversas corporaciones policiacas asaltaron los locales sindicales aprehendiendo
a unos quinientos trabajadores. Además, en represalia, la empresa cesó aproximada-
mente a cinco mil ferrocarrileros, rescindió el contrato a siete mil y canceló el derecho
a la jubilación de otros quinientos.90
Para reforzar su teoría del complot, el gobierno mexicano expulsó del país
al segundo secretario y al agregado naval y militar de la embajada de la urss, señalan-
do formalmente que su presencia “en nada contribuía al mantenimiento de buenas
relaciones entre los países”, pero extraoficialmente divulgó ampliamente la versión de
que estaban “implicados en la conjura vallejista”.91
En medio de la Guerra Fría, el discurso nacionalista del “patriota” presi-
dente en turno fue utilizado para acabar de tajo con una insurgencia sindical que no
sólo había puesto en entredicho la eficacia del corporativismo del Estado mexicano,
demagógicamente presentado como una colaboración y alianza entre éste y los sindi-
catos, sino que además ponía en riesgo el programa de industrialización del país pero
en condiciones de dependencia del capital extranjero.92
88
Antonio Alonso, El movimiento ferrocarrilero en México…, p. 129.
89
Fritz Glockner, Memoria roja. Historia.., p. 99.
90
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 132.
91
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 135.
92
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 128.
43
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Además, como varios de los líderes ferrocarrileros pertenecían a partidos
de izquierda, entre ellos el propio Vallejo (miembro del pcm), la persecución y la re-
presión se extendió hasta las dirigencias de algunos de ellos; tal fue el caso de Valentín
Campa Salazar, del Partido Obrero Campesino de México (pocm), quien fue detenido
en mayo de 1960, acusado de colaborar con la embajada soviética.93
A pesar de su derrota, la disidencia ferrocarrilera, influyó en los movi-
mientos sociales de la siguiente década; se constituyó en una referencia obligada para
las diversas organizaciones políticas y sociales de izquierda o de tendencias democrá-
ticas, como un ejemplo de lucha de dignidad y por supuesto como bandera legítima
de sus aspiraciones reivindicativas. Sus líderes encarcelados fueron transformados en
símbolos en torno a los cuales giraron la principales demandas por democratizar el
sistema autoritario mexicano: libertad a los presos políticos y derogación del delito de
disolución social, consignado en los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal.94
Otra contradicción clasista, originada por el mencionado modelo de de-
sarrollo, se presentó en el campo. De acuerdo con el proyecto de industrialización, a
partir de 1940 el Estado mexicano reorientó la reforma agraria dando lugar por un
lado al surgimiento de una agricultura comercial favorecida con la pavimentación
de caminos, financiamiento y obras de irrigación —sobre todo en las zonas norte
y Pacífico norte, productoras de cultivos de exportación altamente rentables—, que
incorporó con regularidad tecnología moderna y especies mejoradas para las siem-
bras, mientras que por otro lado —en las zonas rurales de mayor población, con un
gran número de ejidos y pequeñas propiedades— sobrevivía la llamada agricultura
de subsistencia, al margen de aquellos beneficios y que por lo mismo apenas generaba
un pequeño ingreso para el campesino y su familia, quienes al mismo tiempo o por
temporadas se vieron obligados a buscar otros trabajos en las ciudades, o en definitiva
tuvieron que emigrar al vecino país del norte.95
A lo anterior hay que agregar que con las “reformas” al artículo 27 cons-
titucional y con la introducción del amparo agrario bajo la presidencia de Miguel
Alemán Valdés, se propició el surgimiento del neolatifundismo de carácter capita-
lista. Mientras se expedían ampliamente certificados de inafectabilidad a “pequeñas
propiedades”, se redujo el reparto de tierras a los campesinos y con frecuencia se les
93
Barry Carr, La izquierda mexicana a través del siglo xx, México, Era, 1996.
94
José René Rivas Ontiveros, La izquierda estudiantil en la unam…, p. 128.
95
Elsa Gracida y Esperanza Fujigaki, “El triunfo del capitalismo”, en Enrique Semo (Coord.), México,
un pueblo en la historia, Vol. 5, p. 13.
44
Lucio Rangel Hernández
distribuyeron terrenos improductivos.96 Al mismo tiempo, en algunas regiones del
país muy bien localizadas, como la región fresera de Michoacán, los valles de So-
nora y Sinaloa, entre otras, los campesinos fueron despojados a través de múltiples
procesos de su principal medio de producción.97
Por todas estas razones, la contradicción fundamental en el campo se
dio entre el ejidatario falto de apoyos financieros y técnicos que practicaba una agri-
cultura de subsistencia y los neolatifundistas que desarrollaban una agricultura co-
mercial, productora de artículos de exportación y que recibía apoyo crediticio, téc-
nico e infraestructural del Estado y que de diversas maneras expropiaba (despojaba)
al ejidatario, sobre todo de aquellas tierras más fértiles, deteniendo y reorientando
el reparto agrario, fomentando así el resurgimiento del latifundismo. Esto produjo,
ante la ineficacia de la cnc (aparato de control oficial del campesinado para cana-
lizar la protesta de este sector por la vía institucional), las luchas campesinas que se
hicieron más frecuentes a partir de 1958, año en que la crisis de la agricultura ejidal
se acentuó.
En términos generales las condiciones del campesinado eran semejan-
tes en todo el país, pero en Morelos, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa, Sonora, Mi-
choacán y Puebla la situación era particularmente conflictiva. En las tres primeras
entidades, las movilizaciones por hacer efectiva la reforma agraria y en defensa de
las tierras ejidales y comunales, al tener como antecedente una tradición de lucha
guerrillera proveniente de los tiempos anteriores a la Revolución de 1910, llevó a los
demandantes a recurrir incluso a la vía armada.
En el estado de Morelos, Rubén Jaramillo acaudilló un movimiento que
inicialmente siguió los cauces institucionales en demanda del reparto agrario. Pero
los oídos sordos, las evasivas y el burocratismo que impedían materializarlo, aunado
a la explotación de que eran objeto los jornaleros, así como el acaparamiento de
los productos agrícolas pagados a precios irrisorios a los ejidatarios por los reven-
dedores, llevaron al viejo soldado zapatista, respaldado por sus seguidores, a crear
el Partido Agrario Obrero Morelense (paom), llegando a postularse dos veces a la
gubernatura. En las dos ocasiones la maquinaria del Estado mexicano impidió la
consecución de su objetivo; en la primera, el sabotaje, la intimidación y la represión
evitaron la expresión de la voluntad popular, y en la segunda el fraude electoral le
96
Francisco Javier Guerrero, “Contrarreforma en el campo”, en Enrique Semo (Coord.), México, un
pueblo en la historia, Vol. 5, pp. 160-161.
97
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 75.
45
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
impidió llegar al poder político para desde ahí comenzar a solucionar los proble-
mas en el agro, como lo tenía proyectado.98
Ante la cerrazón, decidieron invadir las tierras que reclamaban, pero
fueron desalojados por las “guardias blancas” de los latifundistas, quienes fueron
apoyados por el Ejército y las fuerzas policiacas. A partir de ese momento, perse-
guidos, encarcelados y asesinados, varios jaramillistas consideraron que no había
otra salida más que recurrir a las armas, recuperando como sustento de su lucha
los postulados del Plan de Ayala.99
Después de varias acciones y confiando en la palabra empeñada por
el recién electo presidente Adolfo López Mateos de cumplir la demanda de tierras
de los campesinos morelenses, Jaramillo colgó las fornituras para retornar a la
lucha legal; incluso el compromiso fue sellado con un abrazo público.100
Pero el 26 de mayo de 1962, el “último zapatista” fue obligado a salir
de su casa, junto con otros miembros de su familia por una partida de soldados y
policías judiciales; trasladado a las ruinas arqueológicas de Xochicalco fue arte-
ramente asesinado junto con su esposa embarazada, dos hijastros y un sobrino.101
Este crimen de Estado fue condenado por las agrupaciones democráticas y de iz-
quierda y se sumó a la ya larga lista de agravios cometidos contra los movimientos
sociales, por lo que la figura de Jaramillo y su lucha le agregaron principios legí-
timos a las movilizaciones campesinas que se suscitaron durante toda esa década
y la siguiente.
En Chihuahua, la situación más convulsa de la problemática agraria
se vivía en la región noroccidental. Ahí la empresa ganadera denominada “Los
cuatro amigos”, conformada por los caciques José Ibarra, Tomás Vega, Alejandro
Prieto y Roberto Schneider, quienes además de haber logrado conservar sus gran-
des extensiones de tierra por medio de los llamados “certificados de inafectabili-
dad a la pequeña propiedad”, la mayoría “aprobados por decreto en el gobierno
de Miguel Alemán Valdés”,102 paulatinamente se habían ido apropiando de una
98
Fritz Glockner, Memoria roja. Historia…, pp. 44-45.
99
Laura Castellanos, México armado 1943-1981, México, Era, 2007, p. 52.
100
La foto puede verse en Laura Castellanos, México armado.
101
Fritz Glockner, Memoria roja. Historia…, pp. 74-75.
102
Laura Castellanos, México armado…, p. 66.
46
Lucio Rangel Hernández
gran cantidad de terrenos ejidales y pequeñas propiedades para convertirlas en
pastizales, valiéndose para ello de todos los medios ilegales posibles, ejerciendo la
intimidación e incluso el asesinato para despojar de sus propiedades a sus legíti-
mos dueños.103
El cuadro sombrío del campo chihuahuense se oscurecía todavía más
si consideramos que la agricultura ejidal en aquel estado —como en la gran mayo-
ría— en términos generales no daba más que para el autoconsumo, pero cuando
dejaba algún excedente al ser destinado a la venta, era acaparado por intermedia-
rios. Por otra parte la riqueza maderera de la sierra, patrimonio de las comuni-
dades a quienes debería beneficiar, fueron otorgadas por decreto presidencial de
Alemán Valdés a la empresa “Bosques de Chihuahua”.104
Mientras la propiedad agraria se concentraba cada vez más en unos
cuantos latifundistas, cientos de expedientes de campesinos solicitantes de tierras
se archivaban; varios de ellos ya con una antigüedad de entre 20 y 10 años.105
Así las cosas, los inicios de la década de 1960 también marcaron el
comienzo de la reorganización de los campesinos, quienes ante la falta de gestión
efectiva y la defensa de sus intereses de parte de la corporativa cnc buscaron el
apoyo de centrales autónomas o gestaron otras de carácter independiente.
En la entidad, desde finales de la década anterior, la Unión General
de Obreros y Campesinos de México (ugocm), afiliada al Partido Popular (Partido
Popular Socialista desde 1960), había logrado aglutinar a un conglomerado cam-
pesino por medio de líderes estudiantiles y magisteriales formados en la normales
rurales de Salaices y “Flores Magón” y de la Normal del estado, así como en la
uach, además de dirigentes campesinos locales.
Cansados de realizar un sinfín de trámites burocráticos, de esperar las
resoluciones agrarias y de ver que sus mítines, plantones, caravanas y hasta las
“tomas” de las oficinas del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización
(daac), realizados con el fin de presionar a las autoridades, no surtían efecto, de-
cidieron tomar la ofensiva invadiendo varios latifundios, pero fueron desalojados
Véase el texto de denuncia enviado por Arturo Gámiz García a La Voz de Chihuahua, el 12 de mayo
103
de 1963, reproducido por José Santos Valdés, Madera. Razón de un martirologio, México, Imprenta Laura,
1968, p. 70.
Juan Fernando Reyes Pelaéz, Los movimientos armados en México (1940-1985), San Diego California,
104
Estados Unidos, 2000, electrónico, Archivo del Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos
Sociales Asociación Civil (cihmsac), p. 29.
105
Arturo Gámiz García, citado por José Santos Valdés, Madera. Razón de un martirologio…, pp. 58-59.
47
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
con lujo de violencia, al tiempo que los líderes eran confinados a prisión, expulsados de
la entidad bajo amenazas de muerte o, si de plano “no entendían”, eran asesinados.106
Ante la respuesta represiva del gobierno, el profesor Arturo Gámiz Gar-
cía convocó a la realización del Primer Encuentro en la Sierra, el que fue realizado
en la población de Dolores, municipio de Madera en los primeros días de octubre de
1963. Acudieron delegados de los estados de Sonora, Durango, Coahuila, Sinaloa y
México, así como dirigentes de la ugocm, del propio pps, líderes estudiantiles de varias
normales rurales y de la Federación de Estudiantes de Chihuahua, donde el punto
central fue la discusión de las tácticas de lucha a seguir, acordando intensificar la toma
de tierras.107
Durante el desarrollo del Encuentro fueron aprehendidos los líderes más
importantes, entre ellos Gámiz García. Con el fin de lograr su liberación, se multipli-
caron los mítines, las “paradas” y las “tomas” de oficinas gubernamentales. Además
en Cebadilla de Dolores, Salomón, hermano de Salvador Gaytán Aguirre, presidente
seccional del poblado, cansado de soportar los asesinatos impunes de la familia ca-
ciquil de los Ibarra, con ayuda de su sobrino Guadalupe Escobel, enfrentó el 5 de
marzo de 1964 a Florentino Ibarra y sus guardias blancas dándole muerte, por lo que
tuvieron que tomar la única opción que les quedaba para salvar sus vidas: remontarse
a la sierra, convencidos de que por la vía legal no obtendrían nunca la satisfacción de
sus demandas agrarias.108
Al ser excarcelado Gámiz García se unió a los hermanos Gaytán Aguirre
con el fin de dar forma a un grupo insurreccional. Pronto contaron con la incorpo-
ración del doctor y profesor Pablo Gómez Ramírez, y en febrero de 1965 celebraron
el Segundo Encuentro en la Sierra “Heraclio Bernal”, en Torreón de las Cañas, mu-
nicipio de las Nieves, Durango, del que emanaron cinco resoluciones, entre ellas que
solamente había un camino a seguir: las armas.109
De esta manera, basados en los lineamientos tácticos de la guerra de gue-
rrillas desarrollados por Ernesto “Che” Guevara, se prepararon para crear el primer
“foco” insurreccional en México. Tomando como ejemplo a la Revolución cubana,
que a partir de un “puñado” de guerrilleros logró propiciar las “condiciones subjeti-
106
Véase Laura Castellanos, México armado…, p. 70.
107
Fritz Glockner, Memoria roja. Historia…, p. 131 y Laura Castellanos, México armado…, p. 73.
108
José Santos Valdés, Madera…, pp. 81-88.
2º Encuentro en la Sierra “Heraclio Bernal”, Ediciones Línea Revolucionaria, 1965, http//www.
109
madera1965.com.mx/documentos/Follto05.htm, recuperado el 26 de mayo de 2008.
48
Lucio Rangel Hernández
vas” para conformar un ejército popular y derrocar a un gobierno impuesto por el im-
perialismo estadounidense, decidieron tomar por asalto el cuartel de Ciudad Madera,
Chihuahua, la mañana del 23 de septiembre de 1965, fracasando en el intento.110
A pesar de ello, este acontecimiento marcó el inicio de la lucha guerrillera
de tipo socialista en el país, considerada por algunas vanguardias como la única vía
para la toma del poder y el derrocamiento del régimen de gobierno capitalista en
México e implantar en su lugar uno de corte socialista.
Por estos tiempos también se formó, al margen de la cnc, la Central Cam-
pesina Independiente (6 de enero de 1963), que apoyada inicialmente por el general
Lázaro Cárdenas, figura principal del mln, adoptó el programa enarbolado por esta
agrupación política, misma que había surgido en agosto de 1961 bajo la bandera de
la defensa de la Revolución cubana.111
La cci se propuso luchar contra las leyes del amparo agrario, exigió una
nueva distribución de la tierra, expansión del sistema de riego, dotación de créditos y
regularización de la tenencia de la tierra; también exigió la derogación del delito de
disolución social, la sindicalización de los obreros (jornaleros) agrícolas y se proclamó
defensora de la Revolución cubana.112
Ante el osado intento de la cci de disputarle a los organismos oficiales la
dirección política de los campesinos, el Estado hizo algunas concesiones, pero cuando
éstas resultaron ineficaces no dudó en recurrir al soborno, la persecución y la represión.
De esta manera, en 1964 se dio la separación de la cci de su ala más nu-
merosa, la de Alfonso Garzón, para integrarse al pri, sobreviniendo la decadencia; sin
embargo, en algunas regiones del país sus restos confluyeron en la Central Campesina
Democrática (ccd), que continuó librando una lucha tenaz por la aplicación efectiva
de la reforma agraria.
En el estado de Guerrero, el impopular régimen de Raúl Caballero Abur-
to, dio como resultado la conformación en septiembre de 1959 de la Asociación Cí-
vica Guerrerense (acg), surgida al margen del corporativismo estatal con el objetivo
de luchar “junto a las masas populares de obreros y campesinos para reclamar nues-
110
Véase Florencio Lugo Hernández, El asalto al cuartel militar de ciudad Madera Chihuahua, testimonio
escrito en la cárcel de Lecumberri en el año de 1973, http://www.members.fortunecity.com/liga 23/
asalto.htm, recuperado el 5 de noviembre de 2007.
111
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 77.
112
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 77.
49
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
tros derechos constitucionales”,113 conculcados por dicho gobernante. A los “cívicos”,
como comúnmente se les empezó a conocer, se integraron asociaciones de copreros,
cafeticultores, ajonjolineros y trabajadores de la palma, así como otras agrupaciones
campesinas marginadas del crédito estatal y que enfrentaban la usura y el acapara-
miento de cacicazgos que contaban con el respaldo del gobernador.114
Poco a poco la acg logró conformar comités municipales en las principa-
les poblaciones del estado, y logró aglutinar y dar dirección al movimiento popular-es-
tudiantil que estalló en octubre de 1960 contra el “macartista” Caballero Aburto,
confluyendo una gran diversidad de grupos en la denominada Coalición de Organi-
zaciones del Pueblo, que exigía la salida del gobernador, quien a pesar del manifies-
to descontento popular era sostenido “contra viento y marea” por el poder central.
Durante el mes de diciembre de 1960, las marchas, mítines, paros y plantones se in-
tensificaron; los cívicos eran los más decididos promotores de todas ellas, destacando
la participación del activista Genaro Vázquez Rojas, quien desde mayo de ese año
se encontraba en Guerrero, habiendo dejado la ciudad de México, donde radicaba
y se desempeñaba como profesor, después de haber egresado de la Escuela Nacional
de Maestros y en donde hasta el momento también se había desempeñado como se-
cretario general de la zona oriente del aguerrido mrm, liderado por Othón Salazar,
que desde fines de la década anterior había librado una doble lucha: por mejorar las
condiciones salariales y de trabajo de los mentores y por la autonomía sindical.115
El 30 de diciembre de 1960, en medio de un ambiente de extrema ten-
sión, el plantón que mantenían los cívicos y los demás grupos inconformes contra
Caballero Aburto en la Alameda Central de Chilpancingo fue atacado por las fuerzas
militares que mantenían a esta ciudad en un virtual estado de sitio. Una multitud que
al repique de las campanas de las iglesias de inmediato acudió en su ayuda también
fue acribillada. La masacre, contrario a lo que el propio Caballero Aburto pensó, exa-
cerbó la protesta social, por lo que ante la situación explosiva el Congreso de la Unión
no tuvo más remedio que decretar la desaparición de poderes del estado el 4 de enero
de 1961, nombrando a un sustituto, quien debía convocar a elecciones generales al
año siguiente.116
Pavel Castañeda Hernández, Genaro Vázquez y el movimiento social en Guerrero 1960-1963, Morelia, tesis
113
de maestría, Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana, 2007, p. 62.
114
Pavel Castañeda Hernández, Genaro Vázquez…, pp. 70 y 71.
115
Laura Castellanos, México armado…, p. 112.
116
Pavel Castañeda Hernández, Genaro Vázquez…, p. 105.
50
Lucio Rangel Hernández
Los cívicos guerrerenses, fortalecidos por su participación en la caída de
Caballero Aburto, decidieron participar con candidatos en los 70 municipios, por las
diputaciones de todos los distritos electorales y desde luego por la gubernatura. Para
ésta designaron a José María Suárez Téllez, quien contendió contra el abanderado del
pri, Raimundo Abarca Alarcón, que contaba con el respaldo incondicional de Donato
Miranda Fonseca, secretario de la Presidencia de la República.
La plataforma política de los cívicos, se sustentaba en la postura adop-
tada por el recién creado mln, encabezado por el general Cárdenas, al cual estaban
vinculados. Para ellos la lucha que libraban por el poder político era alentada por la
idea de que la Revolución había sido traicionada y que ellos se proponían salvarla. De
esta manera, sus objetivos una vez ganadas las elecciones serían la expropiación de los
grandes latifundios, respeto a la autonomía municipal y derogación de las leyes que
gravaban los productos agrícolas y las referidas al delito de disolución social.117
Así las cosas, todo hacía prever un sonado triunfo de los candidatos de la
acg, pero el Estado, que ya tenía muy bien ensayada una estrategia para revertir los
resultados en casos como estos, decidió nuevamente ponerla en práctica. Por medio
de la coacción, la intimidación, el fraude electoral y la represión sobre los cívicos gue-
rrerenses, quienes se negaron a aceptar los resultados, logró imponer el triunfo de su
candidato. Este evento y otros que se desprendieron del mismo orillarían dos años más
tarde a Genaro Vázquez y varios de sus simpatizantes a recurrir a las armas, trans-
formando su organización en Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (acnr).118
Un año antes de los “comicios” para la gubernatura de Guerrero, que
fraudulentamente dieran el triunfo a Abarca Alarcón, los llamados cívicos potosinos,
encabezados por el Dr. Salvador Nava Martínez, también fueron objeto de la misma
maniobra, ante el intento por democratizar la vida política de San Luis Potosí, al pre-
sentarse como candidato independiente a la contienda electoral para la renovación
del poder ejecutivo de la entidad.
Nava Martínez había buscado la candidatura por parte de pri, partido
al cual pertenecía, pero el cacicazgo de Gonzalo N. Santos, en confabulación con el
Comité Ejecutivo Nacional del partido oficial, le cerró las puertas. El prestigio y la
popularidad del Dr. Nava Martínez hacían prever su triunfo, pero el sistema auto-
ritario mexicano no podía permitir el rompimiento de la regla de oro (“todo dentro
del partido, fuera de él nada”), por el riesgo de que otros comenzaran a “salirse del
117
Pavel Castañeda Hernández, Genaro Vázquez…, pp. 126, 127 y 152.
118
Jaime López, 10 años de guerrillas en México 1964-1974, México, Editorial Posada, 1974, pp. 48-49.
51
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
huacal”, como dice Enrique Condés Lara: utilizó algunas “de las más sucias maqui-
naciones represivas empleadas con buenos resultados frente a los ferrocarrileros y a
los maestros” othonistas.119
Igual que lo harían los cívicos guerrerenses en diciembre de 1962, Nava
Martínez se inconformó contra los fraudulentos resultados electorales exigiendo el re-
conocimiento de su triunfo. Después de mes y medio de resistencia pacífica, el Estado
mexicano decidió poner fin a sus protestas. La noche del 15 de septiembre de 1961 sus
simpatizantes celebraban un mitin en la plaza de Tequisquiapan. Al mismo tiempo,
a unas cuadras de distancia, en la Plaza de Armas se concentraban los habitantes de
la ciudad para celebrar el tradicional Grito de Independencia que daría el ejecutivo
estatal Francisco Martínez de la Vega, acompañado del gobernador electo Manuel
López Dávila, cuando de pronto se dio un apagón al que siguió una lluvia de balas
provenientes de las azoteas de los edificios públicos, mismos que sembraron el terror
entre la población y dejaron como saldo decenas de heridos y seis muertos.120
Al día siguiente fueron detenidos el Dr. Nava Martínez, junto con otras
cincuenta personas, entre dirigentes y activistas de la Unión Cívica Potosina, a quie-
nes se les condujo al Campo Militar Nº 1 de la ciudad de México acusados de ser los
autores intelectuales y materiales de la masacre.121 Con esa perversidad actuaba los
representantes del Estado autoritario mexicano cuando querían acabar de tajo con
cualquier movimiento opositor que amenazara su permanencia en el poder. Así ac-
tuarían en otras situaciones similares, por lo que al decir de Sergio Aguayo Quezada,
“la represión violenta del movimiento cívico potosino encabezado por el doctor Sal-
vador Nava el 15 de septiembre de 1961 es, toda proporción guardada, una calca del
guión seguido en Tlatelolco”.122
Otra de las contradicciones sociales que generó este modelo de desarrollo
es la que se dio entre el Estado autoritario mexicano y las clases medias, sector que se
había fortalecido como producto de la ampliación de las funciones económicas, socia-
les y administrativas del Estado.
A través de la educación superior se conformó un sector de empleados
públicos que junto con el grupo de obreros de las empresas públicas y privadas inte-
graron el grueso de las clase media. Nacida y fortalecida por el desarrollo industrial y
119
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 158.
120
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 173.
121
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 175.
122
Sergio Aguayo Quezada, 1968, Los archivos de la violencia…, p. 207.
52
Lucio Rangel Hernández
urbano del país, durante el periodo que va de 1940 a 1960 el Estado subordinó a estas
capas medias a sus intereses a través del control de sus agrupaciones trabajadoras,
pero que ya hacia fines de los años 50 y principios de los 60, merced a las presiones
económicas (congelación de salarios e inflación) a que las sometió la política econó-
mica del régimen, se inconformaron, especialmente los trabajadores de la educación
y los médicos. Ambos presentaron una fuerte oposición a los organismos corporativos
oficiales.123 Pero igual que lo hizo con los obreros y campesinos que se rebelaron ante
su política económica y social, el Estado, también reprimió la protesta de estos nuevos
sectores asalariados.
El movimiento revolucionario del magisterio
Para ese momento, por lo que toca al terreno educativo, el Movimiento Revolucio-
nario del Magisterio (mrm), dirigido por Othón Salazar, en la lucha por mejorar sus
condiciones laborales, al margen y en contra de la organización sindical corporativa
(el snte), fue reprimida con el saldo de varios detenidos, entre ellos universitarios de la
unam y de otras instituciones educativas, y por supuesto maestros othonistas. Ante este
hecho, se conformó el Consejo Nacional de Estudiantes, integrado por representantes
de la unam, el ipn, la Escuela Nacional de Maestros, las normales rurales, la Universi-
dad de Guadalajara y por 47 secundarias de la ciudad de México, además de la cjm, a
la cual se incorporó también la Normal Urbana de Morelia. Dicho Consejo convocó
a una huelga general de sus afiliadas para obtener la libertad de los detenidos y apoyar
las peticiones del mrm, logrando con ello sus objetivos inmediatos.124
No obstante, el triunfo del mrm al obtener mejoras salariales fue parcial,
ya que su lucha de fondo era contra el “charrismo” impuesto en el snte, por lo que
su combatividad continuó. En esta brega, para el año de 1960 se incorporaron abier-
tamente los estudiantes de la Escuela Nacional de Maestros, además de padres de fa-
milia, quienes protestaban contra los cambios introducidos por la sep en la asignación
de las plazas a los egresados de la institución. A lo largo del año, cuanta manifestación
realizaba el mrm y los normalistas en la ciudad de México, apoyados por estudiantes
politécnicos y de la unam, era reprimida violentamente por la policía capitalina, sien-
123
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 109.
124
Véase la La Voz de Michoacán, “La Normal de Morelia forma parte de la Alianza Estudiantil Pro
Maestros del D.F.”, domingo 1º de junio de 1958, pp.1 y 4; martes 3 de junio de 1958, “Suspenden
las clases indefinidamente en la Normal de Morelia”, pp. 1 y 4; y sábado 7 de junio, “Con gigantesca
manifestación los profesores celebraron su triunfo”, pp.1 y 4.
53
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
do la más salvaje la del día 9 de agosto, misma que a la postre, con la detención de
los líderes del mrm y el cese de decenas de sus agremiados, provocó la desarticulación
de la corriente magisterial democratizadora. Ante estas agresiones, los estudiantes
nicolaítas se manifestaron reiteradamente solidarios con el mrm y los estudiantes capi-
talinos, realizando varias marchas por la avenida principal, mismas que concluían con
mítines en las principales plazas de la ciudad de Morelia.125
El movimiento médico
Hacia fines del año 1964 la política económica del Estado mexicano, sustentada en la
congelación de los salarios, gracias a la cual, como ya lo vimos, en gran medida se ha-
bía logrado el llamado “milagro mexicano”, provocó la reacción del personal médico
que estaba al servicio del sistema de seguridad social. Los salarios, que oscilaban entre
los 400 y los 1,500 pesos mensuales, según la categoría, no correspondían a las largas
jornadas de trabajo, ni mucho menos con la actividad profesional que desarrollaban
los profesionales de la medicina.126
Pero de entre ellos, los residentes e internos eran (y siguen siendo) el grupo
más desprotegido y explotado, puesto que su situación laboral era indefinida (y con-
tinúa así);127 no eran trabajadores, pero tampoco estudiantes. La realidad es que eran
trabajadores de excepción porque su situación combinaba dos condiciones: la forma-
ción especializada y la práctica profesional. En esas circunstancias debían sujetarse
a las exigencias y reglamentos de aprendizaje, a los niveles de burocratización de las
instituciones hospitalarias y a los niveles de clientelismo, tutelaje y subordinación con
autoridades, mentores y funcionarios, con todas las arbitrariedades, abusos y humilla-
125
Consúltese La Voz de Michoacán, viernes 25 de marzo de 1960, “Choca la policía contra los estudiantes
del D.F. Violentos disturbios hubo ayer frente a la Secretaría de Educación y la Normal”, pp. 1 y 12;
viernes 25 de marzo de 1960, “La Nacional de Maestros, en poder del Ejército Mexicano. Desalojaron
ayer a todos los estudiantes”, pp. 5, 12 y 13; sábado 26 de marzo de 1960, “Protesta la feum por el
ataque a los estudiantes”, pp. 1 y 12; domingo 27 de marzo de 1960, “Ordenado mitin de protesta
realizaron ayer los nicolaítas”, pp. 1 y 12; viernes 5 de agosto de 1960, “Sangriento choque entre
estudiantes y policías”, pp. 1 y 12; y miércoles 17 de agosto de 1960, “Concurrido mitin efectuaron los
nicolaítas para protestar contra la policía del D.F.”, pp. 1 y 12.
126
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 111.
127
Fernando Camacho Servín, “Amenazas y humillaciones, parte invisible del curriculum médico”,
La Jornada, domingo 9 de junio de 2013, p. 6, http://http://www.jornada.unam.mx/2013/06/09/
sociedad/036n1soc, recuperado el 30 de enero 2017.
54
Lucio Rangel Hernández
ciones que esto traía y trae consigo, de tal manera que su permanencia en el lugar de
trabajo (y de aprendizaje) era de 72 horas continuas por tan sólo doce de descanso, lo
que violentaba (y sigue violentando) la legislación laboral vigente.128
Lo que “encendió” la protesta de los médicos residentes e internos fue
el comunicado del 26 de noviembre de 1964, mediante el cual se les informaba que
no se les pagaría el aguinaldo, cuya prestación se había establecido desde tres años
atrás. Doscientos médicos residentes e internos del Hospital 20 de Noviembre del
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (issste)
decidieron entonces suspender sus actividades normales y atender únicamente los
casos graves y de urgencia. Tan sólo unas horas después de iniciado el paro, se les
notificó su cese.129
Ellos en respuesta se organizaron en la Asociación Mexicana de Médicos
Residentes e Internos (ammri) y mantuvieron el paro con el señalamiento de que no lo
levantarían hasta obtener respuesta al siguiente pliego de peticiones:
1. Restitución total en sus puestos, sin represalias de ningún tipo a los médicos —miem-
bros de la ammri a.c.— injustamente cesados en los hospitales; 2. Revisión legal y cam-
bio de los términos e incisos del contrato-beca que firman los médicos antes de entrar
a desempeñar sus funciones, en el sentido de lograr contratos renovables y progresivos
en el escalafón de residencias, con el horario y características acostumbrados en cada
una de las diferentes instituciones […]; 3. Preferencia para ocupar plaza de médico,
adscrito a los diferentes servicios hospitalarios, a los médicos cirujanos egresados de las
propias instituciones; 4. Participación activa del residente en la elaboración de los pla-
nes de enseñanza; y 5. Resolución satisfactoria de los problemas de cada hospital.130
Al ser un movimiento justo en todos sentidos, las manifestaciones de apo-
yo surgieron de inmediato. Se solidarizaron con él los estudiantes de medicina de la
unam, los médicos de base, especialistas e incluso algunas autoridades médicas que se
negaron a ejecutar la orden de cese a los paristas y prefirieron renunciar, igual que
lo hicieron los miembros de la Sociedad Médica del Hospital 20 de Noviembre. Esto
a su vez motivó el surgimiento de una nueva organización: La Alianza de Médicos
128
Ricardo Pozas Horcasitas, La democracia en blanco…, p. 321.
129
Ricardo Pozas Horcasitas, La democracia en blanco…, p. 81 y 362.
130
Ricardo Pozas Horcasitas, La democracia en blanco…, p. 183.
55
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Mexicanos (amm), constituida por veintidós Sociedades Médicas de la Ciudad de Mé-
xico y de provincia, a las cuales se afiliaron, incluso, galenos de renombre y de gran
trayectoria profesional.131
Con tan sólo cuatro días en el cargo, al nuevo mandatario federal, Gusta-
vo Díaz Ordaz, los paristas le solicitaron una entrevista. Después de hacerlos esperar
más de un mes, al “concedérselas”, el 20 de enero de 1965, les aclaró la excepcionali-
dad de la recepción puesto que les dijo: “no acostumbro recibir de primera intención
a las comisiones que lo solicitan” ya que “como presidente de la República debo res-
petar mi investidura y hacerla respetar; cuidar de los asuntos graves del país”.132
Desde el primer movimiento social que le tocaba enfrentar, configuró la
característica de su gobierno en la “solución” de los problemas planteados, “su esti-
lo personal de gobernar” que culminaría el 2 de octubre de 1968 con una posición
abiertamente autoritaria, en su afán de hacer valer por encima de todo “el principio
de autoridad”.133
Hasta el 18 de febrero, Díaz Ordaz dio respuesta a los médicos: decretó
aumentos y beneficios para los residentes, pero ignoró las otras demandas del pliego pe-
titorio. Además el decreto sólo se aplicó en algunos hospitales por lo que el conflicto pre-
valeció. Los médicos convocaron nuevamente a una serie de paros que se extendieron
con intervalos, de abril a agosto, con el fin de forzar —sin lograrlo— a las burocracias
administrativas del sistema de salud pública a cumplir el acuerdo presidencial.134
Con el objetivo de doblegarlo, el gobierno ejerció una doble presión
sobre el movimiento médico: a través del hostigamiento sindical de la Federación
de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, afiliada a la Confederación
de Trabajadores Mexicanos (ctm), quienes manifestaban su desacuerdo por lo que
consideraban un “ataque al sindicalismo” por parte de los médicos que luchaban
por la firma de contratos individuales de trabajo, al margen de la organización
gremial; y por la vía del descrédito, utilizando fundamentalmente la prensa, incon-
dicionalmente a su servicio.135
131
Ricardo Pozas Horcasitas, La democracia en blanco…, pp. 128 y 130.
132
Enrique Krauze, La presidencia imperial…, p. 198.
133
Enrique Krauze, La presidencia imperial…, p. 198.
134
Ilán Semo, “El ocaso de los mitos…”, p. 113.
135
Ricardo Pozas Horcasitas, La democracia en blanco…, p.197.
56
Lucio Rangel Hernández
Si la base del control del Estado mexicano sobre los trabajadores se
concentraba en su capacidad de mantener el corporativismo sindical, no podía
permitir que los médicos pretendieran manejarse de manera independiente; por
ello, en la aplicación de los aumentos salariales, el gobierno presionaba para que
lo hicieran a través del sindicato, mientras los médicos se negaban rotundamente
a formar parte de dichas organizaciones por considerarlas agrupaciones corpora-
tivizadas (“charras”).136
Desafiando al Estado, el movimiento médico no cejaba en sus propó-
sitos; de esta manera, el problema se extendió hasta el 1 de septiembre, fecha del
informe presidencial, aumentando la irritación del más autoritario de los “manda-
tarios” que dio el régimen priista. “Viejo lobo de mar”, al haberse desempeñado
como secretario de Gobernación de su antecesor, movió los hilos del corpora-
tivismo y, precedido de mítines “obreros” que le “exigían y respaldaban” para
actuar “contra los enemigos del pueblo”, en su alocución señaló: “si el gobierno
no puede obligar a los médicos a prestar servicios, puede y debe sancionar a los
responsables de los graves daños que se están ocasionando”.137
Reprochó a los médicos su “extraña forma de proceder” (marchas, mí-
tines y paros), lo cual dejó entrever, retardó y limitó su respuesta benévola, puesto
que “no era la forma”, por lo que anunció la solución represiva al señalar que:
Ya se practicaban las diligencias en relación con los delitos que posiblemente se
están cometiendo y que, fundamentalmente, pueden ser lesiones y hasta homici-
dio por omisión, asociación delictuosa, coalición de funcionarios, abandono de
empleo, abandono de persona, resistencia de particulares, falta de prestación de
servicios, responsabilidad profesional e incitación al delito.138
Anticipó que se procedería con “toda prudencia, pero con todo rigor, en
contra de quienes resulten responsables”. De hecho, antes del inicio del informe pre-
sidencial, un contingente de granaderos al mando de Rómulo Sánchez Mireles había
desalojado por la fuerza a los paristas del Hospital 20 de Noviembre. Integraban tam-
bién el contingente de desalojo un grupo de empleados del departamento de limpia de
136
Ricardo Pozas Horcasitas, La democracia en blanco…, p. 153.
Gustavo Díaz Ordaz, Primer Informe de Gobierno, en http://www.diputados.gob.mx/cedia/sia/re/RE-
137
ISS-09-06-13.pdf
138
Gustavo Díaz Ordaz, Primer Informe de Gobierno.
57
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
la ciudad de México, que vestidos de blanco pero sin las mínimas medidas de asepsia
penetraron a los hospitales y golpearon a los médicos para obligarlos a retirarse.139
En los siguientes días, a centenares de médicos residentes e internos se les
impidió reanudar sus labores por encontrase sujetos a investigación; decenas fueron
cesados junto con un grupo de enfermeras y médicos de base que se solidarizaron con
su lucha;140 sobre varios de ellos pesaban órdenes de aprehensión, y aunque algunos
recurrieron al amparo, desde luego les fue negado. Ante ello los médicos Norberto Tre-
viño Zapata, José Castro Villagrán y Faustino Pérez Tinajero, dirigentes de la amm,
se exiliaron en Estados Unidos, Italia y Cuba; otros se integrarían a los grupos gue-
rrilleros que surgieron hacia fines de la década de 1960 y principios de la de 1970.141
Nuevamente, sólo el uso de la represión permitió acabar con este movi-
miento que puso en evidencia el sistema autoritario del Estado mexicano, aplicando
los instrumentos de control y dominación legales e ilegales que estaban a su alcance,
justificando este proceder en “beneficio del pueblo mexicano”.
Michoacán al margen del proyecto industrializador
Michoacán, tradicionalmente conocido por su toponimia como lugar de lagos por
ser los michuaques dueños de peces, también es, como dice Zepeda Patterson, “tie-
rra de volcanes y no sólo en el sentido orográfico. La historia local es rica en erup-
ciones sociales de la más diversa índole”.142 Y así fue por lo menos en el periodo
histórico que nos hemos propuesto analizar, de tal manera que aquellas postales de
hermosos y apacibles lagos, ríos y valles que caracterizan al estado y sus poblado-
res, rivalizan con una “cadena montañosa” de explosiones sociales.
Dentro del contexto nacional, Michoacán, en este periodo fue uno de los
estados que no participaron del proyecto de industrialización iniciado en México a
139
Ricardo Pozas Horcasitas, La democracia en blanco…, p. 230.
140
Alfredo Rustrián Azamar, “La revolución de las batas blancas”, en Arturo Martínez Nateras,
(Coordinador), La izquierda mexicana del siglo xx, México, unam, 2016, Libro 2, Movimientos Sociales,
pp. 307-322.
Véase Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). Corea del Norte y México. El
141
maoísmo en México. La revolución cubana y México. La cara desconocida del Partido Comunista Mexicano, México,
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla/Miguel Ángel Porrúa, 2009, pp. 175-191.
142
Jorge Zepeda Patterson, Michoacán: Sociedad, Economía, Política y Cultura, México, unam, 1988, p. 11.
58
Lucio Rangel Hernández
partir de 1940. El modelo de desarrollo adoptado a partir de ese año no alcanzó a la
entidad. En realidad la industria michoacana se caracterizó por el atraso en términos
generales, con establecimientos pequeños y medianos, poco mecanizados, que utili-
zaron intensivamente la mano de obra. La industria propiamente llegaría a este terri-
torio hasta la década de 1970 y sólo a algunas de sus regiones. El atraso y el desequi-
librio económico que por supuesto tiene implicaciones en lo social, puede observarse
a partir de la red caminera estatal, cuya construcción, aunque sistemática, se tornó
lenta, y para el periodo estudiado se concentró en las zonas occidental, centro y norte,
dejando aislado y abandonado al sur (la zona costera). Esto obedeció a que en ellas
se desarrollaba en forma creciente una economía agroindustrial, dedicada especial-
mente a surtir los mercados de Guadalajara y la ciudad de México,143 lo cual, lejos de
propiciar la integración estatal, incrementó la fragmentación regional. En el caso del
occidente, la Ciénega de Chapala (Jiquilpan y Sahuayo) y Zamora formaban y hasta
la actualidad “forman parte de la zona comercial y financiera de Guadalajara”.144
Zepeda Patterson considera que en buena parte los problemas sociales
que aquejaban al estado tenían que ver con la incapacidad de transitar hacia un cre-
cimiento industrial que permitiera “atenuar los fuertes niveles de desempleo que ha
provocado en el campo la modernización de la agricultura”, porque merced a este
proceso, la agricultura de temporal dejó de ser viable, provocando el éxodo de la
población campesina a las ciudades y hacia los Estados Unidos, con lo que, dicho
irónicamente, el principal producto de exportación agrario michoacano es el “brace-
ro”, ocupando la entidad en este periodo el primer lugar absoluto como “expulsor de
fuerza de trabajo de todo el país”.145
Debido a la falta de una verdadera industria, la clase obrera era prác-
ticamente inexistente en la entidad y fueron las organizaciones de trabajadores no
industriales (choferes, panaderos, etc.), los que libraron en estos años las luchas más
importantes por mejorar sus condiciones de trabajo.146
Michoacán, como se comprenderá, continuaba siendo un estado agrario,
y las contradicciones en el campo —que ya señalamos a nivel nacional— se presen-
Jaime Hernández Díaz, “Factores de modernización de la economía michoacana 1940-1980”, en
143
Enrique Florescano, (Coordinador), Historia General de Michoacán, Morelia, Gobierno del Estado de
Michoacán, 1989, Vol. iv, pp. 249 y 252.
144
Jorge Zepeda Patterson, Michoacán: Sociedad, Economía…, p. 19.
145
Jorge Zepeda Patterson, Michoacán: Sociedad, Economía…, p. 25.
146
Jaime Hernández Díaz, “Factores de modernización de la economía…”, pp. 270, 272.
59
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
taron de manera aguda en la región del valle de Zamora y de la Tierra Caliente,
fundamentalmente porque ahí, por medio del arrendamiento, los campesinos fueron
despojados de su principal medio de vida.
En la Tierra Caliente y el Bajío Zamorano fue donde la renta del suelo
alcanzó un grado muy alto. Ahí, el apoyo del Estado a la agricultura comercial de
riego y el olvido de la agricultura ejidal trajo como resultado el empobrecimiento y el
despojo del medio de producción del ejidatario michoacano.147
Surgió entonces un movimiento campesino muy fuerte en esas regiones,
especialmente en la de Zamora, donde en abril de 1961 se efectuó una reunión de
varias organizaciones campesinas para formar una central que no estuviera integrada
al partido oficial, como era el caso de la Central Nacional Campesina (cnc). Este acto
fue el antecedente del Congreso de Torreón de agosto de 1962, donde se convocó a
integrar lo que sería la Central Campesina Independiente (cci). Con esto, Michoa-
cán se convirtió en uno de los eslabones claves de la nueva organización campesina,
llevándose a cabo en esa misma región la Segunda Conferencia Regional del Movi-
miento de Liberación Nacional (mln), en agosto del último año mencionado, a la que
asistieron representantes del centro y occidente del país.148
Dicha insurgencia campesina y su proyección se explica por la prepon-
derancia del cardenismo en el estado. Desde su inicio en la gubernatura y su forta-
lecimiento durante la presidencia de la República del general Lázaro Cárdenas, los
grupos que conformaron esta corriente mantuvieron la lucha por los principios de
la reforma agraria y la defensa de los derechos de los obreros y campesinos. En ese
sentido, el cardenismo, aun con su fragmentación, después de 1940 ha constituido un
factor determinante en la política estatal.
Ahora bien, los cuadros políticos que nutrían al cardenismo provenían en
buena cantidad de la Universidad Michoacana, ya que en realidad esta institución era
el corazón de la vida política estatal; bajo la hegemonía de un partido de Estado, no
eran partidos políticos los que protagonizaban la lucha por el poder, sino grupos po-
líticos priistas emanados de la Universidad Michoacana, en su mayoría identificados
con el cardenismo; esto fue así por lo menos hasta los albores de la década de 1960.149
147
Véase Juan Manuel Durán Juárez, y Sergio Reséndiz Torres, “Las transformaciones de la economía
tradicional 1940-1980”, en Historia General de Michoacán, Vol. IV, pp. 218- 220.
148
J. Aurelio Cuevas Díaz, El Partido Comunista Mexicano…, p. 73.
149
Véase Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán…
60
Lucio Rangel Hernández
El último tercio de la década de 1950, Michoacán estuvo gobernado
justamente por un universitario identificado con el cardenismo, David Franco Ro-
dríguez.150 Había saltado a la política estatal después de haber sido presidente del
Consejo Estudiantil de la Facultad de Derecho, jefe del Departamento de Extensión
Universitaria y, por último, secretario general de la Universidad Michoacana. Desde
luego, antes de ser electo gobernador de la entidad se desempeñó como diputado fe-
deral y senador de la República.151
Este origen universitario y su identificación con el cardenismo segura-
mente influyeron para que bajo su gobierno se aplicara una política de apoyo a la
población más desprotegida y marginada de la entidad, realizando obras de beneficio
social, así como para que la Universidad recibiera apoyos materiales que hicieron
posible un renacimiento académico de proyección nacional.
Al terminar el periodo constitucional de la administración estatal de
Franco Rodríguez, llegó a la primera magistratura de Michoacán, Agustín Arriaga
Rivera. Este personaje realizó sus estudios profesionales en la unam, donde en su
época de estudiante perteneció al “Pentatlón Universitario”, organización que era
utilizada como grupo de choque para combatir los movimientos estudiantiles de ten-
dencia progresista.152
Arriaga Rivera había sido impuesto como candidato a la gubernatura
contra la voluntad de las “mayorías” del pri estatal, que se habían inclinado por la
postulación de Natalio Vázquez Pallares. A la fecha se mantiene la hipótesis de que su
candidatura fue determinada desde el centro para “disciplinar” al cardenismo e inclu-
sive para conformar una corriente política opositora con el fin de inclinar la balanza
hacia el poder central, menguando el poder regional del divisionario jiquilpense.153
Desde su llegada, Arriaga Rivera favoreció al grupo de empresarios mo-
nopolistas, neolatifundistas y ricos ganaderos del estado.154 Por supuesto que el apoyo
Sus orígenes políticos están ligados directamente con el damasísmo (Dámaso Cárdenas, al momento
150
gobernador del estado), gracias a lo cual llegó a la diputación federal en 1949 y luego a la senaduría en
1952, Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán…, p. 442.
Para mayores datos biográficos véase David Franco Rodríguez, Discursos y Ensayos. Selección y Prólogo de
151
Raúl Arreola Cortés, Morelia, Universidad Michoacana, 1990.
152
Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán…, p. 480.
153
Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán…, pp. 478-481.
154
Archivo Particular del Dr. Hiram Ballesteros Olivares, en adelante aphb, Manifiesto al pueblo de Michoacán
de la Juventud Popular Socialista Revolucionaria de Michoacán, s/f.
61
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
otorgado a dicho grupo fue en detrimento de las necesidades e intereses de los sectores
populares. Un gran número de solicitudes de tierra quedaron archivadas, y además
fueron desalojados cientos de campesinos de las que venían trabajando desde varios
años atrás; se aumentaron los impuestos en diversas ramas del fisco y se revaluó la pro-
piedad en varios distritos del estado, entre otras cosas. A ello se sumó la malversación
y el saqueo del erario público por parte de algunos funcionarios gubernamentales,
quienes además se adjudicaron privilegios económicos, como fue la posesión de con-
cesiones del servicio de transporte urbano de Morelia.155
Todo lo anterior provocó la oposición de aquellos sectores a quienes per-
judicaba la política económica de Arriaga Rivera, especialmente los campesinos, pero
la represión acalló sus protestas: fue asesinado el dirigente del mln en Huáncito, An-
tonio Silva Martínez; se perpetró una masacre contra campesinos pertenecientes a la
cci en Choro; se atentó contra miembros de la misma central en Pátzcuaro, con el
saldo de cinco muertos, y se desató la persecución contra los elementos más activos de
los grupos cardenistas, comunistas o simplemente democráticos.156
Los límites del poder regional
Con el triunfo de la facción constitucionalista surgió la necesidad de institucionalizar
la Revolución mexicana. A partir del gobierno de Plutarco Elías Calles quedarían
sentadas las bases de un proyecto de Estado nacional autoritario que excluyó toda
posibilidad al juego político democrático.
El poder político lo monopolizó la llamada “familia revolucionaria” a
partir de la creación de un partido oficial (pnr, prm y pri), por medio del cual ejerció
la hegemonía política en todo el país, sustentado en un principio incontrovertible:
“dentro del partido todo, por fuera nada”.157
Michoacán por supuesto no fue la excepción, aquí el partido de Estado
conservó la hegemonía y el control del poder político a lo largo de todos esos años
(1924-1962). No hubo ningún espacio abierto para la competencia político-electoral
155
aphb, Universidad y Pueblo, Órgano oficial del Comité de Huelga, Morelia, 6 de octubre de 1966.
aphb, Declaración de la Juventud Comunista de México al estudiantado y pueblo de México, Morelia, 25 de agosto
156
de 1964.
Jaime Sánchez Susarrey, “Las letras políticas. ¿Adiós al pri?”, en Letras Libres, núm. 24, p. 90, citado
157
por Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán…, p. 489.
62
Lucio Rangel Hernández
en igualdad de condiciones con respecto a otras fuerzas políticas opositoras, y me-
nos aún alternancia en el poder. Sin embargo, una particularidad específica le dio
significado al ejercicio del poder en Michoacán. El cardenismo político fue un factor
regional que tuvo amplias repercusiones políticas e ideológicas en el entramado de las
redes del poder, a partir de las cuales se configuraron conspicuos cacicazgos opuestos
a la participación ciudadana.158
Primero como gobernador (1928-1932) y luego como presidente de la Repú-
blica (1934-1940), Cárdenas fraccionó y repartió los latifundios en Michoacán en número
de hectáreas sin paralelo a nivel nacional, al mismo tiempo que, consciente de que para
la materialización de esta y otras reformas planteadas por la Revolución requería de ba-
ses sociales, organizó —siendo gobernador— a campesinos y obreros en la crmdt, a la
manera de un corporativismo estatal y bajo un concepto de paternalismo gubernamental,
mismo que reprodujo y fortaleció durante su administración federal.159
Ya durante la década de 1950, como vocal ejecutivo de la Comisión de la
Cuenca del Tepalcatepec, incorporó al sistema de riego cerca de 90 mil hectáreas, y
con esto reforzó la presencia y el protagonismo del cardenismo o más exactamente de
los grupos cardenistas en los procesos políticos regionales.160
Con el Divisionario como figura central, el cardenismo desde la década
de 1930 estuvo conformado por varios “grupos de interés nucleados informalmente
en torno a tres o cuatro cabezas visibles”,161 los cuales, aunque no conformaron un
todo homogéneo, hasta 1962 se repartieron el poder político en el estado.
Bajo esta tónica, después de 1940 y hasta 1956, particularmente en lo
referente a la selección del candidato a gobernador de la entidad, como lo señala
Oikión Solano
158
Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán…, p. 489.
159
Véase Eduardo Nava Hernández, El cardenismo en Michoacán…, pp. 168-320.
160
Jorge Zepeda Patterson, Michoacán: Sociedad, Economía…, p. 15; el proyecto aprobado por el presidente
Alemán Valdés implicaba construir “a lo largo del río Tepalcatepec un sistema de presas destinadas al
riego y a la generación de energía eléctrica, electrificar áreas rurales, abrir carreteras, construir escuelas
y hospitales, reforestar los montes, apoyar la producción ganadera, construir un puerto en la costa de
Michoacán, apoyar la dotación de servicios a los poblados existentes y planificar el establecimiento de
nuevos centros de población”, Eduardo Nava Hernández, El cardenismo en Michoacán…, p. 533.
161
Eduardo Nava Hernández, El cardenismo en Michoacán…, p. 32.
63
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
los presidentes de la República en turno habían tenido la deferencia de consultar al ex
mandatario michoacano, y/o de tomar en cuenta el peso de su personalidad en rela-
ción a las decisiones políticas que involucrasen directamente a su estado natal […] El
general Cárdenas dio muestras constantes, después de ejercer el mando presidencial,
de ser respetuoso de las formas y reglas de la institucionalidad política; cuestión que
además le impedía forzar la decisión del gobierno federal con respecto a los candi-
datos a la gubernatura. Sin embargo, el general Cárdenas sabía de la fuerza y peso
políticos que representaba su presencia y su figura en el ámbito estatal, y ese fue un
elemento de trascendencia que anteriormente había sido tomado muy en cuenta por
el gobierno federal al momento de la selección del candidato oficial.162
Sin llegar al extremo de considerar que entre 1934 y 1962 en Michoa-
cán “no se movía la hoja de un árbol” sin el consentimiento del general,163 sí pode-
mos señalar que desde el centro fue no sólo tolerado sino apoyado el poder regio-
nal del cardenismo, en tanto su intermediarismo político cumplió con el engranaje
de la maquinaria del sistema presidencialista mexicano, sobre el entendido de que
“el ejercicio del poder, y su negociación, es materia de ‘los políticos’ (y) los grupos
sociales son objetos de la política o clientelas pasivas de sus representantes”.164
La pregunta que viene a colación es ¿por qué a partir de 1962 se dio la
ruptura entre el poder central y el poder regional ejercido por el cardenismo? Noso-
tros consideramos que fue porque comenzaba a transgredir aquella regla de oro, ac-
tuando fuera del partido y más aún contra la investidura presidencial, cuestionándole
el alejamiento de los principios fundamentales de la Revolución mexicana. Veamos.
El general Cárdenas renunció a la vocalía ejecutiva de la Comisión del
Tepalcatepec, el día primero de septiembre de 1958, iniciándose así una serie de des-
avenencias y confrontaciones entre él y el recién electo presidente de la República
Adolfo López Mateos. Así lo relata Agustín Arriaga Rivera:
Mi primera comisión por el licenciado López Mateos, fue transmitirle a don Lázaro
Cárdenas, de viva voz, la invitación para la toma de posesión. Cuando le llevé este
mensaje a su casa de las Lomas, el general me informó que él salía el día siguiente en
tren a Nueva York, pasando por Nuevo Laredo y San Antonio Texas, también ya tenía
162
Verónica Oikión Solano, Los hombres del poder en Michoacán…, p. 481.
Así lo afirmaba Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro Cárdenas, su feudo y la política nacional, México,
163
Eréndira, 1951, p. 150.
164
Jorge Zepeda Patterson, Michoacán: Sociedad, Economía…, p. 37.
64
Lucio Rangel Hernández
planeada su primer visita a Europa […]
[…] De tal modo que él fue el único expresidente que no estuvo en Bellas Artes en la
toma de posesión del licenciado López Mateos.165
El viaje de Cárdenas a Europa vía Estados Unidos se prolongó por cuatro
meses, entre septiembre de 1958 y enero de 1959, el cual incluyó China Popular. De
regreso al país, impresionado por lo que había visto, particularmente en su visita a
la Unión Soviética, Checoslovaquia y el “gigante del este”, en sus Apuntes personales
anotó: “mi conclusión es que los países de régimen socialista van por el camino que
inevitablemente acabará con el sistema capitalista, que detiene y estorba el desenvol-
vimiento de los países no desarrollados”.166
A raíz del recorrido por los mencionados países socialistas, se observó en
el expresidente “un renovado activismo político, lo cual repercutiría no sólo en Méxi-
co sino en América Latina y en sus relaciones con los Estados Unidos de Norteamé-
rica”. Se estaban viviendo momentos álgidos entre los bloques Este-Oeste, por lo que
los estadounidenses obstaculizaban y descalificaban cualquier contacto con los países
del bloque socialista y se mostraban extremadamente susceptibles frente a cualquier
relación, viaje o declaración distinta de su política de contención y denuncia del co-
munismo.
Las opiniones de Cárdenas en favor de la paz mundial, el desarme y la coexistencia
pacífica fueron tomadas tanto por el gobierno norteamericano como por los sectores
conservadores de la sociedad mexicana como favorables a los soviéticos, y se presenta-
ban ante López Mateos, dado el renombre internacional del ex presidente, como una
sombra y un estorbo para desarrollar con libertad su propia política internacional, lo
cual no era algo secundario.167
López Mateos no podía tolerar tal insolencia y falta de respeto a su inves-
tidura presidencial, así como el riesgo en que se ponían las “relaciones bilaterales”, y
comenzó a tomar “cartas en el asunto”. Decidió atacar el principal enclave del poder
Agustín Arriaga Rivera, La política…como me la enseñaron. Recuerdos añoranzas y realidades de mi vida,
165
México, Editorial Consuelo Sánchez y Asociados, S.C., 2005, p. 105.
Lázaro Cárdenas del Río, Obras. I. apuntes 1957/1966, t. iii, México, unam, 1973, p. 102, citado por
166
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 194.
167
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 194.
65
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
político y económico del cardenismo: la cuenca del Tepalcatepec, con el argumento
de que se incrementaba el narcotráfico en la zona. Al respecto se escribio:
A mediados de diciembre de 1959 el general Agustín Olachea Avilés (secretario de
la Defensa Nacional),168 recibió una encomienda del presidente López Mateos para
incursionar en el feudo que el general Lázaro Cárdenas mantenía en Michoacán. Por
esos días mandó llamar a su oficina al coronel Rangel Medina […] Informó a Rangel
Medina que el motivo de su llamado era para darle a conocer la decisión presidencial
para que con su batallón (el 49 de Infantería, al momento con sede en el Campo Mi-
litar Nº 1, dependiente de la primera zona militar), partiera a Michoacán y realizara
“una limpieza total”, sin importar de quién se tratara o quiénes fueran sus protectores,
de todo tipo de maleantes e implementara un desarme general sin contemplaciones,
y que con sus hombres “batiera al narcotráfico”. Quería que regresara la seguridad y
el orden; también le interesaba que mantuviera contacto estrecho con los habitantes
para que les transmitiera el mensaje de que todas las obras realizadas y las que ven-
drían se debían exclusivamente al empeño del gobierno del presidente López Mateos
por beneficiarlos. Olachea hizo un resumen de personajes y hechos para que Rangel
se formara un criterio que le sería útil para cumplir las misiones establecidas; le dio las
pautas para su futuro desempeño, el cual sería independiente del comandante de la
21 zona militar, el general Félix Ireta Viveros, hombre muy cercano al ex presidente
Cárdenas. Rangel contaría con total libertad de acción y era depositario de la con-
fianza presidencial.169
Encomienda que seguramente éste aceptó con el gusto de poder tomar revancha, puesto que el general
168
Cárdenas, al asumir la presidencia de la República en 1934, ordenó el retiro del general Olachea por ser
coparticipe de la especulación “que sufrían los campesinos que trabajaban las extensas tierras del valle
de Mexicali, que tenía en su poder la empresa extranjera Colorado River Land Co”; y porque en 1942,
en plena Segunda Guerra Mundial, el general Olachea, faltando a su deber, permitió “la penetración
de fuerzas norteamericanas al territorio mexicano con el fin de instalar estaciones de radar en Punta
Estrella, situada en la costa del Golfo de California, en las cercanías del puerto de San Felipe”, por lo
que fue duramente cuestionado por Cárdenas que se encontraba al frente de la Región Militar del
Pacífico Sur, obligándolo a revertir la autorización, advirtiéndole del delito en que había incurrido y de
“que si se suscitaba algún conflicto” sería consignado a un consejo de guerra, Cuauhtémoc Cárdenas,
Cárdenas por Cárdenas…, pp. 544-545.
169
Juan Veledíaz, El general sin memoria. Una crónica de los silencios del ejército mexicano, México, Debate,
2010, pp. 120 y 143. Incluso en la investigación denominada “Operación Cananea” se pretendió
involucrar al oriundo de Jiquilpan, en el ingreso clandestino de un lote de armas, que se usarían para
adiestrar guerrilleros centroamericanos en territorio michoacano, ya que supuestamente contaba con
su anuencia, Juan Veledíaz, El general sin memoria…, pp. 194-195.
66
Lucio Rangel Hernández
El Batallón 49 de infantería llegó a relevar al 23, establecido en Apatzin-
gán desde hacía ya varios años; “su comandante era un antiguo ayudante del general
Cárdenas, muy allegado al entorno familiar. Tanto el mando de este cuerpo como el
de la zona de Morelia, recordaba Rangel, le debían sus grados y cargos al ex presiden-
te, con quien ‘con seguridad se encontraban muy obligados’”.170
De inmediato tomó control de la zona, comenzando una campaña de
desarme con lujo de fuerza; “desde entonces la lucha contra el narcotráfico encubrió
otras acciones represivas y se convirtió en una nueva razón de Estado que legitimó
cualquier arbitrariedad o abuso”.171
Desde luego, ante los periodistas que lo entrevistaron en los primeros días de
su llegada a Apatzingán negó las verdaderas razones de su arribo al territorio cardenista:
Querían saber sobre el objetivo de su presencia en Apatzingán y cómo eran las rela-
ciones con él y el general Cárdenas, porque se sabía que en Tierra Caliente sólo ha-
bían pasado comandantes amigos suyos y tenían entendido por diversas versiones que
Rangel no era del grupo. Fue un “interrogatorio loco”, rememoraba, porque se basó
en supuestas malas relaciones entre el presidente López Mateos y el ex presidente Cár-
denas que se había materializado con la llegada del batallón en contra de la opinión de
los jerarcas militares locales. Salió al paso de las preguntas aduciendo desconocer so-
bre lo que hablaban, calificó las versiones de ridículas y se presentó como subordinado
del comandante de la zona. El cambio de batallones obedecía a rotaciones periódicas
de la Secretaría de la Defensa, explicó.172
A la vuelta de un año, Rangel Medina había avanzado notablemente en
el control de una zona que anteriormente había estado en manos de jefes militares
proclives al general Cárdenas, lo que le valdría ser ascendido al grado de general bri-
gadier, por acuerdo presidencial, el 21 de abril de 1961.173
170
Juan Veledíaz, El general sin memoria…, p. 144.
171
Jorge Zepeda Patterson, Michoacán: Sociedad, Economía…, p. 43.
172
Juan Veledíaz, El general sin memoria…, pp. 151-152.
173
Juan Veledíaz, El general sin memoria…, p. 181. Una vez que se consideró neutralizada la amenaza
cardenista de “salirse del ruedo”, el 49 fue trasladado a Iguala, Guerrero, en agosto de 1965, donde se
le requería, al comenzar a aflorar una conflictividad que desembocaría en un enfrentamiento violento
entre la guerrilla y el Estado.
67
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

La prensa estadounidense se apresuró a emitir una opinión. Predispuesta

Por su parte el general Cárdenas, entusiasmado con el triunfo de la re- como estaba por el revés que había significado la operación contrarrevolucionaria en
volución caribeña, viajó a Cuba el 26 de julio de 1959 para celebrar el vi aniversario Cuba, un periodista del influyente diario The New York Times,176 señaló:
del asalto al cuartel Moncada, considerado como el inicio de esta gesta, patentizando
su apoyo al régimen de Fidel Castro.174 Como un reconocimiento al revolucionario
El panorama ha llegado a ser enormemente confuso con las arduas actividades políti-
mexicano, el gobierno cubano le otorgó la Orden José Martí, lo cual ahondaría las cas del expresidente Lázaro Cárdenas […].
diferencias entre el general y presidente López Mateos, quien le recriminó por “com- […] subrayan la mayoría de opiniones temor a que el General Cárdenas con sus acti-
prar pleitos ajenos”.175 vidades políticas amenace la estabilidad del país, y el temor de que el presidente López
Luego, como ya vimos, organizó la Conferencia Latinoamericana por la Mateos falle al tomar suficientemente el mando decisivo para conducir el país.177
Soberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz, con la participación de
delegados de dieciséis países del continente, misma que se manifestó contra el impe-
Los estadounidenses estaban urgiendo al régimen mexicano, al que con-
rialismo estadounidense y en defensa de la Revolución cubana.
sideraban como aliado en la lucha contra el comunismo, a tomar medidas para su
Dicha defensa se expresó durante las intensas movilizaciones realizadas
contención, ya que encontraban en los discursos nacionalistas de Cárdenas y sus se-
en casi todo el país entre el 17 y el 19 de abril de 1961, a raíz de la frustrada invasión
guidores una marcada y peligrosa influencia soviética.
contrarrevolucionaria en la Bahía de Cochinos, encabezadas por el general Cárdenas,
Estados Unidos veía al cardenismo a “través de los lentes estratégicos de
quien incluso pretendió —sin que el gobierno de López Mateos se lo permitiera—,
la lucha global”, por lo que exigía la contención por parte del gobierno presidido por
viajar a la isla para combatir a los mercenarios, condenando el imperialismo estadou-
López Mateos —su aliado en la Guerra Fría— de lo que consideraba una amenaza
nidense que había alentado el ataque y hermanándose con el pueblo cubano.
latente a su seguridad nacional.178
Menos de tres meses después, el 4 de agosto de 1961, a convocatoria
López Mateos, ante la presión estadounidense, decidió actuar de manera
del propio general de conformar un frente común que defendiera a Cuba de la
más enérgica. Dio un paso en firme cuando por primera vez desde 1940 no tomó en
presión y el hostigamiento estadounidense se constituyó el mln con varias organi-
cuenta la opinión de Cárdenas en la designación del candidato a gobernador para el
zaciones partidistas y democráticas que acudieron al llamado a luchar por la plena
periodo 1962-1968, imponiendo a un personaje incondicional y de todas sus confian-
vigencia de la Constitución, la libertad de los presos políticos, la libre expresión de
zas: Agustín Arriaga Rivera, poniendo así límites al poder regional del General en Mi-
las ideas, por una reforma agraria integral, la autonomía y democracia sindical y
choacán. Para ello había tenido el cuidado, como vimos, de articular estratégicamente
ejidal, por el dominio mexicano de los recursos, por la industrialización nacional
el poder militar con el poder político.
sin hipotecas extranjeras, por el reparto justo de la riqueza nacional y, desde luego,
El nuevo gobernador, desde su llegada al “solio de Ocampo”, se afanó en
por la defensa de la Revolución cubana.
tratar de cumplir la encomienda presidencial de acabar con la hegemonía cardenista
Evidenciando la influencia de la Revolución cubana, el mln, con la co-
en el estado:
rriente cardenista en el papel protagónico, lanzaba una crítica al camino equivocado
por el que los sucesores de Cárdenas en la presidencia estaban conduciendo a la Re-
volución mexicana.

176
El investigador Sergio Aguayo Quezada señala que este diario era, para la época, “el medio
estadounidense más influyente en el mundo”, en su obra: 1968. Los archivos de la violencia…, p. 98.

Véase el apartado Enthusiasm for the cuban revolution de la obra de Renata Keller, Mexico’s cold war.
174 177
Paul P. Kennedy, “México entra en un periodo crucial (México Entering a Crucial Period)”. The New
Cuba, the United States, and the Legacy of the Mexican Revolution, New York, Cambridge University Press, York Times, Nueva York, 11 de junio de 1961, citado por Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en
2015, pp. 51-60. México (1959-1985). La Guerra Fría…, p. 194.
175
Francisco Napoleón López Patiño, Los Nicolaítas, el Cardenismo, Morelia, El Autor, 2014, p. 592. 178
Eric Zolov, “¡Cuba si, yanquis no!”…, pp. 175-214.

