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DERECHO DE ALIMENTOS

DERECHO DE ALIMENTOS

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b) Cónyuges se encuentran viviendo por separado. Una vez separados, el deber de
socorro de los cónyuges -ya tratado con antelación-, se transforma en la obligación
alimenticia.

Para estos efectos, es necesario distinguir si la separación entre los cónyuges es de


hecho o judicial.

b.1.- Separación de hecho. Para definir la forma de fijación de alimentos mediante esta
hipótesis, debemos subdistinguir a su vez, entre regulación de común acuerdo y la
regulación subsidiaria que hace el magistrado.

b.1.a.- Regulación de común acuerdo. En virtud del inciso I o del artículo 21 de la Ley
19.947, "Si los cónyuges se separaren de hecho, podrán, de común acuerdo, regular
sus relaciones mutuas; especialmente los alimentos que se deban y las materias
vinculadas al régimen de bienes del matrimonio".

Por su parte, el inciso final de la disposición nos dice que: "Los acuerdos antes
mencionados deberán respetar los derechos conferidos por las leyes que tengan el
carácter de irrenunciables" Esta irrenunciabilidad debe relacionarse con los artículos
334 y 336 Código Civil."

b.1.b.- Regulación subsidiaria. Como es evidente, ante una separación de hecho sin
regulación alguna de la prestación alimenticia entre los cónyuges, podrá suscitarse una
demanda por ella. De ahí que por disposición de la primera parte del artículo 23 de la
Ley 19.947, tengamos que: "A falta de acuerdo cualquiera de los cónyuges podrá
solicitar que el procedimiento judicial que se sustancie para reglar las relaciones
mutuas, como los alimentos que se deban, los bienes familiares, o las materias
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vinculadas al régimen de bienes del matrimonio; (...), se extienda a otras materias


relacionadas con las relaciones mutuas o (...)"

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Disposición anterior, que evidencia la eventual reglamentación judicial de, entre otros
aspectos, los alimentos entre los cónyuges, materia respecto de la cual, pueden
sumarse otras.

Por otra parte, en ocasiones también se negaron alimentos al cónyuge que había
abandonado el hogar común sin una causa justificada. Así, en una sentencia de la
Corte Suprema, citada por Meza Barros, que adhiere a esta conclusión, se expresa que
"No habiendo probado la mujer que hubiere sido abandonada por su marido, ni la
negativa o resistencia de este a recibirla en el hogar, ni menos que consideraciones de
dignidad y decoro hagan incompatible su residencia en la sede del marido, no le asiste
a la mujer que no hace vida en común el derecho de exigir alimentos a su marido en
forma de pensiones periódicas obligatorias (.....) Por ser mutuas las obligaciones que
contraen marido y mujer; si ésta se niega a vivir con él y rehúsa ayudarle en los
múltiples y complejos menesteres domésticos, mal puede reclamarle su auxilio y
exigirle pensiones alimenticias (....) El matrimonio es una institución de orden social por
lo que, para mantenerlo en toda su integridad y eficacia, es preciso exigir el
cumplimiento de los deberes y obligaciones que impone.

Y se desvirtúan sus fines al obligar a uno de los cónyuges a proporcionar auxilios o


alimentos al que se niega a hacer vida de hogar sin motivo justificado.

En armonía con lo expuesto, pero con un criterio de equidad, más que de legalidad, se
ha fallado que: "Habiendo hecho abandono por voluntad propia del hogar común la
cónyuge, sin que conste a su respecto se hayan ejercido actos de violencia intrafamiliar
que afectasen su integridad física o psíquica, o falta grave a los deberes de socorro,
ayuda mutua o fidelidad, por el contrario, es ella quien ha tenido relaciones
extramatrimoniales, quedando los hijos al cuidado de su padre e intentando en sólo
una ocasión que se le devolvieran a su cuidado, sin que ni siquiera intentase obtener la
regulación de un régimen de visitas, el tribunal estima que la actora carece del de recho
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a exigir de su cónyuge que le proporcione alimentos, pues la conducta que ella ha


desplegado eximía a éste de su obligación de suministrárselos

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De los fallos que anteceden, parece concluirse una nueva orientación jurisprudencial
en torno al deber de socorro, ya con un fundamento, que de no darse en el caso
concreto, quita sustento al deber, prueba de ello, es que: "La obligación de alimentos
para el cónyuge debe ser entendida en razón de una comunidad de vida, formación o
mantención del patrimonio, participación mutua en los esfuerzos de superación y
esmeros de la pareja, no en el mero y simple hecho del Matrimonio Soluciones ambas,
que sin lugar a dudas, no dejan de ser criticables.

b.2.- Separación judicial. Para definir la forma de fijación de alimentos mediante


esta hipótesis, debemos subdistinguir a su vez, entre separación judicial por cese de
convivencia y la separación judicial por falta imputable al otro cónyuge.

