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EL MATRIMONIO
No es menor que la CPR señ ale en su primer artículo que la familia es el nú cleo fundamental
de la sociedad. En dicha norma, la primera de nuestra carta fundamental, se reconoce el orden
social de los diferentes actores de una comunidad política: persona, familia, cuerpos
intermedios y Estado.
Este reconocimiento viene acompañ ado del reconocimiento expreso del principio de
servicialidad del Estado en favor de las personas. En este contexto el reconocimiento de la
familia previo al de los cuerpos intermedios y del Estado lleva implícito un sentido muy
especial, ya que significa dar por sentado que la familia es la agrupació n má s cercana al
individuo y que el rol de ésta es insustituible por cualquier otro tipo de organizació n.
En efecto, la familia es por naturaleza una agrupació n que persigue el bien comú n de todos y
cada uno de sus integrantes, característica que la distingue de otras organizaciones que tienen
sus propios fines.
El reconocimiento constitucional de la familia implica que el Estado debe adoptar una serie de
medidas para proteger a la familia, las cuales incluyen todo tipo de políticas pú blicas, las que
se traducen en la promulgació n de leyes y la adopció n de decisiones administrativas. Una de
las instituciones má s importantes que reconoce el Estado en este sentido es el matrimonio.
Las familias por naturaleza suelen ser agrupaciones reducidas en individuos y con vínculos
entre ellos, vínculos que son reconocidos por el ordenamiento jurídico. La vida en comú n de
las personas que conforman una familia por regla general se circunscribe a un hogar comú n,
sin embargo, existe una relació n dentro de la familia a partir de la cual esta se conforma, esta
relació n jurídica es la que constituye mediante el matrimonio.
Esta situació n descrita se resume en el artículo 1 inciso primero de la ley de matrimonio civil,
el cual reza que: la familia es el núcleo fundamental de la sociedad. El matrimonio es la
base principal de la familia.
El matrimonio en la legislación chilena.
En los orígenes de la repú blica el matrimonio consistió en una ceremonia religiosa a cargo de
la iglesia cató lica. Durante la segunda mitad del siglo XIX el país vivió un proceso de
secularizació n que concluyó con la promulgació n de las llamadas “Leyes laicas”, dentro de las
cuales se encuentra la primera ley de matrimonio civil de 1884.
El artículo 102 del Có digo Civil define al matrimonio como un contrato solemne por el cual
dos personas se unen actual e indisolublemente y por toda la vida, con el fin de vivir
juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente.
Este concepto es reciente ya que durante siglos la regla general era que só lo podía contraer
matrimonio una pareja conformada por un hombre y una mujer. De todas formas, existen
elementos de la definició n que se mantienen:
a) Se trata de un contrato solemne, requiriendo para su celebració n de la presencia de un
Oficial Del SRC y de dos testigos há biles.
b) Es excluyente: se prohíbe que una persona que ya se encuentra casada contraiga
matrimonio con otra persona, es decir, se prohíbe la poliandria y la poligamia.
c) Se trata de una unió n actual: los efectos del matrimonio rigen siempre desde que los
contrayentes entregan su consentimiento vá lidamente, por lo que sus efectos no
pueden sujetarse a un plazo o condició n.
d) Se trata de una unió n indisoluble y por toda la vida: esta característica no quiere decir
que los matrimonios no puedan concluir en vida, dado que existen formas de poner
término al matrimonio, como es el caso del divorcio. Estas expresiones hacen má s bien
referencia a que la voluntad del contrayente, como la celebració n de cualquier otro
contrato, debe ser seria. En el caso del matrimonio, la seriedad del contrayente se ve
reflejada en el á nimo de comprometerse a conformar una familia con otra persona y
dado que la familia es el nú cleo fundamental de la sociedad dicho compromiso debe
ser estable.
e) La finalidad es vivir juntos, procrear y auxiliarse mutuamente: al ser el matrimonio la
base principal de la familia, se entiende que la primera misió n del mismo es sostener
dicha familia y que, por ello se debe vivir juntos. Una vez establecido el nú cleo familiar
es natural que dicha familia crezca, lo que se traduce en la finalidad de procrear. Si
bien no todos los matrimonios pueden tener hijos, la ley les reconoce prioridad al
momento de adoptar, lo que es una forma de reconocer esta finalidad. Y el auxilio
mutuo es, tal vez, la finalidad má s elemental del matrimonio, ya que al formar parte de
un grupo familiar el individuo pasa a formar parte de un proyecto en el que pasa a ser
responsable de proteger a los otros integrantes de la familia, pero también a ser
auxiliado cuando lo requiera.
El oficial del registro civil debe constatar que se cumplan estos requisitos. No obstante, en
caso de que pese a la revisió n del oficial no se detecten vicios que sí existieron, dichos
matrimonios son susceptibles de anularse o declararse inexistentes. Ahora bien, los juicios de
nulidad, por razones prácticas de prueba suelen ser considerados como una segunda opció n
frente al divorcio, aun cuando en determinados casos y por razones de tiempo, sea mejor
demandar la nulidad.