68 69
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Agustín Arriaga Rivera (1962-1968) dejó huella como gobernador. Particularmente
entre los cardenistas, a los que golpeó con interés y dedicación. Al decir de estos traía
la consigna de Adolfo López Mateos, interesado en debilitar la presencia del cardenis-
mo y disciplinar bajo la conducción del centro a los grupos locales. Arriaga Rivera
hizo más que eso: realineó el horizonte político a favor de grupos privados domi-
nantes y las fuerzas políticas conservadoras […] se convirtió también en padrino de
una generación de nuevos políticos y en protector de grupos privados emergentes,
que hasta entonces operaban vergonzantemente. Arriaga es quizá el primer gober-
nador alemanista de Michoacán, y no tanto en el sentido de su militancia política
explícita, como por el hecho de la promoción consciente y deliberada de una iniciativa
privada ligada a los intereses estatales.179
Arriaga Rivera, muchos años después, dio su propia versión sobre la for-
ma en que llegó a la gubernatura del estado:
Allá por los años noventa […] el ingeniero Carlos Orozco, entonces funcionario de
pemex, […] me soltó la siguiente pregunta […] Se dice que tú combatiste esta influen-
cia cardenista, tratando de abatir la hegemonía que el general Lázaro Cárdenas tenía
sobre Michoacán. ¿Es cierto que así fue?, ¿y en qué consistió esto…?
En Michoacán, la estrella política de don Lázaro surge con brillo a raíz de la muerte
de su contrario, tanto militar como político, el general Benigno Serrato, ocurrida el 7
de diciembre de 1934, es decir 6 días después del inicio de la presidencia cardenista,
como narra en su libro Victoriano Anguiano; cuando Serrato salía de Ario de Rosales
para asistir a una comida con los diputados federales opositores y los serratistas en la
ciudad de México, ya no llegó porque se estrelló con él a bordo. Y a partir de ese mo-
mento el general Cárdenas queda como figura absoluta y número uno en Michoacán.
El primer Gobernador interino, el general Rafael Sánchez Tapia, era de los suyos, al
grado de que se lo llevó a México, como uno de sus ministros de estado.
Luego viene el segundo Gobernador interino, Luis Ordorica Villamar, que simple-
mente era su amanuense. Poco después saca del olvido, para incrementar su fama de
agrarista, al muy respetable y brillante escritor zapatista general Gildardo Magaña, y
de este modo Michoacán pasa a ser auténticamente una hacienda manejada por don
Lázaro, quien utilizando su gran habilidad no dejaba de repetir que “él no quería
nada”… mientras movía todos los hilos tras bambalinas.
Sumado a lo anterior, se dio el fenómeno interesante entre los políticos del Distrito Fe-
deral: tomaron la decisión de “dejarle Michoacán al ‘trompudo’, como le decían, para
que no nos esté dando lata aquí”. Esto se le oímos decir al general Rodolfo Sánchez
Taboada, presidente del pri, cuando salió de acordar con el señor presidente Alemán
179
Jorge Zepeda Patterson, Michoacán: Sociedad, Economía…, p. 50.
70
Lucio Rangel Hernández
sobre la sucesión en el estado de Michoacán. Y don Lázaro lo sabía, y muy bien que
siempre lo supo aprovechar.
En la sucesión de Michoacán, que me tocó a mí, yo era en ese momento figura de
tercera jerarquía. Estaba en el Instituto Nacional de la Juventud, y era, como decía en
afectuoso tono el presidente López Mateos, “joven por decreto”. No podía pues contar
todavía. Los que contaban con gran fuerza para ir al gobierno de Michoacán eran
otros. En primer lugar Humberto Romero, secretario particular del presidente, joven
y brillante. En segundo lugar el oficial mayor de la Secretaría de Recursos Hidráulicos
Gustavo Castrejón, con muchas ganas. También el general José Gómez Huerta, jefe
del estado Mayor Presidencial, todos gente del presidente López Mateos. Entonces es
cuando el general Cárdenas en la forma hábil en que él sabía mover a las gentes, saca
a relucir lo que se dio en llamar la “Trinca Revolucionaria” que forman: Natalio Váz-
quez Pallares, Emilio Romero Espinoza y Enrique Bravo Valencia, que se dejan llevar
por él y a quienes incitan Melchor Díaz Rubio y otros “industriales del cardenismo”.
Llegó a ser tan violenta en ese tiempo la situación entre el presidente y el general Cár-
denas, que se afirmaba que don Lázaro llegó a decir que “se incendiaría Michoacán
si el centro manda uno de allá”. Al que más temía era al general Gómez Huerta, pues
don Lázaro lo había desaforado como diputado por Xochimilco, por ser callista, pero
no le gustaba tampoco don Gustavo Castrejón, y no le tenía confianza a Humberto
Romero, aunque personalmente lo trataba cordialmente, pero lo sentía más cercano
al presidente López Mateos que a él.
[…] Así se me empezó a mencionar a mí como una posibilidad, en primer lugar por-
que se sabían mis buenas relaciones familiares con el general Cárdenas, yo cené varias
veces con él en su casa de la Lomas, Amalia llevaba estrecha amistad con mi prima
hermana Carmen Arriaga, hermana de Antonio Arriaga Ochoa y a su vez éste con
don Lázaro, por todo ello, y además porque tampoco se me veía mal en Michoacán,
se me empezó a proyectar como la solución conciliadora en el estado.
Cuando el licenciado Díaz Ordaz citó al general Cárdenas en Gobernación, para pe-
dirle que tratara de calmar la situación de sus amigos en Michoacán, lo sondea acerca
de mí, a lo que el general expresó: “¿Cómo?, ¿de dónde lo están sacando? Está muy
tierno”. Pero no dice ni que sí, ni que no. Esto sucedió el 5 de febrero de 1962.
A pesar de eso, hasta varios días después me designó el cen un delegado, al licenciado
Guillermo Ramírez Valadez, jaliciense habilísimo, que resultó de gran apoyo y que
trató de atraerme a todos los grupos. Así fue como a uno de los precandidatos más
fuertes, Manuel Hinojosa Ortiz, le acepté que su hermano Rafael fuera diputado local
por Uruapan. A don Dámaso y Enrique Bravo Valencia igualmente les acepté a los
candidatos que me propusieron. Y también al candidato Emilio Romero. Todo esto lo
hice con el propósito de lograr un Michoacán unido.
A lo único que no pude acceder fue a la demanda de Natalio Vázquez Pallares, quien
pretendía manejar el Congreso, teniendo la mayoría de las curules […].
En fin, que hecho el análisis anterior, esta fue mi respuesta a la pregunta formulada
por Carlos Orozco, consignada al inicio del presente capítulo, y que deseo repetir
aquí, como una aportación al entendimiento de nuestra historia:
Al general Cárdenas, como gobernador, todo mi respeto y mis consideraciones. Mi
lealtad, eso sí, siempre estuvo con el licenciado López Mateos, quien me proyectó po-
71
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
líticamente y me dio las más grandes oportunidades de mi vida en el servicio público;
pero cuya línea política, anticaciquil, además, yo compartí plenamente.180
Como podemos advertir, su explicación se centra en algo que se ha dado
en llamar “el tercero en discordia” —aunque en estricto sentido él era el cuarto—,
con lo que podemos coincidir, más no con el hecho mismo de que esto determinó su
designación como candidato, sino que como los cardenistas no se ponían de acuerdo
entre ellos dejó la puerta abierta al poder central, que así podría justificar su interven-
ción. Por el contrario, coincidimos con la investigadora del Colegio de Michoacán,
Verónica Oikión, que la designación de Arriaga Rivera, en función de los desencuen-
tros entre López Mateos y Lázaro Cárdenas, estaba proyectada por lo menos desde
tres años antes: “Al llegar López Mateos a la Presidencia de la República, nombró a
Arriaga como director del injuve el 21 de enero de 1959;181 probablemente con la idea
de mantenerlo en reserva tres años para esperar el momento de la sucesión estatal, a
la que el gobierno federal pensaba dar un nuevo giro”.182
Además, el propio Arriaga Rivera, en páginas previas, contradice su ex-
plicación y corrobora, sin querer, la hipótesis que se propuso negar en su argumenta-
ción, puesto que dice que
siempre mostró el licenciado López Mateos una decidida animadversión contra los
llamados “cacicazgos” que existían por ese tiempo en algunos estados, al grado de que
ya siendo candidato presidencial fue a San Luis Potosí, donde el cacique era aún Gon-
zalo N. Santos, y pronunció ahí su famoso discurso con la expresión: “Los caciques
duran mientras los pueblos quieren”.
Recuerdo que poco después, el mismo día de la toma de posesión, el 1º de diciembre
de 1958, estando en la casa del ya secretario de Gobernación Gustavo Díaz Ordaz, en
las calles de Coquimbo en la Colonia Lindavista, me tocó presenciar cómo recibió éste
último al Gobernador santista Manuel H. Álvarez, y con gran energía le recomendó:
180
Agustín Arriaga Rivera, La política… como me la enseñaron…, pp. 161-170.
181
El lunes 15 de septiembre de 1958, La Voz de Michoacán, edición especial, en las mismas páginas
centrales donde publicó el texto íntegro del Segundo Informe del gobernador David Franco Rodríguez,
(pp. 2-22 y centrales, pp. 1-4, se insertó un amplio reportaje gráfico del “Fecundo programa de obras
realizado por la Junta Federal de Mejoras Materiales de Nuevo Laredo Tamaulipas, que preside el
distinguido michoacano, Lic. Agustín Arriaga Rivera”, pp. 12-13, otorgándole igual o más importancia.
Bien podríamos interpretar esto como el inicio de su promoción política rumbo a la gubernatura.
182
Agustín Arriaga Rivera, La política… como me la enseñaron…, p. 170.
72
Lucio Rangel Hernández
“Vaya haciendo sus maletas”. Tan sólo un mes después fue sustituido por Francisco
Martínez de la Vega, periodista respetado y destacado henriquista, que puso fin al
cacicazgo de Santos.
Algo similar ocurrió en el Estado de Nayarit, con don Gilberto Flores Muñoz; y por
supuesto en Michoacán, dominado por el “lazarismo”, que yo llamo así para diferen-
ciarlo del “damasismo”, corriente del mismo cardenismo, pero encabezada por don
Dámaso.183
[…] No comulgué nunca con la política de cacicazgo, porque la consideré la fuente
del atraso del estado, eso sí lo supo y lo saben todos los michoacanos.184
Es decir, acepta que vino a Michoacán a terminar con el “cacicazgo” del
general Cárdenas. Por otro lado, confirma la nefasta práctica de la negociación para
allanarse el camino al poder, no importando los medios sino los fines, al cabo que esa
es “la política como se la enseñaron”.
Finalmente, ante la pregunta de ¿quién designó al candidato a goberna-
dor?, resulta interesante el análisis expuesto en el órgano de difusión de la feum, a tan
sólo dos años de su administración:
El gobernador Agustín Arriaga Rivera, como todos los gobernadores de México, llegó
al poder impuesto por la “democrática” elección que de él hizo el pri. Más los miem-
bros de este partido no integran un todo homogéneo, ni mucho menos. Varias corrien-
183
Agustín Arriaga Rivera, La política… como me la enseñaron…, p. 104. Por lo demás, me parece
adecuada la diferenciación, no porque considere que el llamado “damasismo” haya alcanzado la
categoría de liderazgo político, mucho menos ideológico sino por el contrario como bien lo califica
Mejía González, Adolfo, Con los Cárdenas…, p. 114, Dámaso era: “[…] un Cárdenas, ese sí realmente
pequeño, quien ocupara la gubernatura en septiembre de 1950, después de superar la resistencia
de su hermano mayor, el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, el que hizo, según se sabría después,
todo lo que pudo para impedir que el pri lo postulara como candidato a dicho puesto […] nunca
destacó en lo personal don Dámaso como político de altura que llegó a suponerse; carente de un
perfil propio, daba la impresión de abrumado y minimizado por la sombra de don Lázaro; junto a
la medianía de su personalidad se alzaba siempre, donde quiera que andaba, en el campo o en la
ciudad, la arrolladora personalidad del “General”. Algo notorio y desagradable sería el hecho de
que se rodeó de varios elementos oportunistas, que nada tenían de revolucionarios, ni de cardenistas,
aunque hubo entre ellos las honrosas excepciones de siempre […]”. Quizás la apreciación subjetiva
de Arriaga Rivera naciera de una cercana amistad entre éste y don Dámaso al grado de que a falta
de su padre, fue él, siendo gobernador del estado (1958) quien pidió a Máximo Diez, en matrimonio
a su hija Guadalupe en nombre del joven político, véase Agustín Arriaga Rivera, La política… como
me la enseñaron…, p. 82.
184
Agustín Arriaga Rivera, La política… como me la enseñaron…, p. 156.
73
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
tes o grupos se han ido formando poco a poco en su seno, debido a múltiples factores
pero fundamentalmente a la disimilitud de los intereses concretos de la burguesía,
sea que se llame nacionalista o de la ligada al imperialismo. Esos grupos chocan en
cuestiones secundarias pero nunca en las vitales para sus intereses, como son los de
mantener a toda costa su Estado y el régimen de la propiedad privada.
En el proceso que siguió para “elegir” a Agustín Arriaga Rivera, la oligarquía tropezó
con dificultades inusitadas, debido a la proximidad del cambio de poderes federales
y a la secuela de pugnas enconadas que ello trae siempre consigo entre las arriba
mencionadas corrientes, que tratan de fortalecerse para quedar en una mejor posi-
ción en el nuevo gabinete. Y esas dificultades se acentuaron, porque Arriaga Rivera
era el candidato del sector alemanista, el más fuertemente ligado a la gran burguesía
pro-imperialista, a los terratenientes y talamontes, grupo que osaba presentarse con el
apoyo del centro a la propia cuna del cardenismo, a disputarle la hegemonía política
en el Estado a desplazarlo y sustituirlo con “nuevas” generaciones lo que trajo por
consecuencia una vigorosa reacción popular y del propio cardenismo, manifestada en
grandes movilizaciones antiaguirristas. Empero a la postre el cardenismo cedió y, a su
vez, el alemanismo consecuente con la enorme fuerza de su oponente, le propuso la
coexistencia y colaboración. Pero no perdió su carácter antipopular.185
Como vimos, efectivamente el cardenismo para los inicios de la década
de 1960 representaba un grupo disidente, pero dentro de los márgenes marcados por
el sistema. El general Cárdenas, ante la disyuntiva que le plantearon las organizacio-
nes integradas al mln de participar con un candidato propio en la contienda por la
presidencia de la República, decidió apoyar públicamente la candidatura de Gustavo
Díaz Ordaz, para inmediatamente después, desempeñarse como vocal ejecutivo de la
Comisión del Río Balsas en la administración del propio López Mateos y luego como
presidente del Consejo de Administración de la Siderúrgica “Las Truchas”, durante
el régimen de Díaz Ordaz.186
185
aphb, feum, Órgano de Difusión de la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoacán, Época
I, octubre 1º de 1964, “Neofacismo en la Universidad”.
186
Véase Eduardo Nava Hernández, El cardenismo en Michoacán, los apartados “La Comisión del Balsas” y
“Una lucha prolongada: Las Truchas”, pp. 543-564; y Francisco Napoleón López Patiño, Los Nicolaitas,
el Cardenismo…, pp. 604 y 608.
74
Lucio Rangel Hernández
El movimiento estudiantil nacional, 1956-1966
La crisis del corporativismo estatal
en las organizaciones estudiantiles
Por lo que respecta a la cuestión educativa, fue precisamente el proyecto de industria-
lización puesto en marcha en 1940 el que marcó al Estado la necesidad de darle otra
dirección a la enseñanza, ya que para ese momento se regía por la orientación socialis-
ta establecida en el artículo 3º constitucional, de tendencia nacionalista, encaminada
a lograr la elevación del nivel de vida y cultural de las masas populares, especialmente
de los campesinos.
A partir de ese momento se trata de aplicar a la educación superior los
modelos tecnocráticos de origen estadounidense para adecuarla al nuevo proyecto
capitalista dependiente, en la fase de una nueva división internacional del trabajo.
Se concibe por parte del Estado a la universidad y a las demás institu-
ciones de educación superior como una especie de empresas y no como organismos
públicos, comenzando a reducirles el presupuesto en el renglón asistencial. Quienes
de inmediato resintieron esta medida fueron las escuelas prácticas de agricultura, las
normales rurales, el Instituto Politécnico Nacional (ipn) y algunas universidades de
provincia como la nicolaíta —cuyas poblaciones estudiantiles estaban conformadas
mayoritariamente por individuos de extracción obrero-campesina de escasos recursos
económicos—, que vieron degradarse las condiciones de estudio por la mengua del
apoyo estatal en todos los renglones de la educación popular: internados, becas, co-
medores, etcétera.
La huelga de 1956 en el ipn y el origen de un nuevo ciclo
de movilizaciones estudiantiles en el país
Cárdenas concibió al ipn como una institución formadora de los hijos de los obre-
ros y campesinos.187 Fue así que desde un principio la institución otorgó a una gran
población estudiantil de escasos recursos proveniente del interior de la república los
187
Véase la exposición de motivos del Proyecto de Ley enviado a la Cámara de Diputados para la
creación del Consejo Nacional de la Educación Superior y la Investigación Científica, en Enrique
Arreguín Vélez, Páginas autobiográficas, Morelia, Universidad Michoacana, 1982, pp. 55-73.
75
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
servicios de comedor y dormitorio a través de un internado ubicado en el casco de
Santo Tomás.188
Pero a raíz del cambio en la política económica del Estado mexicano, ini-
ciado en la década de 1940, la política educativa de orientación nacionalista y popular
también tomó otro rumbo. A partir de ahí, el paulatino sometimiento a las directrices
imperialistas estadounidenses repercutirá en todo el sistema de educación superior,
particularmente en el técnico.
En 1946 se reformó el artículo 3º, que el 13 de diciembre de 1934, a su
vez, por iniciativa del presidente Lázaro Cárdenas, producto de una reforma, ha-
bía estatuido la orientación socialista de la educación a cargo del Estado mexicano.
Ahora, el nuevo texto suprimía aquella orientación ideológica, estableciendo que la
educación impartida por el Estado tendería al desarrollo armónico de todas las facul-
tades del ser humano, fomentando el amor a la patria, la conciencia de solidaridad
internacional, la justicia y la independencia.189
En el nivel de la educación superior, particularmente la tecnológica, el Esta-
do mexicano se supeditó a la estrategia desarrollista implementada por Estados Unidos,
que a través de los organismos internacionales proyectaron transformar la educación en
un instrumento fundamental del crecimiento económico de América Latina.190
A partir de la noción de que el conjunto de países integrantes de la región
eran subdesarrollados y por tanto pertenecían a un llamado desde entonces “tercer
mundo”, se “gestó la implementación de una estrategia política que en realidad marcó
el inicio de un nuevo ciclo de colonización”.191
188
De hecho, Cárdenas como presidente de la República había creado con anterioridad el Instituto
Técnico Industrial de Agua Caliente, expropiando el Casino del mismo nombre, como una escuela-
internado para hijos de obreros, campesinos y soldados. Ahí llegaron jóvenes de todo el país, pero
principalmente de Sonora, Sinaloa, Jalisco y Michoacán. Por eso se dice que los del ipn, “son hijos de
la Poli de Tijuana”, entrevista del autor a Rafael Aguilar Talamantes el 27 de octubre de 2015 en la
Ciudad de México.
189
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/dof/cpeum_ref_041_30dic46_ima.pdf
190
Mirna Jirón Popova, “La institución de la modalidad de educación tecnológica en Colombia: una
mirada” Revista Facultad de Ciencias Económicas: Investigación y Reflexión, vol. xvi, núm. 1, junio,
2008, pp.9-22, Universidad Militar Nueva Granada Bogotá, Colombia, http://www.redalyc.org/
articulo.oa?id=90916102, recuperado el 16 de mayo de 2016.
Mirna Jirón Popova, “La institución de la modalidad de educación tecnológica en Colombia:
191
una mirada”.
76
Lucio Rangel Hernández
El programa Paz y Libertad del presidente Harry Truman (1949) trazó las
líneas de la futura política científico-tecnológica norteamericana para dichos países:
Tenemos a un audaz programa nuevo para poner a disposición del mejoramiento y
desarrollo de las regiones atrasadas los beneficios de nuestros adelantos científicos y
de nuestro progreso industrial. Más de la mitad de las personas del mundo viven en
condiciones que se acercan a la miseria; sus alimentos son insuficientes, son víctimas
de enfermedades, su vida económica es primitiva y está estancada, su pobreza es un
handicap y una amenaza tanto para ellos como para regiones más prósperas. Por
primera vez en la Historia, la Humanidad posee el conocimiento y la capacidad para
aliviar los sufrimientos de estos pueblos. Los Estados Unidos son preeminentes entre
las naciones en el desenvolvimiento de la técnica industrial y científica. Los recursos
materiales que podemos poner a disposición para la asistencia de otros pueblos son
limitados, pero nuestros recursos, imponderables en materia de conocimiento técnico,
crecen constantemente y son exhaustivos.192
Latinoamérica, supeditada a la estrategias del desarrollismo, se abocó a
la consecución del crecimiento económico y a la aceleración de los procesos de indus-
trialización “bajo la sombra” de la asistencia técnica y financiera de Estados Unidos,
lo que desde luego implicaba la renuncia a emprender proyectos científicos y tecnoló-
gicos propios, propiciando abiertamente la dependencia en ese renglón.
La ayuda externa, como elemento fundamental de la fórmula del desa-
rrollo, tomó dos modalidades:
1. La Cooperación Técnica, entendida como: (a) el establecimiento de misiones de ex-
pertos que llevaron a cabo los estudios diagnósticos que viabilizaban la formulación de
planes de desarrollo y (b) la transferencia de los avances en materia científica y tecno-
lógica alcanzados y 2. La financiación (préstamos) que concedían las organizaciones
internacionales para llevar a cabo los proyectos en diferentes áreas, particularmente
en la educativa.
Entre las principales fuentes financieras figuraban, por orden de importancia, el Ban-
co Internacional de Desarrollo (bid), la Agencia para el Desarrollo Internacional (aid),
las Fundaciones Ford, Kellog y Rockefeller, el Fondo Especial de las Naciones Unidas
y la unesco.193
192
Punto Cuatro del presidente Harry Truman, en Julián G. Verplaetse, Cuadernos de Estudios
Africanos, Nº 9, 1950, p. 97, http://wwwcao_009_097pdf, recuperado el 17 de mayo de 2016.
193
Mirna Jirón Popova, “La institución de la modalidad de educación tecnológica en Colombia: una mirada”.
77
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
El plan se aplicaría originalmente en el nivel superior, pero como los ci-
mientos de éste se encuentran en el nivel básico, se propuso la reforma a la educación
primaria y la creación de un sistema de aprendizaje industrial con miras al desarrollo
intensivo de las modalidades de formación para el trabajo.194
Todo esto se articularía con la tesis de la Crisis Mundial de la Educación,
por lo que se planteaba que
la necesidad de realizar una trasformación total de la educación conocida como mo-
dernización educativa, que cosiste en construir un modelo de formación y moviliza-
ción que esté acorde con el desarrollo de las fuerzas productivas y el incremento en la
productividad del trabajo. El objetivo fundamental era racionalizar la educación de tal
manera que se ordenara vinculándola a los propósitos del desarrollo.195
En nuestro país, el primer intento abierto de aplicar el mencionado plan
se dio en 1951. Fue elegida para ello la Escuela de Agricultura “Antonio Narro”,
de Saltillo, Coahuila. La encargada de elaborar un plan de estudios y de aplicarlo
conforme al nuevo modelo educativo fue la Universidad de Columbia. Las prime-
ras medidas adoptadas para su implantación consistieron en suprimir el internado
y la sustitución de sus maestros por instructores estadounidenses. Pero la respuesta
estudiantil fue inmediata, declarando la huelga “en contra de este intento de intro-
misión imperialista en la educación”. La movilización estudiantil, victoriosa, logró la
restitución del internado, la suspensión de la aplicación del plan y la expulsión de los
instructores “gringos”.196 Pero esta sería sólo una de muchas batallas que habrían de
librar estas instituciones por impedir el desmantelamiento del sistema asistencial fruto
de las conquistas revolucionarias por parte de una oligarquía pro imperialista que
había accedido al poder en 1940.
194
Mirna Jirón Popova, “La institución de la modalidad de educación tecnológica en Colombia: una
mirada”; véase también Horacio Quiñones, “La Realidad Sobre el Asunto del Politécnico”, en La Voz
de Michoacán, jueves 18 de octubre de 1956, pp. 1 y 4.
195
A. Martínez, “La escuela expansiva en América Latina”, en “De la escuela expansiva a la escuela
competitiva. Dos modos de modernización en América Latina”, Anthropos Editorial Rubí Barcelona/
Convenio Andrés Bello, Bogotá Colombia, 2004, pp. 47-172, citado por Mirna Jirón Popova, “La
institución de la modalidad de educación tecnológica en Colombia: una mirada”.
Alfredo Tecla Jiménez, Universidad, burguesía y proletariado, México, Ediciones de Cultura Popular,
196
1976, p. 10.
78
Lucio Rangel Hernández
De esta manera, si bien es cierto que durante el gobierno de Miguel Ale-
mán Valdés se dio una expansión de la educación tecnológica, y en particular en el
ipn se observó un inusitado crecimiento, también es cierto que la población estudiantil
aumentó en igual o mayor medida, no solamente por la creación de más escuelas en
su seno sino por la demanda creciente del sector juvenil en constante crecimiento. Lo
anterior significaba la necesidad de más infraestructura: salones, laboratorios, talleres
y la renovación de los existentes; así como el aumento de la planta docente y de per-
sonal administrativo.
Desde luego los servicios asistenciales debieron haber crecido en la misma
proporción en que aumentó el estudiantado provincial, necesitado de estos apoyos,
pero no lo hicieron, al contrario, se degradaban constantemente, sin que la burocracia
politécnica hiciera nada para remediarlo:
En aquel momento existían unos 3500 becados reconocidos oficialmente, pero mar-
ginalmente existían unos 1500 estudiantes conocidos como “gaviotas”. Para estos es-
tudiantes, pertenecer al ipn era una cuestión de estudio y supervivencia. Sin tener
recursos para renta o comida, aquellos jóvenes se las arreglaban para dormir, ya sea
debajo de las escaleras del estadio o ya sea donde pudieran. Cuando la hora de la
comida llegaba en el internado, los “gaviotas” esperaban a que, intencionalmente, los
becados dejaran restos de comida en sus platos para que posteriormente ellos pudie-
ran entrar y “comer”.197
Lo que venía a agravar la situación era el hecho de que el ipn había surgido
sin una ley orgánica que no solamente regulara sus funciones como institución de educa-
ción pública sino que estableciera claramente las obligaciones del Estado para con ella.
En tanto respondió al proyecto educativo cardenista de corte popular y nacionalista no
significó mayor problema porque contó con todo el apoyo, pero cuando dicha política
cambió a partir de 1940 para ponerla en consonancia con los requerimientos de la ini-
ciativa privada y de los inversionistas extranjeros, llevó a que los intereses y aspiraciones
de la comunidad politécnica chocara con la política de los gobiernos post cardenistas.
Armando Rodríguez, 12 de abril de 2010, http://laizquierdasocialista.org/node/1446, consulta 2 de
197
abril de 2016. Jaime M. Pensado, “El movimiento politécnico de 1956: la primera revuelta estudiantil
en México de los sesenta”, en Marsiske, Renate (Coord.), Movimientos estudiantiles en la historia de América
Latina IV, México, iisue, unam, 2015, pp. 129-187, explica así el origen de tal calificativo: “La ocupación
temporal de espacios para dormir adquirió tal extensión que los estudiantes que la practicaban
comenzaron a ser identificados con un nuevo apodo: gaviotas”.
79
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
El Instituto fue dotado de una ley orgánica hasta el gobierno de Alemán
Valdés (1949), pero en 1955, al ser criticado el carácter “aristocratizante” de la en-
señanza, expresado en ella, las autoridades politécnicas enviaron al Congreso de la
Unión la propuesta de una nueva que viniera a sustituirla. La fnet cuestionó el hecho
de que en su elaboración no se hubiese tomado en cuenta al sector estudiantil y ma-
gisterial, por lo que exigieron la participación democrática de los mismos, así como
la destitución del director general, Rodolfo Hernández Corso,198 pero obviamente la
sep se negó.
Así, el malestar que se había acrecentado dentro del ipn entre 1950 y
1956, hizo crisis: “Los problemas esenciales, como el de la Ley Orgánica y el del
financiamiento, continuaban sin solucionarse, mientras las condiciones académicas
y materiales de la institución se deterioraban en forma acelerada”.199 El 11 de abril
la fnet, organización estudiantil entonces combativa, fortalecida con el aumento de
la matrícula, dirigida por el estudiante de medicina Nicandro Mendoza, declaró la
huelga levantando un pliego de peticiones que contenía trece puntos, entre los que
destacaban: 1) someter a aprobación el proyecto de Ley Orgánica realizada por la
Comisión Mixta de autoridades, maestros y alumnos; 2) destitución del director ge-
neral; 3) incremento del presupuesto; 4) conclusión de las obras de infraestructura; 5)
Actualización de los planes y programas de estudio; 6) oposición a la aplicación del
punto iv del Plan Truman que establecía el asesoramiento estadounidense en materia
de educación técnica superior y, por supuesto, incluía una demanda extremadamente
sensible para los estudiantes: el aumento de becas y dormitorios.200
Las autoridades, como era su costumbre, dejaron pasar los días sin hacer
algún tipo de concesiones al pliego petitorio, y en cambio amenazaron con la pérdi-
198
Los estudiantes sentían una particular animadversión por Hernández Corso, por el apoyo que
públicamente había manifestado en favor de la injerencia estadounidense en la industrialización del
país. Seguramente, la admiración que éste sentía por el progreso industrial del vecino país, lo había
adquirido cuando realizó sus estudios de maestría en Northwestern University y de doctorado en
Stanford, Estados Unidos, de esta forma, “[…] En el contexto de la guerra fría, Hernández Corso
era percibido como un agente del ‘imperialismo yanqui’ que en colaboración con la Secretaría de
Educación Pública quería ‘poner al mando de la educación técnica en México a los norteamericanos’”,
Jaime M. Pensado, “El movimiento politécnico..., pp. 129-187.
Gilberto Guevara Niebla, (Comp.), Las luchas estudiantiles en México, tomo II, México, Línea/uag/uaz,
199
1986, p. 50.
Gilberto Guevara Niebla, (Comp.), Las luchas estudiantiles en México..., p. 50; y entrevista a Rafael
200
Aguilar Talamantes.
80
Lucio Rangel Hernández
da del año escolar si no aceptaban volver a clases;201 al mismo tiempo orquestaron
una campaña de ataques, calumnias y denuestos contra el movimiento politécnico,
contando para ello con el apoyo de la radio, la prensa y la televisión. Estos se valie-
ron de la filiación al pp de Nicandro Mendoza como la “prueba más contundente de
que la protesta estudiantil había sido organizada por ‘manos extrañas’, que tenían la
esperanza de desestabilizar la nación para generar una chispa que hiciera estallar la
‘revolución marxista’”. Incluso mandaron “porras” a cometer desmanes y actos de
provocación con el propósito de desprestigiar al estudiantado.202
Pero lejos de debilitarse con esta “cruzada”, el movimiento politécnico
provocó una “reacción en cadena”; los estudiantes de otras instituciones de educación
popular, siguiendo su ejemplo, se lanzaron también a la huelga. La movilización llegó
a abarcar más de cien mil jóvenes de todo el país; además del ipn participaron las
normales rurales, los tecnológicos regionales, las escuelas prácticas de agricultura, la
Escuela Nacional de Maestros, la Escuela Normal Superior, la Universidad Michoa-
cana y la Universidad de Guadalajara.203
Sobre ello, Guevara Niebla escribió:
La lucha estudiantil produjo una auténtica conmoción nacional, a pesar de las calum-
nias que se levantaron contra ella. En la ciudad de México —como luego se repetiría
en 1968— los estudiantes se organizaban en brigadas y salían a la calle para contra-
rrestar la influencia de los medios informativos y dialogar directamente con las masas
trabajadoras. Otros grupos salían a provincia con el fin de obtener solidaridad para
con la huelga. Finalmente, el 12 de mayo la sep aceptó dialogar con los rebeldes a
quienes hizo una primera oferta de solución que fue rechazada.204
La huelga, por lo tanto, continuó, pero el gobierno hábilmente pro-
cedió a negociar por separado los diferentes conflictos en el país, que habiendo
estallado espontáneamente nunca alcanzaron a coordinarse entre sí. La cjm, como
201
La Voz de Michoacán, domingo 13 de mayo de 1956, “50 mil alumnos amenazados con perder el año
escolar”, p.1.
202
Jaime M. Pensado, “El movimiento politécnico..., pp. 129-187.
203
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 50.
204
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 51.
81
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
organismo corporativo del Estado, con todo propósito se mantuvo a la deriva.205
Así, después de haber sido secundado en 23 estados de la república, el movimiento
del Poli quedó aislado y perdió fuerza. Todos acordaron con sus gobiernos locales
y el federal levantar el paro que había tenido prácticamente un carácter nacional.
En el ipn, la lucha se extendió hasta el 16 de junio, cuando el presidente
Adolfo Ruiz Cortines se reunió con el Comité Central de Huelga, resolviendo par-
cialmente el pliego de peticiones. Luego de 72 días, la huelga se levantó, pero sin que
los acuerdos fueran del todo satisfactorios, además de que la lentitud en concretarlos
provocó el resurgimiento de la inconformidad. Los alumnos, en señal de protesta, se
apoderaron de los hoteles aledaños “al Casco de Santo Tomás y se instalaron allí a la
espera de una solución para sus demandas”.206
El gobierno, con el propósito de desgastar al movimiento, se negaba a dar
una solución a favor de las exigencias estudiantiles. Cuando consideró que sus planes,
contrarios a los intereses de los politécnicos, podían imponerse por la fuerza los puso
en práctica. A fines de agosto, por medio de la sep, nombró como nuevo director del
ipn al millonario Alejo Peralta, quien de inmediato aplicó medidas autoritarias contra
el movimiento. Días más tarde, la madrugada del 23 de septiembre, el Ejército con
una precisión casi quirúrgica llevó a cabo una operación militar, tomando por asalto
las instalaciones del Instituto, clausurando el internado, desalojando a culatazos y
amagos de bayoneta a sus ocupantes207 y procediendo a detener a los integrantes del
Comité Central de Huelga y a los dirigentes de la fnet, Nicandro Mendoza y Maria-
no Molina, quienes acusados del delito de disolución social permanecerían en prisión
por más de dos años. Ellos serían considerados como los primeros presos políticos del
sistema antidemocrático mexicano.208
La policía, en este caso vocera del régimen, justificó la clausura del in-
ternado porque era “un verdadero foco de disolución moral y social, pues ahí se en-
APHB, Manifiesto del Comité Ejecutivo de la cned en el ii Pleno, septiembre 18 de 1966, Ciudad Universitaria,
205
México.
206
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 50.
Entre los desalojados se encontraba Arturo Gámiz García, quien tuvo que regresar a Chihuahua,
207
para estudiar en la Escuela Normal del Estado, donde nueve años después encabezaría la primera
guerrilla socialista de nuestro país “también al amanecer de otro 23 de septiembre, el de 1965”, Carlos
Montemayor, La violencia de Estado en México antes y después de 1968, México, Random House Mondadori,
2010, p. 78.
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 50. Véase también Jaime M. Pensado,
208
“El movimiento politécnico…”, pp. 129-187.
82
Lucio Rangel Hernández
contraron bebidas embriagantes, mariguana y armas”. Por su parte, los legisladores
aplaudieron “la atinada medida adoptada por el gobierno”, y de la misma manera
fieles intérpretes del sentir gubernamental expresaron que “existe la idea de militari-
zar el politécnico como la Escuela de Chapingo”.209
La represión al movimiento politécnico fue de tal magnitud —el Ejército
ocupó durante dos años el internado— que permitió la imposición de una facción
priista en la dirección de la fnet, manteniéndola en sus manos hasta 1967. Durante
todo ese tiempo replicó el estilo peculiar de hacer política del régimen autoritario
mexicano, que “consistía en realizar acuerdos de cúpula, componendas, y otros pro-
cedimientos al margen de las masas”.210
En los primeros días de octubre el estudiantado nacional trató de reac-
cionar. El día dos de ese mes, se reunieron en Morelia treinta y siete delegados de
distintas federaciones estudiantiles del país —incluida la de Michoacán—, tomando
el acuerdo de crear un Consejo Nacional de Estudiantes para la Defensa del ipn y del
régimen civil, con sede en Morelia, exigiendo públicamente:
Que las tropas que clausuraron el Internado del Poli desalojen esa institución. 2. Que
se ponga en libertad absoluta a todos los estudiantes que fueron detenidos por las au-
toridades policíacas de la Ciudad de México. 3. Que cese la persecución de parte de
todas las autoridades federales, contra dirigentes de grupos estudiantiles. 4. Que todas
las instituciones culturales de todo el país sean guiadas dentro de un régimen civil y
no militar.211
Sin embargo, esta reacción no tomó fuerza, acaso por la falta de liderazgo
político, y con el paso de los meses, al no mantenerse la continuidad de las reuniones
ni contar aún con una visión clara de crear una organización alterna a la oficialista
cjm, se diluyó. Pero estos hechos ya vislumbraban el inicio de la crisis del corporati-
vismo estatal sobre las federaciones estudiantiles del país, al ir perdiendo autoridad
moral dicha confederación como organización nacional.
A pesar de su derrota, el movimiento encabezado por los estudiantes po-
litécnicos en 1956 fue el de mayores proporciones hasta ese momento, de tal manera
209
La Voz de Michoacán, martes 25 de septiembre de 1956, “Clausura del Internado del Politécnico”, pp. 1 y 4.
210
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 52.
La Voz de Michoacán, miércoles 3 de octubre de 1956, “Estudiantes de todo el país sesionaron ayer en
211
Morelia”, pp. 1 y 4.
83
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
que para muchos estudiosos del tema marcó el inicio de un nuevo ciclo de moviliza-
ciones estudiantiles en todo el país, mismas que se incrementarían durante el periodo
de 1963 a 1968.
La huelga de los camiones
En 1958 sobrevino en la capital de la república el movimiento llamado “de los camio-
nes”, originado por el alza a las tarifas del transporte. El contexto en el que estalló este
movimiento lo sintetiza Carlos Pascual Moncayo:
La noticia al orden del día era el triunfo que había obtenido Vallejo en el Sindicato Fe-
rrocarrilero. Se agitaban, además, en esos momentos maestros, electricistas, petroleros
y telegrafistas. La causa eficiente del descontento estaba a la vista de todos: los precios
de todos los artículos de consumo se disparaban a alturas insospechadas: la carne, el
frijol, las tortillas, el azúcar, la verdura, no había producto indispensable que hubiera
escapado al alza general.212
Para protestar contra el aumento autorizado por el Departamento del Dis-
trito Federal, los estudiantes iniciaron la captura de autobuses y procedieron a encerrar-
los en Ciudad Universitaria. Después de que integraron el órgano directivo del movi-
miento, denominado la Gran Comisión (emulando a los ferrocarrileros), “levantaron
un pliego de demandas que incluían: no aumento de tarifas, mejores prestaciones para
choferes, municipalización de transporte y desaparición de la alianza de camioneros”.213
Aunque las divisiones internas afloraron, repercutiendo en la dirección
del movimiento,214 el 26 de agosto de 1958 se realizó una multitudinaria manifesta-
ción que culminó en el Zócalo “con la asistencia de 200,000 personas, según El Popu-
lar. En ella tomaron parte, además de estudiantes, sectores populares y organizaciones
sindicales en las que sobresalían los ferrocarrileros, los telegrafistas y los maestros. Este
acto provocó una inmediata intervención del presidente Ruiz Cortines ofreciendo sus-
pender el aumento anunciado de las tarifas”.215
212
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 54.
213
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 55.
214
Sobre el particular véase José René Rivas Ontiveros, La izquierda estudiantil en la unam…, pp. 134-146.
215
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 55.
84
Lucio Rangel Hernández
Sin embargo, la solución final sólo sería alcanzada después de un enfren-
tamiento callejero de estudiantes y obreros con la policía, suscitado el 29 de agosto.
El sábado 30, la Gran Comisión llegó a los siguientes acuerdos con el presidente Ruiz
Cortines, poniendo término al conflicto: “1.- No se hará efectiva el alza de las tarifas
en los camiones, 2.- Se dará la libertad a los estudiantes detenidos sin represalias,
3.- Se retirarán las tropas del Politécnico, la Universidad y la Normal de Maestros, y
4.- Devolución de los camiones”.216
Estamos de acuerdo con Guevara Niebla, para quien
como la revuelta estudiantil coincidió con las explosiones sociales de otros grupos
como los telegrafistas, maestros de primaria, telefonistas, electricistas, ferrocarrileros y
trabajadores de otros gremios que se lanzaron a luchas reivindicativas se planteaba así
una crisis, producto de las contradicciones sociales que habían venido madurando con
el desarrollo industrial. Por lo que el gobierno tuvo que hacer concesiones parciales,
para levantar una capa de humo alrededor de las medidas represivas. Esta combi-
nación de soluciones parciales y represión fue la fórmula eficaz que se utilizó para
liquidar al poderoso movimiento estudiantil.217
La UAG contra el gobernador Caballero Aburto
Al movimiento popular iniciado en el mes de octubre de 1960 se sumó la moviliza-
ción estudiantil de la Universidad Autónoma de Guerrero, contra el denominado
“sátrapa” Raúl Caballero Aburto, gobernador del estado. Desde luego a la exigencia
general de la desaparición de poderes en la entidad, los universitarios plantearon otras
que estaban particularmente vinculadas con su casa de estudios: destitución del pre-
potente rector Alfonso Martínez Altamirano, reforma a la ley orgánica que otorgara
la autonomía a la institución, aumento de subsidio, becas para estudiantes de escasos
recursos, la renuncia de otros directivos y profesores y la contratación de maestros ca-
pacitados. Para la consecución de estos objetivos, decidieron, apoyados por la Normal
Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, liderada por Lucio Cabañas Barrientos, parar
las actividades universitarias a partir del 21 de octubre.218
216
La Voz de Michoacán, domingo 31 de agosto de 1958, “Terminó el conflicto estudiantil y vuelve la
tranquilidad al d. f.”, pp. 1 y 5.
217
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 49.
218
Fritz Glockner, Memoria roja. Historia…, p. 111.
85
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
A partir de ese día, la inconformidad contra Caballero Aburto toma la
dimensión de un movimiento popular-estudiantil, por lo que las marchas y mítines
de protesta son reprimidas con lujo de violencia, siendo tomadas el 25 de noviem-
bre las instalaciones de la Universidad Autónoma de Guerrero por las “fuerzas de
seguridad”, esto después de una tenaz resistencia que se prolongó hasta las tres de la
madrugada del siguiente día. Los nicolaítas se solidarizaron con movimientos como
éste, que perseguían —y finalmente lo consiguieron— sacudirse este tipo de gobiernos
antipopulares cuasi dictatoriales.219
El movimiento estudiantil poblano
por la reforma a la Ley Orgánica
En la Universidad Autónoma de Puebla, no obstante haber obtenido su autonomía
desde 1956, la inclusión en su Ley Orgánica de un Consejo de Honor, cuyos integran-
tes eran miembros de organizaciones religiosas ligadas al clero católico poblano, como
los Caballeros de Colón y las Hijas de María, impedían en realidad tal ejercicio. Los
gobernadores en turno imponían su voluntad en la institución por medio del rector y
dicho consejo.
Aunque como en otras instituciones de educación superior, merced al
crecimiento de la población estudiantil, la uap requería de un aumento presupuestal
para ampliar su infraestructura porque ya no cabían en el edificio Carolino, donde
funcionaban casi todas sus escuelas y facultades, la principal demanda del sector es-
tudiantil progresista se centraba en la reforma a la Ley Orgánica que concediera la
verdadera autonomía para, entre otras cosas, permitir a la comunidad universitaria
realizar cambios en los planes y programas de estudio de sus escuelas, porque la gran
mayoría se encontraban anquilosados; además buscaba institucionalizar una educa-
ción laica, misma que en esos momentos estaba regida por una orientación confesio-
nal que inclusive obligaba a sus alumnos a asistir semanalmente a misa, mientras un
gran porcentaje de su personal docente pertenecía abiertamente a las organizaciones
religiosas mencionadas.
219
La Voz de Michoacán, miércoles 23 de noviembre de 1960, “Se suma la feum a la protesta contra el
régimen de Guerrero”, pp. 5 y 12; sábado 26 de noviembre de 1960, “Asaltó el Ejército la Universidad
de Guerrero Anoche”, pp. 5 y 12; domingo 27 de noviembre de 1960, “Protestan los maestros
universitarios por los sucesos de Guerrero”, pp. 5 y 13 y “La feum pide la restauración de las Garantías
violadas en aquel Estado, pp. 1 y 13.
86
Lucio Rangel Hernández
Bajo estas condiciones, a mediados de abril de 1961, teniendo como im-
pulso una manifestación de apoyo a la Revolución cubana, estalló un movimiento
estudiantil en la universidad, el cual buscaba obtener la autonomía real para esa casa
de estudios. Esta movilización estudiantil, dirigida por grupos universitarios liberales
y de izquierda, chocó con la posición de los conservadores afiliados al denominado
Frente Anticomunista Universitario (fua), que fueron utilizados como grupos de cho-
que tanto por la burocracia universitaria como por la estatal.220
Es indudable que el escenario internacional de la Guerra Fría jugó un
papel sustancial en el movimiento de 1961. Las corrientes estudiantiles liberales sim-
patizaban con la Revolución cubana, la cual aumentó por el intento de invasión de
tropas mercenarias auspiciadas por Estados Unidos a la isla. En su apoyo, el 17 de
abril se organizó una manifestación de repudio a la intervención estadounidense en
la operación contrarrevolucionaria. En su recorrido los manifestantes se detuvieron
frente al edificio del diario El Sol de Puebla, y cuando se retiraban la policía los copó y
atacó a macanazos. Algunos manifestantes lograron llegar al edificio Carolino donde
se refugiaron; otros subieron a las azoteas de las casas, desde donde repelieron la agre-
sión. Este hecho incrementó la combatividad del sector estudiantil conformado por
jóvenes guevaristas, masones, comunistas y metodistas, quienes se cohesionaron en
torno a la simpatía y la solidaridad que sentían y manifestaban por Cuba. “En tanto
los opositores se declaran fervientes católicos anticomunistas, algunos eran miembros
del Frente Universitario Anticomunista (fua)”.221 Las filas de esta organización estu-
diantil se nutrían de los egresados de los colegios privados, quienes al ingresar a la
universidad llegaban convencidos, por el adoctrinamiento recibido, de la necesidad de
defender la religión católica “en ámbitos de educación superior y sumarse a la gesta
contra los enemigos de Dios y de la patria; esta concepción le brindó fuerza, sentido y
coherencia a su acción política”.222
220
Gloria Arminda Tirado Villegas, “Puebla 1961, género y movimiento estudiantil”, La ventana, Revista
de Estudios de Género, Vol. v, núm. 39, 2014, pp. 179-207, Universidad de Guadalajara, México, en:
http://www.redalyc.org/pdf/884/88435814008.pdf, recuperado 23 de junio de 2016. Inclusive se sabe
que este grupo era en realidad fachada del Yunque, organización secreta de ultraderecha, fundada en
1953, Álvaro Delgado, El Ejército de Dios. Nuevas revelaciones sobre la extrema derecha en México, México, Plaza
y Janes, 2004, p.12.
221
Álvaro Delgado, El Ejército de Dios…, p. 12.
Karol Méndez Polanco, “Organizaciones estudiantiles de derecha en la Universidad Autónoma
222
de Puebla (uap)”, en Silvia Gómez Marín y Ana María Sánchez Sáenz (Coordinadoras), 154 años de
movimientos estudiantiles en Iberoamérica, México, unam, 2011, pp. 127-138.
87
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
En este contexto, polarizadas las corrientes estudiantiles en medio de un
ambiente anticomunista alentado por el fua, y con la consigna lanzada por la alta je-
rarquía clerical poblana (“Cristianismo sí, comunismo no”), se dan enfrentamientos ver-
bales y físicos cada vez más cruentos. Para evitar mayores problemas, el 27 de abril el
rector Armando Guerra declara suspendidas las clases en la universidad hasta nuevo
aviso. A pesar de ello, las acciones de uno y otro bando prosiguen. Aprovechando los
eventos del 1° de mayo, un puñado de estudiantes toma el edificio Carolino y exigen la
renuncia del rector. “El 2 de mayo, Guerra dialoga con el Comité Estudiantil Poblano
y promete presentar su renuncia pero no cumple, por lo que el 9 de mayo dicho Comi-
té nombra como rector de facto al doctor Julio Glockner Lozada. Desde ese momen-
to los estudiantes y profesores organizados en ese frente, se denominaron carolinos”.223
Los choques entre los grupos se extendieron hasta octubre de 1961, y la re-
anudación de clases sólo pudo darse en enero del siguiente año, pero en realidad los pro-
blemas no terminaron hasta que se derogó la Ley Orgánica de la Universidad en 1963 y
se promulgó una nueva. Ésta eliminaba todas aquellas instituciones que, sin formar parte
de la uap, permitían abiertamente controlar la vida institucional, como eran el Consejo
de Honor y el Patronato Universitario. Además convertía al Consejo Universitario en
máxima autoridad de la universidad (anteriormente lo era el Consejo de Honor). La par-
ticipación de todos los sectores de la comunidad universitaria en los procesos de toma
de decisiones, como una de las demandas fundamentales del movimiento de reforma,
también encontró cabida en el nuevo ordenamiento jurídico; se establecía la participa-
ción en el Consejo Universitario, aunque no igualitariamente, de maestros, alumnos y
trabajadores. Esta etapa del movimiento de reforma universitaria poblana concluyó el
mes de febrero de 1963 con la elección del doctor Manuel Lara y Parra como rector
y al mismo tiempo presidente del Consejo Universitario, según el nuevo marco legal.224
Los universitarios michoacanos, igual que lo hicieron con el mo-
vimiento estudiantil-popular de Guerrero, también siguieron muy de cer-
ca este prolongado conflicto universitario suscitado en la conservadora ciu-
dad de Puebla de los Ángeles, apoyando la lucha de los estudiantes “carolinos”
tendente a “rescatar su casa de estudios de las fuerzas reaccionarias poblanas”.225
223
Gloria Arminda Tirado Villegas, “Puebla 1961, género y movimiento…”, pp. 179-207
224
Florencia Correa Vázquez, “Universidad y política. Un caso de doble juricidad”, en http://www.
juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/critica/cont/12/ana/ana12.pdf, recuperado 23 de junio de 2016.
225
Véase La Voz de Michoacán, domingo 4 de junio de 1961, “Apoyan la lucha estudiantil poblana”, pp. 1 y
12; viernes 14 de julio de 1961, “Piden ayuda los nicolaitas para auxiliar a los estudiantes poblanos”, pp.
1 y 12; sábado 15 de julio de 1961, “Respaldo unánime de los nicolaitas a los universitarios de Puebla”,
88
Lucio Rangel Hernández
El movimiento estudiantil-popular poblano de 1964
En 1964, los universitarios poblanos escribirían otro capítulo en la historia del movi-
miento estudiantil de su estado y del país:
Todo comenzó el 25 de agosto cuando el Congreso del Estado aprobó la Ley sobre
Producción, Introducción, Transporte, Pasteurización y Comercio de la Leche, que
obligaba a los pequeños estableros y productores de leche, por medio del decreto de
sanidad pública, a entregar el producto lácteo a empresas pasteurizadoras reciente-
mente instaladas y que gozaban de estímulos fiscales y subsidios de la Ley de Fomento
de Industrias Nuevas y Necesarias concedidos por lapsos de hasta hace 15 años.226
El gobierno estatal prohibió a los lecheros vender su producto directa-
mente a las amas de casa, pues el decreto ordenaba que en Puebla sólo se vendiera
leche pasteurizada, por lo que se procedió por parte de la policía a recoger el producto
en todas las entradas a la ciudad para inmediatamente verterlo a las cañerías.
Los lecheros apoyados por la cci, así como por sectores populares y con-
tingentes de la clase media a quienes afectó el alza del lácteo y sus derivados, deci-
dieron organizar una manifestación el 14 de octubre para exigir la derogación de la
ley. La manifestación fue disuelta con lujo de violencia por la policía y el cuerpo de
motociclistas del Departamento de Tránsito, quienes golpearon a los manifestantes
aprehendiendo a los dirigentes de la cci Ramón Danzós Palomino y Bruno Mar-
tínez. En respuesta a la agresión, y con motivo de la detención de varios estudian-
tes que también participaban en la protesta, un grupo de universitarios organizó un
mitin frente a la delegación de policía, en donde también fueron reprimidos; éstos
se replegaron seguidos por las fuerzas policiacas hasta el edifico Carolino, donde se
rehicieron, produciéndose un nuevo enfrentamiento en la Avenida Reforma, del que
resultaron cuarenta y cuatro estudiantes heridos, una pipa de bomberos volteada y
dos motocicletas del Departamento de Tránsito quemadas. Los estudiantes retuvieron
a varios bomberos y agentes de la policía de Tránsito, entre los que se encontraba el
pp. 1 y 12; domingo 23 de julio de 1961, “Paro estudiantil en 7 universidades”, pp. 1 y 12; y martes 25
de julio de 1961, “La Universidad de Puebla perdió su autonomía ayer”, pp. 1 y 13.
226
Luis Ortega Morales, “El movimiento estudiantil popular de 1964”, domingo 9 de octubre de
2011, en http://wwwsiclapuebla.blogspot.mx/2011/10/el-movimiento-estudiantil-popular-de.html,
recuperado 22 de junio de 2016.
89
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
comandante de la misma; por su parte la policía detuvo a ciento veinticuatro estudian-
tes, entre ellos a Enrique Cabrera Barroso.227
A raíz de este enfrentamiento entre estudiantes y la policía con motivo de
la represión a la manifestación de los lecheros, y la detención de más de una centena
de estudiantes, la protesta se transformó en una lucha por su liberación y fue más allá
al exigir la renuncia del gobernador Antonio Nava Castillo, cuyo gobierno, confor-
mado por varios militares, comenzó a ser señalado de despótico por parte de varios
sectores sociales.228
Después de ser acusado por el gobierno estatal y federal, y por las orga-
nizaciones sindicales corporativas de estar siendo provocado y manipulado por “agi-
tadores profesionales” y de sufrir claudicación por parte de la Federación Estudiantil
Poblana (fep), el movimiento se fortalece bajo la dirección del Directorio Estudiantil
Poblano, donde estaban representadas todas las escuelas pertenecientes a la uap, lo-
grando la adhesión de amplios sectores sociales poblanos.229
La generalización de la protesta popular, así como la radicalización del
movimiento estudiantil, finalmente logró que el 30 de octubre, en sesión extraordina-
ria, el Congreso del Estado aprobara la licencia como gobernador constitucional del
Estado de Puebla del general Antonio Nava Castillo, el cual había tomado posesión
tan sólo nueve meses atrás. Asimismo, el 20 de diciembre del mismo año fue derogado
el decreto de pasteurización.230
Las normales rurales
Michoacán es considerado como el estado cuna del normalismo rural, no solamente
de México sino de América Latina, ya que fue en la localidad de Tacámbaro donde a
iniciativa del gobernador anticlerical Francisco J. Múgica, en respuesta a la creación
del seminario diocesano en la región se estableció la primera normal de este tipo el 22
de mayo de 1922 (actualmente Escuela Normal Rural “Vasco de Quiroga” de Tiripe-
227
Luis Ortega Morales, “El movimiento estudiantil...”.
228
Luis Ortega Morales, “El movimiento estudiantil...”.
229
Luis Ortega Morales, “El movimiento estudiantil...”.
La Voz de Michoacán, sábado 31 de octubre de 1964, “¡Cayó Nava Castillo! gobernador de Puebla”,
230
pp. 1 y 12.
90
Lucio Rangel Hernández
tío),231 y fue también durante su gobierno (1920-1922) y el de Lázaro Cárdenas (1928-
1932), que se destinó casi la mitad del presupuesto estatal a la educación rural.232
Las normales rurales se originaron con las escuelas normales regionales
y las escuelas centrales agrícolas que se crearon a principios de los años veinte. Las
normales regionales debían formar maestros que en breve tiempo estuvieran capa-
citados para enseñar a leer y a escribir, a la vez que introdujeran nuevas técnicas de
agricultura. Las centrales agrícolas se formaron durante la administración de Plutar-
co Elías Calles como un proyecto que con moderna maquinaria y una organización
cooperativista debía mejorar la producción del agro mexicano; mientras que las regio-
nales estaban destinadas a formar tanto maestros rurales como técnicos agrícolas.233
Hacía 1933 las normales regionales y las centrales agrícolas se fusionaron,
dando origen a las escuelas regionales campesinas, mismas que son el antecedente
directo de las normales rurales. Tanto en su organización como en su pedagogía,
estas escuelas reflejaban las ideas del nuevo orden revolucionario. Diseñadas explíci-
tamente para hijos de campesinos, se convirtieron en una oportunidad de escapar de
la pobreza que caracterizaba a la población del campo, a la vez que contribuirían al
desarrollo rural formando maestros adiestrados en las más modernas técnicas agrí-
colas. Las normales rurales serían una de las pocas vías por las cuales los campesinos
podrían ascender socialmente. Para el gobierno, estas instituciones proveerían “los
misioneros” encargados de inculcar las nuevas prácticas de corte cívico (honores a la
bandera, reverencia a los héroes nacionales y festejos patrios), así como enseñar hábi-
tos de higiene y nuevos modelos de organización doméstica, a la vez que combatieran
la superstición y el alcoholismo.234
231
Rogelio Rico, “Tacámbaro podría ser declarado cuna del normalísmo rural en México y al”, Cambio
de Michoacán, lunes 11 de agosto de 2014, en http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-231418,
recuperado 28 de junio de 2016; y Eduardo Nava Hernández, El cardenismo en Michoacán…, p. 97.
Tanalis Padilla, “Las normales rurales: historia y proyecto de nación”, El Cotidiano, núm. 154, marzo-
232
abril, 2009, pp. 85-93, México, Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, http://www//
redalyc.org/articulo.oa?id=32512736009, recuperado 22 de junio de 2016.
233
Véase Raúl Mejía Zuñiga, “La escuela que surge de la revolución”, en Fernando Solana, Raúl
Cardiel Reyes y Raúl Bolaños Guzmán, Historia de la educación pública en México, México, sep, 1981, pp.
183-233; en Michoacán el gobierno callista fundó en 1926 La Central Agrícola de La Huerta, la que se
transformaría en Escuela Regional Campesina, misma que contaba con un internado, Eduardo Nava
Hernández, El cardenismo en Michoacán…, p. 177.
234
Tanalis Padilla, “Las normales rurales...”.
91
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Gran parte del proceso educativo se daba en los internados, que hasta
1943 fueron mixtos. Los estudiantes se rotaban para atender todas las necesidades
de cada escuela, sus anexos agropecuarios y talleres, la alimentación y la limpieza,
otorgando un gran valor al trabajo, la disciplina, la vocación de servicio y el com-
promiso con la comunidad. Cuando en 1934 se modificó el artículo 3º de la Consti-
tución para establecer que la educación que impartiera el Estado sería socialista, se
introdujeron en el plan de estudios algunas materias sobre materialismo histórico,
al igual que en otras escuelas normales. Un año después se formó la Federación de
Estudiantes Campesinos Socialistas de México (fecsm), organismo estudiantil que
aglutinó a las sociedades de alumnos de cada escuela y que jugaría a partir de ese
momento un papel fundamental, primero en la gestión por mejorar las condiciones
materiales y académicas de las normales rurales y luego en la lucha por defenderlas
de los embates contrarreformistas. 235
Entre 1920 y 1941 las escuelas representaban la entrada del gobierno
revolucionario en la vida del campo. Pero contrario a lo que se piensa,
sus relaciones con las comunidades no fueron sencillas por su carácter mixto y laico,
mientras que su encargo agrarista las colocó como enemigas de caciques, propietarios
y comerciantes. A la vez, su involucramiento en la reforma agraria pronto entraría
en contradicción con la construcción vertical del corporativismo del gobierno revolu-
cionario, que limitó la organización de ligas agrarias y organizaciones magisteriales
independientes como las que se proponían desde las escuelas regionales campesinas.236
Para 1939, durante el régimen cardenista, la sep había abierto ya 36 es-
cuelas —era su época de esplendor—, con condiciones de trabajo muy variables que
sin embargo comenzarían a deteriorarse notablemente a raíz del cambio de rumbo
del proyecto de nación introducido por Ávila Camacho en el año de 1940.
El avilacamachismo “representó un parteaguas en la historia de estas
instituciones”. Las normales rurales perdieron su carácter de formación de técnicos
agrícolas, los internados mixtos fueron abolidos para organizarse por separado, su
presupuesto reducido al mínimo, perdiendo también sus escuelas anexas. Además, sus
talleres y anexos agropecuarios y sus tierras
Alicia Civera Pacheco, “Normales rurales. Historia mínima del olvido”, en Nexos, Nº 447, marzo
235
2015, pp. 16-19.
236
Alicia Civera Pacheco, “Normales rurales. Historia…”, pp. 16-19.
92
Lucio Rangel Hernández
quedaron como excedentes, muchos de ellos se convertirían con el paso del tiempo en
ruinas, mientras que otros fueron trabajados por los maestros y estudiantes para apo-
yarse económicamente frente a los escasos recursos que les proporcionaría la sep en
adelante, las escuelas sufrieron carencias de todo tipo: de laboratorios y bibliotecas entre
otras […] frecuentemente algunas asignaturas no se cursaban por falta de maestros.237
Bajo este periodo gubernamental, las regionales campesinas fueron des-
integradas para crear por separado escuelas prácticas de agricultura y escuelas nor-
males rurales, siendo por consecuencia reducidas a tan sólo dieciocho. Finalmente, en
1945 se implantó en las normales rurales un plan de estudios que las homologó con las
urbanas, pero contradictoriamente las plazas de profesores a partir de entonces fueron
diferenciadas, ya que para los egresados de aquellas se estableció un salario menor,
acaso para desalentar su ingreso a las mismas.238
El periodo que va de 1941 a 1969 las normales rurales vivieron una época
crítica. “Los gobiernos en turno durante este periodo apostaron a la modernización
del país a través del desarrollo industrial y urbano”. La reforma agraria fue detenida y
las escuelas normales rurales tuvieron un escaso lugar en este proyecto.239 “Se les dejó
a su suerte y se les puso en el camino de la sobrevivencia por sus propios medios”. Pero
“lejos de resignarse a desaparecer o perder su fuerte sentido de identidad, resistieron”.240
Como la mayor parte de los estudiantes siguieron siendo de origen rural
y humilde, las becas y los internados, que se habían convertido en opciones de movi-
lidad social e incluso de sobrevivencia para hijos de campesinos y otros sectores del
medio rural de escasos recursos que no hubieran podido estudiar sin esos apoyos,
fueron defendidos a “capa y espada”.241
237
Alicia Civera Pacheco, “Normales rurales. Historia…”, pp. 16-19.
238
Alicia Civera Pacheco, “Normales rurales. Historia…”, pp. 16-19.
239
Alicia Civera Pacheco, “Normales rurales. Historia…”, pp. 16-19; y Aleida García Aguirre, Normalistas
y maestros en el movimiento campesino y guerrillero de Chihuahua, 1960-1968. Experiencia de solidaridad y relaciones
reticulares en la formación de un sujeto político, México, Tesis de Maestría en Ciencias en la Especialidad
de Investigaciones Educativas, dia-cinvestav, 2012, enhttp://historiasocialcontepo.blogspot.
mx/2015/10/tesis-aleida-garcia-aguirre,recuperado 5 de julio de 2016.
240
Siddharta Camargo, “La combatividad histórica de las Normales Rurales”, en www.http//
milenio/donde_nace_la_violencia_en_guerrero/violencia_Guerrero-normales_rurales-normalistas-
guerrilleros-Ayotzinapa_13_393690630.html, recuperado 22 de junio de 2016.
Véase La Voz de Michoacán, viernes 25 de octubre de 1963, “Paro total en las Normales Rurales del
241
país. En Michoacán suspenden sus actividades las normales de la Huerta y la de Tiripetío”, pp. 1 y
93
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
A raíz de la reducción de los apoyos asistenciales que recibían y la necesi-
dad de movilizarse para obtenerlos, la formación de identidades en los internados se
hizo aún más intensa. Además, bajo la influencia de la ideología marxista, introducida
desde la reforma del artículo 3º en 1934, los normalistas rurales encontraron hacía los
inicios de la década de 1960 en la Revolución cubana una nueva fuente de inspiración
y argumentos de resistencia y lucha, frente al cada vez más autoritario régimen priista
mexicano. “En las escuelas operaban Comités de Orientación Política e Ideológica
(copi)”, que organizaban los famosos círculos de estudio que introdujeron el análisis
en torno a la Revolución cubana, la urss y desde luego se debatían “autores como
Marx, Lenin y el Che Guevara y se entrenaban en la oratoria”.242
De esta manera, a lo largo de la década, el conflicto entre las normales
rurales y los gobiernos federal y estatales “tomó matices cada vez más violentos […]
los estudiantes y maestros egresados de las Normales Rurales se volvieron un peligro
y fueron vistos como enemigos por un régimen político ‘anquilosado’ y cada vez más
autoritario y represor”.243 Los normalistas rurales enlazaron sus luchas a las de las co-
munidades campesinas e indígenas que ya no solamente exigían la materialización de
las promesas no cumplidas de la Revolución, particularmente del reparto agrario, sino
que ahora, merced a la contrarreforma en el campo, tenían que defender sus ejidos,
pequeña propiedad, tierras comunales y sus bosques de la voracidad de los neolatifun-
distas y empresarios agrícolas, ganaderos y madereros.
Sólo para ejemplificar una situación que se repetía en mayor o menor
medida en el área rural mexicana de la década mencionada, recordemos el caso de
Chihuahua, donde el autonombrado “más anticomunista de todos los gobernadores”,
Praxedes Giner Durán, aliado, socio y por ende defensor y protector de caciques
y empresarios, respondió ante las movilizaciones campesinas y normalistas rurales
(caravanas, mítines, plantones y las invasiones de tierras que se habían hecho recu-
rrentes) encarcelando o expulsando del estado a los líderes; o bien dejando actuar a
las “guardias blancas”, que impunemente asesinaban a las cabezas más visibles del
movimiento “para quitarlos de en medio”.244 Y como el “origen de todo”, según él,
era el comunismo, decidió clausurar, con el “socorrido” argumento de que eran “nido
12; y La Voz de Michoacán, miércoles 30 de octubre de 1963, “Nuevo paro de 72 horas en las Normales
Rurales”, pp. 1 y 12.
242
Alicia Civera Pacheco, “Normales rurales. Historia…”, pp. 16-19.
243
Siddharta Camargo, “La combatividad histórica...”.
244
Véase Aleida García Aguirre, Normalistas y maestros…
94
Lucio Rangel Hernández
de comunistas”, la Escuela Normal del Estado de Chihuahua, y las escuelas normales
nocturnas de Parral, Ojinaga y Ciudad Juárez, teniendo “en capilla” a las normales
rurales “Abraham González” de Salaices y “Ricardo Flores Magón” de Saucillo, esta
última femenil.245
Desde los inicios de la década de 1960, el gobierno federal y los estatales,
especialmente aquellos de tipo caciquil, tenían a las normales rurales en “la mira”.
Su activismo y compromiso social las hacía indeseables y las convertía en un obstá-
culo para el proyecto “modernizador” de la economía mexicana, que subordinaba el
agro mexicano a la industrialización. Contra acciones represivas como las de Giner
Durán y el abandono presupuestal del Estado mexicano, las normales rurales, que
hacia 1966 llegaban a 29, ya que varias escuelas prácticas de agricultura se volvieron
a convertir en normales rurales, presentaron (presentan), una “guerra sin cuartel” por
su sobrevivencia, recibiendo la solidaridad y el apoyo de los universitarios nicolaítas.246
Para la década de 1960, el escenario del país prácticamente se cubrió
de luchas estudiantiles, sin embargo, no es objeto de este estudio hacer una relatoría
pormenorizada de todas ellas, sino solamente destacar como lo hemos hecho las más
trascendentes, con el objeto de clarificar por qué consideramos el año de 1956 como
el inicio de un nuevo ciclo de movimientos estudiantiles en el país, y por qué durante
la década de 1960 al descontento social que fue in crecendo se incorporaron grandes
sectores estudiantiles; y cómo es que, aunque estos no eran necesariamente proleta-
rios, son considerados la vanguardia de la lucha social durante esa década; así como
resaltar el uso del recurso de la violencia impuesto como respuesta recurrente a la
protesta social por parte del Estado.247
245
Igualmente clausuró el internado de la Escuela de Artes y Oficios —en donde también se alojaban
los estudiantes becados de la Escuela Normal del Estado— y el Internado de la Escuela Industrial para
Señoritas en la ciudad de Chihuahua, aphb, “¡Solidaridad con los Estudiantes de Chihuahua!”, feum,
Órgano de difusión de la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoacán, Época I, octubre 1º
de 1964, Nº 1.
246
aphb, “¡Solidaridad con los Estudiantes de Chihuahua!”, feum, Órgano de difusión de la Federación
de Estudiantes Universitarios de Michoacán, Época I, octubre 1º de 1964, Nº 1; véase también: La Voz
de Michoacán, sábado 3 de abril de 1965, “Huelga general de las Normales Rurales del país”, pp. 1 y 13;
miércoles 7 de abril de 1965, “Total apoyo a las Normales”, pp. 1 y 13 y miércoles 28 de abril de 1965,
“Vuelven a clases en las Normales Rurales”, pp. 1 y 13.
247
Véase Hugo Hiriart, “La revuelta antiautoritaria”, en Nexos Nº 121, México, enero de 1988, pp.
5-8; Carlos Pereyra, “La costumbre de reprimir”, pp. 9-10 y Raúl Álvarez Garín, “Los años de la gran
tentación”, pp. 11-14, en Nexos No. 121, México, enero de 1988.
95
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Según datos obtenidos por Sergio Aguayo Quezada, a partir de los infor-
mes del sistema de espionaje estadounidense que monitoreaba a nuestro país, entre
1963 y junio de 1968 hubo por lo menos “53 revueltas estudiantiles”; de ellas 41 fue-
ron clasificadas de acuerdo a sus objetivos:
23 estaban motivadas por problemas de la misma escuela, 8 incorporaban asuntos
de la localidad, 6 se inspiraban en asuntos internacionales (apoyo a Cuba y protestas
por las políticas estadounidenses en Vietnam y otros países) y 4 tenían demandas que
tocaban directamente el sistema autoritario de control político. Atravesando todas las
categorías estaban la inconformidad por la brutalidad policíaca.248
De esta forma, de acuerdo con Aguayo Quezada, después de 1963 las
movilizaciones estudiantiles iniciadas desde 1956 no cesaron, al contrario, se incre-
mentaron y algunas surgieron como apoyo a movimientos campesinos, populares y
obreros o en defensa de la Revolución cubana y el mln vietnamita o de otras naciones
subyugadas por el poder estadounidense, desembocando en demandas propias, y a
partir de éstas se solidarizaron con movimientos sociales. En todas ellas se expresaban
críticas al sistema de gobierno imperante y contra el imperialismo de signo “yanqui”.
Las demandas propias se centraban en la exigencia de democratizar sus casas de estu-
dio y en el afán de independizar sus organizaciones estudiantiles del control corpora-
tivo ejercido por las burocracias gubernamentales y universitarias.
Memorándum de American Embassy México al Departamento de Estado, Review Years Student
248
Disturbances in México in Recent Years, agosto 23 de 1968, pol 13-2, Mex, Archivos Nacionales,
Washington, citado por Sergio Aguayo Quezada, 1968. Los archivos…, p. 84. Para información detallada
sobre cada una de estas movilizaciones estudiantiles véase entre otras, dos obras de Gilberto Guevara
Niebla, (Comp.), Las luchas estudiantiles en México; y La democracia en la calle: crónica del movimiento estudiantil
mexicano, México, Siglo xxi Editores/unam, 1998.
96
Lucio Rangel Hernández
Capítulo iii
Los orígenes de la institución
y el reformismo social
1917-1940
La tradición nicolaíta y la universidad producto
del Estado revolucionario
La Universidad Michoacana surgió como producto y expresión del régimen emanado
de la Revolución mexicana de 1910. La nueva institución nació bajo el marco de las
reformas sociales iniciadas a raíz de su triunfo, donde la educación era considerada
como un elemento fundamental para alcanzar la justicia social, principio y fin del
movimiento revolucionario. La primera Ley Orgánica, aprobada en 1919, estableció
como objetivo fundamental de la universidad el de tener “bajo su exclusiva dirección
y vigilancia la instrucción y educación en los niveles superiores”.249
Para su mejor funcionamiento fue originalmente dotada de autonomía,
con la intención de que como institución académica no estuviera sujeta a los vaivenes
perjudiciales de la política. Principio avanzado para la época, aunque en la práctica
no fue ejercido con plenitud, entre otras razones por las limitantes que le imponía la
dependencia económica gubernamental. Por otro lado, al llegar a la máxima ma-
gistratura de la entidad el general Francisco J. Múgica se encontró con que algunos
universitarios, amparados en dicho principio, actuaban contra su gobierno, por lo que
a iniciativa suya se modificó la Ley Orgánica el 11 de agosto de 1921, reduciendo la
autonomía al aspecto técnico, reservándose el ejecutivo la facultad de nombrar y re-
mover libremente al rector y a los directores de las escuelas, con lo cual la universidad
pasó al control del estado.250
249
Artículo 2º Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. Agosto 11 de 1919, en Ángel Gutiérrez,
(recopilación, textos introductorios y presentación). Leyes Orgánicas de la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo. Morelia, Universidad Michoacana, 2001, pp. 21-27.
250
Archivo General e Histórico del Poder Ejecutivo de Michoacán, en adelante aghpem, Acta Nº 29,
Periódico Oficial del Gobierno de Michoacán, números 5, 6 y 7, fechas, 13, 16 y 20 de octubre de 1921.
97
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Como universidad del estado, de un Estado revolucionario, recibió desde
sus inicios una orientación sustentada en los ideales de la Revolución mexicana, de
contribuir a la elevación del nivel de vida y cultural de las masas populares. Desde un
principio, la universidad orientó sus actividades a servir a “las clases laborantes” con
los conocimientos adquiridos en las aulas; sin embargo, este principio se afirmó bajo
el rectorado del Dr. Jesús Díaz Barriga, iniciado en 1926.
El rector Jesús Díaz Barriga con un grupo de alumnos y alumnas. Fuente: ahum.
El Dr. Díaz Barriga, con el fin de vincular a los futuros profesionistas
con los problemas y necesidades de la población michoacana, especialmente del
área rural, organizó con alumnos y profesores de las distintas escuelas brigadas de
vacunación, de atención médica, asesoría jurídica y de orientación técnico agrícola,
ofreciendo además proyecciones de cine con fines didácticos. También fundó la
Cruz Roja de la juventud y organizó los famosos “cafés nicolaítas”, mismos que se
celebraban en distintas escuelas universitarias, casas del estudiante e incluso en do-
micilios particulares de profesores y alumnos.251 En ellos se discutían los más diver-
Jesús Díaz Barriga, Su pensamiento sobre la educación socialista y la nutrición popular, Morelia, Universidad
251
Michoacana, 1981, p. 16.
98
Lucio Rangel Hernández
sos temas académicos; uno tratado reiteradamente, era el de la educación socialista,
ya que había surgido entre algunos grupos universitarios, la inquietud por orientar
la educación de su casa de estudios sobre la base de esa tendencia.252
Acorde con los fines de justicia social emanados de la Revolución, el
rector Díaz Barriga dispuso la creación de la Casa del Estudiante Nicolaíta y la del
Estudiante Normalista, para que los hijos de los obreros y campesinos de escasos
recursos pudieran concurrir a la universidad.253
La orientación de servicio social que el Dr. Díaz Barriga le imprimió a
la Universidad Michoacana fue sin duda motivo determinante para que el general
Lázaro Cárdenas lo ratificara en sus funciones de rector al hacerse cargo del gobier-
no del estado en 1928. Además, con la idea compartida de una institución vincu-
lada a las necesidades del pueblo, Cárdenas le aumentó el presupuesto para crear
la Escuela de Ingenieros Civiles e Industriales, ya proyectada desde la fundación
de la universidad, misma que era de imperiosa necesidad, entre otras cosas para el
deslinde y fraccionamiento de los terrenos expropiados a los latifundistas; además
de que el programa de gobierno cardenista para impulsar el desarrollo de la entidad
contemplaba la realización de varias obras de infraestructura que requerían este
tipo de profesionistas. También se consideró crear el Instituto de Investigaciones
Sociales, el cual nunca funcionó, o al menos esto se deduce por la falta de informa-
ción sobre él.254
Por el mismo camino, en uno de los “cafés nicolaítas”, celebrado el 1º
de agosto de 1931 en la propia casa del gobernador, los universitarios presentaron
al general Cárdenas del Río el proyecto de reglamentación del artículo 4º de la
Constitución estatal, respecto al ejercicio de las profesiones, sobre la base de que el
mismo debía organizarse como un verdadero servicio social y no como un medio
de explotación y afán de enriquecimiento. Proyecto que hizo suyo, promulgando
en la entidad la ley respectiva, adelantándose a otros estados y al propio gobierno
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía del Colegio de San Nicolás de Hidalgo.
252
iv Centenario. Morelia,
Ediciones de Vanguardia Nicolaita, 1940, p. 460.
Jesús Díaz Barriga, Su pensamiento sobre la educación socialista…, p. 21 y Juan Manuel Salceda Olivares,
253
Las Casas del Estudiante...
254
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, p. 463; para mayor información sobre el rectorado de
Díaz Barriga, la política educativa superior del gobernador Lázaro Cárdenas y la proyección social de la
institución, consúltese Adrián Luna Flores, La Universidad Michoacana 1926-1932, Morelia, Universidad
Michoacana, 2002.
99
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
federal.255 Del mismo modo, este fue el origen del servicio social en la universidad,
consignado en la Ley Orgánica de 1939.256
Cárdenas relata en sus Apuntes este encuentro:
1º de agosto. Morelia. Invité hoy un café en mi domicilio al señor rector de la Universi-
dad, doctor Jesús Díaz Barriga, a profesores y alumnos nicolaítas, asistiendo en núme-
ro de 60. Se ha establecido por iniciativa de la misma Universidad dar estos cafés en
su propio plantel cada quince días. Durante la conviavilidad se cambian impresiones,
se canta, se bromea y al final se tratan una serie de temas interesantes para todos.
Se habló hoy de la participación que el elemento estudiantil debe tomar en impartir
enseñanza cultural entre las masas obreras y campesinas, acordándose la integración
de comités de estudiantes encargados cada uno de la difusión ideológica y medios de
mejoramiento económico. Entre las resoluciones tomadas hoy hubo una de trascen-
dencia: presentar proyecto de ley socializando las profesiones en que se señale a los
profesionistas que se reciban en San Nicolás, la obligación de prestar sus servicios por
determinado tiempo en las zonas que el Estado les señale (se hará extensivo esto a las
escuelas normales).257
En la misma línea, los universitarios michoacanos sometieron a consi-
deración del gobernador Cárdenas, poco antes de terminar su periodo, un proyecto
de reformas al artículo 3º constitucional con el propósito de que lo diera a conocer
al Congreso de la Unión, donde proponían sustituir la educación laica en las institu-
ciones oficiales de educación primaria, secundaria y profesional por una “educación
integral socialista que creara en el alumno “una profunda conciencia de responsabi-
lidad colectiva, hasta alcanzar la verdadera emancipación moral y material del pro-
letariado, precedente indispensable al advenimiento del Estado en poder de las clases
trabajadoras”.258 Sin embargo, el proceso de la sucesión del gobierno estatal ya no le
dio tiempo para atender esta petición.
Es importante señalar que la dinámica universitaria y su proyección en la
sociedad, al poner a disposición de las “clases laborantes” los conocimientos adqui-
255
Adrián Luna Flores, La Universidad Michoacana…, pp. 462 y 467.
Véase Capítulo xv. Actividades Sociales, de la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. Marzo
256
13 de 1939, en Ángel Gutierrez, Leyes Orgánicas…, pp. 61-82.
Lázaro Cárdenas, Lázaro Obras. I. Apuntes 1913-1940, México,
257
unam, t. i, 1972, p. 184, citado por
Eduardo Nava Hernández, El cardenismo en Michoacán…, p. 180.
258
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, pp. 472-474.
100
Lucio Rangel Hernández
ridos en las aulas, que le infundió el rector Díaz Barriga a la institución, contó con el
apoyo de un grupo de profesores que, de acuerdo con Didou:
On peut identifier, dans cette définition, les influences successives ou simultanées du
positivisme (volontarisme), du libéralisme (esprit de corps), du socialismo (rhétorique)
et aussi d´un certain humanisme. Malgré l´hétérogénéite de ses sources, ce “nicolais-
me” trouvait son unité dans la prééminence accordée aux valeurs morales qu´elles
qu´aìent été leurs origines.259
Es decir, aunque no eran un conjunto homogéneo ya que convergían ele-
mentos de diversas concepciones (positivismo, liberalismo, socialismo y un cierto hu-
manismo), tenían la fuerte convicción de que formaban una vanguardia. Esto los llevó
a constituir en abril de 1932 la Sociedad de Profesores del Colegio Primitivo y Nacio-
nal de San Nicolás de Hidalgo, sobre la consideración de que “es urgente responder
al imperativo sociológico del momento que reclama una institución definida y clara
como guía de las juventudes que actualmente pasan por las aulas”, y de que “el Co-
legio de San Nicolás ha sido siempre la avanzada del radicalismo en Michoacán”.260
Llama la atención que entre las finalidades de esta sociedad estaban las de
[…] b). Imponer en el espíritu de los educandos, en forma integral y no esporá-
dica, como se ha venido haciendo, los postulados de la Revolución Mexicana.
c). Hacer del Colegio un centro de cultura que se haga sentir en las masas populares, orien-
tando debidamente la actuación estudiantil con relación a las clases obrera y campesina,
en consonancia con los principios sociológicos emanados de esa misma Revolución.261
De igual manera, sería inexplicable la estrecha vinculación universitaria
con los sectores populares lograda durante este rectorado si no se considerara la efer-
vescencia estudiantil que caracterizó este periodo, lo que a su vez permitió el forta-
lecimiento de sus agrupaciones. Desde la fundación de la Universidad Michoacana,
el sector estudiantil adquirió el derecho de organización y asociación, pero sería con
Sylvie Didou, Les intellectuels du Michoacan et les formes de l’État au Mexique: de l’assentiment a celle de la
259
marginalization, París, Thése de doctorat. (s.1) Maison des Sciences de l’Home. Centre d’Etudes du
Mouvement Social, 1987, p. 57.
260
Declaratoria de Principios, en Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, pp. 464-466.
261
Declaratoria de Principios, en Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, pp. 464-466.
101
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
el general Francisco J. Múgica, cuya gubernatura fomentó al espíritu de asociación y
compañerismo universitario, que se daría paso al surgimiento, durante el rectorado
del Dr. Ignacio Chávez, de las primeras asociaciones de estudiantes: el Consejo Estu-
diantil Nicolaíta (cen) en el seno del Colegio de San Nicolás, pero que originalmente
integró a las asociaciones de otras escuelas como la de Medicina, Jurisprudencia y
Bellas Artes y la Federación de Estudiantes Michoacanos (fem), conformada por los
normalistas. Un año después, en 1923, se constituyó la Gran Convención Local Estu-
diantil; posteriormente, en el año de 1930 y como un primer intento por aglutinar a
las mesas directivas de las diversas escuelas fue convocado el Primer Congreso Local
de Estudiantes Universitarios, pero sería hasta 1939 que esto se lograría con la confor-
mación de la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoacán (feum).262
Es de destacarse que en los estatutos de todas estas agrupaciones estudian-
tiles se hacía énfasis en estrechar lazos con los trabajadores, de ahí su identificación
con la orientación de servicio social que le dio el rector Díaz Barriga a las actividades
universitarias tendentes a elevar el nivel de vida y cultural de los sectores más despro-
tegidos, en las que participaron intensa y comprometidamente.263
Consideramos que el nacimiento y consolidación de dichas organizacio-
nes estudiantiles no solamente hizo posible —junto con el apoyo presupuestal que
recibió del gobernador Cárdenas, comprometido igualmente con extender la justicia
social a los trabajadores— la universidad popular proyectada por el rector Díaz Ba-
rriga, sino que además con esto quedaron sentadas las bases para la configuración,
maduración y triunfo del movimiento de reforma universitaria socialista hacia fines
de la década.
El movimiento de reforma universitaria socialista
Al concluir el mandato del general Cárdenas en el estado en 1932, el Dr. Díaz Barriga
renunció a la rectoría. La mayoría de la comunidad universitaria solicitó al general
Benigno Serrato, nuevo gobernante de Michoacán, que nombrara en su lugar al Dr.
Enrique Arreguín Vélez por ser de la misma orientación e ideales de aquél. Pero
el mandatario, enemigo político de los cardenistas, designó al Lic. Gustavo Corona,
quien tuvo como colaboradores cercanos a Manuel Moreno Sánchez y Rubén Salazar
262
Adrián Luna Flores, La Universidad Michoacana…, p. 55.
263
Adrián Luna Flores, La Universidad Michoacana…, p. 60.
102
Lucio Rangel Hernández
Mallén, venidos de la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde se ha-
bían distinguido en la lucha por establecer los principios de la autonomía y la libertad
de cátedra como fundamentos de esta institución. Sobre dichos principios se dieron a
la tarea de redactar una nueva Ley Orgánica para la Universidad Michoacana, la cual
fue promulgada el 14 de febrero de 1933.264
De entrada, la nueva legislación establecía la autonomía para la universi-
dad, pero como el gobernador quiso asegurarse el control sobre la misma, nuevamen-
te dicha autonomía se circunscribió al aspecto técnico, porque el ejecutivo mantuvo la
reserva en el nombramiento del rector.265
Sin embargo, con esta ley se dieron avances significativos en el aspecto
educativo, al fijarse a la universidad entre sus fines no solamente el de impartir la edu-
cación secundaria, preparatoria y profesional, sino además los objetivos de organizar
la investigación científica y mantener y fomentar la cultura. Igualmente se estable-
cieron las bases filosóficas sobre las cuales, estas actividades habrían de desarrollarse:
Formar individuos útiles a la colectividad y aptos para interpretar sus aspiraciones,
fomentar la integración de una clase universitaria que mantenga la vida espiritual de
la Universidad; estudiar los problemas fundamentales de la nación y los que afecten
a las clases trabajadoras, a fin de colaborar en su solución, procurando así su real y
efectivo acercamiento de la Universidad al pueblo y vinculándose a la colectividad
sobre la cual debe actuar.266
Esta misma ley introduce como influencia del movimiento de reforma uni-
versitaria de la ciudad de Córdoba, Argentina, en 1918, la participación estudiantil en la
toma de decisiones en todo lo que estaba facultado el Consejo Universitario, al incluírse-
le en este órgano de gobierno no sólo con voz, como estaba contemplado en anteriores
leyes, y eso sólo en determinados asuntos, sino también con derecho a voto.267
264
aghpem, Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Michoacán, Número 75, lunes 20 de febrero de
1933; en la sesión del 8 de febrero de 1933, en que fue sometido a discusión en el Congreso del Estado
el Proyecto de Ley Orgánica, participó “el secretario general de gobierno, Victoriano Anguiano, quien
fungió como defensor del documento”, Miguel Ángel Gutiérrez López, Autonomía, y procesos políticos en la
Universidad Michoacana 1917-1963, Morelia, Universidad Michoacana, 2010, p. 69.
265
Artículo 6º de la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. 14 de febrero de 1933.
266
Artículo 2º de la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. 14 de febrero de 1933.
267
Artículo 16 de la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. 14 de febrero de1933.
103
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Sin duda, este nuevo ordenamiento jurídico significó un gran progreso en
relación a los anteriores, pero las circunstancias históricas llevaron a la mayoría de los
universitarios michoacanos a combatirla, al concebir la autonomía y la libertad de cá-
tedra como principios abanderados por “la reacción que se empeñaba en adueñarse
de estas instituciones”. Natalio Vázquez Pallares, uno de los principales ideólogos del
movimiento de la reforma socialista, señalaba que
nosotros los socialistas defendemos y luchamos por la autonomía universitaria cuando
ésta significa trinchera que se opone a las fuerzas de la reacción que gobiernan algunos
países; pero, cuando significa trinchera para combatir, desde ese reducto, a las fuer-
zas populares que pugnan por su liberación, estamos resueltamente en su contra.268
Aquellas tesis autonomistas fueron rechazadas y combatidas por los uni-
versitarios nicolaítas bajo la firme creencia de que el Estado surgido de la Revolución
aplicaría irrestrictamente las reformas sociales planteadas por ésta a través de la edu-
cación. No comprendieron que algún día, mediante el control de dichas instituciones,
intervendría para poner en práctica una política educativa contraria a los ideales re-
volucionarios, y que en ese sentido la lucha por la autonomía y la libertad de cátedra
se convertirían en postulados que buscarían sustraer a las universidades del control de
un Estado “reaccionario”, precisamente para reorientar la educación universitaria,
buscando coadyuvar en la solución de los problemas de los sectores populares y por la
soberanía e independencia económica del país.
En esos momentos, los universitarios michoacanos estaban convencidos de
que la orientación marcada en esta ley venía a interrumpir el camino que la universidad
había iniciado hacia la instauración de la orientación socialista en su instrucción, y le
exigieron al gobernador Serrato la remoción del rector Gustavo Corona, a lo que desde
luego él no accedió, por lo que recurrieron a la huelga el 4 de julio de 1933.269
En el Manifiesto al pueblo de Michoacán, publicado la mañana del 5 de julio
de ese año por el Comité de Huelga que había ocupado todos los establecimientos
universitarios, se advierte la posición ideológica del grupo universitario llamado “arre-
guinista” por ser simpatizantes del Dr. Arreguín Vélez, a quien querían elevar al cargo
268
Natalio Vázquez Pallarez, Hacia la reforma universitaria, Morelia, Universidad Michoacana, 1939, p. 31.
269
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, p. 495.
104
Lucio Rangel Hernández
de rector. En el manifiesto concebían a la universidad como una institución cultural
producto de “las clases laborantes que son la fuerza vital de toda sociedad”, y por lo
tanto su movimiento buscaba que a través de ella el pueblo preparara “al elemento
profesional que en su función técnica vaya a mejorar en su sector correspondiente las
condiciones de (la) vida social”.270
Para alcanzar ese objetivo sostenían la necesidad de que la universidad
adoptara una enseñanza que a la vez que prepare al estudiante técnica y cultural-
mente para su función profesional “despierte en su espíritu el interés por la reso-
lución de los problemas sociales que representan nuestras clases laborantes”. Para
ello proponían también un profesorado que, integrado por profesionistas netamente
revolucionarios, tratara de formar en el estudiante una conciencia colectiva para
convertirlo en “elemento positivo e integral de una sociedad”. Por último, propo-
nían para ser consecuentes con los fines señalados que la universidad luchara por
la socialización de las profesiones, es decir por establecer una función “profesional
universitaria en forma de servicio público, sostenido por el Estado y gratuito para
el pueblo”.271
La huelga se extendió todo el mes de julio sin que lograran su propósito,
y el 2 de agosto los estudiantes acordaron levantarla y reanudar las clases para no
perder el año escolar, no sin antes integrar un Consejo Universitario Provisional, del
cual quedó excluido el Lic. Corona, lo que dejaba latente el problema universitario.
El conflicto se resolvería al morir en diciembre de 1934 el gobernador
Serrato, en un accidente de aviación. Su sucesor, Rafael Sánchez Tapia, para dar
solución al problema, nombró al Dr. Arreguín Vélez como rector. Durante su admi-
nistración, el movimiento de reforma universitaria socialista que se había iniciado
desde el rectorado del Dr. Díaz Barriga tomó fuerza. El ascenso del cardenismo a
nivel nacional motivó su crecimiento, porque se impulsó un cambio radical en la
política educativa del Estado mexicano, que ahora perseguía la creación de un apa-
rato educativo institucional, orientado sobre la base del desarrollo social,272 y esto
constituía justamente la esencia del movimiento nicolaíta de reforma socialista.
Como lo señala Miguel Ángel Gutiérrez López, para ese momento “el
proyecto de socializar la educación superior de Michoacán”, estaba inmerso en
270
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, p. 495.
271
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, p. 496.
Arnaldo Córdova, “Los maestros rurales en el cardenismo”, en La revolución y el Estado en México,
272
México, Era, 1989, p. 156.
105
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
diferentes ámbitos de la vida política nacional: “las alusiones a la ‘doctrina socia-
lista’, con todo lo que esta idea podía implicar, fueron una constante en el debate
político e ideológico que acompañó a la redacción del Plan Sexenal de 1933; a la
campaña presidencial de Lázaro Cárdenas y a la reforma del Artículo 3º consti-
tucional de 1934”.273
Efectivamente, hay que destacar que en septiembre de 1933 el Con-
greso de Universitarios Mexicanos acordó recomendar la orientación socialista de
la educación superior; que en diciembre de ese mismo año el congreso del Partido
Nacional Revolucionario refrendó incluir en el Plan Sexenal sus posiciones a favor
del control estatal de la educación y de darle a la misma una orientación conforme
“a los postulados de la doctrina socialista que la Revolución Mexicana sustenta”, y
que el 16 de diciembre, al publicarse el primer proyecto de reforma al artículo 3º, se
inició “un conflicto social de amplias proporciones que virtualmente dividió al país
en defensores y opositores de la educación socialista”.274
De esta forma, cuando entre los meses de agosto y octubre de 1934 se
estaban dando en el país las movilizaciones y discusiones más apasionadas en pro y
en contra de la orientación socialista que se quería dar a la educación impartida por
el Estado,275 en Michoacán, cuna del cardenismo, el rector Arreguín Vélez, junto
con el Dr. Díaz Barriga, formularon y presentaron a la opinión pública nacional,
un Proyecto sobre la nueva organización educativa universitaria, con el fin de adecuar la
273
Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 100.
Gilberto Guevara Niebla, “La tradición estudiantil liberal. 1. La campaña contra la educación
274
socialista (crónica de 1934)”, en Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México, tomo ii,
pp. 59-100.
275
“Por la noche del 13 de octubre de 1934, la Federación Estudiantil Universitaria del d. f. convocó
a una reunión para decidir sobre la integración de un Frente Único de Estudiantes que organizara la
oposición contra la reforma socialista. Algunos de los participantes se preguntaban si procedía que los
universitarios continuaran su lucha cuando el proyecto oficial del nuevo texto del Artículo 3º ya había
sido modificado (se acababa de anunciar) y en la nueva versión se excluía a la educación superior
de la reforma socialista. La asamblea respondió votando por unanimidad su acuerdo de continuar
la lucha. La Universidad, se afirmó, continúa siendo afectada en forma directa y es amenazado su
futuro puesto que en dos o tres años comenzaría a llegar a sus aulas los muchachos ‘inoculados del
sectarismo socialista’”, Excélsior, 14 de octubre de 1934, p. 1, citado por Gilberto Guevara Niebla,
(Compilador), Las luchas estudiantiles en México…, p. 83; por estas fechas, también en torno a la reforma
del mencionado artículo se dio la famosa polémica Caso-Lombardo el primero en contra y el segundo
a favor de la educación socialista, véase Juan Hernández Luna, “Polémica de Caso contra Lombardo
sobre la Universidad” en http://wwwcodex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/
vkjj28yf8d7k1mchgs5p71ddb16T62.pdf, recuperado 11 de julio de 2016.
106
Lucio Rangel Hernández
educación impartida en la Universidad Michoacana con la nueva orientación de la
educación nacional, de acuerdo con las tesis del socialismo científico.276
En su parte medular, este proyecto se refiere a las transformaciones que
deberían impulsarse en las distintas profesiones universitarias para cumplir con la nueva
orientación socialista. Por ejemplo, para la carrera profesional de médico, proponían:
i.- Hacer que el alumno desde que ingrese hasta su salida de la Facultad se conven-
za de su papel de servidor social y no de investigador científico.
ii.- Desarrollar en el futuro profesionista por una acción unificada y constante de
todo el profesorado, una sólida conciencia de clase proletaria primero y con la
clase médica después.
iii.- Hacer que la enseñanza tenga siempre un carácter experimental y ponga al alum-
no en contacto directo con el medio en que va a laborar, con objeto de que se identi-
fique con los dolores del pueblo y pueda sentirlos y ayudar desde luego a suprimirlos.
iv.- Establecer un servicio social médico obligatorio en el seno de las comunidades
agrarias, sindicatos obreros u otro grupo proletario.
v.- Establecer cursos prácticos de medicina social en los cuales se presente al alumno
los diferentes problemas que tiene el médico que abordar como elemento social, como
la educación higiénica, la salubridad, la educación sexual, la medicina preventiva,
etc., etc.
vi.- Establecer un curso de Deontología Médica que lo prepare dándole los conoci-
mientos de sus obligaciones como médico y los principios de ética socialista que deben
normar su conducta.277
Así, al conocerse el 28 de noviembre de 1934 la reforma al artículo 3º
constitucional que decretó socialista a la educación impartida por el Estado, los uni-
versitarios michoacanos pidieron la adecuación de la Ley Orgánica y la organización
interna de su casa de estudios al nuevo precepto que establecía que la
educación que imparta el Estado será socialista, y además de excluir toda doctrina
religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará
sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto
racional y exacto del universo y de la vida social.278
276
Enrique Arreguín Vélez, Páginas autobiográfica…, p. 30.
277
“Proyecto sobre la nueva organización educativa universitaria, de acuerdo con la tesis del socialismo
científico”, en Mario Aurelio Espitia, Enrique Arreguín Vélez, su pensamiento y acción en la ciencia y la cultura,
Morelia, Departamento de Difusión Cultural-Universidad Michoacana, 1968, pp. 183-213.
278
Fernando Solana, Raúl Cardiel Reyes y Raúl Bolaños Martínez, Historia de la educación pública…, p. 274.
107
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

El rector Arreguín Vélez, en su discurso de inauguración de los cursos que funcionaba con un enfoque un tanto elitista;281 fundó el Departamento Cultural
de 1935, planteó públicamente dicha intención, al señalar que la universidad como y de Extensión Universitaria para la realización organizada y planeada de estas acti-
institución educativa está vidades; estableció un programa de eventos educativos y culturales con profesores y
artistas locales e invitados de otras instituciones del país y del extranjero; fundó una
agrupación denominada “Juventudes Socialistas de Michoacán” (adherida a la Con-
llamada también a modificarse, a cambiar su estructura y declarar y a aceptar que es
una Institución Cultural que vive del producto de las clases laborantes, ya sean ma- federación Revolucionaria Michoacana del Trabajo);282 creó varios órganos periodís-
nuales o intelectuales, y que tiene, como una de sus funciones principales, la forma- ticos para ampliar la cobertura educativa popular y dar proyección al pensamiento y
ción de una nueva cultura, en la cual se realicen la justicia y las libertades sociales, y obra universitaria, y dispuso el establecimiento del Instituto de Investigaciones Histó-
se logre la obtención de mayores bienes espirituales y materiales para la colectividad. ricas como primer paso para el surgimiento de estudios profesionales en este campo,
La Universidad debe modificarse a fin de que no se arranque a los jóvenes de los grupos pero éste no llegó a funcionar.283
sociales de que forman parte, llenándolos de vanidades académicas, enseñándoles a ex-
plotar a los que trabajan y aumentando así el grupo de las minorías privilegiadas y egoís-
tas, con su posición cada día más odiosa ante las mayorías desheredadas y explotadas.
Además debe producir en los alumnos una conciencia vigorosa de que forman par-
te de una colectividad y que las obligaciones para con esta colectividad son más fuer-
tes que el egoísmo que ha dominado y fomentado el régimen individualista actual.
Esta nueva conciencia debe traer una ética nueva en la cual se estimen los valores mo-
rales subordinando el concepto del bien personal al bien colectivo; estimando como
indebida la explotación de los seres humanos para que unos cuantos se apoderen y dis-
fruten del producto del trabajo y del esfuerzo de los demás, en su particular beneficio.279

El rector incluso elaboró un proyecto de ley orgánica que pretendía darle

a la institución una estructura acorde con el artículo 3º de la Constitución de la Re-
pública, mismo que envió al Congreso local el 8 de octubre de 1935,280 sin obtener
respuesta en algún sentido.
No obstante, sin contar con un sustento jurídico formal pero teniendo
como base el concepto del socialismo como una orientación de servicio social de la
universidad, durante su administración Arreguín Vélez emprendió las siguientes ac-
ciones: creó el Centro Cultural Obrero en Morelia, con funciones de cursos regulares
para trabajadores, recinto de actos culturales, conferencias, exposiciones y de consul-
torio sobre problemas médicos y laborales; erigió la Escuela Popular de Bellas Artes, El rector Enrique Arreguín Vélez. Fuente: ahum.
con carácter abierto para todos los sectores sociales, en lugar de la antigua academia

Al respecto véase Gutierrez López, Miguel Ángel, Los estudios musicales en la Universidad Michoacana
281

1917-1940, Morelia, Universidad Michoacana, 2002, pp. 92-118.

Enrique Arreguín Vélez, Páginas autobiográficas..., p. 29. El discurso completo, pronunciado el 15 de
279

enero de 1935, con el título “Una Universidad Científica y Humanista”, en Mario Aurelio Espitia, 282
Una delegación de ésta participó en el Congreso de las Juventudes Socialistas de México, efectuada
Enrique Arreguín Vélez, su pensamiento…, pp. 214-226. el 22 de septiembre de 1935 en Jalapa, Veracruz, Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, p. 475.
280
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 93. 283
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, p. 475.

108 109
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
También organizó misiones culturales que abarcaron casi todo el estado, inte-
gradas por alumnos y profesores de las escuelas de la universidad, para realizar actividades
de alfabetización, enseñanza elemental, prevención de enfermedades, higiene y seguridad,
así como de divulgación artística, recogiéndose al tiempo información sobre los problemas
que existían en los lugares visitados. Estas misiones operaron especialmente en periodos
vacacionales de las labores escolares para las zonas alejadas, mientras que para las zonas
cercanas a la ciudad de Morelia se destinaron los fines de semana.284
Aunque un gran número de estudiantes de la Universidad provenían del
campo, y por tanto conocían directamente y vivían en carne propia la problemática que
cotidianamente enfrentaban sus habitantes, las misiones culturales los hicieron formarse
una conciencia social más profunda que los movió a tratar de contribuir a solucionar algu-
nas de ellas, como en el caso de los jornaleros agrícolas de las haciendas de Lombardía y
Nueva Italia, propiedad de la familia Cussi, de origen italiano, a quienes apoyaron en sus
demandas de mejores condiciones de trabajo, hasta que consiguieron primero la firma de
un contrato colectivo y luego el fraccionamiento y reparto de las mismas en 1938.285
En el contexto de estas condiciones políticas y sociales fue que el estudian-
tado nicolaíta se adhirió a organizaciones políticas juveniles que impulsaban no sólo en
el estado sino en el país una educación de corte socialista, como el Bloque de Jóvenes
Revolucionarios Michoacanos286 y a las juventudes del pcm, lo que a su vez provocó un
intenso activismo estudiantil reflejado en la circulación de un gran número de periódicos
universitarios, donde expresaban la urgencia de una renovación pedagógica basada en la
orientación socialista.287
El Dr. Arreguín Vélez renunció a la rectoría al ser llamado por el general
Lázaro Cárdenas para integrarse al Consejo Nacional de Educación Superior y de Inves-
tigación Científica (cnesic), creado por decreto presidencial el 30 de octubre de 1935.288
284
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, p. 475.
Ma. Teresa Cortés Zavala, Lázaro Cárdenas y su proyecto cultural en Michoacán, Morelia, Universidad
285
Michoacana, 1995, p. 115 y Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro Cárdenas, su feudo…, pp. 89-93.
286
Véase Carlos Domingo Méndez Moreno, El Bloque de Jóvenes Revolucionarios de Michoacán y la
política social cardenista, Morelia, Universidad Michoacana, Tesis de Maestría en Historia, Facultad de
Historia, 2008.
287
Véase Ma. Teresa Cortés Zavala, Lázaro Cárdenas y su proyecto…, p. 116.
288
Enrique Arreguín Vélez, Páginas autobiográficas…, p. 55.
110
Lucio Rangel Hernández
A pesar de su renuncia, la tendencia de la universidad hacia la orienta-
ción socialista en la práctica no se interrumpió, al contrario, fue reafirmada con la
llegada del Dr. Salvador Franco López a la rectoría. Con él, la Universidad como una
institución puesta al servicio de la clase trabajadora se fortaleció. Las misiones cultu-
rales fueron reforzadas con la participación de la Liga de Escritores y Artistas Revolu-
cionarios (lear), a través de la sección con que contaba en Morelia.289 A iniciativa del
nuevo rector se organizó la Escuela Superior para Trabajadores en la sede de la Con-
federación Michoacana del Trabajo, dependiente del Departamento de Extensión
Universitaria, bajo la dirección de Natalio Vázquez Pallares. En Uruapan estableció
un Centro Cultural Obrero donde se impartieron clases de alfabetización, historia de
México, derecho obrero, derecho agrario e higiene del trabajo, y se continuó con la
prestación de servicios gratuitos para los trabajadores, como asesoría jurídica y asis-
tencia médica. Es de hacerse notar que esta labor hubiese sido impracticable sin el
compromiso social del sector magisterial que se había organizado en el Sindicato de
Maestros Socialistas Universitarios, que trabajó conjuntamente con autoridades y con
el impetuoso bloque de jóvenes reformistas.290
Nunca como entonces —exceptuando el rectorado del Dr. Elí de Gorta-
ri— el Departamento de Extensión Universitaria jugó un papel crucial en la vincula-
ción de la Universidad Michoacana con la sociedad. Con la idea de que “la cultura
debe estar al servicio del pueblo, como una transposición racional del viejo e intras-
cendente concepto humanista de la cultura por sí misma. Nuestra Universidad se
acerca cada vez más al pueblo, mejor dicho a las masas trabajadoras, ayudándolas
en la resolución de sus problemas y prestándoles en diversos órdenes eficaces servi-
cios”,291 se fue configurando en la práctica el concepto del “hombre nuevo”, así lo
expresaba el rector Franco López:
La misión actual y fundamental de la Universidad es la de formar “hombres nuevos”;
hombres que respondan con preparación y aciertos, a las inquietudes de nuestro tiem-
Participaron como conferencistas o profesores itinerantes en la Universidad Michoacana, entre otros:
289
Aníbal Ponce, Juan Marinello, José Mancisidor y Fermín y José Revueltas, Ma. Teresa Cortés Zavala,
Lázaro Cárdenas y su proyecto…, 116 y 143.
290
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, pp. 475 y 477 y Ma. Teresa Cortés Zavala, Lázaro Cárdenas
y su proyecto…, p. 121.
291
Salvador Franco López, “Nuestra Casa de Estudios”, Universidad Michoacana, núm. 3 y 4, Vol. 1,
Morelia, septiembre-octubre de 1937, p. 6 y 7, citado por Ma. Teresa Cortés Zavala, Lázaro Cárdenas y
su proyecto…, pp. 120.
111
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
po. La Universidad no concibe al hombre como una entidad abstracta que se debe
integrar con sujeción a un molde ideal más o menos perfecto, pero muchas veces
alejado de la realidad. Lo concibe, y es como trata de formarlo, como una entidad vi-
viente, como miembro de una sociedad en movimiento, en la que vive integrado a in-
tensas luchas, gozando y sufriendo al compás de las alternativas de su “existencia”.292
Durante esta administración se trabajó en la creación de la Facultad de
Economía, contando con el apoyo y la anuencia del general Lázaro Cárdenas, pre-
sidente de la República, a la cual se le asignaría un presupuesto especial proveniente
de la Secretaría de Economía del gobierno federal, cuyo titular era el general Rafael
Sánchez Tapia. Pero los desacuerdos que surgieron cuando a alguien se le ocurrió la
idea descabellada de “cancelar la matrícula de la Facultad de Leyes, para abrir en
cambio” dicha escuela, terminaron por abortar el proyecto.293
La labor editorial de la institución también fue notablemente impulsada
por el rector, precisamente a cargo del Departamento de Extensión Universitaria.
Como parte de esta labor, comenzó la publicación mensual de la revista Universidad
Michoacana, la que se mantendría —con algunas interrupciones— por varias décadas
como el órgano de difusión de la máxima casa de estudios.294
Al mismo tiempo, se interesó por el fortalecimiento de la planta docente,
promoviendo la llegada de prestigiados intelectuales provenientes de América Latina,
en donde con la subida al poder de gobiernos dictatoriales comenzaron a ser persegui-
dos por sus ideas políticas. De entre ellos hay que destacar la incorporación en abril de
1937 del destacado humanista argentino Aníbal Ponce quien, desafortunadamente,
a un año de estar contribuyendo con la transformación pedagógica de la institución
falleció a raíz de un accidente automovilístico que sufrió en el trayecto de Morelia a
la ciudad de México.295
En febrero de 1938, el Dr. Franco López renunció a la rectoría de la Uni-
versidad Michoacana para, igual que lo habían hecho otros destacados profesionistas
nicolaítas, incorporarse al equipo de trabajo del presidente Cárdenas del Río. En su
292
Salvador Franco López, “Nuestra Casa de Estudios…”, p. 122.
293
Raúl Arreola Cortés, Salvador Franco López. Rector Nicolaita, Morelia, Universidad Michoacana, 1998,
pp. 67-79, reproduce el contenido de las Actas de las Sesiones del Consejo Universitario, donde se
discutió el asunto.
294
Ma. Teresa Cortés Zavala, Lázaro Cárdenas y su proyecto…, pp. 124 y 125.
295
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 98.
112
Lucio Rangel Hernández
lugar se encargó la rectoría al Dr. José Gallegos del Río, cuya administración careció
del impulso dado a la vinculación social universitaria por sus antecesores, dedicando
gran parte de su tiempo a recuperar un edificio en ruinas que le había sido cedido a la
institución, para construir los laboratorios centrales de la universidad, lo que le valió
el mote de “rector albañil”;296 por lo que pronto sería rebasado por el movimiento de
reforma universitaria socialista.
A lo largo de todo ese año, Natalio Vázquez Pallares, a la sazón uno de los
líderes universitarios más influyentes del país,297 se puso a la cabeza de dicho movimien-
to, trazándose como objetivo central el de concretar la promulgación de una nueva ley
orgánica que “se integrara plenamente al espíritu del Artículo 3º constitucional”.298
Mientras el movimiento de reforma universitaria socialista se forta-
lecía, la imagen del rector Gallegos del Río se desgastaba y era opacada por el
liderazgo juvenil de Vázquez Pallares. Convertido prácticamente en una figura
decorativa, manifestó públicamente su disposición a renunciar a su cargo ante las
voces que lo acusaban de estar obstaculizando el avance del proceso reformista, lo
que abrió las puertas a la promoción de la candidatura de Vázquez Pallares a la
rectoría de la Universidad Michoacana.
A comienzos del año de 1939, la campaña para llevar a la rectoría al na-
tivo de Coalcomán, Michoacán, alcanzó su punto culminante. En los primeros días
del mes de febrero de este año, un grupo de universitarios liderados por el propio
Vázquez Pallares invitó al gobernador Magaña a uno de los famosos “cafés nicolaítas”
en el Colegio de San Nicolás para exponerle el proyecto de reforma universitaria so-
296
Ma. Teresa Cortés Zavala, Lázaro Cárdenas y su proyecto…, pp. 124-125.
297
Inició su intensa actividad estudiantil como presidente del Consejo Estudiantil Nicolaita (cen) en
1931; en 1933 asistió al primer congreso de estudiantes socialistas, celebrado en Álvaro Obregón,
Tabasco, como presidente del Partido Nacional Estudiantil pro Cárdenas, donde presentó la ponencia:
“bases de la enseñanza de orientación socialista”; luego como estudiante de la U de G, fundó en
1934 la Federación de Estudiantes Socialistas de Occidente (feso); en 1936 fue electo presidente de la
Confederación de Estudiantes Antiimperialistas de América (ceada), este mismo año obtuvo el título
de licenciado en Derecho en la Universidad Michoacana, con la tesis: La educación, garantía social y el
artículo tercero constitucional y la enseñanza universitaria ; en 1938 accedió a la Presidencia de Las Juventudes
Socialistas de México (jsum); y en 1937, además de desempeñarse como líder estudiantil, fue designado
jefe del Departamento de Extensión Universitaria, Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles
en México…, pp. 70-72; Mario Nájera Espinoza, Gerardo Sánchez Díaz y Verónica Oikión Solano
((Editores), La nación dueña de su destino. Vida y obra de Natalio Vázquez Pallares, Guadalajara, u de g/El
Colegio de Michoacán/Universidad Michoacana, 2007 y Xuchitl Vázquez Pallares, “Sin concesiones”,
Cambio de Michoacán, jueves 23 de marzo de 2017, p. 16.
298
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 136.
113
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

cialista.299 Ahí el ejecutivo estatal, después de escuchar a los estudiantes David Franco
Rodríguez, Serafín Contreras y Serapio Nava, así como al propio Vázquez Pallares, y
de pedir la participación del alumno Jesús Bravo Baquero, opositor a la reforma, ofre-
ció su solidaridad al movimiento estudiantil. El día 4 de dicho mes el acercamiento
entre los reformistas y el gobierno estatal desembocó en la “entrega” de la universidad
por parte del gobernador Gildardo Magaña a los estudiantes. Ese día recibió en su
propia residencia a un grupo de universitarios a los que dirigió las siguientes palabras:

Quiero expresar a los jóvenes nicolaítas, que me complace sobremanera la inquie-

tud que los tiene agitados y que pretende, en forma clara y precisa, transformar esa
histórica Casa de Estudios, su Universidad nicolaíta, de conformidad con las normas
que establece el artículo tercero de la Constitución General de la República. Sepan
ustedes que el gobierno revolucionario de Gildardo Magaña está de acuerdo con que
la Universidad se gobierne en forma democrática. Y, para eso mismo, hoy les hace
entrega de esa histórica Institución y los hace responsables ante la Revolución, de su
triunfo en servicio del pueblo o de su fracaso. Si esto último sucediera, sepan ustedes
que mi gobierno, con la alteza de miras con que hoy se las entrega, sabrá reasumir la
responsabilidad que tiene contraída con las masas populares en su función de impar- El rector Natalio Vázquez Pallares con un distinguido grupo de nicolaítas. Fuente: ahum
tirles la alta cultura.300

Literalmente así fue, ya que el 8 de febrero Vázquez Pallares fue designado

rector provisional, y en el acto de toma de posesión el pasante de derecho David Fran-
co Rodríguez, a nombre de los estudiantes, fue el encargado de tomarle la protesta.301
Vázquez Pallares sería ratificado como rector definitivo el 13 de julio de ese mismo
año, convirtiéndose en uno de los rectores más jóvenes que ha tenido la institución.
Los esfuerzos del nuevo rector se enfocaron hacia la reforma del marco
jurídico, culminando con la aprobación de una nueva Ley Orgánica el 13 de marzo
de 1939.302 El sector estudiantil celebró este acontecimiento con “una vistosa manifes-
tación de antorchas” que desfiló por la ciudad, habiendo partido del Colegio de San

301
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, p. 360.
302
ahpem, Periódico Oficial Nº 13, del Gobierno de Michoacán, lunes 3 de abril de 1939. De acuerdo con
299
Los argumentos de los reformistas están contenidos en Natalio Vázquez Pallarez, Hacia la reforma
universitaria, Morelia, Universidad Michoacana, 1939, p. 31. Miguel Ángel Guiérrez López, Itinerario de la autonomía en la Universidad Michoacana, Morelia, Universidad
Michoacana, 2016, p. 91, esta Ley Orgánica tuvo como modelo a la legislación universitaria aplicada en
El Heraldo Michoacano, Morelia, domingo 5 de febrero de 1939, citado por Pablo G. Macías, Aula
300
la u de g, dos años antes, en donde Natalio Vázquez Pallares también había intervenido como dirigente
Nobilis. Monografía…, pp. 359-360. de la feso.