2.a.- Separación judicial por cese de convivencia. En virtud del inciso 2o del
artículo 27 de la Ley 19.947, "Si la solicitud fuere conjunta, los cónyuges deberán
acompañar un acuerdo que regule en forma completa y suficiente sus relaciones
mutuas y con respecto a sus hijos. El acuerdo será completo si regula todas y cada una
de las materias indicadas en el artículo 21 por lo tanto, para que el acuerdo que regule
las relaciones mutuas entre los cónyuges sea considerado como completo por el
tribunal, debe considerar especialmente los alimentos y las materias vinculadas al
régimen de bienes del matrimonio (inciso 1o del artículo 21).

2.b.- Separación judicial por falta imputable al otro cónyuge.

Este caso de separación se encuentra reglado principalmente en el artículo 26 de la


Ley 19.947. En cuanto al derecho de alimentos en esta modalidad de separación
judicial, regirán las reglas especiales contempladas en el Párrafo V, del Título VI del
Libro I del Código Civil, según el inciso 2 o del artículo 35 de la Ley 19.947, por lo que no
resulta alterado el derecho entre los cónyuges, sin perjuicio de lo cual, debe tenerse en
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cuenta la regla especial contenida en el artículo 175 del Código Civil, que nos dice que
el cónyuge que haya dado causa a la separación judicial por su culpa, sólo
tendrá derecho para que el otro le provea de lo necesario para su modesta
sustentación.
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Pero "en este caso el juez reglará la contribución teniendo en especial consideración la
conducta que haya observado el alimentario antes del juicio respectivo, durante su
desarrollo o con posterioridad a él"(art. 175 del Código Civil).

Según el artículo 174 del Código, el cónyuge que no haya dado causa a la
separación judicial tendrá derecho a que el otro cónyuge lo provea de alimentos
según las reglas generales, pero si la culpabilidad de este último fuere atenuada
por circunstancias graves en la conducta del primero (que solicitó la separación
judicial), podrá el juez moderar el rigor de los alimentos (entre otros aspectos que
regula el Párrafo 5o del Título VI del Libro I del Código Civil), según el artículo 177 del
Código.

c) Cónyuges ante demanda de divorcio. En cuanto a la acción de divorcio, el


cónyuge demandado puede defenderse de la acción fundada en el cese de la
convivencia, si su demandante, durante el tiempo en que ha cesado la convivencia, no
ha cumplido reiteradamente con su obligación de alimentos respecto de él y de sus
hijos comunes, pudiendo hacerlo, ya que, conforme lo señalado en el inciso 3 o del
artículo 55 de la Ley de Matrimonio Civil, habrá lugar también al divorcio cuando se
verifique un cese efectivo de la convivencia conyugal durante el transcurso de, a lo
menos, tres años, salvo que, a solicitud de la parte demandada, el juez verifique que el
demandante, durante el cese de la convivencia, no ha dado cumplimiento,
reiterado, a su obligación de alimentos respecto del cónyuge demandado y
de los hijos comunes, pudiendo hacerlo.

Se entenderá cumplido este requisito si hubiere más de un episodio de


incumplimiento de la obligación de proporcionar alimentos al cónyuge y a los hijos
comunes.
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Según algunos, los alimentos debieron haberse establecido o aprobado por sentencia
judicial, para configurarse la causal que autoriza al juez para rechazar la demanda de
divorcio. En todo caso, podemos afirmar, que esta exigencia de la ley, en orden a que
el demandante no se encuentre en situación de incumplimiento de su obligación de
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proporcionar alimentos, constituye una manifestación del principio de la protección del
cónyuge más débil y del principio del interés superior de los niños, consagrado en el
artículo 3 de la ley.

Nulidad de matrimonio y alimentos. Hay que tener presente, que la nulidad del
matrimonio no extingue el crédito de uno de los ex presuntos cónyuges contra el otro,
por pensiones alimenticias devengadas y no pagadas al tiempo de la nulidad, como
agrega el profesor Orrego, ya que como señala el artículo 51 de la Ley de Matrimonio
Civil, citado por el mismo autor, "El matrimonio nulo que ha sido celebrado o
ratificado ante el Oficial del Registro Civil produce los mismos efectos civiles
que el válido respecto del cónyuge que, de buena fe y con justa causa de
error, lo contrajo, pero dejará de producir efectos civiles desde que falte la
buena fe por parte de ambos cónyuges".

Demanda de alimentos de cónyuge domiciliado en Chile a uno domiciliado en


extranjero.

Por último, el artículo 82 de la Ley de Matrimonio Civil dispone que: "El cónyuge
domiciliado en Chile podrá exigir alimentos del otro cónyuge (domiciliado en el
extranjero) ante los tribunales chilenos y de conformidad con la ley chilena. Del mismo
modo el cónyuge residente en el extranjero podrá reclamar alimentos del cónyuge
domiciliado en Chile “ (exhorto internacional)

Descendientes como titulares del derecho de alimentos

Llámese descendientes los hijos, nietos o cualesquiera personas que desciendan de


otras. El Código no hace distinción en cuanto a la naturaleza de la descendencia,
incluyendo la matrimonial, no matrimonial, la derivada de la adopción, etc.
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Artículo 37 inciso 1o de la ley nos dice que: "La adopción confiere al adoptado el estado
civil de hijo de los adoptantes, con todos los derechos y deberes recíprocos
establecidos en la ley, y extingue sus vínculos de filiación de origen, para todos los Page | 6
efectos civiles,..."

