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LA EVALUACIÓN EN EL PROCESO ENSEÑANZA -APRENDIZAJE:

FORMAS ALTERNATIVAS

Citlalli Melissa Segura Salazar1

RESUMEN

El siguiente trabajo analiza la evaluación en el contexto escolar, se sustenta en


dos posturas. La primera ofrece una comparativa sobre dos modelos de
evaluación (tradicional y no tradicional); la segunda propone un modelo alternativo
de evaluación, denominado evaluación auténtica, que se caracteriza por ser
formativa, democrática y reflexiva. La evaluación autentica se apoya de diversos
instrumentos para emitir un juicio justo y lo más cercano a la realidad, busca
desarrollar capacidades cognitivas complejas en los alumnos y va más allá de la
cuantificación memorística. Finalmente aparecen algunos aspectos que son
necesarios para renovar la evaluación y se propone una nueva conceptualización.

Palabras clave: Evaluación Auténtica, Modelo Tradicional, Modelo no Tradicional,


Poder, Renovación.

INTRODUCCIÓN

El siguiente trabajo mediante un proceso reflexivo para entender que implica la


evaluación en el contexto educativo. De acuerdo con Gvirzt y Palamidessi (1998)
existen dos modelos de evaluación (tradicional y no tradicional). En el modelo
tradicional la enseñanza y el curriculum eran infalibles, en el modelo no tradicional
la enseñanza es más compleja y menos autoritaria. Otra de las características del
modelo tradicional es la medición y la comparación estandarizada, la cual tiende a
homogeneizar el curriculum de acuerdo con pautas internacionales, se corre el

1
Estudiante del Doctorado en Ciencias en Educación Agrícola Superior del Departamento de Sociología Rural
de la Universidad Autónoma Chapingo e-mail seguracitlalli@gmail.com
riesgo de perder de vista la diversidad. Además de enseñar únicamente los
contenidos que serán evaluados. Se invierte la evaluación por la enseñanza.

A continuación, se definirá el concepto evaluación, se plantearán dos situaciones


que representan el modelo tradicional y el no tradicional, se describen sus
particularidades. Finalmente se revisan aspectos que son necesarios para la
renovación de la evaluación y se revisa un modelo alternativo (Evaluación
Auténtica) para la evaluación en las instituciones educativas.

DESARROLLO

Gvirzt y Palamidessi (1998) mencionan que la evaluación tradicionalmente parte


de un examen a través de un instrumento denominado prueba, que es la razón
con que se demuestra una cosa. Una evaluación se propone probar, comprobar
algo relativo a las cualidades esperadas. La evaluación implica también un acto de
medir el resultado, es una calificación, la cual está vinculada con el nivel de
decisión, es decir se evalúa para tomar decisiones y las decisiones están
relacionadas con la acreditación que significa dar seguridad de que una persona o
cosa es lo que representa o parece, este acto de dar fe o seguridad lleva a la
promoción de un individuo que es un ascenso a un nivel de vida superior.

Toda evaluación conlleva un ejercicio de poder, el que evalúa es identificado como


una autoridad capaz de preguntar, inspeccionar, examinar, valorar, calificar.
Evaluar implica emitir un juicio de una cosa o de una persona. En el caso de la
evaluación escolar se relaciona muy a menudo con el poder de premiar, castigar o
vigilar.

En el terreno escolar la evaluación es una práctica pedagógica muy difundida y de


uso recurrente, se apoya de diversos instrumentos los cuales, también son
diversos actores los que se pueden someter a una evaluación en el contexto
educativo: alumnos, maestros, instituciones.

A continuación, aparece un esquema comparativo que muestra algunos aspectos


de los dos modelos de evaluación (tradicional y no tradicional)
Figura 1. Esquema comparativo de Evaluación

Elaboración propia con base en Gvirzt y Palamidessi (1998)

En el primer modelo (tradicional) observamos que las evaluaciones se califican a


través de evaluaciones sumativas, es decir, se pretende apreciar el grado de
conocimientos que poseen los alumnos, le interesa únicamente por saber qué y
cuánto ha aprendido el alumno.