114 115
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Nicolás, “festejando el ‘entierro’ de la antigua ley universitaria”,303 significando con
ello el inicio de una nueva era para la Universidad Michoacana.
La mencionada ley comenzaba por declarar a la Universidad Michoaca-
na como una institución de servicio público, con lo que se eliminó el término auto-
nomía que contenían las leyes orgánicas anteriores. Ahora estaría dedicada a cumplir
en el campo de la educación superior los principios sustentados en este rubro por la
Constitución política del país y en particular la de Michoacán. Como ya lo señalamos,
desde 1934 el carácter que debía tener la educación impartida por el Estado era so-
cialista; se desprende que ese mismo carácter debía observar en adelante la educación
nicolaíta; aunque de hecho, de acuerdo a la concepción que del socialismo tenían los
universitarios michoacanos, esa característica se le había impreso a la educación uni-
versitaria local desde sus inicios.
En estricto sentido, lo que se logró fue la elevación a categoría de ley de
ese principio, es decir, el socialismo del que hablaban los nicolaítas no era un socialis-
mo basado en la teoría del materialismo dialéctico, sino un socialismo fundado en las
premisas de la Revolución mexicana. Era un socialismo que reprobaba la inhumana
explotación del trabajador, el régimen de privilegios y desigualdades basado en el in-
dividualismo. La educación socialista a la que se referían era aquella que tenía como
principio la subordinación del interés del bien personal al bien colectivo.
Los fines que perseguía la educación socialista en el país se traducían,
de acuerdo con Arnaldo Córdova, en realizar los ideales de la Revolución mexicana,
contribuyendo a forjar la unidad nacional en torno del Estado de la Revolución y la
Constitución; crear una sociedad más justa y más igualitaria como obra de hombres
libres del fanatismo y la ignorancia, la miseria y la explotación.304
El propio Cárdenas explicaría el 18 de marzo de 1940 lo que en su con-
cepto era la escuela socialista:
Los enemigos de la Revolución han combatido la reforma educativa de la Escuela
Socialista, siguiendo los pasos de los que pugnaron por mantener el sojuzgamiento de
las conciencias con la escuela confesional, y el privilegio de la cultura para las clases
capitalistas, al amparo de la enseñanza laica. La Revolución reconoce que no basta
el ejemplo de las generaciones reformadoras, ni es posible cimentar la organización
de un nuevo orden social, más justo y más humano, si no se prepara a la niñez y a
la juventud, para defender y continuar la obra emprendida. La Escuela Socialista
303
Pablo G. Macías, Aula Nobilis. Monografía…, p. 359.
304
Arnaldo Córdova, “Los maestros rurales en el cardenismo…”, p. 162.
116
Lucio Rangel Hernández
es una institución de servicio social, y no de interés privado, que propugna por la
capacitación integral de todos los individuos en beneficio de la colectividad. Anhela
la verdadera libertad, porque busca la luz de la razón como norma de conducta, en
lugar de la ciega obediencia al dogma, y trata por ello de explicar la vida a través de
la comprensión de los fenómenos naturales y no del temor supersticioso. Enseña que
el trabajo es fuente de riqueza y de bienestar, y no un anatema de servidumbre, que el
esfuerzo productivo ennoblece y que no existen castas o razas predestinadas al privile-
gio de la felicidad, a costa de las clases esclavizadas. Esta escuela activa capacita mejor
al campesino para aumentar los rendimientos de la tierra y al obrero para el fomento
de la industria, y al profesionista para vincularse con las necesidades del pueblo, así
como con los problemas de su patria. Se oponen a ella los poseedores de los privilegios,
lo mismo del monopolio de la tierra, que de los monopolios industriales y financieros,
porque mediante la privación de la capacidad técnica y social de las clases trabajado-
ras, pueden mantenerse siempre sometidas a regímenes de explotación; y muy lejos de
interesarles el porvenir de la niñez y de la juventud, sólo les preocupa la sumisión a sus
propios bienes. En cambio, la escuela Socialista desea que se capaciten como trabaja-
dores aptos, y se preparen para que puedan asumir la dirección y responsabilidad de
las nuevas fuentes de trabajo que el Estado llegue a crear, o que se establezcan por su
propia iniciativa, que sepan utilizar los recursos de la naturaleza, emplear la maqui-
naria y la técnica moderna, defender sus derechos ciudadanos y solidarizarse con la
causa de todos los oprimidos.305
Alberto Bremauntz uno de los miembros de la comisión designada por el
bloque del pnr de la Cámara de diputados que elaboró y presentó el primer proyecto
de reformas al artículo 3º constitucional señalaba años después:
La implementación de la Educación Socialista —decíamos entonces— no significa la
transformación económica del régimen, sino tan solo la preparación del material hu-
mano que necesita la misma Revolución Mexicana para continuar y afirmar su obra
y su Programa, que no se ha cumplido en puntos fundamentales, pudiéndose a la vez
hacer una valiosa labor de orientación de las juventudes y las clases proletarias para
la realización de sus ideales de igualdad, pues el futuro de nuestra República, como se
repite constantemente, está en manos de las primeras, quienes lograran seguramente,
satisfacer sus aspiraciones.306
305
Francisco Napoleón López Patiño, Los Nicolaítas, el Cardenismo…, p. 485.
Alberto Bremauntz, Autonomía Universitaria y Planeación Educativa en México, México, Ediciones Jurídicas
306
Sociales, 1969, p. 74.
117
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Estos eran los mismos objetivos que alentaban al socialismo nicolaíta, y
no los de instaurar en un futuro inmediato un régimen socialista. No existía en dicha
concepción un fundamento materialista dialéctico puesto que la filosofía imperante
en la universidad continuaba siendo la positivista, misma que está contenida en la Ley
Orgánica de 1939:
Artículo 3º.- Siendo la Universidad Michoacana una Institución de Estado, orientará
sus actividades de conformidad con las normas del artículo 3º Constitucional y de
acuerdo con los siguientes postulados:
a) En los filosófico, afirmación de la identidad esencial de los fenómenos del Universo
y adopción de una filosofía basada en la naturaleza.
b) En materia social, la aceptación del principio de íntima relación entre los fenóme-
nos de la vida común y su estrecha dependencia de los modos económicos y técnicos
de producción y cambio.
c) En lo moral, la adopción del principio ético fundamental de que el trabajo y la
riqueza deben repartirse en forma justa dentro de la sociedad, luchando por suprimir
la explotación del hombre por el hombre; la solidaridad con los trabajadores para for-
talecer y crear en los educandos una conciencia social en consonancia con las actuales
condiciones históricas de México.307
Consecuente con dicha orientación, los fines señalados a la universidad
para el desarrollo de sus actividades fueron el fomento y la organización de la investi-
gación científica, la formación de técnicos y profesionistas y la difusión de la cultura,
con lo que se buscaba lograr la solución de los problemas que afectaran la vida econó-
mica, política y moral de las clases trabajadoras, proyectándose así una universidad al
servicio de las clases laborantes.308
Otro fundamento contenido en esta ley fue el de la paridad estudiantil en
relación a autoridades y maestros en el Consejo Universitario. Este principio es una
influencia palpable del Movimiento de Reforma Universitaria iniciado en 1918 por
los estudiantes de la Universidad de San Carlos, en Córdoba, Argentina, que enarbo-
laba los conceptos de la democratización y el autogobierno, que suponía el derecho
de todos los sectores universitarios —y desde luego de los estudiantes— a participar
en la dirección de su institución.309
Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. Marzo 13 de 1939, en Miguel Ángel Gutierrez, Leyes
307
Orgánicas…, pp. 61-82.
308
Miguel Ángel Gutierrez, Leyes Orgánicas, Capítulo I. De los fines de la Universidad.
309
Véase Carlos Tunnermann, Noventa años de la reforma universitaria de Córdoba (1918-2008), Buenos Aires,
118
Lucio Rangel Hernández
Estos principios de democratización de la enseñanza y el autogobierno en-
contraron cabida en esta ley al reivindicársele al Consejo Universitario el derecho a par-
ticipar en la elección del rector, permitiéndole integrar una terna de la cual el ejecutivo
estatal haría la designación. Además, se crearon los consejos técnicos en las escuelas y fa-
cultades de la universidad, que integrados por el mismo principio de paridad tenían entre
otras de sus atribuciones integrar una terna de la cual el rector designaría a los directores,
prerrogativa que en la anterior Ley Orgánica, igual que para el caso del rector, correspon-
día al gobernador.310
En congruencia con la orientación socialista mencionada, esta ley esta-
bleció la prestación del servicio social de los universitarios nicolaítas, pero para los
estudiantes se consideró como parte integral de los planes de estudio, a tal grado que
a quienes no cumpliesen con esta obligación no se les expedirían sus constancias de
terminación de estudios.311
Finalmente debemos señalar que este nuevo ordenamiento jurídico univer-
sitario contempló el apoyo a la educación de los alumnos provenientes de las clases traba-
jadoras de escasos recursos económicos, concediéndoles pensiones en las casas del estu-
diante, estableciendo además en éstas bibliotecas dotadas especialmente de libros de texto,
asistiéndoles con servicio médico gratuito y suprimiendo para ellos el pago de la cuota
de inscripción, colegiatura y otras contribuciones que tenían para con la universidad los
estudiantes comunes.312
Sin duda lo más destacado del rectorado de Vázquez Pallares, y por lo
que es recordado, fue el triunfo del movimiento de reforma universitaria, ya que logró
poner acorde la Ley Orgánica de su casa de estudios con el nuevo texto del artículo 3º
constitucional, que decretó socialista la educación impartida por el Estado, con lo que
se pretendió “convertir a la institución en orientadora intelectual de la emancipación
de los trabajadores”.313
Pero dos acontecimientos más, relacionados entre sí, darían especial realce a
su administración. El primero, la incorporación a las labores académicas y de investiga-
clacso, 2008, disponible en http://www bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/grupos/reforTun/
reforTunn.pdf
Véase Capítulo vi. Del Consejo Universitario, de la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana.
310
Marzo 13 de 1939, en Miguel Ángel Gutierrez, Leyes Orgánicas…, pp. 61-82.
311
Miguel Ángel Gutierrez, Leyes Orgánicas, Capítulo xv.
312
Miguel Ángel Gutierrez, Leyes Orgánicas, Capítulo xiii.
313
Ma. Teresa Cortés Zavala, Lázaro Cárdenas y su proyecto…, p. 116.
119
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
ción de una pléyade de prestigiados intelectuales, artistas y científicos trasterrados espa-
ñoles que llegaron a nuestro país como efecto de la guerra civil en esa nación, entre ellos
María Zambrano, Ramón Xirau, Puig Villena, Fernando de Buen, Juan López Durá y
Adolfo Sánchez Vázquez, a quienes se integró el escritor alemán Ludwing Renn, quien
llegó a estas tierras huyendo del nazifascismo.314 El segundo, la puesta en marcha de uno
de los proyectos académicos —aún no superado— de mayor envergadura de la época:
la Universidad de Primavera “Vasco de Quiroga”, misma que sin la participación de los
exiliados ibéricos hubiese sido imposible materializar.
La coyuntura se presentó cuando la comunidad universitaria se aprestó a
celebrar el iv Centenario de la Fundación del Colegio de San Nicolás, señalándose como
fecha central el 8 de mayo de 1940, cuyos festejos arrancarían el mismo día, pero de 1939.
Durante ese lapso se programaron una serie de actos y eventos conmemorativos: el iv
Congreso Mexicano de Historia, el Congreso Americano de Universidades, las Jornadas
Médicas que tendrían como sede la Escuela de Medicina, la realización de los cursos de
verano para extranjeros en Pátzcuaro —ciudad donde Vasco de Quiroga creó el Colegio
de San Nicolás—, y desde luego la publicación de obras alusivas a la ocasión, aportación
de la sociedad “Vanguardia Nicolaíta”. Pero la propuesta de mayor calado, como ya lo de-
cíamos, fue la hecha por Juan Hernández Luna, con la Universidad de Primavera “Vasco
de Quiroga”, tomando para ello como modelo un evento que se había venido realizando
cada año en la Universidad Internacional de Verano “Meléndez Pelayo”, en la provincia
de Santander, España, consistente en una serie de cursos y seminarios dictados a un selecto
grupo de estudiantes por especialistas provenientes de varias universidades del orbe, donde
abordaban “las últimas conquistas que ha logrado la filosofía, la ciencia, el arte, la técnica
y en general la sabiduría humana”.315 El rector hizo suya la idea y a su vez la propuso al
Dr. Enrique Arreguín Vélez, miembro del gabinete del general Lázaro Cárdenas, quien la
apoyó con especial entusiasmo, contando además con la presencia de éste en el magno fes-
tejo el 8 de mayo de 1940 en el segundo patio del Colegio de San Nicolás, y pronunciando
el día siguiente el discurso de inauguración de la que pretendía ser la primera universidad
itinerante de América, pero que por diversos motivos, la mayor parte de ellos presupuesta-
les, tuvo que permanecer en su sede de origen y sostener solamente dos ediciones más.316
314
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 110.
315
Juan Hernández Luna, tuvo conocimiento de este evento académico de carácter internacional por
un folleto que le regaló el ameritado filósofo catalán Joaquín Xirau, a quien la guerra civil española
trajo a México, habiendo dictado un curso de filosofía en la Universidad de Santander, España. Juan de
la Encina, La Universidad de Primavera Vasco de Quiroga, Morelia, Universidad Michoacana, 1987, pp. 6-7.
316
El discurso en Juan de la Encina, La Universidad de Primavera “Vasco de Quiroga”, pp. 41-45; véase
120
Lucio Rangel Hernández
Capítulo iv
La movilización estudiantil de 1940-1956
En defensa de la universidad popular
La vigencia de la Ley Orgánica de 1939 en la Universidad Michoacana se inició en
el momento que la correlación de fuerzas políticas en el país se decidió a favor de una
burguesía conservadora que, como clase hegemónica del sistema capitalista, puede
imprimirle a las instituciones educativas un carácter orgánico, ya que en última ins-
tancia éstas son fruto y expresión de un régimen social determinado y cumplen las
funciones y necesidades culturales y técnicas que éste les exige. De tal forma que el
Estado mexicano, a partir de esos años, trató de imponer los modelos tecnocráticos de
inspiración estadounidense a la educación superior, con la finalidad de subordinarla a
sus intereses de clase y vincularlas con los requerimientos de sus sectores empresariales
nacionales y extranjeros y no con las necesidades de la nación mexicana.317
Por otro lado, el contexto internacional de la entrada de México a la guerra
mundial favoreció la actuación de la burguesía mexicana sin contrapesos, pues logró la
incorporación de los partidos de izquierda a partir del acuerdo tomado por la Cominter
en 1935 de “la unidad a toda costa” para luchar contra el fascismo, por lo que conse-
cuentemente se imponía un proyecto educativo bajo el concepto de la unidad nacional,
enfocado a “olvidar” las luchas internas para enfrentar al enemigo externo.
Así dio inicio el cambio de rumbo en la política educativa del Estado,
comenzando los embates contra la educación popular, reduciendo el presupuesto a
la educación técnico-popular, misma que había sido ampliamente impulsada durante
el gobierno cardenista. Esto trajo como consecuencia que las escuelas prácticas de
agricultura, el Instituto Politécnico Nacional y algunas universidades de provincia su-
frieran paulatinamente la degradación de las condiciones de estudio, particularmente
en sus internados.318
Dicho cambio comenzó a perfilarse desde los inicios régimen de Ávila
Camacho, quien nombró a Octavio Véjar Vázquez como secretario de Educación,
también Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana..., pp. 112-113.
317
Véase Alfredo Tecla Jiménez, Universidad, burguesía y proletariado…, p. 91.
318
Alfredo Tecla Jiménez, Universidad, burguesía y proletariado…, p. 12.
121
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
con la misión presidencial de que “era urgente serenar los espíritus, definir los al-
cances del artículo tercero, desvanecer los motivos de inquietud social que su texto
seguía provocando y orientar la escuela hacia la Unidad Nacional, imperativo de la
hora”. Sin embargo, dadas las circunstancias, el cambio debió hacerse gradualmen-
te para no provocar “una discusión perniciosa e innecesaria”. Inicialmente, el texto
del artículo constitucional “no fue tocado”, se comenzó por la ley reglamentaria;319
la modificación sería formalizada hasta el año de 1946 con la reforma al artículo 3º
constitucional, suprimiendo la orientación socialista que desde 1934 había observado
la educación impartida por el Estado:
Artículo 3º. La educación que imparta el Estado —Federación, estados, municipios—
tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará
en él, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la indepen-
dencia y en la justicia.
I. Garantizada por el Artículo 24 la libertad de creencias, el criterio que orientará a
dicha educación se mantendrá por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y,
basado en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus
efectos, los fanatismos y los prejuicios. Además:
a) Será democrática, considerando a la democracia no solamente como una estructura
jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante
mejoramiento económico, social y cultural del pueblo;
b) Será nacional, en cuanto —sin hostilidades ni exclusivismos— atenderá a la com-
prensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa
de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia econó-
mica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura, y
c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin
de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la in-
tegridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cui-
dado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de todos los hombres,
evitando los privilegios de razas, de sectas, de grupos, de sexo o de individualidad.320
Esta política que intentaba adecuar —“modernizar” ha sido el térmi-
no utilizado en el discurso oficial— el sistema educativo superior a su proyecto eco-
nómico capitalista, dependiente en la fase de una nueva división internacional del
Octavio Véjar Vázquez, Memorias, p. 103, citado por Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad
319
Michoacana…, p. 120.
320
Solana, Cardiel Reyes y Bolaños Martínez, Historia de la educación…, pp. 324 y 325.
122
Lucio Rangel Hernández
trabajo, así como de la consolidación de la gran empresa capitalista monopólica,
provocó la oposición de instituciones identificadas con el proyecto nacionalista popular
cardenista, entre las que se encontraba por supuesto la Universidad Michoacana.
En la Universidad Michoacana, la defensa de la educación popular, ade-
más de otros principios de igual importancia, contenidos en la Ley Orgánica de 1939
que ya hemos señalado, serían defendidos por los nicolaítas ante el intento de elimi-
nación que comenzaron a sufrir por parte de algunas autoridades universitarias y
gobiernos estatales.
La cristalización del proyecto universitario de educación socialista, con la
promulgación de la Ley Orgánica de 1939 y la llegada a la rectoría de la Universidad
Michoacana del rector socialista Natalio Vázquez Pallares, producto de un movimiento
que se extendió por más de una década, coincidió desafortunadamente —como ya lo
señalábamos— con un momento coyuntural en la política internacional marcado por la
Segunda Guerra Mundial, y a nivel nacional y estatal por la sucesión del poder ejecutivo
federal y la renovación del estatal; estos últimos tendrían implicaciones muy serias en la
política universitaria. La identificación del rector con el cardenismo y las “aspiraciones
presidenciales del gobernador Gildardo Magaña” lo colocaron directamente en la con-
tienda electoral.321
Desde mediados del año de 1939, las críticas contra el rector arreciaron,
esto debido a su “postura abiertamente oficialista y su publicitada lealtad incondicional
al presidente de la República y las directrices del partido oficial”.322 A finales del año, el
oriundo de Coalcomán incluso había publicado el documento “Ideas para un plan de
gobierno”. De acuerdo con Arreola Cortés, “el general Ireta le tenía como uno de sus
principales consejeros, y a él confió públicamente la tarea de unificar a los revoluciona-
rios michoacanos para lograr una continuidad de la política cardenista”, por lo que se
daba como un hecho su incorporación al gabinete como secretario de Gobierno, y por
lo mismo como el prospecto más fuerte para el siguiente periodo gubernamental.323 José
Revueltas, en una misiva que le envió, señalaba que “el movimiento juvenil en México
se encuentra ante un elemento perturbador: la campaña presidencial”, y en clara alu-
sión a Vázquez Pallares “cuestionaba a quienes participaban en la contienda electoral
únicamente para mantener su posición política y asegurar su futuro personal, y a quie-
nes buscaban el favor y la preferencia de algún político influyente y apuntó que la tarea
321
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 178.
322
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 178.
323
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, pp. 114-115.
123
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
del movimiento juvenil debería estar ‘por encima de todos los generales y ministros de
la tierra’”.324
En este contexto, desde marzo de 1940 la agrupación denominada Movi-
miento Universitario pro Efectiva Reforma, que luego se constituyó en Partido Estu-
diantil de Renovación Universitaria (peru), comenzó a atacar al rector y sus colabora-
dores calificándolos de “falsos reformadores”, por lo que se propuso como plataforma
política luchar por “el rescate de los principios socialistas”.325
Cuatro meses después, con la llegada del estudiante de leyes Manuel Gu-
tiérrez, miembro del peru, a la presidencia de la recientemente creada feum, el bloque
opositor al rector se fortaleció, radicalizando sus posiciones, mismas que llevaron al ex-
tremo de iniciar una huelga general el 20 de agosto para exigir su renuncia.326
Luego de nueve días de conflicto, Vázquez Pallares solicitó licencia para se-
pararse de la rectoría, la que semanas más adelante se tradujo en renuncia al cargo al ser
nombrado procurador de Justicia del estado. Dicha renuncia fue dada a conocer el 20
de septiembre, justamente durante la sesión en la que el Consejo Universitario integró
la terna para la designación de rector definitivo con los nombres de Victoriano Aguiano
Equihua, Alfredo Gálvez Bravo y José Márquez. De entre ellos, el gobernador Félix
Ireta, el 21 de septiembre, se decidió en favor del primero (se dice que por presiones
externas),327 sin tomar en cuenta uno de los requisitos contemplados en la Ley Orgánica,
consistente en que este nombramiento debía recaer en una personalidad de reconocida
ideología socialista, lo que justamente era al contrario, ya que Anguiano Equihua era un
declarado enemigo de esta tendencia y por tanto de la propia legislación universitaria vi-
gente,328 por lo que incluso, había sido rechazada en varias ocasiones su postulación por
el Consejo Universitario durante la sesión en que se conformó la mencionada terna.329
Carta de José Revueltas a Natalio Vázquez Pallares, en Juventud, abril de 1939, p. 11, citado por
324
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 179.
325
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 166.
326
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 167.
La versión del propio Anguiano Equihua, señala que el Gral. Ireta le ofreció la rectoría por la
327
amistad que mantenían, Lázaro Cárdenas, p. 155; por su parte, Romeo Ortega, El conflicto. Drama de la
Universidad…, p. 68, anota, que en dicho nombramiento fue determinante la influencia del Ing. Pascual
Ortiz Rubio, con quien se le ligaba políticamente; pero la versión más arraigada apunta a que se lo
impuso el presidente Ávila Camacho.
328
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 175.
329
Véase Salceda Olivares, Las Casas del Estudiante en Michoacán…, p. 109.
124
Lucio Rangel Hernández
Así se iniciaba la defensa de los principios contenidos en la Ley Orgánica
de 1939 contra el rector Victoriano Anguiano Equihua, quien rechazaba la orienta-
ción socialista de la educación universitaria al considerar este principio como dema-
gógico y ridículo; además estaba en contra de la paridad estudiantil en el Consejo
Universitario, porque para él esto se traducía en la supeditación de las autoridades y
maestros a los caprichos de los estudiantes.330
Respecto a la legislación universitaria de 1939, Anguiano señalaba que se
votó y promulgó la nueva Ley Orgánica que declaraba socialista a la antigua y céle-
bre Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Se estableció la dictadura
de las masas estudiantiles, y lo que había venido siendo un crisol donde se forjaron
constructores de la nacionalidad mexicana, hombres de ciencia, literatos, dirigentes re-
volucionarios, etc., se convirtió en algo así como un partido político. Mejor dicho en
una agrupación sectaria y dogmática, que excluía la esencia de toda institución univer-
sitaria: la libertad de examen y crítica del pensamiento humano. Universidad es univer-
salidad, y no aherrojamiento del espíritu humano a determinado sistema filosófico.331
Tiempo después, rememorando aquellos años en que fue rector, reafir-
maba convencido su rechazo a la reforma universitaria socialista:
Al hacerme cargo de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, me en-
contré con lo que los revolucionarios “socializantes” llamaban la dictadura estudiantil.
Es decir, una verdadera supeditación de las autoridades y maestros universitarios a
los caprichos de los estudiantes: reducción de programas académicos, concesión de
asistencias, de exámenes extraordinarios, etcétera; y además, maniobras de perver-
sión, dando sueldos y becas a estudiantes inquietos y con facultades de líderes, para
que colaboraran con el joven “rector marxista” en el control de los estudiantes y en
el desarrollo de una demagogia realmente indigna de cualquier universidad, no im-
porta la ideología que tuviera. La famosa Nueva Ley Orgánica de la Institución que
ostentaban como la obra maestra y rutilante de la revolución universitaria, le atribuía
a la Universidad el carácter de socialista y por consiguiente la obligación de orientar
sus enseñanzas e investigaciones de acuerdo con el socialismo. Contenía artículos tan
curiosos como aquel que fijaba los requisitos para ser director de facultad o escuela y
profesor, estableciendo además de los acostumbrados en todas las universidades: título
330
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 117.
331
Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro Cárdenas…, pp. 142-143.
125
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
académico, con cierto tiempo de haberlo obtenido, probidad, etcétera, el de ser de
reconocida ideología socialista. Curiosa exigencia, porque no se cuidaban de fijar, si-
quiera por medio de una cátedra especial, qué era el socialismo, ni menos qué tribunal
calificaría a las gentes que tuvieran la dicha “ideología reconocida”.332
El detonante del conflicto entre los defensores de los postulados socialistas
de la legislación universitaria y el rector Anguiano Equihua se dio a comienzos de
1943. Entre el 11 y el 16 de enero de este año se realizó en la ciudad de México un
Congreso Nacional de Educación organizado por la sep con el propósito de estudiar,
“dentro de un plano eminentemente científico y con exclusión de intereses políticos,
los problemas básicos de la enseñanza mexicana”.333
Sin embargo, el congreso se convirtió en los hechos, en un foro de dis-
cusión sobre la necesidad de una reforma al artículo 3º constitucional. El rector de
la Universidad Michoacana, Anguiano Equihua, presentó una ponencia elaborada
conjuntamente con el filósofo español y profesor de la institución, David García Baca,
proponiendo una reforma a la redacción del mencionado artículo, donde se esta-
bleciera que la “educación sería socialista e impartiría en la juventud un concepto
científico, moral y estético del universo y la vida social”, además de que sustentará
“los principios sociales de fraternidad, justicia social, y afirmación de la democracia,
necesarios para una convivencia humana más equitativa”.334
Una década más tarde, Anguiano Equihua, confirmó su posición con res-
pecto a la reforma impulsada por el avilacamachismo al artículo 3º constitucional:
Como en diciembre de 1940 tomó posesión de la Presidencia de la República don
Manuel Ávila Camacho, y a poco comenzó a perfilar su tesis de unidad nacional, de
tolerancia, de armonía y postuló, por conducto de la Secretaría de Educación Públi-
ca, la doctrina del amor en lugar de la del odio y la lucha de clases para la escuela
mexicana, los intransigentes de izquierda y los “ortodoxos cardenistas” iniciaron las
críticas contra el régimen de don Manuel en diversas formas: algunos decían que era
332
Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro Cárdenas…, pp. 166-167.
333
La Voz de México, 24 de enero de 1943, p. 2, citado por Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de
la autonomía…, 277.
334
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 279.
126
Lucio Rangel Hernández
regresivo; otros lo llamaban tibio; aquellos lo denominaban simplemente centrista.
Pero la conclusión era que se desviaba del ‘cardenismo’ y de su impecable doctrina y
táctica revolucionarias.335
La oposición de Anguiano a la orientación socialista de la instrucción
impartida por la Universidad Michoacana contenida en la Ley Orgánica vigente,
reafirmada en su actuación en el Congreso Nacional de Educación, provocó que el
18 de enero de 1943, durante el acto de inauguración del año lectivo, estallara un
movimiento estudiantil en su contra por parte de los universitarios defensores de dicha
orientación; contando con el apoyo de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos
Campesinos, de la Delegación de la ctm en Michoacán, de la Confederación de Obre-
ros y Campesinos de México, de la Sección xvi del sterm y de la Federación Juvenil
Revolucionaria de Michoacán, los manifestantes exigieron la renuncia del rector.336
El 30 de enero fue distribuido un Manifiesto firmado por dichas organiza-
ciones, donde expresaban su rechazo a la posición asumida por Anguiano Equihua en
el Congreso de Educación. En él atacaban la tesis educativa del rector y García Baca
de “idealista, defensora de las supersticiones religiosas; y su contenido fue calificado
como ‘nacionalismo filosófico confusionista’, propio de un ‘nacionalismo político y
pedagógico de carácter fascista’”.337
El 1º de febrero se dio a conocer otro documento en el que se pedía la in-
tervención del ejecutivo estatal para “solucionar los problemas por los que atravesaba la
Universidad Michoacana”. Al día siguiente, Raúl Arreola Cortés y Serapio Nava Solís,
representantes del Comité Coordinador Estudiantil, informaron por medio de un tele-
grama al presidente de la República que el estudiantado se encontraba en lucha para
lograr la destitución de Anguiano Equihua por su “actitud reaccionaria en el Congreso
Nacional de Educación y su mal manejo de la administración universitaria”.338
Para el 5 de febrero, los inconformes con el rector Anguiano radicalizaron
sus acciones. Por la noche de este día, un grupo de estudiantes del Comité Coordina-
dor Estudiantil “tomaron” la mayoría de los planteles universitarios y declararon la
huelga general contra el rector, planteándose los siguientes objetivos:
335
Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro Cárdenas…, p. 156.
336
aghpem, Manifiesto de Apoyo, Caja 5, Exp. 19.
337
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 280.
338
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 281.
127
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

La renuncia de las autoridades universitarias, el respeto a la ley orgánica; a los dere- Congreso del Estado una ley que resolviera los problemas que afectaban a la Univer-
chos de los estudiantes y profesores; el rechazo a los profesores carentes de la “pre- sidad Michoacana”.342
paración cultural e integridad” necesarios para desempeñar sus funciones; el cese de
Con este respaldo, y argumentando que “habiéndose roto el prin-
las provocaciones que generaban los enfrentamientos entre universitarios; el respeto
a la “voluntad democrática de los universitarios” para lograr una verdadera repre-
cipio de autoridad, las funciones de la Universidad Michoacana habían que-
sentación de los diferentes sectores dentro del Consejo Universitario; el uso adecuado dado en suspenso, por lo que era necesario poner en ejecución ordenamientos
del presupuesto y el respeto a la tradición ideológica del Colegio de San Nicolás y la que de manera legal colocaran a la institución en su ‘vida moral’”, el goberna-
Universidad Michoacana.339 dor Ireta promulgó el 11 de febrero de 1943 el decreto número 27, por medio
del cual fue removido Anguiano Equihua de su cargo de rector, junto con las
demás autoridades universitarias. Como el decreto facultaba al gobernador
para nombrar a un rector provisional, el cargo recayó en la persona del Lic.
Como el Consejo Universitario, mayoritariamente integrado por “an-
Adolfo Cano. 343
guianistas”, asumiera la defensa del rector y junto a él un grupo de estudiantes enca-
El proceder del gobierno estatal no fue acatado por Anguiano Equihua,
bezados por la sociedad de alumnos de la Escuela Popular de Bellas Artes y la misma
sus colaboradores y simpatizantes; tampoco por los miembros del consejo universi-
feum, la situación se complicó.
tario cesados. De inmediato aquél envió un mensaje al presidente de la República
El gobernador Félix Ireta solicitó a los huelguistas la entrega de los edifi-
Manuel Ávila Camacho, solicitando su intervención, quien giró instrucciones al secre-
cios, pero su petición fue ignorada; mientras tanto las acusaciones entre un bando y
tario de Educación Pública para que suspendiera el subsidio federal a la Universidad
el otro se tornaban más agresivas. Las autoridades universitarias acusaban a funcio-
Michoacana, en tanto se resolvía satisfactoriamente el conflicto de la misma.344 Mien-
narios del gobierno del estado y a algunos magistrados de “azuzar” a los estudian-
tras tanto, parte de éste sería destinado para becar a doscientos cincuenta estudiantes
tes paristas para que no entregaran las instalaciones; la contraparte respondió por
que decidieron salir a continuar sus estudios a otras partes de la república, hecho que
medio del presidente del Comité de Huelga, Roberto Estrada, acusando al Consejo
ha sido consignado en la historia de nuestra institución como “el éxodo”.345
Universitario de “instigar a los estudiantes para que asaltaran los edificios en poder
La decisión presidencial polarizó el conflicto que alcanzó repercusión na-
de los huelguistas”.340
cional con manifestaciones de apoyo a Anguiano Equihua —y en contra de él— de
Para el 10 de febrero, miembros del Supremo Tribunal de Justicia del es-
varias instituciones de educación superior y organizaciones políticas y sindicales.346
tado hicieron “patente su simpatía por el movimiento de protesta […] contra el rector
Como efecto del decreto estatal, el 9 de marzo quedó integrado un nuevo
Victoriano Anguiano, a quien acusaron de pretender imprimir una orientación de
Consejo Universitario que procedió a conformar la terna para el nombramiento de
derecha en la institución”, manifestándose en apoyo a la “intervención del ejecutivo
rector definitivo, misma que estuvo integrada por Jesús Romero Flores, Miguel Arro-
estatal y el congreso local en la solución del problema universitario”.341
yo de la Parra y Salvador Franco López, siendo nombrado por el gobernador Ireta el
Igualmente, miembros de la Liga de Comunidades Agrarias, del Sin-
profesor Romero Flores, quien fuera diputado al Congreso Constituyente de 1917.347
dicato Campesino del Estado, la Confederación de Obreros y Campesinos de Mé-
xico, la fjrm y organizaciones ligadas a la ctm, el prm y el sterm reafirmaron su
apoyo al movimiento de huelga y “solicitaron al ejecutivo estatal que enviara al

342
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 286.
343
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 128.
Informe del secretario general de la Universidad Michoacana, David Franco Rodríguez, del año de
339
344
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 291.
1939 al 31 de agosto de 1943, pp. 33-34, en ahum, Universidad Michoacana, I, c.7, citado por Miguel
Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía..., p. 283. 345
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 129.
340
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 286. 346
Véase Juan Manuel Salceda Olivares, Las Casas del Estudiante en Michoacán…, p. 115.
341
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 286. 347
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 129.

128 129
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Por la vía legal, Anguiano Equihua recurrió al juicio de amparo contra el
decreto número 27 porque violaba los derechos fundamentales de la Universidad Mi-
choacana y de los integrantes del Consejo Universitario. El fallo del juez de distrito de
Michoacán, Ezequiel Parra, concedió el amparo, el cual desde luego fue impugnado por
las autoridades estatales, y el rector Romero Flores como tercero perjudicado, llevándose
la querrella hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que el 25 de junio desechó la
solicitud de revisión del caso, y el 18 de agosto confirmó el amparo concedido por el juez al
rector Anguiano Equihua y al Consejo Universitario.348 A pesar de ello este conflicto, muy
similar al que se desataría entre febrero y septiembre de 1986 en la propia Universidad,
con la existencia de facto de dos rectores y sus respectivos partidarios en el Consejo Uni-
versitario, uno reconocido y apoyado con el subsidio del gobierno estatal y otro respaldado
y sostenido por el federal, no se resolvería con la irrestricta aplicación de la ley, sino por
mediación y determinación política, aceptando como forma de destrabar el conflicto la
“propuesta salomónica” del Ejecutivo federal de avalar ambos grupos, el nombramiento
del escritor José Rubén Romero como rector interino, esto ante la negativa del grupo
antianguianista de entregar los recintos universitarios para reinstalar a las autoridades de-
puestas —entre los más intransigentes opositores al retorno de Anguiano se encontraban
los alumnos de la Normal y los residentes de la Casa del Estudiante—, así como por la
creciente ola de violencia que se había desatado entre los bandos enfrentados.349
Es indudable, como dice Gutiérrez López, que este conflicto estaba enmar-
cado en el giro que Ávila Camacho le dio al proyecto de nación que había impulsado el
cardenismo por la vía de la lucha de los sectores populares para mejorar sus condiciones de
vida, sustituyéndolo por una aparente “unidad nacional”, apartando la concepción de la
lucha de clases y enmascarando así la necesidad de la burguesía mexicana y extranjera de
acabar con la oposición y las confrontaciones derivadas de esta, para someter a los sectores
populares, campesinos y obreros a sus intereses.350
Fue en ese contexto que en 1943, “una vez más, se enfrentaron dos concep-
ciones opuestas de universidad y del papel que debería cumplir el Estado en la organiza-
ción y orientación de la enseñanza”.351
348
Tanto el documento de desecho, como la resolución definitiva, en Romeo Ortega, El conflicto. Drama
de la Universidad…, pp. 98 y 99.
349
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 131; Romeo Ortega, El conflicto. Drama
de la Universidad…, pp. 98-99 y Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 314.
350
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 314.
351
Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, p. 322.
130
Lucio Rangel Hernández
Pero la anterior era solamente una batalla que formaba parte de un
combate mayor que paulatinamente subía de intensidad, cuyo telón de fondo era
el cambio de rumbo en la construcción del Estado nacional, derivado a su vez de la
configuración de un nuevo orden mundial a partir de la posguerra, que significó el
realineamiento de nuestro país al poder hegemónico que comenzó a ejercer en el he-
misferio occidental Estados Unidos de América.
Bajo la plena integración económica a la órbita estadounidense se daba la
espalda a la política nacionalista del cardenismo inspirada en la Revolución mexicana.
El 19 de enero de 1946, como clara expresión del cambio de rumbo, el partido oficial
fue refundado, modificando su nombre de Partido Nacional Revolucionario (pnr) a
Partido Revolucionario Institucional (pri), del cual quedó excluido el bloque militar;
incluso promovió a la presidencia de la República por primera vez a un civil, al “ca-
chorro de la revolución” Miguel Alemán Valdés, y se procedió a “purgar” los secto-
res campesino y obrero de líderes de extracción abiertamente cardenista y marxista,
purga que ya había iniciado con la sustitución de la dirección de la ctm, en 1941, de
Vicente Lombardo Toledano por el obediente Fidel Velázquez.
Es decir, como el proyecto de industrialización de Miguel Alemán requería
del concurso del capital nacional y extranjero, los que a su vez exigían un “ambiente de
estabilidad” que garantizara su inversión, el control gubernamental de las organizacio-
nes obreras fue acrecentándose, aunque hay que señalar que a ello ya había contribuido
la supeditación del movimiento proletario con la llamada “unidad a toda costa”, con el
fin de enfrentar al fascismo antes y durante la Segunda Guerra Mundial.352
352
Durante este conflicto bélico, los partidos comunistas en el occidente se plantearon como objetivo
primordial, el de contribuir a través de la alianza con las fuerzas democráticas y antifascistas, a eliminar
los obstáculos para el aumento de la producción y movilizar recursos humanos y materiales para enfrentar
a las potencias del Eje. De esta manera en México el pcm, se integró al llamado de Ávila Camacho de
la “Unidad Nacional” frente al enemigo común y propuso el servicio militar obligatorio, la firma de
un tratado militar y comercial con los Estados Unidos, incluso introdujo cambios en las “tácticas del
partido en su frente industrial para evitar huelgas que pudieran dañar la producción. En la posguerra
el pcm, mantuvo su postura de la Unidad Nacional, aún y cuando las condiciones habían cambiado.
Dicha posición se desprendió de la idea, no sólo de este partido, sino de la izquierda marxista en general
(entre ellos el pp de Lombardo Toledano), de que la industrialización del país guardaba estrecha relación
con la soberanía nacional. Para ellos, la industrialización no solamente disminuiría la dependencia del
país del imperialismo estadounidense, sino que aceleraría la eliminación de todos aquellos obstáculos
“`semifeudales´ o `feudales´, propios de una nación semicolonial, premisa fundamental para dejar atrás
la etapa de la revolución democrática y abocarse a la revolución socialista”, Barry Carr, La izquierda
mexicana…, pp. 127-152.
131
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Para 1947 estaba claro el nuevo papel que para el Estado debían jugar las
grandes organizaciones sindicales y populares construidas bajo el cardenismo. Tras la
renovación de la dirigencia en la ctm y la imposición de Fernando Amilpa (1947-1950),
es decir de la línea oportunista de Fidel Velásquez, se dio una ruptura interna; los sin-
dicatos minero, petrolero y ferrocarrilero intentaron formar una agrupación indepen-
diente, pero el gobierno de Alemán Valdés lo impidió por medio de la represión. En el
stfrm, el más combativo, por medio de la utilización de la fuerza policiaca evitó que Je-
sús Díaz de León, “el Charro”, fuera depuesto, ocupando en octubre de 1948 los locales
del sindicato y encarcelando a los líderes opositores Luis Gómez Z. y Valentín Campa.353
De ahí en adelante, la acción gubernamental se centró en reprimir los
principales núcleos opositores de izquierda en el gremio obrero. Entre otros, Vicente
Lombardo fue expulsado de la ctm. Éste fundó entonces el 20 de junio de 1948 el
Partido Popular, en el que convergieron organizaciones y personalidades de diverso
signo político, pero no como un partido abiertamente opositor, sino en corresponden-
cia con la política de la “colaboración entre las clases”, plegándose así a las “reglas del
juego” impuestas por el Estado. Un año más tarde, el 22 de junio de 1949, después del
golpe al stfrm, varias organizaciones obreras y campesinas dieron forma a la ugocm,
la cual se incorporaría, ya bajo la dirigencia del líder campesino Jacinto López, al pp
de Lombardo Toledano.354
La apertura al capital extranjero incluyó también el recientemente nacio-
nalizado sector petrolero; esto a partir del año de 1949, por medio de los llamados
contratos de riesgo que implicaban la participación de un selecto grupo de empresas
extranjeras o aparentemente mexicanas en Pemex, beneficiándose ventajosamente de
la renta petrolera; desde luego, previamente se había encarcelado y expulsado a los di-
rigentes más combativos del sindicato petrolero, con el fin de allanar el camino a la po-
lítica presidencial de Alemán Valdés de desnacionalización de los recursos petroleros.355
En el aspecto agrario, como ya vimos en su momento, también operó una
contrarreforma, en diciembre de 1942, del Código Agrario que había dispuesto el
Véase Stephen R. Niblo, México en los cuarenta. Modernidad y corrupción, México, Océano, 2008, pp.
353
171-178.
354
Stephen R. Niblo, México en los cuarenta…, pp. 197-199.
Durante el gobierno de Miguel Alemán se otorgaron 17 de estos contratos a empresas estadounidenses,
355
hecho que fue denunciado y combatido por Natalio Vázquez Pallares, siendo diputado por Michoacán
a la xl legislatura de la Unión, logrando la suspensión definitiva de los mismos, Eduardo Nava
Hernández, “Natalio Vázquez Pallares, México y la segunda posguerra”, en Cambio de Michoacán, jueves
30 de marzo de 2017, pp. 14-15.
132
Lucio Rangel Hernández
fraccionamiento de los ejidos, la expedición de los títulos parcelarios y la inafectabili-
dad de “la pequeña propiedad”. Como parte del mismo proceso, en el rubro educa-
tivo el viraje se materializó en “la represión al movimiento estudiantil del Politécnico
Nacional en 1942 que demandaba una Ley Orgánica, y la reestructuración que en
1943 llevó a cabo el Gobierno de esta misma institución, la fundación del Instituto
Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (1943) a cargo de la Iniciativa Pri-
vada, el carácter aristocrático (gobierno sin participación estudiantil) de la nueva Ley
Orgánica (1945) de la unam, la política de federalización de las Escuelas Normales en
1944”, y como punto culminante, la contrarreforma al artículo tercero constitucional
a principios de 1946.356
Una batalla más
Los efectos de la nueva política nacional comenzaron a repercutir negativamente en
la Universidad Michoacana. En septiembre de 1943, como parte de una política de
federalización de estos planteles, la Escuela Normal y, por ende, la casa del estudiante
normalista fueron segregadas de la Universidad, 357 y a principios de 1945 le siguió la
clausura de la casa del estudiante nicolaíta. Con ello se buscaba eliminar “los focos
rojos” de la casa de Hidalgo, perfilándose así la “nueva orientación que de acuerdo a
la política del centro debía tener la educación: técnica y elitista”.358
En medio de este contexto vendrían más batallas por librar en defensa de
los principios contenidos en la Ley Orgánica de 1939, esto cuando el gobernador José
Mendoza Pardo pretendió encauzar a la Universidad Michoacana por el camino de
Juan Manuel Salceda Olivares, Reforma universitaria y sindicalismo: la casa de Hidalgo y su sindicato de
356
empleados, 1938-1986, Morelia, Universidad Michoacana/sueum, 2004, p. 77.
357
La federalización de las Escuelas Normales, implementada por el entonces secretario de educación,
Jaime Torres Bodet (1943-1946) tenía la intención de reorientar la formación de los docentes, borrar
en la práctica la formación basada en los principios de la “educación socialista”, Juan Manuel Salceda
Olivares, Reforma universitaria y sindicalismo…, p. 123.
358
El acuerdo del Consejo Universitario, estuvo animado por el argumento de que en el movimiento
de 1943 la Escuela Normal se había “convertido en centro permanente de perturbación y violencia”,
sin embargo hay que señalar que ya, desde 1935 los normalista habían venido pugnando porque
su escuela se incorporara a la sep por razones presupuestales, Juan Manuel Salceda Olivares, Las
casas del estudiante en Michoacán…, p. 119. Incluso en la sesión del 21 de octubre de 1937, el Consejo
Universitario había tomado el acuerdo por medio del cual la Escuela Normal Mixta pasaría a
depender de la Secretaría de Educación Pública. El acta está reproducida en Raúl Arreola Cortés,
Salvador Franco López…, pp. 135-139.
133
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
la nueva política educativa trazada desde la presidencia de Manuel Ávila Camacho, y
ahora endurecida por el régimen alemanista.
Para empezar, Mendoza Pardo llegó a la gubernatura del estado el 16
de septiembre de 1944, designado desde las “altas esferas” del poder federal, es decir
impuesto por Ávila Camacho, cuya candidatura había sido impulsada a su vez por del
secretario de Educación Véjar Vázquez y por Victoriano Anguiano Equihua, bajo la
consideración de que éste “era el que mejor llenaba los requisitos para no ser recha-
zado por el ‘cardenismo’”. 359
El nuevo gobernante era conocido por ser “un hombre recto, de ex-
tracción humilde, maestro en sus años juveniles en el Colegio de San Nicolás, muy
apegado al cumplimiento de su deber, pero demasiado rígido, formalista y aho-
rrativo, y además, amante de criticar sin recato a todas las personas que tenía a su
alcance”.360 La “cualidad” de ahorrativo, “casi avaro”,361 llevada a la práctica en su
política económica en la entidad, le acarrearía desde sus primeros años de gobierno
la crítica y la oposición no sólo de la universidad nicolaíta sino de amplios sectores
de la sociedad michoacana.
Desde su llegada al gobierno, a la casa mayor de estudios del estado no le
aumentó el subsidio, manteniéndolo en 212 mil pesos anuales hasta 1948.362 Esta polí-
tica de restricción económica a que fue sometida la Universidad Michoacana provocó
la inconformidad de sus integrantes, quienes iniciaron la lucha contra dicha política
gubernamental, movilizándose hasta obtener la expulsión del rector José Gallegos del
Río,363 “por su pasividad e incompetencia” frente al problema financiero que afron-
taba la institución, logrando llevar a la rectoría de la misma al líder del movimiento,
el ingeniero Porfirio García de León,364 quien inmediatamente envió al Congreso del
359
Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro Cárdenas…, pp. 163-164.
360
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 137.
361
Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro Cárdenas…, p. 163.
362
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 141.
363
José Gallegos del Río se había convertido por segunda ocasión en rector de la Universidad, en
sustitución del rector interino, Víctor Fernando Nieto, quien había llegado a completar el periodo
del escritor José Rubén Romero, quien una vez cumplida la encomienda de instaurar un nuevo
Consejo Universitario, después del conflicto “anguianista”, renunció, Raúl Arreola Cortés, Historia de la
Universidad Michoacana…, p. 133.
Porfirio García de León había sido presidente del Consejo Estudiantil Nicolaita en 1929, secretario
364
de la Federación de Estudiantes en 1930, concejal universitario alumno y profesor sucesivamente de
134
Lucio Rangel Hernández
Estado un proyecto de ley, aprobado por el Consejo Universitario el 31 de diciembre
de 1946, que modificaba el artículo 9 de la Ley Orgánica en su fracción “d”, la cual
establecía que: “La Universidad Michoacana se mantendrá del subsidio legal que el
Estado de Michoacán le asignará anualmente en su Presupuesto de Egresos y no será
menor del 4% del Presupuesto de Ingresos del mismo Estado”.365
Dentro de las consideraciones que se hacían en el Proyecto de Ley, estaba
la necesidad de transformar a la Universidad para que respondiera a las nuevas ne-
cesidades del país, creándose carreras como la de economía e ingeniería industrial en
sus diversas ramas. Señalaba que
el Estado debía convencerse, previo abandono de las posturas de pseudoautonomía,
que las universidades como la nuestra son y deben ser, el principal vehículo para la en-
señanza superior, la investigación científica y la difusión de la cultura, funciones todas
que competen al propio Estado, ya que este debe atender a través del desarrollo de
funciones de tanta importancia a la capacitación de sus propios cuadros técnicos, de
los investigadores, de los recursos naturales y de la orientación en general que deben
dar a sus gobernados para hacer que éstos constituyan una sociedad democrática con
mayores posibilidades de mejoramiento y felicidad.366
Mencionaba que la falta de interés mostrado por el Estado para con la
casa de estudios universitarios ocasionaba una situación de precariedad e insuficiencia
para cumplir con los fines que tenía asignados. El documento finaliza enfatizando la
necesidad que tenía la universidad de elevar su presupuesto a la cantidad de 607 mil
228 pesos, para resolver las más imperiosas necesidades.367
Puede advertirse a partir del contenido de este proyecto que lo que los
universitarios nicolaítas se planteaban era la transformación a fondo de su institución,
la Escuela de Ingeniería, y, miembro de la Comisión Agraria Mixta, llegando a desempeñarse como
secretario de la misma, Juan Manuel Salceda Olivares, Las Casas del Estudiante en Michoacán…, p. 132.
365
Proyecto de Ley que modifica el Artículo 9 de la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana en su
fracción “d”, Biblioteca del H. Congreso del Estado de Michoacán de Ocampo, Impresos Michoacanos
Nº 8, 31 de diciembre de 1946.
366
Proyecto de Ley que modifica el Artículo 9 de la Ley Orgánica…
367
Proyecto de Ley que modifica el Artículo 9 de la Ley Orgánica…
135
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
es decir subir un peldaño más en el movimiento de reforma universitaria, pero en ella
no tenía cabida el principio de la autonomía porque consideraban que ésta la llevaría
a convertirse en una institución privada, lo que terminaría por alejarla de la línea
revolucionaria que la caracterizaba. Ellos concebían la autonomía como un “instru-
mento de la reacción”, y plenamente confiados en que el régimen respetaría incondi-
cionalmente los postulados de la Revolución mexicana le exigieron al gobernador José
Mendoza Pardo que como universidad de estado le otorgara los recursos necesarios
para servir a la educación del pueblo.
Sin importar los incuestionables argumentos de los nicolaítas que recla-
maban el aumento presupuestal, ya que sin ello, en un corto tiempo, prácticamente
se haría imposible la vida de la universidad, el gobernador archivó el mencionado
proyecto de ley. Sólo el gobierno federal respondió, aunque irrisoriamente, a las exi-
gencias de los universitarios, aumentando el subsidio que le tenía asignado en 1946 de
200 mil a 225 mil y 250 mil pesos, en 1947 y 1948, respectivamente.368
Con estos aumentos, a todas luces insuficientes, el rector García de León
reabrió la casa del estudiante nicolaíta, fundó la escuela de verano para estudiantes
extranjeros y realizó una serie de reparaciones urgentes a la infraestructura universi-
taria,369 pero muchas otras necesidades no pudieron ser cubiertas, entre ellas un justo
aumento al salario de los empleados y profesores universitarios que había quedado
notablemente rezagado y afectado por la devaluación del peso que hizo el gobierno
de Alemán Valdés el 22 de julio de 1948, por los efectos recesivos de la posguerra.370
Estos últimos llegaron a confrontarse con el propio gobernador reclamándole que un
“albañil gana más que un maestro universitario”.371
Como el gobernador Mendoza Pardo se negó a atender la petición de los
nicolaítas de aumentar el subsidio a la universidad arguyendo no tener recursos para
ello, la oposición contra su gobierno se agudizó. La confrontación abierta contra él se
dio cuando puso a consideración de la diputación local un proyecto de construcción
de un teatro al aire libre que costaría un millón de pesos, lo cual indignó a los estu-
diantes, puesto que mientras a su institución educativa le negaba el aumento presu-
368
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 141.
369
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 144.
Véase la Carta enviada por el rector Porfirio García de León al Congreso del Estado el 14 de febrero
370
de 1949, reproducida en Romeo Ortega, El conflicto. Drama de la Universidad…, pp. 113-117; y Raúl
Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 145.
371
Romeo Ortega, El conflicto. Drama de la Universidad…, p. 118.
136
Lucio Rangel Hernández
puestal proyectaba erigir una obra sumamente costosa que ni siquiera era de beneficio
social inmediato.372
Cuál sería el nivel de degradación económica en que se encontraba no
sólo la Universidad Michoacana sino la entidad en general que hasta Victoriano An-
guiano, quien lo había respaldado para ocupar el “solio de Ocampo”, expresó críticas
demoledoras contra la exagerada política de austeridad del gobernador:
El señor licenciado Mendoza Pardo es un gobernador romano, del siglo III de nuestra
Era, en un Estado del México en plena resurrección, del siglo xx.
La economía en Michoacán está casi paralizada, porque el señor gobernador guarda
más de diez millones en las arcas de su tesorería, cuando la política económica moder-
na enseña cuán funestos son los dineros congelados.
A pesar de su condición de letrado, el señor licenciado Mendoza Pardo procede en
forma dictatorial inexplicable y antiprogresista.373
Para protestar contra esta política del gobernador, los nicolaítas sa-
lieron a la calle el día 28 de julio de 1949. Enardecidos, a su paso destruyeron
las puertas y ventanas de las oficinas del Palacio de Gobierno, y lo mismo hi-
cieron con la casa del gobernador. Éste solicitó la protección del Ejército, cuyos
miembros persiguieron y dispararon por la espalda contra una multitud que se
replegaba, ocasionando la muerte de los estudiantes Agustín Abarca Xochihuatl
y Héctor Tavera. 374
De inmediato, el rector García de León se dirigió vía telegráfica al
presidente Alemán Valdés para denunciar la “masacre (a) estudiantes inermes”,
solicitando garantías constitucionales, la suspensión de los poderes del estado y el
castigo enérgico a los responsables.375
Desde luego, el gobernador Mendoza Pardo también por medio telegráfico
informó de los sucesos al primer magistrado de la nación quien, como en otros casos pa-
recidos, minimizó los hechos, destacando que gracias a la “ecuanimidad de autoridades
372
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 145.
373
Citado por Romeo Ortega, El conflicto. Drama de la Universidad…, pp. 120-125.
Verónica Oikión Solano, “Crónica de un derrumbe anunciado: el conflicto universitario de 1949”,
374
en Adriana Pineda Soto y Eduardo N. Mijangos Díaz, La Universidad Michoacana a fin de siglo, Morelia,
Universidad Michoacana, 2000, pp. 49-71.
375
Verónica Oikión Solano, “Crónica de un derrumbe anunciado…”, pp. 49-71.
137
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
civiles y militares” se habían impedido desgracias mayores, señalando como culpables del
origen de la “agitación política” al Partido Popular y al Partido Comunista, “que han
hecho instrumento rector de la Universidad, quien es presidente del Comité regional
del pp”.376
Este argumento de acusar de instigadores de la violencia a los que no profe-
saban la doctrina política del régimen y no se sometían sus dictados, a partir de entonces
sería recurrente, exagerándola convenientemente, conforme la Guerra Fría se calentaba
y alcanzaba grados de ebullición, pues “el ejercicio autoritario del poder vía el partido
oficial”, que cerraba “cada vez más los espacios para la actuación democrática”, había
movilizado a varios grupos políticos michoacanos a integrarse al recientemente creado
Partido Popular de Vicente Lombardo Toledano, siendo el rector García de León su
más entusiasta promotor como presidente del comité estatal organizador del partido.377
Ante el acontecimiento sangriento, la lucha estudiantil se encaminó a exi-
gir la desaparición de poderes del estado. Con la solidaridad y el apoyo de varias or-
ganizaciones políticas y sociales, pero sobre todo de los estudiantes de la unam, el ipn,
Chapingo, de las normales rurales y de varias universidades de provincia, obtuvieron
no la desaparición de poderes pero sí la licencia de Mendoza Pardo para separarse del
cargo por tiempo indefinido.378 Sin embargo, las circunstancias obligaron también al
propio rector García de León a presentar su renuncia, siendo nombrado en su lugar,
el Dr. Jesús Pineda Ortuño, quien se desempeñaba en ese momento como secretario
general de la Universidad.379
Una vez superado el trágico suceso y la crisis política que desencadenó,
los estudiantes, por medio del cen, pidieron al gobernador interino Daniel T. Rentería
el aumento del subsidio universitario para la construcción de un hospital-escuela, la
creación de escuelas técnicas, de las carreras de filosofía y letras, odontología, economía
y ciencias químicas. Solicitaron también la anexión del Teatro Ocampo y la incorpora-
ción a la universidad de la Escuela Técnica Industrial “Álvaro Obregón” y de la Escuela
de la Huerta, además de la constitución de un patronato universitario.380
376
Verónica Oikión Solano, “Crónica de un derrumbe anunciado…”, pp. 49-71.
377
Verónica Oikión Solano, “Crónica de un derrumbe anunciado…”, pp. 49-71.
Véase Alma Rosa Mondragón González, La Universidad Michoacana bajo el rectorado del Ingeniero Porfirio
378
García de León González, 1946-1949, Morelia, Universidad Michoacana, Tesis de licenciatura en Historia,
2005, pp. 158-160.
379
Verónica Oikión Solano, “Crónica de un derrumbe anunciado…”, pp. 49-71.
380
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 150.
138
Lucio Rangel Hernández
El nuevo rector realizó una serie de gestiones que redundaron en el au-
mento al presupuesto del año de 1950 por parte de los gobiernos estatal y federal por
el orden de 311 mil y 300 mil pesos, respectivamente. Con ello se mejoraron los suel-
dos de profesores y empleados, se contrató personal docente, se dio mantenimiento a
los edificios universitarios y se atendieron otras cuestiones urgentes.381
Sin embargo, dicho aumento presupuestal no alcanzó para la apertura de
las carreras que se tenían proyectadas, por lo que el rector Pineda Ortuño acudió a
la ciudad de México a entrevistarse con el secretario de Educación Pública, Manuel
Gual Vidal, de quien recibió en primera instancia la siguiente respuesta: “doctor Pi-
neda, si su Universidad está como está, y además es comunista, opino definitivamente
que se cierre”.382
Esta respuesta, característica del régimen autoritario mexicano, motivada
además por un ambiente anticomunista producto de la Guerra Fría, confirma la hi-
pótesis de que merced a la nueva política educativa federal los apoyos económicos a la
Universidad Michoacana estaban restringidos por su manifiesta orientación socialista.
Sin embargo, la habilidad diplomática del rector Pineda Ortuño logró arrancarle al
secretario de Educación un apoyo económico extraordinario de 250 mil pesos.
A largo plazo, la negativa de aumento a su presupuesto regular imposibili-
tó a la Universidad Michoacana poner en marcha el proyecto de reforma académica,
por lo que mantuvo el mismo número de carreras: ingeniería civil, derecho, medici-
na, comercio y bellas artes, las que eran insuficientes para cubrir la demanda social.
Además, como institución tradicional estaba desfasada puesto que era necesaria la
creación de otras carreras, especialmente técnicas, que apoyaran el desarrollo indus-
trial de la entidad.
La falta de recursos económicos le impedía a la universidad avanzar, ade-
cuarse a la nueva realidad nacional que exigía la preparación ya no sólo de pro-
fesionistas liberales (médicos, ingenieros y abogados), sino también de técnicos que
apoyaran la industrialización país y que la impulsaran en la entidad, porque aquí
la industria era incipiente, por no decir que inexistente. Además, en condiciones de
marcadas carencias financieras y sin la infraestructura adecuada era prácticamente
imposible realizar la investigación científica que marcaba la Ley Orgánica como uno
de los principios básicos que debía cumplir la institución.
381
J. Jesús Pineda Ortuño, Memorias de un nicolaíta, Morelia, Imprenta Morelia, 1979, p. 266.
382
J. Jesús Pineda Ortuño, Memorias de un nicolaíta…, p. 267.
139
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

Capítulo v
De alguna manera estas mismas circunstancias obligarían al sucesor de
Torres Fraga, Luis Mora Serrato, a renunciar a su nombramiento de rector interino
La Universidad Michoacana y el nuevo ciclo porque su proyecto de reformar la Ley Orgánica vigente desde 1939 fue interpretado
como un intento de desaparecer de ella los principios y la orientación socialista de
de movilizaciones estudiantiles, 1956-1960 la universidad, esto porque se identificaba a Mora Serrato como un individuo que
abogaba por la libertad de cátedra y la autonomía universitaria, según lo recuerda el
profesor Octavio Ortiz Melgarejo.384
De universidad liberal
La renuncia de Mora Serrato, presentada el 17 de abril de 1956, motivó
a moderno centro de estudios universitarios
al Consejo Universitario a integrar la terna que presentó al gobernador para la desig-
nación del rector definitivo, en la que figuraban Guillermo Morales Osorio, Alfredo
Durante la segunda mitad de la década de 1950 la Universidad Michoacana vivió una
Gálvez Bravo y Héctor Aragón, recayendo el cargo en el segundo de los mencionados.
serie de hechos significativos, mismos que prepararon el terreno para que se diera un
El hecho de que Morales Osorio encabezara la terna era porque con-
renacimiento académico durante los primeros años de la siguiente.
taba con una amplía simpatía entre la comunidad universitaria, particularmente
Estos acontecimientos fueron protagonizados fundamentalmente por el
entre el sector estudiantil. Sin embargo, el ejecutivo estatal, contrariando el “sentir
sector estudiantil, que a partir de 1956 observó una reactivación, ahora con mayor
mayoritario”, designó el 25 de abril a su paisano, quien era “un respetable y hono-
combatividad en pos de mejorar las condiciones académicas y materiales de la insti-
rable nicolaíta, pero que no contaba en esa ocasión con el consenso real de maestros
tución. En la reanimación y en el curso que tomó el movimiento estudiantil fueron
y estudiantes”.385
determinantes las circunstancias históricas que privaban en el escenario estatal, na-
La ignorancia de las aspiraciones universitarias y el implícito acto im-
cional e internacional.
positivo en el nombramiento del rector, “aunado al abandono y desinterés” de las
El proceso de cambio comenzó al acercarse la terminación del periodo
necesidades materiales de la institución, estuvo a punto de provocar una movilización
gubernamental del general Dámaso Cárdenas. El reacomodo de las fuerzas políticas
estudiantil generalizada de protesta contra el gobierno del estado. La inconformidad
en el estado presentó a los estudiantes nicolaítas la coyuntura para presionar y conse-
fue abanderada por la Sociedad de Alumnos de la Facultad de Derecho, pero Morales
guir la salida de la rectoría de Gregorio Torres Fraga.
Osorio no los autorizó a iniciar la lucha para exigir el respeto a la voluntad universi-
Torres Fraga estaba al frente de la universidad desde el 6 de octubre de
taria en virtud de que, aunque había sido una actitud antidemocrática, era completa-
1950, pero la había dirigido con la oposición del sector mayoritario de la comunidad
mente legal.386
universitaria que le cuestionaba el no comulgar con la ideología socialista y ser par-
La toma de posesión de Gálvez Bravo coincidió en el contexto nacional
tidario de la libertad de cátedra y de la autonomía universitaria, principios que eran
con el movimiento dirigido por la fnet, que ante el abandono en que el gobierno fe-
rechazados por sus opositores al considerarlos, como ya lo hemos señalado reiterada-
deral tenía al ipn demandaba la expedición de una nueva ley orgánica, la creación de
mente, “instrumentos de la reacción”.383 La presión estudiantil provocó finalmente
más escuelas técnicas y mejoras infraestructurales y aumento al presupuesto para el
la renuncia el 5 de marzo del prestigiado abogado, pero hay que señalar que en ello
sostenimiento del internado y sus servicios asistenciales, entre otras. Este movimien-
jugó un papel importante la efervescencia política creada en vísperas de la sucesión
to tuvo repercusiones en todo el país, y desde luego en la Universidad Michoacana,
del ejecutivo estatal, en la medida que la Universidad además de ser el centro de vida
académica en la entidad también lo era de la actividad política.

384
Entrevista realizada por el autor al Prof. Octavio Ortiz Melgarejo el sábado 12 de enero de 1991 en
383
Incluso, el gobernador Dámaso Cárdenas, lo había nombrado rector, sin que figurara en la terna la ciudad de Morelia, Michoacán.
integrada por el Consejo Universitario. Ésta había sido conformada por: Lic. Alfredo Gálvez Bravo, 385
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, pp. 118-119.
Lic. Jesús Arreola Belmán y el Ing. Porfirio García de León, Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad
Michoacana…, p. 152. 386
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 119.

140 141
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
porque se trataba de una movilización reivindicativa de la educación popular y nacio-
nalista, es decir tendente a mantener el sistema educativo cardenista orientado a res-
ponder a las necesidades de los sectores populares del país y no de minorías nacionales
privilegiadas y del imperialismo estadounidense, como pretendía el gobierno federal
con el nuevo proyecto que a partir de 1940 paulatinamente había venido tratando de
implantar en todas las instituciones de educación superior.
En solidaridad y apoyo al movimiento de los estudiantes técnicos, pero
también motivados por sufrir condiciones similares, se movilizaron en el mes de abril
de 1956 más de cien mil estudiantes de toda la república, pertenecientes a institucio-
nes que igualmente comenzaron a demandar mejoras materiales y aumentos presu-
puestales, entre ellas las normales rurales, las escuelas prácticas de agricultura,387 los
tecnológicos regionales y algunas universidades de provincia.
Los universitarios al servicio de la clase laborante
En la Universidad Michoacana, la irritación provocada por la imposición del nuevo
rector encontró un campo fértil para que, de acuerdo con Adolfo Mejía, la moviliza-
ción por la solidaridad con el ipn pasara “a velocidad de relámpago […] a convertirse
en movimiento reivindicatorio frente al gobierno michoacano”.388
Pero, antes de ello, el estudiantado tuvo que abocarse primero a reestruc-
turar sus órganos de dirección, ya que el comité ejecutivo de la feum, en una actitud
oportunista, se había “entregado a los brazos” del gobierno damasista, abandonado
su compromiso con los estudiantes y poniendo “oídos sordos” a la exigencia de adhe-
rirse al movimiento nacional de huelga convocado por el Politécnico. Al respecto, Me-
jía González, en aquel momento líder estudiantil de la Facultad de Derecho, señala:
Ante el abandono, los dirigentes del cen y quienes integrábamos la directiva de la so-
ciedad de alumnos de Leyes, que ya habíamos entrado en comunicación con la fnet, a
través de Nicandro Mendoza, y con la Federación de Estudiantes de Guadalajara, por
medio de su presidente J. Guadalupe Zuno Arce, decidimos que fuera precisamente el
organismo representante del Alma Mater de la Universidad, como lo era el Colegio de
A partir de 1936 las Escuelas Normales Rurales se habían transformado en Escuelas Regionales
387
Campesinas y en 1941 se dividieron en Escuelas Prácticas de Agricultura y en Normales Rurales,
Solana, Cardiel Reyes y Bolaños Martínez, Historia de la educación pública en México…, p. 213.
388
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 120.
142
Lucio Rangel Hernández
San Nicolás de Hidalgo, quien convocara a una reunión a las mesas directivas de todas
las escuelas y facultades con el fin de analizar nuestra situación interna de falta real
de representación por parte de la feum y acordar medidas con relación al movimiento
estudiantil nacional.389
La asamblea celebrada a mediados del mes de abril, sin la asistencia de los
dirigentes interinos de la feum, tomó en forma unánime dos acuerdos fundamentales:
uno, dejar de lado pero sin buscar la confrontación, a la feum, y asumir la represen-
tación estudiantil general que los ahí reunidos ejercíamos legalmente. El otro, apo-
yar el movimiento del Instituto Politécnico Nacional y otras instituciones educativas,
declarando desde ese momento el estado de huelga en la Universidad Michoacana.
Acto seguido se eligió un Comité Central de Huelga, bajo el lema “Los universitarios
al servicio de la clase laborante”, el que quedaría encabezado por el que esto escribe
(Adolfo Mejía González), como presidente, por J. Jesús Morales Chávez, también de
la Facultad de Derecho, como secretario general, y Eliseo Mendoza, de Odontología,
como tesorero; el cen fungiría como organismo de apoyo y sus oficinas como centro de
operaciones de dicho comité, quedando de esa manera el comité ejecutivo de la feum,
sin base real de representación estudiantil.390
Una vez dotados de un órgano de dirección, se lanzaron a la huelga el 30
de abril, en primera instancia en apoyo al ipn, de las normales rurales y de las escuelas
prácticas de agricultura, pero perfilándose desde ese momento el inicio de una lucha
por reivindicaciones propias, como podemos advertir en el manifiesto que distribu-
yó el Comité Central de Huelga a los asistentes al acto de celebración del natalicio
de Miguel Hidalgo el 8 de mayo, aprovechando que este evento cívico concentraba,
como concentró, aun con el estado de huelga, en el Colegio de San Nicolás,391 una
gran asistencia no sólo de universitarios y ex universitarios sino de la clase política de
la entidad. Dicho manifiesto decía en su parte medular:
389
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 122.
390
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 123.
Además en esta ocasión, había despertado gran expectativa la participación del Lic. Vicente
391
Lombardo Toledano, como orador invitado por parte del cen, organizador del evento, Adolfo Mejía
González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 125.
143
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Los estudiantes de la Universidad Michoacana, conscientes de su papel ante la His-
toria y ante su pueblo, no podían dejar de tomar parte en la actual lucha que tiene
emprendida la juventud estudiosa de la república, en un elevado y justo propósito de
que se resuelvan sus múltiples problemas, tanto de carácter económico como cultural
y técnico. Es por eso que quisimos hacer del conocimiento del pueblo en general que
al encontrarnos en huelga estamos apoyando las justas demandas del Instituto Politéc-
nico Nacional, Normales Rurales, Prácticas de Agricultura y las nuestras propias.392
Un día antes, el Comité de Huelga se había presentado en el Palacio de
Gobierno para entregar su propio pliego petitorio, consistente en aumentar el pre-
supuesto universitario de 950 mil pesos que era a la suma de 4 millones de pesos, y
durante el desarrollo del acto, en una acción premeditada para “robar” toda la aten-
ción del público y de la prensa decidieron “asaltar” la tribuna para reiterar ante el
representante del gobernador la exigencia del aumento al subsidio, entre otras cosas,
con el fin de adquirir equipo y material para las escuelas de Odontología, Medicina,
Ingeniería y Bellas Artes, principalmente; para la reparación de los edificios universi-
tarios y construcción de otros; para la creación de las escuelas de Ciencias Químicas,
Arquitectura y de la Escuela Preparatoria Nocturna; para la apertura de otra casa del
estudiante; la creación del comedor universitario; la construcción y equipamiento del
Hospital “Dr. Miguel Silva”; la adquisición de una imprenta para el Departamento
de Difusión Cultural; para la compra de un autobús para viajes de estudio; así como
para el mejoramiento de los sueldos de profesores y empleados.393
El gobierno del estado respondió que aumentaría el presupuesto en apro-
ximadamente un millón de pesos, ya que había conseguido que la federación diera
300 mil pesos. Ofreció emprender la reparación del edificio del Colegio de San Ni-
colás, y dejar concluido el que ocuparía la Facultad de Medicina, cuyo valor final se
estimaba en un millón 24 mil pesos, así como financiar la construcción de una casa del
estudiante que costaría un millón 200 mil pesos.394
La respuesta fue rechazada por el estudiantado al no satisfacer sus exi-
gencias, por lo que mantuvieron la huelga, misma que entraría en un receso forzado,
producto del periodo vacacional. Pero al término de éste, el primero de junio, en una
392
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 124.
Respuesta al pliego petitorio del comité de huelga por parte del Gobierno del Estado aghpem, Ramo
393
Universidad Michoacana, Caja 6, Exp. Nº 2, n/f 1-5.
394
Respuesta al pliego petitorio del comité de Huelga por parte del Gobierno del Estado...
144
Lucio Rangel Hernández
asamblea general acordaron sostener su movimiento contra el gobierno del estado,
advirtiendo que no regresarían a clases hasta que fueran satisfechos todos los puntos
del pliego petitorio.395
Como el movimiento fue ganando simpatía entre la población, por me-
dio de la realización de por lo menos tres actos de concentración por semana en la
plaza “Melchor Ocampo” y frente al Palacio de Gobierno, donde destacaban por
sus “encendidos” discursos los estudiantes José de la Luz Rodríguez, José Godínez
Gracián, Guillermo Valdez Zaragoza, José Amezcua Manjarrez y Adolfo Mejía,
fueron convocados a sostener “pláticas de avenimiento” con el secretario de Go-
bierno Emilio Romero Espinosa, mismas que fueron rotas al continuar sin respues-
ta sus peticiones, exigiendo que fueran atendidos por el propio gobernador, quien
finalmente los recibió y les prometió una respuesta satisfactoria al pliego petitorio
que le había sido presentado el 7 de mayo.396
Pero los días transcurrieron sin tener siquiera noticias del gobernador, de
quien era por todos conocido que “casi nunca asiste en su despacho, pues prefiere estar
en su Estancia de Jiquilpan, en Guadalajara o en esta capital” (la ciudad de México).397
Desesperados por la tardanza, reaccionaron violentamente. El 12 de ju-
nio las bases, desoyendo el llamado de sus líderes de guardar la cordura, penetraron
en el Palacio de Gobierno lapidando las puertas y ventanas de la Procuraduría Gene-
ral de Justicia y arrojando petardos al Registro Público de la Propiedad.
Ante ello, el sábado 16 los colaboradores del gobernador aseguraron
a los estudiantes que éste regresaría a la capital del estado el siguiente lunes pro-
cedente de la ciudad de Guadalajara, adonde se había traslado para estar al lado
de su esposa, quien se encontraba gravemente enferma. Pero la mencionada fecha
llegó, más no así el general Dámaso Cárdenas, por lo que los estudiantes salieron
a la calle ese mismo día para mostrar su inconformidad por medio de una marcha
y un mitin, donde “el coraje se manifestó con agresividad verbal, ya que de nueva
cuenta se nos había informado que el gobernador no había podido regresar”.398
El 19 del mismo mes, al continuar sin solución su pliego petitorio, se
convocó a una asamblea general para decidir el camino a seguir. Después de mes y
medio de huelga la presión y los ataques provenientes de varios frentes para levan-
395
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 128.
396
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 128.
397
Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro Cárdenas…, p. 181.
398
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 129.
145
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
tarla iban en aumento: los profesores universitarios acordaron retirar su apoyo al
movimiento y “exhortar a los estudiantes a que retornaran a clases”. Por su parte,
un grupo de nicolaítas que se habían integrado al equipo de campaña de David
Franco Rodríguez, candidato del pri a la gubernatura, también hacían labor en
contra de la huelga, dada la proximidad del primer domingo del mes de julio, fe-
cha en que se celebrarían las elecciones, y en una actitud de connivencia entre los
funcionarios más cercanos al gobernador y la prensa local y nacional ésta se encar-
gaba de calumniar y mal informar a la población con el propósito de “desprestigiar
y ‘tronar’ el movimiento”.399 Los columnistas políticos de algunos de esos diarios
afirmaban que los jóvenes universitarios no actuaban por cuenta propia sino que
eran manipulados por “políticos resentidos, enemigos de don Dámaso”, argumen-
to recurrente del poder político, utilizado para negar no sólo capacidad organiza-
tiva sino la capacidad intelectual de la juventud universitaria para emprender la
lucha por causas justas como la que estaban protagonizando.400
Así las cosas, durante el desarrollo de la asamblea de ese martes 19 de
junio la mayoría coincidió en señalar que la ausencia del ejecutivo estatal eviden-
ciaba una malsana práctica dilatoria tendiente a cansar y desgastar al movimiento
para llevarlo a su disolución, exacerbando así la animadversión generalizada de la
masa estudiantil ahí presente, lo que ya hacía presagiar una tormenta.401
La rabia y la indignación desbordaban los ánimos, por lo que, ofusca-
dos, acelerada e irreflexivamente votaron el acuerdo de realizar la “toma” del Palacio
de Gobierno hasta que apareciera el gobernador, pero la multitud enardecida, re-
basando a sus líderes, asaltó la sede del poder ejecutivo, destruyendo todo a su paso:
puertas, ventanas y barandales, mobiliario y equipo de oficina fueron hechos trizas,
procediendo también a incendiar las motocicletas de la policía de tránsito que ahí se
encontraban; lo mismo hicieron en el recinto del poder legislativo y en las oficinas
del pri que, cabe señalarlo, se encontraban en el mismo edificio. Para finalizar esa
jornada de inconformidad llegaron hasta las instalaciones de La Voz de Michoacán con
la intención continuar con las acciones vandálicas, pero algunos líderes apoyados por
el periodista Francisco López Castañeda lograron detener el ataque, sufriendo sólo
daños menores. Sin embargo se dirigieron a los locales de El Heraldo Michoacano donde
399
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, pp. 130-131.
400
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 131.
401
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 132.
146
Lucio Rangel Hernández
destruyeron por completo sus talleres gráficos.402 Así lo relata Mejía González, quien
presenció los hechos:
Lo que había sucedido en el Palacio de Gobierno, en el pri y en la Voz de Michoacán era
realmente increíble, pero lo que sucedería en el Heraldo Michoacano, resultó aterrador.
En lo relativo al pri, las máquinas de escribir y papelería quedarían en gran parte sobre
el pavimento de la Avenida Madero, pero algo se salvó. En el Heraldo, en cambio, nada
quedó, todo fue arrasado y destruido: las prensas, los linotipos, las cajas con tipos, sillas,
escritorios, anaqueles, todo fue, sin miramientos, destruido, arrancado, desarmado, des-
prendido, partido en dos, tres o más pedazos, arrojado a media calle o levantado en alto
corriendo por la avenida Galeana como si se tratará de un trofeo.403
De la misma forma con la que el gobierno había procedido a nivel federal
contra el movimiento del Politécnico, en Michoacán las autoridades estatales reitera-
ban que los jóvenes universitarios no actuaban por cuenta propia sino que eran tan
sólo instrumentos de “intereses ajenos”. Pero con una adición, porque aquí no era
solamente —según lo señalaban— una mano la que los manipulaba, sino dos. En
primer lugar, Emilio Romero Espinosa, secretario de Gobierno, acusaba como autor
intelectual de las acciones violentas a Victoriano Anguiano Equihua, quien era un
“político resentido” y abiertamente anticardenista.404
aghpem, Ramo Universidad Michoacana, Caja 6, Exp. 2; La Voz de Michoacán, miércoles 20 de junio
402
de 1956, “Despedazaron al Heraldo Michoacano”; Adolfo Mejía González, La huelga del 56…, pp. 71-
74 y Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración comunista, México, unam, 2011, p. 134.
403
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 134.
404
El Universal, jueves 21 de junio de 1956, Editorial “Un Nido de Agitadores”, p. 3. Anguiano había
aspirado a la gubernatura del estado, siendo miembro de pp, pero ante la designación de Dámaso
Cárdenas, como candidato del pri, decidió no postularse, puesto que: “Nadie podría pensar más que en
un acto de fantasía o pueril ingenuidad, en la posibilidad de triunfo de un ciudadano, fuera de la órbita del
sol jiquilpense, o sustraído a los poderes mágicos del ‘cardenismo’ […]. Don Dámaso Cárdenas fulguró
como candidato único oficial a la gubernatura. Ni siquiera tuvo la oposición de Acción Nacional, quien
no decidió jugar a la democracia en un campo tan cerrado como el nuestro[…]. Consecuentemente,
el general Cárdenas II fue ungido, antes de las elecciones, Victoriano Anguiano Equihua, Lázaro
Cárdenas…, pp. 175-176. Paradójicamente Emilio Romero Espinosa, sería posteriormente acusado
junto a Natalio Vázquez Pallares y Enrique Bravo Valencia con similares infundios por el régimen de
Agustín Arriaga Rivera, es decir, de estar detrás del movimiento estudiantil de 1963, por el hecho de
haber conformado la terna de aspirantes a la gubernatura que se opuso a la imposición de aquel como
candidato del pri en 1961, véase La Voz de Michoacán, sábado 17 de febrero de 1962, “nuestra postura”,
pp. 1 y 13.
147
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
La otra mano era señalada por la prensa nacional, vocera del sistema
político autoritario mexicano, quien utilizó otro de los recursos recurrentes para estos
casos: el anatema lanzado contra los estudiantes como instrumentos del comunismo,
acusando a la institución de estar convertida en “un criadero de comunistas”.405
Miguel Lanz Duret, presidente del Tribunal Interamericano de Prensa, en
apasionada defensa de la libertad de expresión (que está comprobado, no existía), afir-
maba que “se nota en estos hechos la mano extraña de las teorías comunistas que trata
de acallar la prensa en cualquier forma, recurriendo inclusive al atentado personal”.406
Detrás de él, todos los corifeos del régimen arremetían contra los jóvenes,
acusándolos y amedrentándolos, exigiendo se les enjuiciara no sólo por el “atentado a
la libertad de prensa”, sino también por “la destrucción de dos fuentes de trabajo”.407
Así, el clima anticomunista producto de la Guerra Fría una vez más era
utilizado a conveniencia por el régimen, convirtiendo en “enemigos de la patria” a los
universitarios que impugnaban un sistema de gobierno contrario a los intereses popu-
lares y que luchaban por arrancarle a éste aumentos al subsidio que vinieran a aliviar
las deterioradas condiciones materiales y académicas en que se encontraba su centro
de estudios. Ante la sociedad, el sistema los presentaba como monstruosos agentes
diabólicos de la maldad comunista,408 instrumentos de esbozados demagogos del pp
y del pcm; incluso José Tocavén, director de La Voz de Michoacán, se atrevió a señalar:
“Impónese la clausura de la Universidad, como castigo a la barbarie demostrada por
sus estudiantes”.409
405
El Universal, jueves 21 de junio de 1956, Editorial “Un Nido de Agitadores”, p. 3.
406
El Universal, jueves 21 de junio de 1956, “Condenación unánime del vil atentado”, pp. 1 y 11. El
Heraldo Michoacano y La Voz de Michoacán fueron precisamente atacados por los estudiantes por haber
tergiversado la información sobre el movimiento, publicando únicamente lo que les pagaba el gobierno,
mientras que los boletines enviados por los estudiantes a sus oficinas de redacción eran desechados,
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 147.
407
El Universal, jueves 21 de junio de 1956, “Condenación unánime del vil atentado”, pp. 1 y 11.
408
Entre los agentes de la subversión, era señalado Jaime Díaz Rizoto (aunque el segundo apellido
estaba equivocado; el correcto era Rozzoto), quien impartía la cátedra de Sociología en la Universidad
Michoacana. A este exiliado guatemalteco se le hacía esta acusación sin más fundamento que el de haber
sido, durante el gobierno de Jacobo Arbenz, activista de la Asociación de la Juventud Democrática,
afiliada a la Federación Mundial de Juventudes Democráticas de la urss, El Universal, jueves 21 de junio
de 1956, Emilio Escobar, “Los motines seudo-estudiatilese [sic] de Morelia Pudieron Prevenirse. Todos
Sabemos Quiénes son los Agentes de la Subversión”, pp. 2 y 24.
409
El Universal, jueves 21 de junio de 1956, “Condenación unánime del vil atentado”, pp. 1 y 11.
148
Lucio Rangel Hernández
Los estudiantes nicolaítas, al quedar en medio del conflicto entre los gru-
pos políticos que se disputaban el poder, al considerarlos incapaces de pensar por
sí mismos, finalmente pudieron dejar en claro por medio de la publicación de un
manifiesto en periódicos de circulación nacional que lograron pagar sólo después de
recabar fondos pidiendo “cooperación” (mismo que fue distribuido entre la población
y fijado en los muros de la ciudad de Morelia), en el cual se afirmaba lo siguiente:
iii.-Personas que forman parte del aún sobreviviente grupo de alemanistas, represen-
tativos de la contrarrevolución mexicana y en cuyas manos palpitan voraces hambrea-
dores los monopolios que frenan la marcha de las reivindicaciones obreras y campe-
sinas, fueron los encargados de divulgar la más falsa, morbosa e inconcebible versión,
(que les fue servida, por otra parte en bandeja de plata por los amigos de Don Dámaso
que nos acusaron públicamente de anticardenistas, a.m.) al decir que en Michoacán
había estallado la revolución (sic) en contra de los Cárdenas, pretendiendo con esto
opacar el inmarcesible valor humano que para los nicolaítas representa el cardenismo
en la vida de nuestra Patria: No somos anticardenistas y protestamos enérgicamente
contra aquellos que han querido explotar los hechos del 19 de junio para desahogar
sus pasiones políticas, pues nuestra Universidad siempre ha sido y será apolítica.410
Después de más de dos meses de huelga, de movilizaciones callejeras vio-
lentas y de resistir el vendaval de condenas lanzado en su contra, el movimiento for-
zó un acuerdo con gobierno del estado, presidido por el general Dámaso Cárdenas,
quien se comprometió a atender con el presupuesto de egresos del estado las deman-
das más urgentes, como eran la reparación de edificios, la dotación de mobiliario y
equipo para las escuelas de Ingeniería, Odontología, Bellas Artes, Leyes, Medicina,
Comercio y las secundarias varonil y femenil, así como el Colegio de San Nicolás.
También se comprometió a crear el comedor universitario, mejo-
rar los sueldos de los profesores y a promover ante el Congreso del Estado la
modificación del presupuesto para que se ampliaran las partidas correspon-
dientes al subsidio de la Universidad Michoacana, mismas que se aplicarían
en la compra de equipo de laboratorio, mobiliario, libros, material didáctico,
deportivo y escolar en general
410
Reproducido por Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 148.
149
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
El presidente de la República, Adolfo López Mateos
y el rector Alfredo Gálvez Bravo. Fuente: ahum.
Con este movimiento estudiantil de 1956 se dio inició a un proceso de
cambio en la Universidad Michoacana, mismo que permitiría materializar el proyec-
to de una universidad moderna con una orientación socialista y nacionalista a prin-
cipios de la década de 1960. Este proceso pasó por varias etapas de lucha, porque la
respuesta a las demandas planteadas en dicho movimiento, si bien es cierto que reci-
bieron el compromiso de su solución, quedaron pendientes además por el surgimiento
de nuevas necesidades que requerían de una inmediata respuesta para avanzar en el
mejoramiento de la institución.
A la movilización de 1956 le siguió otra que dio inicio el 13 de febrero
de 1959, cuando la feum, por medio de su presidente Luis Cerda Montiel le solicitó
al gobernador David Franco Rodríguez, a través del rector, el apoyo económico para
la creación del comedor universitario, la compra de la imprenta tan necesaria para
la edición de periódicos, revistas, cuadernos y libros de texto y de consulta; para el
150
Lucio Rangel Hernández
aumento en el número y percepción de las becas estudiantiles, para la creación de un
dispensario médico estudiantil, el establecimiento de un bufete jurídico universitario,
para la creación de becas para los profesores que quisieran salir a especializarse a
otras instituciones educativas del país, y la creación de plazas para los alumnos del
sexto grado de la escuela de Medicina. Además se plantearon demandas específicas
para cada uno de los planteles universitarios, orientadas especialmente a la dotación
de mobiliario, material de oficina y equipamiento de sus laboratorios. Al respecto hay
que destacar la solicitud para la construcción de sus propios edificios de las escuelas de
Ingeniería, Odontología y Leyes, así como de los laboratorios de fisiología, microbio-
logía y parasitología de la Escuela de Medicina, y por último la petición de donación
para la universidad del estadio que se encontraba en el “Parque Juárez”.411
Los estudiantes habían amenazado con irse a la huelga si no se daba res-
puesta satisfactoria a sus demandas; sin embargo, no hubo necesidad de ello puesto
que el gobierno del estado se comprometió a otorgar la ayuda solicitada. De esta
forma, con el apoyo del gobernador Franco Rodríguez la Universidad Michoacana
inició una fructífera etapa de trabajo. El Consejo Universitario, bajo la presidencia de
Alfredo Gálvez Bravo, quien ya desde el acto inaugural de los cursos del año lectivo
de 1957 había esbozado su compromiso por mejorar las condiciones académicas de
la institución,412 aprobó la creación de las carreras de bibliotecario y archivista en la
Escuela de Comercio,413 y las de químico farmacobiólogo y químico biólogo. Además,
reformó el plan de estudios de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas, creán-
dose con ello los departamentos de Fisiología, Anatomía, Patología y Bioestadística.
También aprobó la creación del Departamento Técnico Pedagógico.414
Con los recursos asignados por el gobierno estatal se crearon y equipa-
ron nuevos laboratorios, se compró material bibliográfico de texto y de consulta415
y se construyó el edificio de la Facultad de Derecho.416 Muestra del nuevo proyecto
411
aghpem, Ramo Universidad Michoacana, Caja 6, Exp. 2, Pliego Petitorio.
Alfredo Gálvez Bravo, “Cada nicolaita debe ser ejemplo sobresaliente de disciplina y preparación”, en
412
Hacia una mejor Universidad. Discurso pronunciado en el acto inaugural del curso lectivo 1957, Impresos
Michoacanos Nº 30, Biblioteca del H. Congreso del Estado.
Archivo Histórico del Consejo Universitario, en adelante ahcu, Exp. 25, Acta de la sesión del Consejo
413
Universitario del día 29 de noviembre de 1957, n/f 5,
414
ahcu, Exp. 25, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 21 de noviembre de 1957 n/f 1.
415
ahcu, Exp. 25, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día17 de julio de 1957, n/f 7.
416
La Voz de Michoacán, miércoles 16 de septiembre de 1959, “4.5 Millones de pesos recibió la Universidad”,
151
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
de universidad que se estaba impulsando fue la propuesta del delegado de la feum al
Consejo Universitario para crear las carreras técnicas de ingeniero químico, ingenie-
ro metalúrgico y médico veterinario,417 las cuales si bien no fueron aprobadas en ese
momento evidencian la magnitud del proceso de cambio que se estaba operando en
la universidad.
A pesar de estos avances, las demandas fundamentales del estudiantado
permanecían sin resolverse, y como el movimiento entró en un periodo de franca con-
solidación, a principios de la década de 1960 se desarrolló una nueva etapa de lucha,
caracterizada por la profundización de sus demandas.
El movimiento estudiantil michoacano, como en general en el país, a lo
largo de esta década estuvo influenciado por el proceso revolucionario cubano y las
repercusiones que provocaba a nivel internacional, pero sobre todo continental.418
También moldearon el ánimo de los universitarios michoacanos y reafir-
maron su decisión de luchar por demandas propias la llamada insurgencia sindical,
las luchas campesinas y el movimiento cívico potosino y el guerrerense, que se desa-
rrollaron en el país hacia fines de la década de 1950 y comienzos de la de 1960. Pero
especialmente los movimientos estudiantiles como el poblano, mismos que además
de encontrar solidaridad entre los michoacanos419 se convirtieron para ellos en una
motivación para su propia lucha.
Bajo este contexto, la nueva jornada del movimiento estudiantil michoa-
cano, iniciado a principios del año de 1960, tenía como objetivo central lograr la
pp. 1 y 12.
417
ahcu, Exp. 25, n/f 8, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 17 de febrero de 1958, n/f 8.
418
Véase La Voz de Michoacán, miércoles 20 de julio de 1960 “Piden 15 mil pesos para ir a la Habana”, pp.
1 y 13; domingo 21 de agosto de 1960, “Acto de solidaridad al Movimiento Revolucionario Cubano”,
pp. 1 y 13; martes 18 de abril de 1961, “Mitin monstruo de los nicolaitas en favor de Cuba”, “Maestros,
estudiantes, obreros y campesinos michoacanos protestan por el ataque a Cuba”, pp. 1 y 12; miércoles
19 de abril de 1961, “Incendiaron el edificio del Instituto Mexicano-Estadounidense”, pp. 1 y 12; y
sábado 22 de abril de 1961, “Ordenado mitin pro Cuba realizaron los nicolaitas en la Plaza de Armas”,
pp. 1 y 12.
419
Véase La Voz de Michoacán, sábado 26 de marzo de 1960, “Protesta la feum por el ataque a los
estudiantes”, pp. 1 y 12; domingo 27 de marzo de 1960, “Ordenado Mitin de protesta realizaron ayer
los nicolaitas”, pp. 1 y 12; miércoles 17 de agosto de 1960, “Concurrido mitin efectuaron los nicolaitas
para protestar contra la policía del d.f.”, pp. 1 y 12; miércoles 23 de noviembre de 1960, “Se suma la
feum a la protesta contra el régimen de Guerrero”, pp. 5 y 12; sábado 15 de julio de 1961, “Respaldo
unánime de los nicolaitas a los universitarios de Puebla”, pp. 1 y 12; y domingo 23 de julio de 1961,
“Paro estudiantil en 7 universidades”, pp. 1 y 13.
152
Lucio Rangel Hernández
transformación de la estructura y funcionamiento de su institución, sustituyendo a la
vieja universidad liberal por un moderno centro educativo que estuviera a la altura
de su época y respondiera a las necesidades del desarrollo económico y cultural de la
nación; que produjera técnicos y científicos que pusieran sus conocimientos al servicio
del desarrollo independiente de México.420
Ramón Martínez Ocaranza, para el momento uno de los más ameritados
maestros del Colegio de San Nicolás, recuerda la condición académica de la institución:
La mediocridad en que vivía nuestra Universidad hacía mucho tiempo, sin las carre-
ras de Historia, de Filosofía, de Letras y de ciencias; sin la investigación científica, sin
disciplina académica, pedía a gritos una renovación absoluta. Ya nuestra institución
vivía retrasada en relación con el momento histórico que vivíamos. Era un conjunto
de escuelas que no respondía a las necesidades del país, en donde se formaban pro-
fesionistas que engrosaban las filas de la pequeña burguesía, de una clase mediocre
y desligada de los avances de la ciencia y de las convulsiones de la historia y de la
filosofía contemporáneas.
Era urgente inyectarle energía a esta Institución que vivía de las glorias del pasado. Sin
olvidarla, la tradición no debía ser lo más importante en la Universidad.421
Para lograr la transformación radical de su casa de estudios, los nicolaítas
consideraban que el primer paso que debían dar consistía en adecuar el instrumento
que norma las actividades universitarias: la Ley Orgánica. Así lo daban a conocer el 1º
de febrero de 1960 en el evento de inauguración de los cursos de ese año, en presencia
del gobernador del estado David Franco Rodríguez, sus dirigentes Salvador Tamayo
Sánchez y Armando Guzmán, presidentes de la feum y del cen, respectivamente.422
Pero, al mismo tiempo que pugnaban por la necesidad urgente de re-
formar el estatuto que regía a la Universidad desde 1939, el movimiento estudiantil
nicolaíta continuaba luchando por obtener su mejoramiento material y académico
inmediato. Con este motivo, el 22 de marzo el Comité Ejecutivo de la feum acordó
enviar al rector y al gobernador un pliego de peticiones, al que exigían dar respuesta
en un plazo no mayor a cinco días.
420
Véase La Voz de Michoacán, viernes 15 de abril de 1960, “Profesores y estudiante celebran hoy una
junta. Los Universitarios piden la creación de carreras técnicas y científicas en la u.m.”, pp. 1 y 12
421
Ramón Martínez Ocaranza, autobiografía, Morelia, Universidad Michoacana, 2002, p. 230.
La Voz de Michoacán, martes 2 de febrero de 1960, “Los Nicolaítas exigen mayor responsabilidad a los
422
maestros”, pp. 1 y 12.
153
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Destacan de entre ellas la solicitud de construcción de edificios para las
escuelas de Odontología, Enfermería e Ingeniería; la construcción de un auditorio uni-
versitario en el terreno que ocupaba en ese momento la gasolinera que estaba frente al
Colegio de San Nicolás; la dotación de mobiliario, equipo de oficina, material didáctico,
material bibliográfico, y el montaje de nuevos laboratorios y la renovación de los exis-
tentes en las distintas escuelas de la universidad. Solicitaban también un autobús para
viajes de prácticas de los alumnos de ingeniería civil; exigían además que se llevara a
efecto el acuerdo con el gobierno del estado en el sentido de que el Hospital Civil “Dr.
Miguel Silva” fuera convertido en un verdadero hospital-escuela. Finalmente, para las
casas del estudiante pedían mantenimiento de los edificios que las albergaban, dotación
de mobiliario para los dormitorios, así como enseres para los comedores.423
Al cumplirse el plazo señalado, Franco Rodríguez expresó la incapacidad
económica del gobierno para satisfacer estas demandas del estudiantado nicolaíta,
por lo que estos determinaron parar las actividades académicas a partir del 6 de abril
como medio de presión para obtener la solución a sus demandas.424
Como era costumbre, al mismo tiempo que decretaban la huelga se movi-
lizaban para forzar un acuerdo, solamente que ahora su táctica de lucha experimentó
un gran cambio. Evitaron utilizar la violencia física para en su lugar practicar la vio-
lencia moral. De esta forma, mientras el gobierno realizaba la Primera Feria Agrícola,
Ganadera e Industrial del Estado de Michoacán, los estudiantes decidieron llevar a
cabo la suya en la calle principal de la ciudad de Morelia, misma que abarcaba desde
el Colegio de San Nicolás hasta el Palacio de Gobierno. En está, a diferencia de aque-
lla, se “exponían” las camas y los muebles viejos y destartalados con que contaban los
moradores de las casas del estudiante; las máquinas de escribir, escritorios, archiveros,
butacas e instrumental de laboratorio que se encontraba inutilizable, con lo que evi-
denciaban la penosa situación material en que se encontraban las distintas escuelas y
facultades de la universidad. 425
Durante la feria de la Avenida Madero salió a relucir el ingenio e imagi-
nación que siempre ha caracterizado a los estudiantes durante el desarrollo de este
tipo de eventos; por ejemplo, nos comentó el entonces líder estudiantil Efrén Capiz,
423
aghpem, Ramo Universidad, Caja 6, Exp. Nº 2, Pliego Petitorio.
La Voz de Michoacán, miércoles 7 de abril de 1960, “Estalló la huelga en la Universidad Michoacana”,
424
pp. 1 y 12.
425
Entrevista del autor con el Lic. Salvador Tamayo Sánchez, en la ciudad del Morelia, Michoacán,
el día 24 de junio de 1991; y La Voz de Michoacán, domingo 24 de abril de 1960, “Hoy se Efectuará la
primera gran feria estudiantil, en esta”, pp. 1 y 12.
154
Lucio Rangel Hernández
los alumnos de odontología colocaron en su “stand” unos calcetines viejos y olorosos
con los que, decían, anestesiaban a sus pacientes, para manifestar con ello las caren-
cias con que se trabajaba en su escuela. Los futuros médicos no se quedaban atrás;
los que estaban haciendo su servicio social en el Hospital Civil tenían a la vista del
público bolillos y tortillas duras con que, decían, alimentaban a sus enfermos, para así
denunciar la situación en que se encontraba el nosocomio que ellos querían convertir
en hospital-escuela para prepararse adecuadamente.426
Esta táctica surtió el efecto deseado, ya que por una parte atrajo la visita
de los habitantes de la ciudad, al grado de que había mayor presencia de ellos en la
feria estudiantil que en la organizada por el gobierno, y por otra porque se ganó la
simpatía de una buena parte de los sectores populares.427
Aplicando la misma táctica de lucha, los estudiantes de la Escuela Popular
de Bellas Artes elaboraron un gran cuadro en el que aparecía la esposa del goberna-
dor, María de Jesús Bautista, “Chuchita”, con un collar de esqueletos de niños. El mo-
tivo de esta pintura, recuerda Capiz Villegas, fue el hecho de que intentando desalen-
tar y desorientar a los sectores populares para que retirasen su apoyo al movimiento
estudiantil, los funcionarios encargados del programa amenazaron con suspender la
distribución de los desayunos escolares gratuitos. Fue así que, aludiendo a tal amena-
za, el cuadro fue expuesto en el balcón central del Colegio de San Nicolás.428
El cuadro se convirtió en un arma de lucha muy importante puesto que
provocó la respuesta de los funcionarios gubernamentales, quienes de inmediato bus-
caron entrevistarse con los líderes estudiantiles para negociar una salida al problema,
pero para ello exigían que el cuadro se retirara del balcón; entonces los estudiantes
“metían a Chuchita”, y si no había arreglo satisfactorio “sacaban a Chuchita”, con-
virtiéndose así en un instrumento de presión moral sobre el gobierno del estado, que
sin duda coadyuvaría en la solución final.
426
Entrevista del autor al Lic. Efrén Capiz Villegas, en la ciudad de Morelia, Michoacán, el día 18 de
septiembre de 1991.
427
Entrevista del autor al Lic. Efrén Capiz Villegas.
428
Entrevista del autor al Lic. Efrén Capiz Villegas.
155
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

Además, otro suceso vino a agravar el problema universitario: la renuncia

el 19 de abril de Gálvez Bravo a la rectoría, esto ante la manifiesta pérdida de su auto-
ridad, ya que había sido desconocido por los estudiantes por haberse negado a respal-
dar sus reivindicaciones. Esto pudo haber provocado la desviación de la atención del
movimiento hacia este asunto, pero el Consejo Universitario, aceptando la propuesta
de la feum, acordó en reunión celebrada el 21 de abril posponer la integración de la
terna que enviaría al ejecutivo del estado para la designación del nuevo rector hasta en
tanto no se resolviese el problema. Por ello, este órgano colegiado nombró a Enrique
Estrada Aceves con el carácter de rector interino.431
Finalmente, después de veinte días de huelga, el movimiento estudiantil
logró que el gobierno del estado se comprometiera a concederles prácticamente todas
las exigencias formuladas en su pliego petitorio, incluida la de reformar la Ley Orgá-
nica de la Universidad Michoacana.432

El gobernador David Franco Rodríguez con el rector Enrique Estrada Aceves

y Guillermo Morales Osorio. Fuente: ahum.