En cuanto a los hijos, se ha dicho que "(...) no es la ley la que crea la obligación
alimentaria, desde el momento que ésta no es una obligación estrictamente legal, por
lo tanto, el rol de la ley aquí es otro, que consiste en tomar los presupuestos como son,
entre otros, la filiación, (...) para recoger lo que es consustancial al derecho esencial de
la vida, integridad física y psíquica de las personas, "su derecho a vivir dignamente."

Así, a vía ejemplar, en la filiación, cuando los hijos menores de 28 años estén
estudiando una profesión u oficio, la fuente, el presupuesto del deber alimentario de
los progenitores, nace de la procreación, presupuesto que debe entenderse como el
verdadero generador del deber, no a la ley, si el progenitor lo entendiese, implicaría
una mayor conciencia y responsabilidad de su parte para con sus hijos. El hecho que
un progenitor, para defenderse argumente que no tiene recursos económicos, que está
cesante, que tiene otros hijos de una relación posterior o anterior, no son
circunstancias relevantes para decidir acerca de su aporte alimentario ineludible.

En efecto, según nuestro parecer, el único supuesto en el cual un progenitor o una


progenitora podrían excusarse de su deber alimentario, sería cuando les afecte un
impedimento físico o psíquico que los inhabilite de trabajar.

Los obligados a proporcionar alimentos a los descendientes, son:

1.- El padre o madre;

2.- Los abuelos;

3.- Los bisabuelos; y


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4.- Los que sin derecho a ello dificultaren el fiel y oportuno cumplimiento de la
obligación.

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Padre o madre como deudores de alimentos del descendiente:

Respecto de este primer caso, para determinar la forma de imputar los gastos de
educación, crianza y establecimiento de los descendientes, es indispensable distinguir,
si los padres están o no casados, y en caso de estarlo, el régimen de bienes que impera
entre los cónyuges:

a) Si los padres se encontraren casados bajo el régimen de sociedad


conyugal. Los gastos de educación, crianza y establecimiento de los
descendientes comunes son de cargo del pasivo social absoluto de la
sociedad conyugal -aun en la hipótesis que se encuentren separados de hecho, lo
que significa que el padre responderá por los alimentos, debido a que normalmente el
cuidado personal de los hijos lo tendrá la madre, y que el padre es el administrador de
la sociedad conyugal-, del mismo modo que los descendientes que no lo sean de
ambos cónyuges, aun cuando, en este último caso, el juez podrá moderar el gasto si
le pareciere excesivo, imputando el exceso al haber del cónyuge respectivo.

b) Si no existe sociedad conyugal.

Los padres deben contribuir a los gastos de educación, crianza y


establecimiento de los hijos en proporción a sus respectivas facultades
económicas. Lo anterior, se deduce de lo señalado por el inciso 1 o, segunda parte del
artículo 230 del Código.

Lo mismo acontece si no existe matrimonio entre los padres del hijo, es decir,
ambos padres deben contribuir en proporción a sus facultades.

En el caso de que la filiación se ha determinado contra la oposición del padre o madre,


el opositor, aun cuando sea privado de los derechos que por ley pudieren
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corresponderle respecto de la persona y bienes del hijo, mantendrá respecto del mismo
las obligaciones legales cuyo cumplimiento vaya en beneficio del hijo y de sus
descendientes, por tanto, debe alimentos, según el artículo 203 inciso 2 o.

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En complemento de lo anterior, podemos citar el inciso 1 o del artículo 43 de la Ley


16.618, ya que dispone: "La pérdida de la patria potestad, la suspensión de su
ejercicio y la pérdida o suspensión de la tuición de los menores no importa
liberar a los padres o guardadores de las obligaciones que les corresponden
de acudir a su educación y sustento."

Por regla general, cualquiera sea el deudor de alimentos, en el juicio habrá que
acreditar si tiene o no la capacidad para solventarlos, aun cuando, excepcionalmente y
por disposición del artículo 3 de la Ley 14.908 debemos mencionar: "Para los efectos
de decretar los alimentos cuando un menor los solicitare de su padre o madre, se
presumirá que el alimentante tiene los medios para otorgarlos" pero si el alimentante
justificare ante el tribunal que carece de los medios para pagar el monto mínimo que
en virtud de la presunción se establece, el juez podrá rebajarlo prudencialmente.