En el segundo modelo (no tradicional) se puede ver que utiliza diferentes tipos de
evaluación, una evaluación diagnóstica, la cual permite la adaptación de la
enseñanza a las condiciones del alumno y a su ritmo de progreso, así como el
tratamiento de las dificultades; una evaluación formativa, la cual se orienta a
recolectar datos del proceso de la enseñanza y aprendizaje, busca mejorarlos. Se
apoya de distintos instrumentos formales e informales (observaciones, guías de
evaluación, descripciones de la clase, entrevistas con alumnos, etc.).

En el primer modelo quien evalúa es siempre el docente y el evaluado el alumno.


Desde este modelo, evaluar es un acto de medición. Para el segundo modelo, la
evaluación más que medir se acerca a un modelo de investigación, se trata más
bien de efectuar una estimación, se trata de emitir un juicio reflexivo.

En el primer modelo la medición es a través de pruebas referidas a criterios más


que a normas, se trata de comparar la ejecución de un alumno estándar deseado
y juzgar si alcanzo, o no alcanzo, o si supero el estándar. Para el segundo modelo
no basta la información obtenida de pruebas clásicas, para emitir un juicio reflexivo
se apoya de otros instrumentos. En el primer modelo se estudia para aprobar. El
segundo modelo busca la mejora, es prospectivo.

Una de las críticas que establece Barriga (2005) a las formas de evaluar en las
instituciones educativas es que muchas veces no hay congruencia entre la
evaluación y la enseñanza, se enseña una cosa y se evalúa otra. La autora
propone un modelo alternativo, la evaluación auténtica, la cual busca un cambio
en la cultura de evaluación imperante caracterizada por centrarse en instrumentos
estáticos (modelo tradicional).

El siguiente esquema muestra la síntesis de aspectos generales que caracterizan


a la evaluación no tradicional y que coinciden con la propuesta de evaluación
autentica.
Figura 2. Aspectos generales de la Evaluación Auténtica y la Evaluación no Tradicional

Fuente: Elaboración propia con base en Gvirzt y Palamidessi (1998) y (Barriga, 2005)

La evaluación autentica es formativa, en el sentido de que busca que los


estudiantes a través de la aplicación de diversos instrumentos como: la
demostración de un proyecto realizado por ellos en una feria de ciencias, en una
presentación artística, en una colección de trabajos integrada en un portafolios, en
la ejecución en un recital de danza, en la participación de debates sobre asuntos
sociales o en la presentación de escritos originales. Todas estas estrategias tienen
en común potenciar las capacidades de los alumnos, permitiéndoles desarrollar la
reflexión, pensar y aprender significativamente. Es reflexiva, porque se apoya de
todas las estrategias mencionadas anteriormente para emitir un juicio de
valoración justo que muestren evidencia no solo de la información que poseen y
de los niveles de memorización y comprensión básicos, sino del desarrollo de
habilidades mucho más complejas, conocimientos, actitudes y valores. Pretende
que los alumnos sean los autorreguladores en su proceso de aprendizaje,
mediante la autoevaluación, que busca que los alumnos reflexionen sobre sus
fortalezas y deficiencias, así como la fijación de metas y la identificación de áreas
de oportunidad.

Toda evaluación implica un ejercicio de poder en el modelo tradicional se ejerce el


poder de manera unilateral, es jerárquico e impositivo, culpabiliza a los alumnos
del fracaso, siempre hay alguien que sabe y alguien que no sabe, es una
evaluación autocrática, burocrática. En el modelo no tradicional y evaluación
autentica se reconoce el fracaso de los alumnos, pero no los culpabiliza, intenta
realizar modificaciones en las estrategias implementadas e invita a modificar el
trabajo en conjunto, es una evaluación democrática.