Aunada a esta presión, el movimiento estudiantil se fortaleció todavía más

ya que por primera vez de manera abierta un grupo de profesores pertenecientes a la
fmum le otorgaron su apoyo, participando incluso en las manifestaciones callejeras.429
Ahora bien, la feria estudiantil era de gran importancia como presión en
sí misma, pero formaba parte de una hábil estrategia política planeada con la finali-
dad de lograr los objetivos de lucha. Los líderes sabían que para el mes de mayo estaba
programada la visita a la ciudad de Morelia del presidente de la República Adolfo
López Mateos, y por lo tanto el gobernador trataría de resolver el problema antes de
su llegada.430
aniversario del natalicio de Miguel Hidalgo y Costilla; previamente en sesión solemne el H. Consejo
Universitario le había otorgado el Doctor Honoris Causa, La Voz de Michoacán, lunes 9 de mayo de 1960,
“Fija nueva meta a los nicolaitas el Sr. presidente”, pp. 1 y 4.
431
La Voz de Michoacán, viernes 22 de abril de 1960, “Comisión del consejo universitario verá al
La Voz de Michoacán, jueves 14 de abril de 1960, “Los Maestros apoyan las demandas estudiantiles”,
429
gobernador. El propio Consejo acordó ayer posponer indefinidamente la designación del rector”, pp.
pp. 1 y 12; y La Voz de Michoacán, viernes 15 de abril de 1960, “Profesores y estudiantes celebraran hoy 1 y 12.
una junta”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, viernes 26 de abril de 1960, “Resolvió el Gobernador el Conflicto Nicolaita”,
432

430
Durante su estancia en Morelia, López Mateos presidió el 8 de mayo el acto conmemorativo del ccvii pp. 1 y 12.

156 157
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Capítulo vi
El movimiento estudiantil de 1963 y la institución
El proceso de elaboración y aprobación
de la Ley Orgánica de 1961
Los anteproyectos
Después de arrancarle al gobierno del estado el acuerdo para apoyar el mejoramiento
material y académico de la universidad, así como el compromiso de promulgar una
nueva ley orgánica, la feum, según el testimonio de su entonces dirigente Salvador
Tamayo Sánchez, manifestó la postura de no desgastarse en un proceso de designa-
ción del rector definitivo433 y así lo propuso al pleno del Consejo Universitario, el que
aceptó, tomando la decisión de no integrar la terna que debía enviar al ejecutivo, para
proceder primero a la reforma del estatuto jurídico, manteniendo mientras tanto a
Estrada Aceves como rector interino.434
El proceso de elaboración de la nueva ley orgánica llevó aproximadamente
un año. En ese lapso, la fmum preparó un anteproyecto, las casas del estudiante hicieron
lo mismo, la feum igual, y Alfredo Gálvez Bravo también presentó uno propio.435
Es importante señalar que para elaborar su propuesta, la fmum, dirigida
por miembros del pps, recabó las opiniones de Vicente Lombardo Toledano, secreta-
rio general de dicho partido político, quien el 8 de mayo de 1943 había sido distin-
guido por el Consejo Universitario con el grado de Doctor Honoris Causa, y de Elí de
Gortari, quien se había desempeñado como profesor de esta institución durante los
Entrevista del autor al Lic. Salvador Tamayo Sánchez, en la ciudad del Morelia, Michoacán, el día
433
24 de junio de 1991.
La Voz de Michoacán, viernes 22 de abril de 1960, “Comisión del Consejo Universitario verá al
434
gobernador”, pp. 1 y 12.
Martín Tavira Urióstegui, Historias de un abogado nicolaíta, Morelia, Universidad Michoacana, Colección
435
Centenario, Los hombres y las mujeres nicolaitas, Nº 1, 2015, p. 182.
158
Lucio Rangel Hernández
años de 1950 y 1951;436 ambos personajes eran distinguidos militantes del movimiento
socialista en nuestro país.
Martín Tavira, participante directo en estos hechos, así lo refiere:
Durante varios meses, este grupo ya mencionado de maestros y estudiantes universi-
tarios (Luis Jacobo García, Ángel Baltazar Barajas, Eugenio Aguilar Cortés, Alfonso
Espitia Huerta, José Herrera Peña, Martín Tavira Urióstegui y el estudiante de Me-
dicina Alejandro Conejo Chávez, todos del pps), discutimos, redactamos, corregimos,
una, dos o cincuenta veces, el articulado de lo que podía ser la nueva Ley Orgánica.
Una vez que tuvimos el anteproyecto lo llevamos a Lombardo, quien dio una copia al
doctor Elí de Gortari para que hiciera las observaciones que considerara convenientes.
Una vez revisado y corregido volvimos a reunirnos con el maestro Lombardo Toleda-
no aquí en Morelia, adonde había llegado para dictar un ciclo de conferencias sobre
la Revolución Mexicana en su cincuentenario.437
Las opiniones de estos personajes fueron incorporadas al anteproyecto
que presentó el organismo magisterial, destacando particularmente el artículo 3º, re-
lativo a los principios filosóficos que debería sustentar la universidad, así como la in-
clusión de un apartado especial sobre la investigación científica. Este anteproyecto, de
acuerdo a la versión del profesor Octavio Ortiz Melgarejo, en ese momento regente
del Colegio de San Nicolás, constituyó la base sobre la que se redactaría el proyecto
de Ley Orgánica de la Universidad Michoacana de 1961.438
¡Cuba sí, yanquis no!
Mientras los trabajos por la reforma a la Ley Orgánica seguían su curso, la Re-
volución cubana continuaba impactando en la vida política latinoamericana
y por supuesto en la mexicana. En Michoacán, especialmente su máxima casa
436
Se había hecho cargo, como profesor extraordinario de las cátedras de Ética, Psicología y Filosofía
en el Colegio de San Nicolás, pero el rector Gregorio Torres Fraga en enero de 1951 ya no le renovó
el contrato que le había extendido la anterior administración encabezada por J. Jesús Pineda Ortuño,
por lo que De Gortari se incorfomó, sin lograr su recontratación, véase Guillermo Espinoza Parra, El
rectorado del Dr. Elí de Gortari en la Universidad Michoacana, 1961-1963. Morelia, Tesis de licenciatura en
Historia, Universidad Michoacana, 2006, pp. 32-38.
437
Martín Tavira Urióstegui, Historias de un abogado nicolaíta…, p. 181.
Entrevista citada. Esta opinión la hemos considerado ante la imposibilidad de contar el mencionado
438
anteproyecto.
159
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
de estudios se convirtió en núcleo de apoyo a esta Revolución por la influencia
que ejercía el cardenismo en la entidad y en la institución. El expresidente
Lázaro Cárdenas había asistido a La Habana el 26 de julio de 1959 a la cele-
bración del vi aniversario del inicio del proceso revolucionario, respaldando al
régimen de Castro y destacando en su discurso la similitud que guardaba con
la Revolución mexicana; en su apreciación, ambas eran esencialmente democrá-
ticas y antiimperialistas.
Bajo esta tónica, la feum, encabezada por Salvador Tamayo Sánchez, bus-
có el apoyo económico del gobierno estatal para enviar tres delegados efectivos y diez
fraternales al Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes que se llevaría a cabo el
24 de julio de 1960 en “algún lugar de la Sierra Maestra, de la República de Cuba”.439
Desde entonces este era uno de los temas de la política internacional que
más atraían la atención de los universitarios michoacanos. El sábado 20 de agosto de
ese mismo año fue celebrado en el salón de actos del Colegio de San Nicolás un evento
de solidaridad con el pueblo cubano organizado por el cen y la feum, en donde se
escuchó entre otros el lema: “Cuba sí, yanquis no”,440 y casi un mes después, el 29 de
septiembre, el embajador cubano en México, José Antonio Portuondo, fue invitado
para dictar en el Aula Mater de la propia Universidad Michoacana, la conferencia:
“Cuba nación para sí”.441
La simpatía de Cárdenas por la Revolución cubana lo llevó a impulsar la
celebración en la ciudad de México, del 5 al 8 de marzo de 1961, de la Conferencia
Latinoamericana por la Soberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz,
donde participó una amplia delegación michoacana integrada por estudiantes, maes-
tros, campesinos y trabajadores. Al término de la misma, los delegados de 16 países
del continente se manifestaron contra el imperialismo estadounidense y por la solida-
ridad con la Revolución cubana.
Como parte de la delegación michoacana participaron de manera en-
tusiasta más de cien estudiantes nicolaítas que acudieron al evento encabezados por
Virgilio Pineda Arellano, líder de la feum y por Martín Tavira Urióstegui, dirigente
de las juventudes del pps. La Revolución cubana había revitalizado el ala cardenista
439
La Voz de Michoacán, miércoles 20 de julio de 1960, “Piden 15 mil pesos para ir a Cuba”, pp. 1 y 13.
La Voz de Michoacán, domingo 21 de agosto de 1960, “Acto de solidaridad al Movimiento Revolucionario
440
Cubano”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, miércoles 28 de septiembre de 1960, “Dará una conferencia en San Nicolás el
441
embajador de Cuba”, pp. 1 y 13.
160
Lucio Rangel Hernández
del pri, considerada como la izquierda liberal, y al mismo tiempo había despertado e
inspirado a un amplio sector estudiantil y magisterial, creando en torno a ella todo un
clima cultural; dicho sector leía la literatura cubana, escuchaba y cantaba la trova cu-
bana, asistía a conferencias, reuniones, mesas redondas y a muchas otras actividades
relacionadas con Cuba, cultivando un apasionado sentimiento de adhesión y defensa
por ella.442
De esta manera, cuando el 17 de abril de 1961 un contingente de con-
trarrevolucionarios cubanos auspiciados por los Estados Unidos desembarcaron en la
Bahía de Cochinos, se desató una ola de protestas durante los siguientes días contra
el “imperialismo yanqui” en las principales ciudades del país. Encabezadas por orga-
nizaciones de izquierda, fueron particularmente concurridas en la ciudad de México,
Guadalajara y Puebla, manifestando su repudio a la invasión y la solidaridad con el
pueblo cubano.
En Morelia se conoció la noticia de la invasión desde el mismo día 17, por
lo que los universitarios michoacanos —reunidos en la Casa del Estudiante Nicolaí-
ta— acordaron, igual que lo habían hecho los de la unam, abrir un centro de reclu-
tamiento para quienes quisieran alistarse para viajar a Cuba y combatir por ella, la
formación de la “Sociedad de amigos de Cuba”, la realización de mítines relámpago a
partir de las 8 de mañana, la celebración de juntas parciales en las escuelas de la uni-
versidad, mismas que culminarían en una asamblea general el siguiente día a las 11
horas en el Colegio de San Nicolás, y por la tarde la realización de “una manifestación
monstruo en la Plaza de Armas”.443
Para el 18 de abril, la prensa divulgaba la noticia de que el general viaja-
ría a Cuba, y aunque el gobierno de López Mateos le impidió la salida, su actitud fue
imperativo para los universitarios michoacanos, quienes asumieron la defensa de la
Revolución cubana a toda costa.444
Desde ese día por la mañana, brigadas de estudiantes recorrieron los lu-
gares más concurridos por el pueblo moreliano, improvisando pequeños mítines para
442
Eric Zolov, “‘¡Cuba sí, yanquis no!’…, pp. 175-214.
La Voz de Michoacán, martes 18 de abril de 1961, “Mitin monstruo de los nicolaítas en favor de Cuba”,
443
pp. 1 y 12.
444
“Cárdenas a Cuba”, La Voz de Michoacán, martes 18 de abril de 1961, pp. 1 y 12. El canciller cubano
Raúl Roa, en la sesión vespertina de la onu del día 17 de abril, creó conmoción entre los asistentes al
anunciar que se encontraba en Cuba el ex presidente mexicano Lázaro Cárdenas, quien “había llegado
esa mañana para jugarse la vida junto al pueblo cubano”, citado por Ángel Gutiérrez, Lázaro cárdenas y
Cuba…, p. 116.
161
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
exponer el problema de Cuba. A las 11 horas, como lo habían acordado la tarde an-
terior, se reunieron en el Colegio de San Nicolás para examinar la situación. Hicieron
uso de la palabra el maestro Ángel Baltazar Barajas, dirigente de la fmum, Nicandro
Mendoza, activista de la Facultad de Medicina445 y el poeta Ramón Martínez Oca-
ranza, quien se refirió a los estadounidenses con la frase incendiaría “los caballeros de
la muerte”.446 Así, el llamado a salir a la calle para manifestar públicamente el repudió
a la invasión de que estaba siendo objeto el pueblo cubano fue rápidamente respal-
dado por la multitud que vio en el Instituto Cultural México-Norteamericano
un símbolo representativo del odiado imperialismo estadounidense y se dirigieron
hasta ahí, donde al grito de “¡Cuba sí, yanquis no!” comenzaron rompiendo las venta-
nas y las puertas para penetrar en su interior, procediendo a lanzar a la calle y al patio
central del edificio el mobiliario, equipo y material de oficina, aparatos audiovisuales,
libros, archivos y, por supuesto, la bandera de las barras y las estrellas, a todo lo cual
prendieron fuego. La acción fue tan rápida como espontánea había sido la decisión
de tomarla, que para cuando las fuerzas de seguridad reaccionaron e hicieron acto de
presencia en el lugar de los hechos los estudiantes ya se habían dispersado.447
Sin embargo, esa misma tarde una nutrida manifestación compuesta por
estudiantes y engrosada por obreros, campesinos y empleados públicos partió del Co-
legio de San Nicolás y recorrió la Avenida Madero para concluir con un mitin en
la plaza de armas, donde fue reafirmada la solidaridad con la Revolución cubana,
condenando la participación mercenaria de los Estados Unidos. Ahí nuevamente par-
ticipó como orador Martínez Ocaranza, quien leyó unos versos donde se refirió a los
estadounidenses como una “raza maldita”, lo que arrancó el aplauso de los concu-
rrentes, pero al mismo tiempo el rechazo de algunos por el tono racial que implicaba
para el pueblo norteamericano que poco o nada tenía que ver. Tanto esta crítica al
poema, como a la destrucción de los bienes del Instituto Cultural México-Norteame-
ricano, que en su momento se hicieron y con las que podemos concordar o no, son
muestra evidente, como dice Eric Zolov, de “que se trataba de algo más que de una
445
Nicandro Mendoza salió de la cárcel de Lecumberri en 1958, después de haber estado preso por su
participación en el movimiento estudiantil del ipn en 1956, a donde ya no pudo regresar por haber
sido expulsado. Por gestiones del general Lázaro Cárdenas fue aceptado en la Facultad de Medicina de
la Universidad Michoacana, para continuar sus estudios, Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración
comunista…, p. 135.
La Voz de Michoacán, miércoles 19 de abril de 1961, “Incendiaron el edificio del Instituto Mexicano-
446
Estadounidense”, pp. 1 y 13.
447
La Voz de Michoacán, miércoles 19 de abril de 1961, “Incendiaron el edificio...”, pp. 1 y 13.
162
Lucio Rangel Hernández
simple disputa sobre el resultado de la Revolución Cubana”, reflejando sobre todo
“la liberación de crecientes tensiones sociales e ideológicas contenidas en la misma
sociedad mexicana”.448
La Ley Orgánica de 1961
En este contexto, en el mes de abril de 1961 el Consejo Universitario integró la comi-
sión que debía encargarse de elaborar el proyecto de ley orgánica, tomando en cuenta
los anteproyectos presentados, para someterlo a discusión al interior de este órgano de
representación. A ella quedaron integrados el rector interino Estrada Aceves, Alfredo
Gálvez Bravo, Guillermo Morales Osorio y Luis Mora Serrato, así como los alumnos
Alejandro Conejo y J. Jesús del Toro.449
Esta comisión presentó al Consejo Universitario el proyecto de ley orgá-
nica, aprobándolo en los primeros días del mes de junio,450 y de inmediato fue enviado
al poder ejecutivo, quien a su vez lo turnó al Congreso local para su análisis. Una vez
en manos del legislativo, el cen y las mesas directivas de las sociedades de alumnos de
varias escuelas de la universidad acordaron manifestar públicamente su postura de no
permitir en absoluto la modificación al marco filosófico del proyecto presentado por
su máximo órgano de gobierno.451
Esta manifestación surgió a raíz de que un grupo de universitarios —en
su mayoría profesores, entre los que se encontraban Mora Serrato, Torres Fraga y
Morales Osorio— no estaban de acuerdo con el contenido del artículo 3º del mencio-
nado proyecto, en virtud de que estipulaba la orientación socialista de la educación
impartida por la universidad, así como porque establecía la doctrina del materialismo
histórico y dialéctico como fundamento científico de sus actividades, ya que ellos abo-
gaban por implantar la libertad de cátedra y por recuperar el principio de la autono-
mía universitaria.452
448
Zolov, “‘¡Cuba sí, yanquis no!’…, pp. 175-214.
La Voz de Michoacán, sábado 8 de abril de 1961, “Inicióse la discusión del anteproyecto de la Ley
449
Orgánica de la Universidad”, pp. 1 y 13.
450
La Voz de Michoacán, martes 6 de junio de 1961, “Pronto expedirá el Congreso la Ley Orgánica”, pp.
1 y 12.
La Voz de Michoacán, martes 11 de julio de 1961, “Pugnarán los nicolaitas porque no sea modificado el
451
proyecto de Ley Orgánica”, pp. 1 y 12.
452
Entrevista del autor al profesor Octavio Ortiz Melgarejo.
163
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
La idea generalizada que prevalecía entre los universitarios en esos mo-
mentos era que la universidad debía permanecer ligada al estado porque así se ga-
rantizaría la aplicación de los postulados de la Revolución mexicana, y consideraban
por consiguiente tanto a la libertad de cátedra como a la autonomía universitaria una
regresión. Como veremos, pronto comprobarían que estaban equivocados.453
El 25 de julio de 1961, el Congreso del Estado aprobó por unanimidad,
sin más cambios que de estilo, el proyecto de Ley Orgánica que le presentó la comi-
sión dictaminadora del propio órgano legislativo, integrada por los diputados Serapio
Nava, Celia Gallardo y Samuel Reyna. Únicamente, a petición de un amplio sector
estudiantil, se suprimió en el artículo 33 el requisito de temporalidad como docente
para ocupar el cargo de rector, por estimarse que era mérito suficiente el haber sido
profesor en cualquiera de las escuelas o facultades de la universidad, puesto que supo-
ne que “estuvo y está en contacto con las realidades y la elevada misión educativa de
la propia institución”.454
La nueva legislación universitaria conservó la declaración de principios
de la Ley Orgánica de 1939, así como la orientación socialista de su instrucción, y
además incluyó como fundamento científico de sus actividades académicas y de inves-
tigación al materialismo histórico y dialéctico; el Consejo Universitario se mantuvo
como órgano supremo de gobierno, prevaleciendo en su integración la paridad de
estudiantes, profesores y autoridades; el rector continuaría siendo nombrado por el
ejecutivo estatal de una terna que le propusiera el Consejo Universitario, y de alguna
manera conservó el requisito de “tener ideología socialista” al pedirse que el candi-
dato tuviera antecedentes que garantizaran la aplicación de los principios filosóficos
contenidos en el artículo 3º de esta normatividad:
Artículo 3º.- La Universidad en la orientación de sus actividades habrá de:
a) Tener como fundamento la existencia material y objetiva del universo, indepen-
diente de su representación o reflejo en la conciencia humana; y, en particular, la
existencia del hombre como parte integrante del universo, de su pensamiento como
producto y manifestación de su elevada organización biológica y social;
b) Reconocer que todos los procesos existentes en el universo, tanto naturales como
sociales, son conocidos o susceptibles de llegar a ser conocidos por el hombre, a través
de la investigación científica efectuada con base en la experiencia y en su racionaliza-
453
Entrevista del autor al profesor Octavio Ortiz Melgarejo.
454
ahgpem,
Acta número 3 del tercer periodo extraordinario de sesiones del H. Congreso del Estado, lv
Legislatura Constitucional, sesión del 25 de julio de 1961.
164
Lucio Rangel Hernández
ción rigurosa y comprobable;
c) Concebir el universo como el conjunto total de los procesos materiales en movi-
miento y transformación constante, vinculados por una multitud de acciones recípro-
cas y sujetas a leyes necesarias;
d) Basarse en el hecho de que el hombre interviene en el desenvolvimiento de los pro-
cesos naturales y sociales, aprovechando sus conocimientos científicos para modificar
con su actividad las condiciones en que se realizan, obteniendo así la producción de
los resultados que se propone, siempre que estos correspondan a los efectos de las leyes
y propiedades objetivas de los mismos procesos;
e) Considerar que el hombre se ha desarrollado y se sigue desenvolviendo por medio
de su trabajo, que constituye la actividad fundamental en la sociedad; y que todos los
procesos de la vida social se encuentran conectados estrechamente y se influyen unos
a otros; y
f) Tender al reparto justo de la riqueza dentro de la sociedad; hacer desaparecer la
explotación del hombre por el hombre; elevar y humanizar el nivel de vida de los
trabajadores; establecer el sistema democrático en todos los órdenes de la actividad
social y excluir a la Universidad de cualquier influencia política militante que no sea
la educativa.455
Otro de los aspectos a destacar de esta ley lo constituye la cuestión de la
investigación científica como una de las actividades sustantivas de la universidad. En
ella se incluyó todo un capítulo —el xii—, lo cual constituyó un gran avance, porque
si bien es cierto que ya las leyes orgánicas de 1933 y 1939 estipulaban esta actividad
como esencial, no se habían establecido los mecanismos concretos para realizarla de
manera institucional. No existía un departamento dedicado especialmente a dirigirla
e impulsarla, lo cual no quiere decir que no se hiciera investigación científica, pero sí
que no formaba parte de un esfuerzo institucional sino personal, realizada sólo por
algunos docentes, especialmente médicos y abogados.456 Ahora, con esta legislación se
creaba el Consejo de Investigación Científica para:
Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. Julio 31 de 1961 en Ángel Gutiérrez, Ángel, Leyes
455
Orgánicas…, pp. 89-113.
Véase Gerardo Sánchez Díaz, “La investigación científica en la Universidad Michoacana 1961-
456
1991”, en Silvia Figueroa Zamudio, (Coordinadora), Presencia Universitaria, Morelia, Universidad
Michoacana/La Voz de Michoacán, 1992, pp. 343-363.
165
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Artículo 51.- El Consejo de Investigación Científica tiene por objeto el fomento, desarrollo y
coordinación de la investigación científica y de sus aplicaciones.
Artículo 53.- Para lograr sus objetivos, el Consejo de Investigación deberá:
a) Fomentar el interés y orientar la vocación de los estudios científicos en todos los
niveles de la enseñanza;
b) Dirigir y coordinar los trabajos de investigación científica;
c) Plantear las necesidades de efectuar investigaciones y promover su realización en
los centros adecuados;
d) Fomentar las relaciones entre los centros de investigación científica, las empresas
industriales y otras organizaciones que intervienen en la producción económica;
e) Promover el establecimiento de nuevos centros de investigación;
f) Sugerir el otorgamiento de estímulos a investigadores distinguidos;
g) Proponer la concesión de becas a estudiantes distinguidos, para perfeccionar sus
conocimientos;
h) Promover el intercambio de profesores e investigadores;
i) Colaborar en los programas de difusión científica y cultural;
j) Enriquecer el acervo bibliográfico de la Universidad;
k) Ser órgano de consulta del poder público;
l) Considerar las consultas que les formulen las entidades privadas;
m) Presentar anualmente al Consejo Universitario un informe de las labores desarro-
lladas y formular el programa de trabajos para el año siguiente; y
n) Promover el establecimiento de premios estatales al mérito científico.457
De un aspecto eminentemente enunciativo, como era su consideración en
las anteriores leyes, ahora se establecían las bases concretas para el desarrollo de la in-
vestigación científica en una universidad de provincia como la michoacana. Esta nueva
condición alcanzaba una gran dimensión si se considera que esta actividad estaba cen-
457
Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. Julio 31 de 1961 en Ángel Gutiérrez, Leyes Orgánicas...
166
Lucio Rangel Hernández
tralizada en la unam y el ipn, además de ser prioritaria, bajo la consideración de permitir
un mejor aprovechamiento de los recursos naturales del estado y como coadyuvante en
la búsqueda de soluciones a la problemática social y económica del mismo.458
En el capítulo referente a los profesores se conservó como en la ley ante-
rior, aunque redactado de manera distinta, que para ser profesor de la Universidad
Michoacana se requería tener ideología socialista. También quedó estipulado, tal y
como lo exigieron los estudiantes en el movimiento de 1960, que el nombramiento
de nuevos profesores se haría por oposición, esto con el fin de mejorar la calidad de
la enseñanza:
Artículo 60.- En lo sucesivo el nombramiento de cualquier profesor deberá hacerse
mediante oposición.
Artículo 61.- En caso de urgencia o de falta de profesores para sustentar la oposición,
se designará un profesor interino a propuesta del Consejo de Facultad o Escuela.
Artículo 62.- Transcurrido el término de tres años sin que haya opositor a la cátedra,
el profesor interino adquirirá la categoría de titular
Artículo 63.- Sólo podrán exceptuarse de la oposición a las personas de reconocida
competencia, a juicio del Consejo de Escuela.459
Por último, cabe resaltar que esta ley continuó garantizando la educación
popular que la institución había venido apoyando desde sus orígenes, al contemplar la
ayuda a los estudiantes de escasos recursos económicos, a través de becas y pensión en
las casas del estudiante.460 Pero al mismo tiempo que confirmaba este tipo de benefi-
cios, exigió reciprocidad: con el objetivo de erradicar el ausentismo de los alumnos, es-
tatuyó la obligación de éstos de cubrir un porcentaje de asistencias para tener derecho
a presentar exámenes, mismo que sería determinado por el reglamento respectivo.461
Véase Jaime Álvarez Cabrera, La reforma universitaria bajo el pensamiento de Elí de Gortari, Morelia,
458
Universidad Michoacana, 2010, pp. 129-156.
459
Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. Julio 31 de 1961 en Ángel Gutiérrez, Leyes Orgánicas...
Un estudio profundo sobre el tema en Juan Manuel Salceda Olivares, Las Casas del Estudiante en
460
Michoacán…
Artículo 27 de la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana, julio 31 de 1961, en Ángel Gutiérrez,
461
Leyes Orgánicas.
167
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
La llegada del Dr. Elí de Gortari a la rectoría
Con la reforma a la ley orgánica, el movimiento estudiantil nicolaíta había sentado las
bases para iniciar la transformación de la estructura y funcionamiento de la universidad
con la finalidad de responder a los nuevos requerimientos de la sociedad michoacana y
mexicana. Sin embargo, lo trascendente no residía en el hecho de contar con un nuevo
precepto legal, mismo que era considerado como el más avanzado de América Latina,
sino en garantizar su aplicación, máxima aspiración del sector progresista universitario.
Por ello, poco antes de que el Congreso local aprobara la nueva ley orgánica,
la feum, durante una asamblea general realizada en el Colegio de San Nicolás el día 19 de
julio de 1961, acordó postular como candidato a rector al Dr. Elí de Gortari462 “por ser la
persona más identificaba con los objetivos que se había propuesto alcanzar el movimiento
estudiantil”, según lo manifiesta Salvador Tamayo Sánchez, en ese entonces presidente de
la mencionada federación.463 Conformando igualmente una comisión que se trasladaría
hasta la capital del país para “informar al citado Dr. de Gortari el acuerdo a su favor”.464
Al postular al Dr. De Gortari a la rectoría, quien en ese momento no era ca-
tedrático de la universidad, la feum había solicitado al Congreso la modificación al inciso
“b” del artículo 33 del proyecto de ley orgánica referente al requisito de antigüedad como
mentor en la institución para ser rector de la misma, para que quedara como “ser o haber
sido profesor de la Universidad Michoacana”. Dicha modificación fue aceptada como la
señalamos líneas atrás, allanando así el camino para que este personaje se convirtiera en el
aspirante más fuerte al contar con el apoyo mayoritario estudiantil, al que se agregaron los
profesores afiliados a la fmum. Esta organización docente propuso, y así se aceptó, la inte-
gración de una “terna de garantía” encabezada por el filósofo, al que agregaron sólo para
cumplir el requisito los nombres de Luis Mora Serrato y Ángel Baltazar Barajas; aunque el
sector estudiantil dejó en claro que “no luchamos porque De Gortari forme parte de una
terna, luchamos porque sea rector”.465
462
La Voz de Michoacán, Jueves 20 de julio de 1961, “De Gortari, el más viable candidato a la rectoría.
Fuerte Corriente Universitaria Apoya su Postulación sin Reserva Alguna”, pp. 1 y 13. Una amplia
biografía de Elí de Gortari en Román Nava Ortiz, La Universidad Michoacana en el rectorado de Elí de Gortari
(1961-1963), Morelia, Tesina, Licenciatura en Historia, Universidad Michoacana, 2005, pp. 62-69.
463
Entrevista del autor al Lic. Salvador Tamayo Sánchez.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director federal de seguridad,
464
Manuel Rangel Escamilla, 20 de julio de 1961.
465
La Voz de Michoacán, sábado 29 de julio de 1961, “Amenaza con suscitarse en Morelia un problema similar
al de Puebla”. La lucha por la Rectoría de nuestra Universidad adquiere perfiles graves”, pp. 1 y 12.
168
Lucio Rangel Hernández
La postulación del Dr. de Gortari a la rectoría no fue la única. Una vez
aprobada la ley orgánica, surgió en la Escuela de Derecho un grupo de maestros que
apoyaban a Morales Osorio para rector, integrando una terna en la que figuraban
además Humberto Aguilar Cortés y Ponciano Tenorio Sosa.466
El 4 de agosto de 1961, el Consejo Universitario —con 21 votos a favor,
3 en contra y una abstención— integró la terna que envió al gobernador con los can-
didatos propuestos por la feum y la fmum.467 Este día, el comité ejecutivo de la federa-
ción estudiantil, junto con las mesas directivas de las escuelas de la universidad —con
excepción de la de Medicina que, como ya lo señalamos, apoyaba a Mora Serrato—,
se entrevistaron con el Franco Rodríguez para manifestar su adhesión a la candidatu-
ra de De Gortari y pedirle por lo tanto su nombramiento como rector.468
Por su parte, los pepinos presionaban a su manera. Lograron que su líder
nacional manifestara sin reservas su respaldo al doctor en filosofía:
Creo que ha llegado el momento de hablar con franqueza. El maestro Vicente Lom-
bardo Toledano envió una carta privada al gobernador del estado, David Franco
Rodríguez, proponiéndole al doctor De Gortari para la Rectoría de la Universidad
Michoacana, en razones de sus cualidades de académico destacado, de pensamiento
avanzado; y en este caso tenía la virtud de no pertenecer a partido político alguno.469
Podemos advertir que no había consenso de los universitarios en torno a
la candidatura de De Gortari. Existía una oposición, aunque minoritaria, con presen-
cia en las escuelas de Leyes, Medicina y Odontología, planteles los dos primeros de
larga tradición y gran peso político porque de ellos habían surgido la mayoría de los
rectores de la máxima casa de estudios de Michoacán. Incluso en la última de las fa-
cultades mencionadas un grupo de profesores y alumnos no respetó la llamada “terna
de garantía”, comprometiendo su apoyo a Luis Mora Serrato.
466
La Voz de Michoacán, sábado 29 de julio de 1961, “Amenaza con suscitarse en Morelia un problema
similar al de Puebla” y La Voz de Michoacán, viernes 28 de julio de 1961, “Comenzó la lucha por la
Rectoría en San Nicolás. Hay cinco posibles candidatos que esperan ser tomados en cuenta”, pp. 1 y 12.
467
La Voz de Michoacán, sábado 5 de agosto de 1961, “De Gortari encabeza la terna para rector”, pp. 1 y 12.
468
La Voz de Michoacán, sábado 5 de agosto de 1961, “De Gortari...”, pp. 1 y 12.
469
Martín Tavira Urióstegui, Historias de un abogado nicolaíta…, p. 184.
169
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Elí de Gortari dictando la conferencia La bancarrota del positivismo en México, en la Escuela Popular de
Bellas Artes (1957). Lo acompañan el rector Alfredo Gálvez Bravo y el filósofo Jaime Díaz Rozzoto.
Fuente: ahum.
El día 7 de agosto, como a las 12 horas, fecha en que ya se esperaba la
decisión del ejecutivo estatal, un grupo de aproximadamente trescientos universitarios
encabezados por Virgilio Pineda, Raúl Galván y Nicandro Mendoza se concentraron
frente al Palacio de Gobierno acompañados de “mariachis”, y por medio de aparatos
de sonido que trasladaron en varios vehículos manifestaron su apoyo al Dr. De Gor-
tari. En el mismo lugar y a la misma hora se presentaron unos doscientos alumnos de
las escuelas de Medicina y Odontología, a cuyo frente se encontraba José Calderón,
presidente de la sociedad de alumnos del primer plantel mencionado, quien, utilizan-
do un equipo de sonido, hizo el señalamiento de que “el Dr. De Gortari tiene muchos
170
Lucio Rangel Hernández
años de estar fuera de nuestra Casa de Estudios y no conoce la situación actual de
nuestra Universidad, y que el único candidato a rector que podía abocarse a resolver
los problemas y garantizar la situación estable de la universidad, sería el Dr. Luis Mora
Serrato”. Los ánimos se “caldearon”, pero no pasó del intercambio de insultos.470
Ese día, a las 17 horas, tomando en consideración el apoyo evidentemen-
te mayoritario que los nicolaítas otorgaban al Dr. de Gortari, el gobernador Franco
Rodríguez lo designó rector de la Universidad Michoacana. Así lo informó Roberto
Estrada a un grupo de alumnos liderados por Virgilio Pineda Arellano, presidente de
la feum, que se habían dado cita en el Palacio del Gobierno.471
De Gortari tomó posesión el 8 de agosto de ese año en un acto protoco-
lario celebrado en el Colegio de San Nicolás. Ahí Pineda Arellano, presidente de la
feum, al presentarlo, expresó que con su designación concluía una etapa más del mo-
vimiento que años antes había iniciado el estudiantado por “transformar, reivindicar
y superar a su Casa de Estudios”.472 El nuevo rector por su parte agradeció el apoyo
que estudiantes y profesores le prestaban y, después de calificar la ley orgánica recién
aprobada como la más avanzada de América, advirtió que no bastaba contar con ese
instrumento jurídico, sino que era preciso aplicarlo para hacer realidad sus postulados
y sus principios. También aclaró que la misma no era “la expresión de una situación
existente, sino la bandera de una lucha constante por alcanzar elevados niveles cultu-
rales y sociales”. Afirmó que para lograr hacer realidad esa ley “era necesario que los
estudiantes estudiaran más y que los profesores enseñaran cada vez mejor”. Prometió
que el presupuesto de la institución se manejaría con absoluta honradez y habló de
su interés por mejorar la situación general de las distintas escuelas y facultades, de
la creación de otras y de reformar los planes y programas de estudio, así como de la
conformación del Consejo de la Investigación Científica.473
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
470
Manuel Rangel Escamilla, 7 de agosto de 1961.
agn/dfs, Memorándum de la Dirección Federal de Seguridad, 7 de agosto de 1961; y La Voz de
471
Michoacán, martes 8 de agosto de 1961, “Elí de Gortari es el nuevo rector de la Universidad. Ayer a las
14 Horas fue Designado por el Gobernador Franco Rodríguez”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, miércoles 9 de agosto de 1961, “Tomó posesión de la Rectoría el Dr. Elí de
472
Gortari”, pp. 1 y 12.
473
La Voz de Michoacán, miércoles 9 de agosto de 1961, “Tomó posesión...”, pp. 1 y 12.
171
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
El rectorado del Dr. Elí de Gortari
Con la llegada de De Gortari a la rectoría, la nueva ley orgánica se convirtió en el
instrumento que permitió dar realidad al proyecto estudiantil, planteado en las mo-
vilizaciones de 1956 y 1960, de convertir a la universidad en un moderno centro de
estudios. Para ello, el Consejo Universitario entró en un intenso ritmo de trabajo,
dándose a la tarea de crear carreras, reformar y adicionar los planes de estudio de
las existentes, así como del bachillerato, montar nuevos laboratorios y modernizar los
establecidos; también integrar el Consejo de la Investigación Científica; reglamentar
las actividades generales de la institución; y poner en marcha una serie de programas
de extensión, con el fin de llevar los beneficios de la ciencia y la cultura al pueblo.
Teniendo como sustento al nuevo precepto legal, el 17 de noviembre de
1961, el Consejo Universitario creó la Facultad de Altos Estudios “Melchor Ocam-
po”, con las carreras de físico-matemáticas, historia y filosofía, con los objetivos de
impulsar la investigación científica y humanista, y contribuir a la formación de profe-
sores para la propia universidad con un alto nivel académico en estas áreas.474
La característica fundamental de la facultad era el hecho de que realmen-
te funcionaba como tal, es decir que
los planes de estudio de sus licenciaturas estaban diseñados de tal manera que con-
templaban materias básicas obligatorias, comunes a todas ellas, integrando las ciencias
naturales con las ciencias sociales y viceversa, con la finalidad de que sus alumnos
tuvieran una formación científica y humanista y egresaran con la firme idea de que la
ciencia debe tener un fin eminentemente social.475
En el acto protocolario de la creación de esta facultad se anunció para ella
la asignación de un subsidio extraordinario de 150 mil pesos por parte del Instituto
Nacional de la Investigación Científica para la creación de un taller en que se elabo-
rarían instrumentos y aparatos científicos y para la conformación de una biblioteca
especializada en física y matemáticas. En el evento, se otorgó el doctorado en ciencias
474
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 17 de noviembre de 1961, n/f 4.
Entrevista del autor al Lic. Efrén Capiz, quien fue estudiante de la Facultad. Esta fue creada en el año
475
del centenario de la muerte de Melchor Ocampo, por lo que en su honor, decidió darle este nombre,
Katia Arreola González, Escuela de Altos Estudios “Melchor Ocampo”, Morelia, Tesina de licenciatura,
Facultad de Historia, Universidad Michoacana, 1996, p. 32.
172
Lucio Rangel Hernández
a los destacados intelectuales Guillermo Haro, José Adem y Marcos Moshinsky, seña-
lando el rector De Gortari que este nuevo plantel cuenta
con un programa de estudios que intenta romper esa arbitraria separación entre
la ciencia y las humanidades; por el contrario, los alumnos de filosofía obtendrán
una base científica sólida; a su vez, los alumnos en ciencias contarán con un amplio
acervo humanístico.476
El 30 de noviembre de 1961, el Consejo Universitario tomó el acuerdo
de incorporar a la Universidad Michoacana la Escuela de Agrobiología de Uruapan,
misma que desde entonces pasó a ser Facultad de Agrobiología “Presidente Juárez”,
con sede en la misma ciudad, contando con las carreras de parasitología agrícola,
fitomejoramiento, agrología y zootecnia.477
Para la transformación de esta escuela en facultad dependiente de la uni-
versidad se contó con el apoyo de la Secretaría de Agricultura que donó el Centro
Ganadero de Antúnez con todo el equipo y presupuesto con que contaba. Con la in-
corporación de dicha escuela y con la creación de más carreras en su seno se buscaba
contribuir a mejorar la explotación y el aprovechamiento de los generosos recursos
agrícolas y ganaderos de la región de Uruapan.
En la misma sesión del día 30 de noviembre, el Consejo Universitario
aprobó la creación de la Facultad de Ingeniería Industrial, con especialidades en in-
geniería mecánica, eléctrica y química. Estas carreras eran de imperiosa necesidad en
un estado caracterizado por su incipiente actividad industrial, misma que comenzaba
a impulsarse con el ambicioso proyecto de explotación de los yacimientos ferrosos
de “Las Truchas” y de la construcción de la planta hidroeléctrica de “Infiernillo”.478
476
La Voz de Michoacán, miércoles 16 de mayo de 1962, “La Universidad recupera su viejo prestigio
cultural y científico”, pp. 1 y 12. Sobre los planes y programas de la Facultad, véase Katia Arreola
González, Escuela de Altos Estudios “Melchor Ocampo”…, pp. 44-51.
477
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 30 de noviembre de 1961, n/f 7.
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 30 de noviembre de 1961,
478
n/f 7. En la visita que realizó el presidente de la República, Lic. Adolfo López Mateos a la capital
del estado, el 30 de julio de 1962, al dirigirse a los universitarios en el Colegio de San Nicolás, se
comprometió a establecer una fundidora en la entidad, aprovechando los yacimientos de “las Truchas”,
La Voz de Michoacán, martes 31 de julio de 1962, “La Siderúrgica y la planta de la Villita, compromiso
presidencial”, pp. 1 y 12.
173
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Es importante resaltar que en la Facultad de Ingeniería Industrial, de for-
ma similar a la Facultad de Altos Estudios “Melchor Ocampo”, se estructuró un plan
de estudios donde en los primeros grados de las mencionadas carreras las materias
eran comunes, iniciándose la especialización hasta el tercer año.
Aprovechando las buenas relaciones que mantenía el rector De Gortari
con su homólogo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, José Alvarado, los
alumnos de esta facultad tuvieron la oportunidad de visitar no solamente esta casa de
estudios del norte del país, sino también los principales centros de actividad industrial
ubicados en la zona metropolitana de la ciudad de Monterrey.479
Por otro lado, con el fin de extender la enseñanza preparatoria a cargo de
la Universidad Michoacana en las principales poblaciones del interior del estado, el
Consejo Universitario determinó la fundación de la Escuela Preparatoria “Eduardo
Ruíz” en Uruapan.480
El compromiso de la rectoría de revisar y reformar los planes de estudios
de las escuelas y facultades de la niversidad también se concretó. En la Escuela de
Contabilidad y Administración se modificó el plan de estudios de la carrera de conta-
dor comercial y bancario, y además se creó la carrera de contador privado.481 Igual-
mente, en la Escuela de Químico-Farmacobiología se modificó el plan de estudios y se
aprobó el de la nueva carrera de farmacéutico.482
479
La Voz de Michoacán, miércoles 27 de junio de 1962, “Viaje de estudios a la Cd. de Monterrey”, pp. 1
y 12. José Alvarado Santos había recibido el grado de doctor en Filosofía otorgado por la Universidad
Michoacana, de manos del rector De Gortari, el 16 de mayo de 1962 en un solemne acto realizado
en el Colegio de San Nicolás, donde también les fue impuesto el mismo grado a los intelectuales, Jesús
Romero Flores y Antonio Martínez Báez y de Doctorado en Ciencias a Ignacio González Guzmán, La
Voz de Michoacán, jueves 17 de mayo de 1962, “José Alvarado, Antonio Martínez B. y Romero Flores,
fueron doctorados”, pp. 1 y 13.
480
La Voz de Michoacán, viernes 1º de febrero de 1963, “Los maestros Universitarios salen en defensa
de su Casa de Estudios”, pp. 1 y 13. Un amplio y detallado estudio sobre el origen y desarrollo de
esta escuela en Yolanda Rodríguez Martínez, La Preparatoria “Eduardo Ruiz” 1963-1970, Tesina de
Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, 1996.
481
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 4 de diciembre de 1961, n/f
482
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 22 de enero de 1962, n/f
2-4. Un análisis a fondo sobre la reforma a los planes de estudio de las licenciatura y el bachillerato,
en Guillermo Espinosa Parra, El rectorado del Dr. Elí de Gortari en la Universidad Michoacana, 1961-1963,
Morelia, Tesis de Licenciatura en Historia, Universidad Michoacana, 2006.
174
Lucio Rangel Hernández
También se reformó el plan de estudios del bachillerato y se adicionó el de
la Escuela de Enfermería.483 Además de este proceso de reforma curricular, hay que
destacar la creación de las llamadas “secciones piloto”, que consistían en seleccionar
a los mejores alumnos de cada uno de los grupos de los planteles y crear con ellos uno
especial que funcionaba durante un año, al cual impartían clases los mejores maestros,
y al siguiente ciclo escolar se les regresaba a sus respectivas secciones con el fin de que
cumplieran el papel de impulsores de la elevación del nivel académico.484
Por otro lado, en junio de 1962 se integró el Consejo de la Investigación
Científica, dando cumplimiento así a lo dispuesto en la ley orgánica vigente en su ar-
tículo 2º. Con ello se daba el paso decisivo para hacer efectiva una de las actividades
primordiales de la institución, al conformar el órgano encargado de fomentar, orien-
tar y coordinar esta función sustantiva.485
Como una necesidad, desprendida de la anterior y del proceso de moder-
nización de la universidad, se reequiparon los laboratorios de las diferentes escuelas y
se montaron otros, para lo cual se buscaron y obtuvieron apoyos y recursos extraor-
dinarios de instituciones públicas y privadas. En 1962 se adquirieron dos contadores
de radiaciones, con lo que se instaló un laboratorio de radioisótopos, contando con la
colaboración de técnicos de la Comisión Nacional de Energía Nuclear. Por su parte, el
Dr. Ignacio Chávez, exrector de la universidad nicolaíta, donó un contador de radia-
ciones “escalador” para el gabinete de física y dinero en efectivo para los departamen-
tos de Bioquímica y Farmacología, que fueron instalados en la Facultad de Ciencias
Médicas y Biológicas por la Fundación Kellogs.486 Además, como quedó señalado,
con la aportación de 150 mil pesos del Instituto Nacional de la Investigación Científi-
ca se creó el taller para elaborar instrumentos y aparatos científicos; y en la Escuela de
Contabilidad y Administración se estableció un aula-laboratorio de contabilidad.487
483
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 4 de diciembre de 1961, n/f
11-13. Para ampliar la información sobre esta reforma, véase Lucio Rangel Hernández, El bachillerato
nicolaíta. La reforma a su plan de estudios 1847-1990, Morelia, Universidad Michoacana, 2011.
Entrevista del autor al Dr. Hiram Ballesteros Olivares, realizada el 26 de julio de 1991, en la ciudad
484
de Morelia, Michoacán.
11-13. 485
La Voz de Michoacán, viernes 8 de junio de 1962, “Se crea un Consejo de Investigación Científica en
la Universidad local”, pp. 1 y 12.
486
Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana…, p. 82.
487
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 10 de septiembre de 1962, n/f 2.
175
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Como la universidad había crecido, tanto en población estudiantil como
por el surgimiento de más escuelas, fue inaplazable dotarla de los inmuebles que reque-
ría, especialmente para alojar las nuevas dependencias. Para ello se contó con el apoyo
del gobierno estatal encabezado por Franco Rodríguez. Durante su administración se
terminaron de construir los edificios para las escuelas de Enfermería e Ingeniería; se
reconstruyeron los antiguos locales anexos a la Escuela Industrial “Álvaro Obregón”,
destinando una parte de ellos para el Teatro Universitario “José Rubén Romero” y otra
para las oficinas generales de la administración central, mismas que fueron inauguradas
por el presidente de la República Adolfo López Mateos el 30 de julio de 1962, fecha en
la que también se trasladó la urna que contiene el corazón del restaurador y benefactor
del Colegio de San Nicolás, Melchor Ocampo, de la biblioteca de este plantel a la sala
que fue adaptada especialmente para dedicarla a su memoria.488
Por otro lado, el apoyo que tradicionalmente la Universidad Michoacana
había venido otorgando a los estudiantes de escasos recursos a través de albergues
estudiantiles se había deteriorado tan extremadamente hacia fines de la década de
1950, que durante los movimientos de 1958 y 1960 los estudiantes exigieron en sendos
pliegos petitorios la superación de esta situación, incrementando el presupuesto para
aumentar el número y el monto de las becas y crear más casas del estudiante. En res-
puesta a estas exigencias, el 27 de agosto de 1962 se fundó la “Santos Degollado”,489
con cupo para 90 moradores, dotada de comedor, biblioteca, peluquería y otros apo-
yos asistenciales.490
Pero como para ese momento la mujer de extracción obrero-campesina
irrumpía masivamente en la vida académica universitaria, también fue apoyada.491
El 11 de febrero de 1963 se puso en operación la primera residencia femenil, con
488
La Voz de Michoacán, martes 31 de julio de 1962, “Discurso pronunciado ante López Mateos por
el Pte. de la f.e.u.m.”, p. 10, en esta sala-museo que lleva su nombre, también se resguardan varios
objetos personales y una selecta colección de libros que le pertenecía y que legó al Colegio de San
Nicolás, agregando una última cláusula a su testamento, pocas horas antes de morir ejecutado por
una gavilla de conservadores, el 3 de junio de 1861.
489
La Voz de Michoacán, martes 28 de agosto de 1962, “Inauguró ayer el gobernador nueva casa
estudiantil”, pp.1 y 12.
490
Entrevista del autor al Dr. Cuauhtémoc Olmedo Ortiz, realizada el 1º de febrero de 1991, en la
ciudad de Morelia, Michoacán.
491
Sobre las circunstanicas que permitieron el incremento del acceso del sector femenil a la institición en
la década de 1960, véase: Bárbara Tinoco Ferfán, Las estudiantes de la Universidad Michoacana 1961-1980;
Macaria Yazmín Tinoco Guzmán, La educación superior femenina.
176
Lucio Rangel Hernández
capacidad para 60 señoritas, a la que se dio por nombre: “Juana Pavón” en honor de
la madre de Morelos.492
Con la creación de dichas casas del estudiante, la universidad refrendó su
vocación popular, puesto que éstas vinieron a sumarse a la “Nicolaíta”, “Isaac Arriaga” y
“Melchor Ocampo”, las que conjuntamente daban albergue a 650 estudiantes. Si se toma
en cuenta que la población total de la institución en el año de 1962 era de 4,778 alum-
nos, estamos hablando de que aproximadamente un 17% de ese total recibía respaldo
asistencial para cursar sus estudios. Además, aunado a este apoyo, los alumnos de escasos
recursos recibieron también atención médica gratuita en el centro médico estudiantil que
por gestiones de la feum se instaló en la Facultad de Ciencia Médicas y Biológicas.493
Respecto a la reglamentación de la vida académica de la universidad bajo
la presidencia del Dr. De Gortari, el Consejo Universitario discutió y aprobó los regla-
mentos de profesores de carrera,494 de profesores eméritos495 y de profesores de planta;496
el reglamento de exámenes y el reglamento de inscripciones.497 También a propuesta del
rector aprobó por unanimidad la aplicación del artículo 33 bis del Reglamento General
del Profesorado para que se ejerciera el descuento correspondiente a una hora de clases a
los profesores faltistas, dispensándoles las tres primeras; esto a partir del día 24 de agosto
de 1961. A cambio, se aprobó la propuesta del delegado al consejo por parte de la feum
para hacer un reconocimiento público a los catedráticos que se distinguieran en el cum-
plimiento de su deber.498
En el mismo sentido, el Consejo Universitario, a petición de la feum, aprobó
el acuerdo —que quedó incluido en el reglamento respectivo— por el que se exigía a los
alumnos cubrir el 75% de asistencia a clases para tener derecho a presentar exámenes
ordinarios y del 50% para los de regularización, y se cancelaría la matrícula a quien faltase
La Voz de Michoacán, domingo 10 de febrero de 1963, “Mañana pondrán en servicio la casa estudiantil
492
femenil”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, sábado 2 de diciembre de 1961, “Crearán un Centro Médico Estudiantil dentro
493
de la Universidad Michoacana”, pp. 1 y 13.
494
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 12 de septiembre de 1961, n/f 5.
495
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 19 de octubre de 1961, n/f 7.
496
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 1º de noviembre de 1961,
n/f 4.
497
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 17 de noviembre de 1961, n/f 3.
498
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 10 de octubre de 1961, n/f 8-12.
177
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
durante un mes consecutivo sin causa justificada. A cambio, como estímulo, se otorgarían
lotes de libros y becas a los alumnos cumplidos.499
Los avances significativos que se dieron en todas las áreas del quehacer
universitario, así como la reglamentación de las mismas, dio como resultado que la
Universidad Michoacana se situara en el primer lugar, en relación a otras universi-
dades públicas del país, al haber registrado en el año de 1962 el más alto índice de
asistencia y aprovechamiento.500 Además, en este año se laboraron 32 semanas en
lugar de las 20 que en promedio se habían venido trabajando en los periodos escolares
anteriores,501 gracias a que, en consonancia con lo marcado en el calendario oficial, se
redujeron al mínimo los días de asueto.502
En 1962 se incrementaron en relación con el año anterior las conferencias,
conciertos, recitales, radiodifusiones, cine clubes, viajes de estudio y las justas deportivas.
El trabajo editorial prácticamente se puso en marcha ese año, publicando entre otras
obras la primera edición de Esbozo de Historia Universal de Juan Brom, catedrático del
Colegio de San Nicolás y de la Facultad de Altos Estudios;503 Curso de Filosofía de la Lengua
y Literatura Castellanas de Rafael C. Haro; los Cuadernos de Literatura Mexicana de Ramón
Martínez Ocaranza; y se reeditó el texto de Biología de Rafael de Buen.504
499
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 10 de octubre de 1961 f/ 13 y 14.
La Voz de Michoacán, sábado 20 de octubre de 1962, “La Universidad Michoacana alcanzó este año el
500
más alto índice de asistencias escolares”, pp. 1 y 12.
501
La Voz de Michoacán, viernes 1º de febrero de 1963, “Los Maestros Universitarios Salen en Defensa de
su Casa de Estudios”, pp. 1 y 13.
502
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 10 de octubre de 1961, n/f
8-12; y La Voz de Michoacán, 25 de octubre de 1961, “Vacaciones para estudiantes y empleados durante
el año de 1962, pp. 5 y 12”.
503
Desde entonces, con una serie de actualizaciones que en su momento hizo el autor, es quizás el libro de
texto más adoptado por las instituciones educativas que imparten el nivel bachillerato, para la asignatura
de Historia Universal. En el 2013, Grijalbo, publicó la 24ª edición de esta obra que lleva a la fecha más de
750,000 ejemplares vendidos. Juan Brom (Fürth, Alemania, 1926 - Ciudad de México, 2011), maestro en
historia, graduado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México,
durante más de 40 años impartió clases de historia en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de
esa casa de estudios. En 1986 fue distinguido con el Premio unam de Docencia en Ciencias Sociales y
en 2001 la misma Universidad Nacional lo honró con el máximo reconocimiento de Profesor Emérito,
http://www.megustaleer.com.mx/autor/9000001628/juan-brom, y http://www.megustaleer.com.mx/
ficha/9786073118071/esbozo-de-historia-universal, consulta 30 de julio de 2013.
Véase Tania Madeleine Álvarez Guzmán, La Universidad Michoacana como Universidad Moderna,
504
1956-1966, Tesis de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, 2001.
178
Lucio Rangel Hernández
En cuanto a la extensión universitaria y la difusión de la ciencia y la
cultura al pueblo, así como la prestación del servicio social, bajo la administración
degortarista se retomaron las misiones culturales, iniciando en el corredor More-
lia-Zinapécuaro, mismas que consistían en llevar a la población asistencia médica,
orientación sobre salud e higiene, asistencia técnica en la construcción y mante-
nimiento de la vivienda popular, asesoramiento jurídico y una serie de programas
artísticos y deportivos. Según recuerda Tamayo Sánchez, “estas actividades tuvie-
ron la participación entusiasta y comprometida de los alumnos de las escuelas de
Medicina, Derecho, Bellas Artes e Ingeniería Civil. Se trabajó poblado por poblado
hasta concluir en Zinapécuaro, en donde se cerró con una velada literaria-musical
extraordinaria”.505 Estas misiones culturales sin duda lograron estrechar más los
vínculos de los universitarios con los sectores populares, y al mismo tiempo incre-
mentaron el arraigo de la Universidad Michoacana entre la sociedad. Como no
había ocurrido antes en la historia de la institución —excepto durante los rectora-
dos de Salvador Franco López y Natalio Vázquez Pallares—, el Departamento de
Extensión Cultural tuvo una inusitada actividad.506
Los avances materiales de la universidad, también se reflejaron en la
mejoría de las condiciones de trabajo de sus profesores y empleados, quienes fue-
ron incorporados al régimen del imss, y en el incremento de plazas de profesores
de carrera y de planta, categorías que habían sido creadas bajo el rectorado de
Gálvez Bravo.507
Las transformaciones registradas en la Universidad Michoacana entre
los años 1961 y 1962 la colocaron a la vanguardia de la educación superior en
México. Para que este renacimiento académico fuera posible contó con el apoyo
económico de varias instituciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras, pero
sobre todo del gobierno federal de López Mateos y del estatal encabezado por Fran-
co Rodríguez. Es justo reconocer que los avances que la máxima casa de estudios
de Michoacán experimentó, especialmente bajo el rectorado de Elí de Gortari, se
debieron al amplio apoyo que el gobernador le brindó. Las cifras así lo demuestran.
De septiembre de 1956 a septiembre de 1962, periodo de su administración guber-
505
Entrevista del autor al Lic. Salvador Tamayo Sánchez.
Véase Rogelio Serrano Barrera, El Departamento de Extensión Universitaria de la Universidad Michoacana de
506
San Nicolás de Hidalgo 1937-1963, Morelia, Tesis de Licenciatura en Historia, Universidad Michoacana,
2004, pp. 52-67.
507
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 30 de noviembre de 1961, n/f 14.
179
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
namental, la institución recibió en forma de subsidio e inversión directa la suma de
30 millones de pesos, y del gobierno federal obtuvo en el mismo periodo la cantidad
de 12 millones 270 mil pesos.508
Igualmente es pertinente mencionar, contrario a lo que se piensa, que el
presidente López Mateos apoyaba institucionalmente a la Universidad Michoacana,
independientemente de que Elí de Gortari se encontrara en ese momento al frente de
ella.509 Una prueba fue la visita realizada por el mandatario a la institución el 30 de ju-
lio de 1962 para inaugurar varias obras y trasladar en medio de un ambiente de júbilo
y gran solemnidad la urna que contenía el corazón de Ocampo a la sala acondiciona-
da especialmente para resguardarlo en El Colegio de San Nicolás. Durante su estan-
cia convivió con los universitarios, quienes le agradecieron el apoyo otorgado hasta
ese momento y le solicitaron más recursos. La consecución de este apoyo se remonta
al momento en que el entonces rector interino Enrique Estrada Aceves, sabedor de
que el mejoramiento económico de la universidad dependía en gran medida del pre-
supuesto federal, inteligentemente promovió la entrega del Doctorado Honoris Causa al
mandatario en el significativo acto de aniversario del natalicio de Miguel Hidalgo el 8
de mayo de 1960,510 quien emocionado resaltó en su discurso lo que significa ser nico-
laíta: “posponer lo propio al interés de quienes necesitan ser servidos, tener a México
y a su pueblo primero, aún a costa de la vida, esto es ser nicolaíta”.511
Por el apoyo mencionado, sin parámetro en la historia de la institución,
Franco Rodríguez recibió de parte de los universitarios merecidos reconocimientos.
El 9 de enero de 1962, el Consejo Universitario le otorgó un diploma de estímulo por
haber dado curso al proyecto de ley orgánica y haber hecho suyas todas las inquietu-
des de los universitarios, y por contribuir en todos los aspectos con la administración
del Dr. De Gortari para que la universidad se transformara y estuviera a la altura de
508
La Voz de Michoacán, domingo 16 de septiembre de 1962, “Homenaje de la Universidad Michoacana
a la Obra del Licenciado David Franco Rodríguez”, pp. 1 y 13.
Su hija aseguraba que el gobierno de López Mateos, respaldaba su administración. “Entrevista a la
509
Dra. Rebeca de Gortari Rabiela”, José Manuel Armenta Medina, Los diecinueve meses del Dr. Elí de Gortari,
pp. 150-160.
Sergio García Ávila, “Enrique Estrada Aceves 1960-1961”, en Gerardo Sánchez Díaz, (Coord.), La
510
Universidad Michoacana y sus rectores 1917-2017. Morelia, Universidad Michoacana/Cámara de Diputados
lxiii Legislatura, 2017, pp. 290-301.
511
Adolfo López Mateos, “Discurso al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Michoacana.
8 de mayo de 1960”, en Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad..., pp. 398-401.
180
Lucio Rangel Hernández
las necesidades del estado y del país.512 El 10 de septiembre de aquel año, el mismo
órgano colegiado acordó la creación de la medalla “Rector Hidalgo”, la cual se otor-
garía cada año a un nicolaíta distinguido, siendo condecorado con ella en esa ocasión
el gobernador del estado “por su labor excepcional en beneficio de la Universidad
Michoacana”.513 La distinción le fue “impuesta” en sesión solemne del Consejo Uni-
versitario el 15 de septiembre, justamente en las nuevas instalaciones de la rectoría
universitaria, infraestructura que había sido producto del apoyo presupuestal otorga-
do por el distinguido gobernante.514
Al tiempo que se vivía este proceso de transformación, los estudiantes nicolaítas
mantuvieron vigente su tradición de lucha contra toda forma de injusticia, opresión, explo-
tación y autoritarismo, alzando la voz y solidarizándose con quienes eran víctimas de estos
flagelos. En esos momentos, producto de la represión que el gobierno federal emprendió
contra los movimientos sociales, se abarrotaron las cárceles de presos políticos, que en su ma-
yoría eran líderes obreros, campesinos e intelectuales. Entre ellos estaban Valentín Campa,
Filomeno Mata, Demetrio Vallejo, Dionisio Encinas y David Alfaro Siqueiros, quienes eran
acusados del delito de disolución social, contenido en los artículos 145 y 145 bis del Código
Penal Federal.
Los universitarios michoacanos, fieles a la tradición libertaria de su casa de estu-
dios, formaron a instancias de la feum el 6 de abril de 1962 el Comité Pro Defensa de los Presos
Políticos, para promover su liberación, cuya existencia consideraban como “vergüenza de un
régimen que se decía democrático y revolucionario”. Dicho comité quedó integrado por María
Trinidad Amezcua, Ofelia Cervantes, Patricia Andaluz, Crescencio Morales, Amando Piña
y Macario Rosas; por los profesores Rafael Pérez Ayala, Martín Tavira Urióstegui y Ramón
Martínez Ocaranza, y por Anastacio Zamudio Fraga y el pintor Jesús Escalera. Este comité
se conformó a raíz de que la feum organizó la proyección en el Aula Mater del Colegio de San
Nicolás de la grabación del “Alegato de David Alfaro Siqueiros ante la Quinta Corte Penal del
D. F.”, por el proceso instruido en su contra como responsable del delito de disolución social.515
La Voz de Michoacán, miércoles 10 de enero de 1962, “Reconocimiento de la Universidad a la fecunda
512
obra del gobernador”, pp.1 y 13.
513
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 10 de septiembre de 1962, n/f
4 y 5; y La Voz de Michoacán, martes 11de septiembre de 1962, “La Universidad dará una medalla al Lic.
Franco Rodríguez”, pp. 1 y 13.
514
La Voz de Michoacán, martes 11 de septiembre de 1962, “La Universidad…, pp. 1 y 13.
La Voz de Michoacán, viernes 6 de abril de 1962, “El alegato de Siqueiros en su proceso será escuchado
515
hoy en la Universidad”, pp. 1 y 12; y La Voz de Michoacán, sábado 7 de abril de 1962, “Comité
promotor pro defensa de presos políticos”, pp. 1 y 12. Alfaro Siqueiros quien había formado junto
181
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
El propio dirigente de la feum, Gregorio López Mendoza, cuando tuvo
la oportunidad de hablar ante el presidente de la República durante el acto de inau-
guración de la sala-museo “Melchor Ocampo” en el Colegio de San Nicolás, le so-
licitó resolver favorablemente la condición de los presos políticos, porque decía que
“a la lucha emprendida por la clase obrera, de una mejor situación de vida, no pue-
de considerársele como un delito, pues en esto habría una contradicción entre la rea-
lidad social y el carácter democrático de las instituciones”. De igual forma le pidió ha-
cer justicia en el caso del asesinato del líder campesino morelense Rubén Jaramillo.516
El presidente de esta federación también aprovechó para pedirle, a nombre
de la comunidad estudiantil, el aumento al subsidio federal para atender especialmente las
necesidades de las casas del estudiante, para la construcción del hospital-escuela, proyecto
muy anhelado que permitiría una mejor preparación de los futuros médicos, así como para
incrementar el número de carreras técnicas y para la creación de especialidades que en de-
terminadas áreas la nueva realidad nacional exigía.517
Igualmente, el apoyo solidario a la Revolución cubana se mantuvo. El 7 de
febrero de 1962 se creó la Sociedad Amigos de Cuba, con el propósito de estrechar los la-
zos de amistad entre los pueblos cubano y mexicano. La directiva de esta sociedad quedó
constituida por el José Herrera Peña como presidente, y como consejeros Ramón Martínez
Ocaranza, Eugenio Aguilar Cortés, Luis G. Torres, Luis Jacobo García y Juan González.518
con Filomeno Mata, el Comité Nacional por la Liberación de los Presos Políticos y la Defensa de las
Garantías Constitucionales, anticipándose a la gira del presidente López Mateos por varios países de
América Latina, en la ciudad de Caracas el día 12 de enero de 1960, ante periodistas venezolanos,
hizo declaraciones contra el poder ejecutivo, entre ellas que: “[…] 3. Ningún gobierno anterior al
del presidente Adolfo López Mateos, había llevado a cabo a mayor extremo la calumnia contra el
movimiento obrero nacional, al urdir una falsa conjura de tipo clásicamente anti-comunista, de
marca nazi, en consecuencia, e involucrando en ella a la Embajada Soviética […]” haciendo también
responsables de este hecho, tanto al poder legislativo como al judicial por su complicidad al haber
guardado silencio. Por estas y otras declaraciones contra el presidente, que fueron secundadas por
Filomeno Mata, ambos fueron recluidos en julio de ese año, y “sentenciados a ocho años y cuatro
meses de prisión, acusados de los delitos de disolución social, resistencia de particulares e injurias
contra los agentes de la autoridad”, Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México…, pp. 142 y 144.
La Voz de Michoacán, martes 31 de julio de 1962, “Discurso pronunciado ante López Mateos por el
516
Pte. de la f.e.u.m.”, p. 10.
517
La Voz de Michoacán, martes 31 de julio de 1962, “Discurso pronunciado…”, p. 10.
La Voz de Michoacán, jueves 8 de Febrero de 1962, “Integran en esta una sociedad de amigos de Cuba”,
518
pp. 1 y 12.
182
Lucio Rangel Hernández
Los universitarios michoacanos
y el proceso electoral estatal de 1962
Como lo señalamos en el capítulo segundo, no eran organizaciones partidistas las
que libraban la lucha por el poder político en la entidad; la hegemonía del partido
de Estado excluía toda posibilidad de que así fuera. En su mayoría, eran los grupos
políticos cardenistas miembros de dicho partido los que escenificaban esa contienda,
y como la Universidad Michoacana contribuía en gran medida a nutrir estos grupos
sus integrantes no podían sustraerse a las pugnas electorales.
Como ya también lo explicamos, en la precampaña para la designación
del candidato a gobernador en 1961 se dio la ruptura con respecto a la forma en que
anteriormente se había designado al candidato, siempre tomando en cuenta a aque-
llos aspirantes que tuvieran “antecedentes o ligas con el general Cárdenas, o con las
tendencias cardenistas en general”, imponiéndose ahora, “desde las más altas esferas
del poder ejecutivo federal”,519 a Agustín Arriaga Rivera, lo cual desató la protesta de
los sectores cardenistas de la Universidad Michoacana y, en palabras de uno de los
protagonista de los hechos, salieron
a la palestra quienes eran considerados como pertenecientes a la corriente cardenista:
Natalio Vázquez Pallares, Enrique Bravo Valencia y Emilio Romero Espinosa […].
El que tenía más personalidad por su trayectoria política, era Natalio Vázquez
Pallares, el hombre de Coalcomán. Sin salirse de los círculos oficiales, había mili-
tado en las corrientes de izquierda. Siendo estudiante de Derecho en la Universi-
dad de Guadalajara, había contribuido a crear la Federación de Estudiantes So-
cialistas de Occidente (feso), de la que fue presidente. También había sido líder de
la Federación de Estudiantes de América Latina. Como rector de la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (Universidad Michoacana) a los veinti-
séis años de edad, había redactado la Ley Orgánica de la Institución —Ley Nata-
lio— de 1939, que estipuló la educación socialista, acorde con el artículo 3º de la
Carta Magna. Siendo diputado al Congreso de la Unión —1949-1952—, había
denunciado las concesiones hechas a las compañías petroleras por el gobierno ale-
manista, a través de los contrato-riesgos, siendo condenado al ostracismo político.520
519
Verónica OIkión Solano, Los hombres del poder en Michoacán…, p. 481.
520
Martín Tavira Urióstegui, Historias de un abogado nicolaíta…, p. 194.
183
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Es decir, una buena parte de los universitarios nicolaítas simpatizaban con
Vázquez Pallares, de tal manera que al imponerse a Arriaga Rivera, quien no contaba
con “arraigo” en el estado ni mucho menos en la Universidad Michoacana, despertó
la inconformidad por su virtual nominación como candidato oficial, misma que afloró
desde su interior, a tal punto que durante la ceremonia de inauguración de los cursos del
año lectivo de 1961 el 1º de febrero Ángel Baltazar Barajas, uno de los oradores, hizo un
llamado a los universitarios a no dejarse arrastrar en “los juegos de partido”.521
Seguramente hacía alusión a la circulación de un Manifiesto a Los Estu-
diantes de la Universidad Michoacana y al Pueblo de Michoacán, firmado por la denominada
Vanguardia Estudiantil Universitaria, una organización de membrete surgida en la
coyuntura electoral y presidida por Virgilio Pineda.522 En este manifiesto se evidencia
un enfrentamiento ideológico —aunque el documento en mención lo niegue— al in-
terior de la universidad entre los partidarios de Arriaga Rivera (quien era considerado
reaccionario y miembro del ala derecha del pri) y los simpatizantes de Vázquez Pa-
llares, reconocido como cardenista e integrante del ala progresista del mismo partido.
En su parte medular dicho Manifiesto, fechado el 31 de enero de
1962, señalaba:
Desgraciadamente, hasta estos momentos las manifestaciones hechas por un reducido
número de Estudiantes, en contra del Lic. Agustín Arriaga Rivera, no están acordes
con la verdad y han sido elaboradas con el sólo fin de desorientar y engañar a la ma-
yoría estudiantil, no en el futuro de la familia michoacana, sino en función de intereses
personales. Por lo tanto, como los Estudiantes no podrán hablar en nombre del Pueblo
que confía en ellos mientras no conozca la verdad, nos vemos obligados a hacer las
siguientes aclaraciones;
1º.)- Es inútil tratar de aparentar que se está llevando a cabo una lucha ideológica. La
lucha es de generaciones.
Los viejos revolucionarios corrompidos contra los jóvenes de la nueva generación que
exigen su derecho a aportar su capacidad, integridad y amor a la Patria para la con-
sumación de los postulados de la Revolución Mexicana.523
521
La Voz de Michoacán, viernes 2 de febrero de 1962, “Nuestra Universidad no debe ser arrastrada en
juegos de partido. Solemne ceremonia en San Nicolás, anoche”, pp. 1 y 12.
522
Virgilio Pineda Arellano, estudiante de la Facultad de Ingeniería, había dirigido como su presidente
a la feum, junto con sus compañeros de fórmula: Rigoberto Montes de Oca y Jesús García Bucio, como
tesorero y secretario, respectivamente, quienes también aparecen como firmantes del Manifiesto, véase
La Voz de Michoacán, miércoles 31 de agosto de 1960, “Virgilio Pineda fue electo presidente de la feum”.
523
Resaltado en el original.
184
Lucio Rangel Hernández
2º.)- No basta gritar que se es Revolucionario.
La Revolución es unidad, trabajo y progreso y no se demuestra insultando y difaman-
do.
3º.)- Se ha dicho que el Lic. Agustín Arriaga Rivera es enemigo de la Universidad
Michoacana y de su educación popular;
¿Puede ser enemigo de la Universidad, quien cuando estuvo en ella fue dirigente de la
Secundaria y después del Colegio de San Nicolás?
¿Ha sido Arriaga Rivera enemigo de la Universidad cuando dio cátedra en ella?
¿Lo fue cuando apadrinó a toda una generación de Bachilleres?
¿O tal vez, cuando a través del i.n.j.m. ha ayudado a la juventud Michoacana?
En aquellas ocasiones Nadie lo tachó de Reaccionario […].
4º.)- Se pretende que Arriaga Rivera es ultraderechista.
Nosotros nos preguntamos si puede serlo quien fue nombrado presidente de una Co-
misión estudiantil de Honor y Justicia constituida en agosto de 1939 para juzgar actos
antirrevolucionarios siendo Rector de la Universidad el Lic. Natalio Vázquez Pallares.
Todo se entiende cuando hay interés de por medio. Y así mientras las falsedades salen
a la luz, las verdades son intencionalmente ocultadas.
Una vez analizada la limpia trayectoria Estudiantil, política y humana del Lic. Agus-
tín Arriaga Rivera, se comprende que solamente con la calumnia y la mentira se le
puede combatir.
¡Pero armas son estas de los débiles y los cobardes!
Los nicolaítas no somos ni lo uno ni lo otro. Por el contrario sabemos valorizar el
empreño [sic] Revolucionario de los hombres, y sin lugar a dudas Arriaga Rivera, ha
dejado muestras de ese empeño en todas partes donde ha actuado.
Tenemos la convicción de que Arriaga Rivera No necesita de ninguna defensa para
justificar sus brillantes actuaciones en la vida pública; y la mejor demostración de ello
está en la ridícula situación que sus detractores se han visto obligados a adoptar tra-
tando de rebajar al que por méritos propios ha llegado a ocupar un sitial más elevado
en el corazón del Pueblo.
Por todo lo anterior y porque confiamos en la Juventud y Capacidad del Lic. Agustín
Arriaga Rivera, manifestamos así mismo la convicción de que es la persona más
indicada para dirigir los destinos de Michoacán.524
Días más tarde, el día 5 de febrero, en una reunión formal, la Vanguardia
Estudiantil Universitaria dio a conocer un “bosquejo de necesidades de la Universi-
dad, el cual será presentado a su candidato.”525
524
La Voz de Michoacán, “Manifiesto”, viernes 2 de febrero de 1962, p. 13.
525
La Voz de Michoacán, martes 6 de febrero de 1962, “Encauzan los nicolaítas por mejores senderos la
actual campaña electoral”, pp. 1 y 12.
185
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Desde luego, una vez que se supo quién era “el ungido” muchos se fueron
a la “cargada”; aparecieron más membretes surgidos al impulso del más auténtico
oportunismo político.526
Sus contendientes, ante el inminente “dedazo”, como un último recurso,
trataron de unificarse. A nombre de La Unidad Revolucionaria, Vázquez Pallares, Bravo
Valencia y Emilio Romero Espinosa convocaron a un mitin en la Plaza de los Már-
tires de la ciudad de Morelia, donde los oradores “profirieron insultos y amenazas a
la prensa michoacana […]. Asimismo se lanzaron ataques contra el gobernador del
estado, el Comandante de la xxi zona militar y contra el Gral. Dámaso Cárdenas”.
527
A este último se le señalaba como el artífice de la imposición de la candidatura de
Arriaga para la gubernatura, y durante el referido mitin los maestros de ceremonias
José Martínez “Tío Pepe” y Gilberto Contreras gritaron “queremos advertir al señor
General Dámaso Cárdenas que el hecho de llevar un apellido glorioso no lo autoriza
para imponer a un Gobernador reaccionario. Por lo tanto le queremos advertir que
de persistir en su imposición es mejor que se vaya ya definitivamente para Jalisco”.528
El 15 de febrero varios edificios públicos del centro histórico de la capi-
tal del estado, entre ellos el palacio federal, fueron “pintarrajeados” con consignas e
insultos en contra de la precandidatura de Arriaga Rivera. La nota aparecida al día
siguiente en La Voz de Michoacán acusaba de estos hechos “vandálicos” a los universi-
tarios michoacanos:
Cuatro grupos de tres cada uno, de muchachitos menores de edad, manejados por la
famosa trilogía, se dedicó durante tres horas a embadurnar paredes con chapopote,
dejando prueba plena del nivel cultural en que se encuentran.
El hecho registrado ayer, muestra a las claras que las autoridades educativas bajo cuyo
cuidado se encuentran esos muchachitos han descuidado en lo absoluto una materia tan
necesaria en la formación del hombre: el civismo. Muestra también que los catedráticos
de la Universidad se han convertido en verbalistas expositores de teorías ajenas a la vida
del alumno. Han olvidado lo principal, la formación humana de sus alumnos.
Por eso señalamos como responsables de los actos atentatorios a la libertad ciudadana,
Véase La Voz de Michoacán, sábado 10 de febrero de 1962, “Los nicolaítas manifestamos al pueblo de
526
Michoacán: […] nuestra adhesión a la precandidatura del señor Lic. Agustín Arriaga Rivera”, pp. 8 y 9.
La Voz de Michoacán, miércoles 7 de febrero de 1962, “Acalorado mitin político hubo ayer en la plaza
527
de los Mártires de Morelia”, pp. 1 y 13.
La Voz de Michoacán, jueves 8 de febrero de 1962, “r.i.p. por José Tocavén, director de la Voz de
528
Michoacán”, pp. 1 y 12.
186
Lucio Rangel Hernández
al rector de la Universidad Michoacana y a los catedráticos de la misma, que han sido
incapaces de proporcionar a los estudiantes un mínimo de cultura.
Pero también señalamos de manera directa, como responsables de estos hechos, a los
señores Senador Lic. Natalio Vázquez Pallares, Lic. Emilio Romero Espinosa y Dip.
Enrique Bravo Valencia, quienes con sus prédicas y sus consejos azuzan a los mucha-
chos a cometer estos actos.529
Por supuesto, la respuesta de las organizaciones representativas de los
profesores y alumnos de la Universidad Michoacana fue inmediata y contundente.
La fmum, por medio de su presidente, Ángel Baltazar Barajas, envió José Tocavén,
director del diario mencionado, la siguiente nota de protesta:
La Federación de Maestros Universitarios de Michoacán, ruega a usted se sirva pu-
blicar en su diario la siguiente protesta, con la misma importancia periodística y en el
mismo lugar que se dio a la información llamada “ultraje a Morelia”, aparecida en su
edición del día de ayer:
1º.- La Federación de Maestros Universitarios protesta enérgicamente por la acusa-
ción de que fue objeto tanto la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
como el Rector y su cuerpo de catedráticos, de que “son los responsables de los actos
atentatorios a la libertad ciudadana”, como se dice en la nota impugnada.
2º.- Debe entenderse claramente que, de acuerdo con su Ley Orgánica, la Universi-
dad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, no debe participar en las campañas de
política electoral, y en cumplimiento de la misma no ha participado actualmente
ni participará.
3º.- Esto no quiere decir que los universitarios, maestros y alumnos, no deban partici-
par en esta actividad, pues no solamente tienen derecho, sino obligación de hacerlo de
acuerdo a la Constitución por pertenecer o militar en partidos políticos de su agrado,
o simplemente por ser ciudadanos; pero entiéndase que, al hacerlo, no actúan o en
nombre de la Universidad, sino a título personal o en representación de dichos Parti-
dos Políticos.
4º.- Ahora bien; en relación con las “pintas” que se han realizado en esta ciudad, es
necesario aclarar que no son sino expresiones de una lucha interna que se libra en el
pri, lucha que se pretende llevar al seno de la Universidad.530
La Voz de Michoacán, viernes 16 de febrero de 1962, “Ultraje a Morelia. Indignación popular por los
529
actos vandálicos de chusma irresponsable “, 1 y 12.
La Voz de Michoacán, sábado 17 de febrero de 1962, “La Universidad no es la culpable, dice la f.m.u.m.
530
Los maestros universitarios ponen en claro la postura de los nicolaítas,” pp. 1 y 13.
187
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
En la misma edición fue incluido un boletín de prensa firmado por Gre-
gorio López Mendoza, Pedro Acosta M. y Luis García Báez, presidente, secretario y
tesorero de la feum respectivamente, con el siguiente contenido:
Sr. José Tocavén
director de La Voz de Michoacán
Presente.
Los que suscribimos, integrantes de la mayoría de las Mesas Directivas de las diferen-
tes Dependencias de la Universidad Michoacana, así como también, el Comité Ejecu-
tivo de la Federación de estudiantes Universitarios de Michoacán, en sesión extraor-
dinaria verificada en el seno de este organismo Estudiantil, procedimos a discutir la
publicación que el día de ayer 16 de los corrientes, dio usted a conocer en su periódico
y por unanimidad se acordaron los siguientes puntos:
1º.- Girar a Usted este boletín de prensa, en el cual, se le pide enérgicamente que se
retracte de las calumnias infamantes que ha lanzado en la Primera Plana de su Diario,
en contra de nuestra universidad, por ser dichas calumnias completamente absurdas.
2º.- Por otra parte, se acordó hacerle saber, que estamos dispuestos a no permitir que
en su Periódico, vuelva a publicarse escritos infundados en contra de nuestra institu-
ción, que debe merecerle el mayor respeto.
3º.- Que en lo sucesivo, no vuelva usted a confundir el derecho que en forma par-
ticular los nicolaítas como ciudadanos hacen valer, con el significado que en forma
general encierra y corresponde a nuestra universidad como Institución de cultura.531
La Voz de Michoacán, ante dichas protestas, respondió tratando de enmen-
dar su postura:
Luchamos por la dignificación de la Universidad Michoacana y de los universitarios.
Por eso no hemos confundido a éstos con el “grupito de muchachitos irresponsables”
que ayer embadurnaron las paredes de la ciudad con frases y lemas virulentos, ma-
jaderos y groseros. Creemos que esa conducta obedece a una educación insuficiente,
de la cual no responsabilizamos personalmente al Dr. Elí de Gortari y los catedráticos
que con él vienen trabajando luchan en estos momentos [sic] por acabar con los vi-
cios del pasado, por extirpar todo lo malo que durante años prevaleció y que llegó a
constituir un sistema.
[…]
Entiendan bien los universitarios, de todas las corrientes políticas, los militantes de
531
La Voz de Michoacán, sábado 17 de febrero de 1962, “Boletín de prensa de los universitarios”, pp. 1 y 12.
188
Lucio Rangel Hernández
todos los grupos que la postura de La Voz de Michoacán no es contra su Casa de
Estudios, contra sus maestros ni contra ellos como estudiantes.
Que condenamos y condenaremos todos los actos que se realicen fuera de la ley, que
atenten contra las normas de la moral y de las buenas costumbres. No señalamos a
los universitarios sino a un grupo de muchachos, manejados por viejos políticos, que
pretenden capitalizar el momento que vive el Estado, para sus particulares intereses.
Desde ahora denunciamos que los señores de la trilogía, Natalio Vázquez Pallares,
Emilio Romero Espinosa y Enrique Bravo Valencia, que sí han utilizado siempre a la
Universidad Michoacana para sus actividades políticas, pretendan utilizar nuevamen-
te a los universitarios como instrumentos ciegos de sus bastardos intereses.
Llamamos a todos los estudiantes a la unidad, a la concordia y al trabajo, para hacer
de la Gloriosa Universidad Michoacana que nos legara el Padre Hidalgo, la primera
Universidad de México.532
Tan sólo tres días después, presionado por esta campaña periodística en
su contra, Vázquez Pallares puso término a su participación en la contienda, sabedor
de que no contaba con el apoyo oficial ni, obviamente, tampoco con el respaldo del
general Lázaro Cárdenas. Los otros dos aspirantes mencionados habían declinado
antes que él.533
La oposición universitaria de los grupos identificados con el cardenismo,
que eran mayoría al interior de la universidad, no la olvidaría Arriaga Rivera (en
cuanto tuvo la oportunidad tomó represalias contra ellos y contra la propia institu-
ción), como tampoco olvidaría por supuesto a quienes se plegaron a él, reservándoles
algunos cargos públicos y puestos de “elección popular”.534 En el siguiente pasaje de
su libro aludido, así lo menciona:
Al hermoso repique de las campanas de la catedral y los templos vecinos, la jornada
la inició brillantemente el joven Virgilio Pineda, presidente del Comité Nicolaíta de
Recepción. Estuvieron presentes todas las representaciones del partido, y se terminó
con el desfile, también, de otros partidos.
El 6 de marzo de 1962 se inició oficialmente la campaña. Uno de mis primeros actos
fue en Pomoca, haciendo una guardia y depositando una corona en homenaje al ilus-
532
La Voz de Michoacán, sábado 17 de febrero de 1962, “nuestra postura”, pp. 1 y 13.
533
La Voz de Michoacán, martes 20 de febrero de 1962, “Vázquez Pallares fue el último en decidirlo”, pp.
1 y 12.
Virgilio Pineda Arellano, integró la legislatura local en el período 1965-1968, Francisco Napoleón
534
López Patiño, Los nicolaítas…, p. 604.
189
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
tre liberal michoacano Melchor Ocampo, porque quería subrayar mi identificación
ideológica plena con esta figura michoacana de la Reforma. En ese lugar expresé pú-
blicamente: “Recibo la designación de candidato como nicolaíta genuino que soy […]
solo tengo una meta y un compromiso: servir leal y apasionadamente a Michoacán”.
Busqué el respaldo de todas sus distinguidas regiones. Si bien, en muchas de ellas pre-
valecían múltiples cacicazgos, algunos de ellos promovidos y localmente apoyados por
el general Lázaro Cárdenas, que indudablemente se resistían.535
Uno de los partidos aludidos fue el pps, que le otorgaría su respaldo. Vale
la pena mencionarlo por las implicaciones políticas que esta decisión tendría, tanto en
el conflicto universitario de febrero-marzo de 1963 como en el enfrentamiento de la
institución con el régimen arriaguista en octubre de 1966. Tal adhesión la explica así
Tavira Urióstegui:
El apoyo del Partido Popular Socialista (pps) a la candidatura de Arriaga Rivera, me-
rece una explicación. A principios de 1962, el maestro Vicente Lombardo Toledano
—vlt— dictó una conferencia en la Facultad de Derecho sobre el tema: El principio
de la autodeterminación de los pueblos […] Un grupo de nicolaítas, maestros y alumnos, le
ofreció una comida a vlt en el restaurant-bar El Rincón Tarasco. El rector de la Univer-
sidad Michoacana, Elí de Gortari, había invitado a cenar en su casa al líder del pps.
Inesperadamente el maestro Lombardo nos llamó —a Ángel Baltazar Barajas, Luis
Jacobo García y a mí— para que en su representación concurriéramos a dicha cena y
en su nombre pidiéramos disculpas a De Gortari, en vista de que aar le había solicita-
do una entrevista. Al día siguiente —2 de marzo— vlt se reunió con el Comité Estatal
del pps para informarnos que Arriaga le había pedido el apoyo del Partido solferino.
Es más, le demandó recibir a su secretaria para que don Vicente le dictara los puntos
fundamentales de la Plataforma que el pps propondría para Michoacán. Así fue como
la dirigencia local del pps y Lombardo resolvieron sostener la candidatura de Arriaga
Rivera. Sin embargo, sólo en su propaganda escrita el Partido llamó a votar por el
candidato del pri, pero no participó en los mítines de campaña, ni con contingentes
ni con oradores.536
535
Agustín Arriaga Rivera, La política… como me la enseñaron…, p. 120.
536
Martín Tavira Urióstegui, Historias de un abogado nicolaíta…, pp. 195-196.
190
Lucio Rangel Hernández
Las causas del conflicto universitario de 1963
Antes de terminar el año de 1962, la inconformidad antidegortarista comenzó a in-
crementarse; la dfs, que monitoreaba la casa de estudios de Michoacán, informaba de
algunas reuniones donde se manifestaba el descontento contra el rector por haberse
fijado un sueldo de 12 mil pesos y a su esposa uno de 4 mil, por favorecer a miembros
del pps a los que otorgó plazas de profesores, y porque el Consejo Universitario que lo
respalda “está integrado por pepinos y maestros que han sido favorecidos por él”. Por
estas razones lo amenazaron con iniciar una campaña en su contra.537
En los últimos días del mes de enero del nuevo año, la dfs informaba tam-
bién de una serie de reuniones que sostenía un grupo de profesores “antidegortaristas”
en el domicilio particular de Ubaldo Martínez.538
De esta manera, el citado organismo de “seguridad nacional” tuvo cono-
cimiento, cinco días antes, sobre la publicación del manifiesto antidegortarista cono-
cido como “la sábana” por su enorme formato editorial, así como que el propio Elí de
Gortari ya sentía los vientos de la “tormenta” que se avecinaba, aunque no alcanzaba
a prever su magnitud.539
Por esos días, un grupo de maestros antidegortaristas, entre los que se
encontraban Ubaldo Martínez, David Hernández Huéramo, Mario Tapia y Rodolfo
Murillo Álvarez, mandó imprimir y distribuir un volante que llevaba el título de “Fá-
bula Cierta”, en el que se ridiculizaba al rector:
Burro paranoico que se las daba de zorro,
entró a saco en el heroico Colegio con prole y todo:
tan hambreada tenía a ésta que ante una mesa bien puesta,
primero su hambre calmaron y mil chambas usurparon.
Tratando universitarios a mentadas para arriba,
pero les da honorarios para sacarles la saliva
robóle a los profesores su raquítico sueldito,
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
537
Manuel Rangel Escamilla, 13 de diciembre de 1962.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
538
Manuel Rangel Escamilla, 22 de enero de 1963.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
539
Manuel Rangel Escamilla, 26 de enero de 1963.
191
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
para comprar vestiditos a la sabia raquelito.
Despidió a unos profesores y trajo guatemaltecos,
ya verán esos lebrones comunistillos ojones.
Publíquese, fíjese y repártase.- “La mano negra”.540
Es decir, en el momento en que el proyecto de una universidad moderna,
con una orientación popular y nacionalista estaba en pleno ascenso, surgió un grupo
de profesores y alumnos “antidegortaristas” (como se les conoció desde el momento
en que se opusieron a la llegada de De Gortari a la rectoría, o Fraternidad Nicolaíta
Antidegortarista, como se llamaron a sí mismos), que iniciaron, en el primer día de
febrero de 1963, un movimiento opositor que desataría un conflicto que a la postre no
sólo vendría a obstaculizar el proceso transformador, sino a detenerlo.
Fueron varios los factores condicionantes de este conflicto, unos con ma-
yor peso que otros, pero conjugados provocaron que la universidad interrumpiera la
marcha ascendente que había iniciado desde 1956.
Los problemas habían surgido desde la postulación del Dr. De Gortari
para ocupar la rectoría. En aquel momento se perfilaron dos grupos políticos al inte-
rior de la universidad que aspiraban a dirigirla. Uno que apoyaba a De Gortari, con-
formado por los estudiantes y profesores agrupados en la feum y la fmum, y otro que
candidateaba al Lic. Morales Osorio, integrado por un grupo de alumnos y maestros
de las escuelas de Medicina, Derecho e Ingeniería Civil, liderado por Gregorio Torres
Fraga. Este último grupo, como vimos, en aquel momento sucumbió ante la movi-
lización de las federaciones estudiantil y magisterial antes señaladas, que unificadas
lograron llevar a la rectoría al distinguido doctor en filosofía.
Pero, a partir de ese momento, el grupo antidegortarista se opuso siste-
máticamente a la administración del nuevo rector. Particularmente, Morales Oso-
rio se convirtió en uno de sus más acérrimos opositores, ya que por tercera ocasión
consecutiva se veía desvanecido su propósito de llegar a la rectoría. La primera vez
fue cuando renunció al cargo el médico Luis Mora Serrato, quien había sustituido
a Torres Fraga. En esa ocasión formó parte de la terna que fue enviada al ejecutivo
estatal, pero contrario a sus aspiraciones, a pesar de que él contaba con el manifiesto
apoyo mayoritario, la designación recayó en Gálvez Bravo; la segunda vez fue cuando
éste también renunció, el 19 de abril de 1960, considerándose que Morales Osorio,
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
540
Manuel Rangel Escamilla, 30 de enero de 1963.
192
Lucio Rangel Hernández
por sus méritos académicos y su trayectoria profesional era el más seguro y viable
para sustituirlo, aunque el Consejo Universitario optó por Enrique Estrada Aceves.541
Otro detonante del conflicto lo constituyó la intolerancia, el dogma-
tismo y el sectarismo en que cayó el grupo de colaboradores del Dr. De Gortari y
principalmente él mismo, lo que los llevó a atacar y aislar injustamente a personas
que no se identificaban con el marxismo, o más exactamente con el marxismo dog-
mático, pero que eran de tendencias democráticas y progresistas como Enrique
González Vázquez o Ramón Martínez Ocaranza, que “no merecieron se les tacha-
ra y tratara de reaccionarios”.542
Al respecto Martínez Ocaranza señala:
El Dr. de Gortari deslumbrado por el poder que los universitarios le habíamos brinda-
do y mareado por los cortesanos, demostró que el puesto, como todo poder, lo había
transformado y se fue transformando en un déspota arbitrario e intratable, que no
respetó ni la dignidad ni los derechos de los profesores universitarios muy respetables
por su trabajo y que habían contribuido a llevarlo a la Rectoría.543
La intolerancia, la prepotencia e incluso las arbitrariedad fueron espe-
cialmente graves en De Gortari; muestra de ello fue la destitución del director de la
escuela de Ingeniería Civil Jaime Trejo sin contar con las atribuciones legales para ha-
cerlo, ya que era competencia del Consejo Universitario, violando flagrantemente la
Ley Orgánica. Esta destitución fue posteriormente “ratificada” por el máximo órgano
de gobierno, no sin antes haberse suscitado una prolongada y agotadora discusión por
la oposición de algunos de sus miembros, quienes manifestaron su desacuerdo con el
procedimiento seguido por el rector, ya que reducía el papel de este cuerpo colegiado
a sancionar una situación de hecho. En ella, el propio Trejo acusó al rector de estarse
convirtiendo en un dictador.544 Este acto fue una de las razones que en su momento
esgrimieron los “antidegortaristas” para exigir su renuncia como rector.
541
Adolfo Mejía González, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros…, p. 56.
542
Entrevista del autor al Dr. Cuauhtémoc Olmedo Ortiz.
543
Ramón Martínez Ocaranza, Autobiografía..., p. 233.
ahcu, Exp. Nº 26, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 8 de enero de 1962, n/f 6 y 7;
544
La Voz de Michoacán, miércoles 10 de enero de 1962, “Destituyeron al director de la Fac. de Ingeniería”,
pp. 1 y 13; y La Voz de Michoacán, viernes 12 de enero de 1962, “La Escuela de Ingeniería volverá a la
normalidad: Elí de Gortari”, pp. 1 y 12.
193
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Los problemas con Trejo, recuerda el profesor Ortiz Melgarejo, comenzaron
desde el momento en que De Gortari le exigió que las aportaciones económicas que reci-
bía la Escuela de Ingeniería de parte de la Secretaría de Obras Públicas pasaran a control
de la tesorería de la universidad, a lo cual se negó rotundamente.545
Igualmente, violando la Ley Orgánica, nombró en sustitución de Carlos Are-
nas García como secretario general de la universidad al profesor Alfonso Espitia Huerta,
quien no estaba titulado, requisito indispensable establecido en la normatividad para ocu-
par dicho cargo.546
Su intolerancia, que era muy marcada, lo llevó a retirase de manera intem-
pestiva de un acto de entrega de constancias de terminación de estudios que presidía en la
Escuela de Enfermería cuando la oradora representante de la generación se refirió a Dios,
agradeciéndole el haberle permitido llegar a esa etapa de sus estudios profesionales.547
Por otro lado, su propuesta —aprobada por el Consejo Universitario— de
aplicar descuentos a los profesores faltistas establecidos en el reglamento, al ponerse en
práctica, afectó el salario de varios docentes irresponsables, lo que generó un gran descon-
tento, engrosando éstos las filas de los opositores.548
Cuando De Gortari llegó a la rectoría, lo primero que hizo fue pedir un infor-
me del estado que guardaban las finanzas universitarias. Afloraron varias irregularidades,
entre ellas el hecho de que a algunos profesores ya se les había pagado su salario hasta dos
meses por adelantado, suspendiendo desde luego dicha anomalía, con lo que el grupo de
profesores afectados por esta práctica, se sumó a la oposición. También contribuyó en el
mismo sentido el hecho de que habiendo sido asignadas varias plazas de profesores de ca-
rrera como producto de una recategorización que se había dado durante el rectorado de
Gálvez Bravo, el Dr. De Gortari, de acuerdo con la opinión de los directores de las distintas
escuelas, reasignó algunas de ellas, quitándolas a todos aquellos a quienes según su criterio
no las merecían, para otorgarlas a los que a su juicio sí tenían derecho a las mismas. Este
acto, aunque buscaba hacer justicia, aumentó el grado de inconformidad y el número de
opositores a la administración degortarista.549
545
Entrevista del autor al Profr. Octavio Ortiz Melgarejo.
546
Entrevista del autor al Profr. Octavio Ortiz Melgarejo.
547
Entrevista del autor al Profr. Octavio Ortiz Melgarejo.
Entrevista del autor al Profr. Octavio Ortiz Melgarejo; véase también La Voz de Michoacán, sábado
548
11 de noviembre de 1961, “Mano de hierro contra los catedráticos faltistas. En menos de 15 días la
Rectoría los ha sancionado con más de 25 mil pesos”, pp. 1 y 12.
549
Entrevista del autor al Profr. Octavio Ortiz Melgarejo.
194
Lucio Rangel Hernández
Todo lo anterior forma parte de las causas internas del conflicto universi-
tario de 1963. Pero como “mar de fondo”, es decir como causa estructural, debemos
señalar al objetivo del nuevo sector de la burguesía que llegó al poder en 1940, de
implementar un modelo educativo tecnocrático de inspiración estadounidense, con
la intención de adecuar el sistema educativo superior mexicano a un nuevo proyecto
económico que significaba la subordinación de los intereses económicos nacionales a
las necesidades del desarrollo de la gran industria monopólica del poderoso vecino,
dando marcha atrás al proyecto cardenista de una educación popular y nacionalista.
El mencionado proyecto estaba en marcha y, a la par, una política antico-
munista lo sustentaba. Como la Universidad Michoacana manifestaba abiertamente
una orientación socialista, con una esencia nacionalista y popular, ya se comprenderá
que el objetivo era acabar con dicha tendencia y adecuarla al proyecto modernizante
tecnocrático del Estado mexicano.
Por ese tiempo, la universidad vivió una campaña abiertamente antico-
munista dirigida por la Iglesia católica y otros sectores conservadores de la sociedad
moreliana y zamorana primordialmente.550 El clero denunciaba sistemáticamente una
serie de supuestos ataques de los nicolaítas a los colegios particulares que estaban bajo
su tutela; además de inventadas conjuras comunistas, aprovechando el periodo de ten-
sión que se estaba viviendo en el marco de la Guerra Fría. La consigna era acabar con
el “fantasma del comunismo”, y como se afirmaba que estaba representado en la enti-
dad por la Universidad Michoacana, los ataques se dirigieron hacia ella. Desde luego
las manifestaciones públicas de adhesión y defensa de la Revolución cubana, y con
otros movimientos nacionalistas de reivindicación popular, arreciaron los ataques. El
30 de enero, víspera del estallido del conflicto entre degortaristas y antidegortaristas,
José G. Anaya, obispo diocesano de Zamora, envío circulares a los sacerdotes, en las
que mandaba advertir a los padres de familia que no podrían inscribir a sus hijos en
las escuelas y facultades de la Universidad Michoacana y en la de Agricultura de “La
Huerta”, sin antes consultarlo con él o sus representantes, pues señalaba: “Centros
hay que en vez de enseñar serenamente la ciencia y dedicarse a la investigación de la
verdad, se han convertido en agencias del sectarismo y perversión; es claro que en cen-
tros de esa naturaleza los jóvenes quedan expuestos a serio peligro espiritual”.551 Hay
550
La Voz de Michoacán, sábado 24 de septiembre de 1961, “Define su postura la Federación de
Estudiantes”, pp. 1 y 12.
551
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director federal de seguridad,
Manuel Rangel Escamilla, 30 de enero de 1963. “Ningún lugar como Zamora ilustra el peso del
clero. Según estadísticas de la propia Iglesia, Zamora era hasta hace poco la población más católica
195
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
quienes plantean incluso que a la Iglesia le movían no sólo sus intereses ideológicos
sino económicos, puesto que la expansión académica de la universidad perjudicaba el
negocio que significaba la educación privada, que en su mayor parte se encontraba en
poder de organismos católicos.552
Esta posición de la Iglesia católica michoacana se remonta a la época de
la Guerra Cristera. En 1927 el general Múgica expresaba: “Morelia la doble […],
heroica en tu plebe, reaccionaria en tu élite”.553
De esta manera, como dice Patterson:
El papel de la Iglesia en la historia michoacana difícilmente podría exagerarse. Fue y
ha seguido siendo uno de los factores constitutivos de la “michoacanidad” de la enti-
dad […] Junto a Jalisco y Guanajuato es el bastión católico del país; la zona de reserva
para la producción de cuadros y la generación de recursos.554
Esta realidad echa por tierra la afirmación de aquel grupo reducido de
universitarios, partidarios de la candidatura de Arriaga Rivera para la gubernatura,
de que no se trataba de una lucha ideológica. Recientemente incluso algunos de sus
defensores lo reconocieron:
Baste recordar que una de las frases o lemas de los degortaristas fue “Universidad o
muerte” frase tomada de la revolución cubana “patria o muerte, venceremos”. En
cambio los “antidegortaristas” su lema fue “por la fraternidad universitaria”, frase
del país. Desde el siglo pasado se constituyó en sede del segundo obispado de Michoacán, haciendo
contrapeso a la legendaria diócesis de Morelia”, Jorge Zepeda Patterson, Michoacán: Sociedad,
Economía…, p. 75.
552
Daniela Morales Muñoz, Cuarenta y cinco días de conflicto...., p. 10. Sobre el bajío zamorano como bastión
del catolocismo y las relaciones estrechas entre religión y política, véase: Jesús Tapia Santamaría, Campo
religioso y evolución política en el Bajío zamorano, Zamora, Colegio de Michoacán/Gobierno del Estado de
Michoacán, 1986.
Enrique Krauze, Biografía del poder. Caudillos de la revolución mexicana (1910-1940), México, Tusquets,
553
2002, p. 402.
554
Jorge Zepeda Patterson, Michoacán: Sociedad, Economía…, p.72.
196
Lucio Rangel Hernández
que para esos años, dentro de la Universidad sonaba a posiciones reaccionarias, fuera
de contexto.555
La campaña anticomunista centrada en la universidad se vio favorecida
con la llegada al gobierno del estado de Agustín Arriaga Rivera, quien la reforzó y
la extendió al interior de la entidad contra las organizaciones campesinas y obreras
independientes, cuyas protestas y exigencias eran reprimidas con el argumento de que
eran comunistas.
Desarrollo y desenlace del conflicto
La sábana
El inicio de la gubernatura de Arriaga Rivera alteró la correlación de fuerzas políticas
en el estado favoreciendo al interior de la universidad a los antidegortaristas, quienes se
sintieron respaldados por el nuevo mandatario. De esta manera, el 1º de febrero de 1963
este grupo, originalmente conformado por setenta y cinco personas, suscribió un mani-
fiesto al que se conoció peyorativamente como “la sábana”, por la exagerada extensión
del mismo, donde se le hacían entre otros los siguientes señalamientos al rector:
Los maestros que suscribimos hemos resuelto examinar la situación en que se halla
la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, a consecuencia de los graves
errores en que ha incurrido la administración que preside el rector Elí de Gortari y
que compromenten seriamente los altos intereses y el prestigio de nuestra institución,
ante los universitarios todos y enterando a la opinión pública, para solucionar en for-
ma definitiva el problema vital que nos preocupa:
[…] Otro de los recursos igualmente condenables consistió en que el rector preten-
dió presentar a la Universidad ante la opinión general, en un estado de depresión y
bancarrota institucional, contrariamente al proceso evolutivo que esforzadamente ha
venido alcanzando, queriendo producir la impresión de que su labor sería marcada-
mente constructiva. En ese afán, sistemáticamente propalado, exhibió al profesorado
ante la nación, por medio de la prensa, radio y televisión, como irresponsable de sus
José Fabián Ruiz y Arturo Molina García, Perfil de un gobierno. Morelia, Sociedad Mexicana de
555
Geografía y Estadística, Corresponsalía Morelia, 1998, p. 92.
197
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
obligaciones docentes, por un defecto en todo caso corregible internamente, de falta
de asistencia a clases, que estuvo muy lejos de las proporciones anormales en que lo
hizo aparecer.
[…] Habremos de señalar desde este momento la fobia con que el rector ha tratado a
maestros respetables y ameritados de nuestra Casa de Estudios, con odio implacable
que sólo puede encontrar motivación en los fondos oscuros de la patología anímica.
Los ha extorsionado para excluirlos del ámbito universitario y en algunos casos ya lo ha
conseguido. La enumeración siguiente es demostrativa: al profesor de Filosofía, Enrique
González Rojo, amigo suyo y promotor de su designación, lo separó para sustituirlo con
un pariente suyo de menos que mediana capacidad docente y sin seriedad personal,
con un nombramiento de profesor de carrera; al maestro Juan Díaz Vázquez, Doctor
Honoris Causa y decano de la Universidad, formador de varias generaciones, fue retirado;
profesor Alfredo Zalce, artista de categoría nacional, fundador de la Escuela de Pintura,
siguió la misma suerte; ingeniero Jaime Trejo, depuesto de la dirección de la Facultad
de Ingeniería por la acusación difamatoria de malversación de fondos; doctor Mario
Alvizouri, profesor de Anatomía Patológica, investigador científico de gran prestigio,
quien ha hecho posible que muchos profesionistas se especialicen en el extranjero para
volver a profesar en la Universidad, lo degradó como profesor de carrera; doctor Julio
Macouzet, diplomado en bioquímica, que realizó esos estudios para venir a enseñar en
nuestras aulas, investigador con amplio porvenir, venía fungiendo como profesor califi-
cado en esa materia y se denegó el nombramiento como maestro de planta que aprobó
el Consejo de la Facultad de Medicina, después de habérsele retenido por muchos meses
su nombramiento lo despojó arbitrariamente de sus percepciones en una cantidad ma-
yor a cinco mil pesos por supuestas faltas de asistencia.556
En fin, minimizaban los avances académicos experimentados durante
su rectorado; se le acusaba de “malversación de fondos” y de muchos otros cargos,
por lo que concluían este manifiesto pidiendo su destitución. Los primeros en salir
en defensa del Dr. De Gortari fueron los integrantes del Comité Ejecutivo de la
fmum, quienes comenzaban por aclarar que varios de los firmantes de “la sábana”
eran ajenos a la universidad.557
Mientras tanto, después de haber hecho esta publicación, los antidegor-
taristas, que habían establecido su centro de operaciones en la Facultad de Medicina,
acordaron en reunión celebrada el 6 de febrero suspender labores en la universidad
en tanto siguiera al frente de la ella el Dr. De Gortari. Desconocieron a la directiva de
556
Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de la Universidad…, pp. 217-230.
La Voz de Michoacán, miércoles 6 de febrero de 1963, “La feum en defensa de la Reforma Universitaria.
557
condena la agitación surgida en la Universidad”, pp. 1 y 12.
198
Lucio Rangel Hernández
la fmum por haber extendido el término estatutario de su mandato, y manifestaron
que no aceptarían ninguna resolución del Consejo Universitario “por no estar debi-
damente integrado, de acuerdo con la Ley Orgánica”.558
Sin embargo, el llamado a paralizar las actividades de la universidad so-
lamente fue secundado por las escuelas de Ingeniería Civil e Industrial, apoyado por
algunos alumnos y profesores de las escuelas de Odontología y Leyes.559
La fmum condenó la conducta del grupo de profesores antidegortaristas y
se manifestó en apoyo de la administración y de la obra desarrollada por De Gortari, y
a “luchar decididamente contra los enemigos tradicionales de la Universidad”.560 Por
su parte, la feum, el cen y las mesas directivas de las escuelas de la institución, excepto
las de Medicina e Ingeniería Civil e Industrial, en reunión celebrada el 6 de febrero,
condenaron también las acciones del grupo opositor, exigiendo la reunión inmediata
del Consejo Universitario para que instruyera a la Comisión de Honor y Justicia a
realizar una investigación a fondo de los cargos hechos al rector y se procediera con-
forme a lo dispuesto en la Ley Orgánica. También acordaron solicitar la designación
de supervisores especiales que dieran a conocer a la opinión pública, y no solamente a
la universitaria, la distribución y aplicación del presupuesto. Además, exigieron el cese
de la situación ilegal del secretario general de la universidad.561
El Consejo Universitario se reunió al día siguiente por la mañana y acor-
dó condenar enérgicamente la actitud del grupo firmante del manifiesto del 1º de
febrero por “atentar contra las bases ideológicas” de la casa de estudios, contenidas en
su Ley Orgánica y pretender “perturbar la buena marcha de la institución”. En esta
sesión también determinó suspender de inmediato a todos los signatarios del multi-
citado documento y ponerlos a disposición de la Comisión de Honor y Justicia, que
determinaría las sanciones aplicables. Igualmente, a petición del presidente del máxi-
mo órgano de gobierno universitario, acordó solicitar a la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público la práctica de una auditoría a la tesorería.562
558
La Voz de Michoacán, jueves 7 de febrero de 1963, “La feum Censura la actitud de los maestros
agitadores. Define su postura la Federación Estudiantil”, pp. 1 y 12.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
559
Manuel Rangel Escamilla, 7 de febrero de 1963.
560
La Voz de Michoacán, jueves 7 de febrero de 1963, “La feum censura...”, pp. 1 y 12.
561
La Voz de Michoacán, jueves 7 de febrero de 1963, “La feum censura…”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, viernes 8 de febrero de 1963, “El problema de la u.m. al rojo vivo. El Consejo
562
Universitario condena la agitación y dicta severos acuerdos” y “De Gortari acepta que se realice una
199
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Estos acuerdos del Consejo Universitario agudizaron el conflicto entre el
grupo minoritario de antidegortaristas y el sector mayoritario de universitarios que
apoyaban a De Gortari. Irreflexivamente, pretendiendo acabar de tajo con el proble-
ma, el máximo órgano de gobierno suspendió a los suscriptores del manifiesto, pero
con esta decisión más bien lo agravó, ya que ni siquiera se discutió en su seno, sobre
las acusaciones hechas al rector. La decretada suspensión avivó el ataque de los anti-
degortaristas, quienes además habían señalado que no aceptarían ninguna resolución
que emanara de él, por considerarlo ilegalmente integrado.
Quizá si el Consejo Universitario, en lugar de adoptar una actitud de con-
frontación abierta, hubiese procedido a dar solución a algunos de los cuestionamien-
tos del grupo antidegortarista —como podría haber sido el cese de Espitia Huerta
como secretario general de la universidad— los habría despojado de una buena parte
de las bases legales y morales con que continuar la lucha. Que esto no hubiese garan-
tizado la solución del problema al menos le habría impedido tomar el cauce que tomó.
Después del acuerdo de suspensión en su contra, los antidegortaristas res-
pondieron secuestrando ese día 7 de febrero por la tarde al Dr. de Gortari en su pro-
pias oficinas para exigirle su renuncia, sólo que los miembros de la feum, que en esos
momentos sesionaban en el Colegio de San Nicolás, al tener conocimiento del hecho,
acudieron al rescate del rector, provocando la huida del lugar del ex rector Grego-
rio Torres Fraga, José Guzmán Cedeño, Humberto Aguilar Cortés, José Amezcua
Manjarrez, Mauro Sánchez y Mario Alvizouri, así como de los estudiantes Bonifacio
Contreras, Carlos Fernández Loaiza, Alfonso Urbina, Pedro Acosta, Longinos Her-
nández, Armando Guzmán, Valdemar Colín, Marco Antonio Aguilar Cortés, José
Luis Padilla y Leonel Vega.563
Universidad o muerte
La lucha ideológica al interior de la universidad, negada por algunos y reducida a una
lucha de generaciones, de los jóvenes contra los viejos, rápidamente es negada en los
hechos. Una de las frases o lemas de los degortaristas fue “Universidad o muerte”,
tomada de la Revolución cubana (“Patria o muerte, venceremos”). En cambio los
“‘antidegortaristas’ enarbolaban el lema “por la fraternidad universitaria”.564
auditoría, pp. 1 y 12.
563
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 11 de febrero de 1963, n/f 3.
564
José Fabián Ruiz y Arturo Molina García, Perfil de un gobierno…, p. 92.
200
Lucio Rangel Hernández
Poco antes de concluir el día, a las 23 horas, se inició una manifestación
de apoyo al rector De Gortari, a cuyo frente se encontraban Miguel Ibarra Valen-
zuela, Raymundo López, Nicandro García Díaz, Faustino García Tinajero, Nican-
dro Mendoza y Ángel Baltasar Barajas. Después de recorrer las casas del estudiante
“Nicolaíta”, “Santos Degollado” e “Isaac Arriaga”, la marcha que había iniciado con
150 participantes culminó en el albergue estudiantil “Melchor Ocampo” como a la
1:15 de la madrugada del siguiente día, congregando a cerca de mil estudiantes. Ahí
se celebró una reunión, tomándose los siguientes acuerdos:
1.- Unir a los estudiantes de esas cuatro Casas del Estudiante, para formar un frente
común en su lucha por la defensa de la Universidad Michoacana y de su Ley Orgánica.
2.- Apoyar decididamente al Comité Ejecutivo de la Federación de Estudiantes Uni-
versitarios de Michoacán, al Comité Ejecutivo del Consejo Estudiantil Nicolaita y a
los integrantes de las Mesas Directivas de las diversas Escuelas y Facultades de la Uni-
versidad, así como los acuerdos tomados por esos organismos estudiantiles.
3.-Reprobar y combatir el movimiento planteado por un grupo de profesores, por con-
siderar que ese núcleo no sólo está influenciado y dirigido por las fuerzas reaccionarias
de México, sino que entorpece y frena la marcha ascendente de la Casa de Estudios.
4.-Hacer un llamado a los estudiantes de la Universidad, para que se unan en torno a
los organismos estudiantiles de referencia, con el propósito de hacer frente a los ene-
migos [de la] Casa de Estudios.
5.- Exhortar a los profesores verdaderamente universitarios a que se unan también
para luchar en defensa de la Máxima Casa de Cultura de Michoacán.
6.-Apoyar al Honorable Consejo Universitario y las decisiones de éste, siempre y
cuando se ajusten a la Ley Orgánica.
7.- Apoyar al Dr. Elí de Gortari como Rector de la Universidad, en tanto el Consejo Uni-
versitario dicte las resoluciones correspondientes, respecto a los cargos que se le hacen.565
En presencia de los dirigentes de la feum J. Genovevo Figueroa Zamudio
y del cen Jesús Avellaneda Borja signaron estos acuerdos los presidentes de las casas
del estudiante Antonio Velázquez Carranza por la “Nicolaíta”, Evodio Romero Ro-
dríguez por la “Santos Degollado”, Ventura Díaz por la “Isaac Arriaga” y Marciano
Razo Amezcua por la “Melchor Ocampo”. Para poner de manifiesto hasta qué punto
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
565
Manuel Rangel Escamilla, 8 de febrero de 1963; véase también La Voz de Michoacán, viernes 8 de febrero
de 1963, “Las 4 casas de los estudiantes en apoyo de las autoridades de la u.m.”, pp. 1 y 13.
201
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

los estudiantes estaban dispuestos a defender sus propósitos, adoptaron el lema “Uni-
versidad o Muerte”.566
Ya entrada la mañana, contingentes de aproximadamente doscientos
moradores de cada uno de los mencionados albergues salieron a manifestarse por
la Avenida Madero, desplegando mantas con las siguientes consignas: “Universidad
o muerte”, “defendamos a Elí de Gortari” y “no permitamos que la reacción se
apodere de la Universidad”.567
Al llegar al Colegio del San Nicolás se incorporaron a otro grupo de estu-
diantes y maestros, que en conjunto sumaban mil quinientos, para celebrar una asam-
blea general. Participaron como oradores, entre otros, Genovevo Figueroa, presidente
de la feum, Ángel Bolaños, de la Escuela de Derecho, Adolfo Mejía del mln, Efrén
Capiz y Alfonso de la Mora. Sin embargo, no pudieron llegar a ningún acuerdo ya
que estudiantes de las escuelas de Ingeniería y Leyes, comandados por Marco Antonio
Aguilar Cortés, Agustín Chávez y Pedro Acosta boicotearon la reunión coreando la
consigna “¡huelga!”, lo que desató un conato de “bronca” donde resultaron algunos
estudiantes levemente golpeados.568
En virtud de lo anterior, los grupos representados por la feum, el cen, la
Federación de Maestros Universitarios y el frente que conformaban las casas del estu-
diante salieron del recinto gritando “¡clases sí, huelga no!”, para dirigirse a las escuelas
de Ingeniería Industrial y Leyes, donde quitaron las banderas de huelga y exhortaron
a los que se encontraban de “guardia” a analizar a fondo la situación y desistieran de
su actitud.569

El rector Elí de Gortari y el procurador de Justicia del estado Alberto Lozano Vázquez.
Fuente: ahum.

Mientras tanto, después de enterarse por boca del mismo rector del ata-
566
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad, que del grupo antidegortarista, una vez más y de manera precipitada, a propuesta
Manuel Rangel Escamilla, 8 de febrero de 1963; véase también La Voz de Michoacán, viernes 8 de febrero Ángel Baltazar Barajas el Consejo Universitario aprobó la expulsión de treinta y cinco
de 1963, “Las 4 casas...”, pp. 1 y 13.
maestros y alumnos de los setenta y cinco firmantes el manifiesto de referencia.570 Esta
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
567
decisión agravó el problema, ya que ante el curso que estaban tomando los aconteci-
Manuel Rangel Escamilla, 8 de febrero de 1963; véase también La Voz de Michoacán, viernes 8 de febrero
de 1963, “Las 4 casas...”, pp. 1 y 12.

agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
568

Manuel Rangel Escamilla, 8 de febrero de 1963.

569
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad, La Voz de Michoacán, viernes 8 de febrero de 1963, “El problema de la u.m. al rojo vivo. El Consejo
570

Manuel Rangel Escamilla, 8 de febrero de 1963. Universitario condena la agitación y dicta severos acuerdos”, pp. 1 y 12.

202 203
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
mientos, lejos de hacer un análisis a fondo del problema para dar una solución obje-
tiva, se respondió expulsando a varios de los personajes prominentes del mencionado
grupo, otorgándoles con ello más bases y justificación a su lucha.571
Para este momento, en realidad el conflicto universitario ya había tras-
cendido los límites universitarios para extenderse al ámbito político estatal. Había
rebasado el círculo interno porque el grupo antidegortarista que se empeñaba en
tomar las riendas de la universidad era apoyado desde el exterior por la Unión Na-
cional Sinarquista (uns), por el Partido Acción Nacional (pan) y por el mismo clero
católico, que se manifestaban públicamente en su apoyo, participando junto a ellos
en las marchas callejeras y en la “cruzada” anticomunista que desencadenaron con-
tra la administración degortarista y contra la propia institución.572 En este sentido,
si el problema era político debió responderse en esa medida, haciendo algunas con-
cesiones, pero no decidiendo unilateralmente la expulsión de los opositores, puesto
que era evidente que el asunto no se resolvería únicamente entre los universitarios,
desatándose con ello el ataque frontal de las mencionadas fuerzas políticas externas
sobre la Universidad Michoacana.
El 10 de febrero la Fraternidad Nicolaíta Antidegortarista, al conocer el
acuerdo de expulsión, llevó a cabo un mitin donde reiteraron que seguían en pie de
lucha, negando autoridad al máximo órgano de gobierno de la universidad por estar
integrado por “incondicionales” del rector.573
Nuevamente el día 12 marcharon por la céntrica avenida Madero, que
cruza la ciudad de oriente a poniente, para concentrase en la plaza “Melchor Ocam-
po” donde celebraron un mitin, haciendo uso de la tribuna: los estudiantes Marco An-
tonio Aguilar Cortés y Longinos Hernández, y los profesores Ubaldo Martínez, Luis
Mora Serrato, Humberto Aguilar Cortés, Mauro Sánchez y Emilio Bolaños Guzmán.
Este último reiteró la acusación pública de malversación de fondos en contra del rec-
tor que hizo como firmante del manifiesto, agregando que “De Gortari sanciona eco-
nómicamente a cualquier mentor que falta a sus cátedras”, pero “él en cambio, el año
pasado, teniendo la obligación de impartir 114 clases, sólo lo hizo en 12 y por ello no
hubo quien le restara en lo absoluto nada de sus sueldos”; agregó que estaban dispues-
tos a seguir en su lucha hasta conseguir que fuera depuesto como rector. Ese mismo
571
aphb, Manifiesto a la Opinión Pública y a los universitarios, Fraternidad Nicolaita Antidegortarista, s/f.
572
aphb, Manifiesto al pueblo de México, feum, Morelia, Michoacán, 22 de febrero de 1963.
La Voz de Michoacán, martes 12 de febrero de 1963, “Los antidegortaristas continuan en pie de lucha
573
contra el rector E. de G.”, pp. 1 y 12.
204
Lucio Rangel Hernández
día se habían girado los oficios a los 35 maestros y alumnos firmantes del manifiesto,
en donde se les comunicaba su expulsión de la universidad.574
Dos días después, por la mañana, cuatro mil universitarios organizados
por la feum marcharon por la avenida principal de la ciudad, desde el Colegio de
San Nicolás hasta el Jardín “Villalongín”, gritando las consignas “¡clases sí, huelga
no!”, “¡universidad o muerte!”, “¡fuera maestros reaccionarios!” y otras más, en una
contundente demostración de apoyo al rector, a la universidad y a su Ley Orgánica.575
Esta muestra de respaldo dio confianza al rector, quien llegó a considerar
que el problema estaba siendo liquidado, por lo que en la inauguración oficial del
nuevo ciclo escolar, ese mismo día, a las 13:30, se planteó nuevas metas como parte de
su plan de trabajo, mismas que ya no lograría, merced a la agudización del conflicto.
Entre ellas, se proponía:
1º. Funcionamiento de los siguientes años de las carreras nuevas, para la consolidación
de las Facultades y Escuelas recién creadas.
2º. Establecimiento de la Imprenta y Editorial Universitarias.
3º. Creación de la Estación Radiodifusora de la Universidad.
4º. Inscripción y Ampliación del Seguro social para todos los maestros y empleados
universitarios y mejoramiento de los servicios y prestaciones de esa institución.
5º. Construcción y acondicionamiento de Parques y Campos Deportivos para los uni-
versitarios que estarán abiertos para toda la juventud moreliana.
6º. Creación del Departamento de Anatomía Patológica en la Facultad de Ciencias
Médicas y Biológicas.
7º. Instalación de Laboratorios y talleres, de construcción de edificios escolares indis-
pensables, tales como las Escuelas de Odontología, Comercio, Altos Estudios y otros.
8º. Creación de Escuelas Preparatorias en otros lugares del Estado. La de Uruapan ya
aprobada por el Consejo universitario, empezará a trabajar este año.
9º. Reforzamiento de los comedores universitarios de las Casas del estudiante “Mel-
chor Ocampo” y “Nicolaíta” y creación de establecimientos similares en las Casas
“Isaac Arriaga” y “Santos Degollado” […] y en la “Juana Pavón”.576
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
574
Manuel Rangel Escamilla, 12 de febrero de 1963.
La Voz de Michoacán, viernes 15 de febrero de 1963, “Inició ayer oficialmente sus cursos la Universidad”,
575
pp. 1 y 12.
576
La Voz de Michoacán, viernes 15 de febrero de 1963, “Inició ayer oficialmente sus cursos...”, pp. 1 y 12
205
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Por la tarde del día siguiente, el grupo antidegortarista, apoyado por mi-
litantes del pan encabezados por Alejandro Ruiz de la uns, dirigidos por Luis Uribe
y por el presbítero Juan Pierres y por alumnos de escuelas particulares de Morelia,
entre ellas los colegios Motolinía y Valladolid a los que, según recuerda Raúl Galván
Leonardo, entonces presidente del cen, se les conocía con el mote de los “corderos”,577
recorrieron la avenida Madero gritando “¡clases sí, De Gortari no!”, después de lo
cual realizaron un mitin en la plaza “Melchor Ocampo”, “atacando en sus discur-
sos al Dr. De Gortari y al Sr. José Tocaven Lavín, director del periódico La Voz de
Michoacán, a quien tacharon de ‘vendido’ y proporcionar por ello ‘noticias falsas’”.578
Posteriormente se dirigieron a los domicilios particulares de los mencionados, donde
les lanzaron insultos hasta el cansancio, para después retornar a la avenida Madero,
sólo para disolverse aproximadamente a las 22:25.579
Nuevamente, ya por la noche del día 20, los antidegortaristas partieron
de la Facultad de Ingeniería Industrial, para continuar por la avenida principal de la
ciudad hasta llegar a la plaza “Melchor Ocampo”; en el trayecto, que ya era recorrido
por ellos casi cotidianamente, mostraron cartelones y mantas con diferentes “leyen-
das”. En una de ellas exhibían al Dr. de Gortari con la figura de Adolfo Hitler, con una
inscripción que decía: “Señor gobernador, confiamos en que sabrá resolver este
problema, no nos defraude”. Durante el mitin que celebraron en la mencionada ex-
planada participaron prácticamente los mismos oradores de anteriores eventos, quie-
nes calificaron al rector “Elías González” de “ladrón, ideológico marxista, vendido y
payaso”. Destacó la participación de Mora Serrato, quien denunció que De Gortari
había “llevado a dar clases a la Universidad a mozalbetes de escasos dieciocho años,
entre los que figura un hijo del propio rector”.580
Entrevista realizada por el autor al Dr. Raúl Galván Leonardo, el 12 de marzo de 1993, en la ciudad
577
de Morelia, Michoacán.
578
En este momento del conflicto, La Voz de Michoacán, dirigida por José Tocavén Lavín, se había
decantado en apoyo al rector De Gortari, por lo que incluso las instalaciones de este periódico fueron
atacadas por el grupo antidegortarista, veáse el editorial: “Respeto a la libertad de prensa”, La Voz de
Michoacán, martes 26 de febrero de 1963, pp. 1 y 12.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
579
Manuel Rangel Escamilla, 15 de febrero de 1963, y La Voz de Michoacán, sábado 16 de febrero de
1963, “Antidegortaristas y gortaristas en franca lucha. No descansaremos hasta que caiga el rector: los
antidegortaristas”, pp. 1 y 12.
580
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
Manuel Rangel Escamilla, 20 de febrero de 1963.
206
Lucio Rangel Hernández
La situación se fue tornando cada día más comprometida para los dos
grupos en disputa, ya que ninguno cedía en la lucha por sus propios intereses. De
esta manera, el día 23 de febrero, entre las tres y cuatro de la madrugada, un grupo
de veinticinco estudiantes antidegortaristas tomaron por asalto el Colegio de San Ni-
colás. Al enterarse, un grupo de setecientos degortaristas se concentraron en la plaza
“Melchor Ocampo” para dirigirse a recuperar el plantel. Como a las 9 horas, por
medio de un equipo de sonido, exhortaron a los ocupantes a desalojar del edificio, a
lo cual se rehusaron. Ante la negativa, los partidarios de De Gortari decidieron res-
catar por la fuerza el inmueble, expulsando a palos a los invasores, quienes opusieron
resistencia disparando armas de fuego e intentando utilizar armas blancas y bombas
“molotov”.581 Más tarde, como a las 13 horas del mismo día, en las inmediaciones
del Colegio de San Nicolás el joven antidegortarista Longinos Hernández agredió al
profesor degortarista Juan Brom, pero según la dfs no “llegó a mayores”.582
Después de ser desalojados, los antidegortaristas se reagruparon, y diri-
gidos por los abogados Guillermo Morales Osorio, Luis Rojas, Mariano Domínguez
y Gregorio Torres Fraga trataron de apoderarse nuevamente del recinto, pero fueron
rechazados una y otra vez por aproximadamente dos mil estudiantes que se encontra-
ban en el interior, quienes les lanzaron piedras desde las azoteas e izaron la bandera
tricolor en el asta que se encuentra en la fachada principal del edificio.583 Entonces,
brigadas de este grupo, acompañadas de líderes panistas, sinarquistas y del clero cató-
lico, ajenos a la universidad, recorrieron colonias populares de la ciudad tergiversando
los hechos y divulgando la noticia de que los “comunistas pepinos, enemigos de la
religión”, se habían apoderado del Colegio de San Nicolás, incitándolos a recuperar-
lo. Así, al mediodía, los antidegortaristas, valiéndose de la ignorancia y los prejuicios
de la gente humilde, intentaron en innumerables ocasiones apoderarse nuevamente
del Colegio de San Nicolás, sin conseguirlo. El asedio duró hasta la madrugada del
día siguiente, pero el histórico plantel se mantuvo inexpugnable en manos de los de-
581
La Voz de Michoacán, domingo 24 de febrero de 1963, “El conflicto universitario llegó a su clímax con
el asalto a San Nicolás”; “Se mantiene San Nicolás en poder de los nicolaítas; y “Orden cronológico de
los hechos, ayer en la Universidad”, pp. 1, 12 y 13.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
582
Manuel Rangel Escamilla, 25 de febrero de 1963.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
583
Manuel Rangel Escamilla, 23 de febrero de 1963.
207
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
gortaristas.584 Sin embargo, esta escalada de violencia denotaba hacia donde podían
desembocar los acontecimientos.
En este choque entre degortaristas y antidegortaristas es de hacerse notar
que mientras estos últimos, conscientes de que los sectores populares podrían reforzar-
los en su lucha, no dudaron en ganárselos desde el principio del conflicto, aun cuando
fuera con engaños y artimañas; en cambio, aquellos consideraron que la razón y la
fuerza estaban de su lado con el simple hecho de ser mayoría al interior de la universi-
dad. En esta actitud influyó la resistencia de los dirigentes, tanto de la feum y la fmum
y del propio rector, de solicitar abiertamente el respaldo de dichos sectores. Incluso
rechazaron el apoyo que el 25 de febrero les fueron a ofrecer los dirigentes del mln Se-
bastián Dimas Quiroz y Gilberto Chávez Valencia, quienes acompañados de treinta
personas de origen campesino se presentaron en las instalaciones del Colegio de San
Nicolás a patentizar su adhesión al rector, solicitándoles los líderes degortaristas que
“se retiraran para evitar malas interpretaciones de parte de los antidegortaristas”.585
Sin embargo, un grupo de universitarios sin cargo de dirección en dichas organiza-
ciones, y por lo mismo en forma desorganizada, comenzaron por su cuenta a realizar
actividades extrauniversitarias, buscando la adhesión popular en los hechos, más allá
de las manifestaciones morales, vía declaraciones públicas o telegramas de organismos
e instituciones de educación del estado y el país. Este grupo, sin contar con el aval de
la dirección política de las federaciones mencionadas, logró el apoyo de un “numeroso
grupo de campesinos, representantes de varios ejidos de los alrededores de More-
lia”,586 y en Uruapan hicieron lo mismo las directivas estudiantiles de la Escuela de
Agrobiología y de la preparatoria, movilizando a contingentes de campesinos, obreros
y otros sectores populares en apoyo del Dr. de Gortari;587 lo lamentable es que éste se
haya dado ya muy avanzado el conflicto.588
584
Adolfo Mejía González, Michoacán, ¿feudo cardenista?..., pp. 51-56.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
585
Manuel Rangel Escamilla, 25 de febrero de 1963.
586
“Gilberto Chávez Valencia y el Lic. Adolfo Mejía, directivos del Movimiento de Liberación Nacional,
están tratando de organizar un mitin de apoyo al Dr. de Gortari”, agn/ips, Versión Pública Elí de
Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad, Manuel Rangel Escamilla, 10 de
marzo de 1963.
587
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
Manuel Rangel Escamilla, 27 de febrero de 1963.
588
Adolfo Mejía González, Michoacán feudo cardenista?..., pp. 72 y 76.
208
Lucio Rangel Hernández
En un problema de tal magnitud, ser mayoría al interior de la universidad
no bastaba para enfrentar la ofensiva antidegortarista que sí era apoyada abiertamen-
te por grupos políticos extrauniversitarios. Se requería más que la manifestación de
solidaridad por medio de telegramas de la cjm, la fnet, fecsm, de las federaciones de
estudiantes universitarios de Guadalajara, Nayarit, Baja California y Chihuahua, su
apoyo en el terreno de los hechos, como lo hacían los “corderos”, panistas y sinar-
quistas con los antidegortaristas. Era imprescindible además el apoyo de los sectores
populares para detener la alianza de dichas fuerzas políticas que querían acabar con
la orientación socialista y con la tradición popular y nacionalista de la universidad,
toda vez que el mismo gobernador Arriaga Rivera, de acuerdo a las nuevas directri-
ces marcadas por la política educativa del gobierno federal, perseguía el mismo fin y
apoyaba veladamente a los opositores a De Gortari.
Mientras los degortaristas se dedicaban a recoger firmas para avalar un
escrito que pretendían hacer llegar al gobernador para demostrar que la mayor parte
del estudiantado respaldaba la actuación del Dr. de Gortari como rector,589 los antide-
gortaristas contaban prácticamente desde el principio del conflicto, con la participación
directa de militantes del pan, de la uns y del clero católico. Todas estas personas, no
obstante ser ajenas a la Universidad, estaban presentes en las marchas y mítines que
aquellos organizaban; así lo informaba la dfs. Contingentes del citado partido eran
movilizados para realizar una serie de actividades de apoyo a los antagonistas de De
Gortari; por ejemplo para repartir un volante a los comerciantes de la ciudad donde se
daba a conocer el paro comercial que ellos mismos se habían encargado de promover
para el día martes 26 de febrero de las 11 a las 13 horas.590 Igualmente, el párroco de
templo de San Francisco, Francisco Javier Pérez, en alguna de sus celebraciones litúr-
gicas pidió que se rogara a Dios por los estudiantes expulsados de la universidad, así
como que se respaldara a éstos en su lucha en contra del rector, y “conminó a los padres
de familia a ayudar moral y materialmente a los descontentos para que estos logren sus
fines”.591 Por su parte, la dirigencia estatal de la uns, a cargo de Luis Uribe, en reunión
celebrada en las oficinas de dicha organización política derechista el 24 de febrero, sin
ninguna reticencia, alentaba a sus seguidores a apoyar a los antidegortaristas haciendo
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
589
Manuel Rangel Escamilla, 25 de febrero de 1963.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
590
Manuel Rangel Escamilla, 25 de febrero de 1963.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
591
Manuel Rangel Escamilla, 10 de marzo de 1963.
209
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
acto de presencia en las manifestaciones públicas que tuvieran lugar en contra del rector,
pues “es nuestro deber defender una lucha de la cual depende nuestra libertad y evitar
que personas extrañas con ideas exóticas como el Dr. Elí de Gortari, vengan a formar
núcleos de agitación en nuestros centros de estudio”.592
La agudización del conflicto sirvió para que el gobernador se ade-
lantara a preparar el terreno y así, anticipadamente, justificar su intervención
posterior en la solución del problema. Declaró ese mismo día 23 que el ejecutivo
estatal había reiterado su deseo de no intervenir en el problema en tanto éste se
desarrollara dentro del ámbito universitario, pero como las diferencias se estaban
convirtiendo en “actitudes peligrosas que lesionan la paz y el orden públicos […],
el Gobierno y el Estado mismos, están obligados a poner en ejercicio la suprema
majestad de la Ley para protección de todos y cada uno de los ciudadanos, como
imperativo categórico de orden y respeto al interés público”, por lo que exhortaba
a los universitarios a “restablecer la armonía”.593
Los dos bandos respondieron al exhorto del gobernador, reuniéndose en
su presencia el día 26 para tratar de encontrar una solución, pero después de pro-
longadas discusiones no hubo avance sustancial, ya que al tratarse el aspecto de la
resolución definitiva por parte del Consejo Universitario, los representantes antide-
gortaristas negaron valor y vida legal al órgano máximo de gobierno de la universidad
por “estar integrado por incondicionales del rector”.594
En lo expresado por el propio gobernador en dicha reunión se podía ad-
vertir con más claridad hacia donde se inclinaría la balanza. En ella, después de con-
minarlos a encontrar una solución al conflicto basándose en la Ley Orgánica, lanzó
una pregunta aparentemente a los dos grupos pero, si se lee entrelíneas, con dedicato-
ria para los degortaristas: “¿está aún vigente esa Ley Orgánica?”, habiendo contesta-
do afirmativamente todos los presentes agregó: “entonces busquen la solución ahí, si
no la encuentran, comuníquenmelo para proceder a las reformas del caso y poner fin
a la situación universitaria”.595
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
592
Manuel Rangel Escamilla, 24 de febrero de 1963.
La Voz de Michoacán, domingo 24 de febrero de 1963, “LLamado del gobernador al orden a estudiantes,
593
maestros y pueblo. El gobierno dispuesto a utilizar la fuerza pública si no vuelve el orden”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, martes 26 de febrero de 1963, “Reafirman sus acusaciones los antidegortaristas.
594
La ‘Fraternidad Nicolaita Antidegortarista’, hace las siguientes declaraciones”, pp. 1 y 13.
595
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Memorándum del director Federal de Seguridad,
210
Lucio Rangel Hernández
Después de esto, la vía del diálogo ya no fue propiciada por ninguno de
los contendientes. La confrontación subió de tono; las manifestaciones de apoyo y en
contra del rector continuaron. La Cámara de Comercio, la delegación de la Cámara
Nacional de la Industria de la Transformación, la Asociación Nacional de Distribui-
dores de Automóviles, la Unión Ganadera Regional y los clubes Rotario y de Leones,
en apoyo de los antidegortaristas, habían llevado a cabo un paro comercial de las 13 a
las 17 horas del día lunes 25 de febrero, y se aprestaban a realizar otros más.596
La carta
El 26 de febrero el gobernador del estado, conjuntamente con el general Félix Ireta
Viveros, comandante de xxi Zona Militar, enviaron una carta al rector en la cual ma-
nifestaban que los
suscritos nos dirigimos a usted deseando que estas líneas sean apreciadas, no exclu-
sivamente en nuestro carácter oficial, sino preferentemente, por la mutua atención y
espíritu amistoso que ha normado nuestras relaciones y en el marco de respeto que
nos merece la Universidad Michoacana y la comunidad universitaria.
Consideramos que la situación que prevalece entre los grupos participantes en este
problema, ha llegado a adquirir características agudas que por el momento han alcan-
zado límites de peligrosidad para los participantes y para el pueblo en general.
Estimamos que mucho contribuiría al propósito de reestablecer el buen entendimiento
y la serena discusión entre los grupos de los puntos del problema, el cancelar sanciones
o medidas disciplinarias que independientemente de tal propósito, exaltan los ánimos
y dificultan posibles situaciones de conciliación en este conflicto.
Por ello por su estimable conducta, sugerimos que se examine la posibilidad de dejar
sin efecto las expulsiones de los profesores y alumnos acordadas en los primeros días de
este mes, a fin que en un ambiente de armonía y a través de los conductos que la Ley
Orgánica de la Universidad establece, puedan ponderadamente estudiarse y resolver-
se en justicia, los puntos en disputa que han suscitado esta dificultad.597
Manuel Rangel Escamilla, 24 de febrero de 1963.
La Voz de Michoacán, martes 26 de febrero de 1963, “Continúa sin solución el problema de la
596
Universidad”, pp. 1 y 12.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
597
Manuel Rangel Escamilla, 28 de febrero de 1963.
211
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
A la intransigencia antidegortarista se opuso la de sus contrarios. La mi-
siva que pedía la cancelación de las expulsiones de los maestros y alumnos firmantes
del manifiesto, como medio de conciliación para llegar a la solución del conflicto,598
fue calificada de dolosa599 y recibió la respuesta del rector de que llevaría el caso al
mencionado órgano colegiado,600 cuando, ante la gravedad, lo más viable hubiese
sido aceptar, por principio, públicamente la propuesta. El hecho de que la carta fuera
firmada no sólo por el gobernador, sino por el jefe de la zona militar, era señal de una
inminente intervención de su parte. En efecto, el gobernador actuó en consecuencia,
declarando, por boca del secretario general de Gobierno Rafael García de León, que
“no toleraría más desordenes” y que estaba dispuesto a “emplear la fuerza pública”.601
A esta declaración le siguió la movilización del Ejército y la policía “para
evitar enfrentamientos entre los grupos”, y a la par, los antidegortaristas redoblaron
sus manifestaciones. El día 2 de marzo salieron de la Facultad de Ingeniería Industrial,
recorrieron la avenida Madero y realizaron un mitin durante el cual “alabaron” la
carta del gobernador, a quien pidieron una solución inmediata; desde luego, reitera-
ron su repudio al rector, acusándolo además de “proteger a varios maestros guatemal-
tecos de filiación comunista”, los cuales, afirmaban, eran “espías al servicio de Rusia”;
quemaron un ataúd que representaba a la rectoría y entonaron “las golondrinas”.602
El día 4, los antidegortaristas continuaron con sus mítines y reuniones,
ahora al interior de la Facultad de Ingeniería Industrial, pero el día 6 estuvieron inusi-
tadamente activos. Comenzaron desde las 9 horas con una concentración en la Plaza
Melchor Ocampo, de ahí se trasladaron a la Facultad de Medicina donde celebraron
una asamblea general. Al mismo tiempo, en las radiodifusoras de la ciudad se trans-
mitía un boletín de la Cámara de Comercio donde instruía a sus afiliados a cerrar sus
598
La carta en La Voz de Michoacán, jueves 28 de febrero de 1963, “Fórmula del gobierno para que acabe
el problema universitario. Se pide la cancelación de sanciones de maestros y alumnos expulsados”, pp.
1 y 12.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
599
Manuel Rangel Escamilla, 1º de marzo de 1963.
600
La Voz de Michoacán, viernes 1º de marzo de 1963, “Hoy contestará el rector al gobernador y al Gral.
F. Ireta” y “Plenas facultades al rector para resolver el problema universitario”, pp. 1 y 12 y domingo 3
de Marzo de 1963, “Respuesta del rector al Gobierno Estatal”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, miércoles 6 de marzo de 1963, “Interviene el gobierno; no tolerará más escándalos.
601
Tropas y policías resguardan ya la ciudad para evitar todo disturbio”, pp. 1 y 12.
602
agn/ips,
Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
Manuel Rangel Escamilla, 2 de marzo de 1963.
212
Lucio Rangel Hernández
locales a partir de las 11 horas, a fin de presionar para que se resolviera el problema
de la universidad. A las 11:30 los antidegortaristas retornaron de la Facultad de Medi-
cina a la plaza Melchor Ocampo en donde, acompañados de “mariachis”, entonaron
“sones” insultantes a De Gortari.603 A las 19 horas de este mismo día celebraron otro
mitin en la misma plaza Melchor Ocampo, con la participación aproximada de 2,700
personas, de las cuales, según la dfs, sólo unas 1,200 eran universitarias y las otras ha-
bían sido movilizadas por el pan y la uns. Ahí los oradores insistieron en la destitución
de rector, de quien dijeron que había traído “agitadores profesionales de nacionalidad
guatemalteca”, y que si el gobierno “no resuelve en breve este problema” tendrían
que hacer uso de la violencia. Amenaza que cumplieron inmediatamente después,
atacando a los estudiantes que resguardaban el Colegio de San Nicolás con armas de
fuego desde las azoteas de la Escuela de Comercio y de la Escuela de Odontología,
edificios cercanos de los cuales se habían posesionado.604
Con el propósito de contribuir a resolver el problema, en un intento ya
demasiado tardío, la feum pidió al rector levantar las expulsiones a los alumnos que
fueran procedentes, y éste aceptó, eximiendo de la sanción a Bonifacio Contreras,
Carlos Fernández Loaiza, Alfonso Urbina, Ramón Vega, Pedro Acosta, Mauro Sán-
chez, Alfonso Medina, Carlos Bedolla, Leonel Vega y Valdemar Colín, 605 lo que de
nada sirvió ya que para ese momento no había la más mínima disposición de los anti-
degortaristas por encontrar una solución distinta a la destitución de De Gortari, y no
cesarían en su empeño hasta lograrlo.
Mensaje lapidario
Apoyados por sinarquistas, panistas y comerciantes, nuevamente los antidegortaris-
tas se concentraron en la plaza Melchor Ocampo el 7 marzo a las 19:30. Ubaldo
Martínez insistió en la demanda principal de su grupo: la destitución del rector de la
Universidad Michoacana, institución que había sido convertida, según él, en “cen-
tro de agitación con profesionales en esa clase de actividades importados de Guate-
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
603
Manuel Rangel Escamilla, 6 de marzo de 1963.
604
La Voz de Michoacán, miércoles 6 de marzo de 1963, “Ataque armado a San Nicolás”, pp. 1 y 12.
La voz de Michoacán, sábado 9 de marzo de 1963, “Levantan la expulsión a once alumnos. Respuesta
605
del rector a la petición de la Federación de Estudiantes”, pp. 1 y 12.
213
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
mala, Venezuela y otros países”, los cuales —dijo— “si tienen un poco de dignidad,
deberían de largarse de México ante las protestas de un pueblo anticomunista”.606
También intervino “una mujer no identificada”, quien reprochó al gobernador su
incapacidad al no destituir al “nefasto y traidor Elí de Gortari quien ni siquiera lleva
nombre de mexicano”, y exhortó a todas las madres a realizar una manifestación
contra el rector,607 convocándolas para el día siguiente a las 19 horas, seguramente
tratándo de aprovechar el hecho de que se celebraba el día internacional de los de-
rechos de la mujer, pero al no lograr reunir más que cincuenta personas se pospuso
para el 9 de marzo.608
Los degortaristas por su cuenta, a través del sector femenil de la feum,
conmemoraron el acontecimiento en el Teatro Universitario, contando con la parti-
cipación de representantes de la Escuela Normal de Morelia y de la Normal Rural
de Tiripetío. Destacó la participación de Trinidad Amezcua como oradora de parte
de la Facultad de Altos Estudios, “exaltando la conciencia revolucionaria de los nico-
laítas”; ahí también las alumnas de las mencionadas escuelas normales expresaron su
solidaridad “para con los nicolaítas en su lucha contra la ofensiva reaccionaria”. La
conclusión del acto fue muy emotiva, con “la ejecución del coro `Bella Ciao´, que fue
el himno de las guerrillas italianas en su lucha contra el fascismo y que los nicolaítas
han adoptado en el actual conflicto”.609
El exhorto sólo logró reunir el 9 de marzo como a las 16 horas a unas dos-
cientas mujeres que, por el informe de la dfs, se deduce que algunas provenían de los
sectores acomodados de la ciudad, ya que iban acompañadas de sus sirvientas; otras,
según la versión de Adolfo Mejía, pertenecían a “agrupaciones religiosas como la
Acción Católica, las Hijas de María, las Hermanas de la Vela Perpetua, así como pro-
fesoras de colegios particulares […] hasta conocidas solteronas cuyos ocios eran llena-
dos con actividades catequistas en catedral y los diversos templos del lugar […] y otras
eran señoritas de los años superiores de los colegios Motolinía y Plancarte en los que
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
606
Manuel Rangel Escamilla, 7 de marzo de 1963.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
607
Manuel Rangel Escamilla, 7 de marzo de 1963.
La Voz de Michoacán, sábado 9 de marzo de 1963, “Fracasan las pláticas por la intransigencia de los
608
antidegortaristas”.
Ante la imposibilidad de localizar tanto en la Hemeroteca Pública Universitaria como en la propia
609
Hemeroteca de la empresa periodística la edición de este día, hemos tomado esta nota de la reproducción
que hace Daniela Morales Muñoz, 45 días de conflicto universitario..., p. 219.
214
Lucio Rangel Hernández
hay instrucción Normal.”610 Todas ellas, encabezadas por Dolores Ureña de Naranjo,
partieron de la calle Valladolid hasta la avenida Madero para encaminarse hasta el
Palacio de Gobierno, donde se integraron a un contingente mayor de antidegortaris-
tas. Ahí procedieron a realizar un mitin donde exigían al gobernador la destitución del
Dr. de Gortari y “gritaban histéricas que salvara a sus hijos del comunismo”, cuando
en el balcón central del edificio apareció Arriaga Rivera, quien mencionó que “su ad-
ministración les prometía solucionar el problema de la mejor manera posible”,611 pero
ante la exigencia de los manifestantes de asumir un compromiso, mencionó:
Lo repito con profunda convicción: nada hay que justifique ni un hombre ni un
hijo muerto y la serenidad es producto de quienes sabemos pensar y tenemos fe y
confianza en los hombres y en la justicia humana.
Hemos estado interviniendo cuidadosamente por la vía del convencimiento; no
hemos dejado de tocar una sola fibra del corazón humano de los que contienden
en esta polémica y lo seguiremos haciendo; tengan calma morelianos […]
Entiendan ustedes paisanos y amigos míos, hermanas y hermanos míos, que quizá
sea más fácil aparentemente, ordenar a la fuerza armada que dispare, que durar
horas enteras discutiendo, tratando de encontrar soluciones por el pensamiento, la
razón y el derecho.612
Estas palabras debieron interpretarse en su momento como un aliento a
los antidegortaristas y lapidarias para los degortaristas porque llevaban implícito un
ultimátum para que estos se desmovilizaran ante la amenaza no tan velada del gober-
nador: “nada hay que justifique ni un hombre ni un hijo muerto”.
Como medida de presión, un grupo de personas decidieron permanecer
en la plaza Melchor Ocampo, sólo que convirtieron la protesta en una “romería”.
Para la mañana del otro día, únicamente permanecía en el lugar un pequeño contin-
gente, mismo que “fue desalojado por la policía cuando escandalizaban en completo
estado de ebriedad”.613
610
Adolfo Mejía González, Michoacán, ¿feudo cardenista?..., pp. 99-101.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
611
Manuel Rangel Escamilla, 9 de marzo de 1963.
El Heraldo Michoacano, domingo 10 de marzo de 1963, “Mujeres del pueblo entran en favor de los
612
antidegortaristas; Arriaga R. pide cordura”, pp. 1 y 3.
613
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
215
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Al siguiente día, 11 de marzo, los antidegortaristas se congregaron en la
plaza Melchor Ocampo en un horario que ya habían establecido como costumbre:
al caer la tarde, donde intransigentes, manifestaron: “la solución del problema está
en manos del Gobierno del Estado”, y que la misma era “única y exclusivamente la
destitución de De Gortari”.614
Ya no transcurría un día sin que los antidegortaristas, respaldados por
panistas y sinarquistas y el clero con los “corderos”, se manifestaran contra la perma-
nencia de De Gortari en la rectoría, y el día 12 no fue la excepción. Mientras tanto, los
degortaristas se habían mantenido a la expectativa. Sin embargo, cerca del mediodía
del 13 de marzo, al mismo tiempo que los antidegortaristas marchaban desde la escue-
la de comercio rumbo a la plaza Melchor Ocampo, aquellos hicieron lo mismo, pero
habiendo tenido como punto de partida el Colegio de San Nicolás se dirigieron por
la avenida Madero y se detuvieron frente al Palacio de Gobierno donde improvisaron
un mitin. Portaban pancartas que rezaban: “Ya estamos hartos de tanta mentira”,
“Fuera oportunistas”, “No queremos sinarquistas en la Universidad”, “Defenda-
mos el artículo tercero” y “Apoyamos al Gobierno del Estado”. También grita-
ban una serie de consignas, entre ellas “les cuadre o no les cuadre, De Gortari será su
padre” y “somos puros estudiantes, no queremos sinarquistas”. Tomaron la palabra
Adolfo Mejía, Ramón Martínez Ocaranza, Genovevo Figueroa, Faustino García Ti-
najero y el Elí de Gortari, quien agradeció el apoyo, señalando que la manifestación
era una clara demostración de que dentro de la universidad no se quería ver la pre-
sencia ni de reaccionarios ni de elementos pertenecientes al pan ni de la uns, y que
seguiría rigiendo los destinos de la institución en forma digna.615 Los de la Fraternidad
Nicolaíta Antidegortarista esperaron hasta que estuvo desalojado su lugar acostum-
brado de manifestación, para una vez concluida ésta proceder a dispersarse.616
En el punto de inflexión, De Gortari, buscando la mejor salida al pro-
blema, propuso su renuncia para que en la transición Alfredo Gálvez Bravo, quien
había sustituido en la secretaría general al profesor Espitia Huerta, al que finalmente
Manuel Rangel Escamilla, 10 de marzo de 1963.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
614
Manuel Rangel Escamilla, 11 de marzo de 1963.
615
agn/ips,
Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
Manuel Rangel Escamilla, 13 de marzo de 1963.
616
agn/ips,
Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
Manuel Rangel Escamilla, 13 de marzo de 1963.
216
Lucio Rangel Hernández
el rector le había aceptado la renuncia, llegara a la rectoría con el propósito de ga-
rantizar la vigencia de la Ley Orgánica. El comité ejecutivo de la fmum, dirigida por
los “pepinos” (miembros del pps), no solamente apoyaba esta salida, sino al parecer
la propuesta emanó de ellos, porque desde el momento mismo en que el gobernador
y el comandante de la zona militar manifestaron abiertamente de qué lado estaban,
decidieron “abandonar el barco”, pues en el fondo no estaban dispuestos a confron-
tarse abiertamente contra el Estado, que en su concepción “mantenía en marcha la
Revolución Mexicana”. Incluso se sabe que ya estaban participando en la redacción
de la nueva ley orgánica que era elaborada por iniciativa del poder ejecutivo.617
Sin embargo, esa opción que podría haber permitido a la universidad
salir mejor librada del conflicto también se desvaneció por la actitud intransigente
de un grupo de profesores en su mayoría de la Facultad de Altos Estudios “Melchor
Ocampo”, quienes se opusieron tajantemente a la renuncia, y De Gortari se mantuvo
en el cargo sólo unas horas más.
Mientras tanto, el 13 de marzo el enfrentamiento entre las dos facciones
universitarias alcanzó su grado máximo. Este día, unos doscientos antidegortaristas, ma-
terializando el acuerdo tomado en asamblea matutina, se apoderaron de la Facultad de
Medicina. Por la tarde, unos mil quinientos degortaristas, después de realizar una mar-
cha por la avenida principal, sitiaron las instalaciones dispuestos a recuperar el plantel.
Los ánimos estaban muy exaltados; los dos bandos estaban resueltos a todo, para lo cual
se habían preparado incluso con armas de fuego. A pesar de la presencia de un pelotón
de la xxi Zona Militar y de los granaderos, la violencia estaba a punto de desbordarse,
por lo que el general Félix Ireta conminó una y otra vez a los de “adentro” a que des-
alojaran las instalaciones, logrando convencerlos como a las 21:30. Estos abandonaron
el lugar protegidos en su retirada por los elementos castrenses, lo que evitó hechos que
pudieron haber sido lamentables. Todo quedó en un intercambio de insultos, de pedra-
das que produjeron algunos descalabrados y la detonación aislada de armas de fuego,
sin que afortunadamente haya resultado algún herido.618
Sin embargo, después de esta demostración de contundente mayoría de-
fensora de De Gortari, que había recuperado y mantenía bajo su control la muchos
de los recintos universitarios, y cuando todo evidenciaba la derrota antidegortarista, el
Entrevista del autor al Lic. Adolfo Mejía González, el día 23 de agosto de 1994, en la ciudad de
617
Morelia, Michoacán.
618
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
Manuel Rangel Escamilla, 14 de marzo de 1963; véase también Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de
la Universidad…, pp. 280 y 281; y Adolfo Mejía González, Michoacán, ¿feudo cardenista?..., pp. 113-119.
217
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
incidente fue aprovechado por el gobernador Arriaga Rivera para invertir el resultado
e intervenir abiertamente en la universidad argumentando la necesidad de “recuperar
el orden y la paz social”.619
Sin el apoyo de la fmum, que había sido uno de sus principales pilares, y
con la feum (dirigida en ese momento por Jaime Genovevo Figueroa Zamudio) sumida
en la confusión,620 la administración degortarista ya no pudo resistir, dejando despejado
el camino a la intervención del gobernador, quien por medio de un Congreso sumiso621
derogó la Ley Orgánica vigente, promulgando una nueva el 14 de marzo de 1963.622
Como esta abrogaba a la anterior, todas las autoridades universitarias cesaban en sus
cargos, entre ellas por supuesto el Dr. De Gortari, quien ante el temor de ser objeto de
algún acto represivo tuvo que salir de la ciudad rumbo al Distrito Federal escondido en
la cajuela de un auto particular. Este temor estaba fundado en el hecho de que ya habían
comenzado las aprehensiones selectivas sobre algunos líderes estudiantiles y maestros
destacados, y sobre otros se montaron guardias de vigilancia frente a sus casas, sometién-
dolos a “una guerra de nervios” con un claro propósito intimidatorio.623
La derogación de la Ley Orgánica de 1961 provocó la protesta de los
nicolaítas. Al día siguiente de su promulgación, contingentes de moradores de las
casas del estudiante “Juana Pavón” y “Santos Degollado” que se manifestaban en las
calles contra la intervención directa del Estado fueron agredidos por los granaderos.
Corrieron a refugiarse en el Colegio de San Nicolás, donde resistieron la represión
policíaca y militar. Con un “arsenal” de piedras y “bombas molotov” se dispusieron
a defender la universidad y la Ley Orgánica de 1961. En un fatídico momento, los
estudiantes que se encontraban en las azoteas del Colegio y de la Escuela Popular de
De 314 profesores, 280 eran adictos al rector, y sólo 250 de los 5000 estudiantes proclamaban su
619
pertenencia a la Fraternidad Antidegortarista, Sylvie Didou, Les intellectuels du Michoacan…, pp. 438 y 439.
620
Entrevista del autor al Dr. Cuauhtémoc Olmedo Ortiz.
621
En la versión de Adolfo Mejía González, Michoacán feudo cardenista?..., p. 224, los congresistas
se concretaron a aprobarla sin haberla recibido previamente para su análisis y de la cual tuvieron
conocimiento “estando ya hasta impresa, por lo que los diputados, reafirmando su papel de verdaderas
marionetas, la aprobaron, hundiéndose con esa conducta en la abyección y la ignominia a que ninguna
otra legislatura había llegado jamás en la historia de Michoacán. Es así como se explica que el día de su
publicación la ley ya circulara debidamente impresa […]”
622
aghpem, Periódico Oficial, Nº 5, 14 de marzo de 1963.
623
Adolfo Mejía González, Michoacán, ¿feudo cardenista?..., pp. 130 y 133.
218
Lucio Rangel Hernández
Bellas Artes fueron alcanzados por las balas de los soldados del 49 y 8 batallones,624
que se encontraban apostados en sus vehículos frente al Teatro “Ocampo”, así como
en la azotea de este y otros edificios circundantes. Resultaron heridos los estudiantes:
Félix Adame, Héctor Melgoza, Augusto Arriaga, Daniel González, Luis Mejía, Ra-
món Muñiz y Manuel Oropeza García, quien posteriormente falleció en el sanatorio
“La Luz”. Mientras que por parte de los militares salieron lesionados el mayor Rafael
Ortega Tapia, los cabos Martín Serapio Cruz y José Pueblita Ojeda Álvarez, y por los
granaderos Porfirio Palomares, Daniel López y Bernardo Tafolla.625
Al tener conocimiento del fallecimiento del estudiante preparatoriano
Oropeza García, familiares y dirigentes de la feum recogieron el cadáver y lo tras-
ladaron al Colegio de San Nicolás, donde los universitarios y gente de los sectores
populares lo velaron, y en señal de duelo izaron la bandera nacional a media asta.626
En el sepelio, un contingente de aproximadamente 15 mil personas, entre
estudiantes y gente del pueblo, acompañó hasta su última morada al estudiante, esto
después de que varios oradores le habían despedido en el interior del Alma Mater de la
universidad, entre ellos el profesor Alfonso Espitia Huerta y el poeta Ramón Martínez
Ocaranza, quien leyó una elegía dedicada al nicolaíta caído; ya en el panteón, para
darle el último adiós, se pronunciaron sendas oraciones fúnebres.627
En prevención de una reacción estudiantil fueron reforzadas las fuerzas
federales con el arribo de más elementos castrenses a la capital del estado por vía
terrestre y aérea, las que comenzaron a patrullar la ciudad al tiempo que se difundía
por las estaciones de radio locales un mensaje del general Salvador Rangel Medina,
comandante del 49 Batallón de Infantería, con sede en Apatzingán, recomendando
624
El 49º Batallón de Infantería con sede en Apatzingán, Michoacán, estaba bajo el mando del Gral.
Salvador Rangel Medina, quien se había distinguido en la represión a los campesinos de la tierra
caliente y quien, posteriormente, ya en la década de 1970, como jefe de la 27ª Zona Militar, con sede
en Acapulco, Guerrero, participaría en la campaña de exterminio de la guerrilla de Lucio Cabañas,
con la denominada “Operación Telaraña”, Adolfo Mejía González, Michoacán, ¿feudo cardenista?..., p.
124 y Gustavo Castillo García, “Operación Telaraña, estrategia del gobierno contra Lucio Cabañas”,
La Jornada, domingo 21 de diciembre de 2003, http://www.jornada.unam.mx/2003/12/21/012n1pol.
php?origen=index.html&fly=1
625
La Voz de Michoacán, sábado 16 de marzo de 1963, “Graves disturbios se registraron ayer aquí. Un
estudiante muerto. Heridos: cinco escolapios, 3 militares y 3 policías”, pp. 1 y 12.
626
La Voz de Michoacán, sábado 16 de marzo de 1963, “Graves disturbios..., pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, domingo 17 de marzo de 1963, “Miles de gentes en el sepelio del nicolaita
627
muerto”, pp. 1 y 12 y 13, y Adolfo Mejía González, Michoacán, ¿feudo cardenista?..., pp. 142-143.
219
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
“calma y ecuanimidad”,628 informando que Morelia se encontraba “sujeta al mando
militar, es decir, los ordenamientos y las disposiciones que rigen al ejército tiene [sic]
plena validez mientras dure la situación”.629 Este comandante militar había sido traí-
do de la tierra caliente michoacana a petición del gobernador, ya que según la dfs
“encontró cierta resistencia de parte del Gral. Félix Ireta Viveros, jefe de la tropa
acantonada en el cuartel militar de la capital del estado, para actuar en contra de los
universitarios”.630 De esta manera, merced a la represión, con un virtual estado de
sitio sobre la ciudad de Morelia y con algunos de sus líderes perseguidos o en prisión,
los universitarios degortaristas realizaron una última protesta el día 18 de marzo, así
como un paro de 72 horas en señal de duelo por la muerte de su compañero y para
exigir respeto a los principios ideológicos y la paridad estudiantil contenidos en la Ley
Orgánica de 1961; el cese de la persecución de que eran objeto; la libertad inmediata
de los profesores José Herrera Peña, José Luis Balcárcel Ordóñez, Carlos Félix Lugo
y Juan Brom, y de los dirigentes estudiantiles Efrén Capiz Villegas y Aureliano Gar-
cía Zamudio, a quienes se acusaba de los delitos de terrorismo, rebelión, asonada,
sedición, ataque peligroso, disparo de arma de fuego, daño en las cosas e injurias, así
como el retiro de las tropas militares de la capital del estado.631
Esto contrasta con la publicación el 21 de marzo de un desplegado (en el
diario El Heraldo Michoacano) de los dirigentes locales del pps, encabezados por Ángel
Baltasar Barajas, en el que manifestaban:
Durante varias semanas el problema de la Universidad de Michoacán trascendió a la
opinión pública por la ingerencia [sic] de fuerzas y sectores sociales y políticos ajenos
a la propia Universidad dentro de los cuales se destacan los elementos reaccionarios y
algunos resentidos políticos.
Un conflicto que pudo haberse resuelto dentro de las normas universitarias estable-
cidas, se prolongó innecesariamente por la actitud irascible del entonces rector Elí
de Gortari, quien se empecinó en obstaculizar hasta el último momento la solución
al conflicto.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
628
Manuel Rangel Escamilla, 16 de marzo de 1963.
629
Pablo. G. Macías, Luces y sombras…, p. 160.
630
agn/ips, Caja 455, Antecedentes del problema de la Universidad Michoacana, 4 de octubre de 1966.
631
La Voz de Michoacán, martes 19 de marzo de 1963, “Los nicolaitas decretan un paro de 72 horas como
duelo”, pp. 1 y 12. Una crónica completa de los acontecimientos en Daniela Morales Muñoz, 45 días
del conflicto universitario…
220
Lucio Rangel Hernández
El conflicto fue cambiando de carácter hasta convertirse en una acción política contra
el Gobierno Constitucional del Estado de Michoacán. Con ésta línea trabajó con gran
empeño el clero político, panista [sic], sinarquistas y la llamada “iniciativa privada” y
el terreno era afanosamente abonado —coincidiendo en la práctica con aquellos sec-
tores— por la conducta enfermizante obcecada del Dr. Elí de Gortari y de un grupo
de anarquistas seudorrevolucionarios que lo rodeaban y alentaban.
Ante esta situación de cierta gravedad y agotadas todas las gestiones amistosas ante el
Rector y sus consejeros para que aceptaran una fórmula de transacción que permi-
tiera normalizar rápidamente la vida universitaria y por tanto regresar el problema
al seno de la Universidad, la Legislatura Local votó una nueva Ley Orgánica que
concede la total autonomía a la Universidad manteniendo su tradición revolucionaria.
Se nombró una Junta de Gobierno y ésta designó al Lic. Alberto Bremauntz rector
de la Universidad. Con tal medida quedaba prácticamente resuelto el conflicto sin
mengua de ninguna de las posiciones avanzadas que la Universidad ha mantenido y
que la caracteriza. Con tal medida las fuerzas reaccionarias quedaba maniatadas sin
tener bandera de agitación y sin haber logrado ningún avance en su lucha contra la
Universidad.
Pero desgraciadamente la medida no fue bien recibida ni entendida en un ambiente
universitario preparado para la lucha política de otro carácter y fue por lo tanto ex-
plicada como una victoria reaccionaria, como un atentado a la Universidad, como un
acto de arbitrariedad para encender aun más los ánimos en la línea de la violencia
contra el Estado. Esta conducta irresponsable condujo a los muy lamentables sucesos
trágicos en que perdió la vida un estudiante y salieron heridos otros, así como elemen-
tos del Ejército y de la policía [...].
Es innegable que la nueva Ley Orgánica, que muchos critican sin haber leído siquiera,
sin haber reflexionado en su contenido, mantiene incólume la tradición revolucionaria
de la Universidad y deja un amplio margen para que su reglamentación permita al
autogobierno universitario realizar una labor múltiple y positiva.
Continuar una agitación en torno al problema universitario con diversos pretextos
constituye, quiérase o no, una labor que favorece a las fuerzas retardatarias que, apo-
yadas en el extranjero, pretenden crear un clima que permita la intromisión del impe-
rialismo norteamericano en el problema de la sucesión presidencial, que es el proble-
ma central que polariza cada vez más a las fuerzas sociales y políticas de nuestro país.
Las fuerzas retrogradas y oscurantistas de nuestro país, apartándose del ideario del Sr.
presidente de la República, convirtieron la lucha universitaria, que fue iniciada por
personas resentidas políticamente, en una lucha ideológica, y lo que en un principio se
pudo haber solucionado, no se hizo debido a la intransigencia que mostró el ex rector
Elí de Gortari, provocando un anarquismo absoluto que culminó en bandos anarquis-
tas y reaccionarios en contra del gobierno del Estado, que no supieron comprender la
solución que dio el Lic. Agustín Arriaga Rivera al problema. 632
632
El Heraldo Michoacano, jueves 21 de marzo de 1963, “Manifiesto del pps a los estudiantes y maestros de
221
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Para el pps, los degortaristas no supieron comprender la solución que dio
el gobernador, a quien implícitamente felicitan porque dio a la universidad “su íntegra
autonomía”, otorgándole su adhesión, y exhortan a los estudiantes y maestros para
que concienzudamente analicen esa solución y tomen en cuenta las ventajas y benefi-
cios que gracias a esa nueva ley orgánica obtuvo la institución.633
Por todo esto, y por el grave cargo que pesó sobre ellos de haber partici-
pado incluso en la elaboración de la nueva ley orgánica, se les señaló como “traido-
res” y se les expulsó de la fmum,634 no sin antes haber sido relevados de su directiva,
nombrándose en lugar de los dirigentes “pepinos” a los profesores Ramón Martínez
Ocaranza, Adolfo Mejía González y José Herrera Peña.635
La crítica a la intransigencia del rector de Gortari, señalada como una de las
causas de la derogación de la Ley Orgánica de 1961, no justificaba el cambio de actitud
de los dirigentes de la fmum, quienes acataron las instrucciones del Comité Central del
pps, encabezado por Vicente Lombardo Toledano,636 en una actitud que fue calificada
de oportunista, propia de un partido que en realidad contribuía a mantener encadenada
a la clase obrera a la ideología de la Revolución mexicana, al creer firmemente que de
la Universidad Michoacana. A la opinión pública”, p. 3.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
633
Manuel Rangel Escamilla, 20 de marzo de 1963.
634
Entrevista del autor al Lic. Adolfo Mejía González.
635
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
Manuel Rangel Escamilla, 15 de marzo de 1963. Véase también Adolfo Mejía González, Michoacán,
¿feudo cardenista?..., pp. 126-127.
636
En sus memorias, Agustín Arriaga Rivera, consigna que asistió al acto de homenaje celebrado el
23 de junio de 1996 en honor a Vicente Lombardo Toledano en la que fuera su casa en la ciudad de
México, en donde coincidió entre otros con José Luis Balcárcel y el Lic. Martín Tavira. Con este último,
al reflexionar sobre dichos acontecimientos, recordó que una comisión del pp del estado de Michoacán,
entre los que estaba él, viajó a la capital del país convocados por Lombardo Toledano, donde les aclaró
que el gobernador Arriaga Rivera “era amigo del pp, que no podían olvidar tampoco que en febrero de
1962 habían sido ellos el primer partido que apoyó mi candidatura al gobierno, antes incluso que el pri
[…]” y que “les había casi ordenado que se dieran cuenta de que la situación por la que atravesaba la
Universidad Michoacana desde noviembre del 62 era grave, por una serie de errores del rector Elí de
Gortari […]”. Afirma que: “Martín Tavira, platicó que el licenciado Lombardo les había indicado que
a toda costa hablaran con el Gobernador, como así fue, que le hicieran notar que la Universidad no
podía caer, como estaba a punto de suceder, en manos de la derecha”, La política…como me la enseñaron…,
pp. 134-135. Esta versión ha sido de alguna forma confirmada por Tavira Urióstegui en su libro Historias
de un abogado nicolaíta…, pp. 195-196.
222
Lucio Rangel Hernández
este movimiento democrático-burgués se pasaría a la etapa de la revolución socialista,
impidiendo su independencia ideológica y despojándola de la posibilidad de contar con
un partido que representara los auténticos intereses del proletariado.637
El desenlace de este capítulo en la historia de la institución y el movimien-
to estudiantil defensor de una universidad popular podemos en coincidencia interpre-
tarlo de la siguiente manera:
detrás de un conflicto en el que se confrontaban diversas tendencias universitarias se
fraguaba en realidad un proyecto de reestructuración de la Universidad que en ningún
momento apareció en primer plano. La Universidad socialista resultaba ya incómoda
y disfuncional para los proyectos del Estado realineado con los intereses imperialistas,
que se había mostrado ya a plenitud en la represión a los ferrocarrileros, en el asesi-
nato de Rubén Jaramillo y en otros episodios de imposición violenta de la nueva dis-
ciplina del capital sobre las masas trabajadoras. La disputa no apareció nunca como
un enfrentamiento entre los universitarios y el gobierno estatal. Más aún, el rector De
Gortari y la fmu se opusieron siempre a que el conflicto se trasladara a las clases popu-
lares, y pugnaron porque se mantuviera estrictamente dentro del ámbito universitario.
Y sin embargo el trasfondo, sólo en el último momento revelado, era el reordena-
miento de una institución que aparecía como reducto de las fuerzas de izquierda. El
gobierno arriaguista vio en las pugnas intrauniversitarias la ocasión para sacudir a la
institución de los grupos que habían llevado y apoyaban a Elí de Gortari en la rectoría:
el Partido Comunista, los espartaquistas y los dirigentes del pp, si bien disciplinados
estos últimos por la vía de la “alianza” (en realidad obediencia) con el Estado y el
presidente de la República, perpetuamente preconizada por su dirigencia nacional.
Durante un mes y medio de conflicto, ni siquiera el movimiento antidegortarista ha-
bía planteado la supresión o modificación de la Ley Orgánica de 1961; sin embargo,
el gobierno aprovechaba la ocasión para imponer, al margen de las dos tendencias
universitarias en pugna, un nuevo ordenamiento jurídico. La Ley del 14 de marzo
arrebató al Consejo Universitario la facultad de proponer la terna para la rectoría y
al gobernador del Estado la de hacer la designación, para entregarlas a una Junta de
Gobierno, siguiendo el modelo de la unam desde 1945 […].
[…] con la Ley de 1963 se daba un golpe contundente a la “universidad cardenista”
diseñada en 1939. La nueva ley fue totalmente elaborada en las oficinas del gobierno y
el Congreso estatal, sin participación del Consejo Universitario ni consulta a la comu-
nidad nicolaíta […] la estructura jurídica que había sustentado al proyecto de univer-
sidad popular y democrática estaba en serio predicamento, y lo estaba por la acción
directa de la violencia institucionalizada estatal, al precio de un estudiante muerto,
637
Véase aphb, Comité Central de la Liga Leninista Espartaco, Llamamiento de la Liga Lenista Espartaco a
los Universitarios Nicolaítas de Michoacán, México, marzo de 1963.
223
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
múltiples heridos, la toma de los recintos universitarios por las fuerzas armadas y el
encarcelamiento de profesores y estudiantes.638
La Ley Orgánica de 1963
La ley orgánica expedida el 14 de marzo de 1963 “concedió” la autonomía a la Uni-
versidad Michoacana, pero fue una autonomía limitada porque en realidad el Conse-
jo Universitario —como la máxima autoridad por ser el depositario de la soberanía de
la comunidad— quedó supeditado a un poder superior: la Junta de Gobierno creada
por esta ley y sobre la que dicho órgano representativo no tenía la más mínima posi-
bilidad de intervención porque ella misma se autorrenovaba:
Artículo 8º.- La Junta de Gobierno estará integrada por siete miembros electos por el
procedimiento siguiente:
i.- Al cumplirse el primer año de vigencia de esta Ley, el Consejo Universitario elegirá
anualmente a un nuevo miembro en substitución del que ocupe el último lugar en el
orden que la misma Junta fijará por sorteo.
ii.- Una vez que hayan sido substituidos los siete miembros fundadores, el Consejo
Universitario reemplazará anualmente al más antiguo.
iii.- Las vacantes que se originen, serán cubiertas también por el Consejo Universitario.
En todos los casos a que se refiere este artículo la designación del nuevo miembro de
la Junta, la hará el Consejo Universitario, de terna que la citada Junta de Gobierno
le envíe.639
Es decir, de acuerdo con este artículo, de los siete miembros que integra-
rían la Junta de Gobierno, que serían nombrados “por única vez” por el ejecutivo del
estado (facultad conferida por el artículo 1º transitorio), se sustituiría anualmente uno,
mismo que sería elegido por el Consejo Universitario, pero de una terna propuesta
por la propia junta. Ofensivamente, al Consejo Universitario se le reducía a jugar un
papel legitimador.
Por otro lado, la Junta de Gobierno tuvo en sus manos, a partir de esta ley,
las siguientes atribuciones, según el artículo 10:
638
Eduardo Nava Hernández, El cardenismo en Michoacán…, pp. 502, 503 y 506.
Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. 14 de marzo de 1963 en Ángel Gutiérrez, Leyes
639
Orgánicas, pp. 119-132.
224
Lucio Rangel Hernández
i.- Designar al rector auscultando la opinión de la Comunidad Universitaria; conocer
de la renuncia del mismo y removerlo por causa grave, por violación de esta Ley o del
Estatuto Universitario, apreciados discrecionalmente por esta Junta.
ii.- Nombrar y remover libremente al tesorero de la Universidad quien deberá poseer
título de Contador Público y caucionar el manejo de los fondos universitarios.
iii.- Designar al auditor interno de la Universidad, quien deberá ser Contador Público,
en los términos del Estatuto.
iv.- Resolver en definitiva cuando el rector en los términos y con las limitaciones se-
ñaladas en la fracción xi del artículo 17 de la Ley, vete los acuerdos del Consejo Uni-
versitario.
v.- Designar a los directores de Facultades y Escuelas, de acuerdo con la terna que le
envíe el rector, una vez cumplidos los requisitos del artículo 21 de la Ley y resolver
sobre las peticiones de recusación de los mismos, hechas por el rector, el Consejo Uni-
versitario o los Consejos Técnicos respectivos.
vi.- Designar a los directores de los Institutos y al Coordinador de la Investigación
Científica, a propuesta del rector y en los términos del Estatuto.
vii.- Resolver los conflictos que surjan entre las autoridades universitarias, y
viii.- Expedir su propio reglamento.
Para la validez de los acuerdos a que se refieren las fracciones i y v de este artículo, se
requerirá el voto aprobatorio de cinco o más de los miembros de la Junta.640
Todas estas atribuciones correspondían al Consejo Universitario en la an-
terior legislación, lo que denota que de ninguna manera se permitiría la autogestión a
la universidad. Al contrario, a partir de ese momento se abría la posibilidad, como lo
pretendía el gobernador, de que ésta institución estuviera encadenada políticamente
al estado como nunca lo estuvo, ni siquiera cuando formalmente dependía de éste.
Sin embargo, se respetó la paridad de estudiantes, profesores y autorida-
des en el Consejo Universitario, el cual dejó de ser —en los hechos— la máxima auto-
ridad universitaria, pero conservó atribuciones importantes que todavía le otorgaban
una presencia de primer orden, entre ellas, según el artículo 13:
i.- Expedir el Estatuto Universitario, las normas y disposiciones generales para la orga-
nización y funcionamiento docente, técnico y administrativo de la Universidad.
ii.- Conocer y resolver los asuntos que en relación con la fracción anterior le sean
sometidos a su consideración.
Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. 14 de marzo de 1963 en Ángel Gutiérrez, Leyes
640
Orgánicas, pp. 119-132.
225
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
iii.-Elegir a los miembros de la Junta de Gobierno, en los términos del artículo 8º de
esta Ley.
iv.- Crear, modificar o suprimir las Facultades, Escuelas e Institutos de conformidad
con lo prescrito en el artículo 6º de esta Ley.
v.- Aprobar o modificar los planes de estudio y de investigación.
vi.- Aprobar el presupuesto general anual de ingresos y egresos así como las modifica-
ciones que tengan que ser introducidas durante su ejercicio y que le sean presentadas
por el auditor, previa aprobación del rector.
vii.- Aprobar la cuenta anual que, al final de cada ejercicio, le será presentada por el
tesorero con la previa aprobación del auditor.
viii.- Resolver, mediante dictamen del auditor, lo relativo a pensiones, jubilaciones y
recompensas a los profesores, investigadores, funcionarios y empleados, de acuerdo
con el reglamento respectivo.
ix.- Conferir grados honoríficos y designar profesores e investigadores extraordinarios,
x.- Las demás que esta Ley le otorga y, en general, conocer de cualquier asunto que no
sea de la competencia de otra autoridad universitaria.641
En cuanto a la declaración de principios filosóficos y la orientación de la
enseñanza universitaria, se excluyeron los fundamentos del materialismo histórico y
dialéctico que contenía el anterior precepto legal, y se constriñó a los postulados de
la Revolución mexicana la orientación educativa, desapareciendo en consecuencia la
orientación socialista de la misma, prevista en la Ley Orgánica de 1961.
Por lo que respecta a los apoyos a la educación popular, la nueva legis-
lación los mantuvo, pero estarían sujetos a un reglamento especial que el Consejo
Universitario debía dar a conocer posteriormente; y en relación al servicio social obli-
gatorio, que debían prestar los universitarios, ya no fue contemplado, pretendiendo
quitarle con ello a la Universidad Michoacana una de sus características más impor-
tantes: el contacto directo con el pueblo.
La Primera Conferencia de la Central Nacional de Estudiantes
Democráticos, la Declaración de Morelia
y el proyecto de educación superior para México
A principios de la década la década de 1960, a causa de la abierta injerencia guber-
namental en la cjm y de la consiguiente pasividad de esta ante la implementación de
Ley Orgánica de la Universidad Michoacana. 14 de marzo de 1963 en Ángel Gutiérrez, Leyes
641
Orgánicas..., pp. 119-132.
226
Lucio Rangel Hernández
la política modernizadora estatal de la educación superior se fue configurando en el
seno mismo de la confederación una corriente estudiantil defensora de la educación
popular y nacionalista. En el viii Congreso de la cjm, celebrado en la ciudad de Gua-
dalajara en noviembre de 1962, se manifestaron abiertamente los enfrentamientos
que venían librando en su interior la facción oficialista y las corrientes opositoras a
ella. En dicho foro, las relaciones entre los dirigentes de las federaciones estudiantiles
democráticas se estrecharon, profundizándose durante el conflicto de 1963 en la Uni-
versidad Michoacana, con la actitud solidaria que aquellas desplegaron con la feum y
su casa de estudios.642
Pero la cjm realizaba todo los esfuerzos posibles por mantener la dirección
del estudiantado nacional. Fue así que el 27 de febrero de 1963, en pleno enfrenta-
miento entre degortaristas y antidegortaristas, la cjm (a la que todavía pertenecían la
fnet, la fecsm, las federaciones estudiantiles Guadalajara, Nayarit, Baja California,
Chihuahua, Tlaxcala, Michoacán y de otras universidades de provincia) expresó “su
más completo apoyo a los estudiantes de Michoacán y dan los primeros pasos para
lograr la solidaridad de todos los estudiantes organizados de México. Al efecto, existe
la iniciativa de convocar a una asamblea nacional de estudiantes agrupados en las
diferentes organizaciones ya citadas”.643
El 19 de marzo, un día después de que los universitarios nicolaítas rea-
lizaran su última manifestación contra la derogación de la Ley Orgánica de 1961,
la cjm, por medio de su dirigente Vicente Oria Razo, nuevamente se manifestó
solidaria con los nicolaítas, protestando contra la agresión a “nuestros compañeros
estudiantes”, expresándole
a la feum su más sentida condolencia por la muerte de nuestro compañero Ma-
nuel Oropeza García, asesinado arteramente por la fuerza pública […].
Ante la grave situación creada en su Universidad […] les expresamos nuestra
más amplia solidaridad y hacemos todo lo posible para lograr que se castigue a
los responsables. 644
642
J. Aurelio Cuevas Díaz, El Partido Comunista Mexicano…, p. 71.
643
La Voz de Michoacán, miércoles 27 de febrero de 1963, “Estudiantes de todo el país apoyan a los
nicolaítas en su lucha actual”, pp. 1 y 12.
644
Véase La Voz de Michoacán, martes 19 de marzo de 1963, “Apoyan a los nicolaítas los organismos
estudiantiles de toda la República”, pp. 1 y 12.
227
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Finalmente el 20 de marzo, en el diario La Voz de Michoacán, esta organización
estudiantil publicó un manifiesto donde apoyaban las resoluciones tomadas en la asam-
blea general de estudiantes y profesores de la Universidad Michoacana, celebrada en el
Colegio de San Nicolás el día 18 de ese mes, y para dejar “constancia de que el estudianta-
do de Michoacán no se encuentra solo en sus luchas reivindicatorias y de reforma universi-
taria ya que cuenta con el respaldo solidario de los estudiantes organizados de México”.645
Con todo, la ruptura entre la cjm y las federaciones estudiantiles opositoras
se dio en el momento en que, poco antes de la salida de De Gortari de la rectoría de la
Universidad Michoacana, la feum, motivada por la amplia solidaridad que el estudian-
tado nacional le brindaba en la lucha contra los enemigos de la orientación socialista de
su institución, propuso efectuar una conferencia estudiantil nacional en Morelia, con dos
objetivos: reorganizar el movimiento estudiantil del país y como apoyo al rectorado degor-
tarista. Para ello, la feum llamó a la cjm a promover el evento, pero se negó a organizarla,
seguramente por la orientación antiestatal que dicha conferencia llevaba consigo.646
Ante la negativa de la cjm, tanto la feum como el cen y la feem acordaron
realizar junto con otras federaciones estudiantiles del país el citado congreso en More-
lia en mayo de 1963, ahora adicionando a los propósitos mencionados el objetivo de
“configurar un auténtico movimiento defensor de los intereses estudiantiles”, iniciándo-
se así la ruptura entre la organización corporativa oficial y la corriente que buscaba la
independencia y la democratización del movimiento estudiantil. La evolución de este
proceso condujo a la creación de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos.
La conferencia ya no pudo cumplir con uno de sus objetivos centrales, el
de apoyar al rector Elí de Gortari, e incluso tuvo que realizarse en la casa del estudiante
“Santos Degollado”, ante la oposición del nuevo rector Alberto Bremauntz y del propio
gobernador a que se celebrara en el Colegio de San Nicolás.
Los 250 delegados que representaban a más de cien mil estudiantes del país,
considerando que la meta principal era la creación de una central que agrupara a los
estudiantes democráticos y los organizara en la defensa de sus reivindicaciones inmedia-
tas, integró una comisión nacional encargada de coordinar las reuniones necesarias que
permitieran la constitución de dicho organismo. Esta comisión quedó integrada por 35
dirigentes de las diferentes zonas de la república, que estaría coordinada a su vez por un
comité ejecutivo compuesto por siete personas: Rafael Aguilar Talamantes de Baja Cali-
fornia, José L. Sustaita de Nuevo León, Eusebio Mata de la normales rurales, Jesús Ochoa
645
La Voz de Michoacán, miércoles 20 de marzo de 1963, “Manifiesto”..., p. 4.
646
J. Aurelio Cuevas Díaz, El Partido Comunista Mexicano…, p. 71.
228
Lucio Rangel Hernández
del d. f., Walter Ortiz de la unam, y Salvador Tamayo y Belizario Piña de Michoacán.
Durante el desarrollo del congreso los delegados suscribieron la petición al
gobernador Arriaga Rivera de liberar al estudiante Efrén Capiz, quien permanecía pri-
sionero desde mediados de marzo,647 además de aumentar el subsidio a la Universidad
Michoacana y el cese de los ataques a la misma por parte de su gobierno.
Finalmente, la Primera Conferencia Nacional de Estudiantes Democráticos
dio a conocer el 17 de mayo de 1963 el documento conocido como “La Declaración de
Morelia”,648 donde plasmaron su proyecto de educación superior para México. Proponían
una enseñanza que respondiera a los adelantos de la ciencia y la técnica, pero para que
los profesionistas dirigieran sus esfuerzos y capacidades a la racional explotación de los
recursos naturales y de los medios de producción en beneficio de la masa trabajadora y
buscando la independencia tecnológica el país:
Junto a una enseñanza más ligada a los intereses reaccionarios y proimperialistas, existe
una instrucción que responde a los adelantos de la ciencia y la técnica, que impide que los
profesionistas dirijan sus esfuerzos y capacidades a la racional explotación de los recursos
naturales y medios de producción, al aprovechamiento científico de las fuentes de energía,
de la maquinaria y de las industrias, todo ello en beneficio de las masas trabajadoras y de
nuestra independencia económica y política.649
Como vemos, estaban en contra del proyecto modernizante estatal que pre-
tendía someter la educación profesional de nuestro país a los intereses imperialistas es-
tadounidenses. Pugnaban por un sistema educativo que formara profesionistas capaces
de lograr la liberación económica nacional y de construir una sociedad sin explotación,
miseria y opresión.
647
“Efrén Capiz, pasante de Derecho y alumno de Filosofía en la Facultad de Altos Estudios, fue
el dirigente estudiantil que más tiempo permaneció en la cárcel. En el expediente de inculpación
se le señalaba por haber efectuado disparos de arma de fuego en las calles de la ciudad […] en el
mismo momento en que él estaba, en realidad, entrevistándose con el gobernador Agustín Arriaga
Rivera, encabezando una comisión estudiantil que fue a protestar por la imposición de la nueva Ley
Orgánica de la Universidad. Se le aplicó la prueba llamada ‘de la parafina’, que fue alterada para
`demostrar´ que había disparado un arma de fuego […]” Eduardo Nava Hernández, El cardenismo
en Michoacán…, pp. 502 y 506.
De acuerdo con la versión de Rafael Aguilar Talamantes, fueron él, Raúl Álvarez Garín y María
648
Fernanda Campa sus redactores, entrevista citada.
649
Declaración de Morelia, en J. Aurelio Cuevas Díaz, El Partido Comunista Mexicano…, pp. 151-160.
229
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Capítulo vii
La Universidad Nicolaíta
y el movimiento estudiantil, 1963-1966
La rectoría de Alberto Bremauntz
Después de la represión gubernamental que a sangre y fuego ahogó la protesta estu-
diantil contra la derogación de la Ley Orgánica de 1961 se desató una feroz persecu-
ción y encarcelamiento contra los líderes tanto estudiantiles como magisteriales. Los
distinguidos maestros que habían llegado a la universidad invitados por la administra-
ción degortarista y que fueron aprehendidos por defender su causa fueron puestos en
libertad a condición de abandonar el estado.650
De la misma manera, tanto como recurso para “apaciguar” los aislados
focos de resistencia que todavía quedaban, como para justificar la imputación de la
malversación de los fondos universitarios hecha a De Gortari (se le acusaba de haber
dispuesto de 900 mil pesos en provecho propio), el gobierno estatal suspendió “las
remesas de dinero a la Universidad, dándose el caso nunca antes visto de que durara
hasta dos meses sin pagar a maestros y empleados, ni las becas a los estudiantes”.651
Con el sector más combativo descabezado y desmovilizado por la fuerza
de la represión, el gobernador quedó con la “vía libre” para imponer a los miembros
de la recién creada Junta de Gobierno y al propio rector.
La llamada desde entonces —por el sector estudiantil— “junta de no-
tables” quedó integrada por Carlos García de León como presidente, Raúl Arreola
Cortés como secretario, y Enrique Arreguín Vélez, Jesús Romero Flores, Antonio
Martínez Báez, Gabino Fraga y Pablo G. Macías,
650
El caso del maestro Juan Brom fue el extremo: le fue entregado a altas horas de la noche y varios
kilómetros de distancia de la ciudad de Morelia, al nuevo rector, Alberto Bremauntz, quien había
intercedido por él, Adolfo Mejía González, Michoacán feudo cardenista?..., p. 163.
Adolfo Mejía González, Michoacán feudo cardenista?..., pp. 164-165; esta acusación quedó disipada con
651
una auditoria aplicada extemporáneamente, por el c.p. Jorge Cervantes, designado por la Secretaría de
Hacienda, Pablo G. Macías, Luces y sombras…, p. 161.
230
Lucio Rangel Hernández
personalidades, todas ellas, de honesta y limpia trayectoria, que en otras circunstan-
cias hubieran llenado de satisfacción a todos, su arribo a los órganos de gobierno
de nuestra Universidad, pero en esas condiciones no, incluso se les cuestionó, el
haberse prestado a colaborar con un gobierno que se había manchado de sangre
nicolaíta, y ellos respondieron que lo hicieron para evitar que la institución cayera
en manos reaccionarias, hecho que a la distancia de 30 años hay que reconocer que
estuvo correcto.652
Inmediatamente después, la Junta, a “propuesta” del gobernador, designó
como rector provisional a Alberto Bremauntz, profesionista de amplia trayectoria,
pero que tampoco fue bien recibido por el origen mismo de su nombramiento.653
La pregunta que salta de inmediato ante esta decisión de Arriaga Rivera,
y que hace Eduardo Nava, es:
¿Por qué un acto tan autoritario como la intervención castrense se coronó con una
composición semejante de la Junta y la rectoría? La maestra Ofelia Cervantes consi-
dera la posibilidad de que se haya dado una negociación entre el general Cárdenas
—interesado en evitar una agresión aún mayor a la institución— y el gobierno de
López Mateos. Para el Lic. Adolfo Mejía, la intención del gobierno estatal habría sido
divorciar a la corriente cardenista de la izquierda socialista y comunista y golpear a
ésta a fondo hasta lograr su expulsión de la Universidad.654
Ni Pablo G. Macías en sus testimonios ni Bremauntz en su obra autobio-
gráfica dan luces que pongan en claro cuál fue el origen de sus nombramientos; noso-
tros nos inclinamos por la interpretación que hace del asunto Adolfo Mejía, reforzada
por el mismo Nava Hernández:
Los ex rectores de la Universidad Jesús Díaz Barriga, Natalio Vázquez Pallares, Salva-
dor González Herrejón, Jesús Pineda Ortuño, Salvador Franco López, Porfirio García
de León y Gustavo Corona publicaron un manifiesto donde denunciaban que en el
movimiento se habían introducido “elementos extraños […] de carácter político, ene-
migos de la posición avanzada de la revolución mexicana y de la tradicional ideología
652
Pablo G. Macías, Luces y sombras…, p. 149 y entrevista del autor al Lic. Adolfo Mejía González.
653
Entrevista del autor al Lic. Adolfo Mejía González.
654
Eduardo Nava Hernández, El cardenismo en Michoacán…, p. 503.
231
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

liberal progresista […]”. actividades de los universitarios, especialmente las del rector, por lo que al enterarse
Y acepaban en consecuencia, la nueva Ley Orgánica y la “Nueva modalidad de Bremauntz lo separó de su cargo, sustituyéndolo por Eugenio Aguilar Cortés.658
nombramiento del rector por medio de una Junta de Gobierno […] porque quedó
Situación semejante se repitió con Jesús Bravo Baquero, regente del Cole-
ésta integrada por universitarios michoacanos con sólido prestigio y porque estamos
seguros que su actuación será de gran provecho para nuestra querida Casa de Es-
gio de San Nicolás, procediendo a la separación de su cargo.659 Bravo Baquero confor-
tudios […]”.655 mó entonces la Sociedad de Profesores Universitarios “Melchor Ocampo”, que editó
varios folletos donde atacó la labor y las ideas del rector, consignadas en sus libros,
contando con la ayuda del gobierno estatal para su impresión.660
En estas condiciones, cuando la Junta de Gobierno promovió la ausculta-
Este desplegado resulta esencial para entender la posición de los carde- ción para nombrar rector definitivo, el gobernador, por medio de sus funcionarios de
nistas universitarios. Habían sido desplazados parcialmente del poder de la institu- primer nivel, “sugirió” a la misma la designación como tal de Arreola Belmán, pero
ción por los nuevos grupos que, además de representar tendencias más radicales y sin como la feum, conjuntamente con un grupo de profesores y personal administrativo,
compromisos con los gobernantes del estado, habían llegado de fuera, de la capital del en escrito del 16 de mayo de 1963, manifestó su apoyo a Bremauntz, el mencionado
país, con un prestigio académico frente al que aquéllos desmerecían. Modificada des- órgano de gobierno decidió nombrarlo rector definitivo el 3 de agosto de 1963, con-
de 1961 la correlación de fuerzas al interior del Consejo Universitario, la ley Arriaga trariando la voluntad de Arriaga Rivera.
les devolvía a los cardenistas el control institucional a través del nuevo órgano, la Junta
de Gobierno, que ellos aceptaban complacientemente al tiempo que se hacían eco del
discurso gubernamental contra los “elementos extraños”.656
Aunque nosotros agregaríamos que, al designar a estos distinguidos per-
sonajes, el gobernador Arriaga Rivera pretendió que su régimen no fuera señalado
abiertamente de “retrogrado”, de haber nombrado a sus adictos, a quienes podría
manipular como “marionetas”; pero una vez reestablecidas las actividades en la uni-
versidad y reestructurados sus órganos de gobierno buscó infiltrar a sus incondiciona-
les en la dirección de la misma para poder controlarla. Prueba de ello fue el incidente
que se suscitó cuando el propio gobernador le pidió al rector separar del cargo de
secretario general a Alfredo Gálvez Bravo y este no accedió, por lo que lo presionó
incluso a través del secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet, a lo cual
continuó negándose; pero como Gálvez Bravo se enteró del asunto, consciente de las
dificultades que podía acarrear a la institución su permanencia, con la oposición tanto
del gobierno estatal como federal, decidió renunciar.657 En su lugar, por “petición”
del secretario general de Gobierno, nombró a Jesús Arreola Belmán, quien se dedicó,
aparte de las funciones inherentes a su puesto, a reportar al gobierno del estado las
El rector Alberto Bremauntz, en la extrema derecha. Fuente: ahum.

655
Este manifiesto puede consultarse en Pablo G. Macías, Luces y sombras…, p. 151-153.
658
Alberto Bremauntz, Setenta años de mi vida…, p. 169.
656
Eduardo Nava Hernández, El cardenismo en Michoacán…, p. 504.
659
Alberto Bremauntz, Setenta años de mi vida…, p. 162.
Alberto Bremauntz, Setenta años de mi vida. Memorias y anécdotas. México, Ediciones Jurídico Sociales,
657

1968, p. 168. 660

Alberto Bremauntz, Setenta años de mi vida…, p. 171.

232 233
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

La recuperación de los organismos estudiantiles de las manos del porrismo priista Javier López Moreno, “El Chabelo”, al lograr la descalificación de la planilla
rojiblanca, a cuyo frente se encontraba Clara Hermila Ochoa —quien había obteni-
do la mayoría de votos—, supuestamente por incumplir los requisitos marcados en
El gobierno del estado, aprovechando la dispersión en que se encontraba el alumnado
la convocatoria. Como las mesas directivas de las demás escuelas pertenecientes a
intentó apoderarse de las direcciones de las organizaciones estudiantiles —primordial-
la feum no reconocieron el triunfo de López Moreno, el rector Bremauntz se negó a
mente de la feum por ser el organismo que las aglutinaba—, con el objeto de tomar el
legitimarla, por lo que aquél y sus simpatizantes promovieron un paro de labores en la
control e impedir así toda oposición a su política antiuniversitaria y antipopular.
mencionada facultad el 30 de marzo.664 El problema fue llevado al seno del Consejo
Inicialmente logró dicho objetivo por medio de la corrupción y la coop-
Universitario, en donde una vez sometido a discusión, por mayoría de votos se acordó,
tación de dirigentes como Jesús Plancarte, quien presidió la feum en 1964, y luego a
con base en el artículo 27 del Estatuto Universitario, no intervenir en asuntos de la
través de un fraude electoral, imponiendo a Álvaro Miranda en 1965, quien se ostentó
organización estudiantil, por lo que tácitamente se reconoció a López Moreno y su
como candidato independiente, cuando en realidad era miembro de las juventudes pri-
planilla como dirigentes del estudiantado de la Facultad de Leyes.665
istas. Por esto, la mayor parte del estudiantado lo repudió y le criticó duramente el he-
A pesar de esto, la recuperación del movimiento estudiantil democrático
cho de estar “ostentando una representación nacida de la triquiñuela y la artimaña”.661
iba en pleno ascenso; en ello tuvo mucho que ver, sin duda, la celebración de la men-
Al concluir el periodo de Miranda al frente de la feum hubo un nuevo in-
cionada Primera Conferencia Nacional de Estudiantes Democráticos, ya que con la
tento de imposición, pretendiendo que el nombramiento de presidente recayera en Je-
participación y el fogueo de sus líderes en las reuniones previas a la fundación de la
sús Avellaneda Borja. Recuerda el entonces presidente del cen, Cuauhtémoc Olmedo
cned, y ya conformada ésta, el movimiento estudiantil local recuperó terreno poco a
Ortiz, que en las elecciones, cuando simpatizantes del candidato gobiernista se dieron
poco hasta convertirse en uno de los pilares más fuertes de la nueva central estudiantil
cuenta que iban perdiendo la elección, se apoderaron de las urnas y se autoproclama-
en el país.
ron triunfadores. Pero ya para esos momentos el estudiantado nicolaíta que estaba en
Una vez conformada la cned, su dirigencia desplegó una gran actividad
vías de recuperar sus organizaciones exigió un referéndum, mismo que correspondió
nacional con el propósito de aglutinar a los organismos estudiantiles de tendencias
al cen llevarlo a cabo, resultando que, como el grupo priista no se presentó al mismo,
democráticas del país, para organizarlos en defensa de la educación popular y nacio-
Raúl Galván Leonardo fue reconocido como su legítimo dirigente.662
nalista. Fueron convocadas con este objeto varias reuniones del comité dirigente en
Desde luego, Avellaneda Borja continuó ostentándose como presidente
Morelia, ciudad que se convirtió prácticamente en la sede de la central estudiantil. Por
de la feum sin contar con el consenso de los estudiantes universitarios, creándose con
todo esto aseveramos que este fue uno de los principales factores que permitieron la
ello una organización paralela a la legalmente constituida. El objetivo era mantener
reorganización y reanimación del movimiento estudiantil michoacano después de la
dividido al estudiantado, lo que no les resultó, puesto que sin el apoyo de las bases
represión de que había sido objeto en marzo de 1963.
Avellaneda Borja terminó por opacarse a pesar de que el gobierno del estado y el Co-
mité Directivo Estatal del pri lo apoyaron para organizar ateneos, círculos literarios, El grupo de choque
asociaciones culturales y equipos deportivos.663
Frente a la reorganización del estudiantado y la consecuente reanimación del movi-
Sin embargo, en la Facultad de Derecho, el 25 de marzo, al renovarse
miento estudiantil nicolaíta, el gobierno del estado puso en práctica variadas formas
su mesa directiva, triunfó la planilla verde encabezada por el personaje de filiación
de intervención en la universidad para obstaculizar su reagrupación. El gobernador
Arriaga Rivera, por medio de Mario Ruíz Aburto, presidente del cde del pri, incrustó

aphb, “Neofacismo en la Universidad”, feum, Órgano de Difusión de la Federación de Estudiantes

661

Universitarios de Michoacán, Época I, octubre 1º de 1964, Nº 1.

agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., Situación política de la Universidad Michoacana, 30
664

662
Entrevista del autor al Dr. Cuauhtémoc Olmedo Ortiz. de marzo de 1966.

Caja 456, Informe del agente i.n.v., Situación política de la Universidad Michoacana, 19 de
663agn/ips,
agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., Situación política de la Universidad Michoacana, 2 de
665

marzo de 1966. abril de 1966.

234 235
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
en la universidad a jóvenes pertenecientes a la sección juvenil de este partido para que
sirvieran como grupo de choque y así, confundidos entre los verdaderos estudiantes,
realizaban misiones policíacas de espionaje, sabotaje y represión de las actividades
estudiantiles universitarias.666 Es importante mencionar que, como una derivación de
lo que ocurría a nivel federal bajo el régimen autoritario mexicano, la policía, tanto la
judicial del estado como la “secreta”, se encontraba fuera del control del procurador.
Las órdenes emanaban del subprocurador, del jefe de la judicial, Héctor Ruíz Aburto,
y del dirigente estatal del pri, Mario Ruíz Aburto, personaje este último de todas las
confianzas del gobernador.667
Este grupo de choque se introdujo con armas de fuego el 7 de mayo de
1963 en el taller en que se imprimía El Nicolaíta, órgano de difusión del cen, y después
de golpear a sus redactores los despojó de todos los ejemplares.668 En contrapartida,
tratando de confundir al estudiantado, elaboraban y repartían panfletos de organiza-
ciones estudiantiles “fantasmas”.669
El mismo grupo, en varias ocasiones durante los meses de mayo y ju-
nio de ese año, por las noches, balearon reiteradamente las fachadas de las casas
del estudiante. Además, por esas fechas, utilizando métodos gansteriles, esa banda de
pseudoestudiantes robó y destruyó el busto y el pedestal —aún sin terminar— del mo-
numento que sería erigido en memoria de Manuel Oropeza García, el joven nicolaíta
caído en la jornada de marzo, víctima de represión gubernamental.670
Esta campaña de hostigamiento e intimidación perpetrada por el gru-
po de choque priista infiltrado en la universidad se orientó especialmente contra los
elementos destacados del movimiento estudiantil democrático, como Belizario Piña
Martínez, estudiante de la Escuela de Derecho y profesor del bachillerato, a quien
golpearon brutalmente. De la misma forma, el 24 agosto de 1964 secuestraron en Mo-
relia al estudiante de origen bajacaliforniano, Rafael Aguilar Talamantes, dirigente de
la cned, quien señala:
666
aphb, “Neofacismo en la Universidad”…
667
agn/ips, Caja 455, Antecedentes del problema de la Universidad Michoacana, 4 de octubre de 1966.
aphb, “Atraco priista”, El Nicolaíta, Órgano Oficial del cen, Época xi, 8 de mayo de 1963 y
668
“Neofacismo en la Universidad” , feum, Órgano de Difusión de la Federación de Estudiantes
Universitarios de Michoacán, Época I, octubre 1º de 1964, Nº 1.
669
agn/ips, Caja 455, Antecedentes del problema de la Universidad Michoacana, 4 de octubre de 1966.
670
aphb, “Neofacismo en la Universidad”…
236
Lucio Rangel Hernández
Me trasladaron hasta los límites de los estados de Michoacán y de México, me fueron
golpeando durante todo el camino; ya en un paraje alejado de la carretera, me des-
nudaron y me hicieron cavar mi propia tumba y una vez terminada, me pusieron una
pistola en la cabeza y un cuchillo en el cuello, y cuando ya esperaba que me mataran,
un agente me gritó amenazante: “hijo de tu chingada madre, no te queremos volver
a ver en Michoacán, porque ahora sí te mueres”, y luego me abandonaron golpeado,
sin ropa y sin zapatos.671
Ellos mismos, golpearon el 15 de abril de 1965 a Arnaldo Córdoba, do-
cente de la Escuela de Derecho, a causa seguramente de su manifiesta ideología so-
cialista.672 Días después, al denunciar este hecho, el rector Bremauntz fue conducido a
la fuerza por un grupo de agentes judiciales a comparecer ante el Ministerio Público
Federal, “sin miramientos ni consideraciones a su dignidad profesional, ni a su honro-
so cargo de maestro y rector”.673 Ante esta serie de atentados, que ya constituían una
abierta provocación, los universitarios nicolaítas no cayeron en la trampa de responder,
porque comprendieron que el objetivo del gobierno estatal era llevar a la universidad
a un clima de violencia y encerrarla en un “callejón sin salida”, para luego justificar su
intervención, hasta con el ejército, con el argumento de “recuperar la tranquilidad y el
orden”. En su lugar, por medio del Consejo Universitario, exigieron una investigación
de los hechos para dar con los culpables y detener la ola de agresiones que se había
desatado, pero el gobierno no procedió, anteponiendo el conveniente y demagógico
discurso de que era “respetuoso de la autonomía universitaria”.674
En cuanto a la formación y operación de este grupo de choque, Víctor
Rico Galán, articulista de la revista Sucesos, señala:
671
Entrevista del autor al Lic. Rafael I. Aguilar Talamantes; véase también aphb, Declaración de la
Juventud Comunista de México al Estudiantado y al pueblo de México, Morelia, 25 de agosto de 1964;
La Voz de Michoacán, martes 25 de agosto de 1964, “Protesta general universitaria por la desaparición de
un líder nacional”, pp. 1 y 12 y La Voz de Michoacán, jueves 27 de agosto de 1964, “Apareció en el d.f. el
líder A. Talamantes”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, miércoles 21 de abril de 1965, “Protestas contra la agresión a un catedrático”,
672
pp. 1 y 13.
673
Pablo G. Macías, Octubre sangriento en Morelia…, p. 57.
aphb, “Intervención del gobierno en la Universidad”, feum, Órgano de Difusión de la Federación
674
de Estudiantes Universitarios de Michoacán, Época I, Nº 1, Morelia, Michoacán, octubre 1º de 1964.
237
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Sería ingenuo suponer que Arriaga Rivera inventó esos procedimientos. Por el contra-
rio, le consta a mucha gente que los importó a Michoacán directamente de la Univer-
sidad Autónoma de México, de esa universidad alemanista en la que estudió y en la
que inició su “carrera” política, precisamente como cabecilla de una banda.675
El presupuesto “congelado”
Por todos los medios, el régimen arriaguista buscó doblegar a la universidad, postrarla
a sus designios, y en esa medida le congeló el subsidio. El presupuesto no fue aumen-
tado por el gobierno del estado —y tampoco por el federal— de acuerdo a los nuevos
requerimientos, en virtud del crecimiento que había experimentado con la creación
de escuelas, facultades e institutos y el consecuente incremento de la población estu-
diantil durante el rectorado del Dr. De Gortari.
A la institución le urgía el aumento presupuestal para apoyar la edu-
cación popular, mejorando y ampliando los servicios asistenciales en las casas del
estudiante, así como el número y la percepción de las becas a los alumnos de escasos
recursos económicos, para incrementar el número de plazas de profesores de ca-
rrera, para la contratación de más personal docente, administrativo y de intenden-
cia, para la construcción de la infraestructura necesaria para albergar a las nuevas
dependencias, para el montaje y equipamiento de laboratorios que varias de estas
requerían, y la renovación de otros, y para dar realidad a fundación de los institutos
de investigaciones Químicas e Históricas, y de nuevos programas de licenciatura
ya proyectados, como el de Letras Españolas, propuesto por el Consejo Técnico
de la Facultad de Altos Estudios “Melchor Ocampo”,676 mismos que finalmente
fueron pospuestos por falta de recursos. Igualmente para ampliar la cobertura del
bachillerato en la ciudad, ya que la demanda había crecido tanto que ya no cabían
en el Colegio de San Nicolás, donde, de acuerdo con el maestro Ramón Martínez
Ocaranza, las secciones se componían de más de 70 alumnos, lo que constituía un
serio obstáculo pedagógico.677 El tan necesitado aumento al subsidio universitario,
Víctor Rico Gálan, “La Autonomía Universitaria. Un Mito que se derrumba”, Sucesos, 12 de
675
noviembre de 1966, citado por Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, p. 49.
676
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 13 de diciembre de 1965, n/f
677
aphb,
Discurso pronunciado por el maestro Ramón Martínez Ocaranza en el acto del día 15 de
marzo de 1964, realizado para recordar “el sacrificio” de Manuel Oropeza García, editado por el
Círculo Universitario “Melchor Ocampo”, Morelia, Michoacán, 1964.
238
Lucio Rangel Hernández
de acuerdo a dichos requerimientos, nunca llegó. Estaba claro que tanto el gobierno
estatal como el federal no estaban dispuestos a apoyar a una institución defensora
del proyecto cardenista de educación popular y nacionalista, considerada además
como una institución “rojilla”. En el fondo, la “congelación” del presupuesto obe-
decía al hecho de que la Universidad Michoacana no se sometía al proyecto moder-
nizador de la educación superior impulsado por la federación.
Los universitarios michoacanos se oponían decididamente a la imple-
mentación de ese proyecto porque tenía como bases fundamentales la exclusión de
los alumnos y profesores en la política académica y de la gestión en general de la
institución, al sustituir al Consejo Universitario como máximo órgano de gobierno
por una Junta de Gobierno; en la supresión de los apoyos a la educación popular
como las becas y los albergues estudiantiles; y en el destierro de la ideología socia-
lista, con lo que se pretendía “aristocratizar la enseñanza y ponerla al servicio de la
clase dominante”.678
Con esta percepción, el estudiantado nicolaíta cuestionaba a Arriaga Ri-
vera el haber declarado a su arribo a la gubernatura que la “hora del trabajo había
sonado para Michoacán”, pero que la universidad no hubiese recibido desde entonces
un aumento significativo al subsidio, y que además ni siquiera se “habían realizado
en el Estado obras trascendentes de beneficio social, solamente obras que eran meras
‘pantallas’ y ‘fachadas’ que querían ocultar la realidad”.679
Como consecuencia del “congelamiento” del presupuesto, la marcha as-
cendente que la universidad había iniciado bajo el rectorado de De Gortari se detuvo.
Varios proyectos y programas de docencia, investigación y difusión de la cultura no se
concretaron; además, algunas conquistas que se habían obtenido, como la afiliación
al imss de los docentes y empleados, se perdieron.680
Desde la llegada de Arriaga Rivera al gobierno del estado, la situación ge-
neral de la universidad cambió radicalmente, como ya ha quedado asentado, pero en
lo relativo a la asignación de los recursos presupuestarios dicho cambio fue drástico.
Como ya lo dijimos, entre septiembre de 1956 y septiembre de 1962, pe-
riodo de gobierno de David Franco Rodríguez, la institución había recibido en forma
aphb, “La Universidad en Peligro”, El Nicolaíta, Órgano de Difusión del cen, año xiv, Nº 88, Morelia,
678
Michoacán, julio de 1965.
5.
aphb, Chantaje a la Universidad”, feum, Órgano oficial de la Federación de Estudiantes Universitarios
679
de Michoacán, Época I, s/n, Morelia, Michoacán, noviembre de 1964.
680
Alberto Bremauntz, Informe de labores, 1964, Morelia, Universidad Michoacana, 1964, p. 13.
239
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
de subsidio e inversiones la suma de 30 millones de pesos, y del gobierno federal 12
millones 270 mil pesos.681
Al inicio del mencionado gobierno, el presupuesto universitario ordinario
era de un millón 350 mil pesos, mientras que al término del mismo ascendía a 8 mi-
llones 906 mil 166 pesos (lo que significó un 574 % de incrementó) para atender a una
población de 4,748 alumnos.682
Pero, a raíz del conflicto universitario de febrero-marzo de 1963, el sub-
sidio para la máxima casa de estudios de Michoacán se estuvo entregando de manera
irregular, al grado de que hacía el mes de junio a maestros y empleados no se les habían
pagado sus sueldos, y en la caja de la tesorería “no hay dinero ni para un sobre”.683
De esta manera, en la sesión celebrada el 30 de agosto de ese año, el
Consejo Universitario Constituyente aprobó el presupuesto para el ejercicio del 1
de septiembre al 31 de diciembre, destacando el hecho de que, mientras el total de
sus ingresos por concepto de subsidio era de 2 millones 641 mil 676 pesos, la de sus
egresos era de 3 millones 571 mil 237 pesos, por lo que cerraría el año con un déficit
de 929 mil 561 pesos.684
Ante la crítica situación, el Consejo Universitario decidió reforzar sus ges-
tiones ante los gobiernos estatal y federal para obtener de ellos un subsidio comple-
mentario con el cual cubrir el déficit y no tener que recurrir a “una nueva reducción
de plazas y sueldos”.685
Con tal propósito, el rector Bremauntz, acompañado de un grupo de
maestros y alumnos, viajó a la ciudad de México en los primeros días del mes de
noviembre, entrevistándose con varios funcionarios del gobierno federal sin obtener
resultados satisfactorios.686
La Voz de Michoacán, domingo 16 de septiembre de 1962, “Piedra angular del progreso, la educación
681
universitaria”, pp. 1 y 13.
La Voz de Michoacán, sábado 20 de octubre de 1962, “La Universidad Michoacana alcanzó este año el
682
mas alto indice de asistencias escolares”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, jueves 27 de junio de 1963, “Se hace crónica la crisis económica de la Universidad”,
683
1 y 12.
La Voz de Michoacán, sábado 31 de agosto de 1963, “Aprobó el Consejo el presupuesto de la Universidad
684
Michoacana, ayer”, pp. 1 y 12.
685
La Voz de Michoacán, sábado 31 de agosto de 1963, “Aprobó..., pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, jueves 7 de noviembre de 1963, “Más gestiones para allegar fondos a la
686
Universidad”, pp. 1 y 12.
240
Lucio Rangel Hernández
La nula respuesta llevó al Consejo Universitario a buscar otras soluciones,
entre ellas proponer al gobierno estatal estudiar la posibilidad de crear un impuesto
especial en la entidad destinado a obtener recursos para la universidad, y la de crear
un patronato universitario con personalidades representativas de la iniciativa privada
y ex alumnos para allegarse fondos por la vía de donativos.687
En medio de estas condiciones presupuestales adversas la universidad co-
menzaba el año de 1964 cuando se conocieron las opiniones del secretario ejecutivo
de la anuies, Alfonso Ortega Martínez, proponiendo como solución al problema la
supresión en la universidad de la enseñanza secundaria y el cierre de la Facultad de
Altos Estudios “Melchor Ocampo”, ésta última porque a su juicio “Michoacán pro-
duce muchos filósofos”.688
Ortega Martínez actuaba en consonancia y respaldando la política del
gobierno federal de aumentar el presupuesto destinado a la enseñanza técnica en
detrimento de la ofrecida en las universidades públicas estatales, que según su óptica
sólo formaban profesionistas en el área de las humanidades y de las llamadas carreras
liberales. Con el presupuesto más alto de su historia, según rezaban las notas periodís-
ticas, la sep en ese año:
Ampliará la educación técnica para la juventud; ampliará los subsidios al Instituto
Politécnico Nacional, a la Universidad Autónoma y a las unidades técnicas de los
diferentes estados. Se va a crear un nuevo Instituto Politécnico Regional en Ciudad
Juárez; se completarán los laboratorios y talleres de los demás Institutos estableci-
dos. La población escolar que fue de 9,814 alumnos en 1963, en este año alcanzará
12,000. Habrá nuevos servicios educativos, en 5 Institutos Tecnológicos; se aumentará
en 8,000 alumnos inscritos en los planteles del i.p.n. cuya matrícula fue de 45,995 en
el año pasado.
El argumento consabido de esta orientación presupuestaria era que
el actual régimen ha luchado y sigue luchando, porque la juventud estudiosa asista
a los Institutos Técnicos, donde se capacita al alumno para las labores que hay que
La Voz de Michoacán, jueves 5 de diciembre de 1963, “Proponen un impuesto especial para ayudar a la
687
Universidad Michoacana”, pp. 1 y 12.
688
La Voz de Michoacán, jueves 9 de enero de 1964, “Los enemigos de la Universidad”, pp. 1 y 12.
241
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
desarrollar en las fábricas y laboratorios. El progreso de todos los países del mundo
radica en las escuelas técnicas que han capacitado a las más grandes naciones cuyos
adelantos están a la vista.
Rusia y Estados Unidos, las dos grandes potencias que están a la cabeza del mundo,
tienen su fuerza en la técnica que han logrado en sus grandes adelantos que hemos
presenciado.689
La definición de esta política en lo relativo al destino preferencial que ten-
dría el subsidio del gobierno de la República en el sector educativo fueron externados
por Alejandro Guillot, director general de Enseñanzas Tecnológicas, Industriales y
Comerciales de la sep, al inaugurar en Morelia las labores de la Escuela Secundaria
Técnica Industrial número 60, quien también anunció el acuerdo presidencial de
construir en esta ciudad el Instituto Tecnológico Regional,690 lo que significaría una
erogación de 20 millones de pesos.691
En tono jactancioso y triunfalista, el ex gobernador Arriaga Rivera explica
cómo logró el apoyo del gobierno federal para la fundación de un tecnológico en Morelia:
Ahora bien, mi segundo problema, si se puede llamar así, con las autoridades uni-
versitarias, fue cuando decidí romper el monopolio de la Universidad. Y lo ganamos.
689
La Voz de Michoacán, sábado 8 de febrero de 1964, “Instituto Tecnológico para la cd. de Morelia, será
construido en esta capital por acuerdo del presidente López Mateos”, pp. 1 y 12; véase también La Voz de
Michoacán, domingo 9 de febrero de 1964, “Reconocimiento de Michoacán a a.l.m. por el Tecnológico.
Su construcción fincará el progreso técnico de nuestra entidad, afirman. Valiosas opiniones sobre la
creación del Tecnológico”, pp. 1 y 12. El 1º de septiembre de este año, el presidente de la República,
Adolfo López Mateos señaló: “Los estudiantes orientados a una comprensión técnica de la vida son
ahora 145 327, de los cuales 45, 700 cursan en el Politécnico; 10, 000 en tecnológicos regionales, 300 en
el Centro de Capacitación Tecnológica, 640 en 14 nuevas carreras de las normales, 44, 000 en escuelas
industriales y comerciales, 33, 360 en centros de capacitación para el trabajo industrial y rural y 11,
327 en los cursos de capacitación del injm”, López Mateos, Adolfo, VI Informe de Gobierno, http://www.
diputados.gob.mx/cedia/sia/re/re-iss-09-06-12.pdf
Adolfo López Mateos, vi Informe de Gobierno y La Voz de Michoacán, domingo 9 de febrero de 1964,
690
“Reconocimiento..., pp. 1 y 12.
691
La Voz de Michoacán, miércoles 12 de febrero de 1964, “El Instituto costará 20 millones de pesos y
tendrá una capacidad para 700 alumnos”, pp. 1 y 12. La “primera piedra” de esta institución educativa
fue colocada el 6 de abril de 1964 por el presidente Adolfo López Mateos, el gobernador del estado
Agustín Arriaga Rivera y por el secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet. La primera etapa
fue inaugurada el 30 de septiembre de 1965, y la segunda el 28 de septiembre de 1966, Agustín Arriaga
Rivera, La política… como me la enseñaron…, p. 138.
242
Lucio Rangel Hernández
Sucedió que empezamos a alentar la idea de establecer la enseñanza tecnológica, pero
además de las reticencias en el estado, contábamos en contra con el gran temor de
don Jaime Torres Bodet Secretario de Educación, a quien el presidente López Mateos,
varias veces le ordenó que apoyara la creación del Tecnológico, pero él no quería
enfrentar el problema.
Recuerdo que un día, con toda franqueza me dijo: “Oiga Arriaga pero si usted sabe lo
que yo lo estimo, por favor no me eche ese problema”.
-“¿Por qué don Jaime?”, pregunté.
-“¿Cómo voy aprobar un Tecnológico para echarme encima a la Universidad Mi-
choacana?”.
-“Ese problema don Jaime yo se lo aseguro, ya está resuelto le contesté”.
La verdad es que habíamos logrado que el rector de la Universidad fuera don Alberto
Bremauntz […] y apoyó la primera secundaria tecnológica y la creación del Tecno-
lógico de Morelia.
Entonces, derogado el indebido y dañino monopolio educativo con apoyo de la misma
universidad, y con la aquiescencia de su rector convencimos a don Jaime y así fue que
se creó el Instituto Tecnológico Regional de Michoacán José María Morelos; el tercero
de la República con gran apoyo del subsecretario de Educación ingeniero Víctor Bra-
vo Ahuja y también del director del Instituto Politécnico Nacional ingeniero Alejandro
Guillot Schaffino.692
Pero lo anterior no era del todo cierto; desde su fundación la Universi-
dad Michoacana tuvo dentro de sus atribuciones el tener bajo su “exclusiva direc-
ción y vigilancia la instrucción y educación en sus elementos superiores”.693 Esta dis-
posición, con el paso del tiempo, particularmente desde fines de la década de 1920
y durante la de 1930 cuando se dio el movimiento de reforma socialista, provocó
una serie de conflictos con aquellas instituciones y planteles que quedaban fuera de
la esfera oficial, como las llamadas escuelas libres y particulares, por la actitud de
rechazo que asumieron ante los proyectos y directrices de los gobiernos de Múgica
y de Cárdenas. Contra su existencia se pronunciaron y movilizaron constantemente
los universitarios nicolaítas.694
692
Agustín Arriaga Rivera, La política… como me la enseñaron…, p. 137.
693
Ley Orgánica de la Universidad Michoacana, agosto 11 de 1919, Ángel Gutiérrez, Leyes Orgánicas...
694
Natalio Vázquez Pallares, presidente del cen en la sesión del Congreso del estado celebrada el 4 de
agosto de 1931, solicitó a la legislatura la supresión de la Escuela Libre de Derecho, argumentando que:
“La Escuela Libre de Derecho que sustentaba la misma ideología del clero pugnaba porque la clase
proletaria no se educara, por lo que la Universidad Michoacana protestaba no sólo contra esa escuela,
sino también contra el clero que la sostenía”, Gerardo Sánchez Díaz, “De Coalcomán al Colegio de San
243
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Este conflicto se mantuvo latente, aunque con menos intensidad en las
siguientes dos décadas. En realidad, los vacíos legales en la materia permitieron con-
solidar los proyectos educativos de los sectores tradicionales en el área de los estudios
comerciales y hasta normales. Pero durante los años sesenta la conflictividad se rea-
vivó como resultado del ambiente ideológico producido por la Guerra Fría, recrude-
ciéndose el enfrentamiento entre las escuelas privadas de corte clerical y la Univer-
sidad Michoacana, al reclamar ésta la exclusividad, la vigilancia y control sobre la
educación superior en el estado, para lo cual haría más estricta la incorporación de
dichos planteles a la máxima casa de estudios de Michoacán.695
El rector Bremauntz en su informe de labores correspondiente al año lectivo
1964-1965, advertía, al tiempo que cuestionaba la consolidación de tales establecimientos:
Los sectores de derecha han obtenido notorias y manifiestas ventajas en el ramo edu-
cacional, debido a la debilidad, indiferencia o tolerancia claudicante de algunos de
nuestros mandatarios e igualmente por la abstención culpable de muchos revoluciona-
rios, originada por la desunión, desorganización, oportunismo o insinceridad.
El clero y los elementos derechistas han fundado numerosos establecimientos edu-
cativos de todos los grados en flagrante violación constitucional y, por otra parte, en
algunas universidades estatales o descentralizadas, como en diversos planteles oficia-
les actúan numerosos maestros y catedráticos contrarrevolucionarios. Por ello hemos
afirmado y afirmaremos que la juventud mexicana, que es la que debe continuar el
programa y la obra de la Revolución, se encuentra en estos tiempos, y en gran parte,
en manos de dichos elementos.696
Para revertir esta situación, el Consejo Universitario aprobó el 10 de julio
de 1964 el reglamento para la incorporación de institutos y escuelas a la Universidad
Michoacana, que literalmente “paró en seco todo reconocimiento oficial de los estu-
dios hechos en establecimientos confesionales”, lo que se convertiría en otro motivo
de distanciamiento y enfrentamiento entre la institución y el régimen arriaguista. Los
artículos fundamentales contenidos en esta reglamentación son:
Nicolás. La infancia y los años juveniles de Natalio Vázquez Pallares”, en Nájera Espinoza, Sánchez
Díaz y Oikión Solano Verónica, La nación dueña de su destino…, pp. 43-50; véase también Miguel Ángel
Gutiérrez López, En los límites de la autonomía…, pp. 54-72.
695
Adrián Luna Flores, “Las escuelas particulares de comercio en Michoacán y su lucha por el
reconocimiento oficial, 1920-1960”, Río de Papel, Revista del Centro de estudios sobre la Cultura Nicolaita y
Archivo Histórico, Nº 23, Morelia, 2015, pp. 57-79.
696
Alberto Bremauntz, Informe de labores, 1964-1965, Morelia, Universidad Michoacana, 1966, pp. 12-13.
244
Lucio Rangel Hernández
1º.- La Universidad Michoacana podrá con sujeción a las normas de este Reglamento,
incorporar los establecimientos en que se imparta la enseñanza para el bachillerato o
profesionales, que están ubicados en el estado de Michoacán.
2º. Los institutos objeto de incorporación podrán ser particulares o los llamados por coo-
peración y que carezcan de reconocimiento legal por parte de cualquiera otra institución.
En todo caso para la Universidad Michoacana no entraña ningún tipo de obligación
el que alguno de esos planteles obtenga o haya obtenido su incorporación a diversa
Universidad o institución de educación superior.
3º. Para que puedan ser incorporados deberán reunir los siguientes requisitos:
a). Que impartan alguna de las enseñanzas establecidas en la Universidad, correspon-
dientes a los ciclos preparatorio o profesional.
b). Que comprendan carreras, ciclos o grados completos y nunca materias aisladas.
c). Que la orientación filosófica e ideológica de las escuelas o institutos que se incor-
poren a la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo no sea contraria a la
que sustenta esta Institución, de acuerdo con los preceptos correspondientes de su Ley
Orgánica y Estatuto.
d). Que la enseñanza establecida en el Instituto incorporado no se imparta en aquellos
que tengan por objeto el estudio o preparación para el ejercicio del ministerio de un
culto religiosos ni se permitan prácticas de esa índole.
e). Que cumplan estrictamente con las disposiciones del artículo 3º. Constitucional y
demás ordenamientos legales referentes al ramo educacional, pero particularmente con
la no intervención, directa o indirecta, que deben tener los elementos pertenecientes a
cualquier culto religioso en los grados educacionales, señalados por nuestras leyes.
f). Que tengan los mismos planes de estudios, programas y textos que adopte
la Universidad.
g). Que observen, en todo lo que resulte aplicable, las disposiciones existentes
en la Universidad.
h). Que se sometan a la supervisión en los términos de este Reglamento.697
De acuerdo con Pablo G. Macías, a raíz de la aprobación de este regla-
mento la Junta de Gobierno y el rector fueron objeto “de los más rabiosos ataques
de organizaciones fantasmas, de elementos retrógrados y de líderes facciosos de
Michoacán, en cuyas actitudes se veía la línea del clero y el beneplácito del gobierno
del estado”.698
697
Pablo G. Macías, Luces y sombras…, pp. 187-188.
698
Pablo G. Macías, Luces y sombras…, p. 188.
245
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Este conflicto fue aprovechado por el grupo de choque que el gobierno
estatal tenía infiltrado en la universidad, mismo que el 30 de septiembre de ese año,
durante el desfile cívico-militar con el que se celebraba el natalicio del generalísimo
José Ma. Morelos, agredió a jóvenes de los colegios particulares que participaban en
el homenaje, con el perverso objetivo de que se culpara a los universitarios del ata-
que, como así fue. La Voz de Michoacán, vocera incondicional del gobernador, “aseveró
que los agresores habían sido los nicolaítas”, y aunque las autoridades universitarias
protestaron por la acusación sin fundamento, el común de la gente dio crédito a las
calumniosas notas incriminatorias, mostrándose indignada.699
Así, el doble discurso de Arriaga Rivera sumía a la universidad en la in-
certidumbre financiera, y a pesar de que ésta participaba del esfuerzo por reforzar la
formación de técnicos para las áreas industriales, no recibiría el apoyo subsidiario que
solicitaba porque, como ya lo hemos señalado, su proyecto de una educación popular
y nacionalista chocaba con el proyecto modernizador del Estado mexicano.
Como vimos, las presiones para que la institución se desligara de la edu-
cación secundaria eran muy fuertes. Se hizo la propuesta de suprimir la Escuela Se-
cundaria Nocturna para Trabajadores, como condición, por parte del gobierno fe-
deral, para aumentarle la cantidad de 100 mil pesos a su presupuesto. Aunque los
estudiantes opusieron resistencia a esta embestida, pues consideraban que sólo sería el
comienzo porque estaba contemplada la clausura de las secundarias varonil y femeni-
l,700 la rectoría tuvo que ceder y cerrarla en enero de 1965 por las difíciles condiciones
económicas que enfrentaba la institución, pero sobre todo por la presión que ejeció el
gobierno por la vía legal, en virtud de que el artículo 127 de la Ley Orgánica Federal
de Educación Pública establecía que la educación de los trabajadores correspondía a
la federación.701
También se propuso suspender las labores de la Escuela de Ingeniería
Industrial a partir de 1965, para obtener con ello el ahorro de un millón de pesos y
destinarlos a la compra de material, instrumentos y equipos para laboratorios y talle-
res de otras escuelas.702
699
Pablo G. Macías, Luces y sombras…, p. 179.
700
aphb, “La conspiración de los Genios. El Plan de Ortega Martínez en Marcha”, feum, Órgano Oficial
de la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoacán, Época I, s/n, Morelia, Michoacán,
noviembre de 1964; y Patria Nicolaíta, Época I, Nº 38, Morelia, Michoacán, julio de 1965.
701
Alberto Bremauntz, Informe de Labores, 1964-1965, pp. 16-18.
702
“La conspiración de los Genios. El Plan de Ortega Martínez en Marcha”...
246
Lucio Rangel Hernández
Además de estas medidas, que formaban parte del plan preparado por
Ortega Martínez como condición necesaria, para aumentar el subsidio federal a la
Universidad Michoacana,703 se pretendía el cierre de la Escuela Popular de Bellas
Artes y de las recientemente creadas facultades de Agrobiología y Altos Estudios
“Melchor Ocampo”, así como de la preparatoria de Uruapan.704
Particularmente, la educación media básica impartida por la univer-
sidad era objeto de ataques, pues se argumentaba que este nivel educativo debía
estar única y exclusivamente controlado por la sep, porque en todo caso, decían los
funcionarios de esta dependencia federal y de la anuies, ese gasto debía ahorrárse-
lo la institución e invertirlo en otras carreras. o en el último de los casos ahorrárselo
al propio Estado.705
Pero este chantaje no fue aceptado por los universitarios, que resis-
tieron los embates y las presiones económicas, logrando mantener en su seno la
educación secundaria y evitando la clausura de alguna de sus escuelas, e incluso en
medio de las condiciones adversas que significaba el déficit presupuestal asegurar
la viabilidad de ellas, como el caso de la Escuela de Ingeniería Industrial, la cual se
afianzó bajo la perspectiva de que, de acuerdo a lo planeado por la Comisión del
Balsas, para 1965 la planta siderúrgica que aprovecharía los yacimientos ferrosos
de la región (denominada “Las Truchas”) entraría en plena producción y requeriría
una gran cantidad de personal técnico calificado en esa rama para su operación.706
El año de 1963, la Universidad Michoacana había ejercido un presu-
puesto total de 8 millones 244 mil 460 pesos, de los cuales el gobierno del estado
aportó 3 millones 650 mil pesos, el federal 4 millones 245 mil pesos, mientras que
por ingresos propios obtuvo 332 mil 460 pesos y por donativos 17 mil pesos.707 Al
respecto, las autoridades universitarias señalaban que, de acuerdo a la población
A este funcionario de la anuies, en la Universidad Autónoma de Puebla lo bautizaron como “el ave
703
negra”, ya se podrá deducir porque, agn/ips, Caja 455, Antecedentes del problema de la Universidad
Michoacana, 4 de octubre de 1966.
704
“chantaje a la Universidad...”
705
“chantaje a la Universidad…”
La Voz de Michoacán, sábado 26 de octubre de 1963, “3, 275 Técnicos Industriales y Obreros se
706
Requieren Para la Siderúrgica Las Truchas”, pp. 1 y 13; y La Voz de Michoacán, jueves 31 de octubre de
1963, “No Desaparecerá la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Michoacana”, pp. 1 y 5.
707
La Voz de Michoacán, jueves 9 de enero de 1964, “Es de los más bajos el presupuesto por alumno en la
u.m. doce millones de pesos necesita la Universidad para el presente ciclo”, pp. 1y 13.
247
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
estudiantil atendida (5,015 alumnos), el presupuesto por alumno era de mil 743
pesos, uno de los más bajos de las universidades públicas del país, sólo por enci-
ma de la Universidad de Nuevo León cuyo costo era de mil 643 pesos, y de la de
Campeche que era el más bajo: 430 mil pesos por alumno. Para el nuevo año, la
Comisión de Hacienda, la rectoría y la auditoria sometieron a consideración del
Consejo Universitario un proyecto parcial que contemplaba la erogación, en el pe-
riodo comprendido del 1 de febrero de 1964 al 31 de enero de 1965, de 8 millones
704 mil pesos.708 Esto sin incluir los recursos necesarios para el funcionamiento de
la Comisión de Investigación Científica, el pago de becas a los alumnos y partidas
para otros ramos, lo que elevaría las necesidades presupuestales a 12 millones 805
mil 126 pesos.709
Finalmente, el presupuesto aprobado para dicho año fue de 9 millones
375 mil pesos. De ellos, el gobierno estatal aportaría 4 millones 50 mil pesos, de
los cuales se descontarían 500 mil pesos que dicho gobierno había facilitado a la
institución en el mes de diciembre anterior para cubrir el pago de salarios de fin de
año a cuenta del subsidio de 1965.710
Entre lo que solicitó y requería la universidad (12 millones 914 mil
202 pesos y lo aprobado para el año de 1964) existía un déficit presupuestal de 3
millones 539 mil 202 pesos, por lo que el Consejo Universitario tomó el acuerdo
de distribuir el mencionado ingreso para satisfacer las partidas esenciales, pero
aun así resultaban absolutamente indispensables un millón 665 mil 957 pesos, “sin
cuya cantidad era verdaderamente imposible el eficaz funcionamiento de la Casa
de estudios”.711
Las gestiones realizadas ante los gobiernos estatal y federal por parte
del rector recibía la reiterada y desalentadora respuesta burocrática de que “se
están dando los pasos necesarios para lograr lo más pronto posible el aumento del
subsidio”, por lo que ante el agobiante problema se retomó el proyecto de cons-
708
La Voz de Michoacán, jueves 9 de enero de 1964, “Es de los más bajos el presupuesto por alumno en la
u.m…” , pp. 1 y 13.
Voz de Michoacán, domingo 16 de febrero de 1964, “El Gobernador asistió a la lectura del informe
709La
del rector A. Bremauntz”, pp. 1 y 12.
710
La Voz de Michoacán, jueves 26 de marzo de 1964, “Continúa siendo difícil la situación económica de la
Universidad estatal”, pp. 1 y 12, y La Voz de Michoacán, domingo 16 de febrero de 1964, “El Gobernador
asistió..., pp. 1 y 12.
711
La Voz de Michoacán, jueves 26 de marzo de 1964, “Continúa siendo difícil...”, pp. 1 y 12.
248
Lucio Rangel Hernández
tituir el Patronato Universitario, el cual comenzó a ser promovido por Salvador
Franco López, como presidente de la Asociación de Ex alumnos Universitarios y
por la “Casa de Michoacán” en el d.f., presidida por el David Franco Rodríguez.712
A mediados de enero de 1965, el Consejo Universitario formuló el antepro-
yecto de presupuesto de ese año, mismo que ascendía en números redondos a la canti-
dad de 15 millones de pesos,713 de los cuales solamente podría disponer de 10 millones
495 mil pesos correspondientes a los subsidios federal y estatal e ingresos propios.714
Nuevamente el rector Bremauntz viajó a la ciudad de México para gestio-
nar más recursos, ante el gobierno federal y entrevistarse con los directores de Petróleos
Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad con el fin de conseguir la donación
del equipo necesario para la instalación de los laboratorios y talleres para el adecuado
funcionamiento de las carreras de Ingeniería Mecánica, Eléctrica y Química.715
Un mes después, Agustín Yáñez, secretario de Educación Pública, le no-
tificó que de acuerdo con el programa aprobado por la presidencia de la República
para la ampliación de subsidios extraordinarios a las universidades de provincia, le
correspondía a la Universidad Michoacana, tan sólo el aumento de 100 mil pesos.716
Mientras tanto, una mínima parte del crónico déficit presupuestario era
solventado a “cuentagotas” por el gobierno estatal, que sólo respondía ante situacio-
nes extremadamente urgentes como el otorgamiento de un subsidio extraordinario de
59 mil 747 pesos que serían nuevamente destinados al pago de salarios con motivo del
fin de año.717
En medio de estas agudas condiciones económicas, y quizá por lo mismo,
algunas personas, movidas por el altruismo o en descargo de su conciencia, según la
La Voz de Michoacán, jueves 26 de marzo de 1964, “Continúa siendo difícil...”, pp. 1y 12; y La Voz de
712
Michoacán, jueves 12 de noviembre de 1964, “Patronato Universitario”, pp. 5 y 13.
Voz de Michoacán, jueves 14 de enero de 1965, “Más de 15 millones presupuesta para este año la
713La
Universidad”, pp. 1 y 13.
714
La Voz de Michoacán, viernes 12 de febrero de 1965, “Cinco millones requiere la u.m. para cumplir con
su función”, pp. 1 y 13.
La Voz de Michoacán, sábado 20 de febrero de 1965, “Importantes gestiones hará el rector ante
715
dependencias federales”, p. 4.
716
La Voz de Michoacán, jueves 25 de marzo de 1965, “Aprueban un aumento de sólo 100 mil pesos para
la Universidad”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, viernes 18 de diciembre de 1965, “Subsidio extraordinario de 60 mil pesos a la
717
Universidad”, pp. 1 y 12.
249
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

óptica de otros, fue que el señor Arnulfo Ávila ex tesorero del gobierno del estado
legó a la universidad un millón 500 mil pesos. La donación debería ser destinada
única y exclusivamente para la construcción del auditorio universitario, siempre que
el gobierno o la propia universidad proporcionaran el terreno necesario. Esta era una
añeja necesidad de la institución y desde luego comenzó a planearse su edificación en
el predio localizado frente al Colegio de San Nicolás, el cual había sido cedido por
el presidente Lázaro Cárdenas precisamente para dicho objeto.718 Sin embargo, este
paraninfo no se construiría allí sino a un costado de la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales, llevando desde 1966 el nombre de su benefactor hasta el año de 1972 en que
le fue sustituido por el de Auditorio Universitario “Dr. Samuel Ramos”.
Bajo estas circunstancias, el anteproyecto de presupuesto elaborado por
la Comisión de Hacienda del Consejo Universitario para el año lectivo de 1966 as-
cendía a la cantidad de 18 millones 799 mil 123 pesos,719 mismo que fue presentado al
gobernador Arriaga Rivera en una reunión que sostuvo con él un grupo de profesores
y alumnos encabezados por el rector. El Lic. Bremauntz, al hacer la relación de las
necesidades que tenía la universidad, señaló que éstas no podrían solventarse con “el
presupuesto actual de poco más de diez millones de pesos, lo cual ha detenido con-
siderablemente la reforma académica, impidiendo en todos los órdenes la evolución
científica, técnica y cultural que demanda una Universidad Moderna”. Ante ello el
gobernante se concretó a prometer el aumento del subsidio del estado en medida de lo
posible y “apoyar las gestiones para lograr que el gobierno federal haga otro tanto”.720
Los vagos ofrecimientos que hizo el gobernador, se concretaron en un au-
mento al presupuesto del estado de tan sólo 600 mil pesos. Es decir la universidad con-
taría con presupuesto estatal de 5 millones de pesos, mientras que el gobierno federal no
sólo respondió en la misma forma sino que retrasó el envío de los recursos asignados.721
Fuente: elaboración propia, con base en informes de gobierno

Desde luego, los universitarios no cejaban en su empeño de arrancarle

al gobierno los recursos necesarios para el funcionamiento de su institución. Con
La Voz de Michoacán, martes 5 de octubre de 1965, “Legan millón y medio de pesos a la u.m.”, pp. 1 y
718 tal motivo, el Consejo Universitario, en la sesión del 12 de agosto de 1966, acordó
12, y Alberto Bremauntz, Informe de labores, 1965-1966, Morelia, Universidad Michoacana, 1966, p. 18. respaldar la propuesta de la autoridad universitaria de gestionar la construcción de la
719
Alberto Bremauntz, Informe de labores, 1965-1966…, p. 20. ciudad universitaria. El nuevo rector, Nicanor Gómez Reyes, informaría días después
que dicho proyecto había sido “acogido con gusto, por parte de los gobiernos estatal
720
La Voz de Michoacán, Jueves 9 de diciembre de 1965, “Aumento de subsidio para la Universidad”, pp.
1 y 12

La Voz de Michoacán, martes 4 de enero de 1966, “600 mil pesos más otorga el Gobierno Estatal a la
721

u.m.”,pp. 1 y 13; y La Voz de Michoacán, lunes 26 de febrero de 1966, “Otorga el gobernador Arriaga
Rivera un préstamo de cien mil pesos a la Universidad”, pp. 1 y 12.

250 251
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
y federal, ofreciéndose el gobierno estatal, a facilitar los terrenos”.722 Seguramente la
promesa estaba encaminada a evitar la “toma” por la fuerza de algunos edificios pro-
piedad del gobierno del estado por parte de la feum para dotar de las instalaciones de
que carecían las nuevas escuelas, como fue el caso del ex convento de los carmelitas
para que funcionara ahí la Facultad de Altos Estudios.723
Fuente: elaboración propia con base en informes de gobierno
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 12 de agosto de 1966, n/f 4, y
722
Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 19 de agosto de 1966, n/f 5.
723
agn/ips, Caja 456, Informe del agente r.m.m., 9 de julio de 1966.
252
Lucio Rangel Hernández
“Remando contracorriente”, la universidad no se detiene
Sin embargo, aún con las limitaciones que representaba el raquítico presupuesto univer-
sitario, bajo el rectorado de Bremauntz se dieron significativos avances materiales y aca-
démicos en la Universidad Michoacana. Se reformó el plan de estudios de la Facultad
de Altos Estudios, se integraron en una sola carrera las de ciencias físicas y matemáticas
que funcionaban como especialidades separadas,724 y se aprobó en esta misma facultad
la creación de la Licenciatura en Letras Españolas, la cual, como quedó anotado líneas
atrás, nunca llegó a funcionar.725 Igualmente, después de someterse a revisión los planes y
programas de estudio de la Escuela Popular de Bellas Artes, se implementaron en ella las
modalidades de instrumentista, pintor, escultor, grabador y ejecutante de danza clásica.726
En el área de ingeniería, después de aceptarse la petición de la sociedad
de alumnos, se creó, el 1º de julio de 1965, la Facultad de Ingeniería, con especialida-
des en mecánica, eléctrica y química (fimeq), a cursarse en cinco años, suprimiéndose
la carrera de ingeniería industrial. Proceso parecido se dio en la Escuela de Contabi-
lidad y Administración, donde se suprimió la secundaria comercial para dar paso a
la carrera de técnico en contabilidad y administración, con duración de tres años,727
y en el nivel medio superior, a iniciativa del Consejo Técnico de la Facultad de Altos
Estudios “Melchor Ocampo”, se aprobó formalmente la creación de las escuelas se-
cundaria y preparatoria nocturnas para trabajadores, que funcionarían con la parti-
cipación gratuita de profesores de dicha facultad y que serviría al mismo tiempo para
la práctica de la formación docente de sus alumnos.728 Igualmente, el Consejo Uni-
versitario aprobó la creación del Centro de Investigaciones Sociales de la Universidad
Michoacana, que infortunadamente quedaría en el papel, igual que la licenciatura en
Letras Españolas, merced al crónico déficit presupuestal.729
724
Alberto Bremauntz, Informe de labores, 1963-1964, Morelia, Universidad Michoacana, 1964, p. 12.
725
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 17 de junio de 1966, n/f 4.
726
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 29 de noviembre de 1963, n/f 6.
727
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 1º de julio de 1964, n/f 4, y La
Voz de Michoacán, domingo 16 de febrero de 1964, “El Gobernador asistió a la lectura del informe del
rector A. Bremauntz”, pp. 1 y 12.
Véase supra 702. La Secundaria Nocturna sería suprimida tan sólo a un año de su creación, mientras
728
que la Preparatoria Nocturna, ante la crítica situación económica pasaría a depender de la Dirección
de la Facultad de Altos Estudios “Melchor Ocampo”, Alberto Bremauntz, Informe de labores, 1964..., p.
12; y Alberto Bremauntz, Informe de labores 1965-1966..., p. 41.
729
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 17 de junio de 1966, n/f 4.
253
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Para fortalecer el campo de la investigación científica se consiguió que
el Instituto Nacional de la Investigación Científica donara a la universidad un labo-
ratorio de electrónica para la Escuela de Ingeniería Industrial y la Facultad de Altos
Estudios “Melchor Ocampo”.730
Para el nivel medio superior se crearon doce nuevas secciones para los di-
versos bachilleratos.731 Sin embargo, el acuerdo de estudiar la posibilidad de implantar
el bachillerato de tres años, dadas las difíciles circunstancias económicas por las que
atravesaba la universidad, quedaría en el intento.732
En lo referente a la regulación de las actividades universitarias, el Con-
sejo Universitario aprobó el Reglamento General del Profesorado, así como el re-
glamento que normaría las relaciones entre la institución y sus trabajadores admi-
nistrativos y manuales.733
En el renglón de la difusión cultural, el departamento encargado de esta
actividad editó las obras Ancla en el tiempo de Alfredo Mallifert y Cuatro estudios filosóficos
de J. Jesús Bravo Baquero. También imprimió el Estatuto Universitario, el folleto ti-
tulado “Consejo Universitario Constituyente”, dos números de la revista Ciencia y So-
ciedad, órgano oficial de la Universidad Michoacana, y contribuyó con la elaboración
de los periódicos estudiantiles feum y El Nicolaíta, así como de otras publicaciones. Por
lo que respecta a la extensión universitaria, la institución, fiel a su tradición popular,
retomó la organización de las brigadas culturales, mismas que integraron alumnos y
maestros de las escuelas de Enfermería, Farmacobiología, Ingeniería Civil, Odontolo-
gía, Medicina y Agrobiología, entre otras, operando en las poblaciones de Las Mesas,
Irapeo, Jaripeo, Uruétaro, Cuitzeo del Porvenir, Atapaneo y algunas comunidades de
la meseta tarasca.734
La vinculación y el intercambio académico con otras instituciones
de educación superior también se cultivó. El rector Bremauntz, motivado por la
orientación socialista de la universidad nicolaíta, estableció relaciones culturales y
730
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 28 de enero de 1966, n/f 6-9,
y La Voz de Michoacán, jueves 5 de diciembre de 1963, “Laboratorio electrónico para la u.m. importante
donación”, 1 y 12.
La Voz de Michoacán, viernes 17 de enero de 1964, “El presupuesto de la Universidad llegará a más de
731
12 millones con la ayuda federal”, pp. 1 y 13.
732
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 27 de enero de 1964, n/f 5.
733
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 17 de junio de 1966, n/f 4.
734
Alberto Bremauntz, Informe de labores 1964-1965…, p. 14.
254
Lucio Rangel Hernández
académicas con universidades cubanas. Producto de esta relación, la embajada de
Cuba en México otorgó tres becas a la feum para aquellos que quisieran ir a estu-
diar a la isla,735 haciéndolas efectivas Víctor Olmedo del Colegio de San Nicolás y
Luis Eduardo Guerra de la Facultad de Contabilidad y Administración.736
El embajador de Cuba en nuestro país, Joaquín Hernández Armas, visitó
la Universidad Michoacana en dos ocasiones durante la administración del rector
Bremauntz, sustentando sendas conferencias en el teatro universitario “José Rubén
Romero”, el 6 de mayo y el 21 de agosto de 1964. En la primera de ellas equiparó
los anhelos cubanos con la esperanza de los estudiantes nicolaítas, que “ha sido, cuna
de grandes hombres que han luchado por la libertad”, manifestando que le causaba
gran emoción visitar la institución que “por más de cuatrocientos años de existencia,
había sostenido una lucha digna en defensa de las clases desheredadas y por la edu-
cación social de México, lucha que sigue presente, a pesar de las embestidas de las
fuerzas oscurantistas que continuamente buscan minar sus bases revolucionarias”.737
Señaló también que “a pesar de las provocaciones y agresiones de los Estados Unidos
de América, el pueblo cubano no retrocederá un paso”, y que confiaba “en el apoyo
de todos los mexicanos”. Dicho esto, uno de los asistentes le manifestó, “a nombre de
los estudiantes de la Universidad Michoacana el más amplio y decidido apoyo en su
lucha, a la hermana República de Cuba”.738
El Lic. Bremauntz, atendiendo la invitación que le hicieron las universida-
des de La Habana y del Oriente, visitó Cuba en julio de 1964. A su regreso, el 11 de
agosto, dictó la conferencia “El Desarrollo Social y Cultural de la República Socialista
Cubana” en el teatro universitario, donde exaltó los aspectos legislativos fundamen-
tales del periodo de transición del capitalismo al socialismo que vivía la Revolución
cubana: la ley de nacionalización mediante la cual se “han expropiado las empresas
industriales y comerciales”; la ley de reforma bancaria, por la que pasó a manos del
Estado el manejo del sistema bancario; la ley de la reforma agraria, fundamental para
el proceso revolucionario, por la cual se “ha destruido el latifundio, nacionalizado la
La Voz de Michoacán, domingo 15 de marzo de 1964, “Ofrece becas a estudiantes de aquí el Gobierno
735
Revolucionario Cubano”, pp. 5 y 13.
736
La Voz de Michoacán, viernes 11 de septiembre de 1964, “Salen hoy a Cuba dos estudiantes”, pp. 1 y 12.
737
La Voz de Michoacán, martes 12 de mayo de 1964, “Pláticas en la u.m. del embajador Cubano”, pp. 1 y 13.
agn/ips, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4, Informe del director Federal de Seguridad,
738
Manuel Rangel Escamilla, 6 de mayo de 1964; y La Voz de Michoacán, viernes 14 de agosto de 1964, “El
embajador de Cuba dará aquí una conferencia”, pp. 1 y 12.
255
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
tierra y entregada a los campesinos”, y la ley de la reforma urbana, que “ha permitido
una gran transformación de las ciudades, convirtiendo en dueños a los inquilinos”.739
En correspondencia, el rector entregó al Dr. Hernández Armas, durante
un solemne acto celebrado en el Aula Mater del Colegio de San Nicolás, una estatua de
Emiliano Zapata elaborada por el escultor Raúl García, maestro de la Escuela Popular
de Bellas Artes, como “un reconocimiento a la lucha heroica del pueblo cubano”.740
La estatua fue develada en La Habana el 10 de septiembre de 1965, como
parte de los eventos de la Semana de México en Cuba, con la presencia del rector Bre-
mauntz.741 Al día siguiente, la Universidad Michoacana fue objeto de un homenaje
en acto solemne realizado en el aula magna de la Universidad de La Habana. Ahí el
rector de esta institución expresó en su discurso:
Tenemos el honor de recibir en la noche de hoy, en esta Casa de Estudios, al Lic.
Alberto Bremauntz Martínez, rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo, en Morelia, Michoacán. La Universidad de Morelia, heredera ilustre del
Colegio fundado a mediados del Siglo xvi por Don Vasco de Quiroga, ha estado
siempre, a través de su historia, al lado de las causas justas, y no podía esperarse otra
actitud de la institución por cuyas aulas pasaron dos de los más destacados caudillos
insurgentes de la independencia, y su rector el Lic. Bremauntz, es hombre de la Re-
volución Mexicana que ha servido a su patria en distintas posiciones públicas y cuyo
avanzado pensamiento social se expresa en sus libros sobre la “Batalla ideológica de
México”, y “Panorama Social de las Revoluciones de México”, y es, además, amigo
de la Revolución Cubana.
[…] No queremos terminar estas breves palabras sin rogar al rector visitante, que sea
portador, para los profesores y estudiantes de la Universidad moreliana, de un men-
saje y de un saludo fraternal de nuestros estudiantes y profesores. Ellos pueden estar
seguros que aquí, en esta Universidad de la Habana, estamos dispuestos a toda costa
a mantener las conquistas de la Revolución socialista, que estamos en la primera línea
de combate contra el enemigo común, que somos y seremos fieles a nuestro lema de
patria o muerte-venceremos.742
La Voz de Michoacán, miércoles 12 de agosto de 1964, “En Cuba se está llevando a cabo el gran
739
experimento social de América: Bremauntz”, pp. 1 y 13.
La Voz de Michoacán, martes 15 de diciembre de 1964, “Colocarán en la Habana una estatua de
740
Zapata que donará la Universidad Local”, p. 1.
741
Alberto Bremauntz, México y la revolución socialista cubana, Morelia, Fimax Publicistas, 1966, p. 73.
742
Alberto Bremauntz, México y la revolución socialista…, pp. 75-77.
256
Lucio Rangel Hernández
Por su parte, en solidaridad con la joven república cubana, la máxima
casa de estudios de Michoacán organizó la Semana Cultural Cubana-Mexicana, que
se desarrolló del 18 al 23 de abril de 1966, con un programa que incluyó representa-
ciones teatrales, danza, conciertos, documentales, recitales y conferencias.743
Durante el mes de junio, la rectoría de la universidad, a través del Depar-
tamento de Difusión Cultural, organizó un ciclo de conferencias titulado “La política
exterior de México y la de los países socialistas”, mismo que se llevó a cabo en el teatro
“José Rubén Romero”, bajo el siguiente programa:
Junio 16.- Conferencia “La Política Exterior de la urss”, sustentada por el Dr. Vladi-
mir M. Concharenco. Tercer Secretario de la Embajada de la urss en México.
Junio 24.- Conferencia “China en el Concierto de las Naciones”, sustentad por Guiller-
mo Garcés, en representación de la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular.
Julio 1º.- Conferencia “La Política Internacional de México”, sustentada por el Lic.
Ernesto Madero.
Julio 7.- Conferencia “La Política Exterior de Checoslovaquia”, sustentada por el Dr.
Jaroslav Kuvrycht, Encargado de Negocios de la Embajada de Checoslovaquia
en México. 744
Al tiempo que se dictaban estas conferencias, se montaron dos exposiciones,
una sobre grabado chino en las galerías de la Escuela Popular de Bellas Artes, y otra sobre
la urss en el salón de exposiciones del teatro universitario.745
Las actividades anteriormente reseñadas se llevaron a cabo con enormes li-
mitaciones por la falta de apoyos económicos a la universidad por parte tanto del gobierno
estatal como del federal. En ese sentido, una de las principales demandas de las organiza-
ciones estudiantiles nicolaítas era el aumento al subsidio universitario y el otorgamiento
de la “verdadera autonomía”, pues comenzaban a comprender que esta sería el medio
para asegurar que la institución “cumpla con su función social e impedir que sea pues-
ta al servicio de las clases dominantes nacionales y del imperialismo norteamericano”.746
743
Vida Nicolaíta, Órgano oficial de la Universidad Michoacana, Época i, año iii, Nº 23, Morelia, Michoacán,
abril de 1966. Véase también, Lucio Rangel Hernández, “La Universidad Michoacana, el movimiento
estudiantil universitario michoacano y la solidaridad con la Revolución Cubana”, en Universidad Michoacana.
Revista trimestral de ciencia, arte y cultura, Nº 13, Julio-Septiembre de 1994, pp. 132-137.
744
agn/ips, Caja 439, Informe del agente n.m.m., 10 de junio de 1966.
745
agn/ips, Caja 439, Informe del agente n.m.m., 10 de junio de 1966.
aphb, “La Junta de Gobierno y la Universidad”, feum, Órgano de la Federación de Estudiantes
746
Universitarios de Michoacán, Nº 4, Morelia, Michoacán, 15 de junio de 1966.
257
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

Ante los obstáculos, nuevas exigencias rectoral. Con el inicio de las campañas políticas, el grupo democratizador hacía la
advertencia a la Junta de Gobierno que de no respetarse la voluntad mayoritaria de
los universitarios en el elección del futuro rector podría haber violencia.752
La exigencia del reagrupado movimiento estudiantil por obtener la autonomía para
La feum, liderada por Raúl Galván Leonardo, ante la coyuntura que se
la universidad era porque consideraban que la recién introducida figura de la Junta
presentaba, se proponía como parte de su programa de trabajo para el año de 1966
de Gobierno la limitaba al concentrar las atribuciones de nombrar al rector, a los
luchar por reformar la Ley Orgánica para recuperar los contenidos de la orientación
directores y otras que le confería los más elevados poderes sobre los universitarios. El
socialista de la ley de 1961, porque la vigente, decían, estaba constreñida a los postu-
propio Consejo Universitario, como “depositario natural de la soberanía de la comu-
lados de la Revolución mexicana, y consideraban que con todo lo que ello tenía de
nidad universitaria, está subordinado al poder superior de la Junta de Gobierno sobre
positivo no podía servir de orientación educativa a la Universidad Michoacana, ya
la que no tiene la más mínima posibilidad de intervención, ya que de acuerdo a la Ley
que “a través de su historia, ésta siempre ha sustentado los ideales más avanzados”.
Orgánica vigente en este momento [sic], la Junta se autoestructura y autorrenueva”.747
Dicha reforma también la enfocaban hacia “todos los artículos que atentan contra la
Antes aseveraban que “los universitarios se encontraban frente a frente
democracia representativa de los universitarios”, como eran los relativos a la existen-
con el poder público en la discusión y en la solución de sus problemas, ahora entre
cia de la Junta de Gobierno.753
los universitarios y el poder público se encuentra la Junta de Gobierno”.748 Entonces
Además de todas estas posturas políticas, se proponían incidir en corregir
concluían que “mientras exista una Junta de Gobierno, la tan decantada autonomía
la desarticulación que prevalecía en algunos planes y programas de estudio de varias
será una ilusión que a nadie convencerá, pero que servirá de adormidera”. En esas
escuelas, así como la reforma de algunos; igualmente pugnarían por abrir la prepara-
condiciones, Universidad Michoacana era dueña de una autonomía formal, simple-
toria número dos en la ciudad de Morelia, montar la imprenta y editorial universita-
mente jurídica, y “se encuentra tan encadenada políticamente al Estado, como jamás
ria, reorganizar el Instituto de la Población (creado formalmente en 1962, pero que no
lo estuvo, ni cuando era una Universidad de Estado”.749
había entrado en operación), organizar el Departamento Pedagógico (que entre otras
Por esa razón, ahora se planteaban luchar por la desaparición de la Junta
cosas orientara y fomentara la vocación profesional para evitar la deserción escolar
de Gobierno, “porque es la única manera de que la Universidad pueda ser realmente,
que en varias carreras alcanzaba cifras del 50% o más), recuperar el control universi-
y no sólo jurídicamente, autónoma”. Pugnaban porque volvieran al Consejo Univer-
tario sobre el Museo Michoacano y elaborar los reglamentos de becas, de las casas del
sitario todas las atribuciones que tenía antes de que se creara la mencionada Junta, en
estudiante, del servicio social, de los laboratorios, etcétera.754
cuanto que aquél “es el verdadero depositario de la soberanía universitaria, al estar
Su programa contemplaba la exigencia para abrir una casa del estudiante
representados en él, los alumnos y profesores”.750 En suma, estaban considerando la
en la ciudad de Uruapan por mejorar los servicios a los albergues que ya existían y
necesidad de una nueva ley orgánica que “otorgue la total autonomía, en este mo-
para aumentar el número y la cuantía de las becas otorgadas a los estudiantes de es-
mento concedida a medias”; que permita además “recuperar los contenidos filosó-
casos recursos económicos.755
ficos e ideológicos de la Ley anterior, ya que la vigente es confusa en ese renglón”.751
La feum anteponía el aumento al subsidio universitario como condición
En la reanimación de la movilización estudiantil influyó la inquietud po-
sin quan non, definitivamente no se podría avanzar en el mejoramiento material y aca-
lítica surgida a principios de 1966 entre los universitarios ante la cercana sucesión

747
“La Junta de Gobierno y la Universidad...” 752
“La Junta de Gobierno y la Universidad...”
748
“La Junta de Gobierno y la Universidad...”
aphb, Postulados de la Educación Universitaria y Programa Básico de Trabajo de la feum, Morelia, Michoacán,
753

749
“La Junta de Gobierno y la Universidad...” abril de 1966, pp. 1-17.
750
“La Junta de Gobierno y la Universidad...” 754
Postulados de la Educación Universitaria y Programa Básico de Trabajo de la feum...
751
“La Junta de Gobierno y la Universidad...” 755
Postulados de la Educación Universitaria y Programa Básico de Trabajo de la feum…

258 259
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

démico de su casa de estudios.756 En su momento, esta federación estudiantil hizo La solidaridad y el antimperialismo de los nicolaítas
llegar a los aspirantes a la rectoría este programa de trabajo, con el propósito de que
consideraran hacerlo suyo “en todo o en alguna de sus partes”.757
La nueva etapa que vivía la movilización estudiantil universitaria nicolaíta se encon-
traba enmarcada y motivada por una serie de acontecimientos internacionales y na-
Los universitarios no se quedaron “cruzados de brazos” cionales que, conjugados con los locales, influyeron en su reanimación. A nivel nacio-
nal, en marzo de 1965, las escuelas normales rurales iniciaron un paro como medida
de presión para mejorar las condiciones materiales de sus internados, la Federación
Mientras tanto, no se quedaron “cruzados de brazos”. Cansados de esperar el au-
de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (fecsm), que agrupaba a 27 de ellas,
mento presupuestal, entre otras cosas para solventar el déficit infraestructural de la
encabezaba el movimiento. Como aspecto central, la fecsm exigía a la sep la garan-
Universidad Michoacana, la feum decidió apoderarse del conjunto arquitectónico del
tía de que no desparecería el sistema de normales rurales, como lo tenía planeado el
ex convento de los carmelitas con el objetivo de que albergara la Facultad de Altos
Estado mexicano, además de exigir el aumento al monto de las becas alimentarias,
Estudios “Melchor Ocampo” y la preparatoria nocturna.758 Sin embargo, el dictamen
transporte para prácticas de campo y mejoras en las instalaciones de sus escuelas.761A
emitido por una comisión universitaria conformada exprofeso arrojó como resultado
este movimiento, defensor de la educación popular, los universitarios michoacanos le
que el edificio estaba a punto de derrumbarse y por lo mismo resultaba incosteable
manifestaron su apoyo, realizando varias marchas organizadas por la feum.762
su reconstrucción y adaptación, lo que exigía la búsqueda de una alternativa.759 Ante
Medio año antes la feum, como integrante de la cned, había manifestado
esta situación, el gobernador, para evitar “la toma violenta” de otros espacios públi-
su solidaridad con los normalistas del estado de Chihuahua, a quienes la
cos, se comprometió ante una comisión de profesores que lo entrevistó en su despacho
a ceder un terreno para la construcción del edificio para la citada facultad, y ofreció
gestionar ante las instancias federales los recursos necesarios.760 política reaccionaria del Gobernador Praxedes Giner Durán, han asestado un nuevo
golpe contra la educación popular al clausurar arbitrariamente las normales de Chi-
huahua, Parral, Ojinaga y Ciudad Juárez, cometiendo además el imperdonable error
de clausurar también el Internado de la Escuela de Artes, y el Internado de Señoritas
que prestaban un gran servicio para la educación de los hijos de los obreros y campesi-
nos del estado. Estas medidas arbitrarias no han quedado allí, sino que arrancaron a la
Normal Diurna su ciclo secundario y han desatado una campaña de corrupción contra
los estudiantes mediante la creación de becas para sobornar a los estudiantes y aban-
donen éstos la lucha por la reapertura de los internados. La persecución y la amenaza
sobre los dirigentes de la Federación de Estudiantes de Chihuahua se ha desatado […].
756
Postulados de la Educación Universitaria y Programa Básico de Trabajo de la feum… Por ello requerimos a todas las organizaciones de la cned y al estudiantado nacional
para que unidos […] frenar el golpe reaccionario contra nuestra educación popular.
757
“La Junta de Gobierno y la Universidad...”
Llamamos muy fraternalmente a los compañeros normalistas y en especial a los ru-
758
agn/ips, Caja 456, Informe del agente r.m.m., 9 de julio de 1966. rales a fin de que estén hoy más vigilantes que nunca ante la amenaza que se cierne
sobre las Normales Rurales de Salaices y Saucillo, Chihuahua, pues sin duda alguna
759
agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., 30 de julio de 1966. En 1973, en alguno de los anexos
los golpes dados a los internados y Normales, no son sino una preparación para llevar
de este complejo que medianamente se mantenía en pie, un grupo de jóvenes universitarios fundó la
adelante el deseo de los latifundistas encabezados por Giner Durán para clausurar las
Casa del Estudiante Camilo Torres Restrepo, el cual tres años después, en 1975, canjearon por un inmueble
ubicado en la calle Virrey de Mendoza, dotado de mejores condiciones asistenciales y por supuesto
infraestructurales, aprovechando el ofrecimiento del gobierno del estado presidido por Carlos Torres
Manzo, quien tenía el proyecto de rescatar el ruinoso edificio para convertirlo en la sede del Centro de
Cultura estatal, hoy conocido como Casa de la Cultura de Morelia, véase Lucio Rangel Hernández,
La Universidad Michoacana y el movimiento estudiantil 1966-1986, Morelia, Universidad Michoacana, 2009, La Voz de Michoacán, sábado 3 de abril de 1965, “Huelga general de las Normales Rurales del país”,
761

p. 200. pp. 1 y 13.

760
agn/ips, Caja 456, Informe del agente r.m.m., 12 de julio de 1966. 762
La Voz de Michoacán, miércoles 7 de abril de 1965, “Total apoyo a las Normales”, pp. 1 y 13.

260 261
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Normales Rurales del Estado, que tanto se han distinguido en las luchas en favor de
las masas oprimidas del campo.763
A nivel internacional, la intensificación de la intervención militar estadoun-
idense en el conflicto vietnamita, la invasión de este poderoso país a la República Do-
minicana, el bloqueo económico y la presión política que ejercía sobre la recién nacida
república socialista cubana también movilizaron al estudiantado nicolaíta, tradicional-
mente antimperialista, incrementando con ello su ánimo combativo.
Para protestar por la escalada militar del vecino país del norte en la guerra de
Vietnam, los nicolaítas llevaron a cabo el 23 de marzo de 1965 un mitin organizado por
la feum, la Juventud Comunista, la Juventud Popular Socialista y el Círculo Universitario
“Melchor Ocampo”, en donde quemaron un monigote que representaba al “Tío Sam”.764
El 13 de mayo de ese mismo año, de nueva cuenta salieron a la calle con el
mismo ímpetu antimperialista para protestar por medio de otro mitin realizado en la cén-
trica plaza de armas de la ciudad contra la intervención estadounidense en la República
Dominicana. Los organizadores fueron igualmente la feum, la Juventud Comunista, la
Juventud Popular Socialista y el Círculo Universitario “Melchor Ocampo”, pero ahora
contaron con la incorporación de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Huerta.765
Inclusive el propio Consejo Universitario acordó solidarizarse con el pueblo dominicano,
basándose en los principios de no intervención y autodeterminación y pedir además a la
cancillería mexicana que “se separe nuestra República de la oea” y “se proteste ante la
onu y ante la propia oea por la intervención norteamericana”.766
Nuevamente, el 29 de marzo de 1966 y organizado por la feum fue celebrado
un mitin en los patios del Colegio de San Nicolás, en donde varios oradores condenaron
la intervención militar estadounidense en Vietnam, exigiendo su inmediata salida de este
país. Por su parte, Raúl Galván Leonardo, dirigente de la federación estudiantil, aparte
de manifestarse en el mismo sentido de sus antecesores, exigiendo el respeto a la libre au-
todeterminación de los pueblos, criticó a los Estados Unidos y su programa Alianza para
el Progreso (alpro), puesto que era un nuevo “instrumento para esclavizar al continente
aphb, aphb, feum, Órgano de la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoacán, Época I,
763
octubre 1º. De 1964, Nº 1, “¡Solidaridad con los Estudiantes de Chihuahua!”.
La Voz de Michoacán, miércoles 24 de marzo de 1965, “Mitin estudiantil contra la actitud de e.u. en
764
Vietnam”, pp. 1 y 12.
765
La Voz de Michoacán, miércoles 12 de mayo de 1965, “Mitin estudiantil de protesta a e.u.”, pp. 1 y 12.
766
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 11 de junio de 1965, n/f 4.
262
Lucio Rangel Hernández
americano, mediante empréstitos que normalmente recupera en productos agrícolas, mi-
neros y ganaderos a bajísimos precios”.767
El 16 de abril de este mismo año, la feum organizó otro mitin, ahora en la
plaza Melchor Ocampo, para protestar por la visita del presidente de los Estados Unidos,
Lyndon B. Johnson, y contra la progresiva intervención de este país en Vietnam. Los asis-
tentes portaban pancartas y mantas que decían: “Johnson go home”, “Johnson largate”
y “viva Vietnam”.768
De nueva cuenta, el 3 de julio de 1966, la feum, junto con la Central de Mu-
jeres Independientes, de filiación comunista, celebró en la plaza de armas otro mitin de
apoyo a Vietnam, condenando los bombardeos aéreos que estaban sufriendo las ciudades
de Vietnam del Norte. Para mostrar a la sociedad moreliana las agresiones estadouni-
denses al pueblo vietnamita fueron montadas en caballetes varias fotografías alusivas.769
En defensa de la Revolución cubana, los nicolaítas no sólo protestaban contra
el imperialismo “yanqui”, que no cesaba en sus propósitos de destruirla, sino que convoca-
ban a los “michoacanos amigos de la libertad a defenderla, alistándose como voluntarios
para ir a la tierra cubana y luchar con las armas en la mano por la Primera Revolución
Socialista en América”.770
“Los relámpagos de agosto” y la sucesión rectoral
De esta forma, para el momento de la auscultación con vistas a la sucesión de la
rectoría convocada por la Junta de Gobierno a mediados de 1966, el estudiantado
nicolaíta de tendencia democrática popular se encontraba reorganizado, recuperado
y con renovados bríos, como puede apreciarse a través de las acciones solidarias lle-
vadas a cabo.
En esas circunstancias se organizaron varios grupos universitarios para
postular candidatos a la rectoría. Entre ellos estaban el Frente Estudiantil de los Ni-
agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., Situación política de la Universidad Michoacana, 29
767
de marzo de 1966.
768
agn/ips, Caja 439, Informe del agente c.c.a., 16 de abril de 1966.
769
agn/ips, Caja 456, Informe del agente r.m.m., 3 de julio de 1966.
770
aphb, Manifiesto de la feum al Pueblo de Michoacán, Morelia, Michoacán, junio de 1966.
263
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
colaítas Revolucionarios y el Frente Universitario Pro-auscultación Objetiva, que se
unieron para postular a Salvador Bolaños Guzmán, Jesús Bravo Baquero, Humberto
Aguilar Cortés, Ángel Baltazar Barajas y José Guzmán Cedeño.771 La feum por su
parte candidateó a Humberto Aguilar Cortés, quien al momento se desempeñaba
como secretario general de la universidad, al que fueron sumados, por acuerdo de
Asamblea General de este organismo estudiantil, Melchor Díaz Rubio y Nicanor Gó-
mez Reyes, según datos que aporta Joel Caro Ruiz, miembro en ese momento del
Comité Ejecutivo del cen.772
También figuraban como candidatos Manuel Cázares Ramírez y Jesús
Arreola Belmán; este último, al decir de Pablo G. Macías, contaba con el apoyo del
gobernador del estado Agustín Arriaga Rivera.773
De todos estos candidatos, según el entonces presidente del cen Cuauhté-
moc Olmedo Ortiz, la mayoría de la comunidad estudiantil simpatizaba y apoyaba la
terna propuesta por la feum, pero en especial respaldaban a Eugenio Aguilar Cortés.
Esta opinión tiene sentido si se analizan los candidatos manejados por los frentes es-
tudiantiles mencionados, quienes en su mayoría habían militado en el grupo opositor
al Dr. De Gortari en el conflicto de 1963, y por lo mismo considerados como “retró-
grados” y traidores; mientras que Arreola Belmán, como candidato del gobernador,
de entrada era totalmente rechazado.774
De esta forma, el único candidato del Frente Pro-Auscultación Objetiva
con cierta presencia independiente y con el antecedente de haber estado del lado del
rector De Gortari y que para el momento se desempeñaba como director de la Facul-
tad de Derecho, era Salvador Bolaños Guzmán.
Por lo tanto, si se toma en cuenta el consenso entre los universitarios, los
integrantes de la terna propuesta por la feum y Bolaños Guzmán eran los candidatos
con más posibilidades para ocupar la rectoría. Sin embargo, como ya ha quedado
señalado, la Junta de Gobierno había sido creada por el régimen arriaguista con la
intención de ejercer el control político sobre la universidad, y fue así que en los tres
días previos a la designación del rector el gobernador ejerció una sistemática presión
771
aphb, Manifiesto del Frente Estudiantil de Nicolaítas Revolucionarios, s/f.
Entrevista del autor al Lic. Joel Caro Ruiz, realizada el 10 de octubre de 1991, en la ciudad de
772
Morelia, Michoacán.
773
Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, p. 195.
774
Entrevista del autor al Dr. Cuauhtémoc Olmedo Ortiz.
264
Lucio Rangel Hernández
sobre sus miembros,775 ya no para buscar que se nombrase a Arreola Belmán sino
para designar a cualquier otro que no fueran Díaz Rubio, Eugenio Aguilar Cortés o
Gómez Reyes.776
Particularmente se ejerció tal presión sobre el presidente de la Junta, Pa-
blo G. Macías. En pleno apogeo de la campaña para elegir el relevo del rector Bre-
mauntz fue visitado en su oficina de la ciudad de México por un pequeño grupo de
estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Michoacana, encabezados
por Javier López Moreno, quienes le “dieron santo y seña de los designios del gober-
nador, quien los había enviado”: rechazar las candidaturas de los aleluyos777 y apoyar
la de Salvador Bolaños, señalando además: “No deseamos que en la sucesión haya
problemas, pero si la Junta no atiende a la voluntad de las mayorías, los habrá”.778
La respuesta del presidente de la Junta fue contundente:
—También la Junta está interesada en que la elección sea democrática —le contes-
té—; que quien substituya al señor licenciado Bremauntz reúna los requisitos señala-
dos por la Ley Orgánica; que, en suma, en concepto nuestro sea el mejor de los que
están compitiendo, porque todos son personas idóneas, honestas y eficientes. Ustedes,
según sus propias palabras, representan sólo una fracción de la comunidad universi-
taria, y es nuestro deber oír y tomar en cuenta a todas, como lo estamos haciendo. A
su tiempo la Junta, una vez que haya cumplido con las atribuciones que le señala el
artículo 10 de la Ley Orgánica, dará a conocer el resultado de la elección.
Como mí respuesta no satisfizo a aquellos jóvenes, iracundos abandonaron mi despa-
cho, no sin que López Moreno, en el paroxismo de su indignación, me lanzara esta
amenaza:
—Si usted como presidente de la Junta no nombra rector de la Universidad al licen-
ciado Salvador Bolaños, la sangre volverá a correr por las calles de Morelia, siendo
usted la primer víctima.779
775
Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, p. 201. El autor no especifica sobre qué miembros además de él,
se ejercía tal presión.
776
Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, p. 201.
777
Se refería a los doctores Melchor Díaz Rubio y Nicanor Gómez Reyes, quienes profesaban una
religión protestante, Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, p. 185.
778
Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, p. 186.
779
Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, p. 186.
265
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Pero la Junta de Gobierno, con una actitud independiente, en sesión que
se prolongó desde las diez de la mañana del 30 de julio hasta la madrugada del día
siguiente, nombró como rector de la Universidad Michoacana al Dr. Nicanor Gómez
Reyes.780 Su designación “era defensiva y conciliatoria” porque preservaba la autono-
mía universitaria frente a los intentos de imposición del gobierno estatal, y concilia-
toria porque optaba por un candidato de la izquierda, pero no por el que polarizaba
las posiciones al interior de la universidad y entre ésta y el gobierno local: Eugenio
Aguilar Cortés.781 Esta decisión, desde luego, no fue del agrado del gobernador, pero sí
aceptada y respaldada por la feum, la Federación de Asociaciones de Profesores de la
Universidad Michoacana, incluso por el mismo Frente Pro-Auscultación Objetiva.782
Únicamente la sociedad de alumnos de la Escuela de Derecho, dirigida por
Javier López Moreno, no aceptó la decisión de la Junta de Gobierno. Como vimos, este
líder había viajado hasta la ciudad de México para presionar al presidente de dicha Jun-
ta, Pablo G. Macías, a rechazar las candidaturas de Díaz Rubio y Gómez Reyes, y para
que se eligiera como rector a Bolaños Guzmán. Por ello, inconforme, decidió iniciar un
paro indefinido de labores en su facultad, haciendo un llamado a otros planteles para
extender el movimiento, argumentando que la Junta de Gobierno no había “tomado en
cuenta la auscultación que se hizo en la Universidad burlando la voluntad del estudian-
tado y maestros”; porque “es ministro de un culto religioso” y porque además Gómez
Reyes había hecho un pésimo papel como director de la Facultad de Medicina,783 pero
no fue secundado. Joel Caro Ruiz, del Consejo Estudiantil Nicolaíta, en una asamblea
celebrada en el interior del Colegio de San Nicolás el 2 de agosto, acusó a la mesa di-
rectiva de dicha escuela de ser al mismo tiempo miembros del comité juvenil del pri, y
que respaldados por el gobierno estatal incitaban a la huelga; por lo que los ahí reunidos
se dirigieron al Palacio de Gobierno para exigir al gobernador que dejara de apoyar a
los huelguistas o de lo contrario ellos buscarían el respaldo del pueblo para iniciar una
movilización de protesta contra las autoridades estatales.784
El movimiento promovido por la sociedad de alumnos de la Facultad de
Derecho no prosperó porque la mayoría de los universitarios nicolaítas se unificaron
780
Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, p. 202.
781
Sylvie Didou, Les intellectuels du Michoacan…, pp. 477-478.
782
Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, pp. 204-206.
783
Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, p. 209.
784
agn/ips, Caja 2947, Informe del agente i.n.v., 2 de agosto de 1966.
266
Lucio Rangel Hernández
en torno al nuevo rector, logrando así el objetivo inmediato de llevar a la rectoría de
la universidad a una persona identificada con sus ideales, esto con el disgusto del go-
bernador. Efectivamente, Arriaga Rivera no ocultó su desacuerdo con la designación
de Gómez Reyes. En el acto de toma de posesión (que aparte de haber resultado muy
breve fue celebrado a las 12 horas del 3 de agosto en medio de un ambiente extrema-
damente tenso en el teatro universitario “José Rubén Romero” y no en el Colegio de
San Nicolás como tradicionalmente se hacía) no pronunció discurso alguno.785 Ahí
el presidente de la Junta, después de tomar la protesta al nuevo rector, pronunció
unas palabras donde ponderó la actuación de este organismo universitario en la de-
signación del Dr. Gómez Reyes, ciñéndose a lo mandatado por la Ley Orgánica de
la institución, haciendo un llamado a la unidad del magisterio y del estudiantado y
solicitando el apoyo económico del gobierno estatal y federal para resolver el proble-
ma del déficit infraestructural y de equipo escolar, ante la sobrepoblación escolar que
sufría la Universidad; intervino también el Eugenio Aguilar Cortés, ex aspirante a la
rectoría, quien señaló que “se debe buscar la superación material de la Universidad
en un plan de altura, dentro de su tradición histórica que dejaron Hidalgo y Morelos”;
exhortó a los universitarios a que en un marco de cordura y unidad “busquen y pidan
a los gobiernos Federal y del Estado, aumento de subsidio para aumentar el número
de edificios y buscar la creación de más carreras, sobre todo técnicas, para ponerlas
al servicio del pueblo”. Finalmente intervino el nuevo rector, quien delineó los puntos
fundamentales de su plan de trabajo.786
No era extraña esta actitud del gobernador, quien durante el rectora-
do de Bremauntz desairó los actos públicos universitarios para evitar aparecer cerca
de un rector abiertamente admirador y defensor de la revolución socialista cubana.
Sin embargo, cuando convenía proyectar su imagen a nivel nacional, dejaba de lado
momentáneamente esa animadversión. El 8 de mayo de 1965, en el ccxii aniversario
del natalicio de Miguel Hidalgo y Costilla, se presentó sorpresivamente en el Colegio
de San Nicolás minutos antes de iniciar el tradicional acto cívico en honor al “padre
de la patria” y “rector perenne” de la máxima casa de estudios de Michoacán. Antes
de su llegada, previendo un “desaguisado”, fueron desplegados en puntos clave dece-
nas de policías, mientras que a su arribo elementos del grupo de choque que mantenía
785
La decisión de no celebrarse en el Colegio de San Nicolás fue tomada conjuntamente por el rector
Bremauntz y el presidente de la Junta de Gobierno ante el temor fundado de que los grupos de choque
se apoderarían del recinto para sabotear la ceremonia, Pablo G. Macías, Luces y sombras…, p. 199.
Pablo G. Macías, Luces y Sombras…, pp. 211-216, y agn/ips, Caja 2947, Informe del agente i.n.v., 3
786
de agosto de 1966.
267
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
incrustado en la universidad tendieron un cerco de protección atrás del presidium.
Así, se aseguró aparecer en toda una plana de la revista Siempre!, donde se reproduje-
ron fotografías y grabados alusivos al evento, en compañía de los invitados especiales,
el general Heriberto Jara y el periodista Francisco Martínez de la Vega.787
Igualmente, como parte de esa proyección pública y como estrategia polí-
tica apadrinaba a varias generaciones de graduados, particularmente del bachillerato
y de las facultades de Ingeniería y Derecho, formando con ellos ateneos universitarios
y asociaciones de profesionales como el Ateneo Universitario “Benito Juárez”; varios
de sus miembros fueron incorporados a la burocracia estatal.788
Después de la designación de Gómez Reyes, la feum vislumbró mejores
condiciones para la universidad y obviamente para el desarrollo del plan de trabajo
que se había trazado. Quizá esperaban también un cambio de actitud del gobernador,
fundados en lo que éste declaró el 29 de julio de 1966, un día antes de la designación
del nuevo rector, al colocar la “primera piedra” de lo que sería el nuevo edificio de
la Facultad de Odontología, mencionando que este acontecimiento era “precursor
de una nueva etapa en la vida de la Universidad”.789 Evidentemente, como veremos,
“pecaron de optimistas”.
Los orígenes del conflicto entre la universidad y el estado
Las causas que produjeron el enfrentamiento de la universidad con el estado hay que
buscarlas en la política represiva que ejerció el gobierno de Arriaga Rivera contra el
movimiento estudiantil opositor a la introducción del proyecto modernizador de la
educación superior del gobierno federal, para lo cual trató de imponer en las direc-
ciones de sus organizaciones a líderes incondicionales al sistema, corrompiéndolos y
sobornándolos con la intención de poderlas controlar; cuando este método no pros-
peró, utilizó el hostigamiento, la persecución y la agresión física contra los principales
líderes estudiantiles y magisteriales.
787
agn/ips, Caja 455, Antecedentes del problema de la Universidad Michoacana, 4 de octubre de 1966.
El Día, José María Mora Díaz, “Los Sucesos de Morelia han Degenerado en un Movimiento Político,
788
Dice Arriaga Rivera”, 4 de octubre de 1966, y agn/ips, Caja 455, Informe del agente e.s.m., 5 de
octubre de 1966.
789
agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., 29 de julio de 1966.
268
Lucio Rangel Hernández
También quedó manifiesto los escatimados recursos presupuestarios que
le proporcionó a la institución, lo que obstaculizó el proceso de transformación acadé-
mica que había iniciado en el año de 1956. A esto hay que agregar la política antipo-
pular que el gobierno de Arriaga Rivera ejerció desde los inicios de su administración,
lo que provocó la constante oposición de los nicolaítas por la identificación de estos
con los sectores campesino y obrero.
De tal forma que lo que provocó el movimiento estudiantil de octubre de
1966 contra el régimen arriaguista no fue un simple incidente policiaco, como inicial-
mente lo manejaron sus voceros; así como tampoco fue, al caer por su propio peso esta
causal superficial, una “conspiración subversiva preparada por agentes internaciona-
les en colaboración con extremistas nacionales y locales, con el objetivo de derrocar
al régimen constitucional mexicano e implantar un gobierno de tipo comunista en
nuestro país”.
El movimiento estudiantil de octubre de 1966 contra el gobierno de Arria-
ga Rivera fue una consecuencia de la hostilidad con que este gobernante había venido
tratando a la universidad y a los universitarios, porque un grupo mayoritario de estu-
diantes y profesores le exigían el respeto a los postulados de la Revolución mexicana,
manteniendo la orientación educativa universitaria de carácter popular y nacionalista.
Octubre de 1966 en Morelia:
el enfrentamiento entre la Universidad Michoacana y el estado
Prolegómeno
Tradicionalmente, como parte de los festejos patrios conmemorativos de la indepen-
dencia del país y como preámbulo al evento magno por la celebración del natalicio
de José Ma. Morelos, se realizaba el informe de actividades del gobierno del estado
en turno el 29 de septiembre. Este día del año de 1966 el balance de la prensa, en
consonancia con el gobernador Arriaga Rivera, era categórico al afirmar que en “un
clima de tranquilidad, Michoacán va superando etapas hacia el progreso firme”.790
Al referirse a la Universidad Michoacana, en dicho informe, el ejecutivo
estatal resaltada los aumentos presupuestales que le había otorgado su gobierno y
anunciaba que,
El Heraldo Michoacano, “Cuarto Informe de Gobierno, rendido por el Sr. Agustín Arriaga Rivera,
790
gobernador del Estado, ante la H. Legislatura de Michoacán”,viernes 30 de septiembre de 1966.
269
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
atendiendo la especial solicitud que nos hiciera el señor Rector y el Consejo
Universitario en días pasados, se estudia ya con interés, la posibilidad de dotar
luego a nuestra Universidad de los terrenos apropiados para lo que deseamos
sea pronto una realidad, la Ciudad Universitaria de Morelia.
Además de los terrenos para la Ciudad Universitaria a la que aludo en el pá-
rrafo anterior, que tienen un valor de varios millones de pesos, para crear el
patrimonio universitario me propongo someter a vuestra soberanía la modifi-
cación necesaria a las Leyes respectivas a fin de ceder en beneficio del Patri-
monio Universitario, incrementándolo permanentemente, los bienes que por
falta de herederos, actualmente pasan a formar parte del Patrimonio Estatal,
mismos que propondré en lo futuro sean cedidos en bien de nuestra Universi-
dad en bien de su Patrimonio. 791
Al siguiente día, 30 de septiembre, se conmemoró el natalicio del ge-
neralísimo José Ma. Morelos, comenzando con un depósito de ofrendas florales
en la casa donde vivió este héroe epónimo, y luego montando guardia de honor
en la casa donde nació. Posteriormente, en la plaza que lleva su nombre, al pie
de la estatua ecuestre erigida en su honor, se desarrolló la ceremonia cívica,
estando a cargo del rector de la Universidad Michoacana el discurso central.
Inmediatamente después tuvo lugar el gran desfile cívico militar, cerrando con
broche de oro estas celebraciones a las 21 horas frente a palacio de gobierno
con una fiesta popular con quema de fuegos artificiales. 792
Efectivamente, los representantes presidenciales en las festividades, Ra-
món Berrueto, subsecretario de Educación Pública, para el informe de gobierno, y
el general Juan José Gastelum Salcido, subsecretario de la Defensa Nacional, para la
conmemoración del natalicio del “Siervo de la Nación”, después de ser partícipes de
la euforia patriótica provincial, dejaron la entidad “en absoluta tranquilidad”.793 Pero
la noticia del aumento a las tarifas del transporte urbano con la que se despertó el
día siguiente la sociedad moreliana alteraría el aparente orden. Y decimos aparente,
porque ya desde la tarde del día 30 un grupo de estudiantes encabezados por Raúl
791
El Heraldo Michoacano, viernes 30 de septiembre de 1966, “Cuarto Informe de Gobierno...”.
El Heraldo Michoacano, viernes 30 de septiembre de 1966, “Gran desfile Cívico-Militar del Generalísimo
792
Morelos, hoy para conmemorar el natalicio”, pp. 1 y 4.
793
Así se lo informó el Gral. Gastelum al presidente Gustavo Díaz Ordaz el día 3 de octubre, manifestando
su extrañeza por los acontecimientos ocurridos el día dos, Agustín Arriaga Rivera, La política… como me
la enseñaron…, p. 142.
270
Lucio Rangel Hernández
Galván Leonardo,794 Efrén Capiz y Oscar Trasviña, aprovechando la visita de las
“distinguidas personalidades” a los mencionados festejos, efectuaron “pintas” en las
principales calles de la ciudad para exigir la “Libertad de los Presos Políticos”, aunque
éstas fueron borradas rápidamente por el personal de limpia del municipio.795
Los primeros que saldrían a las calles a protestar por dicho aumento se-
rían los estudiantes universitarios, ya que la medida fue un “balde de agua helada”
para los intereses del estudiantado, que tan sólo dos meses antes, por medio del Con-
sejo Estudiantil Nicolaíta, había exigido al gobierno del estado la obtención de un
acuerdo con los permisionarios del transporte para que les aplicaran un descuento del
50% en el pasaje, o de lo contrario amagaron con abordar los camiones sin pagar y
retener algunas unidades.796
Por esas mismas fechas, los estudiantes presionaron para obtener descuen-
tos para ingresar a eventos recreativos y culturales, como partidos de futbol y salas de
cine en la ciudad, en donde en el caso de estas, para forzar un descuento, entraban
en grupos numerosos por la fuerza sin pagar. Sin embargo, el gobernador, a pesar
de haber sido líder juvenil priista (1949-1951) y director del Instituto Nacional de la
Juventud Mexicana (1959-1962),797 y sin duda por ello conocedor de las dificultades
económicas que implicaba para el sector estudiantil los gastos no sólo de transporte
sino de útiles escolares, libros y otros materiales didácticos, prefirió resguardar los
intereses empresariales, mandándoles guardias policíacas, en lugar de interceder por
los jóvenes, mostrándose insensible a las necesidades culturales y recreativas de los
universitarios michoacanos provenientes del sector popular, quienes por lo mismo es-
taban imposibilitados para costearlas a precios normales. Finalmente, como la presión
estudiantil no cesó, las empresas operadoras de cine optaron por conceder la entrada
de dos estudiantes con el pago de un boleto.798
Presidente de la feum y morador de la Casa del Estudiante “Melchor Ocampo”, Juan Manuel Salceda
794
Olivares, Las Casas del Estudiante en Michoacán…, p.182.
795
agn/ips, Caja 455, Informe del agente i.n.v., 3 de octubre de 1966.
796
agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., 5 de agosto de 1966.
Se vanagloriaba de su papel al frente del injm, porque decía: “me permitió realizar lo que siempre
797
había anhelado, hacer de la atención a la juventud una política de Estado…”, Agustín Arriaga Rivera,
La política…como me la enseñaron…, pp. 65 y 89.
798
agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., 5 de agosto de 1966.
271
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

Rojo atardecer
Durante el desarrollo del mitin en el portal “Matamoros” el 2 de octubre
de 1966, un grupo de jóvenes se apoderaron por la fuerza del aparato de sonido que
De esta forma, la causa inmediata que provocó el estallido del movimiento estudiantil
era utilizado por los inconformes y lo llevaron hasta las oficinas de la Procuraduría de
contra el gobierno de Arriaga Rivera fue el aumento de las tarifas de los camiones
Justicia del Estado. Hasta ahí, reforzados, llegaron los nicolaítas para exigir la devo-
urbanos de la ciudad de Morelia, aumento autorizado por el ejecutivo estatal en per-
lución del equipo, pero fueron recibidos a balazos, falleciendo a causa de la agresión
juicio de los grandes sectores populares, que tenían la necesidad de utilizar este tipo
Everardo Rodríguez Orbe, alumno del 4º grado de la carrera de contabilidad y admi-
de transporte, y en beneficio de los permisionarios de este servicio, a cuyos intereses
nistración, y resultando lesionados otros estudiantes.800
servía. Además, que como ya lo mencionamos en la segunda parte de este trabajo,
Los asesinos de Rodríguez Orbe fueron jóvenes priistas, agentes al mismo
algunos de sus colaboradores en la administración pública participaban de las jugosas
tiempo de la Policía Judicial del Estado, que el gobernador mantenía incrustados en la
ganancias de este monopolio.
universidad como grupo de choque, haciéndolos pasar como alumnos.
Los estudiantes universitarios, que en su mayoría provenían de los secto-
Inmediatamente después de los hechos sangrientos, los estudiantes con-
res obrero y campesino y a quienes el alza de las tarifas perjudicaba, inmediatamente
dujeron el cadáver del malogrado joven al Aula Mater del Colegio de San Nicolás,
abanderaron la lucha contra dicha medida antipopular. Para protestar por el mencio-
donde lo velaron, declarando un paro general indefinido en toda la universidad para
nado aumento, algunas brigadas de la feum repartieron el 1º de octubre de 1966 por
exigir la desaparición de poderes del estado, a los que responsabilizaban de los acon-
diferentes puntos de la ciudad un volante donde además convocaban a un mitin a la
tecimientos trágicos.801
ciudadanía para el día siguiente:
La primera versión oficial, misma que los periódicos hicieron suya, fue
que un mitin estudiantil organizado en protesta contra el alza de pasajes de los ca-
Protesta.- Los estudiantes universitarios, protestamos enérgicamente ante los permisionarios de la Socie- miones urbanos “degeneró en zafarrancho, cuando otra fracción estudiantil intentó
dad Cooperativa Valladolid, porque los camiones de servicio urbano local, hicieron injustificada e ilegal
alza de tarifas de dicho servicio. No está justificada esta alza de tarifas, puesto que los costos del manteni- dispersar a los asistentes, produciendo un alumno muerto de un tiro”:
miento de los camiones que prestan sus servicios en esta Ciudad, son menores en relación a los de otras
ciudades del País, y sin embargo pretender cobrar más con el fin de enriquecerse a costa de los usuarios.
No es legal la susodicha alza pues es necesario, que un Delegado de la Secretaría de Industria y Comercio
Un grupo de estudiantes, encabezados por los agitadores Efrén Capiz, fósil universita-
haga un estudio de la situación económica de la Sociedad Cooperativa Valladolid y les conceda un permiso
por escrito para elevar las tarifas. La Delegación de Tránsito no tiene esa facultad. rio de más de 40 años de edad; Raúl Galván, presidente de una fracción de la Federa-
Por estas razones y por otras más es que los estudiantes elevamos nuestra protesta igualmente ante las Auto- ción de Estudiantes Universitarios Michoacanos; Joel Caro, Jaime Oseguera, Tomás
ridades Gubernamentales a quienes exigimos una clara y convincente explicación de su actitud al conceder Guzmán, Rigoberto Sánchez y Florencio Villaseñor realizaba su mitin, cuando otra
el mencionado aumento.
Morelia 1º de octubre de 1966. fracción estudiantil intentó dispersarlo.802

mitin
Se invita a los estudiantes y pueblo de Morelia al mitin de protesta por la injustificable alza de tarifas del servicio urbano.
Domingo dos de octubre a las 10 horas en la Plaza Principal.
El gobernador declaró a los periodistas locales y nacionales que había
girado instrucciones precisas a la Procuraduría de Justicia para que se avocara a “la
Federacion de Estudiantes Universitarios de Michoacán
investigación exhaustiva y enérgica de este hecho delictuoso a fin de castigar severa-
Presidente: Raúl Galván L. Secretario: Benjamín Cazares mente al culpable o los culpables del hecho [sic] sea quienes sean”. A pregunta expre-
Tesorero: Emiliano Vázquez

Federación de Estudiantes Michoacanos

Presidente: Rigoberto Sánchez Tesorero: Francisco R. Oñate799

800
La Voz de Michoacán, martes 4 de octubre de 1966, “Relación de los sucesos estudiantiles”, pp.1 y 4.
801
La Voz de Michoacán, martes 4 de octubre de 1966, “Relación...”, pp.1 y 4.

La Prensa, lunes 3 de octubre de 1966, “Trágico mitote en Morelia. Un mitin estudiantil que degeneró
802

en zafarrancho; alumno muerto de un tiro”; y Excélsior, lunes 3 de octubre de 1966, “Estudiante muerto
799
agn/ips, Caja 455, Informe del agente i.n.v., 3 de octubre de 1966. La hora señalada en este informe de un tiro”. “‘Fósiles’ nicolaitas causan riñas y escándalo en Morelia”.
es errónea. El mitin en realidad fue convocado para las 18:00 horas.