En virtud de la presunción, el monto mínimo de la pensión alimenticia que se decrete a


favor de un menor alimentario no podrá ser inferior al cuarenta por ciento del ingreso
mínimo remuneracional que corresponda según la edad del alimentante. Tratándose de
dos o más menores, dicho monto no podrá ser inferior al 30% por cada uno de ellos
(todo lo anterior, sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso primero del artículo 7 o de la
ley 14.908).

Si el hijo tuviere bienes propios:

Los gastos de su establecimiento, y en caso necesario, los de su crianza y educación,


podrán sacarse de ellos, conservándose íntegros los capitales en cuanto sea posible,
según el artículo 231 del Código.
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Si fallece el padre o madre:

Los gastos de educación, crianza y establecimiento corresponden al sobreviviente


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según el inciso 2o del artículo 230 del Código.

Situación del hijo abandonado por sus padres: Por disposición del articulo 340 del
Código, "Si el hijo abandonado por sus padres hubiere sido alimentado y criado
por otra persona, y quisieren sus padres sacarle del poder de ella, deberán ser
autorizados por el juez para hacerlo, y previamente deberán pagarle los costos
de su crianza y educación, tasados por el juez.

El juez sólo concederá la autorización si estima, por razones graves, que es de


conveniencia para el hijo.

Situación del menor ausente de su casa:

Por disposición del artículo 341 del Código, "Si el hijo de menor edad ausente de su
casa se halla en urgente necesidad, en que no puede ser asistido por el padre o madre
que tiene su cuidado personal, se presumirá la autorización de éste o ésta para las
suministraciones que se le hagan, por cualquier persona, en razón de alimentos,
habida consideración de su posición social.

El que haga las suministraciones deberá dar noticia de ellas al padre o madre lo más
pronto que fuere posible. Lo dicho del padre o madre en los incisos precedentes se
extiende en su caso a la persona a quien, por muerte o inhabilidad de los padres,
toque la sustentación del hijo".

Situación de los adoptados:


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En virtud del artículo 37 de la Ley 19.620, lo señalado respecto de los descendientes,


tiene plena aplicación respecto de los adoptados, ya que tal disposición, nos dice que:
"La adopción confiere al adoptado el estado civil de hijo de los adoptantes, con todos
los derechos y deberes recíprocos establecidos en la ley, y extingue sus vínculos de
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filiación de origen, para todos los efectos civiles.

Abuelos como deudores de alimentos del descendiente

Para explicar el caso de los abuelos, tenemos que comenzar diciendo, que cuando el N°
2 del artículo 321 del Código dispone que se deben alimentos a los descendientes, más
que consagrar al acreedor, está instaurando el conjunto de deudores, es decir, el pa-
dre, abuelo, bisabuelo, etc.

De ahí que se haya resuelto que: "Tanto los abuelos como el padre tienen la
calidad de ascendientes del menor y se encuentran obligados de conformidad
con lo que dispone el artículo 321 N° 2 del Código Civil, a prestarle alimentos;
se encuentran por tanto obligados por un mismo título, por lo que el Juez debe
distribuir la obligación en proporción a sus facultades.

De acuerdo con lo dicho, frente a la insuficiencia económica demostrada respecto del


padre del menor; corresponderá a los abuelos paternos demandados, hacer frente a la
diferencia, que el tribunal regulará prudencialmente.

En el caso de los abuelos el artículo 3 inciso final de la Ley 14.908, establece


que "Cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes para
solventar las necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar a los abuelos,
de conformidad con lo que establece el artículo 232 del Código Civil".
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Por su parte el artículo 232 dispone que: "La obligación de alimentar al hijo que
carece de bienes pasa, por la falta o insuficiencia de ambos padres, a sus
abuelos, por una y otra línea conjuntamente.

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En caso de insuficiencia de uno de los padres, la obligación indicada


precedentemente pasará en primer lugar a los abuelos de la línea del padre o
madre que no provee; y en subsidio de éstos a los abuelos de la otra línea".

De lo anterior podemos concluir, que en caso de insuficiencia -obligación que no se


cumple o se cumple de forma insuficiente o insatisfactoria por el hijo-, los abuelos
pueden ser condenados a pagar alimentos a sus nietos, aunque su
responsabilidad es sólo subsidiaria, ya que la obligación corresponde en primer
lugar a los padres, por lo que los abuelos no pueden ser demandados directamente.

En relación a la insuficiencia, se ha sostenido que del estudio armónico del artículo 3 o

inciso final de la Ley N° 14.908, 232 del Código Civil, 3 o y 27 de la Convención sobre
Derechos del Niño se puede arribar a la conclusión que el artículo 232 del Código
citado utiliza la voz "insuficiencia" en un sentido amplio, comprendiendo la carencia de
bienes o imposibilidad absoluta del demandado principal como también el no pago o
renuncia a pagar la pensión alimenticia. Se entiende por ende por insuficiencia del
título la imposibilidad absoluta del deudor preferente de dar alimentos o el no poder
satisfacer en la cuantía que se haya determinado, o no pagarlos.