(Barriga, 2005) y Gvirzt & Palamidessi (1998) coinciden en que es necesario crear
una nueva cultura evaluativa en las escuelas. La evaluación alternativa busca un
mejoramiento continuo, es necesario transformar las tareas de gestión, enseñanza
y aprendizaje. No se trata de encasillar. Sino de formar e informar (alumnos,
maestros, padres, instituciones, etc.). es importante el resultado de la calificación,
pero también el proceso. El juicio reflexivo, cualitativo necesita respaldo de
medidas cuantitativas. Se evalúan contenidos distintos (capacidades cognitivas,
valores, habilidades, etc.). La evaluación no ocupa papel central, se trata de un
momento, lo importante es la potenciación de las capacidades del alumno.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Vázquez (2010) señala que no basta el dominio de la disciplina que enseña el


docente, para lograr el éxito escolar es necesario el apoyo de otras herramientas
de evaluación. Es fundamental que el docente este dotado de capacidades como
la planeación, sistematización, control y maneje un abánico de estrategias. Por su
parte Rodríguez (2009) menciona que el verdadero trabajo docente supone el
diseño, planificación, ejecución y evaluación del proceso enseñanza-aprendizaje
lo cual implica un compromiso con la profesión y un profundo esfuerzo intelectual y
emocional.

En la evaluación tradicional las pruebas son “rápidas y fáciles” de administrar y


calificar, donde el docente sólo aplica la plantilla de opciones correctas y suma el
puntaje para obtener la calificación final, o en el “mejor” de los casos ni siquiera
tiene que leer las evaluaciones de los alumnos porque se procesan por
computadora.

Por lo que se requiere de la construcción de instrumentos de evaluación centrados


en el desempeño requiere tanto de los conocimientos de diseño técnico
apropiados como de la existencia de criterios claros, de empleo riguroso y de una
mirada imparcial y ética por parte del profesor.

El modelo no tradicional se caracteriza por emplear otros tipos de evaluaciones


(diagnóstica, sumativa y formativa), va más allá de la simple medición, la
evaluación se acerca más a una reflexión, a la emisión de un complejo juicio, con
la finalidad de comprobar un saber, se apoya de otros instrumentos (observación,
guías de evaluación, descripciones de clase, entrevistas, buzones y sugerencias),
se acerca más a un modelo de investigación, que busca comprender procesos,
significados, historias personales. Es prospectiva, le interesa el mejoramiento
continuo.

Crear una nueva cultura de evaluación, conlleva un cambio de esquema desde el


aspecto particular (alumnos), el propio modelo de enseñanza, la institución
escolar, y las políticas y administración escolar. No existen cambios significativos
en un nivel global, pues las pruebas estandarizadas se caracterizan por dar mayor
énfasis a estándares deseados, sin embargo, algunos profesores desde sus
espacios áulicos intentan por convicción o por mandato hacer un poco más
democrática la evaluación. Intentan sembrar en sus alumnos la idea de estudiar
por interés.
BIBLIOGRAFÍA

Barriga, F. (2005). La evaluación auténtica centrada en el desempeño: Una


alternativa para evaluar el aprendizaje y la enseñanza. In Enseñanza situada:
Vínculo entre la escuela y la vida. México: Mc Graw Hill Education.

Gvirzt, S., & Palamidessi, M. (1998). Formas de evaluar. In El ABC de la tarea


docente: currículum y enseñanza (pp. 1–21). AIQUE.

Rodríguez, A. (2009). La planeación de clase : Una habilidad docente que requiere


de un marco teórico. Odiseo, Revista Electrónica de Pedagogía, 13(7), 13.
https://doi.org/1870-1477

Vázquez, Y. Á. (2010). La Gestión del Trabajo Metodológico y su influencia en la


calidad del proceso de enseñanza . In 15 convención científica de ingeniería y
arquitectura (pp. 1–9).

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