272 273
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
sa del periodista Eduardo Téllez Vargas, enviado especial de El Universal, sobre el por
qué los detenidos, señalados como los autores materiales del crimen,
Fernando González Hernández, “El Piporro”, y Julián Martínez Martínez, eran estu-
diantes y policías judiciales al mismo tiempo, [respondió] “porque hay cientos de es-
tudiantes que trabajan para el gobierno del estado, sobre todo aquellos que no tienen
beca y a quienes se desea ayudar, dándoles la oportunidad de estudiar y trabajar”.803
Esta explicación de Arriaga Rivera resulta absurda aun si no se tuviera
conocimiento de la existencia del grupo de choque que su gobierno mantenía infiltra-
do en la Universidad Michoacana; sin embargo, no mereció el más mínimo comenta-
rio al respecto de parte del entrevistador.
Los acuerdos del Consejo Universitario
Ante la gravedad del problema, el Consejo Universitario, en sesión extraordinaria del
día 3 de octubre, acordó:
a) Exigir castigo a los autores materiales e intelectuales de los asesinos del estudiantes Ro-
dríguez Orbe;
b) Consignar al Tribunal Universitario a los elementos de choque que el partido oficial
y diversas corporaciones policíacas mantienen incrustados dentro de la Universidad;
c) Solicitar la expropiación a favor de los municipios de los transportes urbanos en
todo el Estado de Michoacán, para así beneficiar al pueblo, principalmente a los
sectores de escasos recursos, y al mismo tiempo a los verdaderos trabajadores del
volante que con su esfuerzo no han hecho sino enriquecer a los grandes monopo-
listas del transporte; 804
d) Considerando que el actual gobierno del Estado ha perdido todo contacto positivo
803
El Universal, martes 4 de octubre de 1966, “Castigo enérgico ofrece el gobernador”.
804
Posiblemente esta exigencia tiene como antecedente el llamado movimiento de los camiones
protagonizado por estudiantes de la unam, el ipn y la Normal en Ciudad de México a fines de agosto de
1958, cuyas demandas, además de no aumento a las tarifas, incluía la municipalización del transporte,
Gilberto Guevara Niebla, Las luchas estudiantiles en México…, p. 55. Quince años después, (1981), durante
el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, la demanda de municipalizar el transporte urbano de la ciudad
de Morelia, se materializó; sin embargo, su errónea administración convirtió cinco años después, a ésta
conquista popular, abanderada por los universitarios nicolaitas en un rotundo fracaso, Lucio Rangel
Hernández, El movimiento estudiantil..., p. 258.
274
Lucio Rangel Hernández
con el pueblo y siendo de imperiosa necesidad la elevación del nivel de vida de las
clases proletarias del Estado, y el cese de las constantes represiones a campesinos,
obreros y estudiantes, pedir dentro de los cauces constitucionales que el H. Con-
greso de la Unión declare desaparecidos los Poderes en el Estado de Michoacán:
e) Apoyar las decisiones de la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoa-
cán, del Consejo Estudiantil Nicolaita y de la Federación de Profesores de la Uni-
versidad Michoacana, en el sentido de que, mientras no se satisfagan las anteriores
demandas y no se restablezca el orden dentro de nuestra institución y el Estado, se
suspendan indefinidamente la labores académicas de la Universidad. (Los señores
licenciados Gilberto Vargas López y Juan Díaz Ponce de León, como miembros del
Poder Judicial estuvieron de acuerdo en todos los puntos, salvo en el que se refiere
a la petición de que fueran declarados desaparecidos los Poderes del Estado). 805
La política de agresión hacia los universitarios, que trajo como resultado
la muerte del estudiante Rodríguez Orbe, le estaba complicando la permanencia en el
poder a Arriaga Rivera, y en un primer intento por mantenerse en él hizo renunciar
el 3 de octubre a la presidencia estatal del pri a Mario Ruiz Aburto, quien era seña-
lado como el jefe del grupo de choque. Además, argumentó que no había autorizado
el alza a las tarifas y que ni siquiera tenía conocimiento del asunto;806 justificación en
extremo increíble y simple, que en todo caso no le eximía de responsabilidad y mu-
cho menos le libraba del problema, sino que agravaba su situación al hacerlo parecer
como un gobernante sin autoridad. Seguramente el gobernador, en un cálculo muy al
estilo del sistema político mexicano, consideraba que con esto los universitarios desis-
tirían de su demanda de desaparición de poderes.807
La Voz de Michoacán, martes 4 de octubre de 1966, “El Consejo Universitario pide la desaparición de
805
poderes”, pp. 1 y 12.
806
aphb, El Informador Michoacano, sábado 8 de octubre de 1966. Arriaga Rivera años después continuaba
exculpándose, al señalar en sus memorias que: “lamentablemente la Alianza de Camioneros de México,
que manejaba el guerrerense Rubén Figueroa, se había reunido en Morelia con los concesionarios, para
intervenir ante las autoridades municipales y estatales, a fin de lograr un incremento en las tarifas del
transporte urbano. Figueroa les aconsejó actuar de inmediato sin el permiso de las autoridades, dejando
para el lunes 3 el presentar las solicitudes correspondientes […]”, Agustín Arriaga Rivera, La política…
como me la enseñaron, p. 139.
La Voz de Michoacán, martes 4 de octubre de 1966, “El Consejo Universitario pide la desaparición de
807
poderes”, pp. 1 y 12.
275
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Uno de los camiones urbanos secuestrados por los estudiantes.
Fuente: agn.
Conformación y ascenso de un movimiento estudiantil-popular
Pero no ocurrió como lo pensaba. Los universitarios mantuvieron su postura. Rápida-
mente se movilizaron el mismo 3 de octubre, difundiendo a través de varias radiodifuso-
ras a la población moreliana los motivos y objetivos de su lucha, invitándola a adherirse
a su causa. Varias comisiones de estudiantes se dirigieron a los distintos mercados de la
ciudad para pedir apoyo a los pequeños comerciantes, mientras otros secuestraron ca-
miones del servicio urbano y los concentraron frente al Colegio de San Nicolás, cerran-
do con ellos el tránsito por la avenida Madero. Por la tarde de este mismo día realizaron
dos grandes mítines, con la participación de más de tres mil personas, entre estudiantes y
276
Lucio Rangel Hernández
gente del pueblo; en ellos, los líderes insistieron en la demanda central de la desaparición
de poderes del estado.808
Para el día 4 del mismo mes el movimiento se había extendido al interior
de la entidad. En Uruapan los choferes de los camiones urbanos, en solidaridad con
los universitarios, les entregaron más de 20 unidades.809 Por la tarde un grupo de
alumnos de la Facultad de Agrobiología y de la preparatoria, asesorados por Raúl
Galván Leonardo, Efrén Capiz y Rigoberto Sánchez, recorrieron las céntricas calles
de la ciudad para invitar a la población a que concurrieran al mitin que celebraron en
la plaza principal, donde uno de los oradores realizó una cronología de los aconteci-
mientos del día 2 de octubre, que tuvieron como resultado el asesinato de Rodríguez
Orbe. Acto seguido tomó la palabra Marcelino Ramírez, identificado por la dfs como
miembro del pcm, quien acusó al gobernador de ser el responsable no sólo de este
hecho sangriento, sino de los asesinatos de Arturo Lagunas y otro líder estudiantil de
Nueva Italia, por lo que exigía su inmediata renuncia, lo cual fue reafirmado y respal-
dado por dos oradores más.810
A las 18 horas del día 5 se llevó a cabo otra manifestación organizada por
los mismos alumnos de la preparatoria y de la Facultad de Agrobiología de Uruapan.
Partieron de esta escuela portando varias pancartas con las leyendas: “Arriba el pue-
blo, Abajo el mal gobierno”, “Universidad o Muerte”, “Pedimos la desaparición de
poderes del estado”, “Hei Arriaga Hitler” y “La colonia Arturo Lagunas apoya a los
estudiantes”. Marcharon por varias calles de la ciudad cargando un ataúd que tenía
inscrita la demanda: “Fuera Asesino”. Al llegar a la pérgola de la plaza “Morelos”,
celebraron un mitin. Hablaron, entre otros, el estudiante de la mencionada facultad
Horacio Arroyo Souza, quien señaló que al gobernador del estado no sólo le gusta la
sangre de los estudiantes, sino también de los campesinos, como el caso de Arturo La-
gunas, quien fue asesinado el 9 de septiembre de 1965 en compañía de tres más en el
poblado de Urecho. Otro estudiante de apellido Covarrubias insistió en la necesidad
de contar con el apoyo del pueblo para que el asesinato de Rodríguez Orbe no queda-
ra impune, pues el gobierno del estado, para eludir su responsabilidad en este crimen,
cesó al secretario general del pri e hizo renunciar al jefe de la policía judicial, creyen-
do que con ello, los estudiantes quedarían satisfechos, pero ellos consideraban que el
responsable de ese crimen era el propio gobernador, quien se “caracteriza como reac-
808
La Voz de Michoacán, lunes 3 de octubre de 1966, “Cronología de los sucesos de ayer”, pp. 1 y 12.
809
Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, p. 87.
810
agn/ips, Caja 439, Informe del agente J.S.G., 5 de octubre de 1966.
277
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

cionario y enemigo del pueblo, favorecedor de los latifundistas y de los millonarios”, nes hasta lograr la desaparición de poderes del estado. Uno de ellos además aseguró
por lo que no cejarían —dijo— en su “lucha hasta correrlo del Estado”. También que el general Lázaro Cárdenas se encontraba en esta población, lo que arrancó un
intervino Ángel Bravo Cisneros para informar que se habían recibido telegramas de nutrido aplauso, noticia que luego sería desmentida, pero que denota la seguridad y
adhesión de las normales rurales de Tamatan, Tamaulipas y Atequiza, Jalisco, y La la confianza que existía en el imaginario colectivo estudiantil de que contaban con el
Huerta, Michoacán, exhortando al estudiantado y al pueblo unirse al movimiento, respaldo de este personaje.814
hasta lograr la caída del “asesino Arriaga Rivera”. La jornada concluyó con la quema Al día siguiente de los actos represivos del gobierno contra el movimiento
del ataúd y de cinco fotografías del gobernador.811 estudiantil en la capital, mismos que culminaron con la aprehensión de los principales
El día 6 por la tarde, en la misma ciudad, los estudiantes de la Facultad de líderes y el asalto al Colegio de San Nicolás por el Ejército, y a pesar del patrullaje
Agrobiología y de la escuela preparatoria marcharon nuevamente desde este último militar, en el auditorio de la Facultad de Agrobiología se llevó a cabo una reunión
plantel hasta la pérgola de la plaza “Morelos”, donde realizaron un mitin. Previamen- que contó con la presencia de habitantes de la colonia “Arturo Lagunas”. En ella, por
te, los participantes disolvieron a tomatazos una concentración de apoyo al gobierno medio de volantes y de viva voz, se informó de los hechos represivos en contra de los
del estado. Ahí, Eusebio Escobedo, uno de los oradores, manifestó que seguían en universitarios en la ciudad de Morelia. Uno de los volantes contenía el siguiente texto:
pie de lucha hasta lograr la destitución del gobernador y la desaparición de poderes;
además informó a los concurrentes que el Consejo de Huelga Estudiantil había deter-
“Corrido de la fiera asesina”
minado cambiar el nombre del Centro Deportivo “Agustín Arriaga Rivera” por el de (Con música de las Gaviotas)
“Mártires Nicolaítas”.812 Cerca de donde se desarrollaba el evento, la abogada Gloria aquí llegamos los estudiantes
Estela Sandoval, con un ejemplar de la Constitución general de la República, proce- de este Colegio de San Nicolás
dió a llamar la atención de una parte del público que se encontraba en la plaza, de- y demandamos del gobierno
fendiendo al gobernador y acusando a los estudiantes huelguistas de ser comunistas, y que desprestigia a Michoacán.
Fuera asesinos de juventudes
que como tales les estaban mandando dinero de Rusia, que no les hicieran caso y los
sálganse pronto de esta región
dejaran solos, pero los estudiantes, al darse cuenta, le respondieron gritándole “servil,
y ser posible ser expatriados
lacaya y vendida”, y terminaron corriéndola del lugar con ensordecedora rechifla. lárguense luego de la nación.
Este mismo día se celebraron sendos mítines en Apatzingán y Lombardía en apoyo a Los compañeros asesinados
los universitarios. Hasta estos poblados, y otros de la tierra caliente michoacana como no han apagado su fiera sed,
Nuevo Urecho, Arteaga y Nueva Italia, incluyendo Los Reyes y La Piedad, se habían por eso quiere seguir matando
trasladado comisiones estudiantiles a informar al campesinado sobre los motivos y y exclamando que fue Teté.
Nefasto Arriaga buscaste apoyo
objetivos del movimiento estudiantil.813 El día 7 por la tarde, nuevamente los mismos
en tu campaña de gobernador
estudiantes realizaron otra manifestación y mitin, trayendo consigo ocho camiones soy nicolaita gritaste siempre
urbanos que habían secuestrado, gritando las siguientes consignas: “Abajo el Dicta- hoy vemos que eres puro hablador,
dor”, “Muera el asesino” y “Viva la Universidad”, entre otras. Tomaron la palabra vete sacando tus garras
varios oradores, quienes reiteraron que continuarían con la huelga y sus manifestacio- ponte luego a caminar
vete al demonio vete a la China
quita tus fieras de este lugar.
A que gobierno tan desgraciado
donde asesinos hacen tu ley
811
agn/ips, Caja 439, Informe del agente J.S.G., 5 de octubre de 1966.
812
agn/ips, Caja 455, Informe del agente j.s.g., 6 de octubre de 1966.
813
agn/ips, Caja 455, Informe del agente j.s.g., 6 de octubre de 1966; y agn/ips, Caja 455, Informe de
los agentes e.s.m. y i.n.v., 6 de octubre de 1966 814
agn/ips, Caja 455, Informe del agente j.s.g., 7 de octubre de 1966.

278 279
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

y el cabecilla que los dirige El poeta Martínez Ocaranza, quien a pesar de estar sufriendo un ataque
todos lo juzgan de puro “guey”. de artritis, pronunció la oración fúnebre en el panteón civil, exigiendo el castigo a los
Por eso siempre que hay altercados
responsables del asesinato.819
corre y se esconde fuera de aquí
y exclamando no me di cuenta
Por su parte, el maestro Jaime Labastida habló a nombre de la fmum;
llora y lamenta y se hecha a gemir. insistió en la municipalización del transporte urbano y señaló que
ya no es posible que soportemos
a este pelele en el poder las demandas que la Universidad levanta, no son demandas estrictamente universita-
vete asesino con Ruíz Aburto rias, sino populares, de las cuales se han hecho eco los nicolaitas, porque es obligación
pues siempre fueron uno tú y él. de los universitarios, como ciudadanos, preocuparse por los problemas de la comu-
“Universidad y pueblo venceremos nidad, y en todo caso la Universidad no hace otra cosa que seguir el ejemplo que
claro que venceremos”.815 recibió de sus mejores hombres, exigiendo la caída de un gobierno que no satisface los
intereses del pueblo.820

La Escuela Preparatoria “Lic. Eduardo Ruiz” y la Facultad de Agrobiolo-
gía resultaron muy aguerridas y serían las últimas en rendirse a la acción represiva del
gobierno; la primera descolgaría de su fachada la bandera rojinegra hasta el día 14,
mientras que en la segunda se mantuvo unos días más.816
En la ciudad de Morelia, el día 4 tuvo lugar la inhumación de Rodríguez
Orbe. En el funeral, encabezado por el rector y el secretario general, participaron
más de quince mil personas. Los contingentes estudiantiles, obreros y campesinos
portaban carteles con la fotografía del gobernador, acompañada de una inscripción
que decía: “vete asesino”.817
En la última morada del nicolaíta Rodríguez Orbe, los oradores que le
despidieron reafirmaron la decisión de seguir adelante en la lucha contra el gobierno
de Arriaga Rivera. El rector Gómez Reyes, en su alocución, mencionó que “el proble-
ma no era solamente universitario, sino un problema popular que se originó a raíz de
la injustificada voracidad del monopolio camionero”, y que “la Universidad fiel a su
tradición, continuaría por el camino que el pueblo le ha señalado”.818
815
agn/ips, Caja 439, Informe de los agentes j.s.g. y j.e.p.g., 9 de octubre de 1966.
816
agn/ips, Caja 439, Informe del agente j.s.g., 14 de octubre de 1966.
Ahí mismo, el propio Labastida refutó la versión propalada por periódicos
locales en manifiestos pagados, donde acusaban que el movimiento estudiantil era una
invitación descarada a la rebelión, “no han sido hasta ahora los universitarios quienes
han provocado a nadie […] hemos sido nosotros los provocados”.821
Al anochecer, los universitarios realizaron otro mitin, ahora en la plaza de
armas, logrando reunir a unas mil quinientas personas. Intervinieron en el mismo varios
oradores, entre ellos Gumersindo Vaca en representación del comité regional de la cci
de Apatzingán, quien señaló que los agremiados a esta central les brindaban su apoyo,
ya que “también a ellos les han asesinado compañeros como se los han asesinado a los
estudiantes”; Fernando Hernández, de la Escuela Superior de Economía del ipn, Gil-
berto Valenzuela Cárdenas, secretario general de la sociedad de alumnos de la esime
del ipn y miembro de la dirección nacional de la cned, y Rafael Aguilar Talamantes,
dirigente de la misma organización, quienes manifestaron la solidaridad y apoyo de to-
das las federaciones estudiantiles adheridas a dicha central estudiantil, exhortándolos a
mantenerse en pie de lucha. También intervino Raúl Galván Leonardo, presidente de la
feum y finalmente un estudiante “no identificado” de la Escuela Normal de La Huerta,
quien pidió la expropiación de La Voz de Michoacán, en beneficio de la Universidad Mi-
choacana, bajo la consideración de que constantemente desprestigiaba a los universita-
rios y contribuía con la política de hostigamiento de Arriaga Rivera contra ella, además,

La Voz de Michoacán, miércoles 5 de octubre de 1966, “Adiós de la Federación de Profesores. Discurso

817
819
Ramón Martínez Ocaranza, Autobiografía…, p. 236.
pronunciado por el profesor Jaime Labastida a nombre de la fmum, en el sepelio del estudiante Everardo
Rodríguez Orbe”, e “Imponente sepelio del estudiante asesinado”, pp. 1, 4, 12 y 13. 820
La Voz de Michoacán, miércoles 5 de octubre de 1966, “Adiós de la Federación de Profesores…”, pp.
1, 4 y 12.
818
La Voz de Michoacán, miércoles 5 de octubre de 1966, “Adiós de la Federación de Profesores…”, pp.
1, 4, 12 y 13. 821
La Prensa, miércoles 5 de octubre de 1966, “Arremeten contra Arriaga en el entierro del estudiante”.

280 281
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

afirmaba, este diario respaldaba incondicionalmente al gobernador frente al movimien- Con esta costosa campaña publicitaria, Arriaga Rivera quería apare-
to estudiantil. Motivados por este planteamiento, los manifestantes se trasladaron a las cer como un gobernante que contaba con el apoyo del pueblo, pero la realidad es
oficinas de este rotativo, situadas en la calle Quintana Roo, entre Allende y Corregidora, que contaba con el respaldo de la iniciativa privada, así como de los incondicionales
para entrevistarse con su director, pero fueron recibidos con gases lacrimógenos, lo que funcionarios públicos, más no así de los trabajadores, ya que es bien sabido que las
estuvo a punto de provocar un ataque, en represalia, a las instalaciones por parte de los mencionadas “organizaciones obreras, campesinas y populares” eran manejadas por
estudiantes, lo que seguramente esperaba el gobierno para hacerlos aparecer como ván- burocracias oficiales que servían a los intereses del gobierno y no a los de las bases que
dalos y justificar la intervención de la fuerza pública en su contra, pero llegaron a tiempo decían representar, y que por lo mismo nunca han contado con el auténtico y amplio
para evitarlo los maestros Jaime Labastida y Octavio Ortiz Melgarejo.822 respaldo de los afiliados a ellas. Por lo tanto, eran las dirigencias y no sus agremiados
La misma noche del 4 de octubre, el Consejo Universitario acordó enviar los que apoyaban al régimen arriaguista.
una “carta abierta” al presidente de la República para desmentir lo dicho en un ma-
nifiesto publicado en La Voz de Michoacán, suscrito por los dirigentes de la Liga de Co-
munidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Michoacán, la cnop, la
Federación de Trabajadores del Estado de Michoacán, la ctm, la forem, la croc y el
snte, sección xviii. En él se afirmaba que los estudiantes se habían apoderado de varias
radiodifusoras para “incitar al pueblo a la comisión de hechos sediciosos y a la rebeldía”,
y que el movimiento era realmente “parte de un plan subversivo nacional en contra del
gobierno del Lic. Gustavo Díaz Ordaz”.823
Ante la firme voluntad de los nicolaítas de pedir su destitución, Arriaga Ri-
vera incriminó por medio de “testaferros” al movimiento universitario de formar parte
de una conjura comunista contra el gobierno de México. Como ya no podía con él, lo
acusó de subversivo para poder reprimirlo por la fuerza, pretendiendo ocultar con ello
las verdaderas causas del descontento estudiantil y así mantenerse en el cargo y salvar
su carrera política.
Mientras tanto, en la prensa estatal y nacional aparecían desplegados pa-
gados por las autonombradas “fuerzas vivas”: “organizaciones obreras, campesinas y
populares” de la entidad, así como de la iniciativa privada, asociaciones de profesio-
nistas y clubes sociales como los “rotarios” y los “leones”. No faltaron por supuesto los
ayuntamientos del estado, los magistrados y hasta los integrantes de la legislatura local
que también mandaron publicar sus escritos en apoyo al gobierno de Arriaga Rivera.824 Rafael Aguilar Talamantes, líder de la cned.
Fuente: agn.

822
agn/ips, Caja 455, Informe del agente e.s.m. 4 de octubre de 1966, y La Voz de Michoacán, miércoles Estas centrales corporativas, así como la iniciativa privada, durante el
5 de octubre de 1966, “Artera agresión. Lanzan bombas lacrimógenas frente a la ‘La Voz’ a periodistas
y estudiantes”, pp. 1 y 12.
desarrollo del conflicto primero conformaron “comisiones” que acudieron al do-
823
ahcu, Exp. Nº 27, Acta de la sesión del Consejo Universitario del día 4 de octubre de 1966, n/f 2.
824
Consúltese La Voz de Michoacán de los días 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10 de octubre de 1966.

282 283
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

micilio del gobernador para patentizarle su respaldo;825 luego, en un segundo mo-

Ante ello, el día 6 el gobernador dio a conocer a los medios de comunica-
mento, realizaron mítines de apoyo en las cabeceras municipales; 826 en un tercer
ción que los estudiantes pretendían apoderarse de las subestaciones eléctricas ubicadas
acto, movilizaron por medio de la dádiva, la presión y tergiversación de los hechos a
en la colonia Industrial y Santiaguito, mismas que abastecían a la ciudad, por lo que
contingentes populares, principalmente campesinos, a los que trasladaron en varios
pidió la inmediata intervención del Ejército para custodiarlas. La acusación era falsa,
autobuses desde el interior a la capital del estado para realizar una gran concentra-
pero el caso era desprestigiar al movimiento para volver al pueblo en su contra.830
ción en favor del mandatario y, supuestamente, del presidente Díaz Ordaz.827
Al mismo tiempo, las radiodifusoras xekw, xei, xemm, xecr, y xelq fue-
Al contrario, la policía federal de caminos impedía la llegada de carava-
ron clausuradas por supuestas violaciones a la Ley General de Vías de Comunicación,
nas estudiantiles que venían a solidarizarse con los nicolaítas provenientes tanto de
cuando en realidad también fueron víctimas de la represión arriaguista por haber
ciudades del estado como de otras partes del país, en particular del Distrito Federal,
transmitido boletines informativos del comité de prensa del Consejo Universitario.831
Nayarit, Baja California y Colima.828
Lo que había ocurrido ese día fue que desde temprano los estudiantes,
Nuevamente el día 5, de las 17 hasta las 20:30 horas se efectuó un mi-
a bordo de un automóvil, recorrieron la ciudad para invitar por medio de un alto-
tin con la asistencia de unas mil doscientas personas, entre las que se contaban
parlante a la población a asistir a un mitin que se llevaría a cabo por la tarde. Al
500 campesinos originarios de los municipios aledaños a la capital del estado, en-
mismo tiempo otros grupos acudieron a las estaciones de radio locales para difundir
cabezados por Sebastián Dimas Quiroz, secretario del comité regional de la cci,
sus demandas. Pasado el mediodía estuvieron en la xekw, cuyo propietario era José
quienes fueron trasladados en los autobuses urbanos que mantenían en su poder los
Martínez, “El Tío Pepe”, donde difundieron un “spot”, en el que hacían un llamado
estudiantes. Se escuchó primero la intervención del líder de la feum, Raúl Galván
a unirse a su lucha contra el gobernador; a la xei llegaron con la misma intención a
Leonardo, para luego participar sucesivamente Flavio Barbosa, estudiante de la
bordo de dos autobuses aproximadamente treinta estudiantes comandados por Clara
Facultad de Economía de la unam y miembro de la Liga Leninista Espartaco; José
Ochoa, penetraron por la fuerza a las oficinas y a la cabina, pero su propietario Ti-
Luis Romero y José Cruz Salgado, ambos de la Facultad de Derecho de la unam,
burcio Ponce cortó las transmisiones.832
quienes patentizaron la solidaridad de sus escuelas al movimiento de los nicolaítas
contra el gobierno de Arriaga Rivera. También participó un empleado de la propia
Universidad Michoacana a nombre de un grupo de compañeros de labores para
manifestar igualmente su respaldo. Posteriormente intervino Rafael Aguilar Tala-
mantes, dirigente de la cned, para informar de la solidaridad manifestada por vía
telegráfica de comunidades estudiantiles de los estados de Nayarit, Colima y Baja
California, así como algunas escuelas del ipn y de la Escuela Nacional de Maestros,
además de la unam. Al término del mitin se celebró una asamblea que aprobó la
constitución de un comité estatal popular de lucha, lo que seguramente encendió las
luces de alarma de la administración estatal.829

825
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes e.s.m. y i.n.v., 5 de octubre de 1966.

El Heraldo Michoacano, lunes 10 de octubre de 1966, “Mítines en los 110 municipios ayer domingo”,
826

pp. 1 y 4.

El Heraldo Michoacano, martes 11 de octubre de 1966, “60 mil Michoacanos apoyan a Díaz Ordaz y
827
830
Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, p. 93.
Arriaga R.”, pp. 1 y 4.
831
Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, p. 92.
828
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes e.s.m. y i.n.v., 5 de octubre de 1966.
832
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes i.n.v. y e.s.m., 6 de octubre de 1966.
829
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes e.s.m. y i.n.v., 5 de octubre de 1966.

284 285
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Raúl Galván Leonardo, presidente de la feum,
en el balcón central del Colegio de San Nicolás. Fuente: agn.
Por la tarde entre las 17 y las 19:30 horas se desarrolló un mitin en la
plaza de armas, donde intervinieron como oradores los estudiantes Ángel Rodríguez
Rábago, Manuel Bautista, Neftalí Chávez y Raúl Galván Leonardo, quienes reitera-
ron su demanda de acabar con el “régimen de terror que padece el Estado, impuesto
por Arriaga Rivera”. También participó Roberto Escudero de la Facultad de Filosofía
y Letras de la unam, para manifestar la solidaridad de los estudiantes de esa casa de
estudios y de otros sectores de la población del df, en su lucha por “lograr que caiga
el antipopular gobierno de Arriaga Rivera”.833
833
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes i.n.v. y e.s.m., 6 de octubre de 1966.
286
Lucio Rangel Hernández
Al término del mitin los asistentes se dirigieron en manifestación por la
avenida Madero hacia el Jardín Villalongín, gritando consignas y portando mantas
con las leyendas: “fuera Agustín Arriaga Rivera”, “el pueblo te repudia-asesi-
no” y “derogación del delito de disolución social”, entre otras. La columna era
encabezada por el rector Nicanor Gómez Reyes, Manuel Romero Gutiérrez y Jaime
Labastida, y por los estudiantes Raúl Galván Leonardo, Elio Calderón Estrada, Irineo
Rojas, Clara Hermila Ochoa y Rafael Aguilar Talamantes. Del mencionado jardín re-
gresaron por la misma avenida Madero hasta las puertas del Colegio de San Nicolás,
donde dieron por concluida la marcha como a las 20:15 horas.834
Esa misma noche, a las 21 horas sesionó el Consejo Universitario, donde
el rector informó a los presentes de la manifestación, señalando que se había rea-
lizado en perfecto orden. También aclaró que la ayuda económica otorgada por la
Cooperativa Valladolid del Transporte Urbano de Morelia a los residentes de la casa
del estudiante “Melchor Ocampo” fue establecida desde 1960, cuando era rector el
Alfredo Gálvez Bravo, por lo que calificó de tendenciosa la información que aparecía
en la prensa nacional y local al afirmar que el estudiantado había estado de acuerdo
con el aumento de las tarifas y contaba con la complicidad del rector, lo que por lo
dicho era mentira.835
La teoría del complot comunista, la justificación para reprimir
Ese mismo día, el Congreso del estado, convocado en secreto por el gobernador, for-
muló ante el ejecutivo federal la solicitud de “su bondadosa intervención” para resta-
blecer el orden público:836
La lvii Legislatura Constitucional del Estado de Michoacán, en ejercicio y cumpli-
miento de los artículos 1o., 14, 34 y 38 de la Constitución Particular de nuestro Esta-
do, en relación con el artículo 122 de la Constitución Federal de la República, hace-
834
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes i.n.v. y e.s.m., 6 de octubre de 1966.
835
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes i.n.v. y e.s.m., 6 de octubre de 1966. Las declaraciones de
los transportistas pueden verse en Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de la Universidad…, pp. 341-342.
836
Pablo G. Macías, Octubre Sangriento…, p. 92.
287
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
mos de su conocimiento la Resolución que este Congreso ha tenido a bien dictar, en
atención a los hechos que están realizándose en nuestra Entidad y en especial en las
ciudades de Morelia, Uruapan y Apatzingán, que consideramos constituyen un caso
de trastorno interior del Estado; por lo que, venimos a excitar a ese Poder Ejecutivo
Federal, a efecto de que se sirva prestar la protección del Ejército Federal.
Fundan este acuerdo las siguientes razones y hechos que ha comprobado esta Legisla-
tura y que son del dominio público de la nación por la prensa y demás vías informa-
tivas estatales y nacionales:
i. El día 20 del mes de junio del presente año, connotados líderes extremistas tomaron por
medios violentos el edificio ubicado en la calle de Eduardo Ruiz 526 y 536 de la ciudad
de Morelia, pertenencia de Almacenes Nacionales de Depósito, con el fin de establecer un
centro de adiestramiento y de conjura en nuestro Estado.
ii. El día 2 de los corrientes, en virtud de un caso típicamente policíaco, en que perdie-
ra la vida el estudiante de contabilidad de la Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo, se levantaron en huelga participando en ella el Consejo universitario y
tomaron diversas unidades de los transportes urbanos de esta ciudad, para trasladar
en ellos a todo el Estado, a personas que buscaban la sublevación contra los Poderes constitui-
dos de nuestra Entidad.
iii. Por virtud de estos hechos se han realizado múltiples motines tendientes a lograr la
desaparición de los Poderes Constitucionales de Michoacán; han obstruido calles de
esta capital y realizan un sinnúmero de actos atentatorios a la propiedad privada y a
la vida normal de nuestras instituciones.
iv. Además de estos actos destacan también: el cierre violento que hicieron de la Se-
cundaria Federal “José Ma. Morelos”, la toma del edificio donde se encuentran diver-
sos talleres del Gobierno del estado y las escuelas primarias Madero y Pino Suárez;
intentos de sabotaje al servicio de la luz eléctrica; secuestro y deterioro de vehículos del
servicio urbano, amenaza de cierre por la fuerza de los locales comerciales de Morelia;
asalto de cuatro radiodifusoras que trabajan en este lugar; y, labor sediciosa a través de boletines que se
expidieron por las estaciones xemm, xekw y xesf.
v. Todo lo anterior constituye un principio de sedición por un grupo, en el cual eviden-
temente participan algunos individuos de nacionalidad extranjera contra las autoridades Consti-
tucionales del Estado de Michoacán e implica un trastorno interior que está desqui-
ciando por momentos la vida normal de las mencionadas e importantes ciudades de
nuestra Entidad.
Como hemos expresado, todo esto ha sido del dominio público por la prensa nacional
y demás medios publicitarios.
Por todo lo antes dicho, esta Legislatura, en sesión celebrada este día, a las 14 horas,
tuvo a bien acordar por unanimidad de los integrantes de la lvii Legislatura Cons-
titucional, solicitar del Poder Ejecutivo Federal la garantía que considere necesaria
y suficiente para lograr el orden, la tranquilidad y el buen ejercicio de las funciones
democráticas y constitucionales del estado de Michoacán.
Solicitamos su inmediata intervención y que tenga a bien girar las instrucciones ne-
cesarias a los Secretarios del ramo que corresponda. Aprovechamos la ocasión para
reiterarle a usted las seguridades de nuestro afecto y respeto.- sufragio efectivo, no
reelección.- Morelia, Mich., a 6 de octubre de 1966.- diputado presidente.- Ignacio
288
Lucio Rangel Hernández
Espinosa Escalera.- diputado secretario.- ingeniero Virgilio Pineda Arellano.- diputa-
do secretario.- profesor Manuel Chávez Campos.837
Como parte del engranaje del sistema político autoritario mexicano, el
poder legislativo local, subordinado al ejecutivo, confirmó la teoría del gobernador
sobre una conspiración como el origen de todo. En un momento del incremento de la
tensión entre las grandes potencias militares que comandaban los bloques Este y Oes-
te, el recurso ideológico de la Guerra Fría justificó lo mismo que encubrió el perverso
proceder represivo contra los universitarios nicolaítas, quienes fueron convertidos en
líderes extremistas, violentos conjurados que buscaban la sublevación contra los po-
deres constituidos de la entidad, para lo cual ya habían realizado múltiples motines,
sabotajes y asaltos a varias radiodifusoras para desplegar su labor sediciosa, los que
por supuesto —nuevamente afirmaban— no actuaban por iniciativa propia sino ma-
nipulados por individuos de nacionalidad extranjera, es decir por el odiado enemigo
externo comunista.
La respuesta de parte del presidente de la República fue rápida y amplia.
Al día siguiente por la tarde arribó a Morelia un batallón de fusileros y paracaidistas
de la Fuerza Aérea Mexicana, que desfilando a redoble de tambor y con bayoneta
calada por la avenida Madero,838 pasaron frente al Colegio de San Nicolás, donde los
estudiantes se mantenían firmes en su propósitos de lucha contra el gobierno de Arria-
ga Rivera, que con esto no hacía otra cosa que acentuar la inconformidad estudiantil,
al demostrar que estaba dispuesto a usar nuevamente al Ejército en su contra con tal
de mantenerse en el poder.
Para el día 7 de octubre ya se encontraban también en la capital del esta-
do, concentrados en el cuartel de la xxi Zona Militar, una compañía del 6º Batallón de
Infantería con sede en Apatzingán y un Escuadrón del 8º Regimiento de Caballería
de Zamora.839
837
Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de la Universidad…, pp. 367-369.
838
aphb, El Informador Michoacano, Sábado 8 de octubre de 1966.
La Voz de Michoacán, sábado 8 de octubre de 1966, “Llegan refuerzos militares; habrá orden en
839
Morelia” pp. 1 y 13.
289
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Estudiantes nicolaítas protestando contra la represión. Fuente: agn.
Con la presencia de los refuerzos militares, el ambiente de la ciudad se
puso todavía más tenso, y a pesar de que Arriaga Rivera los había mandado traer para
reprimir al movimiento, los estudiantes confiaron en las declaraciones del general
Félix Ireta Viveros, comandante de la xxi Zona Militar, en el sentido de que mientras
ellos hicieran sus manifestaciones con orden, el Ejército no intervendría.840
Ese mismo día 7 se efectuaron dos marchas, una pasado el mediodía y la
otra ya por la noche. Durante del desarrollo de esta última, aparte de gritar las mismas
consignas y de portar mantas con iguales leyendas de anteriores manifestaciones, fueron
pintando las banquetas y paredes de la avenida Madero, llamando asesino al goberna-
840
La Voz de Michoacán, sábado 8 de octubre de 1966, “Debe cesar ya toda agitación”, pp. 1 y 13.
290
Lucio Rangel Hernández
dor y pidiendo la desaparición de poderes. Al concluir la marcha frente al Colegio de
San Nicolás, el líder de la feum, utilizando como tribuna uno de los autobuses, señaló
que a partir del día siguiente el servicio urbano de la ciudad quedaría bajo la adminis-
tración de los estudiantes con una tarifa de 20 centavos, anunciándose también el inicio
de la huelga de hambre que emprenderían miembros del Comité de Lucha. 841
El sábado 8 de octubre por la mañana, brigadas de estudiantes orga-
nizaron pequeños mítines en los mercados “Revolución”, “San Agustín” y “Va-
lladolid” para explicar al pueblo la situación que guardaba el movimiento, pero
ahí comprobaron la falsedad de aquella declaración; a unos cuantos minutos de
iniciadas las arengas estudiantiles en dichos mercados, se presentaron contingen-
tes del Ejército para dispersar por la fuerza a los ciudadanos que los escuchaban
y aprehender a los oradores.842
Al mismo tiempo eran detenidos por órdenes del comandante de la xxi
Zona Militar, general Félix Ireta Viveros, a las puertas del Hotel Alameda donde
se hospedaban, los estudiantes de la unam Everardo Castro Rojas, Salvador Durán
Acosta, Espiridión Payán Gallardo, Alfredo García Reyes y Humberto Zavala Peña
(todos ellos miembros de la cned en gestación), al haberse negado a retirar los auto-
buses con que se mantenía bloqueado al tránsito la avenida Madero, ya que por ese
lugar pasarían elementos del 51º Batallón de Infantería.843
La represión estaba en marcha; con la detención de los mencionados
líderes estudiantiles el gobierno estatal buscaba descabezar al movimiento;844 sin
embargo, la posición de los universitarios no había retrocedido un ápice. El Consejo
Universitario declaró que autoridades, profesores y estudiantes constituían una uni-
dad monolítica y que mantenían “inquebrantables sus propósitos de lucha en tanto
no se diera satisfacción a sus demandas”.845
Ante esta situación, el Comité de Lucha decidió celebrar una asamblea
urgente con la asistencia de unos 250 estudiantes en el auditorio del Colegio de San
Nicolás. Ahí los dirigentes hicieron un llamado a la cordura y a evitar algún alterca-
841
agn/ips, Caja 439, Informe de los agentes i.n.v., e.s.m., c.c.c. y j.g.s., 7 de octubre de 1966.
La Voz de Michoacán, domingo 9 de octubre de 1966, “Más de doscientos detenidos por los disturbios
842
ocurridos ayer, aquí”, pp. 1 y 12.
843
agn/ips, Caja 435, Informe de los agentes i.n.v., e.s.m., c.c.c. y j.g.s., 8 de octubre de 1966.
844
Entrevista a Clara Hermila Ochoa, en Alejandro Delgado, 66 cuando se nos vuelve loca la memoria. Proyecto
sin fin, Morelia, Universidad Michoacana, 1:38:55.
845
Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, p. 103.
291
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
do con las fuerzas militares que patrullaban la ciudad; reorganizaron las comisiones
estudiantiles encargadas de invitar a los habitantes de las colonias populares a parti-
cipar en la manifestación y mitin a celebrarse por la tarde de ese día, y la integración
de una comisión especial que se abocara a entrevistarse con el procurador general
de Justicia del Estado y con el general Ireta para solicitarles la liberación de sus com-
pañeros detenidos esa mañana.846
A las 18 horas de ese día sábado, como lo habían anunciado y promovi-
do, los universitarios celebraban un mitin en la plaza de armas, contando con una
nutrida participación popular. La multitud se extendía hasta las calles circundantes,
los portales y a un costado de la Catedral. Pero el Ejército no tardó en presentarse
en el lugar y de inmediato tomaron posiciones en los portales “Hidalgo” y “Ma-
tamoros”, bloqueando las salidas de la plaza. Había comenzado a hablar por el
altoparlante el estudiante Benjamín Cázares, lo sucedió Lucía Ramírez, estudiante
de la Facultad de Altos Estudios, y en medio de una gran expectación y tensión ex-
trema, comenzaba su discurso el alumno de medicina Cuauhtémoc Olmedo Ortiz
cuando los soldados paracaidistas y la caballería “cargaron” contra los ahí reunidos,
dispersándolos a sablazos. La confusión y el pánico hicieron presa de la población; el
dirigente Raúl Galván Leonardo les gritó que no corrieran, que ordenadamente se
dirigieran al Colegio de San Nicolás, y así lo hicieron los que pudieron, pero ahí ya
los esperaban las tropas, que a bayoneta calada les impidieron el paso.847
Simultáneamente, los militares habían iniciado el asalto al glorioso Cole-
gio de San Nicolás. De inmediato, las oficinas, aulas y laboratorios fueron cateados;
los anaqueles de libros de la regencia y del cen fueron vaciados, “confiscándose” obras
y revistas que —según la apreciación del tristemente célebre y a modo de mofa co-
nocido posteriormente como el “general más culto” por haberse “cultivado” en las
universidades de Durango, Sonora y la Michoacana, José Hernández Toledo, coman-
dante de las fuerzas castrenses que tomaron el plantel— contenían “propaganda y
material subversivo”, y constituían “pruebas irrefutables de la conjura comunista con-
tra el gobierno”. La pobreza intelectual y la formación fascista del general Hernández
Toledo le hicieron ver comunismo en obras de gran valor pedagógico.848
846
agn/ips, Caja 455, Informe del agente p.l.l., 8 de octubre de 1966.
847
agn/ips,
Caja 435, Informe de los agentes i.n.v., e.s.m., c.c.c., p.l.l. y j.g.s., 8 de octubre de 1966, y
Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, p. 122.
848
Noticias, lunes 10 de octubre de 1966, “Hace Acusación Tajante, Arriaga”, pp. 1 y 3.
292
Lucio Rangel Hernández
Igualmente, cerca de la medianoche fueron tomadas y cateadas por elemen-
tos de la xxi Zona Militar todas las casas del estudiante varoniles,849 mientras que la resi-
dencia femenil “Juana Pavón” fue desalojada el día siguiente, dejando en la calle y desvali-
das a un gran número de jovencitas, algunas de las cuales fueron recogidas por los vecinos,
en tanto conseguían los recursos necesarios para volver a sus lugares de origen. En todas
ellas se decomisó, según el reporte confidencial de la dfs, propaganda contra el goberna-
dor y literatura soviética considerada subversiva.850 Inclusive las oficinas de la rectoría de
la universidad serían cateadas por la Policía Judicial el día 13 de octubre, “decomisándose
una gran cantidad de revistas soviéticas, así como unos folletos que en la portada tienen
el siguiente texto: Michoacán feudo Cardenista?, historia de una lucha vencida con
la traición y el asesinato, por Adolfo Mejía G. y ocho rollos de películas soviéticas”.851
Entre el 8 y 9 de octubre fueron detenidos por el Ejército aproximadamente
334 personas, la mayoría estudiantes y profesores universitarios.852 Los catedráticos extran-
jeros de la Facultad de Altos Estudios “Melchor Ocampo”, Arturo Meléndez López, Jaime
Alfonso Díaz Rozzoto y Loudovic Osterc fueron deportados a sus respectivos países, Puer-
to Rico, Guatemala y Yugoslavia, acusados de ser “agentes comunistas internacionales”.853
Como era costumbre, muchas detenciones se llevaron a cabo con exagerado
alarde de fuerza y maltratos; en el caso de la “captura” del maestro Martínez Ocaranza
no se tuvieron consideraciones, ni siquiera por el hecho de encontrarse enfermo; tanto a él
como a una de sus hermanas, a su esposa Ofelia Cervantes y a su hija Citlalli se les condujo
al cuartel militar.854
849
agn/ips, Caja 455, Informe del agente p.l.l., 8 de octubre de 1966.
850
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes p.l.l., c.c.c., e.s.m., i.n.v. y j. h. de la T., 9 de octubre de
1966.
851
agn/ips, Caja 439, Informe de los agentes p.l.l. y j.g.s., 13 de octubre de 1966.
852
La Voz de Michoacán, domingo 9 de octubre de 1966, “Más de doscientos detenidos por los disturbios
ocurridos ayer, aquí”, pp. 1 y 12, y lunes 10 de octubre de 1966, “Ponen libres a 199 de los 334
detenidos”, pp. 1 y 12. Es revelador el dato del Lic. Joel Caro Ruíz, de que muchos de ellos prefirieron
entregarse a los soldados para no caer en manos de la pje, por el trato violento y vejatorio que les
esperaba si caían en sus manos; Pablo G. Macías señala que fueron 624 las personas detenidas, Octubre
sangriento…, p. 138.
853
José Tocavén Lavín, “Los cerebros tras bambalinas”, en La Voz de Michoacán, sábado 8 de octubre de
1966, pp. 1 y 13; véase también La Voz de Michoacán, lunes 10 de 0ctubre de 1966, “La intervención del
ejército fue perfectamente legal: ar. No se ha lesionado la autonomía universitaria”, pp. 1 y 13.
854
Ramón Martínez Ocaranza, Autobiografía…, pp. 237-238.
293
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Al día siguiente del asalto al Alma Mater y “corazón” de la Universidad
Michoacana, el gobernador en un mensaje radiofónico “a los universitarios y al pue-
blo en general” dio a conocer que
un importante número de extranjeros maestros y alumnos de la Universidad Michoa-
cana con participación de agitadores profesionales, venidos especialmente de la ciudad
de México y de otros lugares, todos bien conocidos por la opinión pública nacional, en
relación estrecha con grupos anarquistas, que se habían apoderado de la Universidad,
recurriendo al terrorismo y a la presión moral, en contra de autoridades, maestros y
estudiantes, trataron de sembrar el desorden y la confusión en el Estado y de inmediato
hacerlo extensivo a todo el país, aprovechando un simple incidente policíaco para con-
vertirlo en pretexto e iniciar así un movimiento subversivo de alcances nacionales.855
Dijo, con aire de orgullo y tratando de glorificar su intervención, que “las
autoridades militares han operado sin derramar una sola gota de sangre, en protec-
ción de la vida jurídica y de los justos intereses del pueblo”.856 Al mismo tiempo que
él hacía estas declaraciones, su amigo incondicional, Alberto Jiménez Morales, oficial
mayor de la cnc, denunciaba también “la conjura que tenía la intención de derrocar
al gobierno de Agustín Arriaga Rivera”. En una conferencia de prensa señaló como
principales conspiradores a José de la Luz Rodríguez, ex procurador de las oficinas
centrales de la cnc; a Salvador Pineda, secretario particular del subsecretario de asun-
tos culturales de la sep; al senador por Michoacán y secretario general del Sindicato
de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, Rafael Galván, y a Eleazar
González, profesionista radicado en Huetamo.857 Presentó a los periodistas copias fo-
tostáticas de unas cartas en las que según él se evidenciaba que los complotistas tenían
preparada su trama con el fin de ejecutarla en la primera oportunidad que se presen-
855
La Voz de Michoacán, domingo 9 de octubre de 1966, “Conjura oportunista para derrocar a aar”, pp. 1 y
12. Para reforzar su maquinación, el régimen imprimió y repartió por toda la ciudad el pasquín Anarquía
contra mexicanidad. Historia de un complot, en donde se retrataba de la forma más burda a los estudiantes
universitarios ya no como comunistas sino como “anarcos” que querían destruir todo: “Estados y todas
las Iglesias, con todas sus instituciones y sus leyes religiosas, políticas, jurídicas, financieras, policíacas,
universitarias, económicas y sociales […]”, pp. 17 y 18.
856
La Voz de Michoacán, domingo 9 de octubre de 1966, “Conjura oportunista para derrocar a aar”, pp.
1 y 12.
857
La Voz de Michoacán, domingo 9 de octubre de 1966, “Conjura oportunista...”, pp. 1 y 12.
294
Lucio Rangel Hernández
tara. Al estallar “la revuelta estudiantil”, dijo, “se creyó que era la oportunidad para
el derrocamiento de Arriaga Rivera”.858
Esas cartas nada mencionan respecto a una conjura contra el gobierno.
Una de ellas, fechada el 3 de octubre y firmada por Rafael Aguilar Talamantes, por
principio no tiene destinatario,859 y dice:
Licenciado, vine para avisarte que el día de ayer fue asesinado el Co. Everardo Rodrí-
guez Orbe, frente a la Procuraduría del Estado de Michoacán. Otro compañero, Juan
Manuel López, está herido y preso.
La Universidad está en huelga general indefinida hasta que caiga Arriaga Rivera de
Michoacán. Hoy se extenderá a todo el Estado.
Urge nos consigas entrevista con Rafael Galván, a las doce del día. Lo mismo
te pedimos nos vayas buscando ayuda y protección posible. Te saluda, Rafael
Aguilar Talamantes.860
Como vemos, la carta no contiene datos que evidencien la supuesta con-
jura contra el gobierno. En ella solamente podemos leer que se trata de buscar apo-
yo para el movimiento estudiantil, y no era un secreto sino una demanda pública la
caída de Arriaga Rivera, incluso respaldada por el Consejo Universitario. Por otro
lado, el que se tratara de contactar una entrevista con el senador y dirigente sindi-
cal del sterm tenía, sin duda, toda la intención de contar con la ayuda política de
un personaje que dentro del gremio electricista estaba tratando de conformar una
corriente independiente del corporativismo estatal. Ahora bien, el hecho de que
Aguilar Talamantes solicite en esta carta toda la ayuda y protección posible para él y
sus compañeros de lucha no era más que en prevención de la muy segura actitud re-
presiva que llegara a tomar el gobernador (como de hecho sucedió), la que además,
recuérdese, el dirigente de la cned ya había sufrido en carne propia.
Quizá el argumento para inculpar a Rafael Galván fue la especulación
que circuló en días anteriores en el sentido de que, de proceder la exigencia de des-
aparición de poderes, el rector Gómez Reyes lo propondría para ocupar el lugar de
858
La Voz de Michoacán, domingo 9 de octubre de 1966, “Conjura oportunista...”, pp. 1 y 12.
La prensa aseguraba: “pero se presume con fundamentos firmes que era para José de la Luz
859
Rodríguez”, La Voz de Michoacán, domingo 9 de octubre de 1966, “Conjura oportunista …”, pp. 1 y 12.
860
La Voz de Michoacán, domingo 9 de octubre de 1966, “Conjura oportunista …”, pp. 1 y 12.
295
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Arriaga Rivera.861 En el mismo sentido se manejó la llegada de Pineda al “solio de
Ocampo” en lugar de Arriaga Rivera. Dando por hecho la participación del legisla-
dor, los diarios nacionales, incondicionales al sistema, colaboraban con él divulgan-
do la noticia de que se esperaba el “desafuero del senador R. Galván”.862
Respecto a la participación de Rodríguez en la inventada conjura, él había
viajado a Michoacán por órdenes precisamente del oficial mayor de la cnc para gestio-
nar la libertad de unos campesinos afiliados a esa central, que se encontraban presos en
Ciudad Hidalgo y Zitácuaro.863 Sólo que al pedirle Jiménez Morales, quien para el día
4 de octubre se encontraba en Morelia ayudando a Arriaga Rivera a salir del problema,
que con un grupo de dirigentes de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Cam-
pesinos de Michoacán se trasladara a la tierra caliente para organizar a los ejidatarios
y conducirlos (“acarrearlos”) a la capital del estado a una manifestación de apoyo al
gobernador, se negó anteponiendo seguramente sus orígenes nicolaítas.864
Como también se negó a acompañar al mismo funcionario de la cnc a
la casa del gobernador en donde se tomarían la “foto de la unidad” todos los líderes
de las corporativas centrales campesinas, obreras y populares; en represalia, José de
la Luz fue aprehendido por la pje el jueves 6 de octubre, y por medio de la tortura fue
obligado a firmar declaraciones donde acusaba al senador Galván y a Pineda de ser
los autores intelectuales de la subversión contra el régimen de Díaz Ordaz, aparecien-
do él como nexo entre los “conspiradores”.865
Faltando a la verdad, Jiménez Morales declaró a la prensa que José de la
Luz no tenía ninguna encomienda de la cnc en Michoacán, pero el oficio de comisión
dirigido por él mismo, en calidad de oficial mayor de dicha central campesina, al in-
culpado lo desmiente, y es prueba de que se le incriminó por negarse a dar su apoyo
al gobernador.866 De la supuesta participación de Campos en el complot comunista no
se aportaron ni siquiera datos documentales, como tampoco fue acreditada la partici-
861
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes e.s.m., 5 de octubre de 1966.
862
El Diario de México, lunes 10 de octubre de 1966, “Esperan desafuero del senador R. Galván”.
863
Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, pp.75-76.
864
Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, pp. 67-68.
865
Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, pp. 72-73; véase también, Noticias, domingo 9 octubre de
1966, “Un detenido hunde a los cerebros de la trama política en el estado”, “Agitador profesional es el
licenciado Luz Rodríguez” y “Antecedentes del licenciado Salvador Pineda”, pp. 1 y 3.
866
Pablo G. Macías, Octubre sangriento, el oficio de comisión en pp. 75 y 76.
296
Lucio Rangel Hernández
pación de Pineda, quien sin embargo se vio forzado a renunciar a sus funciones como
secretario particular del subsecretario de asuntos culturales de la sep.867
Para reforzar la maquinación arriaguista, de nueva cuenta “saltó a la pa-
lestra” Javier López Moreno, quien declaró a la prensa que renunciaba al Comité de
Lucha porque
el movimiento subversivo antigobiernista que se incuba en la Universidad Michoaca-
na es parte de un plan nacional comunista para cambiar la fisonomía política del país
[…] la finalidad que persiguen los seudolíderes de los estudiantes, muchos de ellos aje-
nos a la vida académica de la Universidad es tratar de crear la zozobra en una entidad
federativa para que caigan los poderes y el próximo gobernante quede supeditado a
los intereses de los agitadores. Yo creo que el fin último es derrocar las instituciones,
cambiar la estructura política de México.868
Un día después de estas declaraciones, el 7 de octubre, el también es-
tudiante de leyes, Filomeno Rodríguez, en su intervención como orador en el mitin
celebrado en esa fecha en la ciudad de Morelia contra Arriaga Rivera, se refirió a
“El Chabelo”, de quien dijo que resultó un traidor que “se vendió por un puñado de
cacahuates”,869 aunque debemos decir que en realidad no fue así; sería premiado con
creces: el presidente Luis Echeverría Álvarez lo hizo líder agrario, para luego ocupar
cargos en el cen del pri; posteriormente Salinas de Gortari lo elevó a diputado fede-
ral, y al estallar el conflicto zapatista lo promovió a gobernador sustituto del a su vez
gobernador interino Elmer Setzer Marseille (quien había ocupado el lugar del gober-
nador constitucional Patrocinio González Garrido), y aunque no duró ni una año en
el cargo “pronto llenó sus alforjas”.870
Respaldado por las declaraciones de Jiménez Morales y de López More-
no, el gobernador afirmó que la intervención del Ejército para aniquilar la “conjura
comunista, es perfectamente legal y no existe lesión para la autonomía del Estado ni
867
Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de la Universidad…, p. 390.
La Voz de Michoacán, viernes 7 de octubre de 1966, “Más declaraciones del estudiante López Moreno”,
868
pp. 1 y 13.
869
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes e.s.m. y i.n.v., 7 de octubre de 1966.
870
Acento, “Michoacán, cacicazgo cardenista”, Salvador Flores Llamas, lunes 19 de mayo de 2014,
http://www.analisisafondo.com/index.php/opinion/item/11445-michoacan-cacicazgo-cardenista,
consulta 8 de agosto de 2014.
297
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
para la Universidad”.871 Reafirmó que el propósito de la agitación en la ciudad capital
de la entidad y dos ciudades más, Uruapan y Apatzingán, era “parte de un movimien-
to nacional de franca subversión”. Señaló que “se tomarán todos los lineamientos
generales del plan y se ahondarán las investigaciones para determinar cada uno de los
puntos y los detalles del mismo”.872
Afirmó también que “la intervención de extranjeros quedó plenamente
comprobada”, que tres de ellos (Alfonso Díaz Rozzoto, Luodovic Osterc y Arturo
Meléndez) se encontraban ya en sus respectivos países porque el gobierno mexicano
había ordenado su expulsión; asimismo, que el guatemalteco Natzul Aguirre Cook
y el norteamericano Walter Ilslley G. fueron detenidos en Uruapan “por incitar al
pueblo a la rebelión”.873 Ni Arriaga Rivera ni los funcionarios judiciales aclaran cómo
es que se les comprobó a todos ellos su intervención en la subversión simplemente
porque ésta nunca existió, quedando así como víctimas inocentes de un régimen que
ante la gravedad de los problemas internos que provocaba con sus actitudes autori-
tarias encontró, gracias al ambiente anticomunista de tintes apocalípticos creado por
la Guerra Fría, su “tabla de salvación” en el monstruoso enemigo externo874, que
confabulado con “malos mexicanos, pretendían imponer un régimen social ajeno a la
idiosincrasia nacional mexicana”.
La prensa incondicional al sistema continuaba publicando “documentos
subversivos”. Por ejemplo, la Voz de Michoacán publicó el día 10 de octubre un boletín
urgente suscrito por la cned, donde hace un llamado a todos los comités ejecutivos de
las federaciones estatales, regionales y nacionales, así como a todas las asociaciones de
alumnos para impulsar con mayor presión los actos de apoyo en favor del pueblo y los
estudiantes de Michoacán. Pide que se intensifiquen los mensajes de solidaridad para
con el movimiento, enviados al presidente Díaz Ordaz, solicitándole al mismo tiempo
871
La Voz de Michoacán, lunes 10 de octubre de 1966, “La intervención del ejército fue perfectamente
legal: aar. No se ha lesionado la autonomía universitaria”, pp. 1 y 13.
872
La Voz de Michoacán, lunes 10 de octubre de 1966, “La intervención del ejército fue perfectamente
legal: aar…”, pp. 1 y 13.
873
El Ing. Ilslley, maestro fundador de la escuela vocacional de Agrobiología, antecedente de la
preparatoria “Eduardo Ruiz” y gran impulsor de la industria textil en Uruapan, fue expulsado del país,
mientras que Aguirre Cook, maestro de la preparatoria, junto con su esposa y sus hijos tuvieron que
dejar la ciudad, pero regresaron tiempo después; él pudo reincorporarse a sus actividades docentes,
Yolanda Rodríguez Martínez, La Preparatoria “Eduardo Ruiz…, p. 62.
874
Entrevista a Víctor Hugo Barriga Guzmán, en Alejandro Delgado, 66 cuando se nos vuelve loca
la memoria.
298
Lucio Rangel Hernández
la desaparición de poderes del estado, los telegramas al secretario de la Defensa Na-
cional para pedirle la no intervención en el conflicto. Pide igualmente la realización
de manifestaciones públicas, y finalmente se anunciaba en este boletín la realización
de una gran concentración nacional de dirigentes estudiantiles en Morelia los días 15
y 16 de ese mes en el Colegio de San Nicolás. Para La Voz de Michoacán, este documen-
to demostraba la amplitud de la conjura subversiva por todo el país; para un lector
objetivo no muestra sino la convocatoria a manifestar abiertamente la más amplia
solidaridad nacional estudiantil con que contaban los universitarios nicolaítas.
El día 9 la prensa, con el amarillismo que la caracterizaba, daba cuenta de
la aprehensión de “más agitadores”, esta vez llevadas a cabo en el interior del Sanato-
rio de La Luz, en donde el doctor Mario Carrillo Olivares y otros galenos protegieron
a nueve líderes estudiantiles haciéndolos pasar por enfermos, mismos que permane-
cían hospitalizados, vendados en varias partes del cuerpo para ocultar su identidad.875
Por esta razón, los médicos que “encubrieron” a los estudiantes fueron
consignados al Ministerio Público, y además fueron expulsados quince de ellos por el
Consejo de Administración del mencionado hospital, entre los que se encontraban el
propio Carrillo Olivares, Melchor Díaz Rubio, Roberto Rico Pantoja, Eligio Ledesma
Cisneros y Neftalí de los Santos Ramírez.876
En medio de este ambiente represivo y macartista, “las fuerzas de se-
guridad” que continuaban patrullando la ciudad detenían a cualquier sospechoso,
particularmente si viajaba a bordo de un automóvil con placas del D. F. o arribaban a
la central de autobuses provenientes de este centro urbano. El día 14, cuando circula-
ban en una camioneta Volkswagen por la colonia industrial, la policía detuvo a Jorge
Enrique Martínez o Francisco Helneck, Juan Felipe Leal, Carlos Durán, Rafael Ro-
dríguez o Humberto Torres Sánchez, a los cuales se les encontraron varios paquetes
de “propaganda subversiva”.877
En esta “cacería de brujas” se dio la situación de que hasta los “amigos”
fueron confundidos con los “enemigos”; tal fue el caso de Eucario Muñoz Posadas,
dirigente de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (fnet), quien fue dete-
nido al término de una ceremonia realizada en el Instituto Tecnológico Regional de
875
El Universal, lunes 10 de octubre de 1966 “Siguen capturando a más agitadores”,.
876
agn/ips, Caja 456, Informe de los agentes p.l.l. y j.g.s., 15 de octubre de 1966.
El Heraldo Michoacano, viernes 14 de octubre de 1966, “Cuatro agitadores más en poder de las
877
autoridades. Conocidos trotztkistas de la unam llegaron a la ciudad; la policía libertó a 8 detenidos”,
pp.1 y 4.
299
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Morelia, donde hizo la donación de un lote de libros para la biblioteca de este plantel.
Fue conducido ante el jefe de la Policía Judicial del Estado, Héctor Ruíz Aburto, ante
quien explicó los motivos de su visita a esta ciudad, entre los que se encontraba la
posibilidad de conseguir una entrevista con el gobernador del estado, por lo que fue
liberado, retornando a la ciudad de México una vez que, efectivamente, logró entre-
vistarse con Arriaga Rivera, a quien patentizó el apoyo de la fnet.878 Desde luego la
Policía Judicial no estaba tan bien informada, como si lo estaba la dfs, de que Muñoz
Posadas y la federación que dirigía eran incondicionales del régimen corporativista
mexicano y por tanto enemigo de la cned, que dirigida por Aguilar Talamantes se
había solidarizado con los universitarios nicolaítas.879
El mismo día 9 el Informador Michoacano, como otra forma de apoyo in-
condicional al gobernador, ridiculizó a quienes —según la versión oficial a la cual los
periodistas otorgaron total y absoluto crédito— actuaron en el movimiento subver-
sivo. El titular rezaba: “El Consejo Universitario integra el nuevo gabinete del
Gobierno del Estado, ja-ja”. Los redactores de esta nota elaboraron una larga lista
de los supuestos funcionarios estatales que entrarían en lugar de los oficiales, pero
nosotros únicamente enumeraremos algunos:
Gobernador Florencio Villaseñor (a) Turicato
Primer Oficial Mayor de Gobierno Arnoldo [sic] Córdoba
Segundo Oficial Mayor de Gobierno Rafael Aguilar Talamantes
Tesorero General de Gobierno Oscar Trasviña
Jefe de la Policía Judicial Raúl Galván Leonardo
Director del Centro Penitenciario Dr. y Lic. Efrén Capiz Villegas
Procurador General de Justicia Lic. Clara Hermila Ochoa
Subprocurador Lic. Alfredo Gálvez Bravo
Delegado del Departamento Agrario Lic. Adolfo Mejía (a) El Furer [sic]
Director de Tránsito y Transporte Dr. Nicanor Gómez Reyes
Secretario General de la Liga de la cnc Sebastián Dimas Quiroz
Director del Asilo para Ancianos Dr. Ramón Martínez Ocaranza880
878
agn/ips, Caja 439, Informe de los agentes p.l.l. y j.g.s., 13 de octubre de 1966.
agn/ips, Caja 435, Informe del agente p.l.l., 31 de marzo de 1966 y agn/ips, Caja 435, Informe del
879
agente r.q.p., 16 de mayo de 1966.
880
agn/ips, Caja 439, Informe de los agentes p.l.l., j.g.s., j.e.p.g. y c.c.c., 9 de octubre de 1966.
300
Lucio Rangel Hernández
La nota peyorativa terminaba rematada con la siguiente aclaración: “En
vista de que nos han descubierto la maniobra y se nos está retrasando la caída del
actual régimen, por acuerdo unánime hacemos del conocimiento de nuestros segui-
dores, que las nuevas autoridades despacharan provisionalmente en el ex-Convento
de los Carmelitas”.881
Como ya ha quedado demostrado, jamás existió en el seno del movimien-
to estudiantil universitario michoacano de octubre de 1966 una “conjura comunista”
para derrocar a los gobiernos estatal y federal. Todo fue una intriga hábilmente pla-
neada por Arriaga Rivera y apoyada por los incondicionales a su régimen antipopular:
diputados, presidentes municipales, dirigentes de la iniciativa privada y de la Iglesia
católica, líderes de las centrales obreras, campesinas y “populares” y porros universi-
tarios, con el propósito de mantenerse en el poder y asegurar su futuro político.
Aprovechando la situación, el grupo comandado por Avellaneda Borja, au-
toproclamándose como la auténtica feum, publicó un desplegado en los medios perio-
dísticos del estado apoyando tácitamente las acciones represivas del gobierno del estado:
Una vez más ha quedado al descubierto la mala fe y el nulo cariño hacia nuestra Casa
de Estudios de parte del Grupo que siempre la había tenido en sus garras como un
feudo propio.
[…]
Los anarquistas al servicio de consignas extrauniversitarias, fueron también quienes
empleando la calumnia y la mentira, contando además con el respaldo de determina-
das autoridades universitarias, lograron la división del estudiantado nicolaita el año
próximo pasado, cuando la mayoría de los universitarios emitieron su voto para elegir
representantes; esto nos hace afirmar que todo ello fue parte del plan preconcebido
para llevar a la Universidad al caos y la anarquía que priva actualmente.
[…]
Nosotros los auténticos representantes estudiantiles, hacemos un urgente y atento lla-
mado a todo el estudiantado nicolaita para que se una a nuestra causa que comprende:
1.- Gestionar ante las Autoridades competentes, por los conductos legales y dentro
de los lineamientos que establece la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que vuelva la normalidad, que sean retirados los miembros del Ejército
que permanecen en nuestro Colegio de San Nicolás de Hidalgo, aún cuando las
circunstancias que apuntamos motivaron su intervención.
2.- Exigir ante las autoridades competentes la normalización de la vida académica
de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
3.- Apoyar decididamente la depuración de elementos nocivos a la Casa de Hidalgo,
881
agn/ips, Caja 439, Informe de los agentes p.l.l., j.g.s., j.e.p.g. y c.c.c., 9 de octubre de 1966
301
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Morelos y Ocampo, como son todos aquellos fósiles agitadores, servidores de causas
extrañas, antipatriotas y anarquistas, siendo los representantes de este grupo, los
seudouniversitarios: Efrén Capiz, Raúl Galván, Oscar Trasviña, Francisco Chávez,
Javier Nares, Joel Caro, Gilberto Alonso, Rigoberto Sánchez, Tomás Guzmán, Jaime
Oseguera, Benjamín Cázares, Emilio Vázquez, Luis Salinas, Octavio Alanís y otros
plenamente identificados.882
Por su parte, el secretario general de la Universidad, directores de las
escuelas y facultades, así como profesores, mandaron publicar una carta abierta al
gobernador, en la cual resaltaban lo siguiente:
Creemos de nuestro deber aceptar desde un principio que, todos los integrantes de
la Universidad Michoacana, de un modo o de otro hemos sido responsables de lo
ocurrido, unos por su participación activa y otros por nuestra indebida actitud con-
templativa. Con esto tratamos de hacer entender a nuestros compañeros y alumnos,
que no estamos inculpando en particular a nadie de los auténticos universitarios de
los lamentables hechos que se desarrollaron durante la semana del 2 al 8 del presente
mes, de donde se deduce también que todos debemos contribuir a la obtención de
los propósitos que enseguida esbozamos:
Pero si nuestro espíritu de lucha y nuestros ideales para llevar a nuestra Universidad
hacia un mayor y elevado progreso nunca han sido quebrantados siquiera, menos
hemos de decir que hayan sido extinguidos, si en cambio hemos de convenir en que
el orden jurídico, la estructuración material, la organización y el orden administra-
tivo de nuestra Casa de Estudios, se ha menoscabado gravemente, al grado de no
contarse en la actualidad con ninguno de los organismos debidamente constituidos
y con un funcionamiento normal, puesto que la Junta de Gobierno, único de tales
organismos que podrían haber servido para encauzar el trabajo universitario ha
decidido mantener la repulsiva en contra de las autoridades federales y estatales y
radicarse en la ciudad de México, desvinculándose en tales condiciones de la vida
total de nuestra instituciones educativas superiores.
Estimamos por lo antes expresado, que ha llegado el momento propicio para llevar
a su término una reestructuración y fortalecimiento de nuestra Universidad […]
Deberán por lo tanto ser eliminados los inconvenientes de que existan organismos
integrados por elementos ausentístas que, además, por su falta de nexos con la reali-
dad michoacana, están incapacitados para contribuir a la buena marcha de nuestra
Universidad. Asimismo pensamos que es una necesidad urgente e ineludible confiar
el gobierno interno de nuestra Institución a los elementos más idóneos y responsa-
bles que de ella forman parte, porque sólo así consideramos quedará asegurado el
882
El Heraldo Michoacano, viernes 14 de octubre de 1966, “A la opinión pública”, p. 3.
302
Lucio Rangel Hernández
porvenir de la misma y los propios intereses de la juventud michoacana, que no son
otros que los de contar con un centro de estudios superiores respetable y con plena
capacidad académica para la formación de los profesionistas y técnicos que deman-
da el pueblo que con su esfuerzo la sostiene. Porque sólo así también hemos de
alcanzar el propósito de confiar nuestras cátedras y nuestros centros de investigación
científica, fundamentalmente a los maestros consagrados ya en nuestro medio por su
entrega total a estas tareas, por ser asimismo los que reúnan las mejores condiciones
para impulsar a nuestra Casa de Estudios al logro de sus fines supremos que ya
mencionamos.
[…]
Siempre será digna de apoyo y protección la juventud michoacana de extracción cam-
pesina y humilde en general, para lo cual estimamos como una invaluable inversión,
la que se hace en el pago de becas para los alumnos de ese origen. Pero consideramos
que debe ser también una determinación inquebrantable de los universitarios, el con-
siderar a quienes reciban ese beneficio, como el sector más responsable y más idóneo
de entre del alumnado y por ende, debe ser rodeado de las consideraciones necesarias
para propiciar sus nobles tareas, procurando siempre ministrarles la ayuda correspon-
diente en forma directa y sin intermediarios que aprovechan esas circunstancias para
desviar la conducta de ese sector hacia fines que no le son propios, con grave daño no
sólo para los intereses de la Universidad, sino lo que es más grave, de la propia juven-
tud y del pueblo michoacano.
[…]
Hemos querido poner a la consideración de nuestros compañeros universitarios,
maestros y alumnos, y también a la opinión pública, las anteriores ideas que, como
hemos indicado, estimamos urgente llevar a la práctica, para que el trabajo de nues-
tra Institución sea reanudado bajo los mejores auspicios y proporcione, en un futuro
inmediato, los mejores provechos que tan ansiadamente esperan nuestro Estado y la
Patria Mexicana.
Esperamos que nuestros puntos de vista sean tomados en consideración por usted por-
que estimamos que de esta manera contribuimos al verdadero engrandecimiento de
nuestra verdadera y respetada Casa de Estudios, la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo. Morelia, Mich., a 12 de octubre de 1966.883
Este es un mensaje mucho más comedido, que quizá por su carácter pú-
blico elaboraron de esta forma, pero anteriormente habían remitido uno privado en
el que señalaban lo siguiente:
El Heraldo Michoacano, viernes 13 de octubre de 1966, “Carta abierta al Sr. Lic. Agustín Arriaga
883
Rivera, Gobernador Constitucional del Estado”, p.3.
303
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Los suscritos secretario general encargado de la Rectoría y directores de las escue-
las de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo que firmamos, ante
usted con el debido respeto hacemos de sus superior conocimiento que lamen-
tamos la actitud asumida por el H. Consejo Universitario al haber abanderado,
inicialmente, un movimiento que se creía netamente estudiantil y que ha quedado
debidamente comprobado, como es del conocimiento nacional, que resultó un acto
de subversión contra el Gobierno Federal y del Estado que había sido tramado des-
de hacía mucho tiempo y que se inició con el asesinato del joven estudiante del 4º.
Año de la Escuela de Contabilidad y Administración, Everardo Rodríguez Orbe,
victimado por agitadores profesionales coludidos con extranjeros a los que se les
había acogido como maestros en el seno de nuestra Universidad, habiendo llegado
hasta el absurdo de solicitar por mayoría de votos, la desaparición de Poderes de
esta Entidad Federativa.
Miembros del H. Consejo Universitario, al descubrirse el complot, han huido, y va-
rios miembros de la H. Junta de Gobierno, que por la prensa local nos percatamos,
hicieron declaraciones atacando al señor presidente de la República, a quien se
dirigieron en términos poco comedidos, que no están acordes con sentimiento del
conglomerado de nuestra Casas de Estudios, han renunciado trayendo como con-
secuencia la desintegración de los principales órganos del Gobierno Universitario.
En tal virtud, como universitarios conscientes de nuestra responsabilidad y con el
deseo de que no se inculpe a la mayoría de los componentes de nuestra Alma Mater
en estos lamentables hechos, pedimos su inmediata intervención para salvar nues-
tra querida Universidad de esta penosa situación, proponiendo sentar bases que
la preserven de la intervención nefasta de grupos políticos y la encaucen dentro
del plan académico para que fue destinada, reiterándole que, como hijos de esta
Institución de Cultura Superior, estamos dispuestos a cooperar a su reorganización y
salvaguarda de la tradición revolucionaria y gloriosa que siempre la ha distinguido.884
Firman Ariosto Aguilar M., secretario general de la universidad, Luis
Silva Ruelas, director de Ingeniería, y otros más. Y como lo mencionan, el día 9 de
octubre la Junta de Gobierno había elevado un documento de protesta por el asalto
militar del Colegio de San Nicolás al presidente de la República, que en su parte cen-
tral decía:
En su larga historia de 426 años, jamás, gobierno alguno (ni el colonial, ni los forma-
dos al calor de la guerra de reforma, ni los despóticos de la intervención francesa, el
884
agn/ips, Caja 439, Carta Abierta enviada al C. gobernador del Estado, que se publicará en los diarios
el día de mañana, Informe del agente p.l.l., 12 de octubre de 1966.
304
Lucio Rangel Hernández
imperio y la dictadura) se atrevió a profanar este recinto de cultura en América, menos
aun cuando la vida heroica de Hidalgo, de Morelos y de Ocampo lo convirtieron en
el santuario de la Patria.
Con el respeto que nos merece la más alta autoridad del país, pero también con toda
la energía de que somos capaces como mexicanos, como universitarios y como nico-
laitas, demandamos la inmediata desocupación de nuestro ilustre Colegio, que hoy,
como ayer cuando lo erigió el insigne humanista Don Vasco de Quiroga, forma parte
de la entraña misma del pueblo mexicano.885
Sin embargo, entre los días 11 y 12 renunciaron la mayor parte de sus
miembros: Luis Pita Cornejo, Carlos García de León, David Hernández Huéramo
(secretario de la Junta) y Jesús Díaz Barriga, sin dilucidarse hasta la fecha si fueron
obligados o lo hicieron presionados por las circunstancias.886 De ellos, Miguel Arroyo
de la Parra se abstuvo de presentar su renuncia, mientras el Enrique Arreguín y Pablo
G. Macías (presidente) se resistieron hasta el final.887
La recién creada Federación de Sociedades de Profesores Universitarios
también pidió prácticamente en los mismos términos la intervención del gobernador
del estado: “La última y dolorosa experiencia vivida por nuestra Universidad, nos ha
sugerido la conveniencia y la necesidad de reflexionar y expresar nuestro pensamiento
acerca de lo que debe ser el futuro destino de nuestra Máxima Casa de Estudios”.888
Desde luego la Iglesia católica por conducto de su alta jerarquía, en este
caso el arzobispo coadjutor de Morelia Monseñor Manuel Martín del Campo, ma-
nifestaba su júbilo, solicitando a los fieles ayudaran al régimen, por la que consideró
una actitud
adecuada y oportuna, puesto que para tomar posesión de la Universidad no se derramó una
sola gota de sangre […] Los agitadores son personas que buscan acabar con nuestras institu-
ciones y nuestro modo de vida, con el afán de imponer ideologías extrañas, tomando como
885
Pablo G. Macías, Octubre sangriento…, p. 141.
886
El Heraldo Michoacano, miércoles 12 de octubre de 1966, “Renuncian varios miembros de la Junta de
la Universidad”, pp. 1 y 4, y La Voz de Michoacán, miércoles 12 de octubre de 1966, “Que renunció ya el
rector y la Junta se está desmembrando”, pp. 1 y 12.
887
Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de la Universidad…, pp. 387-388.
888
agn/ips, Caja 439, Informe del agente p.l.l., 12 de octubre de 1966.
305
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
pretexto las aspiraciones populares y lo que verdaderamente quería era hacer, que ca-
yera el Gobierno del Estado y a continuación provocar el desorden en todo el país.889
Al mismo tiempo se hizo circular un documento apócrifo que contenía la
supuesta renuncia del rector Gómez Reyes dirigida a Pablo G. Macías, presidente de la
Junta de Gobierno; algunos, tratando de justificar su falta de autenticidad —evidencia-
da por los reiterados errores de redacción y hasta tachaduras—, comentaron que “la
escribió en forma atropellada y hasta con tachas nerviosas”.890 Además, aparece fechada
el 6 de octubre, cuando ese mismo día por la noche encabezó una marcha y presidió una
reunión del Consejo Universitario, y al día siguiente viajó a la ciudad de México para
tratar de entrevistarse con el presidente de la República, el secretario de Gobernación,
el secretario de Educación Pública y con algunos miembros del Congreso de la Unión,
sin que por supuesto alguno de ellos le concediera el derecho de audiencia.
Consummatum est
Con la universidad en poder del Ejército, con una gran cantidad de alumnos y pro-
fesores presos o perseguidos, con una población atemorizada por el estado de sitio
en que las “fuerzas de seguridad” mantenían a la ciudad, con la Junta de Gobierno
disuelta,891 con la condena al movimiento por parte de varios miembros del Consejo
Universitario892 (a la que se sumó la recién formada Federación de Sociedades de
Profesores Universitarios)893 y con el rector Gómez Reyes prácticamente secuestrado
por la policía de la ciudad de México, en donde se encontraba tratando de que la
institución saliera lo mejor librada de la furia del gobernador al intentar entrevistarse
con el presidente de la República para explicarle la situación que guardaba el movi-
Noticias, miércoles 12 de octubre de 1966, “La Iglesia de acuerdo con la intervención de la milicia”,
889
pp. 1 y 3.
Romeo Ortega, El Conflicto. Drama de la Universidad…, pp. 359-360. Aquí mismo esta reproducido el
890
documento, p. 401.
891
La Voz de Michoacán, jueves 13 de octubre de 1966, “Se disolvió formalmente la Junta de Gobierno de
la u.m. renuncian por escrito cuatro de los 7 miembros”, pp. 1 y 12.
892
aphb, El Día, jueves 13 de octubre de 1966.
893
Noticias, jueves 13 de octubre de 1966, “Para salvar la Universidad, piden intervenga Arriaga R., pp.
1 y 3.
306
Lucio Rangel Hernández
miento y manifestarle su intención de buscar que el Consejo Universitario desistiera
de su propósito de pedir la desaparición de poderes del estado de Michoacán, petición
que, sin duda había sido precipitada, pero producto del repudio que se había ganado
el gobierno antipopular y antiuniversitario de Arriaga Rivera,894 este quedó en total
libertad de decidir el destino de la Universidad Michoacana como mejor conviniera
a sus intereses.
La represión arriaguista y las reformas
y adiciones a la Ley Orgánica de 1963
En sesión urgente, el Congreso local se reunió “para conocer y resolver sobre la ini-
ciativa de ley enviada por ejecutivo del estado referente a las necesarias reformas a
la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana”.895 En la exposición de motivos, el
gobernador justificó la toma por asalto de la universidad para evitar a tiempo que
un puñado de conjurados la desviaran “del cauce señalado por el interés nacional”:
De todos ustedes son conocidos los sucesos que alteraron la paz y el orden público
durante la primera semana del mes de octubre, con vistas a subvertir la tranquilidad
nacional. Lo que originalmente tuvo como punto de partida la protesta estudiantil,
por una supuesta alza de tarifas en los transportes urbanos, se convirtió de pronto en
un campo de lucha ideológica extremista, en que directamente agitadores extranjeros
tomaron participación y actuaron violando la hospitalidad tan generosa y tradicional
que les brindó México. Un caso típicamente policíaco trataron —nacionales y extran-
jeros— de trocarlo en un hecho político, pretendiendo así llegar a sus fines perversos.
La intervención prudente y acertada de nuestro ejército, puso fin, sin derramar una
sola gota de sangre, a este brote de agitación, provocado por un pequeño grupo de
malos universitarios y peores mexicanos venidos de otras partes del país.
No podemos permitir el naufragio de la Universidad. Repito: a nosotros nos ha tocado
sembrar, otros tendrán la satisfacción de cosechar, pero en todo caso es y será el pueblo
michoacano, el destinatario de esta labor que impone sacrificios.
El nombre de la ilustre Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, se vio de
pronto envuelto en el vértice de las ardientes pasiones políticas. La intransigencia, la ob-
cecación, la intolerancia, las conveniencias doctrinarias, quisieron quebrantar su espíri-
tu vigoroso y profanar sus sentimientos altamente patrióticos. Correspondió al Ejército
894
La Voz de Michoacán, viernes 14 de octubre de 1966, “Renuncian 2 más de la Junta; Nicanor, en el
d.f.” pp. 1 y 13.
895
El Heraldo Michoacano, viernes 14 de octubre de 1966, “Sesión urgente de los diputados”, pp. 1 y 4.
307
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Mexicano preservarla de la injusticia, del desenfreno ingrato de extranjeros agitadores y
de nacionales que prefieren servir a intereses ajenos antes que a los mandatos patrios.896
Convocados pues a una plenaria extraordinaria, los diputados integrantes
de la lviii legislatura local, integrada por una gran mayoría de egresados de las aulas
de la universidad nicolaíta, “aprobaron por unanimidad” el proyecto presentado por
el ejecutivo estatal. Justificaron la supeditación de su soberanía, argumentando que la
grave crisis por la que atraviesa la Casa de Hidalgo […] la más grave de los últimos
años, a la que se llegó por la irresponsabilidad de dirigentes tanto estudiantiles como
magisteriales, así como a la ingerencia [sic] de personas ajenas a la Universidad que
con toda mala fe convirtieron a nuestra Máxima Casa de Estudios en centro de agita-
ción para la consecución de fines netamente políticos.897
La prensa destacó la participación del diputado Virgilio Pineda
Arellano, otrora combativo líder de la feum , quien en “su calidad de nicolaíta
y antiguo dirigente estudiantil, con gran vehemencia hizo el análisis objetivo
de los acontecimientos registrados durante los últimos diez días en la Universidad”,898
rematando su intervención con un llamado a los estudiantes para que no sean “ene-
migos del Gobierno del Estado, porque tarde o temprano toca a los egresados de la
Universidad dirigir los destinos de Michoacán”, lo que indudablemente afirmaba con
“conocimiento de causa”.899
De esta forma, por iniciativa del gobernador Arriaga Rivera se modificó
y adicionó la Ley Orgánica de la universidad el 14 de octubre de 1966. Igual que lo
había hecho tres años antes, se reservó el derecho de nombrar por “primera vez” a los
siete miembros de la Junta de Gobierno, siendo los elegidos: Ignacio Alcalá Delgado,
896
aghpem, Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del Estado de Michoacán de Ocampo, Tomo
lxxxviii, Morelia, sábado 15 de octubre de 1966, núm. 80.
El Heraldo Michoacano, sábado 15 de octubre de 1966, “Unánime sanción a reformas a la Ley de la
897
Universidad”, pp. 1 y 4, y La Voz de Michoacán, sábado 15 de octubre de 1966, “Aprueba el Congreso
nueva Ley Orgánica Universitaria”, pp. 1 y 12.
La Voz de Michoacán, sábado 15 de octubre de 1966, “Aprueba el Congreso nueva Ley Orgánica
898
Universitaria”, pp. 1 y 12.
899
Noticias, lunes 17 de octubre de 1966, “Siete días. Vodevil político”, por Juan Pablo, p. 2.
308
Lucio Rangel Hernández
Ángel Baltazar Barajas, Guillermo Morales Osorio, José Guzmán Cedeño, Rosalío
Rodríguez Díaz y José Santos Ramírez,900 quienes de inmediato designaron a Alberto
Lozano Vázquez como rector de la Universidad Michoacana, quien a su vez nombró
como secretario general de la misma a Amando Chávez Chávez.901
Los nombramientos tanto de los integrantes de la Junta de Gobierno
como del rector y el secretario general de la institución denotan claramente la in-
tención del gobierno estatal de implantar un control estricto sobre la universidad y
los universitarios, esto por los antecedentes de cada uno de ellos. Los miembros de la
Junta se habían distinguido como antidegortaristas o “traidores a la causa del Dr. De
Gortari”, como el caso de Baltazar Barajas; por su parte, Lozano Vázquez se desem-
peñaba, hasta antes de ocupar el cargo de rector, como procurador general de Justicia
del Estado, mientras que el nuevo secretario general era juez 2º del fuero común, y
como tal se había encargado de dictar formal prisión a los universitarios acusados de
“complotistas contra las instituciones mexicanas legalmente constituidas, con el obje-
tivo de implantar un régimen comunista en nuestro país”.902
Así, al movimiento estudiantil de tendencia democrática, popular y na-
cionalista, con principios ideológicos socialistas (o más exactamente identificados con
la izquierda liberal cardenista, que había sido hasta entonces el elemento más diná-
mico de la Universidad Michoacana) se le asestó un rudo golpe del que no se recu-
peraría hasta pasadas varias décadas. Se le desarticuló manteniendo encarcelados o
perseguidos por varios meses y años a sus principales líderes; se expulsó a sus maestros
más combativos de orientación marxista y se incrementó el grupo de choque que el
gobierno del estado mantenía al interior de la institución para mantener vigilados,
divididos y dispersos a los estudiantes, e imponiendo en las direcciones a jóvenes in-
condicionales al régimen a quienes de esta manera cooptó y corrompió.
La Voz de Michoacán, domingo 16 de octubre de 1966, “Nuevo rector y Junta de Gobierno en la u.m.”,
900
pp. 1 y 12.
901
La Voz de Michoacán, domingo 16 de octubre de 1966, “La Junta designó anoche al Lic. Lozano Vázquez
Como rector”, pp. 1 y 12. En julio de 1961, un grupo jóvenes integrantes del Pentathlón Deportivo
Militar Universitario, habían “tomado” las instalaciones de este centro de asistencia, donde también
recibían educación militar, exigiendo la destitución de Armando Chávez, quien como comandante del
mismo administraba los recursos económicos aportados por la sep para su sostenimiento, cuando hacía
tres años que ya no era estudiante, acusándolo de malversación de fondos, La Voz de Michoacán, domingo
30 de julio de 1961, nefasta camarilla mangonea el penta”, pp. 1 y 12.
902
Véase, El Heraldo Michoacano, sábado 22 de octubre, “Formal prisión a 15 universitarios”, p. 4.
309
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Por medio de las modificaciones y adiciones a la Ley Orgánica vigente se
suprimió la paridad de estudiantes, profesores y autoridades en el Consejo Universi-
tario;903 se redujo al Consejo Universitario a la calidad de órgano de consulta, el cual
desde 1963 había dejado de ser el órgano máximo de la casa de estudios al crearse la
Junta de Gobierno, y transfirió a ésta las pocas atribuciones que aquél había conser-
vado, tales como:
vii.- Crear, modificar o suprimir las Facultades, Escuelas e Institutos de conformidad
con lo prescrito en el Artículo 6º de esta Ley, escuchando en su caso, previa consulta
al Consejo Universitario;
viii.- Aprobar el presupuesto general anual de ingresos y egresos, así como las modifi-
caciones que haya necesidad de introducir durante su ejercicio y que le sean presenta-
das por el tesorero, previa aprobación del rector;
xii.- Resolver, mediante dictamen del tesorero y previa consulta al Consejo Universita-
rio, lo relativo a pensiones, jubilaciones y recompensas a los profesores, investigadores,
funcionarios y empleados, de acuerdo con el reglamento respectivo;
xiii.- Aprobar la cuenta anual que al final de cada ejercicio, le será presentada por el
Tesorero previa auditoria;
xiv.- Las demás que esta Ley le otorga y, en general, conocer de cualquier asunto que
no sea de la competencia de otra autoridad universitaria.904
Así, el gobernador le cobraba al Consejo Universitario la “afrenta sufri-
da” (el haber pedido la desaparición de poderes). Además, la Junta de Gobierno fue
dotada de facultades tan amplias que indiscutiblemente la ubicaron como un órgano
con poderes cuasi absolutos. En la fracción x del artículo 10º se le designó como
903
En la Ley Orgánica de 1963, el Artículo 11º establecía que el Consejo Universitario lo integraban: el
rector, los directores de las Facultades y Escuelas, un representante de los maestros y dos representantes
de los estudiantes por cada una de las Facultades o Escuelas, y el secretario general de la Universidad,
quien se desempeñaba como secretario del Consejo y participaba sólo con voz. En cambio en la Ley
Orgánica de 1966 en el Artículo 11º se disponía que el Consejo Universitario lo integraran: el rector,
los directores de las Facultades y Escuelas, el coordinador de la Investigación Científica y Directores de
los Institutos de Ciencias, Humanidades y Bellas Artes, un representante de los maestros y otro de los
estudiantes por cada una de las Facultades y Escuelas y el secretario general quien sólo tendría derecho
a voz, véase Ángel Gutiérrez, Leyes Orgánicas…, pp. 141-142.
Fracciones del Artículo 10º de la Ley Orgánica del 15 de octubre de 1966, en Ángel Gutiérrez, Leyes
904
Orgánicas…, pp. 140-141.
310
Lucio Rangel Hernández
máxima y absoluta autoridad de la Universidad, en los casos de grave inquietud, pro-
blema o emergencia en la vida universitaria. Deberá intervenir por sí misma y dictar
todas las medidas necesarias para restablecer la normalidad y el debido funcionamien-
to de la institución. Todas las autoridades y organismos universitarios quedarán supe-
ditados a las decisiones de la citada Junta de Gobierno, mientras dure la emergencia
que hizo necesaria su intervención.905
Como puede verse, prácticamente las actividades fundamentales de la
universidad estaban en manos de un grupo de siete personas que, según esta ley, no
tenían la obligación de rendir cuentas de sus actos a la propia comunidad universita-
ria, ni formalmente a organismo gubernamental alguno, aunque en los hechos, por su
propia naturaleza, fuera susceptible de recibir influencia del ejecutivo estatal.906
Tal como lo afirma Miguel Ángel Chávez Baltazar: “la Junta de Gobier-
no no es otra cosa que un vehículo a través del cual el poder del Estado somete a la
Universidad. La designación de autoridades, al margen de la voluntad de los uni-
versitarios, permite al poder público regir la vida de las universidades y mantener su
influencia ideológica”.907
Con esta ley orgánica profundamente antidemocrática, impuesta por
medio de la violencia estatal, la Universidad Michoacana reanudó sus actividades
mutilada y desmovilizada, ya que le fueron cercenadas sus escuelas secundarias
(varonil y femenil), se clausuró la Facultad de Altos Estudios “Melchor Ocampo”
y fueron cerradas las casas del estudiante.908 La “Melchor Ocampo”, “construida
específicamente para ser residencia estudiantil a finales de la administración de Dá-
maso Cárdenas y durante el gobierno de Franco Rodríguez, fue demolida hasta sus
cimientos”.909 Además, varios de los maestros más combativos y brillantes resultaron
905
Ángel Gutiérrez, Leyes Orgánicas…, p. 141.
906
Sus miembros, según este ordenamiento jurídico, serían designados por única vez por el Ejecutivo
del estado, véase Artículo 1º transitorio, Ángel Gutiérrez, Leyes Orgánicas…, p. 149. Pero en realidad
sus nombramientos los continuó haciendo invariablemente, en forma velada, el gobernador en turno.
Miguel Ángel Chávez Baltazar, La Naturaleza Jurídica y el Contexto Histórico de la Autonomía Universitaria,
907
Morelia, Tesis de Licenciatura en Derecho, Universidad Michoacana, 1985, citado por Margarita
Rodríguez Morales, Estudio comparativo de las Leyes Orgánicas…, p. 114.
Véase Artículos Transitorios de la Ley Orgánica de 1966, en Ángel Gutiérrez. Leyes orgánicas…, pp.
908
149-151.
909
Juan Manuel Salceda Olivares, Las Casas del Estudiante…, p. 208.
311
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

expulsados, y se persiguió y encarceló a los principales líderes estudiantiles durante La “tonificación” del presupuesto universitario
días, meses y años.910
Las casas del estudiante y la Facultad de Altos Estudios fueron clausura-
Al “desligar” las secundarias de la Universidad Michoacana y suprimir las casas del
das con el falaz argumento de que habían sido el “centro de la conjura comunista”.
estudiante y la Facultad de Altos Estudios “Melchor Ocampo”, los voceros del go-
La verdad es que por principio, en el proyecto modernizador de la educación supe-
bierno justificaban el golpe a la educación popular, destacando que se ahorrarían 2
rior del Estado mexicano ya no “encajaban” los servicios asistenciales prestados por
millones 400 mil pesos. Dicha cantidad significaba casi la cuarta parte del presupuesto
aquellas, y además Arriaga Rivera actuó movido por un revanchismo social, puesto
total de la institución, que en ese año era de 11 millones 500 mil pesos.
que los principales dirigentes del movimiento contra su gobierno eran moradores de
Sin embargo, por lo publicado en la prensa, la universidad sólo dispon-
los albergues universitarios (Raúl Galván Leonardo presidente de la feum y Joel Caro
dría de los 849 mil 420 pesos correspondientes a las secundarias varonil y femenil; de
Ruiz presidente del cen vivían en la “Melchor Ocampo”), y muchos de los alumnos
los otros “ahorros” jamás se hablaría.913
integrantes del Consejo Universitario y de las mesas directivas de las diferentes escue-
las de la institución también lo eran; ni que decir de la mencionada facultad a cuya
planta docente pertenecían los principales líderes opositores al régimen arriaguista.911
Mientras que la decisión de separar las escuelas secundarias se tomó con
“La entrega de la Universidad”
el fin de “romper la perniciosa” —para el Estado— línea de continuidad en la forma-
ción política y la consciencia nicolaíta de la juventud universitaria, que comenzaba La Universidad Michoacana fue “entregada” la mañana del 18 de octubre por el
desde su llegada a este ciclo educativo. Desde luego esto lo expresaba en términos Ejército al rector y a la Junta de Gobierno. Para ello se desarrolló un evento de exa-
demagógicos el gobernador Arriaga Rivera en la exposición de motivos del proyecto gerada solemnidad patriótica, sólo comparable a un acto de desagravio, con lo que
de reforma y adiciones a la lviii legislatura local: simbólicamente se enfatizaba la salvación de la patria de manos de “los sediciosos
apátridas”. Aquí la crónica periodística:
Se desliga la educación media, en los términos de las disposiciones legales y de las
recomendaciones de los organismos universitarios nacionales, tanto para tonificar su
Se inició la ceremonia cuando la escolta-bandera del Cuerpo de Paracaidistas con-
presupuesto como para evitar que la juventud inexperta que concurre a las secunda-
dujo la Enseña Nacional y la entregó al Gral. Hernández Toledo, con los honores de
rias, sea aprovechada como frecuentemente ha sido, por agitadores incrustados en
ordenanza; éste la puso en manos del Gral. Ireta Viveros, quien a su vez la entregó al
nuestra Universidad.912
rector de la Universidad.
El Lic. Lozano Vázquez a su vez, la entregó al Dr. Santos Ramírez para que éste por
último, la pusiera bajo la custodia de la escolta universitaria […].
Finalmente, después de las modificaciones y adiciones introducidas a la La escolta universitaria recorrió los pasillos del primer patio, recibiendo la Bandera
Ley Orgánica vigente hasta ese momento, y después de una larga y tenaz oposición Nacional los honores de las fuerzas de paracaidistas y del 51º Batallón que presenta-
estudiantil, le fueron impuestos los principios del proyecto modernizador de la educa- ban armas. Terminó en las oficinas de la Regencia, donde fue colocada en su nicho
ción superior instrumentados por el gobierno federal. con un centinela en posición de “firmes”.914

913
La Voz de Michoacán, martes 18 de octubre de 1966, “Más de dos millones economizará la u. m. mayor
910
Véase Lucio Rangel Hernández, La Universidad Michoacana…, p. 165. atención a la educación superior”, pp. 1 y 13.

911
Véase Juan Manuel Salceda Olivares, Las Casas del Estudiante…, p. 196.
914
El Heraldo Michoacano, miércoles 19 de octubre de 1966, “El Ejército entregó ayer el Colegio de San
Nicolás al rector y a la Junta de Gobierno”, pp. 1 y 4, y Noticias, miércoles 19 de octubre de 1966, “El
aghpem, Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Michoacán de Ocampo, Nº 80, Tomo lxxxviii, Morelia,
912
ejército entregó ayer la Universidad al estudiantado. En solemne ceremonia la juventud de San Nicolás
sábado 15 de octubre de 1966. recibió la bandera”, pp. 1 y 3.