El contexto de la norma, artículo 232 inciso 7 o


del Código Civil, permite establecer que
se pone en ambas situaciones, tanto de falta como de insuficiencia de los alimentos, lo
que es concordante con el artículo 3 o de la ley N° 14.908". De esta forma "la
insuficiencia del título preferente se encuentra acreditada principalmente con el mérito
de los expedientes tenidos a la vista sobre alimentos, mediante los cuales se estableció
que el padre de los menores no puede satisfacer sus necesidades alimentarias en la
cuantía que corresponde en razón de sus circunstancias sociales y personales, por
carecer de ingresos mayores, y aún los alimentos decretados, en una suma menor, no
son pagados regularmente"
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En relación a la naturaleza de la obligación, como bien sabemos, es subsidiaria y


simplemente conjunta, en consecuencia, no solidaria ni indivisible, por tanto, el abuelo
demandado sólo debe pagar la cuota que le corresponde en la obligación
alimenticia, de ahí que podrá solicitar suspensión o cese de la obligación,
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acreditando que el padre del menor posee los bienes que permitan solventar
el pago de la pensión alimenticia decretada por el juez.

Como vemos, la ley contempla y regula la forma y condiciones en que la obligación de


prestar alimentos pasa de los padres a los abuelos, especificando además, que se trata
de una obligación simplemente conjunta, entendiéndose por tal, aquella en que cada
uno de los deudores debe concurrir sólo a su parte o cuota de la prestación.

Los requisitos para demandar el cumplimiento de la obligación alimenticia a los


abuelos son los siguientes:

a.- Se debe haber interpuesto demanda de alimentos en contra del padre o


madre;

b.- Debe estar determinada legalmente la filiación del hijo respecto del
alimentante;

c.- Se debe haber dictado sentencia fijando una pensión alimenticia a favor
del menor, y

d.- Debe existir un incumplimiento de pago de la pensión por parte del


alimentante o bien, ésta debe ser insuficiente para solventar las necesidades
del hijo. Es decir, para establecer una obligación de alimentos para los abuelos, es
preciso que previamente se establezca la imposibilidad del servicio del padre.

Bisabuelos como deudores de alimentos del descendiente


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Al igual que el profesor Orrego, creemos que aunque el artículo 232 Código señala que
en caso de insuficiencia de los padres, la obligación pasa a los abuelos, "si éstos no
vivieren o no pudieren solventar adecuadamente las necesidades alimenticias del
descendiente, eventualmente podría demandarse alimentos a los bisabuelos, si
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vivieren, cuestión cada día más usual, dado los índices de esperanza de vida promedio
de la población chilena”.

Ello debido a que, como señala el profesor, el artículo 321 del Código nos dice que se
debe alimentos a los descendientes sin indicar grado.

Court y Wegner discrepan de la conclusión de Orrego, señalando que: "Si bien es cierto
pueden existir otras personas distintas de los padres y los abuelos con el deber moral
de auxiliar a un descendiente, en las hipótesis previstas por el artículo 232 del Código
Civil, se impone la obligación de alimentar al hijo sólo a los abuelos y no a los
ascendientes en general. Los abuelos son los últimos legitimados pasivos en caso de
falta o insuficiencia de los padres. El artículo 232 es una norma especial que debe
prevalecer sobre la norma general del artículo 321

Los que dificultaren el fiel y oportuno cumplimiento de la obligación como


deudores de alimentos del descendiente

En virtud de la solidaridad que establece el artículo 18 de la Ley 14.908, tendrán que


responder de la obligación alimenticia respecto del descendiente, los que sin derecho
a ello dificultaren el fiel y oportuno cumplimiento de la obligación.

En éste caso debemos precisar dos cosas, en primer lugar, la solidaridad no se refiere a
la obligación misma, sino al pago, y en segundo lugar, se presenta el inconveniente de
que debemos acreditar que el demandado efectivamente dificulta el fiel y oportuno
cumplimiento de la obligación.
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Como primer paso conviene determinar quienes dificultan el fiel y oportuno


cumplimiento de la obligación:

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- El tercero que proporcione maliciosamente documentos falsos o inexactos o
en que se omitan datos relevantes con la finalidad de facilitarle al
demandado, el ocultamiento de sus ingresos, patrimonio o capacidad
económica, según el inciso 5o del artículo 5 de la Ley 14.908.

- El tercero que de mala fe celebre con el alimentante actos con la finalidad


de reducir el patrimonio en perjuicio del alimentario, así como actos
simulados o aparentes ejecutados con el propósito de perjudicar al
alimentario, según el inciso final del artículo 5 de la Ley 14.908.

- El tercero que en virtud de una resolución judicial se encuentre obligado a


hacer la retención a que se refieren los artículos 8 y 11 de la Ley 14.908 y
desobedezca la respectiva orden judicial, según el inciso 1o del artículo 13 de la
misma ley.

