ENFOQUES Y MODELOS
EVALUATIVOS
Apartado realizado por el Sistema de Bibliotecas de la Universidad
Andrés Bello con fines académicos. Autorizado según Ley Nº 20.435
artículo 71K.
Enfoques evaluativos:
Las visiones, actitudes e intereses del evaluador siempre están sustentados en de-
terminados paradigmas o concepciones antropológicas que no solo implican una
perspectiva de la evaluación en sí, sino también del proceso de aprendizaje y de la
educación en general.
En la Literatura Pedagógica, nos podemos encontrar con dos enfoques que his-
tóricamente han compartido este campo: el Enfoque Cuantitativo y el Enfoque
Cualitativo.
1. Enfoque cuantitativo:
Está fundamentado en el positivismo y valoriza la autoridad y la experticia. Según
este enfoque, el único camino para la búsqueda y generación del conocimiento es
la ciencia y la realidad el único objeto de conocimiento posible. Según lo planteado
entonces, la evaluación se fundamenta en el interés por el control, la eficacia y la
eficiencia, por lo tanto, se refiere a la evaluación de los resultados.
La crítica más recurrente a este enfoque consiste en que evaluar solo los resul-
tados, no nos permite valorar la calidad del proceso. Si evaluamos solo el llegar a
una meta, esta muchas veces puede cambiar en el transcurso del proceso, incluso
cuando estamos atentos a este.
Este modelo parte de la base que todos los alumnos y alumnas son diferentes, pero
la enseñanza es igual para todos. Surge entonces el concepto de “norma”, referido
al desempeño de un curso. En este modelo de evaluación, cada sujeto se compara
con el resto del grupo. Los resultados del aprendizaje se jerarquizan y así también
se jerarquizan los alumnos y alumnas.
De acuerdo con lo anterior, existe una alta relación entre aptitud y rendimiento,
es decir, los alumnos que poseen baja aptitud obtendrán bajo rendimiento, los de
mediana lograrán mediano rendimiento y, por último, los de alta aptitud, alto ren-
dimiento; por tanto, el rendimiento depende de la aptitud del alumno y el profesor
no influye en ningún aspecto.
Las principales críticas que ha recibido este modelo son las siguientes:
2. Enfoque cualitativo:
Este enfoque no pretende formular leyes universales, sino comprender la realidad
que está sucediendo y que ha sucedido, valorando el significado que tiene o ha
tenido para los diferentes involucrados. Por lo tanto, en este enfoque se pone el
énfasis en el proceso de aprendizaje, el mejoramiento de su calidad y las formas
de motivación intrínseca, más que en los resultados, lo cual no significa que el re-
sultado no interese; por el contrario, obviamente también es importante, pero tan
importante como él es el proceso que ha transcurrido y que ha llevado a obtener
dicho resultado.
Cada uno de estos enfoques para la aplicación práctica de la evaluación, nos en-
tregan diversos tipos de técnicas e instrumentos para evaluar, los que revisaremos
a continuación:
2.1 La evaluación desde una dimensión crítico-comprensiva:
En las décadas de 1950 y 1960, varios psicólogos educacionales norteamericanos,
entre los que destacan Skinner, Carroll, Bruner, Bloom, etc., cuestionaron la medio-
cridad y el fracaso de la educación, y señalaron que en lugar de trabajar para prepa-
rar instrumentos y aplicarlos a la selección de alumnos, debía dedicarse el máximo
esfuerzo a conocer las causas de este fracaso y tratar de remediarlas.
Surge así, un nuevo enfoque a la luz del desarrollo de otras áreas del saber, como
las ciencias sociales, el cual se orienta a favorecer lo cualitativo por sobre lo cuan-
titativo. La evaluación, desde esta perspectiva, se entiende como un proceso, y no
como un suceso o evento. De esta forma se convierte en una reflexión permanen-
te, apoyada en evidencias de diverso tipo y origen, y no solo en la comprobación
final de resultados.
Parte de la base de que todos los alumnos y alumnas son diferentes y que la en-
señanza debe adecuarse a estas diferencias. Se puede afirmar que se relaciona
directamente con el aprendizaje constructivista, de tal manera que, si se dan las
condiciones de enseñanza necesarias, se espera que un alto porcentaje de los es-
tudiantes alcance los aprendizajes deseados, ya que existe el convencimiento de
que todos los alumnos y alumnas pueden aprender si la enseñanza se adecua a sus
necesidades.
En este sentido, cada estudiante se compara consigo mismo y no con una norma,
por tanto, la evaluación se define como “referida a criterio”.
En palabras de Iván Meza: “…la nota de cada alumno dependerá estrictamente del
puntaje que este haya obtenido, comparado con un estándar objetivo. Su nota no
está supeditada al rendimiento o puntaje promedio del curso, sino solamente a su
propio puntaje”.
En cuanto al principio orientador de este modelo, se puede señalar que “si al inicio
de un curso los alumnos están distribuidos en forma normal respecto a su aptitud
para una determinada materia, y durante el proceso se les proporciona una ins-
trucción de acuerdo con las características y necesidades de cada alumno, el ren-
dimiento de ellos al término del proceso mostrará que casi todos logran el dominio
del aprendizaje”.
Frente al anterior, este modelo puede calificarse como optimista y positivo, ya que
espera que casi la totalidad de los alumnos no solo aprendan, sino que obtengan
un muy alto logro tipificado como “dominio del aprendizaje”; sin embargo, esto
conlleva al menos tres desafíos: