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VIVALDI, STRAUSS Y OLMEDO

El Rincón Clásico de Olmedo, calle 22 carrera 2da, donde la música clásica vive
/Archivo particular

La noche del miércoles 26 de julio una noticia voló por las redes sociales de
muchos risaraldenses: “murió Olmedo”, era el mensaje. Acá les presentamos esta
crónica en 2009 y que recuperamos como homenaje a uno de los baluartes de la
cultura popular pereirana.

Escribe / Franklin Molano G – Ilustra / Stellamaris

Sábado, 10:45 pm.


La música clásica sale de esta esquina ubicada en un costado de Pereira donde la
gente habla, carcajea y lanza humo de cigarrillo que de forma ensortijada viaja por los
rincones de este lugar, que ajustó 55 años de vida.
Al fondo está Olmedo, iluminado por una luz amarilla tenue que lo deja ver como
un pequeño jerarca rodeado de por decenas miles de acetatos con sus pastas, que, entre
música clásica, óperas, tangos, boleros y zarzuelas, se han convertido en la envidia y el
deleite de visitantes, que cada noche disfrutan, cóomo cae sobre el vinilo produciendo esa
leve carraspera de la aguija cuando cae sobre el vinilo y suelta esas suites de Bach,
lograquen invadenir el sitio. Ese momento es glorioso.
Olmedo, de gafas gruesas, cenizo hasta las cejas, ya catalejo, obseso, de pantalones
hasta las rodillas, medias blancas, para muchos gruñón, para otros un hombre silencioso,
dedicado a atender a sus clientes de toda la vida, se pasea por el estrecho lugar, habla con
unos, le da la mano a otros, recibe un ron y de pronto Myriam, una mujer de piel blanca
ubicada en una de las mesas de madera, grita su nombre y le pide en voz alta que la
complazca con Lla Traviata de Verdi. Olmedo le lanza una mirada de reojo, sonríe, gira su
grueso cuerpo, camina hacia la barra y se interna en esos LP que son su tesoro. Fija sus ojos
en los discos y sin vbacilar saca una pasta que dice: Llas mejores óperas del mundo.
“Siempre me ha gustado coleccionar música”, dice entre dientes este hombre mientras un
cliente le pide una ronda de pandeyucas, los cuales están uubicadaos en un pequeño
mostrador metálico, de esos con bombilla interna, que es la que los mantiene calientes.
“Soy amante de la música, soy un coleccionista y me encanta escuchar música. He
llegado a pagar hasta 50 mil pesos por un disco, cuando por lo general me cuestan entre 10
y 12 mil”, cuenta de nuevo en medio de botellas de cerveza, gajos de limón exprimidos y
con gente que a pocos metros se deleita con esos pasajes de Vivaldi, Strauss y Beethoven.
“Me gusta la novena sinfonía y la quinta. Me encanta la música clásica. Es muy tranquila”,
cuenta Olmedo, quien revela que, para mantener el cuidado de los discos, es necesario
mantenerlos en el estuche y limpiarlos con un poquito de agua con un trapo mojado.
Luego toma aire y dice su nombre completo: Olmedo Ospina Aguirre, y cuenta con
exactitud, que las puertas de ese lugar, que en su momento fue un granero, estuvieron
abiertas al público el 8 de marzo de 1954 y que llevaba como nombre Granero Ospina
“pero en 1965, lo cambié por el Rincón Clásico”. Mira hacia atrás y señala los discos y dice
que hay 5.300 en Long Plays (vinilos),; 1.500 en discos compactos y 1.200 casetes, todo de
solo música clásica. Olmedo deja de hablar, se aparta y contesta el teléfono.
En otra de las mesas está Manuel Gonzalo Mesa, quien recuerda en medio de la
música, que desde hace 45 años visita el Rincón Clásico y mientras habla, se boga una copa
de aguardiente. “Me gusta la música clásica. Me gusta la música vieja, desde Julio
Jaramillo para atrás. Me gusta la música de los 60 y 70”, relata. Destaca que el Rincón es
un lugar importante porque se escucha música que no se oye en las emisoras ni en las
demás cantinas. “Son muy pocos los sitios en Pereira que tienen el gusto por éstaesta
música”, destaca.
LLevanta las cejas y comenta que viene mucho extranjero y que ha visto personas
que vienen desde Europa con la dirección del Rincón Clásico y que es gente que quiere
conocer el lugar. “Llegan directamente a este sitio. Les han hablado del Rincón Clásico y es
bonito ver, que venga gente a escuchar música que a veces ni en Europa ni en los Estados
Unidos se oye, especialmente música clásica”, dice con cierto asombro.
Viene un nuevo trago y agrega que además viene mucho coleccionista. “En Bogotá
son muy pocos los negocios donde se escucha música clásica o música de hace 60 o 70
años. Debe haber muchos sitios en Medellín, en Cali, pero ésteeste sitio es muy especial”,
enfatiza.
2:00 de la mañana, la fiesta estéá en su hervor. Las parejas se besan. Otros corean.
Olmedo, con 758 años de edad, es el centro. La gente le pide temas, se lo pelean de una
mesa a la otra, trae y lleva copas de trago, revive anécdotas, habla de ex presidentes que
han estado sentados en su bar y de mujeres bellas que no se olvidan de él. El Rincón
Clásico es memoria viva, tangible y sonora de una esquina de Pereira cargada de historia y
de recuerdos que se vuelven inolvidables.

Franklyn Molano Gaona


Periodista

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