- El empleador que no haya dado cuenta al tribunal del término de la relación


laboral con el alimentante, según el inciso 3o del artículo 13 de la Ley 14.908.

- El empleador que no dé cumplimiento a las retenciones establecidas en los


incisos 4o y 5o del artículo 13 de la Ley 14.908, según el inciso final del mismo
artículo.

- Podría caber el tercero que colaborare con el ocultamiento del paradero del
demandado para efectos de impedir su notificación o el cumplimiento de
alguna de las medidas de apremio establecidas en la Ley 14.908, según el
inciso segundo del artículo 18 de la misma ley, el problema es que la ley habla de
"dificultar el fiel y oportuno cumplimiento de la obligación", lo que parece referirse a
una pensión ya decretada.
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En el caso de la letra a), corresponde enviar los antecedentes respectivos al Ministerio


Público para que en virtud del análisis de los mismos, determine lo que a su respecto
corresponda. Para ello, el juez de familia procederá a suspender la audiencia hasta la Page | 15
resolución, ya sea del fiscal o tribunal penal en su caso. Si el tribunal en definitiva
absuelve al imputado o sobresee definitivamente la causa, el tribunal de familia no
puede considerarlo solidariamente responsable, mientras que si el tribunal lo condena
o respecto del mismo se aplica una salida alternativa que implique el reconocimiento
por parte del imputado de los hechos, será solidariamente responsable y, se procederá
en su contra en el respectivo procedimiento de familia.

En el caso de la letra b), la revocación del contrato ejecutado con el tercero se regirá
por el artículo 2468 del Código Civil, y se hará por medio de un incidente dentro de una
audiencia del procedimiento ordinario de la Ley 19.968. La resolución que falle el
incidente determinará la responsabilidad del tercero.

En los casos de las letras c), d), e) y g), el tribunal de familia deberá determinar la
responsabilidad del tercero en las respectivas transgresiones y, determinada ella, el
tercero será solidariamente responsable de la obligación alimenticia.

Legitimación activa para demandar alimentos

En cuanto a la legitimación activa para la demanda de alimentos, debemos señalar,


que según dispone el inciso final del artículo 1 ° de la Ley 14.908, "La madre,
cualquiera sea su edad, podrá solicitar alimentos para su hijo ya nacido o que esta por
nacer. Si aquella es menor, el juez deberá ejercer la facultad que le otorga el artículo
19 de la ley N° 19.968, en interés de la madre."

Esta solución, a juicio de Núñez y Cortés, "implica reconocer a la madre menor de edad
parte de las atribuciones que contiene la noción de capacidad procesal. En efecto, si
esa capacidad es, descriptivamente "(...) la aptitud para ejercitar la acción, comparecer
en el proceso para interponer la pretensión, como parte actora, u oponerse a ella, en
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calidad de parte demandada, y realizar, junto con el cumplimiento de la postulación


necesaria válidamente la totalidad de los actos procesales de alegación, prueba e
impugnación conducentes a la satisfacción de las respectivas pretensiones o defensas“
tenemos que la niña o adolescente menor de edad puede ejercitar la acción y
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comparecer en el proceso para interponer la pretensión.

Hecho esto, el (o la) juez (a) -aplicando forzosamente el artículo 19 de la Ley 19.968-
deberá nombrarle un curador ad litem para que integre la capacidad procesal de ella
(...)." Es decir, el juez velará porque la madre menor de edad se encuentre
debidamente representada, conforme lo ordena el inciso 1o del artículo 19, para lo cual
designada un abogado perteneciente a alguna de las instituciones que señala el inciso
2° de la misma disposición.

Las instituciones a que se refiere la disposición son:

- La Corporación de Asistencia Judicial y

- Cualquier institución pública o privada que se dedique la defensa, promoción o


protección de los derechos de los niños, niñas o adolescentes. El abogado designado
tendrá la calidad de curador ad litem de la madre, por el solo ministerio de la ley, y su
representación se extenderá a todas las actuaciones del juicio (inciso 3 o del artículo
19).

Una cuestión interesante se presenta en el caso de los descendientes mayores de


edad. La cuestión dice relación con su representación en el juicio, que como sabemos,
es un atributo exclusivo de quien detenta la patria potestad de un hijo menor de edad,
pero que en los alimentos permite demandar por el hijo mayor aun cuando la patria
potestad ha cesado por la cuarta causal de emancipación legal del artículo 270, es
decir, "Por haber cumplido el hijo la edad de dieciocho años".

El caso a que hacemos referencia, es una representación legal especial que se


encuentra contenida en el artículo 19 de la Ley 19.968. El inciso final de la disposición
señala que: "En los casos del inciso segundo del artículo 332 del Código Civil, aquél de
los padres en cuyo hogar vive el alimentario mayor de edad se entenderá
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legitimado, por el solo ministerio de la ley, para demandar, cobrar y percibir


alimentos de quién corresponda, en interés del alimentario, sin perjuicio del
derecho de éste para actuar personalmente, si lo estima conveniente. Si el alimentario
no actúa personalmente se entenderá que acepta la legitimación activa del padre o
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madre junto a quien vive"'

Artículo 19 Ley 19.968: "Representación. En todos los asuntos de competencia de los


juzgados de familia en que aparezcan involucrados intereses de niños, niñas,
adolescentes, o incapaces, el juez deberá velar porque éstos se encuentren
debidamente representados.