312 313
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
La visión de los vencedores quedó consignada así: “Al tener la Máxima
Casa de Estudios de Michoacán una nueva junta de Gobierno y un nuevo rector, su
vida académica entra por los cauces de la normalidad, después que el sagrado recinto
universitario fue convertido en cuartel general de una conjura nacional para desqui-
ciar el orden gubernamental”.915
Mientras que la “visión de los vencidos”, llena de coraje e impotencia, por
medio de la feum reafirmaba:
1. Ahora más que nunca es claro el repudio del pueblo y los estudiantes hacía Arriaga
y de ello es ejemplo que tengan necesidad de imponerlo con el ejército.
2. La violación al sagrado claustro universitario es un acto vandálico y gorilesco y los
estudiantes de todo el país nos están apoyando en nuestra lucha.
3. La trayectoria de crímenes contra el estudiantado, los campesinos y el pueblo en
general obligan no sólo a que caiga sino a que sea consignado.
4. Los compañeros encarcelados con su firmeza han puesto el ejemplo y ahora más
que nunca redoblaremos nuestra lucha.916
Desde luego, los edificios que ocuparan las desaparecidas casas del estu-
diante continuaron bajo el poder del Ejército hasta en tanto la nueva administración
universitaria decidiera el uso que se les daría.
A partir de ese día, el gobierno del estado se mostró muy festivo, los mo-
tivos eran evidentes. Por la tarde, en su residencia oficial, el gobernador ofreció un
banquete a los jefes y oficiales de la xxi Zona Militar, así como al general en jefe del
Batallón de Paracaidistas, José Hernández Toledo, “para felicitarlos y agradecerles su
colaboración en la solución del problema universitario, entregándoles medallas con-
memorativas del natalicio del “Siervo de la Nación”,917 y el 29 de octubre inauguró
la vii edición de la Feria de Michoacán.918 Las celebraciones se extendieron hasta el
11 de noviembre, fecha en que un grupo de profesionistas y estudiantes ofrecieron
La Voz de Michoacán, domingo 16 de octubre de 1966, “La Junta designó anoche al Lic. Lozano
915
Vázquez como rector”, pp. 1 y 12.
916
aphb, Hoja Volante.
917
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes p.l.l., y j.g.s., 18 de octubre de 1966.
El Heraldo Michoacano, domingo 30 de octubre de 1966, “Michoacán muestra al país su ágil desarrollo
918
industrial. La excepcional feria y exposición del estado fue inaugurada por el Dr. Alberto Encinas R.”,
pp. 1 y 4.
314
Lucio Rangel Hernández
una comida a Mario Ruiz Aburto, quien formalmente continuaba fungiendo como
presidente del Comité Estatal del pri, ya que el cen no le había aceptado la renuncia,
aunque despachaba en su lugar J. Encarnación Tellitud, secretario general de la Con-
federación Nacional de Organizaciones Populares (cnop) en la entidad.919
Otoño encarcelado.920 Los presos políticos
Para el 10 de octubre, la prensa local y nacional informaba que la gran mayoría de
las personas detenidas tres días antes habían sido liberadas por “falta de méritos” o
“desvanecimiento de pruebas”,921 entre ellos Gustavo Ayala Serna, Raúl Quintana
Chávez, Salvador García Mejía, Leonardo Isidro Rangel y Gustavo Jiménez Reyes.922
Finalmente, el 19 de octubre fueron consignados ante el juez 2º de lo
penal por los delitos de conspiración, sedición, robo y daño en las cosas y amenazas
Ofelia Cervantes Martínez, Ana María Velázquez Vargas, Jaime Oseguera Herrera,
Mario Carrillo Olivares, Francisco Chávez Alfaro, Rigoberto Sánchez Pérez, Ramón
Martínez Ocaranza, Alberto Pérez Razo y Sebastián Dimas Quiroz; mientras que
los estudiantes Efrén Capiz Villegas, Rafael Aguilar Talamantes, Espiridión Payan
Gallardo, Alfredo García Reyes, Florencio Villaseñor Díaz y Joel Caro Ruíz, aparte
de enfrentar los cargos del fuero común anteriormente señalados, también fueron
consignados ante un juez federal por delitos prescritos en la Ley General de Radio y
Televisión y daños en bienes de la nación923; también les fueron instruidos ambos pro-
919
agn/ips, Caja 439, Informe de los agentes p.l.l., y j.g.s., 11 de noviembre de 1966.
Tomado de la obra poética de Ramón Martínez Ocaranza, Otoño encarcelado, México, El Pájaro
920
Cascabel, 1968, escrito durante el tiempo que estuvo preso en la Penitenciaría de Morelia.
El Diario de México, lunes 10 de octubre de 1966, “Esperan desafuero de R. Galván. La Universidad de
921
Morelia, bajo control militar. Más de la mitad de los presos, libres; reanudarán las clases”; El Universal,
lunes 10 de octubre de 1966, “De 324 detenidos, quedan 64”, y Noticias, viernes 14 de octubre de 1966,
“Ya solamente quedan treinta y nueve agitadores detenidos por la policía”.
922
agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., 9 de octubre de 1966.
923
agn/ips, Caja 2946, telegrama urgente remitido al agente del ministerio público federal por el
secretario de gobernación, Lic. Luis Echeverría Álvarez, sg. Número 4968, 17 de octubre de 1966,
para presentar formal denuncia contra Alfredo García Reyes, Espiridión Payan Gallardo, Joel Caro,
Efrén Capiz Villegas, Florencio Villaseñor Díaz, Rafael Aguilar Talamantes y demás que apareciesen
como responsables. agn/ips, Caja 2946, informe de los agentes p.l.l. y j.g.s., 18 de octubre de 1966,
el procurador general de justicia había comisionado a dos agentes del ministerio público federal: Juan
315
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
cesos a los periodistas José Martínez Ramírez “Tío Pepe” y Raymundo Trejo Ponce.924
De todos ellos, Trejo Ponce, director del periódico El Informador, fue pues-
to en libertad “con las reservas de ley” el 10 de noviembre,925 mientras que “El Tío
Pepe” también obtendría su liberación con las mismas condicionantes.
Arturo Martínez Nateras. Fuente: agn.
Zaragoza Baruch y Javier García Travesi, este último mencionado en la novela de Carlos Montemayor,
Las armas del alba, quien en esas funciones había estado en Chihuahua, integrando la investigación sobre
la invasión de tierras por parte de los campesinos dirigidos por el profesor Arturo Gámiz García.
agn/ips, Caja 455, Informe de los agentes p.l.l. y j.g.s., 22 de octubre de 1966, y El Heraldo Michoacano,
924
sábado 22 de octubre, “Formal prisión a 15 universitarios”, p. 4 y Ramón Martínez Ocaranza,
Autobiografía…, pp. 245-248.
925
agn/ips, Caja 439, Informe del agente i.n.v., 11 de noviembre de 1966.
316
Lucio Rangel Hernández
La cned, como organización surgida a raíz de los golpes represivos sufri-
dos por el movimiento estudiantil michoacano en mayo de 1963, continuó realizando
actividades de solidaridad con los estudiantes nicolaítas en las instituciones de edu-
cación superior donde contaban con adherentes, pero especialmente en la ciudad de
México. El 20 de octubre, encabezados por Arturo Martínez Nateras, quien quedó al
frente ya que Rafael Aguilar Talamantes fue hecho prisionero el día del asalto al Co-
legio de San Nicolás por el Ejército, organizó brigadas que se dedicaron a distribuir y
pegar en las paredes del ipn, la Escuela Nacional de Maestros y la unam un manifiesto
donde protestaban por los actos de “represión de que fueron víctimas estudiantes y
pueblo de Morelia, Mich., […] así como por el atentado en contra de la Universidad
de San Nicolás de Hidalgo por parte de tropas paracaidistas”. Calificaban estos actos
como violación a la autonomía universitaria, y
atacan a la Secretaría de gobernación por haber ordenado la arbitraria deportación
de distinguidos catedráticos de la Universidad de San Nicolás a sus países de origen
[…] piden también el restablecimiento de las Casas del Estudiante en el Estado de
Michoacán; libertad incondicional de los estudiantes detenidos y el cese de la repre-
sión política, así como el cumplimiento de las demandas populares y estudiantiles del
Estado de Michoacán consistentes en la desaparición de Poderes en el Estado, debido
a su ineptitud, brutalidad y reaccionarismo.926
Esta central estudiantil llevó a cabo el iii Pleno de su Comité Ejecutivo
Nacional los días 22 y 23 de octubre en el d. f., donde el tema principal fue el asunto
de la universidad nicolaíta. En ese sentido, dentro de los resolutivos especiales estu-
vieron: “a) Encuentro Nacional de Dirigentes, b) Solidaridad con Morelia y c) Presos
Políticos Estudiantiles”.
El Encuentro Nacional de Dirigentes Estudiantiles fue acordado para ce-
lebrarse en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, del 17 al 19 de noviembre. En tanto,
sobre el segundo resolutivo se emitió el siguiente documento:
Considerando que:
1º.- La lucha iniciada en Morelia por los estudiantes y profesores de la Universidad Micho-
acana de San Nicolás de Hidalgo es una lucha justa, por cuanto demanda responsabilidades
926
agn/ips, Caja 435, Informe del agente e.s.m., 20 de octubre de 1966.
317
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
de un gobierno local que ha cometido toda una larga serie de arbitrariedades empleando
una política reaccionaria.
2º.- La lucha estudiantil ha salido de los venerables recintos de cultura para tener una proye-
cción popular, democrática y combativa vinculándose los problemas estudiantiles con los
populares, ligazón que la dignifica y eleva su categoría.
3º.- La lucha popular ha sido reprimida con violencia por el ejército, cientos de profesores y es-
tudiantes fuerón a parar al cuartel de la xxi Zona Militar, por el hecho de su digna y entusiasta
participación contra un régimen cuya única garantía ha sido y es la de las bayonetas, la represión,
las amenazas, el soborno y todo tipo de actos que atentan contra la dignidad humana.
4º.- La presencia en la casa del cuatro veces centenario Colegio Nacional y Primitivo de San
Nicolás de Hidalgo por las tropas del ejército es un hecho jamás visto en la historia de la
Universidad Michoacana y lesiona enormemente los postulados de la Autonomía Univer-
sitaria. Tomando también en cuanta las palabras del Maestro Antonio Caso: “queremos y
necesitamos que los cuarteles se conviertan en escuelas, no las escuelas en cuarteles”.
5º.- Las conquistas de los estudiantes han sido reducidas al mínimo con la clausura de las
casas del estudiante, comedores, imposición de una junta de gobierno antiestudiantil y an-
tidemocrática, creación de comisiones depuradoras contra maestros y alumnos, clausura de
la facultad de Altos Estudios, cercenación (sic) de la unidad de enseñanza media, intento de
destruir las organizaciones estudiantiles democráticas: feum, fem y cen.
6º.- Las demandas estudiantiles no fueron satisfechas, ni siquiera tomadas en consideración.
7º.- Solo la participación y la solidaridad de las causas estudiantiles y populares, podrán
resolver los problemas creados por la violencia reaccionaria.
Demandamos de todos los estudiantes del país:
la más amplia y combativa solidaridad nacional con el pueblo y los estudiantes de mi-
choacán en la lucha que han iniciado y por la libertad de todos los estudiantes y
personas detenidas.
Declaramos que para todos los estudiantes de la cned será tarea de honrar en esta solidari-
dad nacional.
Expresamos también nuestra plena seguridad de que todos los estudiantes del país consid-
erarán suya la lucha de los michoacanos y por lo cual recomendamos:
1º.- La solidaridad consista en una lucha diaria y continua de apoyo al pueblo y los estudi-
antes agredidos en Morelia, Zamora, Uruapan, Apatzingán y todo el estado de Michoacán.
2º.- Se realicen manifestaciones y mítines, reuniones, asambleas, pláticas, etc. Con el fin de
clarificar a la opinión pública los hechos desvirtuados por la prensa amarillista.
3º.- Realización de paros solidarios, de corta duración y simbólicos con la realización de
actividades multitudinarias durante los paros.
4º.- Se coloque un crespón de luto en todas las Escuelas y Universidades en señal de duelo
por los golpes recibidos a la Autonomía y a la Educación Popular.
5º.- enviar telegramas y cartas:
a) De apoyo al movimiento estudiantil feum Colegio de San Nicolás.
b) De repudio a la política reaccionaria de Arriaga Rivera ( Palacio Nacional).
318
Lucio Rangel Hernández
c) De protesta al presidente de la República y a la prensa.
6º.- Reimpresión de los documentos de la cned y la elaboración de documentos propios.
Y todas aquellas iniciativas que impulsen a las masas y a las fuerzas populares y democrá-
ticas amantes de una solución justa a los problemas del pueblo michoacano, amantes del
imperio de la legalidad, la razón y la verdad pisoteadas por la acción gubernamental en
Michoacán.
“luchar mientras se estudia”
El Comité Ejecutivo Nacional.927
Por lo que respecta a los presos políticos se emitió el siguiente acuerdo:
Considerando que los acontecimientos de Morelia coronados por la salvaje ocupación
por el ejército mexicano [sic] al Colegio de San Nicolás de Hidalgo y la existencia
de presos políticos estudiantiles miembros de la cned, de la feum y de la fem pone al
descubierto la aplicación de la política educativa del régimen, encaminada a cerrar
la educación media y superior a las masas populares, el carácter científico que ella
debe nutrir y apartarla de los graves problemas económicos y políticos que hoy sufre
nuestro pueblo. El cacareado régimen de derecho, de libertades y de democracia que
tanto pregonan los voceros oficiales, para la juventud se han convertido en el garrote
y el anticomunismo como arma ideológica, con la cual el régimen pretende resolver el
gran descontento estudiantil y las luchas que hemos realizado para cambiar la actual
situación educativa en México.
En esta nueva etapa del movimiento estudiantil, no puede existir organización
estudiantil alguna que no situé junto a las demandas estudiantiles, la lucha por las
libertades democráticas, por la derogación del artículo 145 del Código Penal Federal
y por la libertad de nuestros compañeros presos en Morelia.
En este año hemos creado una Central Estudiantil que organiza y coordina nues-
tra lucha a nivel nacional, pero también hemos hecho consciente la necesidad de la so-
lidaridad nacional, que deberán tomarse en cuenta para cada compañero preso, para
cada movimiento estudiantil, porque nos hemos convertido ya en un destacamento
que puede arrancar de las cárceles a nuestros presos por medio de la solidaridad y la
movilización nacional.
El Comité Nacional considera necesarias las siguientes medidas para comenzar la
lucha por la libertad de los presos políticos estudiantiles de Michoacán.
agn/ips, Caja 435, Resoluciones del iii Pleno del Comité Ejecutivo Nacional de la Central Nacional
927
de Estudiantes Democráticos. Celebrado en la Ciudad Politécnica, México, los días 22 y 23 de octubre
de 1966.
319
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

1º.- En esta lucha por la libertad de nuestros compañeros deben intervenir todas piz, Rafael Aguilar Talamantes, Florencio Villaseñor Díaz, Joel Caro Ruiz, Sebastián
las Federaciones y todos los Comités Ejecutivos adheridos a la cned, formando en Dimas Quiroz, Rigoberto Sánchez Pérez y Jaime Oseguera.930
cada ciudad o en las más importantes, Comités de Solidaridad con los Presos Políticos
Sin embargo, todas estas medidas de presión, no lograron que el Estado
de Michoacán, integrados no sólo con estudiantes sino también con maestros y perso-
nalidades democráticas. Que cada Federación estudiantil destaque una Comisión que
pusiera en libertad a los presos políticos, producto de la acción represiva gubernamen-
se encargue de formar dichos Comités. tal de octubre de 1966.
2º.- Proponer al Encuentro Nacional de Dirigentes la más amplia y combativa
solidaridad nacional sin diferencia de organizaciones, en torno a la libertad inmediata
e incondicional de los presos políticos estudiantiles.
3º.- El pleno acordó además prestar ayuda económica a todos los estudiantes y
dirigentes presos en Morelia, asignándose una cuota mínima por Federación de cien
pesos moneda nacional que deberán remitir al Secretario de Finanzas de la cned.

“por la libertad de los presos políticos estudiantiles”928

En la inauguración de los cursos correspondientes al año de 1967, el día

17 de enero el rector Alberto Lozano Vázquez “condenó a los anarquistas y a los pro-
vocadores que ponen en peligro a la Universidad con beneplácito de las clases reac-
cionarias que nunca han podido derrotarla”, pero que —señaló— “no lograran aca-
bar con la Casa de Hidalgo que ha sido y seguirá siendo la cuna de los movimientos
libertarios”. Habló también Fernando Juárez Aranda en representación de la planta
docente, quien se refirió a “la grave situación económica por la que atraviesa la edu-
cación superior de México y en particular la Universidad Michoacana”. Finalmente
intervino el estudiante Francisco Rodríguez Oñate, quien reviró lo dicho por el rector,
afirmando que “para que la Universidad fuera una Casa de Estudios donde se llevara
a efecto la democracia era necesario que se pusiera en libertad inmediata a Joel Caro,
secretario de la directiva del cen y demás estudiantes que se encuentran presos”.929
El 30 de enero los estudiantes preparatorianos Manuel Álvarez Barrien-
tos, Ernesto Casillas R., José María Montejano, Alfonso Correa Guerrero y Salvador
Gómez C. amenazaron con iniciar una huelga de hambre en los portales que se en-
cuentran en la avenida Madero, enfrente de la Catedral, para exigir la libertad de los
dirigentes estudiantiles y campesinos que el gobierno mantenía en prisión: Efrén Ca-

928
agn/ips, Caja 435, Resoluciones del iii Pleno del Comité Ejecutivo Nacional de la Central Nacional...
930
agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., 30 de enero de 1967.
929
agn/ips, Caja 456, Informe del agente i.n.v., 17 de enero de 1967.

320 321
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Capítulo viii
Epílogo
Lo que vino después
La marcha estudiantil por la ruta de la libertad
Durante la “Operación Morelia”, el 6 de octubre de 1966 fueron aprehendidos cientos
de maestros, estudiantes y líderes del movimiento social. La mayoría de ellos fueron libe-
rados en los siguientes meses, pero después de más de un año aún permanecían en pri-
sión Rafael Aguilar Talamantes, líder de la cned, Efrén Capiz Villegas, luchador social,
Sebastián Dimas Quiroz, dirigente campesino y Joel Caro Ruiz, secretario del CEN.
La exigencia de liberación de los dirigentes de la insurgencia sindical de
1958 había sido durante toda la década de 1960 una de las mayores demandas enar-
boladas por los movimientos sociales, de tal manera que al incrementarse su número
con los presos políticos de Morelia, proporcionalmente también aumentó la presión
para lograr su libertad.
Además, entre los presos políticos se encontraba precisamente uno de
los principales dirigentes a nivel nacional de la cned, por lo que en el Encuentro de
Culiacán, celebrado del 14 al 17 de septiembre de 1967, se acordó la realización de
la “Marcha estudiantil por la Ruta de la Libertad”, del 3 al 9 de febrero de 1968, que
recorrería simbólicamente la ruta de Miguel Hidalgo cuando inició la lucha por la
independencia, considerándose dicho año como el de la libertad de los presos políticos
estudiantiles.931 Paradójicamente, como todos sabemos, fue el año en que el sistema
político mexicano autoritario, en respuesta a la democratización de la vida política del
país, puso tras las rejas a muchos más estudiantes que en años anteriores.
Es importante señalar que la idea de realizar dicha marcha fue de Agui-
lar Talamantes:
Por allá por mayo de 1967 se me ocurre que así como Hidalgo dio el grito en Dolores
y luego de tomar Guanajuato, marchó hasta Valladolid, hoy Morelia y decretó la
libertad de los esclavos, pensé en convocar a una marcha por la libertad de los presos
políticos que debía iniciar el 15 de septiembre y le mandé el plan a Pablo Gómez de
931
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, pp. 163 y 180.
322
Lucio Rangel Hernández
la Juventud Comunista, pero pasaron los meses y no se hizo. Entonces mandé preguntar
por qué no se había hecho y me contestaban con puras evasivas, total que les dije: o la
convocan o la convoco yo, ya que para entonces en el Congreso de Sinaloa, estando yo
preso, fui designado presidente del cen de la cned y entonces presioné a los de la Juven-
tud Comunista para que organizaran la marcha, pero la convocaron hasta los primeros
días de febrero de 1968, para hacerla coincidir de alguna manera, también con una
fecha histórica que era la promulgación de nuestra Constitución el cinco de febrero.932
Los intentos de disuasión, desarticulación y sabotaje
Como bien lo dice uno de sus principales organizadores, Arturo Martínez Nateras,
“evitar la Marcha se convirtió en razón de Estado. La línea era impedir que la marcha
se inicie, en tal caso repudiarla, y llegado el momento reprimirla”.933
Tan pronto el gobierno tuvo conocimiento de la organización de la mar-
cha, trató de disuadir a los estudiantes para que no participaran. El carácter nacional
de la misma provocó la preocupación del gobierno federal, tanto que fue el propio
Luis Echeverría Álvarez, secretario de Gobernación, quien se abocó directamente a
deshacer su organización. Primero movilizó a las autoridades educativas y luego, el 12
de enero, vía telegrama cifrado,934 envió una circular a los gobernadores:
S.G. Núm. 137.- “Circular”.-Juventud comunista a través de Central Nacional
Estudiantes Democráticos trata organizar llamada marcha de la libertad en la
primera decena febrero próximo, con grupos de estudiantes provenientes toda
la Republica. Partiría de Dolores Hidalgo el día tres, para dirigirse a la ciu-
dad de Guanajuato y de allí a Morelia Michoacán, donde llegaría el día nueve,
para hacer un mitin frente a la penitencieria y presionar, inclusive con actos de
violencia, por libertad algunos presos de orden común encuéntranse allí como
consecuencia actos violentos octubre mil novecientos sesenta y seis. suplícole
comunicarme preparativos salida algún grupo de esa entidad usted dignamente
gobierna. permítome sugerirle por medios persuasivos trate disuadirlos explicán-
932
Entrevista del autor a Rafael I. Aguilar Talamantes.
933
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 182.
agn, Galería 2, Fondo ips, vol. 2952, exp. Circulares a gobernadores (6). secretario de gobernación,
934
Lic. Luis Echeverría, “C. Gobernador” Telegrama urgente, s.g. Núm. 137, México, 12 de enero de
1968.
323
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
doles verdadera ideología y ubicación política de organizadores. atentamente.
secretario de gobernacion. Lic. Luis Echeverria.935
A partir de ese momento, los “gobernadores estuvieron muy activos”,
respondieron rápido y con creces a las indicaciones giradas por Gobernación, parti-
cularmente los de las entidades por donde pasaría la marcha. Los de Guanajuato y
Michoacán dieron instrucciones para que la prensa local desplegara una feroz y dolo-
sa campaña anticomunista;936 particularmente el de nuestro estado, Agustín Arriaga
Rivera, puso a todos los poderes en contra de los marchistas, él mismo en persona
coordinaba y encabezaba los actos de repudio, para lo cual contó con el apoyo de las
centrales obrera y campesina oficiales: ctm y cnc.937
El Cabildo de Dolores Hidalgo, acatando las “instrucciones” directas del
secretario Echeverría Álvarez, acordó rechazar la marcha con argumentos cargados
de un falso e hipócrita sentimiento patriótico: “los demonios comunistas vienen a
mancillar el relicario de la patria” a “profanar uno de sus símbolos”: la campana que
hiciera tañer Hidalgo en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando ésta ya
desde entonces se encontraba en Palacio Nacional.938
En las diversas poblaciones que contemplaba recorrer la marcha se dis-
tribuían panfletos, incluso llegaron a utilizar avionetas para ello,939 con encabezados
tales como: Marcha de la Libertad o Marcha de la Traición,940 que denotan la mano de la
Decodificación de Enrique Condés Lara, La Represión y rebelión en México (1959-1985). Corea del Norte
935
y México..., p. 228.
936
El Heraldo Michoacano, jueves 1º de febrero de 1968, Editorial: “Michoacán contra los agitadores”,
p. 2. Desde luego la prensa nacional en respaldo del régimen también estigmatizó la marcha, véase
Siempre, 14 de febrero de 1966, Número 764, “La marcha de la libertad una marcha contra México”,
p. 25; Siempre, 21 de febrero de 1966, Número 765, “El lobo feroz, la caperucita roja y la marcha de la
libertad”, p. 25; y Siempre, 28 de febrero de 1966, Número 766, “Anticomunista yo? La marcha de la
libertad fue un desafío inoportuno”, p. 27.
937
La Voz de Michoacán, martes 30 de enero de 1968, “repudio general. No pasarán, Dicen en Cuitzeo
y Tarímbaro”, pp. 1 y 12; El Heraldo Michoacano, martes 30 de enero de 1968, “Contundente rechazo de
la agitación de líderes rojos. Campesinos de Cuitzeo y de Tarímbaro expresan su repulsa a la agitación
que se siembra aquí”, pp. 1 y 4 y Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 183.
938
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 182 y El Heraldo Michoacano, domingo 20
de enero de 1968, “Mítines de repudio a la caravana de agitadores en Cuitzeo y Tarímbaro, pp. 1 y 4.
939
Entrevista del autor a Rafael I. Aguilar Talamantes.
940
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 185.
324
Lucio Rangel Hernández
propia Secretaría de Gobernación. En Morelia, donde concluiría, se repartieron otros
tantos con un contenido muy similar:
Hombres y Mujeres de México: El pueblo mexicano repudia a los traidores. Negar la
existencia de nuestra patria, tal como lo hacen los marxólogos es una de las más gran-
des traiciones. No les permitas que atenten contra tu país. Impídeles que engañen a la
juventud. Repúdialos como repudias a todos los enemigos de México. Mexicanos: el
camino recorrido por los héroes de nuestra independencia no debe ser manchado por
traidores que sirven a causas ajenas a México. No ayudes a quienes quieren utilizarte
como instrumento.941
Varias organizaciones estudiantiles de carácter nacional o local no sola-
mente se deslindaron sino que arremetieron contra la marcha, mostrando su incondi-
cionalidad al régimen del cual obtenían una serie de prebendas; entre ellas estuvo la
fnet. En la Universidad Michoacana, las otrora combativas feum y cen, víctimas de
la represión arriaguista, se encontraban en un proceso de reorganización y recupera-
ción, luchando contra la injerencia divisionista que a través del porrismo introdujeron
la rectoría y el gobierno estatal, por lo que en el caso de la feum, su dirigente Hugo
Villa Toledo asumió una actitud “equilibrista y oscilatoria”.942 Estos conceptos fueron
vertidos por el Frente de Estudiantes Universitarios Democráticos (feud), organiza-
ción surgida precisamente para recuperar la autonomía y la democracia estudiantil,
misma que por su naturaleza abiertamente apoyó la marcha, promoviéndola ante el
estudiantado y el pueblo michoacano:
Porque se ha pisoteado la autonomía universitaria; porque se ha mancillado el glo-
rioso Colegio de San Nicolás de Hidalgo; porque se ha reprimido y masacrado al
pueblo y estudiantes; porque se ha dado un criminal golpe a la educación popular;
porque se han encarcelado injusta, arbitraria y anticonstitucionalmente a dirigentes
campesinos y estudiantiles; y porque se han reprimido las libertades democráticas
en el país; llamamos, a sumar todos los esfuerzos del pueblo y estudiantes en torno a
941
Lucio RangeL Hernández, La Universidad Michoacana…, p. 177.
942
aphb, Manifiesto a los Estudiantes Democráticos, a los Obreros y Campesinos de México, A la Juventud Revolucionaria,
feud,Morelia 15 de febrero de 1968; véase también La Voz de Michoacán, viernes 3 de febrero de 1968,
“Recapacitan y dan marcha atrás los partidarios de la ‘Caravana’”, pp. 1 y 13.
325
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
la marcha estudiantil por la ruta de la libertad. ¡Todos a la Marcha!, ¡Universidad y
Pueblo Venceremos!943
La propia Junta de Gobierno de la Universidad Michoacana se manifestó
en contra de la participación de los nicolaítas en la marcha:
Como autoridades supremas de la Universidad, nos vemos en el caso de hacer un
llamado de atención a los universitarios, para que no se dejen arrastrar por tal co-
rriente anarquizante, haciendo la clara advertencia de que con tales actitudes, solo se
consigue desprestigiar a nuestra Casa de Estudios, puesto que se pretende alejarla de
su especial y único objetivo que es el del estudio y formación de los jóvenes en futuros
profesionistas y técnicos, para servir a la sociedad en el futuro. Con tales propósitos
desquiciantes solo se llevaría a nuestra Universidad a una posible paralización de sus
actividades que, en último término perjudicaría gravemente, no solo al magisterio que
ha dedicado todo su tiempo y su esfuerzo a estas nobles tareas de la enseñanza, sino
principalmente a la juventud estudiosa que desea prepararse para servir a su Estado.944
A pesar de todo, los preparativos no pararon. El pleno del cen de la cned
se reunía continuamente para evaluar la situación. Al tiempo que sopesaban la cam-
paña orquestada en su contra por el gobierno, que se valía del “fantasma del comu-
nismo”, recibían la adhesión de contingentes estudiantiles de todo el país: de la uanl,
que confirmaron su participación con un grupo de 200 personas; de la uas, que se
haría presente con igual número, integrando la Brigada “Rafael Buelna”; de la ua de
Guerrero, de la ua de Chihuahua, de la Universidad Michoacana, de la uap —que de-
mandaban la libertad de Enrique Cabrera—; de la unam, del ipn, y de las 29 normales
rurales integradas a la fecsm, que ya durante el desarrollo de la marcha conformarían
la columna vertebral de la misma; inclusive la Normal Rural Femenil de Galeana n.
l., se comprometió a participar y participó.945
Como la campaña de disuasión no prosperó, la Secretaría de Goberna-
ción puso en operación un plan de desarticulación y sabotaje, tratando de impedir el
arribo de los contingentes a Dolores Hidalgo, así como su posterior desplazamiento.
943
aphb, Hoja volante Al pueblo y Estudiantes Michoacanos, feud.
La Voz de Michoacán, martes 30 de enero de 1968, “repudio general. Llamado de la Junta de Gobierno.
944
La U.M. no es patrimonio de grupos anarquistas”, pp. 1 y 13.
945
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 185.
326
Lucio Rangel Hernández
El empresario y líder de los transportistas Rubén Figueroa se comprometió a evitar
que les alquilaran autobuses; el gobernador de Guanajuato ordenó a los hoteleros
negar hospedaje a los marchistas, y fueron detenidos algunos de sus organizadores
aprovechando las labores de propaganda que realizaban en favor de la marcha en sus
localidades. Sin embargo, cada uno de los contingentes se las arregló para llegar al
punto de reunión; algunos de ellos pernoctaron en la Normal Rural de Roque, Gua-
najuato, y otros llegaron directamente.946
La provocación
Desde el 2 de febrero fue concentrado en Dolores Hidalgo un convoy militar con
150 soldados del 14º Batallón de Infantería al mando del coronel Carlos Ferrer
Villavicencio, el cual se mantuvo únicamente a la expectativa. La marcha se inició
como estaba prevista: con la hostilidad manifiesta contra los jóvenes por parte de
algunos sectores sociales, instigada por todos los órdenes de gobierno en contuber-
nio con la prensa local que los presentaba como “agitadores comunistas”, pero lejos
de amedrentarse decidieron llevarla a cabo aun con toda esa campaña perversa que
buscaba convertirlos de víctimas en victimarios.
En su avance hacia el centro de la pequeña ciudad, cuyos negocios habían
cerrado por órdenes de la cámara local de comercio, fueron agredidos con jitomates
podridos. Llegaron a la plaza central y en medio de silbidos, gritos, jitomatazos y pe-
dradas, Rolando Waller Ruelas leyó una proclama y depositaron una ofrenda floral
en el monumento a Hidalgo. A pesar de haber resultado heridos dos estudiantes por
pedradas en la cabeza, no respondieron a la provocación.947
Ese mismo día partieron a Guanajuato, donde realizaron un mitin en la
Alhóndiga de Granaditas, siendo objeto de las mismas agresiones. La siguiente parada
fue Salamanca, en donde las autoridades también trataron de impedir su arribo: “a
las 21 horas, 300 estudiantes que estaban en este plantel (de Roque) se dirigieron a la
estación ferroviaria de Celaya con el fin de tomar el tren para así llegar a Salamanca,
pero como pasaron los convoyes que se dirigían a Ciudad Juárez y Guadalajara, sin
hacer parada en Celaya”.948
946
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 187.
947
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 188, y La Voz de Michoacán, domingo 4 de
febrero de 1968, “Sin tocar la campana comenzó ayer la ‘Marcha’, en Dolores”, pp. 1 y 12.
948
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 188.
327
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
“La marcha por la ruta de la libertad”,
a su paso por la ciudad de Celaya, Guanajuato. Fuente: agn.
Nuevamente se las arreglaron para llegar con sus propios recursos a Sa-
lamanca, donde las autoridades no tuvieron opción y concedieron el permiso para la
realización de la marcha y una concentración. Sin embargo, los provocadores tam-
bién recibieron luz verde para agredirlos: aproximadamente 150 trabajadores del Sin-
dicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (stprm), desde la azotea
de la escuela primaria “Miguel Hidalgo”, les lanzaron huevos, jitomates, pintura roja
y negra y líquido para extinguir incendios; pero los marchistas resistieron estoicamen-
te sin repeler la agresión.949
Después de esto, continuaron su camino hasta Valle de Santiago donde
fueron recibidos en forma radicalmente distinta a la de las poblaciones que habían
dejado atrás; así lo describe Martínez Nateras:
949
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 188 y La Voz de Michoacán, martes 6 de
febrero de 1968, “Baño de pintura a la marcha en Salamanca”, pp. 1 y 12.
328
Lucio Rangel Hernández
La entrada de algunos tres mil estudiantes fue realmente inolvidable, apoteótica. Sen-
timos esa comunión íntima, hermosa, alentadora entre estudiantes y pueblo. La gente
aplaudía, se formó una valla interminable, los niños corrían a sumarse, nos obsequia-
ban víveres, monedas, billetes. Estábamos logrando nuestros objetivos. El mitin fue
inolvidable sobre todo por la intervención voluntaria de los lugareños. En todos lados
leíamos nuestra proclama.950
La represión
Como los intentos de impedir el inicio de la marcha, así como de sabotearla fracasa-
ron, y más aún viendo que ésta se fortaleció con la incorporación de más contingentes,
además que había logrado el respaldo y apoyo de pobladores de Valle de Santiago y
recibía la solidaridad de la mayor parte de las organizaciones estudiantiles del país por
medio de proclamas, boletines, periódicos y actos públicos, llegando a crear una gran
expectativa en lugares como Moroleón, Cuitzeo y sobre todo Morelia,951 al gobierno
no le quedó más alternativa que detenerla por la fuerza, mostrando una vez más su
rostro autoritario.
Desde los primeros días de enero a los organizadores y participantes se
les acusaba de uno de los delitos más recurrentes con los cuales se acostumbraba
criminalizar la protesta social para poder acabar con ella: de incitación a la rebelión;
adicionándose circunstancialmente la de querer boicotear las olimpiadas. El día 6 de
febrero que se decidió disolver la marcha, por la madrugada, casualmente se descarri-
lló el tren número 7 que hacía el recorrido de la ciudad de México a Ciudad Juárez,
Chihuahua, curiosamente a tres kilómetros de la ciudad de Celaya, cerca de la Nor-
mal Rural de Roque, por lo que
existe alguna presunción de que esto se haya debido a un acto de sabotaje, ya que
coincidentemente, en ese mismo lugar, 24 horas antes los estudiantes de la Marcha
trataron de abordar un tren que los condujera a Salamanca, pero debido a que a
través de la Gerencia de los Ferrocarriles, las tripulaciones recibieron instrucciones de
no hacer parada en Celaya. Por tal motivo la Gerencia presentó ante la procuraduría
General de la República consignación de este hecho.952
950
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 188.
951
Enrique Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). Corea del Norte y México…, p. 232.
952
Días más tarde, se publicó un telegrama donde los ferrocarrileros denunciaban que el descarrilamiento
329
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Habiéndose reanudado la marcha por la mañana del día 6 rumbo a Mo-
relia, seis kilómetros adelante de Valle de Santiago, el coronel Villavicencio les cerró
el paso con sus fuerzas militares, y amenazante les hizo saber que “tengo una orden
precisa. O se suben a los autobuses y regresan a los lugares de origen o aquí se los lleva
su chingada madre”.953 Así fueron forzados a regresar 607 estudiantes en 25 camiones
de pasajeros, que había llevado exprofeso el coronel, además de ser detenidos los prin-
cipales dirigentes, entre ellos Rollando Waller Ruelas.954
Una nueva campaña de descrédito se desató a través de los periódicos955
y se trató de evitar, sin lograrlo del todo, las manifestaciones de protesta por este acto
represivo gubernamental. En la Universidad Michoacana, el rector Alberto Lozano
Vázquez “concedió un periodo corto de vacaciones a maestros y alumnos”, lo que
en realidad se tradujo en una burda suspensión de labores académicas desde el día 6
hasta el 12 de febrero, para desmovilizar a los universitarios.956
La escisión
El autoritarismo del régimen se acentuaba. Díaz Ordaz, por medio de su secretario
de Gobernación, respondía del mismo modo a la protesta obrera, campesina o estu-
diantil. Las primeras en recibir los golpes represivos del sistema por su participación
no sólo en este evento de inconformidad social sino en anteriores fueron las normales
rurales. Geográficamente, estas escuelas se encontraban ubicadas en el seno mismo de
la sociedad campesina, y dado el origen también rural de su estudiantado se hicieron
sensibles a la problemática que vivían tanto el campesinado como las comunidades
indígenas. Los normalistas rurales, ya como organización estudiantil (fescm) o como
había sido provocado por la misma empresa, Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…,
pp. 192-193.
Arturo Martínez Nateras, La Flor del Tiempo, México, unam/uas, 1988, p. 53, citado por Enrique
953
Condés Lara, Represión y rebelión en México (1959-1985). Corea del Norte y México…, p. 232.
954
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 192.
955
La Voz de Michoacán, miércoles 7 de febrero de 1968, “Disolvió el ejército la marcha anarquista. Rebasó
los límites constitucionales para perseguir móviles polítiqueros”, pp. 1 y 13, y La Voz de Michoacán, viernes
9 de febrero de 1968, Editorial. “El Fracaso de la Marcha”, p. 3.
El Heraldo Michoacano, martes 13 de febrero de 1968, “Reinicia la Universidad Estatal sus actividades
956
con normalidad”, pp. 1 y 4 y Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p. 192.
330
Lucio Rangel Hernández
egresados, los apoyaron, asesoraron, organizaron y dirigieron en muchos casos para
luchar contra la explotación de que eran objeto, sobre todo los jornaleros, o bien para
exigir el cumplimiento del reparto agrario y contra la expropiación fraudulenta de sus
tierras y bosques por parte de neolatifundistas y de poderosas empresas forestales.957
El gobierno ya tenía antecedentes de egresados de estos planteles y de las
normales estatales, como Pablo Gómez Ramírez y Arturo Gámiz García —que ha-
bían luchado en Chihuahua, primero por la vía pacífica y luego por medio de la insu-
rreccional cuando el 23 de septiembre de 1965 en intentaron asaltar el cuartel militar
de Ciudad Madera—,958 y también de las tareas que desempeñaban otros como Lucio
Cabañas Barrientos (egresado de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa) y
Genaro Vázquez Rojas, aunque este último era egresado de la Escuela Nacional de
Maestros, pero de origen campesino.
Por todo ello, en 1969 el gobierno federal ideó una “reforma educativa”
(nombre con el cual el régimen enmascara lo que han sido verdaderas contrarrefor-
mas) con la finalidad de separar la educación normalista de la del nivel secundario.
En ese año la sep estableció en 15 de las 29 normales rurales el sistema de educación
secundaria tecnológica, dejando únicamente a las 14 restantes la formación de pro-
fesores rurales, cuyos estudios ya no se cursarían en tres años, sino en cuatro.959 Esta
reforma perseguía en realidad romper el ciclo de politización y organización política
de los normalistas rurales, el cual se iniciaba desde su ingreso a la secundaria, que
funcionaba de manera integral a la normal, especialmente porque desarrollaban un
arraigado sentido de pertenencia e identidad colectiva y solidaridad, al formar parte
de una comunidad que se integraba al convivir en los internados de dichas escuelas.960
Desde luego que la fecsm se opuso a dicha “reforma”, pero la programa-
da huelga general indefinida para evitar su aplicación fue desarticulada con la toma
de las escuelas por parte de la policía y el Ejército y con la encarcelación o expulsión
Véase Armando Bartra, Los herederos de Zapata. Movimientos campesinos posrevolucionarios en México 1920-
957
1980, México, Era, 1985, p. 98.
Véase José Santos Valdés, Madera y Florencio Lugo Hernández, El asalto al cuartel militar de ciudad
958
Madera, en http//members.furtunecity.com/liga 23/asalto.htm, recuperado el 23 de enero de 2015.
Saúl López de la Torre, Guerras secretas. Memorias de un ex guerrillero de los setentas que ahora no puede caminar,
959
México, Arte Facto, 2001, p. 217; véase también Sergio Ortíz Briano, Entre la nostalgia y la incertidumbre.
Movimiento estudiantil en el normalísmo rural mexicano. México, uaz, 2012.
960
Véase Denisse de Jesús Cejudo Ramos, Identidad y acción colectiva: La participación de los estudiantes de
la Escuela Normal Rural “Plutarco Elías Calles en el conflicto por la tierra. San Ignacio Río Muerto, Sonora, 1975,
Morelia, Tesis de Maestría en Historia de México, iih de la Universidad Michoacana, 2010.
331
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

de los líderes. A raíz de este hecho, una vanguardia radical de la fecsm decidió inte- realidad la frase que coreaban la trágica tarde del jueves de corpus: “no queremos
grarse a los grupos guerrilleros que emergían en diversas partes del país.961 apertura, queremos revolución”.965
Como lo vimos en su momento, a partir del año de 1963 el ciclo de mo- El grupo mayoritario, después de la represión, continuó la lucha por los
vilizaciones estudiantiles iniciado en 1956 se había incrementado, y frente a ellas cauces institucionales con tres objetivos fundamentales: reorganizar y reagrupar al mo-
la constante fue la respuesta represiva del Estado. Ante la intransigencia y el endu- vimiento estudiantil nacional; por la defensa de la educación popular, y por continuar
recimiento del sistema, ya soplaban vientos de guerrilla. La impotencia de algunas librando batallas para democratizar el sistema político mexicano, comenzando por sus
vanguardias se acrecentaba y la desesperación se apoderaba de ellas. En la “Marcha instituciones educativas, pero esa es otra historia que en parte ya está en construcción.
por la Ruta de la Libertad” participaban algunos líderes que después de sufrir esta
y anteriores acciones represivas, imbuidos por las ideas del “Che” Guevara y por la
experiencia de la Revolución cubana al interior de la jcm y de la propia cned, ya vis-
lumbran la opción armada para derrocar al régimen político autoritario mexicano e
implantar uno con bases socialistas. Entre ellos estaban Raúl Ramos Zavala, Carme-
lo Cortés Castro y Tomás Ocuzuno.962
Después de octubre de 1968, los vientos guerrilleros comenzaron a soplar
con mayor fuerza bajo la consideración de que por la lucha pacífica no lograrían
un cambio sustancial. En la Universidad Michoacana, una vanguardia se integró
al Movimiento de Acción Revolucionaria (mar), incluso es conocida como “la gue-
rrilla nicolaíta” por haber sido conformado este grupo armado mayoritariamente
por estudiantes radicalizados, procedentes de la institución, quienes habían sufrido la
experiencia represiva del gobierno de Arriaga Rivera entre 1963 y 1966.963 El mismo
camino seguían otros en la ua de Sonora, uas, uanl, u de g, u de Guerrero, uach, el
ipn, la unam y algunas normales rurales.964
De esta manera, entre 1969 y 1971 el movimiento estudiantil nacional
se escindió, conformándose dos grupos: uno mayoritario que creyó en la apertura
democrática echeverrista y otro minoritario que optó por prepararse para la lucha ar-
mada. Para este grupo, la masacre del 10 de junio de 1971 enterró la débil posibilidad
que existía de oponerse al Estado por la vía política institucional, y buscaron hacer

961
Saúl López de la Torre, Guerras secretas…, p. 228.
962
Arturo Martínez Nateras, El 68. Conspiración Comunista…, p.187.

Para mayor información sobre este grupo guerrillero véase Verónica Oikión Solano, “El Movimiento
963

de Acción Revolucionaria. Una historia de radicalización política”, en Verónica Oikión Solano y

Marta García Ugarte (Edit.), Movimientos Armados en México, Siglo xx, Zamora, El Colegio de Michoacán/
Universidad Michoacana, 2004, pp. 417-460.

Véase Lucio Rangel Hernández, El virus rojo de la revolución. La guerrilla en México. El caso de la Liga
964

Comunista 23 de Septiembre, 1973-1981, Morelia, Universidad Michoacana, 2013. 965

Lucio Rangel Hernández, El virus rojo de la revolución…, pp. 93-99.

332 333
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Conclusiones
El origen de los movimientos sociales obedece en el fondo al deterioro del sistema en
su conjunto. En el caso de México los movimientos sociales, incluido el estudiantil, se
fraguaron ante un Estado que acentuaba la exclusión social y reducía cada vez más la
distribución de los recursos. Esto ocurrió a partir de la presidencia de Ávila Camacho
y se incrementó durante el gobierno alemanista, cuando el proyecto de “moderniza-
ción” fue adquiriendo mayores rasgos capitalistas, favoreciendo las inversiones priva-
das y extranjeras y facilitando la acumulación por medio del control corporativo de
los trabajadores y el sometimiento del sector agrícola, con lo que pudo lograrse una
industrialización relativamente rápida.966
Es el periodo en la historia contemporánea de México durante el cual el
capital extranjero jugó un papel fundamental en la refuncionalización del modelo de
desarrollo. Todo ello tuvo un alto costo para la clase trabajadora por la concentración
del ingreso, lo que ahondó las diferencias entre la burguesía y el proletariado, dejando
sin sustento lo que hasta entonces había sido el principal pilar del régimen: la supuesta
colaboración —y no la lucha— entre las clases. Es decir, la estabilidad y el alto creci-
miento económico —considerados desproporcionadamente como un milagro— sólo
fueron posibles por el control estatal ejercido a costa de eliminar la política redistribu-
tiva que habría permitido mejorar el nivel de vida de las masas trabajadoras.
De esta forma los brotes de inconformidad contra dicho modelo de de-
sarrollo y el sistema político autoritario que lo impulsaba, originados hacia fines de la
década de 1950, surgieron acompañados de un declarado y abierto antagonismo de
clase, algunos de los cuales solamente pudieron ser controlados por la vía de la repre-
sión estatal violenta, como el caso de los ferrocarrileros encabezados por Demetrio
Vallejo y el mrm dirigido por Othón Salazar.
En este contexto, el nuevo ciclo del movimiento estudiantil desarrollado
entre 1956 y 1968/1971, evidenció la crisis del pacto corporativo y la falta de canales
de expresión democrática para los sectores medios que emergieron desde la década de
1940, por lo que su presencia fue muy significativa en el proceso de cambios políticos y
sociales de fines de los sesenta y setenta, impulsando no sólo causas que estrictamente
tenían que ver con el gremio estudiantil, sino incluso demandas populares reivindica-
tivas y de transformación en el terreno político, como una apertura democrática en
abierto cuestionamiento al sistema político autoritario mexicano.
966
Víctor Gabriel Muro, Iglesia y movimientos sociales…, p. 61.
334
Lucio Rangel Hernández
En ese periodo, ante el control corporativo ejercido sobre los trabajadores
por el Estado autoritario, el estudiantil se convirtió en el sector social más beligeran-
te. Durante ese tiempo, las tensiones desatadas por la Guerra Fría aumentaron y, en
consecuencia —desde la óptica de la doctrina aplicada por los estadounidenses contra
el “enemigo comunista”—, para el gobierno mexicano los jóvenes movilizados se con-
virtieron en un problema de “seguridad nacional”.
Y es que en la década de 1960, en toda Latinoamérica, a raíz del triunfo
de la revolución socialista cubana, la idea de la revolución renació con un brío inusita-
do. Las condiciones eran propicias: explotación, desigualdad, marginación, ausencia de
democracia, represión, etcétera; “de pronto principalmente entre la juventud, la revo-
lución volvió a ser contemplada, pero ahora para acabar con la sociedad burguesa”.967
En el caso de la Universidad Michoacana, el movimiento estudiantil en
el periodo de 1956 a 1966 fue la síntesis de las luchas que los nicolaítas habían venido
librando desde la creación misma de su institución, con el objetivo de que ésta respon-
diera a los postulados de la Revolución mexicana de 1910.
En un principio, la Ley Orgánica de1919 dotó a la universidad de auto-
nomía a partir de un principio visionario de su fundador y con el objetivo de que no
estuviera sujeta a los vaivenes perjudiciales de la política. Sin embargo, a partir de
1921 con las reformas introducidas a su normatividad, la nueva institución se convir-
tió en una universidad de Estado, afianzándose entre la mayoría de sus integrantes la
idea de que estaba obligada a tener este carácter en tanto que debía responder a la
política educativa del nuevo Estado revolucionario. Fue así que desde sus inicios, di-
rectivos, profesores y estudiantes pugnaron para que apoyara la educación de los hijos
de campesinos y obreros, y entre 1920 y 1939 desarrollaron un movimiento tendente
al establecimiento de la educación socialista en su casa de estudios, entendida como
una educación que contribuyera a realizar los ideales de la Revolución mexicana de
crear una sociedad más justa y más igualitaria, como obra de hombres libres del fana-
tismo, la ignorancia, la miseria y la explotación. Igualmente, para introducir una serie
de cambios en su organización, como lo era el hecho de integrar en sus órganos de
gobierno a toda la comunidad universitaria, representándola en el Consejo Universi-
tario, y éste se erigiera por esta razón en el máximo órgano de gobierno.
Esta lucha cristalizó en 1939 con la reforma a la ley orgánica de la uni-
versidad que sustituyó a la de 1933, la cual había establecido una segunda autonomía
para la institución, misma que fue duramente impugnada a raíz de la reforma al
artículo tercero constitucional que declaró socialista a la educación impartida por el
967
Jorge Volpi, La imaginación y el poder…, p. 175.
335
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Estado, bajo la premisa de que esta dependía totalmente del presupuesto estatal, se-
ñalando a los defensores de la autonomía y la libertad de cátedra como reaccionarios.
Pero justamente en esos momentos la correlación de fuerzas políticas na-
cionales cambiaron, producto a su vez de un nuevo contexto internacional, inclinán-
dose a favor de una burguesía mexicana que inició un cambio de rumbo en el terreno
económico, mismo que extendió al sistema educativo superior del país. A partir de
ese momento se intentó aplicar los modelos educativos tecnocráticos y empresariales
de origen estadounidense. Esta nueva política educativa estatal buscaba adecuar el
sistema de enseñanza superior al proyecto económico capitalista en la nueva fase de
la división internacional del trabajo y de la implementación y desarrollo de la gran
empresa capitalista monopólica. Comenzaron así los embates contra la educación
popular, reduciéndole su presupuesto, lo que trajo como consecuencia que las escuelas
prácticas de agricultura, las normales rurales, el Instituto Politécnico Nacional y al-
gunas universidades de provincia como la Michoacana sufrieran paulatinamente una
degradación en sus condiciones materiales y académicas, y por supuesto en el sistema
asistencial brindado a los estudiantes de escasos recursos, reduciéndose el monto y
el número de becas en los albergues estudiantiles. También se pretendió por medio
de reformas a la Ley Orgánica excluir la participación de los profesores y alumnos
en la política académica de su casa de estudios, intentando desaparecer la paridad
de estudiantes, profesores y autoridades en el Consejo Universitario y sustituir a este
órgano máximo de gobierno por juntas de gobierno en cuya designación no participa
la comunidad universitaria.
Ante esta política educativa, la resistencia estudiantil no se hizo esperar.
Entre 1940 y 1956, en nuestra universidad los principios de educación popular y
nacionalista fundados en la orientación socialista sui generis, así como la paridad en el
Consejo Universitario y el mantenimiento de éste como máximo órgano de gobierno
fueron defendidos a toda costa.
Para el periodo de 1956 a 1961 el movimiento estudiantil en defensa de
los principios señalados pasó a la ofensiva exigiendo apoyos presupuestarios para el
mejoramiento material y académico orientado a transformar la anacrónica universi-
dad liberal en un moderno centro universitario de estudios. El movimiento se radicali-
zó bajo la influencia de los movimientos de reivindicación laboral y salarial y de inde-
pendencia sindical protagonizados principalmente por los ferrocarrileros y el mrm, y
sobre todo por el impacto que causó la Revolución cubana, llevando su combatividad
a obtener el apoyo del gobierno del estado presidido por David Franco Rodríguez
para reformar la Ley Orgánica vigente, como primer paso para operar aquel proyecto
de transformación educativa.
Como resultado del impulso dado por el movimiento estudiantil a partir
de 1961, la nueva Ley Orgánica se convirtió en un instrumento de trabajo que per-
336
Lucio Rangel Hernández
mitió materializar una gran parte de los objetivos que el estudiantado universitario
nicolaíta se había planteado durante las movilizaciones de 1956, 1959 y 1960, esto de
la mano del Dr. Elí de Gortari como rector.
Para el año de 1962, a raíz de la llegada al gobierno del estado de Agustín
Arriaga Rivera, las relaciones entre la universidad y el poder público comenzaron fric-
cionarse. Cuando la universidad se encontraba en un proceso plenamente ascenden-
te, a principios de 1963 algunos profesores que se agruparon en la autodenominada
“fraternidad antidegortarista” provocaron un conflicto que vendría a interrumpir el
proyecto de universidad moderna, pero de corte popular y nacionalista, ya que este
conflicto como expresión de las diferencias suscitadas por el modelo de universidad
dio la oportunidad al ejecutivo de intervenir para imponerle a la institución los prin-
cipios educativos modernizantes del Estado mexicano, provenientes desde el régimen
de Ávila Camacho, expidiendo una nueva legislación. La ley orgánica sancionada el
14 de marzo de 1963 “concedió” la autonomía a la Universidad Michoacana cuando
sus integrantes no la habían exigido —puesto que concebían a su casa de estudios
como universidad de Estado—, lo que se tradujo en una imposición; pero además fue
una autonomía profundamente limitada, porque en realidad la máxima autoridad
que es el Consejo Universitario al ser el depositario de la soberanía de la comunidad
universitaria al estar representada en él por sus delegados, se vio desde entonces supe-
ditado a un poder superior, creado por esta misma ley: la Junta de Gobierno, sobre la
cual no tenía la más mínima posibilidad de intervención puesto que se autorrenovaba.
Además, dichas reformas denotaban la intención del gobierno de ejercer un control
directo sobre la universidad. Desde luego, dada la combatividad del movimiento estu-
diantil nicolaíta, la derogación de la Ley Orgánica de 1961, por intervención directa
del gobernador Arriaga Rivera, considerada como la más avanzada con la que se ha-
bía contado hasta entonces, provocó su protesta, recibiendo a su vez como respuesta
la represión violenta estatal, resultando muerto el estudiante Manuel Oropeza García
y heridos otros más.
La represión que a sangre y fuego ahogó la protesta estudiantil contra la
derogación de la Ley Orgánica de 1961 permitió la imposición de los miembros de la
Junta de Gobierno y de Alberto Bremauntz como nuevo rector. Sin embargo, dados
los antecedentes de la mayoría de los integrantes de la mencionada Junta y sobre todo
del rector Bremauntz, la institución no se supeditó a los designios del gobernador,
manteniendo su orientación popular y nacionalista, por lo que fue sometida a un régi-
men de hostilidad y represión por parte del gobierno, expresado en el congelamiento
de su presupuesto, así como la infiltración de un grupo de choque entre los universi-
tarios, la cooptación de sus liderazgos y las prácticas porriles, tendentes a desarticular
cualquier intento de reagrupación y reanimación del movimiento estudiantil defensor
e impulsor de dicho modelo de universidad.
337
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Pero ni el congelamiento del presupuesto ni la cooptación ni las prácticas
porriles ni las acciones represivas emprendidas contra los auténticos liderazgos juveni-
les impidieron la reorganización y recuperación del movimiento estudiantil nicolaíta.
En ello tuvo mucho que ver la conversión de la universidad en la sede de la cned desde
mayo de 1963 en que celebró la primera Conferencia de Estudiantes Democráticos, a
la cual asistieron doscientos cincuenta delegados, representando a cien mil estudiantes
de la república, culminando con la Declaración de Morelia, iniciándose así un proceso de
ruptura “del cordón umbilical” que durante décadas mantuvo atado al estudiantado
nacional con el corporativismo estatal, mismo que cristalizó tres años después con la
fundación de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos.968
La izquierda estudiantil aglutinada en la cned, integrada por las corrien-
tes comunista, cardenista, espartaquista, maoísta y trotskista, entre otras, al trabajar
en la construcción de una organización estudiantil independiente del Estado y bajo
principios democráticos contribuyó a la reorganización y recuperación del movimien-
to estudiantil nicolaíta que en octubre 1966, a raíz de la sistemática actitud represiva
del gobierno de Arriaga Rivera, se movilizó para exigir la desaparición de poderes
en Michoacán. La “gota que derramó el vaso de agua” fue el asesinato del estudiante
Everardo Rodríguez Orbe a manos de policías judiciales.
Después de una semana de movilizaciones estudiantiles no sólo en More-
lia sino en varias poblaciones del interior de la entidad y de la creciente oposición del
bloque estudiantil-popular a su gobierno, Arriaga Rivera solicitó y obtuvo el apoyo
del gobierno federal, que le envío un contingente de soldados paracaidistas que con-
juntamente con efectivos de la xxi Zona Militar y de un batallón de caballería pro-
veniente de Zamora reprimieron una manifestación antigobiernista que se celebraba
por la tarde del 8 de octubre en la plaza principal de la ciudad, y asaltaron al mismo
tiempo el Colegio de San Nicolás tomando prisioneros a varias centenas de estudian-
tes, profesores y gente del pueblo.
Sin duda la violenta represión ejercida sobre el movimiento universitario
nicolaíta por parte del Estado mexicano, encarnado en el gobernador Arriaga Rivera,
se debió en gran medida a la conversión de un combativo sector universitario estu-
diantil michoacano en el principal bastión de la cned, organización alternativa que le
estaba ganando la partida a la corporativa cjm, superando la dispersión y el esponta-
neísmo en que había estado sumido el movimiento estudiantil nacional.
La política represiva que ejerció el gobierno de Arriaga Rivera sobre la uni-
versidad y los universitarios por oponerse a las reformas a la Ley Orgánica de 1961, por-
968
J. Aurelio Cuevas Díaz, El Partido Comunista Mexicano…, p. 75.
338
Lucio Rangel Hernández
que implicaba el cambio del modelo de universidad popular y nacionalista —heredada
del cardenismo—, y por abanderar la defensa de los intereses populares y campesinos,
ya que desde su llegada al solio de Ocampo este gobernante protegió y apoyó los intere-
ses de los grandes empresarios y neolatifundistas en detrimento de los obreros, campe-
sinos y sectores populares en general, fue la causa estructural del conflicto que enfrentó
a la Universidad Michoacana contra el Estado en octubre de 1966. La causa inmediata
que provocó el estallido del conflicto fue el asesinato del estudiante Everardo Rodríguez
Orbe a manos de agentes policiacos que el gobierno del estado mantenía incrustados en
la institución actuando como grupo de choque. Ante los hechos sangrientos, la demanda
fundamental de los universitarios encabezados por el rector y el Consejo Universitario
se centró en pedir al Congreso de la Unión la desaparición de los poderes en el estado.
¿Acaso los universitarios pensaron en que el poder federal actuaría en la misma forma
que lo hizo el 4 de enero de 1961, en parecidas circunstancias contra el gobernador
macartista de Guerrero Raúl Caballero Aburto?
Se equivocaron. Frente al cauce que tomaron los acontecimientos, con la
configuración de un auténtico movimiento estudiantil-popular y su radicalización, el
gobernador lo incriminó acusándolo de representar en el fondo una conjura comunis-
ta contra el gobierno de México, presidido por Gustavo Díaz Ordaz. Aprovechando el
ambiente anticomunista producido por las tensiones de la Guerra Fría, Arriaga Rive-
ra, acusó al movimiento de subversivo para poderlo combatir por medio de la fuerza
y acabar de tajo con él, tratando de ocultar así sus verdaderas causas.
Producto de la represión de que fue objeto, a la institución y a los univer-
sitarios a partir de 1966 se le impusieron los principios del proyecto modernizador de
la educación superior implementado por el Estado mexicano: fue suprimida la pari-
dad de estudiantes, maestros y autoridades en el Consejo Universitario, limitándose
extraordinariamente las atribuciones de éste y en contrapartida ampliándose las de
la Junta de Gobierno, a la cual se le dotó de poderes cuasi absolutos; se le cercenaron
a la universidad sus secundarias varonil y femenil, las cuales pasaron a formar parte
del sistema federal; se clausuraron las casas del estudiante; y también la Facultad de
Altos Estudios Melchor Ocampo siguió el mismo camino, con el argumento de que
fueron el centro de la conjura comunista. Igualmente, merced a la represión de que
fue objeto, con la persecución y el encarcelamiento de sus líderes y de sus maestros
más combativos, y con el incremento del grupo de choque se desarticuló al elemento
más dinámico de la institución, impulsor de los grandes avances materiales y acadé-
micos en el periodo de 1956 a 1966: el estudiantado organizado. Con todo esto se le
asestó un rudo golpe del que no pudo recuperarse sino hasta la década de 1980, y eso
nunca del todo. Se le desarticuló manteniendo encarcelados o perseguidos por meses
y años a sus principales líderes, y expulsando a sus maestros y guías más conscien-
tes y combativos, de tendencias marxistas o simplemente convencidos demócratas;
339
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
también incrementando el grupo de choque y de porros que el gobierno del estado
mantenía incrustado en la institución, y cooptando y sobornando a los liderazgos
emergentes, con lo cual mantuvo divididos, vigilados, dispersos y hasta enfrentados a
los universitarios michoacanos.
En el periodo de 1956 a 1966, la Guerra Fría proporcionó el argumento
ideal y siempre recurrente al Estado para acusar al movimiento estudiantil de conspi-
ración comunista, mostrando a los jóvenes universitarios como simples instrumentos
de agitadores profesionales; incapacitados para pensar por sí mismos, se les atribuyó
un estado crítico de neurosis creado por la introducción de las ideas marxistas como
la causa fundamental del desequilibrio juvenil traducido en la realización de actos
delictivos, siendo considerados jóvenes inadaptados y hasta delincuentes.969
Pero nuestra investigación ha demostrado que los participantes en el mo-
vimiento estudiantil tenían una idea clara y precisa de los objetivos que perseguían,
los cuales estaban plasmados en su discurso y que consistía fundamentalmente en la
defensa de un modelo de universidad popular y nacionalista; que no fue producto de
la espontaneidad y que no respondían únicamente a la lógica disfuncional del sistema,
sino que obedecían a una serie de acciones colectivas deliberadas y proyectadas para
transformar estructuralmente una realidad que les afectaba no solamente como estu-
diantes sino como futuros profesionistas integrantes de una sociedad marcadamente
antidemocrática y desigual.
Finalmente, la universidad quedó postrada a los designios del Estado, al
grado de que quedó más atada que nunca a él, como no lo estuvo ni cuando era
formalmente una universidad de Estado. A partir de ese momento y hasta la fecha el
rector fue considerado como un integrante más del gabinete del gobernante en turno,
aunque la gran mayoría de ellos “guardaron las formas” hasta la rectoría de Salvador
Jara Guerrero, quien abiertamente se comportó como tal.970
969
El gobierno de Ciudad de México, proyectó la creación de la Oficina de Orientación y Control
Juvenil, dependiente del Cuerpo de Seguridad Pública del Departamento de Ciudad de México.
Declaraciones del Gral. Luis Cueto Ramírez, jefe del Cuerpo de Seguridad de Ciudad de México. La
Voz de Michoacán, sábado 7 de diciembre de 1963, “Orientación Juvenil”, p. 4.
970
En la conferencia de prensa convocada por el gobierno del estado, para informar sobre el operativo
policiaco en tres casas del estudiante la madrugada del 29 de abril del 2012, apareció junto al secretario
de Gobierno, Jesús Reyna García, y el de Seguridad Pública, Elías Álvarez Hernández, declarando en
respaldo a la ocupación, desalojo y aprehensión de los moradores de las Casas del Estudiante Nicolaíta,
Lucio Cabañas y 2 de octubre, que los albergues: “no forman parte de lo que se considera como espacio de
la autonomía de la Universidad” y que el hecho de que policías hayan irrumpido en dichas moradas
“no significa que se haya violentado la autonomía universitaria”, agregando además que “la mayoría
340
Lucio Rangel Hernández
Para apreciar el alcance del movimiento estudiantil nicolaíta es necesario
referirnos a la tipología de los movimientos sociales introducida por Melucci, quien los
clasifica en reivindicativos, políticos y antagónicos o de clase, donde el reivindicativo ex-
presa demandas tendentes a solucionar una problemática que aqueja directamente al gru-
po movilizado; mientras que el político se constituye en crítico del sistema y “actúa para
transformar los canales de participación política o para desplazar las relaciones de fuerza
en los procesos” de la toma de decisiones; y el de clase “es una acción colectiva dirigida
contra un adversario social, para la apropiación, el control y la orientación de los medios
de producción social”.971
Además, debemos considerar también lo que señala el propio Melucci en
relación a que un movimiento reivindicativo puede superar las dimensiones del conflicto,
puesto que en el transcurso del movimiento aumenta el contenido simbólico, se fortalece
su posición, se impulsan más demandas, se emprenden acciones cada vez más decisivas y
por ende los conflictos se agudizan.972
Justamente esto ocurrió con el movimiento estudiantil universitario michoa-
cano, que de un movimiento reivindicativo, en defensa de la educación popular y na-
cionalista, transitó al nivel de exigencias políticas y de éste a uno de clase: contra el au-
toritarismo, el corporativismo sindical, por la libertad de los presos políticos, contra el
imperialismo estadounidense y solidario con la Revolución cubana y los movimientos de
liberación nacional, entre otros.
Finalmente, se ha atribuido con toda razón a los movimientos sociales un
carácter dinámico, es decir que aún con la derrota de muchos de ellos, como sucedió con
el movimiento estudiantil nicolaíta en octubre de 1966, son capaces de forzar algunos
cambios —o resistirse a ellos cuando los perjudican—, en las estructuras institucionales.973
de los detenidos no habían podido acreditar su calidad de estudiantes de la Universidad”, La Jornada
Michoacán, domingo 29 de abril de 2012, “Operativos policiales en casas del estudiante; hay 204
detenidos”, p. 3. Convertido en vocero del gobierno del estado, en lugar de defender la autonomía
universitaria y exigir la liberación de los estudiantes, en entrevista con el reportero de este Diario, Carlos
F. Márquez, declaró que: “no se violó la autonomía universitaria con el operativo policial desplegado en
las casas del estudiante, pues ser autónomo no significa estar al margen de la ley ni una concesión para
violar el derecho de terceros por lo que aseveró que el gobierno estatal ‘decidió defender el estado de
derecho’”, La Jornada Michoacán, domingo 29 de abril de 2012, “Movilizaciones de la cul , encabezadas
por ‘vividores’, asevera Salvador Jara”, p. 5.
971
Alberto Melucci, Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, México, El Colegio de México, 1999, p. 50.
972
Alberto Melucci, Acción colectiva, vida cotidiana…, p. 51.
973
Enrique Laraña, La construcción de movimientos sociales, Madrid, Alianza Editorial, 1999, p. 127.
341
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Fuentes
Documentales
AGN Archivo General de la Nación
Fondo: Dirección Federal de Seguridad
Fondo: Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales
AGHPEM Archivo General e Histórico del Poder Ejecutivo de Michoacán
AHCU Archivo Histórico del Consejo Universitario
APHB Archivo Particular del Dr. Hiram Ballesteros Olivares
ALRH Archivo Particular de Lucio Rangel Hernández
Entrevistas
Entrevista al Prof. Octavio Ortiz Melgarejo, realizada por el autor el día 12 de ene-
ro de 1991 en la ciudad de Morelia, Michoacán.
Entrevista al Lic. Salvador Tamayo Sánchez, realizada por el autor el día 24 de
junio de 1991, en la ciudad del Morelia, Michoacán.
Entrevista al Lic. Efrén Capiz Villegas, realizada por el autor el día 18 de septiem-
bre de 1991, en la ciudad de Morelia, Michoacán.
342
Lucio Rangel Hernández
Entrevista al Dr. Hiram Ballesteros Olivares, realizada por el autor el día 26 de julio
de 1991, en la ciudad de Morelia, Michoacán.
Entrevista al Dr. Cuauhtémoc Olmedo Ortiz, realizada por el autor el día 1º de
febrero de 1991, en la ciudad de Morelia, Michoacán.
Entrevista al Lic. Joel Caro Ruiz, realizada por el autor el día 10 de octubre de
1991, en la ciudad de Morelia, Michoacán.
Entrevista al Dr. Raúl Galván Leonardo, realizada por el autor el día 12 de marzo
de 1993, en la ciudad de Morelia, Michoacán.
Entrevista al Lic. Adolfo Mejía González, realizada por el autor el día 23 de agosto
de 1994, en la ciudad de Morelia, Michoacán.
Entrevista al Lic. Rafael Ignacio Aguilar Talamantes, realizada por el autor el día
27 de octubre de 2015, en la ciudad de México.
Hemerográficas
Álvarez Garín, Raúl, “Los años de la gran tentación”, en Nexos Nº 121, México,
enero de 1988.
Carrasco Araizaga, Jorge, “La cia ‘mal informada”, Proceso, edición especial Nº 23,
octubre de 2008.
Favela, Javier, “’Tijerazo’ en 40 dependencias”. La Voz de Michoacán, jueves 22 de
septiembre de 2016.
Luna Flores, Adrián, “Las escuelas particulares de comercio en Michoacán y su
lucha por el reconocimiento oficial, 1920-1960”, Río de Papel. Revista del Centro de
estudios sobre la Cultura Nicolaíta y Archivo Histórico, Nº 23, Morelia, 2015.
Morley, Jefferson, “Tiempos de espionaje”, Proceso, Nº 1561, 1º de octubre de 2006.
Pereyra, Carlos, “La costumbre de reprimir”, en Nexos, Nº 121, México, enero
de 1988.
343
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Vázquez Pallares, Xuchitl, “Sin concesiones”, Cambio de Michoacán, jueves 23 de
marzo de 2017.
Nava Hernández, Eduardo, “Natalio Vázquez Pallares, México y la segunda pos-
guerra”, en Cambio de Michoacán, Jueves 30 de marzo de 2017.
Diarios
La Voz de Michoacán
El Heraldo Michoacano
Noticias
El Universal
Cambio de Michoacán
Bibliográficas
Agee, Philip, La “compañía” por dentro: diario de la cia, Barcelona, Laia/Paperback, 1978.
Aguayo Quezada, Sergio, 1968. Los archivos de la violencia, México, Grijalbo/Refor-
ma, 1998.
______________, y John Bailey (Coords.), Las seguridades de México y los Estados Unidos
en un momento de transición, México, Siglo xxi Editores, 1997.
Aguilar Ferreira, Melesio y Alejandro Bustos Aguilar, Los gobernadores de Michoacán
1824-2002, Morelia, Gobierno del Estado de Michoacán, 2002.
Aguilar García, Javier, “El Estado mexicano, la modernización y los obreros”. En
Alonso, Jorge, Alberto Azis y Jaime Tamayo (Coords.). El nuevo Estado mexicano, Mé-
xico, Nueva Imagen, 1992. Vol. iii.
Althusser, Louis, Ideología y aparatos ideológicos del Estado, México, Ediciones Quinto
Sol, 1998.
344
Lucio Rangel Hernández
Álvarez Cabrera, Jaime, La reforma universitaria bajo el pensamiento de Elí de Gortari, Mo-
relia, Universidad Michoacana, 2010.
Anguiano Equihua, Victoriano, Lázaro Cárdenas, Su feudo y la política nacional, México,
Eréndira, 1951.
Arreguín Vélez, Enrique, Páginas Autobiográficas, Morelia, Universidad Michoaca-
na, 1982.
Arreola Cortés, Raúl, Historia de la Universidad Michoacana, Morelia, Universidad
Michoacana, 1984.
______________, (selección y prólogo), David Franco Rodríguez. Discursos y Ensayos,
Morelia, Universidad Michoacana, 1990.
______________, Salvador Franco López. Rector Nicolaíta, Morelia, Universidad Mi-
choacana, 1998.
Arriaga Rivera, Agustín, La política…como me la enseñaron. Recuerdos, añoranzas y reali-
dades de mi vida, México, Editorial Consuelo Sánchez y Asociados, s.c., 2005.
Barret, Elionore M. La cuenca del Tepalcatepec. Su desarrollo moderno, México, sep, co-
lección sepsetentas, núm. 172, 1975, t. ii.
Barron, John, kgb, La labor clandestina de los agentes secretos soviéticos, México, Editorial
Diana, 1976.
Bartra, Armando, Los herederos de Zapata. Movimientos campesinos posrevolucionarios en
México 1920-1980, México, Era, 1985.
______________, 1968 el mayo de la revolución, México, Itaca, 1999.
Bravo Cisneros, Ángel y Abdallán Guzmán Cruz, Hacia un proyecto de universidad al-
ternativa, Morelia, Sociedad de Nicolaítas Ex Alumnos a.c., 1998.
345
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Bravo Vaquero, El Movimiento Latinoamericano de Reforma Universitaria en Michoacán,
Morelia, Universidad Michoacana, 1968.
Bremauntz, Alberto, México y La Revolución Socialista Cubana, Fímax Publicistas, 1966.
______________, Setenta años de mi vida. Memorias y anécdotas, México, Ediciones Ju-
rídico Sociales, 1968.
______________, Autonomía Universitaria y Planeación Educativa en México, México,
Ediciones Jurídicas y Sociales, 1969.
Cárdenas, Cuauhtémoc, Cárdenas por Cárdenas, México, Debate, 2016.
Cárdenas, Lázaro, Obras. I-Apuntes 1957-1966, tomo iii, México, unam, 1986, 2008.
Carr, Barry, La izquierda mexicana a través del siglo xx, México, Era, 1996.
Castellanos, Laura, México armado, 1943-1981, México, Era, 2007.
Castillo, Heberto y Francisco Paoli Bolio, ¿Por qué un nuevo Partido? ¡Los trabajadores
al poder!, México, Editorial Posada, 1975.
Cavalla Rojas, Antonio, Estados Unidos, América Latina, Fuerzas armadas y defensa nacio-
nal, Culiacán, uas, 1980.
Comisión Constructora de la Unión del Pueblo de Michoacán. Quienes y como destro-
zaron la legalidad de la casa de Hidalgo y de Michoacán, Morelia s/f.
Condés Lara, Enrique, Represión y rebelión en México (1959-1985). La Guerra Fría en
México. El discurso de la represión, México, buap/Miguel Ángel Porrúa, 2007.
______________, Represión y rebelión en México (1959-1985). Corea del Norte y México, El
Maoísmo en México, La Revolución Cubana y México, La cara desconocida del Partido Comunis-
ta Mexicano, México, buap/ Miguel Ángel Porrúa, 2009.
Córdova Arnaldo, La revolución y el Estado de México, México, Era, 1989.
346
Lucio Rangel Hernández
Cortés Zavala Ma. Teresa, Lázaro Cárdenas y su proyecto cultural en Michoacán, Morelia,
Universidad Michoacana, 1995.
Cuevas Díaz, J. Aurelio, El Partido Comunista Mexicano 1963-1973. La ruptura entre las
clases medias y el Estado fuerte en México, México, Línea/uag/uaz, 1984.
Delgado, Álvaro, El Ejército de Dios. Nuevas revelaciones sobre la extrema derecha en México,
México, Plaza y Janés, 2004.
Díaz Aldama, Hilda, Los estudios de jurisprudencia en la Universidad Michoacana, 1917-
1932, Morelia, Universidad Michoacana, 2000.
Díaz Barriga, Jesús, Su pensamiento sobre la educación socialista y la nutrición popular, Mo-
relia, Universidad Michoacana, 1981.
Didou, Sylvie, Les intellectuels du Michoacan et les formes de l’État au Mexique: de l’assenti-
ment a celle de la marginalization, París, Thése de doctorat, (s.1) Maison des Sciences de
l’Home, Centre d’Etudes du Mouvement Social, 1987.
De la Encina, Juan, La Universidad de Primavera Vasco de Quiroga, Morelia, Centro de
Estudios sobre la Cultura Nicolaíta/Universidad Michoacana, 1987.
Espitia Mario Aurelio, Enrique Arreguín Vélez, su pensamiento y acción en la ciencia, More-
lia, Universidad Michoacana, 1968.
Fabián Ruiz, José y Arturo Molina García, Perfil de un gobierno 1962-1968, Morelia,
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Corresponsalía Morelia, 1998.
Figueroa Zamudio, Silvia (coordinadora), Presencia Universitaria, Morelia, Universi-
dad Michoacana/La Voz de Michoacán, 1992.
Florescano, Enrique (coordinador), Historia General de Michoacán, Morelia, Gobier-
no del Estado de Michoacán, 1989. Vol. iv.
347
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Franco Rodríguez, David, Discursos y Ensayos, selección y prólogo de Raúl Arreola
Cortés, Morelia, Universidad Michoacana, 1990.
Glockner, Fritz, Memoria roja. Historia de la guerrilla en México (1943-1968), México,
Ediciones Biblos, 2007.
González Marín, Silvia y Ana María, Sánchez Sáenz (coordinadoras), 154 años de
movimientos estudiantiles en Iberoamérica, México, unam, 2011.
Guevara Niebla, Gilberto, (comp.), Las luchas estudiantiles en México, tomo ii, México,
Línea/uag/uaz, 1986.
_____________, La democracia en la calle: crónica del movimiento estudiantil mexicano, Mé-
xico, Siglo XXI Editores/unam, 1998.
Gutiérrez, Ángel (recopilación, textos introductorios y presentación), Leyes Orgá-
nicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Universidad Mi-
choacana, 2001.
______________, Lázaro Cárdenas y Cuba, Morelia, Universidad Michoacana, 1989.
Gutiérrez López, Miguel Ángel, Los estudios musicales en la Universidad Michoacana,
1917-1940, Morelia, Universidad Michoacana, 2002.
______________, Autonomía y procesos políticos en la Universidad Michoacana, 1917-1963,
Morelia, Universidad Michoacana, 2010.
______________, En los límites de la autonomía. La reforma socialista en la Universidad
Michoacana, 1934-1943, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2011.
______________, Itinerario de la Autonomía en la Universidad Michoacana, Morelia, Uni-
versidad Michoacana, 2016.
Keller, Renata, Mexico´s cold war, New York, Cambridge University Press, 2015.
Klare, Michel T. y Nancy Stein, Armas y poder en América Latina, México, Era, 1978.
348
Lucio Rangel Hernández
Krauze, Enrique, La presidencia imperial. Ascenso y caída del sistema político mexicano
(1943-1996), México, Tusquets Editores, 1997.
Laraña, Enrique, La construcción de los movimientos sociales, Madrid, Alianza Edi-
torial, 1999.
Luna Flores, Adrián, La Universidad Michoacana, 1926-1932, Morelia, Universidad
Michoacana, 2002.
López Patiño, Francisco Napoleón, Los Nicolaítas, el Cardenismo, Morelia, El Au-
tor, 2014.
Macías, Pablo G., Aula Nobilis. Monografía del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás
de Hidalgo. iv Centenario, Morelia, Vanguardia Nicolaita, 1940.
______________, Octubre sangriento en Morelia, Morelia, Acasim, 1968.
______________, Luces y Sombras. Testimonios Nicolaítas, Morelia, Universidad Mi-
choacana, 1981.
Marsiske, Renate (coordinadora), Movimientos estudiantiles en la historia de América Lati-
na, México, cesu, unam, Plaza y Valdés, 1999, 5 vols.
Martínez Nateras, Arturo, El 68. Conspiración Comunista, México, unam, 2011.
Martínez Nateras, Arturo (editor), La izquierda mexicana del siglo xx, México, unam,
Libro 2, Movimientos Sociales, 2016.
Martínez Verdugo, Arnoldo (editor), Historia del comunismo en México, México, Gri-
jalbo, 1983.
Mejía González, Adolfo, Michoacán, ¿feudo cardenista? Historia de una lucha estudiantil
vencida con la traición y el asesinato, México, Editorial Nuevos Caminos, 1966.
______________, La huelga del 56. Vivencias Nicolaítas de Lucha y Amor, Morelia, Uni-
versidad Michoacana, 1991.
349
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
______________, Con los Cárdenas. Encuentros y desencuentros (luces y sombras). Testimonios
de un migrante (1932-2004) ¿El cardenismo sin cabeza?, Morelia, el Autor, 2004.
Melucci, Alberto, Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, México, El Colegio de
México, 1999.
Muro, Víctor Gabriel y Manuel Canto Chac (coords.), El estudio de los movimientos
sociales: Teoría y método, México, El Colegio de Michoacán/uam Xochimilco, 1991.
Muro, Víctor Gabriel, Iglesia y movimientos sociales en México, 1972-1987. Los casos de
Ciudad Juárez y el Istmo de Tehuantepec, México, El Colegio de Michoacán, 1994.
Nájera Espinoza, Mario Alberto, Verónica Oikión Solano y Gerardo Sánchez Díaz
(editores), La Nación dueña de su destino. Vida y obra de Natalio Vázquez Pallares, Guadala-
jara, u de g/El Colegio de Michoacán/Universidad Michoacana, 2007.
Niblo, Stephen R., México en los cuarenta. Modernidad y corrupción, México, Océano, 2008.
Oikión Solano, Verónica, Los hombres del poder en Michoacán, 1924-1962, México, El
Colegio de Michoacán/Universidad Michoacana, 2004.
______________ y Marta García Ugarte (edits.), Movimientos Armados en México. Siglo
xx, Zamora, El Colegio de Michoacán/Universidad Michoacana, 2004.
Ortega, Romeo, El Conflicto. Drama de la Universidad Michoacana, Morelia, ediciones
de La Voz de Michoacán, 1968.
Ortiz Briano, Sergio, Entre la nostalgia y la incertidumbre. Movimiento estudiantil en el nor-
malismo rural mexicano, México, Universidad Autónoma de Zacatecas, 2012.
Pineda Soto, Adriana y Eduardo N. Mijangos Díaz, La Universidad Michoacana a fin de
siglo, Morelia, Universidad Michoacana, 2000.
Piñera Ramírez, David (coordinador), La educación superior en el proceso histórico de Mé-
xico, Mexicali, sep, uabc y anuies, 2002, 4 tomos.
350
Lucio Rangel Hernández
Powaski, Ronald E., La Guerra Fría. Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991,
Barcelona, Crítica, 2000.
Pozas Horcasitas, Ricardo, La democracia en blanco: el movimiento médico en México 1964-
1965, México, Siglo xxi Editores, 1993.
Rangel Hernández, Lucio, La Universidad Michoacana y el movimiento estudiantil 1966-
1986, Morelia, Universidad Michoacana, 2009.
______________, El bachillerato nicolaita. La reforma a su plan de estudios 1847-1990,
Morelia, Universidad Michoacana, 2011.
______________, El virus rojo de la revolución. La guerrilla en México, El caso de la Liga
Comunista 23 de Septiembre, 1973-1981, Morelia, Universidad Michoacana, 2013.
Rivas Ontiveros, José René, La izquierda estudiantil en la unam. Organizaciones, moviliza-
ciones y liderazgos (1958-1972), México, unam/Miguel Ángel Porrúa, 2007.
Salceda Olivares, Juan Manuel, Las Casas del Estudiante en Michoacán (1915-2001).
Conquistas populares por defender, Morelia, Centro de Estudios Rector Elí de Gortari de
la Casa del Estudiante “V.I. Lenin”/ Jitanjáfora, 2002.
______________, Reforma universitaria y sindicalismo: la casa de Hidalgo y su sindicato de
empleados, 1938-1986, Morelia, Universidad Michoacana/sueum, 2004, p. 77.
Santos Valdés, José, Madera, Razón de un martirologio, México, Imprenta Laura, 1968.
Sohr, Raúl, Para entender la guerra, México, Alianza Editorial/Conaculta, 1990.
Solana, Fernando, Cardiel Reyes, Raúl y Bolaños Martínez, Raúl (coordinadores),
Historia de la educación pública en México, México, sep, 1981.
Spenser, Daniela, (coordinadora), Espejos de la guerra fría: México, América Central y el
Caribe, México, Miguel Ángel Porrúa/ser/ciesas, 2004.
351
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Tapia Santamaría, Jesús, Campo religioso y evolución política en el Bajío zamorano, Zamora,
El Colegio de Michoacán/Gobierno del Estado de Michoacán, 1986.
Tarrow, Sydney, El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la
política, Madrid, Alianza Editorial, 1994.
Tavira Urióstegui, Martín, Historias de un abogado nicolaíta, Morelia, Universidad Mi-
choacana, Colección Centenario, Los hombres y las mujeres nicolaítas, Nº 1, 2015.
Tecla Jiménez, Alfredo, Universidad, burguesía y proletariado, México, Ediciones de
Cultura Popular, 1976.
Vázquez Pallárez, Natalio, Hacia la reforma universitaria, Morelia, Universidad Mi-
choacana, 1939.
Veledíaz, Juan, El general sin memoria. Una crónica de los silencios del ejército mexicano,
México, Debate, 2010.
Verdugo Córdova, Joel, El movimiento estudiantil en la Universidad de Sonora de 1970 a
1974. Un enfoque sociohistórico a partir del testimonio oral, Hermosillo, El Colegio de So-
nora, 2004.
Vizcaíno López, María Teresa, La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Panorama Jurídico, 1917-1939, Morelia, Universidad Michoacana, 2000.
Volpi, Jorge, La imaginación y el poder. Una historia intelectual de 1968, México, Era, 1998.
Weiner, Tim, Legado de cenizas. La historia de la cia, México, Random House Monda-
dori, 2009.
Zermeño, Sergio, México: una democracia utópica. El movimiento estudiantil del 68, México,
Siglo xxi Editores, 1978.
Zolov, Eric, “¡Cuba sí, yanquis no!: el saqueo del Instituto Cultural México-Nor-
teamericano en Morelia, Michoacán, 1961”, en Daniela Spenser (coordinadora),
Espejos de la guerra fría: México, América Central y el Caribe, México, ser/ciesas/Miguel
Ángel Porrúa, 2004.
352
Lucio Rangel Hernández
Tesis
Álvarez Cabrera, Jaime, La Reforma Universitaria en Michoacán. El Movimiento Estudian-
til por una nueva Ley Orgánica (1966-1986), Tesis de Licenciatura, Escuela de Historia,
Universidad Michoacana, (t. 130), 1999.
Álvarez Guzmán, Tania Madeleine, La Universidad Michoacana como Universidad Mo-
derna, 1956-1966, Tesis de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoa-
cana, (t.145), 2001.
Anguiano Valencia, Francisco Javier, La Universidad Michoacana en 1986. Reforma y
conflicto, Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana, (t.
406), 2013.
Armenta Medina, José Manuel, Los diecinueve meses del Dr. Elí de Gortari en la Universi-
dad Michoacana (1961-1963), Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universi-
dad Michoacana, (t. 277), 2007.
Baltazar Chávez, Gerardo, Reforma y conflicto en la Universidad Michoacana, 1986. Te-
sis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana, (t. 173). 2003.
Baltazar Vargas, David, La vida y práctica académica de la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo (1986-2008), Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Univer-
sidad Michoacana, (t. 368), 2012.
Cuenca Hernández, Miguel Ángel, Historia de la Escuela de Historia de la Universidad
Michoacana, Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana,
(t. 179), 2003.
Espinosa Parra, Guillermo, El rectorado del Dr. Elí de Gortari en la Universidad Michoacana
1961-1963, Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana,
(t. 237), 2006.
Francisco López, Genaro, La Universidad socialista en Michoacán 1934-1940 a través de
sus conflictos, Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana,
(t. 300), 2009.
353
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
García Aguirre, Aleida, Normalistas y maestros en el movimiento campesino y guerrillero de
Chihuahua, 1960-1968, México, Tesis de Maestría en Ciencias en la Especialidad de
Investigaciones Educativas, die-cinvestav, ipn, tesis, 2012.
Gómez Santiz, Isaías, La Casa del Estudiante Nicolaita: orígenes e historia (1930-1966), Te-
sis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana, (t. 326), 2010.
Govea Govea, Jorge, El sindicalismo en la Universidad Michoacana 1938-1976, Tesis
de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana, (t. 311), 2009.
Lucas Hernández, Amaruc, El Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo
1917-1940, Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana,
(t.158), 2002.
Martínez Hernández, Eusebio, Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo
1847-1871, Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana,
(t. 294), 2008.
Méndez Moreno, Carlos Domingo, El Bloque de Jóvenes Revolucionarios de Mi-
choacán y la política social cardenista, Morelia, Universidad Michoacana, Tesis
Maestría en Historia, Facultad de Historia, 2008.
Mondragón González, Alma Rosa, La Universidad Michoacana bajo el rectorado del In-
geniero Porfirio García de León González 1946-1949, Tesis de Licenciatura, Facultad de
Historia, Universidad Michoacana, (t. 215), 2005.
Morales Muñoz, Daniela, 45 días del conflicto universitario en la prensa moreliana, febrero
y marzo de 1963, Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoa-
cana, (t. 301), 2009.
Nava Hernández, Eduardo, El Cardenismo en Michoacán (1910-1990), México, Te-
sis de Doctorado en Ciencia Política, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,
unam, 2004.
354
Lucio Rangel Hernández
Piñeyro, José Luis, El profesional ejército mexicano y la asistencia militar de los Estados Uni-
dos: 1965-1975, México, Tesis de Licenciatura en Relaciones Internacionales, El
Colegio de México, 1976.
Ramos López, Gabriel Pedro, La Universidad Nicolaita y el Neoliberalismo: La Casa del Es-
tudiante Lucio Cabañas Barrientos: historia, problemática y perspectivas, Tesis de Licenciatura,
Facultad de Historia, Universidad Michoacana, (t. 202), 2005.
Rojas Botello, Emmanuel, Memoria visual e histórica de la Universidad Michoacana. Una
década de construcción de su espacio y vida académica 1973-1983, Tesis de Licenciatura,
Facultad de Historia, Universidad Michoacana, (t. 351), 2011.
Rubio Lepe, Gabriela, La Escuela de Medicina de la Universidad Michoacana 1917-1939,
Tesis de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, (t. 150), 2001.
Salinas García, Carmen Edith, Las estudiantes de la Universidad Michoacana, 1917-
1939, Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana, (t.
163), 2002.
Saucedo González, Sandra, Historia del Instituto de Investigaciones Químico Biológicas de
la Universidad Michoacana, (1976-2002), Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia,
Universidad MIchoacana, (t. 337,) 2010.
Serrano Barrera, Rogelio, El Departamento de Extensión Universitaria en la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo: (1937-1963), Tesis de Licenciatura, Facultad de
Historia, Universidad Michoacana, (t. 206), 2004.
Tinoco Farfán, Bárbara, Las estudiantes de la Universidad Michoacana (1961-1980), Tesis
de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana,(t. 291), 2008.
Tinoco Guzmán, Macaria Yazmin, La Educación Superior Femenina. Un estudio de caso:
La Universidad Michoacana (1940-1960), Tesis de Licenciatura, Facultad de Historia,
Universidad Michoacana, (t. 198), 2004.
355
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Tesinas
Arreola González, Katia, La Escuela de Altos Estudios “Melchor Ocampo”, (Tesina 7), Tesina
de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, 1996.
Marín Padilla, Leticia, La Universidad Michoacana y la profesionalización de la mujer
(1917-1920), Tesina de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoaca-
na, (Tesina 74), 2002.
Merchant Balderas, Edith, La formación de historiadores en la Escuela de Historia de la
u.m.s.n.h. 1973-1994, Tesina de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Mi-
choacana, (Tesina 39), 1998.
Nava Ortiz, Román, La Universidad Michoacana en el rectorado de Elí de Gortari (1961-
1963), Tesina de Licenciatura, Facultad de Historia, Universidad Michoacana, (Tesi-
na 86), 2005.
Próspero Maldonado, Hilda Lelia, Historia General de la Escuela Popular de Bellas Artes, Te-
sina de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, (Tesina 16), 1996.
Próspero Maldonado, Flora del Rocío, Desarrollo histórico de la difusión cultural y exten-
sión universitaria de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (1960-1980), Tesina
de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, (Tesina 2), 1995.
Rodríguez Martínez, Yolanda, La Preparatoria “Eduardo Ruiz” 1963-1970. Tesina
de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, (Tesina 28), 1996.
Rodríguez Morales Margarita, Estudio comparativo de Leyes Orgánicas de la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo: autonomía y órganos de gobierno 1919-1966, Tesina
de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, (Tesina 29), 1996.
Valdovinos Rosas, Bertha, Movimientos Universitarios en Michoacán 1960-1963, Tesina
de Licenciatura, Escuela de Historia, Universidad Michoacana, 1996. (Tesina 17).
Zizumbo Ramos, Moisés, Estudio comparativo entre las leyes orgánicas de 1939-1961 de la
Universidad Michoacana frente a la de 1963, Tesina de Licenciatura, Escuela de Historia,
Universidad Michoacana, (Tesina 69), 2001.
356
Lucio Rangel Hernández
Sitios web
Arroyo Cruz, Jesús, Historia de la Universidad Michoacana 1960-1966, Morelia, Ama-
zon, 2018. Disponible en: http://books.google.com.mx/boks?isbn=1718108796
recuperado el 3 de octubre de 2018.
Camacho Servín, Fernando, “Amenazas y humillaciones, parte invisible, del curricu-
lum médico”, La Jornada, Domingo 9 de junio de 2013, p.6, http://http://www.jor-
nada.unam.mx/2013/06/09/sociedad/036n1soc, recuperado el 30 de enero 2017.
Camargo, Siddharta, “La combatividad histórica de las Normales Rurales”, en
www.http//milenio/donde_nace_la_violencia_en_guerrero/violencia_Guerre-
ro-normales_rurales-normalistas-guerrilleros-Ayotzinapa_13_393690630.html,
recuperado 22 de junio de 2016.
Castillo García, Gustavo, “Operación Telaraña, estrategia del gobierno contra
Lucio Cabañas”, La Jornada, domingo 21 de diciembre de 2003, http://www.jor-
nada.unam.mx/2003/12/21/012n1pol.php?origen=index.html&fly=1
Correa Vázquez, Florencia, “Universidad y política. Un caso de doble juricidad”,
en http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/critica/cont/12/ana/
ana12.pdf, recuperado 23 de junio de 2016.
Flores Llamas, Salvador, “Michoacán, cacicazgo cardenista”, Acento, lu-
nes 19 de mayo de 2014, http://www.analisisafondo.com/index.php/opinion/
item/11445-michoacan-acicazgo-cardenista, recuperado el 8 de agosto de 2014.
García Aguirre, Aleida, Normalistas y maestros en el movimiento campesino
y guerrillero de Chihuahua, 1960-1968. Experiencia de solidaridad y relaciones
reticulares en la formación de un sujeto político, México, Tesis de Maestría en
Ciencias en la Especialidad de Investigaciones Educativas, dia-cinvestav, 2012, En
http://historiasocialcontepo.blogspot.mx/2015/10/tesis-aleida-garcia-aguirre, recupe-
rado 5 de julio de 2016.
357
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966
Hernández Luna, Juan, “Polémica de Caso contra Lombardo sobre la Univer-
sidad”enhttp://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/
vkjj28yf8d7k1mchgs5p71ddb16t62.pdf, recuperado 11 de julio de 2016.
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/dof/cpeum_ref_041_30dic46_
ima.pdf
http://www.megustaleer.com.mx/ficha/9786073118071/esbozo-de-historia-uni-
versal, consulta 30 de julio de 2013.
Jirón Popova, Mirna, “La institución de la modalidad de educación tecnológica en
Colombia: una mirada” Revista Facultad de Ciencias Económicas: Investigación y
Reflexión, vol. xvi, núm. 1, junio, 2008, pp.9-22, Universidad Militar Nueva Gra-
nada Bogotá, Colombia, http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90916102, recu-
perado el 16 de mayo de 2016.
López Mateos, Adolfo, VI Informe de Gobierno, http://www.diputados.gob.
mx/cedia/sia/re/re-iss-09-06-12.pdf
Lugo Hernández, Florencio, El asalto al cuartel militar de ciudad Madera, http//mem-
bers.furtunecity.com/liga 23/asalto.htm, consulta 23 de enero de 2015.
Ortega Morales, Luis, “El movimiento estudiantil popular de 1964”, Domingo
9 de octubre de 2011, en http://wwwsiclapuebla.blogspot.mx/2011/10/el-movi-
miento-estudiantil-popular-de.html, recuperado 22 de junio de 2016.
Padilla, Tanalis, “Las normales rurales: historia y proyecto de nación”, El Cotidia-
no, núm. 154, marzo-abril, 2009, pp. 85-93, México, Universidad Autónoma Metro-
politana Azcapotzalco, http://www//redalyc.org/articulo.oa?id=32512736009,
recuperado 22 de junio de 2016.
Punto Cuatro del presidente Harry Truman, en verplaetse, Julián G., Cuadernos
de Estudios Africanos, Nº 9, 1950, p. 97, http://wwwcao_009_097pdf, recuperado
el 17 de mayo de 2016.
358
Lucio Rangel Hernández
2º Encuentro en la Sierra “Heraclio Bernal”, Ediciones Línea Revolucionaria,
1965, http//www.madera1965.com.mx/documentos/Follto05.htm, recuperado el
26 de mayo de 2008.
Tirado Villegas, Gloria Arminda, “Puebla 1961, género y movimiento estudiantil”,
La ventana, Revista de Estudios de Género, vol. V, núm. 39, 2014, pp. 179-207,
Universidad de Guadalajara, Guadalajara, México, en: http://wwwC:/Users/Pro-
pietario/Saved%20Games/Documents/Universidad%20de%20Puebla.pdf, recu-
perado 23 de junio de 2016
Tunnermann, Carlos, Noventa años de la reforma universitaria de Córdoba (1918-2008),
Buenos Aires, clacso, 2008, en http://www.bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/li-
bros/grupos/reforTun/reforTunn.pdf
Audiovisuales
Delgado, Alejandro, 66 cuando se nos vuelve loca la memoria. Proyecto sin fin, Morelia,
Universidad Michoacana, 1:38:55.
Siglas, acrónimos y abreviaturas utilizadas
ACG Asociación Cívica Guerrerense
ACNR Asociación Cívica Nacional Revolucionaria
ACUM Archivo del Consejo Universitario
AGN Archivo General de la Nación
AGHPEM Archivo General e Histórico del Poder Ejecutivo de Michoacán
AHUM Archivo Histórico de la Universidad Michoacana
AID Agencia para el Desarrollo Internacional
ALPRO Alianza para el Progreso
359
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

AMM Alianza de Médicos Mexicanos DFS Dirección Federal de Seguridad

AMMRI Asociación Mexicana de Médicos Residentes e Internos DGIPS Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales

ANUIES Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior FBI Buró Federal de Investigaciones

APHB Archivo particular de Hiram Ballesteros FECSM Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México

BID Banco Internacional de Desarrollo FEM Federación de Estudiantes Michoacanos

CCI Central Campesina Independiente FEEM Federación de Estudiantes del Estado de Michoacán

CCD Central Campesina Democrática FEUM Federación de Estudiantes de la Universidad Michoacana

CDE Comité Directivo Estatal FEUD Federación de Estudiantes Universitarios Democráticos

CEN Consejo Estudiantil Nicolaita FIMEQ Facultad de Ingeniería Mecánica, Eléctrica y Química

CIA Central de Inteligencia Americana FJRM Federación de Jóvenes Revolucionarios de México

CINVESTAV Centro de Investigaciones Educativas FMUM Federación de Maestros de la Universidad Michoacana

CJM Confederación de Jóvenes Mexicanos FNA Fraternidad Nicolaita Antidegortarista

CNC Confederación Nacional Campesina FNET Federación Nacional de Estudiantes Técnicos

CNED Confederación Nacional de Estudiantes Democráticos FOREM Federación Obrera Revolucionaria del Estado de Michoacán

CNESIC Consejo Nacional de Educación Superior y de Investigación Científica FUA Frente Universitario Anticomunista

CNOP Confederación Nacional de Organizaciones Populares IIH Instituto de Investigaciones Históricas

CONACULTA Consejo Nacional para la Cultura y las Artes IISUE Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación

CRMDT Confederación Revolucionaria Michoacana del Trabajo IMSS Instituto Mexicano del Seguro Social

CROC Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos INJM Instituto Nacional de la Juventud Mexicana

CTM Confederación de Trabajadores Mexicanos IPN Instituto Politécnico Nacional

CUL Coordinadora de Universitarios en Lucha ISSSTE Instituto de Seguridad y Servicio Social de los Trabajadores del Estado

DAAC Departamento de Asuntos Agrarios y de Colonización JID Junta Interamericana de Desarrollo

EEUU Estados Unidos de América KGB Komitet Gosudarstvenny Bezopastoni

360 361
 El movimiento estudiantil en la universidad michoacana, 1956-1966 Lucio Rangel Hernández

LAE Ley de Asistencia al Exterior STFRM Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana

LEAR Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios STPRM Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana

LVME Ley de Ventas Militares al Exterior TIAR Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca

MLN Movimiento de Liberación Nacional UACH Universidad Autónoma de Chihuahua

MRM Movimiento Revolucionario del Magisterio UAG Universidad Autónoma de Guerrero

OEA Organización de Estados Americanos U de G Universidad de Guadalajara

PAM Programa de Asistencia Militar UGOCM Unión General de Obreros y Campesinos de México

PAN Partido Acción Nacional UANL Universidad Autónoma de Nuevo León

PAOM Partido Agrario Obrero Morelense UMSNH Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

PCM Partido Comunista Mexicano UNAM Universidad Nacional Autónoma de México

PERU Partido Estudiantil de Renovación Universitaria UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y La Cultura

PIB Producto Interno Bruto UAP Universidad Autónoma de Puebla

PNR Partido Nacional Revolucionario UAS Universidad Autónoma de Sonora

POCM Partido Obrero Campesino de México UAS Universidad Autónoma de Sinaloa

PP Partido Popular URSS Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

PPS Partido Popular Socialista UAZ Universidad Autónoma de Zacatecas

PRI Partido Revolucionario Institucional

PRM Partido de la Revolución Mexicana

SEP Secretaría de Educación Pública

SDS Sozualistische Deutsche Studentenbund

SDS Studentsfor a Democratic Society

SNTE Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado

STERM Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana

362 363

El movimiento estudiantil en la Universidad Michoacana, 1956-1966
de Lucio Rangel Hernández,
se terminó de editar para su versión física y electrónica en octubre del 2022.
Esta obra analiza una década de historia institucional y movilización estudiantil en
la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Es un periodo realmente
breve que sin embargo ha quedado marcado por grandes cambios que no tienen
parangón a etapas históricas anteriores ni posteriores. En ese lapso de tiempo hubo
tres modificaciones a su marco jurídico: aprobación de la Ley Orgánica de 1961
–que sustituyó a la vigente desde 1939-, derogación de ésta en 1963 y reformas sus-
tanciales a la misma en 1966; a la par se operaron transformaciones trascendentes
en el aspecto académico que llevaron a la UMSNH a modificar su condición de
universidad liberal a un moderno centro de estudios universitarios, acorde a los
avances científicos y técnicos, a la vez tan necesarios e impostergables para respon-
der a los requerimientos del desarrollo social, económico y cultural que Michoacán
y el país exigían. Para ello se crearon un gran número de carreras, se reformaron los
planes de estudio de las existentes –incluyendo el del bachillerato-, se extendió su
cobertura al interior del estado, se montaron nuevos laboratorios y se modernizaron
los establecidos, y se puso en marcha un comprometido programa de servicio social
y extensión universitaria con el fin de llevar los beneficios de la ciencia y la cultura
a las masas populares. Desde luego la efervescencia estudiantil es el sello distintivo
del periodo, la cual se reflejó en cuatro movilizaciones protagonizadas fundamen-
talmente por este sector entre 1956 y 1966 y por lo mismo constituye la parte nodal
de este estudio.
¿Qué relación existe entre dichas movilizaciones estudiantiles y los cam-
bios operados en la institución en este periodo histórico?, ¿qué las motivó?, ¿cómo
se desarrollaron? y ¿en qué concluyeron? Son las principales interrogantes a las
cuales esta investigación se propuso dar respuesta.