Para el caso del requisito de edad de 18 ó 16 añ os, cabe recordar que existe un proyecto de
ley, correspondiente al boletín 14.700-18, que restringe la edad para contraer matrimonio
só lo a partir de los 18 añ os. Este proyecto de ley se encuentra en segundo trá mite legislativo,
ya despachado por amplia mayoría en la Cámara de Diputados y aprobado en general en el
Senado, por lo que es muy probable que la mayoría de edad se consolide como la edad mínima
para contraer matrimonio. Cabe recordar que en la actualidad (antes de la entrada en vigencia
de la ley) existe el llamado “juicio de disenso” respecto de los matrimonios de menores de 18 y
mayores de 16 añ os, en virtud del cual los padres o tutores del menor pueden oponerse a la
decisió n de este ú ltimo de contraer matrimonio. A partir de la publicación en el DO, el 28
de diciembre del año 2022, entró en vigencia la Ley N° 21.515 que aumenta la edad
permitida para contraer matrimonio y sólo podrán contraerlo aquellas personas
mayores de edad (18 años).
c) Cumplimiento de las formalidades legales del matrimonio
Celebración del matrimonio.
Existen formalidades que deben cumplirse antes, durante y después de la celebració n del
matrimonio.
a) Formalidades previas: los futuros contrayentes manifiestan ante el oficial del registro
civil su intenció n de contraer matrimonio, momento en que el oficial les informa
cuá les son las finalidades del matrimonio. Los testigos deben comparecer ante el
oficial del registro civil para comprobar si existen causales que impidan que se celebre
el matrimonio. La ley también contempla la posibilidad de que los futuros
contrayentes tomen cursos de preparació n, aunque se puede prescindir de éstos si las
partes declaran conocer los fines del matrimonio.
b) Formalidades coetá neas: el matrimonio se celebra ante un oficial del registro civil y
dos testigos. En el acto el oficial lee algunos artículos del Có digo Civil y finalmente
declara casados a los có nyuges.
c) Formalidades posteriores: el oficial del registro civil levantará un acta en que figuran
las firmas de los có nyuges y los testigos.
La ley reconoce los matrimonios celebrados en el extranjero respetando tanto los requisitos
de forma y fondo que contemplen dichos países para la existencia y validez del matrimonio,
siempre que se incurra en los impedimentos dirimentes y el consentimiento se hubiese
prestado de manera libre y espontá nea.
Se entenderá que estas personas se encuentran casadas bajo el régimen de separació n total de
bienes (a diferencia del matrimonio celebrado en Chile, donde la norma residual es la
sociedad conyugal). De todas formas, los có nyuges pueden inscribir un régimen patrimonial
diferente.
3. Matrimonio celebrado ante entidades religiosas.
La Ley de Matrimonio Civil, publicada en el añ o 2004, tuvo como una de sus novedades el
hecho de reconocerle validez civil al matrimonio celebrado ante entidades religiosas. Para que
esto sea efectivo se deben cumplir los siguientes requisitos:
a) Debe celebrarse ante una entidad religiosa que tenga personalidad jurídica de derecho
pú blico.
b) El ministro del culto que celebre el matrimonio debe estar estatutariamente facultado
para ello.
Posteriormente se levanta un acta en que conste que el matrimonio cumple con los requisitos
legales y con la firma del ministro de culto. Dicha acta debe ser presentada ante un oficial del
registro civil en el plazo de 8 días contados desde la celebració n del matrimonio para que se
inscriba dicho matrimonio, instancia en que los comparecientes ratifican ante el oficial su
consentimiento.
El oficial puede negarse a la inscripció n del matrimonio si considera que existe una evidente
vulneració n a la ley en lo que respecta a sus requisitos.
Regímenes patrimoniales.
El vínculo matrimonial está asociado a un régimen patrimonial que regula la forma en que se
administrará n los bienes y có mo se realizará la distribució n de éstos una vez que se disuelva
un vínculo matrimonial.
Se suele definir a los regímenes patrimoniales como: el sistema que rige las relaciones
patrimoniales de los cónyuges entre sí y respecto de terceros. En otras palabras, es el sistema
segú n el cual se administra la economía y bienes, dineros de un matrimonio.
Nuestra legislació n reconoce:
Sociedad conyugal.
Los bienes que ingresan a la SC se dividen en haber relativo y haber absoluto, de conformidad
con el artículo 1725 CC, dependiendo si los có nyuges tienen o no un derecho contra la
sociedad por el bien aportado a la sociedad o no. En el caso de que así sea (haber relativo), al
disolverse la SC se le deberá hacer un pago a dicho có nyuge por el monto de dicho crédito.
En el caso del haber absoluto, al disolverse la SC, se dividirá n en partes iguales.
Cabe señ alar que la SC, contrario a lo que se suele sostener, es una institució n creada con la
finalidad de proteger los intereses de las mujeres. Se trata de un régimen que predominó en
una época en que la mujer no solía tener el mismo acceso a los estudios y al trabajo que los
hombres, por lo que, pese a tener menos injerencia en las decisiones administrativas dentro
de los bienes del matrimonio, cuenta con un importante respaldo patrimonial al momento de
la liquidació n de la SC, respaldo que se vio acrecentado con la creació n del patrimonio
reservado.