El juez designará a un abogado perteneciente a la respectiva Corporación de Asistencia


Judicial o a cualquier institución pública o privada que se dedique a la defensa,
promoción o protección de sus derechos, en los casos en que carezcan de
representante legal o cuando, por motivos fundados, el juez estime que sus intereses
son independientes o contradictorios con los de aquél a quien corresponda legalmente
su representación

La persona así designada será el curador ad litem del niño, niña, adolescente o
incapaz, por el solo ministerio de la ley, y su representación se extenderá a todas las
actuaciones del juicio.

De la falta de designación del representante de que trata este artículo, podrán


reclamar las instituciones mencionadas en el inciso segundo o cualquier persona que
tenga interés en ello.

En los casos del inciso segundo del artículo 332 del Código Civil, aquél de los padres en
cuyo hogar vive el alimentario mayor de edad se entenderá legitimado, por el solo
ministerio de la ley, para demandar, cobrar o percibir alimentos de quien corresponda,
en interés del alimentario, sin perjuicio del derecho de éste para actuar
personalmente, si lo estima conveniente. Si el alimentario no actúa personalmente se
entenderá que acepta la legitimación activa del padre o madre junto a quien vive "
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Para explicar de mejor manera esta última situación, diremos que el padre o madre
sólo tiene legitimación activa para demandar el derecho mientras mantenga la patria
potestad del hijo, una vez cesada esta última en virtud de alguna causal de Page | 18
emancipación, como por ejemplo la mayoría de edad del menor, el padre o madre
pierde la facultad para demandar, cobrar o percibir alimentos por tal hijo. Si bien
esta regla general tiene una excepción en el inciso final del artículo 19 de la Ley
19.968, tal excepción supone que el hijo mayor de edad viva con el padre o madre,
la norma no se conforma con que el hijo tenga el mismo domicilio, ya que vivir
con el padre o madre supone la "convivencia diaria del padre e hijo bajo un
mismo techo".

Por último, si el descendiente es un menor de edad que estuviere a cargo de un


establecimiento, de persona distinta de padre, madre u otro obligado a proporcionar
alimentos al menor, el juez podrá ordenar, dentro de las normas del juicio de alimentos
y sujeto a las mismas disposiciones de procedimiento y apremio, que los obligados
paguen la pensión respectiva, al establecimiento o persona que lo tenga a su cargo

Ahora, si éste menor, tuviere bienes propios, su representante legal deberá destinar,
de las rentas provenientes de dichos bienes, las cantidades que fueren necesarias para
su cuidado y educación, de acuerdo al monto y plazo fijados por el juez, según el
artículo 45 de la Ley 16.618, lo que está en armonía con lo señalado en el artículo 231
del Código, que nos dice: "Si el hijo tiene bienes propios, los gastos de su
establecimiento, y en caso de ser necesario, los de su crianza y educación, podrán
sacarse de ellos, conservándose íntegros los capitales en cuanto sea posible."

Por último, es el caso de los juicios de alimentos a favor de las personas con
discapacidad mental, el inciso 1o del artículo 17 de la Ley 18.600 que Establece
Normas sobre Deficientes Mentales, dispone: "En los juicios de alimentos seguidos en
favor de las personas con discapacidad mental la acción podrá ser deducida, en su
representación, por el Defensor Público o por las personas naturales o jurídicas
a cuyo cuidado o cargo se encuentren, siempre que, tratándose de personas
jurídicas, su finalidad sea la atención, protección, educación, rehabilitación o
capacitación del mentalmente impedido"
DERECHO DE ALIMENTOS

Prolongación del derecho del descendiente

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En cuanto a la duración del derecho del descendiente, tenemos que puede exigirse por
regla general sólo hasta los veintiún años, salvo algunas excepciones que pasamos a
enumerar:

- Cuando pasado los veintiún años esté estudiando una profesión u oficio, caso en el
cual puede exigirse hasta los veintiocho años.

Aquí se produce una situación que no reglamenta precisamente la ley, y es aquella que
se presenta cuando el hijo está estudiando una segunda profesión, o cuando el hijo si
bien ya estudió una profesión, se encuentra en un profundizado u otra modalidad de
perfeccionamiento, que si bien dice relación con su profesión, escapa al texto de la ley,
lo que ciertamente parece vulnerar su espíritu.

- Cuando pasado los veintiún años se encuentre afectado por una incapacidad
física o mental que le impida subsistir por sí mismo, caso en el cual durará por
el tiempo que dure la incapacidad o

- Cuando por circunstancias calificadas el juez considere indispensable los


alimentos para la subsistencia del descendiente, más allá de los veintiún años.
En éste último caso, para la permanencia del derecho habrá que atender
a la valoración del juez de las circunstancias, todo lo anterior, según lo
que se desprende del inciso 2o del artículo 332 del Código Civil.

Ascendientes como titulares del derecho de alimentos

Los hijos tienen el deber de cuidar a sus padres en la ancianidad, en el estado de


demencia, y en todas las circunstancias de la vida en que necesitaren sus auxilios, aun
DERECHO DE ALIMENTOS

cuando la emancipación confiera al hijo el derecho a obrar independientemente, como


señala el profesor Orrego.

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El reconocido autor agrega que: "Dicha obligación, que se materializa en el deber
de socorro, recae en los hijos de cualquier edad, aún aquellos emancipados (artículo
223, inciso 1o del Código Civil).

Tienen derecho al mismo socorro todos los demás ascendientes, en caso de


inexistencia o de insuficiencia de los inmediatos descendientes (artículo 223, inciso 2 o
del Código Civil). El incumplimiento de este deber de socorro origina sanciones civiles.
Así, por ejemplo, el artículo 968 número 3 del Código Civil declara indigno de suceder
al difunto como heredero o legatario, al consanguíneo dentro del sexto grado inclusive,
que en el estado de demencia o destitución del causante, no lo socorrió, pudiendo. Por
su parte el artículo 1208 número 2 del Código Civil, faculta al ascendiente para
desheredar al descendiente que en tales circunstancias no lo socorrió, pudiendo. De
igual forma, el artículo 324 del Código Civil establece que en caso de injuria atroz,
cesará la obligación de prestar alimentos…”

De acuerdo al N° 3 del artículo 321 del Código, el ascendiente es uno de los titulares
del derecho de alimentos, puede demandarlos de los hijos, nietos, bisnietos, etc.,
así como también, a los que dificultaren el fiel y oportuno cumplimiento de la
obligación.

Hermanos como titulares del derecho de alimentos

Como el artículo 321 no hace distinción alguna, los hermanos pueden ser tanto de
filiación matrimonial como no matrimonial, también pueden tener ambos padres en
común o solo uno.
DERECHO DE ALIMENTOS

En cuanto a la duración del derecho del hermano, tenemos que puede exigirse por
regla general sólo hasta los veintiún años, salvo algunas excepciones que pasamos a
enumerar:

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- Cuando pasado los veintiún años, el hermano esté estudiando una profesión u
oficio, caso en el cual puede exigirse hasta los veintiocho años o

- Cuando pasado los veintiún años, el hermano se encuentre afectado por una
incapacidad física o mental que le impida subsistir por sí mismo, caso
en el cual durará por el tiempo que dure la incapacidad o

- Cuando por circunstancias calificadas, el juez considere indispensable los


alimentos para la subsistencia del hermano más allá de los veintiún años, en
éste último caso, para la permanencia del derecho habrá que atender a
la valoración del juez de las circunstancias, todo lo anterior, según lo que
se desprende del inciso 2o del artículo 332 del Código Civil.

Donante como titular del derecho de alimentos

El donante debe haber hecho una donación cuantiosa no rescindida (debe entenderse
que del mismo modo cabe la resolución) ni revocada.

Como señala Vodanovic, "La obligación alimenticia del donatario se fundamenta, pues,
en la gratitud que debe tener con el que gratuitamente lo favoreció con algún valor
patrimonial cuantioso, y ahora se encuentra en estado de necesidad."

Lo cuantioso o no de la donación, será determinado por el tribunal en cada caso, con


los antecedentes de hecho que le proporcionen las partes.
DERECHO DE ALIMENTOS

Cesará el derecho del donante y se librará al donatario de la obligación de proporcionar


alimentos al rescindirse, resolverse o revocarse la donación.

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En este caso, los alimentos se deben por toda la vida del alimentario continuando las
circunstancias que legitimaron la demanda (a diferencia del descendiente o hermano),
según se desprende de la interpretación armónica de los incisos I o y 2o del artículo 332
del Código Civil.

Alimentos para el hijo que esta por nacer

El artículo 1o inciso final de la Ley 14.908, dispone que: "La madre cualquiera sea su
edad, podrá solicitar alimentos para el hijo ya nacido o que este por nacer. Si
aquella es menor, el juez deberá ejercer la facultad que le otorga el artículo
19 de la Ley N° 19.968, en interés de la madre".

Como podemos ver, "La ley no distingue ni exige en este evento prueba biológica
alguna, máxime si el niño requiere protección y cuidados especiales, tanto antes como
después del nacimiento. Arribar a una respuesta negativa, es discriminar entre los hijos
de madres embarazadas solteras con los hijos de madres embarazadas casadas, lo que
no es dable, pues el hijo, ser humano, en todo caso, durante su gestación requiere de
cuidados especiales, y el titular del derecho alimentario es él
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